Un Plan Marshall para Europa

Europa reacciona tras las críticas e intenta dar asistencia

La presidenta de la Comisión Europea, la Ursula von der Leyen


"Nuestro Plan Marshall", lo definió la presidenta Ursula von der Leyen, tomando definiciones del premier español Pedro Sánchez. Sumado a las intervenciones nacionales, hasta ahora vale 2.770 billones euros.
Es "la más amplia respuesta financiera a una crisis europea nunca antes dada en la historia", afirmó la funcionaria.
Pero el Comisionado para la Asuntos económicos, Paolo Gentiloni, sostiene que todo eso no es suficiente, aunque se mostró satisfecho al menos por haber demostrado que bonos con garantías comunes, vinculados a un proyecto, son posibles, dado que el plan contr ala desocupación será creado con una suerte de eurobonos.

La jornada europea estuvo dedicada casi íntegramente a Italia y a los países que sufren más por la epidemia. Se abrió con una carta al diario La República con la que Von der Leyen pidió disculpas a los italianos por el retraso en las ayudas, y prosigue con una serie de anuncios de medidas que podrán beneficiar casi de inmediato a los más afectados. El más importante es el fondo anti-desocupación Sure (como se lo conoce), que podrá movilizar hasta 100.000 millones de euros para conceder a préstamo a los gobiernos que necesitan refinanciar sus cajas de subsidios.

El instrumento, administrado por la Comisión UE, parte con una base de 25.000 millones de garantías pagadas por los Estados miembros sobre una base voluntaria, e irá a financiarse sobre el mercado. Para el Comisario Gentiloni "es un primer ejemplo, muy importante, por el hecho de que es posible tomar acciones comunes (un mecanismo ya existente por años, aunque de forma mínima) para financiar otras urgencias.

El próximo martes el Eurogrupo deberá dar luz verde a Sure, junto al resto del paquete que prevé también un Fondo para los indigentes, ayudas a los pescadores y agricultores, un plan para desviar hacia la emergencia todas las ayudas de las políticas de cohesión y un mini-fondo, de apoyo a los sistemas sanitarios de 3.000 millones.
Pero no es aún suficiente para asegurar la economía europea y asegurar el reinicio una vez que la crisis haya terminado. El premier italiano, Giuseppe Conte, en una entrevista con el canal español La Sexta, insiste sobre la necesidad de un coronabond y de un amplio Plan de Recuperación y Reinversión Europea.
"Creo que todos, con el tiempo, se darán cuenta que una respuesta europea compartida, fuerte y rápida es la única solución", explicó. Mientras que el Eurogrupo continúa su trabajo sobre las propuesta que terminarán sobre la mesa de los ministros el próximo 7 de abril. Todavía hay quienes quieren usar el mes como respuesta principal. "Es completamente inadecuado a aquello que nos enfrentamos", resaltó Gentiloni.

Por lo tanto se apunta a modificarlo, aliviando las condiciones para dirigirlo mejor a los gobiernos del sur. Para Francia puede ser una de las armas, pero ciertamente no es la única, también porque sus 410.000 millones no son suficientes para los 19 países del euro.
Además, los préstamos del mes serán reembolsados, lo que significa generar más deudas en el mediano plazo. Por lo tanto se necesita agregar un nuevo fondo.
Francia propone un fondo temporal que es similar al esquema anti-desocupación de la Comisión: también esto sería administrado por Bruselas, nacería con garantías comunes, emitiría bonos para financiar la reanudación post-crisis. La diferencia es que los préstamos no serían restituidos, pero estarían cubiertos por una nueva tasa europea y por los recursos del presupuesto de la UE.

En esencia, los estímulos serían nacionales pero las garantías y la deuda comunes.
El fondo que propone Holanda tiene una filosofía diferente: sería alimentado por los contribuyentes de los estados miembros, en efectivo, en proporción a cada uno de los ingresos brutos nacionales. No sería entonces muy amplio, si Holanda misma se muestra lista para intervenir con mil millones de euros. No daría préstamos sino subsidios no reembolsables, pero solo para ayudar a la emergencia sanitaria.

La explicación psicológica a la lista estrella de la compra en cuarentena en España: cerveza, aceitunas, papas fritas y chocolate

“Estas compras reflejan el confinamiento de la sociedad española”, según la asociación española de supermercados


Largas colas en un supermercado de Majadahonda (Madrid).

La primera y segunda semana del confinamiento ha dado un giro en los hogares de entre 5 y 40 grados... alcohólicos. La compra de cerveza se ha disparado un 77,65% con respecto a la semana anterior, seguida del vino con un 62,7% y de un 36,58% de otras bebidas alcohólicas, según un estudio de la revista de consumo Inforetail. “En estas dos últimas semanas ha descendido el número de visitas de cada consumidor y ha aumentado ligeramente el volumen de compra individual, conforme a las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Estas compras reflejan el confinamiento que vive la población española”, cuenta Felipe Medina, secretario general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), que incluye a las principales entidades del sector y a 19.100 establecimientos. El informe también refleja una moderación de las grandes compras de hace dos semanas, aquellas que recordaban a las colas de las rebajas en El Corte Inglés. El pico más alto se dio entre el 11 y el 14 de marzo, justo antes del decreto del estado alarma.


Más allá del papel higiénico, cuyo consumo se ha estabilizado, es muy llamativo el espectacular salto que han experimentado las aceitunas (+93,82%), las patatas fritas (+87,13%), el chocolate (+79,04%), el helado (+76,19%) o las anchoas (+60%). Es más, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de harina se ha disparado hasta un 196% con respecto a la semana anterior. La ciudadanía ha optado por montarse un bar y una pastelería en casa para matar el tiempo. Pero, ¿por qué se están produciendo estos cambios en el carro de la compra?, ¿existe alguna explicación sociológica o psicológica?Carlos Alonso, interiorista, en el pasillo de los vinos del supermercado DIA de Atocha.Manuel Viejo

“De lunes a jueves nos tomamos nuestra cervecita sobre las 20.30 y de viernes a domingo nos tomamos el vermú y algunas copas por videollamadas con los amigos”. Claudia y Raúl son dos treintañeros que viven en un piso de 55 metros cuadrados en el barrio de Lavapiés. “Lo llevamos”. Es la respuesta a cómo están llevando la tercera semana de confinamiento. Dicen que han vivido momentos de estrés y de ansiedad, que ahora hacen la compra una vez a la semana en el Carrefour y que la última incluyó un par de botellas de vino, cervezas, patatas fritas y chocolate. “Si no puedo ir de compras, no puedo ir al cine, a cenar… ¿qué voy a hacer? Trato de hacer una rutina: me levanto, desayuno, trabajo, como, hago pilates y a las 20.30 me tomo mi cervecita”, explica ella. “Estoy deseando que den las 20.30 porque es nuestro pequeño momento de desconexión”.

No es la única. El sector del vino está experimentando una insólita subida de ventas en marzo en Madrid. “Estamos haciendo números de Navidad”, cuenta Julián Ribalda, director e-commerce de Lavinia, una de las principales tiendas del sector. “Hemos detectado un pequeño cambio: si nuestra franja habitual de compra eran vinos de entre 15 y 25 euros, ahora se compran más de la franja de 8 y 15 como Finca Resalso, Viña Real Crianza, Luis Cañas Crianza…”. Es más, casi uno de cada dos clientes que han tenido en estas dos semanas son nuevos (46%). “Son clientes que antes compraban habitualmente el vino en supermercado o en grandes superficies y ahora están basculando hacia el comercio online”.

¿Hay alguna razón psicológica a este incremento? “Esto refleja el poder de darnos recompensas y caprichos en estos tiempos”. Carmelo Vázquez es catedrático de Psicopatología en la Universidad Complutense Madrid. Tras el 11-S y el 11-M elaboró numerosos estudios sobre el estrés postraumático que vivieron los neoyorquinos y los madrileños aquellos días. Unos hechos que, según él y salvando las distancias, tienen una cierta semejanza con los actuales. “Pese al pensamiento generalizado de que todo va a ir mal, el ciudadano de a pie es extraordinariamente resiliente. En aquellos días los estudios nos reflejaron un estrés postraumático que no llegó al 7%. Ahora hay mucha alarma preparatoria, pero la gente está haciéndolo muy bien. Una de estas fases es precisamente esta: beber cervezas, alcohol o tomar patatas fritas. Esto tiene un efecto terapéutico. El consumo de alcohol y las golosinas tiene un efecto de aumento de las endorfinas, que sucede en altos momentos de estrés”.

Olga Castanyer es psicóloga especialista en Psicología Clínica y autora del libro La asertividad: expresión de una sana autoestima. “Yo también quedo con mis amigas por Skype para tomar cervezas”. Castanyer explica que las compras de estas dos últimas semanas se producen por los altos niveles de ansiedad que se están produciendo. “No se comen filetes cuando uno tiene estrés. El cuerpo lo que quiere es azúcar y grasas. Cuando estamos encerrados el cerebro nos pide un premio: como el chocolate, las golosinas o unas simples cervezas. Estamos acostumbrados a vivir a base de esquemas y esto que estamos viviendo ahora no lo hemos vivido nunca. Por eso es bueno que mantengamos las costumbres sociales de antes: copas de vino en casa, aceitunas… la cultura mediterránea”. Una tesis que comparte el sociólogo de la Universidad Autónoma de Madrid Josep Lobera: “Hay que zarandear bien los datos. El consumo de tila y de chocolate amortiguan la ansiedad. Otros la gestionan con alcohol o con videojuegos. Todo esto son distintas formas de escape”.

Por el pasillo de los vinos del supermercado DIA de la calle de Atocha de Madrid camina con mascarilla sigiloso Carlos Alonso, de 46 años. “Vine a comprarle un vino a mi madre, me ha escrito ahora y me dice que quiere uno fino”. Alonso es interiorista. “También compro para mí, trato de evadirme con alguna copa. El aburrimiento es enorme en estos tiempos”. Las cajeras, grandes observadoras de los frigoríficos de casa, cuentan que también han visto un incremento de estos productos. Otro dato: cada vez se ven más y más repartidores de bicicleta de Glovo a las puertas del supermercado. “Estas dos semanas solo compro cervezas, vino, chocolate y golosinas”, cuenta el rider colombiano Andrés Garabito, de 32 años, a las afueras del supermercado DIA de Atocha.

“Todo esto que estamos viviendo estos días en el carro de la compra es lo que distingue la escasez de la abundancia que, simplemente, son pequeños caprichos a final de mes”, observa el catedrático de Psicología Carmelo Vázquez. “Habrá diversos picos. Las anchoas y las patatas serán sustituidos por otros productos. Es muy difícil saber qué va a suceder en los próximos días, pero sí hay que resaltar la solidaridad que estamos viendo, las actividades en casa o poner en marcha cosas de manera espontánea”.El 'rider' colombiano Adrián Garabito, en el exterior de un supermercado.

México estima una caída del PIB hasta del 3,9% y López Obrador asegura que la crisis económica es “transitoria”

El presidente lanza un mensaje de confianza, pero se reserva las medidas concretas para reactivar la economía para su informe del próximo domingo

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su rueda de prensa de este jueves.


El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se afana en prometer que la economía del país se reactivará tras la crisis del coronavirus. La caída del peso frente al dólar, el desplome de los precios del petróleo y el impacto de las medidas de emergencia para frenar el virus entre los sectores más vulnerables pintan un escenario delicado para México en medio de una espiral económica mundial. El pronóstico de la Secretaría de Hacienda, difundido a última hora del miércoles, es que en el mejor de los casos el PIB crezca este año apenas un 0,1% y en el peor, se hunda un 3,9%. A pesar de la tormenta que se avecina, el presidente insiste en mandar un mensaje tranquilizador. “Se trata de una situación pasajera, si quisiéramos ser más profundos, una crisis transitoria de salud pública e incluiría también lo económico”, ha dicho López Obrador en su conferencia de prensa diaria de este jueves. “Vamos a salir pronto, no es una debacle”, ha insistido el mandatario, que ha adelantado esta semana algunas medidas de mitigación, pero se ha reservado el anuncio y la aplicación del grueso del plan de rescate hasta el próximo domingo.

En contraste, algunos cálculos, como el de Bank of America, van más allá y cifran la caída del PIB mexicano hasta en 8%. El presidente ha restado importancia a las estimaciones de crecimiento económico, incluido las de su propio Gabinete, y ha sostenido que aún es muy pronto para vaticinar cómo se comportará la economía en los próximos meses y en 2021. “No existe normalidad económica, las variables están alteradas”, ha señalado López Obrador, que también ha defendido que los precios del petróleo repuntarán.

La mezcla mexicana se cotiza apenas por encima de los 10 dólares, aunque el pronóstico de Hacienda es que suba hasta los 24 dólares en promedio durante 2020 y hasta los 30 dólares en 2021. El colapso petrolero implicará menos ingresos en las finanzas públicas, aunado a una caída en la recaudación fiscal de más de 405.800 millones de pesos (más de 16.800 millones de dólares al tipo de cambio actual), según el cálculo gubernamental.

López Obrador también se ha mostrado optimista de que se acaten las medidas de suspensión de actividades no esenciales hasta al menos el 30 de abril, un plazo que previsiblemente podría extenderse. “Posiblemente hasta agosto o septiembre”, aseguró el miércoles Hugo López-Gatell, el portavoz gubernamental ante la epidemia. La cuarentena mexicana es sui generis, con una fórmula que echa el cierre en el sector público y privado, pero que no restringe del todo la movilidad de la ciudadanía, apelando a la responsabilidad de la población y no a las medidas de estado de excepción.

El limbo entre el mandato obligatorio y el cumplimiento voluntario de la mayoría de los habitantes es el equilibrio que ha encontrado un Gobierno que cree que el mejor resultado de la cuarentena no puede venir por la fuerza, sino por el convencimiento. En un país particularmente desigual y heterogéneo, el encierro es una realidad en los barrios acomodados incluso desde antes de las medidas oficiales, que contrasta con estaciones de metro llenas, sobre todo en la periferia de la ciudad, en plena declaratoria de emergencia. “La gente se está portando al 100, se está demostrando que el pueblo de México es consciente”, ha defendido el mandatario.

“Nos estamos preparando para afrontar la crisis en el peor momento”, ha dicho López Obrador sobre el abasto de camas, ventiladores y material médico. Entre las medidas que ya se han dado a conocer del plan económico es adelantar las pensiones de ocho millones de adultos mayores, por un monto de 42.000 millones de pesos (unos 1.740 millones de dólares), otorgar un millón de créditos a comerciantes del sector formal e informal por 25.000 millones de pesos (1.035 millones de dólares) y apostar por las exportaciones a EE UU en sectores estratégicos como el azúcar para dar un giro positivo a la devaluación de la moneda mexicana.

El Consejo Coordinador Empresarial, una de las patronales más grandes del país, ha pedido que se difiera seis meses la recaudación tributaria y que se permita el pago de impuestos en 12 mensualidades. El Ejecutivo ya ha descartado cualquier tipo de condonación fiscal, pero ha dicho que está dispuesto a dar concesiones alternativas, como acelerar la devolución del IVA y ofrecer oportunidades de inversión extranjera y local, aunque no ha ofrecido más detalles. “Salud, bienestar y empleo”. Esos son los ejes de la estrategia del presidente, que ha esperado a revelar el plan de reactivación hasta la presentación de su informe trimestral de actividades del 5 de abril en el Palacio Nacional, la sede de Gobierno. Entre los escenarios de recuperación y colapso, el fondo de la crisis sanitaria y económica sigue en terreno desconocido.

El petróleo rebota un 8% tras la mediación de Trump entre Rusia y Arabia Saudita

El estadounidense afirmó que pronto llegarán a un acuerdo que ponga fin a la guerra de precios.



Finalmente Donald Trump dejó de lado su parsimonia inicial y comenzó a hacer valer su rol como uno de los jugadores más importantes del mercado petrolero para mejorar los precios del barril.

El presidente estadounidense inició una mediación entre Rusia y Arabia Saudita -que fue confirmada por el Kremlin- y afirmó que "en pocos días" se llegará a un acuerdo para reducir la producción.

Esto provocó un inmediato repunte del 8% en la cotización del Brent, que ahora opera a 26,7 dólares el barril. Si bien se trata de una importante mejora, los valores todavía se encuentran debajo de los costos de la industria del shale estadounidense.

Es por eso que Trump también decidió convocar a una primera reunión con los CEOs de las principales petroleras para discutir posibles tarifas a los hidrocarburos importados y una ayuda fiscal al sector.

Se trata de un giro completo en la actitud del republicano, que a principios de la guerra de precios ocasionada por el derrumbe de la demanda mundial a raíz del coronavirus y el aumento de la producción decretado por Arabia Saudita, había festejado el beneficio para las familias estadounidenses que significaba el desplome de las naftas.

En el peor momento de la crisis, el petróleo llegó a valer unos 22 dólares, es decir, casi un 70% menos en relación a principios de año. Si bien los analistas proyectan precios bajos al menos por varios meses, un acuerdo de reducción de cuotas de la OPEP podría estabilizar el crudo hacia valores más razonables en torno a los 40 dólares, según detalló la consultora Mc Kinsey.

Para Argentina, se trataría de una excelente noticia, ya que al igual que los Estados Unidos, está apuntando a una producción no convencional que resulta inviable a un barril por debajo de los 50 dólares, de acuerdo a las estimaciones de las empresas.

Eso llevó al pedido unánime de las productoras y las provincias petroleras de reinstalar un barril criollo que sirva de sostén para blindar a la industria de la volatilidad internacional. La propuesta está bajo análisis del gobierno, que habría ofrecido un barril a 46 dólares y un esquema de retenciones móviles que reduciría las alícuotas al 0% bajo estos parámetros.

El mercado laboral español sufre el peor mes de su historia con 834.000 empleos destruidos

La crisis del coronavirus provoca la pérdida de 900.000 empleos desde el inicio del estado de alarma
Los efectos de la Covid-19 dan un golpe sin precedentes al mercado laboral y elevan la cifra de parados a 3,5 millones

Tienda de H&M de la Gran Vía de Madrid cerrada por la crisis del coronavirus. En vídeo, declaraciones de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.


Los efectos del coronavirus sobre el mercado laboral están siendo devastadores. En apenas algo más de dos semanas, desde que comenzaron a notarse las consecuencias del coronavirus, la caída del empleo no ha tenido precedentes. Los colegios comenzaron a cerrarse el 9 de marzo y, desde entonces, han comenzado a notarse esos efectos. A la afiliación a la Seguridad Social y, por tanto, a la ocupación, las consecuencias llegaron unos días después. El 12 de marzo llegó el desplome. Desde entonces, se han perdido casi 900.000 empleos, como ha cuantificado el propio Ministerio. Es el peor dato de la serie.

Para hacerse a una idea del impacto, el ministro José Luis Escrivá ha comparado lo sucedido en poco más de tres semanas con lo sucedido entre octubre de 2008 y febrero de 2009. Entonces, en unos 100 días que podían calificarse como la zona cero de la Gran Recesión, la Seguridad Social perdió unos 900.000 afiliados. Ahora ha perdido una cifra similar en poco más de dos semanas, el tiempo que va desde la víspera del estado de alarma hasta el 31 de marzo, y deja la cifra total de ocupados cotizando en 18,4 millones.

 
Tampoco hay precedentes para explicar lo sucedido en la otra cara del mercado laboral: el paro. Los números del Ministerio de Trabajo de marzo arrojan un aumento en un mes de 302.365 parados y deja la cifra total en 3,54 millones. Las referencias más próximas para comparar este golpe vuelven a encontrarse en los peores momentos de la Gran Recesión y lo que pasó tras la caída de Lehman Brothers: hasta ahora el mayor incremento en un solo mes correspondía a enero de 2009.

Marzo ha sido tradicionalmente el mes en que el estacional mercado laboral español empieza a coger fuerza. La Semana Santa y el principio del buen tiempo empujan el empleo en sectores como la construcción y, sobre todo, el turismo que se prepara para su temporada alta. El coronavirus ha llegado justo en este momento y ha cortado con brusquedad ese arranque parando completamente uno de los principales motores de la economía española: el turismo.

Esto se ve en los datos de afiliación por ramas a la Seguridad Social, que ya muestran caídas superiores al 5% del empleo en la hostelería, la construcción y las actividades recreativas o de ocio. Desde luego, el retroceso en la ocupación no es homogéneo en todas las actividades. Pero es prácticamente general. Solo se salva, en consonancia con la coyuntura provocada por el coronavirus, la sanidad y los servicios sociales que han ganado más 11.000 asalariados en este mes.


En un país con altos índices de temporalidad y con decenas de miles de personas entrando y saliendo del empleo cada día, el impacto de un shock sanitario ha cambiado completamente el escenario e, incluso, deja sin sentido las forma habituales de medir indicadores como la afiliación al instituto público. El ministro Escrivá ha ilustrado esto en su presentación con un dato: casi dos tercios de la destrucción de empleo ha llegado por la finalización de contratos temporales.

Habitualmente se utiliza como referencia la afiliación media del mes, que en este caso ha caído en 243.469 empleos. Pero ahora es la propia Seguridad Social la que apunta que lo sucedido desde el 12 de marzo hace que “el dato de afiliación media no refleje con rigor lo ocurrido en el conjunto del mes”.

Nuevo récord histórico: 6,6 millones de estadounidenses solicitaron el subsidio por desempleo ante la pandemia de coronavirus


Personas forman una fila en una feria de empleo en Nueva York

Un récord de 6,6 millones de estadounidenses solicitaron un subsidio de desempleo, según los datos oficiales de la última semana, superando las expectativas de los analistas en el marco del impacto económico de la pandemia de coronavirus.


Las medidas de contención decretadas frente a la pandemia por cada estado, en diversos grados de severidad, han obligado a muchas compañías a cerrar sus puertas o reducir drásticamente su actividad. El sector comercial y del transporte, muy afectado por la marcada desaceleración del comercio, es el que ha perdido la mayor cantidad de empleos, según datos provisorios. Otros sectores severamente penalizados son los del ocio, la hotelería, y la construcción.


Los crecientes despidos han llevado a muchos economistas a estimar hasta 20 millones de empleos perdidos para finales de abril. La tasa de desempleo podría subir hasta el 15% este mes, por encima del récord anterior del 10,8% establecido durante una profunda recesión en 1982. No obstante, se prevé que la cifra se mantenga en máximos históricos durante las próximas semanas, ya que los estados no han procesado aún todas las solicitudes y muchos otros empleados todavía no realizan el trámite, ante el colapso de los sistemas y las medidas sanitarias de prevención.


Muchos empleadores están recortando sus nóminas para tratar de mantenerse a flote porque sus ingresos se han derrumbado, especialmente en restaurantes, hoteles, gimnasios, cines y otros lugares que dependen de la interacción cara a cara, ante las recomendaciones de distanciamiento social. Las ventas de automóviles se han hundido, y las fábricas han cerrado.


El anterior reporte ya había pulverizado los récords previos, cuando 3,3 millones de personas solicitaron los beneficios durante la semana laboral que culminó el 21 de marzo, un aumento de más de tres millones más respecto al balance previo, cuando se presentaron 282.000 nuevos pedidos. La anterior marca más alta correspondía a octubre de 1982, cuando el beneficio fue solicitado por 695 mil personas.


El dato combinado de las últimas dos semanas bordea los 10 millones, una cifra superior a la suma de los pedidos de los últimos ocho meses.


Desde antes de la divulgación del informe, los analistas ya preveían un balance negativo, aunque mucho menor: las proyecciones estimaban unas tres millones de solicitudes y, las más pesimistas, hasta 5 millones de pedidos. “En este ambiente no podemos hablar sobre una recuperación de las acciones en el corto plazo. Lo mejor que uno puede esperar es que se estabilice el actual ambiente”, había señalado Francois Savary, jefe de inversiones en la gestora de activos suiza Prime Partners.


Un reporte publicado el miércoles indicó que los empleadores privados de Estados Unidos recortaron 27.000 empleos el mes pasado, que fue una cantidad mucho menor a lo que los economistas habían pronosticado, debido a que el informe utilizó datos hasta el 12 de marzo antes de que el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo registrara un aumento récord.
Un grupo de personas frente al Departamento del Trabajo de Nueva York (Reuters/archivo)(


También en la víspera, la agencia de calificación de crédito Standard & Poor’s advirtió que todos los indicadores económicos del sector público en Estados Unidos están ya a la baja por el impacto del coronavirus y eso podría conllevar a rebajas de la calidad crediticia y una recesión al nivel o peor que la de 2008, que podría no tener precedentes desde la II Guerra Mundial. Según el informe, se espera una “fuerte caída en la economía hasta, al menos, el segundo trimestre”, mientras que la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y sus efectos sobre la actividad económica podría provocar previsiones aún más pesimistas.


Los analistas proyectan un escenario que podría ser aún peor, con una recesión que no tendría precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, con una caída del empleo y de la actividad peor que la de la "Gran Recesión" de 2008.


El aciago escenario se completa con un desempleo del 10,1% en el segundo trimestre y 10 millones de trabajos destruidos con un desplome del consumo del 13,2 % entre abril y junio, cuando se espera que impacte lo peor de la pandemia en el país, que podría dejar hasta 100.000 muertes hasta agosto, según las proyecciones de la Casa Blanca.


“En general, el escenario base (el más moderado) seguramente estará a la par con la Gran Recesión, pero en un período de tiempo más corto”, explica el análisis. En el escenario más negativo, el que llaman de “recesión profunda”, “el posible daño económico excedería con creces” el de 2008, aunque los analistas de la entidad se inclinan por una caída y posterior recuperación en forma de "U".

La triple crisis del capitalismo






MARIANA MAZZUCATO


LONDRES – El capitalismo enfrenta al menos tres grandes crisis. Una crisis sanitaria inducida por la pandemia, que rápidamente encendió la mecha de una crisis económica con consecuencias todavía desconocidas para la estabilidad financiera, y todo esto en el contexto de una crisis climática que no admite respuesta dentro del paradigma actual («business as usual»). Hasta hace apenas dos meses, las imágenes inquietantes de trabajadores agotados que colmaban los medios noticiosos no eran de personal médico, sino de bomberos.


Esta triple crisis ha revelado varios problemas en el modelo de capitalismo actual, que deben resolverse íntegramente mientras al mismo tiempo enfrentamos la emergencia sanitaria inmediata. De lo contrario, sólo resolveremos problemas en un lugar y crearemos nuevos problemas en otro. Es lo que sucedió con la crisis financiera de 2008. Las autoridades inundaron el mundo de liquidez sin dirigirla hacia buenas oportunidades de inversión; eso llevó a que el dinero fluyera de nuevo hacia un sector financiero que fue (y sigue siendo) incapaz de cumplir su función.

La crisis de la COVID‑19 está exponiendo todavía más defectos en las estructuras económicas, en particular la creciente precariedad del trabajo, debida al surgimiento de la economía de plataformas y a décadas de deterioro del poder de negociación de los trabajadores. Para la mayoría de la gente, el teletrabajo sencillamente no es opción; y si bien los gobiernos están dando alguna ayuda a los trabajadores con contrato formal, los autoempleados podrían quedar abandonados a su suerte.

Peor aún, los gobiernos están dando préstamos a las empresas en un momento en que la deuda privada ya se encuentra en un nivel históricamente alto. En Estados Unidos, la deuda total de los hogares justo antes de esta crisis era 14,15 billones de dólares (1,5 billones de dólares más que en 2008, en términos nominales). Y no olvidemos que un alto nivel de deuda privada provocó la crisis financiera global.

Por desgracia, durante la última década muchos países aplicaron medidas de austeridad, como si la deuda pública fuera el problema. El resultado fue un debilitamiento de las mismas instituciones públicas que necesitamos para superar crisis como la pandemia de coronavirus. Desde 2015, el Reino Unido redujo el presupuesto sanitario en mil millones de libras (1200 millones de dólares), lo que aumenta la presión sobre los médicos en formación (muchos directamente abandonaron el Servicio Nacional de Salud) y reduce las inversiones a largo plazo que se necesitan para que los pacientes reciban tratamiento en establecimientos seguros, modernos y bien provistos de personal. Y en Estados Unidos (que nunca tuvo un sistema de salud pública bien financiado) la administración Trump lleva tiempo tratando de recortarfondos y capacidades a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), además de otras instituciones cruciales.

Como si estos daños autoinfligidos no bastaran, un sector empresarial excesivamente «financierizado» ha estado extrayendo valor de la economía para premiar a los accionistas con planes de recompra de acciones, en vez de apuntalar el crecimiento a largo plazo invirtiendo en investigación y desarrollo, salarios y capacitación de los trabajadores. Eso dejó a los hogares desprovistos de colchones financieros, lo que les dificulta el acceso a bienes básicos como la vivienda y la educación.



La mala noticia es que la crisis de la COVID‑19 está exacerbando todos estos problemas. La buena noticia es que podemos usar el estado de emergencia actual para comenzar a crear una economía más inclusiva y sostenible. No se trata de postergar o impedir el apoyo estatal, sino de estructurarlo correctamente. Tenemos que evitar los errores de la era post‑2008, cuando los programas de rescate permitieron a las corporaciones aumentar todavía más sus ganancias al terminar la crisis, pero no sentaron las bases para una recuperación sólida e inclusiva.

Esta vez, las medidas de rescate sí o sí tienen que ir acompañadas de condiciones. Ahora que el Estado va a ser otra vez actor principal, hay que darle el papel del héroe, no el del ingenuo que paga los platos rotos. Eso implica proveer soluciones inmediatas, pero pensadas de modo tal que sirvan al interés público en el largo plazo.

Por ejemplo, condicionar la ayuda estatal a las empresas a que estas no despidan empleados, y asegurarse de que cuando la crisis termine, invertirán en capacitación de los trabajadores y en mejorar las condiciones laborales. Mejor aún, los gobiernos deberían (como en Dinamarca) ayudar a las empresas a seguir pagando los salarios de los empleados que no estén trabajando: eso permitirá, simultáneamente, proteger las fuentes de ingresos de los hogares, prevenir la propagación del virus y facilitar a las empresas el reinicio de la producción cuando la crisis haya terminado.

Además, los programas de rescate deben estar diseñados de modo de incentivar a las empresas más grandes a recompensar la creación de valor en vez de su mera extracción; esto incluye prevenir las recompras de acciones y alentar inversiones en crecimiento sostenible y reducción de la huella de carbono. El año pasado la asociación estadounidense de empresas Business Roundtable declaró su voluntad de adoptar un modelo de creación de valor para todas las partes interesadas (no sólo los accionistas); esta es la ocasión de respaldar las palabras con acciones. Si ahora el empresariado estadounidense empieza a poner peros, entonces hay que denunciar que aquello fue un engaño.

En lo referido a los hogares, los gobiernos no deben quedarse con el otorgamiento de préstamos, sino considerar la posibilidad de un alivio de deudas, especialmente en vista de los altos niveles de deuda privada que hay en la actualidad. Como mínimo, los pagos a acreedores deben congelarse hasta que la crisis económica inmediata esté resuelta, y hay que destinar las inyecciones de dinero en efectivo a los hogares más necesitados.

Además, Estados Unidos debe respaldar con garantías oficiales el pago de entre el 80 y el 100% de las nóminas salariales de las empresas afectadas (como han hecho el RU y muchos países asiáticos y de la Unión Europea).

También es hora de reconsiderar el modelo de alianza público‑privada. Ocurre muy a menudo que estos esquemas tengan más de parasitismo que de simbiosis. La búsqueda de una vacuna para la COVID‑19 puede convertirse en otra relación unidireccional, en la que las corporaciones obtienen enormes ganancias vendiendo a la gente un producto derivado de investigaciones financiadas por los contribuyentes. De hecho, pese a la importante inversión pública con dinero de los contribuyentes estadounidenses en el desarrollo de una vacuna, hace poco el director del Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos, Alex Azar, admitió que los tratamientos y vacunas que se desarrollen para combatir la COVID‑19 tal vez no estén al alcance de todos los estadounidenses.

Necesitamos con urgencia estados emprendedores que inviertan más en innovación en áreas como la inteligencia artificial, la salud pública, las energías renovables, etcétera. Pero esta crisis es un recordatorio de que también necesitamos estados que sepan cómo negociar, para que los beneficios de las inversiones hechas con dinero de la gente vuelvan a la gente.

Un virus asesino ha expuesto grandes falencias en las economías capitalistas occidentales. Ahora que los gobiernos están en pie de guerra, tenemos una oportunidad de arreglar el sistema. Si no lo hacemos, no tendremos ninguna chance frente a la tercera gran crisis (la creciente inhabitabilidad del planeta) y todas las otras más pequeñas que traerá aparejadas en los años y décadas que vendrán.

Los seis pasos que propone una eminencia de la medicina de EEUU para limitar las muertes por coronavirus sin destruir la economía


Harvey V. Fineberg es uno de los expertos en salud pública más reconocidos de los Estados Unidos


¿Aplanar la curva? No, la meta que se plantea Harvey Fineberg es más ambiciosa: “El objetivo es aplastar la curva. China hizo esto en Wuhan. Podemos hacerlo en este país en 10 semanas”.


La sentencia del ex rector de Harvard fue publicada en el New England Journal of Medicine como parte de una extensa nota editorial en la que se hace eco de las palabras de Donald Trump: “El presidente dice que estamos en guerra con el coronavirus. Es una guerra que debemos luchar para ganar”, escribió.


Su visión no deja afuera el aspecto económico, al que le otorga un lugar de privilegio para salvar “entre miles y más de un millón de vidas estadounidenses que están en peligro”. Fineberg asegura que la economía y la salud no tienen que competir como si defendieran intereses antagónicos: “Como dirían los economistas, existe una opción dominante, que simultáneamente limita las muertes y hace que la economía vuelva a funcionar de manera sostenible”.


¿Cómo lograr ese ideal y cuánto tiempo llevaría? Según Fineberg, si EEUU sigue los siguientes seis pasos puede vencer al Covid-19 a principios de junio:

El presidente Donald Trump comparece ante la prensa rodeado del asesor de Seguridad Nacional Robert O'Brien, el fiscal general William Barr, el secretario de Defensa Mark Esper y el general Mark Milley en la Casa Blanca

El presidente debe sorprender a sus críticos y nombrar un comandante


1. Establecer un comando unificado


El presidente debe sorprender a sus críticos y nombrar un comandante que informe directamente al presidente. Esta persona debe tener la plena confianza de Trump y debe ganarse la confianza del pueblo estadounidense. Este no es un coordinador entre agencias. Este comandante tiene todo el poder y la autoridad del presidente estadounidense para movilizar todos los activos civiles y militares necesarios para ganar la guerra. Pídale a cada gobernador que designe un comandante estatal individual con autoridad estatal similar. La diversidad de nuestra nación y las diversas etapas de la epidemia en diferentes regiones nos permiten enfocar las respuestas a lugares y tiempos específicos, desplegar y volver a desplegar suministros nacionales limitados donde puedan hacer lo que sea mejor y aprender de la experiencia a medida que avanzamos.
Un soldado de la Guardia Nacional informa a los pacientes que el resultado de su prueba de coronavirus le será informado en dos o tres días


Cada decisión depende de los resultados de las pruebas de diagnóstico


2. Poner a disposición millones de tests


No todas las personas necesitan hacerse la prueba, pero todas las personas con síntomas sí. La nación necesita prepararse para realizar millones de pruebas de diagnóstico en las próximas dos semanas. Esta fue la clave del éxito en Corea del Sur. Cada decisión sobre el manejo de casos depende de una buena evaluación médica y los resultados de las pruebas de diagnóstico. Sin pruebas de diagnóstico, no podemos rastrear el alcance del brote. Use formas creativas para movilizar los laboratorios de investigación de la nación para ayudar con la detección de la población; referir a las personas que dan positivo para una evaluación adicional. Organice sitios dedicados de pruebas clínicas en cada comunidad que estén físicamente separados de otros centros de atención, como las pruebas en automóviles que han comenzado a surgir.
Personal de emergencias médicas introducen a un paciente infectado de coronavirus en una ambulancia en Nueva York

No enviaríamos soldados a la batalla sin chalecos antibala: los trabajadores de la salud no merecen menos


3. Suministrar equipos de protección a los trabajadores de la salud y equipar a los hospitales para un aumento repentino de pacientes graves


Un amplio suministro de PPE (siglas en inglés de Equipo de Protección Personal) debería ser el estándar para todos los trabajadores de la salud de los EEUU. No enviaríamos soldados a la batalla sin chalecos antibala: los trabajadores de la salud en la primera línea de esta guerra no merecen menos. Los centros de distribución regionales deberían repartir rápidamente respiradores y otros equipos necesarios desde depósitos nacionales hasta los hospitales con mayor necesidad. A pesar de los mejores esfuerzos de todos, en las áreas más afectadas será necesario implementar estándares de atención de crisis para tomar decisiones éticas e inevitables sobre el uso de los equipos y suministros disponibles.
Personas sin hogar entran a un centro de recepción temporario al aire libre en Las Vegas


Hay que identificar a aquellos que se infectaron previamente, se han recuperado y son inmunes


4. Diferenciar a la población en cinco grupos y tratar en consecuencia


Primero necesitamos saber quién está infectado; segundo, quién se supone que está infectado (es decir, personas con signos y síntomas consistentes con infección que inicialmente dan negativo); tercero, quien ha sido expuesto; cuarto, quien no se sabe si ha estado expuesto o infectado; y quinto, quién se ha recuperado de la infección y está adecuadamente inmune.


Debemos actuar sobre la base de síntomas, exámenes, pruebas y exposiciones para identificar a los que pertenecen a cada uno de los primeros cuatro grupos. Hospitalice a las personas con enfermedad grave o de alto riesgo. Establecer enfermerías utilizando centros de convenciones vacíos, por ejemplo, para atender a personas con enfermedades leves o moderadas y de bajo riesgo.


Una enfermería de aislamiento para todos los pacientes disminuirá la transmisión a los miembros de la familia. Convierta los hoteles ahora vacíos en centros de cuarentena para albergar a los que han estado expuestos y sepárelos de la población general durante 2 semanas. Este tipo de cuarentena seguirá siendo práctico hasta que la epidemia haya explotado en una ciudad o región en particular.
Un grupo de colaboradores arman las bases para un hospital de campaña en el Central Park de Nueva York

Si todos usan una mascarilla fuera del hogar tendrán menos probabilidades de transmitir la infección


5. Inspirar y movilizar al público


En este esfuerzo total, todos tienen un papel que desempeñar y prácticamente todos están dispuestos. Hemos comenzado a desatar el ingenio estadounidense para crear nuevos tratamientos y una vacuna, proporcionando una mayor variedad y cantidad de pruebas de diagnóstico, y utilizando el poder de la tecnología de la información, las redes sociales, la inteligencia artificial y la informática de alta velocidad para idear soluciones novedosas. Estos esfuerzos deberían intensificarse. Todos pueden ayudar a reducir el riesgo de exposición y apoyar a sus amigos y vecinos en este momento crítico. Después de que todos los trabajadores de la salud tengan las máscaras que necesitan, el Servicio Postal de los EEUU y las empresas privadas dispuestas pueden unirse para entregar máscaras quirúrgicas y desinfectantes para las manos a cada hogar estadounidense. Si todos usan una máscara quirúrgica fuera del hogar, aquellos que son presintomáticos e infectados tendrán menos probabilidades de transmitir la infección a otros.
El investigador Yi Kuo, de la compañía Arcturus Therapeutics, trabaja en el desarrollo de un medicamento para el coronavirus


Las decisiones para reiniciar la economía deben ser guiadas por la ciencia


6. Aprender en tiempo real mientras se realiza una investigación fundamental


La atención clínica mejoraría enormemente con un tratamiento antiviral eficaz, y cada vía plausible debería investigarse. Lo hicimos con el VIH; ahora, necesitamos hacerlo más rápido con SARS-CoV-2. Los médicos necesitan mejores predictores de qué condición del paciente tiende a deteriorarse rápidamente o quién puede morir. Las decisiones para determinar la respuesta de salud pública y reiniciar la economía deben ser guiadas por la ciencia. Si descubrimos cuántas personas han sido infectadas y ahora son inmunes, podemos determinar que es seguro para ellos regresar a sus trabajos y reanudar sus actividades más normales.


¿Es seguro que otros regresen al trabajo? Eso depende del nivel de infección aún en curso, de la naturaleza de las posibles exposiciones en el lugar de trabajo y de la detección confiable y rápida de nuevos casos.


¿Pueden las escuelas reabrir de manera segura? Eso depende de lo que aprendamos sobre los niños como transmisores del virus a sus maestros, padres y abuelos.


¿Qué tan peligrosos son los espacios y las superficies contaminadas? Eso depende de la supervivencia del virus en diferentes condiciones ambientales y de diversos materiales.
El doctor Harvey V. Fineberg

Si persistimos con medias tintas contra el coronavirus, corremos el riesgo de dañar a la economía


La hipótesis de Fineberg es que se trata de una guerra que se gana en base a avances científicos y las decisiones deben tomarse en base a pruebas. En su visión, “podemos comenzar a revivir negocios de todo tipo, incluidas aerolíneas, hoteles, restaurantes y lugares de entretenimiento. Al poner dinero en efectivo en los bolsillos de las personas durante los próximos dos meses, proteger a las pequeñas empresas y liberar las restricciones de crédito, el Presidente, el Congreso y la Reserva Federal habrán posicionado a la economía para que vuelva a crecer una vez que el virus no esté presente”.


Al mismo tiempo, el médico alerta sobre cuál sería la peor situación de su país ante la pandemia: “Si persistimos con medias tintas contra el coronavirus, corremos el riesgo de dañar a la economía durante mucho tiempo con una pesada carga de consumidores ansiosos, enfermedades, mayores costos médicos y una actividad comercial restringida”.


Por último, reclama una política de salud pública a largo plazo que le permita a su país estar mejor equipado para enfrentar el coronavirus u otras amenazas emergentes, y lograr una vacuna segura y efectiva cuanto antes.

Agustín Salvia :"La crisis del coronavirus dará lugar una nueva ola de pobreza estructural"

"La emergencia sanitaria golpea más a esa gran parte de la sociedad que no recibe un sueldo regular ni tiene reserva", sostiene Agustín Salvia, el director del Observatorio de la Deuda Social, quien recuerda los ataques de "Dietrich y la gente de Marcos Peña, que directamente pedían mi renuncia".

La pandemia de coronavirus jaqueó todas las proyecciones y agarró al país mal parado entre cifras de pobreza alarmantes, estanflación, sin financiamiento internacional y debatiéndose cómo contener la indigencia. Por eso, a días de que el Indec informe cuál fue la pobreza que el gobierno de Macri le heredó a Alberto Fernández, conversamos con Agustín Salvia, el director del Observatorio de la Deuda Social que relevó que la canasta básica había dejado al 40,8% de los argentinos debajo de la línea de pobreza.

Con el temor de que esta crisis sanitaria se traduzca en una nueva capa geológica de la pobreza estructural, que ya lleva más de 4 décadas creciendo, Salvia conserva un moderado optimismo para que la sociedad reflexione y exija una política distinta que sea de inclusión con trabajo y no de asistencialismo.

Sociólogo, investigador de Conicet, hace casi dos décadas que coordina una tarea que el Papa Francisco depositó en la Universidad Católica: interpelar a la sociedad y a la democracia señalando sus deudas con los que menos tienen. "Somos el observatorio de lo que falta. Y eso a veces molesta", sintetiza respecto de los múltiples choques que tuvo por contradecir las cifras oficiales.

¿Cómo evalúa la propuesta de la lucha contra el hambre que postuló Alberto Fernández?

Buena para un primer momento, pero insuficiente para enfrentar el problema de la pobreza. Nosotros formamos parte de la Mesa de la lucha contra el Hambre y coincidimos plenamente en que la prioridad era la cuestión alimentaria.

Nosotros le hicimos una propuesta al presidente que requiere una inversión de 2% del PBI para poder empezar a generar una inclusión con trabajo en el área de cuidados, por ejemplo. Pero el Gobierno no estuvo de acuerdo y avanzó, primero, con la tarjeta alimentaria.

El problema de fondo es que al modelo económico le sobra más gente, que población potencialmente trabajadora que podría estar produciendo valor y que la estructura productiva no la necesita, no las incorpora bajo las condiciones en las que opera ese mercado. Y son el 55% de los trabajadores del país los que están en negro, con trabajos informales, changas, de la economía social y popular, beneficiarios sociales, sin trabajo. Un tercio de la economía argentina está vinculado al mercado formal nacional e internacional, son los trabajadores formales; y un tercio que está vinculado al mercado interno, de baja productividad y es muy vulnerable a los procesos de crisis y de inflación. De este tercio se nutre la pobreza cuando las cosas van peor y de este tercio se ve la mejora. Pero hay un tercio, un cuarto, que no sale de la pobreza ni en las buenas, están mejor, tienen cierto alivio como en 2011, 2012 y 2017, pero siguen siendo sus pobres y sus padres ya eran pobres. En los '80 eran el 10% los pobres estructurales, hoy es un 25% y la pobreza estructural tiene un mayor crecimiento demográfico.

Nosotros le hicimos una propuesta al presidente, pero requiere una inversión de 2% del PBI para poder empezar a generar una inclusión con trabajo en el área de cuidados, por ejemplo. Pero el Gobierno no estuvo de acuerdo y avanzó, primero, con la tarjeta alimentaria.

¿Y qué opinión le parecen las medidas que tomó el gobierno respecto de los más pobres?


Las últimas medidas económicas del gobierno -pago extra de la AUH, bono para jubilados y pensionados que reciben la mínima y el ingreso familiar de emergencia, así como la tarjeta alimentaria- son todas importantes para reducir los efectos de una acumulación de crisis sociales. Sin duda, la situación social sería peor sin esas transferencias, pero no es algo que cambie sustancialmente el presente ni el futuro de estos sectores.

El coronavirus puso en estado de pausa a este sistema desigual y también a toda expectativa de reactivación, afectando especialmente a las pymes y profundizando la relación entre pobreza e informalidad económica. Las desiguales condiciones con las que los sectores pobres pueden dar respuesta al deterioro de su calidad de vida son evidentes. No sólo porque la violencia, el dengue, la influenza y otras múltiples infecciones que golpean especialmente a la pobreza siguen siendo todavía las principales causas de muerte evitable entre los pobres, sino porque la parálisis económica generada por la emergencia sanitaria golpea más a la economía informal, al trabajador precario, a esa gran parte de la sociedad que no recibe un sueldo regular ni una renta extraordinaria ni tiene un fondo de reserva con al cual hacer frente a la falta de trabajo que genera la emergencia sanitaria. De hecho, creo que esta crisis sanitaria dará lugar una nueva ola de pobreza estructural.

La situación social sería peor sin las medidas que tomó el gobierno, pero no cambian el presente ni el futuro de estos sectores. La parálisis económica por el coronavirus golpea más a estos sectores. De hecho, creo que esta crisis sanitaria dará lugar una nueva ola de pobreza estructural.

A los efectos sanitarios y económicos regresivos que genera la pandemia se suman déficits estructurales que se hacen más acuciantes con la cuarentena: el hacinamiento, la degradación residencial, la falta de servicios públicos sanitarios (agua, cloacas), la mal nutrición persistente, la insuficiencia de los servicios de educación y de salud, la fragilidad de los capitales sociales en juego, la ausencia de información valiosa, el mayor riesgo a sufrir de ansiedad y estrés, la violencia social a flor de piel.

El Observatorio de la Deuda Social tuvo sus encuentros y encontronazos con los distintos espacios políticos que fueron gobierno desde su fundación, ¿Qué fue lo que sucedió cuando durante el macrismo anunciaron el 40,8% de pobreza? ¿Cómo quedaron con el peronismo luego de aquello de que había menos pobres en Argentina que en Alemania?

Estamos habituados a la resistencia a lo que tenemos para decir. El programa de la investigación de la Deuda Social nace en el 2001, antes de la crisis, apuntando a entender cuáles son las deudas sociales, frente a lo que en ese momento era un tema crítico, que era la deuda externa. Nos atraviesa la crisis de lleno, yo dirijo esa investigación y finalmente en el año 2004 se crea el Observatorio de la Deuda Social, con una encuesta propia urbana con 2000 hogares -que luego fueron 2500- en base a una muestra que diseñó el Indec y que tenía un enfoque multidimensional vinculado a distintos aspectos del desarrollo humano y a la integración social que no miden otras encuestas y desde un enfoque de derechos. Lo hacemos con un enfoque humanista y estructuralista y tomando una posición ética: no somos un observatorio del desarrollo social, de lo que se hace o lo que se hizo, sino de la deuda, de lo que falta. Y eso a veces molesta.

No somos un observatorio del desarrollo social, de lo que se hace o lo que se hizo, sino de la deuda, de lo que falta. Y eso a veces molesta.

Nuestra decisión es mostrar lo que falta en materia de derechos económicos sociales y culturales, con una mirada que fue medio revolucionaria en la UCA en ese momento, porque era bastante conservadora la universidad con profesores y egresados que habían participado activamente en la etapa menemista y de las reformas neoliberales y también de los gobiernos militares si vamos más atrás. Tuvimos mucha resistencia ya desde el comienzo, pero siempre contamos con el respaldo de las autoridades de la UCA en clave de lo que significaba la mirada de Bergoglio sobre lo que había que investigar en una universidad católica.

¿El Papa lo respaldó frente a estas críticas?


El Episcopado. Las autoridades de la UCA fueron cambiando y siempre respetaron nuestro trabajo. Aclaro que con Bergoglio no tengo ningún contacto y que fui concursado para dirigir esta investigación y que, pese a esa resistencia inicial, el trabajo y la producción de este observatorio nos hizo fuertes por el impacto y la valoración internacional de lo que hacíamos. Porque también nos diferenciamos de la ciencia social tradicional. No investigábamos para publicar en revistas con referato científico, sino para transmitir nuestras observaciones a los medios de comunicación y con esa herramienta tratar de generar agenda, instalar debates sobre los problemas sociales y que la democracia construyera soluciones políticas.

¿Cómo fue la relación con los Kirchner?

En un principio, cuando mostrábamos que las cosas mejoraban nuestras publicaciones eran valoradas, le presentábamos todos los años a la Jefatura de Gabinete de Alberto Fernández nuestros informes, hasta el año 2007. Después nunca más nos invitaron hasta ahora que nos invitó a participar de la Mesa de la lucha contra el Hambre.

Cuando empezamos a decir que la mejora se detenía, que los datos empezaban a dar mal porque faltaban desde nuestra perspectiva políticas estructurales, ya no les gustó lo que decíamos, y era que se estaba generando una burbuja de consumo, pero no una política estratégica que permitiera seguir invirtiendo y creando empleo y desarrollando más equilibradamente las economías regionales. Ese era nuestro diagnóstico, no gustó y lógicamente la relación se tensó. Capitanich fue más político, nos recibía y nos decía que teníamos razón, pero que el tema era que la prensa lo usaba para atacarlos, fue más conciliador. Alicia Kirchner fue más hostil, porque para ella la pobreza en 2011 estaba en el orden del 6% por más que los otros indicadores como el acceso a la salud y al trabajo formal no se correlacionaran.

Eso coincidió con una crisis interna, porque nos atacaron muy fuerte desde la Facultad de Derecho y los economistas de la UCA, el ala más liberal. Tuvimos el respaldo del Episcopado que siempre tuvo una mirada distinta e hizo que no recibiéramos ninguna presión de las autoridades de la UCA. Y no fue la única, fueron varias y la última fue el ataque de Dietrich y la gente de Marcos Peña, que directamente pedían mi renuncia.

¿Cómo fue pasar a ser autoridad en la medición de la pobreza y desplazar al Indec?

Por la intervención del Indec, formamos parte de la comisión que formó la UBA para monitorear la destrucción de las estadísticas públicas. Entonces propuse introducir la medición de Pobreza por Ingresos en el Observatorio. Con 2.500 casos podíamos sondear, pero no era una muestra lo suficientemente grande. Hasta que en 2010 pedimos más presupuesto, ampliamos la muestra a 6.000 hogares y empezamos a medir ambas: la pobreza por ingresos y por derechos como ya lo veníamos haciendo.

Cabe aclarar que en el 2006 ya era necesario un cambio en la metodología de la medición de la pobreza, pero no hubo apoyo político. Cualquier cambio en la metodología, iba a hacer que diera más alta y por eso no tuvo respaldo político. Recién se actualizó con Todesca. Con lo cual cuando fue aquello de "menos pobres que Alemania", estábamos usando las pautas de pobreza de 1984.

Cuando empezó a subir la pobreza en 2014, ahí vinieron los problemas con Aníbal Fernández, con Capitanich después, porque lo que decíamos era que la medición de pobreza chocaba con el piso de la pobreza estructural y de ahí no bajaba; que había políticas que podían cambiar décimos la pobreza, pero no cambiaban la cuestión de fondo. A nuestras presentaciones venían los políticos opositores, del radicalismo, del PRO, de lo que iba a ser Cambiemos y nos valoraban porque éramos los que decíamos la verdad.

¿Cómo tomó el giro de Cambiemos con su último informe que le dio 40,8% de pobreza?

Me sorprendió la reacción de Todesca, pero lo hablamos y nos entendimos. Para nosotros, la preeminencia la va a tener el dato de pobreza del Indec y se lo dije. Hizo un trabajo sólido actualizando la medición de pobreza por ingresos. Queremos defender las instituciones, pero no vamos a dejar de dar nuestros números porque significan una vigilancia epistemológica. Nuestros números dan 40,8% de pobreza al final del gobierno de Macri y, por lo que fue publicando el Indec de los datos de ingresos del tercer trimestre a ellos les va a dar menos, cerca del 35% o 36%, lo mismo que antes de la última devaluación. A nadie le cierra.

Yo tengo forma de explicar el 40,8%, porque es consistente con los picos de inflación del segundo trimestre, con la suba del desempleo, la caída en la actividad, la devaluación. En todo caso son los Dietrich y los economistas de Marcos Peña los que tendrán que explicar sus números y qué hizo su gobierno para evitar que la pobreza se disparara, que algo hizo como bajar el IVA o el cambio en la fórmula de las jubilaciones. Y que el debate académico funcione.

Yo tengo forma de explicar el 40,8%, en todo caso son los Dietrich y los economistas de Marcos Peña los que tendrán que explicar sus números. Y que el debate académico funcione.

Lo que me pareció hasta pensoso fue el ataque que organizaron pidiendo en redes sociales a los estudiantes y graduados de la UCA que cerraran el Observatorio, que pidieran mi renuncia. Me pareció bajo que se metan con el trabajo de una persona.

Pero insisto en que lo que me preocupa es la cuestión de fondo, no perdernos en la discusión de los números: 35% o 40% no hace la diferencia en el diagnóstico de fondo, porque el 20% de los argentinos es pobre por ingresos y tiene al menos 3 derechos básicos insatisfechos: educación, medioambiente, servicios o trabajo. Y esta cifra es la que no deja de crecer.
Porque no tomar cartas en este asunto es tomar una posición ideológica y política que es decir que vamos a aceptar que a la Argentina le sobra y le va a sobrar un cuarto de la población, estructuralmente excluida del sistema económico. Dar más programas sociales es eso. Decir que la ecuación para la Argentina cierra con un cuarto de la población separada de la producción y dándole un plan social es el "Modelo Macri", pero no lo digo desde una connotación político-partidaria porque hay otros sectores que comparten esta mirada.

Dentro del pensamiento liberal, su extremo más progresista reconoce que hay un cuarto de la población que no se va a poder incorporar al sistema productivo y propone darle un "ingreso ciudadano", para que se pueda reducir su tasa de natalidad y darle una mejor educación a sus hijos y buscar así una reducción intergeneracional de la pobreza, como plantea Levy-Yeyati.

Dentro de esa corriente de pensamiento liberal, su extremo más progresista reconoce que no los va poder incorporar al sistema productivo, que hoy es necesario un "ingreso ciudadano" en el mejor de los escenarios considera que se puede reducir su tasa de natalidad y darle una mejor educación a sus hijos y piensa en una reducción intergeneracional de la pobreza, en línea con las postulaciones de Eduardo Levy-Yeyati. Pero esto requiere de instituciones que no tenemos y de recursos que no tenemos e implica la aceptación epistémica de que Argentina carece de las condiciones para incluir a todos, porque el mercado se equilibra con exclusión.

Esta ecuación tiene otra punta que es la pyme orientada al mercado interno, porque en ese modelo esa pyme se tiene que modernizar para exportar. Pero en la práctica lo que se observa es que sin mercado interno, esa pyme se funde. Por eso la ecuación liberal progre cierra con un ingreso ciudadano lo suficientemente alto para que haya consumo interno que sostenga a esas pymes.

¿Qué ecuación propone como modelo de sociedad?

Un modelo con sectores de punta incorporados a la economía global que a su vez movilicen a las pymes más dinámicas y una transferencia de excedentes para que los sectores más postergados sumen valor mediante el trabajo, como servicios de cuidado, saneamiento ambiental, inversión en capital humano y capital social en los espacios más pobres, el desarrollo urbanístico de esos espacios, el deportivo, artístico.

Ninguna empresa privada se va a hacer cargo de la creación de capital social, urbanístico, humano y cultural en esos lugares, pero el Estado sí y creando empleo mediante ONGs u organismos descentralizados que incorporen trabajo y creen valor, puede conseguir un aumento del PBI. No son planes sociales para generar militancia. Pasar de una ayuda social a un trabajo formal a cambio de un ingreso digno. Fue el modelo que le propuse a Macri en el 2016 en Olivos y a Alberto Fernández a comienzos de este año con más detalle. Y tanto en este caso como en el anterior se necesita una reforma del Estado, una dirigencia estratégica para que los recursos no se los coma el Estado, que ya no puede subir más la presión tributaria, y se transformen en políticas efectivas. Yo desearía vivir en una Argentina que discuta estos temas, que debata cuál ecuación es mejor para resolver la pobreza, que piense en políticas de largo plazo de desarrollo e inclusión.

No necesitamos más planes sociales para generar militancia. Tenemos que pasar de ayuda social a trabajo formal a cambio de un ingreso digno. Fue el modelo que le propuse a Macri en el 2016 en Olivos y a Alberto Fernández a comienzos de este año. Y se necesita una dirigencia estratégica para que los recursos no se los coma el Estado y se transformen en políticas efectivas.

Pero ni el macrismo podía subir la presión tributaria para duplicar las asignaciones, ni el kirchnerismo podía hacerlo porque había tomado la decisión de destinar esos recursos al subsidio de los servicios a las clases medias para conseguir su voto. Veremos si una vez que pase esto, se puede emprender el desarrollo de una infraestructura institucional para poner en marcha un sistema así. Y se requiere un fideicomiso que garantice transparencia, no la caja de un ministerio.
Hoy estamos entre esos dos modelos, en el terreno de la "Argentina Posible" con estrategias que logran paliar en el corto plazo la pobreza, pero en el mediano plazo la reproducen y reproducen el clientelismo político. Si miramos los gráficos desde 1974 vemos que la tendencia es creciente, más allá de los picos de las crisis y de burbujas de cierto bienestar, la tendencia es a que la pobreza y la indigencia sigan subiendo. Pero sin esos programas de transferencias, la indigencia en los últimos diez años se habría duplicado y podría ser de hasta un 30% más la pobreza, básicamente las moratorias de las jubilaciones y los planes de protección social generan ese colchón que amortigua contra la indigencia y la pobreza. Actualmente venimos frenando la pobreza, no con crecimiento, sino transferencias de recursos, déficit e inflación hasta volverlo insustentable. Este es el diagnóstico de cómo llegamos a 2020.

Hoy estamos con estrategias que logran paliar en el corto plazo la pobreza, pero en el mediano plazo la reproducen y reproducen el clientelismo político. Pero sin esos programas de transferencias, la indigencia en los últimos diez años se habría duplicado y podría ser de hasta un 30% más la pobreza.

La tarjeta alimentaria son 1000 millones de dólares, 0,2% del PBI, no es un monto que va a revolucionar la tendencia. Es un esfuerzo que aliviana no la pobreza, sino la indigencia, no son números que vayan a mover la aguja. Sé que Arroyo es un hombre capaz y que buscó la modalidad para hacer que sea una transferencia transparente y eficiente.

¿Y qué les responde a los que dicen que estaríamos mejor si se sacaran todas esas ayudas?

Que estalla el país. Si no hacés esto, la cohesión social del 30% de los protegidos se pierde. Hoy los programas sociales tienen un pequeño costado filantrópico, pero su mayor función política es que el país no vuele por los aires. Si estalla, las consecuencias son todavía más graves.

Pero no dejo de ser optimista y ver que tenemos una ventana de oportunidad porque venimos haciendo tan mal las cosas que ya no hay más espacio para insistir con la misma receta.

Para terminar con el aislamiento social, Alemania dará certificados de anticuerpos a los inmunizados

Berlín tiene un plan para terminar con el confinamiento: hacer tests masivos a la población para ver si tiene anticuerpos frente al Covid-19. Quienes los tengan, recibirán un certificado que los exime de las limitaciones a la circulación. Pero un positivo no solo habilitaría a la persona a salir de casa: si se obtienen muchos en una zona, las restricciones podrían aflojarse en la misma asumiendo que existe una "inmunidad comunitaria".


Berlín tiene una estrategia para salir de la cuarentena, la única medida que ha mostrado ser eficaz hasta ahora para desacelerar la propagación del coronavirus.

Siguiendo el modelo y surcoreano y similar a lo que quiere hacer Londres, empezará a hacer tests masivos a la población para evaluar la inmunidad real frente al coronavirus.

Recordemos que la canciller Angela Merkel ha dicho que según expertos, entre el 60% y el 70% de la población alemana podría contagiarse de coronavirus. Cualquier estrategia, a partir de ahí, debe basarse en ralentizar la propagación y ganar tiempo para que el sistema sanitario no se vea dramáticamente saturado.

Berlín probará ahora con los tests masivos (100.000 por vez) de anticuerpos, con la idea de expedir "certificados de inmunidad" para aquellos que presenten anticuerpos frente al Covid-19, reportó la revista Der Spiegel. Estas personas, a medida que vayan siendo detectadas, podrán volver a circular por la calle, ir a trabajar, etcétera.

Se trata de un plan para suavizar la transición post-cuarentena. Los anticuerpos indican que la persona ya ha tenido el virus, se ha curado y por lo tanto puede reinsertarse a la sociedad y a la fuerza de trabajo.

Pero un positivo no solo habilitaría a la persona a salir de casa: si se obtienen muchos en una zona, las restricciones podrían aflojarse en la misma asumiendo que existe una "inmunidad comunitaria".

Los certificados de inmunidad son parte de un proyecto llevado a cabo en el Centro Helmholtz para la Investigación de Infecciones, en Braunschweig. Si al proyecto se le da luz verde, los testeos comenzarán en abril.

"Podrías darle a laspersonas inmunes algo similiar a un certificado de vacuna que los excpetuaría de los límites a sus actividades", explicó el epidemiólogo de esa institución, Gerard Krause, a Der Spiegel.

El estudio también podría arrojar una tasa de mortalidad del coronavirus más exacta que las que se vienen barajando hasta ahora, explica Newsweek.

Sin embargo, el gran peligro es que los tests utilizados pueden mostrar falsos positivos, dado que el 90% de los adultos tiene inmunidad frente a virus comunes e inofensivos de la misma familia.

Alemania ya es el país de Europa que está llevando a cabo más tests de coronavirus: entre 300.000 y 500.000 pruebas por semana.

Larreta tira por la ventana al macrismo residual de Peña y Bulriich, "que es la cara del fracaso y la derrota"

 
Horacio Rodríguez Larreta lo definió ya en diciembre. Despegarse en todo del macrismo explícito. Según lo plantea el alcalde porteño en reuniones con sumesa chica: "El macrismo de Marcos y Patricia fracasó, perdió y no vuelve más. La sociedad está harta de grieta y personajes como Marcos. No es por ahí. Si ellos quieren que se armen la secta de fanáticos, van a terminar como el menemismo".



Felipe Miguel, jefe de gabinete del gobierno porteño, bajó línea en el gobierno de la ciudad. La grieta quedó atrás, vinimos a hacer política de otra manera.



En plena pandemia, el macrismo residual lucha por su supervivencia y busca una cuña con la que poder meterse entre el gobierno nacional y el nuevo jefe de la oposición Horacio Rodríguez Larreta.


El presidente Alberto Fernández invitó a desayunar a Rodríguez Larreta en la quinta de Olivos ayer (31/03) para monitorear el cumplimiento de la cuarentena obligatoria y cómo endurecer los controles. Pensando en lo que viene, el jefe comunal le propuso continuar luego del domingo 12 de abril con una cuarentena para los mayores de 65 años.

"Se ven y hablan seguido", dicen desde Nación. "Hubo varios encuentros en los últimos días, sólo que esta vez se filtró", naturalizaron frente a una consulta de Clarín a funcionarios de la Capital Federal.


Larreta quiere "tirar por la ventana" todo lo que huela a Marcos Peña, Patricia Bullerich y Mauricio Macri. Es decir, la cara más fea del fracaso y la derrota.

Peña y Bullrich creyeron  encontrar una veta el lunes, cuando un cacerolazo atronó en los sectores de la Ciudad de Buenos Aires que supieron votar al PRO en forma masiva. La consigna era un tanto imprecisa, pero apuntaba a que los cargos políticos se recortaran los sueldos. Fue la respuesta a las críticas del presidente Alberto Fernández a los empresarios que despiden en plena crisis del coronavirus. Esta reacción ya había empezado a gestarse el domingo, cuando se reactivaron las cuentas fantasma que solían funcionar bien aceitadas en la época de Marcos Peña. Las lideró, esta vez, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich. En el bloque de Diputados de Juntos por el Cambio, en tanto, discutieron un recorte del 30 por ciento para destinar a un fondo específico. Finalmente, optaron por enviar una carta al Presidente que publicó el jefe del interbloque, Mario Negri.


Hijo del 2001, el PRO supo capitalizar más de una vez un sentimiento antipolítica en la población. Con el discurso de Fernández del fin de semana y su mensaje a los empresarios que despidan trabajadores ("es hora de ganar menos"), buscaron una cuña para intentar entrarle al Gobierno desde cierto hartazgo social y polarizador. Si bien es cierto que ese discurso del domingo fue aplaudido desde barrios impensados de la Ciudad, también lo es que el lunes por la noche salieron también en masa a cacerolear en esas mismas zonas.

Patricia Bullrich choca con Marcos Peña y se debilita aún más ...

Elisa Carrió salió a respaldar a Rodríguez Larreta y se despegó de los caceroleros

La diputada y cofundadora de Cambiemos Elisa Carrió respaldó este miercoles al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por la tarea llevada a cabo para hacer frente a la pandemia de coronavirus y advirtió que en este contexto debe regir la "prudencia" y que "no hay lugar para oportunistas". El mensaje llegó luego de que un sector de JxC quedara apuntado por fogonear el cacerolazo contra el Gobierno nacional en medio de la lucha contra la enfermedad.

"Expresamos nuestro respaldo y respeto a Larreta, su equipo de gobierno y a todos los que manejan la crisis", expresó Carrió desde su cuenta de Twitter.

Rodríguez Larreta ha trabajado en conjunto con las políticas nacionales y en permanente contacto con el presidente Alberto Fernández y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, para coordinar las acciones, ya que la mayoría de los casos de coronavirus se concentra en el área metropolitana (Capital Federal y Gran Buenos Aires).


La fundadora de la Coalición Cívica pidió "acompañar de manera solidaria, colectiva y sin personalismos", al señalar que "pretender sacar ventajas personales a costa de uno de los distritos que nos toca gobernar es inmoral y éticamente reprochable". "Junto a @maxiferraro, @pau_oliveto, @MarianaZuvic y @JnmLopez expresamos nuestro respaldo y respeto a @horaciorlarreta, su equipo de gobierno y a todos los que manejan la crisis", expresó, en un tiro por elevación al sector más duro de JxC que intenta sacar rédito político de la pandemia.

"Son tiempos de prudencia y no hay lugar para oportunistas", enfatizó la cofundadora de la alianza opositora Cambiemos.

Además, Carrió expresó su reconocimiento a los "trabajadores de la salud, seguridad, transporte, distribución de alimentos y voluntarios que les están poniendo el cuerpo a esta situación de emergencia inédita".

"La pandemia y el estado de emergencia no debe suspender la República y el Estado de Derecho", concluyó Carrió.

La pandemia frena el ascenso de Biden en la campaña para las presidenciales de EE UU

El exvicepresidente y su adversario Bernie Sanders apelan a sus seguidores vía ‘streaming’ y cada vez son más los Estados que aplazan sus primarias para junio
El precandidato demócrata Joe Biden en una comparecencia en Wilmington, Delaware.T

El coronavirus ha revolcado los planes de todo el planeta. Los de Joe Biden, también. El favorito para la nominación demócrata, resguardado en su casa para cumplir con las recomendaciones de aislamiento de las autoridades, se enfrenta a un escenario cada vez más complejo de cara a las elecciones de noviembre. Donald Trump, que se refiere a sí mismo como “un presidente de guerra”, controla el ciclo informativo con extensas ruedas de prensa y goza de una popularidad que acaba de alcanzar su máximo desde que llegó a la Casa Blanca. El nuevo tablero del juego está pasando factura al exvicepresidente, a juzgar por los últimos sondeos. En febrero le sacaba siete puntos de ventaja a Trump y, ahora, según la misma encuesta de ABC y The Washington Post, están prácticamente empatados (47%-49%). Mientras tanto, en las casas de apuestas creen que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, uno de los políticos más aplaudidos durante esta crisis, ya supera a Bernie Sanders como el candidato con más opciones de ganar la nominación.

Mientras, la campaña demócrata ha quedado eclipsada por los acontecimientos. Un reportero preguntó a mediados de marzo a Sanders sobre el estado de su campaña, luego de que este acumulara varias derrotas seguidas frente a Biden. “Estoy lidiando con una maldita crisis mundial”, le respondió el senador por Vermont, en relación con la pandemia. Los estragos que está causando el brote tiene congelada la campaña del Partido Demócrata. El equipo del veterano socialista afirmó el martes pasado que si se celebra un debate en abril, tiene previsto participar, despejando las dudas sobre un posible abandono de la carrera. Sin embargo, el Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) no ha establecido un socio mediático, un lugar, ni una fecha, información que suele entregarse con un mes de antelación.

La DNC prometió 12 debates al arrancar la carrera demócrata, en la que llegaron a haber más de una veintena de candidatos. Ahora que por primera vez hay solo dos aspirantes en liza, el debate que falta está en el aire. El último, celebrado el 15 de marzo, se trasladó de Arizona a Washington DC para que los equipos de Biden y Sanders no tuvieran que trasladarse en circunstancias en las que se pide evitar los viajes. La entonces candidata Tulsi Gabbard no cumplió con los requisitos para estar en el plató, por lo que fue el primer cara a cara entre los líderes de la nominación. Sanders llegó herido a ese encuentro tras acumular derrotas en Estados claves del Supermartes. Desde entonces, la tendencia de los votantes ha continuado favoreciendo a Biden en la mayoría de los territorios.

El hecho de que Sanders quiera participar en la posible próxima cita descoloca a cualquiera que espera su retirada, como varios estrategas del partido, dadas las escasas opciones de remontada esperando su retirada. El exvicepresidente le saca una ventaja de más de 300 delegados y las encuestas apuntan a que la diferencia solo se irá ensanchando a medida que voten los Estados restantes. Biden no entra al barro sobre cuándo debería despejarle el camino su compañero de carrera. “Es su decisión”, sostuvo hace unos días.

Los esfuerzos del exvicepresidente se han centrado en transmitir un discurso presidencial sobre cómo se debería estar manejando la crisis del coronavirus, haciendo hincapié en su experiencia y en sus desacuerdos con el manejo de Trump. Pero la nueva realidad de la campaña, básicamente solo a través de Internet, sumada a que no tiene ahora mismo un cargo público, ha rebajado su perfil y el momentum –el impulso- que consiguió tras el triunfo de varios Estados relevantes se apaga. Para contrarrestar esto, ha construido un estudio de televisión en su casa de Wilmington, Delaware. Desde ahí concede entrevistas y le habla en directo a sus seguidores. Pero el escenario sigue siendo adverso. La semana pasada, por ejemplo, las cadenas de televisión transmitieron la comparecencia del gobernador Cuomo, en vez de su mensaje.

En otro intento de ganar presencia en la descomunal crisis económica y social, la campaña de Biden lanzó una potente campaña publicitaria en torno a la respuesta de Trump al coronavirus. El republicano ha alcanzado su nivel máximo de popularidad, con un 49% de aprobación, según la encuesta de Gallup publicada el pasado miércoles. El repunte se debió principalmente a un aumento en el apoyo de los demócratas (+13) e independientes (+8). El estudio también revelaba que el 60% respalda la respuesta del mandatario ante esta crisis.

La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, criticó el domingo la reacción de Trump a la pandemia, afirmando que “su negación al comienzo fue mortal” y que mientras él “toca el violín, la gente está muriendo”. “Ella es una cachorra enferma... lo que dijo es terrible”, afirmó este lunes por la mañana el presidente en el programa Fox & Friends. “Los números de mis encuestas son los más altos que han tenido gracias a ella”, agregó.

Sanders, por su parte, ha aprovechado su papel de senador para discutir con expertos vía streaming las propuestas que se deberían aprobar en el Congreso para paliar la crisis. Esto fue antes de que el Senado aprobara por unanimidad el mayor paquete de rescate de la historia de Estados Unidos: dos billones de dólares. La Cámara alta ahora está en receso hasta el 20 de abril, lo que puede jugarle a favor o en contra del candidato, que ya no tiene la tribuna obligada de Washington. Su equipo de campaña de recaudación de fondos instó a sus seguidores a través de un correo electrónico a que repartan sus donaciones entre cinco organizaciones dedicadas a ayudar a los afectados por la crisis.

El coronavirus no ha trastocado solo la campaña, sino también el calendario electoral. Al menos siete Estados han aplazado sus primarias para el 2 de junio, convirtiendo la fecha en la segunda con mayor cantidad de delegados en juego después del Supermartes. Por ahora, 10 Estados y el Distrito de Columbia tienen previsto acudir a las urnas ese día. Cuomo afirmó este sábado que Nueva York podría trasladar sus primarias del 28 de abril al 23 de junio. The New York Times apunta que después de la fecha original ya debería haber un rotundo ganador en la contienda demócrata. Sin embargo, si se cambian a junio y no hay una baja, el ganador —previsiblemente Joe Biden— no tendrá demasiado tiempo para hacer campaña como candidato oficial por el partido, ni contará con victorias contundentes en el camino que atraigan la atención de los medios. Otra variable difusa en su propia crisis.

#DiscursoDePoder, #SistemasDe Preferencias y #MarcasPolíticas en el #VotoJoven

 
Rubén Weinsteiner



En la era 4.0, y muy especialmente en los segmentos jóvenes, las empresas no valen por la cantidad de mercadería que albergan en sus depósitos, por los edificios, por las sucursales, ni siquiera por la producción o el flujo de ventas.

En los segmentos jóvenes las empresas valen por el lugar que ocupan sus marcas en la cabeza de la gente. Sean estos públicos masivos, segmentados o decisores corporativos.

Por Rubén Weinsteiner

Ese lugar, la cabeza de los que deciden, cuando votan, cuando compran y cuando valoran es el verdadero campo de batalla donde se dirimen nuestras batallas.


Esas cabezas de sujetos de elección que piensan en formato individual conviven en un imaginario social que se constituye en un dispositivo productor y contenedor de significados colectivos. Significados que determinan marcos, normas y pautas entre las cuáles los jóvenes viven, se adaptan, se integran a la vida adulta social, económica, al mercado laboral y se institucionalizan.



Marca política en los segmentos jóvenes


Cual es la diferencia entre construir o no una marca política para interpelar el voto joven?

La diferencia esta dada por que los demás quieran lo que vos tenés, o que vos tengas lo que los demás quieren.

Cuando los demás quieren lo que vos tenés, podés ser un rockstar, un influencer con muchos seguidores en Instagram, deportista famoso o el un líder de una secta. Pero la diferencia entre una secta y una iglesia, es el pragmatismo, y para eso hay que leer las demandas, deseos, miedos y problemas de los sujetos de elección e incorporarlos como promesa de marca política y reason why del discurso de poder de la misma.



Discurso de poder


Que es el discurso de poder? Si tuvieramos que definir discurso, podríamos llenar la biblioteca de Babel con papers y nos faltaría espacio, pero para decirlo en formato elevator speech, digamos que discurso es la organización de las percepciones. Poder es potencialidad de acción. Por lo tanto el discurso de poder en el voto joven es la organización de las percepciones en la cabeza de la sujetos de elección, en función de una potencialidad de acción. Instalar que la marca política puede hace X y generar un resultado Y.


El imput es un insumo vital para la construcción del output-discurso de poder de la marca política. La lectura, el análisis, el catch up en tiempo real, la segmentación definida por demandas y variables blandas.


Imput en tiempo real

En 2009 estalló una nueva gripe que combinaba las cepas de la gripe aviar y la gripe porcina. La Ciencia la llamó H1N1 y se expandió rápidamente. Los ministerios de salud de todos los países del mundo, preveían una epidemia complicada, que se iba a propagar velozmente. Algunos la comparaban la gripe de 1918, la gripe española que afectó a 500 millones de personas y que causó decenas de millones de muertes.
La paranoia cundía en todos lados, la gente no iba al cine, muchos comenzaron a usar barbijos, los padres estaban aterrorizados por sus hijos. No había ninguna vacuna disponible.
La estrategia de los ministerios de salud de los diferentes países era lentificar la propagación. A eso aspiraban de máxima. Pero para ralentizarla necesitaban saber donde estaban los focos.
En EE.UU. los Centros de Control y Prevención de enfermedades, pedían que los médicos alertaran ante cada caso nuevo de la nueva gripe. Los gobiernos estaban desbordados, se desató una histeria mundial.

La solución la trajo Google. Desde la compañía le explicaron al gobierno de EE.UU. que Google podía identificar rápido y en tiempo real, los focos de la gripe, no sólo en EE.UU. sino en todo el mundo.
Google recibe casi 4000 millones de búsquedas diarias, las archiva todas, y puede identificar desde donde viene cada búsqueda y clasificarlas por tema.
Google puso como parámetros los síntomas de la enfermedad y podía establecer desde donde y cuantas personas buscaban en Google, cosas que estuvieran relacionadas con los síntomas de la gripe H1N1.

Google no sólo que detectaba los focos, los lugares y las personas, sino que lo hacía en tiempo real.
Esta posibilidad de tener el dedo en el pulso en tiempo real representa un cambio disruptivo en términos del imput.

Los cambios son cada vez más periódicos, rápidos y disruptivos. Y los segmentos se ordenan por demandas. Esas nuevas demandas complejizan la segmentación y producen cruces entre segmentos.


Output del discurso de poder

El output en el discurso de poder puede interpelar sujetos de elección que no nos tienen al tope de su sistema de preferencias, pero que que pueden posar su mirada y luego conectar emocionalmente con nosotros por la multidimesionalidad de sus demandas y el carácter quirúrgico de nuestro discurso de poder.


Cuando microsegmentamos estamos no solo reconociendo microsegmentos, sino diseñándolos, dándoles entidad y eligiéndolos para construir mediante la suma de microsegmentos, el número objetivo de votos a alcanzar. Estos microsegmentos se cruzan y transversalizan.

Esta tarea impone revelar una importante dosis de creatividad para identificar variables blandas, articuladas a favor de demandas no tradicionales. Es un trabajo antropológico quirúrgico, de precisión y orfebrería, de desagregación de colectivos chicos y de enfoque en factores aglutinantes diversos.

Una matriz de microsegmentación, contempla una serie de conjuntos que se suman, restan e intersectan, según las variables blandas que operacionalizemos. Variables blandas que ordenan microsegmentos, como por ejemplo discapacidades específicas: sordos, ciegos, autistas, cuadripléjicos. Amantes del golf o de la pesca, del Chamamé o de las mascotas, religiosos o integrantes de tribus urbanas, personas que están esperando transplantes, adictos en recuperación, emprendedores, maestros, inquilinos, nos plantean el desafío de un abordaje específico desde el discurso de poder, para plantear perspectivas emocionales potentes para demandas específicas.


Las personas son multidimensionales, les puede gustar determinada música, determinados autores literarios, deportes, trabajo, ser heteros, ser gays. Pueden tener un pariente adicto, o dificultades para concebir un hijo, pertenecer a determinada religión o hacer yoga, practicar un deporte en particular, tener aficiones o hobbys, ser fan de una banda, usar mucho la bici, ser dueños de PYMES, pertenecer a una fuerza de seguridad, a pueblos originarios, sufrir miedos, obsesiones, desórdenes de salud mental, o gente cercana en esa condición, necesidades insatisfechas, sueños.

Puede haber alguien fanático de los redondos, millonario o indigente, cristiano o judío. Puede un gran empresario rico ser tan hincha de Boca como un desocupado de Ingeniero Budge. Es decir, una persona puede ser parte de uno, dos o diez microsegmentos y puede ser abordado en términos de consonancia emocional de mensaje, de múltiples maneras.

Sistemas de preferencias

El camino es la intervención exitosa en el sistema de preferencias de los sujetos de elección. Un sistema dominado por su faz reptiliana, lo más primitivo, atávico y ancestral que determina el 55% de las decisiones,el sistema binario del homo sapiens que le permitía saber si el que venía era amigo o enemigo, el que pide casa, comida y seguridad para la cria. Esta faz reptiliana es la que se interpela con dos rituales antiquisimos, presentes en todas las culturas, dos cosas que hacen todos los canddiatos, comer y bailar con la gente. La faz emocional un 30%, los candidatos tocan, abrazan y besan y la estrictamente racional un 15%, las propuestas.


El sistema de preferencias del voto joven es más lábil que el de los mayores, es más sensible de intervención y por eso es más rentable en términos de target para construir la masa crítica de votos que necesitaremos para ganar.


Rubén Weinsteiner