La Justicia le otorgó la prisión domiciliaria a Milagro Sala

El juez Gaston Mercau dicto hoy, fuera del plazo establecido por la CIDH, la prisión domiciliaria



El juez Gaston Mercau dictó este miércoles la prisión domiciliaria a Milagro Sala en un inmueble en la localidad de El Carmen. Lo hizo fuera del plazo establecido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La defensa de la diputada del Parlasur presentará un escrito para que se realice en el día el traslado atento a la gravedad de la situación de la dirigente en el penal, donde no está garantizada su seguridad ni su integridad fisica.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó al estado nacional a liberar a Milagro Sala según lo dispuso la ONU y, eventualmente, otorgarle la prisión domiciliaria o la libertad con fiscalización electrónica atento a la situación de urgencia, gravedad e irreparabilidad del daño que le estaban ocasionando en la carcel.

El domicilio al que trasladarán a la diputada del Parlasur fue construido no como vivienda sino para desarrollar allí un centro de rehabilitación de adicciones que finalmente no se pudo concretar. Tras ser detenida Milagro el lugar fue saqueado.

Un tercio con poder















 Leemos en Anfibia

Por Alejandro Grimson


En estas elecciones, el gobierno nacional logró unidad, dispersión de la oposición, primera minoría e instalación de la idea de que es mayoría. Con estos cuatro elementos, el gobierno buscará darle perdurabilidad a su ciclo político y desplegar el proyecto neoliberal. La oposición continúa su proceso centrífugo, ante la imposibilidad de unificarse. ¿Funciona la hipérbole del “hambre” como recurso de campaña? Escribe Alejandro Grimson.



Desplegar un proyecto neoliberal, de ajuste y flexibilización, con el apoyo de las urnas. Ese es el proyecto político en esta etapa de “Cambiemos”. A diferencia de otros países de la región, el neoliberalismo argentino fabricó una estrategia dentro de la Constitución, ganó en 2015 y obtuvo una primera minoría nacional en estas PASO. El resultado se presta a diferentes interpretaciones. El gobierno buscó imponer una versión victoriosa en la noche del domingo 13. La guerra de interpretaciones puramente instrumentales es territorio para los dirigentes políticos y para los periodistas que integren el “voluntariado”. Pero a veces, en las comparaciones forzadas, se pierden de vista algunas cuestiones que pueden ser importantes para entender la situación.



Por un lado, el 35,9% de los votos a nivel nacional para Cambiemos puede ser leído de dos modos complementarios. Después de un año y medio de gobierno, habiendo incumplido gran parte de sus promesas de campaña, con una economía que ha dejado numerosas víctimas, el gobierno logró mantener en una legislativa un porcentaje similar al obtenido por Macri en las elecciones generales de 2015. No se trata de que la economía funcione mejor de lo que sabemos, ni de que no haya nuevos pobres. Eso implica que hay una fuerza nacional unificada, que sostiene con votos el proyecto oficialista, que no vota en función de promesas incumplidas, sino de la combinación de las políticas reales y de las expectativas que esas políticas aún generan. Esa fuerza reconstituyó la unidad del voto histórico hacia opciones de derecha, centroderecha y neoliberales en la Argentina.



Hasta ahí hay cuatro triunfos del gobierno: primera minoría, unidad, dispersión de la oposición e instalación de la idea de que es mayoría. Con esto el gobierno buscará darle perdurabilidad a su ciclo político.



Sin embargo, prácticamente todos los votos que Macri incrementó en 2015 entre las elecciones generales y el ballotage decidieron no acompañar al oficialismo en las PASO.





La idea de que casi dos tercios decidieron no acompañar con su voto al gobierno es matemáticamente cierta, pero políticamente complicada. Parte de un supuesto: de que solo había dos opciones, a favor o en contra del gobierno. Cuando en realidad había opciones vinculadas a formas muy, muy distintas de ser oposición. Y de entender al gobierno anterior. Eso parece expresar desaveniencias relevantes entre quienes no votaron al gobierno. También la entonces oposición dijo que la mayoría del país votó en 2007 contra el Frente para la Victoria. También puede decirse que en esta elección la mayoría no votó ni al Partido Justicialista ni al kirchnerismo. Las interpretaciones del voto deben ser cuidadosas, a riesgo de sólo expresar en las interpretaciones los propios deseos. Más aún frente al riesgo de creer que diciendo disparates con porcentajes puede cambiarse la realidad. Ese pecado ya se ha convertido en un hábito de algunos “encuestadores” que arrojan números con la certeza de que nadie lo recuerda. Y si salen tanto en los medios oficialistas no es casualidad.



Ahora bien, el gobierno se ha destacado el domingo en ese forzamiento de la realidad. La mayoría de los análisis políticos se escribieron cuando Cambiemos había ganado Santa Fé, donde perdió, y tenía ventaja clara en Provincia, donde faltan escrutar más de mil mesas. Es decir, antes de la medianoche había ganado todos los distritos más poblados del país (al sumarse Córdoba, Mendoza, CABA), más los triunfos relevantes en Santa Cruz, Entre Ríos y San Luis. Su derrota en Santa Fe y el “empate” de la Provincia, por supuesto, no niega los logros del gobierno. Pero anota como otro logro haber instalado una sensación de imparable ola amarilla el domingo que parece difícil de revertir. Es como si debieran reabrir todos los búnkers y hacerse de nuevo todos los discursos de cierre. Todo eso, el día que se termine de recontar Provincia. Una escena de política-ficción.



En términos políticos, no puede replicarse contra Cambiemos aquella frase de Elisa Carrió contra el kirchnerismo (“dos tercios votaron contra el gobierno”). Sucede que la fragmentación de la oposición al gobierno no es un fenómeno pasajero ni que parezca sencillo resolver en el mediano plazo (digamos, 2019). ¿Por qué? Porque expresa dos fenómenos sólidos, uno político y otro de liderazgo. Puede considerarse que hay un sector importante de la población que se opone tajantemente a las principales políticas del gobierno y que tiene la convicción de que el kirchnerismo es la única alternativa popular al proyecto actual. También existe un sector de la población que no está de acuerdo con el rumbo económico actual, pero que no quiere “volver” al kirchnerismo, sino que apoya una oposición “moderada”, que negocie. El kirchnerismo tiene el liderazgo de Cristina y fuera de eso tiene alta fragmentación. El resto de la oposición tiene fragmentación nacional y sólo tiene en común su rechazo a Cristina.





Esto no es menor: en un contexto regional de avance de fuerzas de derecha, en el contexto argentino con una concentración de poder muy fuerte en manos del gobierno (institucional, mediático y económico), en una relación de fuerzas muy desfavorable para los intereses populares, las desaveniencias de la oposición parecen hoy irreductibles. Algunas se refieren a concepciones políticas, otras a intereses corporativos o partidarios y otras a pasiones, tanto en su forma de amor como de rechazo visceral. No resulta realista creer que hay chances de unificación de la oposición. Más que hacia una articulación de diversidades, hoy pareciera continuar el proceso centrífugo.



Por un lado, en el balance parcial que permiten las PASO (al final, sólo octubre tendrá impacto), se confirma la tesis de que Cristina tiene un piso muy alto y un techo muy bajo en la Provincia de Buenos Aires. Las innovaciones en el estilo de campaña no parecen haber rendido frutos por ahora. Habrá que ver cuál es su lectura de los resultados y cómo define la estrategia de los próximos dos meses. No hace falta una consultora de comunicación para detectar que si pretende lograr una mayor cantidad de votos en octubre enfrenta desafíos que no se resolverán sin modificar la conceptualización de su campaña.



Por eso, el hecho de que la mayoría no apoye con su voto al gobierno actual no significa que existan condiciones para que apoyen juntos otra opción. Para los votantes no existieron dos ni tres opciones claras. Si el gobierno logró la primera minoría, sectores de las oposiciones que han apoyado leyes centrales en el parlamento han obtenido un importante, aunque muy disperso caudal de votos. Los balances del gobierno anterior continúan teniendo un peso relevante en la elección.



Sin establecer un diálogo respecto de las críticas más habituales, es dificil que Cristina pueda perforar significativamente el techo actual. ¿Será contraproducente o le generaría réditos expandir esa alusión del acto de cierre de campaña respecto de que no siempre predominó la humildad? El gobierno ya anuncia que su campaña para octubre será apuntando a los votos “anticristinistas” de Massa. ¿Dónde buscará nuevos votos Unidad Ciudadana? ¿Hay realmente muchos más votos “antimacristas”? Si quiere lograr más votos, tendrá que comprender cómo piensa el tercio que no los votó ni voto a Cambiemos y escoger un camino de acercamiento a esos votantes, más que creer que los votantes se acercarán si ellos permanecen en el mismo lugar. ¿Qué sucedería si Cristina acepta algunas entrevistas con periodistas no kirchneristas que son críticos de este gobierno? ¿Podría ampliar su mensaje y la llegada de su mensaje?



Después, parece haber desafíos para toda la oposición, en su heterogeneidad. En primer lugar, el límite de la moderación como proyecto político. En 2017 ninguna versión “correctiva” del proyecto neoliberal consiguió atraer nuevos votos, más bien todo lo contrario. Los electores de ese espacio prefirieron la versión original. Para quienes son opositores al neoliberalismo queda la pregunta de cómo hablar con mayor impacto de los efectos de las políticas actuales. Parece claro que ni el recurso de la hipérbole, ni el de levantar el volumen de la voz van a rendir nuevos frutos. Me explico: no siempre es bueno denunciar hambre ante el recorte del poder adquisitivo, porque puede suceder que muchas personas afectadas por el ajuste no pasen literalmente hambre. El uso excesivo de la hipérbole puede reducir su efectividad. Frente a eso, gritar más fuerte a veces permite que otros escuchen. Otras veces genera que otros se tapen lo oídos. Todo esto vale la pena analizarlo ahora, incluso si parece que construcción de alternativas al neoliberalismo llevará su tiempo.





El pequeño problema de la unidad parece tenerlo resuelto sólo el gobierno. Incluso la izquierda, que realizó una buena elección nacional, mostró cierta dispersión entre candidatos y frentes. Los próximos dos años mostrarán quiénes se conforman con lo obtenido y quiénes tienen ambición de ir más allá. Por lo pronto, el gobierno sí tiene esa ambición.



“Los argentinos apoyan el Cambio”, o algo por el estilo, será el slogan del gobierno, que buscará mejorar su desempeño en octubre y con ese capital político hacer pasar su proyectos de flexibilización laboral, de reforma tributaria regresiva y muchos otros. Así, con algo más de un tercio sólido hablará en nombre de todos los argentinos para presionar sobre la oposición más dialoguista. Es un neoliberalismo con votos, pero no con la mayoría. Y frente a ciertos intentos de proscripción o frente a lo sucedido en el escrutinio de la Provincia de Buenos Aires, uno tiene derecho a preguntarse qué sucederá si en el futuro ya no tienen la primera minoría.



Por eso, no está de más insistir en que las elecciones libres son una conquista popular. Siempre será preferible perder una elección, antes de que sean canceladas o suspendidas. Esa es una tarea de todas las oposiciones. La democracia electoral no es suficiente para construir un país más justo, pero es una condición necesaria.

La ideología del Partido Cambiemos

Por Julio Burdman



Con un triunfo que no fue una “ola nacional”, pero sí una clara expansión, Cambiemos pasó de ser una coalición a ser un partido. Con jefatura en la Casa Rosada, una marca y un discurso unificado, valores ideológicos y programáticos que se despliegan en forma paulatina, el partido de gobierno quedó en mejores condiciones para implementar su programa de reformas. ¿Y del otro lado? El problema del peronismo no está en los votos, sino en su liderazgo. Y esta elección no pareciera aportar demasiadas soluciones. Julio Burdman hace una lectura de las PASO y el nuevo mapa electoral argentino.



1. La construcción de un partido



En la madrugada del 14 de agosto, un dirigente radical santafesino, 40 años, ex funcionario de los gobiernos del Frente Progresista, y que hoy reviste en las filas de la administración pública nacional festejaba en las redes sociales: “Cambiemos puso fin a dos décadas de socialismo”, dijo en referencia al primer lugar obtenido en las PASO legislativas de esa provincia. Haciendo, claro, analogía con los “25 años de peronismo” que Mauricio Macri y María Eugenia Vidal mencionan en sus discursos. Interesante frase, la del funcionario santafesino porque admite varias lecturas. ¿Estaba incurriendo en una contradicción personal, negando su propia historia como radical y como integrante de la coalición santafesina? ¿O acaso se convirtió en un cambiemita? Los resultados de las primarias permiten pensar en la hipótesis de la conversión.



La conversión es el inicio de la militancia, descubrió Michael Walzer en un libro clásico. Para este autor, la invención de la militancia política que caracterizó al mundo moderno fue la reforma protestante. Los protestantes habían dejado de ser parte de Roma y adquirieron una nueva identidad. Eso es lo que pareciera estar pasando en la Argentina política. Cambiemos se está convirtiendo en un partido político. Uno que nació en la Ciudad de Buenos Aires, se mudó -literalmente- a la provincia, semanas después saltó a la Rosada, y desde allí siguió esparciéndose por la faz de las provincias. Cosa que vimos en el mapa de los diarios del lunes: en medio país, las primarias de diputados nacionales las “ganó” -llamemos así a salir primero- el partido Cambiemos.

Ese dato es más impactante que el escrutinio adrenalínico y controversial de la provincia de Buenos Aires. Que fue muy fuerte, sí, pero no nos debe tapar el bosque. Cambiemos ganó en Córdoba, la Capital Federal, en La Pampa, en !San Luis! -con un aliado local fuerte, sí-, en Entre Ríos, Mendoza, Jujuy, Santa Cruz, Corrientes, Neuquén. En algunos casos se apoyó en el radicalismo local. Pero en cada vez más provincias, Cambiemos es una criatura nueva. Impulsada desde el gobierno nacional. Como demostraron el menemismo y, sobre todo, el kirchnerismo, la Presidencia es la mejor herramienta de construcción partidaria nacional. El Ejecutivo, dicen algunos sin eufemismos, es el partido político nacional argentino.



Ello explica por qué el 37% nacional de Cambiemos luce transformacional. En términos históricos, ganar en la mitad de las provincias argentinas es un triunfo módico. No es una verdadera “ola nacional”. Pero sí una expansión. Esta etapa podría ser uno de los mayores procesos de construcción partidaria que se recuerden en mucho tiempo. Cambiemos tiene una jefatura en la Rosada, una marca, un discurso unificado. Las decisiones estratégicas de la campaña fueron “bajadas” desde el comando central hacia los candidatos. Y tiene, también, valores ideológicos y programáticos que se van desplegando en forma paulatina. No es, como las alianzas que muchos aún tenemos en mente, un espacio en el que los programas y decisiones de gobierno se negocian, y donde las identidades pre-existentes dominan la vida interna de un oficialismo. Funciona como un partido, y se expande como tal.



Esto ya sucedió con anterioridad. El PRO era una alianza electoral y se convirtió en un partido, convirtiendo a aquellos que tenían historias pre-existentes en integrantes convencidos de la nueva agrupación. El peronismo de Rodríguez Larreta y Diego Santilli (hoy Jefe y Vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), o el desarrollismo de Rogelio Frigerio (Ministro del Interior), son como fotos del viaje de egresados a Bariloche. Son PRO, con diferentes grados de pertenencia al grupo. Claro: como en todo partido, hay cursus honorum y se cobra más por antigüedad. ¿Y si Cambiemos siguiera la misma trayectoria, de coalición a partido? No sería el primer caso, ni aquí ni en el mundo.

La ciencia política argentina tiene alguna dificultad para advertir este fenómeno por un conjunto de razones personales: muchos politólogos y politólogas de nuestro país son radicales y se les resiste la subjetividad. Si Cambiemos como gobierno fracasa, entonces seguramente las identidades radicales, peronistas, cívico-lilitas y otras resurgirán. Pero si Macri tiene éxito, y Cambiemos funda una etapa de gobierno prolongada, de ocho años o más, esto podría ser irreversible. Tal como ocurrió en la Ciudad.



2. Cambiemos como gobierno



Cambiemos ganó en distritos, en bancas, en votos, en batallas clave. Y está superando sus propias expectativas. Con habilidad y astucia, los cambiemitas se contuvieron de mostrar los datos de encuestas que tenían, que anticipaban algo muy similar a lo que iba a suceder. Y dejaron que fluyan los pronósticos triunfalistas de sus adversarios. Gracias a esa estrategia acertada, hoy Cambiemos tiene logros electorales tangibles, y moméntum hacia afuera. Macri demostró. Ahora, los tenedores de dólares y los proyectos de inversión de mediano-largo plazo sí creen que estamos ante un gobierno de ocho años.



De eso se trataba, en más de un sentido, la elección del 13 de agosto. Cambiemos tenía que revalidar la elección de 2015 para demostrar que tenía un 2019. Y para poder desplegar a fondo su gobierno. Tras 12 años de kirchnerismo, la llegada a la presidencia de Macri representó un giro en la ideología económica del gobierno en Argentina. Pero, como todo gobierno de minoría, experimentó restricciones para implementar sus planes. En esta primera mitad de mandato, Mauricio Macri careció de mayorías legislativas, tuvo pocos gobernadores “propios” -en general, los aliados cuestan más caro que los leales- y enfrentó la oposición de importantes sectores sociales y sindicales. Todo eso seguirá más o menos igual, salvo la ampliación de sus bloques en ambas cámaras. Ampliación que no significará, de todos modos, un control del Legislativo.



Pero ahora tiene impulso y otro clima. El poder de los votos. Aunque sean solo unos puntos más que los obtenidos en la primera vuelta presidencial de 2015, se trata de un avance. Y uno que fuera conseguido en una situación adversa. En 2017 hubo una recuperación del crecimiento económico pero, como Macri y Vidal reconocen, esto no llegó a verse en las calles. Y a pesar de ello, Cambiemos ganó. Una gran parte de los argentinos no votó con el bolsillo, sino que apostó a una idea de largo plazo. El Cambio va adquiriendo nuevos significados. Cambiemos, a través de sus mensajes y sus actores principales, transmite una idea de progreso. Una parte de los argentinos cree en eso. El núcleo duro de Cambiemos, la clase media (y todo lo que está arriba de ella) está identificada profundamente con la propuesta. Como en todo proceso de identificación, por supuesto, hay un otro a rechazar: el pasado, el peronismo, el kirchnerismo. La latinoamericanización de la Argentina. El núcleo más blando de sus votantes, que está por debajo del Ecuador de la clase media, es aspiracional: quiere ser como el núcleo duro, estar cerca de él. La construcción partidaria de Cambiemos tiene una sociología electoral.





La revalidación de Cambiemos del 13 de agosto le servirá a Macri para implementar su programa de reformas. El presidente está convencido de que Argentina necesita un shock de competitividad y que esto se logra bajando el gasto público, estabilizando precios y tasas, aprobando reformas laborales y previsionales, inyectando inversión pública y privada en obra pública. El 37% fue un espaldarazo para todo eso. Ante los inversores ya ganó: ahora sí sienten que hay varios años de Cambiemos por delante.



3. Divididos por la felicidad: un poco más sobre la “grieta”



El proceso de construcción partidaria de Cambiemos nos ayuda a entender más que es toda esta polarización o grieta que nos atraviesa desde hace años. La grieta se siente en las mesas de café, en las familias, y sobre todo en los estudios de televisión. Pero muchas veces, desde una mirada de ciencias sociales, nos resulta difícil de explicar. “Grieta” es una expresión tan popularizada como imprecisa. ¿Divididos por la felicidad? Si quisiéramos llevar la grieta a un plano más categórico, podríamos definirla como “distancia ideológica” -el grado de diferencias que separa a los partidos- o como clivaje -las divisiones básicas de una sociedad política. Pero en Argentina, al mismo tiempo que agrietados, parecíamos todos amontonados y poco diferenciados.

Pero si entendemos que en Argentina estamos construyendo partidos nuevos, entonces la cosa comienza a comprenderse un poco más. Estaríamos ante una partidización de las de antes, y no solo creando estructuras jurídicas para competir en las elecciones, o armando pactos para gobernar. Según los textos clásicos, en todo proceso de partidización hay polarización. El partido nuevo se planta a representar a una parte (de ahí el término) de la sociedad. Los vemos en el análisis socioeconómico de los votos: en Almirante Brown, Cambiemos gana en Adrogué y pierde en Rafael Calzada. Y además, en la potencia implícita de los discursos. No caigamos en el simplismo y el prejuicio de creer que Cambiemos es un partido de frases vacías dominado por Durán Barba. Los discursos de Macri, Vidal, Carrió y Rodríguez Larreta hablan de dejar atrás las tradiciones políticas del siglo XX, confrontan con el modelo bolivariano, son liberales, tienen ideas económicas claras -aunque difíciles de implementar al mismo tiempo- y buscan insertar a la Argentina a Occidente. Que se valgan de significantes laclaunianos no significa que las ideas y los programas no estén. Cambiemos, como el kirchnerismo, polariza y confronta porque está construyendo un partido. Del mismo modo que lo hizo el kirchnerismo.



4. El peronismo partido



El peronismo, en cambio, resulta más difícil de caracterizar. Lo que mostró la elección es un “movimiento” fragmentado. No tiene organización jurídica nacional, ni una jefatura, aunque persiste como reservorio de gobierno y poder en muchas provincias e intendencias, en bloques legislativos nacionales y provinciales, y en sindicatos y movimientos sociales. El electorado peronista sigue siendo numeroso. Si sumamos todos los fragmentos, podríamos arañar el 40%. Pero se trata de una aritmética difícil.



En 13 de los 24 distritos, se formaron frentes únicos en los que kirchneristas y peronistas no kirchneristas compartieron la misma alianza, en general compitiendo en la “interna” de las PASO: Ciudad de Buenos Aires, Catamarca, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Río Negro, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Tucumán. En otros 5 distritos (Buenos Aires, Chaco, La Rioja, Neuquén, San Juan), casi se alcanza esa unidad, y hubo un frente panperonista mayoritario, con dirigentes de diferentes extracciones, pero también listas kirchneristas o peronistas “puras”, con poco caudal electoral, que se presentaron por fuera de los frentes principales. Asimismo, hubo 3 provincias (Córdoba, Salta y Tierra del Fuego), en las que el peronismo oficial es antikirchnerista, y no hubo posibilidad de acuerdo. Por último, 3 “casos raros” (Chubut, Misiones y Santiago del Estero) en los que los peronismos se convirtieron en virtuales partidos provinciales en alianza con fuerzas locales. Todo eso es, hoy, el conjunto de los partidos peronistas.

Sin incluir al massismo (1 País – Frente Renovador y aliados), que es una fuerza que tiene muchos peronistas adentro –incluyendo a su líder fundador- pero que en su estrategia reciente de alianzas se ha distanciado bastante de aquella tradición. Pero aún sin hacerlo, si agregamos al resto de las fuerzas panperonistas, el peronismo estaría en un porcentaje nacional similar al de Cambiemos. En esa perspectiva, no es tan malo el desempeño del espacio que se sitúa entre el Frente para la Victoria, la Unidad Ciudadana y el Justicialismo, que logró ir unido en muchas provincia grandes (Santa Fe, Mendoza, Ciudad de Buenos Aires, Entre Ríos, Tucumán). El problema del peronismo no está en su electorado, sino en su liderazgo. Y esta elección no pareciera aportar demasiadas soluciones.



En los últimos meses, hubo dos novedades al respecto. Uno fue la candidatura de Cristina Kirchner al Senado. El otro fueron las reuniones entre los gobernadores Schiaretti (Córdoba) y Manzur (Tucumán). Cristina Kirchner no emergió ganadora de esta elección. Y Schiaretti fue uno de los grandes derrotados de la jornada (al igual que Massa y Das Neves, sus socios electorales de 2015). En aquellas provincias en las que el peronismo construyó buenos frentes electorales, perdió. Los gobernadores que ganaron provienen de provincias chicas. La dirigencia peronista de orden nacional quedó golpeada, o arrasada. Sin territorio ni candidatos ganadores, el actor más importante del sistema partidario argentino entró en una fase en la que cualquiera de sus dirigentes puede convertirse en jefe. Tiene enfrente la conversión cambiemita. Y eso puede ser un ordenador de su inexorable renovación.

Todo PASO

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Algunas conclusiones de las primarias:


El oficialismo no se privó de un fuerte juego brusco institucional con el manejo del escrutinio provisorio en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, el primer y tercer distrito electoral del país, respectivamente, donde habría resultado derrotado por fuerzas hegemonizadas por el kirchnerismo. Los portadores de institucionalidad armaron su propio show a expensas de la información y se proclamaron ganadores nacionales cuando las pantallas mostraban ventajas de más de 5 puntos en Santa Fe y Buenos Aires y victoria en Chaco por más del 1%. Mostraron los goles propios del primer tiempo y dejaron codificado el segundo tiempo.


Eso nos deja la idea respecto a que Cambiemos comienza a desplegar un conjunto de estrategias de poder en lo electoral que incluye un sistema de alianzas, de candidaturas y de manejo de la organización de los comicios. Este último aspecto, donde utilizó este “juego brusco institucional” que ya mencionamos, es una novedad en el sistema político argentino democrático que retornó en 1983. Se pueden citar casos anteriores de roces y quejas pero no de (nada menos que) bonaerenses sin saber quién ganó en una elección de la que venimos hablando hace un año y medio.


El presidente Mauricio Macri logra un espaldarazo político porque, luego de 20 meses sin resultados positivos para una gran parte de la población sostiene una base de apoyos, extiende territorialmente su voto y mantiene dividida a la oposición. Logra aire contra un peronismo sin liderazgos claros -a lo que hay que agregar, fuera del panorama electoral, una CGT también con sus referencias disputadas-. Veamos eso en más detalle.


Cambiemos se para sobre una cantidad similar de votos que los que se inclinaron por Mauricio Macri-Gabriela Michetti en octubre de 2015 (34,3 % entonces, 35,% en las PASO de Diputados nacionales en esta oportunidad).


A la vez, desplegó, con éxito, una estrategia territorial nueva. Si Macri en 2015 había realizado una gran primera vuelta con triunfos en CABA, Córdoba, Mendoza y Entre Ríos, a los que agregó Santa Fe, San Luis, La Pampa, La Rioja y Jujuy en el balotaje, ahora agrega Neuquén, Santa Cruz y Corrientes -sólo pierde por ahora Santa Fe y logra una situación de gran paridad en Buenos Aires-. En este sentido, Cambiemos (¿el PRO?) pasa a convertirse en un partido nacional, con estrategia propia y no dependiendo de otros.
El presidente Macri, que tenía “la moneda en el aire” en varios aspectos, se ve fortalecido, probablemente poniendo los cimientos del partido de centroderecha nacional del que hablaba Torcuato Di Tella. La expansión electoral del PRO en ese sentido, es el principal activo del resultado del domingo. Victorias en San Luis, La Pampa y Neuquén, más la predecible en Santa Cruz, se suman a los distritos propios.


Los “terceros partidos” en la Argentina surgieron siempre de la Capital y se desplegaron hacia el interior. Podían inclinarse hacia el centroizquierda o el centroderecha. Y en general, han fracasado en convertirse en una expresión nacional. Se queda sin nafta, ni recursos, ni alianzas. El PRO tiene la posibilidad de lograr esa proeza, convirtiendo a esa fuerza surgida de la capital en una expresión nacional, insistimos: en el polo “de centroderecha” que Di Tella identificaba con un partido más volcado hacia los sectores empresarios, en contraposición a la conformación de un polo “de centroizquierda” donde tengan más primacía los intereses sindicales.


En este despliegue, la Unión cívica Radical, parece ser un sector derrotado. En las 10 provincias donde Cambiemos tenía PASO competitiva, los espacios vinculados al radicalismo sólo lograron vencer en Mendoza. En el resto el PRO se impuso con comodidad. Sin embargo la mayor derrota la sufrió el rebelde radicalismo capitalino, hizo su jugada de la mano de Martín Lousteau, y apenas alcanzó el 13%, a sólo dos años de haber peleado voto a voto, la Jefatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (¿la vanidad de ser embajador de EEUU le jugó una mala pasada?). A esto habría que añadir que el presidente de la UCR, José Corral no garantizó el triunfo de Cambiemos en Santa Fe y que los dos ministros radicales que dejaron sus puestos para candidatearse, el riojano Julio Martínez y el tucumano José Cano resultaron derrotados. Entre los ganadores se podría ubicar al muy particular radical Eduardo Costa ¿Tiene vida el radicalismo fuera de Cambiemos? ¿Y dentro de él?


Elisa Carrió surge entre las ganadoras del oficialismo. Los porteños la quieren en el Congreso. Será accionista de la coalición, pedirá y aportará. Enriquece al Presidente porque le genera una especie de “mini sistema político” dentro del oficialismo “haciendo oposición por adentro”. Ayudar a Macri y su poco clara trayectoria a parecer comprometido -al menos en el terreno de la prensa amigable- con la transparencia resulta una invención para destacar. Pero el gran desarrollo electoral que logró con su candidatura Carrió, ¿puede convertirse a futuro en un problema que supere los meros roces con el macrismo?


El peronismo obtuvo más votos en 13 provincias, incluyendo la probable victoria de Cristina Fernández en la PBA. SIn embargo, como ya hemos observado en otras ocasiones, el peronismo se define desde hace años más por su pertenencia territorial que por líneas internas de alcance nacional. Se puede decir que ganó un peronismo en cada provincia. Sin embargo, no es menos cierto que el peronismo más identificado con el kirchnerismo, es el único que logró anudar victorias en más de un territorio: Tierra del Fuego, Chubut, Río Negro, Santa Fe, Buenos Aires. Y con capacidad de alianza con el peronismo del Chaco principalmente pero también de otras provincias. Los peronistas que pueden sacar pecho son pocos: Juan Manuel Urtubey, algo más Juan Manzur o Gildo Insfrán que tuvieron en la última etapa fricciones con el Gobierno nacional; el riojano Sergio Casas, el sanjuanino Sergio Uñac. Las construcciones particulares de Misiones y Santiago del Estero siguen inexpugnables.


Lo que se presagiaba en la campaña, sucedió: Sergio Massa se enfrenta a un momento quizás de quiebre en su construcción, en sentido negativo. No sólo se retrajo su capacidad electoral y arañó una victoria por muy pocos votos en Tigre; la alianza con Margarita Stolbizer no le redituó más votos, y ahora se desdibuja como una amenaza para Cambiemos. En ese sentido, su suerte es semejante a la de Lousteau: no parece haber lugar en el medio. Los sectores que expresaron una oposición más dura, en ese sentido, tuvieron mayores premios que los opositores “dialogantes” o “constructivos”. A excepción de Urtubey en Salta ese peronismo “republicano” no mostró guarismos electorales para destacar.


Esto también se vio en el caso de algunos gobernadores “negociadores” o “anti k” -”línea Pepsi” le dice la gente mala en las redes sociales- como Rosana Bertone, Alberto Weretilneck, Gustavo Bordet, el neuquino Omar Gutiérrez, e incluso el más crítico de la Casa Rosada Mario Das Neves con listas que perdieron a manos de kirchneristas u oficialistas. Daría la sensación que la estrategia de Carlos Menem allá, a principios del gobierno de Alfonsín, de hacerse muy amigo de la Rosada no resultó ser muy redituable en 2017. Insistimos, la estrategia del “hacete amigo del presidente” tal vez tuvo su propio castigo en los votantes de esos gobernadores.


Si vemos la primacía del oficialismo en la zona central del país, también surge con bastante claridad que el Norte (líder del Plan Belgrano incluído) no gusta de Cambiemos y que en las regiones más golpeadas por el modelo macrista, como Rosario y el Gran Buenos Aires se impuso el kirchnerismo. También la foto aérea permite ver que en la golpeada Patagonia ningún gobernador pudo sonreír: derrotas a manos del kirchnerismo o de Cambiemos.


La elección para Unidad Ciudadana en provincia de Buenos Aires ha sido muy dura, y aún alzándose con la victoria, se mueve en un margen angosto. Con seguridad la persecución política y la denostación permanente a la figura de Cristina pesó. Sin embargo, el para nada desdeñable casi 35% de los votos evidencian que Cristina Fernández de Kirchner continúa manteniendo un liderazgo importante para un importante segmento de la población argentina. Un peronismo dividido tiene consecuencias a nivel electoral en el principal territorio del país y aún más allá.
Los 5.59% obtenidos por Florencia Randazzo, dejan entrever que un acuerdo entre ambos espacios, les hubiera asegurado, probablemente, una victoria más clara. La política tiene que poder imaginar escenarios nuevos, ensayar audacias que no se basen sólo en “arriesgar lo propio”. Tal vez no sea demasiado tarde, y de cara a la general, para avanzar en algún acuerdo “por abajo” para que algunos votos del exministro vayan a la candidata de Unidad Ciudadana.


Para finalizar: en los últimos tiempos se ha puesto de moda, o mejor dicho consolidado, un “modelo analítico” que tiende a ver “grandes tendencias” con pocos casos aislados o “momentos refundacionales” de la Nación con meras “inauguraciones de comités”. Presionados de algún modo por los hiperveloces tiempos de las redes sociales o la necesidad de responder al “minuto a minuto” de los ratings de los programas de cable, muchos analistas e intelectuales preocupados por “lo político” parecen caer en lo que creemos una tentación: apresurarse para ver quién tira más rápido algo novedoso. Las victorias electorales, por supuesto, con su poderoso atractivo, suman su grano de arena a esta situación. Basten algunos ejemplos de esto que criticamos: hace no más de dos años, Gabriela Michetti era observada como “el paradigma del nuevo político”, de una flamante forma de “carismicidad” y exageraciones por el estilo. Hace dos años Sergio Massa parecía estar en una carrera indetenible hacia la presidencia. Y hace tres el kirchnerismo era visualizado como una “hegemonía opresora perpetua” por sus opositores o como “irreversibles ganadores de una batalla cultural” por sus simpatizantes.


Pues bien: aquí creemos apresurada la tentación de postular hoy una “historicidad naciente” de Cambiemos como partido fundante de un “nuevo orden político” en la Argentina. En todo caso, para ello, tengamos la paciencia de esperar al menos dos períodos presidenciales consecutivos. Sin caer en nostalgias, digamos que en el pasado, para ser llamados “fundadores” había que durar más que un amor de verano. Porque hay algo que sí está suficientemente “historizado” ya: la sociedad argentina es brava y con la misma mano que hoy te aplaude, mañana te sopapea.

El gobierno apuesta a sostener el voto de Randazzo para que no se vaya con Cristina

El problema es que sus candidatos no entran a la Legislatura y los Concejos. Eso le quita fuerza al armado.





En algunos distritos del Conurbano el armado de Florencio Randazzo comenzó a tender puentes con el PRO de cara a la elección de octubre. El objetivo del gobierno es sostener a Cumplir como alternativa política para evitar que ese voto le sume a Cristina Kirchner.


En Cambiemos evalúan que será más fácil negociar con concejales de Randazzo antes que con los de Unidad Ciudadana. Por eso, el gobierno intentará ‘dar una mano' a las listas distritales de Randazzo.



Es una situación que podría repetirse en varios distritos y que podría darle algo de oxigeno a la fuerza política con la que Randazzo intentó desafiar el poder de Cristina.

Mientras tanto, a pocas horas de la elección del domingo, en el entorno de Randazzo hay miles de especulaciones respecto del futuro de Cumplir. Es que aunque nadie esperaba una gran elección del ex ministro de Transporte, un repaso por los números fríos de los comicios del domingo no dejan dudas sobre la mala perfomance de su propuesta.

De repertirse en octubre una elección similar a la primaria casi no habrá alfiles de Randazzo en los estamentos legislativos. Con el ex ministro afuera de la pelea por una banca en el Senado, sólo Eduardo ‘Bali' Bucca estaría entrando en Diputados.

Pero el peor drama ocurre en la Legislatura bonaerense. Figuras históricas de la Cámara Baja como Fernando ‘Chino' Navarro dejarán de representar al sur del Conurbano si los resultados de octubre no son mejores que los de este domingo.

Navarro no está lejos del piso que le permitiría renovar su banca, pero necesita unos 10.000 votos para llegar al 5,55% que le habilite un asiento en La Plata.

Por ahora, esa diferencia le garantiza a Randazzo el respaldo del Movimiento Evita. Es que la banca de Navarro es clave para ese movimiento social.

En la Cuarta Sección la elección fue catastrófica. Ariel Franetovich, ex ministro de Daniel Scioli y ex funcionario durante la gestión de Randazzo en Transporte, quedó lejos de llegar al Senado. En esa sección (pago chico de Florencio) el Frente Justicialista apenas llegó al 10,3% de los votos, lejos de 14,2% que impone el piso para acceder a un asiento en la Cámara Alta. En ese territorio brilló Cambiemos con el 41,2.

En la Sexta también se está cerca. En el resto (Primera, Segunda, Quinta, Séptima y Octava) las posibilidades de meter senadores y diputados en la Legislatura son nulas.



De cara al futuro hay optimismo o pesimismo en función de cual sea la fuente dentro de Cumplir con la que se hable. "Si proyectas los votos positivos yo logró ingresar", dijo a  un candidato que quedó al límite en la Legislatura.

En esos casos existen miradas positivas. "No éramos una opción ganadora. Lo que somos es un espacio en construcción que podemos sumar uno o dos puntos".

Otros candidatos que perdieron toda chance de estar en La Plata son más críticos. "Randazzo podría estar pendiendo entre cuatro o cinco puntos en octubre si la campaña se polariza. Eso es una posibilidad real", argumentan.

El panorama en los distritos también es complejo para los Concejos Deliberantes. En algunos distritos se alcanzó el piso que permite ingresar uno o dos concejales, pero en otros ni eso. Con todo, Cumplir no tendrá una posición gravitante en los distritos.

Elecciones 2015 vs 2017: se puede comparar?


2017 vs. elecciones 2015: ¿Peras con manzanas o todas son frutas? Establecer el instructivo de interpretación de los comicios luego de conocidos la mayoría de los datos no resulta una práctica adecuada. El Gobierno apostó a que fuera la mayor cantidad de ciudadanos a votar por Cambiemos, pero ahora resulta que hay que comparar con las PASo 2015 porque -luego de haber considerado las PASO 2017 un evento especial- no le resulta conveniente compararlo con la 1ra. vuelta 2017. Aquí algunas apreciaciones al respecto:


Unos dicen que las peras no son manzanas, y es cierto. Pero otros recuerdan que son todas frutas.



La Administración Macri afirma que las PASO 2017 sólo pueden compararse con las PASO 2015. La gobernadora María Eugenia Vidal afirmó el lunes 14/08 que "no pueden compararse peras con manzanas".

Sin embargo -y más allá de los diligentes periodistas que desde los diarios Clarín y El Cronista Comercial decidieron avalar la afirmación de la carismática líder del Ejecutivo bonaerense- es necesario recordar el énfasis de la Administración Macri acerca de las PASO 2017, que no permite una comparación con las PASO 2015:


> Tanto el Presidente de la Nación como la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires pidieron, desde los medios de comunicación, "por favor" que los ciudadanos participaran del comicio y que votaran "por el cambio".


> En el caso del Presidente de la Nación, reiteró su apelación el día de la votación, cuando acababa de sufragar y su ruptura de la veda provocó que la oficina de prensa gubernamental omitiera ese fragmento de la declaración en su desgrabación oficial de los dichos.


> El Presidente de la Nación, en la entrevista periodística con la que cerró su proselitismo (con Santiago del Moro, por América TV), llegó a emocionarse en cámara y deslizar alguna lágrima -muy comentada en la prensa del día siguiente- cuando explicó lo mucho que se jugaba en el comicio.

> Si Vidal fue la candidata sin boleta en Buenos Aires, y Macri lo fue en todas los otros distritos electorales, es válido compararlos a ellos con ellos mismos: 1ra. vuelta 2015.

¿Peras con manzanas? No parece afortunada la expresión. En especial porque Vidal lo expresó el día después, no el día antes. Es decir que lo hizo cuando ya tenía los datos del sufragio provisorio.

"Con el envión electoral, el Gobierno apura reformas y proyecta crecer sin sobresaltos", titula el diario El Cronista. ¿PASO o más que PASO?

El problema que surge en la comparación es muy concreto: si la comparación es la que explicaron Clarín y El Cronista Comercial, Cambiemos, para la categoría de Diputados, obtuvo 8,4 millones de votos en todo el país, un 27,3% más que en las PASO de 2015.

Si Cambiemos hubiera obtenido más votos en las PASO 2017 que en la 1ra. vuelta 2015, probablemente no habría restricción entre las peras y las manzanas, todas frutas deliciosas.

Pero el problema hoy día consiste en que si se comparan las PASO 2017 con la 1ra. vuelta presidencial de 2015 se descubre que Mauricio Macri perdió 330.972 votos.

En 2015, 8.601.063 votos; en 2017, 8.270.091 votos.

Esto sucedió a pesar de que la cantidad de electores habilitados para votar creció 3,13% (o sea 1.036.985 ciudadanos) al pasar el padrón total de 32.067.641 personas en 2015 a 33.104.626 personas en 2017.

2 datos llamativos:

> en 2015 hubo 664.739 votos en blanco, 2,55% del total. Ahora, en 2017, hubo 795.912 votos en blanco, 3,40% del electorado. La cantidad de personas que expresaron su descreimiento en la política aumentó +19,73% (131.173 electores).

Cada uno tendrá su propia conclusión acerca de por qué aumentó la cantidad de votos en blanco.

> Es lllamativo que en 2015 hubo 199.446 (0,77%) votos nulos, recurridos e impugnados. Y en 2017 se registraron 574.117 votos en similares condiciones: un aumento neto de 374.671 votos nulos o impugnados o recurridos. Es un aumento del 187%.

Para ubicar en contexto las PASO 2017, aquí va un interesante trabajo de Nicolás Cherny y Lara Goyburu, director y coordinadora de Instituciones Políticas del centro de estudios CIPPEC:

"Aun con pocas internas y muchos cuestionamientos las PASO aprueban el test exigente de las legislativas 2017.

1. La ciudadanía pide PASO. Las PASO 2017 debían resolver muchas incógnitas, la más desafiante cuestionaba su eficacia como institución electoral. Se argumentaba que la escasa competencia interna en el oficialismo y la escisión del peronismo en la Provincia de Buenos Aires tendría un impacto negativo en la participación (las sanciones débiles por ausencias injustificadas).

Sin embargo, los ciudadanos acudieron masivamente a las urnas superando la participación de las PASO presidenciales de 2015: alcanzo el 73% en promedio para diputados (contra 71,7% de 2015). En los distritos que según el pasómetro de CIPPEC tenían primarias abiertas no hay mayor participación que en aquellos de menor competencia (21% de las alianzas electorales tuvieron competencia interna).

Tampoco los distritos más polarizados han sido los de mayor participación. Santa Fe, con el mayor índice de competencia en primarias y una elección muy disputada, tuvo una participación similar a la de provincias como Santiago del Estero que tuvieron poca competencia interna y ninguna polarización. El valor de la participación a través del voto se mantiene alto y las PASO se consolidan pese al contexto de elecciones primarias poco competitivas.

2. Las PASO reducen la fragmentación. El diseño de las instituciones electorales debe intentar resolver los problemas que ocasiona la evolución del sistema partidario. Desde 2001 la fragmentación es grande, hay muchos partidos y sigue siendo muy fácil formar un partido y presentarse a elecciones. En las primarias se presentaron 207 alianzas electorales en todo el país, de las cuales 60 no superaron el umbral de 1,5%. El filtro de las PASO redujo un 29% la oferta electoral. En la provincia de Buenos Aires 12 listas no pasaron el umbral y 10 en CABA.

Pero además el umbral funciona como un incentivo a la agregación desde abajo. La coalición de izquierda FIT, que ha presentado una oferta electoral comparativamente muy homogénea logró superar el 1.5% en 21 de los 22 distritos que presentó listas a diputados nacionales. Habrá que esperar a Octubre para ver si rompe la barrera del D´hont, pero este caso muestra que las PASO no necesariamente penalizan a las fuerzas chicas, sino que otorgan incentivos para coalicionar para superar el umbral y aspirar a tener representación legislativa. Este caso evidencia además el aprendizaje que pueden hacer los partidos de las reglas electorales y como ese aprendizaje puede volverlos más competitivos y al mismo tiempo ayudar a un ordenamiento de la oferta electoral.

3. El poder de los oficialismos. Los oficialismos ganaron en 14 provincias. Cambiemos triunfó en las cinco provincias que gobierna: CABA, Buenos Aires, Mendoza, Jujuy y Corrientes. Y el Peronismo ganó en nueve de las dieciséis que gobierna. Pero el poder del oficialismo nacional se tradujo en triunfos de Cambiemos en provincias que no gobierna.

Cambiemos pudo vencer también en seis provincias en las que no es oficialismo provincial: Santa Cruz, Neuquén, San Luis, Córdoba, La Pampa y Entre Ríos. Así como el Frente para la Victoria logró consolidarse como fuerza política a nivel nacional desde la Presidencia a lo largo de sucesivas elecciones, los resultados de las PASO muestran que Cambiemos no sólo consiguió presentar una oferta electoral homogénea en casi todo el país sino que logró convertir la gestión del gobierno nacional en votos provinciales. Pero a diferencia de la personalización en Néstor y Cristina Kirchner que estimulaba el FPV en las provincias, en la estrategia de Cambiemos ha pasado más por difundir su etiqueta coliacional más que por pasear presidente.

Un sello común que en cada distrito tenía una cara distinta, que no siempre eran los candidatos, que no siempre iba acompañada por la figura del presidente. Los liderazgos provinciales y la política local tuvieron peso propio: Vidal, Cantard, Baldassi, son ejemplos de la estrategia que da más juego los líderes provinciales. Los recursos en poder del oficialismo ayudan a ordenar la oferta que se verticalizó a través de la etiqueta y con el instrumento de los liderazgos locales.

4. La incógnita hacia octubre: ¿lógica de ballotage o de elección legislativa? Interpretar las elecciones de Octubre como un ballotage de las PASO es muy tentador: al repartir la elección a senadores escaños para los dos primeros, el votante podría actuar estratégicamente y abandonar a los candidatos que quedaron más alejados de los primeros puestos. Los votantes de Randazzo y Massa en Provincia de Buenos Aires – según esta hipótesis- tenderían a hacer un voto estratégico por las candidaturas de Cristina Kirchner o Esteban Bullrich para influir en la asignación del segundo senador.

Sin embargo, a diferencia de la lógica ejecutiva de la elección en la que el ganador se lleva todo, el sistema electoral de las legislativas en Argentina premia con escaños a todos los que suman por encima del umbral del D´Hont. De modo que la elección a diputados nacionales incentiva a los líderes de 1Pais y el Frente Justicialista a mostrar a sus votantes que en listas legislativas a diputados nacionales cada voto cuenta y hay mucho por ganar en distritos grandes aún saliendo en tercer o cuarto lugar. Eso vale para las 24 provincias que votan diputados (sólo 8 senadores)."

Trump acusa a Obama de ocultar la injerencia rusa

Exmandatario recibió "múltiples advertencias" de injerencia rusa
El presidente estadounidense Donald Trump afirmó hoy que, de acuerdo a un informe que se acaba de conocer, su predecesor Barack Obama recibió "múltiples advertencias" desde 2014 sobre la amenaza de la intromisión de Rusia en asuntos norteamericanos, pero que los mantuvo en secreto.
"De acuerdo a un informe recién publicado, el presidente Obama sabía de la interferencia rusa hace 3 años, pero no quería enojar a Rusia!", tuiteó esta mañana el presidente Trump.
El sitio Político informó que el gobierno de Obama había sido advertido entre 2014 y 2016 que el Kremlin estaba construyendo redes y operaciones que podrían utilizarse para interrumpir el sistema político de Estados Unidos.

De acuerdo al informe, una fuente rusa sostuvo que Moscú estuvo operando entre esos años en Estados Unidos y Europa, y que había logrado "penetrar en organizaciones de medios de comunicación, presionando a firmas, partidos políticos, gobiernos y militares en todos estos lugares".
Político asegura que el informe fue enviado al Consejo de Seguridad Nacional, así como a agencias de inteligencia y al Departamento de Estado en la primavera de 2014.
Si bien no advertía específicamente sobre una amenaza a las elecciones estadounidenses de 2016, un funcionario confió a Político que algunos sentían que la Casa Blanca descartó rápidamente la posibilidad de interferencia del Kremlin.
ABC News subrayó hoy que el informe con seguridad alimentará las quejas de Trump sobre la manera en que el gobierno de Obama manejó las preocupaciones sobre la intromisión de Rusia en la campaña presidencial de 2016.

Trump reconoció hace algunos días que Rusia intervino en las elecciones de su país del año pasado, pero culpó a Obama de no hacer nada al respecto porque pensaba que Hillary Clinton iba a ganar. La declaración de Trump se da en medio del 'Rusiagate', un escándalo que involucra a su campaña con un presunto arreglo con el Kremlim para llevarlo a él a la Casa Blanca. En diciembre de 2016, The Washington Post reveló que Rusia intervino en las elecciones en las que resultó ganador Trump. De acuerdo a la CIA, esa injerencia consistió en hackear correos del Partido Demócrata y del Partido Republicano para luego filtrar a Wikileaks solo lo hallado en la agrupación de la oponente Hillary Clinton.
Al mismo tiempo, el FBI informó que Jared Kushner, yerno y consejero de Trump está incluido en las investigaciones, luego que el esposo de Ivanka Trump se reunió en diciembre con el embajador Sergey Kislyak y el banquero Serguei Gorkov. Los investigaciones quieren determinar qué conversaron en esos encuentros.

El BCRA mantuvo tasa de Lebac en 26,5%, pero no logró renovar todos los vencimientos: liberó $ 100.000 M




En la primera licitación tras las PASO, el Banco Central decidió mantener este martes la tasa de Lebac a 35 días en el 26,5% anual, pero solo logró renovar un 84,7% del total de los vencimientos. De este modo, la autoridad monetaria expandió un total de $ 101.076 millones al mercado, calcularon en el mercado.

Las propuestas alcanzaron un nivel de $ 453.751 millones, adjudicándose $ 453.416 millones, lo que implica la renovación parcial del vencimiento que era de $ 534.983 millones y una baja en el stock en circulación por $ 81.567 millones, informó la autoridad monetaria.

Las tasas de corte se ubicaron en 26.50%, 26.50%, 26.50%, 26.25%, 25.95% y 25.85% para los plazos de 35, 63, 91, 154, 217 y 273 días, respectivamente.

En la licitación de julio, el 65% de los fondos suscribieron en el plazo más corto, pero este martes esa cifra cayó al 59%. La diferencia se distribuyó en los plazos más largos, que nivelaron las tasas con los retornos mpas cortos.

Dado el cambio operativo vigente a partir de febrero pasado - en donde las subastas de LEBAC pasaron de semanales a mensuales - la expansión o contracción que puede generarse con cada subasta, debe ser analizada en conjunto, tanto con las operaciones de mercado
abierto como también con las operaciones de pase que realiza este BCRA, aclaró en el comunicado la autoridad monetaria.

Desde el BCRA, indicaron a ámbito.com que efecto monetario de operaciones con Lebac en el mes fue $17.900 millones: los $101.000 millones de la licitación de este martes, menos los $ 83.100 de ventas en el mercado secundario desde la última licitación hasta hoy. "A esto hay que agregarle lo absorbido por la venta de dólares de las últimas dos semanas ($30.000 millones aproximadamente)", explicaron.

"Me llama la atención que no pudiera renovar un monto mayor. Con la calma del dolar estamaba que iba a renovar mucho más", dijo a ámbito.com el analsta financiero Christian Buteler.

Si bien la inflación de julio hacia previsible que el BCRA no elevara la tasa, la baja del dolar hacía pensar en el mercado que el BCRA renovaría la totalidad de los vencimientos, pero no fue así.

De todos modos, en el Central aclararon que entre un 60% y 70% de lo que se liberó al mercado en la licitación de hoy, es producto de que los bancos deben depositarlo como encaje y no pueden sostenerlo en Lebac.

"Ahora, seguramente la entidad deberá trabajar en el mercado secundario para recuperar la mayor cantidad de los pesos posibles", añadió Buteler.

En las últimas licitaciones también hubo un efecto expansivo (junio y julio), y se produjo luego un salto en el dólar. "Ahora el tipo de cambio está tranquilo, pero veremos qué pasa mañana", completó Buteler.

Teherán amenaza con reiniciar su programa nuclear

Teherán rechaza amenazas y advierte a Washington

Hassan Rohani (foto: ANSA)El presidente iraní, Hassan Rohani, exigió al gobierno estadounidense cesar "las amenazas y sanciones" contra su país o en caso contrario Teherán reiniciará el programa nuclear "en una hora o en un día".
Rohani aseguró que, si es reactivado, el plan nuclear puede ser rápidamente llevado a un nivel mucho más avanzado respecto al del 2015, cuando Irán firmó el acuerdo nuclear con Estados Unidos.

Cristina apuesta a pegar un salto si gana en el recuento definitivo




Cristina Kirchner está convencida de que cuando termine el recuento definitivo, dentro de unos 10 días, el número final la impulsará a ganarle en octubre a Esteban Bullrich en la provincia de Buenos Aires.

La teoría que manejan en Unidad Ciudadana es que cuando se conozcan los resultados oficiales -que aseguran que por los números que tienen en los telegramas los darán ganadores por uno o dos puntos- habrá un shock que los ayudará a pegar un salto en la campaña.
"El título de que Cristina gana la Provincia generará un shock, nacional e internacional", dijeron desde Unidad Ciudadana a LPO. La teoría del kirchnerismo es que cuando termine el recuento definitivo, la ex Presidenta podrá aprovechar la victoria, convencidos de que el Gobierno -a través de José Torello y Andrés Ibarra- logró manipular el escrutinio provisorio para permitir el festejo de Cambiemos.
Para las generales de Octubre, Cristina se subirá con entusiasmo a la estrategia de polarización que ideó o empujó Durán Barba y se propondrá como el "voto útil" para oponerse a Macri.
Creen que desde ese lugar se podrá montar la segunda parte de la campaña y ampliar el margen hasta una victoria para las elecciones de octubre. Opinan que el Gobierno, además, cometió el error de regalarles la "épica" de la elección y de hecho ya lo convirtieron en eje del primer tramo de la campaña con el hashtag #CuentenLosVotos.
Si la Cámara Nacional Electoral confirma el triunfo de Cristina -aunque sea por un punto- montará una suerte de show triunfalista que marcará el inicio de la campaña para las generales de octubre.
Las fuentes revelaron  que Cristina aprovechará este conflicto para subirse con más fuerza a la estrategia de polarización. Es decir, hacer lo mismo que marcó Jaime Durán Barba pero desde el otro lado, tratando de instalar que el "voto útil" contra Macri es votar por Cristina.
Por otro lado, en el kirchnerismo no están preocupados por el desempeño particular de los intendentes en los municipios y desde ese lugar no les interesa particularmente llegar a acuerdos con aquellos que acompañaron a Randazzo. "Se demostró que los barones ya no son un factor determinante, la que empuja la boleta es Cristina y la campaña va a volver a centrarse en ella", confirmaron fuentes.
Confían además en que, de los 5 puntos de Randazzo, al menos 2 irán ahora para Unidad Ciudadana, si como vaticinan el ex ministro termina diluyéndose. Una posibilidad que en otra estrategia espejo, el Gobierno intentará evitar.
Como segunda parte del plan, irán por los votos peronistas de Sergio Massa, confiados en que una parte puede ir con ellos. Esa pelea será más complicada: en Cambiemos creen que hay una buena parte de voto anticristina en los seguidores del tigrense, aunque en el Frente Renovador insisten en que Massa ya llegó a su piso y no restará más en octubre y hasta aspiran a robarle algunos puntos a Randazzo y por eso el tigrense analiza peronizar su campaña para octubre,.
"A Massa no sabemos si hay puntos para sacarle, pero es muy difícil que la gente sostenga a un candidato que salió cuarto, así que Randazzo no va a poder mantenerse en 5", afirmaron confiados, desde Unidad Ciudadana.

Bullrich: "Puede ser que quedemos unos votos abajo de Cristina"

El candidato de Cambiemos, que compite en provincia de Buenos Aires, contra Cristina Kirchner, se adjudicó la victoria pese al escandaloso escrutinio del último domingo.



Esteban Bullrich reconoció tras el bochornoso escrutinio: "Puede ser que quedemos unos votos abajo de Cristina".

Así, el candidato que compite contra Cristina Kirchner en la Provincia se refirió al polémico recuento que terminó en un triunfo del ex ministro de Educación por 6 mil votos cuando queda el 5% por escrutar en el recuento definitivo.

"El bonaerense es dueño de su voto. Hay que ser muy cuidadoso. Hay que escuchar a los que no nos votaron", comentó en una entrevista en el piso de Radio 10.

Sobre la manipulación que hizo Cambiemos con el recuento que lo daba en un comienzo ganador a Bullrich por el 7%, afirmó: "Con la boleta electrónica no hubiera pasado. A las 22 horas teníamos el 100% de los votos".

Sobre el erróneo discurso triunfalista de Mauricio Macri cuando aún se escrutaba la Provincia y faltaba más de la mitad del distrito, Bullrich manifestó: "Lo que dijimos fue que hicimos una gran elección. Cuando subió Mauricio era un conjunto de victorias", se justificó.

Mapa de signos ganadores en las PASO y bancas a renovar por distritos

Por Adán De Ucea Queralt

Sin entrar en demasiados detalles, se puede graficar el mapa político clasificando 4 signos que se impusieron en cada uno de los 24 distritos en las recientes PASO legislativas nacionales según las fuerzas participantes de frentes o alianzas que ganaron o perdieron:


Cambiemos (10), PJ con UC (9 provincias en frente tal ex FPV), PJ sin UC (4 con PJ separado de UC) y UC sin PJ (1 con PJ afuera de UC).




El resultado de estas primarias no era muy complejo de anticipar, al menos con trazo grueso. Cambiemos jugaba pocas bancas (3 de 24
en el Senado y 36 de 127 en Diputados, con 28 de 39 "aliados" de la UCR y la CC). Y el ex FPV arriesgaba más escaños, a pesar de tantos
legisladores últimamente díscolos (15 a 20 en la Cámara Alta y 40 a a 45 en la Baja). Y, así como se dice que quien no arriesga no gana,
quien arriesga poco puede ganar aún perdiendo y quien pone demasiado en juego es seguro que se expone a perder. En el saldo era
medio de manual que ganaría la ceocracia amarilla ya que en 2011 y 13 era un partido vecinal, según muchos analistas y comunicadores
célebres (este humilde blog se subió a la ola), como que FR-UNA-GEN-LdS-1País y PS-FAP o como den en llamarse, saldrían perdidosos.


"RAMAL QUE PARA, RAMAL QUE CIERRA" Macri concede superpoder a Dietrich que él dice que no usará (¿?)


Entre los errores que cometió Carlos Menem durante sus 10 años presidenciales (exitosos, en otros tópicos), debe destacarse la torpe decisión de suprimir ramales ferroviarios en nombre de reducir el gasto público.
Por un lado, debe recordarse, la verdadera caída de la Convertibilidad tuvo que ver con el desequilibrio fiscal creciente luego de 1993. Por otra parte, fue ignorar la importancia geoeconómica, sociocultural y logística del transporte ferroviario. Desde entonces, nunca ha logrado revertirse aquella tendencia, en parte porque los Kirchner privilegiaron a Hugo Moyano y su gremio oneroso de choferes de camiones; y por otro lado porque nunca tuvieron un 'proyecto de país'.
Sin embargo, todo indica que la Administración Macri tampoco está pensando en restablecer la estructura ferroviaria: el Plan Belgrano -que Kirchner y Franco Macri incumplieron en su momento, pero Mauricio Macri prometió alentar- no se ha ejecutado. Y el flamante Decreto 652/2017 es preocupante:


Mauricio Macri y Guillermo Dietrich: Ni el subte ni el ferrocarril. Por ahora, el metrobus, la carretera, posiblemente el aerotransporte. Lo marítimo en veremos.



El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, afirma que él no está pensando en cerrar ramales ferroviarios.

No se entiende, en ese contexto, el decreto publicado en el Boletín Oficial.

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Caben 4 posibilidades:





> O Mauricio Macri tiene un enfoque de la política ferroviaria que no ha comunicado aún a su ministro de Transporte (pero el decreto tiene la firma de Dietrich);

> O Guillermo Dietrich miente;

> O la Jefatura de Gabinete de Ministros ha decidido una política ferroviaria que no ha explicitado aún al Ministerio de Transporte.

> O el Ejecutivo Nacional tiene como un 'divertimento' elaborar decretos sin sentido.

Pero algún sentido tiene la decisión política de redactar un decreto, de hacérselo firmar al presidente Macri (también lo firmó Marcos Peña) y de publicarlo en el Boletín Oficial.

El decreto en cuestión lleva el N° 652/2017

Facultades.
Ciudad de Buenos Aires, 14/08/2017
VISTO el Expediente N° EX-2017-11807350-APN-SSTF#MTR, y
CONSIDERANDO:

Que por el Decreto Nº 10.300 del 19 de noviembre de 1965, aclaratorio del Decreto-Ley Nº 8302 del 19 de julio de 1957 (ratificado por la Ley N° 14.467), se estableció que le corresponde al PODER EJECUTIVO NACIONAL la aprobación de los asuntos relativos a la refundición, división o redistribución de las líneas ferroviarias y a la clausura definitiva de líneas, ramales, desvíos o estaciones ferroviarias.
Que, en idéntico sentido, la Ley Orgánica de la Empresa Ferrocarriles Argentinos Nº 18.360 estableció que FERROCARRILES ARGENTINOS, en la aplicación de su régimen de explotación podría, entre otras cuestiones, proponer al PODER EJECUTIVO NACIONAL la habilitación, clausura temporaria o definitiva y el levantamiento o reubicación de ramales, desvíos y otros servicios.

Que asimismo, mediante la Ley N° 27.132 se dispuso que el PODER EJECUTIVO NACIONAL deberá adoptar las medidas necesarias a los fines de reasumir la plena administración de la infraestructura ferroviaria en todo el territorio nacional y la gestión de los sistemas de control de circulación de trenes, pudiendo a tal fin resolver, desafectar bienes, rescatar, reconvenir o en su caso renegociar los contratos de concesión suscritos.

Que por otra parte, mediante la Ley de Ministerios (texto ordenado por Decreto N° 438 de fecha 12 de marzo de 1992) y sus modificatorias, se faculta al PODER EJECUTIVO NACIONAL a delegar en los Ministros las facultades relacionadas con las materias que les competen de acuerdo con lo que se determine expresa y taxativamente por decreto.

Que entre las modificaciones que sufriera la citada Ley de Ministerios (texto ordenado por Decreto N° 438 del 12 de marzo de 1992), y sus modificatorias, se encuentra la efectuada por el Decreto N° 13 del 10 de diciembre de 2015 mediante el que, entre otros extremos, se creó el MINISTERIO DE TRANSPORTE con competencia para entender en todo lo inherente al transporte aéreo, ferroviario, automotor, fluvial y marítimo, y a la actividad vial.

Que en dicho marco, vale destacar que una de las premisas del GOBIERNO NACIONAL es lograr la utilización de los recursos públicos con miras a una mejora sustancial en la calidad de vida de los ciudadanos, focalizando su accionar en la concreción de resultados que sean colectivamente compartidos y socialmente valorados.

Que en pos de esa premisa se requiere establecer procedimientos administrativos basados en criterios de racionalidad y eficiencia que posibiliten una respuesta más rápida a las demandas de la sociedad.

Que, en ese contexto, a los efectos de agilizar los trámites que se desarrollan en el ámbito del MINISTERIO DE TRANSPORTE, en relación a la materia detallada precedentemente, y en orden al efectivo y eficaz cumplimiento de sus funciones, se entiende conveniente delegar en dicho Ministerio la facultad de clausurar ramales ferroviarios en forma definitiva y proceder al levantamiento de las vías y demás instalaciones ferroviarias.

Que por otra parte, y teniendo en cuenta que entre las facultades y competencias de la ADMINISTRACIÓN DE INFRAESTRUCTURAS FERROVIARIAS SOCIEDAD DEL ESTADO establecidas por la Ley N° 26.352 y sus modificatorias se encuentra “La administración de la infraestructura ferroviaria, de los bienes necesarios para el cumplimiento de aquella, de los bienes ferroviarios concesionados a privados cuando por cualquier causa finalice la concesión, o de los bienes muebles que se resuelva desafectar de la explotación ferroviaria…”, corresponde prever que los rieles, durmientes, aparatos de vías y el resto de los bienes muebles que compongan la infraestructura ferroviaria que esté en el sector que se resuelva remover quedarán en poder de dicha Administración.

Que la DIRECCIÓN GENERAL DE ASUNTOS JURÍDICOS de la SUBSECRETARÍA DE COORDINACIÓN ADMINISTRATIVA del MINISTERIO DE TRANSPORTE ha tomado la intervención de su competencia.

Que la presente medida se dicta en uso de las facultades emergentes del artículo 99, inciso 1, de la CONSTITUCIÓN NACIONAL y del artículo 13 de la Ley de Ministerios (texto ordenado por Decreto N° 438 del 12 de marzo de 1992) y sus modificatorias.

Por ello,

EL PRESIDENTE DE LA NACIÓN ARGENTINA
DECRETA:

ARTÍCULO 1º.- Delégase en el MINISTRO DE TRANSPORTE la facultad de clausurar ramales ferroviarios en forma definitiva y proceder al levantamiento de las vías y demás instalaciones ferroviarias.

ARTÍCULO 2º.- Los rieles, durmientes, aparatos de vías y el resto de los bienes muebles que compongan la infraestructura ferroviaria que se encuentra ubicada en el sector que se resuelva remover, quedarán en poder de la ADMINISTRACIÓN DE INFRAESTRUCTURAS FERROVIARIAS SOCIEDAD DEL ESTADO, conforme lo establecido por la Ley Nº 26.352 y sus modificatorias.

ARTÍCULO 3º.- Comuníquese, publíquese, dese a la DIRECCIÓN NACIONAL DEL REGISTRO OFICIAL y archívese. — MACRI. — Marcos Peña. — Guillermo Javier Dietrich.

e. 15/08/2017 N° 59179/17 v. 15/08/2017
Fecha de publicación 15/08/2017

Diez años después del comienzo de la Gran Recesión


La peor caída de la producción y el comercio mundial desde la década de 1930: ¿tendremos otra crisis pronto?

Michael Roberts
Han transcurrido diez años desde que comenzó la crisis financiera global con la noticia de que el banco francés BNP había suspendido la cotización de sus fondos hipotecarios de alto riesgo debido a “una evaporación de la liquidez”.



Al cabo de seis meses, el grifo del crédito se cerró y las tasas de interés interbancarias se dispararon (véase el gráfico). Los bancos de todo el mundo comenzaron a experimentar enormes pérdidas en los fondos derivados que habían creado para beneficiarse del boom de la vivienda que había estallado en los EEUU, y empezaron a tambalearse. Y los EEUU y el mundo entraron en lo que más tarde se llamó La Gran Recesión, la peor caída de la producción y el comercio mundial desde la década de 1930.

Diez años más tarde, es oportuno recordar algunas de las lecciones e implicaciones de ese terremoto económico.

En primer lugar, las instituciones oficiales y los economistas ortodoxos nunca la vieron venir. En 2002, el jefe del Banco de la Reserva Federal, Alan Greenspan, a quién se llamaba “el gran maestro” por haber aparentemente ingeniado un boom económico importante, anunció que los derivados, es decir, las innovaciones financieras en los fondos hipotecarios, etc,, habían ‘diversificado el riesgo’, de modo que los “choques que afectan al conjunto de la económica se absorben mejor y son menos propensos a provocar quiebras en cascada que pudiesen amenazar la estabilidad financiera”. Ben Bernanke, que finalmente ha presidido la Fed durante la crisis financiera global, comentó en 2004 que “las últimas dos décadas han visto una marcada reducción de la volatilidad económica” que él denominó la Gran Moderación. Y todavía en octubre de 2007, el FMI concluyó que “en las economías avanzadas, las recesiones económicas habían desaparecido prácticamente en el período de posguerra”.

Una vez que se había hecho patente la profundidad de la crisis en 2008, Greenspan afirmó ante el Congreso de Estados Unidos: “estoy en tal estado de choque, que no me lo puedo creer”. Le preguntaron: “en otras palabras, ¿llegó a la conclusión que su visión del mundo, su ideología, estaban equivocadas, que no funcionaban?” (Presidente del Comité de Supervisión del Congreso, Henry Waxman). “Efectivamente, precisamente esa es la razón por la que me sorprendió, porque durante 40 años o más una considerable cantidad de datos demostraban que funcionaban excepcionalmente bien”.

A los grandes economistas ortodoxos no les fue mejor. Cuando se le preguntó cuál era la causa de la Gran Recesión si no era un estallido de la burbuja de crédito, el ganador del premio Nobel y uno de los principales economistas neoclásicos de la Escuela de Chicago, Eugene Fama, respondió: “No sabemos lo que causa las recesiones. No soy un especialista en macroeconomía, por lo que no me preocupa demasiado. Nunca lo hemos sabido. Hasta hoy siguen los debates sobre la causa de la Gran Depresión. La teoría económica no es muy buena a la hora de explicar las oscilaciones en la actividad económica ... Si pudiera haber predicho la crisis, lo habría hecho. No la vi venir. Me gustaría saber más sobre la causa de los ciclos económicos“.

El que pronto sería economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, comentó en retrospectiva que “La crisis financiera plantea una crisis potencialmente existencial de la macroeconomía. ... algunos fundamentos [neoclásicos] básicos están en cuestión, por ejemplo, la separación limpia entre los ciclos y las tendencias” o “las herramientas econométricas, en base a una visión de un mundo estacionario alrededor de una tendencia, están siendo cuestionados”.

Pero tampoco la mayoría de los llamados economistas heterodoxos, incluidos los marxistas, vieron venir la crisis y la consiguiente Gran Recesión. Hubo unas pocas excepciones: Steve Keen, el economista australiano predijo una crisis de crédito basado en su teoría de que “el elemento esencial que da lugar a las depresiones es la acumulación de deuda privada” y que nunca había sido mayor que en 2007 en las principales economías. En 2003, Anwar Shaikh calculó que la caída de la rentabilidad del capital y el descenso de la inversión darían lugar a una nueva depresión. Y un servidor en 2005, escribió: “No ha habido tal coincidencia de los ciclos desde 1991. Y esta vez (a diferencia de 1991), estarán acompañados por una caída de la rentabilidad en el marco de un ciclo de Kondratiev de caída de los precios. ¡Todo está por los suelos en 2009-2010! Esto sugiere que podemos esperar una crisis económica muy severa, de una intensidad no vista desde 1980-2 o antes”. (La Gran Recesión).

En cuanto a las causas de la crisis financiera mundial y la consiguiente Gran Recesión, han sido analizadas hasta la saciedad desde entonces. La economía convencional no predijo la crisis y no fue capaz de explicarla después. La crisis adoptó claramente una forma financiera: el colapso de los bancos y otras instituciones financieras y las armas de destrucción masiva financieras, para usar la frase ya famosa de Warren Buffett, el inversor con más éxito de los mercados de valores del mundo. Pero muchos cayeron de nuevo en la teoría de la probabilidad, un evento entre mil millones; un 'cisne negro' como Nassim Taleb afirmó.

Alternativamente, el capitalismo era inherentemente inestable y las depresiones ocasionales eran inevitables. Greenspan adoptó este punto de vista: “No conozco ninguna forma de organización económica basada en la división del trabajo (se refiere al punto de vista de Adam Smith de una economía capitalista), desde un laissez-faire sin restricciones a una planificación central opresiva que haya tenido éxito a la hora de lograr a la vez el máximo crecimiento económico sostenible y una estabilidad permanente. La planificación central desde luego no y dudo mucho que la estabilidad se pueda lograr en las economías capitalistas, dado que los mercados competitivos siempre son turbulentos, se acercan pero nunca alcanzan el equilibrio” . Y añadió: “a menos que haya una decisión de la sociedad de abandonar los mercados dinámicos y establecer alguna forma de planificación central, temo que prevenir las burbujas a la postre resulte ser inviable. Mitigar sus consecuencias es todo lo que podemos esperar”.

La mayoría de los dirigentes económicos oficiales como Blanchard y Bernanke sólo veían los fenómenos superficiales de la crisis financiera y llegaron a la conclusión de que la Gran Recesión fue el resultado de la imprudencia financiera de unos bancos no regulados o del 'pánico financiero'. Esto coincidió con algunos puntos de vista heterodoxos inspirados por las teorías de Hyman Minsky, el economista keynesiano radical de la década de 1980, de que el sector financiero es inherentemente inestable debido a que “el sistema financiero necesario para la vitalidad y el vigor capitalista, que traduce los espíritus animales empresariales en demanda real de inversión, alberga un potencial de expansión fuera de control, impulsado por el auge de la inversión”. Steve Keen, un discípulo de Minsky, lo explica así: “el capitalismo es inherentemente defectuoso, siendo propenso a auges, crisis y depresiones. Esta inestabilidad, en mi opinión, se debe a las características que el sistema financiero debe poseer si ha de ser coherente con un capitalismo real”. La mayoría de los marxistas adoptaron un punto de vista similar al de Minsky, al interpretar la Gran Recesión como resultado de la ‘financiarización’ y la creación de una nueva forma de fragilidad en el capitalismo.

Uno de los principales keynesianos, Paul Krugman, arremetió contra los errores de la escuela neoclásica, pero no ofreció ninguna explicación propia, más allá de que se trataba de un 'fallo técnico' que necesitaba y podría ser corregido mediante la restauración de la 'demanda efectiva'.

Muy pocos economistas marxistas recuperaron la explicación original de Marx sobre las causas de las crisis comerciales y financieras y las depresiones productivas resultantes. Uno de ellos fue G. Carchedi, que resumió este punto de vista en su excelente, pero a menudo ignorado Behind the Crisis, así: “El punto básico es que las crisis financieras son causadas por la reducción de la base productiva de la economía. De este modo se llega a un punto en el que tiene que haber una deflación repentina y masiva en los sectores financieros y especulativos. A pesar de que parezca que la crisis se ha generado en estos sectores, la causa última reside en la esfera productiva y la caída de la tasa de ganancia consiguiente en este ámbito”. De acuerdo con esa explicación, el mejor libro sobre la crisis sigue siendo el de Paul Mattick Jr., Business as usual

Y de hecho, la rentabilidad en los sectores productivos de las grandes economías capitalistas era históricamente baja en 2007, como varios estudios han demostrado. En los EEUU, la rentabilidad alcanzó su punto máximo en 1997 y el aumento de la rentabilidad en el boom del crédito de 2002-6 fue abrumadoramente en los sectores financiero e inmobiliario. Esto alentó un enorme aumento del capital ficticio (acciones y deuda) que no podía justificarse por una mejora suficiente de los beneficios de la inversión productiva.



El conjunto de los beneficios comenzó a caer en los EEUU en 2006, más de un año antes de que la crisis de crédito estallase en agosto de 2007. La caída de beneficios significó un exceso de acumulación de capital y por lo tanto una fuerte reducción de la inversión. Una caída en la producción, el empleo y los ingresos siguió. Es decir, la Gran Recesión.



Desde el fin de esa recesión a mediados de 2009, la mayoría de las economías capitalistas han experimentado una recuperación muy débil, mucho más débil que tras las recesiones de posguerra anteriores y en algunos aspectos incluso más débil que en la década de 1930. Un informe reciente del Instituto Roosevelt de JW Mason concluye que “no hay precedentes de la debilidad de la inversión en el ciclo actual. Casi diez años después, el gasto en inversión real se mantiene a menos del 10 por ciento por encima de su máximo de 2007. Esto es lento incluso en relación con el ritmo anémico de crecimiento del PIB, y muy bajo en términos históricos”.

Así que la Gran Recesión se convirtió en la Larga Depresión, como he descrito, un término también adoptado por muchos otros, incluyendo economistas keynesianos como Paul Krugman y Simon Wren-Lewis. ¿Por qué la Gran Recesión no fue seguida de una recuperación económica 'normal' de las tasas de inversión y de producción anteriores? Los economistas de la corriente monetarista argumentan que los gobiernos y los bancos centrales fueron lentos a la hora de reducir las tasas de interés y de adoptar herramientas monetarias 'no convencionales' como la flexibilización cuantitativa. Pero cuando lo hicieron, estas políticas no parecen haber podido reactivar la economía y meramente alimentaron un nuevo boom bursatil y crediticio.

La escuela neoclásica reconoce que se debe reducir la deuda, ya que limita la capacidad de las empresas para invertir, mientras que los gobiernos recortan acceso al crédito debido a sus altos niveles de endeudamiento. Esto ignora la razón de la elevada deuda pública, a saber, el enorme coste de rescatar a los bancos a nivel mundial y la caída de los ingresos fiscales por la recesión. Por el contrario, los keynesianos dicen que la Larga Depresión se debe a la ‘austeridad', es decir, a que los gobiernos tratan de reducir el gasto público y equilibrar los presupuestos. Sin embargo, las pruebas que apoyan esta conclusión no son convincentes.

Lo que los puntos de vista neoclásicos, keynesianos y heterodoxos tienen en común es negar la función de los beneficios y la rentabilidad en las fases de auge y crisis en el capitalismo. Como resultado, no buscan una explicación a la baja inversión como consecuencia de la baja rentabilidad. Y sin embargo, la correlación entre beneficios e inversión es alta y continuamente confirmada y la rentabilidad en la mayoría de las economías capitalistas sigue siendo inferior a la de 2007.



Después de diez años y una fase de recuperación económica larga pero decididamente muy débil del 'ciclo económico', ¿tendremos otra crisis pronto? Así parece sugerirlo la historia. No la provocará otra crisis inmobiliaria, en mi opinión. En la mayoría de los países los precios inmobiliarios todavía no han recuperado los niveles de 2007, a pesar de las bajas tasas de interés, y los volúmenes de las transacciones de viviendas son modestas.

La nueva chispa es probable que sea el propio sector industrial. La deuda corporativa ha seguido aumentando en todo el mundo, especialmente en las llamadas economías emergentes. A pesar de las bajas tasas de interés, una parte importante de las empresas más débiles apenas son capaces de pagar sus deudas. La consultora S & P Capital IQ señaló que la masa récord de 1.84 billones de dólares en efectivo en poder de las empresas no financieras de EEUU enmascara una carga de la deuda de 6.6 billones de dólares. La concentración de dinero en efectivo de las 25 mayores empresas, que representan el 1% de las empresas, supone actualmente más de la mitad del dinero acumulado en efectivo. Frente al 38% de hace cinco años. El gran chismorreo sobre los gigantes como Apple, Microsoft, Amazon y sus reservas en efectivo oculta la situación real de la mayoría de las empresas.



Los márgenes de beneficio global se están reduciendo y las ganancias de las empresas no financieras de Estados Unidos estan cayendo.



Y ahora los bancos centrales, empezando por la Reserva Federal de Estados Unidos, han empezado a revertir la 'flexibilización cuantitativa' y a aumentar las tasas de interés. El coste de los préstamos y del servicio de la deuda existente se elevará, justo en el momento en que la rentabilidad está cayendo.



Esta es una receta para una nueva crisis, diez años después de la última de 2008.

Los comentarios de Trump sobre el racismo y su lenguaje no verbal




Este lunes, Trump denunció que los supremacistas blancos no son estadounidenses y prometió justicia rápida contra los responsables de la muerte en Charlottesville. El presidente no pudo evitar dejar escapar algunas señales reveladoras en su lenguaje corporal.


Los comentarios de Donald Trump condenando el movimiento supremacista blanco pueden haber sido tardíos y "con guión", pero en gran medida eran sinceros.


Este lunes, el mandatario estadounidense denunció que los supremacistas blancos, los neonazis y el Ku Klux Klan (KKK) no eran estadounidenses y prometió justicia rápida contra los responsables de la muerte de una joven por el atropello masivo ocurrido este sábado en Charlottesville, Virginia.

Estas nuevas declaraciones se produjeron tras las duras críticas que recibió el mandatario norteamericano por referirse a una violencia proveniente de "muchas partes" en vez de señalar a los grupos utraderechistas en su primera condena a los sucesos violentos ocurridos en Charlottesville.
Ira auténtica

Las declaraciones del mandatario parecían estar escritas en un guión, a diferencia de la habitual improvisación del presidente, lo cual indica la seriedad del tema. Sin embargo, Trump no pudo evitar dejar escapar algunas señales reveladoras en su lenguaje corporal.

Había ira auténtica del presidente, especialmente cuando habló de una de las víctimas del fin de semana, Heather Heyer. En este momento, el presidente respira por la nariz, lo que demuestra que está enojado, parecía un toro antes de entrar en la arena, eso nos muestra que no había importura más allá del juego político.

Notamos un nuevo gesto de Trump —una especie de pellizco del pulgar y el índice, que lo hacía John F. Kennedy y después fue utilizado por muchos de sus sucecesores.
"Honestidad"

Trump de verdad quiso decir la mayor parte de lo que dijo, independientemente de si escribió él mismo su discurso o no. Está muy controlado, porque sabe que este es un tema sensible, pero sus gestos revelan su ira y pasión, así como la "honestidad" de sus palabras.

Cuando Trump habló de cómo quiere que todos se amen, realizó diversos gestos con la mano. Si no lo sintiera, sus manos estarían en el podio.
El pasado 12 de agosto, la ciudad de Charlottesville acaparó la atención de los medios por los fuertes enfrentamientos entre ultraderechistas que protestaban contra la demolición de la estatua de Robert E. Lee, un monumento confederado, y activistas antirracistas que salieron a las calles para hacer frente a los supremacistas blancos. Debido a la gravedad de los disturbios, las autoridades declararon el estado de emergencia.
Heather Hayer, de 32 años, fue atropellada por un supremacista blanco que embistió con su vehículo a grupo de contramanifestantes

Uruguay pide una reunión del Mercosur para analizar el impacto de la refoma laboral de Temer y "dumping social"

Preocupa ganancia de competitividad por medio de un "dumping social"



El Mercosur solicitará una reunión para convocar a una Comisión Administradora que evalúe la situación laboral en Brasil, tras la reciente aprobación de una ley que flexibiliza la legislación del trabajo en suelo brasileño.


“Si vale más un acuerdo individual que una ley o convenio, retrocedimos dos o tres siglos”

Así lo informó el canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, que indicó que "el Mercosur tiene un protocolo laboral, una cláusula firmada por los cuatro países en 2015 sobre el derecho de los trabajadores". El ministro agregó que a Uruguay le preocupa la situación porque "es una manera de competir en base a la caída de los derechos laborales (...) por eso vamos a pedir una reunión en el marco de la cláusula que establece que dos veces por año se debe reunir una Comisión Administradora". Nin indicó que en un tratado negociado con Chile se incluyeron normas laborales para que el salario no se vuelva un "dumping social".

Por su parte, el ministro de Trabajo y Seguridad Social oriental, Ernesto Murro, indicó que la preocupación de Uruguay se manifestó mediante una nota al gobierno de Michel Temer: "si un acuerdo individual vale más que una ley o un convenio colectivo, un trabajador en debilidad va a acordar por debajo de lo que diga la ley, lo que generará que las empresas podrán competir en mayores ventajas con empresas y trabajadores uruguayos".

"Si vale más un acuerdo individual entre un empleado y un patrón que una ley o que un convenio, retrocedimos dos o tres siglos, y eso no será solo para los brasileños", recalcó el funcionario, que agregó: "Si en el Mercosur tenemos que hacer respetar distintos derechos y obligaciones, también tenemos que hacer respetar los derechos sociales y laborales".


“El Mercosur tiene un protocolo laboral, una cláusula fi rmada por los cuatro países en 2015”

La normativa brasileña establece, entre otros puntos, que las convenciones y acuerdos colectivos en las empresas prevalecerán sobre las disposiciones legales en temas como la división de las vacaciones hasta en tres veces o la duración de las pausas. También establece la posibilidad de una jornada de 12 horas de trabajo, con 36 horas ininterrumpidas de descanso.

Pero una de las medidas más polémicas, es que se permitirá pagar salarios sobre una base horaria o diaria, pero ya no mensual. Por otro lado, la ley crea la figura del trabajador autónomo exclusivo, que podrá prestar servicios a un único empleador pero sin vínculo laboral permanente, y que la rescisión de contratos podrá ser por "mutuo acuerdo" entre empleador y empleado, ya sin necesidad de validación sindical. También indica que dejará de ser obligatorio el aporte sindical.