Todos los días iba a Starbucks a tomar un café, hace 6 meses dejé de ir, el mocha blanco venti había llegado a costar $72. Como yo otros dejaron de ir, Starbucks despidió gente, uno de los empleados todos los días se compraba un pancho y una coca en la estación San Miguel, ahora dejó de consumir.
El vendedor de panchos vende menos, ergo, echó al empleado que lo ayudaba. El empleado combraba pan en la panadería, y dejó de comprar. el panadero echó a la chica que despachaba. La chica iba a la peluquería a cortarse y teñirse, ya no va más, el peluquero, echó a la chica que lavaba la cabeza y barría, ahora lo hace él.
La ayudante de peluquería dejó de ir bailar, y ... obvio en el boliche echaron gente que dejó de consumir.
Keynes ya lo sabía, el multiplicador de consumo funciona también para atrás.
El gobierno ni bien arrancó provocó su propia insolvencia. Quitó todas las retenciones y perdío recaudación por más o menos 180 mil millones de pesos. Los enriqueció aún más a los ricos esperando el rebote en inversiones. Y no pasó nada.
Porque alguien va a invertir en un país donde nadie consume nada? que les vas vender?
Porqué alguien va a invertir en un país desde donde no se puede exportar prqu tenemos una moneda híper apreciada?
Se duplicó el déficit fiscal pero la plata no fue a la economía real, fue al sector financiero. Se tomó deuda por 90 mil millones de dólares en un año, entre endeudamiento externo (50 mil) y Lebacs (40 mil) y no movió la aguja del consumo interno que explica el 74% del PBI.
Nadie consume nada, no hay un mango en la calle.
Me parece que al gobierno se le acabaron las bifurcaciones, no tiene herramientas de política económica en la mano. Todas las definiciones que pudo haber tomado ya las tomó. Puede no resolver, si atemperar con 2 vectores que no maneja: endeudamiento y precio de la soja.
Si el tandem Trump-Putin decide arrinconar a China con un precio alto del petróleo, el precio de las materias primas subirá, con lo cuál el precio de la soja le dará al macrismo oxígeno más allá de la fórmula favorita, de endeudarse, endeudarse y endeudarse.
El endeudamiento tenderá a complicarse en la era Trump.
El precio del petróleo definirá mucho del futuro del macrismo.
Si devalúa se desmadra la inflación, sino devalúa seguimos sin exportar e importando cada vez más
La economía no ofrece esperanzas, el juego será netamente político, allí es donde hay que poner la atención.
En términos comunicacionales, el gobierno confunde comunicación de campaña con comunicación de gestión. Las promesas defraudantes de corto plazo son un boomerang. El segundo semestre, la lluvia de inversiones, los precios que no van a subir, cada día vas a estar un poquito mejor, no vas a perder nada, se verifican como falsedades muy rápido.
El gobierno debió haber estructurado una narrativa de mediano plazo, más comprometida con la épica, apostó a las promesas defraudantes new age de corto plazo y la gente se pone mal.
La corrupción es un fenómeno que todos repudiamos, pero que un tipo se robe 20 millones de dólares y otro 50, no mueve la aguja de las cuentas nacionales de un país. Con la instalación de que si los corruptos devuelven la plata salimos, no se pretende anclar en el mediano plazo, solo en el corto, apalancando ese anclaje en la fantasía que en el segundo semestre, o ahora en marzo “la cosa va a mejorar”.
El peronismo y el radicalismo tienen despliegue territorial, despliegue que el PRO no tiene y tuvo que alquilarle a la UCR para poder ser competitivo. Ese despliegue territorial, de los dos grandes partidos nacionales, con dirigentes, comités y unidades básicas, punteros, líderes y referentes barriales, de clubes y organizaciones intermedias, les da una correa de transmisión con registro de feedback de lo que ocurre en el territorio en tiempo real.
Ese dedo en el pulso 24 horas al día le permite tener una noción cabal de cómo afectan en el territorio sus medidas.
El PRO no tiene ese dedo en el pulso, por eso no mensura la gravedad de la crisis en el territorio.
