Los comentarios de Trump sobre el racismo y su lenguaje no verbal




Este lunes, Trump denunció que los supremacistas blancos no son estadounidenses y prometió justicia rápida contra los responsables de la muerte en Charlottesville. El presidente no pudo evitar dejar escapar algunas señales reveladoras en su lenguaje corporal.


Los comentarios de Donald Trump condenando el movimiento supremacista blanco pueden haber sido tardíos y "con guión", pero en gran medida eran sinceros.


Este lunes, el mandatario estadounidense denunció que los supremacistas blancos, los neonazis y el Ku Klux Klan (KKK) no eran estadounidenses y prometió justicia rápida contra los responsables de la muerte de una joven por el atropello masivo ocurrido este sábado en Charlottesville, Virginia.

Estas nuevas declaraciones se produjeron tras las duras críticas que recibió el mandatario norteamericano por referirse a una violencia proveniente de "muchas partes" en vez de señalar a los grupos utraderechistas en su primera condena a los sucesos violentos ocurridos en Charlottesville.
Ira auténtica

Las declaraciones del mandatario parecían estar escritas en un guión, a diferencia de la habitual improvisación del presidente, lo cual indica la seriedad del tema. Sin embargo, Trump no pudo evitar dejar escapar algunas señales reveladoras en su lenguaje corporal.

Había ira auténtica del presidente, especialmente cuando habló de una de las víctimas del fin de semana, Heather Heyer. En este momento, el presidente respira por la nariz, lo que demuestra que está enojado, parecía un toro antes de entrar en la arena, eso nos muestra que no había importura más allá del juego político.

Notamos un nuevo gesto de Trump —una especie de pellizco del pulgar y el índice, que lo hacía John F. Kennedy y después fue utilizado por muchos de sus sucecesores.
"Honestidad"

Trump de verdad quiso decir la mayor parte de lo que dijo, independientemente de si escribió él mismo su discurso o no. Está muy controlado, porque sabe que este es un tema sensible, pero sus gestos revelan su ira y pasión, así como la "honestidad" de sus palabras.

Cuando Trump habló de cómo quiere que todos se amen, realizó diversos gestos con la mano. Si no lo sintiera, sus manos estarían en el podio.
El pasado 12 de agosto, la ciudad de Charlottesville acaparó la atención de los medios por los fuertes enfrentamientos entre ultraderechistas que protestaban contra la demolición de la estatua de Robert E. Lee, un monumento confederado, y activistas antirracistas que salieron a las calles para hacer frente a los supremacistas blancos. Debido a la gravedad de los disturbios, las autoridades declararon el estado de emergencia.
Heather Hayer, de 32 años, fue atropellada por un supremacista blanco que embistió con su vehículo a grupo de contramanifestantes