Espías de mejor calidad

Por Richard Clarke *

Los norteamericanos necesitamos gente más capaz en todos los organismos de seguridad —en especial, en el FBI y la CIA—. En otras ramas del gobierno, los empleados pueden sumarse como gerentes de nivel medio o alto después de adquirir experiencia en otros sitios. Pero en el FBI y la CIA, los cargos claves son ocupados de forma casi exclusiva por aquellos que se incorporaron de jóvenes y fueron ascendiendo. Esto hace que haya en ellos uniformidad, aislamiento, aversión a los riesgos, apatía y mediocridad muchas veces.

La única forma de dotar a estos organismos clave con nueva sangre creativa consiste en reestructurar sus prácticas de contrataciones y promociones, de modo de atraer trabajadores que no sufran las "fallas de imaginación" a las que los integrantes de la comisión que investigó el 11-S atribuyen errores del pasado.

La CIA o las fuerzas armadas deben crear una fuerza comando más grande y efectiva para cubrir las tareas de lucha contra el terrorismo, junto con una red de agentes y empresas pantalla que trabajen bajo una "cubierta extraoficial" —esto es, sin protección diplomática— de modo de apoyar a los comandos.

Pero aún más importante que cualquier sugerencia burocrática es la inevitable discusión respecto de quién es el enemigo y cuáles son las estrategias que necesita EE.UU. para su lucha.

Necesitamos mostrar al mundo islámico valores más atractivos que los de los seguidores de la Jihad. Esto supone colaborar con el desarrollo económico y la apertura política en los países musulmanes y hacer esfuerzos en Afganistán, Pakistán y Arabia Saudita. Es vital reiniciar el proceso de paz palestino-israelí.

Pero no podemos hacer todo esto solos. Además de una programación radial y televisiva conveniente de parte del gobierno norteamericano, nos sería de gran ayuda contar con un consejo panislámico de respetados líderes seculares y espirituales, de modo de coordinar (sin la colaboración de los EE.UU.) el propio esfuerzo ideológico del mundo islámico contra Al Qaeda.

Lamentablemente, a raíz de la pobre reputación de los EE.UU. en el mundo islámico, los norteamericanos nos encontramos en gran desventaja en la batalla de las ideas. Esto se debe primordialmente a la innecesaria y contraproducente invasión a Irak.


*Richard Clarke. EXPERTO ANTITERRORISTA, EX FUNCIONARIO DEL CONSEJO DE SEGURIDAD, EE.UU.