La transición venezolana: realineamientos internos en el chavismo


La designación de Nicolás Maduro como sucesor presidencial en Venezuela para conducir el país durante  el proceso de elecciones regionales del 16 de diciembre y hasta tanto se produce la recuperación de Chávez o nuevas elecciones presidenciales, no parece lograr todo el acuerdo esperado no en la oposición , sino al interior del partido de gobierno , cuya fortaleza programática y organizativa sin su líder natural es una incógnita
En rigor la transición sin liderazgos fuertes es un problema tradicional e inevitable en las experiencias populistas. 
Al respecto leemos:
Para el politólogo John Magdaleno, la incertidumbre en que está sumida Venezuela abre un período de inestabilidad política, con “muchos interrogantes sobre el control de las decisiones en el gobierno”.

“Una cosa es la designación oficial de Maduro, y otra cosa muy distinta son las dinámicas internas que se producen dentro del oficialismo. Otros pesos pesados del chavismo, como Cabello, Ramírez (Rafael, ministro de Petróleo) o Jaua (Elías, ex vicepresidente) querrán tener influencia en las decisiones”, dijo Magdaleno a la AFP.

La recaída de Chávez coincide con la campaña para las elecciones regionales del domingo. El oficialismo gobierna en la mayoría de los 23 estados y aspira a conquistar los feudos opositores para acelerar su proyecto socialista.
En este estado de despliegue de los reacomodamientos , una caracterización interesante al interior del chavismo se lee en BBC Mundo: 

Con la designación como hipotético sucesor de su vicepresidente Nicolás Maduro, el presidente Hugo Chávez vino a cortar de raíz cualquier lucha de poder interna dentro de sus filas para el caso de que no pueda continuar en el poder.
Cortó de raíz o resolvió ungir al ganador de una lucha de larga data, lo cierto es que Maduro, sindicalista considerador moderado, se convirtió el sábado en el ganador provisional de una carrera que no debió ser sencilla.
Y es que no hace falta haber leído demasiado sobre la recaída en el cáncer del presidente venezolano para haberse encontrado con alusiones a que el chavismo es una amalgama de tendencias y movimientos que tienen un único elemento en común, su líder carismático.
Con su piedra fundacional en el "por ahora" del teniente coronel Chávez en su intentona golpista del 4 de febrero de 1992, los numerosos movimientos que integran el chavismo pueden reconducirse a dos pilares fundamentales: civiles de ideología socialista y los militares que lo acompañaron en la asonada de hace dos décadas, sin olvidar, claro, a la familia.
Así, Maduro, un sindicalista de formación socialista, tuvo que imponerse sobre todo al otro hombre fuerte del oficialismo y cabeza visible del ala militar, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
Pero también tuvo que erigirse por encima de otros civiles socialistas más o menos radicales, como los exvicepresidentes Elías Jaua o José VicenteRangel, y hasta al propio hermano del presidente, Adán Chávez.

Los civiles

En 2010, Chávez nombró como vicepresidente al sociólogo Elías Jaua (43), convertido entonces en el más prominente de una generación formada en el socialista que ha venido poco a poco copando los círculos más cercanos al mandatario en detrimento de los militares.
Por su posición como número dos del gobierno y por tener también bajo su mando el influyente Ministerio de Agricultura y Tierras, Jaua fue incluido en el grupo de aspirantes a suceder a Chávez desde que se hizo pública la enfermedad del presidente.
Por entonces apareció también como el mejor situado en los sondeos de popularidad, aunque como le dijo a BBC Mundo Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis, esos estudios ya no son válidos con la nueva situación...

Insaurralde vs Giustozzi: la pelea por la visibilidad

Los dos son jóvenes intendentes que arrasaron en sus distritos en las elecciones del año pasado e incluso sacaron más votos que la presidenta Cristina Kirchner. Ambos, tienen gestiones fuertes y en ello basan sus intenciones de continuar su carrera política fronteras afuera de sus partidos.

Sin embargo, hay otro ítem que une al jefe comunal de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y el de Almirante Brown, Darío Giustozzi: los dos también sostienen una suerte de pelea por el rating junto a los dos tanques de la televisión abierta: Marcelo Tinelli, en canal 13, y la novela “Graduados”, en Telefe.

En los últimos días, La Política Online dio cuenta cómo Insaurralde va perfilándose como candidato a diputado nacional por el FVP de cara las legislativas del año que viene y de cómo su estrategia de posicionamiento incluye visitas a los programas más exitosos de la TV.

Así, semana tras semana se lo puede ver en Showmatch, con Tinelli, uno de los indiscutidos de la pantalla caliente que promedia unos 21 puntos de rating. Pero a eso, Insaurralde le sumó apariciones en los programas del corazón por un supuesto romance con la actriz Florencia Peña, una artista que siempre admitió su admiración por el kirchnerismo. Insaurralde también supo incursionar en Animales Sueltos, donde Alejandro Fantino suele sorprender con entrevistas profundas.

Sin embargo, al lomense parece haberle surgido un competidor en el prime time. Es que Giustozzi quiere ser candidato a gobernador en 2015 y por eso también está levantando su perfil. Y en ese camino el miércoles apareció nada más y nada menos que en Graduados, la tira de Sebastián Ortega que este año rompió el rating con 30 puntos y se convirtió en un éxito apelando a la nostalgia de los 90 y fines del 80.

En la novela, uno de los personajes siempre hace alusión a una “prima de Adrogué”, la ciudad cabecera de Almirante Brown, y ahí Giustozzi aprovechó la grieta para colar una aparición y la promoción de su plan de seguridad. “Ese es el intendente de Almirante Brown”, reafirman los actores.

“Cuando nos comentaron desde la producción ni lo dudamos e inmediatamente preparamos las imágenes. Tenemos dos vías: programas políticos y de los otros. A nosotros nos sirve porque llegamos a gente que habitualmente no ve programas de política”, contaron las fuentes, que, sin embargo, no quisieron hacer referencia al costo de la comentada publicidad no tradicional.

Giustozzi también suele aparecer en con Fantino y en el programa de la deportes e interés general de ESPN “Pura Química”.
Según señalan las fuentes, la estrategia está dando frutos. “Tenemos sondeos y nos dan que Darío supera los 30 puntos de conocimiento más unos 20 de conocimiento difuso, o sea, que está presente para el público”, contaron.

Otro logro que festejan en el entorno del jefe comunal es que el crecimiento en el conocimiento se ve acompañado de una muy baja imagen negativa.
 

Ley de medios: inside information?


Inversores apostaron a la prórroga del 7D y las acciones de Clarín treparon 22% en cinco díasUna pista del probable vínculo, no solo ideológico,  entre corporaciones judiciales, políticas y segmentos financieros, puede inferirse del comportamiento de las acciones del grupo Clarín, de fuerte alza , con mucha anticipación al fallo de la cámara (ver evolución a partir del 30N en el gráfico que abre el post) . 

Los papeles del multimedia saltaron ayer 10%. El Merval cayó por toma de ganancias

Inversores apostaron a la prórroga del 7D y las acciones de Clarín treparon 22% en cinco días
María Eugenia Baliño


El mercado se jugó a que a último momento el Grupo Clarín iba a conseguir sacar un as de la manga en su partido contra el 7D y, esta vez, se llevó todos los premios. En los últimos cinco días las acciones del multimedia lograron acumular una revalorización cercana al 22 por ciento.

El rally alcista comenzó el viernes último y se fue incrementando a medida que se acercaba el día de hoy, que era la fecha límite fijada originalmente por la Corte Suprema para la vigencia de la medida cautelar que exime a la empresa de presentar el plan de desinversión que establece la ley de medios para quienes se excedan en el número de licencias audiovisuales permitidas por esta normativa. Ayer, a tan sólo horas de que se cumpliera este plazo –publicitado por el Gobierno como “7D”–, los papeles de Clarín se dispararon 10 por ciento.

Según señalaron en la city porteña, quienes compraron acciones del multimedia esta semana lo hicieron apostando a que la compañía iba a lograr la prórroga de la medida cautelar que lo beneficia. Y, pese a que –indicaron los operadores– la apuesta resultaba más que riesgosa, los inversores no se equivocaron, ya que finalmente ayer, tras el cierre del mercado, la Cámara en lo Civil y Comercial Federal decidió extender la medida cautelar que exime al Grupo Clarín de la obligación de desprenderse de licencias de radio y televisión a partir de hoy hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo por la demanda que presentó la compañía en la que plantea la inconstitucionalidad del artículo 161 de la ley de medios.

“Están especulando que puede llegar a ganar Clarín en esta pelea con el Gobierno. Esta suba tuvo que ver puramente con especulaciones. Hay que ver también que las acciones habían bajado muchísimo en el último tiempo”, señaló Rubén Pasquali, analista de Mayoral.

Ayer, los papeles del Grupo Clarín cerraron a $8,25, cuando su valor de salida al mercado en 2007 había sido de 28,21 pesos.

“Desde el pico de $24 del 19 de enero de 2011 las acciones de Grupo Clarín vienen cayendo sistemáticamente. Si uno mira en términos de media histórica, la acción está en precios bajos. Por más que salga la ley, creo que es un holding que tiene posibilidades de seguir manteniendo su estructura, sus ganancias y su mercado. Me causa un poco de escepticismo que valga un cuarto de lo que valía cuando salió a cotizar, porque más allá de su pelea con el Gobierno, sus ganancias no se pueden haber destrozado”, afirmó Alejandro Bianchi, analista de Invertir Online.

Completo acá

whispering 72bfe69b8d19072fedb65f4cb4e1f414 300x225 Que es inside information en la bolsa de valores?
INSIDE INFORMATION es la información material que pertenece a una compañía que no es sabido por el público. Solamente personas enteradas saben esta información, como la Junta Directiva y los ejecutivos importantes de la Bolsa, por caso

La información confidencial es cualquier tipo de información que afectará el futuro valor de la compañía, como las noticias de fusión o un informe de ganancias. En teoría se prohíbe la compra o venta de acciones basadas en información que todavía no se ha divulgado al público. Uno puede ser criminalmente responsable por comerciar con la información de persona enterada.

De todas maneras este episodio no culmina aún. Con la reciente ley de control de mercado de capitales la Comisión Nacional de Valores podrá “solicitar informes y documentos, realizar investigaciones e inspecciones en las personas físicas y/o jurídicas sometidas a su fiscalización, citar a declarar, tomar declaración informativa y testimonial“ entre otras atribuciones legales. Veremos si la criatura debuta !

Lenguaje y simulación en la construcción de la oferta electoral

Por Rubén Weinsteiner

Para Political MKT

La Web 2.0 construye el nuevo campo de la mirada en la construcción del poder político. La lucha por ordenar las percepciones sobre lo que pasa, de estructurar el relato y organizar el debate, se da cada vez con más fuerza en la Web 2.0.
La masividad y velocidad de circulación de la información, plantea al ciudadano 2.0 la necesidad de ordenar, priorizar y discriminar fuentes e información y a la vez defenderse de la simulación.

El posicionamiento en la Web 2.0 del político en forma personal, de un espacio o de sus seguidores y militantes, se convierte en un elemento significante cada vez más importante. Si el continente no incluye, si el espacio no seduce, no se posiciona en buscadores, no penetra en las redes sociales, y los contenidos, la información y las intenciones pierden poder en todo sentido.

El formato simétrico, híper masivo y viral de la Web 2.0, impone reglas de juego disruptivas, nuevas y muy determinadas, a partir de las cuales la propuesta vincular del político o del espacio puede mutar, innovar y alimentarse de la demanda del mercado con mucha más flexibilidad y velocidad que con los medios pre Web 2.0.
En este sentido, hay dos aspectos fundamentales y básicos en la construcción y gestión de la imagen 2.0 del político o de un espacio político. Por un lado está el aprendizaje del lenguaje, el adoptar las reglas de cómo se comunica en la Web 2.0, como se habla, como se interactúa y como se interviene, en definitiva, la pragmática. Este aprendizaje se da como cualquier otro, como aprender un idioma, las señales de tránsito o la forma de actuar de un legislador nuevo en el congreso.
Por otra parte está el posicionamiento y la construcción deliberada de la imagen.

Cuando hablo de posicionamiento me refiero a :
a) Determinar quién soy y la imagen que quiero dar e instalar
b) Construir el mensaje
c) Emitirlo

Entre ambos aspectos, el aprendizaje del lenguaje y el posicionamiento, hay una zona gris donde es difícil determinar dónde empieza el “respeto” por ciertas reglas del lenguaje y donde empieza la producción de artificios para ganar adhesiones.
El lenguaje representa al objeto como un mapa al territorio, pero el mapa no es el territorio ni la imagen construida por el lenguaje es el objeto. El lenguaje tiene su lógica interna en la producción del sentido, y es una realidad distinta del objeto del cual se presenta como análogo. Todo lenguaje es una simulación, simular es imitar representar, reproducir pero también es fingir, engañar, mentir.

Esta diferencia entre la propuesta ideológica y la impostación puede no ser percibida en el corto plazo. La campaña de De Narváez en 2009 y su fuerte apuesta a la Web 2.0 -no desde la militancia, sino de un equipo contratado- y su resultado, constituyen un caso de laboratorio para este análisis.
El discurso de esta campaña, se apoyó en lugares comunes y propuestas no propuestas, abiertas e inclusivas, por su indefinición. Estableciendo como principal propuesta en términos de discurso de poder, ser el eje polarizador en contra de Néstor Kirchner. Concretamente el quiebre amor-odio en torno a la figura de Kirchner, planteaba un escenario 70/30, en el cual si el 70 se dispersaba el 30 ganaba. Por eso la propuesta no tuvo que ver ni con lo ideológico, ni con los que, ni con los cómo, nadie sabía ni supo cual era la propuesta en términos de medidas concretas a proponer en el parlamento por parte de Francisco De Narváez, ya que no se presentaba para un cargo al que esperaba llegar por primera vez, el ya era diputado y jamás había presentado un propuesta en el recinto y nunca había tomado la palabra. Luego de ser reelecto y haber asumido, nada cambió.

Todo el planteo del mentor de FDN, Durán Barba, fue; “si votamos todos al mismo, Kirchner pierde”. Y funcionó, De Narváez obtuvo 2 puntos más que Kirchner.
En ese colectivo había de todo, gente que lo odiaba a Kirchner, los votantes de Patti que al bajarse este se quedaron sin candidato, los peronistas no K, los radicales que consideraban mas importante que Kirchner pierda que votar a su partido, etc. Difícilmente encontremos personas que se enamoraron de la propuesta de De Narváez, porque resulta difícil enamorarse de una propuesta de acción táctica, “voten a b para que no gane a”, la gente se enamora de las personas, de las ideas o de las propuestas de acción estratégicas. Y la simulación de corto plazo tanto en la Web 2.0 como en el mundo real sirve para proponer acciones tácticas, no ideas ni planes estratégicos.

Votar a la Alianza para que el peronismo no gane, fue una idea-acción táctica, de cortísimo plazo, porque solo sirvió para ganar pero no para gestionar, por eso cuando alguien gana con ese tipo de propuestas y llega al gobierno no sabe qué hacer, se pone nervioso y choca el país como De la Rúa.

¿Qué piensa la gente acerca de De Narváez hoy, como propuesta de acción, más allá de haber sido un instrumento eficaz para enfrentar a los Kirchner?
La respuesta a esta pregunta toma sentido, con una direccionalidad y claridad que se profundiza de manera directamente proporcional al paso del tiempo.

La política sin militantes, sin cuadros, sin ideología, de propuestas ligadas estrictamente a “que las cosas funcionen” y a “la concordia y el diálogo”, en realidad rechazan la política como instrumento, como lo hacía el fascismo, por eso en el poder se encuentran sin instrumentos para gestionar, creando mas problemas de los que solucionan.
La simulación virtual o real sirve para ganar una elección, pero UNA sola.

Rubén Weinsteiner

Segmentación 2.0: Ideas y variables blandas

En la Web 2.0 las conexiones entre personas, ya sea de forma más o horizontal y simétrica, o más vertical y asimétrica, se da no tanto por los vínculos definidos por su calidad y especificidad , sino por las ideas.
Por Rubén Weinsteiner

 




Rubén Weinsteiner     


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Nos conectamos por las cosas que nos preocupan, que nos impactan, que nos duelen, que nos emocionan, que nos apasionan.

Las conexiones en la Web 2.0 se dan más por variables blandas que por variables duras. La organicidad de esas conexiones- comunicaciones, se da más por lo que sienten las personas, lo que piensan, que creencias y valores tienen, que por quienes son, donde están, qué edad tienen y como viven.

Los motores transaccionales en la Web 2.0, tienen que ver con esas cosas que nos interesan y que nos impactan. Y nos impactan muchas cosas, por eso nos vamos relacionando con personas muy diferentes a nosotros, y a su vez esas personas encuentran puntos de contacto con personas muy diferentes a ellas y a nosotros, que a su vez pueden hacer contacto con nosotros, a través de otros marcos temáticos de convergencia.
Esta dinámica es una de las grandes disruptividades de la Web 2.0, y todavía los líderes, los decisores, los generadores de contenidos, no reconocen esa dimensión.

Hay mucho enfoque en la cantidad de seguidores en Twitter o en Facebook, en la menciones en los buscadores de un blog o de un sitio, o en la autoridad que construyen emisores en sus espacios, al ser levantados por una gran cantidad de amplificadores.
La mirada no apunta en la mayoría de las estrategias 2.0, en ver cuánto y cómo nos conectamos con la gente a través de los que realmente les importa.

La segmentación por variables blandas, nos permite conectar con la especificidad y organicidad de cada segmento, e interpelar en forma directa a las personas, unidas por creencias, valores, ideas, pasiones y actividades. Mas por lo hacen, que por lo que son.

Esto cambia el juego, y el abordaje quirúrgico micro segmentado, les permite a las empresas, a los líderes políticos y a las organizaciones en general, mapear y segmentar por marcos temáticos de pertenencia y pertinencia, para establecer comunicaciones intensas con personas muy heterogéneas, vinculadas entre sí por variables blandas y nuevas para el análisis.

www.weinsteiner..net
Rubén Weinsteiner

 



 

The Data Crunchers Who Helped Obama Win

In late spring, the backroom number crunchers who powered Barack Obama’s campaign to victory noticed that George Clooney had an almost gravitational tug on West Coast females ages 40 to 49. The women were far and away the single demographic group most likely to hand over cash, for a chance to dine in Hollywood with Clooney — and Obama.
So as they did with all the other data collected, stored and analyzed in the two-year drive for re-election, Obama’s top campaign aides decided to put this insight to use. They sought out an East Coast celebrity who had similar appeal among the same demographic, aiming to replicate the millions of dollars produced by the Clooney contest. “We were blessed with an overflowing menu of options, but we chose Sarah Jessica Parker,” explains a senior campaign adviser. And so the next Dinner with Barack contest was born: a chance to eat at Parker’s West Village brownstone.

For the general public, there was no way to know that the idea for the Parker contest had come from a data-mining discovery about some supporters: affection for contests, small dinners and celebrity. But from the beginning, campaign manager Jim Messina had promised a totally different, metric-driven kind of campaign in which politics was the goal but political instincts might not be the means. “We are going to measure every single thing in this campaign,” he said after taking the job. He hired an analytics department five times as large as that of the 2008 operation, with an official “chief scientist” for the Chicago headquarters named Rayid Ghani, who in a previous life crunched huge data sets to, among other things, maximize the efficiency of supermarket sales promotions.
Exactly what that team of dozens of data crunchers was doing, however, was a closely held secret. “They are our nuclear codes,” campaign spokesman Ben LaBolt would say when asked about the efforts. Around the office, data-mining experiments were given mysterious code names such as Narwhal and Dreamcatcher. The team even worked at a remove from the rest of the campaign staff, setting up shop in a windowless room at the north end of the vast headquarters office. The “scientists” created regular briefings on their work for the President and top aides in the White House’s Roosevelt Room, but public details were in short supply as the campaign guarded what it believed to be its biggest institutional advantage over Mitt Romney’s campaign: its data.
On Nov. 4, a group of senior campaign advisers agreed to describe their cutting-edge efforts with TIME on the condition that they not be named and that the information not be published until after the winner was declared. What they revealed as they pulled back the curtain was a massive data effort that helped Obama raise $1 billion, remade the process of targeting TV ads and created detailed models of swing-state voters that could be used to increase the effectiveness of everything from phone calls and door knocks to direct mailings and social media.

How to Raise $1 Billion
For all the praise Obama’s team won in 2008 for its high-tech wizardry, its success masked a huge weakness: too many databases. Back then, volunteers making phone calls through the Obama website were working off lists that differed from the lists used by callers in the campaign office. Get-out-the-vote lists were never reconciled with fundraising lists. It was like the FBI and the CIA before 9/11: the two camps never shared data. “We analyzed very early that the problem in Democratic politics was you had databases all over the place,” said one of the officials. “None of them talked to each other.” So over the first 18 months, the campaign started over, creating a single massive system that could merge the information collected from pollsters, fundraisers, field workers and consumer databases as well as social-media and mobile contacts with the main Democratic voter files in the swing states.
The new megafile didn’t just tell the campaign how to find voters and get their attention; it also allowed the number crunchers to run tests predicting which types of people would be persuaded by certain kinds of appeals. Call lists in field offices, for instance, didn’t just list names and numbers; they also ranked names in order of their persuadability, with the campaign’s most important priorities first. About 75% of the determining factors were basics like age, sex, race, neighborhood and voting record. Consumer data about voters helped round out the picture. “We could [predict] people who were going to give online. We could model people who were going to give through mail. We could model volunteers,” said one of the senior advisers about the predictive profiles built by the data. “In the end, modeling became something way bigger for us in ’12 than in ’08 because it made our time more efficient.”
Early on, for example, the campaign discovered that people who had unsubscribed from the 2008 campaign e-mail lists were top targets, among the easiest to pull back into the fold with some personal attention. The strategists fashioned tests for specific demographic groups, trying out message scripts that they could then apply. They tested how much better a call from a local volunteer would do than a call from a volunteer from a non–swing state like California. As Messina had promised, assumptions were rarely left in place without
numbers to back them up.The new megafile also allowed the campaign to raise more money than it once thought possible. Until August, everyone in the Obama orbit had protested loudly that the campaign would not be able to reach the mythical $1 billion fundraising goal. “We had big fights because we wouldn’t even accept a goal in the 900s,” said one of the senior officials who was intimately involved in the process. “And then the Internet exploded over the summer,” said another.
A large portion of the cash raised online came through an intricate, metric-driven e-mail campaign in which dozens of fundraising appeals went out each day. Here again, data collection and analysis were paramount. Many of the e-mails sent to supporters were just tests, with different subject lines, senders and messages. Inside the campaign, there were office pools on which combination would raise the most money, and often the pools got it wrong. Michelle Obama’s e-mails performed best in the spring, and at times, campaign boss Messina performed better than Vice President Joe Biden. In many cases, the top performers raised 10 times as much money for the campaign as the underperformers.
Chicago discovered that people who signed up for the campaign’s Quick Donate program, which allowed repeat giving online or via text message without having to re-enter credit-card information, gave about four times as much as other donors. So the program was expanded and incentivized. By the end of October, Quick Donate had become a big part of the campaign’s messaging to supporters, and first-time donors were offered a free bumper sticker to sign up.

Predicting Turnout
The magic tricks that opened wallets were then repurposed to turn out votes. The analytics team used four streams of polling data to build a detailed picture of voters in key states. In the past month, said one official, the analytics team had polling data from about 29,000 people in Ohio alone — a whopping sample that composed nearly half of 1% of all voters there — allowing for deep dives into exactly where each demographic and regional group was trending at any given moment. This was a huge advantage: when polls started to slip after the first debate, they could check to see which voters were changing sides and which were not.
It was this database that helped steady campaign aides in October’s choppy waters, assuring them that most of the Ohioans in motion were not Obama backers but likely Romney supporters whom Romney had lost because of his September blunders. “We were much calmer than others,” said one of the officials. The polling and voter-contact data were processed and reprocessed nightly to account for every imaginable scenario. “We ran the election 66,000 times every night,” said a senior official, describing the computer simulations the campaign ran to figure out Obama’s odds of winning each swing state. “And every morning we got the spit-out — here are your chances of winning these states. And that is how we allocated resources.”
Online, the get-out-the-vote effort continued with a first-ever attempt at using Facebook on a mass scale to replicate the door-knocking efforts of field organizers. In the final weeks of the campaign, people who had downloaded an app were sent messages with pictures of their friends in swing states. They were told to click a button to automatically urge those targeted voters to take certain actions, such as registering to vote, voting early or getting to the polls. The campaign found that roughly 1 in 5 people contacted by a Facebook pal acted on the request, in large part because the message came from someone they knew.

Data helped drive the campaign’s ad buying too. Rather than rely on outside media consultants to decide where ads should run, Messina based his purchases on the massive internal data sets. “We were able to put our target voters through some really complicated modeling, to say, O.K., if Miami-Dade women under 35 are the targets, [here is] how to reach them,” said one official. As a result, the campaign bought ads to air during unconventional programming, like Sons of Anarchy, The Walking Dead and Don’t Trust the B—- in Apt. 23, skirting the traditional route of buying ads next to local news programming. How much more efficient was the Obama campaign of 2012 than 2008 at ad buying? Chicago has a number for that: “On TV we were able to buy 14% more efficiently … to make sure we were talking to our persuadable voters,” the same official said.
The numbers also led the campaign to escort their man down roads not usually taken in the late stages of a presidential campaign. In August, Obama decided to answer questions on the social news website Reddit, which many of the President’s senior aides did not know about. “Why did we put Barack Obama on Reddit?” an official asked rhetorically. “Because a whole bunch of our turnout targets were on Reddit.”
That data-driven decisionmaking played a huge role in creating a second term for the 44th President and will be one of the more closely studied elements of the 2012 cycle. It’s another sign that the role of the campaign pros in Washington who make decisions on hunches and experience is rapidly dwindling, being replaced by the work of quants and computer coders who can crack massive data sets for insight. As one official put it, the time of “guys sitting in a back room smoking cigars, saying ‘We always buy 60 Minutes’” is over. In politics, the era of big data has arrived.

Rubén Weinsteiner

Evolución del empleo, una mirada


Los atributos de consumo y empleo constituyen dos de los pilares de la fortaleza del modelo iniciado en mayo de 2003. Concurren para sostenerlos muchas alternativas de gestión y desiciones de política económica heterodoxas, la mayoría criticadas severamente por los gurúes que, con sus saberes llevaron al país a 24% de desempleo, 54% de pobreza y 27,6% de indigencia en la crisis del neoiliberalismo en el año 2001. 
Adicionalmente ya observamos en Ramble que en líneas generales, empleo y consumo son los motores del acompañamiento electoral contundente de 2011, a punto que el 50% de los votos obtenidos por el FPV son volátiles y consecuencia directa de la robustez de ambos indicadores observadas desde 2003 y en particular , su recuperación tras la caída de 2009. 

Para observar la marcha de la generación de empleo y su desagregado por rama , así como la perspectiva de este singular indicador de cara a 2013, leemos en Analytica una visión de la coyuntura. 

La actividad económica lentamente gana velocidad pero el empleo sigue muy rezagado. El frenazo del primer semestre está condicionando uno de los principales pilares de expansión del mercado interno. El desempleo no aumenta significativamente, pero tampoco baja, lo que empieza a reflejar ciertos límites del actual modelo.
Un repaso de los principales indicadores laborales da cuenta de esta realidad. Las suspensiones y despidos de trabajadores (medidos por Tendencias Económicas) durante el tercer trimestre han cedido respecto del turbulento segundo trimestre, pero todavía se ubican muy por encima de 2011. A diferencia de lo ocurrido en la crisis 2009 los despidos ahora son sistemáticamente inferiores a las suspensiones, lo que refleja la percepción empresaria de que se trata de un fenómeno más transitorio que permanente.
Igual lectura generan los datos de ocupación en la industria, ya que las horas trabajadas caen (+1,9% en el tercer trimestre) pero el empleo sigue aumentando (+1,2%), aunque a un ritmo cada vez más bajo. 
La EPH (Indec) da cuenta de una suba marginal de la desocupación entre el primer y segundo trimestre (de 7,1% de la PEA a 7,2%) pero refleja un aumento significativo en la población subocupada (de 7,4% a 9,4%). En otros términos, hay más personas ocupadas que podrían trabajar más horas y no lo puede hacer. 
La lectura es coincidente.
En el caso de una reciente encuesta elaborada por Manpower este enfriamiento en la demanda de empleo se mantiene. Según el estudio, sólo 12% de las empresas espera aumentar su dotación en 2013, mientras 9% proyecta una caída y 78% no espera cambios. El saldo neto positivo (+3%) es el peor desde la crisis 2009 y se ubica 14 puntos por debajo del registro del cuarto trimestre del año pasado.
La encuesta indica que en 4 de las 6 regiones del país se prevén incrementos en las dotaciones. Los planes de contratación más optimistas pueden observarse en la Patagonia (+22%) y en la región del NEA (+11%). Las proyecciones para el NOA (+7%) y el AMBA (+5%) son mucho más modestas. En tanto, los empleadores pronostican reducciones en Cuyo (-4%) y la región Pampeana (-2%).
En cuanto a la tendencia, es interesante notar que las expectativas para la Patagonia son las mejores de los últimos cuatro años, lo que ratifica la proyección de crecimiento que tiene la industria petrolera a partir del nuevo impulso generado por YPF. Para las restantes regiones la tendencia es preocupante: las expectativas se ubican en los mínimos post crisis 2009.
A nivel sectorial, la lectura es muy consistente con los tiempos que corren. Entre los más segmentos mas dinámicos en materia de creación de empleo se ubica la Administración Pública y Educación (+9%), seguida por servicios (+8%) y Manufacturas (+6%). El Estado se ha convertido en un demandante activo, el sector servicios se beneficia del sesgo pro consumo y la industria parece estár un poco más pujante de cara a 2013.
Un peldaño por debajo se ubican Comercio y Transporte y Servicios públicos (+5%). Los más golpeados son Finanzas, Seguros y Bienes Raíces (+2%), Agricultura y pesca (0%) y Minería y Construcción (-4%). Era previsible, el sector inmobiliario tiene que achicarse para sobrevivir en un entorno de muchos menos negocios y la construcción no termina de asimilar la falta de dólares.
El problema de fondo es que en todos los sectores las perspectivas para el cuarto trimestre se ubican en los niveles más bajos desde la recuperación post Lehman.
En síntesis, no estamos viendo un proceso de destrucción de empleo generalizado sino problemas puntuales en algunos sectores. Nos preocupan otros factores. Por un lado, la subocupación asociada a la fuerte desaceleración en la actividad, que debería atenuarse en los próximos meses cuando la economía vuelva a crecer en un entorno de entre 3% y 4%. Por el otro, la baja capacidad de generación de nuevos puestos de trabajo asociada a problemas mucho más difíciles de desactivar.
Concretamente la caída en la inversión (IBIF). Los datos oficiales del segundo trimestre dan cuenta de una baja de la IBIF de casi 4 puntos porcentuales con respecto a igual trimestre de 2011 (de 25% a 21%). Si bien en la segunda mitad del año se estaría recuperando, difícilmente supere 22% del PBI en el promedio del año. Un retroceso muy significativo respecto a los más de 24 puntos registrados un año antes.
Éste es el principal desafío del gobierno. Reactivar la inversión requiere, no sólo concentrarse en su financiación, sino también en otras problemáticas. Por caso, el margen de rentabilidad de muchas empresas sigue en baja desde el pico alcanzado en 2010. Las ganancias de las compañías que cotizan en el Merval se redujeron 20% en el último año y paralelamente el costo del capital se encareció significativamente. Más percepción de riesgo y menos rentabilidad es una ecuación que evidentemente deprime los “animal spirits” inversores.
Si no se trabaja sobre estos, y otros aspectos, el crecimiento del año próximo puede terminar impulsando sólo modestamente los niveles de empleo.

Ohio Romney Rally - Interviews with Supporters

Raw: Staten Islanders Feel Forgotten After Sandy


Beppe Grillo es la segunda fuerza política en Italia



Reúne 21% de intención de voto, apenas por debajo del primero. Derrumbe de Berlusconi.
Giuseppe Piero Grillo (Savignone, Italia, 21 de julio de 1948), más conocido como Beppe Grillo, es un cómico y actor italiano que trabaja en el cine, la televisión y el teatro.
También es blogger y su blog1 cuenta con el mayor número de visitas entre los blog de lengua italiana, siendo una de las páginas web italianas más visitadas con más de 160.000 accesos diarios
Un sondeo difundido por la tercera red de la TV estatal italiana ha puesto de nuevo en vilo a los italianos por la consolidación del fenómeno del cómico genovés Beppe Grillo, que cosecha 21% del consenso popular, como segunda fuerza política detrás del partido Democrático de centroizquierda, que llega al nivel del 25,9%. Cae sin remedio el partido de Silvio Berlusconi al 14,3% y la derecha padece una situación caótica.
La irrupción de Grillo no es una novedad pero su marcha se demuestra una aplanadora de la casta política que, si antes le temía, ahora se aterroriza. Cuando Clarín entrevistó a Beppe, de 64 años, en mayo último, ya navegaba entre 16 y 17%, pero ahora las velas están desplegadas y no sería una sorpresa que en las generales de abril próximo su Movimiento 5 Estrellas pelee el primado cabeza a cabeza a los ex comunistas del PD.

¿Es posible chavizar la Argentina?

Por José Natanson

Quizás el famoso aforismo del editor venezolano Rafael Poleo sea exagerado (“En este país no hay buenos y malos gobiernos sino buenos y malos precios del petróleo”), pero ni los chavistas más fanáticos podrán negar que la economía venezolana es una típica economía rentista.

Más parecida a la de Nigeria o Arabia Saudita que a la de potencias agroalimentarias con ciertos niveles de industrialización como Brasil y Argentina, Venezuela exporta prácticamente un solo producto (en 2011 el 90 por ciento de sus exportaciones y el 48 por ciento de sus ingresos fiscales provinieron del petróleo o derivados) a básicamente un solo país (el 44 por ciento se dirigieron a Estados Unidos, donde Pdvsa tiene tres refinerías, incluyendo la gigantesca de Lake Charles).
El auge de los precios de los hidrocarburos terminó de ahogar al sector agrícola de las llanuras venezolanas, que en su momento supo ser pujante, y asfixió cualquier actividad productiva, a punto tal que hoy Venezuela importa, sobre todo de Estados Unidos y Colombia, casi todo lo que consume, empezando por el 70 por ciento de los alimentos.

La soja, el petróleo argentino, no es una actividad rentista derivada de un recurso extractivo sino una actividad productiva (a la soja hay que sembrarla y cosecharla) generada a partir de un recurso renovable (el suelo). Su incidencia en la estructura económica es por supuesto relevante, pero menor a la del petróleo en Venezuela: el complejo sojero explica el 25 por ciento de las exportaciones, que se estiran al 35 si se suman otros cultivos, y menos del 13 por ciento de los ingresos fiscales. Las exportaciones argentinas incluyen también al poderoso sector automotor (12,7 por ciento del total) y no se concentran en un solo destino, sino que se dividen entre el Mercosur (básicamente Brasil), China (hoy el segundo socio comercial), Estados Unidos y Europa. Además, Argentina cuenta con una industria textil (aunque acotada), economías regionales (aunque algunas hoy en crisis), un incipiente sector de industrias culturales y turismo, segundo generador de divisas. En suma, un panorama económico más diversificado y moderno que el de Venezuela.

La trayectoria económica de los últimos años también es diferente. Desde el inicio del boom de los commodities en 2002-2003, algunos países latinoamericanos atravesaron un ciclo de bajo crecimiento y baja inflación (Brasil, Chile), otros alto crecimiento y alta inflación (es el caso de Argentina) y otros baja inflación y alto crecimiento, aunque muy desigual (Perú). Venezuela es un caso único de crecimiento moderado (3,7 promedio en la última década según la Cepal) y alta inflación.

 Los límites a la compra de dólares comenzaron a implementarse en Venezuela con el paro petrolero de 2003, que paralizó la producción y frenó el ingreso de divisas. El resultado fue la consolidación de un mercado que cotiza el dólar negro (allí lo llaman “lechuga”) al doble que el oficial. Las restricciones aquí se iniciaron más tarde, como resultado de la segunda fase de la crisis mundial, y generaron un dólar (“blue”) un 30 por ciento más alto que el oficial. Aunque ambos gobiernos impusieron controles ausentes otros países de la región, la diferencia es que en Venezuela rige un sistema de doble tipo de cambio consolidado y explícito, con un valor para los productos de primera necesidad y otro para el resto, que la brusca devaluación ordenada en 2010 no hizo más que afianzar, mientras que en Argentina el doble tipo de cambio es incipiente y con una trayectoria de devaluación suave.

 La cuestión de las estatizaciones, que a su vez remite al tipo de Estado que cada gobierno tiene en la cabeza, también permite apreciar los contrastes. En Argentina, las estatizaciones respondieron, en una primera etapa, a flagrantes incumplimientos contractuales (Thales Spectrum, Aguas Argentinas), sospechas fundadas de corrupción (los pasaportes de Siemens) o la necesidad de garantizar la prestación de un servicio considerado esencial (Aerolíneas, Correo Argentino). En otras palabras, estatizaciones episódicas y puntuales, dictadas más por las necesidades de gestión que como resultado de una estrategia deliberada. La segunda etapa, ya bajo la gestión de Cristina, fue un paso más allá, aunque no en el sentido de la vuelta del “Estado empresario” que algunos creen ver: incluyó las jubilaciones, que no es un resorte productivo sino financiero (y, para colmo, más bien esotérico, pues las AFJP no eran bancos) y luego YPF, cuya explicación también habrá que buscarla en cuestiones financieras (el alarmante déficit de la balanza energética) y que no resulta en absoluto exótica: de hecho, en casi todos los países del mundo la principal empresa petrolera está bajo algún tipo de control estatal.

Las estatizaciones de Chávez también reconocen dos etapas. La primera se inició en mayo de 2007, luego de que arrasara en la campaña por su reelección, con el anuncio de la nacionalización de las empresas privadas que operaban en los campos petrolíferos de la Faja del Orinoco, los más grandes de Occidentes. Todas las compañías –salvo la estadounidense Exxon Mobil, que litigó y perdió en los tribunales internacionales– llegaron a acuerdos con el gobierno.

La segunda etapa fue más allá del petróleo e incluyó la siderurgia, el cemento, las telecomunicaciones, la electricidad, algunas empresas alimentarias que aumentaban los precios y algunos bancos, entre ellos la filial venezolana del Santander. Pero, más allá de una lista que en sí misma no dice mucho, lo interesante es señalar que la primera oleada nacionalizadora chavista asumió un carácter clásico (un Estado monoproductor apropiándose de su casi único recurso económico), mientras que la segunda tuvo un espíritu más, digamos, nacionalista: vagamente inspirada en el industrialismo de los ’50, la estrategia apunta a que el Estado tome el control de lo que antes se definía como “industrias fundamentales”.

La intervención pública no se limita, como en Argentina, al manejo de las variables macroeconómicas, los programas de estímulo y la energía, sino que apunta a controlar los resortes fundamentales de la producción (hidrocarburos, cemento, siderurgia) para desde allí orientar el rumbo económico del país.

El origen de la refundación institucional venezolana está marcado por el traumático fin del período del Punto Fijo, que se tramitó dramáticamente, con una masiva pueblada, el Caracazo, seguida por una represión sangrienta, dos intentos de golpe de Estado, el juicio político a un presidente (Carlos Andrés Pérez) y la llegada al poder de un outsider (Chávez). A diferencia de Argentina, donde el peronismo, los sindicatos y buena parte de la estructura institucional se mantuvieron bastante intactos, en Venezuela todo el sistema voló por los aires. Quizás por eso, el tránsito al pos-neoliberalismo incluyó, como más tarde en Bolivia y Ecuador, una refundación institucional ausente en países como Argentina o Brasil. Su eje fue la Constitución Bolivariana de 1999, orientada básicamente a incorporar a un sector hasta el momento excluido del contrato social entre los ciudadanos y el Estado. Como señala sagazmente Federico Vázquez en Le Monde diplomatique, la temprana democratización argentina y la ampliación de los derechos sociales durante el primer peronismo sitúan a nuestro país en un lugar distinto, como si la reforma bolivariana se hubiera hecho aquí... en 1949.

Marca y acumulación en Twitter



Por  Rubén Weinsteiner para Bloomberg

Para traducir en el territorio una marca política,  a favor de la consolidación de una oferta viable y eficaz,  hace falta gestionar:

a) liderazgo
b) despliegue territorial, 
c) agenda 

Twitter hoy,  atraviesa  transversalmente estas tres dimensiones constructivas de la marca política.
El liderazgo expresado a partir de una marca política,  y abordado desde las variables constitutivas de la misma;  la personalidad, la identidad, el discurso, el posicionamiento, la simbología y ritualidad y el naming, tiene en Twitter una herramienta poderosa y eficiente.
El poder político se acumula en el mercado de las emociones, no en el mercado de las razones. A nadie lo votan por sus condiciones sino por como impactan estas y se traducen en emociones en la cabeza de la gente. No vendemos ideas, vendemos sensaciones.

Twitter es ante todo conversación, diálogos ante audiencias de audiencias, inmediatez, horizontalidad y mucha emocionalidad. En Twitter, podemos escuchar, comunicar, instalar nuestro relato y que este sea viralizado, pero fundamentalmente Twitter es construcción permanente y paralela a la dinámica de la realidad.

En Twitter construimos nuestro relato histórico, los atributos que conforman nuestra personalidad, reforzamos nuestro posicionamiento, y emitimos nuestro discurso desintermediando con  los medios que median en los humores sociales.

En cuanto al despliegue territorial Twitter permite ser horizontal y profundo a muy bajo costo. Si se establecen dimensiones de compromiso eficaces, se puede construir una militancia 2.0 activa y sólida en una gran cantidad de especificidades territoriales en un período corto de tiempo. Twitter además permite nutrir, potenciar y gestionar las estructuras ya construidas.

En cuanto a la agenda, Twitter, si no se lo usa como micrófono, es decir solo para que nuestro mensaje emerja más fuerte y que lo escuchen más personas, sino para aprovechar su condición simétrica 2.0, podemos escuchar, podemos canalizar ideas, proyectos, necesidades e inquietudes y establecer diferenciales vigorosos con respecto al resto de la oferta política.










Pautas profesionales, pautas corporativas

Por Oscar González

 El oficio periodístico —o la profesión, como algunos prefieren— está en crisis en todo el mundo. Los avances tecnológicos y el despliegue de Internet en particular, han impuesto otras dinámicas, urgencias y necesidades a la hora de informar, que ya eran lúcidamente analizadas por Tomás Eloy Martínez hace más de una década. Con todo, no es el mayor desafío para los periodistas. La reconversión de los medios en que trabajan les ha impuesto drásticos cambios en las condiciones laborales, que en la mayor parte de los casos se traducen en sobrecarga horaria, pluriempleo, estrés y precarización para los que permanecen adentro del sistema, junto a tasas crecientes de desempleo y exclusión.

Una de las características más notorias, y menos debatidas, de esa reconversión es que buena parte de los medios —muchos de ellos, multimedios— no son ya empresas periodísticas, sino conglomerados económicos para los que la búsqueda de información es apenas una actividad entre otras, cuyos resultados son deseables sólo si se traducen en mayores ingresos o sirven como moneda de cambio para impulsar, generar o forzar otros negocios que nada tienen que ver con la comunicación.

Podría decirse que el aura de idealismo que rodeaba en un tiempo el ejercicio del periodismo ha sido sustituida por la etapa del implacable pago al contado. Las revelaciones en torno de las escuchas ilegales de un pasquín del grupo Murdoch en Gran Bretaña muestran que no se trata de un fenómeno sólo argentino, aunque adquiera aquí proporciones preocupantes. Tanto que se ha llevado puestos todos los recaudos asociados a la buena práctica profesional, que hasta no hace mucho situaban a los periodistas entre los referentes éticos de la sociedad junto a los docentes. El abrupto descenso de la matrícula en las carreras de periodismo y comunicación es un elocuente indicador de esa devaluación.

Entretanto, los dueños de aquellos medios pretenden que el público siga viéndolos como excelsa encarnación de la pureza, resguardo privilegiado de la libertad de expresión y herramienta adecuada para su ejercicio. Sin embargo, los argentinos han perdido la inocencia, y para bien. Uno de los efectos más valiosos de la batalla cultural que se viene librando en varios frentes, en gran medida gracias a la acción del gobierno, es el reconocimiento de que ninguna agenda informativa es neutra y de que en consecuencia es necesario multiplicar las voces.

En este proceso de mercantilización de la comunicación donde hay hijos y entenados, la contracara de quienes han quedado afuera y viven de un magro salario o de colaboraciones ocasionales mal retribuidas son los periodistas estrella, aquellos personeros del establishment que operan desde los medios concentrados sobre la opinión pública, aunque algunos pretendan hablar desde el llano. La Presidenta, que no cultiva la hipocresía y ha elegido un vínculo directo, no mediado, con la sociedad, aludió en un discurso reciente a un caso prototípico, pero que está lejos de ser el único.

Como era previsible, sus palabras trajeron airadas respuestas de supuestos adalides de la libertad de expresión, los mismos que censuran dentro de sus medios y hace unos meses montaron un verdadero sketch televisivo porque la representante de todos los argentinos no les concede una suerte de derecho de picaporte al que se sienten acreedores.

Si es sabido que de esos mercaderes del dato incierto, del trascendido avieso o de la campaña engañosa nada puede esperarse, los periodistas que aún creen en las buenas prácticas profesionales deberían escuchar la reflexión presidencial para crear las instancias que fueran necesarias -foros, debates, encuentros- para establecer, por sí mismos, normas de conducta que contribuyan a garantizar la credibilidad de la información. Esas pautas profesionales, inmunes al condicionamiento de las otras pautas, las publicitarias, enaltecerán desde la autoregulación, el oficio periodístico y garantizarán que el público esté bien informado.

“El euro es un polvorín que va a explotar”


El líder de la segunda fuerza política de Grecia afirma que el problema no es la moneda única, sino las políticas que la acompañan. En este reportaje destaca el modelo argentino y se interroga sobre los desaparecidos griegos en nuestro país.
 
Por Eduardo Febbro
Desde Atenas
–Euro o no euro. Esa ha sido la gran disyuntiva a través de la cual se le presentó a Grecia y, particularmente, al movimiento Syriza que usted dirige. ¿Cómo analiza el momento de crisis que atraviesa Europa y que parece poner en tela de juicio mucho más que la sacrosanta estabilidad del euro? –Creo que el modelo europeo debe reconstruirse desde abajo. No podemos estar satisfechos con lo que hoy se llama Europa. La crisis actual no es una crisis europea sino mundial. Europa no cuenta hoy con los mecanismos para hacerle frente y controlar el ataque financiero mundial contra sus pueblos. Esto explica por qué Europa se convirtió en un continente donde el ataque del sistema financiero mundial fue feroz. Estamos sin defensa.
–¿Acaso el euro, la moneda única, no es una moneda imposible, es decir, una divisa que no representa el nivel real de los 17 países que componen la Zona Euro y que, por consiguiente, impone sacrificios a muchas naciones que no están a la altura de lo que el euro necesita para existir? –El euro no es la única razón de la crisis, pero sí es parte de ella. El resorte de la crisis es la arquitectura del euro dentro de Europa. Necesitamos tener una moneda única, pero no una moneda controlada, que lo único que hace es hacerles favores al gran capital y a los ricos. Lo que nos hace falta es una moneda que responda a la necesidad de los pueblos. Tenemos una moneda única, pero nos falta contar con la capacidad de tener políticas para todos los países, en especial para los países de la periferia, que están sufriendo en este momento. El euro es un fenómeno mundial único: tenemos una moneda única, o sea, una unión monetaria, pero carecemos de unión política y de un Banco Central Europeo capaz de ofrecer ayudas a todos los países de Europa.
–¿No hay una contradicción en su postura: ser de izquierda y al mismo tiempo defender el euro? –La contradicción existiría si uno defendiera de qué manera funciona el euro, qué es lo que representa y cuál es la arquitectura y la hegemonía dentro de esa moneda única. El problema no es la moneda única sino las políticas que acompañan esta moneda. El euro se ha convertido en una cárcel para los pueblos de Europa, en especial para las economías más débiles de la periferia que están enfrentando la crisis. La contradicción está en la base con que se construyó el euro. El euro es un polvorín que va a explotar si seguimos con este rumbo. Las políticas de ajuste que van mano a mano con el modelo neoliberal dentro del euro nos van a conducir a la destrucción del euro. Pero esta perspectiva la van a pagar los pueblos y no los bancos, que van a salvarse, o a tratar de salvarse. El sectarismo dogmático de las elites europeas que defienden ese modelo conduce a Europa muchas décadas hacia atrás.
–El grado de diagnóstico que usted y la izquierda hacen de la problemática es brillante. Pero no se encuentra la misma eficacia en la forma de gestionar la confrontación con el sistema liberal. ¿Cómo salir entonces de la poesía del diagnóstico y entrar de verdad en un proceso de reforma contundente? –Una buena manera consiste en empezar cambiando las correlaciones de fuerzas en la sociedad. En mayo y junio pasado el partido Syriza estuvo muy cerca de romper esa correlación de fuerzas que existía. Grecia se convirtió en un experimento ultraliberal, en el conejillo de Indias. Aquí se puso a prueba la política del shock para luego ampliarla al resto de Europa. Pero tenemos la reacción de la sociedad. La gente ya no tiene ahora la vida cotidiana que tenía antes y es esa misma gente la que reaccionó para que las cosas cambien. Con su movilización la sociedad amenazó a las elites de nuestro país. Eso significa que sí estamos cambiando la correlación de fuerzas mediante el comportamiento crítico de las masas. Hay que recordar que, después de la ocupación nazi y fascista de nuestro país, pocos años después, en 1958, la izquierda estuvo a punto de llegar al poder. Las últimas elecciones las perdimos por un estrecho porcentaje. Pero hay que tener en cuenta que del otro lado no tenía como adversarios solamente a las fuerzas políticas, sino también a un sistema financiero mundial y europeo muy poderoso que nos combatió con todas sus armas de manera feroz. Pero si ganábamos las elecciones quizá Grecia se hubiese convertido en el eslabón débil capaz de romper la cadena que sujeta a Europa. Tal vez Grecia pueda pasar así de ser un conejillo de Indias a ser el futuro bebé, el embrión de la esperanza. Esa oportunidad histórica no la hemos perdido todavía. Los pueblos no han dicho su última palabra.
–¿Grecia fue un poco el paradigma de Chile en Europa? –Si ganábamos las elecciones nos hubiésemos convertido en el Chile de Europa. Pero no lo sabemos hoy. Las experiencias latinoamericanas de los últimos años son muy ricas para nosotros. Lo que pasó en Chile cuando cayó la dictadura, lo que pasa en Venezuela hoy, lo que pasó en la Argentina hace diez años, cuando el FMI se fue de la Argentina, todo eso constituye experiencias que nos hacen mucho más ricos y ayudan a perfeccionar y a concretizar nuestra estrategia, tanto en Grecia como en Europa.
–¿En qué sentido lo ocurrido en Chile, Venezuela o la Argentina es un aporte para los movimientos de izquierda radical del Viejo Continente? –La lección más importante radica en que la izquierda no puede desplegar sus armas en la sola propuesta de cambio político del sistema, no. La izquierda tiene que basar su esperanza y su trabajo en la sublevación del pueblo. Los pueblos se levantan y luchan. Si en el futuro llegamos a tener un gobierno Syriza en Grecia, para poder trasladar el poder de los poderos al pueblo ese proceso tiene que estar acompañado por la participación de las masas, a fin de revertir la situación. Un gobierno solo no lo puede hacer. También son necesarias nuevas instituciones democráticas. Nosotros no podemos cambiarnos de ropa y ponernos el traje del poder anterior. Ese traje no nos queda bien. Hay que crear entonces nuevas instituciones sociales y políticas para levantar a las fuerzas del pueblo, que en este momento están marginalizadas dentro del sistema y no tienen ni participación ni poder. Debemos trasladar ese poder a toda la gente.
–Muchos comparan lo ocurrido en la Argentina en 2001 con lo que está ocurriendo en Grecia. Se recuerda a aquel eslógan argentino que decía “que se vayan todos”. ¿Es válido un enunciado semejante para la Grecia actual? –Acá se siguen escuchando voces que dicen “que se vayan todos”. Los grandes medios de comunicación apoyaron este eslogan que, en realidad, no tiene contenido político. ¿Pero cuál fue el resultado de eso?: en un país como Grecia, donde nació la llamada democracia, tenemos ahora el renacimiento de las ideas fascistas de la mano del partido neonazi Aurora Dorada, que hoy está en el Parlamento. Aurora Dorada está encontrando apoyo hasta en las clases populares. Hay sí muchas similitudes entre lo que pasó en la Argentina y la Grecia de ahora. La política del shock liberal que se implementó en la Argentina en los años ’90 bajo las órdenes del FMI también se aplicó aquí. Estamos en ese proceso, lento pero destructivo, un proceso que se comporta de forma muy violenta contra los pueblos y los marginados: planes de ajuste, ataque contra los salarios, desempleo. Pero como estamos en la Zona Euro el FMI no tiene las cosas tan fáciles como en la Argentina. Si nos abandonan, las consecuencias serían muy importantes para los otros países de Europa. Nuestra economía representa el 2,5 por ciento del total de Europa. Además, el euro es la segunda moneda de reserva en los bancos mundiales.
–¿Qué lecciones saca usted del desastre argentino del 2001? –La experiencia argentina es muy importante para sacar conclusiones políticas. Diría que la conclusión más importante radica en que la política del neoliberalismo es cínica, inhumana. Es un callejón sin salida. Pero, por otra parte, la Argentina nos mostró la forma en que un pueblo se puede parar contra este sistema y reconstruir sus bases para vivir mejor, para reorganizar el Estado y la sociedad. Tuve que responder en el Parlamento al ministro griego de Economía cuando atacó de forma muy racista a la Argentina. El ministro dijo: “Noso-tros no somos como los argentinos”, y yo le respondí que estábamos mucho peor que Argentina. Esa es la verdad.
–La democracia argentina se revalorizó con la crisis. En Grecia, en cambio, surgió un movimiento neonazi muy poderoso. Esto permite conjeturar que puede haber en el futuro una mayoría neonazi con una oposición de izquierda radical fuerte, o al revés. –No creo que lleguemos a tener un gobierno de extrema derecha. Nuestro pueblo es heredero de una gran historia antifascista. Este pueblo tiene memoria histórica y no lo va a permitir. Pero hay algo que debe decirse claramente: el neonazismo y Alba Dorada no son una fuerza antisistema, no, es una fuerza del sistema dentro del sistema. Es el brazo más fuerte del sistema que será utilizado si se siente en peligro. El único peligro para nuestro país son las políticas neoliberales, la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo, Unión Europea) y el movimiento neonazi, que es un aliado para seguir en este camino.
–Usted rompió hace poco el silencio proponiendo en el Parlamento griego que Grecia se ocupara del destino de los de-saparecidos griegos en la Argentina. ¿Cómo quedó ese reclamo? –Dentro de los 30 mil desaparecidos en la Argentina durante la década de los ’70 hubo casos de aproximadamente 17 personas que eran hijos de griegos. Sus padres no saben aún qué pasó con sus hijos. Nosotros planteamos ese tema en el Parlamento para poder tratar de averiguar con la ayuda del gobierno argentino qué pasó con esos jóvenes. Nosotros no podemos olvidar cómo un régimen autocrático que gobernó la Argentina llevó al genocidio a casi una generación. La violencia, la desaparición y el asesinato de tanta gente en manos de esos regímenes autocráticos no pueden dejarse en el olvido. En la historia moderna hay un paralelo entre Grecia y la Argentina, porque acá también hubo dictaduras apoyadas por los grandes imperios. Debemos proteger con la democracia a las futuras generaciones de esas dictaduras.
–Los neonazis tienen mucha fuerza. Parte de ella nace del trabajo social que hace, de su acción en la calle, de su oferta de seguridad. ¿Acaso a la izquierda no le falta capacidad de acción para derrotar a la ultraderecha en el terreno de lo concreto? –Lo que tiene que hacer la izquierda es crear un frente ideológico y, al mismo tiempo, construir un modelo de sociedad que resiste y es solidaria. La solidaridad no es la filantropía sino cómo resistir juntos. No tenemos que permitir que esos grupos se presenten con la cara lavada cuando en realidad representan la historia de lo más violento que sufrió la humanidad. Nuestra lucha en la calle tiene que tener otro modelo para elaborar ese frente ideológico de protección del pueblo. Se trata de un frente doble: contra las fuerzas neoliberales y contra el fascismo.
–La llamada izquierda radical tiene muchos enemigos, empezando por quien debería ser, al menos, un aliado parcial: la socialdemocracia. –En Europa y en el mundo la socialdemocracia ha pasado por una mutación increíble en los últimos años. La socialdemocracia opera como una suerte de cirugía plástica con la cual quieren cambiar algo que no se cambia. Este capitalismo financiero casino no pueda cambiar de imagen por más cirugía que se le haga. La socialdemocracia es incapaz de ofrecer soluciones a los problemas sociales y reales que enfrentan los pueblos. En Grecia, el partido que representó a la socialdemocracia, el Pasok, no se diferencia en nada de la derecha. Son una copia. Por eso nuestra izquierda puede convertirse en un polo de alianzas con auténtica base social y popular.
–Cuál sería su modelo ideal: Chávez en Venezuela, los Castro en Cuba, Lula en Brasil o el peronismo de Kirchner en la Argentina. –América latina siempre fue un laboratorio social y político increíble que da resultados. Cada país y cada movimiento tienen su particularidad. A nosotros nos interesa saber cuál es la mejor visión del socialismo del siglo XXI para todo el planeta. A pesar las particularidades necesitamos una visión común y los mismos enemigos. Nosotros seguimos muy de cerca el proceso de integración en América latina. Ese proceso no es teórico, está en práctica y da respuestas al dogmatismo neoliberal. Pero lo que se encuentra más cerca al modelo griego es Argentina y Brasil. En las realidades sociales y en las paralelas históricas, tenemos mucho más que ver con lo que sucedió en Argentina y Brasil. Desde luego, también tenemos puntos en común con Venezuela y Cuba. Nuestros enemigos dicen que Syriza quiere convertir a Grecia en la Cuba de Europa. Nosotros les respondemos que ellos quieren crear una Cuba en Europa, pero la Cuba de antes del ’60. A eso quieren llevarnos.
–Usted representa a una generación marcada por una época donde se produjo una gran despolitización. ¿Cuál sería la fórmula para reintroducir la política y, más concretamente, el interés por una política de izquierda? –En este momento estamos viviendo la última fase del capitalismo y no del socialismo. Estamos en la caída del sistema capitalista y esto nos conduce a un análisis diferente del comportamiento social como generación, tanto más cuanto que constatamos las condiciones en las que estamos viviendo hoy en día. Mi generación entró en la política como una fuerza muy pequeña en las universidades y en las escuelas cuando ya había una hegemonía casi total del neoliberalismo, cuando se presentaban porcentajes de crecimiento económico enormes y a la vez abstractos y cuando los ejemplos del buen vivir eran el súper consumismo. Ahora estamos en otra realidad. Hoy, en Grecia, uno de cada dos jóvenes que tiene entre 24 y 35 años no tiene trabajo. Están condenando a esa generación a vivir mucho peor que sus padres, los están condenando a vivir sin soñar. Lo que le podemos dar y decir a esta generación es que tiene que reencontrar en su conciencia la esperanza dentro de la lucha. Para poder reconstruir esas vidas destruidas deben creer que hay un futuro mejor, no hay otra manera. La justicia social y la dignidad son dos cosas muy importantes para una generación que quiere reconquistar su futuro.
–Usted juega el fútbol y está rodeado de gente argentina, uno de ellos es de Independiente. Dentro de poco irá a la Argentina. ¿A qué club le pone fichas? Tomemos tres: Boca, River o Independiente. –Apuesto por Boca porque Maradona jugó en Boca. Yo tengo esa imagen mítica de la Bombonera que vi en las fotos y en las películas. Tengo mucha fe en la política de Syriza porque tenemos eso fútbol de la fantasía que es el fútbol argentino.