"El Pepe", mano a mano


JOSE MUJICA, MINISTRO DE GANADERIA Y AGRICULTURA DEL URUGUAY


El funcionario explica por qué su país debe desarrollarse hacia el futuro sobre la base de un moderno complejo agropecuario.

Hace tiempo que queríamos hablar con José Mujica, "El Pepe", líder carismático de la izquierda uruguaya devenido en Ministro de Ganadería desde la asunción de Tabaré Vázquez hace menos de un año. El motivo apareció con las papeleras, pero había mucho para charlar.
—Estamos peleados, Ministro…
—Nos peleamos por pavadas. Hagamos votos para que sea muy circunstancial. Cada vez que nos peleamos, perdimos todos. Nosotros no somos hermanos, nacimos de la misma placenta que es una cosa distinta. Somos hijos del mismo parto, entonces la historia quiso que nosotros tuviéramos que inventar un caudillo de la independencia. En realidad, el fundador del federalismo.
—Después vamos a hablar de las papeleras. Pero me parecieron muy interesantes sus puntos de vista sobre la ganadería. En Argentina estamos en una polémica por el precio de la carne…
—Tenemos el vicio de comer demasiada carne. La comida tiene que ver con algo más que el estómago. Los asiáticos, si no comen arroz les parece que no comieron, aunque tengan recursos para comer otras cosas. Y nosotros si no comemos un pedacito de carne parece que no hubiéramos comido. Tendrá colesterol, lo que quieran pero es la carne.
—Pero usted acá tuvo una actitud que compatibilizó intereses del consumo y los de la exportación.
—Y, va a ser lucha permanente... Lo que pasa es que nosotros somos un país más pecuario. Fíjese que somos 3 millones de habitantes, 3.200.000 podremos ser y tenemos 11/12 millones de vacas y otro tanto de ovejas. Las estrellas del país son las vacas.
—Antes la relación en Argentina era así y hoy estamos en una vaca y media por habitante. En Uruguay en cambio el stock crece…
—Son los fenómenos económicos. Parecería que en una parte de la rica Mesopotamia argentina, la agricultura es más redituable que la ganadería y la va corriendo hacia áreas marginales, pero la gente siente el gusto de comer carne. Entonces, es contradictorio, porque no hemos resuelto un problema técnico. El talón de Aquiles es la cría y no inventamos la incubadora de vacas… todavía. Entonces venimos retrasados en la cría. Porque Argentina tiene granos como para darle respuesta a la producción de carne en la etapa del engorde. Pero las vacas siguen teniendo sólo un ternero por año y cuesta mucho tiempo. Uruguay, en general, no tiene la fertilidad potencial de buena parte de la Mesopotamia argentina. Es un país de pasto, eso es incuestionable. Y la historia de Uruguay es la de vender pasto transformado. Un oriental es una especie de garrapata complicada, porque vivimos históricamente a costilla del ganado y lo seguimos haciendo. Ahora, el asunto es cuando un fenómeno se da y usted no es conciente y otra cosa es cuando usted empieza a ser conciente y dice: esto que somos tenemos que hacerlo mejor. Eso es remar a favor de la corriente. Uruguay tiene una bonanza espectacular de precios en esta coyuntura…
—Por ser libre de aftosa…
—Claro, y estamos entrando al mercado americano, a pesar que le estamos regalando el 26% porque no entramos gratis…
—¿Cuánto están pagando?
—El 26%. Es ridículo que un paisito como el Uruguay le pague el 26 % al gobierno de Bush para poder entrar con la carne. A pesar de eso nos conviene, pero no se crean que entramos gratis. Que el precio interno de EE.UU. es alto, sí que lo es. Pero no soñemos tampoco, no se cuánto dura. Ayer reventó otra vaca loca en Canadá y es ese el fenómeno: nosotros estamos vendiendo todo en Estados Unidos porque Canadá quedó fuera de la trocha…
—Pero el kilo vivo en Estados Unidos ahora vale dos dólares,
— Sí, es un precio superior. Ahora yo preferiría entrar en Japón o en Corea, le digo la verdad.
—Todavía es más alto el precio…
—Es el sueño del pibe… (Risas). Pero, chancho flaco sueña con maizales gordos…
—Ahora el problema es ese: ¿qué pasa cuando uno empieza a entrar a un país donde la carne vale tanto?.¿Se genera un conflicto… ¿
—Y claro que tenemos un conflicto. Y por ello tenemos que diversificarnos en escenario y en producto, no debemos de abandonar la oveja. Tenemos que venderle a los ricos del mundo. Los países árabes consumen mucha oveja. Pero si hoy EE.UU. decide no comprarnos más carne vacuna, tenemos un cataclismo.
—¿Cuánto significa EE.UU. para la exportación uruguaya?
—El Uruguay debe estar vendiendo en total de carne más de 800 millones de dólares anuales y le debe de estar vendiendo 600 a EE.UU.. Es terrible: tenga en cuenta que Uruguay exportará 3.200/3.500 millones de dólares en todo el comercio exterior… salgan de la cifra de ustedes…a los productos cárnicos hay que ponerle el cuero que le lleva sus cuantos pesos y hay que ponerle otras menudencias y bueno, después está la leche…
—Así que casi la mitad de las exportaciones deben ser…
—Además hay que poner la lana, las frutas, la madera…el 80 % de las exportaciones del Uruguay son de origen directa o indirectamente agropecuario.
—¿Usted cree que por eso el país vale menos, que es primario?
—¡No, no!…El concepto de industrialización es más valor en menos tiempo. Nueva Zelandia es un país formidablemente industrial aunque venda lácteos o venda corderos, el problema es la cantidad de valor que genera por hora hombre trabajada. Ese es el concepto industrial...después podrá haber chimenea o no….
—Convertir el sol y la lluvia en pasto y eso en carne…
—Sí, sí, claro. Es una actividad que puede ser tan industrial como cualquiera, el problema es el grado de eficiencia introducido en el trabajo. Si los procesos que están atrás son procesos primitivos, arcaicos y poco requeridores de trabajo calificado, será un producto primario. Y será altamente industrializado si atrás de ello hay un proceso de esfuerzo genético, de trabajo biológico, etc, etc… entonces me parece que es falsa esa separación que se hace entre trabajo agropecuario e industrializado. En realidad son categorías distintas las que hay que introducir, un litro de leche producido por un cebú de la India es posible que sea un producto muy primitivo, un litro de leche que sale de una vaca Holstein no es un producto primitivo aunque ambos son leche…
—¿La sociedad digirió esta idea de que lo que le conviene a Uruguay es obtener el máximo valor posible por su producto?
—No. Uruguay es un país pecuario. Los uruguayos dependemos de la tierra pero no somos conscientes de eso. Entonces parecemos paracaidistas en el país en el que vivimos. Hay una dicotomía entre lo que somos y la cultura que tenemos. Tenemos que dar una batalla cultural por el intento de que masivamente nos conozcamos a nosotros mismos, cosa que nos es sencilla ni es fácil…
—¿Uruguay podría o debería hacer otra cosa?
—Pero en la misma dirección. Y vamos bien. Esto se nota en pequeños detalles. Me están presionando ahora para hacer un acuerdo con Chile, con Australia y con Rusia. Cáigase de espaldas. ¿Para qué?, para vender semen Hereford. Probablemente, el Hereford más puro que yo haya visto fue en Australia, pero como lo han manoseado tanto para agrandarlo, para esto, para lo otro, es un entreverijo bárbaro. Entonces, están buscando Herefords puros. Que Australia quiera importar semen de Hereford puro desde el Uruguay, es medio como a contrapelo.
— Yo estuve en Inglaterra en un lugar llamado Hereford y busqué animales. Pero no hay más.
— Pienso que a partir del país tradicional debemos pugnar por construir un país que yo resumo con una palabra "agrointeligente". Se trata de que el viejo país financie al país que venda inteligencia biológica, en el progreso zootécnico, en el proceso de la biología animal. Porque estamos en el medio del mayor escenario ganadero que tiene el universo y para ser complementarios, nosotros tenemos que especializarnos en vender trabajo calificado en el marco de esa región. En lugar de preocuparnos de vender barcos cargados de grasa y de colesterol, vender transplante embrionario, zootecnia de carácter superior para que nuestros muchachos puedan vender conocimiento. En este momento, hay en China veterinarios uruguayos transplantando embriones de merino australiano hechos en Uruguay. Eso es exportar conocimiento.
—Es vender biotecnología, que es vender conocimiento.
—Claro. La gente muy urbanizada cree que la economía de origen agropecuario es como la del atraso. El concepto de industrialización es generar más valor en menos tiempo. Un maíz puede ser tradicional o puede ser un producto sofisticado y todo depende de la cantidad de talento que tenga dentro. Eso es lo que importa.
—Un maíz natural daba 1.000 kilos, hoy da 10.000. Hay mucha tecnología metida ahí.
—Empieza a ser un producto tan sofisticado o a veces más de lo que puede ser un chip. Y este es el siglo de la biología porque se necesitó el desarrollo de un conjunto de ciencias que crean el soporte para poder empezar a entender y atender la inmensa complejidad que tiene la biología. Un análisis molecular duraba años. Hoy tenemos elementos que permiten entender las moléculas.