Voto platense barrio por barrio ...

el voto platense barrio por barrio ...

Alfredo Silleta

Las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) dejaron algunas sorpresas en la ciudad al analizar barrio por barrio, en especial para las candidaturas a diputados nacionales y diputados provinciales.

En las elecciones para diputados nacionales el Frente Renovador que encabezó Sergio Massa obtuvo el 26,29 %; el Frente para la Victoria con Martín Insaurralde el 24,59%; el Frente Progresista Cívico con Margarita Stolbizer el 16,09% y Unidos por la Libertad de Francisco De Narváez el 15,31 %.

Merece aclararse que las listas de Massa e Insaurralde llevaron dos boletas, no así la de Stolbizer y la De Narváez que no presentaron listas separadas para diputados nacionales.

La primera sección electoral abarca las calles 19 a 122 y avenida 44 a 54. Aquí los ganadores fueron Massa con el 26,39% y Stolbizer con el 26,29%, tercero quedó Insaurralde con el 19,43% y cuarto De Narváez con el 13,77%.

En la segunda sección, que abarca el barrio La Loma (de calle 19 a 122 y de las avenidas 32 a 44), volvió a ganar Massa con el 26,32% sobre Stolbizer que llegó al 24,47%, quedando tercero Insaurralde con el 20,04% y De Narváez con el 14,85%.



En la tercera sección, que incluye el Parque Castelli y abarca de 19 a 8 y de 54 a 72, también ganó Massa con el 26,52% contra el 25,11% de Stolbizer y un 20,36 % de Insaurralde, quedando cuarto De Narváez con el 13,4 %.





El casco urbano se completa con la novena sección electoral que comprende de calle 8 a 122 y de 54 a 72. Lo que se conoce como el barrio El Mondongo también eligió a Massa con el 26,65%, seguido por Stolbizer con el 22,66% y muy cerca Insaurralde con el 21,65 %, cuarto De Narváez con el 13,42%.

Sin lugar a dudas, en el casco urbano las clases medias platenses optaron por Massa y Stolbizer. Una segunda lectura muestra que en todo el casco urbano le fue mucho mejor a la lista del Frente Social que llevó a Florencia Saintout que la del FpV de Gabriel Bruera, en la suma de votos al pre-candidato Insaurralde.





La quinta sección es la más populosa y abarca los barrios de Villa Elvira, Altos de San Lorenzo, Etcheverry y Abasto. Aquí fue pareja la elección de Massa con un 28,52% e Insaurralde con el 27,35% y le fue muy bien a De Narváez que logró el 18,61% dejando en un lejano lugar a Stolbizer con un 13,56 %. En esta zona le fue muy bien a la boleta del bruerismo que aportó muchos votos al candidato del FpV.





La sexta sección incluye los barrios de El Peligro, Villa Elisa, City Bell, Gonnet, Tolosa y San Carlos. Aquí vuelve a hacer una buena elección Massa con el 28.15% y muy cerca sigue Insaurralde con el 26,26%; el tercer y cuarto lugar peleados entre Stolbizer (17.91) y De Narváez (15,86).





La séptima sección, que abarca los barrios de Romero, Olmos y Colonia Urquiza, le dio el triunfo a Insaurralde con el 33,91% sobre Massa que llegó a un 29,52%. El tercer lugar fue para De Narváez que obtuvo el 17,13 y cuarta quedó Stolbizer con sólo un 9,13. Aquí la boleta de Bruera fue un aporte importante para el FpV.




 

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Debate y Clivaje para la construcción de la marca política



Por Rubén Weinsteiner para NEWSWEEK
Una de las dimensiones más importantes para la construcción de una marca política poderosa, es la arquitectura de un discurso de poder sólido,  en función de un clivaje eficaz.
El clivaje es la división traducida en competencia política,  que construye las singularidades y particularidades de un liderazgo, permitiendo plantearle a la sociedad en ese discurso de poder,  los cambios propuestos, construir el debate  y estructurar la competencia con los demás jugadores políticos.
El clivaje permite presentar lo que uno es, reforzado por lo que uno no es, simplificando en un esquema binario, si-no, blanco-negro,  un planteo  fácil de asumir, del tipo “de que lado estás” a los electores.
Organizar el debate y definir un clivaje
Plantear el eje divisorio, el clivaje,  es organizar el debate, y el que organiza el debate acumula poder. Los comentaristas, los que opinan y reaccionan sobre lo que hace el que organiza el debate y el clivaje, resignan poder. Gana el que instala, dirige y por lo tanto controla  el debate.
A lo largo de la historia, la construcción de los clivajes políticos viraron de la clivación por variables duras como religión, etnia o territorio a establecer clivajes por variables blandas.
Desde los históricos derecha-izquierda, conservadurismo-liberalismo en Estados Unidos o peronismo-antiperonismo, en la Argentina; a  la UCR desarrollando un clivaje en torno a institucionalidad-clientelismo, Carrió acerca de  transparencia-corrupción,  Macri; ineficiencia-gerentismo eficiente, el Kirchnerismo inclusión-exclusión (todos/as-pocos), el sujeto político agromediático modelo 2008 consolidado en la figura de Cobos en su momento: consenso-enfrentamiento. Otros probaron mano dura-garantismo, modernidad primer mundística-atraso (lo viejo), privado-estatal,  liberación o dependencia, etc.
Hay clivajes eficaces y otros que no lo son
En la toma de la iniciativa para la instalación del debate y en  el diseño eficaz  del clivaje reside la clave del éxito en la construcción y acumulación.
Desde el marco  investigativo llegamos a la conclusión que hay ejes que no han servido para construir poder y votos, como seguridad y corrupción y otros que si, como economía y formas. Seguridad y corrupción han sido altamente eficaces para construir malestar, pero no para construir votos.
La disposición y dirección del debate y el diseño, instalación y gestión de los clivajes son acciones que requieren abordajes  permanentes, creatividad, pensamiento disruptivo y una  persistente ruptura de límites.
Gana el que organiza sostiene y conduce el debate, en torno al clivaje más eficaz en un contexto de tiempo y espacio.
Rubén Weinsteiner para NEWSWEEK

No es lo mismo popularidad que influencia


Por Rubén Weinsteiner para EL PAÍS


En la Web 3.0, como en el mundo real  no es lo mismo popularidad que influencia. Si bien es importante ser popular y tener visibilidad para lograr influencia, se puede ser muy popular y tener cero influencia.
Es importante preguntarnos,  para fijar nuestro objetivo de construcción si:  ¿queremos ser populares o queremos influenciar?
¿Que es y como medimos la influencia en la Web Social?
Ante todo digamos que medir  influencia  como algunas relaciones en Facebook “es complicado” y no es medible por el número de personas que te siguen, sino por lo que puedas ejercer en ellos.
Sin embargo podemos empezar por algunas preguntas para definir el concepto de influencia 2.0.
a)   ¿Que es influencia y que hace  de alguien una persona influyente?
b)   ¿Quién es influyente y porqué?
c)   ¿Cómo puedo reconocer la influencia o la capacidad de influenciar?
d)   ¿Cómo puedo medir el efecto de la influencia en los segmentos- objetivo?
Influencia es la capacidad de producir cambios en las personas,  ya sea en su forma de percibir,  pensar,  significar o la de generar que las personas lleven a cabo una acción específica.
¿Cómo se construye la influencia?:
1)   Alcance, potencia de emisión. Hasta donde y a quienes llegamos
a)   Popularidad, visibilidad
b)   Proximidad territorial y conceptual
c)   Seguidores, militantes,  votantes
2)   Relevancia
a)   Autoridad
b)   Confianza
c)   Afinidad
3)   Resonancia, Ruido
a)   Frecuencia
b)   Período
c)   Amplitud
Estos tres componentes construyen la influencia que deberá estar direccionada en la acción desplegada en el territorio, hacia segmentos específicos.
La verificación se mide a través del impacto producido. Este efecto se traduce en resultados de encuestas, resultados electorales y niveles de apoyo y legitimidad para personas o medidas.
Como se construye un Plan Operativo de Influencia (POI)
1)   Definir los objetivos ( lo que queremos que nuestra influencia produzca)
2)   Segmentos a abordar
3)   Diseñar un mapa de influencias en el territorio a operar (Quienes, como,  cuanto  y a quienes influencian los otros jugadores)
4)   Diferenciación de los otros jugadores
5)   Construcción de valor para influenciar a influenciadores y a sus influenciados
6)   Auditar y medir impacto
El desafío central consiste en tener  presente y en claro la diferencia entre Influencia y popularidad y saber que la capacidad de influenciar sufre desgaste, entropía, y hace falta recargar esa máquina de influenciar, con significados nuevos para ser disparados y formas nuevas para sorprender y sostener el poder de impacto.

RUBÉN WENSTEINER

Sujetos de elección, medios y poder de fuego

Por Carlos Belvedere
 
A mediados del siglo pasado, el filósofo y sociólogo Alfred Schütz se preocupaba por las consecuencias que un predominio de la opinión pública desinformada podría tener en la vida política contemporánea. Uno de sus temores era que la desinformación hiciera de las mayorías presa fácil de la manipulación mediática. Esta parece ser la situación de buena parte del electorado, según lo muestra la investigación del Cedop.
El panorama es preocupante si se tiene en cuenta que la mitad de quienes votaron consideran a la política carente de interés o utilidad, y uno de cada cinco decidió su voto ese mismo día.
La falta de interés en la política no tendría los perniciosos efectos que entrevió Schütz si no se diera en el horizonte de la manipulación mediática. Lamentablemente, esa condición se cumple, siendo que los medios de comunicación son vistos como más poderosos que el gobierno nacional por cuatro de cada diez encuestados. Además, son considerados por lejos el principal contrapoder, triplicando en fuerza a los sindicatos y empresarios.
¿Qué costos tiene esto para la calidad de la política? Una entre muchas consecuencias aparece con claridad cegadora en el estudio comentado. Estamos ante una política altamente personificada. Sólo así puede entenderse que, al ser consultados sobre el punto, el 70 por ciento de los votantes quiera tomar un café con su candidato...
¿Qué le dirían? Sería bueno desentrañarlo en futuros estudios, a fin de comprender mejor la “cabeza” del votante. Sin embargo, algo cierto sabemos ya: que los liderazgos personalistas han sustituido a los partidos políticos, que hoy sólo pueden “salvar” una elección si han conseguido su cuota de carisma mediático. No por nada uno de cada cinco encuestados ha decidido su voto durante la campaña electoral. La política argentina hoy pasa indefectiblemente por el filtro de los medios.
¿Hay esperanzas de revertir esta situación? Sí, hay tantas esperanzas cuanto temores. No es menor que en este contexto más de la mitad de los votantes crean que la actividad política sirve para encarar los problemas del país y de la gente. Aunque no son pocos quienes le dan a esta finalidad una expresión personalista (tres de cada diez votantes), cierto es que la política no ha perdido totalmente su eficacia. Es cuestión, entonces, de seguir llenando el vaso. Para ello, los penetrantes interrogantes que abre este estudio pueden ser el inicio de una búsqueda feliz.
¿Por qué participaron de las PASO hasta los desinteresados y escépticos? Debe haber algún motivo por el cual hasta los desmotivados e incrédulos han ido a votar el domingo pasado. Quien logre descifrar eso, tendrá las claves de la política argentina.

Voto en construcción

La consulta de boca de urna realizada el domingo 11 de agosto revela que casi el 20 por ciento de las personas decidió su voto el mismo día de los comicios. La seguridad y la educación como principales preocupaciones. Los medios como sector de poder.


La seguridad continúa siendo la principal preocupación de los ciudadanos de la Capital y del Gran Buenos Aires, seguida a no mucha distancia por la educación, y la gran mayoría de los votantes admite que los medios de comunicación constituyen el sector que más poder tiene hoy frente al gobierno nacional. Estas son algunas de las conclusiones que resultan de una consulta con modalidad a boca de urna, realizada el domingo 11 de agosto por el Centro de Estudios de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sobre un total de 1203 casos en toda la Capital y 23 partidos del conurbano bonaerense. El trabajo permite comprender qué expresa la ciudadanía más allá del voto por el candidato elegido.
Consultados sobre una gran variedad de opciones temáticas (ver gráfico 1), el 28,9 por ciento de los votantes en CABA y GBA señalaron la seguridad como el principal tema del que se tiene que ocupar el Estado (34 en el GBA) seguido por la educación (23,7), una cuestión prácticamente ausente en la campaña de todas las fuerzas. En los siguientes tres lugares (con similar distribución entre Capital y GBA) aparecen tres temas relacionados, pero que tienen diferentes perspectivas. La cuestión económica (11,0 por ciento) (a la que se le podría sumar la inflación, 4,2) es una preocupación sustantiva, pero la distribución del ingreso, propósito explícito por excelencia del Gobierno, reúne sólo el 10,4 por ciento de los encuestados. La poca preocupación acerca de las libertades individuales (3,0) podría leerse positivamente en el sentido de que la ciudadanía considera que se trata de un valor ya incorporado a la vida de los argentinos.
Otro dato interesante surge de comparar las preocupaciones temáticas según el candidato elegido en las urnas. En la ciudad de Buenos Aires los votantes de Elisa Carrió (Unen) y Sergio Bergman (PRO) se muestran más preocupados por la seguridad que los de Juan Cabandié (FpV), que sostienen la distribución del ingreso como cuestión primordial. En el Gran Buenos Aires la insistencia de Francisco de Narváez con el tema de la seguridad le dio algunos frutos: la mitad de sus electores creen que ése es el tema central de la acción del Estado, compartiendo en menor medida la preocupación con los votantes de Sergio Massa. La cuestión educativa es de relevancia central para los ciudadanos de los dos amplios distritos considerados. Los votantes de Cabandié en la Ciudad y de Margarita Stolbizer y Néstor Pitrola en la provincia resaltan tal asunto.
El momento de la decisión del voto es clave para comprender la emergencia de nuevas opciones en la política argentina. De hecho, tanto en CABA como en el GBA casi el 20 por ciento de las personas decidió su voto el mismo día de los comicios, mientras que el 10 por ciento lo hizo la semana anterior (ver gráfico 2). Esto indica que si tres de cada diez votantes dejan para los últimos días su decisión, los resultados de las elecciones pueden resultar sorpresivos y en la determinación final pueden entrar en consideración incidentes o elementos que no forman parte de los debates políticos.
Tanto en Capital como en el GBA se observa que el Frente para la Victoria tiene un voto consolidado: siete de cada diez votantes (74,7 por ciento) lo tenía decidido antes de la campaña electoral. También el PRO muestra un voto medianamente consolidado en la ciudad de Buenos Aires (66,4 lo decidió antes de la campaña).
En el otro extremo, los más favorecidos del voto “a último momento” fueron Martín Lousteau y Jorge Altamira. Si bien lejanos en términos ideológicos, obtuvieron el 32,6 y 34,4 por ciento respectivamente de votos entre la última semana de campaña y el día de la elección, lo que pondría en duda si se trata de un voto consolidado o presto a migrar. Por el lado del Gran Buenos Aires, se observa un comportamiento relativamente parecido por parte de los votantes, donde Massa se ve fuertemente beneficiado del “sufragio de último minuto” con el 21,3 por ciento de decisión dentro del cuarto oscuro.
Dos temas interesantes que surgen del trabajo realizado por el Cedop se refieren a los sectores a quienes los votantes les atribuyen mayor poder frente al gobierno nacional y, por otra parte, las consideraciones de los ciudadanos acerca de las razones por las cuales es escasa la participación en política.
Los medios de comunicación son abrumadoramente considerados (42,9 por ciento de los encuestados) como el sector que mayor poder tiene frente al Gobierno, seguido de los sindicatos (14,5) y los empresarios (13,7). “El pueblo” fue señalado como influyente por el 10,2 y por encima de la Justicia (4,4), el campo (4,1) y el Congreso (3,9). En último lugar del ranking quedó ubicada la Iglesia, a quien sólo el 2,4 por ciento de los sufragantes le adjudica poder sobre el Gobierno (ver gráfico 4). Entre los que consideran que los medios de comunicación tienen gran poder se ubican, el 69,2 por ciento de quienes apoyaron a Ricardo Gil Lavedra (Unen), el 61,5 de los votantes del FpV en la Capital, el 42,0 de los que votaron a Carrió y el 38,9 de los que se inclinaron por Altamira.
En cuanto a las razones que fundamentan la escasa participación en política, los votantes de Capital y CBA aseguran que la política “no interesa” (31,2 por ciento) y “es inútil” (20,0), sumando entre ambos grupos más de la mitad de los votantes (ver gráfico 3). El 63,7 por ciento de los votantes de los candidatos de Unen en la Capital considera que la política “es inútil” y lo mismo piensan el 28,6 de quienes apoyaron a Zamora y el 27,8 de quienes se inclinaron por Altamira. El 17,2 por ciento (15,2 en Capital y 18,6 en GBA) argumentan que “ningún partido nos representa”, el 9,3 señala la “falta de tiempo” como razón, pero el 6,0 sostiene que “no hay dónde participar”. La “deshonestidad política” a veces indicada como causa de desinterés por los medios de comunicación sólo es referida por el 4 por ciento de los votantes.

Ficha técnica

El estudio del Centro de Estudios de Opinión Pública (Cedop) de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, fue efectuado con modalidad en boca de urna el día 11 de agosto de 2013. Se realizaron 1203 consultas en las 15 comunas de la ciudad de Buenos Aires y en los partidos de Avellaneda, General San Martín, Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Lanús, Lomas de Zamora, Malvinas Argentinas, Morón, Quilmes, San Isidro, San Miguel, Tres de Febrero, Vicente López, Almirante Brown, Berazategui, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza, Moreno, San Fernando y Tigre. La metodología muestral utilizada permite una confianza del 95 por ciento en los resultados obtenidos.

Massa- Insaurralde clivajes y entropías de las marcas políticas



Por Rubén Weinsteiner para ADN

Los atributos de la marca política,  la definen en contextos cada vez más dinámicos, que los vuelven permeables y demandan significados  que se adapten a escenarios,  donde los códigos se resignifican y  ponen a prueba los valores.
Las denuncias contra presuntos hecho de corrupción en 2011, posicionaban a la “marca Carrió” con  el 1,8 % de los votos,  y hoy con el mismo posicionamiento marcario,  la ubican liderando con UNEN la ciudad de Buenos Aires, luego de un año y medio de Lanata con altos índices de rating.
Podemos decir que la “marca Carrió” es la expresión electoral de la “marca Lanata”. Teniendo en cuenta que la totalidad de las denuncias sobre casos de corrupción de Lanata apuntan al gobierno nacional, y en ningún caso al gobierno de la ciudad, el Espacio UNEN se impone  al macrismo, porque más que el ataque al gobierno, pesa la instalación del clivaje: honestidad-corrupción.
Los clivajes  instalados definen el escenario pero no el resultado, que está atado a diversas variables de índole política, económica, social, de gestión de humores y percepciones, de formato y volumen y  de  impacto de politicas públicas entre otras.
En el enfrentamiento entre Massa e Insaurralde pesó más la instalación del clivaje  gestión=seguridad/cámaras= ondas de amor y paz, instalado  por parte de la campaña de Massa, que el clivaje propuesto por la campaña de Insaurralde:  K-no K,  “estás conmigo y aprobás todo lo que hago o sos de la corpo”, “en la vida hay que elegir”.
Seis de cada diez personas que eligieron al de Tigre,  fundamentaron su apoyo en “los antecedentes de Massa en la gestión”, es decir, la fama que construyó al frente de la intendencia de Tigre. Curiosamente, sólo uno de cada diez  personas votaron a Massa por su perfil opositor, es decir que una parte  importante de los votantes,  piensa que es algo así como un “post kirchnerismo”.
Siempre decimos que todo discurso con vocación hegemónica debe incluir y superar a aquel discurso al que intenta desplazar y esto es uno de los fundamentals del posicionamiento marcario de Massa, aún cuando intercambió nutrido fuego con el gobierno nacional.
Los clivajes que fueron eficaces en 2011 no tienen porqué serlo ahora
Massa ganó en el voto joven, porque sus clivajes fueron estratégicamente los que más les convenían a su marca política  en ese segmento. El clivaje más eficaz hacia el interior del voto joven es sin duda : “gato-autentico”,  y ahí Insaurralde se hubiera hecho más fuerte porque da más autentico que un Massa impostado que repite muletillas y lugares comunes,  se saca el saco y con voz aflautada pregunta “¿quieren pelear?”.
Massa planteo un clivaje dinámico a  futuro, desde una marca política nueva y sin desgaste; “subite al micro no te pedimos nada”. Insaurralde planteo un clivaje rígido, de pertenencia como factor atado a una instancia de identificación y adhesión pasada.
La marca política sufre de entropía, se gasta,  y requiere de homeostasis, dotarla de nuevos significados e imágenes para ser disparados a la cabeza de los votantes.  El “mensaje del día” de la marca política es un “texto en contexto”. Teniendo en cuenta lo dinámico del escenario,  para gestionar eficazmente una marca política  debemos,  más que” lo que decimos”,  considerar, “a quien se lo decimos”, y más que “quien vota”, debemos tener en cuenta “desde donde vota”.
 
Rubén Weinsteiner

Sobre la existencia de un "peronismo disidente"


Darle consistencia política y electoral a los retazos peronistas existentes por fuera del espacio " k", es la estrategia tradicional de la derecha conservadora, abandonadas ya las hipótesis de reordenar un espacio opositor vía PJ disidente filomazorca (Duhalde2005) , UCR (Cobos 2009) o PRO (Macri hasta las PASO) y hoy tras el resultado de las primarias, Sergio Massa.
Sobre la existencia de un peronismo "no k o disidente" , la verdadera clave de la etapa que se abre tras las PASO , resulta como hipótesis una discusión pertinente para nuestro lectorJohn William Puck, hipótesis que supone una construcción aún pendiente , que sin embargo con mayor o menor "picardía" , se ve plasmada como realmente existente en los trabajos de Burdman y la Universidad Di Tella.
Leemos al respecto , un muy interesante análisis deJohn William Puck

La existencia de un espacio peronista no kirchnerista, de tinte claramente conservador me parece algo más que una entelequia. Es parte de una hipótesis política que no puede despreciarse. De hecho el estudio del Di Tella que cita Verbitsky realiza dos picardías, legítimas ambas, pero que hay que considerar. Por un lado quita del cómputo a los votos en blanco, lo cual es legítimo para las elecciones donde se eligen cargos, pero no para éstas. Son 700.000 votos que se quitan del denominador. La otra es más sustantiva: separa al espacio del PRO y sus supuestos aliados de la pertenencia a ese clivaje populista conservador. Como si la distancia que hubiera entre los votantes de Massa y los de Macri fuera mayor que la que hay entre los de Massa y los de De Narváez.

El efecto de esta sutileza es poner a tiro al espacio radical-socialista de la segunda posición, y generar la idea de una competitividad entre tercios en paridad de condiciones. Pero los tercios son asimétricos. Los votos entre los sectores populares y populistas se trasvasan con mucha mayor facilidad de lo que lo hacen entre ellos dos y el tercio “republicano”-radical-socialista. De hecho obedecen a referentes territoriales que hoy están aquí y mañana están allá, pero el aquí y el allá es el de la comarca populista, ya sea en su orientación kirchnerista o en su orientación conservadora. Lo que erosiona el poder territorial no es sólo el pase de caciques locales al sector PJ no K, sino también la falta de correlatos claros y de orientaciones precisas relativas al hecho de NO hacerlo. Quedarse en el segmento K, muy bien, ¿y para qué? Los para qué hoy son todos defensivos. Simplemente asegurar logros pretéritos. Ese no es un buen motivo.

Otras dos cosas: primero, el peronismo no kirchnerista tiene una realidad bien tangible en el territorio y, paradójicamente, hoy tiene claro el objetivo de su posible unión. Yo no veo imposible que se ordenen. La gran dificultad consiste en hacer ver que el PRO, lejos de ser una alternativa nacional, es un socio menor, muy menor, de ese armado, y que Macri, lejos de ser una figura de primerísima línea, es una figura a la altura de Del Sel, De la Sota o De Narváez. La sobre-representación simbólica del macrismo es inversamente proporcional a su efectividad política y su capacidad eleccionaria. Sus desatinos, la falta de cuadros y de criterio pueden dejar al peronismo de derecha sin el millón de votos del dúuo de humoristas Macri-Del Sel, y sin los 400.000 del otro dúo humorístico (Baldassi-De Angelis). Si la derecha peronista resuelve el enigma Macri (y sus réplicas territoriales en el Litoral) yo lo veo en aptitud de ordenarse y competir en serio. Se comunica su electorado sin ambages con el electorado potencialmente kirchnerista.

Segundo, lo que no tiene realidad es el espacio “republicano”: ¿de dónde tomarían votos Binner, Cobos o Carrió, o quien fuera, para estirarse por encima del 25% actual para escalar hasta un posible ballotage? Todo se hace cuesta arriba en este espacio, que aún cuando pudiera ordenarse (y aún eso se ve difícil) no se sabe de dónde tomaría votos, territorios, imaginarios, identificaciones. La pasión republicana es de minorías. Luego del colapso de la convertibilidad el panorama es claro.

En 2003 las distintas variantes republicanas alcanzaron el 34% de las voluntades, divididos en varias candidaturas (Lopez Murphy, Carrio, Bravo, Moreau). En 2005 bajó al 25%, y en el 2007 volvió a estirarse, con las candidaturas de Carrió, Lavagna y López Murphy. Es difícil estimar cuánto del voto de UNA, esa confusa mezcla de radicalismo y el peronismo no kirchnerista detrás de Lavagna puede imputarse al voto anti-populista. Aún así es claro que entre todos esos candidatos orillaron el 40% de los votos a nivel nacional, capturando una parte del voto anti kirchnerista del peronismo. El tercer lugar obtenido, y el magro resultado alcanzado debería ser aleccionador. La simbiosis radical-conservador popular no sumo mucho con el híbrido entre Lavagna y Morales.

Si la mitad de los votos de UNA eran peronistas, el republicanismo nuevamente rondó el 34% de los votos. Más adelante, en pleno clima pos-125, en las elecciones de 2009, sumando el Acuerdo Cívico y Social y algunos grupejos aislados el republicanismo, nos encontramos con que esta “sensibilidad” orilló el 33% de los votos. Luego en 2011 la sumatoria del FAP, de UDESO y de la Coalición Cívica no llega al 30% (29,77% para ser exactos). Ahora en 2013 el espacio republicano vuelve a rondar el 25%. Esto equivale volver al nivel del 2005. Si vemos la secuencia del 2003 al 2013 (34, 25, 34, 33, 30, 25) surge un intervalo que manifiesta descensos en las legislativas y pequeñas recomposiciones en las ejecutivas, sin mayores consecuencias, dada la fragmentación del espacio. El techo de esta orientación es muy claro, tanto como su piso.

#microsegmentación 3.0



Por Rubén Weinsteiner para EL PAÍS
La primera campaña de Obama  puso  en crisis muchas de las ideas sobre comunicación política,  y sobre la mesa de debate la utilización de la Web 2.0 en las campañas electorales.  La reciente campaña, volvió a poner en crisis una gran cantidad de ideas y sobre la mesa de debate, la micro segmentación 3.0 definida por variables blandas.
La primera campaña de Obama en 2008, disparó e instaló definitivamente  la utilización  de la web   y el concepto simétrico 2.0, en las campañas electorales.  A partir de allí nada fue igual, toda campaña electoral,  todo actor político o corporativo,  en cualquier lugar  del mundo,  incorporó en mayor o menor medida,  desarrollos 2.0 a su comunicación política.
La segunda campaña,  que finalizó hace pocos días con las elecciones que le dieron el triunfo por sobre Mit Romney,  vino a instalar definitivamente la microsegmentación 3.0 como tema.
Grandes números y pequeños datos
Facebook , Twitter y  otras redes y espacios ,  le permitieron al equipo de Obama obtener información, midiendo una cantidad inédita de variables,  construyendo modelos complejos  de grandes números,  con una enorme cantidad de variables e indicadores  operacionalizables, sistematizando  propuestas y preguntas,  induciendo reacciones y respuestas, operando sus investigadores  dentro de modelos- marcos segmentados  por  pertenencia y pertinencia.
Estos datos sirvieron para potenciar y maximizar la eficacia de cada llamado telefónico, cada timbre tocado, cada cuadra caminada por los candidatos. Teniendo en cuenta las especificidades de cada lugar, segmentos y eventos que congregan gente.
En la campaña de 2008,  el equipo tradicional y el 2.0 no sinergizaron información, esta vez el intercambio fue clave. Un integrante de esa campaña a modo de ejemplo  dijo “eramos como la CIA y el FBI antes del 11-S, teníamos mucha información pero no la intercambiábamos, no había sinergía”.
Con la enorme cantidad de datos que emergen de Facebook yTwitter entre otras plataformas,  se plantea la posibilidad de segmentar por variables blandas, es decir, lo que la gente hace, más que lo que la gente es, donde vota,  más que quien vota.
Del estudio de los perfiles en Facebook, de las mujeres entre 40 y 49 años de la Costa Oeste (un grupo demográfico que se había identificado como crucial para la construcción de votos y definitorio para el resultado) se concluyó que lo que más deseaban era disfrutar de una cena en Hollywood con George Clooney. Poco después, el presidente accedía “casualmente”  a participar, en la meca del cine, en una velada de campaña junto a ese actor de cine; acontecimiento para el que se hizo un sorteo dirigido a esas votantes, que tuvo una fuerte visibilidad y gran impacto en los segmentos objetivo.
Se investigó en Facebook,  quien podría trackear tanta antención en el segmento de mujeres 40 a 49 años de la Costa Este. La respuesta que surgió de los investigadores fue : Sarah Jessica Parker.  Obama acudió al mismísimo apartamento del West Village de la actriz de Sexo & the city,  para un acto con claro carácter político,  en el que también se sorteó la participación de las afortunadas asistentes.
Clooney y Parker no solo apoyaban públicamente a Obama, además las mujeres participaban, en forma presencial o por identificación,  con Obama y los actores en una instancia  emocional de altísimo impacto.
El estudio y la macro clasificación de los perfiles en micro segmentos,  determinó  los diferentes niveles de  permeabilidad de cada segmento  a los diferentes  estímulos narrativos y discursivos, cuales tendrían más predisposición a donar, cuales mayor predisposición a ser voluntarios de campaña, cuales a fiscalizar.
Se pudo establecer en tiempo real,  que es lo que más desean las mujeres de 25  a 35 en  Wisconsin, Iowa, New Jersey, Brooklyn o en Miami - Dade. El grupo más permeable resultó el de los que estaban suscriptos al mailing de 2008  y se habían borrado. Era mucho más eficaz un llamado local que uno de otro estado. Los e-mails impactaban más en el segmento 40-49 hombres que en cualquier otro segmento. El segmento 20-30 respondía muy positivamente al estímulo de anotarse para votar. Las mujeres de 45 a 60 viralizaban e-mails y posteos en facebook más que otros segmentos. Los ciclistas se comprometen  con las bajadas al territorio más que ningún otro grupo. Los jubilados hombres,  son más permeables que las jubiladas mujeres,  cuando se los interpela con un discurso económico, y las jubiladas mujeres cuando el abordaje va por la política exterior. Aquellos a quienes les interesa la pesca votan mayormente al partido republicano,  pero revelan altos niveles de labilidad en el voto. En las mujeres de entre 30 y 45 años en el estado de Virginia, prevalece una propuesta anti bullying por sobre  la lealtad histórica al partido republicano. Se detectó  una tendencia fuerte a la viralización, retweets, posteos  de datos duros y estadísticas,  en varios bastiones  urbanos republicanos del centro del país.
Una gran parte de los votantes indecisos participaban en la red social Reddit. En cuestión de días, tanto los asesores de la Casa Blanca como el propio presidente se registraron de pronto en esa red informativa y empezaron a responder las preguntas y aclarar las inquietudes de los miembros de Reddit.
Se descubrió que para ganar Florida,  era necesario impactar  en las  mujeres de entre 20 y 35 años del condado de Dade, se estudió su perfil y se averiguó que la mayor parte son fans de unas determinadas series de televisión. De inmediato, los espacios publicitarios de esos programas (como Sons of Anarchy o The Walking Dead) se llenaron de mensajes de Obama,  diseñados para convencer a las jóvenes del perfil buscado.
Con los datos de Facebook, twitter y otras redes se generaron softwares modelos macro, con los cuales se llegaron a hacer  hasta 66.000 simulaciones de votaciones municipales en una sola noche, y con esos mismos modelos muestreados en Facebook, se construyeron  rutas de timbreo.
Esos modelos sirvieron para maximizar el impacto de las publicidades, medidas estas, en relación a 2008,  se duplicó su eficacia.
.La segmentación por variables blandas debe objetivar  lo que la gente hace, lo que demanda y a quien se lo demanda, para poder interpelar , impactar y acumular con eficacia en el segmento objetivo.
La tendencia de ir por todo el espectro electoral,  es un denominador común, ir “a la carga barracas” por todo el padrón,  no solo no funciona,  sino que en términos de economía de fuerzas,  representa un desgaste superlativo.
Es importante concentrase en los segmentos elegidos, atacar en forma puntual, concentrada y masiva con gran intensidad de fuego y no distraerse.
Las  tres  dimensiones básicas y fundamentales  para desarrollar  un plan estratégico de interpelación de los micro segmentos  3.0 son :
a)   Ubicuidad
b)   Consonancia
c)   Acumulación
Ubicuidad: actuar donde están las personas objetivo,  ir adonde van, construyendo la sensación de omnipresencia, de estar en todas partes. Hablarle a las personas allí donde estén,  en La Web 2.0, en la TV, en la vía pública, gráfica, radio, en un estadio,  en un teatro, etc.
Consonancia: impactar en cada segmento de forma diferenciada y quirúrgica, comprometiendo intereses, emociones, necesidades y deseos específicos de cada segmento, esto desde los paradigmas 2.0 se vuelve más potente,  teniendo en cuenta que no es tan importante lo que decimos, como lo que lo el otro entiende.
Acumulación: La repetición, reproductibilidad y la presencia permanente en la Web 2.0, donde la gente reside, de un mismo mensaje durante un período prolongado, fijan y solidifican la base de sustentación cenéstesica del mensaje.
Las posibilidades de segmentar y comunicar en forma segmentada en la Web 3.0 nos permiten construir mensajes específicos y potentes. Un abordaje de 360 grados rodea a la persona,  y permite acumular por hermetismo y repetición.
Rubén Weinsteiner

Voto joven: Algunos elementos para la intervención en el sistema de preferencias


Por Rubén Weinsteiner


       La identificación, apoyada en el clivaje autenticidad-impostura. Gato no gato, lo autentico y lo artificial.
Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra. Contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia. No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero y transparente.
El marco de referencia está afuera de la familia,  pero dentro del círculo tribal, y  esa figura referencial se consolida  por un cualidad específica.  Por ejemplo, el líder de la banda que más le gusta, pero además valida su autoridad con un discurso que se retrolegitima a través de los valores de la tribu,  y los proyecta hacia afuera.
             
La institucionalización de soluciones para problemas no legitimados.  

La política como herramienta de reconocimiento, legitimación y solución de problemas de los cuales los adultos “no se hacen cargo”  dejando a los jóvenes en un limbo.
Por ejemplo hoy,  el déficit habitacional. La casa como primer ordenador social, no es algo a lo que los jóvenes puedan acceder mediante el ahorro. Solo quien tiene padres con dinero puede comprarse  una vivienda.  ¿Cómo se supone que un joven puede comprarse una vivienda?  Instalado socialmente el mandato de formar parejas y familias, sin casa no hay familia, por un lado se plantea un modelo y por el otro se cierran los caminos para construir ese modelo.
Este tipo de situaciones , constituyen  aquellos problemas,  en los cuales  los jóvenes,  sienten que los adultos revelan una desidia banal.
Otro ejemplo:  ¿donde se orina en el espacio público en Buenos Aires, si baños públicos no hay?.
En la calle baños no existen, en los bares solo admiten clientes, lo cual obliga a mucha gente pedir un café para ir a un baño. ¿Donde se supone que orine una persona necesitada de hacerlo, estando en la calle?
El planteo de estas preguntas, la interpelación a los más viejos, y la búsqueda de respuestas conforman la demanda de institucionalización  que  conlleva una legitimación implícita  y demandada de valores, sentimientos, necesidades,  deseos y aspiraciones.
El clivaje prohibido-permitido.

 La tensión entre lo prohibido y lo permitido,  como el consumo de marihuana o el aborto.  O en otras épocas,  desde el divorcio,  hasta circular por el espacio público en pantalones cortos, plantea un  trade off que cliva y  divide la cancha entre los caretas y los propios, porque el joven pone en emergencia conductas “asociales” , que muchos viven y practican subterráneamente.

Es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de  la tribu, por afirmación o por negación,  que lo que dicen los padres.

De esta manera gestionan el conflicto entre lo que está bien para los padres y lo que está bien para los pares, y así de esa manera,  responder a dos expectativas diferenciadas.
El súper yo y  la constitución del yo plasmados en  la contradicción de las construcción de las decisiones,  tiende a profundizar el conflicto. Esta contradicción genera tensiones interesantes en la conducta,  y en los mecanismos decisorios.
Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen con lo que está bien para los pares y viceversa. “No tomes, no entables relación con gente peligrosa, estudiá mucho” consejos sobre la vida sexual,  las relaciones, el trabajo y finalmente la política.
El reconocimiento de la cultura que viene, más que como una contracultura.
Los jóvenes barometrizan el cambio, lo que hoy está no aceptado  o mal visto y mañana será normal.  Por eso   demandan  él cambio y lo anclan en el límite de lo socialmente aceptado.
La demanda implícita es  que sea aceptado lo  inaceptable dentro de las condiciones objetivas,  pero que como dice la marcha de la bronca de Pedro y Pablo,  “haré de cualquier modo” .
Planteo de luchas contra enemigos poderosos, con final abierto.
 
Muchos plantean que la 125 fue el ADN del Kirchnerismo.  Como esta batalla,  se trata de luchas difíciles,  enmarcadas en la épica de quien se sabe más débil y por lo tanto debe revelar mística, valor y coraje para dar una batalla, a priori perdida, pero decisiva e ineludible.
El enfrentamiento contra  poderes hasta el momento “intocables” e “invulnerables”,  le otorga vitalidad y dinamismo, al vínculo,  entre una fuerza y los jóvenes
Ese final abierto, esa asimetría desfavorable,  indignan, emocionan, convocan y construyen la bronca originaria y movilizadora  y la alegría de la acción y compromiso colectivos.
Nuevos formatos  de participación política.

Twitter, Facebook y  las herramientas 2.0 y 3.0,  donde los jóvenes juegan de local, como nativos digitales, frente a migrantes digitales como sus padres, maestros y profesores, para desplegar nuevas formas de adhesión, militancia y compromiso.  La posibilidad de generar acciones,  publicar, interactuar, militar,  comunicar y llegar en forma simétrica a cualquier persona, segmento, audiencia u estamento.
 Rubén Weinsteiner

¿Quién votó a quién?


Sergio Massa fue elegido por su gestión en Tigre, Insaurralde por su identificación con el Gobierno.


A Sergio Massa lo votaron mayoritariamente las mujeres, los menores de 34 y los mayores de 50, con fuerte impronta entre los sectores de mayores recursos, pero con corrientes de voto muy importantes también entre los pobres. Seis de cada diez personas que lo eligieron fundamentaron su apoyo en “los antecedentes de Massa en la gestión”, es decir, la fama que construyó al frente de la intendencia de Tigre. Curiosamente, sólo seis de cada cien personas votaron a Massa por su perfil opositor, es decir que una parte de los votantes piensan que algo así como “una nueva etapa del kirchnerismo”. 

Del otro lado, a Martín Insaurralde, más de la mitad que eligieron su boleta lo respaldaron porque “representa el modelo del gobierno nacional”, es decir, porque era el candidato de la presidenta Cristina Kirchner y del gobernador Daniel Scioli. Muy pocos lo conocían por su capacidad, sus antecedentes o sus atributos personales. En el caso de Margarita Stolbizer, el apoyo vino de mujeres, mayores de 50 y del interior provincial y hay un reconocimiento a sus características personales –honestidad, trabajo–, por encima de su perfil de opositora. Por último, Francisco de Narváez recoge votos de mujeres de edad intermedia y el respaldo se motiva en atributos personales –firmeza, un millonario que igual presenta batalla en el terreno político– y, también, en su perfil opositor.

Las conclusiones surgen de una enorme encuesta en boca de urna, hecha el domingo a la salida de las escuelas de todo el territorio bonaerense, en la que se entrevistaron nada menos que 31.893 personas de ambos sexos, de distintas edades y de todos los niveles sociales. El trabajo lo llevó a cabo el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que conduce Roberto Bacman, quien realizó un análisis exhaustivo a pedido de Página/12. Los datos son reveladores y no sólo permiten un análisis de las razones de voto, sino empezar a diseñar ideas y estrategias de cara a las elecciones del 27 de octubre.

“Los cuadros muestran un dato contundente: el 65 por ciento de quienes votaron a Massa lo hicieron por su gestión en Tigre –señala Bacman–. Es decir que entró en esta carrera con un prestigio asentado en una trayectoria que tuvo mucha difusión en los medios durante los últimos años. Hay que pensar que la gente busca alternativas de gobernabilidad. Y entonces se instaló la idea de que ‘Massa transformó Tigre’, o que encabezó una gran lucha contra la inseguridad. Ahora no estoy planteando si eso fue cierto o falso, digo que estuvo instalado en el imaginario colectivo. Tal vez la gente no se acuerde, pero algo así ocurrió con los Rodríguez Saá en 2003: se decía que San Luis era un paraíso, que había grandes autopistas, llegaban inversiones. Se construyó un imaginario colectivo. No dudo de que en ambos casos los medios jugaron su papel. A esta idea de una gestión exitosa se sumaron, como motivo de voto, las características personales.
El 18 por ciento de los consultados explicaron que respaldaron a Massa por ese motivo. Acá pesó que tiene un perfil gerencial, parece capaz y que no hay denuncias de corrupción en su contra.”
Para Bacman, que a Massa lo hayan votado más mujeres que hombres tiene que ver con un ingrediente importante de su campaña. “Mostró un perfil familiero, no es separado, va mucho con su esposa a los programas, exhibe esa vida familiar. Fíjese que el domingo también Mauricio Macri bailó con su esposa y exhibió a su hija. Es algo con lo que muchos consultores insisten a nivel internacional. A ese perfil familiar, Massa le agrega que no es agresivo, tiene su pinta, características que impactan en el voto femenino”, evalúa.
Respecto del aspecto socioeconómico del voto al candidato del Frente Renovador, la encuesta del CEOP marca presencia tanto del sufragio de los sectores de mayores recursos como en franjas de bajos ingresos. “Bueno, hay algo obvio: Massa domina lo que se llama el ‘corredor de oro’, es decir, Vicente López, San Isidro, San Fernando –enumera Bacman–. Tiene su lógica. Pero también hizo una gran elección en José C. Paz, San Martín, Tres de Febrero y muchos otros distritos con mayoría de habitantes de bajos recursos. Ahí yo creo que primó el territorio, un sólido trabajo de los intendentes que estaban con Massa. Sin embargo, creo que hay que mirar un poco más qué pasó en esas franjas a las que está destinada buena parte de la política económica kirchnerista.”

Uno de los datos más asombrosos de la amplia encuesta del CEOP es que sólo un seis por ciento de los que votaron a Massa dijeron que lo hicieron por su carácter opositor. “Es que no fue visto como un candidato opositor –señala Bacman–. Piense lo siguiente: en 2009, Néstor Kirchner sacó el 32 por ciento de los votos. Esta vez, Insaurralde consiguió el 29 por ciento. Esto significa que Massa logró penetrar en una parte del núcleo duro del kirchnerismo. Por supuesto que la campaña lo fue llevando a mostrar su perfil opositor. Eso es lo que explica que empezó con 15 puntos de ventaja y esa diferencia se recortó a cinco. Cuando se sacó el saco para pelear, su campaña se estancó, no volvió a crecer. Mientras tanto, Insaurralde fue remontando una cuesta muy difícil: había empezado con 17 por ciento de intención de voto y pasó del 29 por ciento. Es obvio que algo de kirchnerismo quedó del lado de Massa. Sobre eso tendrá que trabajar el oficialismo de acá a octubre.”
Respecto de Martín Insaurralde, el candidato del Frente para la Victoria, el perfil del votante apunta mayoritariamente a gente de sectores necesitados, menores de 35 años y del Gran Buenos Aires. El voto es parejo en hombres y mujeres.
Más del 50 por ciento respaldó a Insaurralde “porque representa al modelo del Gobierno”, es decir que –como se sabe– era un candidato con poco conocimiento que, como punto fuerte, tenía que convertirse en la cara de las políticas oficiales, además del acompañamiento de la Presidenta y el gobernador. “Yo creo que Insaurralde hubiera necesitado una ecuación más pareja –señala Bacman–. Por un lado, por supuesto, su representación del proyecto y las políticas oficiales, pero necesitaba también que se lo conozca por sus antecedentes. Yo creo que ahí hay un terreno por el que avanzar hacia octubre, sobre todo en votantes que no tienen estructura. Insaurralde debe mostrar que es una gran opción de gestión, que tiene mucha capacidad. Fíjese que del total que lo votaron, sólo el siete por ciento lo hizo por su capacidad y el 14 por ciento por sus condiciones personales. Esto habla de que, aún terminada la campaña, es poco conocido.”
El perfil del votante de Margarita Stolbizer parece cantado: mayoría de mujeres, mayores de 50 años y que viven en el interior de la provincia de Buenos Aires. En muchísimas ciudades bonaerenses, chicas y medianas, hay intendentes radicales y tradición radical. Y no sólo radical, sino también antiperonista. En Margarita –según el CEOP– efectivamente pesan sus atributos personales. Casi la mitad de la gente que la votó sostiene que lo hizo por sus características: resaltan su trayectoria, es vista como honesta, confiable y perseverante. “Un 24 por ciento de sus votantes le reconoce su oposición al Gobierno, algo que en Stolbizer debió tener un peso aún mayor, porque era la candidata no-peronista de mayor proyección electoral –sostiene Bacman–. Pero ojo, la buena elección de UNEN en Capital Federal y la del radicalismo en otros distritos es posible que traiga una cierta corriente que mejore algo la performance de Stolbizer en octubre. Se ha reflotado el radicalismo y eso la puede ayudar. Es muy probable.”

Por último, respecto de Francisco de Narváez, el perfil del votante es, mayoritariamente, de mujeres de edad intermedia, residentes en el interior provincial y mayoritariamente de los niveles socio-económicos altos. En primer lugar, porque es la franja más enfrentada con el gobierno nacional y más receptiva a las consignas que utiliza De Narváez, que tienen que ver con la inseguridad. De todas maneras, en las razones de voto las vertientes parecen variadas y parejas: 27 por ciento por los atributos personales, 24 por ciento por las propuestas, 20 por ciento por su perfil opositor y 12 por ciento por su trayectoria. “Yo diría que sus votantes creen que es una persona que se muestra firme, sobre todo en los temas que tienen que ver con inseguridad y cuando se habla de sus atributos personales se piensa que es una persona de muy buen pasar económico, que es luchador y que resigna parte de la comodidad que podría tener para pelearla en el terreno económico”, redondea Bacman.

El mapa de perfiles y de razones de voto que cada consultor trazó durante la campaña pero que en un boca de urna tiene mayor precisión porque es inmediatamente al salir del cuarto oscuro, permite pensar en caminos a recorrer de acá a octubre. Parece cantado que el oficialismo tendrá que pensar mucho en los sectores de bajos recursos que perdió a manos de Massa y que vienen de votar a CFK. El massismo necesitará diseñar una estrategia para no perder lo que consiguió atrapando respaldos de sectores muy diversos, en lo socio-económico, pero también en lo político. Es obvio que apuntará a los votos que consiguió De Narváez en esta elección y parece probable que, lo quiera o no, la campaña lo va a ubicar más claramente todavía en la oposición. Margarita Stolbizer tratará de capitalizar el resurgimiento del radicalismo y la alianza con los socialistas. Y De Narváez tendrá que pelearle el espacio opositor a Massa. Son dos meses y diez días que requerirán intensidad, pero también movimientos bien pensados e inteligentes.

#Votojoven: tribu e institucionalización del cambio.



 Por Rubén Weinsteiner para ADN

Roberto Brito Lemus plantea que la juventud, comienza cuando se desarrolla  la capacidad de reproducir la especie humana, y  termina cuando se desarrolla la capacidad de reproducir el orden social.
Se es joven mientras se cuestiona, contesta y demanda cambios y se evita reproducir el orden social tal cual está planteado. Cuando se evita “transar”.
La demanda más clara de los diferentes sub segmentos que componen el voto joven,  tiene que ver con la  institucionalización  de soluciones desde la política, a problemas colectivos de carácter  tribal  de los jóvenes.
El abordaje de estas demandas, conlleva una legitimación implícita   y demandada de valores, sentimientos, necesidades,  deseos y aspiraciones, colectivas y tribales. Esa legitimación es el corazón de la demanda del segmento.  Ser escuchado, reconocido el problema, y reconocido el carácter colectivo y la tribalidad de la demanda.
El discurso político tradicional,  que intenta interpelar al segmento joven,  lo hace desde el paradigma individual introspectivo y adulto,  frente  al paradigma  comunicacional colectivo de referencia externa y tribal,  desde donde el segmento 16-30 escucha y construye su sistema de preferencias.
El reconocimiento y la identificación con la tribu en tanto colectivo,   ante el problema por parte del discurso político, es el eje de la racionalidad instrumental del voto joven.  Para el joven,  identificación es amor, para los adultos identificación, es solo empatía.
Todo discurso plantea dos niveles a tener en cuenta: el de los contenidos y el relacional.  El primer nivel debe apuntar a la institucionalización de soluciones para problemas específicos, el segundo nivel a establecer un vínculo de reconocimiento y valoración hacia el colectivo, donde el joven se encuentra inserto,  y desde donde demanda esos cambios y soluciones.
Para que la comunicación  con el segmento joven sea  esencialmente persuasiva y técnicamente informativa, y  no al revés, debe tener en cuenta que es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de la tribu, por afirmación o por negación, que lo que dicen los padres o los políticos. Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen con lo que está bien para los pares y la tribu, y viceversa. “No tomes, no entables relación con gente peligrosa, estudiá mucho, acóstate temprano, no te quedes hasta cualquier hora en la computadora” consejos sobre la vida sexual, las relaciones, el trabajo y finalmente la política.
En la mayoría de los casos donde las consecuencias no revisten inmediatez , amenaza o peligro, la tensión padres-tribu, se salda a favor de la tribu, por el peso del colectivo a la hora de la aprobación y legitimación social.
La ocupación del imaginario por parte del joven, en tanto integrante de un colectivo, una tribu, con sus leyes, códigos y marcos transaccionales,  es una precondición de cualquier construcción discursiva, políticamente significativa,  para la interpelación y colonización de subjetividades dentro del segmento 16-30.
Rubén Weinsteiner

Rubén Weinsteiner analiza los relatos ocultos en el #votojoven



 Por Rubén Weinsteiner
Los relatos culturales, tanto públicos abiertos y difundidos,  como los ocultos, privados y  subterráneos, conforman las hegemonías dentro de los diferentes segmentos poblacionales.
Cada una de estas hegemonías constituye el contexto en el cual,  las personas dan un significado a sus acciones y experiencias, percepciones de hechos a los cuales se los dota de significados  y dan sentido a sus vidas, tanto en lo individual como en lo colectivo.
Los relatos ocultos son una parte muy importante  en  las matrices de construcción de los sistemas de preferencias y determinación del voto.
Son relatos privados, que no se verbalizan en el espacio público, ni en los medios 1.0, se remiten exclusivamente a los círculos de confianza, de “los nuestros”, a las charlas en familia o con amigos cercanos, o en los medios 2.0 al amparo de cierto anonimato o invisibilidad  y comportamiento de masas,  como cuando se cantan canciones racistas desde una tribuna en una cancha.
Doy un ejemplo de estos relatos ocultos: Muchos argentinos sintieron alivio apenas producido el golpe militar de 1976, algunos y no pocos  de ellos siguen sintiendo hasta el presente apoyo y simpatía por ese gobierno militar,  sin que les importe los crímenes cometidos por este.  Sin embargo la difusión, resignificación y elaboración colectiva,  impide hoy una reivindicación abierta de la dictadura en los medios, en la Universidad, en una reunión con gente desconocida,  en el espacio público.  Por eso la memoria se transforma para este grupo en un hecho privado que retorna a las vías de la oralidad propias de la intimidad.
Muchos de estos relatos ocultos contienen un desprecio por la otredad, por otro grupo o sector social,  y si bien no se expresan en público,  sobreviven subterráneamente, en lo familiar, entre amigos, allí donde hay redes de confianza, como dadores de sentido,  de lo que Bordieu llama: la distinción.
Las redes orales han demostrado ser muy eficaces para preservar este tipo de relatos.  Este relato-discurso de cada segmento se oculta en la oralidad ante la primacía de lo escrito y lo filmado.
Sin embargo esta oralidad está emergiendo cada vez más  intensamente en la Web 2.0,  donde podemos leer  construcciones discursivas significativas,  impensables en lo escrito o en los medios masivos.
Esta emergencia de los relatos ocultos conocidos pero silenciados, constituye un cambio profundo de paradigmas, en un escenario novedoso y lleno de oportunidades.
Los segmentos jóvenes, los sub 30 son los que al mismo tiempo que ponen en la superficie estos relatos ocultos, visibilizándolos por ejemplo en la Web 2.0, los ponen en crisis, asumiendo un voto más blando,  una flexibilidad y una predisposición al cambio,  imposible de encontrar en segmentos de mayor edad, con un sistema de preferencias más duro.
Obama como señalamos en otras notas obtuvo el 66% de los votos en el segmento 18-30 en 2008, y el 60% de los votos en el mismo segmento en 2012. Esta última performance de Obama en Argentina, le hubiera otorgado 23% de los votos del total del padrón, lo que sumado a un despliegue moderado en el resto de los segmentos construye una victoria por más del 50% de los votos.

Las dos campañas de Obama desplegaron un tratamiento sistemático y quirúrgico sobre los relatos ocultos examinados,  y operaron sobre el segmento 18-30 como el más permeable para su abordaje. Un ejemplo muy claro es la interpelación que hace Obama sobre el segmento  joven de  la “comunidad judía” que en la primera elección  y por una compleja gama de motivaciones, se mostró adverso a la candidatura de Obama. En uno de los escenarios más adversos para Obama en la primera elección, el voto judío de Florida, Obama lanzó una campaña 2.0 , para que los jóvenes judíos convenzan a sus abuelos ( muchos judíos jubilados se vana vivir a Florida) que "Obama es bueno para los judíos".  En la segunda elección,  obtuvo el 60% del voto judío en Florida.
La interpelación transversal de los diferentes segmentos a través de sus relatos ocultos,  se vuelve potente y eficaz en los segmentos que constituyen el voto joven, por visibilidad de estos relatos,  por exposición y despliegue que determinan el quiebre del poder de la oralidad y lo oculto,  y por lo tanto por la posibilidad de intervenir, influir, persuadir  y acumular en estos segmentos.
 Rubén Weinsteiner

Rubén Weinsteiner analiza el #votojoven


¨Por Rubén Weinsteiner para EL PAÍS


Con el voto a los 16 años se incorporan 1,2 millones de nuevos votantes al padrón nacional. En el nuevo escenario el 36% de los votantes tiene menos de 30 años, lo que llamamos voto joven.
Obteniendo una victoria del 50% en este segmento se obtendrían 18 puntos en el total nacional, lo que junto a un despliegue moderado en el resto de los segmentos se construiría una ventaja indescontable en cualquier escenario.

En las elecciones de 2008, Obama derrotó a Mc Cain 52,9 % a 45,7, la diferencia que le permitió compensar derrotas en segmentos importantes y construir esos 7 puntos fue el 68% de apoyo entre los menores de 30 años.
En las elecciones de 2012 volvió a conseguir una importante ventaja en ese segmento frente a Mitt Romney, quedandosé con el 60% de los votos sub 30, y también ahí construyó la diferencia que le permitió consolidar su victoria .
Tanto es así que Obama alcanzó los diferenciales mayores en el segmento joven y de esa manera consiguió la victoria en cuatro de los estados clave por la cantidad de electores para el colegio electoral que asignan, sin los que no hubiera alcanzado la presidencia: Florida, Ohio, Pennsylvania y Virginia.

En la provincia de Buenos Aires, cada año son 250.000 los chicos que hacen el cambio de documento al cumplir los 16 años. En Córdoba 112.000 jóvenes estarán en condiciones de votar a partir de la nueva ley. En Santa Fe un total de 107.433, en Mendoza 64.000 jóvenes, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, unos 62.000 jóvenes. En Santiago del Estero 57.000, en Chaco se incorporarán 49.302, en Entre Ríos 46.500, en Tucumán 56.000, en Salta 50.000, en Misiones 30.000 jóvenes. En Formosa no hay información oficial, pero serían 27.000.

El voto jóven recrea mecanismos de tensión joven-adulto y esta tensión se focaliza desde lo emotivo en el planteo y posible enrolamiento en conflictos y luchas contra poderes importantes y con final abierto.

Desde lo funcional la acumulación en términos de preferencias en este segmento se apoya en 2 clivajes específicos:

a)prohibido-permitido
b) institucionalizado-desinstitucionalizado

El joven pone en emergencia conductas “asociales” que muchos viven y practican subterráneamente; constituyendo "lo que viene", "la próxima cultura"  más que una contracultura.
Los jóvenes barometrizan el cambio, por eso lo demandan, y el cambio lo anclan en el límite de lo que la ley habilita y lo que prohíbe.

La demanda implícita es permitir lo que está prohibido pero como dice la marcha de la bronca de Pedro y Pablo “haré de cualquier modo” .
La otra demanda fundamental de este segmento es la institucionalización de soluciones. Esta institucionalización conlleva una legitimación implícita demandada, de valores, sentimientos, necesidades, etc.

El segmento demanda ocupar el imaginario de la clase política.  A este segmento  el discurso de los de 50 les resulta ajeno emocionalmente, lento conceptualmente y aburrido discursivamente, pero la zona donde la brecha mas se profundiza, es en la credibilidad, los jóvenes no le creen a los mayores.

Esa linealidad de las series de los setenta y ochenta donde todo está demasiado claro, lo bueno, lo malo, los buenos y los malos,  lo que está bien y lo que está mal, no resulta creíble en este segmento. Esa unidimensionalidad bajada al discurso resulta inverosímil, “careta”, y sus emisores “truchos y gatos”.

Desde la emergencia, la organización del debate para el segmento se da en torno al clivaje “gato”-autentico. Los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra, contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia.
No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero, transparente. El marco de referencia está afuera pero dentro del círculo tribal, esa figura referencial emerge por un cualidad específica, ser por ejemplo, el líder de la banda que más le gusta, pero además validar su autoridad con un discurso que se retrolegitime con los valores de la tribu,  de autenticidad,  y los proyecte hacia afuera.

Las experiencias de voto a los 16 en los diferentes países donde se habilitó ese derecho, marcan tasas de voto altas, los jóvenes “quieren usar la credencial”, son votantes comprometidos y convencidos, despegan y con facilidad del mandato de voto familiar. Demandan convocatorias a enfrentar y forzar, reconocimiento legitimación e institucionalización. Satisfacer deseos antes que necesidades. Es un voto emocional, complejo inteligente y definitorio en cualquier elección.

Rubén Weinsteiner