Carrió encendió la mecha en Cambiemos y pidió no "sustituir a Cristobal López por Angelici"




La líder de la Coalición Cívica denunció, a través de su cuenta de twitter, que el Presidente de Boca y hombre de confianza de Macri se está reuniendo con jueces nacionales.






Una interna de alcance pareciera empezar a constituirse luego de que una de las referentes del espacio, Elisa “Lilita” Carrió, lanzara una serie de críticas al PRO luego de que constatara que operadores de su espacio estarían reuniéndose con jueces.

Dicho operador no es otro que el Presidente de Boca, Daniel Angelici, quien, según la Diputada nacional estaría juntándose de manera privada con distintos magistrados nacionales. “Necesitamos jueces independientes y Angelici se está reuniendo con jueces y fiscales. Le pido a Mauricio Macri que lo retire”, apuntó la referente de la CC a través de las redes sociales.

“No vamos a sustituir a Cristobal López por Angelici, esto que lo tenga claro el señor Angelici, esta lucha continúa”, agregó la dirigente que supo ser funcionaria de la Alianza y alejarse del espacio tras denunciar casos de corrupción.
A su vez, agregó que el dirigente deportivo “está operando para manejar la justicia de Comodoro Py”.

Por otra parte y respecto a la orientación de la alianza política sostuvo: “La Estrategia y el acuerdo de #Cambiemos fué de los 3 @mauriciomacri @SanzErnesto y mía. Pido respeto a esa estrategia”.

Escrutinio definitivo nacional y desagregado por distrito


Francisco no quiso hablar sobre el triunfo de Mauricio Macri: "No sé qué decir"

El Papa evitó hacer algún comentario sobre las elecciones presidenciales de la Argentina.


 
El papa Francisco evitó hablar sobre la situación política que está viviendo Argentina con la elección de Mauricio Macri como nuevo presidente.

Un periodista fue directo y le consultó: "Quisiera preguntarle algo específico, que tiene que ver con ese cambio de ajedrez político que hubo en América latina, que ha llevado incluso a que en la Argentina, en su país, el señor (Mauricio) Macri después de 12 años de kirchnerismo esté cambiando un poco. ¿Qué opina de estos nuevos cambios, de cómo se está de alguna manera tomando el rumbo la política latinoamericana, el continente del cual usted viene?".


Como respuesta, el Sumo Pontífice declaró: "Yo escuché alguna opinión, pero la verdad es que de esta geopolítica, en este momento, no se qué decir, en serio, no sé. Porque hay problemas en varios países en esta línea, ¿no? Pero en serio, no sé cómo comenzar (...) Hay varios países latinoamericanos en esta situación de cambio de rumbo, esto es verdad. Pero no sé explicarlo".

Las 10 medidas centrales que tomará Mauricio Macri después del 10 de diciembre

Genaro Grasso

El presidente electo enviará un ambicioso paquete de leyes al Congreso para avanzar en temas sensibles. El plan general prevé cambios en el Impuesto a las Ganancias, modificaciones en la tarifa de energía, avances en la negociación con los fondos buitre y la búsqueda de dólares frescos para eliminar de forma progresiva las restricciones al dólar, entre otros temas.



Las 10 medidas centrales que tomará Mauricio Macri después del 10 de diciembre

El diagnóstico del equipo económico de Cambiemos en el corto plazo es el mismo: faltan los dólares y sobran los pesos. Por lo tanto, los economistas con el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay a la cabeza, se han puesto como objetivo primordial aumentar la rentabilidad de los exportadores y fomentar sus inversiones privadas en el sector energético.

En el corto plazo, la única forma de conseguir divisas frescas para recapitalizar el Banco Central es la deuda. Según consignó Tiempo Argentino, las reservas, que están en U$S25.000 millones, pero para Prat Gay “están entre U$S6.000 y U$S7.000 millones”. Por otro lado, el ministro adelantó que enviará al Congreso un paquete de leyes para modificar el mínimo no imponible de Ganancias e iniciar antes de fin de año la actividad parlamentaria.
Dólar: Eliminación progresiva de restricciones y devaluación

1. La medida más urgente es la eliminación de las restricciones cambiarias y la unificación del tipo de cambio. En parte, esto se debe a la expectativa de su promesa de campaña: "el 11 de diciembre ya no va a haber más cepo cambiario", aseguró entonces Mauricio Macri. Sin embargo, esta propuesta se cumplirá sólo en parte. Desde Cambiemos ya están analizando la posibilidad de que se eliminen las restricciones a la remisión de utilidades, pero que se mantenga el régimen de compra de dólar ahorro, al menos por un tiempo.

Aunque el dólar ilegal seguirá existiendo, porque no todas las operaciones se van a abastecer en el mercado en blanco, sí habrá un solo tipo de cambio oficial, que se situará entre los $ 14 del dólar bolsa y los $ 15 del paralelo.
Retenciones: Baja de 5 puntos en soja y eliminación del resto

2. El propio ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, se comprometió a "eliminar las retenciones a las economías regionales totalmente, más una compensación por flete, también las correspondientes al trigo y al maíz y una reducción gradual de 5 puntos en la soja". El futuro Gabinete tiene dos objetivos. Por un lado, aumentar la rentabilidad del sector; por el otro, recuperar los U$S 4500 millones de soja acopiada, según Buryaile, y que que para el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Miguel Etchevehere, rondan los U$S 8000 millones, en total. Esta medida tiene su costado negativo: una quita de retenciones al trigo junto con una devaluación implicaría un incremento de precios de más del 100% en las harinas y aceites, por lo que los rubros alimenticios podrían implicar una suba de precios de hasta un 80% en pocos meses.
Buitres: Acuerdo rápido con Elliott y el juez Griesa

3. Buitres: El litigio con los fondos buitres Elliott Management y Aurelius es una de las principales trabas para obtener financiamiento externo. Más allá de las frases de campaña, en las que prometían "negociar con dureza como (el ministro) Kicillof", según el diputado de Cambiemos, Federico Pinedo, en el equipo económico son más proclives a la estrategia de "hacer lo que diga el juez Thomas Griesa", tal como exigió Macri en 2014.

"Entiendo que está listo para arreglarse por ambos lados. Los fondos buitre quieren cobrar y la Argentina tiene mayor predisposición a pagar", sostuvo el consultor de Econviews Miguel Kiguel, y agregó que "el acuerdo debe ser secuencial, primero con Elliott y después con el resto”.
Financiamiento: Deuda con el Central y blanqueo de capitales

4. La estrategia para conseguir dólares en el corto plazo no puede provenir de mayores exportaciones. Esto es algo más o menos aceptado en Cambiemos. Por ello, requerirán diversos mecanismos para emitir títulos de deuda. Enero ofrece una oportunidad ya que que vencen U$S 10 mil millones de Letras Intransferibles del Tesoro en manos del Banco Central del pago al Fondo Monetario, que podrían ser renovadas en forma de bonos. El BCRA podría ir colocándolos de a poco en el mercado secundario. Otra opción es la emisión de un bono del propio Banco Central o del Nación, el financiamiento a través de un nuevo swap con China u organismos multilaterales de crédito. También se pondrá en marcha un blanqueo de capitales, por el cual ingresarían U$S 10 mil millones, con una quita del 5 por ciento.
Plan Belgrano: Infraestructura económica y social para el Norte

5. El diagnóstico de Prat-Gay y el equipo económico es que en los próximos cuatro años es importante llevar adelante un plan de infraestructura. Ese es el objetivo del plan Belgrano: U$S 16 mil millones de inversión pública y $ 50 mil millones en un fondo de reparación histórica en cuatro años para el norte argentino. El programa incluye la construcción de 150 mil viviendas y 100 mil créditos para la compra de la casa propia y reactivar los ferrocarriles Mitre, Belgrano y Urquiza.
Energía: Quita de subsidios y aumentos de tarifas

6. Otro objetivo de Prat-Gay es eliminar el déficit fiscal y terminar con la abundancia de pesos en el mercado. El principal vehículo para ello es la quita de subsidios al consumo de electricidad y gas. El futuro ministro de Energía, Juan José Aranguren, opinó que "tenemos que salir de la esquizofrenia que hemos vivido en el sector energético en los últimos 12 años". El salto en los precios no sólo está relacionado con la quita de subsidios, sino también con la actualización del marco tarifario, que aumentará las ganancias de las empresas de energía. Para llevar la rentabilidad a los niveles de Brasil, habría que subir el precio del gas 3420%, y para que el valor de la electricidad alcance al de Uruguay, deberían subir 350% la boleta de luz para la industria y 643% al consumidor. Por otro lado, Aranguren aseguró que YPF mantendrá su participación estatal, aunque advirtió que "el autoabastecimiento no es importante".
Empleo: Revisarán contratos de trabajadores estatales

7. El jefe de gabinete, Marcos Peña, informó que se estudiará en detalle la situación de los empleados públicos y se marginará a aquellos que consideren improductivos. En el caso del Senado, la vicepresidenta electa Gabriela Michetti aseguró que "si hay 2000 ñoquis, se van a tener que ir". Kiguel, en cambio, consideró que es más importante "revisar los sobrecostos de la obra pública. Hay mucho exceso de gasto público", comentó.
Precios: Continuarán con Precios Cuidados por 6 meses

8. "Los Precios Cuidados no son lo nuestro", sentenció la gobernadora electa María Eugenia Vidal. No obstante, los funcionarios de Cambiemos tuvieron que rever sus dichos. Esto se debe a que el plan, de devaluación con quita de retenciones y de subsidios, ya está afectando la evolución de los precios por adelantado. La harina se duplicó en 15 días, de $ 110 los 50 kg a $ 230. Esto impactó en los productos de la canasta básica, como el pan, las pastas y la carne, que llevan incrementos de 15% en el mes y aumentarán un 5% más. Por ende, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, anunció que los programas Precios Cuidados y Ahora 12 se extenderán seis meses más.
Salarios: Buscarán una concertación de empresas y gremios

9. Los incrementos en los precios y la caída del ingreso real de los trabajadores podría generar una espiral de reclamos salariales para 2016, y en Cambiemos temen que esto pueda generar nuevas oleadas de inflación y también erosione la mejora de la competitividad de la devaluación. Por eso insinúan con cada vez mayor fuerza la necesidad de llegar a un acuerdo de salarios, complementado con Precios Cuidados. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, convocó a un "inminente acuerdo", entre empresarios y trabajadores. No obstante, en los gremios existe cierto temor de que esto se convierta en un techo salarial.
Ganancias: El mínimo no imponible subirá 100%

10. Prat-Gay anunció que el alza del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, entre otras medidas, "son leyes que deben ser aprobadas por el Congreso; vamos a presentar un paquete de leyes en la primera semana en que asuma el presidente". Según versiones dentro de la alianza de gobierno, el mínimo tendrá un incremento cercano al 100% y se encontrará entre los $ 30 mil y $ 40 mil millones. Esta medida podría ser una prenda de negociación del gobierno con los gremios, para evitar aumentos salariales más importantes.

Esta estrategia tiene ciertos riesgos. Por un lado está el costo fiscal, que suma $ 17 mil millones del incremento del mínimo no imponible. Por otro lado, habrá un costo de $ 54 mil millones cuando se eliminen las retenciones. A esto se le suma el desfinanciamiento de los fondos de jubilaciones y pensiones por la sentencia de la Corte Suprema que obliga a devolverle dinero a las provincias. Una caída de los ingresos podría forzar al gobierno a una “cirugía mayor sin anestesia” sobre el gasto público, que siempre ha tenido un impacto negativo en la economía. Otro riesgo es que el modelo dependa excesivamente del endeudamiento externo. Si las exportaciones no aumentan, y la inversión extranjera no fluye en las cuantías esperadas, el incremento de deuda podría ser insostenible. Finalmente, el último problema es el inflacionario, y dependerá de cómo se negocien las paritarias 2016.
Prat-Gay ya negocia un crédito con el BID

El futuro ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, mantuvo durante más de media hora una conversación telefónica con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el objetivo de crear un frente de negociación con el organismo multilateral y así obtener crédito para financiar obras de infraestructura y abultar las reservas internacionales del Banco Central.

El encuentro fue en términos cordiales y positivos, y Moreno le expresó su “mejor predisposición ante cualquier consulta o requerimiento”, según informaron fuentes cercanas al futuro ministro.

Por otro lado, Prat-Gay designó al último de los secretarios que implementarán la política económica de Cambiemos.

El secretario de Hacienda será Gustavo Marconato, un ex diputado del Frente para la Victoria que presidió la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados cuando el futuro ministro era presidente del Banco Central. Aunque proviene de un partido político distinto, Marconato ha establecido una buena relación con Prat-Gay en todos estos años.

De esta manera se completa el staff del ministerio, junto con Pedro Lacoste en Programación Económica, Marcelo Grissi en Legal y Técnica, y Luis Caputo en Finanzas.

Razones para leer a Adam Michnik

“Temo que en Rusia resucite el pensamiento imperial”, escribe Adam Michnik, fundador y director de Gazeta Wyborcza, en el primero de los ensayos que integran el libro “En busca del significado perdido: la nueva Europa del Este”. En él, Michnik revisa algunas fechas clave del desmantelamiento de la Unión Soviética desde la perspectiva de los países satélite, radiografía el revanchismo anticomunista que vivió el país en la etapa posterior a la instauración de la democracia y se aproxima con entereza a la dolorosa cuestión de los pogromos perpetrados por polacos. Éstas son algunas razones por las que leer uno de los libros de ensayo más importantes publicados recientemente.


Adam Michnik.



Crítica al yugo soviético desde la admiración por la cultura rusa


Michnik pasó seis años en la cárcel desde que se erigió en una de las mentes más activas de la disidencia. Conoció en primera persona los efectos de la ley marcial impuesta en 1981 a raíz de la cual se deslegalizó el sindicato Solidaridad. “Insisto en que soy un verdadero rusófilo antisoviético”, afirma.


“Amo la gran literatura rusa, que ha sido para mí en varios momentos de mi vida una fuente de fuerza y de esperanza” (p. 26). En algunas de sus artículos recuerda que el Chaadáev de Diario de un loco fue uno de los autores de cabecera de la disidencia polaca. Los escritores rusos que se posicionaron contra el zarismo inspiraron a quienes luego lucharon contra la opresión soviética.


En un reciente artículo publicado en New Republic, además de Chaadáev, Michnik recomienda a los rusos volver a la lectura de Herzen en plena crisis ucraniana.


“Amamos a los rusos y a Rusia, pero no estamos poseídos por las pasiones patrióticas, por la tediosa locura de la rusomanía; y no es porque seamos cosmopolitas sino porque el amor a nuestro país no implica la solidaridad que encuentra justificaciones a los crímenes”, escribió Alexander Herzen en 1863.


Michnik, además, observa con inquietud “cómo la administración Putin, destruyendo uno tras otro a los oligarcas bajo la noble consigna de lucha contra la corrupción, ha destruido al mismo tiempo el pluralismo de los medios de comunicación y las instituciones de la sociedad civil”, así como el hecho de que “el Parlamento se vuelva un decorado y los partidos políticos se conviertan en ficción” (p. 26).


Las lecciones de las transiciones


Algunas de las vivencias por las que pasaron los polacos inmediatamente después de los Acuerdos de la Mesa Redonda son también conocidas por los rusos del poscomunismo.


Las grandes expectativas del momento dieron paso al duro choque con la realidad de la economía de mercado. Las revoluciones se gestan con sueños y mitos pero Michnik nos recuerda que, por definición, todas son incompletas y siempre deja a una parte de los implicados descontentos.


“Creíamos en el mito de la emancipación del mundo del trabajo. (...) Este sueño resultó una ilusión vana, y las duras reglas del mercado sustituyeron a la lógica de la emancipación. Las primeras víctimas fueron los que nos habían traído la libertad a golpe de huelgas: los mineros y los obreros de la fundiciones, de los astilleros y de las refinerías. No tenían culpa alguna, pero pagaron el precio más alto. No trabajaban peor que antes, pero el fantasma del paro se cernió sobre ellos. Y nosotros no sabíamos cómo hacer compatible la aspiración a tener una economía saneada con la preocupación por aquella gente que, sin ser culpable de nada, caía víctima del mercado” (p. 9).


El recuerdo de la revolución húngara de 1956


En noviembre de ese año, el entonces primer ministro Imre Nagy proclamó la neutralidad de la República Federal de Hungría. En otras palabras, anunció la salida unilateral del Pacto de Varsovia por parte de su gobierno, todo un desafío a la Unión Soviética.


En diez días, sin embargo, el ejército enviado por Moscú apagó la insurrección. “Jruschov fue un desestalinizador a su manera, pero los húngaros –a diferencia de los polacos- traspasaron el límite de una desestalinización tolerable para el Kremlin” (p. 97).


Michnik traza paralelismos en las evoluciones de ambos países, Hungría y Polonia, durante sus procesos de resistencia. Władysław Gomułka, entonces Secretario General del Partido Comunista polaco, evitó que se produjera una intervención militar sangrienta como en Hungría pero eso no evitó un estado de permanente recorte de los derechos humanos: “Ningún triunfo le ha sido deparado a una nación de una vez para siempre y ninguna derrota es definitiva. A veces, la derrota es la madre de la cordura, y a veces el éxito genera conformismo y pereza mental” (p. 98).


El caso húngaro supuso para Polonia una llamada a la prudencia. “El recuerdo de la revolución húngara –y también de la Primavera Praga de 1968- eran para nosotros una doble lección. La primera, que la resistencia era posible puesto que se había producido. Un sistema que utiliza la falsedad y la violencia para defenderse debe ser atacado –sosteníamos- con el arma de la verdad y sin el uso de la fuerza. La segunda era que los cambios eran posibles, pero, mientras durara el imperio soviético, tenían un límite” (p. 99).


La defensa a ultranza de la democracia


Una de las constantes del libro es la reivindicación de la democracia como el espacio privilegiado de la disensión pacífica: “La democracia es un diálogo permanente, donde polemizan los valores y los métodos para ponerlos en práctica. Y también es un debate sobre el pasado, una polémica acerca de la verdad histórica, así como el empeño en proteger la libertad de protegerla” (p. 104).


Uno de los agentes corrosivos de la democracia es el “lenguaje de la alcantarilla”, en expresión de Michnik, el lenguaje que deshumaniza y permite que la democracia, según Edmund Burke, sea aquel sistema en que la mayoría de los ciudadanos son capaces de ejercer la más cruel represión contra la minoría.


Una de las grandes desilusiones de los polacos –común a la de todos los países zarandeados por un cambio social y político de grandes dimensiones- fue que la independencia y la consecución de la democracia no condujo a la resolución de todos los problemas, por lo que es lógico que se instale un sentimiento de enfado: “los corruptos no habían dejado de aceptar sobornos” y “los delitos habían quedado impunes”.


La historia, además, ha demostrado que un pueblo amante de la libertad puede convertirse en cualquier momento en “un populacho lleno de odio”. Por eso el historiador y el periodista deben “captar los tonos peligrosos” y plantar cara a la muchedumbre. La cuestión, según Michnik, es saber hasta dónde debe la democracia ceder ante la demagogia. “¿Acaso tratas las mentiras y las infamias como si fueran ingredientes plenamente válidos del debate político no es un camino que no conduce a ninguna parte? ¿Es posible un compromiso con la alcantarilla?” (p. 132).


El compromiso individual y los totalitarismos


“¿Qué es lícito firmar durante un interrogatorio policial y qué no se debe firmar bajo ningún concepto? ¿Es mejor actuar en la clandestinidad, o es preferible hacerlo legalmente, pero a costa de compromisos varios? ¿Emigrar o quedarse en el país? ¿Conspirar y preparar revueltas, o buscar acuerdos y limitarse al trabajo orgánico?” (p. 224). Son preguntas de difícil respuesta cuando el individuo tiene que hacer equilibrios para conservar su integridad en una dictadura.


¿Hasta dónde puede mantener a salvo su compromiso? Unos escogen la insurrección, y los pocos que tienen el coraje de hacerlo luego son venerados. Otros se exilian.


Luego está la alternativa de la adaptación, tal vez la ambigüedad. Pero ninguna solución es 100% satisfactoria. Nadie sale indemne de una dictadura.


Michnik dedica, por ejemplo, uno de los ensayos a los ataques que recibió el Premio Nobel de literatura Czesław Miłosz y a las campañas de desprestigio contra él y contra otros muchos.


“Lo más importante no son los motivos de nuestros actos, sino sus consecuencias”, recuerda. Michnik acude por una respuesta a Adam Mickiewicz, que, a su vez, parafrasea a Maquiavelo: “El ardid es la única arma del esclavo”. Recordemos que la prohibición en 1968 del montaje de Los antepasados de Mickiewicz fue el detonante de fuertes protestas en las universidades polacas. Gomułka dijo que era inadmisible “transformar el dardo antizarista de Los antepasados en una arma antisoviética”.


La cuestión judía


“La libertad nos ha traído la necesidad de revisar nuestra historia», afirma Michnik al inicio del libro. Y a veces volver a esa historia significa enfrentarse a hechos insoportables.


Tal es el caso del pogrom de Kielce y la masacre de judíos de Jedwabne asesinados a manos de polacos en 1941. La memoria de polacos y judíos no ha encontrado todavía un diálogo sólido.


“En su subconsciente, la gente de Polonia recuerda sin duda que fueron ellos quienes se instalaron en las viviendas de los judíos que habían sido trasladados al gueto por los nazis antes de ser asesinados” (p. 295).


La crítica que lanza Michnik hacia su país es la de haber mantenido la mentira –siempre se había afirmado que los responsables de Kielce y Jedwabne fueron los alemanes- durante decenios.










Según Michnik el diálogo tardó tanto en iniciarse porque la entrada del Ejército Rojo en Polonia tuvo significados muy distintos para unos y otros: los judíos vieron el final de las cámaras de gas y los polacos el inicio de otra dictadura.


“Este es uno de los asuntos más embrollados y trágicos de la historia contemporánea de Polonia. No fue un conflicto entre polacos y judíos, sino un conflicto entre polacos y comunistas, del que los judíos a menudo se convirtieron en víctimas” (p. 251). Cabe recordar que Michnik es un polaco con raíces judías y que el Holocausto devoró a casi toda su familia.


El espíritu de concordia


En los Acuerdos de la Mesa Redonda se sentaron víctimas y verdugos. Se llegó a un pacto que supuso la caída del gobierno prosoviético en Polonia con un saldo pequeño de víctimas, en comparación con otros procesos.


De hecho, cuando el país eslavo celebraba el inicio de su transición, en China se masacró a los protestantes de la Plaza de Tiananmen. Los logros en el caso polaco –la llamada 'cuadratura polaca del círculo'- se debieron a que la disidencia no pretendió tomar las altas esferas de poder, “Solidaridad buscó soluciones consensuadas, mientras que las autoridades comunistas no supieron proponer un modelo sensato de coexistencia” (p. 45).







La proclamación de la ley marcial fue la constatación de que a los comunistas no les quedaba otra respuesta que la fuerza bruta. A cambio, “Polonia evitó una intervención militar soviética que habría podido causar miles de víctimas y a consecuencia de la cual tal vez ninguno de los presentes estaríamos vivos” (p. 77).


Lo que ataca frontalmente Michnik es la actitud revanchista que se instaló en la joven democracia y las amenazas que hubo para utilizar los archivos de la policía secreta soviética para iniciar una caza de brujas. “El ojeador se rige por el resentimiento. Nadie que tenga un poco de autoestima participará en una batida. Quien siente respeto por su dignidad, defiende su posición en los debates y esgrime argumentos. Alguien así desprecia el acoso y el lodo de las calumnias (…) El resentimiento es la intoxicación del espíritu” (p. 152).


En busca del significado perdido: la nueva Europa del Este


Adam Michnik

El dedo índice de Donald Trump

Donald J. Trump, neoyorkino de 69 años, es la quintaesencia del ejecutivo estridente norteamericano. Personifica la imagen idealizada de los tiburones de los negocios que tiene el americano medio fuera de Manhattan. Interpreta el papel a la perfección y lo demostró en el reality show The Apprentice, en el que hizo a todo EE UU repetir ante la televisón “¡estás despedido!”, mientras guiñaba los ojos como un cowboy. Terminator en Wall Street, un personaje magistral para televisión.



El candidato republicano Donald Trump.


Tiene cinco hijos de tres esposas diferentes. El último nació en 2006. En su biografía oficial se define como “el arquetipo del hombre de negocios, un negociante sin igual”. Hijo de un empresario inmobiliario de Nueva York, se hizo con la empresa familiar en los años sesenta. En los setenta empezó a construir la marca Trump y en los ochenta ya era un icono del ejecutivo ególatra y sin escrúpulos de las películas. Todo lo que toca lleva su nombre. En Nueva York, existen la Trump Tower, los edificios Trump Parc, Trump Palace y Trump Plaza, Trump World Tower y Trump Park Avenue, según su web corporativa. Su cadena de hoteles, que incluye uno en Las Vegas, también se llama Trump y se define su estilo como “innegablemente Trump”.

Su fortuna vale 4.100 millones de dólares, según la clasificación de Forbes, lo que le sitúa en el puesto 405 de los hombres más ricos del mundo. Entró en esa lista en 1982. Por el camino se ha declarado en quiebra cuatro veces, en 1991, 1992, 2004 y 2009, siempre por exceso de endeudamiento para proyectos faraónicos. Trump reconoce abiertamente que utiliza las leyes de bancarrota como una herramienta de negocios: con ellas reestructura sus deudas y sigue creciendo. En parte puede hacerlo gracias a esa marca personal, el valor de que los proyectos se llamen Trump. Para una parte de EE UU, Trump queda como el hombre hecho a sí mismo, “realmente rico” como él mismo dice, que no necesita a la maquinaria de Washington y que sabe crear riqueza.

Lo que ha sucedido en estas dos semanas quizá empezó como un comentario improvisado. Pero el maestro de la atención mediática parece haber encontrado un filón. Lejos de retractarse, sigue insistiendo y contestando a sus críticos en Twitter, alimentando una espiral fuera de control. No es la primera vez que lo hace. En 2011, él solo llevó hasta sus últimas consecuencias la campaña para exigir a Obama que enseñara su partida de nacimiento para probar que era estadounidense. Consiguió hacer de una estupidez un tema ineludible para la derecha seria de EE UU y, cuando la Casa Blanca cedió y publicó el certificado para cerrar el asunto, se apuntó un tanto.

Esta vez el enemigo es otro. La comunidad latina se ha unido contra él como no se había visto a nivel nacional. El famoso poder latino, una idea difusa que lo expertos en marketing llevan dos décadas intentando descifrar, ha dado un golpe en la mesa. Los negocios de Trump sufrirán un poco. Pero la carrera de Donald Trump se define por su adicción a la publicidad. La rebelión latina en los medios al mismo tiempo lo está encumbrando. El día que Trump anunció su candidatura, las encuestas lo situaban en la novena opción de los 12 candidatos que había en ese momento. Hoy es el segundo en preferencia, por detrás de Jeb Bush.

Las encuestas a un año y medio de las elecciones, y con las primarias por medio, son perfectamente inútiles. No se puede sacar ninguna conclusión. Pero tienen consecuencias prácticas muy interesantes para Trump. El primer debate de candidatos republicanos lo organiza la cadena Fox el próximo 6 de agosto. Para entonces, se prevé que haya unos 16 contendientes y en el debate solo hay sitio para 10. El método para elegirlos es su posición en las encuestas. El día que dijo lo que dijo, Trump estaba prácticamente fuera del debate. Hoy, gracias a la campaña de boicot latino, está dentro y promete hacer bailar a todos los candidatos serios al son de sus chorradas. Los ha atrapado en una trampa envenenada. Si callan, le dan la razón. Si le critican, se enfrentan a una parte de su electorado. Solo el exgobernador de Texas, Rick Perry, se ha atrevido a decir que sus opiniones “no representan al Partido Republicano”. No es extraño que los demócratas como Becerra estén disfrutando y quieran que dure.
Sin embargo, si dura demasiado hay que tener en cuenta otra consecuencia de esta espiral. Trump va a seguir repitiendo el mensaje, muchos piensan como él, y si esto sigue unos días más puede acabar habiendo una legitimación del lenguaje racista extremo. Lo más peligroso es que se asiente como una opinión aceptada, que acabemos viendo debates entre partidarios de Trump y detractores. No es difícil de imaginar ese hipotético programa: ‘Esta noche debatimos: ¿son violadores los mexicanos o no? En el estudio nos acompañan…’.


En 2011, en un episodio de The Apprentice, Donald Trump sentó a tres hombres y una mujer para que hablen de la mayor derrota de la historia del programa que el magnate conducía en la cadena NBC: los cuatro habían sido incapaces de vender una sola pieza de un producto que en Estados Unidos sale como pan caliente —armas. Trump los dejó pelear con saña, interviniendo en ocasiones para salar las llagas. Al final, después de cuestionar el desempeño general, miró a los cuatro ejecutivos y los despidió. A todos.

Cuando se enfervoriza, los labios de Trump se contraen en una O tensa, como la boca de un pez desesperado por respirar, pero en aquella ocasión su desinterés fue monárquico. Sus manos nunca salieron del reposo en el regazo del esmoquin y la voz no subió un tono. Sobre los créditos del show, mientras los cuatro expulsados se exprimían para entrar en el asiento trasero de un taxi, la cámara mostró a un Trump taciturno: —La vida —dijo— continúa.

Donald Trump es un showman, un empresario inteligente y agresivo y también un inpresentable. Su candidatura es entretenimiento espectacular sostenido por frases provocadoras diseñadas para la primera plana de los periódicos. Su discurso revienta de anécdotas personales donde él siempre es bueno y gana y los demás son malos y pierden. De su boca salen diatribas como bombas mientras su cuerpo acompaña el espectáculo, apropiadamente, con movimientos teatrales. Trump no puede dejar quietos ni brazos ni manos cuando quiere marcar un punto. En The Apprentice despedía a los apestados con su gesto favorito, señalar con el dedo.

La expulsión del periodista Jorge Ramos de la conferencia de prensa en Dubuque, Iowa, no tuvo dedo. Como en la salida de los ejecutivos sin balas, Trump mantuvo los brazos quietos y envió a su asiento al conductor de noticieros con un par de rebuznos autoritarios. “Vuélvete a Univisión”, dijo con desdén. Y mientras un guardia pantagruélico arrastraba a Ramos afuera del salón, Trump se volvió al salón como si nada hubiera pasado y dio la palabra a alguien más. La vida continúa.

La eyección de Ramos, desechado como uno de los aprendices del show de TV, demuestra que Trump iza su dedo como estandarte para asuntos de Estado: China, la inoperancia del gobierno, los amaños de los políticos —y él. El día en que acusó a México de enviarle la peor gente, señaló a su tribuna para recordarle que esos tipos no eran gente de bien como ellos. Sus seguidores recuerdan su dedo determinante con camisetas estampadas Obama you are fired. Cuando deja de señalar recurrentemente a la audiencia, abre los brazos y apunta hacia sí mismo para recordarles que él es su héroe y sabe cómo hacer las cosas bien. El dedo de Trump dice tanto como su boca.

El hombre es el único animal capaz de apuntar con el dedo de forma natural y según el psicolingüista Sotaro Kita la acción encubre y descubre numerosos procesos biológicos, psicológicos y semióticos: la habilidad de hacer entender a otro algo estirando un dedo es un paso en la colectivización de nuestra conciencia individual pues nos unimos en la atención.

Pero si en la mayoría de los casos apuntar con el dedo es un acto societario, comunicativo y solidario, con Donald Trump el índice sirve de herramienta asertiva: un garrote que machaca cabezas. Trump ha enervado el discurso político y fortalecido exclusiones y xenofobia cada vez que abrió su boca de pez y de su dedo divino puso a colgar mentiras, exageraciones y promesas que jamás aclara ni argumenta pero sermonea como verdades reveladas.

En semiótica, el índice señala una relación lógica casi intuitiva: si ves humo, supones incendio. El humo de Trump remite a su propio fuego sagrado: Donald Trump habla en tercera persona de su tema preferido, Donald Trump. Sólo él sabe cómo hacer el país grande otra vez —Jeb Bush es torpe, Marco Rubio un niñato, Hillary Clinton una política pusilánime. Él es un millonario y un ganador, tan exitoso que barrerá a ISIS y someterá a los chinos. Él siempre tuvo mujeres inalcanzables; él hace reinas a las mujeres inalcanzables. En el extremo de la autorreferencia, una vez dijo que su hija estaba tan deliciosa que, si no fuera suya, saldría con ella. Cuando apunta hacia él, Trump se vanagloria de su máxima creación —él— para conseguir devotos.

Tooling Up: Civic visions, FabLabs, and grassroots activism



Making is political. What happens when city authorities get involved?


The personal, political aspects of community workshops may not always line up with city authorities’ visions of citizenship. Photograph: Adrian Smith

In February 2015, city authorities in São Paulo announced plans to open a network of 12 public FabLabs. Following in the wake of an earlier ‘telecentro’ initiative that opened up internet access and digital media to citizens, the FabLabs are meant to bring the tools of digital fabrication to the people, equipping them for a fuller role in what FabLab founder Neil Gershenfeld forsees as a revolution in the decentralisation and democratisation of production and consumption.


São Paulo’s authorities join a range of civic bodies casting an eye over the – potentially – empowering possibilities of FabLabs. Yet these initiatives raise many issues: who, exactly, is being empowered by access to tools? What kind of technological citizenship and forms of urban governances do they support, and why? To start unpicking these questions, it is instructive to look to Barcelona where a program to open an Ateneu de Fabricació Digital in every city district has been running for two years.

A brief history of digital fabrication workshops

FabLabs are part of a larger global movement of community-based digital fabrication workshops. These spaces also include hackspaces and makespaces, and are typically equipped with both contemporary versatile technologies - CAD, 3D printers, laser cutters, routers – as well as traditional machines and tools including lathes, drills, sewing machines, and welding equipment. Emerging from the free culture and autonomist movements, community workshops have moved into hardware hacking, using tools that allow their members to modify, personalize, and manufacture anything from toys and vehicles to wind turbines and home energy systems (FabLab Barcelona even made a prefab eco-house). Members share ideas, design, code and instructions online – what gets designed in one workshop can theoretically be made in any other in the world.

The growth in FabLabs might seem like an organic outgrowth of this people-led movement. Its roots, however, come from an outreach initiative of MIT’s Centre for Bits and Atoms, who had intended to gradually roll out FabLabs in a few countries. Technology carries unexpected consequences, and the model soon took on a life of its own as other groups decided that yes, they would quite like to set up their own fabrication labs independently of MIT. Right now, there are around 440 FabLabs across 33 countries.

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Barcelona and the Ateneus Project

And so to Barcelona, which opened its first FabLab at the Institute of Advanced Architecture Catalunya (IAAC) in 2006. Originally intended for relatively closed use – for students, prototyping, and architectural commissions – the lab garnered global attention for its pioneering vision of urban governance. More than simply making new widgits, IAAC founder, and now City Architect, Vicente Guallart envisioned maker-citizens using new tools such as 3D printers and open source designs as a means of taking an active, material role in city development.

This image of the technologically empowered civic citizen appealed, and FabLab Barcelona’s model went on to provide the template for the Ateneus program as part of the city leaders’ vision for transforming Barcelona into a smart, self-sufficient city. Supported by Barcelona’s civic leaders, each Ateneu receives public funds to run popular local events - family days and school visits; training courses and social innovation programs: everything necessary to equip citizens with the digital fabrication nous necessary to ‘materialise their ideas and create their worlds’ (according to the Ateneus slogan). By this vision, high-tech public infrastructure will make it easier for Barcelona’s citizens to lock into a global ‘maker’ network – uploading designs which folks, say, in Singapore, might use; or collaborating in prototyping with FabLabs in São Paulo, adapting ideas produced globally to fit their own local needs.

What does a citizen of this exciting new world look like? Technologically active, certainly, and willing to embrace digital fabrication tools, yes – but in a relatively trouble-free and depoliticised way? In adopting the term ‘Ateneu’ for their workshops, city authorities have evoked a Catalan tradition of social centres where people used to meet up, build bonds, and debate issues about the type of society they want - but which in this case civic leaders wish to associate with selectively.
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Opening up Ateneus

The first Ateneu opened in July 2013, in an abandoned silk ribbon factory in the Les Corts district. A further 20 workshops are planned to some degree for later down the line. In speaking to me, the Ateneus network director stressed how embryonic and exploratory the programme is. A community workshop for digital fabrication is a strange concept for public administrators to get their heads around. Councils traditionally produce conventional public services for people to receive and consume; conversely, Ateneus offer a space where citizens do the producing. Simply convincing city bureaucracies to experiment with this concept is already an achievement.


Whilst setting-up is also relatively straightforward - installing machinery, running courses – the real challenge comes in weaving the workshops into the everyday fabric of the local community. It takes time to build familiarity, confidence and commitment amongst neighbours, and considerable resources and patience on the part of the city authorities before the possibilities loaded onto Ateneus can be realised.


The experiences around the Ateneu in Ciutat Meridiana highlight these tensions. Ciutat Meridiana is the poorest neighbourhood in Barcelona – unemployment exceeds 20 percent, and family incomes are one third of city averages. The neighbourhood association is constantly in battle with the council over changes to social services, and resisting evictions from mortgage lenders.


So what, exactly, does a high-tech, MIT-inspired workshop, with no immediate role in alleviating the daily crisis of people’s lives, have to offer the neighbourhood? Very little, it would seem – at least initially. The people of Ciutat Meridiana needed food, not 3D printers, and the project didn’t help itself by siting the workshop in a building that neighbours were already using as a food bank. (The Mayor’s support for Ateneus also counted for little in a neighbourhood that felt ambivalently towards him). Rather than embracing the project, locals were alienated and occupied the Ateneu in protest. Negotiations ensued, eventually leading to two conditions of agreement – the food bank was re-established, albeit elsewhere in the neighbourhood; and the Ateneu would emphasise training and work for young people.

Ciutat Meridiana shines a light on the tension between what citizens wanted from their city now, and what city-leaders envisage for future citizens. Even if local stakeholders are engaged beforehand, as happened with the first Ateneu in Les Corts, opening up a workshop is the easiest part of the project. Embedding the facility into community life is more challenging by far.

Making other forms of citizenship

Whilst the Ateneu program is being rolled out, other self-organised and spontaneous workshops are also flourishing across the city. Over in Ciutat Vella, the Maker Convent offers open and informal training programmes for their machinery. Vailets Hacklab run courses for kids in a variety of locations, and now including the Ateneus. Similarly, the Fab Café, run by the Makers of Barcelona and other groups, offer workshop space, education, and tools for anyone walking in off the streets. The ethos of these spaces borrows heavily from a Silicon Valley-esque, Kick-started, ‘can do’ form of urban entrepreneurship, in which people happily share enthusiasm for digital fabrication and explore new forms of collaboration together. Whether citizens suffering precarious employment and other economic hardships wish to embrace this form of citizenship is perhaps a moot point.

Despite the public imaginary of hackspaces as user-led spaces, neither the Ateneus nor these other makerspaces are particularly grassroots phenomena. One test for whether the Barcelona civic vision of digital fabrication workshops can co-exist with grassroots activities will come with Can Batlló, a massive disused textile mill proposed as a potential site for an Ateneus workshop. Can Batlló is in the Sants district of Barcelona, and working-class Sants has a long tradition of political and community organisation - including many squats and social centres - and a history of their own autonomist and co-operative activities.
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In response to the economic crisis, Sants activists have already occupied and renovated Block 11 of Can Batlló. The building has been converted into an autonomous, self-organised community centre and co-operative working space, housing a library, carpentry workshop, bar, urban gardening space; and the Sants activists have aspirations to seed local, co-operative economic activity for the neighbourhood through the centre.

If activists are already involved in this type of community building, does a project like Ateneus offer anything more than a shiny technological patina to the process? Or could an Ateneu provide useful tools that unlock wider possibilities, and plug the district into a global community of design activists experimenting in digital fabrication for DIY urbanism and commons-based economic development? The association of Ateneus with Mayor Trias’s smart city vision has been considered by critics to be the latest in a series of city makeovers, prioritising international capital markets and speculative investments in the city over the real needs and aspirations of its residents. According to Ivan Miró, an activist from the Ciutat Invisible co-operative, the smart city is merely a different brand of the same neo-liberal model of urban regeneration, whose democratic and local economic credentials are deeply suspect. In Barcelona, the council’s (sometimes violent) evictions of long-established squatted social centres have deepened suspicions of the smart city plan, and heightened antagonism with the city’s grassroots activists.

Making is political


The Ateneus programme, with city-leaders’ notions of an orderly cultivation of technological citizenship, has unintentionally uncovered very different forms of citizenship in action, and the role that tools play in them. Ateneus are trying to establish themselves in a context where people feel the strain of economic crisis, and increasingly question whose interests are truly being served by future visions of their city.

Many in the wider ‘maker’ movement can be reluctant to engage in politics overtly, as to do so would appear to constrain the notion of giving tools to people in a way which offers them unconstrained agency around their purposes, deployment and use. Yet, as I have explored in my work on community workshops in London in the 1980s, these types of ‘making’ spaces are always opened in very specific social, political and economic contexts. Such contexts already influence the relative ease and kinds of support available for putting tools to particular purposes. If communities are truly to be liberated to debate, use, and resist tools in a way that they see as appropriate (rather than those encapsulated in elite visions), one must engage with the politics of these contexts. This is something that earlier advocates of providing tools for the people have made very clear – think of William Morris and his argument for socialism, or Murray Bookchin on post-scarcity anarchism.

Deployed sensitively, the Ateneus programme could provide important spaces for exploring technology, citizenship, and urban governance in very practical ways, supporting diverse forms of neighbourhood-led development. The programme is still young, and patience is required. The longer-term promise of Ateneus rests with it becoming a community resource owned by the neighbourhoods in which it sits, rather than tied up with the patronage of local politicians. São Paulo, and wherever else public authorities become involved in community workshops, including here in the UK, should take note: bringing tools to people requires skilful community development as well as skills in digital fabrication. A controlled opening up of urban governance and experiments in cultivating particular forms of citizenship is not an easy task.

Max Weber y la vocación política

 
La política consiste en una dura y prolongada penetración a través de tenaces resistencias, para la que se requiere, al mismo tiempo, pasión y mesura. Es completamente cierto, y así lo prueba la Historia, que en este mundo no se consigue nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez.


Pero para ser capaz de hacer esto no sólo hay que ser un caudillo, sino también un héroe en el sentido más sencillo de la palabra. Incluso aquellos que no son ni lo uno ni lo otro han de armarse desde ahora de esa fortaleza de ánimo que permite soportar la destrucción de todas las esperanzas, si no quieren resultar incapaces de realizar incluso lo que hoy es posible.



Sólo quien está seguro de no quebrarse cuando, desde su punto de vista, el mundo se muestra demasiado estúpido o demasiado abyecto para lo que él le ofrece; sólo quien frente a todo esto es capaz de responder con un “sin embargo”; sólo un hombre de esta forma construido tiene “vocación” para la política.




Max Weber:

Modelo de negocio del Cirque du Soleil




Los océanos azules, a diferencia de los ocenos rojos llenos de sangre competitiva, lo constituyen las empresas que crean espacios sin competencia en el mercado, captando y creando nuevos clientes, como los apasionados seguidores del Cirque du Soleil. La clave del éxito, según los autores, se basa en la innovación en el valor, es decir, crear valor al cliente al mismo tiempo que reducir los costos.







Su creador, Guy Laliberte tocaba el acordeón, caminaba en zancos y tragaba fuego; ahora es CEO de una de las exportaciones culturales

más grandes de Canadá: Cirque du Soleil. Fundado en 1984 por un grupo de artistas callejeros.

Cirque monto decenas de producciones que han sido vistas por unos 40 millones de personas en 90 ciudades alrededor del mundo.

En 20 años, Cirque ha alcanzado ingresos que a Ringling Bros. and Barnum & Bailey, el principal circo del mundo, le tomó más de un siglo alcanzar.

El rápido crecimiento de Cirque se produjo en un escenario improbable.

El negocio del circo estaba (y todavía está) en larga decadencia. Formas alternativas de entretenimiento, como eventos deportivos, TV y juegos de video, le estaban haciendo una sombra cada vez mayor. Los niños, principal sostén de la audiencia de un circo, preferían

los PlayStation a los actos circenses. También había un sentimiento creciente, impulsado por los grupos de derechos de los animales, contra el uso de éstos, tradicionalmente parte integral del circo. Por el lado de la oferta, los artistas estelares de los que Ringling y los otros circos dependían para atraer multitudes, muchas veces, podían fijar sus propios términos. Como resultado, el sector fue golpeado por audiencias en constante reducción y costos crecientes. Más aún, cualquier nuevo participante en este negocio estaría compitiendo contra un rival formidable que había fijado el estándar del sector durante gran parte del siglo pasado.

¿Cómo logro Cirque aumentar rentablemente sus ventas 22 veces durante los últimos diez años en un entorno tan poco atractivo?

El lema de una de las primeras producciones de Cirque es revelador: “Reinventamos el circo”. Cirque no obtuvo sus ganancias compitiendo dentro de los confines del sector existente o robándoles clientes a Ringling y a los otros. En lugar de eso, creó un espacio

de mercado no disputado que hizo irrelevante la competencia. Atrajo a un nuevo grupo de clientes que tradicionalmente no eran clientes del sector: adultos y clientes corporativos que se habían volcado al teatro, la ópera el ballet y que, por ende, estaban dispuestos a pagar varias

veces más que el precio de un boleto de circo convencional a cambio de una experiencia de entretenimiento sin precedentes

Dos años después de su fundación, estrenaron su primer espectáculo llamado "La Magie continue" (La Magia continúa), con el que hicieron una gira por Ontario y Vancouver, y en 1987 se trasladan a California, el éxito alcanzado ahí los alienta a hacer una gira por los Estados Unidos y tres años después se presentan en diversos escenarios a europeos.





http://www.youtube.com/watch?v=y8YjtozRX1o

Piquete y cacerola la lucha es una sola

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Hoy muchos señalan que la consigna del 2001, “Piquete y cacerola, la lucha es una sola” fue solo producto de la rima oportuna y no de una realidad detrás de la consigna.

Creo que en el 2001 convergían tres grupos. los que se sintieron engañados por el establishment, mediante la fantasía que encarnó la convertibilidad, fantasía que les hizo creer que un peso era igual a un dólar y que habían ahorrado dólares, con un segundo grupo que sufrío la convertibilidad casi desde el principio, con deterioro de su calidad de vida y caida en en la pobreza e indigencia, y un tercer grupo que ni ahorró "dólares" ni fue a la pobreza, pero la experiencia de la alianza los empujó ahí a un estado crítico que no habían experiementado en los 90.

La consigna “Piquete y cacerola, la lucha es una sola” traduce algo muy interesante, y es que cuando aún con retardo las clases medias entienden e identifican aquello que no es bueno para ellas , luego de haber estado adormecidas por mucho tiempo por los viajes a Miami y las Play stations baratas, ese momento el del "darse cuenta" resulta tan doloroso que rapidamente es relegado a espacios de la memoria no disponibles en la mayoría de los momentos y eso hace que la experiencia de Martinez de Hoz puede reencarnar en Cavallo, o en Prat Gay,  y que experiencias políticas que han fracasado en el pasado, como la de juntarse todos contra alguien, puedan ser base para llegar al gobierno.

Oscar Aguad, el ministro de Macri y los 60 millones de dólares del robo del siglo que prescribió





La prescripción de la cau­sa judicial penal contra el ex interventor federal de la Mu­nicipalidad de Corrientes, Oscar Aguad, designado ministro de Macri, continúa generando ola.

El denunciante relató cómo el dinero salió del banco en camiones, luego fue a un avión y terminó en córdoba “para financiar la campaña de la UCR”.


La Re­vista Veintitrés entrevistó al denunciante del caso, Rodol­fo Amílcar Paladini; el medio reveló detalles a través del testimonio del querellante sobre el movimiento de los 60 millones de dólares que Aguad había tomado en el año 2000 y nada se supo después de ese dinero.



Es probable que nunca se sepa, porque a fines del mayo pa­sado la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) dictó la prescripción de la causa a trece años de ini­ciarse. “El fallo de la Corte respecto de la causa Aguad me pareció una cachetada a la gente seria de la República Argentina.


A todos aquellos que procuramos un país se­rio, un país con el respeto a la ley, al Estado de derecho. Además fue abrir un portón a todos aquellos funciona­rios públicos que se enrique­cen estando en la función pública, luego sin rendir cuentas se van y después la Justicia no los persigue”, re­flexionó Paladini.


Pocas semanas después del dictamen de la Corte Su­prema, el flamante Frente Amplio (FAU) que intenta disputar la presidencia en 2015, una alianza en­cabeza por el radicalismo firmó la creación de una Conadep, una comisión que tras la partida del kir­chnerismo del poder en diciembre el año que vie­ne, de producirse, investi­gue todos los hechos ilícitos cometidos en doce años de administración del Frente para Victoria (FpV), símil a la Conadep que investigó delitos de lesa humanidad a inicios de los ‘80 pos dicta­dura.


Lo curioso es que entre todos los referentes de dicha alianza que firmaron la idea: Elisa Carrió, Julio Cobos, Hermes Binner y Fernando Solanas, está Oscar Aguad.


“De Corrientes se llevó 60 millones de dólares, en bi­lletes americanos, en tres camiones de caudales. Los sacó de la sucursal del Banco Nación de Corrientes.


Fue en el 2000 y llevaron el dinero a Córdoba en un avión, para pagar la campaña de la UCR y engrosar los bolsillos de Aguad, Ramón Mestre, padre del actual intendente Ramón Mestre, y Ramón Darwich, asesor del Intendente”.


Un intercambio de favores, según Ferreyra


Cuando se conoció el fallo de la Suprema Corte, la diputada nacional del FpV de Co­rrientes, Araceli Ferreyra, dijo que se trató de “un intercambio de favores”.

La opinión la sostuvo en base a que Oscar Aguad es miembro del Consejo de la Magistratura, donde se debate y se aprueba el presupuesto para la Corte nacional. De hecho, compartió un plenario de magistrados ante el ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak, también a fines de mayo pasado, en medio de las que­jas por su absolución judicial.

Macri plantó dos veces a Moyano y le fija límites a la negociación

Por Emilia Delfino |





Aliado de doble filo. Moyano aportó fiscales para la elección y jugó a favor de Macri. Esperaba participar del armado del Ministerio de Transporte, pero se quedó afuera de la partida. | Foto: Cedoc


El primer encuentro iba a ser el martes. El día marcaba el peso de los interlocutores. Tan sólo dos días después de ganar la Presidencia, Mauricio Macri iba a recibir a Hugo Moyano. Pero la reunión fue re-agendada para el jueves, para la hora del almuerzo. Llegó el jueves y el secretario general de Camioneros recibió el mensaje menos esperado. Macri no podía recibirlo. El aliado le marcaba la cancha. Moyano vio revivir sus peores horas con el kirchnerismo. Ahora, busca que Macri lo reciba la semana que viene, pero los ánimos no son los mismos. Macri ya tiene pareja para el baile y Moyano no es su celestino.

Durante meses, el sindicalista puso todas sus fichas en el triunfo de Macri. No jugó abiertamente, como en otras elecciones, pero se dedicó a tejer acuerdos por debajo de la mesa. La llegada del joven Jorge Triaca a la cartera de Trabajo es un trago sin sabor para Moyano. Las expectativas del sindicalista no giraban en torno al Ministerio de Trabajo, que en medio de un proceso de devaluación de los salarios se convirtirá en una “silla eléctrica”. Su objetivo estaba puesto en el Ministerio de Transporte. “Es lo único que pidió”, confió uno de sus colaboradores más estrechos. El plan de transporte que Moyano quería imponer está diseñado hace meses y prolijamente ordenado en una carpeta con cientos de folios. Durante meses, uno de sus asesores externos, el abogado Guillermo López del Punta –ex secretario de Transporte de Eduardo Duhalde en 2002 y asesor de gremios y empresas internacionales–mantuvo reuniones con casi todos los sindicatos del transporte y las cámaras empresarias. El técnico diseñó el plan y lo charló con Guillermo Dietrich, el hombre de Macri en el área.

Néstor Kirchner no les dio un ministro de Transporte, pero le cedió a los gremios el manejo de las subsecretarías de transporte de cargas, pasajeros, marítimo y aerocomercial. Es lo mínimo a lo que Moyano aspiraba esta vez. Juan Carlos Schmidt, secretario general de la Central Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y uno de sus principales aliados, suele ser un hombre conciliador, pero ayer sus palabras demostraron el nivel de tensión entre Moyano y el macrismo. El sindicalista admitió a PERFIL que no habían sido consultados sobre sus sugerencias en el armado del Gabinete y dejó en claro que cuando los sindicatos no participan en la toma de decisiones políticas, sueltan la mano. “Es la decisión de un gobierno electo, que deberá hacerse cargo de sus errores”, aseguró.

Moyano sabía que no iba a lograr desplazar a Dietrich como ministro, pero esperaba tener poder de decisión en la política de transporte a través de puestos técnicos, como la Secretaría de Transporte, que depende del ministro, pero tiene autonomía. Y esperaba que Transporte no compartiera cartel con otras carteras, como lo hará ahora con Infraestructura, ni que dependiera del beneplácito de un equipo económico. Horas después de que Macri confirmara a Dietrich en Transporte, Camioneros anunció que reclamará un bono de fin de año de $ 8 mil. El sector no está pasando su mejor momento económico, aseguran tanto del lado empresario como sindical. Pero el gremio no esperó para mostrar los dientes. Eso fue antes del desplante del jueves.

Las expectativas se desinflaron en el moyanismo, que ahora espera poder negociar las segundas y terceras líneas de Transporte. “Cada uno cumplirá el rol que le corresponde”, dijo Schmidt a PERFIL y aseguró que la semana próxima llevarán al presidente electo una lista de reclamos que van desde el impuesto a las ganancias, la situación de las obras sociales –otro puesto político clave para los gremios es la Superintendencia de Salud–, el 82% móvil para los jubilados, y el factor que más puede recalentar la relación con los gremios y el próximo gobierno: ya quieren hablar de las políticas de inflación y las paritarias. Saben que es la carta más fuerte frente a un escenario económico incierto.

Pignanelli:“No tengo nada contra Macri, estoy contra sus ideas, en Capital no radicó ninguna industria, está lleno de talleres clandestinos"


"La industria está complicada porque están jugando a la política"


El secretario General del Sindicato de Mecánicos (Smata), Ricardo Pignanelli, por Ana Vainman.



El secretario General del Sindicato de Mecánicos (Smata), Ricardo Pignanelli, fue entrevistado por Ana Vainman  donde se refirió al papel que jugarán los gremios en el balotaje presidencial.

“La CGT decidió el apoyo unánime al compañero Daniel Scioli. Estuvo en una reunión del concejo directo e hizo importantes sobre algunas materias pendientes, como el 82% móvil jubilatorio, la eliminación del IVA para los jubilados y los planes subsidiados, y el nuevo tope del impuesto a las ganancias, que subió a 30000 pesos neto”, destacó y agregó que “el aguinaldo de fin de año no va a entrar en los impuestos y además el sistema se va a modificar 2 veces al año”.

A su vez, afirmó que desde la asunción de Néstor Kirchner en 2003, “en estos 12 años pudimos discutir paritarias e hicimos crecer el salario. Las categorías altas y los compañeros que hacían horas extras estaban sufriendo descuentos que no les permitían cumplir con el sueño de la casa o el auto. Y esto es un avance muy grande, es positivo”.




“Lo importante es que los argentinos no perdamos el eje de lo que significaría cambiar el modelo si gana Macri. Uno por ahí se puede olvidar de la década del 90, pero no se puede olvidar de cómo arrancó la campaña y lo que los economistas de Macri decían que iban a hacer con el país”, afirmó Pignanelli.

“Una hiperinflación por una devaluación nos pulveriza el salario. Perdemos todo lo que pudimos recuperar en estos 12 años y empezamos de nuevo con la desocupación”, agregó el gremialista y sostuvo que “al no tener convertido un modelo en una política de Estado, nos creemos que lo que tenemos es el piso de lo que vamos a tener”.
"No se puede olvidar de cómo Macri arrancó la campaña y lo que sus economistas decían que iban a hacer con el país”

“Y no es así. Porque si no se convierte el modelo en una política de estado, te cambian el gobierno y las reglas, y empieza todo de nuevo”, afirmó.

En este sentido, criticó que “la industria está complicada porque está jugando a la política” y destacó que “la industrialización debe ser una política de estado, porque la política de estado es inamovible”.

Finalmente, Pignanelli analizó los resultados de las elecciones presidenciales, que dieron por resultado un balotaje entre Scioli y Macri: “Todos sabemos que hay materias pendientes. Es humano aspirar a tener más cosas. Los argentinos no tomaron la elección como algo fundamental porque eran elecciones de distritos y gobernaciones. Por eso creo que ahora va a ser distinto”.

“No tengo nada contra Macri. Estoy contra sus ideas y la forma de ejercer la política. En Capital no radicó ninguna industria. Está lleno de talleres clandestinos. En la década de 90, Sevel (Sociedad Europea de Vehículos para Latinoamérica) cerró y no fue Franco Macri, fue Mauricio porque se peleaban por la industrialización o por los servicios. Y Mauricio se volcó a lo último porque siempre dan más rentabilidad que la tarea industrial”, concluyó.

Moyano levanta la guardia ante el gabinete macrista


Por Diego Schurman


Moyano levanta la guardia

Hugo Moyano fue tajante. "No vamos a dejar que pongan de ministro a un representante de la UIA" -elevó la voz ante sus compañeros de la CGT.

En el encuentro no estaba Mauricio Macri pero el mensaje de reprobación llegó rápidamente a los oídos del presidente electo.
Si Jorge Lawson asumía la cartera de Trabajo, el nuevo gobierno iba a debutar a las patadas con el sindicalismo.

El congelamiento de su designación dejó un vacío indisimulable. Fue el único ministerio que Marcos Peña no pudo anunciar el último miércoles. El jefe de gabinete electo evitó enredarse en explicaciones.

Lawson fue ministro de Industria y ahora es de Comunicación y Desarrollo Estratégico. Siempre en Córdoba. Siempre con José Manuel De la Sota Los gremios lo objetaron por su inflexibilidad. Lo conocen de sus tiempos en la actividad privada como representante del grupo Arcor.

Aquel Macri que prometió actuar sin concesiones terminó cediendo antes de llegar a la Casa Rosada. Pero no fue un triunfo pleno de Moyano. El jefe cegetista fracasó en su intento de imponer a Ezequiel Sabor. Le dijeron que el subsecretario de Trabajo porteño tenía asignado otro destino.

Se entusiasmó luego con Diego Santilli, clave en la negociación de los contratos de la basura. Pero le informaron que el senador había renunciado a su banca con el único objetivo de asumir la vicejefatura de gobierno porteño.

Cuando los portales informaron que Jorge Triaca sería finalmente el ministro de Trabajo muchos creyeron haber visto allí un triunfo de la CGT, o al menos de los "gordos", como se denomina a los secretarios generales de las grandes corporaciones gremiales.
-Nuestro no es -se desmarcó Moyano, aunque raudo salió a negociar un lugar para uno de sus hijos en el staff oficial.

Triaca no es un apellido ligado a la estoica lucha obrera. El padre del flamante ministro fue el primer sindicalista en ser aceptado en el exclusivo Jockey Club, y como jefe de la cartera laboral durante la gestión menemista se ocupó de neutralizar las primeras reacciones obreras frente a la ola privatizadora.

En aquellos años el dirigente de los obreros plásticos dio el puntapié inicial para la enajenación de la acería Somisa, nada extraño para quien desde la jefatura de la CGT-Azopardo se mostró como la contracara de la combativa CGT-Brasil de Saúl Ubaldini en lo oscuros años de la dictadura militar.

Su hijo exhibe otro perfil, acaso más transparente. No es un defensor de la clase trabajadora, como solía autocalificarse su padre, sino un economista liberal y consultor internacional que trabaja para la Fundación Pensar y que ya tuvo la experiencia de ser legislador por el PRO apadrinado por Gabriela Michetti.

Las distintas corrientes cegetistas se solazan con el joven ministro, de apenas 41 años, porque entienden que no avanzará en una reforma de la Ley de Asociaciones Sindicales, la norma que fija el sistema de representación gremial. Dicho en otras palabras, por su historia e idiosincrasia, no ven a Triaca beneficiando a la competidora directa de la CGT, que es la CTA.

En cambio, cavilan respecto a la actitud que tomará frente a la papa caliente del ajuste, un amenaza latente que podría activar el calendario de protestas a lo largo de próximo año y aún antes, si es que el nuevo gobierno no se avienen a pagar el aguinaldo de los estatales en diciembre.

Moyano testeó hace un par de meses a Triaca, cuando ya era un potencial ministro, durante una comida celebrada en la sede del gremio de los municipales. Fue parte del coqueteo del presidente de Independiente con el macrismo, que nunca se transformó en un apoyo explícito al todavía jefe de gobierno porteño.

En el entorno del camionero aún se reprochan no haber dado un pasito más, lo que, creen, le hubiera permitido negociar cargos y políticas desde una posición de mayor fuerza. Aquella foto junto a Macri, durante el descubrimiento de un monumento a Perón, evidentemente no fue suficiente.

Tampoco alcanzó la jugadísima postura sindical a favor de una devaluación, como parte de un sinceramiento de la economía. Fue una declaración a tono con el discurso macrista pero Moyano no quiso quedar tan pegado a pocos días del balotaje y entonces aclaró que esa era una postura histórica y no de ocasión.

Para los incrédulos, echó mano a un reportaje publicado el 17 de enero de 2000, que le hizo el autor de esta nota en el diario Página/12. "La solución es salir de la convertibilidad", fue el título-bomba que regaló el jefe de la CGT, seguro de que la ruptura de la paridad cambiara mejoraría la competitividad.

"En aquel momento -recordó la semana pasada Moyano, en una entrevista que Luis Novaresio le hizo en radio La Red- pasaban cosas que están pasando ahora. Nosotros no podíamos competir con las empresas internacionales, ni brasileñas ni chilenas ni ninguna. Acá nadie quiera hablar de la devaluación, nadie quiere hablar de nada. Y eso es peligroso porque nadie asume la realidad que vive nuestra economía. No es necesario ser técnico. Es la realidad".

Puertas adentro hubo reproches en la CGT por la magra cosecha, ya que haber comulgado con los economistas de Macri no redundó en lugares concretos para el sindicalismo en el organigrama del gobierno electo.

De hecho, no festejaron demasiado que a Geronimo Venegas le prometieran la devolución del Renatea porque el sindicalista ya militaba desde hace tiempo en Cambiemos. Además, ese registro, que maneja onerosos fondos para combatir el trabajo en negro, terminó volviendo a manos de la UATRE por obra y gracia de la justicia y no del macrismo.

Eso sí, los hombres de la central obrera aspiraban al menos colar alguna ficha en Transporte, el ministerio que quedó en manos de Guillermo Dietrich. Pero hicieron agua.

El perfil liberal del gabinete macrista, donde proliferan CEO de multinacionales y cadenas privadas, le genera a Moyano la misma aprensión que la ascendente Patricia Bullrich, designada en Seguridad.

Quince años después, muchos rememoran aquel cruce antológico que mantuvieron en el programa de Mariano Grondona, cuando "La Piba" lo acusó de "chorro" y "protegido de la dictadura" y el camionero le reprochó que "de joven ponía bombas, que estuvo con la izquierda y después con Menem" , además de aplicar "la flexibilización laboral" como funcionaria de la Alianza.

A los ojos del titular de la CGT, los antecedentes no dejan otra opción que mantener la guardia en alto, no sea cosa que algún movimiento del nuevo gobierno lo sorprenda.

Aranguren criticó lo subsidios a la energía y admitió que habrá aumentos de tarifas

El ex CEO de Shell y futuro ministro de Energía de Macri sostuvo que en un país federal como la Argentina "no puede haber las distorsiones de tarifas que existen",



El designado ministro de Energía, Juan José Aranguren, advirtió hoy que los subsidios constituyen "un crimen en un país que importa el 15% de su energía", y prometió hacer frente a las "distorsiones tarifarias" que existen en el servicio.


Además, consideró que el sector debe "salir de la esquizofrenia que ha vivido en los últimos años", y alertó que los subsidios constituyen "un crimen en un país que importa el 15% de su energía".

"Necesitamos, como en otros sectores de la actividad económica, recuperar la racionalidad. Tenemos que salir de la esquizofrenia que hemos vivido en el sector energético en los últimos años", señaló el ex CEO de Shell en declaraciones a radio Mitre.

Aranguren, que dijo que aceptó la propuesta de Macri porque "es el momento de poner el hombro para el beneficio de las próximas generaciones", sostuvo que el principal problema son los subsidios a la energía en un país que importa el 15 por ciento de lo que necesita.

"El principal problema que veo para adelante es que un país rico como el nuestro, con recurso no solamente no renovables sino renovables, esté importando el 15 por ciento de la energía que necesita. Esto es un crimen. Solamente en los países que son exportadores se subsidia la energía. Nuestro caso es el único que es importador y subsidia la energía", sostuvo.

Además, explicó que en un país federal como la Argentina, "no puede haber las distorsiones de tarifas que existen", y ejemplificó con que "en la ciudad de Buenos Aires se paga siete veces menos que en provincias como Río Negro, La Pampa o Córdoba".

Aranguren advirtió también que los cortes en el servicio eléctrico dependerán de "factores externos", en referencia al clima, porque "las inversiones para mejorar la distribución no se han hecho, y no se pueden hacer en días a partir del 10 de diciembre".

De todas maneras, aseguró que van "a iniciar un camino" para mejorar el servicio eléctrico y para despertar "la atención del inversor para explotar los recursos que el país tiene" en cuanto a la producción de gas.

Por último, ratificó que la empresa YPF "continuará con la configuración accionaria actual", en la que el Estado nacional, junto con las provincias, posee el 51 por ciento, y dijo que proyectos como el de Vaca Muerta "continuarán" porque "son muy significativos".

Adorno 3.0

Leía ayer a Adorno:

"El paso del teléfono a la radio ha separado claramente a las partes. El teléfono, liberal, dejaba aun al oyente la parte de sujeto. La radio, democrática, vuelve a todos por igual escuchas, para remitirlos autori-tariamente a los programas por completo iguales de las diversas estaciones. No se ha desarrollado ningún sistema de respuesta y las transmisiones privadas son mantenidas en la clandestinidad. Estas se limitan al mundo excéntrico de los “aficionados”, que por añadidura están aun organizados desde arriba. Pero todo resto de espontaneidad del público en el ámbito de la radio oficial es rodeado y absorbido, en una selección de tipo especialista, por cazadores de talento, competencias ante el micrófono y manifestacio-nes domesticadas de todo género. Los talentos pertenecen a la industria incluso antes de que ésta los presente: de otro modo no se adaptarían con tanta rapidez".

¿El espíritu 3.0 para Adorno, podría quebrar la logica de la ilustración, en los términos en los que el analiza la industria cultural?

La elección del ministro de Trabajo incluyó una discusión con Sergio Massa y provocó el malestar de Hugo Moyano

Por: Ricardo Ríos
La designación de Jorge Triaca en la cartera laboral le generó algunos dolores de cabeza al presidente electo

Luis Barrionuevo y Hugo Moyano querían otros nombres en el Ministerio de Trabajo

En estos días de transición, Mauricio Macri, tuvo la velocidad de un Fórmula 1 para elegir a los ocupantes de los ministerios que tendrán la responsabilidad de las políticas económicas de su gestión. Pero en simultáneo se mostró como un auto de calle con serios problemas de motor para definir quién será su ministro de Trabajo.

Finalmente ayer, tras largos cabildeos, la elección del presidente electo recayó en la figura de Jorge Triaca. Se trata de una designación que cierra la saga de desprolijidades y supuestos malos entendidos que precedió a este anuncio, incluida una discusión telefónica bien subida de tono entre Macri y Sergio Massa.

Pero no quedó en eso: la decisión de encomendar al actual diputado del PRO el manejo de las relaciones laborales, no parece encajar con las pretensiones que tenía en mente para ese cargo el camionero Hugo Moyano, que ya se mostró contrariado durante todo el proceso de negociaciones que demandó el Ministerio de Trabajo.

Jorge Triaca es el nuevo ministro de Trabajo del gobierno de Mauricio Macri

Tampoco es del gusto del jefe de la CGT opositora el nombramiento de Guillermo Dietrich, en el ahora exclusivo Ministerio de Transporte. A Moyano, que tenía candidato propio a viceministro (el duhaldista Guillermo López del Punta), le molesta sobremanera que Dietrich, procedente del gobierno porteño, tenga buena sintonía con el taxista Omar Viviani, a quien el camionero no quiere ni ver en figurita.La relación entre el presidente electo y Hugo Moyano no arrancó de la mejor manera

"¿Por qué habrían de pedirle a Moyano que bendiga a tal o cual, cuando el Pro ganó la elección sin la ayuda de ningún sindicalista, excepto la del Momo Venegas?", apuntó a Infobae un dirigente moyanista, buscando minimizar el alcance del acuerdo entre Macri y su jefe para ir juntos a la par, aún sin necesidad de hacerlo explícito. Ese vocero no supo decir si es cierto que Moyano está furioso porque Macri sigue sin recibirlo.

Lo cierto es que no arrancó de la mejor manera la relación entre el presidente electo y el sindicalista que le garantizaba la necesaria paz social para gobernar, a cambio de "injerencia" –es literal–, en el casting de funcionarios para algunas áreas puntuales.
Ezequiel Sabor era el preferido de Hugo Moyano para la cartera laboral


Al momento del armado de su gabinete, Macri eligió para Trabajo a Jorge Lawson, actual secretario de Comunicaciones del gobierno cordobés y vinculado a holdings empresarios. Arrimó su nombre Francisco "Pancho" Cabrera, futuro ministro de Producción, que se encarga de trazar el "perfil técnico" de los potenciales candidatos a sumarse al Gobierno.

Hasta la noche del martes, Lawson era número puesto. Tanto que éste ya buscaba departamento para instalarse en Capital. Pero empezaron a llover cuestionamientos. El primero en saltar fue el gobernador José Manuel de la Sota, informado de la novedad por Luis Barrionuevo, su operador sindical. El cordobés, a su vez, dio cuenta de lo que le pasaba a Massa. Entonces éste llamó a Macri para recriminarle duramente que quisiera incorporar, sin consulta previa, a hombres del Frente Renovador, la fuerza que lidera.

"Te vamos a ayudar, pero eso no significa que podés sacarnos gente", dicen que dijo Massa de mal modo a Macri. De la Sota salió a hacer declaraciones y sostuvo, en perfecta sintonía con su aliado de Tigre, que a él no lo ataba ningún compromiso con el presidente electo como para proveerlo de funcionarios.

Por si fuera poco, empezando por Moyano, los gremios en general no podían creer que Macri ungiera a un ministro de Trabajo sin antecedente alguno en la materia. Para peor, con el agregado de que Lawson proviene del grupo Arcor. Sonaba como una afrenta. El cuadro de situación convenció a Macri de recurrir a un plan B, que se llamó a Triaca.

Moyano auspiciaba la nominación de Ezequiel Sabor, el subsecretario de Trabajo del gobierno de la Ciudad. Sabor conoce el tema sindical a fondo y tiene excelente llegada con la dirigencia. El camionero abogó por él en una breve charla por celular con Macri: "Te estamos pidiendo por un tipo que es tuyo Mauricio...", dijo el sindicalista, sin lograr convencer al jefe de Cambiemos.

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Algunos medios dieron como hecho el pase de Sabor a la cartera laboral del gobierno bonaerense de Vidal. Pero hasta anoche no había nada confirmado. También circuló que Horacio Rodríguez Larreta, a quien prácticamente desvalijaron de funcionarios en la Ciudad, querría retenerlo en Trabajo, cuya dependencia sería elevada a la categoría de secretaría. Otro destino posible para Sabor podría ser la Superintendencia de Servicios de Salud, el ente que administra a las obras sociales sindicales. Habrá que esperar.

La del "Momo" Venegas a Trabajo fue otra de las posibilidades barajadas que quedó en el camino. Igual, el sindicalista del campo tiene motivos para celebrar: la Corte acaba de fallar a favor de la Uatre, su gremio, para que se le devuelva a esa organización el control del Renatre, un registro de trabajadores rurales que, hasta su disolución en 2011 (por voluntad de los K), manejaba fabulosas sumas de dinero. En verdad, la Justicia no hizo más que anticiparse a la decisión que iba a tomar Macri en igual sentido.

Pupilo directo de Diego Santilli y miembro de la macrista Fundación Pensar, Triaca es portador de un apellido de fuerte connotación en el ambiente sindical. Su padre, que también se llamaba Jorge, fue un dirigente del gremio del Plástico que llegó a ser el jefe de una CGT dividida, durante los duros años de la última dictadura.

Aquella central, caracterizada como "colaboracionista" del régimen militar, era antagónica cien por ciento de la que comandaba el cervecero Saúl Ubaldini. Triaca aglutinaba a los referentes de los grandes gremios de servicios, que por entonces no se los conocía como los "gordos" sino como el grupo de los "15". También aquel Jorge Triaca fue ministro de Trabajo durante los dos primeros años del gobierno menemista. Razones más que suficientes para que Moyano mire al ministro electo con marcada desconfianza.

Pragmáticos como siempre, los barones del sindicalismo peronista expresaron sus respetos por el nuevo presidente electo en caballerosos comunicados de prensa, aceptando el "veredicto de las urnas". ¿Cuánto durará ese período de gracia? Sólo habrá que ver cómo reacciona el próximo gobierno frente al inminente tsunami de pedidos por un bono de fin de año, y también de cara a las negociaciones del sindicalismo para unificarse en una sola CGT (el miércoles que viene habrá una reunión clave).

Conflictividad laboral: se viene el salariazo!

XIMENA CASAS

El grado de “conflictividad laboral” que podría enfrentar el nuevo gobierno fue uno de los temas que se debatieron en el Encuentro de los Líderes, donde participó el ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Carlos Tomada. “Construimos un diálogo, un ámbito de negociación, que cuidamos entre todos. Es un gran activo social.


La negociación, como administración del conflicto y no sólo de una paritaria, es cada vez más racional y profesional”, explicó el ministro, quien realizó un balance de su gestión.


Sus compañeros de panel, Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA; y el consultor laboral Julián de Diego coincidieron en la “profesionalización” que tuvieron las negociaciones laborales durante la gestión kirchnerista.


Sobre la preocupación por un incremento de la conflictividad laboral con un nuevo gobierno, destacaron que los conflictos son directamente proporcionales al modelo de negociación.


“La conflictividad es alta cuando no hay participación de todos los sectores”, advirtió de Diego.


Otro cambio que se dio en los últimos años en las relaciones entre empresas y sindicatos es la preocupación por el cuidado de los puestos de trabajo. “Hay en el sindicalismo una idea más clara de cuidar el empleo, que antes no formaba parte de la agenda”, destacó Tomada.


Entre los desafíos laborales para la gestión de Mauricio Macri, los especialistas destacaron los altos costos laborales –que no deberían resolverse por el lado del salario–; el aumento de la litigiosidad y legislación para combatir la informalidad. “El problema no es laparitaria, es la inflación, que nos ha llevado a una tensión con aumentos salariales que generan más inflación”, señaló Funes de Rioja,quien también advirtió sobre el estancamiento en la generación de nuevo empleo en los últimos años.


“Los salarios convencionales tuvieron un aumento importante frente a la inflación y han generado distorsiones. El costo laboral aumentó considerablemente y cayó la productividad.


Si no hay competitividad no habrá inversiones, esenciales para el empleo genuino”, indicó de Diego. También señaló la necesidad de transferir a los “subsidiados” –personas que reciben un plan social– al mundo y la cultura del trabajo.

Para el ministro de Cultura macrista, “el de la Libertadora es mi golpe preferido"

Así lo aseguró Pablo Avelluto, futuro funcionario de Mauricio Macri, hace dos años en las redes sociales. Otras frases polémicas.



Pablo Avelluto fue elegido por Mauricio Macri para ser el próximo ministro de Cultura nacional. El polémico funcionario desarrolló un perfil provocador en las redes sociales. En un tuit de 2013 aseguró sobre el golpe militar que en 1955 derrocó a Juan Perón que “ay, es mi golpe preferido”. Por supuesto, ahora borró ese mensaje.


http://twitter.com/Horacio246/status/669725904734707712/photo/1

En otra intervención describió que “los militares hicieron mucho daño. Entre otras cosas nos legaron a Cabandié”, dijo sobre el hijo de desaparecidos y actual diputado nacional.

Para la etapa opositora, Kunkel promueve a Cristina como presidenta del PJ nacional

El diputado nacional por el Frente para la Victoria Carlos Kunkel aseguró hoy que le "gustaría" que la jefa de Estado Cristina Fernández de Kirchner "presidiera el Partido Justicialista" a nivel nacional y el gobernador de San Juan y electo legislador, José Luis Gioja, estuviera al frente del "bloque peronista" en la Cámara Baja.



Kunkel, consultado sobre en qué rol veía a la jefa de Estado tras la finalización de su mandato, respondió: "A mí me gustaría que presidiera el Partido Justicialista".
Y amplió: "Un Partido Justicialista con una conducción donde estén representados los gobernadores de las provincias, los jefes territoriales de aquellas provincias en las que hemos tenido un respaldo popular que demuestre que ellos son representativos, y los intendentes del Conurbano (bonaerense)".

El legislador, por último, enfatizó que "la persona más indicada para ejercer la presidencia del bloque peronista en la Cámara de Diputados es el compañero José Luis Gioja, porque ha sido gobernador y ha sido presidente del bloque de Senadores".

LIno Barañao recibió el aval de Crsitina para seguir en Ciencia y Tecnología


Lino Barañao permanecerá en el Ministerio de Ciencia y Tecnología en el nuevo gobierno. "Entendemos que esta designación es un reconocimiento a la política que ha llevado a cabo este gobierno", afirmaron desde la cartera.


El ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, a través de las redes sociales, destacó la designación de Lino Barañao al frente de la cartera como "un reconocimiento a la política científico tecnológica que ha llevado a cabo este gobierno", y que se realizó "con el aval de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner".

A través de Twitter y Facebook, un breve comunicado de la cartera que dirige Barañao desde 2007 -año en que la actual mandataria le otorgó el rango de ministerio a la Ciencia y la Tecnología- destacó que el científico continuará en la gestión del mandatario electo, Mauricio Macri, "con el aval de la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner".

"Entendemos que esta designación es un reconocimiento a la política científico tecnológica que ha llevado a cabo este gobierno", se destacó.

Esta tarde, Marcos Peña, el futuro jefe de gabinete del gobierno de Mauricio Macri, que asumirá el próximo 10 de diciembre, confirmó a Barañao al frente de la cartera científica.

La mandataria saliente fue quien en 2007 le dio rango de ministerio a la Ciencia y la Tecnología, y eligió a Barañao para que ocupe su titularidad, cargo en el que se mantendrá a partir del 10 de diciembre cuando asuma Macri, siendo el único funcionario del gobierno actual que continuará al frente de una cartera.

A pesar de las especulaciones de días previos, el anuncio de su continuidad fue una de las sorpresas que dio Marcos Peña, encargado de dar a conocer hoy los nombres de los ministros de la futura gestión de Mauricio Macri.


"La continuidad de Barañao es un reconocimiento a la política científico tecnológica que llevó a cabo este gobierno"

Barañao tiene un doctorado en Química otorgado en 1981 por la Universidad de Buenos Aires, e Investigador Principal del Conicet, institución que depende de la cartera que dirige; además de haber realizado estudios de posgrado en Alemania y Estados Unidos.

El científico que participó en 2002 en la clonación de la primera ternera de Latinoamérica, recibió diversos premios de la Asociación Química Argentina (1976), la Asociación Médica Argentina (1980), el Premio "Bernardo Houssay" (1987); y dos premios Konex, uno de ellos por la Trayectoria en 2013.


Frente a la cartera de Ciencia y Tecnología, tuvo un rol destacado en la creación y puesta en funcionamiento de la megamuestra Tecnópolis -la que continuará vigente según informó el futuro encargado de Medios Públicos Hernán Lombardi-; e impulsó la creación del canal de ciencia y tecnología Tecnópolis TV, que se emite por Televisión Digital Abierta.

En 2011 inauguró junto a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el Polo Científico Tecnológico, un centro en donde convergen la administración, la investigación y la divulgación de la ciencia; y en el que recientemente se inauguró la nueva sede del Conicet. A través de la cuenta de Twitter del Ministerio de Ciencia, se informó esta tarde, tras el anuncio de Peña, que el ministro seguirá al frente de la cartera con el "aval de la presidenta" Cristina Fernández de Kirchner: "Entendemos que la continuidad de Barañao es un reconocimiento a la política científico tecnológica que ha llevado a cabo este gobierno", se destacó.