La recesión pega en todos los rubros en la ciudad de Buenos Aires
El consumo no levanta cabeza. Los argentinos -en este caso particular, los porteños- dejaron de abrir sus billeteras en un año en el que la inflación les gana por ahora a los salarios, y ese fenómeno sigue dañando la economía.
Así lo atestiguan los indicadores de evolución de ventas basados en información fiscal para el tercer trimestre de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, que no sólo mostraron números rojos en todos los rubros relevados, sino que además en algunos de los sectores registraron una profundización de las caídas.
En las jugueterías la baja fue de 3,4%. Foto: Archivo
En el caso de las ventas de alimentos en los supermercados, por caso, la caída en el tercer trimestre de este año con relación al mismo período de 2015 fue de 1,8 por ciento. Se trata de una variación superior a la verificada un trimestre atrás (-0,8%) que muestra un cambio de tendencia con relación con el mismo período del año pasado, cuando las ventas crecieron al 1,5 por ciento.
La comercialización de otros artículos en los supermercados se desplomó. De acuerdo con los datos oficiales, cayeron 21,3% en la medición interanual. Ese sector también profundizó su caída. En el segundo trimestre había retrocedido 17,1 por ciento.
La facturación de los restaurantes porteños cayó 5,6%, mientras que la de las casas de comidas rápidas retrocedió 7,5%. Ambas medidas interanuales fueron superiores a la registradas un trimestre atrás por la dependencia estadística de la ciudad. En las jugueterías la baja fue de 3,4%.
Los únicos sectores que pese a los retrocesos en las ventas mostraron una desaceleración de sus bajas en el tercer trimestre del año frente al período anterior fueron los electrodomésticos y los celulares. En el primer caso hubo una caída de 7,8%, cuando en el segundo trimestre había sido de 18,6 por ciento. El de electrodomésticos fue un sector sumamente golpeado durante este año, ya que a fines de 2015 muchos consumidores adelantaron sus compras gracias a los planes de financiamiento en cuotas y ante la inminencia de una devaluación. Estos bienes están dolarizados. Las ventas de celulares, por su parte, cayeron 10,3%, menos que el 13,8% registrado un trimestre atrás. En una economía que no se recupera, el consumo sigue sin signos vitales.
El Senado dio media sanción por unanimidad este miércoles a la denominada Ley de Alquileres que modifica el Código Civil y Comercial, incluyendo varias reivindicaciones de larga data, reclamadas por las organizaciones de inquilinos en la Argentina.
El proyecto de ley 894/16 redactado con la colaboración de organizaciones que forman parte del Frente de Inquilinos Nacional y presentado por la senadora del Frente para la Victoria Silvina García Larraburu, amplia de 2 a 3 años el plazo mínimo de los contratos de alquiler, establece que los aumentos de precios sean anuales y que no sean mayores al nivel inflacionario y contempla la devolución del depósito en garantía.
"Hemos dado un paso histórico, logramos visibilizar la realidad que viven los inquilinos en la Argentina, que se encuentran en situación de desventaja y sin un real poder de decisión", expresó la senadora García Larraburu.
En diálogo con ámbito.com, Gervasio Muñoz, de Inquilinos Agrupados, también celebró la noticia: "Creo que con esto han entendido que hay que regular el precio de los alquileres y no dejarlo librado al sector inmobiliario, que es muy conservador y retrógrado".
"Es una alegría porque hicimos un trabajo muy duro todo este año para que este proyecto pudiera aprobarse. Esta ley va a cambiar la cultura de más de 6 millones de inquilinos, porque implica un cambio radical a la manera en que alquilamos en la actualidad. Se había naturalizado el abuso a los inquilinos", explicó.
Muñoz estima que la iniciativa se aprobará en Diputados ya que ya están dados los consensos y que podría suceder en extraordinarias. "Si no, quedará para principios del año próximo", expresó.
El proyecto además establece que las comisiones inmobiliarias sean determinadas por ley de cada jurisdicción, y en caso de no estar reguladas no superen nunca el valor de un mes de alquiler y que las expensas extraordinarias en ningún caso corran por cuenta del inquilino.
También, elimina el plazo de seis meses para que el inquilino pueda rescindir el contrato sin causa y se añade que las partes están obligadas a acordar o no la renovación del contrato sesenta días antes del vencimiento de la locación.
"En el contexto actual de recesión, desempleo y ajuste, es fundamental sancionar esta norma, porque con pocos cambios lograremos modificar sustancialmente la realidad de las familias argentinas, espero que la Cámara de Diputados le dé prioridad al tratamiento la ley", aseveró García Larraburu.
"Esto fue posible gracias a la construcción colectiva, que en definitiva es la única capaz de reivindicarnos frente a la historia", concluyó.