Conflictividad laboral: se viene el salariazo!

XIMENA CASAS

El grado de “conflictividad laboral” que podría enfrentar el nuevo gobierno fue uno de los temas que se debatieron en el Encuentro de los Líderes, donde participó el ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Carlos Tomada. “Construimos un diálogo, un ámbito de negociación, que cuidamos entre todos. Es un gran activo social.


La negociación, como administración del conflicto y no sólo de una paritaria, es cada vez más racional y profesional”, explicó el ministro, quien realizó un balance de su gestión.


Sus compañeros de panel, Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA; y el consultor laboral Julián de Diego coincidieron en la “profesionalización” que tuvieron las negociaciones laborales durante la gestión kirchnerista.


Sobre la preocupación por un incremento de la conflictividad laboral con un nuevo gobierno, destacaron que los conflictos son directamente proporcionales al modelo de negociación.


“La conflictividad es alta cuando no hay participación de todos los sectores”, advirtió de Diego.


Otro cambio que se dio en los últimos años en las relaciones entre empresas y sindicatos es la preocupación por el cuidado de los puestos de trabajo. “Hay en el sindicalismo una idea más clara de cuidar el empleo, que antes no formaba parte de la agenda”, destacó Tomada.


Entre los desafíos laborales para la gestión de Mauricio Macri, los especialistas destacaron los altos costos laborales –que no deberían resolverse por el lado del salario–; el aumento de la litigiosidad y legislación para combatir la informalidad. “El problema no es laparitaria, es la inflación, que nos ha llevado a una tensión con aumentos salariales que generan más inflación”, señaló Funes de Rioja,quien también advirtió sobre el estancamiento en la generación de nuevo empleo en los últimos años.


“Los salarios convencionales tuvieron un aumento importante frente a la inflación y han generado distorsiones. El costo laboral aumentó considerablemente y cayó la productividad.


Si no hay competitividad no habrá inversiones, esenciales para el empleo genuino”, indicó de Diego. También señaló la necesidad de transferir a los “subsidiados” –personas que reciben un plan social– al mundo y la cultura del trabajo.