Hay una brecha entre necesidades y
recursos. Es preciso cerrarla y al hacerlo también acceder a
conocimientos, información y contactos. El gobierno local tiene la
capacidad de movilizar una diversidad de iniciativas económicas sin
tener que asumir su gestión o financiamiento. Requiere para ello un
moderno herramental de promoción; instrumentos que apoyen
emprendimientos productivos con impacto positivo en la economía local.
En la Jornada de Trabajo se considera una batería de esos instrumentos;
en qué consisten y cómo establecerlos combinando efectividad y mejor
rumbo.
1. Necesidades y recursos locales: nivelando la ecuación
Las necesidades en una localidad son mayores que los
recursos financieros disponibles. Pero hay otros activos locales que son
desaprovechados, como el conocimiento, la capacidad de movilizar
iniciativas, la habilidad para navegar en aguas poco conocidas por
extraños, la posibilidad de transformar ventajas locativas (población,
ubicación, clima, suelos, subsuelo, agua, acceso, etc.) en ventajas
competitivas. Se mistifica lo financiero en detrimento de otros factores
que son cruciales para el desarrollo local.
(i) La brecha local y cómo cerrarla
Una dimensión de la brecha local es la mencionada entre
demandas sociales y recursos financieros disponibles. ¿Cómo encarar
esto? Por un lado priorizando con rigurosidad las necesidades y
asegurando efectividad al gasto público. Por otro lado utilizando
activos intangibles desaprovechados que permitan movilizar iniciativas
de terceros.
Otra dimensión complementaria de la brecha local es el
pobre acceso a conocimientos, información y contactos. De reducirla se
abrirían nuevas oportunidades para la región. Necesitamos (i) movilizar
la comunidad científica y tecnológica para enriquecer los contenidos
educativos y desarrollar mayores vínculos con emprendedores locales, y
(ii) establecer instrumentos locales de promoción económica capaces de
facilitar el acceso a inversiones, contactos, mercados y moderna
ingeniería de negocios.
(ii) La utilización de activos intangibles
En ocasiones se asigna mayor credibilidad al apoyo
externo que a la propia capacidad local de tomar iniciativa. No se
pregona aislacionismo alguno (apoyos extra-locales son bienvenidos) sino
reconocer que la iniciativa local tiende a convertirse en uno de los
principales elementos diferenciadores entre localidades exitosas y las
que no lo son.
Un recurso valioso pero muy subutilizado es la capacidad
de municipios y gobiernos provinciales de facilitar que una diversidad
de actores asuma iniciativas útiles para la localidad, ya sean
emprendimientos productivos, programas educativos, servicios de salud,
entre otras. La cuestión es movilizar capacidad de trabajo,
discernimiento, capitales, organizaciones; es mucha la energía local
desaprovechada. No se trata que el gobierno local ejecute por sí mismo
esas iniciativas sino que ayude a desbloquear la tremenda energía que
anida en el seno de cualquier localidad o región.
Para ejercer este tipo de protagonismo, crítico y
subsidiario al mismo tiempo, hace falta entender y saber conducir
procesos complejos. En lo económico comprender cómo se genera el ahorro y
cómo puede canalizarse hacia la inversión, cómo aparecen y se
estructuran las iniciativas productivas, cómo inversiones locales pueden
competir en un mundo globalizado; también saber administrar las
inevitables tensiones propias de todo proceso de dinamización económica.
Para algunos funcionarios podría parecer más sencillo
ejecutar programas tradicionales que movilizar la iniciativa de
terceros. Pero esa ejecución por cuenta propia choca con la restricción
presupuestaria local: con ese enfoque se pueden realizar sólo aquellas
obras o programas que tuviesen una asignación financiera. En cambio, la
promoción de iniciativas de otros actores puede detonar una masa de
energía social infinitamente superior.
(iii) Fuga de recursos por ausencia de buenos proyectos y de mecanismos para canalizar inversiones
Abundan ejemplos de situaciones con recursos financieros
disponibles que no sirvieron para gatillar desarrollo alguno. Un caso
dramático es la transferencia a extrazona de ahorros generados en la
región, algo insólito cuando se procura atraer inversiones: se capta más
ahorro local que lo que se presta o invierte en la propia localidad y
los saldos son transferidos adonde puedan ser aplicados. En estos casos
queda evidenciado que (i) existe capacidad de ahorro local, y que (ii)
los titulares de ese ahorro no controlan su destino o no encuentran
modalidades atractivas para invertir en proyectos locales.
Esto no implica ausencia de oportunidades de inversión
en la zona sino que no han sido bien exploradas o que no existen
vehículos institucionales adecuados para canalizar los recursos. Por
ejemplo, es difícil que un pequeño ahorrista pueda participar
directamente en una inversión productiva local, ya que no suele tener la
capacidad para analizar apropiadamente el mérito del proyecto, los
antecedentes de sus promotores y participar activamente en su inversión.
Tampoco le conviene comprometer sus pequeños ahorros con el riesgo de
una sola operación. En cambio de existir un canal como, por ejemplo, un
fondo local de apoyo a la inversión productiva se podría captar ahorros
locales y aplicarlos a buenas inversiones en la región.
2. Desarrollo local como acceso a nuevas oportunidades
Es necesario conocer lo propio pero también lo extra
local; sea nuevo conocimiento, nuevas tecnologías, nuevas demandas,
nuevos mercados, nuevas formas de concebir, estructurar y desarrollar
negocios, nuevas modalidades de gerenciar y administrar la cosa pública y
las iniciativas sociales, formas efectivas de participación. La
innovación y la búsqueda de mejores oportunidades deben ser alentadas,
tal como sucede en los países centrales. De no hacerlo miraremos bien
por detrás al desarrollo global.
El enfoque moderno de desarrollo local apunta más que a
hacer a promover; o, dicho de una forma más clara, a hacer a través de
promover. Promover, facilitar, asistir, ayudar, inducir, son verbos
apropiados para los gobiernos locales contemporáneos, ya que un buen
número de actores con conocimientos y capacidad de sostener iniciativas
no logran expresarse por falta de apoyo, auspicio, aliento.
(i) Modernos instrumentos de promoción económica
En general, los municipios no disponen de instrumentos
para promover con efectividad la iniciativa local; sin moderno
herramental se hace difícil aprovechar oportunidades. En esta Jornada de
Trabajo se analizan tres promisorios instrumentos para dinamizar el
desarrollo local: la desarrolladora de emprendimientos productivos
locales, las redes de inversores ángeles social y ambientalmente
responsables y los fondos locales de apoyo a la inversión productiva.
También se considera el crítico aspecto de responsabilidad mesoeconómica
de las empresas líderes de cadenas productivas; esto es, incorporar a
su matriz de decisiones empresariales los efectos secundarios que esas
decisiones tienen en terceros.
La Desarrolladora es básicamente un equipo altamente
calificado dedicado a identificar oportunidades económicas y organizar
cómo aprovecharlas en beneficio del desarrollo local; ayuda a
estructurar y desarrollar nuevos proyectos.
Los inversores ángeles son quienes apoyan una iniciativa
en sus primeros estadios de desarrollo. Invierten en proyectos que
consideran tienen buen potencial de crecimiento. Evalúan tanto el mérito
de la iniciativa como las características del emprendedor. En ocasiones
varios inversores ángeles se constituyen en una red, generalmente
informal. Su contribución va más allá del aporte financiero ya que
agregan valor con contactos, con su conocimiento del mercado,
comprensión de procesos y de formas modernas de estructurar los
negocios.
El Fondo se constituye con capitales de empresas con
intereses en la región, aportes de fundaciones, asignaciones públicas
nacionales o provinciales. Es administrado con el doble objetivo de
rentabilidad financiera y de impacto positivo en la economía local.
(ii) El establecimiento de los nuevos instrumentos de desarrollo local
Antes que nada es necesario evaluar la pertinencia de
los nuevos instrumentos para la localidad y, de ser positiva, escoger la
mejor forma de materializarlos. Esta Jornada de Trabajo es un primer
paso en esa dirección. El Gobierno Local puede convocarla y financiar
los pequeños gastos que demanda su realización. En la Jornada se
consideran desafíos y opciones para iniciar
el proceso. Se abordan aspectos económicos, de gestión, y eventuales criterios de selección de oportunidades.
La Jornada es un espacio para que actores seleccionados
evalúen y ajusten los planteos a las singulares características de la
localidad. También para establecer cómo seleccionar personas capaces de
encarar la promoción de los nuevos instrumentos de desarrollo local:
para el Fondo quienes sepan invertir recursos en proyectos con positivo
impacto local y acompañar a las empresas de su portafolio; para la
Desarrolladora personas con habilidad para identificar oportunidades y
organizar la mejor forma de aprovecharlas para beneficio de pequeños y
medianos productores.
Tocará a ambas entidades operar en conjunto con la
comunidad científica y tecnológica local o regional, pilar de generación
y transferencia de conocimiento aplicable al mejoramiento de la calidad
de vida de la población. Su contribución podría darse a nivel de
directorios y en programas de apoyo a los emprendimientos asistidos.
(iii) La imprescindible brújula ética
El desarrollo local es una marcha donde intervienen
actores con infinidad de intereses y aspiraciones. La diversidad de
intereses puede desbordar la gestión y enervar el proceso. En esos
momentos vale contar con una brújula ética asentada en valores que
trascienden las cambiantes circunstancias; permite fijar el rumbo en el
desarrollo del conjunto.
Una brújula no resuelve por sí misma ninguna situación
específica, pero guía nuestro pensamiento y orienta decisiones que
requieren ser tomadas las más de las veces con información incompleta.
Es en esos casos de grises y turbulencias cuando la experiencia basada
en el conocimiento y asistida por una ética puede ayudarnos a encontrar
mejores senderos de desarrollo local.