Echegaray: "Massa tiene un potencial tremendo"

El titular de la AFIP elogió al líder del Frente Renovador

"A Sergio Massa lo conozco desde la adolescencia y tiene un potencial tremendo. Trabajamos muy bien cuando él estaba en Anses y después también cuando era jefe de Gabinete. Fueron tiempos de colaboración mutua muy buenos". La frase pudo haber salido de la boca de alguno de los intendentes que forman parte del Frente Renovador, pero no. O quizás de algún dirigente peronista que ya haya manifestado su respaldo público al ex intendente de Tigre. Tampoco.

El que elogió a uno de los principales candidatos a Presidente de la oposición fue un funcionario del gobierno de Cristina Kirchner. El titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos sorprendió en las primeras horas de este viernes cuando Alejandro Fantino le preguntó en el canal América sus sensaciones sobre Massa.

Echegaray también ahorró las críticas para Macri. Es más, dijo que tienen una excelente relación aunque en términos políticos aclaró que el gobierno de la Ciudad es uno de los más favorecidos por el porcentaje que recibe en términos de coparticipación.

Quien conduce la AFIP también habló sobre el dirigente que tiene más chances de convertirse en el postulante presidencial del Frente para la Victoria: Daniel Scioli. También repartió elogios, aunque normales para un dirigente con el cual comparte el color del partido del Gobierno.

"Daniel Scioli es un referente de nuestro espacio. Es un gobernador que ha hecho muchísimo. Apuesta al diálogo, hacia la construcción, mira hacia el futuro, es muy abierto, muy amplio. Es uno de los candidatos de los varios candidatos que tiene nuestro espacio", indicó el recaudador.

Buzzi será el candidato massista a gobernador de Santa Fe


Tras 14 años al frente de la Federación Agraria Argentina, el ex dirigente anunció que se lanza a la política desde el massismo.




Tras 14 años al frente de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, confirmó oficialmente que será precandidato a gobernador de Santa Fe por el massismo.

De esta manera, el dirigente y hasta ayer presidente de la FAA se lanza a la política junto al Frente Renovador y, así, Sergio Massa logra desembarcar en Santa Fe. "Decido emprender este nuevo camino, aspirando a llegar a la gobernación de Santa Fe”, señaló el precandidato.

Según explicó, la propuesta será presentada formalmente el próximo martes, en el Salón Metropolitano de Rosario. "Luego empezaremos a recorrer toda la provincia, pueblo por pueblo, para escuchar a la gente, pensando en representar y construir una alternativa política que en el orden nacional se referencia en el espacio del Frente Renovador con el liderazgo de Sergio Massa", afirmó Buzzi.

Buzzi: "Massa tiene la solvencia de un equipo económico como Lavagna, Nielsen, Peirano, Pignanelli y tantos otros referentes, que están en capacidad de hacerse cargo de la situación económica en la Argentina"

Además, remarcó que Massa "tiene también la solvencia de un equipo económico como Lavagna, Nielsen, Peirano, Pignanelli y tantos otros referentes, que están en capacidad de hacerse cargo de la situación económica en la Argentina, desde la perspectiva desarrollista, que impida que el péndulo de nuestro país se vaya una vez más al liberalismo económico”. Hasta el momento, el socialismo llevaría de candidato al senador provincial Miguel Lifschitz y el PRO con el diputado Miguel Del Sel.

En ese sentido, Buzzi expresó que "el socialismo en su mejor momento" y que la "amenaza que tiene el pueblo de Santa Fe" es que se "consolide el liberalismo económico que expresa el PRO de Mauricio Macri en la persona de Miguel del Sel. Porque aunque sea una versión simpática, es una expresión acabada de esa definición política, que nos llevaría otra vez al liberalismo económico, y nos retrotraería a los ’90 y al menemismo. Porque no tienen patilla, pero son eso”.

La publicidad no es una boludez



Fernando Vega Olmos


Yo trabajaba en Gowland. Fuimos a Frigor para recibir un brief de Conogol.
El CEO de Frigor se llamaba Fernandez. Preguntó quién era el que iba a hacer el aviso. Levanté la mano. Me pidió que lo acompañara. Fuimos a la cámara de frío. Había obreros fabricando ese helado, vestidos como para ir a la Antártida. El capo me dijo "en esta fábrica hay un turno de obreros- 8 horas- fabricando el helado para el que vas a hacer el aviso. Si tu aviso es bueno, va a haber 2 turnos, más gente trabajando. Y si tu aviso es muy bueno, vamos a trabajar a 3 turnos. Mucho más personas trabajando. Hace mucho que no trabajamos a tres turnos"
Volví a la agencia. Hice un aviso. Una pantera negra que acechaba. Un jingle- y si, en aquella época hacíamos jingles- cuya letra decía: " Conogol te llama y no sabés por qué, Conogol te seduce porque tiene un no se qué. Conogol de Frigor tiene... Conogol de Frigor es... y también... y también... Vos no tomás Conogol. Conogol te toma a vos".
La fábrica fabricó a tres turnos.
No dejes jamás que te digan que la publicidad es una boludez.
Feliz día de la publicidad, Argentina.

¿Qué quiere decir hoy clase media?


En Clases medias, el historiador Ezequiel Adamovsky y un grupo de colegas en ciencias sociales precisan el alcance del concepto clase media desde diversas disciplinas para cuestionar su lugar en cierta literatura sociológica y ubicarlo más como un operador identitario que afecta a visiones del mundo, estilos de vida, de ocio, de creencias y consumos.


El libro, publicado por la editorial Ariel, cuenta como compiladores también a Sergio Visacovsky y a Patricia Vargas.
Adamovsky es historiador, graduado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y autor de una Historia de la clase media argentina. Este es el diálogo que los investigadores sostuvieron con Télam.

- T : ¿Cómo es posible y de qué manera plantear "nuevos enfoques" sobre la clase media, si cierto sentido común ha dictaminado que la clase social es un concepto poco adecuado a la época?

- Sergio Visacovsky : Ciertamente, existe una gran controversia en las ciencias sociales respecto a la vigencia del concepto de clase social. El mismo persiste en muchos estudios de estratificación social, en aproximaciones que enfatizan ciertas propiedades consideradas objetivas y mensurables (los estudios de mercado son un buen ejemplo de esto). La apelación a un sistema de clasificación de una población determinada es, sin duda, un instrumento poderoso para conocer la distribución de los niveles de ingreso, sus cambios a lo largo del tiempo, etc. Sin embargo, hay al menos X dificultades que se presentan cuando de este uso se pretende pasar a entender comportamientos y creencias de individuos y grupos: a) si se conocen los niveles de ingreso de un determinado sector de una población, es posible inferir potenciales consumos, pero imposible conocer a priori los consumos reales (tanto de bienes como de servicios), ya que estos dependen de aspectos usualmente caracterizados como culturales, adhesiones, definiciones identitarias, pretensiones de distinción social, etc., que sólo pueden estudiarse empíricamente y en sociedades y grupos particulares; b) del mismo modo, aunque los famosos análisis del comportamiento electoral tienden a asociar el voto por determinados candidatos con la “clase social” de los electores, tal explicación (bastante usual en los medios de comunicación) tiende a despreocuparse de aquellos electores que siendo parte de una clase social determinada, optan por candidatos distintos de los que establece la tendencia mayoritaria (de nuevo, hay aspectos complejos y diversos que configuran el voto, el cual no siempre se puede entender concibiendo al elector como “racional”); c) los actores suelen apelar a identificaciones “de clase” que no necesariamente coinciden con las categorizaciones y clasificaciones de los expertos; o incluso pueden apelar a otras formas de identificación y diferenciación social, basadas en cualidades de carácter étnico (ya hasta racistas): en estos casos, los expertos, antes que cuestionar las identificaciones legas, deberían preguntarse el porqué de las mismas. El embrollo es que la noción de clase social se ha fundado históricamente no sólo en que las poblaciones son “clasificables” (o también, “ordenables”, en el sentido que existen ciertas posiciones objetivas, que no dependen de la voluntad de los individuos), que dichas clasificaciones son a la vez “jerarquías”, sino también que se trata de un principio de determinación de conductas y creencias. Como señalamos, a la luz de las investigaciones empíricas (principalmente históricas y etnográficas) esto es insostenible. De lo que se trata es estudiar cómo determinadas condiciones sociales dan lugar o configuran comportamientos, creencias, identidades, etc. En esta dirección, estudiar “clases medias” (en general, y en términos comparativos), y a la “clase media argentina” tiene sentido, en la medida que constituye una apelación identitaria central de una gran parte de nuestra población.

- Ezequiel Adamovsky : Cmparto las prevenciones de Sergio respecto de los usos a veces ingenuos de la categoría de clase. Sin embargo, bien utilizado, para mí sigue siendo un concepto fundamental para el análisis de la realidad. Puntualmente en lo que respecta a la clase media, y sin hacer esto extensivo a las otras clases, creo que no existe como clase social. “Clase media” no remite a un conjunto de personas concretas con características socio-culturales compartidas. Ese tipo de análisis con pretensiones “objetivas”, como decía Sergio, conduce a callejones sin salida. A pesar de su nombre, la llamada “clase media” no es más que una identidad que abraza un conjunto de personas que es tan heterogéneo que no tiene sentido considerarlo una clase. Los nuevos enfoques en el estudio de los sectores medios consisten entonces en comprender los procesos por los que determinados grupos de la sociedad pasan a identificarse como una “clase media”, lo que significa esa identidad en la práctica y las maneras en las que esta identificación afecta la vida social. Nuestro libro apunta a poner en circulación un rico debate internacional que viene habiendo en este sentido, que en el mundo de habla hispana todavía no es lo suficientemente conocido.

- T : Pueden medirse la cantidad de sujetos de clase media por el nivel de ingresos o el tipo de consumo?

- SV : De nuevo, sólo definiendo a priori qué es clase media, qué indicadores conformarían la categoría, es posible proceder a efectuar mediciones. En principio, no se trata de algo objetable: podemos saber cuántas personas tienen un determinado nivel de ingreso, los niveles de escolarización (incluso diferenciando padres de hijos), si determinados niveles han aumentado en número de individuos o ha decrecido, y mucho más. Es un instrumento poderoso, que proporciona información organizada sumamente valiosa, por ejemplo, para el diseño de políticas públicas. Lo que se debe tener en cuenta en estos casos es que estas clasificaciones no se traducen inmediata y automáticamente en comportamientos, identidades y creencias colectivas. La tentación suele ser grande, pero entre la “clase media” como categoría diseñada por los expertos para medir ciertos indicadores, y personas concretas que apelan a la categoría de “clase media” como un medio para identificarse y/o diferenciarse, hay una distancia muy grande. No quiere decir que quienes se asumen como “clase media” no participen de algunas de las características definidas por quienes estudian a la “clase media” como una categoría para medir niveles de ingresos, por ejemplo. Sólo que las personas que se asumen como “clase media” en una sociedad concreta actúan, piensan o ven el mundo de maneras que no pueden ser reductibles a las categorías diseñadas a priori con otros fines.

- T : Como sea, ¿qué se quiere decir hoy cuando se dice "clase media"? ¿Se trata de un concepto "regional" o "universal", o ninguno de los dos, o los dos?

- SV : La pregunta es difícil de responder, porque la respuesta entraña una gran complejidad. Por cierto, la noción de clase media tiene carácter global. Economistas, sociólogos, historiadores, entre otros, la usan para describir y analizar sociedades muy diversas en todo el mundo. Su conformación depende, constituye una expresión del desarrollo del capitalismo, y en especial, ha sido desde el comienzo un verdadero obstáculo para las teorías de las clases sociales, ya sea porque cuestionaba el modelo dicotómico marxista; ya sea porque planteaba el desafío de cómo explicar niveles de ingresos altísimos en ciertos sectores no propietarios, asalariados, que en propietarios de los medios de producción; ya sea porque el vaticinio de la proletarización de gerentes, empleados o profesionales nunca se terminó de cumplir. Desde esta perspectiva, “clase media” aparece como una noción que busca aprehender la realidad de determinados sectores de todas las sociedades capitalistas. Sin embargo, los estudios demuestran que su uso debe ser cuidadoso y controlado, no sólo porque los sectores que integrarían la misma pueden variar de un país o región a otro; sino también porque el sentido o las cualidades que identitarias que la definen, sus adhesiones políticas o sus pautas de consumo son variables. A modo de ilustración, es imposible estudiar a la “clase media” en la Argentina sin referirse al papel jugado por la inmigración europea desde la segunda mitad del siglo XIX, a las concepciones nacionales que enfatizan el lugar de lo “blanco y europeo”, a la movilidad social y a los valores del esfuerzo y el sacrificio, e incluso a las imputaciones críticas a la clase media mediante el discurso público.

- EA : Efectivamente, el concepto “clase media” tiene pretensiones globales. Desde el sentido común se supone que la clase media existe en mayor o menor medida en todas partes y que es algo más o menos parecido. Sin embargo, cuando uno empieza a hilar fino, la comparación se vuelve más complicada. “Clase media” puede agrupar a sectores diferentes en cada país y en cada época. Por ejemplo, en Argentina no incluiríamos a la burguesía dentro de la clase media, mientras que en otros sitios sí lo hacen. En la Francia de 1848 un tendero no era considerado “clase media”, pero cincuenta años más tarde sí lo era. El criterio del nivel de ingreso también es problemático: en un informe que hace un tiempo circuló mucho, el Banco Mundial afirmó que la clase media se había duplicado en América Latina en los últimos diez años. La base de ingresos que tomó para considerar a una persona de clase media era un ingreso de 6 dólares diarios, un límite que puede tener sentido para algunos países de la región, pero ciertamente no para Argentina, donde los trabajadores manuales de menor remuneración –un peón de albañil, una empleada dométistica– ganan más que eso. ¿Quién quedaría entonces en la clase trabajadora? ¿Sólo los indigentes? Es uno de los ejemplos que muestran los callejones sin salida de los enfoques a priori e ingenuamente objetivistas que todavía predominan en muchas disciplinas. Nuestro libro intenta colaborar en la ampliación del debate sobre qué son las clases medias y qué metodologías permiten comprenderlos mejor.

- T : ¿Dejó de ser, como también se dice muchas veces, con diferente rigor, la "clase media" un puente para la movilidad social?

- SV : Un grupo significativo de estudios en los 90 centró su atención tanto en el empobrecimiento de la sociedad argentina (en razón de las políticas económicas que provocaron un crecimiento del desempleo), como del surgimiento de lo que se llamó un sector de “nueva pobreza”, es decir, individuos y familias que se sumaron a la “vieja pobreza” más estructural, proviniendo precisamente de los sectores que usualmente se definieron como “clase media”, esto es, por sus antiguos niveles de ingreso, sus ocupaciones, su capital cultural, sus aspiraciones, etc. Especialmente durante la crisis del 2001-2002, una inquietud que prevaleció fue si la Argentina “recuperaría los niveles históricos de su clase media”, que la habrían distinguido durante gran parte del siglo XX de la mayor parte de los países latinoamericanos. Los años siguientes mostraron, a su vez, una rápida recuperación y un crecimiento (por ejemplo, los informes del Banco Mundial han puesto especial atención en este punto, como modo de demostrar el éxito o fracaso de determinadas políticas económicas). De nuevo, las categorías diseñadas para medir la realidad miden lo que la categoría busca medir. En este sentido, gran parte de las políticas públicas buscaron incluir a numerosos sectores que estaban excluidos del acceso al mercado de trabajo, o de la educación superior universitaria, y por ende a ciertos bienes y servicios. Pero desde una perspectiva más compleja, el estudio de la movilidad social no está separado del abordaje de las dimensiones culturales y simbólicas. Participar del espacio de la clase media en la Argentina no constituye un asunto sólo de movilidad social (ocupación, mejores ingresos, por ejemplo, en particular de los hijos respecto a los padres). La admisión en la “clase media” es un asunto que se juega cotidianamente, contextualmente, y que demanda alguna forma de disputa al tiempo que principios de admisión, permanencia o rechazo. Asuntos tales como los usos del espacio urbano, la localización residencial o los desplazamientos en busca de trabajo, educación u ocio son cruciales para entender la complejidad de esta cuestión.

- T : Los canales de ascenso a la clase media ¿han sido históricamente los mismos? En este momento, ese "destino" ¿implica siempre al trabajo como el operador clave o existen otros elementos?

- PATRICIA VARGAS: Las narrativas de ascenso a través de la educación y el trabajo continúan teniendo una centralidad clave cuando las personas explican un derrotero de movilidad ascendente considerado legítimo. Esto implica cuestiones diversas: por un lado, que hay modos y vías de acceso considerados no legítimos o inmorales, tales como el enriquecimiento inapropiado por medios corruptos o no meritocráticos; y que diferencian un ascenso meritorio de uno que no lo es. Por otra parte hemos podido registrar un cambio cultural en torno a la idea de trabajo: si bien se continúa invocando el trabajo duro y el esfuerzo como vías para el ascenso, se viene asociando fuertemente a la idea de realización personal, placer y pasión. En este sentido, por ejemplo, el emprendedurismo (en su doble dimensión de valor moral y de identidad social) devienen en dispositivos para pensar tanto la transformación individual como el cambio social, en un proceso cultural de articulación que parece conciliar el progreso económico y la dimensión espiritual en sus niveles individuales, relacionales y colectivos.

Consenso Nacional para un Hábitat Digno




Las dificultades de acceso a un hábitat digno afectan gravemente a vastos sectores de la población, en especial a los de medios y bajos ingresos, y tienen además impactos diferenciales en mujeres, niños, niñas y personas con discapacidad. El hábitat digno implica el acceso universal a la tierra, la vivienda y a las infraestructuras básicas y los equipamientos sociales, los servicios y los espacios de trabajo y producción en un marco de respeto de los rasgos culturales y simbólicos de la comunidad y de la preservación del ambiente, según las particularidades del medio urbano y del rural.

Sin embargo, históricamente el desarrollo urbano estuvo regido por las pautas del mercado inmobiliario que promueve un continuo proceso de segregación al mismo tiempo que alimenta las expectativas de renta especulativa y, con ello, eleva sistemática y artificialmente los precios del suelo. En este contexto, se incrementan las tomas de tierra, la informalidad y la desigualdad. Al mismo tiempo, desde sus orígenes, las políticas habitacionales en la Argentina se han enfocado en la provisión de unidades de viviendas, ubicadas en su mayoría en zonas aisladas de los equipamientos existentes y de baja calidad urbana y ambiental.

En el ámbito rural, la falta de una reforma agraria, intentada sin éxito desde los años 40 del siglo pasado, la expansión del modelo de explotación agroindustrial y los abusos de los grandes latifundistas acrecientan la marginación de los modos tradicionales de vida y de producción del campesinado y de las comunidades indígenas, en beneficio del monocultivo extensivo y otras formas de extractivismo y producen el desplazamiento forzado de las familias rurales a las periferias urbanas.

Durante los últimos años, se incrementó la inversión pública en infraestructura y la construcción de soluciones habitacionales y, a partir de 2012, se puso en marcha el programa Pro Cre Ar que implicó la ampliación de alternativas habitacionales para distintos sectores sociales. Asimismo, la reciente creación de la Secretaría de Acceso al Hábitat a nivel federal abre perspectivas positivas para la implementación de políticas de inclusión, que deben acompañarse con el debate parlamentario y la sanción de propuestas legislativas de gestión territorial (como las presentadas por el colectivo Habitar Argentina y la de ordenamiento territorial elaborada por el Consejo Federal de Planificación - COFEPLAN). Estos avances normativos, dirigidos a remover de manera estructural las restricciones a un hábitat justo y sostenible, fueron introducidos en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires con la sanción de la Ley 14.449. Por último, distintos municipios de todo el país están implementando experiencias innovadoras de gestión del suelo y, algunas de ellas, articulan los esfuerzos de diferentes niveles del Estado y de organizaciones sociales y de esta manera permiten nuevos espacios para la negociación y concertación.

En este contexto, y frente al escenario político que se abre en el país, es imperiosa la necesidad de promover nuevas y profundas transformaciones en el conjunto de factores que determinan las desigualdades. Por este motivo, el Consenso Nacional para un Hábitat Digno propone un debate amplio y crítico y la puesta en marcha de nuevas políticas y estrategias dirigidas a garantizar el derecho a un hábitat urbano y rural adecuado en la Argentina.

1. Principios rectores para el diseño e implementación de políticas territoriales integrales
2. Políticas públicas de regulación y redistribución de rentas en los mercados de suelo
3. Regulación del mercado de alquileres
4. Producción social del hábitat
5. Seguridad en la tenencia y regularización de tierra urbana y rural
6. Procedimientos democráticos en casos de desalojos
7. Seguridad democrática para un hábitat digno
8. Participación y acceso a la información
9. Acceso universal a los equipamientos sociales y servicios básicos



Acceder al documento completo aquí
Este consenso busca adhesiones de los distintos sectores.
Suma tu adhesión aquí

The Media's Propaganda Campaign against Russia

To justify a campaign against Russia the media has created an alternate reality

John Pilger



Western media standards


This is an edited version of an address by the well-known leftist Anglo-Australian journalist John Pilger given to the Logan Symposium in London.

Pilger, in this very wide-ranging address on the subject of the propaganda content of much of the western media today, discusses at length the extent to which the western media (especially the liberal media in the west) has completely misrepresented the facts of the Ukrainian crisis.

He also discusses the reasons for the vilification of Assange and Snowden - that they are truth-sayers who contradict the western media’s propaganda narrative.

This article originally appeared at JohnPilger.com

The times we live in are so dangerous and so distorted in public perception that propaganda is no longer, as Edward Bernays called it, an “invisible government”. It is the government. It rules directly without fear of contradiction and its principal aim is the conquest of us: our sense of the world, our ability to separate truth from lies.

The information age is actually a media age. We have war by media; censorship by media; demonology by media; retribution by media; diversion by media – a surreal assembly line of obedient clichés and false assumptions.

This power to create a new “reality” has building for a long time. Forty-five years ago, a book entitled The Greening of America caused a sensation. On the cover were these words:


“There is a revolution coming. It will not be like revolutions of the past. It will originate with the individual.”

I was a correspondent in the United States at the time and recall the overnight elevation to guru status of the author, a young Yale academic, Charles Reich. His message was that truth-telling and political action had failed and only “culture” and introspection could change the world.

Within a few years, driven by the forces of profit, the cult of “me-ism” had all but overwhelmed our sense of acting together, our sense of social justice and internationalism. Class, gender and race were separated. The personal was the political, and the media was the message.

In the wake of the cold war, the fabrication of new “threats” completed the political disorientation of those who, 20 years earlier, would have formed a vehement opposition.

In 2003, I filmed an interview in Washington with Charles Lewis, the distinguished American investigative journalist. We discussed the invasion of Iraq a few months earlier. I asked him, “What if the freest media in the world had seriously challenged George Bush and Donald Rumsfeld and investigated their claims, instead of channeling what turned out to be crude propaganda?”

He replied that if we journalists had done our job “there is a very, very good chance we would have not gone to war in Iraq.”

Rupert Murdoch is said to be the godfather of the media mob, and no one should doubt the augmented power of his newspapers – all 127 of them, with a combined circulation of 40 million, and his Fox network. But the influence of Murdoch’s empire is no greater than its reflection of the wider media.

The most effective propaganda is found not in the Sun or on Fox News – but beneath a liberal halo. When the New York Times published claims that Saddam Hussein had weapons of mass destruction, its fake evidence was believed, because it wasn’t Fox News; it was the New York Times.

The same is true of the Washington Post and the Guardian, both of which have played a critical role in conditioning their readers to accept a new and dangerous cold war. All three liberal newspapers have misrepresented events in Ukraine as a malign act by Russia – when, in fact, the fascist led coup in Ukraine was the work of the United States, aided by Germany and Nato.

This inversion of reality is so pervasive that Washington’s military encirclement and intimidation of Russia is not contentious. It’s not even news, but suppressed behind a smear and scare campaign of the kind I grew up with during the first cold war.

Tabaré Vázquez: El más votado en 70 años en Uruguay

El Dr. Tabaré Vázquez fue electo presidente en Uruguay con una amplia diferencia con su rival más cercano: con el 100% de los circuitos electorales escrutados, Vázquez acumuló 1.226.105 votos frente a los 939.074 de Lacalle Pou. Vázquez se convirtió así en el presidente más votado en los últimos 70 años.
 
La victoria del candidato del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, de 74 años y que ya fue presidente entre 2005 y 2010, es la más amplia en un ballottage desde que se instauró el sistema en 1996.

La primera se dio en 1999 cuando Jorge Batlle, del Partido Colorado, le ganó con el 52,2% de los votos al propio Vázquez que obtuvo el 44,5%.

En la segunda instancia, en 2009, el actual presidente José Mujica, también del FA, venció con el 52,3% de los votos a Luis Alberto Lacalle Herrera, del Partido Nacional y padre de Luis Lacalle Pou, que acumuló el 43,4%.

Con el 100% de los circuitos electorales escrutados, Vázquez acumuló 1.226.105 votos frente a los 939.074 de Lacalle Pou.

El candidato de Frente Amplio se convirtió así en el mandatario más votado de los últimos 70 años si se consideran los votos válidos, es decir, eliminando votos anulados y en blanco.

Su primera Presidencia tuvo lugar entre el 2005 y el 2010, cuando ganó el ballottage frente al nacionalista Jorge Larrañaga.

Scioli ahí

El gobernador de Buenos Aires Daniel Scioli, también pre candidato a la presidencia del país, se reunió con candidato del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, que resultó electo como presidente de Uruguay, tras el balotaje.

Fue un encuentro a solas que se llevó a cabo en un hotel de Montevideo donde instaló ese partido su comando de campaña, tras el cierre del acto electoral en Uruguay y previo a conocerse la victoria de Tabaré.

Vázquez le agradeció a Scioli los tres encuentros anteriores que mantuvieron durante la campaña y al cabo de la primera vuelta, tanto en Buenos Aires, como en las ciudades uruguayas de Colonia y Montevideo.

"Vine a saludar al presidente Tabaré Vázquez y a su vice Raúl Sendic, en un reconocimiento a todo su trabajo y este aporte al desarrollo latinoamericano y la unión entre los pueblos", dijo Scioli.

Scioli viajó a Montevideo invitado especialmente por la fórmula que Tabaré Vázquez compartió con Raúl Sendic.

Diálogo

Los candidatos a la vicepresidencia de Uruguay, Raúl Sendic, por el Frente Amplio (FA), y Jorge Larrañaga, por el Partido Nacional (PN), confiaron este domingo en la necesidad de fomentar el diálogo entre el nuevo Gobierno y la oposición.

"Se van a instalar los puentes necesarios para que los temas estratégicos del país puedan estar en debate y discusión entre el Gobierno y la oposición permanentemente", señaló Sendic a los medios de comunicación tras votar en un circuito electoral de Montevideo, informó Efe.

Por su parte, Larrañaga, que sufragó en un liceo de Paysandú, aseguró a los periodistas que "más allá de lo que ocurra hoy, tendrá que ser un Gobierno de cercanía".

La fórmula presidencial del FA encabezada por Tabaré Vázquez y Raúl Sendic tenía, según todas las encuestas, una amplia ventaja en la intención de voto (53 % frente a 38 %) sobre la del PN de Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga.

El candidato frenteamplista a vicepresidente afirmó que, con respecto a una eventual victoria de su formación, aún no se ha analizado si la oposición formará parte del gabinete, pero agregó que "puede ser". Además, Sendic ve necesario hacer cambios en el sistema electoral, ya que "con determinada diferencia en la primera vuelta, no debería haber segunda".

Granados:"Quienes están pensando en hacer alguna travesura a fin de año, que lo piensen bien"


El ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados , aseguró que las fuerzas de seguridad están "terriblemente mejor preparadas" para enfrentar eventuales saqueos o desmanes.




"No vemos inconvenientes de ese tipo en el horizonte. Hay que darle tranquilidad a la ciudadanía y a los comerciantes. No lo avizoramos [la posibilidad de que haya saqueos], pero estamos terriblemente mejor preparados que el fin de año pasado. En cantidad, calidad, en móviles", señaló Granados, quien destacó el egreso de 7500 efectivos de las cuatro fuerzas federales de seguridad y de 10000 nuevos policías en la provincia de Buenos Aires.

"Tenemos 17500 hombres perfectamente equipados. Se ha dado un paso adelante muy importante tanto en la provincia como en la Nación", consideró el funcionario.

Los 10 mil efectivos de la policía bonaerense que egresaron el sábado pasado se sumarán a partir de hoy a tareas preventivas en el conurbano e interior de la provincia en los Comandos de Prevención Comunitaria (CPC), en los Comandos de Prevención Rural (CPR), comisarías y en el Operativo Sol.

La semana pasada, Granados y el secretario de Seguridad, Sergio Berni, se reunieron en un gran almuerzo con 180 jueces federales, jueces ordinarios y fiscales para acordar un mecanismo de "acompañamiento y celeridad" si se producen saqueos a comercios y supermercados o cualquier tipo de agitación social.

Emisiones a cero para 2100


El tiempo se agota

Reducir emisiones a cero para 2100. Es el objetivo marcado por la ONU tras escuchar a 830 científicos. Mañana arranca la cumbre del clima de Lima

Joseba Elola




Una planta de carbón en el distrito de Datong Shanxi. Julio-agosto de 2013 fue el periodo más caluroso en la zona central y oriental de China desde 1951. / Foto: J. Lee (Reuters)

El cielo de Pekín puede ser azul. Eso es lo que acaban de descubrir los habitantes de la capital china. Y todo gracias al decidido plan que emprendieron las autoridades locales a principios de noviembre para recibir en el mejor de los ambientes posibles a Putin, Obama, Bachelet y demás líderes de la cumbre Asia Pacífico (APEC, según rezan sus siglas en inglés). Se restringió el tráfico de coches privados, el 70 % de los vehículos públicos dejaron de circular, se frenaron las obras, se paró la producción de las fábricas más contaminantes que rodean la ciudad. ¿Resultado? Desaparición de esa niebla eterna que flota sobre las cabezas de los pekineses y aparición de un cielo límpido que ya ha recibido un nombre: APEC blue.


pulsa en la foto

Se fueron los líderes, el foro de cooperación económico se cerró con un acuerdo entre Estados Unidos y Chinacalificado de histórico, por unos; de escaso, por otros, al no ser vinculante— para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y volvió la polución, sí. Pero los pekineses ya no son los mismos de antes: han descubierto que conseguir un cielo azul es solo cuestión de voluntad. Cuestión de adoptar medidas firmes. De no quedarse en gestos para la galería.

Algo similar le está pasando al planeta. Que necesita de medidas firmes, rápidas, ya se ha parcheado suficiente, el tiempo se agota. Lo ha dejado bien claro la ONU, que se expresó a principios de mes por boca del IPCC, Panel Intergubernamental Para el Cambio Climático, formado por 830 científicos de la comunidad internacional. Hay que recortar emisiones de gases efecto invernadero entre un 40 % y un 70 % para el año 2050. Para finales de siglo, las emisiones deberán ser cero. Si no, los efectos serán graves —y aquí los científicos analizan toda una panoplia de escenarios posibles— para el medioambiente, la seguridad alimentaria y la pobreza.

“Todavía hay tiempo, aunque muy poco tiempo”. Así se expresó en la presentación del informe en Copenhague, el pasado 2 de noviembre, Rajendra Pachauri, presidente del IPCC. “Estamos a tiempo si nos metemos en una senda de mitigación de emisiones”, añade José Manuel Moreno, vicepresidente del Grupo II del IPCC, encargado de evaluar impactos, adaptación y vulnerabilidad. Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha, es uno de los 13 científicos españoles que forman parte de este organismo auspiciado por la ONU.

Estamos a tiempo, dicen los expertos, y el cronómetro echará a correr mañana mismo, cuando arranque la cumbre climática de Lima, la llamada COP 20, vigésima Conferencia de las Partes organizada por la ONU. De allí podría salir un borrador de cara a la cumbre decisiva, la del año que viene en París, la cita en la que se han depositado todas las esperanzas, de la que deberían salir ambiciosos objetivos de reducción de emisiones, un tratado que sustituya al de Kioto, una cita que debería romper el sabor amargo que dejó el fracaso de Copenhague hace cinco años, que consiga implicar por fin a los principales actores, China y Estados Unidos.

¿Nos estamos tomando en serio la lucha contra los efectos del cambio climático? “Nos lo estamos tomando mucho menos en serio de lo que es preciso”, afirma, contundente, Teresa Ribera, exsecretaria de Estado de Cambio Climático en el último gobierno de Rodríguez Zapatero que ahora trabaja como consejera en un think tank francés, el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (según sus siglas en francés, IDDRI). “No lo hacemos ni con la velocidad ni con la intensidad que requiere la situación. Más pronto que tarde, se evaluará a los líderes políticos por esta cuestión”.




Una mujer china, con una máscara para protegerse del aire contaminado, el pasado 20 de noviembre en Pekín. / Kevin Frayer (Getty Images)

La cantidad de gases de efecto invernadero enviados a la atmósfera alcanzó un nuevo máximo histórico en 2013. Así lo reveló a principios de septiembre la Organización Meteorológica Mundial. El dióxido de carbono ha aumentado su concentración a un ritmo que no se observaba desde hace casi treinta años.

Los niveles de nieve y hielo descienden. La temperatura de los océanos y de la atmósfera sigue subiendo. El nivel del mar se eleva. El cambio climático ya es una realidad, y está causado por la mano del hombre, afirman los científicos de la ONU. Altera las estaciones, los ciclos de la naturaleza; favorece los fenómenos meteorológicos extremos. Un vídeo distribuido por la ONU, destinado a que el mundo tome conciencia, muestra una Islandia con un clima similar a la Toscana; una Alaska como lugar perfecto para celebrar unos juegos olímpicos de verano.



O cambiamos o nos estampamos”, señala Teresa Ribera, exsecretaria de Estado de Cambio Climático

El informe científico del IPCC plantea varios escenarios de futuro en función de cómo reaccione el mundo. Si no se hace nada, si no se recortan emisiones, las temperaturas podrían subir hasta en 4,8 grados, con lo cual el volumen de los glaciares se reduciría en un 85 % y el nivel del mar podría subir hasta 0,82 metros, afectando gravemente al equilibrio de los ecosistemas. Si se toman las medidas de mitigación que propone esta biblia del cambio climático, y se consiguen emisiones nulas a finales de este siglo, se podría limitar el aumento de la temperatura a dos grados. Este es el objetivo.

“Hay que aplicar el principio de precaución. Decir que será una catástrofe general no es correcto, las generalizaciones son peligrosas”, afirma Miquel Canals, catedrático de Geología Marina y director del departamento de Estratigrafía, Paleontología y Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona. Canals sostiene que una de las claves del futuro será el papel que puedan desempeñar los océanos en la absorción del exceso de temperatura atmosférica.

El mundo se enfrenta a un cambio de modelo energético. Reducir emisiones a cero de aquí a final de siglo significa renunciar a petróleo, gas y carbón progresivamente. “Hace falta un proceso de transformación profunda”, declara la exsecretaria de Estado. “O cambiamos o nos estampamos”. Ribera dice que no basta con conseguir una cifra de reducción de emisiones. “Debemos cambiar el modelo energético, económico y financiero”, afirma. “No sabemos cómo abordar un cambio de época porque la inercia es muy fuerte”.



Es fundamental que los países desarrollados reduzcan el consumo material”, sostiene el ensayista Hervé Kempf

El giro hacia un nuevo modelo significa apostar por otras fuentes. El geólogo Miquel Canals afirma que, en este contexto, no se puede prescindir de la energía nuclear. “Lo que no es contemplable es un regreso a la Edad de Piedra”, sostiene. Afirma que no hay fórmula perfecta, y que las renovables no son la panacea porque requieren de subsidios. “El camino pasa por un cóctel de fuentes de energía en el que habría que favorecer a las energías menos contaminantes”.

Desde Suecia, Lennart Bengtsson, exdirector del Departamento de Meteorología del Instituto Max Planck, que por un tiempo perteneció a una organización escéptica con el cambio climático, sostiene en conversación telefónica que no se deben abordar cambios abruptos para no dañar a la economía. “No hay una urgencia inmediata”, dice. “Hay que desarrollar modelos energéticos robustos”.

Los ecologistas, por su parte, apuestan por un modelo basado al 100 % en las energías renovables. “Hace falta una revolución energética”, manifiesta Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace en España: “La probabilidad de un accidente es catastrófica en términos humanos y económicos”. Nuño señala que el informe del IPCC muestra que, con el objetivo de mantener el calentamiento en dos grados, los costes sin energía nuclear no son muy superiores a los que se generarían con su uso. “La opción nuclear no es necesaria”.

La cuestión de fondo es si el estilo de vida de los países ricos (al que acceden progresivamente los que emergen), con sus elevados niveles de consumo de energía, es compatible con un planeta sano. Y si las nuevas fuentes cubrirán las necesidades que genera ese estilo de vida. Cuadrar este sudoku abre la puerta a múltiples vías. ¿Es nuestro modo de vida, sustentado en el confort, un despropósito o una conquista?




En 2013 se registraron las lluvias más intensas en 100 años en el norte de India, afectaron a 100.000 personas. En la foto, un grupo de viajeros espera a ser rescatado. / M. Vatsyayana (AFP)

Fue en el año 2006 cuando el economista británico Nicholas Stern dio un giro al debate. Planteó que los costes de no combatir el cambio climático son muy superiores a los de reducir emisiones. “No se trata de una carrera de caballos entre crecimiento por un lado y responsabilidad climática en el otro; esa es una falsa dicotomía”, señala desde Londres en conversación telefónica Stern, presidente del Instituto Grantham de Investigación del Cambio Climático. El economista, que en 2011 ganó el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático, sostiene que la transición a una economía de bajo consumo de carbono ofrece nuevas oportunidades de crecimiento.

El reto de la transformación del modelo energético-productivo se topa con la resistencia de grandes empresas del petróleo, gas y carbón, que perderían gran parte de su negocio si no se reinventan. Un estudio publicado el año pasado por el investigador Richard Heede, del Climate Accountability Institute de Colorado, señala que la crisis climática ha sido causada fundamentalmente por 90 empresas que son las que han producido cerca de dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero desde la era industrial. Entre ellas, Chevron, Exxon, Shell, Repsol y Gazprom.




El año pasado fue el más cálido en el este del país desde que hay registros (1910). Arriba, el rastro de un incendio en Coonabarabran, al noreste de Sydney. / Josh Smith (Reuters)

Stern señala que algunas de estas compañías, como Shell, ya han dicho que están dispuestas a asumir transformaciones. “Este es un proceso de cambio que tiene que llegar si queremos un mundo más seguro. No te puedes rendir y destrozar el mundo simplemente porque el proceso de transición va a involucrar a unos pocos que van a tener que realizar grandes ajustes; la gran mayoría de la gente saldrá ganando”.

Teresa Ribera ahonda en la cuestión: “Se están privatizando los beneficios de no combatir el cambio climático y socializando los costes: los beneficios son para los grandes operadores y son las poblaciones las que tienen que afrontar las sequías, los huracanes y la mala calidad del aire”.

Para algunos, la cuestión de fondo reside en los insostenibles niveles de consumo que acarrea un estilo de vida que se generaliza conforme los países se desarrollan. “Es fundamental que los países desarrollados reduzcan el consumo material”, sostiene el ensayista francés Hervé Kempf, autor del libro Cómo los ricos destruyen el planeta, que esta semana pasó por Madrid para pronunciar una conferencia sobre La crisis ecológica en La Casa Encendida. “Los que están en la cumbre de la pirámide proyectan una imagen de sobreconsumo y arrastran a los demás: todo el mundo quiere el coche caro, viajar en avión, la pantalla plana de televisión. El incremento de los gases de efecto invernadero está ligado al crecimiento económico, hay que cambiar el sistema económico”, asegura. Kempf, redactor jefe de la web Reporterre, especializada en medioambiente, sostiene que “hay que abrazar una lógica global de sobriedad”.

Otro de los frentes que se abre al debate es cómo conducir esa transición de modo que sea equitativa, que no lastre las opciones de desarrollo de los países más desfavorecidos, o de las economías emergentes. “No podemos pretender que todos nos subamos al carro en las mismas condiciones”, asume Susana Magro, directora de la Oficina Española de Cambio Climático —que antes tenía rango de Secretaría de Estado—, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Magro acudirá a la cumbre de Lima, que empieza mañana y acaba el día 12. “Habrá que hacer transferencias de tecnología a bajo coste o sin coste para que los países menos desarrollados puedan dar el salto directamente”, dice. El mundo occidental lleva años desarrollándose a base de quemar combustibles fósiles y son muchos los que señalan que no sería justo que los más desfavorecidos, que ahora despegan, carguen con el lastre de un problema del que no son los responsables. “El acuerdo de París va a ser muy complejo”, afirma Magro, “las necesidades de los 195 países son muy distintas”. Cada nación debería fijar en esa cumbre su contribución al proceso de cambio.

El giro que el planeta requiere, como se deduce del análisis de la comunidad científica, podría conducir a otro mundo. La transformación del mapa energético, la reducción de la dependencia del gas y del petróleo, podría alterar sustancialmente el tablero geopolítico.

Mientras tanto, los pekineses seguirán mirando al cielo. El miércoles pasado, Xie Zhenhua, vicepresidente de la Comisión Reformadora del Desarrollo Nacional, anunció que la polución se puede combatir de aquí a 2030 en China. Y añadió: “Los días de APEC blue también son alcanzables”.

Oro blanco: el litio, eje de un audaz proyecto científico-tecnológico


Por Nora Bär

El salar de Olaroz, del que actualmente se extrae el litio por evaporación; la Argentina es el tercer productor mundial. Foto: Archivo


La puna jujeña es un paisaje mágico. El viajero que se aventure por los caminos de ese territorio ventoso, agreste y desértico, 270 kilómetros al noroeste de San Salvador de Jujuy y a alrededor de 4000 metros de altura, se encontrará con Olaroz, un mar de sal: 300.000 hectáreas que reciben menos de 100 milímetros de lluvia por año.

Bajo un sol que encandila y a temperaturas que descienden por debajo de los 10 grados bajo cero por las noches, se encuentra uno de los más importantes yacimientos del "oro blanco" de este siglo: el litio, el más liviano de todos los metales, y componente fundamental de las pilas y baterías que hacen funcionar desde los teléfonos celulares y computadoras hasta los autos eléctricos que prometen aliviar la dependencia de los combustibles fósiles.

En estos días, Olaroz es el centro de una iniciativa público-privada que promete transformar el desarrollo científico y tecnológico de Jujuy y proyectarse al país.

Y no sólo eso: además, podría revolucionar la economía de toda la región.

Hace algunas décadas, el litio no despertaba entusiasmo. Pero la demanda de un mercado en expansión y las promesas de sus potencialidades lo pusieron en la mira de gobiernos, inversores e industrias. El precio del carbonato de litio, tal como se lo extrae de los salares, asciende a 6500 dólares la tonelada, más del doble de lo que costaba hace diez años.

El viajero que se aventure por los caminos de ese territorio ventoso, agreste y desértico, 270 kilómetros al noroeste de San Salvador de Jujuy y a alrededor de 4000 metros de altura, se encontrará con Olaroz, un mar de sal: 300.000 hectáreas que reciben menos de 100 milímetros de lluvia por año

Gracias a un acuerdo entre la provincia y la Universidad Nacional de Jujuy, el Conicet e Y-TEC, el centro de desarrollo de tecnología de YPF, el litio, que durante años sólo se extrajo de las salinas y se exportó "en bruto", podrá ser purificado e integrado en baterías que en el mercado internacional cuestan entre 20.000 y 25.000 dólares. Y lo más importante: toda la tecnología aplicada hasta su comercialización será, gracias a esta iniciativa en la que, además de los jujeños, intervienen investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad Nacional de Córdoba, made in Argentina.

Para concretar este proyecto, la provincia ya cedió los terrenos y el edificio donde alguna vez funcionaron los Altos Hornos Zapla, en Palpalá, para la creación de un Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas sobre el Litio y sus Aplicaciones. Ernesto Calvo y su equipo del Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (Inquimae) ya desarrollaron una tecnología innovadora para obtener cloruro de litio, que se emplea en la obtención de litio metálico por electrólisis de sales fundidas en muchísimo menos tiempo que con las prácticas ancestrales que se aplican en la actualidad y a un costo ambiental también muchísimo menor.

En suma: Y-TEC ofrece sus tecnólogos y ya está desarrollando el primer prototipo de batería; YPF aportará equipamientos; el Conicet y las universidades, recursos humanos, y todos juntos definirán las líneas de desarrollo de esta nueva tecnología para almacenar energía de forma sostenible. El programa insumirá alrededor de 50 millones de pesos en aportes públicos y privados.

Gracias a un acuerdo entre la provincia y la Universidad Nacional de Jujuy, el Conicet e Y-TEC, el centro de desarrollo de tecnología de YPF, el litio podrá ser purificado e integrado en baterías que en el mercado internacional cuestan entre 20.000 y 25.000 dólares

"En La Plata ya estamos trabajando con un grupo del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (Inifta) en el laboratorio del litio. Para mayo del año que viene tendremos la primera batería -se entusiasma Gustavo Bianchi, doctor en Ciencia de los Materiales de la Universidad de Mar del Plata, ex investigador de la Comisión Nacional de Energía Atómica y hoy director de Y-TEC-. Para junio o julio esperamos tener la planta piloto en Jujuy para desarrollar el ánodo, el cátodo, la pasta y la membrana, los componentes esenciales de estos equipos."

Como suele suceder, este proyecto, que involucra a instituciones distribuidas por medio país, nació de un impulso casi fortuito.

"En enero de 2012 escuché a la presidenta por TV decir que la Argentina iba a exportar litio -cuenta Calvo-. Entonces, lo llamé a Lino [Barañao, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva] y le dije que no podíamos venderlo «en bruto», que teníamos que agregarle tecnología." Aunque no era una rama de la electroquímica en la que hubiera trabajado especialmente, la idea de Calvo fructificó rápidamente y se hizo una reunión en Jujuy.

En su estado natural, el litio está disuelto en salmueras, más del 99% de las cuales corresponde a cloruro de sodio (sal de mesa). El método ancestral de extracción se basa en la evaporación. Hay alrededor de un gramo de litio por litro de salmuera; es decir que para obtener una tonelada hay que procesar millones de litros de salmuera... en medio del desierto.

"Son millones de litros de agua que se pierden por cada tonelada de litio que se saca, y además al final se le hace un tratamiento químico contaminante. Todo esto puede tardar 18 meses -detalla Calvo-. En las baterías, los iones [átomos con carga positiva] de litio entran y salen de una red cristalina, de un óxido, que funciona con un solvente no acuoso. Es lo que pasa todo el tiempo en el celular. Se nos ocurrió que ese mismo sistema se podía probar en la salmuera para obtener el litio. ¡Y funcionó!".

El resultado de las pruebas de laboratorio fue que pudieron extraer litio en horas o minutos, con un método que además no compromete el agua, porque vuelve al salar. Y usando energía solar.

La tecnología fue una novedad en el mundo. Con la prueba de concepto en la mano, el Conicet obtuvo la patente. "Ahora hay que hacer la ingeniería para escalar el proceso -cuenta Calvo-. De eso se encarga Y-TEC."

El programa insumirá alrededor de 50 millones de pesos en aportes públicos y privados

En su centro de La Plata, el centro de desarrollo de tecnología ya tiene en marcha un laboratorio de electroquímica del litio de 12.000 metros cuadrados. "La primera celda de fosfato de litio con diseño propio va a estar en mayo del año que viene -insiste Bianchi-. Será la primera de América del Sur. Y en las pruebas que estamos haciendo ofrece más potencia que las existentes en el mercado."

Mientras tanto, en Jujuy, la Legislatura decidió declarar el litio recurso estratégico y está en proceso de creación un instituto de investigación dependiente del Conicet y de la Universidad Nacional de Jujuy en el terreno de los ex Altos Hornos Zapla. "Simbólicamente, Palpalá volverá a ser el motor de desarrollo de la provincia, como lo pensó el general Savio -afirma el doctor Rodolfo Tecchi, rector de esa casa de estudios-. Serán 4000 metros cuadrados cubiertos, más un bloque de residencias para investigadores visitantes en la vieja administración del complejo siderúrgico. El 10 de diciembre se abren las ofertas de licitación y pensamos que antes de fin de año estará adjudicada la obra. En ocho meses tendría que finalizarse el edificio."

Allí trabajará una de las piezas clave de este proyecto: Victoria Flexer, una joven doctora en Química del Conicet que después de siete años en Australia, Francia y Bélgica retorna al país para instalarse en Jujuy. Hasta ahora, Flexer investigaba en bioceldas de combustible, que son baterías en las que uno utiliza material biológico como catalizador (para acelerar las reacciones químicas en el ánodo y el cátodo).

El resultado de las pruebas de laboratorio fue que pudieron extraer litio en horas o minutos, con un método que además no compromete el agua, porque vuelve al salar. Y usando energía solar.

"Pueden ser enzimas, que es una parte de la célula purificada, o bacterias enteras que se hacen crecer hasta que se desarrolla un biofilm, una película bacteriana sobre la superficie del electrodo -cuenta la científica, de 36 años, nacida en el barrio porteño de Once-. Tienen particularidades que las hacen muy atractivas, porque el material biológico es relativamente económico, especialmente las bacterias, a las que uno les da de comer literalmente basura y crecen, es un recurso ciento por ciento renovable y no contaminante. Además, trabajan a una temperatura muy cercana a la del ambiente y no es necesario aplicar altas presiones. Pero tienen sus desventajas, y la principal es que la cantidad de energía que producen es limitada. Y si bien yo trabajaba en mejorar estos sistemas, hay un límite que es intrínseco, que está dado por la idiosincrasia de los organismos. Otra de las cosas que hay que mejorar en estos sistemas es la estabilidad, porque el material biológico eventualmente se muere."

Las bioceldas de combustible ofrecen potencias mucho más bajas, que no permitirían iluminar una ciudad, por ejemplo, ni impulsar un automóvil o medio de transporte. Se piensa que podrían utilizarse para aplicaciones de nicho, como dispositivos implantables en el cuerpo humano, pequeños sensores (que midan glucosa en la sangre de pacientes diabéticos, por ejemplo), pero que nunca brindarán energías que puedan reemplazar al petróleo. Es decir, tienen aplicaciones interesantes, pero limitadas.

En el nuevo centro de Jujuy, Flexer y el grupo de científicos que decidan seguirla harán investigación básica. "Hoy por hoy, la Argentina extrae del salar carbonato de litio, que es el más económico, y eso se procesa en el extranjero para obtener sales muchísimo más caras y puras, que son las que se incorporan a las baterías -explica la científica-. Nosotros estudiaremos procesos que permitan extraer el litio de los salares más eficientemente y analizaremos qué se les puede cambiar a las baterías para hacerlas mejores. Por ejemplo, para evitar que el celular se te muera a las siete de la tarde. O que los automóviles eléctricos puedan funcionar con mayor autonomía, ya que la mayoría de los que se venden en la actualidad no superan los 100 o 200 km. Dos de las propuestas son la de litio-aire o litio-azufre, pero por el momento no funcionan como uno quisiera. Por ejemplo, no tienen una alta ciclabilidad [no se pueden recargar muchas veces]. Y si la batería te dura 30 cargas, no es negocio. Por otro lado, el proceso que desarrollaron Ernesto Calvo y su grupo en principio es prometedor, pero hay que probarlo, primero en escala de planta piloto, y sólo si funciona se podrá construir una planta industrial. La planta piloto para probar este proyecto está en construcción."

Como muchas veces ocurre, desde que el litio comenzó a despertar el interés de empresas y del gobierno local, varias de las 300 comunidades originarias reconocidas se pusieron en alerta e impulsaron reclamos administrativos y litigios judiciales.

Algunas se quejan de que no han sido debidamente consultadas ni previamente informadas, de que no les dieron participación en la gestión de los recursos naturales y de que no dieron su consentimiento. Entre otros reclamos, temen que la explotación genere un alto impacto en el medio ambiente y en el agua.

Sin embargo, el gobierno jujeño sostiene que se realizaron todos los pasos legales y que los estudios de impacto ambiental garantizan una explotación segura.

"Aunque en el pasado hubo problemas en salinas fronterizas con Salta -explica Tecchi-, en este caso, las dos empresas que están comenzando a extraer el litio en Jujuy, Salares de Jujuy y Exar, acordaron con las comunidades originarias que serán las beneficiarias de los puestos de trabajo, y realizaron convenios de catering y transporte con pequeñas empresas que están organizando en las poblaciones."

Para Flexer, este desafío va más allá de un simple paso en su camino profesional: "No vuelvo por el sueldo, lo que me hace pensar mucho por qué vuelvo -confiesa-. No, lo que me hace retornar es que soy fruto de la escuela pública argentina. Ingresé a los tres años y medio y salí cuando me doctoré en la Universidad de Buenos Aires. Soy quien soy y obtuve todos los trabajos en el exterior gracias a la formación que me dio la educación pública argentina de calidad. Siento que le debo algo a mi país y lo quiero devolver. Y creo que si me voy a Jujuy tengo más cosas para dar que si vengo a Buenos Aires. Si dentro de 25 años en Palpalá hay un centro de investigación que funciona, habré contribuido un poco a que la ciencia sea más federal, a enriquecer a la Universidad de Jujuy, porque los chicos no sólo van a tener profesores con experiencia industrial, sino también en investigación, y van a tener más posibilidades de «meter las manos en la masa». Y también voy a apoyar un proyecto que, si prospera, sumará oportunidades laborales".

Bianchi no duda de que las perspectivas son más que favorables: "Si Bolivia, Chile y la Argentina [dueños de entre el 40 y el 80% de las reservas] se pusieran de acuerdo, podrían manejar el mercado mundial del litio. Y nosotros somos los únicos que desarrollamos tecnología para aprovecharlo".
La joven que desarrollará tecnología en la Puna

Victoria Flexer

Se incorpora al Conicet

Profesión: investigadora

Edad: 36 años

Origen: Argentina
Es egresada del Colegio Nacional de Buenos Aires; se graduó e hizo su doctorado en Química en la Universidad de Buenos Aires.
En los últimos siete años, trabajó en Burdeos, Francia; Brisbane, Australia, y Gante, Bélgica.
Se radicará en Jujuy y dirigirá un grupo de investigación en la tecnología del litio.

Colaboró Amalia Eizayaga, desde Jujuy.