Dólar: las causas de su abrupto repunte

Tras tocar el viernes pasado su menor valor en tres meses, la divisa saltó 80 centavos (casi 2%) a $ 42,40 en la plaza mayorista, y trepó 56 centavos (+1,3%) a $ 43,41 en el mercado minorista. En ambos casos fue el avance diario más importante en dos meses y medio.






Pareciera que ahora sí el mercado entró en razón y visualizó mucho más cerca las PASO de agosto. La suba del dólar que desde hace semanas proyectaban los operadores se concretó finalmente este lunes, y de golpe: en un solo día recuperó la baja sufrida en las dos últimas semanas.


Tras tocar el viernes pasado su menor valor en tres meses, la divisa saltó 80 centavos (casi 2%) a $ 42,40 en la plaza mayorista, y trepó 56 centavos (+1,3%) a $ 43,41 en el mercado minorista. En ambos casos fue el avance diario más importante en dos meses y medio.

Esta abrupta reacción llega después de una fuerte apreciación del peso de las últimas semanas, impulsada principalmente por un mayor ingreso de divisas financieras que buscaban capturar tasas reales positivas (carry trade), ante las últimas encuestas electorales (que posicionan mejor al oficialismo) y un clima global a favor de emergentes, ante la expectativa de recorte de tasas por parte de la Fed.

Entre los factores que explican la repentina, aunque previsible suba, de este lunes aparecen: en gran medida una marcada contracción en el nivel de oferta de los agroexportadores, y al mismo tiempo, la reaparición de la demanda por cobertura, en medio de un sobrante de liquidez de pesos, junto con la percepción del mercado de un precio del dólar “algo rezagado”.

En menor medida, influyó un alza del índice dólar a nivel global, y una depreciación leve de la mayoría de las divisas en la región.
Menor oferta del agro

Desde ABC Mercado de Cambios señalaron que el alza registrada del dólar “refleja la falta de liquidez de divisas, que con solo u$s27 millones operados sobre el cierre, la divisa subió 40 centavos” ante la escasez de oferta del agro, que habría “liquidado unos u$s100 millones” (además los u$s60 millones diario que licita el BCRA a cuenta del Tesoro).

Recordemos que el campo liquidó a un ritmo de u$s135 millones diarios durante junio, y con ese monto alcanzó para contribuir a la fuerte apreciación del peso.
Sobrante de pesos

Así fue como el mercado no encontró vendedores de la divisa, en medio de un "sobrante de pesos de unos $24.400 millones que dejó la licitación de Leliq”. Parte de ese monto de pesos que se registró en la última parte del mercado se volcó al dólar y provocó la reacción final de la cotización.

El volumen registrado por un total operado de 700 millones de dólares, (-19%) refleja la falta de liquidez del mercado de cambios, que con solo 27 millones al final subió 40 centavos el precio, ya que la exportación cerealera apenas habrá liquidado unos 100 millones de dólares a los que debe agregarse los 60 millones del BCRA a un promedio de $ 42,1334.

El Banco Central (BCRA) decidió captar menor volumen en su licitación diaria de Leliq y previo a otra subasta de Lebac y Lecaps a corto plazo lanzada por el Tesoro. La suba de la moneda se profundizó al cierre de la segunda llamada para colocar Letras de Liquidez, con un sobrante de $24.416 millones respecto a lo vencía y con tasas que se ajustaron muy ligeramente al alza.
¿Se desinfla el carry trade?

A menos de un mes para las PASO, algunos inversores decidieron también cerrar posiciones del carry trade, y pasarse a moneda dura, comentaron en las mesas.

A su vez, la caída de las tasas de los plazos fijos en los últimos días podría condicionar la renovación de estos depósitos por parte de los minoristas, por más que aún puedan obtener buenos retornos en términos reales.

Por su parte, el operador Gustavo Quintana advirtió que “si bien era esperable una corrección que en algún momento atemperara un incipiente proceso de atraso cambiario, no parece muy deseable que la actualización de los precios se realice en forma brusca, un factor que a veces genera cierta perturbación en el mercado”.
Dólar en el mundo, con tendencia alcista

La divisa subió el lunes en una jornada de verano boreal con pocos negocios, con su potencial alcista limitado por las expectativas de que la Reserva Federal recorte las tasas de interés en la reunión de política monetaria de la próxima semana. Los inversores esperan que la Fed recorte su tasa de fondos federales en 25 puntos básicos, seguida de otra baja en septiembre.

El euro bajó levemente a 1,1255 dólares, todavía dentro de los rangos recientes de 1,14 a 1,11 dólares. Mientras que la moneda estadounidense cotizó estable ante el yen a 107,91 yenes.

El índice dólar, que mide al billete verde contra una canasta de seis monedas, subió un 0,2% a 96,956. Entre las monedas emergentes de la región, el real se depreció un 0,5%; mientras que el peso chileno cedió un 0,2%.
Riesgo país, en baja, y nuevas concesiones del FMI

Lo positivo de la jornada fue la tranquilidad que mostró el riesgo país argentino, que caía 11 unidades a 768 puntos básicos, lejos de los 1.014 puntos intradiarios anotados a comienzos de junio. La mejora de este índice "estuvo relacionada a las definiciones políticas de cara a las elecciones presidenciales, y datos positivos desde el frente macroeconómico", dijo la banca de inversión Puente.

Tras el cierre del mercado se conoció que además que el Gobierno pidió al el Fondo Monetario Internacional (FMI) aumentar la meta del resultado fiscal primario de fines de septiembre como parte del programa de crédito stand-by que tiene el país por unos 57.000 millones de dólares.

Pero lo que muchos analistas resaltaron de la letra chica de la cuarta revisión fue el mayor poder fuego que le otorgó el organismo internacional al Banco Central para controlar al tipo de cambio, en un segundo semestre donde la demanda de divisas podría estar muy activa, al son de los resultados de las PASO, de las elecciones generales de octubre, y de las constantes encuestas que habrá en dicho período.

“Lo más relevante de la cuarta revisión fue que se confirma la suba en el límite de intervención en futuros (la posición neta máxima aumenta a u$s3.600 millones, desde u$s1.600 en julio) y en el mercado spot, al introducir un ajustador por las ventas del BCRA en el marco de la regla de intervención anunciada”, dijo el economista Martín Vauthier, director de EcoGo.

Por ende, como la posición compradora del BCRA a junio alcanza u$s3.000 millones, su poder de fuego para septiembre en el mercado de futuros aumenta a unos u$s6.600 millones para vender.

Habrá que seguir de cerca si esta novedad tiene algún tipo de impacto en el ánimo inversor en las próximas jornadas, o si, por el contrario, ya estaba en cierta forma incorporada en la expectativa del mercado, tras el aval que recibió en abril pasado la autoridad monetaria para intervenir dentro de "zona de referencia cambiaria".

El crecimiento de China cayó a su más bajo nivel en 27 años

En plena guerra comercial con Estados Unidos, el crecimiento anual de la economía china cayó a 6,2% en el segundo trimestre.



La guerra comercial lastra la economía china desde el año pasado pero en junio el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping declararon una tregua durante una cumbre del G20 en Osaka (Japón). NA

En plenas tensiones comerciales con Estados Unidos, el crecimiento anual de la economía china cayó a 6,2% en el segundo trimestre, su nivel más bajo en 27 años pese a los esfuerzos del gobierno de Pekín.


La cifra concuerda con las previsiones de un panel de expertos preguntados la semana pasada por la AFP, y se mantiene en la horquilla que se había fijado Pekín para este año, de entre 6% y 6,5% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 6,6% de 2018.

Aun así se trata del aumento más débil del PIB chino desde que empezaron a registrarse datos trimestrales, en 1992, según la agencia Bloomberg.

"Las condiciones económicas siguen siendo difíciles, tanto en China como en el extranjero, el crecimiento mundial se desacelera y las inestabilidades e incertidumbres externas aumentan", declaró el lunes el portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas (BNS), Mao Shengyong.

El presidente estadounidense Donald Trump, que no cesa en denunciar el superávit comercial de China con Estados Unidos, aplicó el año pasado aranceles a numerosos productos chinos.

Esta guerra comercial lastra la economía china desde el año pasado pero en junio el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping declararon una tregua durante una cumbre del G20 en Osaka (Japón).

Los dos países se comprometieron a reanudar las negociaciones para intentar poner fin a sus diferendos comerciales.

China y Estados Unidos se habían impuesto mutuamente aranceles equivalentes a más de 360.000 millones de dólares anuales en transacciones.

"La guerra comercial ha tenido enormes repercusiones en la economía china", asegura Edward Moya, analista de Oanda.

Para apoyar su economía, Pekín se comprometió en marzo a rebajar en casi 2 billones de yuanes (unos 265.000 millones de euros) la presión fiscal y social de las empresas.

El gobierno también animó a los bancos a aumentar sus préstamos a las pequeñas empresas.

Pero las medidas coincidieron con la lucha de las autoridades contra el endeudamiento descontrolado que amenaza el sistema financiero chino.

En 2018, el crecimiento económico chino ya registró una fuerte desaceleración en todos los trimestres (6,8%, 6,7%, 6,5%, 6,4%), pero en el primer trimestre de 2019, el PIB resistió (6,4%) a pesar de las tensiones comerciales.

Por otro lado, la Oficina Nacional de Estadísticas publicó este lunes otros indicadores, más alentadores.

La producción industrial aumentó en junio (6,3% interanual frente al 5% de mayo), así como las ventas minoristas en ese periodo (9,8% frente a 8,6% en mayo), anunció Mao Shengyong.

Al acercarse el 70 aniversario de la fundación de la República Popular de China, el próximo 1 de octubre, Pekín necesita un crecimiento sano, destaca el economista Raymond Yeung del banco ANZ.

"El gobierno chino no dejará que el próximo índice de crecimiento trimestral caiga por debajo del 6%" advierte.

El miércoles pasado el primer ministro chino Li Keqiang llamó a reforzar el apoyo a las empresas que operan y venden en el extranjero, y prometió estímulos fiscales, todo ello en una contexto en el que las exportaciones chinas tienden a la baja.
La filtración de advertencias del exembajador en Washington contra Trump pone en aprietos a Johnson mientras se acelera la investigación por la publicación de los mensajes

El exembajador del Reino Unido Kim Darroch, en una imagen de archivo.


El Brexit y sus excesos han resucitado todos los tópicos, incluido aquel de que la historia siempre ocurre dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa. Los medios británicos comparan estos días la conmoción nacional que supuso el descubrimiento de Kim Philby y sus secuaces de Cambridge, el anillo de agentes dobles al servicio de Moscú durante la Guerra Fría, con la filtración de los incendiarios cables diplomáticos del exembajador del Reino Unido en Washington, Sir Kim Darroch, contra Donald Trump. El incidente no solo ha derivado en la dimisión del alto funcionario, apreciado por los suyos y con una fantástica red de contactos después de décadas de servicio público, sino que también ha desatado una caza de brujas, en la que se han implicado los servicios secretos británicos, para dar con el culpable o los culpables de un golpe, casi mortal, al prestigio del cuerpo de política exterior de Su Majestad.



Además, ha hecho tambalear la candidatura de Boris Johnson a suceder a Theresa May, porque sus enemigos le han acusado de poner al diplomático a los pies de los caballos con su tibieza al defenderle. Ha enfrentado a los medios de comunicación con Scotland Yard, después de que Neil Basu, el responsable de Contraterrorismo de la Policía Metropolitana, advirtiera de que la publicación de documentos secretos "podría constituir un grave delito difícilmente defendible con el argumento del interés público". Y ha extendido la sospecha de que los euroescépticos no se detienen ante nada para que su causa avance. Las investigaciones internas se centran en la convicción de que el responsable de la filtración sería un alto funcionario partidario del Brexit —un "Philby euroescéptico", dice The Sunday Times—, dispuesto a destruir las carreras de todos aquellos reticentes a abandonar la UE.

Al mismo tiempo que The Daily Mail publicaba contenido fresco de los correos enviados por Darroch a sus superiores, salía a la luz la relación de noviazgo que mantienen la periodista responsable de la exclusiva, Isabel Oakeshott, con el presidente del Partido del Brexit y europarlamentario, Richard Tice. "Los partidarios de las teorías de la conspiración que me acusan de aspirar al puesto de embajador en Estados Unidos se equivocan por completo. ¡Es una sugerencia ridícula! Estoy seguro de que cualquier otro empresario partidario del Brexit haría mucho mejor trabajo promocionando el Reino Unido y asegurando un rápido tratado comercial con Washington", se ha apresurado a escribir Tice en su cuenta de la red social Twitter.

Horas después de que se publicaran las primeras filtraciones de los correos de Darroch, en los que calificaba a Trump de "inepto" y a su Administración de "disfuncional", el ultranacionalista Nigel Farage se apresuraba a exigir que el diplomático fuera reemplazado. "Demasiadas huellas del Partido del Brexit en todo este asunto", ha dicho un diplomático británico citado por The Times.
“Vandalismo diplomático”

En 2018, según la última publicación de The Daily Mail, el embajador Darroch escribió a sus superiores para explicar la decisión de Trump de retirarse del Acuerdo Internacional de Desnuclearización firmado con Irán. Acusó al presidente de Estados Unidos de haber actuado por "razones personales", en un acto de despecho y resentimiento hacia su predecesor, Barack Obama, que había sido responsable directo de la forja del pacto con Teherán. El diplomático definió en el texto la maniobra de Washington como un "acto de vandalismo diplomático". Escribió el correo inmediatamente después de la visita que Boris Johnson realizó a la capital estadounidense, en calidad entonces de ministro de Exteriores británico, en un último intento por hacer cambiar de idea a Trump. Johnson se hizo muchas fotografías, fue recibido cálidamente, pero regresó con las manos vacías.

El escándalo ha pillado a contramano a los dos principales candidatos a liderar el Partido Conservador y ocupar el puesto de primer ministro, Boris Johnson y Jeremy Hunt, aunque este último ha jugado mejor sus bazas. Fue el más rápido en responder a Trump, cuando lanzó una batería descontrolada de tuits en la que insultó a Darroch y a la propia Theresa May. Calificó los improperios de "inaceptables" y se comprometió a mantener al embajador en su puesto y a no permitir que Washington impusiera a Londres la elección de sus altos representantes en el exterior.

El exalcalde de Londres, quien alardea de su buena relación con el presidente estadounidense y promete un gran acuerdo comercial con EE UU en cuanto el Reino Unido salga de la UE, apenas balbuceó una defensa del diplomático y evitó comprometerse a asegurar su continuidad. Desde entonces, Johnson, que llegó a llamar personalmente a Darroch para darle explicaciones, se esfuerza en explicar que sus palabras fueron malinterpretadas y en apagar el incendio que su aparente deslealtad desató entre muchos diputados británicos. "Podría haberse distanciado fácilmente de Trump sin necesidad de emplear un lenguaje duro. Pero ni siquiera lo intentó", ha escrito el exministro de Exteriores británico, Malcolm Rifkind, en The Observer, en referencia a la escasa reacción de Johnson, para cuestionar de este modo su aptitud para ocupar el puesto de primer ministro británico.

Google, WhatsApp, Netflix, Instagram, YouTube y Twitter: los 10 sitios bloqueados en China




La República Popular China cuenta con una ley de censura muy estricta que prohíbe la operación de sitios y aplicaciones que en occidente son practicamente vitales en la comunicación.

Además de las páginas que son críticas del comunismo, el Gobierno chino bloqueó más de 2.000 sitios, entre los que destacan Google, WhatsApp, YouTube, Instagram y Twitter, entre otros.

Redes sociales, aplicaciones, buscadores, foros y portales de noticias de occidente; no hay límites para la censura china a la hora del bloqueo.
Los 10 sitios y aplicaciones bloqueados:

- Google

- WhatsApp

- Instagram

- Twitter

- Facebook

- YouTube

- Netflix

- Snapchat

- Twitch

- Reddit

Bolsonaro volvió a respaldar una reelección de Macri y cuestionó a Alberto Fernández

El jefe de Estado de Brasil dijo que "no" quiere que, ante un eventual cambio de gobierno, "Argentina siga la línea de Venezuela".
Mauricio Macri y Jair Bolsonaro en la Cumbre G20.


El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dio un nuevo respaldo a la reelección de Mauricio Macri como jefe de Estado ya que "no" quiere que, ante un eventual cambio de gobierno, "Argentina siga la línea de Venezuela", y anticipó un posible "roce" con el país en caso de que Alberto Fernández gane las elecciones.


"El candidato de Cristina Kirchner dijo que revisaría (el acuerdo) Mercosur-Unión Europea. Y eso trae problemas económicos para Brasil, para Argentina, para Uruguay y para Paraguay. Estamos enfocados en la economía. Un gobierno con la economía débil no se sustenta", analizó el mandatario del país vecino en una entrevista con el diario Clarín.

En ese sentido, añadió: "Yo no quiero que Argentina siga la línea de Venezuela. Por eso aliento la reelección de Macri , la verdad aliento apenas que Cristina Kirchner no vuelva al poder, sabiendo y teniendo conciencia que yo no voy a interferir políticamente en otro país".


Yo no quiero que Argentina siga la línea de Venezuela, por eso aliento la reelección de Macri" (Jair Bolsonaro)

Consultado sobre la visita del candidato presidencial del Frente de Todos al ex mandatario Luiz Inácio Lula Da Silva en la prisión donde cumple una condena, Bolsonaro dijo que Alberto Fernández "demuestra un completo desconocimiento de lo que ocurre en Brasil" ya que "el PT (Partido de los Trabajadores) tenía un proyecto de poder, y para eso asaltó las empresas estatales".

"El candidato de Cristina Kirchner no conoce la realidad brasileña. Aquí confiamos en nuestras instituciones. Lula fue condenado en tres instancias. Espero que Argentina reflexione mucho sobre esa visita a Lula de su candidato, así como en especial sobre el acuerdo que él quiere revisar", remarcó el presidente brasileño.

Asimismo, advirtió: "Tengo la convicción de que, por las declaraciones del candidato de Cristina Kirchner, de revisar el (acuerdo) Mercosur (Unión Europea) y visitar aquí en Brasil un presidiario condenado por la justicia en tres instancias, es una señal que podemos tener un roce con Argentina que no queremos tener".

Preguntado sobre si Cristina Fernández de Kirchner debería estar detenida en el marco de las causas por las cuales está procesada, Bolsonaro contestó: 'Si ella será presa o no quien debe decidirlo es la justicia de Argentina. Nuestra justicia aquí trabajó muy bien y el combate a la corrupción tiene que ser efectivo en cualquier país que quiere ser democrático, que cuide su libertad y que quiera tener la confianza del mundo".

"Aquí tenemos un ex presidente preso, juzgado a mi entender de forma independiente, y quizás sirva eso de ejemplo para otros políticos que pretendieron o pretendan tener una vida al margen de la ley, como Lula y su gabinete de ministros casi de forma general", agregó.

En ese marco, concluyó: "Sufrimos mucho la corrupción. Una de las cosas que más perdimos fue la credibilidad. Tengo la seguridad de que Macri y yo en la charla que tuvimos en (la cumbre del G20 de) Osaka lo que pretendemos en gran parte es recuperar la confianza de otros países para nuestros países".

La batalla de los porteños por la provincia que no le firma el indulto a Macri




Por: Diego Genoud


Daniel Scioli y sus ministros atendían en el edificio del Banco Provincia, a metros de la Plaza de Mayo. María Eugenia Vidal y su gabinete comenzaron con reuniones frecuentes en la Casa de la Provincia, a dos cuadras del Congreso de la Nación, y se mudaron después al predio del Museo Ferroviario, sobre Avenida Libertador, muy cerca de la Autopista Illia.

Si la mudanza hubiera llegado antes, tal vez fugaces funcionarios de Vidal como Guido Sandleris no hubieran renunciado a la gestión con el argumento íntimo de que ganaban poco y tenían que viajar, todos los días, desde el extremo norte al extremo sur del conurbano bonaerense. Hoy los intendentes del PJ de la tercera sección electoral se quejan de que los ministros de la gobernadora los citan en la Ciudad de Buenos Aires y ya no van para La Plata.

Para encontrar un gobernador bonaerense considerado como tal hay que remontarse a los años de Felipe Solá. Nacido en Recoleta, Solá había desembarcado como ministro de Antonio Cafiero en la provincia en 1987 y llevaba un cuarto de siglo transitando el territorio y la política cuando fue electo en 2003.


La sede donde hacen base los últimos gobernadores del distrito más grande del país no es apenas una anécdota. Habla también de una mutación de la política, de la relación con el poder central y, tal vez, de los votantes bonaerenses.

La sede donde hacen base los últimos gobernadores del distrito más grande del país no es apenas una anécdota. Habla también de una mutación de la política, de la relación con el poder central y, tal vez, de los votantes bonaerenses.

El marginado Emilio Monzó es de los pocos que se lamentan por la postal de una provincia gobernada por porteños, en la que lo territorial pierde peso y ganar una elección sólo es posible con una doble condición: haber pasado por la vidriera nacional y haber penetrado en el sistema de medios concentrado de la Capital Federal. Para el presidente de la Cámara de Diputados, antes la provincia era el equilibrio de poder con la Nación: hoy es un apéndice. Tal vez haya sido Néstor Kirchner el que alteró la tradición cuando le abrió la puerta de Balcarce 50 a los intendentes y le cortó la cabeza a Eduardo Duhalde en su bastión.

La discusión sobrevuela una campaña en la que la mujer que derrotó a los machos alfa en 2015 se ve desafiada por un rival que hace un recorrido similar al que ella misma hizo, desde el centro a la periferia. Lo dijo Vidal en su debut televisivo como candidata en Canal 13: “El bonaerense sabe distinguir entre el que, seis meses antes de la elección, se pone a recorrer la provincia para buscar votos y alguien como yo, que vive hace 18 años”. Nacida en Flores, la ex vicejefa de gobierno porteño que se instaló en una base militar deberá enfrentar al egresado del Colegio Nacional Buenos Aires que vive en Villa Urquiza, en un test que puede definir la tendencia de los comicios polarizados en los que Mauricio Macri se juega la sobrevida.


En el continente que le resulta más hostil, a menos de un mes del 11 de agosto, Macri mide 10 puntos menos que Cristina Fernández y el corte de boleta que puede generar Vidal oscila entre los 3 y los 5 puntos, como máximo.

Más allá del dólar planchado y el modo reelección de la timba en los mercados, el Presidente sigue todavía sin poder descontar la diferencia abultada que lo separa de la fórmula de los Fernández en el territorio madre de todas la batallas.

Destinados a un enfrentamiento cada vez más virulento, vidalismo y peronismo coinciden en algo: hoy no existen encuestas serias que muestren un triunfo de la gobernadora en las PASO y no se puede medir como si los comicios fueran despegados de la pelea presidencial. O ambos mienten o alguien está viendo un espejismo o la verdad es una sola. En el continente que le resulta más hostil, a menos de un mes del 11 de agosto, Macri mide 10 puntos menos que Cristina Fernández y el corte de boleta que puede generar Vidal oscila entre los 3 y los 5 puntos, como máximo.

“La que tiene los votos es ella”, dicen en la gobernación bonaerense y se refieren a la expresidenta. Para los funcionarios del PRO, ni Alberto Fernández ni Axel Kicillof aportan nuevas adhesiones en provincia, aunque el exministro de Economía acumula una serie de méritos que le permiten retener como nadie el voto de CFK.

Duele comprobarlo para algunos intendentes de la tercera sección que son sus amigos, pero el regresado Sergio Massa no sumó nada en esa zona blindada del cristinismo. Tal vez sí, en la primera sección o en el interior bonaerense. En ese cordón sur del Gran Buenos Aires que se extiende hasta La Matanza, la imagen negativa de Cristina Kirchner siempre fue baja pero, desde que arrancó la crisis, no para de achicarse. Hoy son apenas entre el 22 y el 24 por ciento de los consultados los que dicen que no votarían, “bajo ninguna circunstancia”, a la expresidenta y a su candidato a gobernador. Los demás o ya decidieron votarla o no lo descartan. Por eso, ahí Macri pierde por 20 puntos o más, un abismo que necesita descontar en el interior.


La provincia donde el peronismo se creía imbatible, la misma que le dio la victoria a Macri gracias a la carta que Jaime Durán Barba vio en Vidal, hoy asoma impenetrable para la ola amarilla que dibuja el Presidente. Como si fueran dos países, del Gran Buenos Aires nace la postal antagónica a la euforia de los mercados.

La fortaleza de la senadora en el mismo distrito en el que perdió hace dos años frente a Esteban Bullrich se expande. Lo mismo que la dificultad que tiene el Presidente para conseguir el indulto masivo de los bonaerenses, con el ajuste como mandamiento, la recesión que se estira, el desempleo en alza y los números de la pobreza que cada vez le dan más alto a la UCA.

La provincia donde el peronismo se creía imbatible, la misma que le dio la victoria a Macri gracias a la carta que Jaime Durán Barba vio en Vidal, hoy asoma impenetrable para la ola amarilla que dibuja el Presidente. Como si fueran dos países, del Gran Buenos Aires nace la postal antagónica a la euforia de los mercados.

De no mediar una sorpresa mayúscula, la gobernadora perderá el 11 de agosto con Kicillof en las primarias. En el Museo Ferroviario, apuestan a que sea por cinco puntos como mucho, para dar vuelta la elección en octubre, la última oportunidad. Si en 2015 y 2017 la participación en las PASO fue del 75% y en las generales llegó al 80%, el objetivo es sumar lo que falta en la primera vuelta de las presidenciales. Dicen al lado de Vidal que todo el kirchnerismo vota en las primarias y por eso tiene dificultades para crecer después, en las generales. Sólo un aluvión amarillo, en el segundo turno bonaerense, podría revertir la distancia que el Presidente y la gobernadora edificaron en su contra, en cuatro años de gobierno.

La puja entre Ocasio-Cortez y Nancy Pelosi sacude al Partido Demócrata

La veterana presidenta de la Cámara trata de atar en corto a una nueva hornada de legisladoras heterodoxas y escoradas ala izquierda. El pulso estalló en público esta semana
Nancy Pelosi, a la izquierda, saluda a Alexandria Ocasio-Cortez en la Cámara de Representantes, el pasado febrero.


Una es la mujer más joven de la historia en entrar en el Capitolio, la otra lleva tres décadas en la jungla política de Washington. Una se ha convertido en punta de lanza de la izquierda outsider, la otra es la quintaesencia del establishment. Una es capaz de hacer vibrar a jóvenes de todo el mundo con sus encendidos discursos, la otra ha desatascado las legislaciones más complicadas y doblado el brazo a Donald Trump. Una es poderosa en las redes sociales, la otra es poderosa a secas. La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, estrella revelación con 29 años, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de 79, se han enzarzado esta semana en una trifulca pública que exhibe el conflicto de las dos almas del Partido Demócrata.

Las diferencias con Pelosi han sido frecuentes en estos meses, pero el incendio más sonado comenzó hace una semana, cuando la veterana demócrata desdeñó la influencia de Ocasio y otras nuevas caras del Congreso especialmente peleonas. “Toda esta gente tiene su público, lo que sea, su mundo de Twitter”, dijo en una entrevista en The New York Times, “pero no tienen seguimiento. Son cuatro personas y esos son los votos que tienen”, afirmó.

Las elecciones de noviembre devolvieron la mayoría de la Cámara baja a los demócratas y colocaron a Pelosi de nuevo como la tercera autoridad del país, además de la persona más poderosa del partido, pero trajeron también una nueva hornada de legisladores —más bien, legisladoras— muy heterodoxas que no tienen ningún problema en publicar en Twitter todas sus discrepancias con compañeros del partido. Se las conoce ni más ni menos que como el squad (el batallón) y lo forman, además de la archiconocida Ocasio, de Nueva York, otras tres mujeres que han roto algún tipo de barrera invisible: Ilhan Omar (Minnesota) y Rashida Tlaib (Michigan), las dos primeras musulmanas en llegar al Capitolio, y Ayanna Pressley, la primera congresista afroamericana por Massachusetts.
 
Este miércoles, en una reunión a puerta cerrada del Caucus Demócrata, Pelosi lanzó una reprimenda propia de jefa de estudios de un instituto: “¿Tienen quejas? Pues vienen y me las cuentan, pero no se pongan a tuitear sobre miembros [del partido] y esperen que nos parezca bien”, recalcó, según una transcripción de sus palabras que se difundió después a varios medios. “Una mayoría es una cosa muy frágil”, continuó, y reclamó respeto a para los congresistas moderados: “Cada día alguno tiene que luchar por salir reelegido, conviértanme a mí en su objetivo, pero no a ellos, porque tenemos una pieza más importante que cazar”.

La representante de California está tratando de unificar las diversas voces de las filas progresistas con el objetivo de reforzar la mayoría legislativa en 2020 -el Senado sigue bajo control republicano- y derrotar a Trump. Es una extrapolación de lo que ocurre en la batalla de primarias para elegir al candidato presidencial, en la que las estrategias más escoradas a la izquierda se baten con la que apuestan por amarrar bien al votante centrista y no agitar al republicano. La brecha se manifiesta en asuntos como el impeachment (o destitución) del mandatario, que el “batallón” reclama y Pelosi cuestiona la conveniencia, o sobre inmigración.

La coz de la Pelosi en el Times venía al hilo con una votación reciente sobre un paquete de ayuda humanitaria de 4.600 millones de dólares para la frontera sur, donde miles de migrantes sufren las condiciones deplorables de los centros de detención. Ocasio, Omar, Tlaib y Pressley se quedaron solas con el voto en contra, por considerar que ofrecía garantías insuficientes a los menores y también suponía financiar los controles fronterizos.

El comentario sobre el escaso apoyo real sentó a cuerno quemado a Ocasio-Cortez. “Esto no va sobre cuatro personas”, se quejó en declaraciones a la prensa, “va sobre los millones de personas a los que representamos y la idea de que podemos desdeñar a la gente del Bronx simplemente porque son del Bronx está en contra de lo que creo que somos”. Su jefe de gabinete, Saikat Chakrabarti, reaccionó criticando en Twitter a Pelosi, algo que no suele hacer nadie en ese cargo. Hace unas semanas, para atacar a algunos legisladores del partido, llegó escribir que “parecen inclinado a hacer lo que los demócratas sureños de los 40 le hacían a los negros”. Luego lo borró.

También Ocasio deslizó una acusación de racismo esta semana, de la que también pareció arrepentida. En una entrevista a The Washington Post, declaró: “Cuando los comentarios empezaron, creí que ella trataban de mantener al flanco más progresista a cierta distancia con el fin de proteger a los más moderados, lo cual entendí”. “Pero ese contante señalamiento… llegó a punto que es simplemente irrespetuoso, el señalamiento de las nuevas legisladoras de color”.

En el pasado, Pelosi también tuvo que llamar al orden a Omar, cuando publicó una serie de mensajes considerados antisemitas, al señalar los republicanos apoyaban a Israel por dinero y desató enfado entre los propios demócratas. También cuestionó las formas de Tlaib, cuando fue grabada en un acto público diciendo: “Hay que destituir a ese cabrón”, en referencia al presidente, aunque defendió que Trump decía “cosas peores”. Y se expresó con condescendencia sobre el plan medioambiental de Ocasio-Cortez, el ambicioso y poco preciso Green New Deal, que no ha contado con apoyo en la Cámara y, sin embargo, sí el respaldo del precandidato izquierdista Bernie Sanders.

La speaker se negó a responder a ese comentario racial. Ocasio, cuando le preguntaron el viernes si considera al líder demócrata racista, lo negó con rotundidad. Y ese mismo día, por si fueran pocos en la contienda demócrata, apareció Trump para salir en defensa de la presidenta de la Cámara: “Trato mucho con Pelosi, tenemos nuestros más o nuestros menos y está bien, pero creo que hay un grupo de gente que está siendo poco respetuosa con ella”. “Y les diré una cosa sobre Nancy Pelosi que ustedes saben mejor que yo: no es una racista, ¿de acuerdo? No lo es. Llamarle eso es una vergüenza”, remató. No está claro si el republicano buscaba hacerle un favor o más bien regalarle con un caramelo envenenado por sus habituales rencillas.

Los halagos de Trump no son la mejor credencial para electorado progresista que el partido necesita movilizar de cara a 2020 con el fin de evitar una nueva derrota contra el magnate neoyorquino. Ella recibe muchas críticas del llamado Caucus Progresista.La hoja de servicios de Pelosi la acredita como liberal: votó contra la guerra de Irak, por ejemplo, y apoyó el matrimonio entre personas del mismo sexo cuando muchos compañeros del Partido -incluido Barack Obama- no lo hacía. Pero en la América de 2019 parece de una galaxia distante de la que personas como Ocasio-Cortez, que hace menos de dos años se ganaba la vida en una taquería de Nueva York y en junio de 2018 dio la campanada al derrotar en las primeras de su distrito a una vaca sagrada del partido. Pelosi, cuyo padre fue congresista, alcalde de Baltimore y aspirante a gobernador frustrado, lanzó su carrera política hace décadas desde California, a donde se mudó al casarse con un rico financiero.

La trifulca y la crítica de Pelosi también ponen sobre la mesa otro tipo de brecha en el Partido Demócrata, más allá de la ideológica y el tan traído y llevado giro a la izquierda. El tirón mediático de algunos legisladores frente al bajo de perfil de otros, sin que eso se traduzca en poder real. Ocasio-Cortez es el mejor ejemplo. Con 4,7 millones de seguidores en Twitter y más de tres en Instragram, se ha convertido en un fenómeno de masas, pero su proyecto estrella el Green New Deal, solo llegó a votarse en el Senado a iniciativa de los republicanos, que querían humillar a la congresista con un fracaso. Los senadores demócratas se negaron a participar en el escarnio, pero no están entusiasmados con el plan ni creen que el lectorado lo desee. Un resumen del Partido Demócrata.

Wrangler, Lee, Campagnola, Pelopincho, Freddo, Chocolate, Siam, Estancia El Rosario: las marcas de empresas emblemáticas que están cayendo por la crisis


Por David Cufré


El histórico local "El Ciervo de Oro" cerró sus puertas


Hablar de El Ciervo de Oro en el barrio porteño de Villa Crespo es como hablar de grandes tiendas La Capital en Tandil, en la provincia de Buenos Aires. Todo el mundo los conoce. Son comercios históricos. Una referencia hasta para encontrarse, como la esquina de San Martín y 9 de Julio, donde funcionó la casa de indumentaria nada menos que durante 95 años. Su aparición en pleno centro de Tandil se había producido en 1924, por lo que el nombre La Capital resuena en la memoria colectiva de esa localidad. Es el tipo de activos sociales que generan pertenencia, que forman parte de la identidad de un lugar. A su vez, “El Ciervo de Oro es El Lugar, sí con mayúsculas, para degustar comida judía. La primera vez que escuché sobre El Ciervo de Oro fue en una película de Damián Szifrón. Era una especie de ‘chivo’ en el medio de una escena. El nombre lo retuve y bueno, cuando investigué descubrí que estaba en mi barrio: Villa Crespo”, contaba orgullosa Mariana K. en una reseña en redes sociales. Esa rotisería especializada en comida judía abastecía al barrio y demás vecinos de knishes de papa, pastrón casero, arenque marinado y guefilte fisch. Lo hizo durante 40 años. “Cuando era chico volvía del jardín de infantes y Don Gregorio siempre me regalaba un pletzalej. Tengo 45 años. Resistió a Martínez de Hoz y a Cavallo. No pudo con Macri. Amigos: cerró El Ciervo de Oro. Julián Alvarez y Juan Ramírez de Velasco, Capital”, despedía al negocio otro usuario, con bronca y amargura. Eso fue en abril del año pasado. Las grandes tiendas La Capital de Tandil cerraron en marzo, casi un año después, con la misma crisis.



El Gobierno se esfuerza en no hablar de lo que pasó con la economía los últimos cuatro años. Busca esquivar el debate sobre las consecuencias del violento cambio de rumbo que impuso en el país. Lo necesita porque lo que ocurrió es un desastre. Marcas emblemáticas con años de trayectoria, muy metidas en el corazón de los argentinos, van cayendo como fichas de dominó. Grandes firmas que ya no están o sufren golpes a diario y se van desgastando. Ni que hablar de las pymes. Comercios e industrias que eran referentes en sus pueblos han bajado la persiana, dejando un tendal de desocupados e historias rotas.

En el repaso de las crónicas de cada cierre se repiten mayormente las mismas razones para explicar el triste final. El punto número uno es que bajaron las ventas. Hay menos consumo. Si algo quedó claro durante el gobierno de Macri es que el mercado interno no es su prioridad. El Presidente habla de exportaciones, del campo, de Vaca Muerta, de la integración al mundo, pero de la capacidad de compra de los trabajadores y de los jubilados no le surge una palabra. Ni siquiera ahora en campaña Macri promete una mejora de los salarios y de las jubilaciones en caso de ser reelecto. Por el contrario, acompañado de un nuevo coro de empresarios habla de reforma laboral y de reforma previsional para achicar más los ingresos de esos sectores. Es lo mismo que está haciendo Jair Bolsonaro en Brasil, con apoyo entusiasta de Estados Unidos.

La segunda causa para explicar el tendal de marcas sacudidas por la crisis son los aumentos de costos: primero los tarifazos de luz, gas y agua, segundo la suba de la tasa de interés arriba del 80 por ciento para descontar un cheque, tercero el alza constante de los insumos por las repetidas devaluaciones. Otro factor que tiró a la banquina a numerosas empresas es la competencia con productos importados. Sectores como el del mueble y la madera, los textiles, el calzado y la marroquinería, la metalmecánica y tantos otros lo vienen padeciendo desde enero de 2016, cuando arrancó una fiebre por lo importado que no se detuvo jamás y que incluyó una etapa de viajes express a Chile o a Miami a comprar lo que fuera. Ese modelo es el que deja marcas imborrables en comercios, industrias y sectores populares argentinos, cada vez más empobrecidos y con menor capacidad de consumo.

* “Las tradicionales marcas de jeans Wrangler y Lee dejan el país y despiden a 200 trabajadores. Así lo decidió la estadounidense VF Corporation, propietaria de ambas etiquetas”, informaba el diario Clarín en febrero pasado. Las marcas habían comercializado sus productos en Argentina durante 50 años. Tenían producción en Benito Juárez, en Buenos Aires, y en La Rioja, plantas que también cerraron.

* “Después de 70 años cerró la fábrica de mermeladas La Campagnola en San Martín y despidió a 125 personas”, retrató el diario Uno de Mendoza en mayo último. “Los directivos de la compañía, propiedad del grupo Arcor, adujeron que los balances de los últimos tres años han sido totalmente negativos”, agregó. La empresa había arrancado sus actividades en 1950.

* “El domingo fue la última jornada del Shopping de Villa del Parque. Había sido inaugurado en 1995 y tenía 54 locales. El último día los vecinos lo recorrieron buscando ofertas y liquidaciones en negocios que ya estaban casi vacíos”, retrató Iprofesional hace diez días. “Es el primer shopping que cierra en la Capital Federal”, puntualizó.

* “La fábrica de alfajores cordobesa Estancia El Rosario despidió al 80 por ciento de sus trabajadores y está al borde del cierre. Había sido fundada en 1924. Solo le quedan seis empleados, a quienes les adeuda el sueldo. Los problemas en la empresa empezaron en 2016 con la caída del consumo y el incremento de costos”, indicó el portal M1 en junio pasado.

* “Freddo cerró la fábrica en Balvanera y despidió a 280 trabajadores. Tercerizará la producción y dejará de tener locales propios. Ahora todas las heladerías serán franquicias. En la empresa afirmaron que este año el consumo bajó más que en períodos anteriores y cuestionaron los altos costos de producción”, señaló el diario La Nación en septiembre pasado.

* “Cerró la tradicional casa de indumentaria femenina Chocolate. La marca surgió en la década del ’80, pero explotó en los ’90 en pleno furor menemista, cuando llegó al tope de ventas. ‘El anuncio de cierre fue un baldazo de agua fría. Estaba ahí hacía 18 años. Fue mi primer trabajo. Tengo 42 años. Vi su crecimiento, ahora veo el final y es dolorosísimo’”, lamentaba Guadalupe, una de sus ex vendedoras, en la crónica del portal SN Online en septiembre del año pasado.

Pelopincho despidió a 38 trabajadores de su fábrica de San Luis. “A la gente no le alcanza para la comida menos nos va a comprar una pileta”, explicó su dueño, Héctor Goette, a principios de junio. “La fábrica de heladeras SIAM se convirtió en un símbolo de la debacle industrial. La planta de Avellaneda había sido reinaugurada en 2014 con 400 empleados. Ahora solo quedan 60. Los despedidos acampan en la puerta. La fábrica está militarizada”, indicó Tiempo Argentino en noviembre pasado. “Cerró la Cacciola y ya no se podrá a viajar a Uruguay desde Tigre. Hubo 40 despidos” (1 de julio). “Zanella cerró una de las fábricas de motos más importantes del país en Mar del Plata” (28 de junio). “La cadena de supermercados Emilio Luque cierra locales en Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Catamarca y peligran 1000 empleos” (29 de junio). “Bronca y tristeza por el cierre de la editorial SM. Despidió a 130 trabajadores (11 de julio). “Tras 43 años cerró la fábrica ‘Mielcita’: más de 100 personas se quedaron sin trabajo. Además de las tradicionales mielcitas producía los jugos Naranjú” (12 de julio). “Musimundo sigue cerrando sucursales. Ya van 32 desde el año pasado” (6 de mayo). “Cerró la tradicional cadena de supermercados El Planeta en Tres Arroyos” (julio de 2018). “Cierra el mítico bar Los Angelitos de Florencio Varela” (septiembre de 2018). “Puma cerró su fábrica en La Rioja y echó a 40 empleados” (13 de junio). “La cadena de electrodomésticos Frávega cierra cinco sucursales y Garbarino se atrasa en el pago de sueldos” (octubre de 2018). “Cerró la tradicional fábrica de marcadores Edding en San Juan. Despidió a todos los empleados y empezará a importar los productos desde Alemania” (28 de mayo). “Calzados Mas Ven, emblemática zapatería de Posadas, liquida stocks y cierra sus puertas definitivamente” (8 de mayo). “Tras 51 años de historia, cerró el tradicional Hotel Luz en Nogoyá” (2 de abril). “Renault cierra Metalúrgica Tandil y despide a más de 100 trabajadores” (octubre de 2018). “Topper, Wanama, Ay Not Deado Legacy, casi ninguna marca se salva de la crisis del sector textil. Todas están con planes de ajuste o en convocatoria de acreedores” (8 de febrero). “Tras 75 años cerró el taller Palagi Hermanos en Temperley” (noviembre de 2018).

La lista es apenas un muestreo incompleto de los últimos meses. Hay muchísimas otras marcas que han caído por la política económica a lo largo y ancho del país. Las realidades productivas, del comercio y el consumo son similares en gran parte de la Argentina. Sin embargo, el presidente Macri quiere ir más rápido por el mismo camino, dejando su marca en la historia nacional.

Focus group de votantes de Macri arrepentidos


Stark partisan divisions in Americans’ views of ‘socialism,’ ‘capitalism’


Republicans express intensely negative views of “socialism” and highly positive views of “capitalism.”

By contrast, majorities of Democrats view both terms positively, though only modest shares have strong impressions of each term.

Overall, a much larger share of Americans have a positive impression of capitalism (65%) than socialism (42%), according to a new survey by Pew Research Center.

There are large partisan differences in views of capitalism: Nearly eight-in-ten Republicans and Republican-leaning independents (78%) express somewhat or very positive reactions to the term, while just over half of Democrats and Democratic leaners (55%) say they have a positive impression.



But these differences are dwarfed by the partisan gap in opinions about socialism. More than eight-in-ten Republicans (84%) have a negative impression of socialism; a 63% majority has a very negative view. Nearly two-thirds of Democrats (65%) have a positive view of socialism, but only 14% have a very positive view.

The survey, conducted April 29-May 13, 2019, also asked adults about their impressions of several other terms: “libertarian,” “progressive,” “liberal” and “conservative.” Republicans and Democrats diverge in their impressions of progressive, liberal and conservative, but express similar views of libertarian.



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Many do not view socialism, capitalism in ‘either-or’ terms

While 39% of Americans have both a positive view of capitalism and a negative view of socialism, a quarter have positive views of both terms and 17% express negative opinions about both. Another 16% have a positive opinion of socialism and a negative opinion of capitalism.

When parsing attitudes about both terms by partisanship, Democrats are more likely than Republicans to hold positive views of both socialism and capitalism (38%) than an exclusively positive view of one or the other. Smaller shares of Democrats have differing views of the two words or negative views of both.

Among Republicans, there is greater agreement. A majority (68%) say they have a positive view of capitalism and a negative view of socialism – including 39% who say they have a very positive view of capitalism and a very negative view of socialism.

In addition to partisan differences on views of socialism and capitalism, there also are sizable demographic differences – including by age, gender and race and ethnicity.

Similar shares of adults younger than 30 express positive views of capitalism (52%) and socialism (50%). Among older age groups, views of capitalism are more positive than opinions of socialism.

Women are more likely than men to view socialism positively (46% vs. 38%), while a much larger share of men (74%) than women (56%) view capitalism positively. Nearly twice as many men as women have a very positive impression of capitalism (33% vs. 17%).

Nearly two-thirds of black Americans (65%) and 52% of Hispanics have positive impressions of the term socialism, compared with just 35% of whites. Majorities of blacks, whites and Hispanics view capitalism positively.

Adults with family incomes of $75,000 or more have more positive views of capitalism than do those with lower incomes. The pattern is reversed for views of socialism: Those with incomes of less than $30,000 express more positive views of socialism than those with higher incomes.

The gender and age differences evident in these attitudes also hold when controlling for partisanship. Women in both parties have less positive views of the term capitalism than their male counterparts. Among Republicans, there is a 19 percentage point gender gap on capitalism, with Republican women expressing less positive views of capitalism than Republican men (68% to 87%, respectively). Just half of Democratic women say they have a positive view of capitalism (50%), compared with 62% of Democratic men.

There is a more modest gender gap among Republicans on views of socialism (10 points); similar majorities of Democratic men and women say they have a positive view of socialism.

Mirroring the age divide among the public overall, younger people in both partisan groups are less likely than older adults to express positive views of capitalism, though the gap is much larger among Democrats.

Democrats under 30 have significantly less positive impressions of capitalism than their older counterparts. In fact, they are the only subgroup for which views of the term are more negative than positive on balance (43% hold positive views, 55% hold negative views). In contrast, a majority of Democrats ages 65 and older have positive views of capitalism (69%), as do majorities of those 50 to 64 (58%) and 30 to 49 (55%).

Younger Republicans (18 to 49) are slightly less likely to hold positive views of capitalism than those 50 and older (75% to 80%, respectively), and are significantly less likely to hold very positive views.

Although only small shares of Republicans in any age group report having positive views of socialism, those 18 to 29 are significantly more likely than older Republicans to have a positive view (25% vs. 13%, respectively). Among Democrats, similar majorities within each age group report having positive impressions of the term.
Majorities have positive views of ‘progressive,’ ‘conservative,’ ‘liberal,’ ‘libertarian’

Americans have generally positive views of other political terms asked about in the survey, though these views also differ along partisan lines. Majorities have positive impressions of “progressive” (66%), “conservative” (60%), “liberal” (55%) and “libertarian” (also 55%).

Democrats are more than twice as likely as Republicans to have a positive view of the term progressive (88% vs. 40%). The gap is even wider in positive impressions of “liberal” (81% vs. 23%).

An overwhelming majority of Republicans (87%) say they have positive impressions of “conservative,” while six-in-ten Democrats hold negative views.

Overall, Democrats hold more positive views of the term “conservative” than Republicans do of “liberal.” Nearly four-in-ten Democrats (38%) say they view “conservative” positively compared with fewer than a quarter of Republicans who view “liberal” in the same light.

Meanwhile, Americans overall view the term “libertarian” positively. An almost identical small majority of Republicans (55%) and Democrats (56%) express positive impressions of “libertarian,” but relatively small shares of both parties say they have a very positive view (12% of Republicans, 7% of Democrats). Instead, pluralities from each party say they have a somewhat positive impression of this term – including 49% of Democrats and 43% of Republicans.

La UCA advirtió que creció la pobreza y se ubica en 35%

El investigador del Observatorio de la Deuda Social de la Univerisidad Católica Argentina, Eduardo Donza, estimó que "para que haya una mejora, los ingresos de las familias deben recuperar lo que perdieron" y que "en el mejor escenario, se podría volver a valores de 2015, cercanos al 30 por ciento"



Agencia Noticias Argentinas

El investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, Eduardo Donza, estimó que hubo un aumento en la pobreza dado que se encuentra en "valores cercanos al 35 por ciento".


"Son varias las razones. Durante los primeros meses del año, los aumentos de los alimentos fueron mayores al promedio general", subrayó y consideró que "todavía no hay una recuperación".

De ese modo, afirmó que "hay cuestiones estructurales importantes a tener en cuenta".

"Calculamos valores cercanos al 35 por ciento", indicó el especialista al señalar que "hubo un incremento" dado que 2018 terminó con una estimación ubicada en 32 por ciento.

Según sostuvo, "es mucho" el aumento y resaltó que se debe tener en cuenta "el efecto de la devaluación".

"Tenemos una economía que reacciona muy rápido con relación a la cotización del dólar", remarcó y argumentó: "Cuando tenemos devaluaciones, que son muchas veces bruscas, tenemos subas muy grandes de precios y en un mercado de trabajo que está más precarizado".

En diálogo con FM Milenium, advirtió en ese sentido sobre "los aumentos de precios y una recuperación de salarios en general menor a esos incrementos".

Recomendó que se debe contar con "una estabilización del tipo de cambio para que se estabilicen los precios", aunque aclaró que "con eso no alcanza, es para que no empeore".

"Para que haya una mejora, los ingresos de las familias deben recuperar lo que perdieron", afirmó y estimó que "en el mejor escenario, se podría volver a valores de 2015, cercanos al 30 por ciento".

El INDEC publicó en marzo los números de pobreza del segundo semestre de 2018, en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), y determinó que alcanzaba entonces el 32%. El próximo informe se conocerá en el mes de septiembre y abarcará los primeros seis meses del año.

Dura advertencia de Trump a Facebook por la criptomoneda


La entrada del mandatario en el debate sobre el bitcóin y la libra podría marcar un avance significativo para los entusiastas de las criptomonedas.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió hoy por la noche a Facebook Inc. sobre su plan para crear una moneda digital, llamada libra, una medida que plantea un nuevo obstáculo a las ambiciones de la criptomoneda de la compañía.
“La ’moneda virtual’ de Facebook, libra, tendrá baja reputación o credibilidad. Si Facebook y otras compañías desean convertirse en un banco, deben solicitar una nueva carta bancaria y estar sujetos a todas las regulaciones bancarias, al igual que otros bancos”, dijo Trump en una serie de publicaciones en Twitter.


En los tuits, el presidente de Estados Unidos también expresó escepticismo sobre las monedas digitales en general.

“No soy un fanático del bitcóin y otras criptodivisas, que no son dinero, y cuyo valor es altamente volátil y se basan en el aire”, escribió Trump. “Los activos criptográficos no regulados pueden facilitar comportamientos ilícitos, incluido el tráfico de drogas y otras actividades ilegales”.
La entrada de Trump en el debate sobre el bitcóin y la libra podría marcar un avance significativo para los entusiastas de las criptomonedas. La Casa Blanca ha guardado silencio en gran medida sobre el tema, incluso cuando reguladores federales como la Comisión de Bolsa y Valores, la Comisión de Comercio de Futuros de Mercancías y las unidades del Departamento del Tesoro ya han intentado lidiar con la manera de regular las monedas virtuales.


Tras desplomarse el año pasado, el bitcóin, la criptomoneda más comercializada del mundo, ha repuntado más del 200% en 2019.

La reacción del mercado a los comentarios de Trump fue apagada. El bitcóin cotizaba a US$11.400 a partir de las 10 p.m. en Washington, con una leve variación de su nivel antes de los tuits de Trump. La criptodivisa se ha triplicado con creces este año y recuperó algunas de sus pérdidas producto de una caída de 2018, ya que el proyecto libra ayudó a estimular el interés de los inversionistas en los activos digitales.


Facebook declinó hacer comentarios

Los comentarios de Trump en Twitter se suman al calor político que la red social más grande del mundo ya enfrenta en Washington en su agenda de criptomonedas. Los legisladores se están preparando para interrogar a la compañía respecto a la libra en dos audiencias programadas para la próxima semana. En tanto, ejecutivos de Facebook han celebrado reuniones en Capitol Hill durante días para tratar de atenuar sus inquietudes.
Las declaraciones de Trump sobre la libra se publicaron pocas horas después de una sesión de la Casa Blanca sobre redes sociales, convocada para discutir respecto a las quejas de los conservadores que alegan que las grandes empresas tecnológicas que controlan las plataformas estaban predispuestas contra de su partido.
Facebook ha enfrentado los cuestionamientos e indagaciones de reguladores y políticos de ambas partes desde que anunció que planeaba ingresar al mercado de las criptomonedas.
Facebook ha dicho reiteradamente que planea trabajar con los reguladores para que su libra despegue. Por otra parte, David Marcus, el ejecutivo de Facebook que ha encabezado la iniciativa de la libra, declarará ante varios comités del Congreso la próxima semana.

De qué hablan los tuiteros argentinos durante la campaña electoral

Economía, corrupción, seguridad y obra pública son los principales temas de interés de los usuarios de Twitter en Argentina. Siete de cada diez está interesado en buscar información sobre las elecciones.


Siete de cada diez usuarios argentinos de la red social del pajarito, está interesado en buscar información sobre las elecciones.

A pesar de contar con menos usuarios registrados que sus competidores Facebook o Instagram, Twitter es considerada como la red social del Círculo Rojo. La plataforma de mensajes instantáneos es el espacio elegido por políticos, empresarios, economistas, intelectuales y periodistas para debatir sobre la coyuntura política y económica.


Por lo pronto, desde la plataforma de mensajes dieron a conocer un perfil del tuitero argentino en tiempos de campaña electoral. A nada menos que un mes de las PASO, la empresa difundió un informe sobre la temperatura de las conversaciones en Twitter, los temas de discusión en la red social y quiénes son los líderes de los debates en la plataforma.

De acuerdo al estudio, siete de cada diez usuarios de la red social del pajarito está interesado en buscar información sobre las elecciones. De ellos, el 74% asegura que siguen cuentas de periodistas o medios de comunicación para estar al día con las noticias minuto a minuto. Sin embargo, sólo el 56% de las personas ya tienen definido su voto para estas elecciones.

Por lo pronto, desde la plataforma indicaron que aquellos que participan activamente en las conversaciones de los procesos electorales consideran a Twitter “como su mejor aliado” porque es la red social que les permite intercambiar perspectivas, ideas y propuestas sobre el proceso electoral.


Siete de cada diez usuarios argentinos de la red social del pajarito, está interesado en buscar información sobre las elecciones.
Twitter

Lo cierto es que en los últimos años el peso de la plataforma de mensajes en la conversación pública creció exponencialmente con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

El presidente de Estados Unidos y por extensión una de las personas más poderosas del mundo, suele utilizar su cuenta en Twitter para lanzar mensajes que pueden hacer tambalear a la economía global. Vale recordar que la guerra comercial entre el país norteamericano y China se inició a través de una serie de mensajes del republicano en la red social del pajarito.

La presencia de los políticos de nuestro país en la red social tampoco escapa a la realidad argentina. En lo que respecta al panorama local de cara a las elecciones, desde la plataforma anticiparon que “el éxito para los candidatos no será en estrategias de ‘hablemos de mí’, sino en ‘discutamos sobre esto’”.

“Las personas en Twitter esperan respuestas directas de los candidatos para charlar sobre sus propuestas y debatir los temas prioritarios para el país”, apuntó el estudio revelado por la empresa.

Al respecto, desde la plataforma indicaron que la situación económica y la desigualdad es el tema más debatido en la red social. Para el 76% de los encuestados esos tópicos son claves en la conversación. Le siguen tres cuestiones muy vinculadas al desarrollo humano: lucha contra la corrupción (18%), seguridad (5%) y la obra pública (1%).

Cómo usan las redes sociales los candidatos y a qué audiencia llegan

Twitter es la red social más utilizada por los políticos, el espacio que lleva a Alberto Fernandez como candidato a presidente es el que más publicaciones patrocinadas hizo y el presidente Mauricio Macri, junto con la senadora Cristina Kirchner tienen mayor volumen de audiencia. Todo esto de acuerdo a un estudio privado que analiza el uso de las redes sociales que hacen los distintos frentes que pelean por la presidencia.

Además, es la red social más utilizada en la política para generar publicaciones, según arroja un estudio hecho por las consultoras Comscore y Shareablee. Del total de las publicaciones que hacen los precandidatos a la Presidencia y Vicepresidencia, el 43% se realizan a través de la red social del pajarito. En tanto, el 39% se hacen en Facebook y el 18% restante, desde Instagram.

Además, de acuerdo al reporte hecho entre el 15 de mayo a 15 de junio de este año, en los últimos dos meses se ha incrementado hasta 145% las menciones de los candidatos comparado con igual periodo del año pasado.

El Frente de Todos es la agrupación que más publicaciones patrocinadas realizó. "Esto refleja parte de la inversión realizada para su campaña política digital", resume el informe.

El exministro se enfocará a fondo en desarmar la estrategia del macrismo y el kirchnerismo de apelar al "voto útil". Mayor presencia mediática y en todo el país, eje en la pr ...



A esto se le suma que el grupo etario de 25 a 54 años es el que más interactúa con los frentes políticos. Mientras que el Frente Juntos por el Cambio tiene una predominancia femenina en términos de engagement el Frente de Todos tiene más interacción con usuarios masculinos.



Además, el estudio compara el volumen de seguidores totales y acciones de los ocho candidatos políticos junto con el porcentaje de su audiencia cautiva. Es decir, el porcentaje de seguidores que interactúan con el contenido del candidato.

Y, según concluye, "aunque Mauricio Macri y Cristina Kirchner tienen mayor volumen de audiencia, en porcentaje de usuarios cautivos Alberto Fernández lidera con el 36.7%".


Uno por uno

De acuerdo al informe, el actual jefe de Estado los principales usos que le dio a sus redes sociales fueron para expresar apoyo y agradecimientos, así como también para transmitir una imagen de una familia ideal.



Además, el reporte señala que hubo más de 10 millones de menciones en temas relacionados con Mauricio Macri.

En este sentido, mientras que algo más del 22% fueron con un todo positivo, casi el 32% fueron negativas.



Definitivamente, Sinceramente ha sido furor en toda la Argentina, tanto para sus seguidores como en la oposición, reza el reporte que analiza las redes sociales en torno a la actual precandidata a vicepresidenta por el Frente de todos, Cristina Kirchner. Es que fueron más de 327 mil las menciones al libro que se registraron.

De acuerdo a la nube de conversación de los temas relacionados con libro escrito por la senadora, un 27% fueron positivas, casi un 25% negativas y, el resto, neutrales.



En cuanto al precandidato a presidente por el Frente de todos, a partir del hashtag #EntreTodos y el logo de Todos, Alberto Fernández consiguió "gran apoyo por parte de sus seguidores en las redes sociales", según afirma el reporte elaborado por Comscore y Shareablee.



De acuerdo a la "nube de conversación" de los temas relacionados a Alberto Fernández, fueron más de 1,6 millones las menciones.

Respecto del candidato a presidente de Consenso Federal, fueron 120,478 las menciones dentro de la nube de conversación de los temas relacionados con él.



5.000 millones de dólares de multa a Facebook por la filtración a Cambridge Analytica


Multimillonaria multa a Facebook

Mark Zuckerberg, fundador de Facebook. (foto: Ansa)


La multa -según reporta el Wall Street Journal (WSJ)- fue decidida por la Comisión Federal de Comercio (FTC, sigla en inglés), y es la más grande jamás aplicada a una empresa hi-tech.
Las autoridades comenzaron a investigar en marzo de 2018 cuando se descubrió que Cambridge Analytica para sus fines políticos tenía en su poder datos de 87 millones de usuarios de Facebook.

Hasta hoy la multa más abultada contra una sociedad hi-tech por violación de la privacidad era la infligida a Google en 2012, unos 22,5 millones de dólares.
Facebook ya había reservado en sus cuentas del primer trimestre del año una cifra de 3.000 millones de dólares para hacer frente a la presumible sanción.

La decisión de castigar al 'rey de las redes sociales' fue tomada por una mayoría de la FTC, con los republicanos que votaron a favor y los demócratas en contra.
La medida pasa ahora a ser examinada por el Departamento de Justicia.

La Fernsehturm de Berlín cumple 50 años



La Fernsehturm de Berlín

 La Fernsehturm, la altísima torre que domina sobre la Alexanderplatz en Berlín, y que junto con la Puerta de Brandeburgo simboliza el perfil de la capital alemana, cumple 50 años.
Berlín celebrará el aniversario, el próximo 3 de octubre, con una gran fiesta para su "Telespargel", "el espárrago televisivo", como se lo llama afectuosamente en la ciudad considerando que, con su bola en la cima, el edificio recuerda efectivamente a ese vegetal.
La torre es el edificio más alto de Alemania y es visitad cada año por un millón de personas. Corría el año 1969. El SED, Partido Comunista en el poder en Alemania del Este (llamada "república de las bananas" porque las bananas eran un bien de lujo) quería construir un símbolo que demostrara a sus vecinos del oeste y al mundo los triunfos del comunismo de origen alemán.

¿Qué mejor podía haber que una torre para la emisión de televisión, instrumento príncipe de la propaganda del régimen? Fue Walter Ulbricht quien eligió la Alexanderplatz para construirla: "Compañeros, desde allí la ven bien también del otro lado", explicó al lanzar los trabajos que duraron día y noche durante 53 meses para una torre que pesa unas 26.000 toneladas.
Cuando se inauguró, la Fernsehturm era una maravilla de la técnica. Los ascensores alcanzan el último de los siete pisos de la bola -que pesa 4.800 toneladas y está envuelta por mil pirámides de acero brillante, todo importado en secreto de Alemania Occidental) en solo 38 segundos.

Hay un bar-restaurante giratorio, desde donde se goza de una vista única de la ciudad. Y precisamente bajo el restaurante hay dos plataformas de salvataje para 400 personas, a usar en caso de evacuación.
La torre era omnipresente en toda la propaganda de la DDR, como símbolo de la fuerza del régimen. Su efigie estaba en las revistas para niños, en los afiches, en los certificados y medallas.
El Correo de la DDR le dedicó más de una docena de estampillas, e incluso se difundió la leyenda de que la torre en realidad era la cúpula de una estación espacial que cayó pero no se sabe dónde.

Y aunque a los berlineses esa torre nunca les gustó tanto, al final se acostumbraron. Es por eso que, cuando se decidió la demolición del Palast der Republik, el oprobioso edificio lleno de amianto que servía como parlamento de la DDR, el símbolo más odiado de un régimen derrotado por la historia, fue unánime la oposición a la demolición de la torre de la televisión.
La rehabilitación plena llegó a los ojos de los alemanes y el mundo con el Mundial de Fútbol de 2006: durante todo el torneo, su bola fue pintada exactamente como una pelota de fútbol.

Así se contagian las emociones en Twitter





Por

Esther Paniagua

El MIT ha desarrollado una extensión que permite conocer el impacto emocional causado por el contenido que cada cual crea y consume en Twitter



¿Se pueden contagiar las emociones en las redes sociales? Varios estudios científicos en los últimos años han revelado que sí. Estos se centran en demostrar que efectivamente los usuarios nos contagiamos emocionalmente con lo que pasa en plataformas como Twitter o Facebook. Incluso que esto no solo afecta los sentimientos que expresamos en redes sociales sino también a nuestro bienestar y salud en general. Sin embargo, no se ha profundizado en medir hasta qué punto somos conscientes de la carga emocional de lo que cada cual comparte ni de qué efecto tiene en nosotros y en los demás.

Con esa inquietud en mente, la ingeniera y científica de datos Belén Carolina Saldías puso en marcha la Affective Network: una herramienta que busca ayudar entender hasta qué punto los usuarios de redes sociales -en concreto de Twitter- somos conscientes y reflexionamos sobre el impacto causado por el contenido emocional que creamos y consumimos. Se trata de una extensión para navegadores desarrollada por Saldías junto con sus colegas en los laboratorios ‘Máquinas Sociales’ y ‘Computación afectiva’ del MIT Media Lab.

“Quería crear algo concreto que pudiera ayudar a hacer de internet un espacio más seguro, a mitigar algunos efectos no deseados de las redes sociales y a incrementar la conciencia de los usuarios, pero que al mismo tiempo fuese una experiencia entretenida”, explica Saldías. “Creo que nosotros, como usuarios, deberíamos decidir qué es lo que queremos ver, más allá de regirnos por los modelos de priorización de contenido que los desarrolladores de las plataformas deciden para nosotros”, añade.

Cómo funciona

La extensión se basa en un algoritmo de aprendizaje automático que clasifica los tuits en tres categorías de sentimientos diferentes: publicaciones positivas, que tienden a usar un lenguaje alegre o sorprendente; publicaciones negativas, que tienden a usar un lenguaje triste, de enfado o disgusto, y publicaciones sin lenguaje emocional fuerte, que se clasifican como neutrales. Tan solo hay que descargar la herramienta y completar una encuesta sobre por qué has decidido probar la extensión, qué piensas de Twitter y cómo la red social afecta a tus emociones y a las de otros, cómo y para qué la usas o tu estado de ánimo.

A partir de entonces, los participantes tienen acceso a tres nuevas vistas de su pantalla principal: una que resalta con colores la valencia emocional de cada publicación, una que filtra todo lo negativo y neutral para mantener solo las publicaciones positivas, y otra que filtra el contenido positivo y neutral para mantener solo lo negativo. También es posible hacer clic en el emoji (positivo, neutral o negativo) que se muestra debajo de cada tuit para cambiar la valencia etiquetada automáticamente.

En próximas actualizaciones planean, entre otras cosas, personalizar el modelo de clasificación de emociones o permitir a los usuarios decidir qué proporción de cada emoción quieren ver de forma permanente para llegar a algo que sería una ‘dieta emocional’ equilibrada. “Invitamos a la gente a que pruebe esta aplicación que puede mejorar su experiencia en Twitter, y a que nos envíen sus preguntas, comentarios o sugerencias. Estamos aquí para dar soluciones a problemas que nos afectan a todos como sociedad”, señala Saldías.



La investigadora asegura que Affective Network no busca necesariamente que los usuarios consuman y expresen solo cosas positivas. “Algunos investigadores en salud mental argumentarían que ello podría a llevar a los usuarios a sentir aislamiento o que son los únicos viviendo cosas negativas mientras todos parecen felices en las redes sociales. Sentirnos negativos o compartir cosas negativas puede ser muy saludable en algunas circunstancias, como lo es el caso contrario”, concluye.

Most U.S. adults feel what happens to their own racial or ethnic group affects them personally



Residents participate in a service of prayers and hymns for peace in advance of a planned white supremacist rally and counter-protest in August 2017 in Knoxville, Tennessee. (Spencer Platt/Getty Images)

How much do people feel that what happens to members of their own racial or ethnic group affects what happens in their own lives? What about what happens to other groups? Known among researchers as “linked fate,” this sense of connectedness was originally used to explain persistent Democratic voting bloc patterns among black Americans. More recently it has been used to examine not only how closely connected black Americans feel toward one another, but also connectedness between and among other racial groups.

A recent Pew Research Center survey finds that racial or ethnic group membership, education and partisanship are the most important determinants of linked fate within and across racial groups. For blacks and Hispanics specifically, experiences of discrimination increase the likelihood of saying that what happens to the other group would affect them.

When asked how much what happens to blacks, whites, Hispanics and Asians in the United States affects their own lives, U.S. adults say that what happens to their own racial or ethnic group affects them the most. This is most pronounced among black adults: 44% in this group say that what happens to other blacks impacts their own lives a lot. And it is especially true for black adults with a bachelor’s degree or more education, 58% of whom say that what happens to other black people affects them a lot compared with 49% of those with some college and 33% with a high school diploma or less education. There are no gender or age differences among black people in this regard.



Conversely, only about a quarter of whites (23%) say that what happens to other white people in the country affects them a lot. This sense of linked fate with other whites does not vary by gender. However, whites under 30 (30%) are more likely than those ages 50 and older (20%) to say that their fate is closely linked to other white people. Education also matters among whites: Those with at least a bachelor’s degree (26%) have a stronger sense of linked fate to other white people than those with no more than a high school diploma (19%). Additionally, white Democrats and those who lean Democratic (28%) are more likely than white Republicans and Republican leaners (20%) to say what happens to other white people affects their own lives a lot.

Among Hispanics, about three-in-ten (28%) say that what happens to other Hispanic people in the U.S. impacts them a lot. This is more likely among Hispanics under 50 (31%) than among those 50 and older (21%). U.S.-born Hispanics (27%) are about as likely as those born outside the U.S. (29%) to express a sense of linked fate with other Hispanics. This sense also does not vary by gender or education.

Likewise, 28% of Asians say that what happens to other Asians in the U.S. affects what happens in their own life a lot. Due to sample limitations, the views of Asians couldn’t be analyzed separately by categories such as gender, age or education. (For more information, see “A note about the Asian sample.”)
Views of linked fate across racial and ethnic groups

When it comes to a sense of linked fate across groups, no more than 20% of any one racial or ethnic group feels that what happens to any other group impacts them a lot, although more substantial shares say what happens to other groups affects their own lives some. For example, more than four-in-ten white (43%), Hispanic (46%) and Asian (49%) adults say what happens to black people affects them at least some.

White adults with a bachelor’s degree or more education are more likely than whites with less education to say what happens to black (51% vs. 40%), Hispanic (47% vs. 39%) and Asian (36% vs. 28%) people in this country affects what happens in their own life.

Similarly, black people with at least a bachelor’s degree have a stronger sense of linked fate to whites (60% vs. 44%) and Hispanics (59% vs. 46%) than their less educated counterparts. Black adults with some college experience (40%) are also more likely than those with a high school diploma or less education (28%) to express a sense of linked fate with Asians. Education is not associated with how strongly connected Hispanic adults feel toward black or Asian people. However, 54% of Hispanics with a bachelor’s degree or more education say that what happens to white people will affect their own lives, compared with 43% of Hispanics with less education.

A sense of linked fate is also shared among blacks and Hispanics when members of both racial and ethnic groups have experienced racial discrimination. Black people who experience racial discrimination at least from time to time (55%) are more likely than those who do not (30%) to say that what happens to Hispanics will impact their lives at least some. They are also more likely (38%) than blacks who do not experience discrimination (21%) to report that what happens to Asians will impact them.

Similarly, among Hispanics, those who experience racial discrimination (56%) are more likely to say their fate is at least somewhat linked to that of black people than those who have not (31%). They are also more likely to express at least some sense of linked fate with Asians (33%) than those who do not experience discrimination (22%). Blacks (53%) and Hispanics (52%) who experience racial discrimination are also more likely than those who do not (29% and 35%, respectively) to express a sense of linked fate with whites to at least some extent.

Among whites, partisanship is another key factor in cross-racial linked fate. White Democrats (50%) are more likely than white Republicans (38%) to say that what happens to blacks will impact their personal lives at least some. The same is true for whites’ sense of linked fate with Asians (38% of Democrats vs. 25% of Republicans) and Hispanics (48% of Democrats vs. 37% of Republicans).

How Fancy Water Bottles Became a 21st-Century Status Symbol

There’s a reason Millennials will spend $50 on one.


AMANDA MULL

SHUTTERSTOCK


The potential judgment of students can lead a teacher to do strange things. For Monique Mongeon, an arts educator in Toronto, starting a job teaching adults sparked a small crisis of confidence. “I was in my mid-20s, and I was looking at things I could do to make myself feel like a person who had authority to stand in front of a bunch of other 20-somethings,” she says. After ruling out fancy bags and shoes as too extravagant, Mongeon settled on a sleek $45 water bottle. “I was scrolling through websites thinking, Which of these S’well bottles looks like the kind of person I want to be?”


Nine years ago, there was only one S’well, and it was blue. Now you can get the curvy, steel-capped bottles in more than 200 size-and-color combinations, including some that look like marble or teakwood. Many are customizable with your initials. The big ones will hold an entire bottle of wine, and smaller versions are made for cocktails or coffee. Teens offer S’well bottles to propose to prospective prom dates. They’re a common sight in Instagram photos of artfully stuffed vacation carry-ons and aesthetically pleasing desk tableaux.

S’well’s success is impressive, but the brand has a host of competitors nipping at its heels in what has become an enormous market for high-end, reusable beverage containers. If nothing in S’well’s inventory calls out to you, maybe you’ll like a Yeti, Sigg, Hydro Flask, Contigo, or bkr. A limited-edition Soma bottle, created in collaboration with the Louis Vuitton designer Virgil Abloh and Evian (itself a legend of designer water), was recently feted at New York Fashion Week. VitaJuwel bottles, which can cost more than $100, promise to “restructure” your tap water using the power of interchangeable crystal pods.



On the surface, water bottles as totems of consumer aspiration sound absurd: If you have access to water, you can drink it out of so many things that already exist in your home. But if you dig a little deeper, you find that these bottles sit at a crossroads of cultural and economic forces that shape Americans’ lives far beyond beverage choices. If you can understand why so many people would spend 50 bucks on a water bottle, you can understand a lot about America in 2019.

The first time I coveted a water bottle was in 2004. When I arrived as a freshman at the University of Georgia, I found that I was somehow the last person alive who didn’t own a Nalgene. The brand’s distinctive, lightweight plastic bottles had long been a cult-favorite camping accessory, but in the mid-2000s, they exploded in popularity beyond just outdoorsmen. A version with the school’s logo on it cost $16 in the bookstore, which was a little steep for me, an unemployed 18-year-old, but I bought one anyway. I wanted to be the kind of person all my new peers apparently were. Plus, it’s hot in Georgia. A nice water bottle seemed like a justifiable extravagance.


Around the same time, I remember noticing the first flares of another trend intimately related to the marketability of water bottles: athleisure. All around me, stylish young women wore colorful Nike running shorts and carried bright plastic Nalgenes to class. “With Millennials, fitness and health are themselves signals,” says Tülin Erdem, a marketing professor at NYU. “They drink more water and carry it with them, so it’s an item that becomes part of them and their self-expression.”

Read: Everything you wear is athleisure

Now, across Instagram, you can find high-end water bottles lurking around the edges of stylized gym photos posted by exercisers and fitness instructors. Usually these people aren’t being rewarded for the placement with anything but likes. Sarah Kauss, S’well’s founder and CEO, says people have been photographing her water bottles since the company began in 2010. “I’d receive hundreds of pictures a week from customers,” she says. “I wasn’t giving them anything for it. There wasn’t a free bottle or a coupon code or anything other than customers just wanting to show their own experience.”


Kauss says she always knew the bottle’s appearance would be important, even though positioning something as simple as a water bottle as a luxury product was a bit of a gamble. “As I moved up in my career, I was upgrading my wardrobe, and the bottle that looked like a camping accessory really didn’t serve my purpose anymore,” she says. When she noticed fashionable New Yorkers were carrying luxe disposable plastic bottles from brands such as Evian and Fiji, she realized reusable bottles could use a makeover, too.





Kauss and her contemporaries struck at the right time. The importance of fitness and wellness were starting to gain a foothold in fashionable crowds, and concerns over consumer waste and plastic’s potential to leach chemicalsinto food and water were gaining wider attention. People wanted cute workout gear, and they wanted to drink water out of materials other than plastic. Researchers have found that the chance to be conspicuously sustainability-conscious motivates consumers, especially when the product being purchased costs more than its less-green counterparts.


Nearly a decade on, the water-bottle trend shows no signs of slowing, and people just seem to like their fancy bottles a lot. The insulated metal variety, the most popular, does a far better job than plastic of keeping beverages at ideal temperatures. They’re durable and useful. When I put out a call for opinions on Twitter, I heard from hundreds of people about how much they loved theirs. Rebecca Thomas, a 28-year-old in Atlanta who owns three S’wells, says she once paid a ransom to an Uber driver after she left one behind in the car. (“That’s when I decided I’d never put wine in one again,” she says.) Others were similarly dedicated. “I will be buried with all of my different sizes of Hydro Flask,” says Emily Sile, a travel editor in New York City. “Maybe by then Hydro Flask will come out with a coffin, so I can be buried in that, too.”

The trend’s Instagram visibility might make it seem like high-end water bottles are the sole province of women. Indeed, brands such as bkr, whose bottles are pastel glass and can come with a special top meant to hold lip gloss, are explicitly marketed as products of feminine beauty. (Drinking water, after all, is often lauded as the ultimate skin-care product.) But the category’s origins in camping gear mean that it started out with a strong foothold among male Millennials as well, and brands such as Yeti and Hydro Flask have continued to court a more masculine audience. Mike Ferguson, a 37-year-old in Los Angeles, has four Yetis of various sizes that he usually uses for iced coffee and water. “I have very few vices, but this is one,” he says. “Am I a brand loyalist? I don’t think so, but the evidence suggests otherwise.”


Ferguson, like many other people I spoke with, got his first Yeti as a gift. Kauss says that’s a trend she sees with S’well’s customers, too: People will buy one or two, presumably for themselves, and then come back to the website around the holidays and buy six. Most brands also customize orders for large corporate clients, meaning your employer might hand you a logo bottle at the end of the year. Even if spending 40 or 50 bucks on a water bottle sounds bad, getting one for free can turn reluctant consumers into evangelists.

When those factors are taken together, it’s hard to be surprised that so many $50 water bottles exist, or that people have snapped them up in droves. On a certain level, a nice water bottle fulfills its promise in the way few things do. They hold water. They stay cold. They look nice on your desk. They don’t leave an unsightly sweat ring on your nightstand. For people such as Mongeon, the art teacher, they look like things that are owned by people who know what they’re doing. For a lot of people, they spark a little bit of joy in the otherwise mundane routine of work, exercise, and personal hygiene. For a generation with less expendable income than its parents’, a nice bottle pays for itself with a month of consistent use and lets you feel like you’re being proactive about your health and the environment.






A container of any kind, whether it’s a rented storage unit or a decorative basket, promises order and control. Marie Kondo’s Netflix show about organizing American homes in disarray was a hit for a reason: There’s a small amount of serenity in finding the right vessel and filling it with the right thing. Consumer choices might not be an effective solution to structural problems such as pollution, but it’s nice to feel like you’re making ethical choices. If nothing else, Millennials can buy the best water bottle they can afford and try their best to stay hydrated.