Los radicales le muestran a Macri su molestia, dejando que expuestos a Burllich y Garavano

Molestos porque no los consultan, permitieron que la oposición acorrale a los ministros en Diputados.





La ministra de Seguridad presentó la ley de flagrancia y del arrepentido; mientras que Garavano detalló la reforma del Ministerio Público que diseñó para restarle poder a la Procuradora Alejandra Gils Carbó.



Las presentaciones fueron poco felices: hubo fuertes cuestionamientos de toda la oposición y no hubo un solo radical que los sacara de apuros. La mayoría de los diputados del PRO aún está en proceso de adaptación.



La única excepción fue el cobista Luis Petri, con expectativas de acceder a un cargo nacional, mientras que la jujeña Gabriela Burgos ignoró los contratiempos de Garavano pero empezó a los gritos cuando la kirchnerista Ana Gaillard defendió a Milagro Sala.



Ni Petri ni Burgos, al frente de las Comisiones, pudieron evitar que la oposición definiera cuando se tratarán en el recinto los proyectos, aún cuando eran temas que eran reclamados por los otras fuerzas, con la sola excepción del kirchnerismo.


¿Qué había pasado? “Lo de siempre”, dicen a cuatro meses de la asunción de Macri: ningún diputado de la UCR había discutido en detalle los proyectos antes de verlos colgados a la página de Inernet de Diputados.

Hubo un gesto de Bullrich, que envió al ex diputado Enrique Thomas a entregar un borrador en febrero, pero lejos estuvo de abrir una discusión del articulado. Y los radicales, únicos leales al Gobierno junto a los del PRO, entienden que es lo que corresponde.


La bronca se hizo ver en una reunión de la mesa chica del bloque UCR de hace quince días. “A nosotros nos tienen que negociar en el Ejecutivo, antes de mandar el proyecto. En el Congreso se negocia a la oposición”, planteó una diputada, de una de las provincias emblema de Cambiemos.

Varios recordaban la modalidad que ya es un clásico del Gobierno las pocas veces que quiere anticiparles algo: “Te llaman, te hablan de cualquier cosa y cuando te estas yendo te dicen ‘vamos a mandar esto y lo otro’”, rememoraban.



Garavano es un dogmático de ese método. Lo sabe Hugo Godoy, secretario general de ATE, quien mantuvo una amable charla en su despacho a poco de asumir y cuando ya se había despedido el ministro le anticipó una oleada de despidos.



El problema del Gobierno es que si bien la UCR no puede quedar pegado al kirchnerismo en el recinto si puede planchar proyectos en las comisiones y obligar al PRO a pactar con el Frente Renovador y el bloque justicialista a la vez. Que no es nada fácil.