El PSOE ha sido su peor enemigo

Iñigo Sáenz de Ugarte




Pedro Sánchez y Susana Díaz.



Pablo Iglesias ha elogiado a José Luis Rodríguez Zapatero.

"Le tengo mucha admiración, creo que es el mejor presidente de la democracia", dijo Pablo Iglesias. Es cierto que ese ranking no incluye muchos nombres, desde luego no muchos con los que un votante de Podemos se pueda entusiasmar, pero el respeto de Iglesias no se acaba ahí. "Procuro preguntarle cuando tengo dudas sobre temas importantes", comentó también.


A Zapatero le encanta hablar por teléfono (con decir que uno de sus interlocutores periodísticos habituales cuando estaba en La Moncloa era Pedro J. Ramírez está todo dicho) y nunca hay que subestimar el poder del ego en los políticos retirados. Uno se puede imaginar perfectamente a Zapatero encantado de que Iglesias le llame para pedir consejo. Y si luego eso trasciende y Pedro Sánchez se molesta, entonces es un bonus. Zapatero puso la cruz al líder del PSOE cuando este cuestionó la reforma constitucional del 135. Pero el factor 135 no es un problema para las relaciones entre Zapatero e Iglesias. En política, las parejas se forman por razones muy diferentes.

El acercamiento acelerado de Iglesias a los votantes del PSOE ya se produjo en la anterior campaña de diciembre y tiene todo el sentido. Los dirigentes socialistas están escandalizados por que Podemos intente quedarse con los votos del PSOE ("no quiere acabar con Rajoy, quiere destruir al PSOE", dijo indignado Patxi López). Bueno, no va a ir a por los del PP. Cualquier partido nuevo que intente entrar por la izquierda en un sistema bipartidista debe aspirar a recoger apoyos en lo que fue un inmenso granero de votos (11,2 millones en 2008). Cuando los socialistas se indignan ante tamaña osadía sólo demuestran lo desconectados que están de la realidad. Por no hablar de que los votos no son propiedad de los partidos. Sólo se alquilan por un periodo máximo de cuatro años.

La alianza electoral con Alberto Garzón e Izquierda Unida hizo pensar a algunos que Podemos tendría que radicalizar su mensaje para que el pacto no empezara a desgarrarse en cuestión de semanas. Era el único consuelo para los dirigentes socialistas, que mostraron en público una inédita preocupación por la supervivencia de los comunistas en la política española, los mismos a los que dejaron en los huesos electorales siempre que alcanzaron una holgada victoria en las urnas.

Al final, Podemos no ha hecho ningún salto dramático hacia la izquierda, entre otras cosas porque ningún partido ofrece ahora demasiados cambios con respecto a diciembre. Esto es una repetición de las elecciones en todos los sentidos. De hecho, al escuchar a algunos políticos, uno piensa a veces que todavía creen estar en diciembre. Lo mismo en julio alegran la vida de sus hijos llevándoles otra tanda de regalos de Reyes.

Se supone que partidos y líderes deben ser sinceros en sus ofertas, pero lo cierto es que en las campañas electorales a los pobres cojos los pillan mucho antes que a los mentirosos. Cuando te das cuenta, el que ha exagerado o no ha contado toda la verdad ya se ha hecho fuerte en el poder. ¿Recuerdan la promesa de Rajoy de no subir los impuestos en 2011? Llegó a La Moncloa y los subió todos. Pero la culpa, según dijo después, era de la realidad, que está llena de rojos y de gente que no lleva corbata.

Pero no todo se reduce a la mentira clara y diáfana. La simulación es un arte en las campañas. En las dosis correctas, hasta es un requisito fundamental de las estrategias efectivas. En las dos caras de Pablo Iglesias, la del Iglesias bueno ofrece la mano tendida al PSOE, se confiesa socialdemócrata a su manera, admira a Zapatero (es cierto que no es eso lo que decía antes) y mueve la cabeza apesadumbrado en el debate ante los ataques de Sánchez como si estuviera viendo sufrir a un niño. Luego, claro, está el Iglesias malvado, el de la cal viva, el que corta la negociación con el PSOE tras el pacto de Sánchez y Rivera en un arrebato, pero ese no aparece en la campaña. Sería un error evidente.

Por el contrario, el PSOE va por la vida desnudo y transparente. Y lo que se ve no tranquiliza.

Susana Díaz ha reivindicado el viejo PSOE ("q ue nos llamen viejos, pero somos sabios"), lo que no sé si es un símbolo de ceguera, de incapacidad de aceptar la pérdida de prestigio de la política del pasado o un ejercicio de resignación: como ya perdimos un río de votos en 2011 y 2015, malo será que no conservemos a los que aguantaron en diciembre.

Díaz representa de alguna manera a todo lo que ha ido mal en el PSOE en los últimos cuatro años. Primero, no exigir la retirada cuanto antes de Rubalcaba (con todos los homenajes posibles, que ya dijo el exlíder, exvicepresidente, exministro y extodo que en España se entierra muy bien), luego bloquear el ascenso de Madina apoyando a un poco conocido Pedro Sánchez con vistas a que mantuviera la silla caliente a Susana Díaz, y finalmente segar la hierba bajo los pies del actual secretario general, una vez más con la idea de cambiarlo por la líder andaluza tras el 26J. Es una extraña forma de encarar este convulso periodo político la de ser el partido cuyo líder se ha pasado estos seis meses mirando el retrovisor con cuidado para mantener a distancia al camión de seis ejes que se le viene encima.

En cierto modo, el PSOE ha sido su peor enemigo en los últimos dos años. Es difícil encontrar una decisión estratégica en la que haya acertado. Ha sido incapaz de explicar por qué no ha tenido inconveniente en pactar con Podemos en algunas comunidades autónomas, mientras que ahora presenta la opción de un pacto nacional con ese partido como una alternativa terrorífica. Lo apostó todo a un pacto con Ciudadanos y luego se limitó a esperar a que el apoyo a su izquierda le llegara casi gratis, como si Podemos fuera la Izquierda Unida de toda la vida. La mayoría de sus barones no ha dejado de mostrar su desdén por Pedro Sánchez –digámoslo de forma amable–, lo que casi garantiza el tercer puesto el 26J.

La pregunta clave que hay que hacerse es obvia: ¿por qué los españoles deben confiar en el liderazgo de Sánchez para convertirlo en presidente cuando muchos de los pesos pesados del PSOE creen que se equivocaron con él y se pasan el día mirando a Andalucía?

Por momentos, parece que lo que quieren muchos de sus dirigentes es que vuelvan los 80. Y no, no van a volver. esta realizando su propio harakiri político. Pactos antinatura, indefinición, intereses personales, renacimiento de barones,....


Menos empleo y menos salario



ENTREVISTA A LUIS CAMPOS, DEL OBSERVATORIO DEL DERECHO SOCIAL


Del análisis de las estadísticas disponibles, Campos explicó que “el primer trimestre de este año, en comparación con el cuarto trimestre del año anterior, es el peor en los últimos diez años en materia de empleo”.


“El Gobierno no está queriendo analizar sus propios datos en materia de empleo. Con los números de la AFIP, los del propio Ministerio de Trabajo o los de Estadísticas y Censo de la Ciudad de Buenos Aires –que muestran que la cantidad de desocupados de la CABA entre el último trimestre del año pasado y el primero de este año creció un 30 por ciento– cualquier funcionario que se siente a hablar con honestidad intelectual tendría que reconocer la crisis de empleo. Podrá argumentar que es un efecto de la herencia recibida, o de un ajuste necesario que la gestión anterior no se atrevió a hacer, pero lo cierto es que los datos están y son éstos”, dice Luis Campos, integrante del Observatorio del Derecho Social y uno de los autores de informe.

–¿Qué estadísticas miden hoy la desocupación?

–La información oficial disponible es parcial, incompleta. Todavía no hay datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, que mide la desocupación total. Sí hay algunas fuentes oficiales que empiezan a ser publicadas y permiten empezar a hacer una aproximación al comportamiento del mercado de trabajo en los primeros meses del año.

–Una serían estas declaraciones juradas de los empleadores...

–Sí. Y hay que tener en cuenta que sólo remiten a los trabajadores registrados del sector privado.

–¿Qué otras hay?

–Acotada a la ciudad de Buenos Aires, está la Encuesta Permanente de Hogares del primer trimestre. Están los datos del Instituto de Estadística y Registro de la Construcción, que hacen la cámara y el sindicato y en general son muy completos. Y está la Encuesta de Indicadores Laborales, del Ministerio de Trabajo, que da datos de evolución de empleo y de suspensiones. Todos ellos van en la misma línea: marcan que el primer trimestre de este año, en comparación con el cuarto trimestre del año anterior, es el que tuvo el peor comportamiento de los últimos diez años en materia de empleo.

–¿Qué es el SIPA, que el ministro Jorge Triaca y otros integrantes del Gabinete mencionan al asegurar que no se perdieron puestos de trabajo?

–Son una serie de datos procesados por un organismo que funciona dentro del ministerio, el Observatorio del Empleo y la Dinámica Empresarial. Pero hay que aclarar que esos datos no muestran que haya crecido el empleo. Entre noviembre y febrero, además, registran una caída en el empleo, aunque en su caso menor que la que dice la Afip.

–La Afip, entonces, ¿desmiente los datos del SIPA?

–Contabilizan distinto. En el caso de la AFIP, mide puestos de trabajo; en el del SIPA, mide trabajadores. Son dos series no comparables, porque hay trabajadores con más de un puesto de trabajo. De todas maneras, los datos que publicó el Ministerio de Trabajo son llamativos.

–¿Por qué?

–Porque parecen apresurados, una publicación que refleja la necesidad del Gobierno de salir a decir que no hay una crisis del mercado de trabajo. De hecho, la serie que publica no es comparable con las estadísticas que publicaba hasta el año pasado porque cambiaron su metodología.

–¿Qué cambiaron?

–Por un lado, dejaron de informar puestos de trabajo y pasaron a informar trabajadores. Pero además, de una manera muy parcial, tomaron sólo una serie de trabajadores registrados del sector privado, cuando este mismo organismo, hasta el año pasado, daba información mucho más completa.

–Veamos dos argumentos del gobierno para sostener que no hay desocupación; uno del ministro de Hacienda: “(hubo un) fuerte aumento interanual de contribuciones patronales (42%) y aportes personales (35%) en abril. Aumentó el empleo y también los salarios”.

–Prat Gay está hablando de aumento interanual, es decir que está comparando los datos de abril de este año con los de abril del año pasado. Pero entre abril y octubre del año pasado había habido un crecimiento del empleo. Es decir que él está enmascarando la caída que ocurrió de noviembre a hoy.

–¿No podría haber variaciones estacionales, por ejemplo, que justificaran esta pérdida de empleo de noviembre a hoy?

–Si uno quiere ver variaciones estacionales tiene que ir a años anteriores, buscar el mismo período y verificar si se da o no el mismo comportamiento.

–Y en este caso, ¿qué sucede?

–En este caso, si uno compara, de noviembre a febrero de este año, con relación a noviembre febrero de los años anteriores, sólo encuentra una situación peor que la actual entre los meses de noviembre de 2008 y febrero de 2009. Otro dato: en materia de suspensiones, el primer trimestre de este año es el peor en diez años.

–Prat Gay dice también que los sueldos aumentaron.

–Todo lo contrario. Si uno analiza los salarios acordados en las paritarias en relación a la inflación calculada por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, entre mayo de este año y mayo del año pasado hubo una caída del salario real de entre el 7 y el 12 por ciento.

–¿Qué trabajadores perdieron?

–Todos. Desde sectores como Comercio, la construcción y metalúrgicos, que están teniendo caídas del 8 por ciento en los salarios reales, a los que perdieron más, como son la administración pública y prensa, con sueldos que perdieron entre el 11 y 12 por ciento.

–¿En lo que va del año?

–No, en un cálculo interanual, de mayo del año pasado a este mayo.

–Otra argumentación oficial, en este caso del jefe de Gabinete, Marcos Peña: “En febrero de 2012 había 6.102.000 (trabajadores en blanco); en febrero de 2016, 6.240.000”. Es decir, hay más trabajo que antes.

–Pero compara a cuatro años. Es decir, está haciendo un análisis del mediano plazo. Efectivamente, si uno va a los indicadores laborales de los últimos cuatro años encuentra un mercado de trabajo que tenía dificultades para generar nuevos empleos. El crecimiento del mercado laboral, en los últimos cuatro años fue marginal. Lo mismo con la variación de los salarios, incluso con algunos años que tuvieron caídas del salario real. Es decir que en los últimos cuatro años hubo un mercado laboral con dificultades para generar trabajo, no había una destrucción masiva de puestos de trabajo pero tampoco había creación. Lo mismo con el salario, que tendió a cierto estancamiento. Ese análisis de mediano plazo no tiene ninguna relación directa con qué paso con el mercado de trabajo desde que el gobierno nacional asumió en diciembre.

–¿Por qué?

–Porque lo que se ve es que esa situación de estancamiento se está resolviendo en una crisis con las medidas económicas y laborales que tomó el gobierno nacional en los primeros meses de su gestión. Lo resolvió en perjuicio de los trabajadores, y por eso se ve esta suba del desempleo y esta caída del salario real. Estamos hablando de la situación a febrero en el caso de los despidos, y a mayo en relación a los salarios. Nada indica que se haya modificado desde entonces en beneficio de los trabajadores.

Macri, sobre su dinero en Bahamas: "La verdad es que ni me di cuenta"


Entrevista con un medio salteño



El presidente Mauricio Macri se refirió a los u$s 18 millones que tenía depositados en las Bahamas, y explicó que "la verdad es que ni me di cuenta, honestamente" de que se hallaban en ese paraíso fiscal.

"Primero los tenía en un banco tradicional de Estados Unidos y Suiza, que se llama Merrill Lynch. Al Merrill Lynch lo compra un banco suizo que tiene dirección en Bahamas, con lo cual no es que la plata estaba en Bahamas, estaba en un banco europeo. La verdad es que ni me di cuenta, honestamente", expresó en una entrevista concedida al diario "El Tribuno" de Salta.

"Soy el político que más transparencia ha tenido sobre su situación personal, siempre he declarado todo", argumentó.

Respecto a la actualidad económica, sostuvo que "la primera etapa, para que vuelva a haber inversión que nos lleve al trabajo, es salir de la inflación, y eso lo vamos a lograr en el segundo semestre como lo prometí", que apunta "a que en 2017 volvamos a crecer. Después de cinco años volver a crecer es fundamental".

"Hay sectores que ya están creciendo y otros que están en recesión, es muy desparejo. Estamos buscando cuidar los trabajos que tenemos y cuidar el nivel de la actividad, pero a la vez, de la mano de la inversión, generar otra dinámica", agregó.

El mandatario aseveró que "han habido intentos de una minoría de producir agitaciones y problemas, pero hay mucha esperanza en Argentina". "Yo tengo que estarle infinitamente agradecido a los argentinos por acompañarme, por apoyarme, por entender que si estoy tomando estas decisiones a veces difíciles para sincerar la economía es porque claramente siento que este es el camino", ratificó en diálogo con el diario salteño.

Sobre el aumento de las tarifas de electricidad, gas y agua, reiteró que "todo es duro. A mí también me duele pero creánme que esto es solamente el camino hacia donde tenemos que ir". Aunque advirtió que "todos tenemos que aprender a vivir consumiendo menos energía: estamos consumiendo más del doble de lo que consume un uruguayo, un chileno o un brasilero, porque hemos perdido la noción de lo que vale".

Consultado sobre el caso del exsecretario de Obras Públicas, José López, el presidente opinó que la corrupción "claramente fue estructural. Creo que la corrupción en general ha acompañado las últimas décadas y en la última creo yo que llegó a niveles inéditos".

Aseguró además que no existe incompatibilidad en que el ministro de Energía, José Aranguren, posea acciones de la petrolera Shell, porque "lo que él tiene es lo que le pagaron producto de su retiro. Me parece que frente a un tipo de la honestidad y la capacidad de Aranguren, los ataques que ha recibido no son justos".

Macri expresó además que la relación con el papa Francisco "para mí no es tirante, siempre ha sido una relación muy buena, de trabajo y de respeto mutuo" y agradeció al peronismo "que hayan aprobado la integración de la Corte con dos juristas notables, reconocidos, indiscutidos y no politizados" como Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz a quienes, adelantó "los voy a invitar a almorzar la semana que viene para conocerlos".

También agradeció al peronismo "que hayan apoyado esta ley de reparación histórica para los jubilados, que hayan apoyado el tema de pagarle a los bonistas con los que estábamos en conflicto y espero que sigamos pudiendo acordar sobre leyes que ayuden a crecer, que ayuden a desarrollar la Argentina".

Campaña para los jóvenes que invita a votar para quedarse o salir de la Unión Europea

El próximo 23 de junio el Reino Unido decidirá a través de un referéndum si mantiene su relación con la Unión Europea o se sale del grupo. Ahora una campaña de Adam&EveDDB busca que los jóvenes salgan a votar.


El jueves de la próxima semana la Unión Europea tendrá una prueba que definirá el futuro del bloque de naciones. Los británicos votarán en un referéndum si se quedan o se van de la UE, algo que tendría efectos importantes en la economía y algunos críticos señalan que las consecuencias podrían ser catastróficas.

Por otro lado están los promotores del Brexit (Britain + Exit) que aseguran que si gana la propuesta de abandonar la UE el Reino Unido dejará de vivir bajo el “yugo de Bruselas”. Hasta el momento se han publicado decenas de encuestas sobre el tema y varias señalan que la mayoría votará por la salida del bloque europeo.

Para promover que la gente salga a votar en el referéndum, especialmente los jóvenes entre 18 y 24 años de edad, la agencia Adam&EveDDB presentó la campaña #DontFuckMyFuture.

La campaña está compuesta por siete videos protagonizados por celebridades británicas como Keira Knightley, Josh Devine, Vivienne Westwood, Lilly Cole, Big Narstie y Annabelle Wallis. En las piezas se señala que sólo se necesitan cinco segundos para marcar una cruz en la boleta del referéndum.


















La Justicia Federal ratificó el amparo contra el tarifazo en La Matanza




“El Gobierno quiere llevar los aumentos a la Corte para ganar tiempo” señaló el juez Arias

La Justicia federal ratificó el amparo contra los tarifazos de electricidad, gas y agua en La Matanza al que había hecho lugar el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial número 10, a cargo de la jueza Edith Irene Rota.

De esta manera queda en vigencia la medida cautelar que había solicitado la intendenta municipal, Verónica Magario, en nombre de la “Mesa de Diálogo” de La Matanza, que reúne a los representantes de las instituciones civiles, los organismos del Estado, los sindicados, las federaciones empresariales y comerciales, los clubes de barrios, los centros de jubilados, la Universidad Nacional de La Matanza y las demás asociaciones de la comunidad matancera.

La decisión del Juzgado Federal en lo Civil y Comercial y Contencioso Administrativo de San Martín 2, a cargo de la jueza federal Martina Isabel Forns, resuelvsióne “hacer lugar a la medida interina, ordenando la inmediata suspen de los efectos de las Resoluciones” sobre los aumentos de tarifas.

Y, además, resuelve “ordenar que Edenor, Gas Natural BAN y AySA, emitan nuevas facturas de conformidad con el cuadro tarifario anterior a la entrada en vigencia de las normas cuya suspensión provisoria aquí se dispone. En caso de que hubieren vencido y se hayan pagado, dicho importe deberá ser tenido en cuenta para la subsiguiente facturación”.

La semana pasada la Municipalidad informó a las empresas de servicios que debían adaptar las facturas al fallo de la Justicia. Se envió a cada una el correspondiente documento con la resolución adjunta para que hicieran la correspondiente adecuación de las boletas. En esta ocasión la intendenta señaló que también se les hará llegar la resolución de la Justicia Federal.
“El Gobierno quiere llevar los aumentos a la Corte para ganar tiempo” señaló el juez Arias

Tras la sucesión de amparos contra los aumentos en los servicios que se otorgaron a varias ciudades del país, el gobierno realizó una presentación judicial con el objetivo de reunir todas las causas que se encuentran relacionadas con la facturación de servicios con "tarifazo" en un solo juzgado para que de este modo se logre tratar los casos con un criterio unificado.


El Juez Arias, uno de los magistrados que puso freno a los aumentos ordenando en los primeros días del mes de junio a cuatro empresas distribuidoras de energía eléctrica de la provincia de Buenos Aires, entre ellas EDELAP, suspender el aumento de las tarifas, se refirió al planteo del gobierno en la entrevista que brindó hoy a JUSTICIA EN PRIMERA.

En este sentido el magistrado fue tajante al asegurar que con la demanda que se interpuso ante la justicia, el Ejecutivo quiere originar un conflicto positivo de competencia para que de este modo los litigios por los aumentos lleguen a la Corte Suprema de Justicia. Según sus proyecciones, con esta estrategia de querer llegar al máximo organismo de justicia nacional, el gobierno lograría “ganar tiempo” en la aplicación de los aumentos, pues, como explicó, el proceso demandaría varios meses. Señaló en la misma línea que además, en el caso de que la Corte fallara a favor de los usuarios, existe otro riesgo que igualmente puede vulnerar la situación de los usuarios.

“Existe la posibilidad de que las empresas prestatarias de servicios no devuelvan las diferencias de dinero que pudieran existir tal como ocurrió con el caso de ABSA” resaltó. Arias recordó el antecedente de aumento en el cuadro tarifario de Absa en el año 2012. Al respecto señaló que hasta la fecha no se ha cumplido con el fallo de la justicia de devolver a los usuarios la diferencias cobradas.

Sobre el caso hizo hincapié además en que el aumento se realizó sin consulta pública por lo que enfatizó en la necesidad de convocar a una audiencia pública de carácter previo ya que, según su análisis, sin este trámite “se está vulnerando el derecho a la información que tienen los argentinos”.

Pablo Iglesias, por Whatsapp: "Gibraltar español"

Una entrevista por Whatsapp puede resultar sorprendente, pero no tanto como leer una de las respuestas de Pablo Iglesias en ella: Gibraltar español. La proclama, habitualmente asociada a la derecha más conservadora del país, es sin embargo uno de las pocas reivindicaciones que son comunes a todos los partidos. Incluido Podemos, claro.




Durante el transcurso de una curiosa entrevista via whatsapp con la periodista española Sonsoles Ónega, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se ha pronunciado claramente sobre la cuestión de la soberanía de Gibraltar: "Gibraltar, Español", escribió el candidato a la presidencia del Gobierno.

La frase era el colofón de una respuesta más larga. Su interlocutora le había preguntado por el asunto del brexit: "La campaña de Cameron por el NO al brexit lo aguanta todo? O Gibraltar español?", a lo que Iglesias, aprovechando para dejar clara la postura de su formación con respecto al referéndum británico, respondió: "Somos los únicos que hemos a UK a hacer campaña. Nuestro secretario de Internacional estuvo en Manchester pidiendo el sí a la permanencia de UK en la UE. Y por supuesto Gibraltar español".

Aunque la postura de Podemos en cuanto a la salida o permanencia del Reino Unido en la Unión Europea siempre ha sido clara, nunca antes se habían pronunciado directamente sobre la soberanía de Gibraltar, y en ningún caso con la formula 'Gibraltar español', tradicionalmente asociada a sectores de la población mucho más conservadores.

La periodista aprovechó el encuentro digital para tocar algunos temas de actualidad, como el caso Noos, en el que está acusada la infanta Cristina. Concretamente, Ónega le pregunta qué nota le pondría al fiscal del caso [Pedro Horrach]. "No me corresponde evaluar a un fiscal. Me conformo con que actúe conforme a Derecho".

El formato de esta entrevista, vía whatsapp, se suma a una lista de elementos llamativos que están jalonando la campaña de Podemos, como su programa en forma de catalogo de IKEA o el 'mailing' de propaganda electoral, que incluye la carta que una joven emigrada ficticia escribe a sus padres.

Rosario en picada: cerraron 1542 comercios y las ventas caen un 20% en el primer trimestre




Así lo reveló un informe elaborado por la ONG Concejalía Popular.


Un informe de la ONG Concejalía Popular reveló que en Rosario 1.542 locales comerciales bajaron sus persianas, 604 de ellos en el área central. Los números no sorprendieron a los integrantes de la Asociación Amigos de Peatonal Córdoba, desde donde sumaron otra cifra inquietante: según sus estimaciones, las ventas cayeron un 20 por ciento en el primer semestre.

Entre las causas que explican esta "postal" se inscriben esta caída en las ventas, el aumento de los servicios, pero fundamentalmente los reiterados ajustes en los precios de los alquileres comerciales.

"No hay renovación por los nuevos importes de los contratos. A muchos no les dan los costos. Por eso pedimos a los propietarios de locales que, a la hora de renovar los contratos, tengan en cuenta la situación económica. Si bien en los barrios los ajustes han sido más acordes, en el centro se está pidiendo demasiado en cada renovación", planteó el titular de la Asociación Amigos de la Peatonal Córdoba, Nelson Graells.

El referente de la Concejalía Popular, Nire Roldán, brindó algunos ejemplos que grafican el incremento en el monto de los alquileres:

3 de Febrero entre Sarmiento y San Martín. Una pollería pagaba 3 mil pesos hace dos años. Hoy abona 6 mil de alquiler y se le solicita una indexación anual del 30 por ciento.

Corrientes al 400. Una imprenta pagaba 5 mil pesos mensuales, pero le exigen 15 mil al mes.

Santa Fe al 1100. Una parrilla que funciona como cooperativa abonaba 12 mil pesos; pasaron a 17 mil, renovaron en 2015 por 32 mil pesos y terminarán pagando 50 mil en 2016.

9 de Julio entre Oroño y Alvear. Un bar cerró sus puertas. Pagó hasta marzo 12 mil pesos, pero para renovar el alquiler le habían exigido 21 mil pesos.

Los ejemplos se extienden a los barrios. En el corredor comercial de Juan José Paso los alquileres de locales treparon de 4.800 pesos a 9 mil.

En la terminal de ómnibus una zapatería pasó de abonar 2 mil pesos a 4 mil pesos e indexación mediante pagará 6 mil pesos.

"Los valores de los alquileres en las superficies comerciales aumentaron más de un 40 por ciento en el último año y siguen en alza. En el caso de los pequeños comerciantes, quienes afrontan un grado de vulnerabilidad enorme, la expulsión de esos emprendimientos de la zona central es constante, ya que ante los enormes gastos que cuesta sostener un negocio en el microcentro rosarino, muchos deciden bajar las persianas o mudarse a la periferia de la ciudad", alertó Roldán.

En esa línea, Graells también consideró que "la peatonal está quedando desierta hacia el lado del Monumento a la Bandera, desde San Martín hacia el río. También se sienten los efectos por Santa Fe, desde la zona bancaria hacia España e Italia. San Martín, desde San Luis para Mendoza, Rioja hacia Laprida y se agrega Rioja al 1800", indicó.

Desde la Concejalía Popular, en tanto, alertaron sobre el peligroso cocktail que se forma por "la caída de la actividad económica, el brutal incremento de las tarifas de los servicios y los altos costos de alquiler".

El resultado se traduce en este relevamiento. Una situación que, sin dudas, preocupa.

Se agrava la recesión en Brasil con una caída del 5,4% del PBI



Contracción económica
Fue el retroceso en el primer trimestre, en comparación con el mismo período de 2015, según cifras oficiales.
La economía de Brasil, la mayor de Sudamérica, completó dos años en recesión en el primer trimestre de este año, tras sufrir una caída del PBI del 5,4% respecto al mismo período de 2015, y se prevé que la contracción de este año puede ser histórica, según los datos oficiales divulgados este miércoles.


Algunos economistas destacaron que la economía brasileña sólo se contrajo un 0,3% en el primer trimestre, frente al último trimestre de 2015, muy por debajo de lo esperado por los economistas, que preveían una caída de hasta el 0,8%. Pero tal situación fue atribuida al aumento de los gastos del gobierno de Dilma Rousseff en el primer trimestre y probablemente no se mantenga debido a que el presidente interino, Michel Temer, ya anunció un fuerte ajuste fiscal.


El Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil ha caído en la comparación con el mismo trimestre del año anterior por octava vez consecutiva, desde el segundo trimestre de 2014, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE). El resultado confirma las previsiones pesimistas de los analistas, que esperan para 2016 una contracción ligeramente superior a la del año pasado, cuando la economía del país retrocedió un 3,8%, su peor resultado en 25 años.


Las cifras muestran la profunda crisis que sufre Brasil, en medio del desplome de los precios de las materias primas, una intensa lucha política que ha apartado del poder a la presidenta Rousseff, sometida a un juicio político, y una megainvestigación de corrupción que tiene como blanco a gran parte de la élite política y empresarial del país.


La contracción de este año puede ser aún peor si se tiene en cuenta que,en los últimos 12 meses hasta marzo, el PBI brasileño acumuló una retracción del 4,7%, la baja más pronunciada desde 1996. De confirmarse esa tendencia, Brasil encadenará dos años seguidos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930.


La situación se agravó tanto que el economista jefe del banco Goldman Sachs para América Latina, Alberto Ramos, en un informe distribuido ayer a sus clientes, aseguró que Brasil repite la pesadilla que vivió durante “la década perdida de 1980”. Según Ramos, la economía brasileña ya presenta características de “depresión económica”.


El presidente interino, Michel Temer, admitió la gravedad de la situación y pidió que empresarios y consumidores confíen en las medidas que ha anunciado en los últimos días para, principalmente, sanear las finanzas públicas e incentivar el crecimiento.


“El país, no lo podemos ignorar, está hundido en una de las mayores crisis de su historia, en una conjugación de varios problemas provocados por errores de los más variados que comprometieron la gobernabilidad y la calidad de vida de la población”, afirmó. Temer citó como agravantes el récord de 11 millones de desempleados, la inflación (la de 2015 fue la mayor en 13 años) y el déficit récord en las cuentas públicas el año pasado. Sin embargo, dijo estar convencido de que es posible recuperar la confianza y el crecimiento.


La actual recesión es atribuida principalmente a la fuerte caída del consumo de las familias, que fue del 6,3% en el primer trimestre frente al mismo período de 2015. Pero también se explica por la fuerte caída de la inversión productiva en el país, que en el primer trimestre fue del 17,5%.

El Gobierno de Vidal volverá a discutir salarios con los docentes el próximo 7 de julio

Comisión Técnica Salarial

El Gobierno que dirige María Eugenia Vidal accedió hoy al pedido del Frente Gremial Docente de convocar una reunión de la Comisión Técnica Salarial para este sector que, finalmente, se dará el próximo 7 de julio.




Así lo aseguraron hoy desde el Frente Gremial Docente bonaerense. La convocatoria fue anunciada este mediodía durante el desarrollo de la Comisión de Condiciones Laborales en la que se debatió en torno a la violencia de género, infraestructura y algunas problemáticas del sector.

Según precisaron a través de un comunicado, en la reunión sobre condiciones laborales se tocó el pedido de "licencias especiales para víctimas de violencia de género", un reclamo que plantean con insistencia desde la FEB. En este sentido, se convocó a una comisión para trabajar la implementación de una licencia especial para las víctimas que pretende generar un marco de contención y acompañamiento.

Asimismo, debatieron sobre el "acuerdo paritario de estabilidad laboral" en la educación superior, técnica y formación profesional. También, hicieron hincapié en las resoluciones de titularización. "En respuesta a los más de 5.000 trámites entregados el 22 de abril por la FEB a autoridades de DGCyE, el gobierno se comprometió a firmar 7 proyectos que incluyen 8.333 actos resolutivos para la próxima semana", explicaron desde el Frente.

Por otra parte, los docentes remarcaron, también, que se conformará una comisión en la que se tratarán los problemas edilicios de las escuelas, además de la Comisión Técnica Salarial que se desarrollará el próximo siete de julio, fecha en la que también volverán a reunirse las Comisiones de Salud y de Condiciones Laborales.

El tarifazo pone en riesgo a la industria del cerámico




El dueño de Cerámicos San Vicente exhibió que la factura de gas se incrementó de 15 mil a 80 mil pesos. Reclama ayuda estatal.

Las cinco empresas cordobesas, vinculadas a la industria del cerámico, dan trabajo a cien personas y actualmente deben enfrentar un aumento desmedido de sus costos fijos debido a las subas en las facturas de luz, gas y el incremento del precio del ladrillo.

En particular la empresa Cerámicos San Vicente, de gestión familiar, vio acrecentar el precio de la luz de 15 mil pesos a principio de año, a 60 mil en mayo, para luego ascender a 80 mil en el último mes.

En diálogo con Cara y Cruz por Radio Universidad el dueño de la fábrica, Pablo Mohn, afirmó: "A lo largo de la historia ha habido de todo en la Argentina, desde el rodrigazo para acá cualquier cosa, y siempre hemos salido airosos pero ahora la verdad que esto es cómo una bomba porque te sacude".

Por este motivo el empresario se dirigió al Ministerio de Industriaprovincial para intentar que cumpla el rol de intermediario ante la Nación. "La semana pasada salió que Córdoba aceptaba el tope de 400 por ciento de gas, pero sigue siendo una locura", advirtió.

En este sentido, a pesar de reconocer que "el precio de las tarifas no estaba actualizado", remarcó que no se puede realizar de "una forma tan abrupta". Por lo cual dijo haber propuesto pagar un aumento de un cuarenta por ciento cada seis meses, "que es lo que nosotros podemos pagar".

Al compararlo con su situación, durante año pasado, el empresario de 30 años en el rubro explicó que mantenían el mismo nivel de producción y tenían "proyectos de radicación" pero con el precio del ladrillo "a seis pesos" cuando ahora se ubica en nueve.

Desde la Unión Industrial del Gran La Plata hablan de “errores garrafales” del Gobierno Nacional



Francisco Gliemmo sostuvo que el gobierno “lleva seis meses” y que no se puede pedir “de la noche a la mañana resultados en materia económica”.

Las políticas económicas del gobierno nacional parecieran ubicar en un lugar complejo a los industriales que se esperanzan en el “segundo trimestre” aunque reconocen problemas actuales de importante envergadura.

Un claro ejemplo de ello lo dio el Presidente de la Unión Industrial de la Región Capital, Francisco Gliemmo: “Este gobierno lleva 6 meses. Las políticas macroeconomicas las compartimos. Evidentemente cometen errores garrafales. No se instrumenta el modelo que nosotros pretendemos pero tampoco se puede pedir de la noche a la mañana resultados en materia económica”, sostuvo el empresario durante el debate realizado en el programa televisivo “Demasiado Humo”, que se transmite por QM Noticias.

En ese contexto, señaló que “faltan un montón de otras políticas que esperamos se instrumenten”, como por ejemplo “una reforma tributaria como corresponde” que beneficie a las Pymes, ya que las “tres medidas” dispuestas por el gobierno “no son suficientes”.

El PAMI dice que "no puede" seguir pagando los remedios para los jubilados



LOS FARMACEUTICOS SUSPENDIERON LA VENTA DE MEDICAMENTOS A LA OBRA SOCIAL DE LOS JUBILADOS Y ADVIRTIERON QUE "PUEDEN HABER FALTANTES"

El director ejecutivo del PAMI, Carlos Regazzoni, advirtió que ese organismo no está en condiciones de "asumir aumentos en los remedios" que son "imposibles" de pagar debido a los incrementos que tuvieron en los últimos meses. En tanto, El titular de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), Raúl Mascaró, advirtió que podrían "faltar medicamentos" ya que "no" pueden "reponer" los fármacos por la deuda que mantiene el PAMI con la industria del sector, que asciende a los "2.500 millones de pesos".


"El PAMI no puede asumir aumentos en los remedios que han venido impactando del año pasado hasta ahora, y que son imposibles, no se pueden trasladar a la obra social. No se puede pretender que el dinero de los jubilados paguen aumentos que no se pueden convalidar", expresó.

En declaraciones a radio Continental, el funcionario aclaró que el convenio "es entre los laboratorios y las farmacias", y aseguró que el organismo que conduce "el martes pagó 930 millones de pesos" a las empresas, y que la semana próxima completarán el pago del mes.

Mascaró, en tanto, defendió la decisión de suspender la atención a afiliados del PAMI desde la medianoche de hoy por el atraso en los pagos del organismo que generó que las droguerías "corten las cuentas" de las farmacias, lo que impide "reponer medicamentos no solo para PAMI, sino para ninguna obra social".

"No podemos hacernos cargo de pagarle los medicamentos nosotros" a los jubilados, sostuvo Mascaró en diálogo con radio 10 y alertó que la situación podría extenderse hasta que el organismo ofrezca un "cronograma concreto de pago y sepamos cómo podemos cobrar esta deuda para poder enfrentar los compromisos en las droguerías. Hoy tenemos la atención resentida no solo para el PAMI, sino para toda la seguridad social".

Moyano:"Están gobernando de una manera muy brutal, 600 por ciento de aumentos en los servicios públicos es una locura"

Hugo Moyano: "Yo jamás le dije a ningún laburante que votara a Macri"

El histórico líder sindical brindó una extensa nota a la Revista Crisis en donde repasó como nunca su accionar durante el kirchnerismo, el futuro de CFK, el rol que tuvo en la campaña electoral, las medidas de Macri. Todos los detalles.




Hugo Antonio Moyano es sin dudas una de las figuras sindicales más importantes de los últimos 30 años en la Argentina. El histórico dirigente hoy tiene 72 años y con la futura unidad de la Confederación General del Trabajo dejará su papel dentro del sindicalismo.

En una extensa entrevista con la revista Crisis en su edición bimestral de junio-julio, se refirió como nunca antes a temas claves de la política argentina como así también en relación a su rol en el movimiento sindical . "Nosotros no podemos estar como la guerrilla, toda la vida insistiendo, nosotros tenemos que ir por el poder", afirmó.

El primer semestre de Mauricio Macri como Presidente:

El referente sindical afirmó que nunca apoyó a Mauricio Macri y resaltó que "jamás le dije a ningún laburante que votara a Macri. ¿Y sabés lo que hizo Pablo? Llevó a mi nieto que tenía once años al cuarto oscuro, y se sacó una foto votando en blanco para que nadie lo acusara de haber votado a Macri".

"Están gobernando de una manera muy brutal. No se puede sincerar la economía con un 600 por ciento de aumento en los servicios públicos. Es una locura. Lo que están demostrando muchos funcionarios es que no han pasado necesidades, por eso no se dan cuenta de que estas medidas le sacan un plato de comida a la gente", agregó.

Luego señaló que "este gobierno está conducido por sectores empresarios. Creo que fue la vicepresidente quien dijo que nos hicieron creer 'la fantasía de que podíamos vivir bien'. Si el Gobierno sigue con estas medidas, evidentemente en algún momento se termina ese esfuerzo por mantener un diálogo permanente. Yo creo que en algún momento no habrá salida".

El futuro del sindicalismo

Moyano dijo que deben "actuar con la inteligencia suficiente como para esperar el momento, acumular todos los errores que está cometiendo el gobierno, y después tomar las decisiones que uno tenga que tomar, no sólo en relación a medidas directas sino también políticamente".

Además sostuvo que no está abandonando el sindicalismo sino que "estoy dejando espacio para los muchachos más jóvenes".

Su lugar durante el kirchnerismo

El ex líder camionero, antes de darle el paso a su hijo Pablo, se refirió al rol que ocupó durante el kirchnerismo y dio su parecer sobre si la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner tiene futuro político: "Me parece que no, lo dilapidó", sentenció.

"(Cristina Kirchner) nunca tuvo simpatía con nosotros, porque parece que había preferencia por los pibes como (Mariano) Recalde o (Axel) Kicillof. La Presidenta tenía el síndrome de la adolescencia rebelde. Cuando hablaba en el Patio de las Palmeras, yo los veía a los pibes que escuchaban y no entendía: '¡¿Con estos vamos a hacer la revolución?!'. ¡La revolución se hace con los que laburan! Y con los que estudian, en todo caso. No con pibes que ni saben lo que están gritando", sostuvo en forma contundente.

Además se refirió a la pelea que supuestamente había tenido con Néstor Kirchner previo al fallecimiento del ex mandatario peronista: "Dicen que (Néstor Kirchner) discutió conmigo. Es mentira. Hablamos por esos días porque había una reunión del PJ de la Provincia, que yo presidía por la enfermedad de Alberto Balestrini. No era fácil para mí porque no conducía, tenía varios opositores. Él me llamó para preguntar qué pasaba y le conté que no había quórum porque varios habían faltado. Entonces empezó a llamar y los cagó a pedos. Al rato aparecieron. Sacamos todo, y después me volvió a llamar y todo bien. No es verdad que discutimos".

Las guerras de los otros



Soldados estadounidenses en Irak, 20-12-2011 (Lucas Jackson/Reuters)



Repliegue estratégico de Estados Unidos




Por Benoît Bréville*



La política exterior del presidente Obama, aunque contradictoria, rehuyó lo que él llama “las guerras imbéciles” (por negativas en su relación costo/beneficio) y priorizó formas menos costosas de intervención en el mundo. Los precandidatos republicanos Trump y Cruz coinciden en este punto.


Confuso”, “débil”, “indeciso”, “traidor”, “cobarde”, “ingenuo”, “incoherente”, “falto de visión”, “inexperimentado”: durante ocho años, los republicanos no tuvieron palabras lo bastante duras para calificar a Barack Obama y a su política exterior. El presidente habría socavado la grandeza y el crédito de los Estados Unidos al negarse a recurrir a la fuerza.

Aunque nunca dejan de recalcar hasta qué punto Obama habría humillado a Estados Unidos, los dos principales candidatos en la palestra en la primaria republicana depusieron en gran medida esos discursos ultras. En diciembre de 2015, Ted Cruz criticó a los “neoconservadores locos que quieren invadir todos los países del planeta y enviar a nuestros muchachos a morir a Medio Oriente” (1). El mismo mes, durante un discurso ante la muy conservadora Heritage Foundation, subrayó el carácter nefasto de las intervenciones norteamericanas apoyándose en el ejemplo libio, para luego añadir: “No tenemos que apoyar a un campo en la guerra civil siria”. Palabras que sonaban un poco a una frase de Obama: el 10 de septiembre de 2013, el presidente había considerado que el conflicto sirio era “la guerra civil de otro”.

Donald Trump tampoco pretende lanzarse en una expedición a Medio Oriente. “Allí gastamos billones de dólares, y la infraestructura de nuestro país está en vías de desintegrarse”, deploró el 3 de marzo. Una vez más, se hubiera creído estar oyendo al actual ocupante de la Casa Blanca: “Durante el último decenio la guerra nos costó un billón de dólares, en un momento en que nuestra deuda se iba por las nubes en tiempos económicos difíciles […]. Es tiempo de concentrarnos en la construcción de nuestra nación”, estimaba Obama en 2011, mientras que anunciaba el próximo retiro de soldados todavía presentes en Afganistán.

Por el lado demócrata, a menudo ocurrió que candidatos críticos del intervencionismo militar estuviesen bien ubicados en la carrera por la investidura. Fue el caso del opositor a la guerra de Vietnam George McGovern en 1972, del pastor Jesse Jackson en 1984 y en 1988 –por ejemplo, había denunciado las maniobras de los Estados Unidos para derrocar al gobierno nicaragüense–, o incluso de Obama, hipercrítico de la guerra de Irak, en 2008. En cambio, hay que remontarse a 1952 y a la candidatura de Robert Taft para encontrar un republicano hostil a las expediciones militares y susceptible de ser ungido por su partido. El senador de Ohio se oponía al plan Marshall y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), considerados ineficaces y demasiado costosos, y consideraba que Norteamérica no debía recurrir a la fuerza a menos que “la libertad de su pueblo” fuera directamente amenazada. Perdió por poco margen frente a Dwight Eisenhower. Desde entonces, la clave del éxito en las primarias republicanas es afirmar la vocación de los Estados Unidos para guiar al mundo. Era todavía el tema central de los programas de política exterior de John McCain en 2008 y de Willard (“Mitt”) Romney en 2012. El actual giro de 180 grados en el seno del Partido Republicano es tanto más sorprendente cuanto que el campo conservador se indignó durante ocho años de la “debilidad” de Obama, so pretexto de que en ocasiones era reticente a bombardear a países extranjeros.

Una línea zigzagueante

Este giro se comprende mejor cuando se analiza la evolución general de la política exterior norteamericana desde 2009. Durante sus dos mandatos en la Casa Blanca, el ex senador de Illinois se atrevió a llevar a cabo una política que no es guiada por ningún gran principio. A diferencia de los presidentes Harry Truman (“contención” de la Unión Soviética), Dwight Eisenhower (“represión” del comunismo), Richard Nixon (“distensión” vigorosa), James Carter (“derechos del hombre”), Ronald Reagan (confrontación con el “imperio del mal” soviético) o incluso Georges W. Bush (“guerra contra el terror”), no dejará tras él una doctrina que lleve su nombre, sino un conjunto de elecciones a veces contradictorias. En 2011 acompaña una coalición para hacer caer a Muamar Gadafi en Libia, para luego desinteresarse por ese país; realiza bombardeos por drones discrecionales y totalmente ilegales (frente al derecho internacional y norteamericano), pero emprende un esfuerzo diplomático multilateral para firmar un acuerdo sobre el programa nuclear iraní y sabe mostrar su audacia cuando decide el restablecimiento de las relaciones con Cuba.

El presidente debe navegar entre fuerzas que en su totalidad intentan influir en su diplomacia: la opinión pública, capaz de ir del aislacionismo al intervencionismo a poco que se cometa un atentado o se decapite a un periodista norteamericano; los representantes del partido adverso, siempre dispuestos a acusarlo de debilidad; sus consejeros, ministros y colaboradores; los aliados de Estados Unidos, que esperan que Washington se conduzca de conformidad con sus intereses; los adversarios, que están al acecho del menor paso en falso para adelantar sus peones. Algunos presidentes tomaban sus decisiones en estrecha colaboración con su secretario de Estado: Truman y Dean Acheson, Eisenhower y John Foster Dulles, Reagan y George P. Shultz. Otros se apoyaban en su consejero de seguridad nacional o en su secretario de Estado: Nixon y Henry Kissinger, Carter y Zbigniew Brzezinski. Obama, por su parte, decide solo, o con sus guardaespaldas: Benjamin Rhodes, Denis McDonough, Mark Lippert. Hombres de menos de 50 años, que hicieron sus armas no durante la Guerra Fría sino después del 11 de septiembre de 2001, y que pertenecen a la corriente antiintervencionista (2).

Por cierto, el actual presidente nombró a personas más experimentadas en los puestos clave del dispositivo diplomático y militar: Robert Gates, Leon Panetta y Chuck Hagel en el Ministerio de Defensa; Hillary Clinton y John Kerry en la Secretaría de Estado, etc. Estas voces a veces tuvieron su peso, como en 2009, cuando Hillary Clinton convenció a Obama de que apoyara el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en Honduras. Pero en los momentos de crisis, no siempre fueron escuchadas. “Su Casa Blanca habrá sido de lejos la más centralizada y la más autoritaria en materia de seguridad nacional desde Richard Nixon y Henry Kissinger”, analiza Gates en sus memorias (3).

Los primeros desacuerdos entre Obama y su entorno aparecen en septiembre de 2009, acerca de Afganistán. Mientras que el presidente había prometido poner fin a esa guerra, el general Stanley McChrystal, encargado de las operaciones en el terreno, le dice que la victoria exige un aumento de la presencia militar norteamericana; él estima las necesidades en cuarenta mil soldados. Durante tres meses, reunión tras reunión, la secretaria de Estado, el ministro de Defensa, el director de la Central Intelligence Agency (CIA), el consejero de seguridad nacional y el director de información nacional intentan convencer a Obama de que satisfaga esa demanda. “No está en el interés nacional”, repite el presidente, que no quiere “gastar un billón de dólares” y lanzarse “en un esfuerzo de reconstrucción nacional a largo plazo” (4). Negándose a escoger entre el retiro y el compromiso militar ilimitado reclamado por el general McChrystal, opta por una solución de compromiso: una intervención de treinta mil soldados por una duración de dieciocho meses. “Norteamérica debe mostrar su fuerza, de manera de poner fin a las guerras y prevenir los conflictos”, declara el 1º de diciembre de 2009 para justificar su elección. La mayoría de los especialistas en cuestiones militares consideran ese punto intermedio particularmente ineficaz, porque sugiere a los talibanes que hay que esperar hasta que aclare.

Siria no es Libia

Un escenario comparable se desarrolla en 2011, al comienzo de las “primaveras árabes”. ¿Hay que intervenir militarmente para hacer caer a Gadafi, so pretexto de que amenaza con masacrar a los insurrectos de Benghazi? Esta vez, con excepción de Hillary Clinton, el entorno de Obama es más circunspecto. Gates estima incluso públicamente que cualquiera que encare una nueva expedición a Medio Oriente debería “hacer que le examinen el cerebro” (5). Pero las presiones vienen de los medios, del extranjero –en particular de Francia y del Reino Unido, muy decididos a enfrentarse si es necesario– y del Congreso, donde el senador demócrata John Kerry y su colega republicano John McCain reclaman juntos el establecimiento de una zona de exclusión aérea. Una vez más, el presidente hace una elección “centrista”: acepta intervenir, pero en el marco de una coalición amplia, con un mandato de las Naciones Unidas –que únicamente prevé la creación de una zona de exclusión aérea que rápidamente será sobrepasada– y sin conducir las operaciones.

¿Se puede detectar en esto una “doctrina Obama”? Los Estados Unidos pretenderían “dirigir desde la retaguardia” (lead from behind) para defender sus intereses sin exponerse demasiado: bombardeando con drones, privilegiando el uso puntual de fuerzas especiales o dejando que otros intervengan en su lugar. “Dirigir desde la retaguardia no es dirigir. Es abdicar”, vocifera entonces el periodista neoconservador Charles Krauthammer en el Washington Post (6). La guerra en Siria demostró que no se trataba de una doctrina para el presidente norteamericano sino, como en el caso afgano, de una elección de circunstancia: Obama intentó tratar con cuidado a partidarios y detractores del recurso a la fuerza, sin satisfacer a ninguno.

El precedente libio no hizo más que reforzar sus reticencias respecto de las intervenciones militares. Durante dos años, entre 2011 y 2013, multiplica las condenas verbales, apela a la partida del presidente Bashar al-Assad, proclama su apoyo a los rebeldes, pero nunca está dispuesto a utilizar a su ejército. Siria no es Libia, un Estado sin verdaderos aliados. La situación cambia en agosto de 2013, cuando el poder de Al-Assad es acusado de haber utilizado armas químicas en el suburbio de Damasco, cruzando así la línea roja trazada un año antes por Obama. Estados Unidos ¿puede permanecer inactivo cuando su crédito está en juego? En la Casa Blanca se dibuja un consenso alrededor de la necesidad de “castigar” a Al-Assad. “Las grandes naciones no farolean”, previene el vicepresidente Joe Biden, habitualmente poco favorable a las expediciones militares (7). Obama también parece convencido, y hasta pide al Pentágono que proponga los blancos de los bombardeos.

Pero en el último momento, tras una discusión con McDonough, su consejero más antiintervencionista, el presidente da media vuelta y pide a su equipo que le encuentre una puerta de salida. Esta decisión desencadena una lluvia de recriminaciones, en Francia, en Arabia Saudita, en Israel y en los países del Golfo, y le significa a Obama el ser tachado de “cobarde” por los republicanos, al mismo tiempo que exaspera a numerosos demócratas, sobre todo a Kerry, que considera que se “dejó embaucar” (8). Obama “envió un mal mensaje al mundo”, estima el ex ministro de Defensa Leon Panetta en sus Memorias: “Este episodio subrayó su debilidad más evidente […]. Con demasiada frecuencia, a mi juicio, el presidente privilegia la lógica de un profesor de derecho sobre la pasión de un líder” (9).

Numerosos conservadores vieron en la decisión de Obama un punto de inflexión, un “nuevo Múnich”, al que imputan una larga serie de desgracias: si los Estados Unidos hubieran castigado a Damasco en 2013, afirman, el Estado Islámico (EI) no habría crecido como lo hizo; Irán no ocuparía un lugar tan considerable en la escena siria; Moscú no habría tenido la audacia de anexar a Crimea, etc. Obama replica que Rusia no se había preocupado por las entonaciones marciales de Georges W. Bush, ni por la presencia de cien mil soldados norteamericanos en Irak cuando intervino en el conflicto georgiano en 2008. Para él, ver en los actos de Vladimir Putin la señal de un retorno enérgico de Rusia equivale a “desconocer la naturaleza del poder en materia de política exterior. El verdadero poder significa que es posible obtener lo que uno quiere sin tener que recurrir a la violencia. Rusia era mucho más poderosa cuando Ucrania se parecía a un país independiente pero en realidad era una cleptocracia donde Moscú podía mover los hilos” (10). Además, Washington dista de haberse quedado inactivo durante la crisis ucraniana: Obama, además de haber reactivado la OTAN en Europa central, hizo presión sobre la Unión Europea para que imponga sanciones diplomáticas y económicas a Rusia.

Estrategia de “fortificación”

La decisión siria de agosto de 2013 representa a pesar de todo un giro para la diplomacia norteamericana. Por primera vez desde 2009, Obama no escogió un punto intermedio militar: al negociar con Rusia un acuerdo sobre el desmantelamiento del arsenal químico de Damasco, puso fin al reflejo que hace seguir de una réplica militar a toda “provocación” contra Estados Unidos. Esta ruptura confirmó la elección por Washington de una estrategia de “fortificación” (11). Del retiro de las tropas de Irak y de Afganistán a la baja de los presupuestos del ejército, pasando por la negativa a lanzar nuevas expediciones militares, Obama trató de reducir la presencia norteamericana en el mundo con el objeto de poder concentrarse en los problemas internos y remediar el activismo desestabilizador de los años de Bush. La idea de la fortificación, por otra parte, está claramente formulada por la “Guía estratégica” publicada en 2012 por el Ministerio de Defensa: “Para alcanzar nuestros objetivos de seguridad desarrollaremos tácticas con una impronta ligera y poco costosa. […] Las fuerzas norteamericanas no estarán ya en condiciones de llevar a cabo operaciones prolongadas a gran escala”.

Este posicionamiento no tiene gran cosa que ver con el aislacionismo: Estados Unidos conserva decenas de bases militares en el planeta, el ejército más grande del mundo, servicios de informaciones tentaculares; bombardearon siete países (Irak, Siria, Afganistán, Libia, Yemen, Pakistán y Somalía) en otros tantos años; siguen interviniendo en los asuntos de los otros Estados y maniobrando para desestabilizar algunos gobiernos, sobre todo en América Latina (12).

Este repliegue tampoco tiene que ver con el idealismo, en el sentido de que apuntaría a una redistribución de los poderes a nivel mundial, ni con el pacifismo. Como él mismo lo repite, Obama no está contra la guerra, sino contra las “guerras imbéciles”, aquellas que no sirven a los intereses norteamericanos, que acarrean una relación costo-beneficio negativo. En la actualidad, los refugiados toman el camino de Europa, Turquía o el Líbano; los precios del petróleo siguen bajos; los atentados golpean a Ankara, Bruselas, Túnez y Bamako: ¿por qué Washington se lanzaría en una expedición a Medio Oriente? Pero un ataque de gran amplitud en suelo norteamericano –más grande que el tiroteo del 2 de diciembre de 2015 en San Bernardino, California, que produjo catorce muertos–, en cualquier momento puede cambiar la situación. “Si somos arrogantes, [los otros países] experimentarán resentimiento hacia nosotros; si somos una nación humilde, pero fuerte, nos apreciarán”, declaraba Georges W. Bush en octubre de 2000, agregando incluso: “No creo que nuestras tropas deban ser utilizadas para hacer lo que se llama una ‘construcción nacional’”. Y después vino el 11 de Septiembre…

Obama llegó a la Casa Blanca decidido a dar vuelta la página de ese acontecimiento y de sus consecuencias con el objeto de poder fijar su atención sobre Asia, cuyo desarrollo lo impresiona. Ése era el sentido del “pivote” iniciado en 2010. “El ‘reequilibramiento’ en dirección a Asia desempeñó el mismo papel en la estrategia de fortificación de la administración Obama que la apertura a China en la fortificación norteamericana al final de la guerra de Vietnam –escribe Stephen Sestanovich, profesor en la Universidad de Columbia–. Prueba de que Estados Unidos no está, como dijo Nixon, en vías de ‘desaparecer como gran potencia’” (13). Aunque haya engendrado varias acciones simbólicas (visitas de Estado, apertura de una base militar en Australia, refuerzo de la flota norteamericana en el Pacífico…) y permitido la firma, el 4 de febrero de 2016, del acuerdo de asociación transpacífica (Trans-Pacific Partnership, TPP), esta reorientación no pudo ser llevada a su término.

En efecto, las “primaveras árabes” volvieron a llamar a Estados Unidos a Medio Oriente en 2011. En sus entrevistas con Jeffrey Goldberg, Obama deja traslucir un cansancio, si no un desinterés frente a esta región, a la que parece considerar como un caso desesperado. Afirma su preferencia por los pueblos de Asia, de África y de América Latina, que “no se preguntan cómo matar a norteamericanos, sino cómo tener una mejor educación, cómo crear algo que tenga valor”. Estados Unidos gastó más dinero para “reconstruir” Afganistán que para los dieciséis países europeos que eran el objetivo del Plan Marshall después de la Segunda Guerra Mundial (14), sin lograr crear allí un orden cualquiera. La guerra y la ocupación de Irak, la intervención en Libia no dieron mejores resultados. Estos fracasos sucesivos terminaron por convencer a Obama del carácter limitado del poder norteamericano: no lo puede todo y, en particular, no puede modelar Medio Oriente a su conveniencia.

Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos alternó los períodos de seguridad y de duda por lo que respecta a su capacidad de controlar el mundo. La euforia que sigue al fin del conflicto da paso en los años cincuenta a interrogaciones sobre su supremacía: ¿son lo bastante poderosos para contener la progresión del comunismo, que tuvo serios avances con la Revolución China y la obtención de la bomba atómica por la URSS? “Nuestra incapacidad para conservar nuestros recursos, el peso creciente de nuestros compromisos presupuestarios, el aumento vertiginoso de nuestra deuda pública” conducen al país a la pendiente de una “caída relativa”, se alarma, desde 1952, el ex comandante supremo de las fuerzas aliadas Douglas McArthur, que quería bombardear Corea con el arma atómica. El decenio siguiente marca el retorno de la tentación hegemónica. En su discurso de investidura, el 20 de enero de 1961, John F. Kennedy proclama: “Soportaremos cualquier carga, aceptaremos cualquier prueba, apoyaremos a cualquier amigo. Nos opondremos a cualquier adversario para garantizar el triunfo o la supervivencia de la libertad”.

Alternancia de las tendencias

Las fases de seguridad corresponden a menudo a períodos en que las desigualdades económicas se reducen, o el porvenir parece despejado para la clase media. Apenas se ensombrece el horizonte, el poder vuelve a ser una carga. En los años setenta, mientras las tasas de interés y el endeudamiento de las familias aumentan y las dos crisis petroleras debilitan la economía del país, el desastre vietnamita y la progresión soviética en Asia y África develan las fisuras del dominio militar norteamericano. Y en 1976, según un estudio del Council on Foreign Relations, 43% de los norteamericanos consideraba que los Estados Unidos debían “ocuparse primero de sus propios asuntos”, un récord desde el lanzamiento de esta encuesta en 1964 (20%).

En 2013 eran 52%, un nuevo récord. Según un sondeo de marzo de 2014, sólo el 30% de los norteamericanos querrían que su país defienda a Polonia si era atacada por Rusia; la cifra cae a 21% para Letonia y hasta al Reino Unido le cuesta alcanzar el 56%. Sondeo tras sondeo, sólo los ataques por drones y los bombardeos contra el EI, decididos tras la toma de Mosul y la decapitación del periodista James Foley en agosto de 2014, obtienen un gran apoyo.

Por cierto, “la opinión se trabaja”, y es posible popularizar una guerra que no lo era (15). Obama no está dispuesto a eso, así como tampoco Cruz y Trump, habiendo propuesto incluso este último retirar a su país de la OTAN, aduciendo que la organización era “obsoleta” y costaba demasiado caro. Como lo mostró el historiador británico Perry Anderson, el intervencionismo y el aislacionismo constituyen dos caras de un mismo nacionalismo. Uno legitima la dominación de Norteamérica valorizando su universalismo (el cual justifica el activismo mesiánico de Washington, que guiaría al planeta en el buen camino); el otro, su excepcionalismo (que alienta a preservar la índole única de una sociedad aparte en el mundo) (16).

Dominante antes de la Segunda Guerra Mundial, el aislacionismo desaparece casi por completo del campo conservador durante la Guerra Fría, antes de volver a emerger tras el derrumbe de la URSS. Entonces adopta dos formas: la de un repliegue estricto, representado por el libertariano Ron Paul, y la de un antiintervencionismo conservador, promovido por Patrick Buchanan, ex colaborador de Nixon y de Reagan: “Si no dejamos de comportarnos como el Imperio británico, terminaremos como el Imperio británico” (17), profería este último en 2006. Esta corriente, muy minoritaria en los años 1990 y 2000, conoce un nuevo vigor bajo la presidencia de Obama. Reagrupado alrededor del Cato Institute y de la revista The American Conservative (fundada en 2002 por Buchanan para oponerse a la guerra en Irak), pone de manifiesto los desastres afgano e iraquí, pero también el contexto de crisis económica y social. La deuda pública, en efecto, conduce a algunos republicanos a preferir una reducción de los gastos al mantenimiento de los presupuestos militares. En agosto de 2011, el Congreso votó así un plan de austeridad (llamado de “privación”) que prevé un billón de dólares de recortes en los presupuestos del ejército a lo largo de diez años. Los “halcones presupuestarios” prevalecieron entonces sobre los “halcones militares”.

El éxito de las candidaturas de Trump y Cruz confirma esa nueva tendencia y revela el desfase creciente entre el establishment de la política exterior y los electores tentados por el repliegue. Todavía hoy, los think tanks más influyentes, los altos funcionarios del Pentágono y de la Secretaría de Estado, los editorialistas del Wall Street Journal, del Washington Post, de Fox News o de Cable News Network (CNN) son ampliamente partidarios del intervencionismo, y su voz sigue siendo igual de fuerte. “El establishment de la política exterior está casi totalmente compuesto de neoconservadores de derecha y de intervencionistas liberales de izquierda”, comprueba Benjamin Friedman (18). La mayoría de estos observadores atentos declararon que se abstendrían si Cruz o Trump debieran representar al Partido Republicano en la presidencia. O incluso que votarían por Hillary Clinton. La pretendiente demócrata apoyó la guerra en Irak y los bombardeos en Siria y en Libia; ella cree que el acuerdo nuclear firmado con Irán carece de firmeza y no vaciló en criticar a Obama desde que dejó la Secretaría de Estado. Incluso si recientemente edulcoró sus palabras para contrarrestar los ataques de su competidor Bernie Sanders –que desde siempre pertenece a la franja antiguerrera de los demócratas–, es la candidata más intervencionista y la más tranquilizadora para la elite norteamericana de la política exterior. “Los realistas y los otros investigadores escépticos por lo que respecta a las intervenciones están sobre todo confinados en la universidad”, estima Friedman.

Recentrarse en Estados Unidos: el argumento se repite a menudo en boca de Cruz, Trump y Obama para justificar su falta de entusiasmo guerrero. Los tres también comparten la idea de que los aliados de Washington –de Arabia Saudita a Francia, pasando por los países del Golfo, Alemania y Japón– deberían dejar de encomendarse a Estados Unidos y llevar su parte de la carga del sistema securitario internacional. Por último, si bien todos afirman su voluntad de poner al EI de manera que no esté en condiciones de perjudicar a nadie, proponiendo incluso algunos aplicarle el método del “bombardeo de saturación”, paradójicamente coinciden en considerar que Medio Oriente ya no está en el centro de los intereses norteamericanos.

Sin duda justa en el plano económico, esta idea interpela desde un punto de vista moral y político: ¿puede decretar Estados Unidos de la noche a la mañana que no quiere ya un liderazgo que forjó con la fuerza de los cañones durante sesenta años? ¿Pueden alejarse, sin que les tiemble el pulso, sin ninguna reparación (compensación financiera, apoyo diplomático, establecimiento de una cooperación fundada en el intercambio justo, etc.), de una región que desestabilizaron pacientemente? Lo importante “no es tener paz [en Medio Oriente], sino hasta qué punto Estados Unidos está implicado en la ausencia de paz”, resumió cínicamente Jeremy Shapiro, investigador en la Brookings Institution y consejero en el Departamento de Estado. Pero no es posible hacer tabla rasa de la historia: aunque no mantengan más soldados en la región, Estados Unidos seguirá siendo deudor del caos que engendró.

Impactan las importaciones: 360 suspensiones en la fábrica de heladeras GAFA




Alerta por la baja del consumo y la llegada de productos de línea blanca importados

"La importación impacta de manera negativa en la industria santafesina" Ministro de Producción de la provincia de Santa Fe, Luis Contigiani,

La fábrica de heladeras Gafa, ubicada en la zona sur de la ciudad, comunicó este martes a la mañana en el Ministerio de Trabajo de la provincia la suspensión de 360 trabajadores por el incremento de las importaciones en el sector de línea blanca y por la caída del consumo interno.

La empresa, que funciona con unos mil empleados en Batlle y Ordoñez y Ovidio Lagos, inició un procedimiento preventivo de crisis y el acuerdo firmado con el gremio en la sede de la cartera laboral santafesina es por tres meses.

Pablo Serra, abogado de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) explicó al periodista de Radio 2 Ariel Borderi que “se va suspender la producción en determinados sectores de la empresa Gafa durante tres meses” y aseguró que la medida fue aceptada por los empleados.

Agregó que los 360 trabajadores suspendidos “percibirán remuneraciones del 90 por ciento de lo que venían recibiendo por los días no trabajados”.

“Esto se da en el marco de un procedimiento preventivo de crisis interpuesto por la empresa donde manifiesta una reestructuración orgánica de la planta en virtud del sobrestock que están teniendo, debido a la falta de consumo y a la importación de productos de la línea blanca”, detalló Serra.

El ministro de la Producción santafesino, Luis Contigiani, mantuvo en las últimas semanas reuniones con representantes de la Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe) que manifestaron su preocupación por la llegada de productos extranjeros al mercado nacional.

El funcionario provincial también cuestionó las políticas económicas del gobierno nacional y en una entrevista con Mesa de Diálogo, el espacio de entrevistas de Rosario3.com, advirtió que "la importación impacta de manera negativa en la industria santafesina".

"El tarifazo afecta a la producción, es un momento crítico" Castagnini Presidente de la Unión Industrial de Quilmes



"Esto nos preocupa porque el alza tan fuerte afecta al sector productivo PyME" subrayó Castagnini


"Hay empresas que utilizan los hornos a gas y es un insumo primordial y han tenido un aumento de 1.500, 1.800%" detalló Castagnini al tiempo que mencionó que si bien se ha puesto un tope de 500% de incremento para las industrias, de todos modos es demasiado elevado y consideró que las tarifas debían actualizarse pero la forma en que se implementaron no hacen más que "afectar la cadena productiva". Al ser consultado sobre si desde la UIQ se hizo o hará alguna presentación ante la justicia para acompañar a los pequeños empresarios a afrontar esta situación, el Presidente de la institución indicó que se están analizando realizar algún presentación pero básicamente "hay que tener en cuenta que el daño que se ocasiona a la PyME afecta claramente a la producción, al trabajador, se produce una baja en el consumo, baja en el poder adquisitivo del salario. Esto más allá del tarifazo tiene que ver con una serie de medidas que se tomaron que impactan en el sector". La devaluación del mes de diciembre, la suba de la inflación, la pérdida del poder adquisitivo, la baja del consumo, el aumento de las tarifas de los servicios provocan "que el tejido productivo del país, de la PyME, esté en un momento crítico; tengamos en cuenta que las empresas -del sector- generan el 80% de las fuentes de trabajo y cuando todo el mundo habla de sostener el empleo, hay que resguardar la salud del sector" señaló el Presidente de la UIQ.


"En el rubro textil hay un 35% menos de producción interanual; los autopartistas es el 25%; el sector del calzado, este año, tiene previsto producir dos millones de zapatos menos. El tejido productivo PyME no puede tolerar seis meses más estas condiciones porque se va a producir un conflicto en términos de producción" detalló Castagnini.

En relación a las medidas de reparación que deberían adoptarse Horacio Castagnini enumeró "primero se tiene que sincerar la tarifa energética, la tarifa de gas y la del agua y segmentar, por un lado las PyME y por otro la grandes empresas. En segundo lugar tiene que haber un acceso al financiamiento distinto al que existe hoy, es decir que el Gobierno debería utilizar la banca pública para el fomento de créditos subsidiados para poder ingresar al mercado de bienes de capital. En tercer término el Estado debería impulsar una política fuerte en materia de comercio exterior; y en cuarto lugar hay que trabajar sobre la presión tributaria, hay que darles moratoria a las empresas para que se pongan al día con la AFIP. Esta serie de medidas no se pueden tomar de manera aisladas, tienen que ver con el modelo de desarrollo productivo, junto a un plan antiinflacionario, porque la inflación es el peor de los males que puede haber en una economía" afirmó.

El gobernador de San Juan propone un plan para frenar los tarifazos




Uñac pide bajar aún más los porcentajes de aumento, "no hay otra salida" afirmó.

El Gobernador de San Juan, Sergio Uñac, propuso a la Nación que el aumento tarifario del gas y la energía eléctrica se haga en forma gradual, a partir de su convicción de que el tope del 400 % para usuarios residenciales y el 500 % para no residenciales deja todavía las tarifas muy altas y difíciles de pagar. Su plan contempla también las tarifas sociales y a las empresas de alto consumo de energía eléctrica.

En la reunión pautada entre Uñac y el ministro de Energía, José Aranguren, el gobernador hará una presentación ante el Ministerio de Energía proponiendo algún tipo de medida; considera que el diálogo está avanzado pero también agotado. “La única solución es que bajen los porcentajes. Puede ser muy justificado el aumento. El acuerdo tarifario anterior no alcanzaba para pagar el costo de la energía, pero este acuerdo tarifario está demasiado actualizado y no se lo puede pagar”, explicó Uñac. Insistió en que las condiciones imponen establecer la gradualidad de los aumentos.


Propuestas para las tarifas de energía eléctrica
Elevar a 300 Kwh/mes el umbral de consumo a precio cero para aquellos beneficiarios de la tarifa social eléctrica que no tienen acceso a gas natural por redes.
Beneficiar con una reducción del 50 % en el precio estacional de la energía sancionado para el Mercado Eléctrico mayorista (MEM) a los usuarios de servicios de salud, educación, provisión de agua potable, más allá de los que dependen del gobierno provincial, que reduzcan el consumo respecto del período homólogo del año 2015.
Extender a todas las pymes un descuento mínimo del 20 % en el precio de la energía eléctrica proveniente del MEM, en las que el impacto del costo de la energía eléctrica en el costo total empresa supere el 5 %, y para aquellas pymes vinculadas con la producción agrícola e industrial regional, aun cuando el impacto sea menor a ese valor porcentual.
En el caso puntual de la Electrometalúrgica Andina, que actualmente actúa como Gran Usuario Mayor (GUMA), resulta imprescindible dar una respuesta adecuada para atenuar el impacto del costo de la electricidad, principal insumo de esa industria. Se propone una reducción de cargos que la afectan por su carácter de GUMA, hasta tanto se pueda concretar su paso a Gran Usuario de la Distribuidora (GUDI). La propuesta comprende la reducción de los cargos “Sobrecostos Transitorios del Despacho-STD” y “Adicional de los Sobrecostos Transitorios del Despacho - ASTD, en montos tales que el valor resultante del monómico no supere el 50 % del precio de la energía eléctrica proveniente del MEM para grandes usuarios de la distribuidora con potencia contratada mayor a 300 kW, o su equivalente a través de subsidios provenientes de las áreas de gobierno ligadas a la producción. Cuando la EMA concrete su paso a GUDI, propone la preservación del 50 % del precio ya mencionado. Seguramente, además de dar por finalizado el contrato a término vigente, de ser necesario se deberían realizar pequeñas adecuaciones de la conexión de EMA a la red provincial.


Propuestas para las tarifas del gas

Se propone analizar la posibilidad de introducir la gradualidad en el aumento tarifario, que traslade estos valores a un horizonte mínimo de uno a dos años y evite una probable situación de cautelares y resistencias a pagar.
Es necesario viabilizar el pago de los Usuarios No Residenciales de carácter estacional, manteniendo el criterio de financiamiento propuesto en oportunidad de reuniones anteriores: pagar el 50 % de la facturación para consumos de abril a septiembre de 2016; el 25 % entre octubre de 2016 y marzo de 2017, y el 25 % restante entre octubre de 2017 y marzo de 2018.
Para Usuarios Residenciales, e independientemente del tope que finalmente se acuerde, se propone un alisamiento de la facturación con un criterio similar al del punto anterior.
Para Usuarios No Residenciales con factores de utilización elevados (no estacional), se propone la apertura de líneas de crédito con tasas de interés muy reducidas, orientadas al pago de los costos energéticos.

Carrió cajonea la comisión investigadora por la muerte de los jóvenes en Costa Salguero, propiedad de Carmen Polledo

Los legisladores de la Coalición se plegaron al PRO para resistir la embestida del resto de la oposición.



Los legisladores porteños que responden a Elisa Carrió se plegaron al PRO para frenar la creación de una comisión investigadora por la muerte de cinco jóvenes en la fiesta electrónica Time Warp, realizada en abril en Costa Salguero.


La dueña de Costa Salguero no es otra que Carmen Polledo, la vicepresidenta de la legislatura porteña, y titular de empresas en Panamá, según los Panamá Papers


Mañana se votará si se aprueba o no la creación de la comisión, por un proyecto del legislador Gustavo Vera, el amigo del Papa Francisco que ha intercambiado denuncias públicas con la líder de la Coalición Cívica.

El proyecto del diputado del partido Bien Común es avalado por todos los bloques, incluidas todas las variantes del kirchnerismo, los bloques de izquierda, Graciela Ocaña y los radicales de Sumá+.

Pero el oficialismo consiguió el respaldo de la Coalición Cívica, que integran Paula Oliveto Lago y Maximiliano Ferraro, para voltear el proyecto de Vera.

Nos llama poderosamente la atención que el bloque Coalición Cívica, que lidera Elisa Carrió, no acepte la investigación sobre los funcionarios porteños que debían actuar en la fiesta que terminó en la cinco muerte de jóvenes”, señalaron desde La Alameda, la fundación de Vera.

“Esperemos que la decisión tomada por la Coalición Cívica sea modificada y acepten investigar las responsabilidades de los funcionarios ante tremenda tragedia”, indicaron desde el entorno del amigo del Papa.


Integración a la Macri

Por José Natanson



 urgido a comienzos del siglo XII a.C. como lengua semítica del subgrupo cananeo, el hebreo sobrevivió como idioma litúrgico de los judíos, que según el lugar de la diáspora en el que se encontraran podían hablar yiddish, árabe, alemán o ruso. Fue Eliezer Ben-Yehuda, un joven profesor nacido en Luzhki, formado en París y emigrado a fines del siglo XIX a Palestina, quien se propuso recuperar el hebreo, para lo cual creó una asociación, fundó un periódico y llevó su obsesión al extremo de criar a su primer hijo exclusivamente en el viejo idioma, prohibiendo en su casa cualquier palabra en otra lengua y transformándolo así en la primera persona con el hebreo como lenguaje materno en… tres siglos. Único caso del mundo en pasar de escrito a oral, el hebreo fue adoptado –junto al árabe– como idioma oficial por el Estado de Israel en 1948: la supervivencia de la lengua atada a la de la Nación.

Desde el punto de vista lexicográfico, la hazaña de Ben-Yehuda tropezó con numerosos obstáculos, entre ellos la obvia necesidad de nombrar objetos y fenómenos que no existían en el hebreo antiguo, como desodorante, automóvil o desigualdad. Como un ciego que se vale de la yema de los dedos para definir el contorno exacto de lo que tiene enfrente, el lenguaje titubea en su búsqueda de palabras. Y por más que las nuevas tecnologías aceleren el proceso de aparición y proliferación de nuevos términos, sobre todo importados del inglés, todavía, en algunos casos, la lengua se detiene, expectante: si no encuentra la expresión es porque está frente a algo nuevo.

Antes, por ejemplo, lo decíamos bien claro: golpe de Estado (término que, quizá debido a la larga historia de estabilidad institucional británica, no tiene traducción al inglés –se usa el galicismo coup–, aunque sí, por supuesto, al alemán –putsch–). Pero ahora, cuando nos referimos a los desplazamientos irregulares de presidentes en Honduras, Paraguay y, más recientemente, Brasil, no encontramos la palabra adecuada, y caemos en expresiones adjetivadas y autocontradictorias como “golpe institucional”, “golpe parlamentario” o “golpe suave”.

En todo caso, y más allá de las definiciones, lo cierto es que el impeachment a Dilma Rousseff –sumado al triunfo de Mauricio Macri en Argentina, la derrota de Evo Morales en el referéndum constitucional boliviano y la precaria situación venezolana– confirman que América Latina está cambiando. Finalizado el super ciclo de los commodities, con la economía estancada y la sensación de haber alcanzado un “pico distributivo”, los gobiernos del giro a la izquierda concluyen o tambalean en un clima que mezcla la expectativa ante el ascenso de una nueva derecha con un cierto hartazgo social exacerbado por el plus de dramatismo de las denuncias de corrupción.

En este marco, los realineamientos geopolíticos, e incluso la posibilidad de una reformulación profunda de la integración regional, han dejado de ser un fantasma invocado por antiimperialistas alucinados para convertirse en una alternativa cierta. Sobriamente pero sin dudarlo, el gobierno macrista decidió reconocer al nuevo presidente brasilero, Michel Temer, descartando en el camino otras opciones posibles: podría haberse sumado a Venezuela, Ecuador y Bolivia, que calificaron de “golpe de Estado” el impeachment a Dilma y se negaron a aceptar al nuevo presidente. También podría haber consensuado con Uruguay y Paraguay la aplicación de la cláusula democrática del Mercosur y suspendido a Brasil del bloque, aunque, incluso en el improbable caso de que la hubiera considerado, era una jugada extremadamente riesgosa: Brasil es un país demasiado importante para excluirlo sin mayores costos, como sucedió en su momento con Paraguay; por otro lado, parece difícil que el gobierno paraguayo hubiera aceptado sumarse. Por último, la Cancillería argentina podría haberse mantenido mínimamente en silencio, dejando al gobierno de Temer en una especie de limbo diplomático, como hicieron, entre otros, Chile y Uruguay.

Por pragmatismo o convicción, Macri aceptó el cambio de gobierno y hasta recibió con un entusiasmo apenas disimulado al canciller José Serra, con quien, dijo, intercambió ideas acerca de cómo “mejorar” el Mercosur. Pocos días antes, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, había festejado el desplazamiento de Dilma como una oportunidad para reformular el bloque, en una línea a la que luego se sumaron otros funcionarios.

El riesgo es concreto, y consiste en que avancen los planteos que sugieren dejar de lado el diseño de unión aduanera para avanzar en un “Mercosur flexible” que asuma la forma de un simple acuerdo de libre comercio, una distinción que parece técnica pero que está en el corazón de la disputa política actual. ¿Qué significa exactamente? Bajo un acuerdo de libre comercio, los bienes y servicios producidos por uno de los socios del bloque pueden venderse libremente en los demás, es decir que se eliminan las barreras comerciales internas. Los ejemplos más cercanos son el NAFTA formado por Canadá, México y Estados Unidos y la Alianza del Pacífico que integran Chile, Perú, Colombia y México. Una unión aduanera, en cambio, suma a la libertad comercial intra-bloque la presencia de un arancel externo común: un bien o servicio paga la misma tarifa si ingresa por la frontera de cualquiera de los socios. A diferencia de los acuerdos de libre comercio, que solo apuntan a crear mercados ampliados, la unión aduanera se propone una articulación más profunda, en la medida en que impide a sus integrantes negociar bilateralmente con terceros países y los empuja a coordinar políticas comerciales y, más ambiciosamente, productivas comunes. El ejemplo más logrado es, por supuesto, la Unión Europea.

Cada alternativa tiene su razón y su lógica. Y como la política está hecha menos de discursos e ilusiones que de poder e intereses, detrás de ambas se esconden diferentes economías, sociedades distintas y factores de poder contrastantes. Simplificadamente, aquellos países que cuentan con estructuras productivas limitadas tienden a construir economías de orientación aperturista, que les permitan exportar esos productos –en general recursos naturales ampliamente demandados en el mercado internacional– a la mayor cantidad de destinos posibles, y al mismo tiempo importar sin costos añadidos todo aquello que no pueden fabricar localmente. De este modo se inclinarán, casi naturalmente, por procesos de integración abiertos.

Es el caso de los países que integran la Alianza del Pacífico, entre los que se destaca ese gran malentendido latinoamericano que es Chile, cuyas principales exportaciones, según los últimos datos oficiales (1), están compuestas por cobre y derivados (¡57 por ciento!), seguido por frutas, pescado, papel y celulosa. Esto ha llevado a Chile a firmar tratados de libre comercio con, literalmente, medio mundo: Estados Unidos, China, Canadá, México, Centroamérica, Corea del Sur, Noruega, Suiza, Brunéi, Nueva Zelanda, Singapur, Panamá, Colombia, Perú, Japón, Australia, Turquía, Malasia y… Liechtenstein.

Este tipo de economías primarizadas y abiertas –y, en algunos casos como el chileno, muy dinámicas– contrasta con la realidad de países como Brasil y Argentina, que con todos sus problemas, nudos y desenlaces han logrado preservar o reconstruir entramados industriales relativamente diversificados, dedicados a abastecer el mercado interno con productos de consumo pero también generar insumos de base e incluso de bienes de equipo: Argentina es potencia regional en la producción de tractores y cosechadoras y Brasil cuenta con la tercera fábrica de aviones más importante del mundo. En términos generales, la industria explica el 17 por ciento del PBI argentino y el 16 del brasilero, contra apenas 11 del chileno y 7 del peruano (2). El año pasado, por ejemplo, se produjeron 600 mil vehículos en Argentina y casi 2,5 millones en Brasil, bastante menos que los años anteriores pero muchos más que, por volver al ejemplo, Chile, que importa todos los autos y camiones que circulan por el país.

La decisión original de construir al Mercosur como una unión aduanera apuntaba a proteger con un arancel externo único los frágiles sectores industriales de los socios, cosa que no ocurriría si cada uno pudiera firmar tratados comerciales de manera unilateral. Este objetivo, concretado solo a medias, venía acompañado de otro, que, salvo algunos regímenes especiales como el automor, definitivamente no se logró: avanzar en una integración que permita mejorar la productividad por vía de la construcción de economías de escala. En suma, y más allá de la larga lista de pendientes, el debate en apariencia técnico –acuerdo de libre comercio versus unión aduanera– encierra una discusión más profunda acerca de los grados de protección económica, el rol del Estado y el papel que desempeñan la industria y el valor agregado en la economía.

Se trata, en definitiva, de modelos de desarrollo diferentes, para sociedades distintas. Quizás la apuesta a la apertura exportadora pueda ser la correcta para Chile, situado a las puertas del Pacífico, bastante homogéneo, con menos de 17 millones de habitantes y el cobre como principal riqueza nacional, aunque las dificultades de los últimos gobiernos sugieren que el modelo ha encontrado un límite. Pero un diseño de este tipo seguramente resulte insuficiente para sociedades más grandes y complejas como la argentina o la brasilera. Por supuesto, una industria desarrollada y pujante supone salarios más altos, sindicatos más poderosos y, casi siempre, más conflicto político. Es esto lo que está en juego en América Latina, que está cambiando en una dirección que no queremos describir apelando a expresiones oxidadas tipo “restauración conservadora” o, peor aun, “revolución libertadora”, pero que ciertamente nos despierta críticas y temores y a la que recién le estamos buscando las palabras.


Fuerte caída de la venta de electrodomésticos en el primer trimestre


Según el INDEC



La facturación por la venta de electrodomésticos ascendió al término del primer trimestre del año a $ 10.963 millones, un 20,5% más que en igual período de 2015, con una inflación registrada por institutos provinciales y privados, ubicada en torno al 45% interanual.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó las ventas de productos electrodomésticos durante el primer trimestre del año.

El organismo detalló que en los tres primeros meses del año, las ventas ascendieron a $ 10.963 millones, con un aumento interanual del 20,5%, lo que reflejó un aumento por debajo de la inflación del 35,5% que relevó el IPC del Congreso, que reúne y promedia las mediciones privadas hechas en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, o del 37,3% que mensuró la Dirección de Estadística y Censos de San Luis.

Para marzo 2016, el panel de empresas relevadas por la encuesta alcanzaba 1.217 locales, de los cuales 268 locales corresponden a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 450 locales a 24 partidos del Gran Buenos Aires y 499 locales al resto del país, informó el Indec.

En el primer trimestre de 2016, los grupos de artículos ordenados por mayor participación en las ventas fueron: Otros, con $ 3.142,3 millones, con un aumento de la facturación del 29% interanual; Televisores, y DVD $ 1.939,6 millones (18%); Equipos de aire acondicionado, $ 1.508,4 millones (14%); Computación y accesorios informáticos, $ 1.246,0 millones (11%); Heladeras y freezers, $ 1.117,8 millones entre otros.

Durante el primer trimestre, el "Resto del Pais" concentró el 48% de los $ 10.963 millones facturados, mientras que los 24 Partidos del Gran Buenos Aires concentraron 34%, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el restante 18%.

Bolsas globales acentuaron caídas por temor a Brexit: bajaron hasta 2,3%




Las bolsas europeas cayeron por quinta sesión consecutiva a un mínimo en varios meses este martes, lastradas por los valores de materias primas, y por la inquietud antes de la reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos y el referendo sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.

Las bolsas europeas cayeron este martes, nerviosas ante la creciente posibilidad de que el referéndum británico sobre la Unión Europea del 23 de junio se salde con un "sí" a la salida del bloque.

"El Brexit pone aceite al fuego para los inversores, que intentan huir del riesgo" comentó Jasper Lawler, analista de CMC Markets.
El campo del Brexit (la salida del Reino Unido de la UE) encabeza actualmente los sondeos, y este martes obtuvo el apoyo del diario populista The Sun.

Ante ese panorama, Londres cayó un 2% a 5.923,53 puntos; París perdió 2,29%, 96,69 puntos y cerró a 4.130,33 puntos. Fráncfort bajó un 1,43% a 9.519,20 puntos; y Madrid descendió un 2% a 8.126,70 puntos.

La incertidumbre sobre la reunión de la Fed de esta semana ha pesado sobre los mercados, aunque se espera que el banco central de Estados Unidos deje las tasas de interés sin cambios después del reporte de unos datos de empleo más débiles que lo previsto.

El Banco de Inglaterra, el Banco Nacional Suizo y el Banco de Japón también se reunirán esta semana, y se espera que también mantengan sus políticas monetarias estables antes del referendo británico.

Por su parte, Wall Street cerró con pérdidas y el Dow Jones bajó un 0,3%, arrastrado por la incertidumbre en los mercados y a la espera de la Reserva Federal.

Ese índice bajó 57,66 puntos y terminó en 17.674,82 unidades, mientras que el selectivo S&P500 cedió un 0,2% hasta 2.075,32 enteros y el índice compuesto del mercado Nasdaq retrocedió un 0,1% hasta 4.843,55 unidades.

Salvo una primera hora de indecisión, en la que el índice Nasdaq llegó a cotizar en positivo impulsado por el buen desempeño del gigante tecnológico Apple, al final todos los operadores en el parqué neoyorquino se decantaron por las ventas.

Casi todos los sectores cerraron en negativo, como el de materias primas (-1,45 %), el financiero (-1,19 %), el energético (-0,78 %), el industrial (-0,07 %) o el tecnológico (-0,02 %) mientras que el de empresas de servicios públicos avanzó un 0,11 %.

Tokio

La bolsa de Tokio cerró en fuerte baja de 1% también influenciada por la perspectiva de una salida del Reino Unido de la Unión Europea y a la espera de anuncios de varios bancos centrales.

El índice Nikkei 225 de los principales valores perdió 160,18 puntos, a 15.859 puntos, quedando por debajo de los 16.000 por primera vez desde el 12 de abril pasado.

Por su parte, las acciones chinas cerraron con un modesto avance, luego de que los inversores se mantuvieron cautelosos tras una caída a principios de la semana y antes de la decisión de MSCI sobre si añadirá a los valores chinos a uno de sus índices emblemáticos.

Los inversores también estaban preocupados por la salud económica de China y por la posibilidad de una salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Tanto el referencial CSI300 de las principales acciones que cotizan en Shanghái y Shenzhen como el índice compuesto de Shanghái ganaron un 0,3%, a 3.075,98 y 2.842,19 puntos, respectivamente.

Por las importaciones cierra la fábrica que producía para la marca Puma en San Luis









Industria Herzo, una planta con 194 operarios en San Luis, confirmó que cerrará sus puertas porque no puede competir contra los productos importados de Brasil y China, que ganaron participación en el mercado local desde la devaluación


La planta puntana que fabrica para la marca alemana emplea a 194 trabajadores La planta puntana que fabrica para la marca alemana emplea a 194 trabajadores


Industria Herzo, la planta que desde hace treinta años está asentada en la localidad de Concarán, provincia de San Luis, y producía para la compañía alemana Puma, confirmó que cerrará sus puertas porque no pueden competir contra los productos importados que comenzaron a entrar al país desde diciembre.


Marcelo Iglesias, responsable y apoderado de la planta industrial y oficinas administrativas en Concarán, indicó a la prensa que los 194 trabajadores de la planta en esa localidad puntana ya están al tanto de la situación, porque la planta industrial que es parte importante del entramado productivo del pequeño pueblo de 5.000 habitantes ubicado en el Valle del Conlara no puede competir con las importaciones de Puma provenientes de China y Brasil a mitad de precio.


En una entrevista que publicó este lunes el portal digital San Luis 24, Iglesias reseñó que "la situación se empezó a complicar a partir de diciembre, cuando se abrieron las importaciones y todo lo que nosotros fabricamos ahora Puma lo trae de afuera, y los precios a los que eso entra al país hacen que nosotros no podamos competir".


"No nos podemos sostener. Es triste. Vamos a cerrar una planta que tiene 30 años de funcionamiento y que le da de comer a 200 familias en el pueblo", añadió.


Herzo es una textil que fabrica accesorios para calzado deportivo y es el proveedor más grande del país de mochilas y carteras para Puma. Tiene también un local de venta al público y su planta en Concarán funciona desde 1986, amplió el portal puntano.


"Vamos a indemnizar a los trabajadores, no tenemos ningún tipo de problema financiero, Puma nos exige tener todo al día, de otro modo no podríamos trabajar con ellos porque no nos comprarían, y ya le mandé una carta de mi parte al gobernador (Alberto Rodríguez Saá) expresándole la falta de ayuda del gobierno a la industria, pero no recibí ninguna respuesta", destacó.


Iglesias remarcó que "desde 1999 no tenemos promoción industrial, nosotros no necesitamos plata, lo que necesitamos es trabajar y el gobierno parece que no lo entiende".

Pero también apuntó al anterior mandatario provincial, Claudio Poggi: "Hace 8 años que estoy a cargo de Herzo y jamás recibimos ayuda, subsidios, nada. Acá vino Poggi a visitar la planta, se sacó fotos, prometió cosas, pero nunca pasó nada".