Cristina cerrará la campaña en Racing, el equipo de Perón y de Néstor

SIMBOLISMOS

La ex presidenta realizará su acto de clausura el 16 de octubre, un día antes del Día de la Lealtad, en el mismo estadio que Néstor Kirchner en 2003. Debaten si mantener cierta hibridez partidaria o volver a la liturgia peronista.
El cierre de campaña de Unidad Ciudadana de cara a las elecciones del próximo 22 de octubre ya tiene lugar y fecha: será en la cancha de Racing, en Avellaneda, el 16 de octubre, un día antes del Día de la Lealtad Peronista.

Muchos simbolismos pueden aunarse en esta decisión para dar broche final a la campaña de Cristina, que eligió otra vez el mismo distrito que en las PASO, aunque cambiando Arsenal (Sarandí) por el gigantesco estadio de la Academia.

El cierre será en la cancha del equipo del que eran hinchas el general Juan Domingo Perón y el ex presidente Néstor Kirchner, además de su hijo Máximo, justamente unas horas antes de un día muy sentido para todos los peronistas como el 17 de octubre.

Otro detalle no menor es que ese mismo escenario, el del equipo blanquiceleste, albergó el acto de cierre de la campaña de Néstor en 2003, cuando se impuso junto a Daniel Scioli en las elecciones generales.

JP Morgan desaconseja invertir en España por Cataluña: "Mejor comprar deuda portuguesa"


Referéndum Cataluña 1-O




En el documento, que ayer recogió Bloomberg, los analistas de JP Morgan también advierten de que, hasta el momento, la reacción del mercado ante el referéndum del próximo 1 de octubre ha sido muy tibia.

"La crisis constitucional que sufre España como consecuencia del separatismo de Cataluña se está analizando con cierta complacencia por parte de los inversores, que deberían estar tomando posiciones bajistas", exponen desde el mayor banco de Estados Unidos.

El texto también adelanta que se producirá un contagio hacia la deuda corporativa, con repuntes de entre 10 y 15 puntos básicos, y ofrece algunos nombres propios como Gas Natural, Repsol o Iberdrola.

"Cataluña supone una quinta parte del conjunto de la economía de España", prosigue el documento de JP Morgan en un intento por explicar a sus clientes la importancia del órdago e, incluso, habla de huelgas y desobediencia civil. Todo ello, concluye, puede afectar de manera directa a las compañías con intereses en Cataluña.

Esos efectos negativos, al menos en términos de cotización, ya se dejaron notar ayer en CaixaBank o Banco Sabadell. En un día negativo para el conjunto de la banca, la entidad presidida por Jordi Gual sufrió una importante caída de casi un 4% y fue el peor valor de la jornada. Sabadell, por su parte, se dejó algo más de un punto y BBVA, con una gran presencia en la comunidad autónoma catalana, cedió casi un 2%.

"El castigo ha sido especialmente duro para la entidad catalana CaixaBank. En esta semana previa al 1 de octubre y en los días posteriores es de prever que crezca la volatilidad en este valor y en Sabadell. Este último se ha dejado un 1,1% a pesar de que HSBC le ha dado un voto de confianza al fijar su precio objetivo en los 2,04 euros", explicaban ayer desde Self Bank.

Todo ello hizo que el Ibex cediese cerca de un 1% y se quedase a las puertas de perder los 10.200 puntos en una sesión en la que el resto de plazas de Europa cerraron casi planas, lo que evidencia que «la incertidumbre política en España sigue abriendo la brecha entre el Ibex y el resto de índices europeos», añaden en Self Bank.

Y la prima de riesgo, a pesar de esa complacencia que cita JP Morgan, también repuntó y se quedó cerca de los 120 puntos básicos. Así, en las últimas cuatro jornadas ha subido ya algo más de 10 enteros.

Las advertencias, tanto del mercado como de los analistas e inversores, están por lo tanto incrementando en la misma medida en la que se acerca el 1-O. Otro ejemplo de ello es la entrevista que Carlos Perelló, director general de Natixis para España y Portugal, concedió el pasado fin de semana a Expansión y en la que afirmó que «ni a nuestros socios ni a Natixis nos parece una decisión muy racional invertir capital en proyectos similares en Cataluña a pesar de que ofrecen rentabilidades muy superiores. Esto es por la situación política».

A ello, Perelló añadió que «si la situación se pone tensa, con violencia en las calles y enfrentamiento entre diferentes cuerpos policiales, España entera se cerrará de inmediato a toda la inversión extranjera y será una decisión instantánea».
Guindos también avisa


Por su parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, que la semana en las páginas del Financial Times habló de una posible "reforma del sistema de financiación" si los planes de independencia cesan, ayer advirtió de las graves consecuencia económicas que para la región tendría una hipotética ruptura con España.

"La independencia sería un suicidio desde el punto de vista económico, financiero, pero también desde el punto de vista de la convivencia de los catalanes, y el Gobierno no va a dejar que eso ocurra", afirmó De Guindos en la conferencia Retos y oportunidades de la economía española que ofreció en Zaragoza.

Según informa Europa Press, el responsable de la cartera de Economía recordó que las exportaciones son el 75% del Producto Interior Bruto (PIB) en Cataluña, y que éstas quedarían sujetas a un arancel en caso de que se independizara que, por ejemplo en el sector del automóvil, sería de hasta un 10%.

Guindos añadió que cualquier territorio de un Estado que se separa queda fuera «inmediatamente» de los tratados internacionales firmados por el país al que pertenecía, lo que supondría, según sus palabras, que Cataluña perdería el euro.

El siguiente paso, desgranó Guindos, sería que el nuevo país catalán tendría que acuñar su propia moneda, "que estaría muy devaluada respecto al euro", formar su propio banco central y afrontar una importante contracción del crédito.

Además, el nuevo Gobierno sería "muy radical", lo que a su entender tendría consecuencias "muy negativas". Por todo ello, el también ministro de Competitividad e Industria concluyó que no contempla un escenario en el que la comunidad autónoma esté fuera del país y ocurran todas estas circunstancias.

La última propuesta republicana de reforma sanitaria se encamina a un nuevo fracaso

REFORMA SANITARIA
 
Tres senadores conservadores rechazan la ley, lo que imposibilita su aprobación


El senador Lindsey Graham, la semana pasada en el Capitolio


El tiempo corre en contra del Partido Republicano. Los conservadores del Senado tienen hasta el 30 de septiembre para aprobar por mayoría simple su propuesta de ley que acabaría con la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama. Los republicanos se juegan su prestigio. Tras siete años prometiendo derogar Obamacare, las divisiones internas han impedido la aprobación de una contrarreforma. Ha habido dos intentos fallidos desde que Donald Trump asumió la presidencia en enero. La última iniciativa carece por ahora de apoyos y se encamina a un nuevo fracaso.



La noche del domingo surgieron nuevos movimientos a la desesperada. Los impulsores de la propuesta de ley, los senadores republicanos Lindsey Graham y Bill Cassidy, anunciaron cambios que aumentarían la dotación presupuestaria para Alaska y Maine, dos de los Estados con senadores que no han garantizado su apoyo. Pero este lunes ya eran tres los senadores republicanos que anunciaron su rechazo, lo que impide que la ley se apruebe.

Los republicanos controlan 52 de los 100 escaños de la Cámara Alta. Solo pueden permitirse perder a dos senadores dado que el vicepresidente, Mike Pence, rompería un empate a 50 en su calidad de presidente del Senado. A partir de octubre, necesitarían 60 votos a favor para aprobar su propuesta de ley, según el reglamento de la Cámara, lo cual sería imposible dado el rechazo unánime de los demócratas.

Dos republicanos, el veterano John McCain y el libertario Rand Paul, ya han avanzado su oposición a la última norma. Tras los cambios anunciados, la moderada Susan Collins, de Maine, anunció el lunes que votará en contra. Y los senadores Ted Cruz y Mike Lee, del ala más derechista, han sugerido lo mismo. Incluso Trump ha parecido dar por muerta la ley al insistir en que su prioridad es aprobar una rebaja fiscal.

Los motivos de rechazo son diversos. Revelan el equilibrismo que debe llevar a cabo el partido para atajar su brecha interna y la enorme dificultad de modificar el complejo y caro sistema sanitario estadounidense. Algunos legisladores, como McCain y Collins, se oponen a la propuesta de ley (como ya hicieron en julio a una iniciativa parecida) porque consideran demasiado severos los recortes que causaría. Otros, como Paul o Cruz, lo hacen porque no va lo suficientemente lejos en eliminar burocracia y bajar costes.

La esencia de la última propuesta de Graham y Cassidy es la misma que las anteriores: reduce la expansión de Medicaid, el programa de asistencia pública para personas pobres o discapacitadas, y también de ayudas fiscales para la compra de seguros en el mercado creado por Obamacare.
Más recortes y menos requisitos

Pero va más allá en esos recortes y elimina muchos de los requisitos establecidos por la ley de Obama. Da dinero a los Estados para que decidan qué ayudas públicas dan a sus ciudadanos y les permite fijar sus propias condiciones de cobertura. La ley de Obama establece una asistencia mínima, por ejemplo en maternidad o servicios de psicología, y un máximo de gasto sanitario por paciente.

Sin embargo, la oposición demócrata, los Estados y asociaciones médicas y aseguradoras han criticado la iniciativa de Graham y Cassidy al considerar que disparará el número de personas sin seguro y dilapidará protecciones.

Obamacare, aprobada en 2010, impuso cambios estructurales al modelo sanitario estadounidense y dio cobertura médica a 20 millones de personas que no la tenían. Creó un mercado de compra de seguros para el 7% de la población (21,8 millones) que no obtiene asistencia médica a través de sus empleos o el Gobierno. También expandió Medicaid y creó reglas para impedir abusos.

Los republicanos consideran la ley actual un adalid de una excesiva burocracia e intervencionismo público. Esgrimen que el objetivo de su contrarreforma es bajar el coste de los seguros y aumentar la competencia. Con Obamacare, han subido los precios y ha caído la oferta de planes.

Textiles preocupados por aumento en las importaciones y compras en el exterior

Cecilia Camarano
Jorge Sorabilla.



En el marco de una nueva edición de Pro Textil, la Convención de la Industria Textil & de Indumentaria Argentina, el presidente de Pro Tejer, Jorge Sorabilla, afirmó que en el sector hay preocupación por el nivel de consumo que aún no muestra señales claras de recuperación, mientras que además impactan las compras de indumentaria en el exterior, y crecen las importaciones.

Sobre este último punto, advirtió que las importaciones de prendas de vestir subieron 62% en los primeros siete meses del año comparado con igual período del 2016. Del total, un 40,1% está explicado por lo que va al sector mayorista; y 23% por lo que va a marcas y retail.

Acompañado por el director ejecutivo de la fundación, Ariel Schale, Sorabilla advirtió además que la carga impositiva del sector afecta la actividad: "La economía argentina no es competitiva. Entendemos que el Gobierno está trabajando en una reforma fiscal, pero el problema son los tiempos, que no coinciden con los nuestros".

Sobre este punto, Sorabilla dijo tener un "buen diálogo" con la cartera de Producción, pero reconoció que esto no se ve trasladado al resto del Gabinete. Sus palabras fueron en el marco de una conferencia de prensa que brindó previo a la 13° Convención del sector textil en el Hotel Hilton, y a la que tuvo acceso ámbito.com.

Durante el evento, que no contó con la presencia de funcionarios nacionales, el empresario hizo hincapié en que el textil es "un sector competitivo", y dijo estar convencido de que "la industria nacional es la solución al problema". "Cómo va a ser la industria nacional eficiente si tiene detrás un Estado que no lo es", remarcó.

"Hoy, la carga final de una prenda de vestir en impuestos es del 50,3. La industria solo incide en un 8,5% del valor final de la prenda", explicó Sorabilla.

En la misma línea, Schale señaló que "impuestos, renta inmobiliaria y el sistema financiero son el problema, la industria nacional siempre es la solución", al tiempo que añadió que "el principal achicamiento del mercado es la baja de la demanda".

Por otro lado, adelantaron que se está trabajando en un proyecto de ley, en conjunto con la cámara de calzado, que propone reducir al 50% los costos patronales. "Es una propuesta que nació del Gobierno interpretando que parte de esa carga tributaria encarece el producto", señaló Sorabilla. El proyecto sería presentado después de las elecciones.

En la exposición de la situación del sector se indicó que el nivel de actividad de enero a julio marcó un descenso del 12,9%, lo que muestra una desaceleración del ritmo de caída.

La Fundación estimó una reducción del 5% del mercado textil argentino en 2017, al mismo tiempo, pronosticó una disminución de la participación de la producción nacional, que alcanzará al 40% del mercado cuando a 2016 era del 45%.

De esta manera, estiman que al 2017 el mercado textil total alcanza las 400 toneladas lo que implica una reducción del 20% respecto del mercado a 2015.

• Importaciones

Según Pro Tejer, el incremento de las importaciones de las prendas de vestir avanza a un ritmo del 62% anual en kilos en lo que va de 2017: 40,1% del total está explicado por lo que va al sector mayorista; y 23% por lo que va a marcas y retail.

En contraposición, las importaciones de insumos que utiliza la industria para sus procesos disminuyeron un 8,7%; lo que va a supermercados bajó 5,3% y aquello que va a las fábricas del polo industrial de Tierra del Fuego disminuyó 20,6% en lo que va del año.

En tanto, las importaciones de confecciones para el hogar y la indumentaria están creciendo a un ritmo del 16,3% y 62,3%, respectivamente, entre enero y julio de este año, en comparación con el mismo período del año pasado.

En este marco, un 63% de las importaciones provinieron de algún país de Asia, en donde China consolidó su participación como principal origen alcanzando a casi la mitad de las compras totales de este período.

Además, los productos al final de la cadena (prendas de vestir y confecciones para el hogar) son los que registraron el mayor crecimiento: "Confecciones para el hogar e Indumentaria aumentaron un 16,3% y un 62,3% en toneladas respectivamente en enero a julio de 2017".

• Compras en el exterior

Otra de las preocupaciones del sector son los tours de compras al exterior. Pro Tejer calculó que los viajes de argentinos al exterior alcanzaron en 2016 a más de 3,4 millones de persona y a 2,3 millones a julio de 2017.

Además, a un año de la vigencia del sistema de compra puerta a puerta estiman la realización de 600.000 envíos de productos textiles hacia el país.

El sector registró además "nuevos mecanismos ilegales de ingreso de productos textiles por la frontera del norte del país".

El cerebro y la estructuración del sistema de preferencias electoral

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Aunque, por supuesto, tomamos decisiones conscientes, nuestro cerebro desarrolló un mecanismo que muchas veces está basado en memorias y emociones previas. Gran parte de nuestras decisiones se hace en forma automática y no llega al nivel de la conciencia.

En todos los procesos de decisión participan dos componentes: el emocional y el racional. Depende en cada caso cómo se muestren los datos. Entonces uno decide votar por consideraciones emocionales o necesidades como la seguridad o beneficios familiares.

En cada decisión se consideran argumentos racionales y emocionales. Ambos procesos activan la parte de la corteza frontal más cercana a la frente (corteza prefrontal) pero lo hacen de manera distinta. Cuando priman los aspectos emocionales de una decisión se activa más la parte medial de la corteza prefrontal. En cambio, cuando priman las consideraciones racionales se activa en mayor medida la parte lateral de esa corteza.

En el corte interior, en el medio del cerebro, en el plano que separa los dos hemisferios, se pueden identificar subdivisiones de la corteza frontal. Por ejemplo, la corteza ventromedial prefrontal y la corteza orbitofrontal, que coordinan distintos elementos de la toma de decisiones. De manera imperceptible, como si cada alternativa decantase naturalmente, comparamos el universo de opciones posibles en una balanza mental, lo ponderamos y finalmente decidimos. Sobre esas alternativas ponemos en acción los circuitos cerebrales que conforman la maquinaria de la decisión.

Son varias las zonas involucradas en la toma de decisiones, la corteza frontal desempeña un papel clave. Esta área cerebral permite integrar la información del contexto, recibe la información de los cambios que se producen en el organismo y participa en la regulación de los estados de ánimo. Se trata de la parte del cerebro que tiene que ver mayormente con nuestra identidad. Las personas que sufren una lesión en esta zona, cambian su comportamiento: prefieren la recompensa inmediata y no piensan en las consecuencias a largo plazo e hipotecan su futuro.

En el caso de las elecciones presidenciales, habrá quienes decidan su voto recién a último momento y esto puede ocurrir por una situación de incertidumbre provocada porque las propuestas se parecen mucho, entonces racionalmente se dificulta tomar una decisión y pasa a jugar un lugar fundamental las emociones y la intuición. Muchas veces ocurre lo mismo cuando estamos bajo el dominio de alguna situación límite o estrés,  al tomar una decisión, además de ejecutar la opción elegida, el cerebro genera una creencia. Es lo que percibimos como confianza o convicción en lo que hacemos.
El cerebro toma microdecisiones que luego toman la forma de la gran decisión, la decisión definitiva.

Entre la razón y la emoción

Según algunas teorías neurocientíficas, es en el inconsciente donde residen los mecanismos que condicionan nuestras decisiones, los factores causales de nuestros actos, es decir, que una persona toma decisiones en un ambiente emocional y después las justifica racionalmente. Sin embargo, dicha teoría se enfrenta a otra en la que la razón es protagonista y la conciencia tiene poder de veto y puede frenar a la decisión emocional. Se trata de una discusión que se está dando en la actualidad.

El juego entre consciente e inconsciente, razón y emoción, se da de forma constante. Uno puede analizar de forma racional las propuestas políticas, pero también se encuentra condicionado por las ideas políticas, su historias de vida, las posturas y gestos del candidato, si habla mal de sus oponentes (lo cual genera hostilidad), incluso hay estudios sobre como los humanos percibimos los rostros y estos nos parecen más atractivos y amigables.

En 2005, Alexander Todorov, psicólogo búlgaro de la universidad de Princeton, Estados Unidos aseguró que los rostros de los políticos podían otorgar una percepción sobre su competencia. En el mismo sentido,  el jefe del laboratorio de psicología experimental de Fundación INECO, Agustín Ibáñez, demostró que el cerebro detecta automáticamente (en menos de 170 milisegundos) si un rostro integra o no el propio grupo de pertenencia y le asigna una valoración positiva o negativa mucho antes de que la persona responda.

Las emociones son claves para todas las decisiones de la vida y también para las políticas,  en 2004 durante la campaña presidencial de Estados Unidos se investigó a un grupo de simpatizantes demócratas y republicanos. Los observaron mediante un resonador funcional mientras escuchaba discursos de los candidatos Bush y Kerry en los que se contradecían entre ellos. Entonces, los republicanos fueron críticos con Kerry y los demócratas con Bush; sin embargo, los dos grupos fueron benévolos con sus propios candidatos. Estos estudios mostraron que las áreas más activas durante el estudio fueron las vinculadas con el procesamiento emocional. Las áreas racionales se mantuvieron sin mucha actividad.

Similar a la intención de compra

La intención de compra tiene algunas similtudes con la intención de voto.

Para analizar ciertos cruces y puntos de contacto, se utiliza -entre otras técnicas- la resonancia magnética para leer las reacciones cerebrales de los compradores y lo mismo realizan con los votantes. A través de una pantalla se les  muestran imágenes de los distintos candidatos y  se estudia su mapeo cerebral, qué sucede cuando ven a cada uno. Lo que se nota en la mayoría de los casos es que las emociones cumplen un papel fundamental.

El político que no lo entiende así tiene pocas chances de ganar. Los que comprenden este punto incluyen en sus discursos temas que apelan a la familia, el futuro de los hijos, para de alguna manera tocar las emociones.

El cerebro político

La motivación es un factor clave para que la obtención de información política ascienda en la lista de prioridades del cerebro
Las estrategias de búsqueda del cerebro son dos. Una es la focalización sucesiva sobre la totalidad de los atributos de cada uno de los candidatos, y la otra es la comparación entre todos los candidatos en base a sus atributos.

Decodifica la información y lo hace siguiendo el mapa de la realidad construido por cada persona. Produce una decisión primaria de voto que se deriva de los juicios establecidos acerca de los candidatos. Esta decisión primaria está intensamente teñida de factores emocionales, buena parte de ellos de carácter inconsciente.

Martín Lutero: celebración, narrativa y resignificación de mitos necesarios

Las celebraciones en torno al quinto centenario del cisma luterano, que impulsó el monje Agustino, obvian los aspectos más oscuros de su figura y legado. El manto religioso oculta un conflicto político y nacionalista


María Elvira Roca Barea
 

Instalación del artista alemán Ottmar Hörl hecha con 800 figuras de Martín Lutero y expuesta en la ciudad alemana de Wittenberg en agosto de 2010. 

Dice la leyenda que el 31 de octubre de 1517 el monje agustino Martín Lutero (1483-1546), escandalizado por el vergonzoso espec­táculo que la Iglesia ofrecía e indignado por la venta de indulgencias, clavó en las puertas de la iglesia de Wittenberg las 95 tesis que desafiaban el poder de Roma. Se cumplen por tanto 500 años y Alemania está celebrando con fasto este aniversario. Merkel y Obama homenajearon el 25 de mayo a Lutero en la puerta de Brandeburgo y por las mismas fechas se inauguró una espectacular exposición en Wittenberg. Esto, por citar sólo alguno de los eventos más destacados. Desde que acabó la II Guerra Mundial los aniversarios luteranos (nacimiento, muerte, 95 tesis, iluminación divina durante la tormenta de 1505…) apenas revestían relevancia. Pero ahora esto ha cambiado. ¿Por qué?

El gesto descrito a las puertas de la iglesia de Wittenberg es la representación mítica y ritual de lo que significó Martín Lutero para el entonces llamado Sacro Imperio Germánico. Hace mucho que se duda de que clavara sus tesis; las menciones al acto desafiante aparecen mucho después conforme se va adornando y mitificando al personaje Lutero y al cisma que trajo consigo. Pero, si non è vero, è ben trovato. Resulta mucho menos heroico mandar por correo —que es lo que con toda probabilidad sucedió— el texto de protesta al obispo de Maguncia. Así que el gesto simbólico conserva hoy toda su prosopopeya teatral pero era mucho más épico en aquel tiempo, porque el hombre del siglo XVI sabía que este era el modo en que se daban a conocer los llamados carteles de desafío, con los que un caballero insultaba públicamente a otro y le retaba a duelo. Había que responder, si no, quedaba deshonrado para siempre. Hay en la figura de Lutero un componente de heroísmo a toro pasado muy interesante para comprender su significado en la historia de Alemania y sí, no se sorprenda el lector, en la de España.

El cisma luterano es la manifestación de un problema político, y haberlo mantenido en el orbe de lo religioso enturbia completamente su comprensión. A través de él se expresa el nacionalismo germánico de la primera hora y por eso Martín Lutero es celebrado y exaltado en Alemania cada vez que a ese nacionalismo le sube la temperatura. Desde la II Guerra Mundial no se ha conmemorado de manera significativa ninguna efemérides luterana. En 1983 pasó sin pena ni gloria en la RFA el quinto centenario del nacimiento de Martín Lutero que tan festejado fue en tiempos de Bismarck. Así, por ejemplo, el 10 de noviembre de 1883, el emperador Guillermo I encabezó el desfile del cuarto centenario del nacimiento de Martín Lutero en Eisleben.



Lutero fue el gran valedor de las oligarquías, el garante religioso de un feudalismo tardío que mantuvo a Alemania en el atraso y la pobreza

En Historia del año 1883 Emilio Castelar escribe: “Los pueblos protestantes han celebrado el cuarto centenario de Lutero con universales jubilaciones”; y también que aunque “los católicos y los protestantes de Alemania no han podido acordarse para celebrar al creyente, se han acordado para celebrar al patriota”. Pero lo más interesante es el colofón: “Nosotros, que no pertenecemos a la religión luterana ni a la raza germánica, españoles y católicos de nacimiento, podemos celebrar sin escrúpulo al que, iniciando la libertad de pensamiento y examen, ha iniciado las revoluciones modernas, a cuya virtud hemos roto nuestras cadenas de siervos y proclamado la universalidad de la justicia y del derecho”. No necesitamos por tanto ir a Wittenberg y leer los textos que comentan la espectacular exposición. Lo que allí se cuenta es exactamente lo mismo que Castelar nos dice: Lutero, el padre de la libertad religiosa en Europa; Lutero, el héroe por cuyo esfuerzo sin par este continente se libró de las tinieblas y de la esclavitud. Dice Castelar que “hemos roto nuestras cadenas”. A Lutero le debemos nada menos que “la justicia y el derecho”, porque resulta evidente que los españoles no teníamos. Qué simpático resulta esto de que los hijos de Roma desconozcan el Derecho, los pobres.

Y, claro está, si Lutero rompe cadenas es que había cadenas que romper y alguien las había puesto. Si trae la libertad de pensamiento es que tal cosa no existía, ¿y quién lo impedía? No hace falta ni nombrarlo pero está ahí, constantemente presente: el oscuro y siniestro Imperio español y católico. Para que el héroe Lutero exista tiene que haber un monstruo al que él se enfrente. Si no hay monstruo, no hay héroe. Quien visita hoy Wittenberg o cualquiera de las muchas exposiciones y celebraciones que pueden verse en Alemania, incluso si es español y católico —especialmente si es español y católico— no ve el decorado que hace posible el brillo germánico. Cuando digo católico no quiero decir creyente. La fe es irrelevante en este contexto. Nos referimos a quienes han nacido en un país de cultura católica. Porque ese relumbrón germánico ha necesitado siglo tras siglo como condición sine qua non para su exaltación que el sur mediterráneo sea oscuro y atrasado, inmoral y decadente, vago y poco fiable. Es en tiempos de Lutero cuando el adjetivo welsch —una denominación geográfica poco precisa para referirse al sur— pasó a significar latino o románico, y malvado e inmoral al mismo tiempo.

La “libertad luterana” no resiste una mirada cercana y libre de prejuicios. Comenzó provocando una guerra espantosa que se llamó la Guerra de los Campesinos y que dejó más de 100.000 muertos en los campos del Sacro Imperio. Porque los campesinos se creyeron de verdad aquellas exaltadas predicaciones en boca de Lutero y de otros que clamaban contra las riquezas acumuladas por los poderosos de la tierra con Roma como garante de tales injusticias. Esto provocó una convulsión social como no se ha conocido otra en Europa hasta la Revolución Francesa. Los príncipes alemanes, cuyo propósito era básicamente oponerse al emperador, no pensaron que alentar aquella efervescencia antisistema (Carlos V y el catolicismo) pudiera volverse contra ellos, pero tuvieron que enfrentarse a una revuelta de proporciones gigantescas. Algunos clérigos revolucionarios como Müntzer, llamado el teólogo de la revolución, se mantuvieron fieles a sus principios hasta el final y fueron ejecutados, pero Lutero decidió sobrevivir. Desde comienzos de 1525, tras la muerte de Hutten y Sickingen, los dos cabecillas revolucionarios que lo habían amparado, Lutero se pone al servicio de los príncipes alemanes y alienta la violencia brutal con que los grandes señores germánicos acabaron con estas rebeliones de campesinos: “contra las hordas asesinas y ladronas mojo mi pluma en sangre, sus integrantes deben ser estrangulados, aniquilados, apuñalados, en secreto o públicamente, como se mata a los perros rabiosos”.

Desde entonces Lutero se convierte en el gran valedor de las oligarquías señoriales, en el garante teológico de un feudalismo tardío que mantuvo a Alemania en un estado de pobreza y atraso ya superado en España y en la mayor parte del sur. El enquistamiento por la vía religiosa de estas oligarquías impidió la unificación de Alemania e hizo posible una supervivencia anómala del sistema feudal en esa parte de Europa. Casi todo el mundo sabe que el régimen de los siervos duró en Rusia hasta el siglo XIX, pero se ignora que en Alemania también, notablemente en las zonas protestantes. Uno de los primeros estados en abolir las leyes de servidumbre fue la católica Baviera en 1808, pero el proceso no culminó hasta mediados del siglo en la zona oriental. Bien. Esto por lo que respecta a Lutero como libertador social. Vamos ahora a Lutero como libertador mental.



Casi la cuarta parte de las propiedades del Sacro Imperio cambiaron de manos. No hubo un latrocinio igual hasta la Revolución Rusa

Libertad religiosa o libre examen son dos iconos lingüísticos acuñados por Lutero que no tuvieron nunca un reflejo en la realidad, como demuestra primero la lógica y luego la historia.

Supuestamente el libre examen significa que el cristiano debe entenderse con Dios directamente a través de los textos sagrados, sin intermediarios gravosos e inmorales como “los romanos” (así llamaba Lutero al clero católico, aunque fuesen tan alemanes como él). Si esto es así, hay una consecuencia inmediata: la desaparición del clero por innecesario. La evidencia demuestra que esto jamás sucedió, porque Lutero no operó la destrucción de las iglesias, sino que creó otra. Ni Lutero dejó de ser clérigo, ni disminuyó el número de ellos en el Sacro Imperio. Simplemente se formó un nuevo cuerpo sacerdotal que también condujo al rebaño hacia donde debía ir. Solo que ahora ese cuerpo de pastores sirve únicamente al señor del territorio (y no a un papa extranjero y a un emperador aliado con el mundo welsch) que es el que le da de comer. Si le sirve bien, como hizo Lutero, vivirá bien. Vivirá incluso mejor que con los “romanos” y, así, Lutero recibió del príncipe de Sajonia, como primera prueba de gratitud, el que había sido su antiguo convento en Wittenberg. Es un muy bello palacio, donde se instaló con su nueva esposa, sus parientes y sus criados. Había nacido en el seno de una familia muy humilde y estos lujos, como monje agustino, no se los hubiera podido permitir nunca. Y no tocaremos aquí más el asunto de las críticas feroces contra los lujos del clero “romano”.

La libertad religiosa es probablemente el tótem lingüístico más afortunado de Martín Lutero. Ha sido y es ininterrumpidamente esgrimido frente a las tinieblas del catolicismo y de su nación defensora por antonomasia, España. No hace falta siquiera pensar mucho para ver a dónde va a parar la libertad luterana. Si tal cosa hubiera existido alguna vez, siquiera teóricamente, también los católicos u otras facciones protestantes hubieran tenido derecho a ella. Si el cristiano es libre para interpretar los textos sagrados, entonces, también la interpretación católica es posible y debe ser aceptada. Y debería haber sido respetada en consonancia con la “libertad religiosa” que Lutero y sus diáconos predicaban. Si la lógica humana no es una patraña desde su misma raíz, esto es así. Pero lo cierto es que el nuevo clero creó una versión del cristianismo que fue la única aceptable y todas las demás fueron proscritas y perseguidas; la católica por supuesto, pero también los anabaptistas, calvinistas, menonitas, etcétera.



Se le esgrime como adalid de la libertad religiosa, pero el clero luterano proscribió y persiguió las demás versiones del cristianismo

Sin embargo, siglo tras siglo, Lutero se ha paseado por la historia de Europa inmune a la verdad, a los hechos y a la lógica. Puede el lector teclear en Internet en algún buscador la secuencia “Lutero libertad religiosa” y verá. Si lo hace en inglés y alemán, se quedará pasmado. Podríamos llevar este juego perverso con las palabras un poco más lejos y exasperar los argumentos históricos habitualmente aceptados. Porque aplicar la “libertad religiosa” en sentido luterano es lo que hicieron los Reyes Católicos en España, a saber, que todos los súbditos deben tener la misma religión que su señor terrenal. Este es el principio conocido como cuius regio, eius religio, y dio cobertura legal a los príncipes alemanes para obligar a las poblaciones de sus territorios a hacerse protestantes, lo quisieran o no, y no siempre con persuasivos y pacíficos sermones. Pero es evidente que los Reyes Católicos no pueden ser padres de la libertad religiosa, aunque hicieron exactamente lo mismo, porque, como dice Castelar, nosotros no somos luteranos ni pertenecemos a la raza germánica.

A estas alturas ya estará preguntándose ¿pero por qué tenían este empeño los príncipes alemanes en hacerse protestantes? Pues no es difícil tampoco de explicar, pero para eso, como señalamos más arriba, hay que salirse del terreno religioso, de la superioridad moral y de las palabras totémicas donde empeñosamente ha insistido todo el protestantismo en situar aquel sangriento conflicto. Casi una cuarta parte de los bienes raíces del Sacro Imperio cambiaron de manos, entre las confiscaciones de propiedades eclesiásticas y las de aquellos que abandonaron los territorios protestantes por negarse a acatar la conversión forzosa. Hasta la Revolución Rusa no ha habido latrocinio comparable en Occidente. Pero, claro está, no los llamamos así, porque el uno tenía una cobertura teológica y el otro una cobertura ideológica. En definitiva: una justificación moral. Esto naturalmente no se lo van a contar al visitante en la magna exposición de Wittenberg.



Fue furiosamente antisemita y prefigura el programa nazi. La noche de los Cristales Rotos se hizo en honor a su 450 cumpleaños

Lutero fue no solamente anti-latino sino furiosamente antisemita. El filósofo alemán Karl Jaspers escribió que el programa nazi está prefigurado en Martín Lutero, que dedicó a los judíos párrafos espeluznantes: “Debemos primeramente prender fuego a sus sinagogas y escuelas, sepultar y cubrir con basura a lo que no prendamos fuego, para que ningún hombre vuelva a ver de ellos piedra o ceniza”. El primer gran pogrom de 1938, la noche de los Cristales Rotos, fue justificado como una operación piadosa en honor de Martín Lutero, por su 450 cumpleaños. A las elecciones de 1933 concurrió Hitler con un soberbio cartel donde la imagen de Lutero y la cruz gamada aparecen juntas. Las celebraciones luteranas de los nazis fueron espectaculares. Con idéntica ferocidad alentó y justificó Lutero la quema de brujas, que dejó en Alemania no menos de 25.000 víctimas, según Henningsen. Llevamos tantos miles, millones de muertos con este asunto que es mejor no hacer cuentas. Pero no hay de qué avergonzarse. Alemania celebra sin disimulo a Martín Lutero porque se siente bien, porque Lutero es el padre del nacionalismo alemán y de su iglesia y tiene por lo tanto… indulgencia teológica. Desde que se produjo la reunificación y vino luego el euro como mágico elixir, Alemania está en un tiempo nuevo y afronta sin sombras una hegemonía europea incontestada. Gran Bretaña ha desertado del barco de la Unión y Francia no está en condiciones de enfrentarse a la indiscutible supremacía germánica. Ni España ni Italia parecen darse mucha cuenta de cuán necesarias son para compensar esta hegemonía y andan perdidas, sin poder superar el complejo de inferioridad que asumieron hace siglos. Porque con todo esto llegamos al gran asunto que aquí se ventila: el de la superioridad moral frente al porcino mundo no protestante, en el cual vivimos y que ha sido tan absolutamente asumida que muchos de nuestros periódicos, como en tiempos de Castelar, se han sumado gozosos a la celebración luterana, tan ciegos y tan perdidos en el laberinto de su propia inferioridad hoy como hace 100 años.

"En los EE.UU. ha surgido una nueva clase social, el precariado"

Manuel Muñiz. Director del Instituto Weatherhead de RR.II., en Harvard






“Caos y división” es lo que ve Manuel Muñiz, director del Instituto Weatherhead de Relaciones Internacionales de la Universidad de Harvard. Muñiz señala que no cree que las políticas de Trump puedan dar respuesta a lo que él llama “el precariado”, una nueva clase de personas subempleadas y empobrecidas que lo han llevado a la Casa Blanca.

¿Cómo evalúa estos primeros meses de Trump en la Casa Blanca?

Hay caos y división, como una esquizofrenia dentro de la administración. Creo que este presidente va a poner a prueba los equilibrios de fuerzas y las estructuras institucionales del país. Va a tener una serie de corsés muy importantes. Entre ellos, su propio gabinete porque ahí va a haber una dinámica que ya se está desarrollando entre perfiles más moderados y más tradicionales y las propias opiniones del presidente. Pero también sucederá lo mismo con el poder judicial y con el Congreso.

¿La elite de Washington le está marcando los límites?

Esto no va a ser una presidencia normal en ningún punto, pero creo que se lo va constreñir en muchísimos aspectos, sobre todo a nivel doméstico. A mí no me preocupa tanto la situación dentro de EE.UU., por la fortaleza de poderes y el balance institucional, sino que me preocupa mucho el impacto que pueda tener en política exterior ya que ahí realmente tiene mucho margen de maniobra.

Lo que vimos hasta ahora con respecto a política exterior es que no ha cumplido sus amenazas, por ejemplo con China.

En el caso de China ha habido una corrección de rumbo o moderación de la postura. Pero la gran pregunta es si esto es un patrón. Se cree que busca fortalecer la relación con Rusia y Asia Central para contener a China, que para muchos en el Gobierno es el gran enemigo geopolítico de EE.UU. Un paso atrás en la política de “Una China” no significa necesariamente que hayan abandonado esta idea.

¿El tema de la injerencia rusa en la campaña va a ser un estigma dentro de la administración Trump?

Definitivamente, le está restando. Está teniendo índices de popularidad que son de los más bajos de la historia, 30% y a días de haber jurado el cargo. Parte de esto viene de todas estas revelaciones. No sé cuál es la verdad, pero la estética y la apariencia es preocupante y espero que las investigaciones independientes desde el Congreso se materialicen y podamos ver cuál es el fondo. Lo que está claro es que hay un acercamiento a Rusia muy estratégico, y creo que la pieza superior en esto es el tema chino.

Trump asumió con la promesa a sus votantes de volver a un “Estados Unidos grande”, una vuelta al pasado. ¿A qué pasado quiere volver?

Es un pasado imaginado, es una realidad imaginaria. EE.UU. tiene una renta per cápita que es más o menos 10 veces la que tenía en los años 50 o 60. Esa era dorada en términos absolutos fue menos próspera. Lo que sucede es que, aunque las cifras agregadas de prosperidad claramente muestran un aumento grande, han habido ciertos colectivos, cada vez más grandes en tamaño, que no han visto su situación mejorada. Después de las elecciones se hizo un estudio y se vio que los condados con altos niveles de desempleo se repartieron 50 y 50 entre Hillary y Trump. Es decir, la desocupación no nos daba ninguna pista. Pero si uno miraba aquellos condados con trabajo rutinario o repetitivo, cuyos empleos están en riesgo de automatización, robotización o incluso que ya están sufriendo presión tecnológica y precariedad, allí Trump ganó claramente. O sea, existe una correlación entre precariedad y apoyo a este tipo de opciones políticas. Surge una clase nueva que no es desocupada sino que es el “precariado”, personas sub empleadas, empleados pobres. Allí radica el problema. No creo que Trump lo pueda resolver. No veo políticas tendientes a hacerlo.

Trump apuntó a los inmigrantes y a la globalización como responsables de esta precariedad laboral ¿Cree que la presión contra los inmigrantes va a aumentar?

Tenemos muchos casos en Europa, a principios del siglo 20, que cuando la situación económica es negativa y no hay movilidad de ingresos hay una serie de reacciones. Aquí en EE.UU. lo llaman nativismo y tiende a la agresión y demonización de las minorías. ¿Por qué surge ahora? Lo que veo es que hay una sensación de malestar, de fracaso del sistema, de injusticia y falta de equidad que se manifiesta contra las minorías. Según una investigación de la Universidad de Stanford, un estadounidense que nacía en los años 40 tenía una probabilidad de más del 90% de ser más próspero en vida que sus padres. Esa probabilidad para alguien nacido en los 80 ya había bajado al 50 por ciento. Se produce un desplome de la movilidad económica intergeneracional o básicamente la desaparición del sueño americano. Esa estagnación de una generación a otra es el problema real y no cuestiones de minorías.

¿En qué cosas cree usted que Trump puede cambiar drásticamente a los Estados Unidos?

Este es un gobierno impredecible pero la pieza trascendental aquí puede ser la económica porque él tiene la aritmética, la geometría política y económica como para poder lanzar los programas que quiere en inversión y de reducción de impuestos. Eso puede generar un aumento de demanda agregada en EE.UU., ya sea a través de gasto público, privado o en infraestructura. Se activaría una sensación de aparente prosperidad porque a través de esta demanda se genera crecimiento con empleo poco cualificado. Si Trump logra este objetivo, y no hay grandes errores o problemas graves en política exterior, lo puede llevar de manera más o menos cómoda a un segundo mandato. Puede lograr que vuelva el crecimiento a este país pero generando deuda. La pregunta es: ¿Esto resuelve los problemas de fondo reales como la erosión de la clase media, la automatización de trabajos en la industria avanzada y en ciertas categorías de servicios? A mi modo de ver no lo resuelve sino que pospone el problema a través de una política económica que bien se puede denominar populista o simplista al exceso.

¿Y qué ve como más preocupante en el gobierno de Trump?

Lo más grave es la agresión a las instituciones democráticas y al funcionamiento democrático del país y sobre todo la relación con la prensa. También la relación con el poder judicial. Esta sensación del populismo puro que es que él representa al pueblo y a todas sus instituciones va definitivamente en contra de la voluntad de los ciudadanos. Esa narrativa me parece muy corrosiva y si la mantiene durante toda la presidencia, que parece que así va a ser, en el fondo lo que hace es alimentar una sensación de fracaso del sistema.

Formar gobierno, difícil misión para Merkel

Canciller lista para tratativas con Liberales y Verdes
 
Angela Merkel gana elecciones pero pierde 7 millones de votos

Pese al agitado panorama post-electoral en Alemania, la canciller Angela Merkel aseguró hoy que logrará formar un nuevo gobierno, misión que se presenta de todos modos difícil y llena de incógnitas.
La Unión cristianodemócrata (CDU-CSU), los Liberales y los Verdes se preparan para una negociación que no será nada fácil, visto las fuertes diferencias que tienen sobre las políticas europeas.
Mientras, en la acera de enfrente -la de la oposición-, el candidato de la SPD Martin Schulz confirmó su intención de mantenerse al frente del partido, pese al derrumbe electoral sufrido el domingo: la Socialdemocracia no fue más allá del 20%.
Sin embargo, los reflectores de la política alemana apuntan hacia otro escenario, el de Alternativa para Alemania (AFD), el partido de la extrema derecha que logró un gran resultado electoral, pero que de hecho se está dividiendo en dos.
Frauke Petry, líder de ala más moderada de la formación, anunció de manera sorprendente que no va a formar parte del grupo parlamentario de la AFD. Pese a no hacer una mención explícita, Petry dio a entender que podría generar una escisión del partido.
Mientras, Merkel sigue por su camino: "Soy optimista sobre el hecho que encontraremos una solución, tengo confianza en el sentido de responsabilidad de los partidos", destacó la canciller a la prensa durante un encuentro en la sede del instituto Konrad Adenauer.
Allí fue recibida con un ramo de flores por sus militantes, pese al duro golpe que tuvo en las elecciones, en las que la CDU no superó el 33% de los votos y perdió más de 7 millones de electores.
Sin perder tiempo, la canciller anunció que va a convocar a los Liberales, los Verdes y también a los Socialdemócratas para ir encarrilando las tratativas que deberían cerrarse con el nacimiento de un nuevo gobierno.
De estos coloquios se auto-excluyó sin embargo Schulz: "Creo que ha comprendido que le conviene ocupar su tiempo llamando a alguien más", precisó el ex presidente del Parlamento Europeo, confirmando que la SPD mantiene la puerta cerrada a un eventual ingreso en la nueva coalición de gobierno. Tal cual como había dicho el domingo a la noche tras conocerse los primeros datos de la elección, Schulz confirmó que los votantes "se han pronunciado muy claramente: no quieren una nueva Gran Coalición", dijo. Aludía a la alianza gubernamental presidida en los últimos años por Merkel e integrada por el frente conservador (CDU-CSU) y la Socialdemocracia.
Al referirse a lo que probablemente terminará ocurriendo, Schulz indicó que el próximo Ejecutivo estará respaldado por una "coalición Jamaica", o sea por un acuerdo entre la CDU-CSU, Liberales y Verdes.
"Lo único que falta es un acuerdo sobre el que será el programa del gobierno. Desde el domingo se percibía que quieren gobernar", añadió.
Dentro del esquema llamado "Jamaica" no todo es sin embargo tan simple como afirma Schulz.
Los Liberales y los Verdes están muy distanciados en varios temas de fondo, por ejemplo en las políticas europeas y las ambientales.
El líder de los Liberales, Christian Linder, quien logró que su partido vuelva a estar en el Parlamento (gracias a un excelente 10,7% de votos), precisó que su formación "no quiere un cambio político: si eso no será posible, nuestro lugar estaría en la oposición".
Linder fue aún más claro al afirmar que "no habría nada peor que un escenario que termine promoviendo a las mismas políticas de la Gran Coalición, pero con colores diferentes".
Al afrontar uno de los temas clave de la política alemana (y de otros países de la UE), Linder indicó que "Europa tiene demasiadas deudas y pocas reformas: lo contrario sería mejor".

Decisión oficial: no habrá cláusula gatillo en 2017


• PARA LAS NEGOCIACIONES SALARIALES DE 2018 EL GOBIERNO PIENSA EN AUMENTOS NO MAYORES A 16%
Según el Ejecutivo, la inflación final estará por debajo del nivel de los acuerdos salariales pactados en las paritarias de este año. Por ahora, en la era Macri, los sueldos no le ganan al IPC.

Carlos Burgueño

El "ala económica" del Gobierno está convencida: este año la inflación, en el peor de los casos, llegaría al 22%. Algunos optimistas incluso la esperan (en la comparación interanual de diciembre), por debajo del 20%. Pero la coincidencia general es que se ubicará en torno del 21% final. El dato definitivo se conocerá a mediados de enero de 2018, pero ya en la primer quincena de diciembre habrá una proyección certera. En ese momento el Ejecutivo anunciará una decisión, ya tomada: no habrá para este año, y salvo casos particulares, habilitación de la cláusula gatillo que figura en la mayoría de las negociaciones paritarias de este año. Esta permitía a los sindicatos que el aumento salarial pactado para todo el ejercicio tuviera una reapertura en las negociaciones si la inflación superaba el alza de precios anualizada medida por el INDEC que maneja Jorge Todesca. Según los resultados que espera el Gobierno, si el incremento salarial se ubica por debajo de la inflación, el gremio estará autorizado a negociar un plus. Si está por encima del dato final, no se habilita esa discusión.

Según la información que se maneja en el Gobierno, la mayoría de los acuerdos salariales firmados por el Ministerio de Trabajo de Jorge Triaca, se ubicarían por encima de la proyección del IPC para este año. El promedio del que habla el Gobierno sería incluso superior al 22%. Si se sumaran además los "bonus" no remunerativos que incluyeron muchos gremios, el incremento sería aún mayor. El ranking de 2017 lo lideran (casi un clásico), los trabajadores aceiteros, con un incremento del 31,6% seguidos por los trabajadores del neumático (uno de los últimos en firmar su paritaria) con un 27%. SMATA, UOM, camioneros, Unión Informática, papeleros, textiles, alimentación y personal doméstico, son algunos de los sindicatos que cerraron acuerdos claramente superiores a la inflación proyectada por el Gobierno. El resto deberá esperar para ver si sus aumentos salariales están o no por encima de la inflación. Complicados estarían los petroleros, plásticos, gastronómicos y trabajadores de estaciones de servicios que firmaron acuerdos, en principio, podrían pensar en reabrir sus acuerdos. Párrafo aparte merece la paritaria cerrada por María Eugenia Vidal y los docentes bonaerenses la que, por lejos, ocasionó el conflicto más importante del año y que se cerró con un incremento salarial del 27% final. El eje del problema fue la negativa del los trabajadores de aceptar la cláusula gatillo y la insistencia en que el número de inflación definitiva para 2017 sería de no menos de 25%. Finalmente, en el comparativo anual, y se dan las proyecciones oficiales sobre el alza de precios para todo el año, los docentes bonaerenses habrán negociado un muy buen acuerdo.

El macrismo piensa un 2018 laboral con un muy menor nivel de conflictividad, al menos en la comparación con los dos primeros años. Obviamente la esperada (por el Gobierno) relativa victoria electoral del 22 de octubre potenciaría una posición de más fuerza que la exhibida en 2016 y 2017. Pero además se confía en que el dato final del IPC del INDEC le permitirá al oficialismo enviar señales más creíbles hacia los negociadores privados y sindicales que las que se tomaron a comienzos de los dos primeros años de gestión, con una inflación en baja y con variables económicas de crecimiento. El porcentaje que desde el jefatura de Gabinete se tiene en la cabeza es un incremento salarial de entre 15 y 16% el próximo año, con una inflación final que se ubicaría en ese mismo nivel. A diferencia de 2015 y 2016, los gremios deberían tomar esta proyección en serio. El mensaje estará destinado, fundamentalmente, a los empleados públicos, incluyendo los docentes, que deberían aceptar aumentos en sus sueldos de no más e 15%. Otra medida que quiere estudiar el Gobierno es la posibilidad de adelantar al primer trimestre del próximo año, las negociaciones paritarias en los trabajadores que dependan del erario público.

Si se cumpliera la proyección inflacionaria esperada por el oficialismo para 2017 el balance para los salarios continúa siendo negativo. Si se toma en el "empate técnico" de ese año y que en 2016 el promedio de aumentos fue del 30% mientras que la inflación anualizada (no hay datos oficiales porque el INDEC comenzó a medir el IPC en mayo) se ubicó cerca del 39%; los sueldos aún están en la era Macri por debajo del alza de la inflación. Todo esto sin tomar el impacto de Ganancias.

El gobierno pone fin acuerdo con petroleras y libera el precio de las naftas


Desde octubre los precios de los combustibles se regirán por el mercado. Es que el Gobierno dio por concluido de manera unilateral el acuerdo de precios que mantenía con las petroleras, según informa el sitio especializado Econojournal. De esta manera queda cancelado la suba programada para el próximo mes. El ministerio de Energía cursó una nota a las empresas con firma de Juan José Aranguren.

"Dentro de lo previsto en el acuerdo, un aumento de los precios internacionales (la cotización del Brent superó hoy los 58 dólares) permitiría la liberación de los precios internos y de ese punto en adelante, mantener la paridad con los mismo con un funcionamiento pleno de las reglas del mercado", establece la misiva.

"En el marco de las distintas variables que intervienen en el mercado hemos observado que con fecha del 13 de septiembre de 2017, se ha satisfecho la condición enunciada por el punto 9 del acuerdo. En consecuencia, los compromisos asumidos en el acuerdo quedarían suspendidos a partir del 1º de octubre de 2017", expresa la misiva que difunde el sitio.

Hace un mes el ministro de Energía, Juan José Aranguren, había afirmado que desde 2018 el valor de las naftas se regiría por el precio internacional. "Estamos estableciendo un sendero para poder converger a los precios internacionales de combustibles y petróleo crudo", aseguró Aranguren al exponer en el Consejo de las Américas.

"Es altamente probable que esté a fin de año", había adelantado. Se posponía el año que viene pero tras esta decisión la liberación se producirá el próximo mes.

Ruptura en el partido neonazi

"Nuestra ambición es ir al gobierno en 2021"

Frauke Petry abandona la conferencia de prensa y anuncia que no integrará el grupo parlamentario del partido

La intención del partido de extrema derecha AFD, que entró por primera vez en el parlamento alemán con el 13 por ciento de los votos, es "ir al gobierno en 2021", dijo Frauke Petry, copresidenta de la formación, al anunciar también que no integrará el grupo parlamentario del partido.
"Haremos oposición en el parlamento y será una dura tarea, pero nuestra ambición es ir al gobierno en 2021", dijo esta mañana en conferencia de prensa en Berlín.
"No formaré parte del grupo del AFD en el parlamento", agregó antes de dejar la sala y sin responder preguntas. Concluyó así con una ruptura pública la borrascosa relación entre Petry y la nueva guardia del partido, representada por los dos candidatos a la cancillería, Alice Weidel y Alexander Gauland.
El otro vocero federal, Joerg Meuthen, presente en la conferencia de prensa, se disculpó con los periodistas por el comportamiento de su colega: "Lo lamento, no estaba acordado", dijo.
"Es una pena que un talento como Petry tome esta decisión", dijo Weidel. Por otro lado, agregó, si el AFD pasó de sondeos que lo daban en un 6 por ciento al actual 13 por ciento, el mayor mérito es de Alexander Gauland: "Me gustaría que Frauke Petry hablara con nosotros, hace meses que no logramos hablarnos", afirmó.
Weidel agregó que "hemos recibido el mandato de los electores de controlar la operación del gobierno porque se abandonó el fundamento del estado de derecho".
"Con el salvataje de los Estados, de Grecia, con su política sobre los migrantes, con la NSA la política abandonó el estado de derecho", acusó.

Amenazan detener al presidente catalán



Crece la polémica en Cataluña a pocos días del referéndum

La justicia española no descarta detener al presidente regional catalán, Carles Puigdemont, por la organización de forma unilateral de un referéndum independentista para este domingo, dijo hoy el fiscal general del Estado.


La detención de Puigdemont "es una decisión que siempre queda ahí abierta", declaró hoy José Manuel Maza, fiscal general del Estado.


Hasta el momento, añadió, no le ha parecido "oportuno" pedir su detención. Maza explicó que no obstante se dan los requisitos para solicitar su arresto ya que está incurriendo en los delitos de prevaricación, desobediencia y malversación de fondos públicos por los preparativos del referéndum que ha sido suspendido por la justicia española. Por su parte, Puigdemont dijo en una entrevista emitida ayer en televisión que "detenerme no sería una buena idea". Insistió en que el domingo se votará y dijo que "no estamos cometiendo ningún crimen".

Merkel esperaba un mejor resultado y los neonazis festejan


Merkel ganó las elecciones generales en Alemania

La canciller sostuvo: "Tenemos el encargo de formar gobierno y asumiremos esa responsabilidad en diálogo sereno con otros socios"



La canciller Angela Merkel ganó hoy las elecciones generales de Alemania y no hay duda de que asumirá un cuarto mandato, pero los que más festejaron no fueron sus militantes conservadores sino la extrema derecha que, por primera vez desde 1961, tendrá una bancada en el parlamento, tras consagrarse en las urnas como la tercera fuerza política de la potencia de la Unión Europea.

Según las proyecciones difundidas por la televisión pública ZDF, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y sus tradicionales aliados de Baviera fueron ratificados como la primera minoría política de Alemania con 33,5% de los votos, mientras el Partido Socialdemócrata (SPD), la otra gran fuerza del bipartidismo del país, sufrió la peor derrota electoral de su historia al conseguir sólo un apoyo de 21%.

Más lejos pero con un resultado inédito, el partido xenófobo y antimigratorio Alternativa para Alemania (AfD) se consagró como la tercera fuerza política con 13%, por delante de los liberales del FDP que volvieron a ingresar al parlamento con 10% de los votos, y de Los Verdes y La Izquierda, que empataron con 9%, siempre según las proyecciones.

Fiel a su estilo, Merkel fue moderada y pragmática en su festejo.

"No hay que darle vueltas al asunto, esperábamos un mejor resultado, pero no debemos olvidar que pasamos por un difícil mandato; en todo caso, logramos nuestro objetivo estratégico, que era seguir siendo el partido más fuerte y que no se puede formar gobierno en contra nuestra”, aseguró la canciller en un discurso desde la sede de su partido en Berlín.

"Tenemos el encargo de formar gobierno y asumiremos esa responsabilidad en diálogo sereno con otros socios”, concluyó la veterana canciller, quien lleva 12 años en el poder, siempre gobernando en coalición con otros partidos, a veces los socialdemócratas, a veces con el FDP.

Pese a la victoria en las urnas, el clima en la sede del CDU no era festivo. Ni bien terminó el discurso de Merkel, los dirigentes y los militantes fueron abandonando el edificio rápidamente, en silencio.

Para la mayoría de los alemanes estas elecciones dejaron un sabor muy amargo: por primera vez desde 1961 la extrema derecha, que reivindica “victorias” de la época nazi y que rechaza tajantemente al islam y a gran parte de la inmigración, tendrá una representación en el Bundestag, la cámara baja federal, donde se discuten y se definen las principales políticas del gobierno.

Por eso, el verdadero clima de festejo esta noche en Berlín se concentró dentro del bunker de la AfD, mientras afuera alrededor de un centenar de militantes de izquierda se concentraron para gritar: “¡Afuera nazis!"

‘Estamos en el parlamento alemán y cambiaremos este país; cualquier gobierno que se forme deberá tener cuidado; lucharemos contra Merkel o cualquiera que esté en la conducción del gobierno”, prometió desafiante uno de los candidatos y líderes de la AfD que sin dudas conseguirá una banca, Alexander Gauland.

Exultante, la cúpula del partido de extrema derecha, que nació hace sólo cuatro años para oponerse al euro y pronto giró hacia posiciones abiertamente xenófobas y filonazis, ratificó que una de sus primeras medidas en el parlamento será pedir la creación de una comisión para investigar si Merkel violó leyes nacionales cuando abrió las fronteras a cientos de miles de refugiados durante unas semanas en septiembre de 2015 durante la llamada crisis de refugiados europea.

Uno de los primeros en lamentar la victoria de la extrema derecha fue el alcalde de Berlín, el socialdemócrata Michel Muller: “Como otros países europeos, nos enfrentamos a un populismo de derecha, todos los grandes partidos perdieron”.
Pero en ningún partido la derrota se sintió tan fuerte como en la sede de la socialdemocracia.

"Hoy es un día triste y amargo para la socialdemocracia alemana”, concluyó Martin Schulz, el candidato de la fuerza, que logró mantener el segundo lugar de las últimas elecciones pero con una popularidad marcadamente menor que en el pasado.

"El SPD no cumplió con su meta electoral; está claro que no conseguimos mantener ni aumentar nuestra base electoral tradicional”, reconoció el ex presidente del Parlamento Europeo, que comenzó el año con optimismo cuando las encuestas lo ubicaban cabeza a cabeza con Merkel, pero que rápidamente comenzó a caer y perdió los sucesivos comicios regionales en todo el país.

En medio de un clima de desesperanza, Schulz también anunció que la socialdemocracia no reeditará la actual gran coalición con Merkel y pasará a la oposición.

No lo dijo, pero todo indica que los socialdemócratas no quieren dejar el camino libre a la extrema derecha para convertirse en la principal fuerza de la oposición, un rol institucional que conlleva mucho poder y reconocimiento en el parlamento federal alemán.

Pero con esta decisión, y dado que Merkel repitió hasta el hartazgo en la campaña que no se aliará con la AfD o con La Izquierda, la canciller se queda con una única opción para formar una coalición mayoritaria en el Bundestag: juntarse con los liberales del FDP -lo que ya hizo entre 2009 y 2013- y con Los Verdes, un partido con una plataforma progresista que rechaza el ajuste y una política económica pro mercado libre.

El presidente del FDP, Christian Lindner, ya se ofreció como posible socio de gobierno: “Estamos naturalmente dispuestos a asumir una responsabilidad política. (...) Todo dependerá de los contenidos” del futuro programa de gobierno.
Ante la posibilidad inédita a nivel federal de que se conforme la alianza Jamaica, así llamada debido a los colores que forman los tres partidos, iguales a los de la bandera del país antillano, el secretario general de los ecologistas, Cem Özdemir, expresó: “No podemos entrar en ningún gobierno sin una clara prioridad para la protección del ambiente. Todo lo demás no va con Los Verdes”.

Özdemir advirtió además que su partido no será “un aliado fácil”.

La otra posibilidad es sellar una coalición de gobierno en minoría, con el beneplácito de parte de la oposición, en este caso, los socialdemócratas. Pero esta opción siempre conlleva inestabilidad y la creación de un Ejecutivo débil y muy dependiente de las negociaciones coyunturales para cada tema. Merkel prometió hoy iniciar “un diálogo sereno‘; sin embargo, está claro que se avecinan momentos de mucha tensión y duras discusiones con partidos tan disímiles como los liberales del FDP y Los Verdes. Una vez más, la canciller alemana deberá poner en práctica sus conocidos dones de hábil dirigente política.

Trump suma Corea del Norte y Venezuela al veto migratorio

La orden afecta a ocho países, pero los trata de forma diferenciada. En el caso de Venezuela, la prohibición se aplica a funcionarios gubernamentales

El veto migratorio se amplía. Expirada la última y polémica orden, el presidente Donald Trump la reemplazó anoche con un texto de carácter indefinido, que suma tres nuevos países (Chad, Corea de Norte y Venezuela) y ofrece una escala más compleja en las restricciones de entrada a EE UU. El mayor impacto lo sufrirán los ciudadanos de Irán, Libia, Siria, Yemen, Somalia, Chad y Corea del Norte, mientras que en el caso de Venezuela el veto recaerá en funcionarios gubernamentales y sus familias, aunque el resto de la población se verá sometida a mayor control. “Hacer América más segura es mi prioridad número uno. No admitiremos el ingreso de aquellos que no podamos escrutar con certidumbre”, proclamó Trump.


La nueva orden se hará efectiva el próximo 18 de octubre. A diferencia de la anterior, deja fuera a Sudán e incorpora a Chad, Corea del Norte y Venezuela. La lista será revisada cada 100 días y la salida dependerá, según la Administración Trump, de la mejora en los “problemas detectados”.




En la selección de los ocho países, la Casa Blanca asegura que ha empleado un triple criterio: el riesgo que entrañan para la seguridad nacional estadounidense, la fiabilidad de los pasaportes y documentos de identidad, y la fluidez en el intercambio de información sobre sospechas terroristas y antecedentes criminales.

Un cambio básico respecto a la primera orden radica en que cada nación es tratada de forma diferenciada. El caso de Venezuela lo ilustra. La prohibición de entrada se basa en la falta de cooperación de Caracas en la identificación de riesgos para la seguridad nacional estadounidense. “Esto no impide, sin embargo, que se pueda verificar por fuentes alternativas la ciudadanía e identidad de los venezolanos. Por tanto, las restricciones impuestas en esta proclamación se centran en los funcionarios del Gobierno de Venezuela responsables de los fallos detectados”, indica la orden, que advierte, con todo, que los poseedores de visados serán sometidos a medidas adicionales.

Distinto y más radical es el trato a Corea del Norte. Washington considera que no cumple ninguno de los criterios y, por tanto, prohíbe el paso a sus ciudadanos, ya sean inmigrantes o no. Irán también sufre un veto casi absoluto, aunque se permite que prosigan los programas de intercambio de estudios. Y en el caso de los somalíes se les impide emigrar, pero se les autoriza la visita bajo fuerte controles.

El alcance completo de las restricciones se irá conociendo conforme pasen los días. El primer veto, emitido el pasado 27 de enero, cuando aún se oían los tambores de campaña, desató una gigantesca ola de protestas. La amplitud de las restricciones, su sesgo islamófobo y el propio vitriolo de Trump mostraron al mundo el rostro más feroz y xenófobo de la nueva Administración.

El rechazo fue recogido por los jueces de primera instancia y dio pie a una casi inmediata paralización del veto. La Casa Blanca respondió con una versión más moderada. Pero nuevamente fue frenada en apelación. Solo la entrada en juego del Tribunal Supremo, después de la designación del conservador Neil Gorsuch, desbloqueó la orden.

La corte, aunque impuso limitaciones para evitar los casos más sangrantes, admitió como argumento la amenaza para la seguridad y concedió que el interés nacional debía prevalecer sobre el posible daño que pudiese causar el veto a viajeros y refugiados. No fue una decisión final, sino preliminar a la vista que se debe celebrar en las próximas semanas, pero permitió que la segunda orden entrase en vigor a finales de junio. Su vigencia era de 90 días.

Ahora, la Casa Blanca ha presentado el recambio. El último texto ha pasado más filtros internos y su lectura revela una mayor elaboración. Aunque sigue siendo implacable con los emigrantes de los países vetados, se advierte un lenguaje alejado de la retórica presidencial y, sobre todo, el intento de superar algunos escollos judiciales.

Los propios funcionarios que han participado en su desarrollo consideran, por ejemplo, que con la entrada de Venezuela y Corea del Norte pierde fuerza la acusación de islamofobia. Son argumentos que seguramente deberán dirimirse en los juzgados y que abrirán un agrio debate en los próximos días. Pero más allá de los cambios y mejoras técnicas, pocos dudan de que el efecto esencial del veto, impedir la entrada de ciudadanos inocentes de países azotados por la violencia y las persecuciones, permanece. Millones de afectados lo saben.

La calle arbitra el duelo Macron-Mélenchon

El presidente francés avanza con su recorte del Estado de bienestar

El mandatario francés está convencido de que sus polémicas reformas conquistarán a la opinión pública, es decir, a “la calle”. Mélenchon detenta el liderazgo de la oposición contra lo que él llama “el rey Macron”.

Por Eduardo Febbro


“La calle derrotó a los reyes, venció a los nazis e hizo retroceder a varios gobiernos”, dijo Mélenchon.


PáginaI12 En Francia

Desde París

Los jugadores ya han dispuesto las cartas sobre la mesa. El presidente francés, Emmanuel Macron, firmó las ordenanzas que habilitan un nuevo capítulo de la explosiva reforma laboral. Frente a él, en las filas de la oposición, los sindicatos desunidos y una figura que se fue afianzando con el correr de las elecciones, con el colapso de la derecha y el naufragio del socialismo francés: Jean-Luc Mélenchon, el líder de Francia Insumisa, una de las versiones más genuinas de la izquierda radical que sigue en pie en Europa. Para ambos, la batalla recién comienza. Macron lleva la bandera de las reformas que cambiarán el ultra generoso modelo social francés. Lo impulsan tanto su doble victoria en las elecciones presidenciales de abril y mayo y las legislativas de junio como los beneficios de la recuperación mundial o los heredados del mandato de su predecesor, el ex presidente François Hollande, de quien el actual jefe del Estado fue, a partir de 2014, su ministro de Finanzas. Bajo la presidencia del socialista Hollande se flexibilizaron las reglas del mercado laboral con la ley El-Khomri al tiempo que las empresas gozaron de una menor presión fiscal. Mélenchon vuela igualmente sobre la nube de las mismas elecciones y de una movilización social que, sin alcanzar cimas, se mantiene con todo fiel a los llamados de Francia Insumisa. El es hoy quien detenta el liderazgo de la oposición contra lo que él llama “el rey Macron”. El mandatario está convencido de que sus reformas sacarán a Francia del estancamiento, transformarán el pesimismo en confianza, crearán puestos de trabajo y conquistarán a la opinión pública, es decir, a “la calle”. Mélenchon apuesta por lo contrario: “es la calle quién derrotó a los reyes, la calle la que venció a los nazis y la calle la que hizo retroceder a varios gobiernos”, dijo el sábado pasado durante la marcha opositora convocada en París por Francia Insumisa.

La calle será así el árbitro de esta naciente contienda política. Mélenchon arma la oposición en la calle y Macron le responde que “la democracia no es la calle”. La agenda es todo un manual del combate urbano, a menudo inspirado de las protestas sociales que sacudieron a la Argentina a partir de 2001. Mélenchon invitó el sábado próximo a quienes se oponen a la reforma laboral a hacer el “mayor ruido posible” en todos los barrios con una jornada de cacerolazos (su portavoz, Raquel Garrido, ya publicó en Twitter un manual de instrucciones: https://twitter.com/RaquelGarridoFI/status/911613875308699648). Cuando la reforma laboral emprenda el camino de la ratificación parlamentaria, Francia Insumisa organizará otra gran manifestación bajo el lema “un millón a los Campos Elíseos”. Por el momento, Francia Insumisa y los sindicatos no movilizan más allá de sus propios círculos. La sociedad espera con prudente recelo. Macron consiguió irrigar en la sociedad el aroma liberal sin que nadie se asuste demasiado. La reforma laboral es un primer paso del proceso de transformación que el presidente vendió a los franceses como solución a la crisis. Se vienen otras reformas substanciales como el recorte del impuesto a las empresas, que pasará del 33,2% al 25% de aquí al 2022, un techo al impuesto que pagan las grandes fortunas, el fin de la tasa residencial, medida que beneficia a todo el abanico socioeconómico del país, privatización de empresas públicas y, tal vez, un nuevo cambio del sistema de pensiones con una posible ampliación de la edad legal de jubilación para financiar el déficit público, muy por encima del 3% delPIB tolerado por la Unión Europea. La derecha, el centro y el patronato respaldan el modelo Macron inspirado en las democracias del norte de Europa y arropado en el concepto de flexiseguridad. Su postulado es paradójico:al mismo tiempo que se flexibilizan las reglas se ofrece más seguridad a la clase trabajadora. “Una quimera”, dice la izquierda mélenchonista. Para Jean-Luc Mélenchon, lo que está haciendo Emmanuel Macron, a quien retrató como “la figura más pura del sistema liberal”, es destruir el modelo social francés a través de “un golpe de Estado social”. El jefe del Estado, por el contrario, considera que las ordenanzas que aprobó el viernes 22 de septiembre constituyen una “reforma profunda e inédita del mercado del trabajo, indispensable para nuestra economía y nuestra sociedad”.

El contexto internacional, la recuperación económica de ciertos sectores y las previsiones que apuntan hacia un crecimiento del 2% están a su favor (1,2% durante la última década). Las tres manifestaciones organizadas hasta ahora contra la reforma laboral no trastornaron la relación de fuerzas. Sólo afianzaron la estatura de Mélenchon como eje central del liderazgo opositor. Es una confrontación directa, hombre a hombre, cara a cara, entre dos habilidosos artistas de la retórica y dos adeptos a la historia. Macron, al principio de su mandato, dijo que anhelaba ser un presidente “jupiteriano”. Esta referencia a la mitología griega evoca un poder total, tanto sobre los seres vivientes como sobre los otros dioses. Como narrativa para encarnar “la revuelta” y la insumisión radical Mélenchon extrajo de la mitología la estampa de Espartaco, el esclavo que se levantó contra el imperio Romano. Júpiter y Espartaco se gandulean también en los medios, donde se auto califican diciendo que son portadores de un “pensamiento complejo”. Mélenchon ha situado su ofensiva bajo el signo de la “emancipación”, bajo los cantos de la reencarnación del “enfrentamiento entre el proletariado y la burguesía, que hoy es el del pueblo contra la oligarquía”. Macron continúa con el trazado de su argumento, que es el mismo con el que ganó las elecciones presidenciales y cuya fuente es la racionalidad reformista tan alabada por los organismos internacionales (Banco Mundial, FMI, OCDE). En el medio, lo que está en juego es la dimensión tutelar del Estado francés, la continuidad de su extensa capacidad de intervención y protección social con políticas de bienestar únicas en el mundo. Las “recetas” liberales contra el modelo proteccionista del Estado francés. Las posiciones de ambos son irreconciliables. Macron es la voz y la acción del reformismo liberal a quien los modelos sociales le provocan urticarias, Mélenchon es el canto profundo de las conquistas sociales obtenidas durante décadas de luchas en la calle. A pesar de que cuenta con apenas 17 diputados, Mélenchon es, por ahora, el único espadín de peso que Macron tiene en su camino. La ultraderecha del Frente Nacional que antes pretendía encarnar al pueblo está sumida en los terremotos internos del fracaso en las presidenciales y ha perdido mucho eco en la sociedad. Socialistas y conservadores todavía sufren la indigestión de sus fracturas y de las sucesivas derrotas en la consulta presidencial y legislativa. Sólo han quedado en la arena el triunfante presidente y el líder insumiso. La calle será el territorio donde se dirimirán las próximas batallas. Dos mitologías se confrontan: la liberal y su credo de reformas y recortes, la del Estado social que intenta sobrevivir en un mundo donde hoy es una excentricidad condenada.

Colombi mandó a amenazar a una enfermera de hospital: “Bajá tu candidatura o te echamos”.




Un escándalo político que desnudó las maniobras coercitivas del gobernador Ricardo Colombi estalló en la localidad de Mburucuyá, hasta donde el mandatario envió a su ministro de Salud para que exigiera a la candidata a viceintendente del Partido Renovador, Luz Quintana, que renunciara a la competencia electoral bajo la amenaza de ser despedida.

“O bajás tu candidatura o vas a sufrir consecuencias. Te lo digo en nombre del gobernador”, advirtió el ministro de Salud de la provincia, Ricardo Cardozo, quien irrumpió este martes en el hospital para cumplir con una misión urgente: sacar de la cancha a la directora que tuvo la osadía de enfrentar a ECO+Cambiemos.

La víctima del apriete es una joven licenciada en enfermería de origen radical que en los últimos tiempos se sumó al frente 1País liderado por Nito Artaza, quien la promovió como compañera de fórmula del candidato a intendente Juan Galarza para conformar una de las opciones electorales que impulsan, desde Mburucuyá, la candidatura a gobernador del medallista olímpico Camau Espínola.

Artaza es el compañero de fórmula de Camau y esta mañana, ni bien se enteró de lo ocurrido, denunció “una maniobra antidemocrática que demuestra el nerviosismo que está provocando en el Gobierno provincial el crecimiento de nuestra alianza”.

Nito Artaza sostuvo que “Luz Quintana es una licenciada en enfermería intachable que llegó por mérito propio a la dirección del hospital y hoy ve peligrar su empleo porque el gobernador y el ministro se dedican a este tipo de maniobras que vulneran el derecho humano al trabajo”.

La extorsión que sufrió la candidata a viceintendente tomó estado público gracias a una rápida viralización en las redes sociales, ya que trascendió una grabación del preciso momento en que el ministro Cardozo amenaza a la enfermera con despedirla.

El audio, que se propagó por cadenas de Whatsapp en cuestión de minutos, revela con meridiana claridad el modus operandi de Colombi para desmoralizar a los referentes que deciden enrolarse en otros espacios políticos para enfrentarlo.

“Vengo con órdenes y las voy a cumplir. Vengo a pedirte por orden del gobernador que te bajes de la candidatura”, exigió el ministro en una conversación sin concesiones, de la que también participó la actual candidata a diputada nacional de ECO+Cambiemos Estela Regidor.

La licenciada y candidata mantuvo su posición al advertir que “yo soy fiel a mis convicciones y no me voy a bajar”. Fue cuando Regidor –en tono benevolente- intervino con la recomendación de que “deberías pensarlo porque si estás con Colombi hoy, mañana vas a estar más arriba”.

De nada sirvieron los argumentos esgrimidos por los emisarios colombistas. La directora del hospital se despidió en duros términos y comunicó lo sucedido a sus aliados políticos, en especial al candidato a vicegobernador, quien salió a defenderla.

Artaza pidió “al gobernador y los candidatos del oficialismo que mantengan la tranquilidad, estas cosas no se hacen. Vamos a dirimir todas las diferencias en las urnas, sin afectar el trabajo de nadie”.

Horas más tarde se supo que la misma presión por parte del Ministro de Salud de Corrientes, recibió también la enfermera universitaria Remedios Pucheta.

La irrupción de la extrema derecha ensombrece el cuarto mandato de Merkel

Elecciones en Alemania




La canciller alemana lograría un cuarto mandato marcado por la entrada de Alternativa por Alemania en el Bundestag


La canciller alemana, Angela Merkel, mientras deposita el voto en Berlín.


Cuatro años más para la era Merkel. El partido de la canciller alemana ha ganado las elecciones alemanas por cuarta vez consecutiva y por una holgada mayoría después de 12 años al frente de la primera economía europea, según los resultados de las primeras proyecciones publicados por la televisión pública ARD, pero queda muy debilitado. La Unión cristanodemócrata (CDU/CSU) habría obtenido un 32,9% de los votos, seguida de la socialdemocracia (SPD) que habría sufrido una derrota histórica -peor resultado desde 1949- al obtener el 20,5% de los votos. "Esperábamos un resultado mejor", reconoció Merkel, quien también recordó que "somos el partido más fuerte y no puede haber coalición de Gobierno sin nosotros". El bloque conservador que lidera fue el que más apoyos ha perdido rozando también mínimos históricos. Hasta un millón de ellos migraron a la extrema derecha.

Los resultados provisionales confirman además la noticia temida desde hace semanas: un partido de extrema derecha entrará en el Parlamento por primera vez desde la segunda Guerra Mundial. Y lo hará como el tercer partido más votado, con una representación muy por encima del 5% necesario para acceder al Bundestag. Con un discurso xenófobo y contrario al euro, Alternativa por Alemania (Afd) habría logrado un 12,9% de los votos, según los sondeos.

La aritmética indica que la ultraderecha de Afd podría tener, según las cifras preliminares cerca de 90 escaños en el Parlamento, lo que supone un potencial para marcar la agenda política y el debate nacional sin precedentes. "Vamos a recuperar nuestro país y nuestro pueblo", dijo el colíder del partido, Alexander Gauland poco después de conocer los primeros resultado. El ministro de Exteriores, Sigmar Gabriel, consideró recientemente a Afd "verdaderos nazis".

Extremismos aparte, buen parte de los alemanes ha votado por el continuismo. Merkel representa aún para muchos ciudadanos la estabilidad, en un mundo convulso en el que habitan Trump, Erdogán y Kim Jong-un. Representa la asertividad y la firmeza necesarias para hacer frente a las amenazas internacionales. Es también para sus votantes, la artífice de un periodo económico, que a pesar de la lacerante desigualdad que recorre el país y los estragos proyectados en el exterior por su política comercial, ha reportado altas cotas de bienestar a millones de ciudadanos en Alemania. El domingo por la mañana, Volker Kraftczyk, un ingeniero aeronáutico de 47 resumía bien ese sentimiento después de votar en un barrio del norte de Berlín. "Es una mujer fuerte que nos representa bien en el resto del mundo. Y aquí dentro.. Alemania es uno de los países más ricos del mundo. No nos podemos quejar, ¿no?". Aún así, la caída de más de ocho puntos que ha sufrido el bloque conservador -el que más pierde y sobre todo en favor de la ultraderecha y en el Este-, indica que la crisis política nacida tras la llegada de 1,3 millones de refugiados al país sigue viva.

La dirección del SPD anunció que repetir una nueva gran coalición como la que han mantenido hasta ahora con el bloque conservador de Merkel no es una opción. Formar un Gobierno con Verdes y Liberales sería entonces la única opción viable para el partido de la canciller alemana, obligada a buscar un socio de coalición para alcanzar la mayoría.

El discurso del candidato del SPD, Martin Schulz, centrado en la justicia social, no ha acabado sin embargo de cuajar. Las cifras iniciales apuntan a una debacle socialdemócrata. El SPD habría obtenido su peor resultado de la historia de la Alemania moderna, un 20,5%. Por momentos, a principios de año, pareció que Schulz podría haber sido la esperanza blanca de la socialdemocracia alemana, pero hoy ha quedado meridiano que no es así. Aún así, Schulz aseguró ayer que cuenta "con el respaldo de la dirección para renovar el partido". Y consideró el desembarco de Afd "un punto de inflexión". A su juicio refleja hasta que punto, "la acogida de más de un millón de refugiados divide todavía a nuestro país. Lo que para unos ha sido un acto de humanidad y caridad, para otros es una amenaza. No hemos conseguido persuadir a todos nuestros votantes que Alemania es lo suficientemente fuerte como para no dejar a nadie atrás".



Si los dos grandes partidos han visto cómo sus apoyos se desplomaban, las formaciones pequeñas se han visto sin embargo refozados en esta elección. Die Linke, el partido de la extrema izquierda obtendría un 9,2% al igual que los Verdes y 10,7% los liberales, que volverán a entrar en el Parlamento, después de cuatro años de ostracismo extraparlamentario. Su irrupción ha sido otra de las grandes novedades de estas elecciones. Vuelven con fuerza renovada de la mano de Christian Lindner, un candidato joven y dinámico que podría plantear muchos quebraderos de cabeza a Merkel. El FDP no ve con buenos ojos los planes de la canciller para reformar la eurozona y crear un presupuesto para la zona euro, además de nombrar un ministro de finanzas para la moneda única.

Hasta ahora, cuatro partidos –cinco contando a la CSU, el ala bávara del partido de Merkel, que concurre a las elecciones en bloque con al CDU- se sentaban en el Parlamento. A partir de ahora serán seis. Se prevé que esa fragmentación complique la formación de Gobierno. A la vista de los resultados preliminares y del rechazo del SPD a una nueva gran coalición, la única opción viable sería la llamada coalición Jamaica por los colores de la isla caribeña –CDU, liberales y Verdes-.

La coalición Jamaica sería una novedad, nunca antes ha sido testada en el ámbito estatal. A la imprevisibilidad se le suman las contradicciones y líneas rojas de tres partidos muy diferentes que estarían condenados a entenderse bajo un mismo techo político. Refugiados, cambio climático y sobre todo la reforma de la eurozona que Merkel ha prometido emprender de la mano de París son algunos de los asuntos que complicarían la formación de una coalición Jamaica.



Los votantes han mostrado un escaso apetito por repetir gran coalición, según la caída de 15 puntos porcentuales que habrían sufrido los dos grandes partidos. El Gobierno conjunto ha contribuido, según coinciden los expertos al resurgimiento de Afd, un partido que explota el discurso de que todos los políticos son iguales y ellos son los únicos que se atreven a decir los que las fuerzas del establishment no se atreven. En la calle, muchos electores mostraban un cierto hastío tras cuatro años de nueva gran coalición. "He venido a votar, pero no sé para qué, si al final en la gran coalición todo es lo mismo", decía por la mañana una votante que se declaraba ecologista de izquierdas después de depositar su papeleta en Berlín.

A partir de esta noche da comienzo el complejo baile de alianzas que podría prolongarse durante semanas e incluso meses y que debería culminar con la formación de una coalición que gobierne la primera economía de Europa.

La extrema derecha entra en el Parlamento alemán por primera vez desde 1945

El partido que nació en 2013 contra el euro logra un 12,9% del voto con su discurso islamófobo y antiinmigración

Los colíderes de AfD Alexander Gauland y Alice Weidel


El temido pronóstico se ha cumplido y la entrada de Alternativa por Alemania (AfD) en el Bundestag ha hecho temblar los cimientos de la democracia alemana. Nunca desde la Segunda Guerra Mundial un gran partido de extrema derecha había participado de la vida parlamentaria de este país, cuyo pasado nazi había hecho hasta ahora impensable un resultado como el de estas elecciones. Afd quedaría situada en tercer lugar, con un 12,9% de los votos y casi 90 escaños en una Cámara que ahora tenía 631. Su presencia en el Parlamento implica la irrupción del discurso islamófobo y anti europeo en el corazón de la democracia alemana.

“Vamos a recuperar nuestro país y nuestro pueblo”, dijo Alexander Gauland, colíder del partido tras conocerse los resultados, con unas declaraciones que calcan uno de los mantras del presidente estadounidense, Donald Trump. “Que se vayan preparando”, alertó Gauland.

Alice Weidel, la economista joven y cosmopolita que comparte candidatura con el periodista jubilado Gauland, consideró que “ha sido un resultado maravilloso”. “Hemos llegado para quedarnos”, advirtió en el cuartel general del partido poco después de conocerse las primeras proyecciones. Weidel anunció también que aspiran a poner en pie una comisión parlamentaria de investigación contra Angela Merkel, para supuestamente indagar si violó la ley al permitir la entrada de más de un millón de refugiados en los dos últimos años.

La canciller, Angela Merkel, vencedora de los comicios, ha reconocido que su llegada al Parlamento es "un gran desafío" y se ha propuesto "ganar de vuelta a esos votantes de AfD".

Afd nació en 2013 para protestar contra el euro. Ese año logró un 4,7% en las generales, que casi le abre las puertas del Bundestag. Pero con el paso de los años se ha ido transformando y radicalizando hasta acabar convertido en un partido antiislam y antiinmigración. Su discurso se ha ido radicalizando a golpe de encuestas porque, como reconocían fuentes del partido, la estrategia pasaba por asegurar al núcleo duro de seguidores y llegar al Parlamento. Exaltar la labor de los soldados alemanes durante al Segunda Guerra Mundial o pedir que “se deshicieran” de una secretaria de Estado de origen turca han sido algunos de los escándalos que han protagonizado en las últimas semanas y que, sin embargo, no han disuadido a sus votantes.

Sus simpatizantes han perseguido a Merkel por todo el país, tratando de reventar sus mítines al grito de “traidora” e incluso le han tirado tomates. Los politólogos consideran que aproximadamente la mitad de sus seguidores pertenecen al núcleo duro ideológico y la otra mitad son voto protesta.

El caso de Afd podría recordar al de los partidos de extrema derecha y populistas que han proliferado y crecido en otros países europeos, pero la historia de Alemania convierte su ascenso en un desafío de especial relevancia y complejidad. Es además un caso extraordinario porque, a diferencia de lo sucedido en países europeos inmersos en crisis económicas y sociales, la emergencia de la ultraderecha se produce en un contexto de bonanza histórica con pocos precedentes. En el caso de Afd, la protesta nace sobre todo del rechazo identitario a una sociedad que se ha vuelto culturalmente menos homogénea. Sus votantes repiten que no quieren que Alemania deje de ser lo que era, con sus tradiciones y su cultura. “¡Bravo por nuestros aliados de Afd por esta victoria histórica!. Es un nuevo símbolo del despertar de los pueblos europeos”, ha tuiteado este domingo por la noche Marine Le Pen, la líder del Frente Nacional francés.

La llegada de 1,3 millones de refugiados en los últimos dos años ha sido el gran caballo de batalla de Afd en esta campaña en la que se ha afanado en vincular la criminalidad con la inmigración y el asilo y en la que ha exacerbado el sentimiento de identidad nacional. La decisión de abrir la puerta a los refugiados corresponde únicamente a la canciller Merkel, en la que la mayoría de los alemanes sin embargo ha vuelto a depositar su confianza después de que en los últimos meses endureciera sus políticas y su retórica migratoria.

Ningún otro partido está dispuesto a trabajar con los ultraderechistas y mucho menos a formar ningún tipo de coalición. El ostracismo no garantiza sin embargo que sus ideas vayan a caer en saco roto. Los cordones sanitarios para partidos extremistas aplicados en otros países como Bélgica plantean el dilema de hasta qué punto convertir en apestado político un partido no contribuye a reforzar su victimismo y por tanto a que engorde en la oposición.

Alexander Gauland, colíder de la formación hablaba recientemente con este diario y explicaba que su objetivo es precisamente ese, engordar en la oposición. “Somos exclusivamente un partido de oposición. Tenemos que seguir creciendo y para eso no podemos pactar con ningún partido. Tal vez dentro de unos años podamos participar en el Gobierno”. Gauland dejaba también claro que la coyuntura actual les beneficiaba. “La gente quiere otra política distinta de la gran coalición (de la CDU y el SPD que ha gobernado durante la última legislatura)”.