#Votojoven: el discurso que construye poder quebrando el punto de vista de medios y periodistas

Por Rubén Weinsteiner

La juventud, comienza cuando se desarrolla la capacidad de reproducir la especie humana, y termina cuando se desarrolla la capacidad de reproducir el orden social. 

Se es joven mientras se cuestiona, contesta y demanda cambios y se evita reproducir el orden social tal cual está planteado. Cuando se evita “transar”, cuando se quieren transponer límites, cuando se quiere forzar la realidad y enfrentar poderes constituidos y poderosos que frenan los cambios.
Uno de los poderes que más intervienen en la vida de los jóvenes es el poder mediático.
Las empresas mediáticas y los periodistas corporizan estrategias de negocios mientras crean sentido. Las empresas lo hacen por negocios más grandes, los periodistas por pauta o negocios más modestos.

En ambos casos la construcción de sentido se da produciendo construcciones mediáticas para lograr un lugar de enunciación que los posiciona dominando los acontecimientos que narran, con una ilusión de totalidad, que hace quienes consuman esos medios, “no necesiten” consumir más mensajes, hurgar en otras fuentes, o poner en duda lo desde esos medios comunica estos enunciadores globales para “conocer toda la realidad”.
Estos virtualizadores de realidades, y constructores de percepciones, instalan discursos hegemónicos y dominantes.

Por discurso hegemónico y dominante, entendemos, un sistema de referencias semióticas compuesto por un conjunto de signos ideológicos con un determinado valor, en torno de los cuales giran todas las demás significaciones sociales potencialmente válidas, y determinan no sólo los valores de verosimilitud de las nuevas producciones de signos sino también la verosimilitud de estos.
Estos emisores pujan por la construcción de representaciones, percepciones, imágenes del mundo que no son el mundo y creencias.
Los jóvenes por funcionalidad acotan el poder de fuego de medios y periodistas porque dieron por liquidado el brodcasting y operan con el pullcasting. Es decir rechazan la pasividad de quedarse inmóvil frente al televisor, y prefieren tener el control ellos y ver tramos de programas en you tube o escucharlos en radiocut, cuando ellos quieren, y resignificarlos, socializarlos y viralizarlos.

El discurso para interpelar a los diferentes segmentos jóvenes debe situarse en los limites. Hay que forzar la realidad que los medios intentan construir para impactar a los jóvenes y lograr su atención, empatía, interés y confianza.
Todo discurso significativo que pretenda interpelar al voto joven, tiene sentido sólo si transita los límites, es crítico y se apoya en el cambio de punto de vista como paradigma. Si se refiere a conflictos, utopías, incumplimiento de las normas, forzado de la realidad y convocatorias a luchas contra poderes enormes con final abierto.

El enfrentamiento para lograr los cambios, contra poderes hasta el momento “intocables” e “invulnerables”, le otorga vitalidad y dinamismo al vínculo, entre una marca política y los jóvenes. Ese final abierto, esa asimetría desfavorable, indignan, emocionan, convocan y le dan sentido a la bronca originaria y movilizadora, y la alegría de la acción y compromiso colectivos.
El cuestionamiento a medios y periodistas que construyen agendas corporizando negocios, contribuye a construir el nuevo campo de la mirada en los jóvenes. Es la puja por ordenar las percepciones sobre lo que realmente pasa, y de estructurar una narrativa propia, despojada de los intereses de empresas y periodistas y a organizar el debate, en torno a temas más reales y cercanos a los jóvenes.

Solamente en el terreno del cuestionamiento de los medios y emergencia de las contradicciones del discurso del mainstream, el mensaje hacia el voto joven adquiere su máxima tensión y con ella la potencia y significación plenas.
El discurso hacia el voto joven, debe quebrar el punto de vista de medios y periodistas para hacerse poderoso, para generar confianza, credibilidad, empatía y adhesión entre los jóvenes. Ese punto de vista construido a favor de la corporización de negocios políticos o corporativos, a través de procesos de standarización, limites y estereotipia de los mensajes de los medios, estructurados siempre con mecanismos repetitivos, que en realidad se constituyen como un control destinado a evitar la irrupción de mensajes nuevos y disruptivos.

Rubén Weinsteiner

Tribalidad 4.0 en el #votojoven



Por Rubén Weinsteiner


Para interpelar a los microsegmentos jóvenes en la era pre Web 4.0 y tener al sujeto de elección-objetivo rodeado, había que hablarle desde los referentes mediáticos o artísticos, desde las paredes, desde el diario, desde la calle y los carteles, para que nuestro mensaje impactara, reiterara la radio y mirara a los ojos la televisión para instalar anclajes poderosos.


Hoy los jóvenes no pasan online "una gran cantidad de horas" como decíamos hace algunos años, los jóvenes viven online, habitan la dimensión 4.0, lo que va variando es la pantalla. Primero cortamos el cordón umbilical del cable con la wifi, entrabamos a cualquier bar, pedíamos un café, el mozo nos decía “dale” y nunca lo traía, pero estaba todo bien, porque no habíamos venido por el café, habíamos venido por la conectividad, para sentarnos a trabajar en un lugar, que no era ni nuestra casa ni la oficina. Con el salto cualitativo de los smartsphones, las tablets, y luego con los smartsphones más grandes, fuimos dejando a un lado a nuestras netbooks, y ahí la ubicuidad de la red, pasó a ser nuestra mano.

La Web 4.0 es ubicuidad. Hace 15 años era común escuchar: "llego a casa, me conecto y te respondo el mail", esa frase ya no la escuchamos, ya que el telefonito hace que internet esté donde estamos nosotros.

Muchos integrantes de las generaciones “Google” y “Y”, es decir 16-38 aproximadamente, lo primero que hacen cuando se levantan es mirar el teléfono, para ver cuantos likes tuvieron en la última foto posteada en Facebook, cuantos rt tuvo en twitter, o si el mensaje de whatsapp que le enviaron a esa chica tiene el doble tilde azul.


Las tribus entre los jóvenes son comunidades emocionales que expresan una nueva forma de sociabilidad. Se sustentan en la satisfacción del sentimiento de pertenencia , pertinencia y validación, y un sensación de proximidad intelectual, afectiva espacial, tanto física como como virtual.

La forma de sociabilidad de la tribu urbana tiene que ver con insertarse en un grupo sobre la base de compartir códigos estéticos, rituales, formas de escuchar música, lugares propios. El principal valor es el de la pertenencia. En la tribu urbana, el individuo siente que juega un papel en el grupo y no es solamente parte de la gran masa de la sociedad.

La ubicuidad, la pertenencia y pertinencia a la tribu 4.0, es intensa, no admite descansos o recreos en muchos casos compite y le gana afectivamente y en términos validatorios a la pertinencia familiar, y en muchos casos a la pertenencia.

El discurso político tradicional, que intenta interpelar al segmento joven, lo hace desde el paradigma individual introspectivo y adulto, frente al paradigma comunicacional colectivo de referencia externa y tribal, desde donde los segmentos jóvenes escuchan y construyen su sistema de preferencias.

El reconocimiento y la identificación con la tribu en tanto colectivo, ante un problema determinado por parte del discurso político, es el eje de la racionalidad instrumental del voto joven. Para el joven, identificación tribal es amor, para los adultos, identificación es esencialmente empatía.

Esa avidez por los likes, o por los rt, es sin duda esa legitimación que la tribu otorga. Esa legitimación compite con la de “la ley”, padres, escuela, familiares, medios, religión etc.

Para que la comunicación con los segmentos jóvenes sea esencialmente persuasiva y técnicamente informativa, y no al revés, debe tener en cuenta que es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de la tribu, por afirmación o por negación, que lo que dicen los padres, los profesores, la religión, los medios o los políticos. Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen con lo que está bien para los pares y la tribu, y viceversa. “No tomes, no entables relación con gente rara, estudiá mucho, acóstate temprano, no te quedes hasta cualquier hora en la computadora” consejos sobre la vida sexual, las relaciones, el trabajo y finalmente la política, son consejos que los jóvenes difícilmente puedan cumplir si quieren ser parte de la tribu.

En la mayoría de los casos donde las consecuencias no revisten inmediatez , amenaza o peligro, la tensión padres-tribu, se salda a favor de la tribu, por el peso del colectivo a la hora de la aprobación y legitimación social.


De esta manera, los jóvenes, gestionan el conflicto entre lo que está bien para los padres y lo que está bien para la tribu, y así, de esa manera, responder a dos expectativas diferenciadas. La demanda implícita es que sea aceptado lo inaceptable dentro de las condiciones objetivas, pero que como dice la marcha de la bronca de Pedro y Pablo, “haré de cualquier modo” .

La ocupación del imaginario por parte del joven, en tanto integrante de un colectivo, una tribu, con sus leyes, códigos y marcos transaccionales, es una precondición de cualquier construcción discursiva, políticamente significativa, para la interpelación y colonización de subjetividades dentro de los segmentos jóvenes.

En ningún macrosegmento se observa tan claramente la dinámica de la microsegmentación como hacia el interior del #votojoven. Porque los jóvenes, son más flexibles, adoptan nuevos intereses con especificidades y dinámicas atomizatorias, cambian, se enamoran de ideas más fácilmente, y se separan ellas con facilidad, se sienten parte de nuevos colectivos rápido, se juntan, se agregan, se separan, se vuelven a agregar, se comprometen mucho más rápido que los mayores.

A la hora de interpelar a los jóvenes, muchos inmigrantes digitales, es decir los que no nacieron con la web social, se les nota mucho “el acento” fuerte de inmigrantes, cuando no entienden como en una reunión de 20 adolescentes en una casa, los 20 se comunican por whatsapp entre ellos mismos, y no hablando con los mismos que tienen al lado. Es que la tribalidad 4.0 tiene sus propios códigos, su marco epistémico, sus jeraquías y validaciones y sus mecanismos de defensa.  Las diferencias que sorprenden a los mayores de 40 son muchas y variadas, desde el discurso, la simbología y ritualidad, la ubicuidad como lugar, hasta el sostener el teléfono y escribir con la misma mano.

Esta comunicación 4.0 tribal, con jerarquías de liderazgos de diferente tipo e influencers, tiene tres características básicas:


a) la velocidad de distribución,



b) la viralidad en la redistribución



c) la potencia de reproductibilidad de los contenidos.


La Web 4.0 es una gran oportunidad de construir diálogos de gran densidad y valor con los diferentes microsegmentos jóvenes. En la Web social es posible microsegmentar de manera muy eficaz y por variables blandas, es decir, por lo que la gente hace y no por lo que la gente es. Para eso las conversaciones deben ser consonantes y ubicuas con las tendencias imperantes, y altamente virales para a ser reproducidas horizontalemente para dotarlas de potencia y legitimidad.

Esa posibilidad de impactar directamente en el núcleo de cada microsegmento, taylorizando el mensaje a medida del objetivo, permite pensar estrategias diferenciadas y profundas para cada microsegmento.

Las marcas políticas y corporativas se vuelven mucho más eficaces a la hora de ocupar el imaginario de los microsegmentos jóvenes, colonizar subjetividades, intervenir en su sistema de preferencias y sujetar a los sujetos de elección, si establecen una conexión emocional-vivencial con el joven en tanto integrante de diferentes tribus, signadas por las variables blandas que lo definen como sujeto de elección.


 Rubén Weinsteiner

Trump retoma su campaña: ya tiene fecha para su primer mitin en la era covid-19


Luego de suspender sus viajes de campaña durante varios meses debido a la crisis sanitaria del Covid-19, el presidente Donald Trump regresará a sus mítines masivos rumbo a la elección del 3 de noviembre, en la que juega su reelección. Originalmente la campaña anunció que el evento tendría lugar el próximo viernes 19 de junio en Tulsa, Oklahoma, pero líderes de la comunidad negra criticaron a Trump por la locación y fecha elegida para su gran regreso.

Resulta que el 19 de junio es "Juneteenth", día en que se conmemora la liberación de los esclavos tras el triunfo de la Unión en la guerra civil estadounidense. Por si fuera poco, en Tulsa ocurrió uno de los actos de terrorismo racial más graves en la historia de Estados Unidos.

El 31 de mayo de 1921 una turba de residentes blancos, respaldados por la Guardia Nacional del estado, atacaron el próspero distrito de Greenwood, habitado por la comunidad negra. Incendiaron negocios y casas y asesinaron a entre 150 y 300 personas. Unos 10 mil afroamericanos se quedaron sin hogar y la que había sido una de las comunidades negras más ricas del país jamás volvió a levantarse.


Los sorprendente no es que la campaña Trump haya elegido -por error o por provocación- esa ciudad y esa fecha para celebrar el evento del mandatario, sino que Trump haya elegido mover su rally un día para evitar la controversia.

Trump está muy preocupado por sus números en general, pero en especial con la comunidad afroamericana, quienes favorecen a su oponente Joe Biden.

La razón es bastante evidente: el presidente está muy preocupado por sus números en general, pero en especial con la comunidad afroamericana, quienes favorecen a su oponente Joe Biden. De hecho, uno de los grandes fuertes de Biden rumbo a noviembre es su popularidad entre estos votantes.

Ni Bernie Sanders, ni Pete Buttigieg, ni Kamala Harris, ni Corey Booker pudieron reducir los números del vicepresidente con los afroamericanos. Trump lo sabe y desde hace meses intenta reducir el impacto de estos votantes
El mayor problema de Trump con esta comunidad es su historial. Trump ganó con el apoyo de la base más dura del Partido Republicano, y para conquistarla usó el discurso antimigratorio, anti musulmán, y antimexicano, pero también se negó a favorecer a la comunidad negra.

Uno de los momentos más oscuros de su administración ocurrió poco después de que un grupo de extrema derecha -integrado por supremacistas blancos y neonazis- se manifestara en Charlottesville, Virginia en agosto de 2017, cuando el presidente tenía menos de seis meses en el cargo. Varios grupos antirracistas se presentaron en el evento y confrontaron a los supremacistas. Al final de la marcha un neonazi embistió a los manifestantes antirracistas y asesinó Heather Danielle Heyer de 32 años. El siguiente lunes, durante una conferencia de prensa, Trump aseguró que había "muy buenas personas de los dos lados" de la marcha. Es decir, se negó a condenar del todo a los manifestantes de la ultraderecha.

Los Medios de Fake News de Izquierda Radical, que no tuvieron problemas Covid con los Amotinadores y Saqueadores destruyendo ciudades gobernadas por Demócratas, está intentando Covid avergonzarnos por nuestros grandes Mítines. ¡No va a funcionar!

La realidad a la que se enfrenta ahora, con manifestaciones masivas en contra de la violencia policiaca hacia las comunidades de color, ponen a Trump en un lugar muy complicado. Quizá con la intención de cambiar la conversación, el presidente tuiteó ayer que no iba a permitir que los medios lo "covid avergonzaran" por organizar un mitin de campaña cuando todavía hay miles de muertos todos los días por el coronavirus.


Trump presumió que casi un millón de personas habían solicitado boletos para su evento del próximo sábado.



Donald Trump encontró espacio para participar por primera vez en una reunión del equipo que trabaja en su reelección. Fue una reunión de tres horas en Arlington, Virgina, según reportó el periodista Jonathan Swan en el portal Axios.


La integración de ese cónclave habla mucho de la campaña que viene. El primer dato de relevancia es la presencia de Nick Ayers, jefe de gabinete de Mike Pence. En las últimas semanas, a medida que se desplomaba la imagen del Gobierno de Trump, se instalaba en diversos círculos de Washington la posibilidad de que tal vez el presidente debiera cambiar a su compañero de formula para noviembre. Se mencionaba el plan de sumar a una mujer o un afroamericano. Pero la presencia de Ayers tumba esas especulaciones. De hecho, en la reunión se detallaron las actividades de corte proselitista que encabezará el vicepresidente.

Otro dato que llega hasta el empresariado mexicano es la aparición de Corey Lewandowsky, operador territorial que tiene una relación cíclica con Trump, que lo ha despedido al menos en dos ocasiones, pero que siempre vuelve. Lewandowsky es el nexo entre algunos magnates mexicanos y el presidente de Estados Unidos. Fue él quien recolectó aportes discretos para el día de inauguración en 2017, cuando Trump juró como presidente.


En materia de encuestas Trump vuelve a elegir al consultor Tony Fabrizio, que es el encargado de medir la imagen del presidente en la base republicana. Fabrizio quedó salpicado en la trama de la supuesta injerencia rusa en la elección del 2016 y por eso había pasado a un segundo plano en el circuito presidencial.

Se registran, al menos en estas primeras reuniones, dos ausencias de peso respecto a la pasada elección. Ya no están ni Steve Bannon ni Kellyanne Conway. Es otro dato para México porque eran los principales impulsores del discurso anti inmigrante en la primer campaña. Se refuerza la tesis de que ahora, rumbo a noviembre, el "enemigo externo" será China país al que se señalará como principal causante de la pandemia del Coronavirus.


La campaña en su conjunto queda a cargo de Brad Parscale cuyo accionar estará bajo escrutinio permanente de la prensa más crítica de Trump por el affaire de Cambridge Analytica. Parscale era el encargado de comunicación digital hace cuatro años y ahora asumirá el rol de Conway.

"El verdadero poder es el miedo", le dijo Trump en marzo del 2016 al periodista Bob Woodward en una entrevista en Washington DC. El momento actual de Estados Unidos sintoniza con esa creencia que el equipo de campaña presidencial buscará volcar de lleno en la figura de Joe Biden, como alguien que no es confiable para recuperar la economía post pandemia.

El enigma a develar en la contienda que viene es hasta que punto ese discurso del temor puede penetrar en un electorado sometido a altos niveles de estrés. Hace cuatro años fue efectivo en un país relativamente estable. Ahora se pone a prueba ante la tensión social y el desastre económico.

El voto del segmento #cumbia




-


Los cumbieros configuran un segmento, numeroso, potente y horizontal. Dentro del segmento, su núcleo duro se constituye en una tribu urbana muy popular.

El segmento en sí es esencialmente popular, tanto por lo numeroso como por su extracción social.

Sus miembros son jóvenes de la base de la piramide, que legitiman, reivindican y transforman en su ADN identitario a la cultura de las villas.

La palabra cumbia, deviene de la expresión afroamericana “cumbé” que significa fiesta, es uno de los géneros más populares de la música latinoaméricana. Si bien tiene diferentes acepciones musicales en diferentes países, es un ritmo asociado a los sectores de bajos recursos, que fusionan ritmos africanos, aborígenes latinoamericanos y españoles.

Rubén Weinsteiner


Nace la cumbia

En la Argentina, la cumbia comenzó a formar parte del imaginario en los sesenta, con el Cuarteto imperial, en los setenta aparecieron los primeros galpones, antecesores de las bailantas, donde se bailaba cumbia, chamamé, y se fusionaban en ese conurbano heterogéneo, ritmos de muchas provincias. Vinieron Gilda, Sombras, los Palmeras, Antonio Ríos, cantante del grupo Green, del grupo Sombras y luego de Malagata.

En los 90 Ricky Maravilla fue el primer bailantero que hizo bailar a todas las clases sociales, incluso en Punta del Este “los chetos” medio en joda, bailaban su música

La cumbia se hace villera

Pero a fines de los 90, dio un giro disruptivo, y explotó como “cumbia villera”. Los cumbieros se negaban a ser la atracción de “los chetos”. El país iba al precipicio con las políticas de Menem y De la Rúa, y las contradicciones se agudizaron.

Apareció la cumbia de barrio, con bandas Metaguacha y Guachín, con un repertorio muy del conurbano profundo, contestario y reactivo a lo que estaba pasando.

Flor de Piedra intentaba autodenominar como cumbia cabeza -tal es el nombre de una de las canciones de su primer disco- a su estilo (el término cabeza deriva del término peyorativo cabecita negra), mientras que Pala Ancha y Sipaganboy lo intentaban imponerlo como cumbia callejera -nombre del primer disco de Pala Ancha, producido en el año 2000-. Por su parte, El Indio en el año 2000 comienza su carrera y edita su primer disco, llamado Cumbia de barrio, intentando así imponer ese nombre.

Términos como cabeza o de barrio ya eran usados desde hace algunos años en Argentina para caratular al estilo de rock and roll (rock barrial, rock cabeza, punk barrial, punk cabeza, etc.) de bandas como Ratones Paranoicos, Flema, 2', Attaque 77, La Renga, Bersuit Vergarabat, Viejas Locas, Jóvenes Pordioseros, etc., y de hecho ya en los '70 había un estilo de punk denominado street punk (punk callejero en inglés), más adelante llamado oi.

El nombre de cumbia villera aparece en el año 2000 debido al nombre homónimo (Cumbia villera) del primer disco (y de una de las canciones del mismo) de Yerba Brava (cuyo vocalista provenía de la ya disuelta banda Canto Negro).

Pablo Semán, sociólogo argentino, antropólogo, investigador en el CONICET y profesor en el Instituto de Altos Estudios Sociales y la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional de General San Martín, argumenta que la cumbia villera está por fin siendo reivindicada en la década de los 2010s en los círculos de cultura, filosofía y pensamiento (como universidades y secretarías de gobierno) como un representante genuino de la expresión de los postergados.

Las nuevas acciones de apoyo y difusión desde las figuras más representativas de los otros géneros musicales, como la ascendente promoción en los 2010s de bandas de cumbia villera por publicaciones mainstream del rock y el pop como la revista Rolling Stone de Argentina, la organización de recitales y fiestas de cumbia villera en locales y clubes donde las bandas mainstream del rock y el pop suelen tocar, por fuera del circuito de bailantas tropicales (el conglomerado de discotecas de cumbia y música tropical), y por último, la cercana colaboración y producción financiera de bandas de cumbia villera por músicos mainstream como Andrés Calamaro, Vicentico y Fidel Nadal, es también un fenómeno de la década de los 2010s que es visto como un signo de buena salud en el género.
Con todo y más allá de los pormenores, la cumbia villera permanece en la memoria del imaginario colectivo como la más agresiva, la más desafiante y la más socialmente consciente forma de cumbia hecha en toda la historia, y uno de los últimos géneros hechos con auténtico compromiso social en toda la música en tiempos recientes.

La cumbia villera siempre recibió críticas feroces del establishment, por reivindicar a “los pibes chorros”, el consumo de drogas, demonizar a la policía, y enunciar estigmatizaciones de genero.

La aparición de la cumbia villera determinó un punto de inflexión, por primera vez el conurbano profundo expresaba una contestación social visible.

Cumbia y conurbano

En este segmento se mezclan argentinos de varias generaciones, generalmente con tatarabuelos que llegaron en los 40 al conurbano, a las llamadas ciudades dormitorio, expulsados de la ruralidad del interior por la crisis de los 30, que desencadenó una baja fuerte de las materias primas que exporta la Argentina, y convocados por el proyecto industrial del peronismo, que nutrió con estas migraciones a las fábricas que conformaban la incipiente industria nacional.

Según varias investigaciones, el trabajo no era la prioridad de estos migrantes, aunque obviamente venían “a laburar”. Lo que más buscaban era infraestructura para los hijos, concretamente, educación y salud.

De esa manera se fue conformando un conurbano macrocefálico, con una gran preponderancia electoral potenciada luego de la reforma del 94.

A ese conurbano llegaron inmigrantes paraguayos rurales, durante los 90 y 2000, sus hijos se integraron a los tataranietos de los chaqueños, santiagueños, tucumanos etc.

La cultura de la villa, eje central de la construcción identitaria del segmento #cumbia, reivindica la gestualidad villera, el marco epistémico, los oficios, las comidas y el folklore. La droga, los ladrones, la policía, los buchones, adquieren valoraciones intensas en este segmento.

El segmento #cumbia, ha contruido clivajes muy fuertes con respecto a sus otredades. Los “blancos”, la policía, “los chetos”, son “el otro” que los definen y solidifican en su identidad.

Un clivaje asimétrico, donde ellos se reconocen como “los negros”, “los grasas” frente a una otredad poderosa, “careta” que marca la agenda, modelos y valores, a los cuales los cumbieros no sólo que no adhieren, sino que rechazan. Una otredad que plantea un mundo del cual los cumbieros se sienten excluidos.

En los recitales de las bandas, podemos escuchar, “el que no salta es un cheto” “el que no salta maneja un patrullero”. Los “blancos” y “la ley” o “la gorra”(desde un policía hasta un patovica), dos otredades intensas, que plantean derivaciones múltiples.

La periferia asume un rol de centralidad en el segmento #cumbia. Una periferia definida por la exclusión, la ausencia del estado, (en términos relativos, en el conurbano bonerense hay muchísimo más estado, que en muchos conurbanos latinoaméricanos), y la fragmentación territorial, social, económica y cultural que determina una fuerte desigualdad sintetizada por una fotografía aérea de excluidos e incluidos, a pocos kilómetros de distancia, sin interfaces que estimulen las interconexiones socialmente eficaces.

En la cultura cumbiera, compartir la exclusión y sus consecuencias permite el reconocimiento de códigos, marcas y rasgos distintivos definidos y legitimados por el segmento como propios que definen su praxis social.

Territorialidad

Esa territorialidad marcada por la exclusión, ausencia del estado y postergación, define una identidad que teme rechaza las interacciones con la otredad, que legitimarían la asimetría que propone la realidad. Por eso sus límites y el “derecho de admisión” en ese sentido son muy estrictos.
La villa aparece en el imaginario del segmento cumbia como su lugar de referencia histórica, un “territorio sagrado”, base de las tradiciones, de los mitos, de la emotividad y el afecto, donde los cumbieros pueden desarrollar rituales, prácticas sociales, la construcción de nuevos saberes y de un entramado social eficaz.

La villa como lugar y los actores territoriales estratégicos, ya sea líderes, artistas, “chorros” puestos en la categoría de héroes, por su valor, su solidaridad o por haberse convertido en mártires, asumen un rol de centralidad identitaria en la vida del cumbiero.

Cantarse y narrarse

Pablo Lescano cuenta que el fue el primero que cantó sobre los que veía a su alrededor “Me crié adentro de un rancho/entre humo, cumbia y borrachos/por eso soy villero” “Yo fui a lo de Tinelli y le dije al director, loco, acá nos tenemos que vestir igual que los pibes que van a la bailanta, con equipo de gimnasia y gorra”.

Damas gratis, la banda de Lescano, tiene un disco llamado “100% negro cumbiero”, que se transformó en un slogan en el segmento.

Asumirse “negro cumbiero” es liberador para los integrantes del segmento. Muchos los desprecian, los rechazan, los estigmantizan, ellos se asumen y con eso siente que desarman a sus enemigos.

"Negro cumbiero"

Ser “negro cumbiero”, ser parte de “los pibes”, es sostener la cultura del “aguante” es un límite ser un delator un “botón”, o no bancar al compañero que está en problemas. El “bardo” es un estilo de vida, la ley es enemiga, corporizada en la policía, los patovicas o los límites culturales de las ciudades que no conforman su territorio, y los “chetos” son la otredad más extrema, con los cuales no se interactúa ni transa.

Los “chetos”, son caretas, son “gatos”, “vigilantes”, no tienen “aguante”, “tienen guita pero no saben lo que es la vida en la villa, que es lo bueno”, y básicamente, no comparten la territorialidad de “los pibes”, lo que los deja afuera del mundo cumbiero.

Marco epistémico y simbología

Rescatarse es ocuparse de lo de uno, la gorra es la policía, sustancia es la droga, santuario es el lugar de reunión, rati, yuta, Cobain es la policía, gato, es alguien trucho, chetos, atorrantes, bardo, buche, etc
En el plano de la simbología los podemos ver con ropa de gimnasia, gorra con visera, algunos con el pelo teñido de rubio, gel y “altas llantas” (buenas zapatillas).

Cumbieros vs Chetos

Este segmento tiene muy marcado el código de funcionamiento del #votojoven, de valorizar la autenticidad y la comprensión.

Para el cumbiero el cheto no es auténtico y tampoco es solidario. El cumbiero se piensa desde un lugar que altere la asimetría con “los chetos” desde un lugar humanamente más digno que estos. Para el cumbiero “los chetos” esconden sus problemáticas, que según ellos son muchas y graves. Esto le resuelve parte de la asimetría y le brinda una autopercepción menos desfavorable que la narrada por los medios.

Para los medios el cumbiero, es un “pibe chorro” alguien despreciable que debe ser señalado. Por eso los cumbieros priorizan sus medios locales, y si tienen que ir a “caretear” a los medios “chetos” los hacen por plata pero nada más.

La imagen del segmento que le devuelve el mainstream es muy mala, por eso los cumbieros se construyeron sus propios significados marcarios y percepciones de lo que es ser cumbiero.

La cumbia vota

El voto cumbiero es tribal, es más sensible a los vaivenes económicos que los blindajes y operaciones mediáticas, no confía en nadie que no se de los pibes o el entorno villero, pero sabe percibir quien está más cerca y más lejos.

Lo aspiracional puede funcionar en forma temporal y no como lealtad sustentable. Requerirá de una estrategia de sustitución de anclaje muy fuerte y de visibilidad y acercamiento.

Marcas como De Narváez o Macri, con un fuerte componente aspiracional, pueden llegar a obtener el voto cumbiero en alguna elección. De Narváez tuvo una performance aceptable en ese segmento en 2009. A Macri, en la villa lo votaron los mayores, entre los jóvenes cumbieros ganó claramente Scioli, pero hubo muchos cumbieros que lo votaron, porque se sintieron defraudados con la oferta del peronismo.

Esto de vivir como pobre, viajar como pobre, comer como pobre, vestirse como pobre, curarse como pobre, pero votar como rico, es algo muy horizontal a nivel global, y generalmente viene acompañado de un esquema aspiracional, con marcas políticas que se muestras cercanas y la defraudación de la oferta que naturalmente sería más acorde al segmento, Trump es el último caso.

El cumbiero valora lo unplugged, y condena la impostura, mostrarse tal cual se es, cantar la vida en el barrio con la pobreza, la droga, el alcohol y la violencia es revelador y portador de autenticidad.

El reptiliano -el sector cerebral más primitivo que determina el 55% del sistema de preferencias- del cumbiero demanda reconocimiento ante todo. Pide a gritos que lo consideren alguien normal, que no le teman, que lo incluyan, que lo piensen y que lo narren. Que le hablen a él, y que entiendan su entorno y circunstancia, sus limitaciones, motivaciones, escala de valores. Quieren respeto, quieren que les hablen a la altura de los ojos, sin impostaciones, crudo y duro. El cumbiero busca empatía e identificación asumiendo las diferencias.

El cumbiero, no interactúa con jóvenes ni adultos de diferentes a él, más que lo que puede llegar a imponer el trabajo. La tribu es todo, quiere cambiar muchas cosas, tiene futuro, mucha incertidumbre, algunas ilusiones y muchos miedos. Tiene deseos y necesidades, está abierto, espera mucho y es lábil.

Piden desde la promesa de la marca política, un sistema más flexible, que los registre, que los narre de otra manera, que los contenga, que les permita ingresar, ser parte y ascender, sin estigmatización ni demonización, que opera muchas veces como auto rechazo hacia adentro del segmento.

Entre los cumbieros popularidad no es lo mismo que influencia. La visibilidad es importante, pero es un segmento tan cerrado que la influencia requiere de una validación tribal muy estricta, apoyada en la marca política a través de la promesa de la misma, la narrativa de su identidad, personalidad, su discurso, posicionamiento y su simbología y ritualidad.

Hablar con los jóvenes cumbieros, impone ante todo reconocimiento, valoración y “hacerlos sentir parte”. Para que además de hablar con ellos, te escuchen, hay que revelar compromiso.

La comunicación entre una marca política y los cumbieros, en medio de la disputa de sentidos, emociones y ofertas simbólicas, requiere por parte del joven de una validación tribal y de construir vivencias y atravesar una instancia colectiva, donde se comprometan las emociones. Hay que “subirse al mismo barco” con ellos para lograr cambios. El estar arriba de ese barco le da sentido a la bronca y la transforma, proponiendo desafíos con la pasión de la acción y compromiso integrador.

Rubén Weinsteiner

Coronavirus: los 10 temas que más preocupan a los adolescentes


Durante los casi tres meses que llevamos de aislamiento preventivo obligatorio en el Área Metropolitana de Buenos Aires y otras zonas con transmisión comunitaria del coronavirus (la mayoría del país ya salió de esta fase), en general, los especialistas observan que los adolescentes tienen miedo a que la vida social no vuelva a ser la misma que en el pasado. Extrañan mucho a sus amigos, sus salidas y las juntadas. En muchos casos, se sienten solos. Además, manifiestan una fuerte sensación de incertidumbre al no tener certeza de cuándo y cómo terminará esto.

"Hay un porcentaje de adolescentes en donde la pandemia y el confinamiento funcionó como gatillo para que se exprese un trastorno de ansiedad. Miedos desmedidos, exacerbación de sintomatología obsesiva, crisis de angustia, episodios de ataques de pánico. Insomnio, hipersomnia y mucha irritabilidad hasta conductas disruptivas. En adolescentes más tímidos y/o poco sociables, este confinamiento les resultó funcional y el problema va a venir en la apertura cuando tengan que exponerse al afuera. Lo que más observo en mis consultas es irritabilidad, hartazgo y tristeza. Estar triste no significa tener depresión, es una emoción que es válida presentarla en este momento de duelo de la vida anterior. Expresan muchas preocupaciones hacia el futuro. Hay chicos que no van a poder regresar al mismo colegio o universidad al que concurrían antes por cuestiones económicas, o familias que tuvieron o tendrán que dejar sus hogares por no poder sostener el alquiler. Todo esto significa grandes duelos para los adolescentes”, dice a Clarín la médica psiquiatra Juana Poulisis, magister en psiconeurofarmacología.


Una montaña rusa de emociones

Lucio (14) cuenta que siente preocupación al no poder realizar actividad física ni reunirse con su novia y con sus amigos. “No puedo ir a la peluquería y mi vieja me corta el pelo como puede. Me molesta no poder hacer las cosas que ya había empezado a hacer como viajar solo o salir a comprarme cosas. El año pasado comencé a hacer teatro y este año quería probar entrenamiento de boxeo, estaba entusiasmado y no pude”.

A Luciana (19) la angustian varios temas. Entre ellos, que sus abuelos se contagien de COVID-19. Pero, además, le preocupa la situación económica. “Me pone mal todas las personas que tenían trabajos independientes y que ahora no los pueden realizar y en muchos casos no tienen plata para comer o para pagar el alquiler. Me preocupa que compañías pequeñas, como la de mi mamá, queden en bancarrota o caigan mucho económicamente”, expresa.


“Los adolescentes se encuentran en un proceso de consolidación de sus propios deseos, de búsqueda de intereses, de experimentar, de crear, de conocer, de aprender y, sobre todo, de búsqueda de su propia identidad y necesidad de espacios propios. Toda ésta situación abrupta y sorpresiva que nos obliga a una pausa, a una relativa pérdida de la libertad y perdida del contacto físico, nos enfrenta a atravesar pequeños duelos. Estos 'micro duelos' ocasionan malestar, por momentos enojo, frustración, confrontación con el adulto, alteraciones en el sueño, irritabilidad, apatía, desgano, tristeza, llanto, nostalgia, entre otros. Se da como una especie de montaña rusa de emociones", coincide Verónica Nigro, psicóloga clínica y deportóloga.

Y agrega: “El aprender a identificar éstas emociones, aceptarlas, atravesarlas, entendiendo que son parte de este difícil momento que estamos viviendo, nos ayudará a gestionarlas de una manera más sana y positiva. Las emociones no son ni buenas ni malas, forman parte de nuestra vida, cumplen una función adaptativa y nos brindan información para nuestro autoconocimiento, para poder observarnos y conectar con lo que está sucediendo. Y lo interesante es poder expresarlas, teniendo un contexto familiar que contenga al adolescente y que fomente la comunicación de estas emociones. Tanto las emociones negativas como las positivas vienen a decirnos algo y tendremos que aprender a escucharlas”.


Qué les preocupa

Siete de cada 10 adolescentes se sienten muy preocupados por el coronavirus, según un estudio (del que participaron 390 estudiantes secundarios de entre 12 y 18 años) llevado a cabo por el Colegio Nacional de La Plata en conjunto con la Defensoría del Pueblo de la Provincia.

“Estos datos me invitan a reflexionar sobre el papel super importante que tenemos los padres a la hora de transmitir mensajes claros, con calma y seguridad. Porque si bien el adolescente escucha a veces más a su grupo de pares que a los propios padres, es verdad que los referentes en la casa son sus padres y si nosotros favorecemos el diálogo no debería ser traumático para el adolescente atravesar esta situación. Muchas cosas dependen del contexto intrafamiliar”, opina Nigro.



El contexto familiar debe favorecer la comunicación de las emociones.

Este trabajó arrojó que las 10 preocupaciones de los adolescentes durante el aislamiento obligatorio más comunes son:

• Que le pase algo a mis familiares.

• La cantidad de muertes, no poder disfrutar mi último año y no poder ir al viaje de egresados.

• Mis abuelos

• Mis viejos que tienen que trabajar igual y todo en general.

• No sé qué va a pasar en un futuro.

• No sé cuándo va a terminar.

• Salir por motivos de trabajo y traer el virus a mi casa.

• Me preocupa que se enferme algún familiar mío.

• No saber si estoy contagiado y contagiar a otros.

• Me preocupa no poder volver a la rutina.

“La desinformación o la poca certeza de cuándo termina el confinamiento hace que los chicos se pongan más intolerantes a la situación y sea más difícil practicar la aceptación del momento en el que estamos y surjan más episodios de irritabilidad y nerviosismo. El encierro no solo hace aumentar el riesgo de sufrir angustia o violencia, sino también hace más difícil pedir ayuda. Cuanto más larga sea la cuarentena, más riesgo de presentar alteraciones psicológicas. Por eso es muy importante psicoeducar a los chicos cuando se flexibilice la cuarentena para que la salida no sea impulsiva, sino con recaudos. La salida del confinamiento debe ser bien planificada, especialmente para los adolescentes que saldrán ávidos de todo aquello que se le prohibió. Recibir información concreta ayuda a sobrellevar la situación”, puntualiza Poulisis.

Los adolescentes necesitan tener su espacio de privacidad, sus momentos y espacios personales, para poder conectar y desconectar con sus emociones. Ahora más que nunca, los padres ejercen un rol fundamental para tener en cuenta y saber, que por más que les parezca que a sus hijos no les pasa nada y que no lo expresen, la realidad es que viven un mundo interno de sensaciones y emociones propias, y muchas veces recurren a encerrarse en su mundo interno o evidenciando afrontamientos de evitación.

“Por eso, es de suma importancia crear con los hijos adolescentes un espacio de encuentro y de diálogo, evitando las conductas sobreprotectoras, pero a la vez no ubicarse en la indiferencia o despreocupación, esto sería, respetarles sus momentos y sus tiempos. Construir juntos ideas sin confrontar para que los jóvenes puedan aprender de qué se trata aceptar cierto umbral de frustración, tolerar los límites frente a lo que no se puede y los padres sostener sus creencias sin confrontar para evitar que se produzcan escaladas de conflictos y de desborde emocional”, recomienda a Clarín Diana Trajtenberg, profesora de la licenciatura en Psicología de la UADE.

Las 5 disrupciones claves que desató la pandemia

Cinco focos de tensión que nacieron o se profundizaron por la pandemia. Cómo sea, el desenlace de cada uno de ellos determinará si el coronavirus finalmente cambia el orden mundial.

China: del virus, a la posibilidad de una nueva guerra fría y la diplomacia de las mascarillas Las infografías de este artículo se realizaron con datos de la Universidad Johns Hopkins actualizados al 12/06/2020 (Marcelo Regalado)

El gobierno de Xi Jinping lidera el ranking de la polémica internacional que desató el virus. Seguido muy de cerca por la Organización Mundial de la Salud, claro. Es que Beijing ocultó -adrede o por negligencia- la verdadera dimensión del brote que se convirtió en pandemia. Desde diciembre del año pasado, cuando el mundo se enteró del nuevo coronavirus, ha ocultado información y se encargó de obstaculizar los accesos internacionales para verificar que no se trate del producto de un laboratorio. Insistimos: adrede o por negligencia, el virus surgido en su territorio afectó al mundo y cuando las principales potencias del planeta pidieron acceso al lugar de origen, el régimen volvió a levantar su muralla.

Beijing sometió a su población a la exposición del virus letal y, una vez que el brote se transformó en pandemia, intentó contrarrestar las críticas argumentando que hay una conspiración en su contra. Las primeras víctimas de este tipo de ocultamiento fueron los propios habitantes de Wuhan, quienes no fueron advertidos a tiempo por las autoridades que mintieron permanentemente sobre las cifras y la gravedad del caso. Recién el 22 de enero, más de tres meses después de iniciada la pandemia, decidió aislar totalmente a la población de aquella ciudad para hacerlo posteriormente en la provincia de Hubei.

Cercado por sus propios muertos- que se cuentan por miles-, Estados Unidos apunta contra su clásico rival y reúne día a día más información para responsabilizar a China del mal manejo de la pandemia.

Donald Trump no pierde oportunidad de remarcar públicamente que China no estuvo a la altura de las circunstancias y su secretario de Estado, Mike Pompeo, echó mano de la batería de términos de antaño para acusar a Beijing. Para el funcionario norteamericano, “China hizo todo lo posible para asegurarse de que el mundo no se enterara a tiempo” sobre el COVID-19. “Fue un clásico esfuerzo de desinformación comunista”, dice con frecuencia.

En esta cruzada no está solo, sino que un informe de la alianza de agencias de inteligencia “Five Eyes” -compuesta por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda y Australia- asegura que Beijing ocultó información. Según el documento, existen pruebas de que el virus se originó en el Instituto de Virología de Wuhan, cerca del mercado húmedo de donde China dice que proviene. Afirma, además, que el gobierno asiático encubrió la noticia del virus silenciando o “desapareciendo” a los médicos que hablaron, destruyendo las pruebas del virus en los laboratorios y negándose a proporcionar muestras vivas a los científicos internacionales que trabajan en una vacuna. El documento de inteligencia, que dice tener pruebas aunque aún no fueron difundidas, suma sospechas sobre Beijing y alimenta la teoría de una nueva “guerra fría”, esta vez entre EEUU y China.

En este contexto de desconcierto mundial, a fuerza de confinamientos severos, persecución de la población y un sistema de control que viola cualquier noción de derechos humanos, China fue la primera nación que superó el brote. Acaparando la única información disponible sobre el tema -básicamente la experiencia propia- y dominando la producción mundial de elementos de protección como los barbijos, Beijing buscó sacar provecho del horror y puso en marcha la “diplomacia de las mascarillas”, una nueva estrategia de “poder blando” para hacer pie en distintas partes del mundo; por ejemplo, en Latinoamérica.

Donaciones de respiradores, insumos médicos y mascarillas, know how… Esta es la nueva puerta de entrada de China al mundo. Con piel de cordero, busca aumentar su influencia geopolítica y, en medio del caos, puede que lo logre.

La OMS, burocrática, lenta y desfinanciada

La Organización Mundial de la Salud sufre el descrédito más importante de su historia. En 2015 ya había estado en el foco público por el control del ébola, pero como el epicentro de esa enfermedad fue en África, el mundo no exigió demasiado.

Cuando el brote de coronavirus se descontroló, la OMS dejó al descubierto la burocracia de los organismos internacionales y dilató la toma de medidas. Tardó en dimensionar la gravedad del virus, demoró en calificar la crisis como una pandemia y, producto del desconocimiento sobre la enfermedad -de ellos y de todos-, dijo y se desdijo. Un combo mortal que no supera el escrutinio internacional.

Que las mascarillas no, que las mascarillas sí; que los asintomáticos son un peligro, que no lo son; que sin fiebre no hay coronavirus, que sí hay enfermos sin temperatura elevada; que los niños son inmunes, que son supercontagiadores; que se puede hacer deporte, que correr es más peligroso que Bin Laden.... No hay un solo país en el mundo que no critique alguna de sus acciones o, al menos, deslice la posibilidad de que pueden estar equivocados.

Pero el dilema es mayor, porque por más mala que sea, hoy no hay otra opción. No existe una alternativa a la OMS. Habrá que cambiarla, refocalizarla, desmantelarla... Lo que se decida en el futuro, pero por ahora no hay otra herramienta capaz de coordinar esfuerzos mundiales para enfrentar una pandemia.

Así y todo, la OMS no está en el ojo de la polémica sólo por su lenta reacción, sino que EEUU la acusa directamente de connivencia con China. Para Trump, el director de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se alineó con Xi Jinping. Una vez más, adrede o por negligencia, tomó como válida la información china sin siquiera contrastarla. Su performance hace que hoy, su principal aportante -EEUU- la deje sin financiamiento y su reforma sea inexorable.

EEUU: Trump ve peligrar su reelección por la cifra de muertos y la caída de la la economía

Donald Trump encaraba el 2020 con resultados económicos excelentes. Su America First arrojaba datos históricos y, por más polémica que generaron algunas de sus formas o declaraciones, no parecía tener ninguna piedra en el camino hacia la reelección.

Pero estalló la pandemia. Los casos empezaron a aumentar y la vulnerabilidad de clásicos símbolos de prosperidad comenzaron a emerger. Nueva York, el aspiracional de millones en el mundo, se transformó en el epicentro de la pandemia en el país. Cuerpos apilados en las morgues, Times Square desierto, los teatros de Broadway sin luces… Solo en la Gran Manzana murieron más de 30.000 personas.

EEUU tiene cerca de 114.000 fallecidos por coronavirus y más de 2 millones de casos. Es el país más golpeado por lejos, sin ningún escolta que se le acerque. En una nación donde el estado de bienestar no es la regla, los más pobres se llevaron la peor parte: son los negros y los latinos los que llenan las listas de muertos.

Enfrascado en una pelea con los gobernadores sobre si la Casa Blanca reaccionó tarde, si los asistió a tiempo, si ellos están haciendo bien las cosas, si hay que abrir o no, Trump fue cambiando de posición. Primero desestimó la gravedad del virus, pero a fuerza de números rojos se rodeó de expertos y, por un tiempo, dio personalmente información diaria sobre la situación, promocionó medicamentos -hasta los probó en su cuerpo- e incluso prometió la vacuna. Ahora, aún cuando la cifra de víctimas sigue siendo tmuy alta, se prepara para retomar sus mítines políticos porque la pandemia puso en peligro sus planes.

Es que la crisis golpeó a la economía norteamericana. Unos 40 millones de personas han pedido subsidios de desempleo desde el inicio de la pandemia, grandes empresas han declarado la bancarrota y el Gobierno debió rescatar a miles de negocios y compañías, además de depositar ayudas generalizadas a la población.

En abril la tasa de desempleo alcanzó el 14,7% tras subir más de 10 puntos, Trump jugó fuerte  y  en mayo bajó hasta el 13,3%, cuando muchos esperaban una cifra cercana al 20 por ciento. Esta luz se ha transformado en la esperanza de Trump.

Pero como si los 114.000 muertos y la recesión fuera poco, el 25 de mayo pasado un policía de Minneapolis presionó su rodilla contra el cuello del afroamericano George Floyd hasta que éste, esposado, dejó de respirar. Su asesinato grabado con una cámara de vigilancia urbana desató una ola de manifestaciones contra el racismo. Durante 10 días las movilizaciones se sucedieron en todo el país, los estados debieron dictar toques de queda, hubo disturbios y saqueos y la revuelta llegó hasta las puertas de la Casa Blanca. El gobierno levantó vallas para proteger la residencia e incluso el 29 de mayo por la noche Trump tuvo que pasar casi una hora en el búnker diseñado para emergencias, como ataques terroristas, porque los manifestantes arrojaban piedras sin cesar.

Las marchas contra  el racismo reavivaron las desigualdades aún no resueltas y crece el movimiento para convocar al voto en noviembre, algo que no lo favorece.


Unión Europea, las diferencias internas bloquearon la posibilidad de ser una verdadera alternativa

La UE podría aprovechar la falta de liderazgo mundial que quedó al descubierto con la pandemia, pero para ocupar ese papel debería resolver los problemas internos que amenazan con reeditar viejas crisis. Es que el coronavirus borró de facto uno de los pilares del bloque, la libre circulación en el espacio Schengen. Y con el regreso de las fronteras internas se profundizaron las diferencias.

"En Europa tenemos la segunda gran crisis del euro. Lo que está pasando ahora tiene mucho de lo que vivimos en la primera. Estamos discutiendo de nuevo cómo organizar la solidaridad entre los Estados miembros. Otra vez han vuelto las fronteras y los dos pilares de la Unión, que son Schengen -libre circulación- y el euro, vuelven a estar enfrentados a dificultades prácticas", aseguró el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borell.

Es que Italia, el primero de los europeos golpeado con miles de muertos e imágenes de horror inimaginables para Europa, quedó sola. España, la segunda en caer, denuncia lo mismo. Y Alemania, el socio rico, se mostró renuente a destinar más fondos a los países cercados por la crisis. Mientras que allí hay tests suficientes para todos, incluso para que el fútbol vuelva primero, y sobran las camas de terapia intensiva, en Italia se establecía un protocolo que permitía dejar morir a los más viejos para atender a los jóvenes...

Ahora que el temblor parece haber pasado, con 129.287 muertos en todo el bloque, las fronteras empiezan a abrirse y la Unión Europea tendrá que sanar heridas. Para Borrell, las diferencias tienen que desembocar en una oportunidad para asumir mayor protagonismo. “Es un momento en el que la UE debería extraer lecciones, como lograr una mayor integración. Hay que hacer frente a las tendencias centrífugas. Ya las había: el brexit fue su máxima expresión. Hay que reconocer que la primera respuesta a la crisis fue nacional. Es lógico y explicable que sea así porque las competencias en materia de salud son de los Estados miembros, que reaccionaron de acuerdo con su situación e intereses. La propia presidenta de la Comisión ha pedido disculpas en el Parlamento Europeo por la falta de colaboración inicial de algunos países con Italia”.

Bolsonaro: un liderazgo que abre demasiados frentes, negacionismo y peligro de intervención militar

Para Jair Bolsonaro el coronavirus es una gripezinha. Hace tres meses que todos los fines de semana participa en movilizaciones que, obviamente, no respetan ningún protocolo de distanciamientos social. Se muestra con mascarilla, pero en medio de los eventos se la saca para abrazar a la gente. Utiliza sus redes sociales para despotricar contra cualquier intento de confinamiento que ensayen los gobernadores y recomienda vida sana y buena alimentación como el mejor método para superar el coronavirus.

Pero mientras el presidente brasileño pregona con el ejemplo y no se cuida en absoluto del coronavirus, Brasil es ya el segundo país del mundo con más casos detectados después de Estados Unidos. Contabiliza 40.000 muertos, más de 800.000 contagiados y es el foco de la pandemia en América Latina.

Esas son las cifras oficiales, que en los últimos días dejaron de aparecer en la página que el gobierno para “darle más espacio” a los recuperados, pero las extraoficiales magnifican el drama: se habla de más de un millón de infectados y miles de muertos no contabilizados.

San Pablo es la región más afectada, seguida por Río de Janeiro. Ninguno de los estados dice tener infraestructura suficiente para enfrentar la pandemia y los hospitales ya están colapsados. En Manaos, en plena Amazonas, se taló un bosque para cavar tumbas…

La posición de Bolsonaro es inédita en el mundo. Hasta Donald Trump, que también había minimizado la crisis, terminó calificando el brote como “una guerra”. El presidente de Brasil es, de hecho, el único líder del G20 que no respeta las reglas de prevención. Mientras la popularidad de la mayoría de los mandatarios sube, la de él baja. Hasta su propio gabinete se rebeló: renunciaron dos ministros de Salud y la superestrella de su equipo, el ministro de Justicia Sergio Moro, también dio un portazo.

Así, por primera vez en décadas, la mayor democracia de América Latina empieza a convivir con rumores de golpe militar. En ciertos círculos castrenses se habla de “inestabilidad institucional”, pero la idea parece haber calado incluso en el círculo chico del Presidente, que vería con buenos ojos una intervención que lo mantenga en el poder. Así como Bolsonaro llegó al Planalto de manera inesperada, nadie descartar un desenlace sorpresivo.


El #DiscursoDePoder de la #MarcaPolítca en tiempos de crisis


Rubén Weinsteiner
 

Discurso de poder

El discurso político debe organizar las percepciones que queremos construir en la cabeza de la gente. Esas percepciones tienen que ver con la valoración y ponderación de la realidad y con el posicionamiento de nuestra marca política.

El Poder es la potencialidad de acción. Es una construcción que consiste en una percepción que determine que A puede hacer x.

El discurso político tiene tres tipos de destinatarios básicos:

a) El co destinatario: el militante, el convencido
b) El para destinatario: el sujeto sobre el cual pretendemos colonizar subjetividades.
c) El contra destinatario: el adversario político-ideológico, el competidor electoral.

Los tres grupos deben ser micro segmentados para poder intervenir de manera precisa y quirúrgica.

El discurso de poder, es decir la construcción de la percepción de un determinado problem y la construcción de la percepción de que podemos hacer algo determinado para resolverlo tiene características específicas para cada uno de estos tres grupos.
Mientras para el primero, el militante la percepción debe tener más mística, religiosidad y compromiso, con para el destinatario se impone una intervención que lea la cancha del otro, sus percepciones y pueda intervenir desde sus presupuestos y paradigmas emocionales. En el caso del tercer grupo, el antagonista es usado basicamente para afirmar lo que uno no es, por lo tanto es distinto a. La visibilidad comienza en la diferencia y la identidad se consolida a partir de ella.

Reset

Cuando tiene lugar una crisis profunda, económica, social o política, o las tres juntas, se produce un reseteo en términos de los sistemas de preferencias.

El 2001 fue un reset profundo. Votantes que jamás hubieran votado por el peronismo, se hicieron kirchneristas, y hoy no imaginan votar a alguien no peronista. Progres que veían a Macri como un límite, se hicieron macristas, el espacio público se volvió a poblar de actores, los jóvenes volvieron a la política.

Estos contextos constituyen un escenario ideal para marcas políticas innovadoras.

Las demandas se renuevan y resignifican, por eso hace falta segmentar por variables blandas, por pertinencia y pertenencia, no tanto por lo que la gente es, sino por lo que hace, lo que le interesa, lo que la motiva, lo que desea.

Esta segmentación etnográfica 4.0 se ve potenciada por la big data, y nos permite intervenir como nunca con un discurso de poder potente.

Responder a las demandas es construir el discurso.

Desarrollar un imput de lectura de esas nuevas demandas de los segmentos determinados por la estrategia y desplegar un discurso de promesa de output que se constituye en el reason why de nuestra marca política.

Ese discurso debe organizar las percepciones de la realidad, para poder plantear la problematización de la misma.

Las realidades en si mismas no constituyen “el problema”, hasta que no se las organiza.

Que haya una caída fuerte del salario, crezca el desempleo, cierren pymes, la inflación de devore el poder adquisitivo del salario o un la recesión destruye la actividad, no hace que la gente salga a la calle o vote contra alguien per se.

Quizás un gobierno logre que la población culpe a la pesada herencia, o a la corrupción o que pasaron cosas, o a la mala suerte por estos hechos.

La atribución del significado reptiliano-emocional a hechos objetivos no es unívoca. Y esa interpretación es el campo de batalla por la subjetividad.

Esa subjetividad consiste en lograr el insight del sujeto de elección sobre los mecanismos de causa-efecto de políticas y problemáticas, aún las no tipificadas.

El proceso de construcción del reason why del problema es:

a) Diagnóstico del problema y nominación.

b) Corporización de los actores e intervención de los mismos en el proceso problematizador en términos de causa y efecto

c) Acción, expectativa, solución

El Naming del problema

Hay cosas que existieron siempre: el bullyng, el grooming, las start ups, etc. Pero recién cuando las denominamos, podemos darle entidad y operar sobre ellas en el plano de la realidad. El naming del problema debe constituirse en significante y conectar heterogeneidades diversas para poder ser horizontal, en lugar de "divide y vencerás", decimos, "agrupa y vencerás" el problema debe aglutinar, juntar, hacer confluir

El problema debe tener un nombre, y los actores también.

Instalado el problema en el imaginario y en la agenda, resulta ineludible para todos los sectores de la vida política y social, y los nombres, tanto del problema como de los actores, pasan a ser asumidos por todos los jugadores. De eso se trata la hegemonía cultural.

Esto se da cuando un diario de derecha liberal habla de "capitalismo salvaje" o cuando le preguntaban a Margaret Tatcher, sobre cuál había sido el mayor logro de su gobierno y respondió: Tony Blair (teniendo en cuenta que Blair representaba a la izquierda laborista, pero compartía los presupuestos del liberalismo económico).

Hay un problema, no es producto de los desastres naturales o que pasaron cosas, o culpa de otro, hay causas y responsables, hay soluciones.

Un ejemplo claro lo constituye "La Guerra del gas" en Bolivia. Durante muchos años Bolivia tuvo una grieta de 3 sectores: los europeos, los indigenas, la izquierda mestiza. Ninguno confiaba en el otro, los europeos de Santa Cruz veían a los otros 2 grupos como atrasados, los indigenas se sentían discriminados e invadidos por los europeos y rechazaban el socialismo del MAS, porque entre los aymarás y los quechuas la propiedad privada era un pilar fundamental. Los socialistas rechazaban a los europeos por racistas y a los indigenas por no aceptar el socialismo.

En 2002 Evo Morales hizo el primer intento de juntar por primera vez a los indigenas y a la izquerda y obtuvo el 20% de los votos. Pero el salto lo dio en 2003 con la llamada "Guerra del gas", ahi encontró el significante aglutinador y lo dotó de significados, para juntar a todos los opositores con "El gas no se vende". De un lado quedaron los que querían privatizar el gas y del otro lado los que querían nacionalizarlo. Tres años más tarde Evo llegaría al poder con otro significante aglutinador "Viva la Coca". Un significante que planteaba lo autóctono contra las imposiciones de EE.UU. con la guerra contra los cultivos de Coca. A partir de allí la lucha por la construcción del problema, y la construcción del significante aglutinador la dieron los europeos, que plantearon la lucha contra "la dictadura" "el centralismo" "el atraso", planteando el autonomismo como solución al problema y promesa de marca política.

La respuesta de Evo fue construir "el pueblo indigena contra la derecha transnacional y traidora" y sancionar después de un referéndum una nueva constitución con tres pilares:

1) Estado plurinacional (integración, legitimación y reivindicación de los indigenas)

2) Estado soberano (lucha contra las multinacionales)

3) Estado autonómico ( con esto les robó uno de los reason whys a los europeos)

Con el último punto golpeó fuerte a la oposición.

 Hoja de ruta
1) Construcción de "el problema"
2) Agrupación de realidades heterogéneas en torno al significante
3) Naming
4) Actores
5)Solución

La construcción del "problema" es el paso más estratégico en la construcción del discurso.
El imput en el discurso y la construcción del output transformado en "reason why" es la diferencia entre comunicar y construir una marca política, es decir, es la diferencia entre que vos quieras lo que yo tengo y que yo tenga lo que vos querés.

El discurso de poder es organizar las percepciones en función de que la gente sienta, crea, esté convencida que A puede hacer x.


Rubén Weinsteiner

Trump será consagrado candidato en Florida


Republicanos eligen Florida para Convención Nacional

Donald Trump



"Estamos encantados de celebrar esta ocasión trascendental en la gran ciudad de Jacksonville", dijo la presidenta del RNC, Ronna McDaniel, en un comunicado. "Florida no solo ocupa un lugar especial en el corazón del presidente Trump como su estado de origen, sino que es crucial en el camino hacia la victoria en 2020".
"Esperamos llevar esta gran celebración y bendición económica al estado del Sol en solo unos meses", agregó.
La convención está programada del 24 al 27 de agosto próximo.

El PBI del Reino Unido sufre en abril una caída récord del 20%


Rebajas en la vidriera de un comercio de Londres.

La economía del Reino Unido registró el pasado abril una caída del 20,4%, su descenso más acusado desde que la Oficina Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas en inglés) comenzó a publicar el dato mensual del PIB en 1997. La congelación absoluta de empresas y servicios, decretada por el Gobierno del conservador Boris Johnson para frenar el acelerado contagio del coronavirus a partir de mediados de marzo, ha provocado un hundimiento de la actividad económica que ha superado los cálculos más pesimistas. “La caída del PIB de abril es la mayor que el Reino Unido haya visto en su historia, tres veces superior al bajón del mes anterior [5,8%] y diez veces mayor que cualquier caída anterior a la era de la covid-19”, ha dicho Jonathan Athow, el vicedirector de Análisis Estadísticos Económicos de la ONS. El drástico parón de la economía triplica el dato registrado durante toda la crisis financiera.

Todos los ámbitos de actividad han sufrido el golpe. La producción del sector servicios, que supone el 80% de la economía británica, cayó un 19% en comparación con el mes anterior. La producción industrial se redujo un 20,3%, con las cifras más acusadas en la industria automovilística (cayó un 28,3%). Solo la producción farmacéutica experimentó una expansión del 15,4%.

“El salvavidas que hemos proporcionado con nuestro esquema de retención de empleos [similar a los ERTE españoles], las subvenciones, préstamos y recortes fiscales ha protegido miles de empresas y millones de puestos de trabajo, y nos ofrece ahora la oportunidad de recuperarnos rápidamente a medida que la economía vaya reabriendo”, ha dicho el ministro de Economía Rishi Sunak. Su mensaje pretendidamente optimista contrasta con las constantes advertencias que Sunak viene haciendo al primer ministro, Boris Johnson, sobre la necesidad de relajar cuanto antes las medidas del confinamiento para evitar la que ya se perfila como la recesión económica más aguda desde la Segunda Guerra Mundial.

El Banco de Inglaterra ha advertido de que la capacidad de ahorro de las familias puede verse reducida este año en un 17%. El descenso de ingresos, la elevada cifra de paro (más de dos millones de personas solicitaron subsidio de desempleo en abril) y una confianza del consumidor extremadamente debilitada apuntan a que la recuperación de la economía será lenta. “Esperamos que el rebote sea muy lento, con un incremento del PIB del 3% en mayo y del 5% en junio. El año se cerrará con una cifra por debajo del 5% del pico anterior a la llegada de la covid-19”, ha adelantado Samuel Tombs, analista de Pantheon Macroeconomics.

La lentitud del Gobierno de Johnson a la hora de reaccionar a la pandemia ha provocado que las medidas de desescalada vayan ahora muy por detrás de las de otros países. Los comercios no reanudarán su actividad hasta el próximo lunes, y todavía no hay una fecha definida para que el sector de la hostelería (uno de los más duramente afectados después de casi tres meses de congelación) vuelva a ponerse en marcha e intente recuperar parte de sus pérdidas en la inminente temporada de verano.

El Gobierno advirtió que habrá un pico de delitos contra la propiedad cuando termine la cuarentena


El presidente Alberto Fernández se reunió con la nueva interventora del Servicio Penitenciario, María Laura Garrigós de Rebori.


“El día que salgamos de la cuarentena vamos a tener un pico de delitos contra la propiedad” como consecuencia de la recesión económica y el impacto en la situación social que traerá aparejada la pandemia, anticipó la nueva interventora del Servicio Penitenciario Federal (SPF), María Laura Garrigós de Rébori,


Tras ser designada al frente de las cárceles federales por el presidente Alberto Fernández, la funcionaria reconoció además que “bajó muchísimo” la población penitenciaria durante la pandemia en virtud de los arrestos domiciliarios concedidos y una disminución del nivel de delitos.


“Esto desinfló un poco la olla a prisión”, graficó sobre las condiciones de detención y el hacinamiento del servicio penitenciario. Pero adelantó que se va a revertir el grado de ocupación de los penales cuando concluya el aislamiento preventivo, social y obligatorio dispuesto por el avance del coronavirus.


“Ayer hablábamos con la ministra (de Seguridad, Sabina Frederic). El día que salgamos de la cuarentena, con la crisis económica que vamos a estamos padeciendo y en el mundo entero, vamos a tener un pico de delitos contra la propiedad. Todas las crisis económicas han producido eso y esto va a revertir la situación de acomodamiento” en las cárceles, advirtió la titular del SPF en diálogo con el programa "Habrá Consecuencias” por El Destape Radio.


Con ese cuadro, la nueva interventora anticipó que su objetivo será “traer el servicio penitenciario al Siglo XXI para cumplir con la manda constitucional”. “Es curioso, no hay otras reparticiones del Estado que tengan una dedicatoria en la parte dogmática de la Constitución. Lo que claramente dice la Constitución es que las cárceles no son para castigo”, planteó su enfoque la fundadora de la agrupación Justicia Legítima.


En esa clave, Garrigós de Rébori dijo que uno de los ejes de su tarea es “trabajar con los patronatos de liberados que reúnen la mayor cantidad de internos" y que están repartidos en instituciones porteñas, bonaerenses y nacionales. “Ellos son los encargados de completar el tránsito desde el encierro a la libertad, para que la persona salga tenga redes de contención que le permitan afrontar otra vida, y no la vida que le determinó el encierro", puntualizó.


Acerca de la situación del sistema penitenciario federal en la pandemia, la funcionaria designada precisó que “por el momento no hay un brote dentro de las unidades" y negó que se haya producido una “liberación masiva de presos".


“No pasó, no hubo bandas de delincuentes corriendo por las calles”, agregó Garrigós de Rébori. “La gente le tiene miedo a los presos, dejan de ver que son personas. Los presos son parte de nosotros mismos, cualquiera podría estar en esa situación", completó.


Sobre las condiciones de detención en cuarentena, la interventora resaltó que “la cantidad de presos no depende del Servicio Penitenciario Federal”, sino de las decisiones del Poder Judicial ya que “no podemos controlar el ingreso ni el egreso” de los internos. Y afirmó que se están construyendo “cubículos aislados” para preservar la salud de los detenidos y siguiendo los protocolos sanitarios. “Se está evitando el ingreso de internos a las unidades más densamente pobladas”, sostuvo.


Los antecedentes de la interventora


Durante el gobierno de Cristina Kirchner, la ex magistrada defendió las reformas judiciales del kirchnerismo en reiteradas oportunidades y, en esas polémicas, llegó a cuestionar la permanencia del juez Carlos Fayt en su cargo, cuando tenía 97 años.



La flamante interventora junto a la ministra de Justicia, Marcela Losardo.


La nueva interventora ostenta una carrera de 40 años ejerciendo el derecho penal en distintas funciones en el Poder Judicial, en la docencia universitaria y en las asociaciones de abogados.


Siendo una de las pocas mujeres que ocupaban relevantes en el sistema judicial, en 1993 participó de la fundación de la Asociación Argentina de Mujeres Jueces, cuya primera presidenta fue la fallecida ministra de la Corte Suprema de Justicia, Carmen Argibay junto a una de sus principales promotoras, Elena Highton de Nolasco.

Iglesia, marca política, discurso y hegemonía





Por Rubén Weinsteiner

Si queremos entender que significa la construcción de hegemonía por parte de una marca política, tenemos que analizar la marca Iglesia Católica. Una marca que lleva más de 2000 años de vida, en la que ha sufrido entropía, ha desarrollado homeostasis, se ha resignificado, se ha dotado de nuevos significados, se ha adaptado y ha reconstruido su concepción mítica, sosteniendo una fuerte influencia en gobiernos, organismos internacionales, sindicatos, intelectuales, arte, etc.

La marca Iglesia como marca política, en el comienzo no acumulaba en segmentos homogéneos. El “plan de marca original” era apuntar a los judíos, que eran los que a priori más rápido iban a entender el mensaje. Al principio la idea era hablar en las sinagogas, no en las plazas, ya que los romanos no entenderían el mensaje. Sin embargo los judíos no se sumaron masivamente, algunos cercanos a Jesús y los apóstoles, pero no muchos más. Entre los que sí se sumaron estaban los llamados “gnósticos” que combinaban las enseñanzas de Jesús con creencias mágicas, por otro lado paganos, y por el otro algunos judíos que veían en Jesús como el salvador de Israel.

Saulo, luego San Pablo entendió que la marca tenía un potencial enorme. Que el diferencial no iba por el lado de ser una corriente reformista del judaísmo sino algo mucho más trascendente.

Lo primero que hizo fue leer las nuevas demandas de los segmentos objetivo. Un vacío espiritual en la sociedad romana, que no era llenado por las religiones politeístas. Ese vacío convertido en demanda era la necesidad de alcanzar “la salvación”. Las religiones politeístas no la aseguraban y los romanos recurrían a ritos y brujerías que requerían esfuerzos, travesías, donaciones e implicaban grandes dificultades, tanto físicas, de tiempo y hasta económicas.

Había otros segmentos, judíos disconformes con el establishment religioso, romanos pobres, esclavos, madres viudas que no tenían fuente de ingreso, viejos (más de 40) sin trabajo y sin seguridad alguna.

Frente a todos esos segmentos, a la hora de negociar y construir lealtades, Saulo planteó un agregador cómun de marca política: “La salvación”, personificada en la figura de Jesús.

El agregador común tiene como función disparar significados diferentes para cada uno de los segmentos. Para algunos era el mesías que estaban esperando, para otros era una deidad mucho más concreta que las divinidades romanas, para otros un maestro, un modelo a seguir, para otros un amigo a quien recurrir en momentos difíciles.

La narrativa de Jesús tenía un heróe, el padre, la madre, el viejo sabio, villanos, antagonista, conflictos, trama y desenlace y una promesa de marca; el mesías va a volver y va a salvar a todos. Todo para constituirse en una narrativa marcaria eficaz.

El ritual de iniciación no requería de dinero ni de dolores físicos. No era una circuncisión ni requería de un gasto económico, ni de una peregrinación, sino un bautismo que consistía en mojarse la cabeza o sumergir el cuerpo.

La marca política Iglesia católica, agrupó heterogeneidades intensas detrás del agregador significante “salvación” y una promesa de marca; la segunda venida del “mesías”.

Estos segmentos agrupados y ordenados por la marca constituyeron “una masa de votantes” de sujetos que elegían pertenecer. Esa masa constituyó la Asamblea que en latín se dice “Ecclesia” lo que dio origen al naming marcario.

San Pablo construyó el discurso plasmado en las “epístolas de San Pablo”, en un lengusje directo, fácil comprensible por las abuelas, con el objetivo de colonizar subjetividades hacia fuera, de cazar fuera del zoológico. Con ese discurso San Pablo buscó interpelar a los diferentes segmentos, romanos, corintios, filipenses etc.

Tras la muerte de Pablo, la Iglesia entra en crisis de discurso. La promesa de marca política de la vuelta mesiánica no se cumplía, y encima a los cristianos los persiguen.

Los que continuaron en el liderazgo del cristianismo tuvieron que redefinir el discurso para resolver “el problema de la marca”: el mesías no venía.

La solución fue los dogmas de fe, es decir la interpretación de la promesa de la marca.

Es decir no se trata de que el mesías venga o no venga sino que la interpretación a través de la construcción discursiva lógica-mítica de porque no viene es lo importante. Esta organización discursiva blinda la promesa ante los vaivenes de la realidad.

La reconfiguración discursiva, la organización jerárquica y la detección de nuevas demandas, le permitió a la Iglesia sostener la hegemonía aún en condiciones adversas de persecución. Recién en el año 313, Constantino legaliza la iglesia, para 67 años después se convierte en religión oficial del imperio romano.

Rubén Weinsteiner

De narrativas, insights y rebeliones en el voto joven




Rubén Weinsteiner


Por Rubén Weinsteiner

Dos historias para una marca política

Toda marca política debe construirse dos historias. La primera narrativa para fundamentar su reason why, para contarse a si mismo el porqué de su entrada a la política, de su candidatura para algún cargo, de sus aspiraciones de mediano y largo plazo.

Esa primera historia debe darle al político el soporte reptiliano (más primitivo en términos de la mente), emocional y racional, para sostenerlo en los ups and downs de la vida política y para darle volumen a su discurso de poder, visión, y promesa de marca política.

La segunda historia que debe construir una marca política tiene que ver con la organización de las percepciones e insights en los diferentes públicos, sujetos de elección, a los que busca interpelar.

En comunicación política, lo único que no podés decir, es aquello que querés decir. Por eso la segunda historia hay que construirla, para que las personas “hagan la cuenta”, desarrollen el insight. Las personas tienen que ver te vestís como jugador de golf, tenés una bolsa con palos, un caddy al lado, hablás con propiedad de golf y actuás como un golfista, y ahí decir “ah, claro este es un golfista”. En el momento que uno tiene que explicar que es un golfista, está todo perdido.

Esas dos historias sostienen a la marca política. Sin la eficacia narrativa de esas historias no hay posicionamiento marcario posible.

Insights y lealtades

En la negociación y construcción de lealtades entre los votantes jóvenes, tenemos que tener en cuenta que el 55% del sistema de preferencias está intervenido por el cerebro reptiliano y el 30% por la emocionalidad. Con lo cual sólo el 15% se define por lo racional.

Para poder intervenir en sobre la subjetividad y poder construir esas lealtades más o menos sólidas, tenemos que investigar el funcionamiento de los insights más profundos de los diferentes microsegmentos, los anclajes, estados, miedos, deseos profundos, narrativas ocultas, angustias, anhelos, necesidades, adhesiones y rechazos de los integrantes de esos microsegmentos.

Los insights cuál parte de abajo del iceberg, se construyen desde la parte no revelada, desde lo oculto, desde lo que no se verbaliza fuera del ámbito de confianza, y a veces ni ahí; desde lo inconfesable, desde lo obturado hasta para la misma persona. Los insights se constituyen en anclajes profundos, que no se ven pero que determinan gran parte de lo que sentimos, pensamos, decidimos y hacemos.

Para revelar insights de los sujetos de elección debemos comprender que sienten desde los profundo las personas acerca de determinada marca política.

Para ahondar en las profundidades de ese sentir, tenemos que vivir la experiencia del sujeto de elección, tenemos que ver lo que hace, más que escuchar lo que dice.

No hay que preguntarle a la gente que piensa, hay que ver que hace.
Si le preguntamos a la gente, nadie come mortadela, todos comen jamón o pastrón, sin embargo se consumen 3000 toneladas de mortadela por mes en la provincia de Buenos Aires. Nadie votó a Menem, sin embargo ganó por el 52 % de los votos, y si le preguntamos a la gente donde compra los alimentos la mayoría dirá en Carrefour o en Jumbo, si les preguntamos porque, probablemente nos dirán porque allí los atienden bien, el entorno es agradable, y la cadena de frío se respeta. Aunque si los seguimos probablemente nos encontremos que entran al chino, que es más barato, donde una mujer en ojotas le gritará “deja bolso”.

Es el recorrido entre lo que la gente dice y lo que la gente hace, entre la necesidad y el deseo.

Hay que ir por lo que hace la gente, mirar, observar, investigar, analizar, y detectar allí los deseos, aquello que la gente quiere que pase, más allá de lo diga.

La misma persona que pide orden tira los papeles del chocolate al piso, coimea al policía, a la aduana, a los inspectores, tapa la patente, se cuela en la fila del súper, en la cancha, deja el auto en doble fila y cierra el auto, habla por celular mientras maneja, evade impuestos, saca la basura a cualquier hora y demás prácticas

La necesidad es la frontera de la intención de voto, el deseo la profundidad.

El discurso de poder de la marca política debe organizar las percepciones para generar los insights que revelen la narrativa que queremos transmitir sin verbalizar. Y se discurso de poder debe generar los insights que liguen emocionalmente a la marca política con los sujetos de elección. Uno de los vectores centrales en la ligazón entre una marca política y los sujetos de elección jóvenes es la convocatoria al disenso formal activo, a la rebelión, para sustituir. Sustituyendo el joven puede ser.

La centralidad de la rebelión en el voto joven

El disparador central de los insights más profundos en el voto joven, es el deseo de rebelarse para sustituir.

La rebelión en los jóvenes es funcionalmente constante y coyunturalmente cambiante. La rebelión, contra quien o que depende del tiempo y espacio.

Para analizar el posicionamiento de los jóvenes en determinada etapa histórica, hay que tener en cuenta la pauta de rebelión en función de las condiciones objetivas de poder y contra poder.

Los jóvenes alemanes apoyaron mucho más que los mayores el surgimiento y consolidación del nazismo en Alemania. En casi la misma época los jóvenes españoles se opusieron masivamente a Franco.

Los Nazis y los fascistas, más allá de las valoraciones acerca de las aberraciones propuestas y cometidas, supieron aumentar las tensiones del conflicto generacional, desautorizando a los mayores ante los jóvenes, cosa que el franquismo no hizo, sino todo lo contrario. El Franquismo puso en valor la autoridad paterna, instituciones como la familia, y tradiciones antiguas.

Los nazis le dijeron a los jóvenes algo así como; tus padres se rindieron, hipotecaron tu futuro, hay que rebelarse y retomar el camino de tus bis abuelos. Franco les dijo; todo se arruinó porque los hijos abandonaron el camino de los padres.

El nazismo y el fascismo plantearon un esquema tribal hacia los jóvenes La tribalidad alude a la identidad social del joven. Los adultos mayores pueden, si quieren estar solos, para los jóvenes es más difícil, un joven va a la escuela, a la universidad, a un club, hace deportes, se junta en la esquina, integra grupos, y en esos marcos organizacionales se define identitariamente el sistema de valores y preferencias del joven.

El franquismo estructuraba su esquema de valores de manera celular, con la familia como núcleo, la parroquia, el barrio y las ciudades como continentes. La tribu no era contemplada por la narrativa franquista.

La narrativa nazi-fascista apuntaba a que los mayores (padres) habían errado el camino, se habían equivocado, se habían rendido y habían aceptado en Versalles condiciones humillantes que condicionaban las posibilidades de desarrollo de los jóvenes, y había que cambiar el orden y los jóvenes debían encarar esa rebelión. La narrativa franquista sostenía que los problemas habían surgido porque los jóvenes habían abandonado el camino de sus mayores, la tradición y los valores, y había que retomar el camino de los padres y abuelos.

Los nazis y los fascistas le planteaban a los jóvenes una lucha contra un enemigo poderoso, con final abierto, algo que moviliza fuertemente a los jóvenes. El franquismo le proponía a los jóvenes ser como sus padres, no agitar el avispero, ya que lo que ellos hacían estaba mal.

La tensión entre pautas propias y normas ajenas en los segmentos jóvenes, sobredetermina la necesidad de la mutación. El joven pone en emergencia conductas “asociales”, que violan normas, y que muchos viven y practican subterráneamente.

La pauta de rebelión se constituye en función de lo que obtura el recambio, con la impronta de la nueva generación.

¿Donde ponerse en el discurso de poder?

En los limites. Hay que forzar la realidad. Todo discurso significativo que pretenda interpelar al voto joven, tiene sentido solo si transita los límites, es crítico y se apoya en el cambio como paradigma. Si se refiere a conflictos, utopías, incumplimiento de las normas, forzado de la realidad y convocatorias a luchas contra poderes enormes con final abierto.

El enfrentamiento para lograr los cambios, contra poderes hasta el momento “intocables” e “invulnerables”, le otorga vitalidad y dinamismo al vínculo, entre una marca política y los jóvenes. Ese final abierto, esa asimetría desfavorable, indignan, emocionan, convocan y le dan sentido a la bronca originaria y movilizadora, y la alegría de la acción y compromiso colectivos.

El discurso en el voto joven, debe quebrar el punto de vista, construido por los procesos de standarización, limites y estereotipia de los mensajes de los medios, estructurados siempre con mecanismos repetitivos, que en realidad se constituyen como un control destinado a evitar la irrupción de mensajes nuevos y disruptivos.

Esa segunda historia que debemos hacer que se construya en la cabeza de los votantes jóvenes, estará cruzada por el insight de rebelión, el outsight del clima de época y el foresight de nuestra promesa de marca política, de a quien vamos a desafiar, correlación de fuerzas, y la visión del escenario que se daría en caso de triunfar. Solamente en el terreno del conflicto y las contradicciones del sistema, el mensaje hacia el voto joven adquiere su máxima tensión y con ella la potencia y significación plenas.

Rubén Weinsteiner

El Estado sostiene 50 millones de empleos en EE.UU.

Lo aseguró el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin





El Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, aseguró que la economía local ya empezó a repuntar desde la crisis ocasionada por la pandemia del coronavirus y "mejorará de forma dramática" en el tercer y cuarto trimestre.

Mnuchin, que compareció ante el Comité de Pequeñas Empresas del Senado para revisar el progreso de los programas de préstamo de rescate federal por el coronavirus, dijo en un testimonio escrito que los datos económicos y laborales entrantes "muestran que estamos bien posicionados para una reapertura fuerte y gradual del país".

"Como podrían esperar de un programa de tal magnitud ejecutado a escala nacional en un tiempo récord, tuvimos algunas complicaciones iniciales. Las resolvimos rápidamente", afirmó Mnuchin en su testimonio, ante las críticas por el pago de ayudas a mega empresas que no las necesitaban.

Según señaló, el programa está respaldando el empleo de unos 50 millones de trabajadores y más del 75% de las nóminas de los pequeños negocios en los 50 estados.

Pese al optimismo del jefe del Tesoro, le queda un largo camino por delante. Aunque el reporte laboral mejoró de manera inesperada en mayo, el desempleo sigue al 13,3% -su máximo tras la Segunda Guerra Mundial-, la tasa de desocupación sigue subiendo entre las poblaciones de afroamericanos y asiáticos, y se espera que la recuperación total de la economía tarde años.

Según el The New York Times Bolsonaro prepara un golpe " a la Fujimori"


El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, observa el izado de la bandera nacional frente al Palacio Alvorada, en medio del brote por coronavirus en Brasilia

Las amenazas giran en torno al presidente: las muertes diarias por el virus en Brasil son ahora las más altas del mundo. Los inversores están huyendo del país. El mandatario, sus hijos y sus aliados están bajo investigación. Su elección podría incluso ser revocada.

La crisis se ha vuelto tan intensa que algunas de las figuras militares más poderosas de Brasil advierten sobre la inestabilidad, lo que provoca estremecimientos de que podrían hacerse cargo y desmantelar la democracia más grande de América Latina.

Pero lejos de denunciar la idea, el círculo íntimo del presidente Jair Bolsonaro parece estar reclamando que los militares entren en la refriega. De hecho, uno de los hijos del presidente, un congresista que elogió la antigua dictadura militar del país, dijo que una ruptura institucional similar era inevitable.

“Ya no es una opinión sobre si sucederá, sino cuándo ocurrirá esto”, dijo recientemente el hijo del presidente, Eduardo Bolsonaro, a un destacado blogger brasileño, advirtiendo sobre lo que llamó una “ruptura” inminente en el sistema democrático de Brasil.

El enfrentamiento traza un arco siniestro para Brasil, un país que se deshizo del dominio militar en la década de 1980 y construyó una democracia próspera a su paso. En dos décadas, Brasil había llegado a representar la energía y la promesa del mundo en desarrollo, con una economía en auge y el derecho a organizar la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos.

Desde entonces, su economía tambalea, los escándalos de corrupción han derrocado o atrapado a muchos de sus líderes y una batalla de destitución derrocó a su poderoso gobierno de izquierda.

Bolsonaro, un ex capitán del ejército, entró en este tumulto, celebrando el pasado militar del país y prometiendo restablecer el orden. Pero ha sido criticado por minimizar el virus, sabotear las medidas de aislamiento y presidir caballerosamente uno de los peajes de muerte más altos del mundo, diciendo: “Lo sentimos por todos los muertos, pero ese es el destino de todos”.

Él, su familia y sus seguidores también están siendo perseguidos por acusaciones como abuso de poder, corrupción y divulgación ilegal de información errónea. Sin embargo, casi la mitad de su gabinete está compuesto por figuras militares, y ahora, según los críticos, confía en la amenaza de la intervención militar para evitar los desafíos a su presidencia. El Ministro de Seguridad Institucional de Brasil, Augusto Heleno (Reuters)

Un general retirado en el gabinete de Bolsonaro, Augusto Heleno, el asesor de seguridad nacional, sacudió a la nación en mayo cuando advirtió sobre “consecuencias impredecibles para la estabilidad nacional” después de que la Corte Suprema dejara avanzar una investigación sobre los partidarios de Bolsonaro.

Otro general, el ministro de Defensa, rápidamente apoyó la provocación, mientras que Bolsonaro también arremetió, sugiriendo que la policía ignore las “órdenes absurdas” de la corte.

“Esto está desestabilizando al país, justo durante una pandemia”, dijo Sergio Moro, el ex ministro de justicia que rompió con Bolsonaro en abril, sobre las amenazas de intervención militar. “Es reprensible. El país no necesita vivir con este tipo de amenaza".

Los líderes políticos y analistas dicen que una intervención militar sigue siendo poco probable. Aun así, la posibilidad se cierne sobre las instituciones democráticas de la nación, que están analizando a Bolsonaro y su familia en múltiples frentes.

Dos de los hijos del presidente están siendo investigados por el tipo de campañas de desinformación y difamación que ayudaron a que su padre fuera elegido en 2018, y a fines del mes pasado, la policía federal allanó varias propiedades vinculadas a aliados influyentes de Bolsonaro. El Tribunal Superior Electoral, que supervisa las elecciones, tiene la autoridad de usar evidencia de la investigación para anular las elecciones y destituir a Bolsonaro de su cargo.

Dos de sus hijos también están bajo investigación por corrupción, y la Corte Suprema recientemente autorizó una investigación sobre las acusaciones de que Bolsonaro intentó reemplazar al jefe de la policía federal para proteger a su familia y amigos.

Incluso el manejo de la pandemia por parte del presidente está bajo amenaza legal: el lunes, un juez de la Corte Suprema ordenó al gobierno que dejara de suprimir datos sobre el creciente número de muertos en Brasil. Un hombre muestra un cartel con la consigna "Bolsonaro o intervención militar ya", durante una marcha en Rio de Janeiro en marzo de 2019 (Reuters)

Las amenazas de intervención militar han provocado una reacción violenta, incluso por parte de algunos miembros de alto rango de las fuerzas armadas. Y el general Heleno, el asesor de seguridad nacional, dijo más tarde que no apoyaba un golpe de estado, argumentando que fue mal entendido.

Aún así, los funcionarios militares y civiles de la propia administración de Bolsonaro, así como los aliados del presidente en el Congreso, las mega iglesias evangélicas y las asociaciones militares, dicen que las maniobras tienen como objetivo evitar cualquier intento de las instituciones legislativas y judiciales de Brasil de derrocar al presidente.

Silas Malafaia, un televangelista de derecha cercano a Bolsonaro, insistió en que el presidente no le había contado ningún plan de intervención militar. Aún así, argumentó que las fuerzas armadas tenían el derecho de evitar que los tribunales sobrepasen o incluso destituyan al presidente.

“Eso no es un golpe”, dijo Malafaia. “Está inculcando orden donde hay desorden”.

Los funcionarios pro-Bolsonaro que emiten tales amenazas generalmente no se refieren a la forma en que los golpes se han llevado a cabo a menudo en América Latina, con las fuerzas armadas derrocando a un líder civil para instalar uno propio.

En cambio, parecen estar instando a algo similar a lo que sucedió en Perú en 1992, cuando Alberto Fujimori, el líder de derecha, utilizó las fuerzas armadas para disolver el Congreso, reorganizar el poder judicial y perseguir a los opositores políticos.

Bolsonaro, quien todavía recibe el apoyo de aproximadamente el 30 por ciento de los brasileños, ya se presenta a sí mismo como la encarnación de la cultura militar brasileña, y presenta a las fuerzas armadas como gerentes éticos y eficientes.

Las fuerzas armadas de Brasil ya ejercen una influencia excepcional en su gobierno. Figuras militares, incluidos generales retirados de cuatro estrellas, representan 10 de 22 ministros en el gabinete. El gobierno nombró a casi 2,900 miembros militares en servicio activo para cargos administrativos.

La influencia de las fuerzas armadas de Brasil se exhibió cuando los líderes del Congreso los eximieron en su mayoría de una revisión de las pensiones de 2019, lo que permitió a los miembros del ejército evitar los recortes de beneficios más profundos que sufren otras partes de la sociedad.

La respuesta pandémica de Bolsonaro mostró el creciente perfil de los militares en su gobierno, así como los riesgos para los líderes de las fuerzas armadas cuando los brasileños comienzan a atribuir la culpa a medida que las cosas van mal.

Sobre la base de los éxitos de salud pública de Brasil en la lucha contra epidemias anteriores, el Ministerio de Salud presionó al comienzo de la crisis para tomar medidas de distanciamiento social para frenar la propagación del virus. Incluso Bolsonaro parecía estar de acuerdo con el enfoque, disuadiendo a los seguidores de asistir a las manifestaciones callejeras. Luego cambió abruptamente su postura, golpeando a sus seguidores fuera de su palacio.

Bolsonaro también cambió el liderazgo de la respuesta pandémica a otro general, Walter Souza Braga Netto, su jefe de gabinete.

Al margen y obstaculizando la expansión del uso de hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria promovido por Bolsonaro que no ha demostrado ser efectivo contra el virus, el ministro de salud fue reemplazado. Su sucesor duró solo unas pocas semanas hasta que renunció, reemplazado por un general del ejército, Eduardo Pazuello.

Un ex funcionario del ministerio de salud dijo que los cambios abruptos crearon una sensación de caos dentro de la agencia, lo que resultó en semanas de disfunción y parálisis en el momento más crucial, cuando el país debería haber estado luchando contra la propagación incontrolada del virus.

Por separado, Luiz Henrique Mandetta, el ministro de salud al comienzo de la pandemia, dijo que Bolsonaro apreciaba la estabilidad económica por encima de las prioridades de salud, prefiriendo una figura militar al mando del ministerio.

“Necesitaba a alguien como un general o un coronel que viera el ministerio como un peldaño, una forma de obtener un ascenso por valentía”, dijo Mandetta.

Brasil ahora tiene más de 700,000 casos confirmados de coronavirus, solo superados por los Estados Unidos. Al menos 37,000 personas murieron a causa del virus en Brasil hasta el martes, y el conteo de muertes a menudo aumentó en más de 1,000 al día.

La agitación en Brasil está llevando a los inversores a apresurarse por las salidas. La fuga de capitales está alcanzando niveles nunca vistos desde la década de 1990. El Banco Mundial espera que la economía se contraiga un 8 por ciento este año. La producción de automóviles, un pilar de la economía que alguna vez fue próspero, se ha desplomado a su nivel más bajo desde la década de 1950.

Carlos Fico, un historiador de la Universidad Federal de Río de Janeiro que estudia el ejército brasileño, dijo que el creciente poder de las fuerzas armadas conlleva el riesgo de revelar su incompetencia en áreas cruciales.

“Piensan que las declaraciones gigantescas harán que las cosas sucedan como en el ámbito militar, donde se da una orden y los de rango inferior obedecen”, dijo Fico.

Pero ahora que los militares están guiando la respuesta a la pandemia, Fico agregó: “Corren el riesgo de que la sociedad los culpe por lo que sucederá después”.

Los principales aliados de Bolsonaro insisten en que las fuerzas armadas no tienen planes para un golpe de estado. “Ningún general de cuatro estrellas está a favor de la intervención militar”, dijo Sostenes Cavalcante, un congresista de derecha.

Pero al mismo tiempo, Cavalcante argumentó que se debe hacer algo para frenar el poder de la Corte Suprema. Sostuvo que la charla de un golpe de estado por parte del hijo de Bolsonaro era simplemente una forma de presionar al poder judicial. “Se podría interpretar que la Corte Suprema ha sobrepasado su autoridad”, dijo Cavalcante. Sepultureros con trajes protectores entierran el ataúd de José Soares, de 48 años, quien murió a causa de COVID-19 (Reuters)

Al mismo tiempo, algunos funcionarios de la administración de Bolsonaro están examinando activamente escenarios en los que los militares podrían intervenir. Un oficial militar en el gobierno que no estaba autorizado a hablar en público dijo que una intervención permanecía fuera del radar por el momento, pero que ciertos movimientos del poder judicial, como ordenar una búsqueda en el palacio de Bolsonaro como parte de una investigación, podrían cambiar eso.

Del mismo modo, agregó el funcionario, cualquier posible anulación de las elecciones de 2018 por parte de un juez también se consideraría inaceptable, porque eliminaría no solo a Bolsonaro, sino también a su compañero de fórmula y vicepresidente, Hamilton Mourão, un general retirado.

Mourão ha afirmado repetidamente que no se está considerando ningún tipo de adquisición militar. Pero incluso el debate sobre la intervención militar está generando preocupación sobre la capacidad de recuperación de las instituciones democráticas de Brasil y el regreso a la inestabilidad política crónica, con una constante intromisión militar.

Fernando Henrique Cardoso, un ex presidente civil que estuvo exiliado durante la dictadura militar, dijo que no creía que un golpe fuera inminente. Pero le preocupaba que las tácticas de intimidación de Bolsonaro pudieran intensificarse.

“¿Cómo mueren las democracias? No se necesita un golpe militar", dijo a periodistas Cardoso, de 88 años, quien ya instó a Bolsonaro a renunciar. “El presidente mismo puede buscar poderes extraordinarios, y puede tomarlos”.