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La agenda de Macri: Ordenar Cambiemos, ordenar Córdoba sacrificando a Baldassi y desactivar el desdoblamiento en provincia
La agenda de Macri comienza en febrero: candidaturas y aportes privados
En Cambiemos aseguran que las chances de desdoblar los comicios bonaerenses son mínimas. Y definen candidato en Córdoba, clave para el Gobierno
Como antesala de los próximos comicios, el presidente Mauricio Macri apuesta a resolver entre febrero y marzo algunas cuestiones clave para el futuro político de la alianza Cambiemos. Esa agenda va desde aprobar en sesiones extraordinarias el proyecto de Financiamiento de los Partidos Políticos hasta definir si desdoblarán las elecciones de la provincia de Buenos Aires de las nacionales, y consensuar con sus socios radicales el candidato a gobernador de Córdoba, el segundo distrito del país con mayor número de votantes.
Satisfechos porque lograron -a fuerza de reforzar la ayuda social- terminar en calma el 2018 en medio de una inflación que se fijará por arriba del 40%, con índices de desempleo y pobreza en aumento y anuncios de nuevas subas de las tarifas de electricidad, gas y transporte; en el Gobierno nacional repiten casi como un mantra que 2019 comienza en febrero. Enero, para casi todos sus funcionarios será tiempo de descanso. Más todavía para el jefe de Estado, que está de vacaciones en Villa La Angostura y no tiene pensado regresar a sus funciones hasta mediados de ese mes.
Además de comenzar con una serie de reuniones con la dirigencia del radicalismo y de la Coalición Cívica, en la Casa Rosada ya trabajan para que en febrero el Congreso apruebe en sesiones extraordinarias la ley que habilita a las empresas a hacer aportes a las campañas políticas, algo que ya fue acordado con el peronismo federal, que conduce el senador Miguel Ángel Pichetto. También está en carpeta la iniciativa para combatir a las barrabravas, luego de su fallido debate en Diputados a mediados de diciembre.
Según fuentes del oficialismo, Macri está decidido a dar la discusión de la ley de Financiamiento de los Partidos Políticos a pesar de la resistencia de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que en varias oportunidades marcó sus diferencias con PRO y dijo en público que de ningún modo acompañará esa norma.
Otro de los temas que empezarán a definirse en febrero es el rol que la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, adoptará en la búsqueda de la reelección del presidente. Para eso los principales asesores de la mandataria provincial y de Macri se reunirán y decidirán cuán necesario es adelantar los comicios en la provincia para exhibir un eventual triunfo antes de las primarias nacionales.
Hoy inauguramos la nueva temporada de Verano en la Provincia, para que los que decidan venir a Mar del Plata, Necochea o Mar de Ajó puedan disfrutar de las playas públicas con los mismos servicios y comodidades que tiene un balneario privado. pic.twitter.com/bM9XfWjNFc— María Eugenia Vidal (@mariuvidal) 28 de diciembre de 2018
Tanto desde Balcarce 50 como desde el Gabinete bonaerense sostienen que apenas hay un "20% de posibilidades de que se desdoblen" las elecciones provinciales de las nacionales. Por ahora, la balanza se inclina por la unificación. Aún con un escenario de recesión, en el Ejecutivo nacional se ilusionan con que Macri crezca en las encuestas y ya no sea necesario hacer alarde de ninguna victoria electoral previa, incluso algunos funcionarios se animan a afirmar que su segundo mandato está garantizado porque "es el candidato con mayor aceptación entre los votantes".
La provincia de Buenos Aires resulta primordial para garantizar el triunfo de Cambiemos a nivel nacional. También Córdoba.Aunque la interna está fijada para el 10 de marzo, en el macrismo buscan llegar a la elección del 12 de mayo con un candidato de consenso. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, serán los encargados de desanudar la maraña de enojos que hay entre los principales aspirantes a la gobernación. Los que hoy tienen mayores chances de ocupar ese lugar son los radicales Mario Negri y Ramón Mestre. El primero cuenta con mayor ventaja, ya que no sólo tiene el apoyo de Carrió, sino que además tiene el visto bueno de quienes dentro de PRO están dispuestos a sacrificar sin más a su propio postulante, el diputado nacional Héctor Baldassi.
Bull Market Brokers advierte que las acciones argentinas podrían derrumbarse hasta 28% en enero si el riesgo país no cede y recomienda dolarizar carteras
Un informe de Bull Market Brokers recomienda volcarse a un bono en dólares
Los inversores locales están en alerta ante un riesgo país que no cede y prevén un recorte en el índice Merval Argentina que podría llegar hasta un 28% en caso de que la variable medida por el JP Morgan no tenga una baja durante el verano. Así lo plantea un informe de Bull Market Brokers, que recomienda volcarse a un bono en dólares antes que en acciones bancarias para el corto plazo.
“Esperamos que se active durante enero el ajuste de precios, focalizado en las empresas Top-5 del Merval Argentina, que se relacionan con el Argentina Emergente por tener ADRs”, precisa el documento de Bull Market.
Estas cinco compañías son Grupo Financiero Galicia, banco Macro, Pampa Energía, YPF y Banco Supervielle, las cuales ingresarían en un eventual índice del MSCI cuando el país pase a mediados de 2019 a formar parte de esa categoría.
El Merval Argentina es el panel líder del Mercado de Valores, pero limitado a las cotizantes que tienen origen nacional.
“Fin de mes, fin de semestre y fin de año genera una excesiva sobrevaluación en la renta variable a corto plazo”, reza el trabajo que advierte: “estamos ante un escenario que requiere un ajuste inmediato de los precios de mercado para volver a tener margen de up-side”.
El viernes, el Merval cerró con una suba del 2,6% ante el cierre de posiciones de los inversores que reacomodaron sus carteras de acciones y bonos. En ese sentido, a partir del miércoles el principal índice de la bolsa porteña contará con una nueva composición, tal como ocurre cada vez que finaliza un trimestre.
“Las empresas necesitan que el riesgo soberano caiga no sólo por el impacto que tiene en el arbitraje con bonos en las carteras de los fondos del exterior y locales (cuanto más bajan los bonos crea la necesidad de reducir la tenencia de acciones para equilibrar ponderaciones, sobre todo en fondos cerrados mixtos), sino también por el ingreso esperado que se vincula estrechamente con el PBI”, puntualiza el informe, en referencia a la recesión en la que se encuentra la economía argentina y que afectará los balances de las empresas por un menor nivel de ingresos.
En Bull Market estiman que el producto podría avanzar un 1% cada vez que el riesgo país descienda 6,45%, de acuerdo a la elasticidad que han mantenido ambas variables históricamente. “Esa elasticidad en las empresas es aún más estrecha. Cada 100 puntos básicos que baja el riesgo soberano el Merval Argentina en Dólares tiene un ‘impulso primario’ de 26% en dólares”, calculan los analistas de esa sociedad de Bolsa.
Esto es porque es el impacto de la tasa de interés en el valor presente de los flujos descontados a 12 meses. “El inversor en acciones debe monitorear permanentemente el riesgo soberano para conocer el up-side que tienen las empresas, principalmente si estas tienen ADRs”, asegura el reporte.
En ese sentido, para Bull Market “un riesgo soberano debajo de 680 puntos básicos podría acomodar los precios actuales de la renta variable”. De lo contrario, las acciones corren el riesgo de sufrir una corrección del 28%.
"O el riesgo país baja rápido o corremos riesgo de un stress en la renta variable de gravedad", concluye el trabajo.
Los inversores locales están en alerta ante un riesgo país que no cede y prevén un recorte en el índice Merval Argentina que podría llegar hasta un 28% en caso de que la variable medida por el JP Morgan no tenga una baja durante el verano. Así lo plantea un informe de Bull Market Brokers, que recomienda volcarse a un bono en dólares antes que en acciones bancarias para el corto plazo.
“Esperamos que se active durante enero el ajuste de precios, focalizado en las empresas Top-5 del Merval Argentina, que se relacionan con el Argentina Emergente por tener ADRs”, precisa el documento de Bull Market.
Estas cinco compañías son Grupo Financiero Galicia, banco Macro, Pampa Energía, YPF y Banco Supervielle, las cuales ingresarían en un eventual índice del MSCI cuando el país pase a mediados de 2019 a formar parte de esa categoría.
El Merval Argentina es el panel líder del Mercado de Valores, pero limitado a las cotizantes que tienen origen nacional.
“Fin de mes, fin de semestre y fin de año genera una excesiva sobrevaluación en la renta variable a corto plazo”, reza el trabajo que advierte: “estamos ante un escenario que requiere un ajuste inmediato de los precios de mercado para volver a tener margen de up-side”.
El viernes, el Merval cerró con una suba del 2,6% ante el cierre de posiciones de los inversores que reacomodaron sus carteras de acciones y bonos. En ese sentido, a partir del miércoles el principal índice de la bolsa porteña contará con una nueva composición, tal como ocurre cada vez que finaliza un trimestre.
“Las empresas necesitan que el riesgo soberano caiga no sólo por el impacto que tiene en el arbitraje con bonos en las carteras de los fondos del exterior y locales (cuanto más bajan los bonos crea la necesidad de reducir la tenencia de acciones para equilibrar ponderaciones, sobre todo en fondos cerrados mixtos), sino también por el ingreso esperado que se vincula estrechamente con el PBI”, puntualiza el informe, en referencia a la recesión en la que se encuentra la economía argentina y que afectará los balances de las empresas por un menor nivel de ingresos.
En Bull Market estiman que el producto podría avanzar un 1% cada vez que el riesgo país descienda 6,45%, de acuerdo a la elasticidad que han mantenido ambas variables históricamente. “Esa elasticidad en las empresas es aún más estrecha. Cada 100 puntos básicos que baja el riesgo soberano el Merval Argentina en Dólares tiene un ‘impulso primario’ de 26% en dólares”, calculan los analistas de esa sociedad de Bolsa.
Esto es porque es el impacto de la tasa de interés en el valor presente de los flujos descontados a 12 meses. “El inversor en acciones debe monitorear permanentemente el riesgo soberano para conocer el up-side que tienen las empresas, principalmente si estas tienen ADRs”, asegura el reporte.
En ese sentido, para Bull Market “un riesgo soberano debajo de 680 puntos básicos podría acomodar los precios actuales de la renta variable”. De lo contrario, las acciones corren el riesgo de sufrir una corrección del 28%.
"O el riesgo país baja rápido o corremos riesgo de un stress en la renta variable de gravedad", concluye el trabajo.
Ahora es oficial: la deuda pública llegó al 95,4% del PBI
La devaluación hizo que se disparara y preocupa su dinámica a futuro
El dato era esperado porque lo habían adelantado algunas estimaciones privadas. Pero ahora es oficial: la deuda pública llegó al 95,4% del PBI durante el tercer trimestre. En particular, la deuda con privados y organismos internacionales alcanzó al 57,9% del producto. Y tal vez el dato más importante: la deuda pública en dólares trepó al 75,4%, su nivel más alto desde el 2004.
El indicador, uno de los más observados por los inversores para calcular la capacidad de pago de los países, junto con el nivel de reservas, mostró otra de las consecuencias graves de la devaluación. La principal preocupación hacia adelante aparece porque la expectativa para el 2019, año de incertidumbre eleccionaria, es que continúe la presión cambiaria.
Una clave es que el salto del precio del dólar fue de 105% durante el 2018. Ese mismo fenómeno, que además explicó la caída del salario real, el consumo privado y la actividad económica, fue el que derivó en un crecimiento vertiginoso del indicador deuda/ PBI, que es particularmente sensible a devaluaciones. Para colmo, si al 95,4% se le suman las obligaciones del cupón PBI, se llega a que el endeudamiento del tercer trimestre es del 99,5% del producto.
El dato era esperado porque lo habían adelantado algunas estimaciones privadas. Pero ahora es oficial: la deuda pública llegó al 95,4% del PBI durante el tercer trimestre. En particular, la deuda con privados y organismos internacionales alcanzó al 57,9% del producto. Y tal vez el dato más importante: la deuda pública en dólares trepó al 75,4%, su nivel más alto desde el 2004.
El indicador, uno de los más observados por los inversores para calcular la capacidad de pago de los países, junto con el nivel de reservas, mostró otra de las consecuencias graves de la devaluación. La principal preocupación hacia adelante aparece porque la expectativa para el 2019, año de incertidumbre eleccionaria, es que continúe la presión cambiaria.
Una clave es que el salto del precio del dólar fue de 105% durante el 2018. Ese mismo fenómeno, que además explicó la caída del salario real, el consumo privado y la actividad económica, fue el que derivó en un crecimiento vertiginoso del indicador deuda/ PBI, que es particularmente sensible a devaluaciones. Para colmo, si al 95,4% se le suman las obligaciones del cupón PBI, se llega a que el endeudamiento del tercer trimestre es del 99,5% del producto.
Quiénes son los presidentes que asistirán a la asunción de Jair Bolsonaro y cuáles son las principales ausencias
Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil
Al menos 12 jefes de Estado, en su mayoría de países vecinos de Sudamérica, 11 ministros de Relaciones Exteriores, 16 enviados especiales y 3 directores de organismos multilaterales han confirmado hasta ahora su presencia al evento donde habrá representantes de unos 60 países.
En cuanto a los mandatarios latinoamericanos, uno de los primeros en confirmar su participación fue el chileno Sebastián Piñera, líder conservador que tendió puentes con el mandatario electo.
Sebastián Pinera y Jair Bolsonaro
También se sumarán el colombiano Iván Duque, el paraguayo Mario Abdo Benítez y el peruano Martín Vizcarra.
Además, pese a las distancias ideológicas, el gobierno boliviano confirmó la presencia de Evo Morales. La izquierda sudamericana también contará con la asistencia del uruguayo Tabaré Vázquez.
Igualmente estarán el mandatario de Honduras, Juan Orlando Hernández, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza; el primer ministro de Hungría, el ultraderechista Viktor Orbán; el primer ministro de Marruecos, Saadedine Othmani, y el presidente de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca.
En tanto, la presencia más resonante fuera del continente americano es la del premier israelí Benjamin Netanyahu, quien ya se reunió con Bolsonaro y otros líderes locales.
Entre las ausencias más resonantes, destaca la del presidente argentino, Mauricio Macri. El principal socio regional del gigante sudamericano confirmó en su lugar la presencia del canciller Jorge Faurie.
La polémica por la invitación (y el retiro de la misma) a Nicolás Maduro fue un asunto tratado por políticos de ambos países. Mientras desde Brasilia se aseguró que "no hay lugar para Maduro en una celebración de la democracia y del triunfo de la voluntad popular brasileña", el régimen chavista aseguró que sí había recibido el convite y decidió no asistir al evento.
A su vez, el gobierno ecuatoriano no ha confirmado el viaje del presidente Lenin Moreno y no se espera su presencia en Brasilia.
Mike Pompeo asistirá en representación de la diplomacia estadounidense
En cuanto a Estados Unidos, país con el que Bolsonaro ha intentado tender estrechos vínculos, la Casa Blanca optó por enviar al secretario de Estado, Mike Pompeo, en representación del mandatario Donald Trump, quien pasará Año Nuevo en Washington, lidiando con el cierre parcial del gobierno federal por la falta de acuerdo sobre el presupuesto.
Tampoco asistirán mandatarios de las potencias europeas o asiáticas.
El México sin cuenta bancaria, un festín para las ‘startups’ financieras
El emprendimiento con nuevas tecnologías florece en el país norteamericano, un terreno fértil gracias a la baja penetración de la banca tradicional
Un miembro de un grupo mariachi cobra con Clip.
El grupo mariachi Imperio de México se quedaba a menudo con la miel —y el dinero— en los labios. Cobraban 400 pesos (20 dólares) por tres canciones, un precio promedio, pero muchos de sus clientes potenciales ya no cargaban con suficiente efectivo: solo tarjeta. El negocio caía: “No alcanzo; mejor lo dejamos para otra noche”, se disculpaban. Sin embargo, desde hace seis meses la tecnología les lanzó un salvavidas: un dispositivo de pago con tarjeta que se compra fácilmente en tiendas y que se conecta al teléfono móvil. Ahora, El Rey, clásico de clásicos del repertorio mariachi, puede sonar sin obstáculo. Al menos, en lo pecuniario.
Detrás del aparato salvador está Clip, una fintech, el anglicismo bajo el cual se conoce a las empresas dedicadas a darle una vuelta de tuerca innovadora a los procesos financieros a través de las nuevas tecnologías. México vive un auge de este tipo de startups, impulsadas por la baja penetración de las entidades financieras tradicionales y el incremento del capital de inversión disponible. De reciente creación —la mitad de las más de 300 que hay, emergieron en el último año y medio, según la organización especializada Finnovista—, han encontrado en el país un campo fértil para desarrollar soluciones a la exclusión financiera de personas y pequeños negocios como el de los mariachi. Y se han convertido en el buque insignia del ecosistema emprendedor mexicano, de evolución más lenta que en otros países latinoamericanos, como Brasil o Argentina.
“México está hot”, asegura Mauricio Cordero, exbanquero de 33 años y director general para América Latina de Payjoy, una startup estadounidense que financia la compra de smartphones. Desde que se instalaron en el país norteamericano, en 2016, el negocio se ha disparado. En el primer año, ya tenían cuatro veces más clientes que en Estados Unidos. Las razones de su éxito y, en general el del sector fintech son demográficas —más de 120 millones de habitantes— y geográficos —la cercanía de EE UU, atado a México por un acuerdo comercial recién renegociado, y, más específicamente, a Silicon Valley—. Pero también son fundamentales los bajos niveles de bancarización de un país en el que la economía informal emplea a más de la mitad de la población.
Menos de cuatro de cada 10 mexicanos tiene una cuenta bancaria, según el Banco Mundial, mucho menos que que en Brasil —70%— o Argentina —casi el 50%—. Esto hace del país un caramelo para los emprendedores. “El auge fintech es un movimiento internacional, pero lo que vuelve a México particularmente atractivo es el porcentaje de población que todavía no tiene acceso a servicios financieros”, explica Eduardo Guraieb, jefe de Fintech México, que reúne a 79 firmas del sector.
Este déficit ha sido el trampolín de las startups, que han buscado cubrir el hueco dejado por la banca. El nicho de los préstamos digitales es uno de los que más ha crecido. Tiene sentido: de las cuatro millones de pymes mexicanas, menos del 9%, logró acceder al crédito en 2016, según la OCDE. Aun así, la cifra representa un incremento del 30% respecto a siete años atrás, gracias, en parte, a la apertura de fuentes de financiación alternativas.
Konfío es una de ellas. Fundada hace cuatro años, proporciona préstamos empresariales de entre 2.500 y 100.000 dólares, cantidades demasiado bajas para las entidades tradicionales. “Entre el microcrédito y el crédito bancario no hay mucho. Atendemos a un segmento que no tienen el nivel institucional que requiere un banco”, explica David Arana, cofundador de la startup. La cartera crece, según sus cifras, a un ritmo del 500% anual. Sus préstamos no exigen garantía ni aval y los tiempos de concesión son mucho menores: de una semana como máximo. Y llegan, además, al ámbito rural, donde la presencia bancaria es escasa.
Los casos de éxito han impulsado la competencia. En 2012, Adolfo Babatz, que trabajaba para Paypal en San Francisco, vio una oportunidad en su país natal: “Solo el 9% de los comercios acepta tarjeta, y hay muy poca competencia en servicios financieros”. Así surgió la idea de Clip, que ofrece dispositivos de pago con tarjeta. Levantaron un millón y medio de dólares para empezar y hoy están entre los tres procesadores de pagos más grandes por comercios adheridos, junto con Banamex y Bancomer, los dos mayores bancos mexicanos. Al calor del éxito de Clip han salido al mercado decenas de empresas de corte similar. Hay, incluso una asociación gremial. Pero a Babatz no le preocupa la competencia: “Tenemos tal nivel de atraso que hay mucho espacio”.
El atractivo mexicano se mide en millones de dólares: las inversiones de fondos de capital riesgo en empresas emergentes han pasado de 27 a 80 millones en seis años, según datos de la Asociación de Capital Privado para América Latina (Lavca). Y es probable que en 2018 se bata un récord —en tan solo medio año ya se ha alcanzado prácticamente la misma cifra que para todo el año anterior—. Las fintech reciben casi un tercio de este dinero. Fernando Lelo de Larrea, cofundador de ALLVP, uno de los principales fondos nacionales de capital riesgo, ha visto madurar al sector: “Las startups ya no hacen solo copy cut [la importación y copia de modelos de negocio de otros países]; ahora empiezan a hacer adaptaciones mejores a las necesidades del mercado con tecnología latinoamericana de primer nivel”.
Con la consolidación sectorial, el levantamiento de fondos también ha cambiado. Hasta hace poco, dominaban las family offices (plataformas de inversión familiares) y los fondos profesionales eran escasos, por lo que empresas como Clip o Konfío tenían que salir al extranjero. Eso ha cambiado con la aparición de un número importante de fondos potentes. “El cuello de botella para la creación de empresas no es el capital”, asegura Lelo de Larrea, de ALLVP. El mercado mexicano también ha abierto el apetito internacional. Uno de ejemplos más claros es QED, fondo estadounidense que hizo su primera incursión regional en Brasil en 2014, amplió actividades a México —donde ha invertido en Konfío— y ahora tiene dos plataformas dedicadas en exclusiva a América Latina.
Pese a los avances, el ecosistema todavía está afianzándose. El capital se concentra en las etapas más tempranas, pero escasea la oferta por encima de los 10 millones de dólares por inversión. “Para levantar más de 15, hay que salir fuera”, asegura Babatz, de Clip. En capital invertido, México todavía está muy lejos de Brasil: 154 millones en año y medio, frente a los 1.400 de Brasil, según datos de Lavca. Diez veces menos, pese a que el PIB mexicano es más de la mitad del brasileño. Además, ninguna startup mexicana ha sido evaluada por encima de 1.000 millones de dólares, esa barrera sagrada que diferencia a las ‘unicornio’ del resto. En 2018, seis empresas brasileñas llegaron a esa categoría, según Lavca, y Colombia, una economía mucho más pequeña, también tiene dos.
Para la mayoría de actores del ecosistema, el esperado unicornio mexicano es solo cuestión de tiempo. “No nos tenemos que obsesionar”, cierra Lelo de Larrea. “El ecosistema tiene una base sólida y una evolución estable”. La madurez de las startups, aquellas que están un estado avanzado de desarrollo, alcanza ya el 60% en el país, según el BID. El pastel mexicano es grande y las fintech todavía tienen mucho festín por delante.
Un miembro de un grupo mariachi cobra con Clip.
El grupo mariachi Imperio de México se quedaba a menudo con la miel —y el dinero— en los labios. Cobraban 400 pesos (20 dólares) por tres canciones, un precio promedio, pero muchos de sus clientes potenciales ya no cargaban con suficiente efectivo: solo tarjeta. El negocio caía: “No alcanzo; mejor lo dejamos para otra noche”, se disculpaban. Sin embargo, desde hace seis meses la tecnología les lanzó un salvavidas: un dispositivo de pago con tarjeta que se compra fácilmente en tiendas y que se conecta al teléfono móvil. Ahora, El Rey, clásico de clásicos del repertorio mariachi, puede sonar sin obstáculo. Al menos, en lo pecuniario.
Detrás del aparato salvador está Clip, una fintech, el anglicismo bajo el cual se conoce a las empresas dedicadas a darle una vuelta de tuerca innovadora a los procesos financieros a través de las nuevas tecnologías. México vive un auge de este tipo de startups, impulsadas por la baja penetración de las entidades financieras tradicionales y el incremento del capital de inversión disponible. De reciente creación —la mitad de las más de 300 que hay, emergieron en el último año y medio, según la organización especializada Finnovista—, han encontrado en el país un campo fértil para desarrollar soluciones a la exclusión financiera de personas y pequeños negocios como el de los mariachi. Y se han convertido en el buque insignia del ecosistema emprendedor mexicano, de evolución más lenta que en otros países latinoamericanos, como Brasil o Argentina.
“México está hot”, asegura Mauricio Cordero, exbanquero de 33 años y director general para América Latina de Payjoy, una startup estadounidense que financia la compra de smartphones. Desde que se instalaron en el país norteamericano, en 2016, el negocio se ha disparado. En el primer año, ya tenían cuatro veces más clientes que en Estados Unidos. Las razones de su éxito y, en general el del sector fintech son demográficas —más de 120 millones de habitantes— y geográficos —la cercanía de EE UU, atado a México por un acuerdo comercial recién renegociado, y, más específicamente, a Silicon Valley—. Pero también son fundamentales los bajos niveles de bancarización de un país en el que la economía informal emplea a más de la mitad de la población.
Menos de cuatro de cada 10 mexicanos tiene una cuenta bancaria, según el Banco Mundial, mucho menos que que en Brasil —70%— o Argentina —casi el 50%—. Esto hace del país un caramelo para los emprendedores. “El auge fintech es un movimiento internacional, pero lo que vuelve a México particularmente atractivo es el porcentaje de población que todavía no tiene acceso a servicios financieros”, explica Eduardo Guraieb, jefe de Fintech México, que reúne a 79 firmas del sector.
Este déficit ha sido el trampolín de las startups, que han buscado cubrir el hueco dejado por la banca. El nicho de los préstamos digitales es uno de los que más ha crecido. Tiene sentido: de las cuatro millones de pymes mexicanas, menos del 9%, logró acceder al crédito en 2016, según la OCDE. Aun así, la cifra representa un incremento del 30% respecto a siete años atrás, gracias, en parte, a la apertura de fuentes de financiación alternativas.
Konfío es una de ellas. Fundada hace cuatro años, proporciona préstamos empresariales de entre 2.500 y 100.000 dólares, cantidades demasiado bajas para las entidades tradicionales. “Entre el microcrédito y el crédito bancario no hay mucho. Atendemos a un segmento que no tienen el nivel institucional que requiere un banco”, explica David Arana, cofundador de la startup. La cartera crece, según sus cifras, a un ritmo del 500% anual. Sus préstamos no exigen garantía ni aval y los tiempos de concesión son mucho menores: de una semana como máximo. Y llegan, además, al ámbito rural, donde la presencia bancaria es escasa.
Los casos de éxito han impulsado la competencia. En 2012, Adolfo Babatz, que trabajaba para Paypal en San Francisco, vio una oportunidad en su país natal: “Solo el 9% de los comercios acepta tarjeta, y hay muy poca competencia en servicios financieros”. Así surgió la idea de Clip, que ofrece dispositivos de pago con tarjeta. Levantaron un millón y medio de dólares para empezar y hoy están entre los tres procesadores de pagos más grandes por comercios adheridos, junto con Banamex y Bancomer, los dos mayores bancos mexicanos. Al calor del éxito de Clip han salido al mercado decenas de empresas de corte similar. Hay, incluso una asociación gremial. Pero a Babatz no le preocupa la competencia: “Tenemos tal nivel de atraso que hay mucho espacio”.
El atractivo mexicano se mide en millones de dólares: las inversiones de fondos de capital riesgo en empresas emergentes han pasado de 27 a 80 millones en seis años, según datos de la Asociación de Capital Privado para América Latina (Lavca). Y es probable que en 2018 se bata un récord —en tan solo medio año ya se ha alcanzado prácticamente la misma cifra que para todo el año anterior—. Las fintech reciben casi un tercio de este dinero. Fernando Lelo de Larrea, cofundador de ALLVP, uno de los principales fondos nacionales de capital riesgo, ha visto madurar al sector: “Las startups ya no hacen solo copy cut [la importación y copia de modelos de negocio de otros países]; ahora empiezan a hacer adaptaciones mejores a las necesidades del mercado con tecnología latinoamericana de primer nivel”.
Con la consolidación sectorial, el levantamiento de fondos también ha cambiado. Hasta hace poco, dominaban las family offices (plataformas de inversión familiares) y los fondos profesionales eran escasos, por lo que empresas como Clip o Konfío tenían que salir al extranjero. Eso ha cambiado con la aparición de un número importante de fondos potentes. “El cuello de botella para la creación de empresas no es el capital”, asegura Lelo de Larrea, de ALLVP. El mercado mexicano también ha abierto el apetito internacional. Uno de ejemplos más claros es QED, fondo estadounidense que hizo su primera incursión regional en Brasil en 2014, amplió actividades a México —donde ha invertido en Konfío— y ahora tiene dos plataformas dedicadas en exclusiva a América Latina.
Pese a los avances, el ecosistema todavía está afianzándose. El capital se concentra en las etapas más tempranas, pero escasea la oferta por encima de los 10 millones de dólares por inversión. “Para levantar más de 15, hay que salir fuera”, asegura Babatz, de Clip. En capital invertido, México todavía está muy lejos de Brasil: 154 millones en año y medio, frente a los 1.400 de Brasil, según datos de Lavca. Diez veces menos, pese a que el PIB mexicano es más de la mitad del brasileño. Además, ninguna startup mexicana ha sido evaluada por encima de 1.000 millones de dólares, esa barrera sagrada que diferencia a las ‘unicornio’ del resto. En 2018, seis empresas brasileñas llegaron a esa categoría, según Lavca, y Colombia, una economía mucho más pequeña, también tiene dos.
Para la mayoría de actores del ecosistema, el esperado unicornio mexicano es solo cuestión de tiempo. “No nos tenemos que obsesionar”, cierra Lelo de Larrea. “El ecosistema tiene una base sólida y una evolución estable”. La madurez de las startups, aquellas que están un estado avanzado de desarrollo, alcanza ya el 60% en el país, según el BID. El pastel mexicano es grande y las fintech todavía tienen mucho festín por delante.
China’s power seen as rising more than other major nations
There is a widespread sense in the countries surveyed that China plays a more important role in the world today than it did 10 years ago. In all but two nations, half or more say that China’s power has increased. Among the seven countries asked about in the survey, Russia stands out as the only other power that is widely seen as rising in importance.
While far fewer say German influence has grown, a median of 35% nonetheless say that Berlin is playing a more role important today than it was 10 years ago. Germany’s rising power is most keenly felt in Europe.
People tend to evaluate the United States’ role in terms comparable to that of other countries, such as the UK, France and India, all of which are widely seen as retaining about the same importance in global affairs today as 10 years ago. Opinions do differ by region. In most of the Latin American and sub-Saharan African countries surveyed, pluralities say the U.S. is more influential than it was 10 years ago. By contrast, most Europeans see little change in Washington’s importance.
Widespread agreement that China is on the rise
In nearly all of the surveyed countries, a majority say China’s role in the world has increased over the past decade. A median of 70% say China plays a more important role in the world today than it did 10 years ago. South Koreans are most united in their evaluations of China’s power: Fully 92% say China is playing a more important role. Notably, the sense that China plays a more important role may not necessarily be seen as good in most countries; for example, only 38% of South Koreans have a favorable view of China.Many see Russia’s power increasing
Among 25 countries surveyed, the prevailing view (median of 41%) is that Russia’s role in the world has grown compared with 10 years ago. Yet opinion on this count varies widely.Greeks are especially likely to say Russia’s influence has grown (65%). This view is also common in the two Middle Eastern countries surveyed – in both Israel and Tunisia, around six-in-ten or more say that Russia’s power has increased over the past decade. In the U.S., too, more than half (52%) say Russia is more important today.
Across Europe, a median of 46% see Moscow playing a larger role now than it did 10 years ago. In every country polled in the region, more people say that Russia’s influence has increased over the past decade than say the same of the U.S.
But nowhere is the sense of Russia’s importance more palpable than in Russia itself, where 72% say the country’s influence has grown – and this widespread sense of Russia’s growing role has increased since last year, when 59% said the same.
Notably, even among countries that don’t perceive Russia’s influence to have grown, few see it as a nation that is decreasing in importance. Fewer than a third of people in any country surveyed say Russia’s power has decreased over the past 10 years.
U.S. international role seen as robust by many
When asked about the international role played by the U.S., people in the countries polled most often say the U.S. has grown in power and influence (31%) or remained about the same (35%), compared with 10 years ago.In 2017, favorable views of the U.S. fell dramatically in many countries. Yet, even amid these changes, views of the U.S. role in the world have remained largely stable – and, in the case of some countries, even improved – since the question was last posed in 2016. In Australia, for example, favorable views of the U.S. fell from 60% in 2016 to 54% in 2018. Nonetheless, Australians today are somewhat more likely to see the U.S. playing a major global role than they were in 2016.
Perceptions of America’s current role in the world differ by region, however. Across most of Europe, pluralities say the U.S. is as important as it was 10 years ago. In contrast, in many of the Latin American and sub-Saharan African countries surveyed, pluralities say the United States’ role is more important.
The notable exception is Japan, the only country in which a majority of people think the U.S. is playing a less important role than it did 10 years ago. Only 16% of Japanese think Washington is playing a more important role than it did in the past, and 28% say its influence is largely the same as it was 10 years ago.
In several countries – and particularly in Europe – people with higher levels of education are more likely to say the U.S. is playing a less important role than it did 10 years ago.2 In Germany, for example, only around a third of people with a secondary education or below see the U.S. in decline, while nearly half of those with a postsecondary education or more say the U.S. is losing influence.
Few see India playing a larger global role
While often compared with China as an emerging superpower, India, unlike its regional neighbor, is not widely perceived as a rising force on the world stage. People are more likely to say India is exerting the same amount of power globally as it did 10 years ago (median of 34%) than to say that it is more important (27%).Among its regional neighbors, India’s growing importance is most strongly felt by Japanese and South Koreans (48%, respectively). Certain Western Europeans also say India’s role in the world has grown, including 49% of French, 47% of Swedes and 46% of Brits. While somewhat fewer Americans say India has gained power over the past 10 years (40%), only 17% say India has lost power, and 33% say its influence remains roughly the same as in the past.
Particularly in Europe, people with higher levels of education and those who are more affluent are more likely to see India playing a larger role than it did 10 years ago.3 For example, 59% of French people with a postsecondary degree or more say India’s power has grown, compared with 40% of those with less education. Similarly, around half of Brits who have higher levels of income say India is playing a more important role, compared with 39% of those with lower incomes.
Notably, few people around the globe see India as a declining power (median of 22%). Rather, more say that its influence remains roughly the same as a decade ago (34%). The only country where more than a third say that India’s global role has decreased in recent years is South Africa (37%) – a country home to a large Indian diaspora and which has long historical ties with New Delhi.
Particularly in Europe, Germany is up while the UK is down
Among the three European powers asked about – Germany, France and the UK – only Germany is seen by more people around the globe as a rising power rather than a status quo or declining power. A median of 35% say Germany is playing a more important role in world affairs compared with a decade ago. Just 22% think France plays more important role, while 21% say this about the UK. Among all 26 countries surveyed, France and the UK tend to be seen as status quo powers, rather than losing influence and importance.Germany’s increased influence is felt most in other European countries. Among the nine European countries surveyed, a median of 46% say Germany’s power has grown over the past 10 years. The southern European countries of Greece (81%), Spain (56%) and Italy (55%) particularly stand out for the degree to which they believe Germany’s influence has grown. This may reflect the relative economic turmoil faced by these three European Union member nations and the prominent role Germany played in negotiating bailouts and austerity measures.
Germans, too, are more likely to see their country as growing in influence (51%) than as staying the same or declining. Fewer say this now than in 2016 (62%). Nevertheless, Germans are more likely to name their own country as a rising power than any other nation except China.
About half of Germans (52%) believe the UK is in decline. And 39% in the UK agree that their country has lost influence over the past decade – this is more than say their country’s role has stayed about the same (36%) or grown (23%). This downbeat sentiment is echoed by most other Europeans, including 53% of Swedes, 51% of French people and 50% of the Dutch who think the UK’s role on the world stage is fading.
In most of these European countries, too, people with favorable views of the right-wing populist parties are less likely to see the UK declining than those who have unfavorable views of these groups. In the UK, for example, 25% of those who see UKIP in a positive light think the UK has decreased in importance, compared with 45% of those who have unfavorable opinions of UKIP. More-educated Europeans are also more likely to say that the UK’s importance has waned over the past decade.
Only in the three sub-Saharan African countries surveyed – Nigeria (47%), Kenya (46%) and South Africa (43%) – do pluralities see the UK as a growing power.
Compared with views towards Britain, more people see France as a status quo power than a declining or growing power. Across 25 nations polled, a median of 40% say France’s influence is largely unchanged compared with a decade ago, while 27% say it has decreased and 22% that it has increased. Among Europeans, pluralities tend to say French power is similar to 10 years ago. This includes around half or more in neighboring countries like Spain (53%) and the Netherlands (47%), as well as pluralities in Sweden (46%), Germany (44%), Italy (41%) and the UK (40%).
Even among French respondents, more say France’s influence is largely unchanged (43%) than growing (26%) or shrinking (30%). This represents a modest increase in their estimations of France’s power since 2016, when more said France’s role was less important (46%) than about as important (30%).
Con Trump, López Obrador y Bolsonaro, América abraza el nacionalismo
Los movimientos políticos del continente pivotarán sobre Trump, López Obrador y Bolsonaro. La cercanía ideológica de Brasil y EE UU choca con el recelo de México y, a la vez, la necesidad de entenderse
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro
México, Brasil y Estados Unidos. Los tres gigantes americanos —donde habitan 660 millones de personas de los 1.000 millones que viven en el continente— estarán gobernados desde el martes, al mismo tiempo, por tres líderes que abrazan el nacionalismo. Un triunvirato inusual, un equilibrio, con Washington como principal faro, en el que Jair Bolsonaro aspira a ser su socio predilecto y con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador receloso de esa cercanía, temeroso de quedar emparedado y con la necesidad de entenderse, al menos, con su vecino del norte. Mientras, un factor permea el ambiente. La cada vez mayor presencia de China en la región podría terminar por distorsionar y ser el invitado externo del juego a tres del nacionalismo americano.
El tablero político de América Latina ha reordenado sus piezas más determinantes este año. En líneas generales, el péndulo se ha ido inclinando cada vez más a la derecha. México, que no es poco, ha sido, en cierta manera, la excepción. El triunfo arrollador de López Obrador en julio aupó al poder primera vez a un líder que proviene de la izquierda. Mientras, Brasil y Colombia se han escorado aún más a la derecha y en el epicentro de la mayor crisis, Venezuela, se celebraron un simulacro de comicios que no hicieron más que perpetuar la deriva de Nicolás Maduro; una senda que a base de represión ha intensificado por su parte Daniel Ortega en Nicaragua, con un conflicto que ha dejado casi 300 muertos, miles de exiliados y centenares de perseguidos, con una persecución a la prensa independiente incansable.
La geopolítica del continente pivotará en torno a Trump, López Obrador y Bolsonaro, tres líderes para los que la política exterior no se entiende sin un refuerzo previo de la interna. Sobre el papel, López Obrador y Donald Trump han dado visos de querer tener una buena relación. Si el inquilino de la Casa Blanca ha asegurado que hará grandes cosas con su nuevo vecino, el presidente mexicano, que llegó al poder el 1 de diciembre, ha insistido en que no tiene intención de confrontarse con vecino del norte. Su forma de hacer política, las maneras, los gestos que tanto importan en estos tiempos, no es que difieran mucho, como se ha esforzado en demostrar en apenas un mes López Obrador. Ambos no tienen precisamente una buena sintonía con los medios de comunicación tradicionales, pero están permanentemente presentes en ellos, tratando de marcar la agenda. Ninguno titubea tampoco en asumir errores, culpar a sus equipos y dar marcha a decisiones controvertidas.
La gestión de la crisis migratoria, no obstante, amenaza con torpedear el futuro de esta incierta pareja. Trump tensa cada día la cuerda en su país para lograr financiación para su gran promesa electoral: el muro fronterizo que pretende terminar de construir. El Gobierno mexicano, convencido de que los ataques van a ir in crescendo en los próximos meses, según vaya acercándose la campaña de la reelección de Trump, combina el pragmatismo con la tibieza. Necesita del apoyo económico de Estados Unidos para desarrollar sus ambiciosos programas de desarrollo en el sur del país y que contribuya al plan para paliar la crisis migratoria. Para ello, se cuida de alzar la voz ante los ataques de un líder que, ideológicamente, se esperaría en las antípodas.
En la Cancillería mexicana incomoda el papel que vaya a desempeñar a partir de esta semana el Gobierno de Brasil, cuando Bolsonaro tome posesión el martes. En el reordenamiento ideológico de la región si alguien tiene motivos para alzar los brazos es el nuevo dirigente brasileño. El triunfo del ultraderechista alineó ideológicamente al país más grande de América Latina con la gran potencia mundial, en la otra punta del continente. Si no fuese por Canadá, engendraría sobre el mapa una suerte de sándwich del populismo derechista que, por otra parte, avanza sin freno por todo el mundo.
Bolsonaro llega decidido a romper con todo lo establecido en Brasil, especialmente si se trata del legado del expresidente Lula da Silva. El hoy encarcelado líder izquierdista promovió durante sus Gobiernos alianzas en comercio exterior e industria con los países del sur del continente, bajo el paraguas de la bonanza petrolera de la Venezuela de Hugo Chávez, y alejó a Brasil de Estados Unidos. Sin embargo, Bolsonaro pretende convertirse en el principal aliado de Trump en el sur del continente, tanto en lo económico como en lo ideológico. El nuevo presidente brasileño quiere erigirse como el interlocutor de la Casa Blanca para los conflictos sudamericanos, o lo que es lo mismo, mostrarse activo en lograr la salida de Maduro del poder en Venezuela. Las primeras señales de la buena sintonía la dieron las reuniones que recientemente mantuvo el todavía presidente electo con John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Bolsonaro, en línea con Trump, pretende disminuir la influencia económica de China, principal socio comercial, en Brasil, pese a que las amenazas de una posible represalia de Pekín sobrevuelan el gigante sudamericano. El archienemigo comercial de Estados Unidos está llamado a jugar un papel importante en la geopolítica latinoamericana. En los últimos años, el gigante asiático ha logrado formar un bloque de países que han abandonado sus relaciones tradicionales con Taiwán y han abierto de par en par las puertas de la región a China, especialmente en Centroamérica, de escaso valor económico, pero sí estratégico. Costa Rica, República Dominicana, Panamá y El Salvador forman el nuevo grupo aliado de Pekín en el Sistema de Integración de Centroamérica (SICA). Los tres últimos formalizaron relaciones con el gigante asiático en el último año. En el caso de Costa Rica firmó en octubre un relanzamiento de los lazos que materializó en 2007 con la segunda economía más grande del mundo.
La cada vez mayor presencia china en el centro del continente no supondría nada si México decide abrir las puertas de par en par al gigante asiático, uno de las jugadas —muy arriesgadas—, que la Cancillería baraja en caso de que Trump dé la espalda a la promesa de invertir en el país vecino. Una nueva alianza que golpearía también a Brasil.
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro
México, Brasil y Estados Unidos. Los tres gigantes americanos —donde habitan 660 millones de personas de los 1.000 millones que viven en el continente— estarán gobernados desde el martes, al mismo tiempo, por tres líderes que abrazan el nacionalismo. Un triunvirato inusual, un equilibrio, con Washington como principal faro, en el que Jair Bolsonaro aspira a ser su socio predilecto y con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador receloso de esa cercanía, temeroso de quedar emparedado y con la necesidad de entenderse, al menos, con su vecino del norte. Mientras, un factor permea el ambiente. La cada vez mayor presencia de China en la región podría terminar por distorsionar y ser el invitado externo del juego a tres del nacionalismo americano.
El tablero político de América Latina ha reordenado sus piezas más determinantes este año. En líneas generales, el péndulo se ha ido inclinando cada vez más a la derecha. México, que no es poco, ha sido, en cierta manera, la excepción. El triunfo arrollador de López Obrador en julio aupó al poder primera vez a un líder que proviene de la izquierda. Mientras, Brasil y Colombia se han escorado aún más a la derecha y en el epicentro de la mayor crisis, Venezuela, se celebraron un simulacro de comicios que no hicieron más que perpetuar la deriva de Nicolás Maduro; una senda que a base de represión ha intensificado por su parte Daniel Ortega en Nicaragua, con un conflicto que ha dejado casi 300 muertos, miles de exiliados y centenares de perseguidos, con una persecución a la prensa independiente incansable.
La geopolítica del continente pivotará en torno a Trump, López Obrador y Bolsonaro, tres líderes para los que la política exterior no se entiende sin un refuerzo previo de la interna. Sobre el papel, López Obrador y Donald Trump han dado visos de querer tener una buena relación. Si el inquilino de la Casa Blanca ha asegurado que hará grandes cosas con su nuevo vecino, el presidente mexicano, que llegó al poder el 1 de diciembre, ha insistido en que no tiene intención de confrontarse con vecino del norte. Su forma de hacer política, las maneras, los gestos que tanto importan en estos tiempos, no es que difieran mucho, como se ha esforzado en demostrar en apenas un mes López Obrador. Ambos no tienen precisamente una buena sintonía con los medios de comunicación tradicionales, pero están permanentemente presentes en ellos, tratando de marcar la agenda. Ninguno titubea tampoco en asumir errores, culpar a sus equipos y dar marcha a decisiones controvertidas.
La gestión de la crisis migratoria, no obstante, amenaza con torpedear el futuro de esta incierta pareja. Trump tensa cada día la cuerda en su país para lograr financiación para su gran promesa electoral: el muro fronterizo que pretende terminar de construir. El Gobierno mexicano, convencido de que los ataques van a ir in crescendo en los próximos meses, según vaya acercándose la campaña de la reelección de Trump, combina el pragmatismo con la tibieza. Necesita del apoyo económico de Estados Unidos para desarrollar sus ambiciosos programas de desarrollo en el sur del país y que contribuya al plan para paliar la crisis migratoria. Para ello, se cuida de alzar la voz ante los ataques de un líder que, ideológicamente, se esperaría en las antípodas.
En la Cancillería mexicana incomoda el papel que vaya a desempeñar a partir de esta semana el Gobierno de Brasil, cuando Bolsonaro tome posesión el martes. En el reordenamiento ideológico de la región si alguien tiene motivos para alzar los brazos es el nuevo dirigente brasileño. El triunfo del ultraderechista alineó ideológicamente al país más grande de América Latina con la gran potencia mundial, en la otra punta del continente. Si no fuese por Canadá, engendraría sobre el mapa una suerte de sándwich del populismo derechista que, por otra parte, avanza sin freno por todo el mundo.
Bolsonaro llega decidido a romper con todo lo establecido en Brasil, especialmente si se trata del legado del expresidente Lula da Silva. El hoy encarcelado líder izquierdista promovió durante sus Gobiernos alianzas en comercio exterior e industria con los países del sur del continente, bajo el paraguas de la bonanza petrolera de la Venezuela de Hugo Chávez, y alejó a Brasil de Estados Unidos. Sin embargo, Bolsonaro pretende convertirse en el principal aliado de Trump en el sur del continente, tanto en lo económico como en lo ideológico. El nuevo presidente brasileño quiere erigirse como el interlocutor de la Casa Blanca para los conflictos sudamericanos, o lo que es lo mismo, mostrarse activo en lograr la salida de Maduro del poder en Venezuela. Las primeras señales de la buena sintonía la dieron las reuniones que recientemente mantuvo el todavía presidente electo con John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Bolsonaro, en línea con Trump, pretende disminuir la influencia económica de China, principal socio comercial, en Brasil, pese a que las amenazas de una posible represalia de Pekín sobrevuelan el gigante sudamericano. El archienemigo comercial de Estados Unidos está llamado a jugar un papel importante en la geopolítica latinoamericana. En los últimos años, el gigante asiático ha logrado formar un bloque de países que han abandonado sus relaciones tradicionales con Taiwán y han abierto de par en par las puertas de la región a China, especialmente en Centroamérica, de escaso valor económico, pero sí estratégico. Costa Rica, República Dominicana, Panamá y El Salvador forman el nuevo grupo aliado de Pekín en el Sistema de Integración de Centroamérica (SICA). Los tres últimos formalizaron relaciones con el gigante asiático en el último año. En el caso de Costa Rica firmó en octubre un relanzamiento de los lazos que materializó en 2007 con la segunda economía más grande del mundo.
La cada vez mayor presencia china en el centro del continente no supondría nada si México decide abrir las puertas de par en par al gigante asiático, uno de las jugadas —muy arriesgadas—, que la Cancillería baraja en caso de que Trump dé la espalda a la promesa de invertir en el país vecino. Una nueva alianza que golpearía también a Brasil.
Zapatistas vs. AMLO
Celebran 25 años de alzamiento oponiéndose al nuevo mandatario
Zapatismo en Chiapas, México.
La guerrilla zapatista alzada en armas el 1 de enero de 1994 en Chiapas, sureste de México, frontera con Centroamérica, celebrará su 25 aniversario anunciando nuevas formas de resistencia a los proyectos del flamante presidente Andrés López Obrador.
Aunque se trata del primer mandatario de izquierda en la historia del país, López Obrador, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha marcado una línea divisoria con el polítogo de 67 años.
La razón es que ha propuesto diversas por obras que podrían afectar a las comunidades indígenas de diversas regiones del país.
Entre ellas figura el tren maya, que planea construir en la región donde floreció la prodigiosa civilización del mismo nombre.
Otra de las obras de infraestructura enfrentan el rechazo de las etnias es el llamado "Corredor Transísmico" en el Istmo de Tehuantepec, la franja más angosta del territorio mexicano, para unir el océano Pacífico con el Golfo de México (Atlántico).
De acuerdo con diversas comunidades aborígenes del estado sureño de Oaxaca, el corredor del Istmo de Tehuantepec representa una amenaza a sus pueblos, entre los que figuran los chontales, nahuas, mixes, zoques y popolucas.
López Obrador hizo saber también que proyecta sembrar un millón de hectáreas con árboles frutales y maderables en el sur del país, lo que suscita igualmente la suspicacia de las organizaciones indígenas.
El EZLN oficialmente se retiró de la mesa de diálogo con el gobierno hace 16 años pero acata una tregua bilateral decretada apenas unos días después de declarar la guerra al gobierno en 1994, el mismo día en que entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) recién renegociado por México, Estados Unidos y Canadá.
Desde ahora, comenzaron las reuniones en el municipio autónomo de "La Realidad", mejor conocido como Guadalupe Tepeyac, cerca de los límites con Guatemala, para discutir las maneras en que la organización rebelde afrontará la nueva administración gubernamental.
En las recientes elecciones, del 1 de julio pasado, en las que López Obrador ganó en forma aplastante por 53% de los votos, se postuló como aspirante independiente una representante del EZLN, la curandera indígena María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, con apoyo del Congreso Nacional Indígena (CNI).
A la postre, no logró reunir los apoyos suficientes para poder formalizarse su candidatura pero sí representó una presencia simbólica que insufló un poco de oxígeno en el caldeado y enrarecido ambiente político del país.
Según el diario Milenio, a raíz del amplio respaldo que obtuvo Marichuy, el EZLN planea crear las llamadas Redes de Resistencia y Rebeldía, con el apoyo del CNI y otras organizaciones indígenas mexicanas.
Menos de una semana después del triunfo de López Obrador, el EZLN dio a conocer una carta abierta en la que manifestó su rechazo al futuro mandatario y vaticinó que traería "desilusión" en lugar del "cambio profundo" que prometió en su campaña.
"Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo", afirmó en la carta suscrita por el subcomandante Galeano, antes llamado subcomandante Marcos, vocero militar y estratega de la guerrilla, junto con el subcomandante Moisés.
Actualmente el EZLN ocupa varias siete poblaciones de diversas zonas del suroriente de Chiapas a las que ha bautizado como "caracoles" y ha convertido en municipios autónomos.
Como resultado de los Acuerdos de San Andrés de 1996, a los que llegó el gobierno federal y la organización tras un período de diálogo, el Congreso reformó la Constitución para otorgar derechos y autonomía a los pueblos indígenas.
Sin embargo, la entidad rebelde se manifestó inconforme con los cambios y además denunció el incumplimiento de la normal.
Durante su campaña, López Obrador prometió "escuchar, atender y respetar" a los "más humildes y olvidados, en especial, a los pueblos indígenas de México" e hizo de la frase "Por el bien de todos, primero los pobres", el principal lema de su campaña.
Zapatismo en Chiapas, México.
La guerrilla zapatista alzada en armas el 1 de enero de 1994 en Chiapas, sureste de México, frontera con Centroamérica, celebrará su 25 aniversario anunciando nuevas formas de resistencia a los proyectos del flamante presidente Andrés López Obrador.
Aunque se trata del primer mandatario de izquierda en la historia del país, López Obrador, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha marcado una línea divisoria con el polítogo de 67 años.
La razón es que ha propuesto diversas por obras que podrían afectar a las comunidades indígenas de diversas regiones del país.
Entre ellas figura el tren maya, que planea construir en la región donde floreció la prodigiosa civilización del mismo nombre.
Otra de las obras de infraestructura enfrentan el rechazo de las etnias es el llamado "Corredor Transísmico" en el Istmo de Tehuantepec, la franja más angosta del territorio mexicano, para unir el océano Pacífico con el Golfo de México (Atlántico).
De acuerdo con diversas comunidades aborígenes del estado sureño de Oaxaca, el corredor del Istmo de Tehuantepec representa una amenaza a sus pueblos, entre los que figuran los chontales, nahuas, mixes, zoques y popolucas.
López Obrador hizo saber también que proyecta sembrar un millón de hectáreas con árboles frutales y maderables en el sur del país, lo que suscita igualmente la suspicacia de las organizaciones indígenas.
El EZLN oficialmente se retiró de la mesa de diálogo con el gobierno hace 16 años pero acata una tregua bilateral decretada apenas unos días después de declarar la guerra al gobierno en 1994, el mismo día en que entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) recién renegociado por México, Estados Unidos y Canadá.
Desde ahora, comenzaron las reuniones en el municipio autónomo de "La Realidad", mejor conocido como Guadalupe Tepeyac, cerca de los límites con Guatemala, para discutir las maneras en que la organización rebelde afrontará la nueva administración gubernamental.
En las recientes elecciones, del 1 de julio pasado, en las que López Obrador ganó en forma aplastante por 53% de los votos, se postuló como aspirante independiente una representante del EZLN, la curandera indígena María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, con apoyo del Congreso Nacional Indígena (CNI).
A la postre, no logró reunir los apoyos suficientes para poder formalizarse su candidatura pero sí representó una presencia simbólica que insufló un poco de oxígeno en el caldeado y enrarecido ambiente político del país.
Según el diario Milenio, a raíz del amplio respaldo que obtuvo Marichuy, el EZLN planea crear las llamadas Redes de Resistencia y Rebeldía, con el apoyo del CNI y otras organizaciones indígenas mexicanas.
Menos de una semana después del triunfo de López Obrador, el EZLN dio a conocer una carta abierta en la que manifestó su rechazo al futuro mandatario y vaticinó que traería "desilusión" en lugar del "cambio profundo" que prometió en su campaña.
"Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo", afirmó en la carta suscrita por el subcomandante Galeano, antes llamado subcomandante Marcos, vocero militar y estratega de la guerrilla, junto con el subcomandante Moisés.
Actualmente el EZLN ocupa varias siete poblaciones de diversas zonas del suroriente de Chiapas a las que ha bautizado como "caracoles" y ha convertido en municipios autónomos.
Como resultado de los Acuerdos de San Andrés de 1996, a los que llegó el gobierno federal y la organización tras un período de diálogo, el Congreso reformó la Constitución para otorgar derechos y autonomía a los pueblos indígenas.
Sin embargo, la entidad rebelde se manifestó inconforme con los cambios y además denunció el incumplimiento de la normal.
Durante su campaña, López Obrador prometió "escuchar, atender y respetar" a los "más humildes y olvidados, en especial, a los pueblos indígenas de México" e hizo de la frase "Por el bien de todos, primero los pobres", el principal lema de su campaña.
China dice estar "preparada para trabajar" nuevas pautas comerciales con EEUU
El portavoz de la cancillería china Lu Kang dijo en un comunicado que su país está listo también para "ampliar la cooperación" con la primera potencial mundial "sobre la base del beneficio mutuo" y a "gestionar las diferencias con el respeto mutuo como base".
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China aseguró este domingo que el país asiático está "preparado para trabajar con Estados Unidos para poner en marcha el importante consenso alcanzado" entre ambos a principios de mes, cuando pactaron una tregua en la guerra comercial que habían iniciado este año.
El portavoz de la cancillería china Lu Kang dijo en un comunicado que su país está listo también para "ampliar la cooperación" con la primera potencial mundial "sobre la base del beneficio mutuo" y a "gestionar las diferencias con el respeto mutuo como base".
Según Lu, China está deseosa de "avanzar en las relaciones" entre ambos países, "apuntaladas por la coordinación, la cooperación y la estabilidad, y de hacer que la cooperación bilateral ofrezca mayores beneficios a ambos pueblos y a gente de todo el mundo".
La posición del gobierno chino se conoce un día después de que el presidente norteamericano Donald Trump reveló que mantuvo con su par chino Xi Jinping una extensa conversación telefónica y consideró que el relanzamiento de la relación comercial entre ambos países "está teniendo un gran progreso".
"Acabo de tener una larga y muy buena llamada con el presidente Xi de China. El trato está avanzando muy bien. Si se hace, será muy completo, cubriendo todos los temas, áreas y puntos de disputa" dijo ayer Trump.
Para Lu, los lazos entre ambos países "han atravesado un viaje tortuoso y han seguido adelante" con unos "intercambios y cooperación que han obtenido logros históricos".
"Las dos partes -apuntó el vocero de la cancillería china- deberían ver las intenciones estratégicas del otro de forma racional y objetiva, mejorar la comunicación estratégica, aumentar la confianza estratégica mutua y evitar los errores de juicio estratégicos".
Lu hizo estas manifestaciones con motivo del cumplimiento, el próximo día 1, del cuadragésimo aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos.
Tras la conversación telefónica de ayer, los mandatarios se mostraron unánimes en poner en marcha los acuerdos alcanzados el pasado día 1 en Buenos Aires -en una reunión en el marco de la cumbre del G20- que prevén una tregua de 90 días para negociar en medio de la guerra comercial que mantienen las dos mayores economías del mundo.
Bolsonaro y Netanyahu acuerdan una alianza estratégica entre Brasil e Israel
Jair Bolsonaro y Benjamín Netanyahu Foto: Facebook
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, y el primer ministro, Benjamín Netanyahu, acordaron hoy dar inicio a una asociación estratégica entre ambos países para cooperar en áreas como tecnología, defensa, agricultura, seguridad y agua.
“Mas que una asociación, queremos ser hermanos en el futuro, en áreas como economía y tecnología, y en todo lo que pueda traer beneficios para los dos países”, afirmó el presidente electo brasileño en un breve pronunciamiento tras el encuentro que tuvo este viernes con el primer ministro israelí.
“Israel quiere ser socio de Brasil en el proyecto que quiere iniciar su nuevo presidente y entendemos que podemos cooperar en áreas como defensa, economía, empleo, seguridad, agua, agropecuaria, industria y en todas las áreas del dominio humano”, dijo Netanyahu, el primer jefe de Estado de Israel en visitar Brasil.
De acuerdo con Netanyahu, que inició este viernes una visita de cinco días a Brasil en la que asistirá a la investidura de Bolsonaro el próximo martes, la asociación tiene posibilidades de dar grandes frutos debido a que, mientras que Israel es la “tierra prometida”, Brasil es “la tierra de la promesa del futuro”.
El primer ministro de Israel mantuvo su viaje a Brasil pese a la crisis política que enfrenta el país y que lo obligó a anticipar las elecciones para retribuir el interés del presidente electo brasileño, que desde su campaña prometió un acercamiento a Israel y hasta trasladar la embajada brasileña en desde Tel Aviv hasta Jerusalén, como ya lo hizo Estados Unidos.
Bolsonaro ha manifestado interés en tecnologías israelíes para desalinizar agua, producir alimentos en áreas áridas y equipos de seguridad y vigilancia, entre otros.
Ambos líderes agregaron en su pronunciamiento que las conversaciones iniciadas hoy serán proseguidas en una visita que el presidente electo de Brasil realizará a Israel en el primer trimestre del próximo año y que será uno de sus primeros viajes al exterior en su condición de nuevo jefe de Estado brasileño.
“Pretendo visitar Israel antes de marzo con una gran comitiva para que podamos poner en práctica lo más rápido posible esta asociación estratégica con el Estado de Israel”, afirmó Bolsonaro.
De acuerdo con el capitán de la reserva del Ejército brasileño, el proceso iniciado este viernes en breve podrá traer beneficios para ambos países.
“Lo que sea acordado será muy bueno para los dos países y para gran parte del mundo, porque demostraremos que estas asociaciones traen bienestar a las poblaciones y que queremos que otros países sea asocien a Israel y a nosotros”, aseguró Bolsonaro.
Según el presidente electo, las dificultades que enfrentará el Gobierno que asumirá el 1 de enero en medio de la crisis económica del país y del deterioro de las cuentas públicas pueden ser vencidas con la ayuda de “buenos aliados, buenos amigos y buenos hermanos como Benjamín Netanyahu”.
El líder israelí calificó su encuentro con Bolsonaro como “histórico” y manifestó su extrañeza de que Brasil e Israel no hubiesen iniciado una aproximación antes debido a que los dos países ya tienen importantes lazos, incluso por la gran colectividad judía e israelí en el gigante sudamericano.
“Tenemos lazos y una alianza verdadera que puede llevarnos por un largo camino”, dijo. Antes de embarcar con rumbo a Brasil, Netanyahu dijo que una alianza con Brasil tiene “un enorme potencial para el Estado de Israel, tanto en la esfera económica como de seguridad y política”, y citó el enorme mercado brasileño, con más de 200 millones de personas, y las promesas de Bolsonaro de apertura comercial.
Bolsonaro trata a Netanyahu como ejemplo y prevé la hermandad entre ambos países
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, se refirió al primer ministro, Benjamín Netanyahu, como un “ejemplo” y dijo que la asociación que ambos pretenden impulsar buscará “hermanar” a los dos países.
“Fue con mucha alegría, satisfacción y honra que hoy conocí a un hombre que, para mí, es un ejemplo de patriotismo, de abnegación y de trabajo por su pueblo. Un capitán (del Ejército) como yo, con una historia que sirve de ejemplo para todo ciudadano de bien”, afirmó el líder ultraderechista brasileño en un pronunciamiento en una sinagoga en Río de Janeiro a la que acompañó a Netanyahu.
Bolsonaro, que anunció tras un primer encuentro con Netanyahu que ambos países negociarán una alianza estratégica para cooperar en diferentes áreas, afirmó que tales acuerdos convertirán a Brasil e Israel no sólo en socios sino en hermanos.
“En los últimos años, para estimular al pueblo brasileño y mostrarle que tenemos todas las condiciones para tener éxito, siempre citaba el ejemplo de Israel y decía: miren lo que (Israel) no tiene y vean lo que hoy es, y miren ahora a Brasil y vean lo que tenemos y lo que no somos”, afirmó el capitán de la reserva del Ejército brasileño.
De acuerdo con Bolsonaro, lo que le falta a Brasil para tener éxito como Israel es “aproximarnos a buenos países, buscar asociaciones y acuerdos con ellos. Con Israel seremos más que buenos socios, seremos hermanos”.
El presidente electo afirmó que la visita de Netanyahu a Brasil es histórica no solo por tratarse de la primera de un primer ministro israelí al país sino porque marcará el inicio de una inédita aproximación.
Agregó que Brasil quiere aproximarse no sólo a Israel sino también a otros países, entre los que citó Estados Unidos, “que tienen una ideología parecida con la nuestra”.
Bolsonaro también se ha referido al presidente Donald Trump como un ejemplo y ha anunciado su intención de aproximar Brasil a Estados Unidos tras los trece años de Gobierno del socialista Partido de los Trabajadores (PT) que privilegió las relaciones con países del hemisferio sur.
Tras un encuentro privado en una instalación militar en Río de Janeiro, que después fue ampliado para la participación de algunos de los futuros ministros brasileños, Bolsonaro y Netanyahu anunciaron el inicio de una asociación estratégica entre ambos países para cooperar en áreas como tecnología, economía, defensa, agricultura, seguridad y agua.
Invitado por Netanyahu, el presidente electo anunció una visita a Israel antes de marzo próximo acompañado por una importante comitiva y ya como presidente en ejercicio para “poner en práctica” la anunciada asociación.
Bolsonaro ha manifestado interés en tecnologías israelíes para desalinizar agua, producir alimentos en áreas áridas y equipos de seguridad y vigilancia, entre otros. El primer ministro mantuvo su viaje de cinco días a Brasil, en el que asistirá el próximo martes a la investidura de Bolsonaro, pese a la crisis política que enfrenta su país y que lo obligó a anticipar las elecciones, para retribuir el interés del presidente electo, que desde su campaña prometió un acercamiento a Israel y hasta trasladar la embajada brasileña desde Tel Aviv hasta Jerusalén como ya lo hizo Estados Unidos.
Paso decisivo: Trump habló con Xi y dijo que "el acuerdo avanza muy bien"
Trump y Xi en Beijing
El presidente estadounidense Donald Trump evocó un "gran progreso" en las negociaciones comerciales con China tras haberse comunicado por teléfono con su homólogo Xi Jinping.
"Acabo de tener una larga y muy buena llamada con el presidente Xi de China. El acuerdo avanza muy bien. Si se concreta, será muy abarcativo, cubriendo todos los temas, las áreas y los puntos conflictivos. ¡Estamos haciendo un gran progreso!", tuiteó el mandatario.
Washington y Pekín han intercambiado aranceles en más de u$s 300.000 millones de bienes este año, enredándose en un conflicto comercial que ha comenzado a afectar a las economías y a los mercados.
La relación bilateral dio un nuevo giro desde que Xi y Trump acordaron una tregua de 90 días cuando se encontraron en diciembre en Buenos Aires, en paralelo a la cumbre del G20.
Medios estatales chinos citaron al presidente Xi diciendo que los equipos de ambos países han estado trabajando en la implementación de un consenso alcanzado con el líder estadounidense y que espera que ambas partes puedan encontrarse en un punto medio y lograr un acuerdo que sea mutuamente benéfico lo más pronto posible.
Shutdown
Trump, quien canceló sus planes de viaje a Florida durante las fiestas de fin de año debido a la paralización del Gobierno que comenzó el 22 de diciembre, escribió en Twitter: "Estoy en la Casa Blanca esperando que los demócratas vengan a hacer un trato".
El Congreso, controlado por los republicanos, está cerrado durante el fin de semana y pocos legisladores se encuentran en la capital.
La paralización, que afecta a cerca de un acuerdo del personal del gobierno federal -incluidos cerca de 800.000 trabajadores-, comenzó cuando se agotó el financiamiento de varias agencias.
El Congreso debe aprobar un proyecto de ley para restablecer ese financiamiento, pero no lo ha hecho debido a una disputa sobre la exigencia de Trump de que la medida incluya u$s 5.000 millones de los contribuyentes para ayudar a pagar un muro que quiere construir en la frontera con México.
Para el Financial Times George Soros es el personaje del año
Pese a que recibe críticas diarias por su activismo y visión liberal del mundo, George Soros mostraba un ánimo curiosamente alegre esa soleada tarde de Marrakesh. Recién volvía de Sudáfrica, país donde hizo su primera incursión filantrópica a fines de los años ‘70, cuando financió a estudiantes de raza negra durante el apartheid. Esta vez le informaron que los medios de investigación respaldados por Soros y grupos de la sociedad civil ayudaron a frustrar un contrato con Rusia para la construcción de una planta de energía nuclear supuestamente viciado de corrupción.
“Fue un tremendo empujón que refuerza mi creencia de que estamos haciendo algo bien”, dijo Soros. “No hemos dejado de tener una influencia positiva”.
La influencia ha tenido un costo dolorosamente alto para este hombre de 88 años, padre de la industria de los hedge funds y uno de los filántropos más importantes del mundo. Desde su Hungría natal hasta su Estados Unidos adoptivo, las fuerzas del nacionalismo y el populismo están golpeando el orden liberal democrático que él respalda tan incansablemente. Una vez se lo describió como el único individuo con una política exterior, pero debe lidiar con el avance de autócratas en todo el mundo, además de reacciones violentas en su contra diseñadas para deslegitimarlo.
La nota sobre la Persona del Año de Financial Times normalmente es una reflexión sobre los logros del ganador. En el caso de Soros, este año, su elección también tiene que ver con los valores que él representa.
Soros es el abanderado de la democracia liberal y de la sociedad abierta. Estas son las ideas que triunfaron en la Guerra Fría. Y hoy están siendo muy atacadas desde en la Rusia de Vladimir Putin hasta en el Estados Unidos de Donald Trump.
Durante más de tres décadas, Soros empleó la filantropía para luchar contra el autoritarismo, el racismo y la intolerancia. Este prolongando compromiso hacia la apertura, la libertad en los medios y los derechos humanos, provoca el enojo de los regímenes autoritarios y, cada vez más, de los populistas nacionales que siguen ganando espacio, particularmente en Europa.
“Me culpan de todo, incluso de ser el anticristo”, afirmó Soros. “Me gustaría no tener tantos enemigos, pero lo tomo como una señal de que debo estar haciendo algo bien”.
Hay tantas teorías conspirativas antisemitas contra Soros, que es difícil llevar la cuenta. Casi todos los días hay declaraciones, tuits o imágenes que lo muestran como un manipulador de la política global.
Trump, resentido por el apoyo de Soros a los demócratas, lo ha acusado de financiar la caravana migrante de Centroamérica, señalamientos que parecen haber inspirado, al menos en parte, un ataque a la sinagoga Tree of Life en Pittsburgh en octubre pasado.
Ese mismo mes, Soros fue el primero en una serie de críticos de Trump que recibió un dispositivo explosivo en su casa de Nueva York. “Me han descripto como un demonio. El hecho de que los extremistas se inspiren en falsas teorías conspirativas sobre mí para asesinar me duele tremendamente”, dice Soros.
Al otro lado del Atlántico, el primer ministro húngaro Viktor Orban, que fue uno de los beneficiarios de una beca educativa de Soros, usó al multimillonario en su campaña electoral, acusándolo falsamente de dirigir los planes de la Unión Europea para inundar el continente de inmigrantes. El partido de Orban llenó las calles de carteles con imágenes de Soros que, según los críticos, se parecían a los pósters nazis del “judío riéndose”. Este mes, la Universidad Central Europea, que Soros fundó en Budapest en 1991, informó que se veía “obligada” a mudar algunos cursos a Viena en lo que describió como “un día oscuro para Europa y oscuro para Hungría”.
También en el Reino Unido, el país en el que Soros completó su educación y tiene propiedades, es recordado como el hombre que “quebró el Banco de Inglaterra” con su apuesta contra la libra esterlina en 1992. Décadas después es criticado por su oposición al Brexit y por su apoyo financiero a Best of Britain, un grupo que hace campaña para que se realice un segundo referendo sobre la permanencia del Reino Unido en la UE. Facebook también se unió a la campaña de desinformación, al ordenar una investigación que trató de desacreditar al multimillonario.
Soros parece resiliente, incluso energizado por los ataques que recibe. Consumidor voraz de información y que también escucha atentamente, muestra un ánimo reflexivo que trata de buscarle sentido al nuevo desorden mundial. Se describe a sí mismo, quizás con demasiada modestia, como un “filósofo frustrado”.
“Tuvimos la historia de nuestro lado durante los primeros años. Hubo un momento en que las sociedades abiertas eran muy exitosas y ganaban terreno”, dijo refiriéndose a las últimas décadas. “Pero el rumbo de la historia cambió. Ese es el problema que estoy tratando de comprender, qué fue lo que hizo que las sociedades cerradas ganaran terreno.”
Soros tiene muchas casas, pero Financial Times se reunió con él en Marrakesh, donde asistiría a un congreso. Está sentado en un patio tras un campo de naranjos en el lujoso hotel La Mamounia. Vestido de manera informal con un cardigan azul rayado, les pidió a sus visitantes que le hablen a través de un micrófono porque escucha poco. En un inglés con acento húngaro, bromea que es el hombre de los oídos dorados, haciendo referencia al color de sus audífonos. Si bien se queja de que está perdiendo la memoria, “sólo recuerdo el futuro”, dijo divertido aunque sigue siendo perspicaz y detallista.
Quienes critican a Soros mencionan contradicciones irreconciliables en su personalidad. Hizo su fortuna como implacable especulador, preocupándose poco por las consecuencias de sus mega apuestas, pero la dona con fervor mesiánico. Detectan en su filantropía un sentido de culpa reprimida. Sin embargo, los que lo conocen mejor aseguran que es la misma rebeldía y alta tolerancia al riesgo lo que atraviesa todo lo que ha logrado, sea en la administración de fondos o en la filantropía.
“El origen de cómo es él está en el trauma de un adolescente que entró en la mayoría de edad bajo el nazismo y fascismo, que como judío debió esconderse y que en plena etapa de formación fue testigo de los instintos y comportamiento más oscuros de los seres humanos”, contó Leon Botstein, presidente de Bard College, una pequeña escuela de arte de Estados Unidos, y socio hace mucho tiempo.
Hijo de una familia judía en Hungría, Soros tenía 14 años cuando los nazis invadieron en 1944. Sobrevivió con documentos falsos a una ocupación que le costó la vida a 500.000 judíos. Guiada por su padre abogado, Tivadar, la familia se dividió y el joven George fue enviado a vivir con un funcionario agrícola que fingió ser su padrino. George acompañaba al funcionario a hacer el inventario de las propiedades judías confiscadas, una experiencia sobre la cual no tenía el control pero que lo perseguiría y se convertiría en el argumento de quienes afirman que colaboró con los nazis.
Fue mientras los comunistas consolidaban su poder en Hungría que Soros, con 17 años en aquel entonces, decidió escapar a Londres, donde trabajó de botones y mozo. Si bien en un primer momento se sintió profundamente incómodo, Gran Bretaña le ofreció la oportunidad de comenzar una nueva vida. Mientras estudiaba en la London School of Economics, recibió influencia intelectual de Karl Popper y pudo fortalecer su idea de que sólo las sociedades abiertas y democráticas podían florecer. Estas ideas se convertirían en la base de su filantropía.
Impulsado por el afán competitivo que le infundió su padre, se fue a Wall Street en los ’50 como operador de arbitraje, donde finalmente abrió su fondo Quantum y se convirtió en uno de los especuladores más famosos del mundo.
Sin embargo, recién entró en la escena internacional después de su famosa apuesta en 1992 contra la libra esterlina, la cual forzó al Reino Unido a retirarse del Mecanismo Europeo de Cambio ese Miércoles Negro. La posición corta que armó le dejó una ganancia superior a u$s 1.000 millones.
Para aquel entonces, se había hecho amigo y respaldaba financieramente a disidentes de todo el bloque oriental. Creó en 1984 la primera Open Society Foundation en Hungría. Uno de los primeros receptores de ayuda fue un grupo de estudiantes conducido por Orban. La caída del Muro de Berlín le brindó un nuevo impulso para avanzar con su agenda liberal y cuando su propuesta para un Plan Marshall en Europa oriental fue ridiculizada, salió a implementarlo en carácter privado. En 1992, por ejemplo, armó un programa de u$s 100 millones para pagar los salarios de los científicos de la ex Unión Soviética y de los estados del Báltico y para distribuir publicaciones académicas a las bibliotecas.
Soros se diversificó cuando la guerra fría llegó a su fin, apoyando causas desde la migración hasta la política antidrogas, y oponiendo resistencia a la discriminación contra los gitanos (el pueblo Roma) en Europa y, más recientemente, los rohinyá en Myanmar, donde una visita hace unos años le hizo recordar la persecución que sufrió en su infancia. Hoy, en medio de la creciente campaña para denostarlo, tiene nuevos objetivos en mente. Soros, que es un judío no practicante que cree que el hombre creó a Dios a su imagen y no al revés, piensa ser más activo en Israel, donde le preocupa una polémica ley que declara que sólo los judíos tienen el derecho a la autodeterminación en el estado.
“George es un activista permanente pero en vez de tener un chaleco amarillo (como el de los manifestantes franceses) y usar botas, cuenta con una chequera muy grande y una agenda liberal; y nunca se da por vencido”, dijo Mark Malloch Brown, ex funcionario británico que es uno de los amigos más antiguos de Soros.
Soros dice que nunca consideró postularse a un cargo público y quienes lo conocen concuerdan en que no sería bueno. Impulsivo y propenso a cambiar abruptamente de opinión, se resiste a ser “burocráticamente entrenado”, contó Malloch Brown.
Fue uno de los mayores donantes de la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2016, por lo que le dolió la victoria electoral de Trump. Soros llegó a decir que Trump “es su propio peor enemigo, un narcisista que quiere que el mundo gire en torno a él y su éxito ha ido más allá de sus sueños”.
En la campaña de 2020, Soros planea mantenerse afuera de las primarias y respaldar a quien emerja como opositor demócrata. En lo más inmediato, su fundación defenderá la realización de un censo justo en 2020 que pueda abordar la escasa representación de las minorías.
En sus años de ocaso, Soros mira más allá de su formidable legado. Habiendo planeado originalmente que su fundación existiera mientras él estuviera vivo, el año pasado completó una transferencia por u$s 18.000 millones a Open Society Foundations. Eso redujo su fortuna a u$s 8.000 millones, según la revista Forbes, pero se aseguró de que su activismo tenga vida propia. Y ha encontrado un sucesor en su filantropía: su hijo, Alexander.
“Luchamos por los principios más allá de los resultados, se gane o se pierda”, aseguró. Y casi inmediatamente, agregó: “No me gusta perder “
Sube confianza empresaria en Brasil por asunción de Bolsonaro
El índice Icom alcanzó su mayor valor en seis años
El sector empresario confía en una recuperación con Bolsonaro
La confianza del comercio en Brasil experimentó una mejora significativa en diciembre, tanto en la percepción sobre la situación actual como en las expectativas a futuro, terminando el año en su mayor valor en casi seis años.
Así lo informó la Fundación Getulio Vargas (FGV), que resaltó que con un alza de 5,7 puntos, el Índice de Confianza del Comercio (Icom) llegó en diciembre a 105,1 puntos, alcanzando su mayor nivel desde abril de 2013.
"La confianza del comercio cierra 2018 con alta expresiva en el cuarto trimestre. Es la primera vez desde marzo de 2014 que el índice sobrepasa los 100 puntos, límite que identifica la transición a niveles elevados de confianza", destacó el coordinador de la FGV / IBRE, Rodolpho Tobler.
"Después de pasar por períodos turbulentos a lo largo del año, como la huelga de los camioneros y el período electoral, los comerciantes esperan aumento de ventas este fin de año y tienen buenas expectativas para el comienzo de 2019", agregó el especialista.
De acuerdo con la FGV, 11 de los 13 segmentos encuestados registraron un alza en sus tasas de variación.
El Índice de Situación Actual (ISA-COM) registró su tercera suba consecutiva, creciendo 4,1 puntos, a 97,4 puntos, su mayor valor desde abril de 2014.
El Índice de Expectativas (IE-COM) también presentó su tercera variación positiva consecutiva, avanzando 7,0 puntos, a 112,58 puntos, registrando su mayor nivel desde febrero de 2011.
"La sostenibilidad de esta recuperación dependerá de la continuidad de la mejora del mercado de trabajo y de la reducción de incertidumbre", agregó Tobler.
El resultado del comercio acompaña la confianza de la construcción, divulgada también hoy y que terminó el 2018 en su mayor nivel en cuatro años.
En este marco, según la agencia Bloomberg, se estima que la inflación finalizará 2019 por debajo del objetivo, según una encuesta semanal del banco central entre economistas.
Las estimaciones para la inflación del próximo año se redujeron 4 puntos básicos a 4.03%, por debajo del objetivo de 4.25%, luego de que los datos mostraran que los precios al consumidor cayeron más de lo esperado en noviembre y durante el primera quincena de diciembre.
El sector empresario confía en una recuperación con Bolsonaro
La confianza del comercio en Brasil experimentó una mejora significativa en diciembre, tanto en la percepción sobre la situación actual como en las expectativas a futuro, terminando el año en su mayor valor en casi seis años.
Así lo informó la Fundación Getulio Vargas (FGV), que resaltó que con un alza de 5,7 puntos, el Índice de Confianza del Comercio (Icom) llegó en diciembre a 105,1 puntos, alcanzando su mayor nivel desde abril de 2013.
"La confianza del comercio cierra 2018 con alta expresiva en el cuarto trimestre. Es la primera vez desde marzo de 2014 que el índice sobrepasa los 100 puntos, límite que identifica la transición a niveles elevados de confianza", destacó el coordinador de la FGV / IBRE, Rodolpho Tobler.
"Después de pasar por períodos turbulentos a lo largo del año, como la huelga de los camioneros y el período electoral, los comerciantes esperan aumento de ventas este fin de año y tienen buenas expectativas para el comienzo de 2019", agregó el especialista.
De acuerdo con la FGV, 11 de los 13 segmentos encuestados registraron un alza en sus tasas de variación.
El Índice de Situación Actual (ISA-COM) registró su tercera suba consecutiva, creciendo 4,1 puntos, a 97,4 puntos, su mayor valor desde abril de 2014.
El Índice de Expectativas (IE-COM) también presentó su tercera variación positiva consecutiva, avanzando 7,0 puntos, a 112,58 puntos, registrando su mayor nivel desde febrero de 2011.
"La sostenibilidad de esta recuperación dependerá de la continuidad de la mejora del mercado de trabajo y de la reducción de incertidumbre", agregó Tobler.
El resultado del comercio acompaña la confianza de la construcción, divulgada también hoy y que terminó el 2018 en su mayor nivel en cuatro años.
En este marco, según la agencia Bloomberg, se estima que la inflación finalizará 2019 por debajo del objetivo, según una encuesta semanal del banco central entre economistas.
Las estimaciones para la inflación del próximo año se redujeron 4 puntos básicos a 4.03%, por debajo del objetivo de 4.25%, luego de que los datos mostraran que los precios al consumidor cayeron más de lo esperado en noviembre y durante el primera quincena de diciembre.
Bolivia encara la elección más cerrada en 20 años
Los sondeos sitúan al expresidente Carlos Mesa a solo unos puntos de Evo Morales
Por primera vez desde el aterrizaje del fenómeno Evo Morales en la política boliviana, a principios de la década de 2000, las encuestas indican que el hoy presidente puede ser derrotado en las elecciones de octubre del año que viene. Las cifras indican que más de la mitad de los bolivianos se opone a él. Sin embargo, el Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales continúa siendo la principal fuerza política del país sudamericano y la oposición sigue dividida en siete frentes distintos, lo que mantiene la incertidumbre sobre quién gobernará el país a partir de 2020.
Los sondeos le dan a Morales una intención de voto en el entorno del 30%, con el expresidente Carlos Mesa, que se presume su principal contrincante en las urnas, solo unos pocos puntos por detrás. Alguna, incluso, pone a Mesa por encima del presidente. Pero son encuestas pequeñas y de presupuesto limitado, que no captan bien los sentimientos del área rural, fuertemente favorable a Morales. El analista Carlos Borth considera que, por esta razón, “se debe añadir al menos 15 puntos a la intención por Morales que presentan las encuestas”. Con ello, se acercaría a la mayoría absoluta. Pero sin alcanzarla. Y puesto que el sistema electoral boliviano usa el balotaje, se infiere que el mandatario podría perder la presidencia en un enfrentamiento de segunda vuelta con Mesa.
El MAS se juega el todo por el todo en la cita de octubre, en la que pondrá toda la carne en el asador para impedir el segundo turno. Según la legislación del país, para ello debe superar por más de 10 puntos porcentuales al segundo candidato más votado. El expresidente Mesa, por su parte, apuesta por forzar a Morales a una "carrera entre dos hombres" en la que sus opciones crecerían con fuerza. Su principal obstáculo es la presencia de varios otros competidores contrarios a Morales. El principal de ellos es el senador Óscar Ortiz, que lidera las preferencias en Santa Cruz, el gran bastión del conservadurismo boliviano.
Oposición fragmentada
La posibilidad de formar una candidatura única entre Mesa y Ortiz se negoció en un primer momento. Pero esta opción naufragó por la decisión del primero de concurrir a los comicios con un perfil "ciudadano". Los estrategas de Mesa creen que, de este modo, su candidato podrá enarbolar la bandera de la "renovación", muy importantes para amplios sectores del electorado, en especial los jóvenes, que explican una parte del rechazo al presidente tras 12 años en el poder.
Morales optará en octubre por su cuarta reelección. Para poder concurrir, tuvo que modificar la Constitución por medio de una serie de procedimientos legales que han sido puestos en tela de juicio dentro y fuera de Bolivia. Los sondeos indican, precisamente, que lo que más objeta la gente a Morales es su deseo de permanecer indefinidamente en el poder. Un designio continuista que en los últimos años ha contribuido a tornar el humor del país del optimismo al pesimismo, a pesar del buen desempeño de la economía. El país andino pasó la Navidad con unas 100 personas en huelga de hambre, protestando por la inscripción de su presidente para las elecciones de 2019, que la oposición considera ilegal.
Las presiones cruzadas para que esta inscripción se realizara o se impidiera provocaron una severa crisis en el Tribunal Electoral, elegido hace tres años por el oficialismo tras dar ciertas garantías de independencia al resto del arco político. La presidenta del órgano renunció por las pugnas y fue sustituida por otra mujer, María Eugenia Choque, que se considera más cercana al Gobierno.
Los opositores también se han quejado por el supuesto uso de los recursos del erario público en la campaña de Morales. La televisión y las radios del Estado hacen abiertamente propaganda a favor del presidente, y este llega a remotas localidades bolivianas en el avión y el helicóptero presidencial, algo que le pone en ventaja frente a sus competidores. El Ejecutivo, por su parte, asegura que se limita a difundir los "grandes logros" de la gestión y que el presidente debe estar en los pueblos inaugurando las "muchas obras" que ha realizado.
2019: Finanzas de los hogares de USA, proteccionismo, Euro y reposicionamiento de China
SE FORTALECE EL EJE MOSCÚ/BEIJING
Mikhelson, el hombre de Putin en Yamal, el sueño de China
Ronald Temple, responsable de gestión multi-asset y US Equity de Lazard Asset Management destaca 4 aspectos que marcarán el rumbo de los mercados en 2018: 1. Finanzas de los hogares de USA (¿crecimiento salarial o no?). 2. Proteccionismo (¿cómo sigue USA vs. China?). 3. El euro (¿desaparece o permanece?). 4. Reequilibrio de China (¿sobrevive bien a los bloqueos de USA?). China está intentando reforzar sus vínculos con Rusia para sobrellevar las sanciones occidentales. En verdad, ambos países padecen restricciones impuestas por USA en el marco del conflicto global que se hizo notable en los días de Barack Obama y se profundizan con Donald Trump.
En la mesa de arena, Vladímir Putin y Leonid Mikhelson.
En USA, la Reserva Federal desliza 2 subidas de tipos de interés que llevarán la política monetaria a un nivel antiinflacionario o restrictivo, cuando el margen para un mayor estímulo fiscal es bastante limitado y los demócratas prometen incrementar la presión sobre el presidente Donald Trump desde el control de la Cámara de Representantes.
Esto ocurrirá en 2019, un año en que la mayor economía del mundo deberá incrementar otra vez su límite (¿infinito?) de endeudamiento público y evitar un brusco ajuste fiscal.
En tanto, Washington DC podría escalar su ofensiva estratégica contra China con sanciones, regulaciones y endureciendo su postura en el Mar de China Meridional... en un momento en que el Banco Mundial proyecta que el crecimiento económico de China caerá a 6,2%. Es un nivel alto para cualquiera menos China que precisa de niveles de 9%.
En tanto, el posible fracaso de los pactos de control de armas nucleares acelerará una carrera armamentística entre USA, Rusia y China, según adelanta la consultora Stratfor.
De hecho, Reva Goujon, su vicepresidenta de análisis global, anticipa que la creciente competencia entre los 3 países será la clave de 2019.
"Esto intensificará la guerra comercial, una probable expansión de sanciones, una aceleración de la carrera armamentística y una campaña para bloquear la inversión, el comercio y el desarrollo chino en áreas sensibles, desde la inteligencia artificial hasta la implementación de redes 5G", explica.
El caos que ha caracterizado a la Administración Trump durante las últimas semanas, especialmente con la salida del secretario de Defensa, James 'Perro Rabioso' Mattis, tras la decisión unilateral del Presidente de retirar las tropas estadounidenses de Siria, complican las relaciones de USA con sus principales aliados.
Todo muy confuso porque USa ha construido 2 nuevas bases militares en la gobernación de Anbar, situada al oeste de Irak, a 100 kilómetros de la frontera con Siria, según lo reveló un miembro del Consejo provisional de Anbar, Farhan al-Duleimi, a la agencia turca Anadolu.
No resulta evidente cómo evolucionará la relación de Trump con la OTAN/Eurozona, a quienes reclama aportar más a los presupuestos bélicos, en medio del desenlace del Brexit, la decisión del Banco Central Europeo de no comprar más bonos soberanos a sus países miembros, y un mercado del petróleo muy convulsionado.
Arabia Saudí y Rusia son aliados importantes en el nuevo esquema superador del que tenía la OPEP: ambos países administran cuidadosamente su producción de petróleo para evitar una mayor caída de los precios, balanceando el reclamo de otros países como Irak y Libia de aumentar su producción. En tanto, USA avanza intentando menguar las restricciones sobre sus exportaciones de crudo.
Y esto es muy raro: Arabia Saudita es el gran aliado de USA en Medio Oriente pero en los temas petroleros se entiende con Rusia, con quien mantiene enormes diferencias acerca de Irán y Siria.
En América Latina, Brasil y Colombia, aliados ahora de USA, impulsarían un esfuerzo regional sobre la Venezuela de Nicolás Maduro, aliado de Rusia, China e Irán.
En tanto, los esfuerzos del gobierno de Jair Bolsonaro por reformular el Mercosur aumentarán las tensiones con la Argentina.
En México, es muy inestable la relación con USA.
El N°2 del Fondo Monetario Internacional, David Lipton, ya advirtió sobre los nubarrones que amenazan la economía global, al tiempo que aseguró que los gobiernos y los bancos centrales podrían no estar bien preparados para hacer frente al nuevo escenario.
"Es probable que los bancos centrales terminen explorando medidas poco convencionales. Pero con su incierta efectividad, deberíamos preocuparnos por la potencia de la política monetaria", dijo en una conferencia bancaria organizada por Bloomberg.
El BCE ya avisó en su última reunión del año que los riesgos para el crecimiento aumentan. Los bancos centrales de Suiza y Noruega también ha observado amenazas considerables mientras el banco central de China ha reconocido que su economía enfrenta tiempos difíciles.
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Rusia/China
En este escenario tan imprevisible, confuso y novedoso, sin duda que una clave de 2019 será el vínculo entre Rusia y China para resistir a USA.
En la península de Yamal, en el norte de Siberia, ya funciona una planta liderada por la compañía privada rusa Novatek, proyecto energético de US$ 30.000 millones, con participación china pionera en Rusia.
"La alianza natural entre ambos países en la energía —por los enormes recursos de Rusia y la gran demanda de China— se apuntala gracias a otros elementos geopolíticos tales como las sanciones y la expansión de la guerra comercial de USA contra China", según James Henderson, director del programa de Gas Natural del Instituto Oxford para el Estudio de las Energías, de la Universidad de Oxford, Reino Unido.
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En el puerto de Sabetta ha empezado a bombearse gas natural licuado al buque metanero Christophe de Margerie, que viajará a China. Pero a no confundirse, Yamal también apunta a los mercados europeos a través de la ruta del mar del Norte. Y entró en operaciones 1 año antes de lo previsto.
Yamal LNG, en la región autónoma de Yamal-Nenets, a 2.250 kilómetros de Moscú, es la apuesta de Putin para exportar gas licuado compitiendo con Qatar y USA.
Y demuestra las alianzas estratégicas que diseñó Rusia, según Erica Downs, investigadora experta en estudios de China del Centro Global de Política Energética de la Universidad de Columbia.
Novatek, la empresa gasífera N°2 más importante de Rusia (sólo superada por la estatal Gazprom) es propiedad de Leonid Mijelson o Mikhelson —el hombre más rico de Rusia, según la revista Forbes, y uno de los 'oligarcas' más exitosos durante los mandatos de Vladímir Putin—, y controla 50,1% de Yamal LNG, que lleva gas hacia el oeste durante todo el año y durante 6 meses a Asia.
Los socios de Novatek son la francesa Total (20%), la compañía china estatal CNPC (20%) y el Fondo Nacional de la Ruta de la Seda de China (9,9%).
Leonid Mikhelson es socio de otro multimillonario ruso, Gennady Timchenko.
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Mikhelson controla el 57.5% de la petroquímica Sibur, y el 25% de Novatek, que él fundó y de la que es el CEO.
También es el mayor accionista del ruso First United Bank.
En octubre de 1994 asumió la dirección general de Novafininvest, compañía holding que incluía el control de la gasífera Nova, entre muchos otros activos gasíferos. Es el origen de Novatek. Pero sin el dinero chino, todo habría sido difícil... o imposible.
Yamal es una gran apuesta del Gobierno ruso, en especial luego de las sanciones occidentales. Imposible de realizar sin la inversión china, que aprovechó el momento crítico para controlar 30% del proyecto, del que participan unas 20.000 personas —que trabaja 1 mes y descansan 1 mes—, en una localidad construída en tiempo récord junto al puerto de Sabetta, a 160 kilómetros de la ciudad más cercana, a orillas del congelado mar de Kara.
Yamal LNG —con el yacimiento Iuzhno-Tambei, con reservas de 955.000 millones de metros cúbicos de gas probadas y probables— es uno de los pocos proyectos de cooperación que sobrevivió con éxito a las sanciones de USA y de la Unión Europea, según la investigadora del International Peace Instituto de Estocolmo (IPI) Ekaterina Klimenko.
El eje de las sanciones apuntó precisamente a bloquear el desarrollo de la energía y la tecnología de Rusia por considerar a Putin nada confiable, al menos para los proyectos de Occidente.
Pero esa decisión volcó a Putin hacia Beijing, y luego resultó que USA también fue contra China.
Con 80% de la producción de gas natural en Rusia y 15% la producción mundial —licuado a muy baja temperatura (-162°) para reducir su volumen y permitir su transporte en buques metaneros—, Novatek ya es el líder del negocio de gas licuado del país, con un enfoque particular en el mercado asiático.
Sus clientes (China, Japón, Corea del Sur, India) representan el 54% de sus contratos, mientras que el resto se vende al mercado europeo, con acuerdos como el sellado con Gas Natural para llevar energía a España.
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No es el único proyecto energético clave de Moscú y Beijing.
El llamado 'Poder de Siberia', de la estatal Gazprom, es un oleoducto de 3.000 kilómetros desde el este de Siberia hasta la frontera del sureste de China.
Con un presupuesto de US$ 55.000 millones, es considerado el proyecto energético más ambicioso y crítico desde el derrumbe de la exUnión Soviética, y comenzará a funcionar en 2019.
Desde que Putin y el presidente chino, Xi Jinping, firmaron el acuerdo bilateral de suministro de gas en 2014, los bancos y las empresas chinas han invertido más de US$ 40.000 millones en los proyectos rusos de energía.
China ha aprovechado la necesidad financiera de las empresas energéticas rusas para asegurarse contratos de gran volumen a largo plazo, pero también para desarrollar otros intereses estratégicos, coinciden Jensen y Dawns.
Estos acuerdos suponen una oportunidad para que empresas chinas se abran camino hacia Europa del este.
Ante la pasividad de USA sobre el cambio climático, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Rusia está expandiendo su poder en el Ártico; y China está logrando acceso a las rutas de navegación en la región más septentrional del planeta.
Beijing lleva años tratando de expandir sus intereses allí, de acuerdo a la profesora de la London School of Economics (LSE) Kristina Spohr, y ya habla de una “ruta de la seda polar”.
"Con el dólar a $40 ya empieza a haber retraso en el tipo de cambio"
El extitular del Banco Central avizoró para el año próximo "un dólar con problemas, porque se producirán cambios de carteras".
El economista Aldo Pignanelli sostuvo que con la cotización del dólar cercana a los $40 “ya empieza a haber retraso en el tipo de cambio” y pronosticó una inflación de alrededor de 35% para 2019.
“Este año el dólar debería haber cerrado a $44 y cerró a $40, por lo que ya empieza a haber retraso en el tipo de cambio”, explicó.
El extitular del Banco Central avizoró para el año próximo “un dólar con problemas, porque se producirán cambios de carteras. El tipo de cambio definirá que inflación vamos a tener, junto con los ajustes de tarifas y los ajustes salariales”.
“La inflación proyectada para 2019 es de 35%”, afirmó en declaraciones a radio Mitre.
Pignanelli explicó que “el Gobierno empezó mejor que ahora, pero fue empeorando, por eso las expectativas con negativas. Lo que hay que hacer es cambiar las expectativas”, porque “se puede hacer un ajuste durante seis meses, incluso un año, pero hay que ofrecer una agenda de crecimiento para que la gente se dé cuenta de que vale la pena hacer el esfuerzo”.
Respecto a las próximas elecciones presidenciales, estimó que “el Gobierno tiene un apoyo del 30%, pero el problema de la oposición es cómo ofrecer una alternativa al 70% restante”.
El economista Aldo Pignanelli sostuvo que con la cotización del dólar cercana a los $40 “ya empieza a haber retraso en el tipo de cambio” y pronosticó una inflación de alrededor de 35% para 2019.
“Este año el dólar debería haber cerrado a $44 y cerró a $40, por lo que ya empieza a haber retraso en el tipo de cambio”, explicó.
El extitular del Banco Central avizoró para el año próximo “un dólar con problemas, porque se producirán cambios de carteras. El tipo de cambio definirá que inflación vamos a tener, junto con los ajustes de tarifas y los ajustes salariales”.
“La inflación proyectada para 2019 es de 35%”, afirmó en declaraciones a radio Mitre.
Pignanelli explicó que “el Gobierno empezó mejor que ahora, pero fue empeorando, por eso las expectativas con negativas. Lo que hay que hacer es cambiar las expectativas”, porque “se puede hacer un ajuste durante seis meses, incluso un año, pero hay que ofrecer una agenda de crecimiento para que la gente se dé cuenta de que vale la pena hacer el esfuerzo”.
Respecto a las próximas elecciones presidenciales, estimó que “el Gobierno tiene un apoyo del 30%, pero el problema de la oposición es cómo ofrecer una alternativa al 70% restante”.
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