"Dólar que sirve a políticos no le sirve a la industria"


 En la tradicional entrega de El Economista del Mes, en esta oportunidad el análisis de la coyuntura y de las perspectivas para este año estuvo a cargo de Marina Dal Poggetto, quien consideró que la salida del default era condición necesaria para que la economía empiece a mejorar, aunque no suficiente. No obstante, la directora del Estudio Bein & Asociados agregó que “si financiás el desequilibrio fiscal con deuda (4,8% del PBI antes de intereses este año) y la tasa de interés promedio medida en dólares es mayor que la tasa de crecimiento de la economía en dólares, el reloj de la deuda y los intereses empieza a correr”.



Marina Dal Poggetto
1 Acuerdo con los holdouts

La salida del default selectivo tras el cierre exitoso del acuerdo con los holdouts era condición necesaria para que la economía empiece a mejorar en el corto plazo vía ingreso de capitales, aunque no suficien-te para asegurar las perspectivas de mediano/largo plazo si no se avanza en simultáneo en ir corrigiendo los desequilibrios fiscal y externo y sólo se pretende cambiar financiamiento monetario por deuda en el mercado. El costo inmediato del financiamiento monetario es la inflación; el costo a mediano plazo de la inconsistencia del endeudamiento puede ser también la emisión posdatada y el shock inflacionario consecuente si el financiamiento fue en pesos, o el default si fue en dólares. Todas historias conocidas nos recuerdan la necesidad de trabajar en la consistencia fiscal en simultáneo a festejar el retorno a los mercados.

2 Límite de endeudamiento

El bajo nivel de deuda pública y privada del que parte la economía en un mundo de tasas bajas permite apalancar la transición. Obviamente, la foto no es estática; si financias el desequilibrio fiscal con deuda (4,8% del PBI antes de intereses este año) y la tasa de interés promedio medida en dólares es mayor que la tasa de crecimiento de la economía en dólares, el reloj de la deuda y los intereses empieza a correr. A esto hay que agregar que la tasa de interés libre de riesgo no va a estar a estos niveles para siempre, aunque de momento no hay mucho lugar para que suba rápido dado el enorme endeudamiento que detenta el mundo desarrollado. De todas formas, recién arranca la historia financiera de la Argentina, y como siempre, en el arranque es mucho más relevante la solven-

cia de la cual se parte combinada con el brusco cambio en las expectativas que generó el nuevo Gobierno, la mejora en la calificación de la deuda inmediata a la salida del default selectivo y el aumento en los límites de financia-miento para la compra de bonos. La sobresuscripción del libro cuatro veces por encima del monto máximo a emitir es un reflejo de esto último.

3 Tasas del Banco Central

En el corto plazo, el BCRA dice que va a mantener las tasas en estos niveles mientras la inflación no muestre un sendero descendente, consistente con proyecciones que no especifica. El impacto directo de las tarifas sobre los índices de precios concentrado en abril y mayo asegura que esto último no va a pasar, por lo que de alguna manera funciona como un seguro al mercado en un contexto donde además la estacionalidad de la cosecha gruesa asegura también la tranquilidad del dólar. Obviamente, el equilibrio dólar-tasa de interés no es estable, por lo que la capacidad para bajar la tasa de interés cuando la inflación baje a partir de junio si el dólar se atrasa va a depender del sostenimiento del ingreso de capitales una vez que los dólares de la soja se acaben. Para esto, si bien las tasas de interés nominales deberían tender a ser más bajas, deberán seguir siendo positivas contra la inflación. Mientras tanto, la concentración de vencimientos de las Lebac no representa un problema para el BCRA, aunque el costo cuasi fiscal empieza a escalar con pasivos remunerados que superan los $ 500.000 millones, de momento compensados por la renta devengada de los activos en dólares (u$s 64.000 millones entre Letras del Tesoro y bonos que se suman a las bajas reservas netas).

4 Nivel del tipo de cambio

Depende del sector. La economía tiene no pocos sectores que no son competitivos a casi ningún nivel del tipo de cambio y de hecho siguen sobreviviendo este año por el nivel de protección que sostienen. En los sectores que sí son competitivos, la foto del tipo de cambio actual está relativamente bien, por la devaluación más la baja en las retenciones. Más allá de la agenda pendiente en todo lo que hace a la competitividad independientemente del precio (infraestructura, logística, marco regulatorio, diferenciación de producto, costo del financiamiento, entre otros), el problema es que la Argentina nunca pudo mantener un tipo de cambio real, alto y estable durante mucho tiempo, básicamente porque el tipo de cambio que le sirve a la política no es el que les sirve a los sectores productivos y mucho menos a la industria, con lo cual, de cara a los meses que faltan y sobre todo a las elecciones de 2017, es probable que el tipo de cambio real se atrase algo respecto de estos niveles si logra sostenerse la corriente de capitales frente a la apertura del crédito.

5 Panama Papers e inversión en la Argentina

Los Panama Papers agregaron un ruido no menor a la política local y en varios países, aunque acá vienen tapados por ahora por el avance de la Justicia sobre las denuncias de corrupción de la gestión que se fue. No creo que tengan una conexión directa a la inversión, aunque sí es cierto que complican la defensa de un eventual esquema de exteriorización de fondos en el segundo semestre que ayude a completar el programa financiero del año. La demora en las inversiones responde a otros factores, más relacionados con el ciclo local y global, la elevadísima tasa de interés que pone una vara muy alta a los proyectos de inversión y la incertidumbre que la aceleración de la dinámica de los precios genera sobre la estimación de los flujos. Seguramente va a haber inversiones en sectores que recibieron fuertes señales de precios: agro y agroindustria, algunos servicios regulados y también obra pública.

6 Primeros meses de gestión de Mauricio Macri

La Argentina partía de distorsiones grandes no sostenibles: déficit fiscal y externo, inflación alta y atraso del dólar (cepo mediante) y de las tarifas, y cualquiera que tomara las riendas de la economía en 2016 tenía que empezar corregirlas. Ahora bien, estos problemas venían enormemente relacionados entre sí, por lo que la magnitud y el orden de las medidas debían tomarse intentando no exacerbar las distorsiones, lo cual requería una enorme coordinación que parecería estar fallando. Haber soltado los controles de capitales antes de abrir la cuenta capital y en simultáneo darle volatilidad al tipo de cambio y a la tasa de interés exacerbó las pujas distributivas dificultando las correcciones fiscales. Adicionalmente, los aumentos tarifarios distan de ser graduales, pero tienen impacto fiscal acotado, por el aumento que tuvieron los costos luego de la devaluación, pero fundamentalmente porque en algunos casos como el precio del gas, el grueso del aumento fue a las empresas sin ningún incentivo adicional sobre la oferta nueva y no a reducir los subsidios.

7 Proyecciones para 2016

Nosotros no modificamos nuestra proyección de principios de año para 2016 donde sosteníamos una caída del Producto del 2,3% y una inflación del 36%, incluyendo 8 puntos porcentuales de tarifas. Esta proyección es consistente con una moderación de la inflación y de la recesión en la segunda mitad del año, contrastando contra los dos peores meses que son abril y mayo. En un contexto donde las inversiones siguen demoradas, el driver estaría dado paradójicamente por algún grado de atraso cambiario que haga que en la segunda mitad del año los salarios les ganen a la inflación y al dólar revirtiendo parcialmente la fuerte caída observada en la capacidad de compra de los salarios desde octubre pasado.

Asistencia casi perfecta de los intendentes en la reunión con Cristina

Por: Gabriela Pepe


Convocó a 51 jefes comunales de la provincia de Buenos Aires. Escuchó críticas, pidió "unidad" y volvió a hablar del Frente Ciudadano. La reacción de los dirigentes.







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“Esto no es una demostración de fuerza”. Cristina Fernández de Kirchner intentó despojar el éxito de la masiva convocatoria de intendentes de la provincia de Buenos Aires, que tuvo lugar en el Instituto Patria el lunes por la tarde, del sabor a una victoria política propia. Abrió el diálogo, pidió diagnósticos de la realidad social económica y social de los municipios, y escuchó algunas críticas al manejo político que derivó en la derrota de las últimas elecciones.

La asistencia fue casi perfecta. De los 55 intendentes del Frente para la Victoria que hay en la provincia de Buenos Aires, 51 acudieron a la invitación de la ex presidenta al Instituto Patria, ubicado en Rodríguez Peña 80, en el barrio de Congreso, donde Cristina recibió el jueves pasado al bloque de diputados del kircnerismo. Las cuatro ausencias fueron las de los jefes comunales de Ezeiza, Alejandro Granados; de José C Paz, Mario Ishii; de San Martín, Gabriel Katopodis; y de Salto, Ricardo Alessandro.

“Cada uno tuvo la posibilidad de pedir la palabra y expresarse. Hubo algunas críticas conocidas respecto a la necesidad de tener más diálogo, mayor organización, más política. Fue muy bueno, Cristina lo escuchó muy abiertamente”, relató a la salida del encuentro el intendente de San Antonio de Areco, Francisco Durañona.

La reunión comenzó a las 18, pocos minutos después de que la ex mandataria llegara al edificio del flamante Instituto Patria, el búnker que armó para desarrollar su actividad política desde la oposición. Los intendentes habían sido convocados una hora antes. El encuentro duró alrededor de tres horas.

Desde temprano, los mandatarios distritales más referenciados en el cristinismo hacían la previa en el patio techado del coqueto edificio. Allí se los vio al vicepresidente del Instituto y jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, hablar con su par de Navarro, Santiago Maggiotti. Mientras tanto, otro grupo se reunió a almorzar en el restaurante Oviedo, ubicado en la calle Beruti, para luego ir directo hacia Congreso y algunos se dieron cita en el hotel NH Bolívar. Allí conversaron sobre cuáles serían los planteos que le harían a la ex presidenta.

Varios dirigentes definieron "sobre la hora" su presencia en la reunión. Discutieron si no es tiempo de darle paso a un liderazgo que emerja “desde el territorio”, lejos de la lógica que expresa Cristina. Además, algunos se mostraron molestos por la forma utilizada para la convocatoria. Según relató un intendente, se enteraron del evento vía whatsapp, por boca de otro mandatario y no por invitación de la ex presidenta. Sin embargo, casi todos fueron a ver a Cristina.

“Fue una buena reunión. Fue un buen gesto la convocatoria y que Cristina haya planteado un diálogo horizontal”, destacó uno de los participantes. Los mandatarios municipales valoraron especialmente un detalle: la ex presidenta los recibió sola, sin referentes del llamado kirchnerismo duro y dejó a La Cámpora afuera de la reunión.

Tal como había sucedido durante la reunión con los diputados, Cristina quiso conocer la realidad de los distritos, en función del impacto de las medidas económicas del gobierno. Pero antes hizo su diagnóstico. Fue particularmente dura con Mauricio Macri y María Eugenia Vidal y les pidió a los intendentes que analicen la política con una mirada más “macro” e incluyó en su análisis la situación que vive Dilma Rousseff en Brasil.

“Fue una convocatoria importante, en la que pudimos analizar la situación del país en general, de los distritos, todos con una visión semejante y lo importante es poder generar ámbitos de debate y discusión”, explicó el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares. Su par de Hurlingham, Juan Zabaleta agregó que la ex mandataria les pidió que trabajen “juntos” y que “no pierdan el contacto con la ciudadanía”. “Habló del desafío de construir un Frente Ciudadano con todas las organizaciones sindicales. Vamos a hablar con Antonio Caló y probablemente con Hugo Moyano”, adelantó Zabaleta.

“Se mostró a disposición para hablar con todos. Se expresó en ese sentido, dándonos libertad a los dirigentes bonaerenses de ser nosotros los que podamos dejar de lado algunas diferencias y juntarnos, porque lo que está en juego es mucho más importante que cualquir interés personal”, resumió Durañona.

Entre diagnósticos sobre la situación social, Cristina también escuchó críticas por el armado político que derivó en la derrota de octubre tanto en la provincia de Buenos Aires como en la Nación. “Es responsabilidad mía”, cortó cuando escuchó que las críticas se dirigían hacia La Cámpora. Para algunos, fue un gesto positivo. Para otros, fue una muestra de que lo que fastidió a los dirigentes peronistas en los últimos años del kirchnerismo, sigue vigente. Según relató uno de los asistentes, la ex presidenta intentó minimizar las críticas hacia la estrategia electoral. Eso no terminó de convencer a algunos dirigentes.

“El pedido que nos hizo fue que nos juntemos, que intercambiemos experiencias. En esta reunión, Cristina fue la conductora del PJ”, definió la intendenta de Cañuelas, Marisa Fassi. Aunque no quedó definida cuál será la forma que elegirán para actuar en el futuro, los intendentes acordaron que se volverán a reunir para empezar a delinear la estrategia a seguir. “Esto va para todos: llámenme cuando necesiten”, sorprendió la ex presidenta a varios intendentes que solían quejarse de la falta de diálogo por parte de la Rosada durante el gobierno kirchnerista.

Pese a las diferentes miradas sobre el encuentro – el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra, salió molesto tras un cruce que tuvo por un problema político en su distrito – los mandatarios salieron con la idea de que “el tono de la reunión fue bueno” aunque ponen algunos reparos hacia el futuro.

“Entienden que Macri consumió buena parte de su capital político, lo ven en los distritos. Ven que nadie tiene la claridad de Cristina y que ella es fuerte en los sectores populares. Pero quedaron heridos en el último cierre de listas y bajo ninguna circunstancia van a volver a ceder el control de las listas el año que viene. Solo aceptarán ir con Cristina en la boleta si ella es candidata, pero no quieren saber nada de su entorno”, resumió un dirigente del conurbano, que agregó que varios intendentes “recibieron llamados” de parte del oficialismo, que intentaron “boicotear” la convocatoria de la ex presidenta.

Entre los asistentes a la reunión estuvieron Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora; Gustavo Menéndez, de Merlo; Leonardo Nardini, de Malvinas Argentinas; Verónica Magario, de La Matanza; Juan Patricio Mussi, de Berazategui; Walter Festa, de Moreno; Eduardo “Bali” Bucca, de Bolívar; y Ariel Sujarchuk, de Escobar. También estuvo el presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza.

La ex presidenta seguirá con su ronda de reuniones con dirigentes del Frente para la Victoria - senadores y legisladores del Parlasur- esta semana, antes de volver a Santa Cruz.

La venta de autos usados bajó un 5,7% en marzo

La comercialización de vehículos usados alcanzó en marzo último las 129.473 unidades, lo que representó una caída de 5,69% en comparación con el mismo mes de 2015, informó la Cámara del Comercio Automotor (CCA), que señaló que en comparación con febrero, se registró una suba 18,97%.

Así en el acumulado del primer trimestre del año, las ventas de usados sumaron 365.366 unidades, con una baja de 9,49% con respecto al mismo periodo de 2015. “La caída fue constante, mes a mes. Nuestras empresas lo están sintiendo”. afirmó el presidente de la CCA, Alberto Príncipe, quien remarcó que “en estos momentos necesitaríamos una herramienta fundamental para nuestros negocios que es la financiación bancaria, porque no puede ser que las pocas operaciones que se realizan, se hagan entregando el usado y efectivo o efectivo solamente”. Asimismo evaluó que “es preciso esperar a que termine el primer semestre, para poder dar un pronóstico sobre el mercado de autos usados para este año”.

De acuerdo a los números de la Cámara, las únicas provincias que en lo que va del año tuvieron crecimiento fueron La Rioja, con 7,47%; Catamarca, 7,25%; Santiago del Estero, 4,65%; Neuquén, 2,61%; Formosa, 2,52%; Jujuy, 1,77%; y San Luis, 0,48%. En tanto, las principales caídas correspondieron a Córdoba, con 14,60%; Entre Ríos, 14,40%; Santa Fe, 13,03%; Capital Federal, 11,97%; Chaco, 11,93%; Mendoza, 10,04%. Buenos Aires, 9,55; y Río Negro, 8,19.

¿Qué pasará con Dilma?

 
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff , sigue la votación de esta noche en la Cámara de Diputados desde el Palacio de la Alvorada junto con uno pocos asesores.
Verá lo que puede ser el comienzo del fin de su carrera política sin su mentor de siempre, Luiz Inácio Lula da Silva , que anoche partió a San Pablo luego de pasar toda la semana negociando apoyos para la mandataria, o sin los amigos de otros partidos a los que hoy ella llama traidores.
Si esta noche los diputados brasileños aprueban el proyecto de juicio político por el supuesto crimen de responsabilidad fiscal, a Dilma le esperan varias semanas de turbulentas negociaciones en el Senado y probablemente un mayor aislamiento. Gobernar pasará a ser una prioridad secundaria.

En plena crisis de el filonazi Arroyo, el radical Katz asoma como el nuevo ‘monje negro’ de Mar del Plata


El ex intendente acumula poder en una ciudad huérfana de un líder político.

Daniel Katz


El radical niega enfáticamente su regreso al ruedo político. Sin embargo, la penetración de radicales de la “vieja guarda” dentro del gobierno de Arroyo despierta cada vez más suspicacias en una ciudad huérfana de liderazgo político.

Por estas horas el exintendente Daniel Katz es apuntado como el “monje negro”, a pesar de que lo niegue enfáticamente. Katz tiene dos amigos muy cercanos en el gabinete de Arroyo: el secretario de Gobierno Alejandro Vicente y el de Planeamiento Guillermo de Paz. En los últimos días sonó otro hombre de su confianza para sumarse al Gabinete, Gustavo Schroeder. Aunque Katz lo niegue, la presencia de radicales de la “vieja guardia” en un gobierno con tantas complicaciones como el de Arroyo despierta suspicacias.



Katz comenzó a tener relación con Arroyo sobre el final de la campaña. Lejos de ser amigos, al radical lo seducía la posibilidad que el entonces concejal destruya a su eterno rival, Gustavo Pulti.

Katz y Pulti mantienen un enfrentamiento personal. Son enemigos acérrimos y todo lo que uno pueda hacer para lastimar al otro lo va a hacer sin dudarlo. En los últimos meses, gente de confianza del ex intendente radical comenzó a circular los lugares habituales de rosca política en esa ciudad costera.



Katz hizo lo suyo y sumó a dos colaboradores cercanos como funcionarios del gobierno. Se trata del secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, y el de Planeamiento, Guillermo de Paz.



Todos niegan ante los micrófonos el regreso de su líder. Pero por lo bajo dejan abierta esa posibilidad. Es que todos coinciden en que Mar del Plata está huérfana de un líder político.



El gobierno de Arroyo no despega, su particular estilo genera rechazo, y la crisis que atraviesa su gobierno pone nerviosos a políticos y empresarios.

En Mar del Plata nadie apuesta al regreso de Pulti. Consideran que cumplió su ciclo. Su fracaso es muy reciente, su imagen está por el piso y sigue acumulando críticas por su gestión. A eso se le suma su batalla con la justicia que apenas comenzó a librar toda vez que está imputado por el delito de malversación de fondos e incumplimiento de los deberes de funcionario público.


El caso de Katz es distinto. Cayó en 2007 frente a Pulti y entonces -a pesar de la derrota- contaba con buena imagen. El eje de sus cuestionamientos pasaba por lo floja que había sido su gestión. Desde entonces, el arquitecto radical siguió siendo una figura popular.

La ausencia de líderes preocupa a las altas esferas de poder en el segundo distrito con mayor cantidad de electores después de La Matanza. Con Arroyo en una crisis profunda y con Pulti desgastado, Sergio Massa no tiene ningún candidato fuerte. Vilma Baragiola quedó muy pegada a la gestión de Arroyo y su imagen cayó el año pasado tras un video que la vinculaba con un supuesto pedido de coimas.

En ese escenario, Katz arma con sigilo. Puertas adentro del radicalismo, les recuerda a sus correligionarios que él fue uno de los convencionales que en Gualeguaychú votó a favor de la alianza entre la UCR y el PRO.

El arquitecto sabe que puede volver a emerger como líder.

Crisis en brasil: el pt está muy permeado por intereses conservadores, por empresarios, banqueros...

Efecto Samba


Reportaje al economista Eduardo Crespo

Por: Claudio Scaletta

Abstract

· Entre 2003 y 2014 el gobierno del PT se caracterizó por sus rasgos populares en lo que refiere a la distribución del ingreso.

· En contrapartida, el PT nunca puso en discusión el modelo macroeconómico heredado de la época de Fernando Henrique Cardoso.

· Se terminó el paréntesis social y lo que tenemos hoy es una recesión abierta, aumento del desempleo, caída del salario y consumo estancado.

· La devaluación, de 2011 a hoy, fue de alrededor del 50 por ciento, y con cero efecto sobre las exportaciones que este año crecen el 0,4 por ciento.

· La alternativa es este ajuste con Dilma y el poder financiero o algo muchísimo peor con la oposición.



Eduardo Crespo es un economista y politólogo argentino que reside en Brasil y enseña en la Universidad Federal de Río de Janeiro. Referente de la corriente heterodoxa, fue durante los últimos años un observador privilegiado del proceso brasileño. En diálogo con Cash describe la evolución Lula-Dilma y sostiene que el PT, a pesar de haber realizado importantes mejoras sociales, nunca discutió el modelo macroeconómico neoliberal heredado de la época de Fernando Henrique Cardoso y tampoco recuperó “la agenda del desarrollo”. Afirma que el actual ajuste ortodoxo de Dilma, en un contexto internacional desfavorable, llevará a la economía “al desastre”.

¿Existe un giro ortodoxo en Brasil?

— No lo plantearía de esa forma. Entre 2003 y 2014 el gobierno del PT se caracterizó por sus rasgos populares en lo que refiere a la distribución del ingreso y a la posición de los trabajadores en el sistema económico y político. De trabajadores y, como dice André Singer, de sectores que están incluso por debajo de los trabajadores, lo que en la literatura brasileña se denomina el subproletariado, que va desde campesinos hasta sectores marginales urbanos. Es decir; no el obrero típico con el overol y la chimenea de la fábrica, sino el vendedor ambulante, el que vive en una favela haciendo changas, al campesino nordestino que vive con una vaca y dos gallinas. Todos ellos mejoraron mucho su posición social desde 2003 en adelante. El contexto internacional fue muy favorable, con mejora de los términos del intercambio, reducción de las tasas de interés, mayor liquidez global, aumento exponencial de los ingresos por exportaciones, es decir; se relajaron mucho las condiciones externas y eso fue aprovechado para aumentar el salario mínimo. Mejoró la distribución del ingreso, el índice de Gini. Se estuvo en la tónica de otros gobiernos de América del Sur durante esos años, como Argentina, Bolivia y Venezuela.

¿Esto cambió con la llegada de Dilma Rousseff?

— Podemos decir que la tendencia a mejorar los salarios y la distribución del ingreso fue durante el primer gobierno de Lula, mucho más durante el segundo y en alguna medida continuó durante el primer mandato de Dilma. Hubo planes diversos como el “Bolsa familia” o el “Mía Casa, Mía Vida” para acceder a la vivienda y, muy importante, el proceso de formalización en el mercado de trabajo en un país donde la mitad de la población fuera del sistema, lo que permitió el acceso al crédito, al primer electrodoméstico o hasta un autito. Hubo mayor acceso a la educación, incluida la universitaria, mejores condiciones de salud, muchas mejoras sociales importantes. En contrapartida, el PT nunca puso en discusión el modelo macroeconómico heredado de la época de Fernando Henrique Cardoso. Si se observa la evolución de los indicadores sociales durante estos años cualquiera de ellos da una mejora y esto no puede ser cuestionado. Esto es así más o menos como en cualquier otro país de América Latina.

¿Es acompañamiento de una tendencia o más intervención pública? ¿El caso argentino no tiene diferencias?

— Se puede decir que Argentina mejoró más, pero es porque se compara contra la debacle de 2002. Brasil no se derrumba en 2000. Hablo de una mejora en relación al promedio de la década del 90. Y el gobierno también hizo lo suyo. Hubo políticas concretas como las que mencioné, la decisión de aumentar el salario mínimo, la reapertura para concursos públicos en el Estado, los planes sociales, de vivienda, de salud, de educación. Se aprovecharon las mejoras de los indicadores macroeconómicos para hacer mejoras sociales. Es en este sentido que Brasil fue parte de la tónica general. Ahora, desde el punto de vista macroeconómico, en Brasil nunca se cuestionó el combo tradicional de metas de inflación (que consiste en subir tasas, apreciar el tipo de cambio por entrada de capitales y por la vía de costos contener la inflación) y la ley que establece una meta de superávit primario como una cuestión religiosa. En Estados Unidos, por ejemplo, existen metas de inflación, pero también metas de empleo.

Una digresión ¿está mal proponerse metas de superávit fiscal?

— Está pésimo, fundamentalmente porque el superávit fiscal tiene mucho de endógeno. Usted puede tratar de regularlo con los impuestos y con el gasto, pero nunca puede regular exactamente cuánto recauda. En una economía en recesión se recauda menos, en una en expansión más, independientemente de cuál sea su política fiscal.

¿Es imposible proponerse una meta de gasto, con prescindencia de los ingresos?

— Esa sería otra discusión mucho más general. Me está preguntando cuáles serían los límites de la política fiscal. Si es en su propia moneda, como sería el caso de Brasil, el déficit no acarrea endeudamiento externo ni nada por el estilo, con lo que los límites no son muy precisos. Si hablamos concretamente del caso brasileño no hubo en absoluto una trayectoria de deuda insustentable. Menos aun cuando la economía crecía. Pero además de no cuestionar el paquete macroeconómico tradicional, hay un tercer punto aún más importante, no hubo ningún intento por retomar el paquete del desarrollo.

¿En qué consiste ese paquete desarrollista?

— Lo que Brasil tuvo desde los años 30 hasta por lo menos los 80, cuando fue uno de los países que más creció en el mundo junto a Japón. Las políticas concretas de desarrollo cuando aparecen cuellos de botella o cuando se desea sustituir algo o cuando se quiere promover algún sector, la creación de empresas públicas, la inversión pública, los subsidios. Todo lo que fue el período Getúlio Vargas o de Juscelino Kubitschek o incluso de la dictadura. Cuando se enfocaban en algún sector y se creaba una empresa pública, se ponía dinero, se ponían los mejores técnicos y una década después se tenían varios éxitos. No hay ningún sector productivo brasileño relevante que no haya surgido de la iniciativa estatal. Petrobrás es una empresa pública, el mineral de hierro, Vale, era una empresa pública, Electrobrás era una empresa pública, también la banca de desarrollo que permitió todo eso. Hasta el boom de la agricultura está relacionado con una empresa pública, Embrapa, que fue la que convirtió una agricultura tropical en otra altamente competitiva por primera vez en la historia. Todo eso fue impulsado por el Estado, se interrumpe en los 80 y nunca fue retomado, tampoco en los 2000. Las claves entonces son que no se cuestiona la agenda macroeconómica hacia una más heterodoxa y no se produce “la retomada” de la agenda desarrollista. Y una política redistributiva sin desarrollo tiene un límite. En esto digo que fue similar al conjunto de América Latina, donde no existió un salto cualitativo en la producción. Hubo crecimientos cuantitativos y mejoras distributivas, pero no cambios en la matriz productiva. Y no está claro tampoco que se lo haya promovió en ningún lado. En este sentido Brasil no se sale mucho del denominador común.

¿Tampoco Argentina?

— Tampoco. ¿Qué se generó de nuevo en materia de desarrollo en Argentina? Quizá podríamos decir YPF desde su reestatización parcial, pero no mucho más. No hay una política general, no hay nada como un plan quinquenal. Por otro lado el PT, su ideología, sus intelectuales, no van mucho más allá de esa cuestión distributiva en la medida que se sustente.

Sin embargo recuerdo que en la última campaña electoral había un spot publicitario en contra de la independencia del Banco Central.

— Lo de la campaña se puede tomar como algo de color, como algo folclórico. El PT se izquierdiza en las campañas. Pero nunca se cuestionó la independencia del Central. Con sus más y sus menos aquí nunca hubo una Marcó del Pont, ni nadie que proponga una reforma de la Carta Orgánica. La planta del Banco Central o son tecnócratas de carrera o son gente del poder financiero. Para traducirlo a términos argentinos, hubo una continuidad de los Redrado o de los Prat Gay.

¿Entonces el ajuste no es estrictamente atribuible a Dilma?

— En realidad Lula ya hace un fuerte ajuste ortodoxo en el primer año de su gobierno, en 2003. De alguna manera eso sirve de justificación para el ajuste actual porque al año siguiente la economía creció fuerte. Lo que no se aclara es que aquel despegue coincidió con el viento de cola, con mejora en los términos del intercambio y en las condiciones financieras internacionales. Hoy ese viento de cola no existe y el ajuste será un desastre. Desde el punto de vista macroeconómico el PT nunca abandonó una posición claramente neoliberal. Nunca fue otra cosa, lo mismo que desde el punto de vista del desarrollo.

¿Es incorrecta la analogía entre la ideología del PT y la del peronismo?

— Yo no soy un especialista en el PT, lo que le diría es que intelectualmente, socialmente, por las figuras que lo componen, por el hecho de tener su matriz en San Pablo, el PT tiene muchas menos probabilidades de retomar la agenda desarrollista que el FpV. Para decirlo crudamente, veo mucho más probable el desarrollismo en Scioli que en Lula. Pero además el PT es un partido mucho más débil que el PJ, que es un partido dominante en Argentina desde hace muchos años, domina la mayoría de las provincias, las legislaturas, tiene figuras en todo el territorio. El PT en cambio tiene pocas figuras y tiene que recurrir a una estructura de alianzas tan heterogénea que va desde la ultraderecha hasta sectores de la teología de la liberación. El gobierno del PT es una alianza compleja y uno de los grandes problemas actuales es que esa alianza se rompió.

¿Por qué Lula termina con niveles de popularidad tan altos?

— Recapitulo. En 2003 se hace un ajuste, pero después la economía creció un poco, menos que el resto de América latina, pero creció. Luego, en el medio de una crisis política importante derivada del escándalo del mensalão, Lula resulta reelecto y su segundo gobierno, precisamente por ese proceso de corrupción que alcanzó a parte de la alianza, le permitió ganar cierta autonomía e impulsar una macroeconomía un poco más heterodoxa con el PAC, el Programa de Aceleración del Crecimiento, que fue un programa de obra pública en infraestructura, en mejoras urbanas en barrios, en autopistas. Y hubo un impulso más sostenido a la inversión estatal vía empresas públicas, como Petrobras. Su segundo período fue bastante más exitoso, en todos los planos, se creció bastante, continuó mejorando la distribución del ingreso y todo indicaba que se iba en la dirección de recuperar la agenda desarrollista, aunque sin cuestionar el esquema macroeconómico neoliberal. Esto fue además favorecido por la crisis internacional. En el momento que se produce Brasil sufre el shock, entra en recesión en 2009, pero en 2010 hay una decisión de salir de la crisis con medidas contracíclicas generosas. Ese año la economía crece el 7,5 por ciento, la inversión en torno al 10 y la industria también crecía más del 10. En 2010, cuando se sale de la crisis, se tenía la sensación de que era la hora de Brasil. Que se estaba al borde de un salto, que había llegado el momento brasileño. The Economist mostraba en tapa al Cristo despegando, se instalaba la idea de los BRICS y de que el país iba camino a convertirse en uno de los grandes protagonistas de la economía mundial. Todo eso coincidió con la nominación como sede de la copa del mundo primero y después de los juegos olímpicos. Brasil era una fiesta, con todos los indicadores mejorando, entrada de capitales, inversiones, la agenda desarrollista, la integración latinoamericana. Era su momento.

¿Ahí es cuando sube Dilma?

— Dilma sube en enero de 2011, pero incluso unos meses antes se comenzaron a tomar medidas orientadas a desacelerar, porque se decía que la economía estaba “recalentada”, que las medidas anteriores habían sido contracíclicas y que ya era suficiente. Ahí empezó toda la campaña del recalentamiento y de que eso generaba inflación, etc. Desde entonces, y ya con Dilma, se implementan un conjunto de medidas fiscales, crediticias y monetarias orientadas a enfriar. El gasto no se redujo, pero claramente se produjo una desaceleración, con una caída de la inversión pública vía empresas. Al principio también se usó la tasa de interés, todas esas medidas “macro prudenciales” que apuntaron a frenar la expansión del crédito al consumo. Desde entonces la economía se desaceleró y no volvió a recuperarse nunca más. Del 7,5 de crecimiento del PIB en 2010, ya en 2011 se pasó a poco más de tres, en 2012 al uno y algo, en 2013 algo más de dos y en 2014 cero. No se recuperó más.

Más que de un giro neoliberal en 2015, lo más claro sería hablar del abandono del paréntesis social.

— Sí, se terminó el paréntesis social y lo que tenemos hoy es una recesión abierta, aumento del desempleo, caída del salario y consumo estancado, con el nivel de endeudamiento de las familias en un techo. No hay viento de cola internacional y el congreso vota una tercerización laboral y la reducción del presupuesto en educación y en salud. La devaluación, de 2011 a hoy, fue de alrededor del 50 por ciento, y con cero efecto sobre las exportaciones que este año crecen el 0,4 por ciento. Las importaciones están estancadas por la recesión.

¿Por qué cree que se insiste en recetas que probadamente no funcionan?

— Es un tema de interpretación. Creo que el PT está muy permeado por intereses conservadores, por empresarios, banqueros. También que se asustaron con las movilizaciones de 2013, que estaban vinculadas todavía con la insatisfacción por las mejoras, algo así como reclamos de segunda generación. Hubo mejoras sociales que no fueron acompañadas paralelamente con el desarrollo de servicios o infraestructura adecuada. Por ejemplo, creció mucho la venta de autos pero el tránsito es insoportable, San Pablo tienes problemas de agua. En la elite brasileña hay algo de lo que usted escribió que podríamos llamar “miedo kaleckiano”, en el sentido de “Aspectos políticos del pleno empleo”, decir bueno, tenemos que parar la pelota con la inclusión porque siempre quieren más y se vuelve inmanejable. Ese miedo preventivo se agrava con las movilizaciones de la derecha en la última campaña electoral y las actuales. A eso se suma que se quebró la alianza que sustentaba al gobierno en el Congreso y que Dilma está fuertemente jaqueada por el episodio de corrupción de Petrobras, que alcanza a importantes figuras del gobierno y que podría terminar en un juicio político a la presidenta. Por ponerlo de manera simple. No está garantizado que Dilma termine su mandato. La popularidad del gobierno ya está en apenas un dígito.

¿Pero por qué es tan fuerte el cuestionamiento de la elite a Rousseff si, después de todo, está llevando adelante el ajuste ortodoxo?

— Eso está en línea con el análisis político equivocado del propio PT, que creyó que si hacía concesiones bajaría la tensión política. Lo que sucedió, en cambio, fue que la derecha olió sangre y se abalanzó sobre esa sangre. Ahora va por todo. No se hará cargo de las consecuencias del ajuste, al contrario, aprovechará para profundizar la crisis y, si es posible, voltear al gobierno o que llegue muy debilitado a las elecciones. El proceso de derechización en Brasil es monumental. No tiene nada que ver con el proceso argentino o con el microclima porteño. La alternativa es este ajuste con Dilma y el poder financiero o algo muchísimo peor con la oposición.

¿Qué podría ser peor?

— Un neoliberalismo más crudo, del otro lado se tiene a quienes nunca quisieron ninguna reforma social. No sólo el ajuste sino volver para atrás. No se olvide que este es un país con tradición esclavista, con gente que piensa que nunca tendría que haber aumentado el salario mínimo, que el Bolsa Familia es una aberración.

¿Y las clases medias que rol juegan?

— Son las más reaccionarias. La clase media porteña argentina es progresista al lado de la brasileña. Para un empleado de ingresos medios aquí es absolutamente normal, un derecho humano, tener mucama, niñera, portero, jardinero, una amplia servidumbre. No estoy hablando de gerentes, sino de simples empleados. Esta gente odia al PT. La gran pregunta es qué pasará con los sectores populares que en la última década comenzaron a tener consumos de trabajador normal, se compraron un auto, una casita, un electrodoméstico, o viajaron. Gente que por primera vez se fue de vacaciones a algún lugar de su propio país o incluso llegó a Buenos Aires ¿Y ahora se lo van a quitar? Lo veo difícil, por eso creo que Brasil afronta una próxima década de altísimas tensiones.

Límites para la integración

¿Cómo queda en este panorama el futuro del Mercosur?

— La integración bajo pautas neoliberales no va a ningún lado. La prueba es la propia Europa que siempre fue el modelo sin teoría de la integración. El capitalismo tiene pautas muy claras. Por ejemplo hacia la aglomeración; para lo cual tiene que haber alguna contratendencia, porque no es verdad que todas las regiones se desarrollan en paralelo. ¿Quién dijo que si se hace una integración entre países permitiendo “la libre movilidad de los factores”, eso va a generar un desarrollo equilibrado para todas las partes? Todavía recuerdo cuando se hablaba de “la integración de las políticas macroeconómicas”, una pavada ¿Qué macroeconomía se va a integrar hoy entre Argentina y Brasil? ¿La macroeconomía neoliberal? ¿Hoy habría que estar haciendo un ajuste en Argentina? ¿Integración monetaria? No hay ninguna integración macroeconómica posible. No hay ningún plan de desarrollo común. Brasil se opone a eso en este momento. Bajo pautas neoliberales cualquier integración es contraproducente. No es lindo decirlo. Nos gustaría otra cosa. Pero hay que ser realistas.

¿Cuál sería la integración posible?

— Lo que se hace en Asia sin decirlo. Empezaría por la infraestructura común. Caminos, trenes, puentes, puertos, gasoductos, energía. Todo ello mejora la competitividad común. Y antes que en libre comercio pensaría en compensaciones comercial por los excedentes que favorecen a un lado u otro. El más fuerte tiene que compensar al más débil, sino no es viable, pero no me imagino hoy a Brasil compensando a Uruguay o a Paraguay. Políticas macroeconómicas ciertamente no, porque de pronto un país quiere ir para un lado y otro para otro.

La representación del desarrollo

¿No hay en Brasil fracciones políticas, o de clase, o partidarias que encarnen la agenda del desarrollo?

— No, no lo hay y ese es el gran problema. Por un lado hay una izquierda que quedó atrapada en la lógica del PT, es decir, que no puede atacarlo sin jugar para la derecha ni puede defenderlo porque las políticas de hoy son indefendibles. Y por otro lado están las propias limitaciones intrínsecas del PT, que remiten a la insostenibilidad de las políticas redistributivas sin el acompañamiento de una agenda desarrollista. Es lo mismo que se dice hoy en Argentina, si no se recupera la agenda del desarrollo llegará un punto en que será imposible seguir aumentando salarios. Esta es una contradicción en general latinoamericana. Hubo muchos gobiernos populistas, izquierdistas, populares, como quiera llamárselos, pero a mi juicio ninguno recuperó la agenda del desarrollo. En el caso brasileño es peor, porque la pregunta es hasta dónde es posible avanzar sin patear la macroeconomía neoliberal. Si existe un potencial hoy para plantear algún tipo de resistencia todavía no se visualiza ningún tipo de organización política que pueda organizarla. El panorama es complicado. En contrapartida hay que decir que no existen casos históricos en los que sea sencillo hacer retroceder a los sectores populares. Algún tipo de resistencia tendrá que aparecer.

¿Al interior del PT no existe ninguna crítica hacia la macro? Si uno lee a los intelectuales del PT que escriben en los medios internacionales suenan cuasi revolucionarios.

— Los intelectuales tienen un discurso de izquierda muy general, pero cuando se los aprieta un poco hablando de economía tienen razonamientos casi neoliberales. Son capaces de decir que es necesario tener superávit gemelos o cosas por el estilo. Y después son medio caraduras; los problemas de Brasil siempre parecen originarse en alguna conspiración internacional de Estados Unidos o de la derecha, todo muy superficial. Todo esto sin contar que hay figuras que las ponen ellos. Al actual ministro de Economía lo puso Dilma, no la embajada estadounidense.

Masivo pedido de renuncia para Cameron



UNAS 150 MIL PERSONAS PROTESTARON CONTRA LOS RECORTES SOCIALES EN TRAFALGAR SQUARE


La Marcha por la salud, vivienda, empleo y educación fue organizada por la People’s Assembly, una asamblea popular que se formó en febrero de 2013, durante el primer gobierno de austeridad del actual primer ministro.

Por Marcelo Justo



Austeridad y Panama Papers se están convirtiendo en una combinación explosiva para el primer ministro David Cameron. Unas 150 mil personas confluyeron ayer en la Trafalgar Square de Londres para protestar contra los recortes sociales y exigir la renuncia de Cameron por su participación en el offshore de su padre. Entre los manifestantes un grupo de residentes argentinos pedía en una pancarta la renuncia del primer ministro y del presidente Mauricio Macri.

Cameron intentó bromear sobre los Panama Papers hace una semana diciendo que no había tenido “a great week” y reconociendo que debería haber lidiado con el tema de otra manera. La broma tenía esa suerte de subestimación jocosa de uno mismo que los británicos llaman self-deprecation y procuraba poner fin al tema, confinándolo al área de los errores y aprendizajes a futuro. Pero con la situación socioeconómica actual el horno no está para bollos, sean británicos o no, y las manifestaciones no cejan: la de ayer en el centro de Londres es la más nutrida desde que estalló el escándalo hace dos semanas.

La March for Health, Homes, Jobs and Education (Marcha por la salud, vivienda, empleo y educación) fue organizada por la People’s Assembly, una asamblea popular que se formó en febrero de 2013, durante el primer gobierno de austeridad de Cameron, y que cuenta con el apoyo de sindicatos, diputados laboristas, agrupaciones de izquierda, y numerosas personalidades como el cineasta Ken Loach, el escritor Owen Jones y, el mismísimo líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que en el momento de la fundación de la Asamblea era un oscuro y aguerrido parlamentario sin ninguna posibilidad de ser el futuro primer ministro del país.

Corbyn no asistió ayer a la marcha porque se encontraba en un acto de campaña en Liverpool para las elecciones municipales y europarlamentarias del 5 de mayo, pero envió su apoyo escrito y, en su nombre, la diputada Diane Abott, hoy “ministra en la sombra” de desarrollo internacional, indicó que la Austeridad era un “peligro para el Servicio Nacional de Salud y nuestros servicios públicos, tenemos que unirnos todos para defenderlos”

Entre los presentes se encontraba John Mc Donnell, “ministro de economía en la sombra” (el principal partido de oposición británico replica tradicionalmente los cargos gubernamentales con un responsable por cada área) quien exigió la renuncia del mandatario. “Creo que Cameron tiene que irse, pero tendría que llevarse a su partido con él porque es el gobierno mismo el que está en bancarrota, tanto en el plano ideológico como en el de la economía que en vez de crecer está retrocediendo”, dijo.

La People’s Assembly convocó la manifestación en torno a cuatro ejes. En Salud exigen el fin de los recortes presupuestarios y de la subrepticia privatización del servicio, en Vivienda el control de los alquileres y la protección de la vivienda social, en Empleo, un salario básico universal y la eliminación de las nuevas regulaciones sindicales, y en Educación el fin de los aranceles universitarios y la “comercialización de la educación”.

El sábado 7 fue la primera manifestación suscitada por los Panama Papers que se hizo bajo el hashtag ResignDavidCameron. En comparación con lo de ayer fue apenas un improvisado precursor que convocó a unas dos mil personas azoradas por el espectáculo que había ofrecido el primer ministro quien durante cuatro días se la había pasado evadiendo preguntas sobre su participación en la offshore de su padre, el difunto Ian Cameron. Cuando finalmente reconoció que había obtenido un beneficio de unas 30 mil libras vendiendo su participación antes de asumir como primer ministro en 2010, no había manera de reparar el agujero en su reputación pública: en los titulares, en los pubs y en las pancartas de la manifestación era “dodgy Cameron” (Cameron el sospechoso/tramposo).

Esta nueva manifestación ayer muestra que temas diversos –la economía, la inversión pública, la evasión fiscal y los Panama Papers– están formando un hilo narrativo. El gobierno intentó toda la semana rehacer su reputación de transparencia. El primer ministro y su ministro de finanzas George Osborne publicaron sus declaraciones fiscales y aseguraron que nadie ha luchado tanto como los conservadores contra la evasión fiscal.

El jueves Osborne se reunió con los ministros de finanzas de Alemania, Francia, España e Italia para anunciar que entre ellos regiría el intercambio automático de información sobre las cuentas en el extranjero de sus ciudadanos. El viernes, desde la reunión del FMI en Washington, el ministro de finanzas hizo un llamamiento para crear una lista negra de paraísos fiscales en todo el mundo. Pero según Tax Justice Network, una ONG líder en la lucha contra la evasión fiscal y los paraísos fiscales, se trata más de “un intento de desviar la atención que de una determinación por solucionar el problema”.

Nunca hay que olvidar que poco después del estallido financiero de 2008, los países desarrollados, con el Reino Unido a la cabeza, declararon que la “era de los paraísos fiscales está terminada”. El tiempo ha demostrado que fue “mucho ruido y pocas nueces”, estrategia fácil de llevar adelante dada la extrema complejidad técnica del tema. En ese sentido, los Panama Papers han tenido éxito en mostrar al “rey desnudo”. Cameron, Mauricio Macri y otros mandatarios han quedado retratados con la expresión de sorpresa de quien es pescado in fraganti. Uno de los residentes argentinos presentes en la manifestación, el sindicalista de aerotransporte Gabriel “Mocho” Rodríguez, pancarta en mano, subrayó las vidas paralelas de Cameron y Macri. “Los dos vienen de cunas de ricos, con educación de ricos y gobiernan para los ricos”, dijo.

La desocupación es la principal preocupación de los argentinos, por encima de la inseguridad y la inflación


UN ARGENTINO DE CADA TRES LE TEME A LA DESOCUPACION, EL TRIPLE QUE HACE SEIS MESES
Es la economía, estúpido

Una encuesta muestra las consecuencias del plan económico que puso a esa agenda al tope de las preocupaciones, muy por encima de la inseguridad. La imagen de Macri sigue cayendo y una mayoría ya se declara opositora.

Por Raúl Kollmann


“Es la economía, estúpido.” Si la máxima instalada en la época de la campaña presidencial de Bill Clinton tiene vigencia, Mauricio Macri debería estar muy preocupado. Todos los índices de opinión pública vinculados a su gobierno y la economía redondean números muy negativos. La preocupación por la economía y la inflación ya abarca al 63 por ciento de la población y, lo que es más grave, el temor por la desocupación subió en seis meses de un nueve a un 28 por ciento. Esto significa que uno de cada tres argentinos ya está preocupado por su trabajo. Nada menos que el 85 por ciento está insatisfecho al evaluar al gobierno en materia de inflación y siete de cada diez cuestionan las políticas del gobierno para bajar la pobreza. Todos estos datos pegan en la imagen de Macri, pero sobre todo en las adhesiones y rechazos de la administración de Cambiemos. En febrero había un 45 por ciento que se consideraba oficialista y un 35 se ubicaba como opositor. Ahora los números se dieron vuelta completamente: 48 por ciento se manifiesta opositor y sólo el 35 dice ser oficialista.

Las conclusiones surgen de una amplia encuesta nacional realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera el licenciado Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1200 personas en todo el país, a través entrevistas telefónicas y respetando las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social.

“La primera clave de este estudio –señala Bacman– hay que buscarla en el humor social, que obviamente no es nada bueno, que cambió de forma notable en los últimos meses y que muy poco tiene que ver con las percepciones de los doce años de kirchnerismo. Desde finales del año pasado la inflación y la marcha de la economía ocuparon el centro de la escena y se convirtieron en la principal preocupación, incluso desplazando a la inseguridad. Este mes la percepción acerca del desmedido aumento de los precios y las tarifas de los servicios públicos y transporte aumentó nuevamente, casi duplicando a la preocupación por la inseguridad. Esto muestra el impacto, lo fuerte que se sitúa la cuestión económica en los hogares”.

Para Bacman “la otra clave que define al humor social de esta época es la preocupación por la desocupación. Este es un indicador perceptual que crece de manera asociada a la ola de despidos de estos últimos meses, en el ámbito público como en el privado. Desde lo estrictamente estadístico no es un dato menor que al día de hoy casi 3 de cada 10 argentinos estén manifiestamente preocupados por la posible pérdida de trabajo”.

Mirando los datos del CEOP queda claro que la cuestión de la desocupación se triplicó del nueve por ciento en diciembre al 28. Era una preocupación que había desaparecido durante la mayor parte de la gestión kirchnerista y vuelve a resurgir ahora. Y no se trata de cualquier preocupación, sino la que trata sobre el trabajo, el ingreso, y por lo tanto es esencial, prioritaria, en la Argentina y en el mundo.
Promesas

La economía no solo ocupa el centro de la escena, sino que se convierte en la principal asignatura pendiente del gobierno de Cambiemos: el 84,5 por ciento están insatisfechos con las medidas implementadas por el gobierno para controlar la inflación. Más de la mitad son aún más severos y se vuelcan por la categoría “muy insatisfechos”. Obviamente, no queda duda alguna que estos valores por sí solos dan cuenta del duro desafío que se le presenta a la actual gestión. Otra cuestión que no se debe pasar por alto está directamente relacionada con las promesas de campaña. Nadie puede olvidarse, ni oficialistas ni opositores, que Macri anunció a lo largo de su campaña una pobreza cero. Los resultados de esta encuesta lo ubican muy lejos de respetar la palabra empeñada: alrededor de siete de cada diez argentinos se muestran insatisfechos con lo realizado para lograr la disminución de la pobreza.
Imágenes

“Todos estos elementos –redondea Bacman– terminan pegando en dos indicadores fundamentales a fin de evaluar lo actuado por el gobierno nacional: imagen de Macri y aprobación de su gestión. Si se observa el evolutivo de la imagen del presidente es posible concluir que la tendencia es a la baja. Hacia el 10 de diciembre su imagen se ubicaba en torno al 58 por ciento con un saldo neto positivo (diferencia entre imagen positiva y negativa) de 21,3 puntos. Hoy ronda el 50 por ciento, con un dato aún más duro: a los cuatro meses de gestión creció en forma concomitante su imagen negativa, de 36 a alrededor del 47 por ciento. Esto remata en un saldo neto positivo de apenas 2,9 puntos, ocho veces menos que hace tres meses.

La aprobación de gestión del gobierno de Macri desde febrero divide a la sociedad prácticamente en partes iguales. En esta última encuesta la aprobación es del 48,4 por ciento y la desaprobación del 50.6 por ciento. Un balance de 2,2 puntos negativos, que lo ubica bastante lejos de las expectativas que despertaba en la gente hacia fines de 2015, cuando tenía 58,8 por ciento de aprobación con un balance positivo de más de 20 puntos.

Por último, para Bacman “la diferencia entre el deseo y la realidad es cada día más estrecha. A los argentinos hoy les pesa más la realidad, y es más que evidente que cargar las culpas a la gestión anterior ya no es suficiente explicación”. Pese a ello, la administración Macri sigue teniendo a la pesada herencia como su principal argumento. raulkollmann@hotmail.com
Principales preocupaciones de los argentinos


La economía social


Evaluación de gestión del gobierno Macri



El palacio y la calle: Cristina juega fuerte en una apuesta complicada




Esperan una buena convocatoria de jefes municipales en la fundación Patria pese a las presiones del gobierno bonaerense.

Por Nicolás Lantos


Cristina Fernández de Kirchner decidió arriesgar. Después de su regreso a la arena pública el miércoles pasado, con un acto multitudinario frente a los tribunales de Comodoro Py, y de las reuniones que mantuvo con diputados, organismos de derechos humanos y militantes de base en los días siguientes, mañana pondrá a prueba su caudal político al recibir en la fundación Patria, donde montó su nueva base de operaciones, a los intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires.

Cincuenta y cinco jefes comunales, todos los que fueron electos en diciembre del año pasado con la boleta del Frente para la Victoria, recibieron las invitaciones. Una asistencia abultada será una señal de que su influencia sigue vigente; un faltazo masivo será un duro golpe a sus aspiraciones. De una forma u otra, todos los ojos estarán puestos en el edificio de Rodríguez Peña y Rivadavia y lo que suceda allí seguramente modificará el escenario político dentro y fuera del peronismo.

En el entorno de la ex presidenta confían que va a haber más presencias que ausencias, y se entusiasman con que, incluso, puede llegar a haber asistencia casi perfecta, aunque no quieren anticipar un número porque, aseguran, hay algunos operadores que están moviéndose para tratar de dinamitar la convocatoria. Por eso también desde el kirchnerismo se está hablando directamente con algunos jefes comunales para comprometerlos a participar.

La tarea recayó principalmente en manos de los intendentes más cercanos a la ex mandataria: Jorge Ferraresi (Avellaneda), Patricio Mussi (Berazategui), Francisco Echarren (Castelli), Mario Secco (Ensenada), Walter Festa (Moreno) y Juan Ustarroz (Mercedes), entre otros. Ellos iniciaron la “cadena” con la convocatoria el viernes por la tarde, contactando a sus pares y proponiéndoles participar. Este grupo, que ya tiene confirmada su presencia, suma entre quince y veinte voluntades.

El foco está puesto en el llamado “grupo de los apóstoles”, que trabajan en coordinación desde el verano, cuando firmaron en conjunto el Pacto de San Antonio de Padua, un documento de diez puntos basado en el mensaje del papa Francisco: entre ellos hay dirigentes más cercanos al kirchnerismo, como Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Verónica Magario (La Matanza) y otros más críticos, como Alberto Descalzo (Ituzaingo) y Gabriel Katopodis (San Martín).

Por ahora, la intención de ellos es asistir, aunque algunos todavía dudan. La mayoría de intendentes de partidos más pequeños o del interior bonaerense está esperando a ver cómo se mueve ese grupo para terminar de definirse. Entre los argumentos a favor de ir a la cita está el antecedente de la reunión del jueves pasado de CFK con diputados, que tuvo el formato de un diálogo horizontal, donde la ex presidenta escuchó más de lo que habló.

“Si el plan es que nos bajen línea, no vamos a ir. Si vamos a tener un diálogo franco, es otro tema”, explicaba un jefe comunal de la Primera Sección a este diario. Aunque todavía quedan rémoras de desconfianza por desplantes pasados y heridos en los cierres de listas en 2013 y 2015, todos reconocen que Fernández de Kirchner sigue siendo la figura más popular del peronismo, y quizás de toda la política argentina, y dudan que sea inteligente hacerle un desplante.

“Muchos compañeros están recibiendo presiones para no ir”, denuncia, por otra parte, uno de los intendentes que participó de la convocatoria, apuntando a “operadores del gobierno bonaerense” y también de “algunos dirigentes peronistas que no quieren que Cristina recupere influencia” en la interna. “La vuelta está poniéndolos nerviosos, eso es una buena señal”, agregó.

CFK permanecerá en Buenos Aires y en los próximos días continuará con sus reuniones en la fundación Patria. Si la apuesta con los intendentes sale bien, tiene dos desafíos más grandes por delante. Ya hay negociaciones tensas con el jefe de bloque Miguel Angel Pichetto para garantizar una buena convocatoria en encuentro con los Senadores del FpV. Luego, será el turno de los gobernadores, la parada más difícil. En ese caso, se está evaluando que sería más conveniente citarlos a audiencias cara a cara o en pequeños grupos. Pero todo eso dependerá de lo que suceda mañana.

Los radicales le muestran a Macri su molestia, dejando que expuestos a Burllich y Garavano

Molestos porque no los consultan, permitieron que la oposición acorrale a los ministros en Diputados.





La ministra de Seguridad presentó la ley de flagrancia y del arrepentido; mientras que Garavano detalló la reforma del Ministerio Público que diseñó para restarle poder a la Procuradora Alejandra Gils Carbó.



Las presentaciones fueron poco felices: hubo fuertes cuestionamientos de toda la oposición y no hubo un solo radical que los sacara de apuros. La mayoría de los diputados del PRO aún está en proceso de adaptación.



La única excepción fue el cobista Luis Petri, con expectativas de acceder a un cargo nacional, mientras que la jujeña Gabriela Burgos ignoró los contratiempos de Garavano pero empezó a los gritos cuando la kirchnerista Ana Gaillard defendió a Milagro Sala.



Ni Petri ni Burgos, al frente de las Comisiones, pudieron evitar que la oposición definiera cuando se tratarán en el recinto los proyectos, aún cuando eran temas que eran reclamados por los otras fuerzas, con la sola excepción del kirchnerismo.


¿Qué había pasado? “Lo de siempre”, dicen a cuatro meses de la asunción de Macri: ningún diputado de la UCR había discutido en detalle los proyectos antes de verlos colgados a la página de Inernet de Diputados.

Hubo un gesto de Bullrich, que envió al ex diputado Enrique Thomas a entregar un borrador en febrero, pero lejos estuvo de abrir una discusión del articulado. Y los radicales, únicos leales al Gobierno junto a los del PRO, entienden que es lo que corresponde.


La bronca se hizo ver en una reunión de la mesa chica del bloque UCR de hace quince días. “A nosotros nos tienen que negociar en el Ejecutivo, antes de mandar el proyecto. En el Congreso se negocia a la oposición”, planteó una diputada, de una de las provincias emblema de Cambiemos.

Varios recordaban la modalidad que ya es un clásico del Gobierno las pocas veces que quiere anticiparles algo: “Te llaman, te hablan de cualquier cosa y cuando te estas yendo te dicen ‘vamos a mandar esto y lo otro’”, rememoraban.



Garavano es un dogmático de ese método. Lo sabe Hugo Godoy, secretario general de ATE, quien mantuvo una amable charla en su despacho a poco de asumir y cuando ya se había despedido el ministro le anticipó una oleada de despidos.



El problema del Gobierno es que si bien la UCR no puede quedar pegado al kirchnerismo en el recinto si puede planchar proyectos en las comisiones y obligar al PRO a pactar con el Frente Renovador y el bloque justicialista a la vez. Que no es nada fácil.

Aranguren contradice a Prat-Gay: no descartó más subas de luz


Definiciones. Disertó en un almuerzo privado que reconstruyó LA NACION; habló de De Vido, Baratta, Olazagasti y de los planes del sector

Si hay tema espinoso en el Gobierno es el aumento de tarifas. Las diferencias de opiniones dentro del gabinete no se disimulan en público, y menos en privado. Fue el ministro de Energía, Juan José Aranguren, el que se permitió hablar del asunto. "Vendrá la RTI [Revisión Tarifaria Integral] y allí se habla de plan de obras y de nuevo cuadro tarifario", dijo el ex presidente de Shell. Si bien no profundizó con los tiempos, la RTI de luz y gas se discutirán antes de fin de año. Todo dicho.

Fue el jueves y lo escuchaban no más de 25 empresarios de primer nivel que habían sido invitados a un almuerzo en el Alvear Palace Hotel convocados por la Comisión de Grandes Empresas de la Cámara española de Comercio.

Aranguren se refería, claro está, a las afirmaciones que hizo el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. "No por este año", respondió cuando un periodista de Bloomberg le preguntó si habría más subas durante un encuentro organizado hace 10 días por la agencia de noticias financieras.

Aranguren no opina lo mismo. Algo había dejado entrever el 23 de marzo en la reunión que de la Cámara Argentina de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham). Entonces dijo que los precios de generación de electricidad estaban muy encima que los que pagaba la demanda, sea industrial, comercial o domiciliaria. En el Alvear, amparado por un acuerdo de confidencialidad que resguardaba el contenido, se le escapó un dato: dijo que a la electricidad le falta subir 94%. Si esto fuese así, deberían duplicarse los valores actuales.

LA NACION reconstruyó el encuentro privado en que el ministro dio varias definiciones. Visiblemente distendido, habló de sus antecesores y los tildó de "banda". Entregó tres apellidos entre los integrantes de esa organización a la que no le reconoce demasiados méritos en el mundo de la infraestructura: el ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido; el subsecretario de Coordinación y Control de Gestión, Roberto Baratta, y el ex secretario privado del ministro y actual funcionario de la Agencia Federal de Inteligencia, José María Olazagasti. Luego dijo que Enarsa, la petrolera estatal que fue el vehículo para importar energía, iba camino a desaparecer.

Aranguren no está cómodo con los números y las funciones de la petrolera que nunca exploró. Sin embargo, la gestión anterior le dio algunas tareas, como la construcción de centrales térmicas, que impiden cerrar las puertas de un día al otro.

La desaparición de la petrolera está sellada; el tiempo en que se dará el proceso aún es una incógnita.

Hubo un capítulo para las obras. Pasó por las que construye Enarsa y mencionó las de Ensenada y Brigadier López, encargadas a Enarsa, y se detuvo en Chihuidos, una central hidroeléctrica ubicada en Neuquén. "Chihuidos se va a hacer", dijo. Por estos días, la canciller, Susana Malcorra, viajó a Moscú, donde le adelantó al gobierno ruso que avanzarían con financiación al proyecto. El banco ruso Vnesheconombank financiará el 95% de las obras en la represa por un valor que, se estima, rondará los 1800 millones de dólares.

Finalmente llegó el momento del reto corporativo. Aranguren fue por años unos de los pocos empresario que se atrevieron a enfrentar al oficialismo en épocas de Néstor y Cristina Kirchner. Palabras más, palabras menos, les dijo que los empresarios que no enfrentaron al gobierno anterior con cómplices por omisión.

Aranguren había sido invitado hace pocos días a un encuentro con la Cámara de Comercio Española. Pero el ministro no pudo ir entonces, se excusó y se arregló este almuerzo del jueves con la mesa chica. Los empresarios salieron satisfechos y sorprendidos. Pocos conocían tan de cerca la extrema sinceridad del ministro.

Michetti: “Sepan aguantar dos, tres o cinco años para salir adelante”

Así lo afirmó la vicepresidenta Gabriela Michetti a su paso por Tucumán, donde pequeños y medianos empresarios la acusaron de tener un discurso “vacío de contenido” y de no anunciar medidas económicas.



La vicepresidenta Gabriela Michetti no tuvo un paso fructífero por Tucumán. Empresarios locales expresaron su malestar con Michetti porque pronunció “un discurso vacío”, cuando lo que esperaban eran anuncios de medidas para revertir la crisis económica que atraviesan los empresarios.


Este viernes, la vicepresidenta llegó a San Miguel una hora y media retrasada y se trasladó a la Municipalidad para dar una charla ante 350 personas, entre los que había empresarios de distintos rubros. “Todas las organizaciones que estaban presentes coincidieron en que fue un discurso que cayó muy mal, sin ningún tipo de contenido”, se expresó uno de los presentes que en estos cuatro meses sufrió una caída del 30% en su actividad.

“Nuestra expectativa era que nos diga cuáles serán las próximas medidas que tomarán para reactivar la economía. Todos los comerciantes estamos con problemas, al punto tal de que pasaron de tener 20 empleados a operar con 5 o 10. La gente no está saliendo a consumir calle”, afirmó.


En cuanto al mensaje que brindó Michetti, especificó que “cuando un gobierno propone un cambio, en base a la honestidad y la transparencia, se producen este tipo de recesiones económicas”. El pedido de la vicepresidenta fue: “Sepan aguantar hasta que dentro de dos tres o cinco años podamos salir adelante”.


Por último, los empresarios de la zona se mostraron asombrados ante un pedido de Michetti: “Nos dijo que hoy tenemos que estar nosotros para hacer Patria al lado de los pobres, como diciendo que nos tenemos que hacer cargo de ellos”.
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El consumo cayó 8% en los supermercados en marzo, pese a que se atenuó la suba de precios en alimentos


Lo afirmó el director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), Juan Carlos Vasco Martínez. Algunos atenuaron la baja con promos

por NATALIA DONATO



El consumo cayó 8% en los supermercados en marzo, pese a que se atenuó la suba de precios en alimentos




Los ajustes lanzados por el Gobierno para evitar una aceleración mayor de la inflación, sumado a que la mayoría de las paritarias no está cerrada, provocó un derrumbe del consumo en marzo, que ya venía en picada durante el primer bimestre.

El supermercadismo sufrió una baja de las ventas el mes pasado en torno al 8% en promedio, en tanto que desde las empresas de alimentos, bebidas y consumo masivo coincidieron en que la merma osciló entre el 5% y el 10% respecto del mismo mes del año pasado.

El director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), Juan Carlos Vasco Martínez, fue contundente al revelar que la cifra de caída para la gran mayoría de los socios de la cámara escaló al 8%, con la excepción de algunas cadenas que por su estrategia de agresivas ofertas pudieron atenuar en parte esa baja. Vale recordar que marzo de este año incluyó Semana Santa, que el año pasado cayó en abril, por lo que la reducción del consumo es más relevante aún debido a que esa fecha tradicionalmente "tiene una buena performance de ventas", enfatizó el directivo del supermercadismo.

Para las empresas que tienen hipermercados, las mayores bajas las sufrieron los rubros de bienes durables, como la electrónica, línea blanca y textil, pero lo llamativo –aclaró Vasco Martínez– es que muchas cadenas medianas y chicas, que tuvieron una caída del 8% en ventas, trabajan con consumo masivo y en esos casos "pesa muy poco el non-food", es decir, lo que no es alimentos y bebidas.

Cadenas como Coto y Carrefour tuvieron una estrategia super agresiva de descuentos para atenuar esta depresión y lograron así caídas menos pronunciadas. De todas maneras, existe una fuerte preocupación en todo el sector sobre la tendencia para lo que resta del año, ya que los ajustes de tarifas anunciados por el Gobierno –los de transporte, gas y agua pegarán en abril– más todos los rubros que suben al ritmo de una inflación del 35% anual hacen que el consumidor priorice sus gastos y abandone determinados consumos.

De hecho, los rubros que más caen son los de bienes durables; en segundo lugar, perfumería y tocador y, por último, alimentos y bebidas. Dentro del sector de bebidas, el consumo de gaseosas se derrumbó 8% en marzo, mientras que el de cervezas cayó 5%, indicó una fuente de una importante firma del rubro. En este caso, juega en contra el clima, ya que el año pasado el calor se extendió hasta mayo. "Además, con el bolsillo más apretado, el consumidor deja de consumir las gaseosas todos los días", agregó la fuente.

A su vez, la consultora CCR dará a conocer la semana próxima los datos del primer trimestre, pero la gerente de Trade de la firma, Sandra Dalinger, adelantó a El Cronista que "la caída de marzo será más marcada que la de febrero", que fue de 2,1% en volúmenes. Estos porcentajes son sensiblemente inferiores a los adelantados por el supermercadismo, pero CCR no sólo mide 144 categorías de consumo masivo, que se caen pero menos que los bienes durables, sino que registra las ventas de las grandes cadenas pero también del canal tradicional (almacenes y autoservicios de barrio). “

La canasta básica se viene cayendo, pero la gente necesita seguir comprando estos productos”, aclaró Dalinger, quien agregó que esperan un “primer semestre con datos negativos y una leve mejoría para el segundo”.

En cuanto a las categorías, los productos de almacén ya se venían cayendo en 2015 y continúa marcado, mientras que cosmética se acentuó este año, ya que es lo primero que la gente recorta. En cuanto a los congelados, curiosamente no mermó, según la directiva de CCR, “porque hay mucho desarrollo de marca propia de las cadenas”.

Fuentes de una alimenticia que tiene en su portfolio una gran variedad de rubros afirmó que hoy las categorías están haciendo curvas que no son normales y que cada caso es particular, aunque remarcaron la caída de productos más básicos como fideos, harina, aceite y arroz.
A su vez, afirmaron que la venta en marzo cayó 5% interanual, casi en línea con la baja trimestral.

Dalinger sostuvo que todavía no vieron una migración importante a segundas marcas, aunque sí admitió que el consumidor hoy está mucho más analítico de su consumo, acude al canal mayorista y compra cuando hay promociones. La gerenta de Trade de la consultora dijo que no puede atribuir la caída del consumo a la suba de precios, que se viene atenuando en los últimos tres meses, sino a “cuestiones externas que afectan el poder adquisitivo del consumidor.

Además, las paritarias no cerraron todavía”. De acuerdo con las mediciones que realiza CCR de precios, entre la primera semana de enero y la tercera de marzo, la suba de los rubros que ellos relevan ascendió al 2,8%, por lo que denota una desacelera ción respecto del fuerte alza que tuvieron los alimentos entre septiembre y diciembre.

La isla de las fuentes de trabajo perdidas



La caída del mercado interno para la industria electrónica está produciendo una fuerte reducción de trabajo en Tierra del Fuego. La UOM denunció el agravamiento de la situación por la devaluación y las importaciones.



El fabricante de teléfonos celulares Brightstart que opera en Tierra del Fuego anunció el despido de 120 empleados de planta permanente, al tiempo que dio de baja a la totalidad de los contratados y del personal bajo la modalidad de planta discontinua, con lo que las desafectaciones ascendieron a 258. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) empezó a movilizarse desde este jueves a la noche para intentar frenar el recorte de personal. El gremio presentará una contrapropuesta a la firma para disminuir la carga horaria y salarial a cambio de mantener la plantilla. El sindicato alertó que “la situación en el mercado laboral manifiesta fuertes tensiones” y apuntaron a medidas del equipo económico como la “apertura de las importaciones y la devaluación”. Desde la empresa aseguraron que la decisión de recortar personal se debió a la fuerte caída de las ventas en los primeros meses de este año. Los locales comerciales, según fuentes del sector, cuentan con una sobreacumulación de stock equivalente a casi seis meses de ventas, por efecto del parate del mercado interno desde diciembre pasado.

Los despidos de Brightstart en Tierra del Fuego se sumaron a otras reducciones de plantilla como la baja de 300 contratos en la planta de Iatec, del Grupo Mirgor, y a la situación de la firma Foxman, en la que los trabajadores no cobran los sueldos desde diciembre y la patronal abandonó la fábrica en los últimos días. Otros establecimientos, como el de BGH, también anunciaron planes de no renovar los contratos. Oscar Martínez, el titular de la UOM, afirmó la semana pasada en una jornada de protesta que “existe una incertidumbre notable respecto del futuro de la industria en la provincia”. El congreso de delegados de la UOM de Río Grande ya se había declarado en estado de sesión permanente desde el comienzo del año y llevó adelante un paro el 29 de marzo pasado. El gremio considera que las políticas de apertura irrestricta a las compras del exterior implican la disolución de la industria fueguina, que en los últimos años logró expandirse a partir del crecimiento del consumo interno y la protección estatal.

En la provincia, más allá de los despidos de las últimas semanas, crece la preocupación por la continuidad del Régimen de Promoción Industrial que beneficia al sector y vence en 2022. En una reciente visita a Tierra del Fuego, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aseguró que “el gobierno nacional entiende que la promoción Industrial no alcanza para todo lo que necesita la isla. Es necesario sostenerla porque la isla no puede vivir sin eso en este momento. Pero que hay que pensar mucho más en grande”. La idea del equipo económico del nuevo gobierno apunta a domesticar el alza de la inflación en el mercado local a partir de la liberación de las importaciones, lo que permite vincular los precios internos con los del mercado internacional.

Los despidos no son sólo una inquietud de Tierra del Fuego sino que generan tensiones en los grandes centros urbanos del país. Las cinco centrales gremiales (CGT Alsina, Azopardo y Azul Blanca y las dos fracciones de la CTA) convocaron a una movilización conjunta para el 29 de abril. Las consignas claves de la marcha serán “emergencia ocupacional” y “emergencia alimentaria”. Las mismas organizaciones gremiales que hasta el año pasado ponían el eje de los reclamos en la eliminación del Impuesto a las Ganancias sobre los salarios, ahora se unen para frenar los despidos. Tendencias Económicas, una consultora que releva la cantidad de conflictos laborales mes a mes, calculó que sólo en el primer trimestre del año se despidieron a 127 mil trabajadores, una cifra que computa desafectaciones del sector público y privado. La construcción, la industria siderúrgica y metalúrgica, mecánicos, alimentos, autopartes, comercio, transporte y prensa fueron los sectores de actividad con mayor cantidad de recortes en las plantillas de personal. El informe resaltó que sólo en marzo se observaron unas 8083 suspensiones, un número 16 veces mayor respecto de los registros del mismo mes de 2015. Las suspensiones de todo el trimestre, en tanto, ascendieron a 27.588, concentradas en rubros industriales.

En tanto, el Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Chubut y el de petroleros jerárquicos rechazaron un “procedimiento de crisis” que derive en el despido de trabajadores, tal cual propusieron sectores patronales. La solicitud presentada por la Cámara de Empresas de Operaciones Petroleras Especiales fue descalificada pese a que ya tiene un antecedente de aplicación en la provincia de Neuquén.

LA CORTE DE NUEVA YORK ADMITE LA POSIBILIDAD DE NUEVOS LITIGIOS

Ojo con buitres agazapados

“La Corte expresamente reconoce que no tiene el poder de forzar a los demandantes a aceptar un acuerdo”, dice el texto de la resolución de la Cámara de Apelaciones, que se conoció recién ayer. Los que no acuerden, podrán litigar.

Por Cristian Carrillo


El que avisa no traiciona. La Cámara de Apelaciones de Nueva York destacó la actitud negociadora del gobierno de Mauricio Macri con los fondos buitre, pero dejó en claro que los tenedores que no quieran acogerse a la generosa propuesta argentina tienen vía libre para continuar litigando contra el país. Así lo expresa el tribunal en los argumentos conocidos ayer del fallo de miércoles pasado, en el que accedió a suspender las restricciones dictadas contra la Argentina que impedían emitir nueva deuda en los mercados internacionales y pagarle a los acreedores con títulos reestructurados. De esta manera se mantiene abierta la posibilidad a futuros litigios, no sólo de los bonistas que ingresaron al canje sino de los propios holdouts que consideren insuficiente la oferta del equipo económico de Macri, algo sobre lo que la oposición había alertado en reiteradas oportunidades cuando se debatió el proyecto de ley para el pago a los buitres.

El lunes próximo el gobierno hará una colocación por 15.000 millones de dólares, de los cuales 10.800 millones serán para pagarles a los fondos carroñeros que aceptaron el acuerdo de Macri y 4200 millones de dólares para gastos corrientes (ver aparte). Para poder llevar a cabo la operación fue necesario que la Cámara de Apelaciones de Nueva York convalidara el levantamiento de las restricciones impuestas por el juez Griesa, que impedían mediante una caprichosa interpretación de la cláusula pari passu (igualdad de tratamiento entre acreedores) pagarle a los tenedores de deuda reestructurada sin hacer lo mismo con los holdouts. Esto entorpecía la posibilidad de salir al mercado para buscar los fondos con qué pagarle a los buitres.

Esta semana, la Cámara neoyorquina resolvió habilitar al país a colocar deuda en los mercados sin riesgo de embargo por parte de los demandantes, lo que fue celebrado por el equipo económico de Macri. No obstante, fue ayer que se conoció la letra chica de ese permiso. La Corte reconoció que los tenedores que no aceptaron la oferta argentina, en su mayoría pequeños fondos de inversión, podrían acudir a la Justicia para proteger sus intereses. “Levantar el stay no obliga a los tenedores de bonos individuales a aceptar el acuerdo propuesto. La Corte expresamente reconoce que no tiene el poder de forzar a los demandantes a aceptar un acuerdo”, dice el escrito que también destaca la buena fe con que negoció el gobierno.

El mediador designado Daniel Pollack emitió ayer un comunicado en el que anunció que, tras la decisión de la Cámara, Griesa levantará las restricciones luego de que el país certifique la concreción del pago a los holdouts. Según había adelantado el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, la acreditación del pago en las cuentas de los buitres se realizará el viernes próximo, lo que dejará a la Argentina en un vacío legal toda esta semana subordinado a la palabra de Griesa. “La Corte de Apelaciones de Estados Unidos este viernes (por ayer) emitió una orden sumaria que tendrá efectos positivos y enormes en los acuerdos entre Argentina y los holdouts. Explicó y elaboró respecto de su fallo que validó completamente la orden del juez Griesa del 2 de marzo, que levantó el stay condicionalmente en este conjunto de casos”, expresó el mediador designado por Griesa.

El mediador sostuvo que muchos holdouts se acercaron a Argentina, firmaron acuerdos o están en negociaciones activas para hacerlo” e incluso previó que se sumarán nuevos bonistas minoritarios. Sin embargo, hay muchos tenedores que no aceptarán la propuesta y podrían continuar litigando ante el país.

“Los tenedores individuales son libres de continuar negociando, sin un stay, y pueden avanzar para proteger sus intereses aún por medio del litigio”, remarcó la Cámara. Esta aclaración corresponde a la posición más dura que presentaron el miércoles, durante la audiencia en la Cámara, de parte del abogado de inversores más pequeños que reclaman desigualdades en el trato respecto a los fondos NML Capital y Aurelius. El abogado de estos tenedores minoritarios, Michael Spencer, argumentó ante la Cámara que tienen en su poder 600 millones de dólares y ratificó que rechazaban la oferta argentina.

El Gobierno presentó oficialmente una oferta casi inmejorable a los buitres, que les permitirá conseguir una ganancia de hasta 1600 por ciento respecto de sus tenencias. Estas concesiones fueron justificadas por el equipo económico como la posibilidad de sumar la mayor cantidad de adhesiones y dejar al país libre de cualquier tipo de litigios. Durante el debate parlamentario del proyecto para pagarle a los buitres, tanto en Diputados como en la Cámara alta, se señaló la posibilidad de que se mantenga el riesgo de litigio. Ese riesgo incluye tanto a los bonistas que ingresaron al canje y puedan verse defraudados ante el mejor acuerdo que consiguieron los buitres como entre los mismos holdouts. La inequidad entre lo conseguido por los fondos más grandes respecto al resto podría ser causal de litigio.

Si bien la quita total anunciada oscila el 27 por ciento sobre el total de la operación, a los que más se aplica el recorte es a los fondos más pequeños. A los buitres NML y Aurelius, por ejemplo, se les reconoce hasta los gastos de sus abogados, incluso en instancias que perdieron. La posición oficial es que el apoyo obtenido en la negociación por parte de Griesa –y ahora convalidado por la Cámara– reduciría las chances de que prosperaran nuevas presentaciones contra el país, aunque no se descartaba que pudiesen acudir a otros tribunales permeables a este tipo de demandas, como los fue el de Griesa. Pero la Cámara de Apelaciones de Nueva York fue incluso más concreta sobre esa posibilidad, al reconocerles a los bonistas minoristas que no quieran aceptar el acuerdo con el país el derecho de continuar litigando.

Dilma o Temer




Por Emir Sader


El coordinador del programa neoliberal del golpe que se intenta en Brasil, dijo que la alternativa en el país sería entre Dilma y Michel Temer. Una visión reduccionista y equivocada de la situación.

Para empezar, al lado de Temer está Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados, el político más corrupto de Brasil, reo en varios procesos en el Supremo Tribunal Federal. Al lado de Dilma, está Lula. Ello basta para decir que son dos proyectos de naturaleza muy distinta.

Un gobierno de Temer tendría lo peor que la política brasileña ha producido, gran parte de los cuales reos de procesos de corrupción, que siempre se han alimentado de los negocios en la política, reunidos ahora alrededor de Temer y de Cunha.

Un gobierno de Temer sería la vía de profundizar aun más la crisis brasileña, porque ese gobierno no tendría realmente condiciones de gobernar. Sería presionado desde afuera con la misma punición que han recibido los golpes blandos en Honduras y Paraguay, con la suspensión del país en organismos como el Mercosur, Unasur, Celac, la OEA, hasta que la institucionalidad democrática fuera restaurada, con el retorno del presidente elegido o la realización de elecciones democráticas.

En lo interno, sería un gobierno que nacería bajo el signo de la traición y basado en un programa que resume lo mas conservador y antipopular que existe hoy en Brasil, atacando directamente a los derechos sociales conquistados en los últimos años. Con un programa que tiene un rasgo claro de venganza en contra de los trabajadores, por mas que Temer afirme que mantendría las políticas sociales actuales. Pero el tipo de ministro económico que Temer considera impediría cualquier continuidad de las políticas económicas. Ex ministro de Cardoso, Arminio Fraga declaró, en la campaña electoral, cuando era parte del equipo de Aécio Neves, que el problema de Brasil es que “el sueldo mínimo es muy alto” (sic). Se puede imaginar qué política económica intentaría aplicar y qué lugar tendrían las políticas sociales a la hora de asignar recursos.

Además de ese carácter antipopular, está presente en la plataforma de la oposición un objetivo claramente entreguista, en la dirección de la privatización de Petrobras y de la presencia determinante de capitales externos en la plataforma petrolera submarina Présal.

Un programa con esa característica antipopular y antinacional, chocaría con un proceso de movilización popular como Brasil no ha conocido en treinta años y con el liderazgo popular de Lula. Un gobierno nacido de un golpe blando y con un programa neoliberal, tendría obligadamente que apelar para la represión, constituyéndose así en un gobierno no sólo antidemocrático, sino también autoritario y dictatorial.

Un gobierno de Temer, al contrario de lo que propaga, no significaría el final de la crisis brasileña, sino su profundización y prolongación. Se generaría la mayor crisis social y política que Brasil jamás haya conocido, con obstáculos claros a la acción de un gobierno de derecha. Para enfrentar su falta de gobernabilidad, además de reprimir, al mismo tiempo que tendría que tomar decisiones que derivarían en la desvinculación de sus principales dirigentes de los procesos de corrupción que hoy pesan sobre ellos. Sería un gobierno que no tendría nada que ofrecer al país y que se enfrentaría a los movimientos populares, a los partidos de izquierda, a las entidades de la sociedad civil, al mismo Poder Judicial y a los media alternativos, además del liderazgo de Lula.

Buscando sobrevivir al consenso nacional actual de que “no va a haber golpe”, intentan llevar a Brasil al caos, como desea la derecha y las fuerzas internacionales que se interesan en inviabilizar al país, a la integración latinoamericana y a los Brics. Un gobierno de Temer constituiría, junto con el de Argentina, un núcleo neoliberal que trataría de desarticular a los gobiernos progresistas de la región para reinsertar a la región en el circuito neoliberal, que tantos daños provocó años nuestros países en los años noventa.

Teniendo a su lado a Lula, Dilma se propone a organizar un nuevo gobierno, cambiando su política económica, condición para que Lula aceptara integrarlo, que es la única vía para terminar con la crisis. Proponer un pacto nacional para retomar el crecimiento económico con distribución de renta, que comience un verdadero proceso de reconstrucción del país, un país que ha sido víctima de las fuerzas que, de una u otra forma, han actuado para desarticular el potencial productivo que fue acumulado a lo largo del tiempo. Una propuesta que puede, perfectamente, abrir un gran debate nacional sobre las propuestas para el futuro del país, que puede desembocar en una Asamblea Constituyente en 2018, que promueva reformas no sólo del sistema político, sino también del mismo Estado, para ponerlo en condiciones de apalancar y no de obstaculizar el desarrollo económico, social, político y cultural de Brasil

Pero para evitar el caos que un gobierno Temer representaría, es necesario, derrotar a la derecha antes de que eso suceda. Es una disputa dura que se verá reflejada en la votación del domingo 17 en la Cámara de Diputados, respecto a la cual Lula presentó un documento firmado por 186 diputados en contra del golpe, lo cual impediría a la oposición obtener los dos tercios necesarios para el impeachment.

Es una votación que va a definir no sólo el futuro inmediato de Brasil, sino también la fisonomía del país en la primera mitad del siglo, con todas sus consecuencias para la región.

Crisis en brasil: el ajuste no cesa , se desmorona el consumo interno

Las ventas al por menor han disminuido en Brasil un -4,4% el pasado mes de febrero, respecto al mismo mes del año anterior. Así pues, se ha producido un descenso del consumo


En cuanto a la variación mensual del Índice de comercio al por menor a precios constantes (ICM), fue del -5,9%, una vez corregidos los efectos estacionales y de calendario, frente a la de -26,1% de enero, lo que supone un incremento de 20,2 puntos.


En lo que va de año las ventas minoristas acumulan un descenso del -30,4%.





En esta página puedes ver la evolución de las ventas minoristas en Brasil. Puedes ver el listado completo de los países de los que publicamos las ventas al por menor, clicando en ventas minorístas y ver toda la información económica de Brasil en Economía de Brasil.

La regresión en la política socio-laboral

Estrategia económica y socio-laboral excluyente





Por Sebastián Etchemendy *


La política laboral y social del gobierno del PRO no puede, por supuesto, separarse de una estrategia económica macro. Cuando se devalúa más del 50 por ciento, se quitan retenciones, se libera la exportación de alimentos, y se enfría la economía, se construye un contexto claro. Más allá de esto, se pueden enumerar puntos clave de la política social y laboral que se perfila a los cien días de mandato:


1) Despidos en el Estado. Obviamente, fueron mucho más allá de cargos y contratos políticos. Apuntaron a disciplinar a los trabajadores públicos y a reconfigurar la administración con personal propio.


2) La represión y el retiro de la mediación capital-trabajo. Escenas de violencia policial y de la Gendarmería como la que sufrieron los trabajadores de Cresta Roja, muchos de los estatales despedidos o los empleados bancarios, nada más al iniciar sus conflictos laborales; o la política de hecho consumado cuando Siderca despide antes de negociar, son inéditas en los últimos doce años. La represión es paralela al paulatino retiro del Estado de los conflictos laborales más restringidos, a niveles descentralizados o de sindicatos de base. Cualquier seccional, comisión interna, o movimiento social, no importa si “interlocutor” legítimo o no para la ley sindical, supo en la última década que, ante un conflicto, siempre iba a obtener, al menos, una mesa de negociación. La sombra de los despidos y la represión hacen ahora la reacción de los trabajadores más difícil, la ausencia del Estado es el resultado más probable.


3) La eliminación de la agenda de derechos sociales y laborales. El gobierno anterior fue generando instrumentos para aquellos colectivos laborales más castigados históricamente: la Paritaria Nacional Docente, el Estatuto del Peón Rural, la ley de Trabajadoras de Casas Particulares, nuevas leyes orientadas a controlar el fraude en el trabajo eventual y la registración laboral, fueron todas formas de respaldar a los trabajadores más vulnerables. El problema del trabajo no registrado y precario, o temas pendientes como la tercerización fraudulenta o el control de los talleres clandestinos, salieron por completo de la agenda y el lenguaje del gobierno actual.


4) El congelamiento de la inclusión jubilatoria. El anuncio de la suspensión de la moratoria, combinada con el recorte de prestaciones del PAMI, socava uno de los pilares más importantes de la reconstrucción del Estado de Bienestar pos 2003.


Así, los despidos, la represión laboral macro y el retiro del Estado del conflicto micro, el vaciamiento de la agenda de derechos laborales y la desestructuración del sistema jubilatorio van tomando forma, aunque por caminos diversos. Mientras los despidos y los recortes jubilatorios resultan en titulares y anuncios “formales”, el retiro del Estado de la mediación en el conflicto capital-trabajo micro y la ausencia de una agenda de derechos laborales pendientes son parte de un proceso mucho más silencioso, que no exige una actitud proactiva de los funcionarios, sino simple pasividad oficial y dejar actuar al mercado. Las invocaciones al “pacto social” ya son historia, y las supuestas iniciativas sociales están, como en el tango, siempre llegando: la modificación del impuesto a las ganancias beneficia centralmente a los sueldos más altos y la de asignaciones familiares (única y aislada innovación) sólo alcanza a los trabajadores registrados de sueldos medios para arriba. Gotas en el mar para un gobierno que megadevaluó el día uno, quitó retenciones y controles a los bienes salario el día dos, y aumentó tarifas el día tres. Las únicas medidas sociales de impacto en estos 100 días fueron, en realidad, resultado de instituciones diseñadas en el gobierno anterior: movilidad jubilatoria y en la AUH, y el aumento en la Paritaria Nacional Docente.


Ante este panorama lo que se necesita es construir una nueva hegemonía antes de que la naturaleza de esta estrategia económica y socio-laboral excluyente socave las bases mismas de la convivencia democrática.



* Politólogo, ex subsecretario de Política Laboral del Ministerio de Trabajo.

Espert:"Tenemos que preguntarnos hasta dónde aguatamos en esta situación económica"


"La ola de inversiones  que anuncia el gobierno, puede ser pan para hoy y hambre para mañana"

José Luis Espert

El economista José Luis Espert trazó un panorama de nebuloso para los próximos meses y advirtió que las inversiones que el Gobierno perjura que llegarán tras pagarles a los fondos buitre pueden "ser pan para hoy y hambre para mañana".

"Tenemos que preguntarnos hasta dónde aguatamos en esta situación económica", inquirió Espert en diálogo con radio El Mundo.

El economista pronosticó que "eso es un tema político porque con esta tasa de interés no podemos descartar que la economía siga cayendo en el segundo trimestre".

En ese sentido, alertó que "para bajar la inflación quizás haya que soportar una recesión más prolongada a la que está ahora".

"El primer trimestre ya sufrimos una caída respecto del igual periodo del año pasado y es muy probable que la caída siga durante el segundo trimestre. Hay que ver qué pasa durante el tercer trimestre", predijo Espert y enfatizó que "la ola de inversiones que anuncia el Gobierno puede ser pan para hoy y hambre para mañana".