La “fatiga europea” en los Balcanes Occidentales: volatilidad local e intervención de potencias

Autor: Miguel Rodríguez Andreu, Revista Balkania

ISSN: 2531-0569

Nº: 7/2017 (31 de octubre)



Resumen:

Las potencias mundiales cada vez actúan más directamente en los Balcanes Occidentales, por la parálisis en la ampliación de la UE.
El freno a la ampliación ha contribuido a las tendencias iliberales o autoritarias, así como a la desafección hacia la UE.
Las tensiones entre países van en ascenso, y cada vez resultan más imprevisibles en cuanto a su dirección y resolución.
Esta incertidumbre hace depender el futuro de la región de sus líderes, y su capacidad para lograr apoyos en el exterior.

Palabras clave: Balcanes Occidentales, UE, autoritarismo, nacionalismo



Abstract:
World powers are acting more directly in the Western Balkans because of the paralysis in the EU enlargement.
The brake on enlargement has contributed to illiberal or authoritarian tendencies, as well as to disaffection towards the EU.
Tensions between countries are on the rise, and are increasingly unpredictable in terms of their direction and resolution.
This uncertainty makes the future of the region depend on its leaders and their ability to obtain external support.

Keywords: Western Balkans, EU, authoritarianism, nationalism




Hubo un tiempo en el que creíamos que los Balcanes Occidentales podrían cumplir un papel de mediador entre Occidente y Oriente, con las típicas imágenes del puente de Višegrad o el puente viejo de Mostar como símbolo de sinergias políticas y geográficas. Con ocasión de la presidencia serbia de la OSCE en 2015, coincidiendo con la crisis de Ucrania, algunas voces aventuraron sin mucho convencimiento que el país balcánico podía interceder entre la diplomacia rusa y ucraniana. Sin embargo, no fue así. Serbia aprovechó la ocasión para adquirir experiencia en el organismo internacional y acceder a todo tipo de contactos, pero sin proporcionar una solución al conflicto.

En realidad, los Balcanes Occidentales —como ha venido ocurriendo durante toda su historia reciente— han mantenido su condición de tablero internacional: un espacio que obtiene gran parte de su protagonismo de la convergencia de intereses entre las grandes potencias, o, eventualmente, de sus fricciones. La voluntad de estas potencias de influir en la zona no solo se mantuvo durante la fragmentación de Yugoslavia y el periodo inmediatamente posterior, sino que —desde que en 2014 la UE decidió paralizar la ampliación a la región— ha ido en aumento, si cabe, de manera más compleja y volátil. Pero no solo las potencias internacionales han fijado allí sus intereses: también las relaciones de vecindad, aunque estables, viven movimientos estratégicos de nuevo cuño que elevan la importancia del papel regional de EE.UU., la UE, Rusia, China o Turquía.
Perspectivas de cambio


En primer lugar, Croacia, con el gobierno del HDZ, se ha embarcado en una política de securitización agravada en 2016 con la crisis de refugiados. Entre las preocupaciones de su política exterior se sitúa la tensión militar regional, especialmente con su vecina Serbia, que compra material militar a Rusia y realiza ejercicios conjuntos. También ha sido especialmente vehemente denunciando el aumento del radicalismo islamista en Bosnia y Herzegovina, y abriendo debate al respecto más allá de los Balcanes Occidentales. Croacia persigue una mayor implicación de la UE y de la OTAN en este apartado, como miembro de ambas organizaciones.

No obstante, su integración internacional no excluye una expansión de su influencia en la región. Así, por ejemplo, la construcción del puente de Pelješac —de dos kilómetros y medio— ha generado tensiones en la capital bosnia y despertado las reticencias de su parlamento, que sostiene que todavía tienen que resolverse la delimitación marítima bilateral —conflicto similar al que mantiene con Eslovenia respecto al golfo de Piran— y cuestiones técnicas que afectarían al puerto de Neum. Este pueblo costero es el único acceso marítimo de Bosnia, que además divide el territorio croata, el cual sería rodeado por el puente. Croacia tiene una frontera común con Bosnia de más de 1.000 km, lo que genera costosos desplazamientos desde el interior de Croacia a ciudades como Dubrovnik. Esta frontera parece haberse vuelto de nuevo porosa en los últimos años.

Los vínculos entre el HDZ croata y el HDZ bosnio son cada vez más estrechos, y crece la presión política para crear una tercera entidad bosnia —Hercegbosna— que se uniría a la Federación de Bosnia y Herzegovina y la Republika Srpska, y representaría territorialmente a la minoría croata en Bosnia. El primer ministro croata, Andrej Plenković, ha acudido a la zona sin avisar a las autoridades de Sarajevo. Sin embargo, las fuerzas bosnio-croatas dirigidas por Dragan Čović son conscientes de que muchas de las más de 800.000 personas con pasaporte croata en Bosnia —especialmente, las que viven en los cantones centrales— no simpatizarían con la autonomía o la anexión a Croacia; ya que, aisladas, podrían sufrir represalias sociales debido a la división del país.

Hace algunos meses EE.UU. sancionó a Milorad Dodik, presidente de la entidad, por violar los Acuerdos de Dayton tras la celebración de un referéndum para nombrar a San Esteban como patrón de la Republika Srpska. Poco después, el mandatario reconocía que no era el mejor momento para convocar ningún referéndum, asumiendo que la reacción internacional sería hostil. Aunque ha recibido el apoyo político, económico y militar de Vladimir Putin, la presión occidental parece haber frenado sus ánimos secesionistas.

Los tres liderazgos étnicos bosnios a la cabeza del HDZ (Dragan Čović), SNSD (Milorad Dodik) y SDA (Bakir Izetbegović), que han dominado la escena política los últimos veinte años y que parecían firmemente asentados en el poder, están viviendo sus primeras dificultades. En las futuras elecciones locales y generales de 2018 puede haber cambios que hasta el año pasado resultaban impensables. Además de las cuestiones ya mencionadas respecto a los bosnio-croatas, el SDA de Izetbegović ha visto como algunos de sus políticos, otrora alineados, creaban una nueva formación con el nombre de Nezavisni blok (Bloque Independiente). Se han despertado tensiones entre las figuras del partido, haciéndose muchas de ellas incluso públicas. Dodik, aparte de ver reducida su influencia a nivel estatal desde las elecciones de 2014, está perdiendo cada vez más popularidad en la Republika Srpska. En cualquier caso, no existe una perspectiva clara de cambio en lo que a los Acuerdos de Dayton se refiere; si se produjera, vendría cuando la actual élite fuera relevada.

Desde Serbia, parece que la estabilidad regional manda y la soberanía territorial bosnia no se encuentra amenazada. Eso no impide que puntualmente exista una serie de asuntos sensibles que mantienen latente la posibilidad de secesión o anexión. Por ejemplo, los presidentes de Serbia y de la Republika Srpska firmaron recientemente una declaración para la protección de la lengua serbia, con un interés político más marcado que cualquier motivo lingüístico. La reivindicación étnica sigue siendo un instrumento de movilización de las lealtades políticas plenamente vigente en la región, y es utilizado de forma esporádica según la coyuntura. Con frecuencia, sus ecos en los países del entorno o dentro del propio país no vienen de figuras políticas de primer orden, sino que son instrumentalizados por parte de políticos de segunda fila, como ministros u otras personalidades. No es extraño que incurran en contradicciones respecto a los primeros ministros o presidentes, mucho más conciliadores en sus discursos e intervenciones públicas.

Particular repercusión ha tenido el nacionalismo albanés, en ascenso de un tiempo a esta parte. En 2016, los partidos albaneses en Montenegro llegaron a un acuerdo de coalición. Durante las elecciones macedonias de 2017, al amparo de una iniciativa del presidente de Albania, Edi Rama, se formaba en Macedonia la denominada “Plataforma de Tirana”: una iniciativa que buscó un frente común con los socialdemócratas del macedonio Zoran Zaev para derrotar al VMRO de Nikola Gruevski. Esta unión genera susceptibilidades respecto a la proyección del nacionalismo albanés en la región, motivo de preocupación para serbios, macedonios y griegos. En todo el sudeste europeo, los albaneses apoyan en más de un 70% la integración en la UE; superando a los pueblos eslavos, que bajan del 60% o incluso del 50%. Parece presumible que un gobierno que no cumpla con esa orientación europea tendrá que contener la insatisfacción y presión albanesa, cada vez más efervescente en Kosovo, Montenegro y Macedonia.

En otro orden de cosas, tras la negativa del VMRO a conceder el poder después de no lograr formar gobierno en Macedonia, EE.UU. volvió a demostrar que no solo tiene la simpatía de la mayoría de la población albanesa de la región, sino también la capacidad política de la que carece la UE para resolver crisis locales. Macedonia ha roto la narrativa autoritaria que venía manifestándose desde Turquía, por los Balcanes Occidentales, hasta Višegrad, demostrando que era posible la alternancia de gobierno sin los conflictos étnicos de largo alcance que muchos anticipaban, por medio de importantes y constantes movilizaciones sociales, pacíficas y democráticas.

Mientras que en Macedonia la situación se ha calmado tras varios años de crisis, en Kosovo se ha vivido una fase de elevada incertidumbre política tras las últimas elecciones. Finalmente, el primer ministro será Ramush Haradinj, al frente de una coalición de difíciles equilibrios y ante el rápido ascenso del partido en la oposición, Vetëvendosje (Autodeterminación). Se anticipa un escenario de desgobierno e inestabilidad similar al de 2014, en cuanto se produzcan las primeras divergencias. Por otro lado, el actual gobierno ha necesitado del apoyo del partido de la minoría serbia en Kosovo, lo que probablemente complicará las negociaciones entre de Belgrado y Pristina, toda vez que el mismo Haradinaj fue objeto de una solicitud serbia de extradición en la primavera de este año.
Incidencia internacional


Este ambiente político más volátil está relacionado con la parálisis en el proceso de ampliación de la UE. Desde la entrada de Croacia en 2013, la Unión parece estar más preocupada por la seguridad y estabilidad de la región que por el Estado de Derecho, las reformas institucionales o la democratización; la cual, según los indicadores sociales, ha sufrido un grave descenso, especialmente en lo que se refiere a la libertad de prensa. Los líderes locales han impulsado desde 2014 un proceso iliberal o autoritario que no ha recibido grandes críticas desde la UE, o incluso ha sido apoyado tras algunas de las elecciones celebradas, contribuyendo a generar un descenso del sentimiento europeísta entre los ciudadanos de la región y cierta desafección desde los movimientos sociales críticos y proeuropeos. Autores como Pavlović (2017) han denominado “estabilocracia” a esta prevalencia de la seguridad sobre la democracia, que por ejemplo se ha puesto de manifiesto durante la crisis de los refugiados. La UE ha preferido premiar a los gobiernos de la región por su control de las fronteras antes que condenar las tendencias autoritarias, con un auge en la oposición de partidos nacionalistas o antieuropeos.

Este escenario invita a diagnosticar un futuro más fluctuante. Ante el retroceso de la UE, Rusia mantiene y aumenta su soft power como potencia sobre el ala eslava de la región, buscando impedir una ampliación de la OTAN a Serbia y Macedonia, tras el ingreso de Montenegro en junio. De esta manera el cerco sobre Serbia se estrecha, aunque su rechazo social a la Alianza Atlántica ha aumentado en los últimos tiempos. Parece que Rusia pretende establecer una posición influyente en los Balcanes Occidentales para desviar cualquier aproximación amenazante sobre su zona de influencia geopolítica. Para ello, busca una mayor capacidad de incidencia en la política macedonia a través del VMRO, mantiene su espaldarazo político y económico a Milorad Dodik en la Republika Srpksa, y la defensa del no reconocimiento de la independencia de Kosovo.

La estrategia rusa se ha traducido también en una mayor presencia en Serbia, no solo a través de ayuda militar, sino también logística. Particular importancia se le ha dado al centro de ayuda humanitaria en Niš, donde ha generado polémica la petición de que sus trabajadores recibieran pasaporte diplomático. Los datos de opinión indican una mayor simpatía de la sociedad serbia hacia Rusia, pero una preferencia económica y cultural por la UE, que al fin y al cabo es su principal socio económico. Sin embargo, Rusia ofrece más maniobrabilidad política y financiera que la UE, que no está diseñada para una acción política tan inmediata. Eso se manifiesta, entre otros canales, en un soporte económico a través de los bancos rusos, con menores exigencias de toda naturaleza y mayor liquidez.

Parece que los difíciles equilibrios dentro de Bosnia, que venían claramente oscilando hacia la Republika Srpska desde la firma de Dayton, no son del todo estables en ese lado del territorio bosnio. La noticia de la crisis abierta por la empresa croata Agrokor —un 16% del PIB, con miles de trabajadores en Eslovenia, Croacia y Serbia— ha ido acompañada de una deuda de más de 1.100 millones de euros contraída con el banco ruso Sberbank. Esto permite a Rusia tener un pie en el país miembro de la UE, pero también en Bosnia, a través de la política del HDZ croata hacia la población bosnio-croata. Será importante seguir cómo se resuelven las relaciones croato-rusas y de qué manera pueden provocar una “pinza estratégica” junto con Milorad Dodik sobre la población bosníaca.

China se ha convertido también en un actor importante. Mientras que Rusia tiene incidencia sobre la región en el terreno del soft power, el país asiático lo tiene por medio de la inversión e infraestructuras. La ejecución del proyecto “One Belt, One Road” que comunicaría el puerto del Pireo (Atenas) con Europa Central ha sido visto con reservas desde la UE. Durante el año 2016, China alcanzó los 3.000 millones de euros en intercambios comerciales con la región, de los cuales un poco más de la mitad se han generado con Serbia. No preocupa tanto el papel que puede desempeñar China como que su presencia es un síntoma más del escaso avance económico y mala interconexión de la región, así como de la necesidad de los países del sudeste europeo de buscar otras fuentes de inversión a las que acompañarían obligaciones políticas. Este es el caso de las relaciones de Serbia y los Emiratos Árabes Unidos, Croacia y Rusia, o Bosnia y Herzegovina y Turquía. Algunas voces se han pronunciado asegurando que si la región no crece al 6%, será difícil que los Balcanes Occidentales entren en la UE antes del 2030 (Flessenkemper y Reljić, 2017). Paradójicamente, parte de ese crecimiento económico se persigue, cada vez más, y con más decisión, de la mano de países que no se postulan como afines a los valores europeos.

Turquía ha aumentado sus inversiones en los Balcanes, coincidiendo además con sus propias incertidumbres políticas y económicas. Además de mantener su ascendente cultural y religioso sobre la población musulmana y de apoyar a algunos partidos políticos locales, como es el caso del SDA bosnio o el BESA macedonio, Turquía ha aumentado sensiblemente su inversión directa en la región, con un incremento del 5%. Por otro lado, el gobierno turco ha cambiado su aproximación a los Balcanes Occidentales: mientras el ex primer ministro Ahmet Davutoğlu empleaba el soft power en la región, Recep Tayyip Erdoğan prefiere una relación estrecha con los líderes políticos; cuestión que será de interés en adelante. Lejos de que se vaya a producir una etapa de mayores encuentros y negociaciones para resolver cuestiones vecinales, en el futuro la deriva regional estará marcada por la capacidad de seducción de los líderes locales sobre las grandes potencias, con el deseo de imponer sus propias agendas locales.

La perspectiva de una integración europea conjunta parece lejos de hacerse realidad, dadas las diferencias entre la situación de cada uno de estos países. Por otra parte, sus complejas relaciones mutuas y con algunos países de la UE muestran las dificultades para una integración escalonada. La experiencia de Croacia con Eslovenia durante la apertura de capítulos, así como la que está teniendo ahora Croacia —ya miembro— con Serbia —que es candidato—, es un ejemplo de cómo las rivalidades bilaterales afectan al proceso de integración. Pese a los esfuerzos de la Alta Representante, Federica Mogherini, por avanzar en este sentido, tanto desde la Comisión Europea como desde los Estados Miembros los obstáculos son numerosos. Ante el abandono temporal al que se ve sometida la región por parte de la UE, el Proceso de Berlín —iniciativa de cooperación intergubernamental en materia económica y de infraestructuras— no termina de contar con la publicidad ni la determinación suficiente como para compensar la ausencia de perspectivas de ingreso.
Conclusiones

Desde la crisis económica de 2008, los Balcanes Occidentales han entrado paulatinamente en una deriva iliberal o autoritaria, que no ha recibido la atención debida de la UE ni de sus Estados Miembros. Esto explica en parte la desafección creciente hacia el proceso de integración europea, pero también la presencia cada vez más activa de las potencias internacionales, que intervienen de formas muy diversas. Tales estrategias son recibidas por los propios líderes locales en un escenario muy volátil, donde el abanico de incertidumbres ha aumentado.

Las relaciones entre estos países atraviesan una nueva fase de tensiones y, por tanto, son más sensibles a la búsqueda de apoyos en potencias externas a la región. Por otro lado, los liderazgos tienden a ser más autoritarios, acompañados de oposiciones cada vez más débiles —por ejemplo, el SDP en Croacia vive un marcado descenso en su popularidad—. Solo Macedonia ha logrado desde 2014 revertir la tendencia autoritaria del gobierno de Gruevski, reemplazándolo en el poder a través del SDSM de Zaev y algunos partidos albaneses.

No obstante, en el futuro las relaciones bilaterales estarán crecientemente marcadas por los intereses de los líderes, y menos por políticas de Estado. Se puede avanzar que, en adelante, estos países buscarán satisfacer sus objetivos apoyándose en las grandes potencias internacionales, y menos en el consenso y el acuerdo mutuos.
Bibliografía

Flessenkemper, Tobias y Reljić, Dušan (2017), “EU Enlargement: A Six Percent Target for the Western Balkans”, Osservatorio Balcani e Caucaso – Transeuropa, 5 de julio.

Pavlović, Srđa (2017), “West is Best: How ‘Stabilitocracy’ Undermines Democracy Building in the Balkans”, EUROPP – European Politics and Policy, 5 de mayo.

@pontifex :un 2018 entre reformas, jóvenes y viajes

En agenda papal, un Sinodo y visitas al exterior y en Italia

Agenda papal sumamente cargada para 2018.


La finalización de la reforma de la curia, la familia, los jóvenes y viajes al exterior y dentro de Italia, marcarán la agenda del 2018 para el Papa Francisco.
El Pontífice tendrá un año pleno de eventos mientras, a pesar de la resistencia de muchos sectores y también algunos tropiezos, prosigue su camino "reformador" del actual pontificado hacia una Iglesia -como él la desea- aún más proyectada hacia una dimensión universal y descentralizada y con marcado acento pastoral, "acogedor" y misionero.
En tanto, se espera para el 8 de enero próximo, apenas concluido el ciclo natalicio, el discurso del Papa al Cuerpo Diplomático -uno de los más significativos del año- para trazar la línea de acción y la visión internacional de la Iglesia.
Una semana después, el 15 de enero, Jorge Bergoglio partirá rumbo a Chile y Perú (hasta el 22), en visita a "su" América Latina, para la que sigue auspiciando la solución de las graves discrepancias sociales y la extinción de la corrupción. Por ahora, para el año que recién comienza, no están programadas otras visitas al exterior confirmadas oficialmente, pero el Papa debería asistir al Encuentro Mundial de las Familias que tendrá lugar en Dublín del 21 al 26 de agosto.
Una ocasión que, además de concluir la discusión sobre la recepción de Amoris Laetitia, también tendría un valor político significativo por la posibilidad de que Bergoglio también vaya a Irlanda del Norte, procedente de la República de Irlanda, n hecho que nunca antes había sucedido. Por el momento, hay otros viajes en progreso (Países Bálticos? ¿Se puede hablar otra vez de Sudán del Sur, tras el viaje "pasado por alto" el año pasado?. Para cuándo las muy esperadas visitas a Uruguay y a su natal Argentina?) pero faltan indicaciones.
Mientras tanto, los únicos indicios pueden ser los "vacíos" en el calendario de la Casa Pontificia, como los de la primera semana de junio (se anuló la audiencia general del miércoles 6, por lo que el Papa podría estar afuera) o el de fin de septiembre (se canceló el Angelus del domingo 23).


También Italia recibirá visitas papales: el sábado 17 de marzo, en Pietrelcina y San Giovanni Rotondo, mientras que todavía no ha sido oficializada la fecha del viaje a Venecia para el encuentro con las Iglesias del Nordeste.
En referencia a los temas centrales de la agenda de Francisco, están la definición de los últimos aspectos de la reforma de la "Pastor Bonus" para la organización de la Curia Romana -próxima cita del C9, del 26 al 28 de febrero- y a las siempre muy delineadas fusiones en el sistema de medios vaticano.
A la cuestión de la familia se agregará la de los jóvenes, sobre la que avanza el trabajo preparatorio -incluida la evaluación de los cuestionarios compilados online hasta el 31 de diciembre pasado- del Sínodo, programado del 3 al 28 de octubre próximo. También en octubre, al menos así surge de los comentarios que se hacen en la diócesis de Brescia, podría desarrollarse otro gran acontecimiento: la canonización del papa Pablo VI, particularmente apreciado por Bergoglio y para quien se identificó el segundo milagro, útil para la proclamación de la santidad. De hecho, no se excluye que durante el año pueda tener lugar la canonización de monseñor Oscar Romero y que Francisco pueda ir a oficializarla a El Salvador. Por último, es posible un nuevo Consistorio para la creación de cardenales, mientras que en el ámbito internacional están siempre activos los canales de negociación con China para un eventual acuerdo sobre el nombramiento de obispos.

Darían prórroga a OCA para seguir operando y darle tiempo de pagar su deuda impositiva

La licencia se extendería a 30 días más

La deuda con la AFIP asciende a los $3.400 millones





El Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) podría otorgar una prórroga de treinta días de la licencia de OCA para que la empresa pueda seguir operando, hasta que los informes de la AFIP y la Justicia decidan sobre su situación impositiva.

Según los informes que envíen AFIP y la Justicia de Lomas de Zamora, el ente decidirá si le renueva o no la licencia a OCA, que necesita de la certificación del organismo recaudador para poder operar.

La AFIP le reclama a OCA el pago de una deuda de $3.400 millones y todos los correos privados tienen la obligación de presentar una vez al año su certificado de libre deuda fiscal para seguir operando.

Fuentes del gobierno anticiparon que el ENACON le dará esa prórroga "porque todavía no llegaron los informes que pedimos el mes pasado a la AFIP y a la Justicia sobre la situación impositiva de OCA".

La empresa OCA hace casi un año que no tiene su certificado, por lo cual obtuvo sucesivas renovaciones excepcionales del ENACOM, y el último plazo otorgado para regularizar su situación, que vence pasado mañana.

La decisión de dar una nueva prórroga de 30 días a la empresa ligada al ex secretario general de la CGT y líder del gremio de Camioneros, Hugo Moyano, se habría tomado en una reunión que lideró el presidente Mauricio Macri junto al vicejefe de Gabinete, Mario Quintana; el ministro de Modernización, Andrés Ibarra; el titular de la AFIP, Alberto Abad; el ministro de Trabajo, Jorge Triaca; y el titular del ENACOM, Miguel de Godoy.

La empresa OCA, el mayor correo privado del país, logró a fines de noviembre que la Justicia reabra su concurso de acreedores y suspenda los embargos trabados por la AFIP.

La situación intelectual hoy




Por Nicolás Freibrun. Politólogo y docente.



Es difícil ser intelectual, Blanchot



Se sabe: situar a los intelectuales siempre ha sido una tarea incómoda. No hay debate sobre la historia de las ideas y de los intelectuales que no se haya visto arrastrado por esta interminable discusión, sabiendo incluso de antemano esa tarea imposible. Para situarnos históricamente, registremos el nacimiento de los intelectuales hacia finales del siglo XIX, nacimiento que ha sido motivo de injurias y descalificaciones y que ya lo ve nacer como un nombre maldito (¿qué hace un intelectual? ¿en nombre de quién hace lo que hace? ¿qué legitimidad porta?). El pecado de origen es producto de una pretensión por decir la verdad; más aún, de crearla. Reconocerse como intelectual es el resultado de una posición, de un movimiento subjetivo que pretende decir algo sobre el orden social porque existe la sospecha de que ese mismo orden está dislocado e incluso desquiciado; que es injusto.

Más allá de que cada época cobija sus propios problemas a resolver, hay que entender al intelectual y a lo intelectual como una posición a conquistar, una articulación que debe producir un nuevo sentido allí donde no había nada o donde había otra cosa. Su punto de partida y mito fundante fue el caso del capitán Dreyfus en Francia. Acusado a la sazón de ser espía del enemigo alemán y de traidor a la patria, la injusticia que se le hizo fue la causa que puso del mismo lado a un grupo de figuras representativas de un campo intelectual en ciernes, como Emile Zolá, Jean Jaurès y Emile Durkheim, y que tuvo en el antisemitismo uno de sus ejes para la movilización. Estos hombres de letras (en su sentido más amplio) entendieron algo fundamental y que vale para todas las épocas: la injusticia no es solamente un problema de mecanismo procedimental, juridicista, sino la peligrosa ruptura del sentido de vida compartido que funda a la democracia.

Pero al ingresar a la arena política y denunciar las injusticias que rigen a la sociedad, los intelectuales realizan una operación de articulación entre la palabra (el terreno de las ideologías, los discursos y las teorías) y la política (la existencia de un tipo de orden). Si no se produjese esa relación la existencia de los intelectuales sería sin sentido, pues es parte de su tarea reponer lo que se presenta escindido, para producir algo más, un plus. Por lo demás, no hay una posición intelectual invariable, sino que existen diversas formas de aparición en contextos específicos. La historia y la literatura lo verifican: consejeros del Príncipe, críticos del poder, moralistas, resistentes a la cultura dominante e incluso parias y outsiders, todos pusieron en juego esa articulación.

En el presente, asistimos a un tipo de ejercicio del saber que de modo creciente se ve dominado por las figuras del especialista y del experto, aferradas a las exigencias que impone la híper-especialización, la fragmentación de los saberes y los condicionantes institucionales de la reproducción material. Toda elaboración parece destinada a sobre interpretar un problema ya existente, como si pudiera multiplicárselo al infinito. Esta realidad es de larga duración y en cierto modo irreversible, pero es precisamente por ello que abre la posibilidad de preguntarnos por la situación intelectual contemporánea, en vistas a reponer las condiciones de una posición más universal que habilite a crear nuevas legitimidades de intervención.

¿Qué queda de los intelectuales en un campo especializado que produce saberes cada vez más específicos, compartimentos estancos donde la burocracia de las instituciones del saber y la producción académica de papers son la forma dominante de creación? ¿Cómo constituir lo intelectual –que es un saber individual y colectivo- frente a las injusticias de nuestro orden político presente? ¿Cómo restablecer esa relación entre palabra y política que produzca lazos de socialización que traspasen el umbral de la expertise?

Si algunas de las ideas que alumbraron al intelectual moderno fueron las del compromiso y la crítica, también fue una apuesta que siempre había estado en tensión con otras formas posibles de decir lo intelectual y de asumirlo. No importa que se supiera de antemano que había que lidiar con las tensiones propias de la vida moderna, con el mercado, la opinión pública o las instituciones del saber, porque ya el mismo compromiso suponía un gesto y fijaba una posición. Estar atento a esas experiencias del pasado puede impulsar a restituir algo de ese espíritu y salir de la soledad creadora, en un momento de la democracia donde la injusticia generalizada pretende hacerse sentido común.

En 2017 la liquidación de dólares del agro fue la segunda más baja de la década


Se liquidaron u$s 21.399 millones, un 10% menos que el año pasado. Bajaron las retenciones a la soja.


Durante el pasado año 2017 las empresas agroexportadoras nucleadas en CIARA-CEC liquidaron un total de u$s 21.399 millones, según indicó este martes un comunicado de prensa difundido por esa cámara al que accedió La Política Online.



Se trata de una cifra u$s 2.600 millones menor respecto al año pasado cuando el sector agropecuario liquidó unos u$s 23.910 millones. En rigor, el dato de liquidación de divisas del campo representa una caída del orden del 10%.



Pero además, según el informe de CIARA-CEC, el 2017 terminó siendo el segundo año con menor liquidación de dólares de la década detrás del 2015 cuando ingresaron -provenientes del agro- un total de u$s 19.963 millones.



En este contexto, según los especialistas, la caída del 10% responde básicamente a dos factores. Por un lado el atraso cambiario (o "dólar barato") que rigió durante casi todo el año y que, en definitiva, desalentó las ventas del complejo sojero.



Es que, a pesar de la reciente suba del dólar, durante la mayor parte del año pasado la moneda norteamericana se ubicó en un promedio cercano a los 17 pesos restando competitividad en medio de una inflación que cerrará en 24% o 25%.



Los operadores privados estiman que a la fecha hay alrededor de 15,1 millones de toneladas de soja 2016/17 en manos de los productores. En otras palabras, alrededor de un 25% de la cosecha pasada (de 54 millones de toneladas) aún no se comercializó.



Según un informe de la Bolsa de Cereales (BCBA), actualmente se sembró un 82% de las 18,1 millones de hectáreas de soja 2017/18, mientras que los analistas estiman que la producción se ubicará por encima de las 50 millones de toneladas.



En tanto, el otro punto que ayuda a explicar la caída en la liquidación de divisas del campo fue la anunciada baja de retenciones del 0,5% por mes a la soja que empezó a regir este martes y que seguirá con este ritmo hasta diciembre de 2019, inclusive.



En este punto entre los economistas no hay consenso porque algunos creen que el costo fiscal de dicha medida sería de $ 20.000 millones, mientras que otros consultores lo proyectan en una suma considerablemente menor.



"No entiendo qué cuenta hacen los que hablan de costo fiscal de bajar 0,5% mensual de retenciones. Si el total de retenciones suman $ 75.000 millones, ¿cómo hacen para que les de $ 20.000 millones menos?", señaló el economista Martín Tetaz.



En la misma línea, el director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), Nadin Argañaraz, calculó en su cuenta de Twitter que "el costo fiscal de bajar 0,5% mensual las retenciones a la soja puede llegar a ser de $ 12.000 millones este año".





El Gobierno salió a defender la medida. "Esto propicia un crecimiento de la producción y una mejor rotación de cultivos, lo que permitió alcanzar un récord histórico de 137 millones de toneladas de granos", aseguró el Ministerio de Agroindustria.

La inflación de diciembre se acerca al 3% y empuja la anual por arriba del 24%

Es la marca mensual más alta del año. Las consultoras lo atribuyen a la acumulación de subas de precios regulados.



El jueves 11 de enero el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dará a conocer la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre en todo el territorio nacional. Mientras tanto, consultoras económicas adelantan que el alza será la más alta del año y lo atribuyen al combo de suba de combustibles, peajes, electricidad, medicamentos y prepagas, con particular impacto en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.


De acuerdo a la consultora Elypsis, que estima la inflación a nivel nacional, la suba será del 2,6% mensual, la más alta desde el 2,7% de abril de 2017.

"Es puro precios regulados, señaló a LPO su economista en jefe, Gabriel Zelpo, quien aclaró que los precios estacionales -los que varían todos los años en un mismo sentido por picos de demanda como el turismo o restricción en la oferta como frutas y verduras- este mes "juegan a favor; si no, la inflación hubiese sido mayor".



En este sentido, coincidió Camilo Tiscornia de C&T Asesores Económicos, quienes relevaron que en diciembre la inflación mensual en el Gran Buenos Aires fue de 2,5% de acuerdo a su metodología, por lo que el año cerró con una inflación de 22,4%, la más baja desde 2008.

"El mayor precio del gas y la electricidad explica básicamente la variación de 8,4% que tuvo vivienda en el mes, siendo el rubro que más creció. Es importante notar que nuestro relevamiento sólo está considerando en diciembre el efecto directo que tienen la luz y el gas, quedando el efecto que viene a través de las expensas para enero. El INDEC incluirá este efecto indirecto también en diciembre; de replicar la metodología del INDEC, el rubro subiría 12,5%, la inflación mensual sería de 3,1% y la de todo 2017, de 23%", destacó Tiscornia en su informe.


Con esta marca, la inflación cerraría seis puntos porcentuales por arriba de la cota máxima del 17% de inflación anual del Banco Central.



Según explicó Tiscornia, la inflación de acuerdo al Indec, para la Ciudad de Buenos Aires y los 24 partidos del Conurbano, será de 3,1% en diciembre y cerraría 2017 con 23% anual.



"El dato mensual de diciembre fue el más elevado del año, lo que estaba dentro de lo previsto por la alta concentración de aumentos de precios regulados que se habían anticipado", dijo Tiscornia.

Un 40% de suba del gas, alza del 40% de la electricidad, 6% de subas para las empresas de medicina prepaga, también subas en el precio de los medicamentos y el aumento de 6% de las naftas a principio de mes.



Luego de Vivienda y servicios básicos, Esparcimiento fue el segundo rubro de mayor incremento (4,7%) por efecto del alza estacional del turismo, movimiento típico de fin de año por el comienzo de las vacaciones de verano.



"Por su parte, alimentos y bebidas, el rubro de mayor ponderación, cayó 0,2% mensual. El movimiento estuvo explicado por las reducciones en las verduras y la carne", detalló Tiscornia.



Para Santiago Mosquera de la consultora Eco Go, de acuerdo al Relevamiento de Precios Minoristas (RPM) que realiza en el Área Metropolitana de Buenos Aires, los precios en diciembre subieron 2,9%. De esta forma, la inflación se ubicó en 24,9%.



"El aumento más marcado estuvo en Vivienda, por las subas de electricidad y gas. También dio alto Esparcimiento, por la estacionalidad de las vacaciones. Y además impactaron las subas de prepagas, servicio doméstico y las naftas", explicó a LPO Mosquera a la vez que aclaró que de los 2,9 puntos de aumentos de diciembre, "2,2 puntos porcentuales responden a impactos discretos", es decir, subas puntuales.

Las tarifas de colectivos y trenes aumentan hasta 66% durante el primer semestre de 2018

Mientras realizaba la conferencia de prensa, el ministro Dietrich también presentó la nueva Red SUBE

La tarifa de los colectivos de corta distancia en el área metropolitana de Buenos Aires subirá de $6 a $8 y la de los trenes saltará de $4 a $5,50 el 1 de febrero, aunque habrá dos aumentos más en abril y junio, anunció esta mañana el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.

El boleto del subte porteño, en tanto, escalará de $7,50 a $11 en abril y se irá hasta los $12,50 en junio.

Además, el funcionario destacó el lanzamiento del nuevo sistema multimodal de transporte urbano de pasajeros, denominado “Red SUBE”, que permitirá a los usuarios obtener descuentos de acuerdo con la cantidad de viajes que realice.

A la vez, Dietrich descartó que se vaya a aplicar un nuevo ajuste en el segundo semestre de 2018.

Después de casi dos años sin ajustes en los boletos, el pasaje de tren con tarifa social que actualmente se encuentra en $2 pasará a $2,75 el 1 de febrero; en abril se incrementará 25 centavos más, hasta los $3; y en junio sumará otros 25 centavos, hasta los $3,25.

En tanto, el pasaje de tren que en la actualidad se ubica en los $4 se irá el 1 de febrero a los $5,50; en abril se sumarán otros 75 centavos, hasta los $6,25 y en junio volverá a subir 50 centavos, hasta los $6,75.

A su vez el pasaje en colectivos -siempre en Capital y Gran Buenos Aires- la tarifa se irá de $6 a $8 el 1 de febrero; ascenderá a $9 en abril y dará un nuevo salto hasta los $10 en junio.

Por su parte, el boleto en el sistema de subterráneos porteño subirá de $7,50 a $11 en abril y escalará hasta los $12,50 en junio, pero en este caso el ajuste debe ser sometido a debate antes en audiencia pública.

Aumento de transporte
Infogram


Red SUBE

En conferencia de prensa, Dietrich dijo que el impacto de estos aumentos será amortiguado por la innovación de la nueva Red SUBE, un sistema integrado de tarifa que empezará a funcionar el mes próximo con descuento del 50% en la primera combinación y del 75% a partir de la segunda.

“Estamos llamando a una consulta ciudadana que va a estar publicada en Internet desde mañana. Escucharemos todas las voces hasta el 24 de enero”, puntualizó el ministro.

Por otra parte, el funcionario explicó que el nuevo sistema multimodal de transporte urbano de pasajeros, “Red SUBE”, contará con un descuento del 50% para la primera combinación y del 75% a partir de la segunda.

“Estamos lanzando la Red SUBE, que es un nuevo sistema de transporte integrado que comenzará a funcionar el 1 de febrero, para que los que viajan más paguen menos”, resaltó.

A su criterio, este sistema “se trata de un cambio estructural en el sistema de transporte del área metropolitana de Buenos Aires donde todos los días se registran 15 millones de viajes entre colectivos, trenes y subtes. Muchísimos de estos viajes son de más de 4 horas con combinaciones en distintos medios de transporte”, enfatizó.

A la vez, explicó que los pasajeros no deberán hacer trámites para recibir los descuentos por combinación, dado que se realizarán de forma automática a través de la tarjeta SUBE.

“Es importante destacar que para recibir los beneficios de la Red SUBE no hay que hacer ningún trámite ni llenar formularios, sino con la misma tarjeta del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE)”, dijo el funcionario.

Y añadió: “cuando apoyes la tarjeta SUBE para hacer una combinación, el sistema te va a devolver la mitad del costo del pasaje y cuando realices la segunda o tercer combinación, te devolverá el 75% del valor de ese boleto”.

El ministro garantizó que los subsidios estatales destinados al transporte urbano de pasajeros de corta distancia se mantienen entre el “60% y 62%”.

'MOMENT MINSKY': China enciende un Alerta a la comunidad financiera global


Han pasado ya diez años del estallido de la crisis financiera, el crecimiento económico ha vuelto hace tiempo y la tasa de paro se encuentra e niveles previos a la crisis en gran parte de los países desarrollados. Sin embargo, la normalidad financiera parece que no va a llegar nunca, al menos lo que se consideraba normalidad en el pasado. Hoy dominan unos tipos de interés nominales muy bajos y una cantidad de liquidez extraordinariamente alta, este es el nuevo escenario o 'nueva normalidad', recordó poco tiempo atrás John C. Williams, presidente de la Reserva Federal de San Francisco: "Es verdad que las cosas están volviendo a la normalidad (crecimiento, tasa de paro...), pero esta normalidad parece un poco diferente a lo que solía ser". En este contexto, el Banco Popular de China advierte de un posible Momento Minsky, producto del exceso de optimismo.


Xi Jinping acaba de inaugurar el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista Chino.

El Banco Popular de China (BPC) ha advertido que se podría estar llegando a un 'Minsky Moment' o Momento Minsky en los mercados del gigante asiático. Este suceso bautizado con el nombre del prestigioso economista Hyman Minsky se produce cuando los mercados colapsan tras un periodo de excesivo optimismo.


John Mauldin, uno de los analistas económicos y financieros de referencia en USA, a finales de marzo, en Outside the Box, reprodujo la formulación en mayo de 1992 de Hyman Minsky acerca de la Hipótesis de la Inestabilidad Financiera que, con el estallido de la crisis en 2007, recuperó interés (antes, Paul McCulley en 1998 con motivo del 'affaire LTCM' -el derrumbe del hedge fund Long-Term Capital Management que arrastró a la economía de Rusia– había bautizado a esas situaciones como ‘momento Minsky’).



Mauldin explica la tesis de Minsky: la estabilidad conduce a la inestabilidad.


De hecho, en la medida en que el entorno o una tendencia permanecen en el tiempo –por ejemplo, tipos de interés bajos– los distintos agentes económicos terminan tomando decisiones irracionales, precisamente, por la creencia de que circunstancias o datos se han convertido en estructurales, han venido para quedarse (sobreendeudarse, siguiendo la misma línea de argumentación). Cuando la normalidad del ciclo se impone (normalmente por la mera aplicación de la ley de la oferta y la demanda y los puntos de equilibrio), la corrección y sus consecuencias son dramáticas (impagos, desahucios…) y generan enormes bolsas de inestabilidad para el conjunto del sistema.

Buena parte del discurso sobre la vigencia del 'momento Minsky' se enfoca en si China está a punto de sufrir este fenómeno.



Hyman Minsky, fallecido hace ya más de 20 años, dedicó gran parte de su carrera a explicar que los sistemas financieros son inherentemente susceptibles a ataques especulativos que, si duran lo suficiente, terminan en grandes crisis.

Así, en 1974 dijo: “Una característica fundamental de nuestra economía es que el sistema financiero oscila entre la robustez y la fragilidad, y esa oscilación es parte integrante del proceso que genera los ciclos económicos”.

Según Minsky, en un periodo de gran inestabilidad provocado por un largo período de estabilidad aparente y en el que los inversores arriesgaron más de la cuenta en la toma de riesgos crediticios, existen 3 tipos de deudores:

Tipo 1: el deudor completamente cubierto que puede satisfacer todos los pagos de la deuda con sus flujos en efectivo.

Tipo 2: el deudor especulativo, que podrá cumplir con el pago de los intereses pero sin amortizar nada del principal.

Tipo 3: el deudor ponzi, que ante cualquier caída no podrá pagar ni siquiera los intereses dado que se basa por completo en el aumento de los precios de los activos para seguir refinanciando la deuda.

De una forma más técnica y concreta, este 'momento' llega cuando los inversores sobreendeudados se ven obligados a vender incluso sus inversiones más sólidas para pagar sus préstamos, lo que provoca grandes pérdidas en todos los mercados y una ingente demanda de liquidez que obliga a los bancos centrales a prestar dinero a manos llenas.

Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Popular de China o Banco Central chino, ha reconocido que los niveles de deuda corporativa del país son relativamente altos, mientras que la deuda de las familias está aumentando demasiado rápido. Él teme que el optimismo que domina a los agentes del país pueda desembocar en una crisis de deuda o cambiaria.

"Si hay muchos factores procíclicos en la economía, los ciclos de la economía se pueden acentuar y si hay demasiado optimismo durante este periodo, la acumulación de contradicciones podría desembocar en el conocido Momento Minsky."

"Ahora debemos centrarnos en evitar este dramático ajuste", según ha explicado Zhou en el 19no. congreso del Partido Comunista de China.

Esta situación de creciente endeudamiento llevó a la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) a rebajar la nota crediticia de China de 'AA-' a 'A+ porque el país "Ha disminuido en cierto grado la estabilidad financiera".

"Prevemos que el crecimiento del crédito seguirá en los dos o tres próximos años en niveles que agravarán los riesgos financieros", indicó la firma.

En los últimos años el crecimiento chino se ha apoyado básicamente en los grandes proyectos de infraestructuras y del sector inmobiliario, financiados en su mayoría con créditos.

La economía china experimentó un crecimiento interanual del 6,8% en el 3er. trimestre del año, un ritmo de expansión que representa una leve desaceleración respecto del 6,9% registrado en los 2 trimestres anteriores.

De este modo, en los 9 primeros meses del año, el PIB de China alcanzó los 59,33 billones de yuanes (7,58 billones de euros) tras experimentar una expansión del 6,9%, 2 décimas por encima del crecimiento registrado en el mismo periodo de 2016.

Por otro lado, el gobernador ha destacado que "a veces la ampliación de la horquilla en la que se mueve el tipo de cambio del yuan es una señal de que el país se está abriendo", intentando cerrar así las especulaciones sobre los movimientos de la divisa china en los últimos años.

La inflación de China se mantuvo estable en septiembre. El índice de precios al consumidor (IPC) retrocedió levemente, lastrado por la caída de los precios de los alimentos, mientras que el crecimiento del índice de precios al productor (IPP) alcanzó un máximo en 6 meses por la demanda de productos básicos.

Fue el 8vo. mes consecutivo que este importante indicador se mantuvo por debajo de la marca del 2%.

Pero el ascenso en los precios no alimentarios se aceleró. Encabezado por el de los servicios como la asistencia médica y el alquiler de viviendas, el crecimiento de los precios se aceleró marginalmente hasta el 2,4% interanual.

Mientras tanto...

En Occidente también se analizan problemas en medio de la supuesta estabilidad.

Si la inflación internacional alcanza el 2%, los bancos centrales podrían llevar los tipos a corto plazo hasta el 2% a 2,5% en el mejor de los casos. Es decir, los tipos no van a volver a cotas consideradas normales en el pasado. Aunque las condiciones económicas permiten a los bancos centrales llevar a los tipos a corto plazo hasta el 2,5%, parece que los tipos a largo plazo seguirán inusualmente bajos.

Como respuesta a la Gran Recesión, los bancos centrales de los países desarrollados implementaron grandes compras de activos, que incluyen bonos con vencimientos superiores a los 10 años. Estas operaciones están estrechando la diferencia o spread entre los tipos a largo y corto, algo que ha sucedido en cortos espacios de tiempo durante la historia, pero no de una forma tan prolongada como se prevé que suceda ahora.

Desde la Fed de San Francisco explican que, históricamente, la rentabilidad del bono de referencia con vencimiento a 10 años (bono del Tesoro de USA) ha estado en 1,5 punto porcentual por encima de los tipos de los bonos del Tesoro a 1 año. En la actualidad, este diferencial ha caído holgadamente por debajo del punto porcentual, y la tendencia deja entrever que aún se podría estrechar más.

En el caso de USA, la Fed de San Francisco considera que la expansión del balance ha supuesto una caída de los tipos a largo plazo de un punto porcentual. Lo bueno es que este factor se puede revertir en parte con el programa puesto en marcha para reducir el balance.

Sin embargo, "la 2da. razón que está reduciendo el diferencial entre tipos largos y cortos podría no volver a niveles del pasado. El crecimiento de los diferenciales se han producido durante largos periodos de caídas de tipos".

Ahora, los bancos centrales no tienen espacio para reducir los tipos a corto plazo, por lo que sólo queda esperar a que los tipos a largo suban para que el spreads vuelva a cotas del pasado.

"El spread entre tipos a corto y largo plazo es una fuente importante de rentabilidad para los bancos", explica John C. Williams, presidente de la Reserva Federal de San Francisco.

El Banco Central Europeo reconoce en un documento llamado "Monetary policy and bank profiability in a low interest rate environment", que la exposición prolongada a los bajos tipos de interés puede ejercer presión a la baja sobre la rentabilidad de los bancos y, a la postre, sobre el crecimiento de la economía.

Las secuelas de la Gran Recesión, la transición demográfica y la débil productividad están lastrando el tipo de interés natural. Los bancos centrales mantienen los tipos cerca de mínimos históricos con la intención de llevar la inflación al 2%, algo que no está sucediendo a pesar de la fuerte caída de la tasa de desempleo en USA y la eurozona. Los salarios tampoco responden, mientras que el crédito crece por debajo de los niveles vistos en décadas previas. La normalidad está lejos de volver.

Donald Trump: "Mi botón nuclear es más grande que el de Kim Jong-un... y funciona"

Mide fuerzas por Twitter

El presidente estadounidense le respondió así al líder norcoreano, quien había advertido que "siempre hay un botón nuclear en mi escritorio".



Trump, otra vez desafiante desde Twitter.







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Continuando con la escalada de tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte, el presidente estadounidense Donald Trump le advirtió a Kim Jong-un que también posee un “botón nuclear” y que es “más grande y más poderoso” que el que dijo tener el líder norcoreano.

“Kim Jong-un acaba de afirmar que el 'botón nuclear está en su escritorio en todo momento'. Alguien de ese debilitado y famélico régimen puede por favor informarle que yo también tengo un botón nuclear, que es más grande y más poderoso que el suyo. Y que mi botón funciona", escribió en su cuenta de Twitter.


En su tradicional discurso de Año Nuevo, Kim Jong-un abogó por incrementar la producción de armas nucleares y de misiles balísticos de Corea del Norte. "Este año debemos centrarnos en la producción masiva de ojivas nucleares y misiles balísticos y acelerar su despliegue", afirmó.

En su mensaje televisado, el jefe del régimen destacó que su país "logró la meta de completar su fuerza nuclear estatal" y le advirtió a Estados Unidos que "no se atreva a iniciar una guerra ahora porque siempre hay un botón nuclear en mi escritorio".

"Esto es una realidad, no una amenaza", dijo Kim Jong-un, aunque remarcó que su arsenal sólo será utilizado cuando exista una amenaza de invasión o un ataque.

Los riesgos de una guerra fría tecnológica


2018 presenta un elevado riesgo de una crisis geopolítica global

Eurasia Group alerta de la creciente amenaza de una nueva guerra fría tecnológica

El presidente chino, Xi Jingping durante un discurso de Año Nuevo en Pekín en 2016.


No presenta buenas perspectivas el recién estrenado 2018. El riesgo de una crisis geopolítica severa, el “equivalente a la crisis financiera internacional de 2008”, es muy elevado, según el diagnóstico de la consultora de riesgo Eurasia Group. El peligro procede tanto del ámbito de la ciberseguridad y del terrorismo como de un error de cálculo en los conflictos abiertos con Corea del Norte, Siria o Rusia, que pueden desatar una crisis en cualquier momento. De fondo, la ausencia de un liderazgo mundial ante el deliberado paso atrás del Estados Unidos de Donald Trump.

Cada mes de enero Eurasia Group presenta su lista de los principales riesgos que afronta el mundo en ese año, una base para los debates que a finales de mes tienen lugar en el Foro Económico Mundial que se celebra en la estación suiza de Davos. Y no van a ser buenas noticias para los delegados a la cita alpina. Pese a la recuperación económica sincronizada a nivel global y la carrera al alza de las bolsas, el mundo va a tener que lidiar con la creciente amenaza de un accidente imprevisto, lo que en la jerga se denomina un cisne negro, que puede desatar una crisis global. “2018 presenta el escenario con mayores riesgos geopolíticos desde 1998”, explicaba este martes por teleconferencia su presidente, Ian Bremmer.

El 'América primero' de la Administración de Donald Trump ha erosionado el orden político internacional que ha liderado Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial, dando pie a un vacío de poder que, según la consultora que preside Bremmer, por primera vez China se muestra dispuesta a ocupar. Y ahí surge el primer riesgo: que lo hará según sus propias reglas, las de un Estado autoritario que lidera la inversión en nueva tecnología —frente al sector privado que es quien lleva la batuta en los países occidentales—, con una nueva arquitectura comercial y de inversión guiada por intereses puramente bilaterales y con el valor de la no intervención como máxima en sus relaciones internacionales. “China está fijando los estándares internacionales con menor resistencia que nunca”, advierte el documento de la consultora. Y Bremmer matiza: “China no reemplazará a EE UU como potencia mundial, su único interés es el liderazgo económico y tecnológico”.

Con esa política, China ya ha logrado superar a Estados Unidos en número de robots operativos (340.000 frente a 250.000), usuarios de Internet (773.000 frente a 246.000) o en los avances de la economía digital, con 5,5 billones de pagos por teléfono móvil frente a los 112.000 millones de Estados Unidos.

Ese escenario en el que los Estados tienen un creciente papel en la carrera tecnológica y económica agrava el riesgo de ciberataques, uno de los cisnes negros de 2018, junto a Corea del Norte, Siria, Rusia o nuevos ataques terroristas porque puede provocar una sobrerreacción y abrir un nuevo conflicto. Y suscita, a juicio de la consultora, la amenaza de un nuevo proteccionismo 2.0, azuzado a su vez por el nuevo entorno de creciente protagonismo de los populismos. “No estamos al borde de una tercera guerra mundial”, tranquiliza la consultora, pero en la ausencia de un garante de la seguridad global, con la proliferación de actores regionales y privados con capacidad de desestabilización, el mundo es un lugar mucho más peligroso”.

Eurasia Group pone, asimismo, el acento en el incierto futuro que afronta México, con el riesgo creciente de que las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio con EE UU y Canadá no tengan buen fin y la celebración de unas elecciones, cuya carrera lidera en estos momentos el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, que puede provocar inestabilidad en los mercados conforme se acerque la fecha electoral.

Las relaciones entre Estados Unidos e Irán son otro de los riesgos más destacados para 2018, tanto a nivel político como para los mercados, por su implicación sobre el sector energético. Las recientes protestas que viven diversas ciudades iraníes “no se veían venir”, según admite Bremmer, por más que la demanda de los jóvenes iraníes sean similares a las de otras economías en crisis, que exigen empleo y cierta apertura. “Pero no creo que esto vaya a ser como las protestas de 2009 aunque obligará a Rohaní a acometer reformas”, apunta. En ese enfrentamiento con las autoridades de Teherán, Trump se ha apoyado en Arabia Saudí, sumida a su vez en un programa reformista que “va demasiado rápido, demasiado lejos y demasiado tarde”, por lo que la consultora no le augura un gran éxito. “Riad está fracasando en todas sus operaciones exteriores, desde Yemen a Líbano y si me preguntas qué pasará de aquí a cinco o diez años, yo apostaría que esta política va a fracasar y restará protagonismo” al Reino del Desierto, explica Bremmer.

Trump amenaza con cortar la ayuda financiera a palestinos

Habló de "centenares de millones de dólares"


Desde Twitter, el presidente de Estados Unidos apuntó contra el gobierno palestino por no estar dispuesto a retomar las negociaciones de paz con Israel.


El presidente Donald Trump amenazó hoy con cortar la ayuda de "centenas de millones de dólares" de Estados Unidos a los territorios palestinos hasta que no se retomen las negociaciones con Israel para alcanzar un acuerdo de paz.

"Pagamos a los palestinos CENTENAS DE MILLONES DE DÓLARES a cada año y no recibimos cualquier reconocimiento o respeto. Pero como los palestinos ya no están dispuestos a conversaciones de paz, ¿porqué debemos hacer esos enormes pagos?", se preguntó el mandatario norteamericano en su cuenta de Twitter. En una secuencia de mensajes, Trump apuntó que su gobierno "retiró de la mesa a Jerusalén, el aspecto más difícil de la negociación".


El pasado 6 de diciembre, Trump conmocionó al mundo al anunciar que su gobierno reconocía a Jerusalén como la capital de Israel, y que había determinado al Departamento de Estado el inicio del proceso de mover hacia esa ciudad la embajada estadounidense, situada en Tel Aviv. La decisión de Trump provocó una oleada global de indignación y protesta. Para el presidente palestino, Mahmud Abas, con ese gesto Estados Unidos perdía cualquier capacidad de servir como mediador para eventuales negociaciones con Israel.

Por su lado, la embajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, enmarcó la decisión de suspender la ayuda financiera como parte de las represalias contra el gobierno palestino por impulsar en la Asamblea General una resolución contra la determinación de la Casa Blanca de reconocer a Jerusalén como capital israelí.

"Trump no quiere seguir financiando a los palestinos hasta que acepten volver a la mesa de negociación y lo que vimos con la resolución no ayudó a la situación", sentenció Haley en un mensaje ante la prensa en la sede de la ONU en Nueva York. "Estamos intentando avanzar hacia un proceso de paz, pero si esto no sucede, el presidente no continuará financiando la situación", agregó la funcionaria.

Niegan que Mauricio Macri no viaje a Chile a ver al Papa por diferencias políticas

Desde la Casa Rosada dicen que el gobierno chileno no invitó a ningún presidente de la región.



El hecho de que el presidente Mauricio Macri no viajará a Chile a mediados de mes con ocasión de la visita del Papa Francisco a ese país movió a la suspicacia política por la frialdad que inicialmente signó a la relación entre el pontífice y el gobierno argentino. Sin embargo, fuentes de la Casa Rosada y de la Iglesia chilena negaron que su ausencia tenga que ver con la relación, sino con la decisión del gobierno chileno de no invitar a ningún presidente de la región por tratarse de una visita estrictamente religiosa.

Para algunos observadores, sin embargo, la decisión tendría, sí, una explicación política, aunque no relacionada con el presidente argentino, sino con el boliviano, Evo Morales, ya que si el gobierno de Chile invitaba a Macri debía hacer lo propio con el mandatario del otro país limítrofe. En ese caso, la presencia de Morales podría haber sido un factor de irritación porque ambos países mantienen una disputa en el tribunal de La Haya por el histórico reclamo boliviano de una salida al mar. Chile no quiere enfrentar ese cortocircuito en una visita de Francisco.

Más aún, Morales quiere que medie Francisco en la disputa, quien durante su visita a Bolivia, hace dos años, sólo se pronunció a favor del diálogo entre ambos países. Lo cual ya es bastante para la sensibilidad chilena (de hecho, la disputa en La Haya es sólo para habilitar un diálogo). Incluso, Morales lo visitó a Francisco en diciembre pasado, pero fuentes del Vaticano dijeron que no se habló del reclamo boliviano, en un evidente intento de no afectar la visita papal a Chile.

“La visita del Papa será un encuentro con el país, y no internacional. No habrá desde la Iglesia invitaciones formales a nadie más que a miembros de las conferencias episcopales de la región, como se suele hacer”, dijo a Télam el coordinador de organización de la visita papal que depende del Episcopado chileno, Javier Peralta.

No obstante, señaló que las puertas están abiertas a “todos los fieles de Chile y otros países que deseen encontrarse con el Papa”.

Ello implica que por la Argentina viajará el presidente del Episcopado y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea. En tanto, que el vicepresidente segundo y obispo de La Rioja, Marcelo Colombo irá a Perú. Por lo demás, la cancillería argentina informó que por el gobierno irá a Chile el subsecretario de Culto de la Nación, Alfredo Abriani, que se sumará al embajador en el país trasandino, José Octavio Bordón.

Francisco estará en Chile entre el 15 y el 18 de este mes visitando Santiago, Temuco e Iquique. Luego seguirá viaje a Perú.

La secretaría de Culto dispuso un sitio con los requisitos para los argentinos que quieran ir a Chile a ver al Papa. La dirección: http://peregrinosenchile2018.cancilleria.gob.ar/. Además, los que quieran asistir a las celebraciones deben obtener las entradas, que son gratuitas, en el sitio de la Iglesia chilena: http://entradas.franciscoenchile.cl

Brigitte Macron quiere un rol más importante en el Eliseo


 Brigitte Macron, la primera dama de Francia, tiene intención de desempeñar un papel más importante y significativo en el Eliseo, "emancipándose" de algún modo de la sombra de su marido, el presidente Emmanuel Macron.

Según una fuente cercana a la primera dama, citada por radio RTL, tras los primeros siete meses de "adaptación" en el Eliseo, Brigitte tiene intención de estar más activa, concentrándose en "cuatro o cinco asuntos prioritarios".
En los viajes al exterior, como el de China del 8 al 10 de enero, Brigitte Macron tampoco quiere seguir siendo solo la acompañante de su marido. "Hoy una mujer no puede quedar en segundo plano", dice en privado.

Como se indica en la Carta sobre la transparencia publicada en agosto, la primera dama tiene un papel de representación en el exterior, de supervisión de los eventos y de las recepciones oficiales en el Eliseo, además de ser "madrina" de actividades benéficas y sociales, comenzando por los sectores ligados a la salud, la discapacidad, la instrucción y la paridad de sexos.

5 Ways to Improve Your Listing Presentation Today | #TomFerryShow Episode 56


Brasil, México y Colombia, entre otros, renovarán sus liderazgos a lo largo de 2018

América Latina afronta en 2018 un año electoral de enorme trascendencia. Los dos gigantes de la región, Brasil y México, celebrarán elecciones presidenciales, igual que Colombia, cuarta economía del área. Venezuela, protagonista de una crisis política en constante escalada, supuestamente también debería convocar comicios presidenciales. Los paraguayos también decidirán en abril los nombres de su nuevo presidente y vicepresidente, así como los de sus representantes en ambas Cámaras del Legislativo. Y en Cuba, Raúl Castro ha anunciado para este año su retirada de la jefatura del Estado.

Andrés Manuel López Obrador, candidato de Morena a la presidencia de México


BRASIL

Brasil celebrará en octubre de este año las elecciones más importantes e imprevisibles desde 1989 y el fin de la dictadura. Aquellos comicios presidenciales llevaron por sorpresa a la segunda vuelta al entonces metalúrgico izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, que vuelve a ser protagonista en la lucha por dirigir el país, ahora en manos de Michel Temer tras el traumático impeachment que forzó la salida del cargo de Dilma Rousseff en 2015. No obstante, no está claro si Lula da Silva, dos veces presidente del Gobierno al frente del Partido de los Trabajadores (PT), podrá concurrir en 2018 como candidato, ya que pende sobre él una sentencia condenatoria que ha recurrido por un supuesto caso de corrupción. Tampoco está claro si, de no poder presentarse, tendría fuerza para concitar apoyos en torno al nombre que lo sustituya al frente de la lista del PT.

En el centroderecha, afectado como todas las formaciones por el megaescándalo de los sobornos de Petrobras, tampoco se vislumbra de momento un panorama claro. El veterano gobernador de São Paulo, Geraldo Alckmim, del partido centroderechista PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña), tratará de vencer su debilidad en los sondeos. Desde hace 24 años en el poder del principal Estado brasileño, Alckmim intentará atraer el sentimiento anti-Lula con algún gesto de política social que lo haga ser más del gusto de la región noreste del país, la más pobre. No será empresa fácil conjugar esa estrategia con la defensa de reformas liberales como la del sistema de pensiones.
El actual presidente de Brasil, Michel Temer, el 21 de diciembre de 2017.


A estas alturas de la larga carrera presidencial, a la que en principio no se sumará Temer (Partido del Movimiento Democrático Brasileño), la novedad la aporta la candidatura de extrema derecha del diputado y militar retirado Jair Bolsonaro, que saca partido del electorado anti-Lula y avanza en las encuestas. Sin embargo, la mayoría de analistas cree que el fenómeno Bolsonaro tiene un techo porque el candidato ultraderechista no tiene una plataforma social en un país en el que el 70% de los electores tiene ingresos familiares de no más de dos salarios mínimos (478 euros).

En todo caso, en un ambiente político tan pulverizado, pueden surgir otros candidatos independientes. Pero el año en Brasil empieza marcado por un nuevo capítulo del culebrón jurídico de Lula da Silva, acusado en la megaoperación Lava Jato por haber lucrado, presuntamente, al facilitar contratos públicos a empresas. El expresidente ya fue condenado en una de las demandas por el juez estrella Sergio Moro y el día 24 de este mes un tribunal superior resolverá si confirma o no la pena. No obstante, queda un largo camino de recursos judiciales hasta llegar al Tribunal Supremo, y el PT ya ha manifestado su intención de ir hasta el final para mantener a Lula da Silva en la carrera presidencial.


Aunque todavía faltan muchos meses para las elecciones que se celebrarán en octubre, los sondeos más recientes sitúan a Lula como el gran favorito

No es una cuestión menor: aunque todavía faltan muchos meses para las elecciones que se celebrarán en octubre, los sondeos más recientes sitúan a Lula, símbolo de una edad de oro (especialmente para los brasileños más pobres), como el gran favorito. El Instituto Datafolha de São Paulo estima que el 38% de los electores son “lulistas” y tienen al menos la intención de votar a quien el expresidente designe para sustituirlo si no puede concurrir. En ese escenario podrían despuntar algunos candidatos considerados suplentes de Lula, como el exministro de centroizquierda Ciro Gomes o incluso la exministra y ambientalista Marina Silva.

Uno de los clichés más repetidos en los procesos electorales en Brasil es que, al final, todo se define en las campañas de televisión, donde a los candidatos se les da un tiempo gratuito para vender sus programas, según los apoyos que obtengan de partidos políticos. Esto suele cortar las alas a cualquier candidato alternativo o independiente. Hasta el partido de un Gobierno impopular como el de Temer vuelve a tener peso porque dispone de tiempo en la televisión. Pero es posible que esta circunstancia cambie ahora. Esta será la primera campaña en Brasil en la que los políticos podrán contratar publicidad en Facebook, un peso inmenso y todavía difícil de medir.

MÉXICO

México afrontará el 1 de julio una elección presidencial inmerso en un contexto desgarrador para el país. Si hace seis años el presidente Enrique Peña Nieto alumbraba un sexenio esperanzador con una serie de reformas logradas con el consenso de la mayoría de las fuerzas políticas, la segunda mitad del mandato ha empañado —y en ocasiones desdibujado— la imagen del país. Los casos de corrupción golpean continuamente al círculo más próximo de Peña Nieto y cuando no, azotan al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI). Además, la violencia ha teñido de sangre a México como no lo había hecho nunca antes. A falta de los datos oficiales de diciembre, todo apunta que 2017 será el año más violento desde que hay registros.

La batalla para suceder a Peña Nieto ya está en marcha. La campaña electoral se antoja a cara de perro, más ruda que nunca y con un posible escenario hasta ahora inédito; que tres candidatos lleguen con opciones de triunfo hasta el último momento. Todo ello en plena renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE UU y Canadá y con la sombra de Donald Trump agitando desde el norte.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, el 21 de diciembre de 2017. EFE


El líder en todas las encuestas sigue siendo el dos veces candidato Andrés Manuel López Obrador, factótum de Morena, un partido que creó a su imagen y semejanza cuando abandonó el PRD al inicio de este sexenio. Esta será la última vez —según ha insistido— que López Obrador intente lograr la presidencia que perdió en 2006 por medio punto ante Felipe Calderón. El líder de Morena sigue transmitiendo una imagen negativa para un amplio espectro del electorado, que lo considera una amenaza para el país, lo que le impide terminar de despuntar en los sondeos.

Y si alguien tiene una mala imagen en México hoy en día es el PRI, que para paliar su desgaste ha optado por tener de candidato a alguien que no milita en el partido, aunque ha pedido al PRI que lo haga “suyo”: José Antonio Meade. El que fuera secretario de Hacienda y el único miembro del Gabinete de Peña Nieto que estuvo en el anterior de Felipe Calderón es la apuesta del partido tricolor para mantenerse en el poder, del que en casi 90 años de historia solo ha estado apartado entre 2000 y 2012.

Como la alternativa al considerado partido de la corrupción y a la amenaza del supuesto populismo se presenta Ricardo Anaya, hasta hace unas semanas presidente del Partido Acción Nacional (PAN), la tradicional formación opositora de México, que lidera la candidatura que su partido cristalizó junto al progresista PRD y Movimiento Ciudadano, una amalgama con muchas divisiones ideológicas que, no obstante, se pueden consolidar en estos tiempos donde, ante todo, priman las emociones.



La batalla para suceder a Peña Nieto ya está en marcha. El líder en todas las encuestas sigue siendo el dos veces candidato Andrés Manuel López Obrador

A la espera de ver cuántos candidatos independientes pueden participar en la batalla final —solo Jaime Rodríguez El Bronco y Margarita Zavala, esposa del expresidente Calderón parecen tener garantizado un lugar— la única certeza es que los retos del próximo presidente de México serán ingentes. Además de taponar la hemorragia de corrupción y violencia deberá articular, por primera vez en la historia moderna del país, un sistema de procuración de justicia independiente que ponga freno a la galopante impunidad.
COLOMBIA

Colombia afronta en mayo de 2018 unas elecciones presidenciales de las que dependerá en buena medida la consolidación del proceso de paz con las FARC culminado en noviembre de 2016 por el Gobierno de Juan Manuel Santos. El mandatario deja el cargo después de dos legislaturas que supusieron el fin del conflicto armado con la guerrilla más antigua de América y le valieron el Premio Nobel de la Paz, pero levantaron una dura oposición de buena parte de la sociedad, alentada por su antecesor, el expresidente Álvaro Uribe.

Los excombatientes tendrán a partir de este año representación parlamentaria garantizada —una de las cláusulas de los acuerdos— y su máximo líder, Rodrigo Londoño, Timochenko, aspira a medirse con los candidatos de los partidos tradicionales. Con este horizonte, en medio de un clima de elevada polarización social, el país andino se juega su transición después de más de medio siglo en guerra. Esa transformación repercutirá en la economía, en la arquitectura institucional, en la lucha contra el narcotráfico, en la inseguridad que aún pervive en las zonas rurales y en los principales aspectos de la convivencia. El próximo jefe del Gobierno será el encargado de pilotar esa etapa.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el 24 de diciembre de 2017. Efráin Herrera EFE


Después de más de un año de precampaña, la carrera electoral ha comenzado a definirse en torno a seis nombres, representantes de las principales familias políticas. Las encuestas prefiguran un panorama muy fragmentado, con un pulso entre quienes apoyaron y rechazaron los acuerdos de paz, y la necesidad de formar alianzas, en primera o segunda vuelta o incluso antes de los comicios legislativos convocados para mayo. Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín y antiguo gobernador del departamento de Antioquia, encabeza la mayoría de los sondeos. Defiende la reconciliación del país como prioridad social y rehúye de las etiquetas ideológicas. No obstante, concurrirá con la líder del Partido Verde, Claudia López, y el progresista Polo Democrático, de Jorge Enrique Robledo, bajo las siglas de la Coalición Colombia.

En el espectro más conservador destacan tres figuras: Germán Vargas Lleras, Iván Duque y Marta Lucía Ramírez. El primero, dirigente de Cambio Radical, fue vicepresidente de Santos hasta marzo de 2017. Duque es el aspirante del Centro Democrático, la formación de Uribe, pero tras el acuerdo alcanzado por este con el también expresidente Andrés Pastrana tendrá que medir apoyos con Ramírez, del Partido Conservador y exministra.

El exregidor de Bogotá Gustavo Petro, que en un sistema político tradicional ocuparía un espacio marcadamente de izquierdas, aparece también, de momento, entre los favoritos. No obstante, su movimiento debería buscar el apoyo de otros sectores y no descarta tratar de involucrar a Humberto de la Calle, pero el candidato del Partido Liberal se ha mostrado prudente con respecto a sus planes. De la Calle fue el jefe del equipo negociador del Gobierno con las FARC, es abogado y tiene una dilatada carrera política —fue vicepresidente de Ernesto Samper hace dos décadas—. Su proyecto político busca rebajar el clima de creciente indignación de los colombianos y desconfianza en las instituciones con un programa rotundo contra la corrupción.



Las FARC tendrán a partir de este año representación parlamentaria garantizada y su máximo líder, Rodrigo Londoño, Timochenko, aspira a medirse con los candidatos de los partidos tradicionales

Está prohibido, y así es como se hace

En noviembre del año pasado el comediante Louis CK fue acusado de abuso en el New York Times por cinco mujeres. Las víctimas dijeron que en diferentes circunstancias las había presionado para que lo vean o lo escuchen mientras él se masturbaba. El comediante reconoció los hechos y pidió perdón.

Por el escándalo HBO le canceló una presencia y una película en la que actuaba suspendió su estreno luego de que sus dos co-protagonistas se negaran a publicitarla.

Por Slavoj Zizek *



El 7 de noviembre de 2017, Judith Butler ayudó a organizar una conferencia en São Paulo, Brasil; aunque el título de la conferencia era “Los Fines de la Democracia” y por lo tanto no tenía nada que ver con el tema de transgénero, una multitud de manifestantes de derecha se reunieron afuera del lugar donde quemaron una efigie de Butler mientras gritaban “¡Queimem a bruxa!” (Portugués para “¡Quemen a la bruja!”). Este extraño incidente es el último de una larga serie de pruebas de que la diferencia sexual está hoy politizada de dos maneras complementarias: la “fluidificación” transgénero de las identidades de género y la reacción neoconservadora.

La famosa descripción de la dinámica capitalista en El Manifiesto Comunista debe complementarse con el hecho de que el capitalismo global también hace que el “carácter unilateral y la estrechez de miras se vuelvan cada vez más imposibles”, que también en el ámbito de las prácticas sexuales, “todo eso si lo sólido se funde en el aire, todo lo que es santo se profana”: ¿el capitalismo tiende a reemplazar la heterosexualidad normativa estándar con una proliferación de identidades y / u orientaciones cambiantes e inestables?

La celebración de hoy de “minorías” y “marginales” es la posición predominante de la mayoría, incluso los derechistas que se quejan del terror de la Correcta Política Liberal se presentan como protectores de una minoría en peligro de extinción. O tomemos a esos críticos del patriarcado que lo atacan como si todavía fuera una posición hegemónica, ignorando lo que Marx y Engels escribieron hace más de 150 años, en el primer capítulo del Manifiesto Comunista: “La burguesía, donde sea que tenga la ventaja, ha puesto fin a todas las relaciones feudales, patriarcales e idílicas”, todavía es ignorado por los teóricos de la izquierda que centran su crítica en la ideología y la práctica patriarcales.

Entonces, ¿qué deberíamos hacer con respecto a esta tensión? ¿Debemos limitarnos a apoyar la fluidificación transgénero de las identidades mientras permanecemos críticos de sus limitaciones?

Existe una tercera forma de impugnar la forma tradicional de identidad de género que ahora explota: las mujeres que se expresan masivamente sobre la violencia sexual masculina. Todas las características de la cobertura mediática de este evento no deberían distraernos de lo que realmente está sucediendo: nada menos que un cambio de época, un gran despertar, un nuevo capítulo en la historia de la igualdad. Miles de años de cómo las relaciones entre los sexos eran regulados y arreglados, son cuestionados y socavados. Y la parte que protesta ahora no es una minoría LGBT +, sino una mayoría, mujeres. Lo que está saliendo no es nada nuevo, es algo que (vagamente, al menos) sabíamos todo el tiempo y que simplemente no podíamos (querer, preparar) abordar abiertamente: cientos de formas de explotar sexualmente a las mujeres. Las mujeres ahora sacan a relucir la parte oscura de nuestras reivindicaciones oficiales de igualdad y respeto mutuo, y lo que estamos descubriendo es, entre otras cosas, cuán hipócrita y unilateral era nuestra crítica de moda de la opresión de las mujeres en los países musulmanes (y lo es): tenemos que enfrentar nuestra propia realidad de opresión y explotación.

Como en cualquier revuelta revolucionaria, habrá numerosas “injusticias”, ironías, etc. (Por ejemplo, dudo que los actos de Louis CK (foto), deplorables y lascivos como son, puedan ponerse al mismo nivel que la violencia sexual directa.) Pero, nuevamente, todo esto no debería distraernos; deberíamos enfocarnos en los problemas que tenemos por delante. Aunque algunos países ya se están acercando a una nueva cultura sexual post-patriarcal (ver Islandia donde dos tercios de los niños nacen fuera del matrimonio, y donde las mujeres ocupan más puestos en instituciones de poder público que los hombres), una de las tareas clave es, primero, la necesidad de estudiar lo que estamos ganando y perdiendo en este trastorno de nuestros procedimientos heredados de cortejo: se deberán establecer nuevas reglas para evitar una cultura estéril de miedo e incertidumbre. Algunas feministas inteligentes señalaron hace mucho tiempo que si tratamos de imaginar un cortejo políticamente correcto, nos acercamos sorprendentemente a un contrato de mercado formal.

El problema es que la sexualidad, el poder y la violencia están mucho más íntimamente entrelazados de lo que esperamos, de modo que también elementos de lo que se considera brutalidad pueden ser sexualizados, es decir, invertidos libidinalmente; después de todo, el sadismo y el masoquismo son formas de actividad sexual. La sexualidad purificada de la violencia y los juegos de poder bien pueden acabar desexualizándose.

La siguiente tarea es asegurarse de que la explosión en curso no se limite a la vida pública de los ricos y famosos, sino que se filtre y penetre en la vida cotidiana de millones de “invisibles” individuos comunes. Y el último punto (pero no menos importante) es descubrir cómo vincular este despertar a las luchas políticas y económicas en curso, es decir, cómo evitar que la ideología (y la práctica) liberal occidental se apropien como otra forma de reafirmar nuestra prioridad. Uno tiene que hacer un esfuerzo para que este despertar no se convierta en otro caso donde la legitimación política se basa en el status de víctima del sujeto.

¿La característica básica de la subjetividad actual no es la extraña combinación del sujeto libre que se consideró a sí mismo como el responsable último de su destino y el sujeto que basa la autoridad de su discurso en su condición de víctima de circunstancias fuera de su control?

Cada contacto con otro ser humano se experimenta como una amenaza potencial; si el otro fuma, si me lanza una mirada libidinosa, ya me duele; esta lógica de victimización hoy está universalizada, llegando más allá de los casos estándar de acoso sexual o racista: recuerde la creciente industria financiera de reclamos por daños, del acuerdo de la industria tabacalera en Estados Unidos y los reclamos financieros de las víctimas del holocausto y trabajadores forzados en la Alemania nazi, hasta la idea de que Estados Unidos debería pagarles a los afroamericanos cientos de miles de millones de dólares por todo lo que se vieron privados durante su pasada esclavitud...

Esta noción del sujeto como víctima irresponsable implica la extrema perspectiva narcisista desde la cual todo encuentro con el Otro aparece como una amenaza potencial al precario equilibrio imaginario del sujeto; como tal, no es lo contrario, sino más bien el complemento inherente del sujeto libre liberal: en la forma de individualidad predominante de hoy, la afirmación egocéntrica del sujeto psicológico se superpone paradójicamente con la percepción de uno mismo como víctima de las circunstancias .

En un hotel de Skopje donde estuve recientemente, mi compañera preguntó si se permitía fumar en nuestra habitación. La respuesta que recibió de la persona de recepción fue única: “Por supuesto que no, está prohibida por ley. Pero hay ceniceros en la habitación, así que esto no es un problema”. Esta no fue la última de nuestras sorpresas: cuando entramos a la habitación, efectivamente había un cenicero de cristal sobre la mesa, y en su parte inferior había una imagen pintada , un cigarrillo sobre el cual había un gran círculo con una línea diagonal que indica prohibición... Así que no era el juego habitual que uno encuentra en hoteles tolerantes donde le susurran discretamente que, aunque está oficialmente prohibido, puede hacerlo cuidadosamente, de pie junto a una ventana abierta o algo así.

La contradicción (entre la prohibición y el permiso) era asumido abiertamente y por lo tanto cancelada, tratado como inexistente, es decir, el mensaje fue: “Está prohibido, y así es como se hace”. Y, de vuelta al despertar en curso, el peligro es que, de manera homóloga, la ideología de la libertad personal se combinará sin esfuerzo con la lógica del victimismo (con la libertad reducida silenciosamente a la libertad de sacar a relucir el propio victimismo), volviendo por lo tanto superfluo una emancipación política radical del despertar, haciendo que la lucha de las mujeres sea una en la serie de luchas: lucha nuevamente contra el capitalismo global y las amenazas ecológicas, por una democracia diferente, contra el racismo, etc.

Q Filósofo y crítico cultural. Su última obra es Porque no saben lo que hacen (Akal) y Antígona (Akal).

Putin comparte recuerdos de su familia: "Vivíamos modestamente, pero teníamos un televisor"

El líder ruso revela que apenas cambió de hábitos al convertirse en una figura pública.


El presidente de Rusia, Vladímir Putin, en entrevista con un canal de televisión estatal ha revelado algunos detalles de su pasado y de su familia.

En la entrevista, que se emitirá la noche de este lunes por la cadena Pervi Kanal, el mandatario relató cómo sus padres compraron el primer televisor de la familia. "Vivíamos modestamente, pero teníamos un televisor, esto a pesar de que mis padres tenían que arreglárselas hasta recibir el próximo salario, y a menudo tenían que pedir prestado dinero hasta que llegara el siguiente sueldo. Pero aun así, pudieron permitirse comprar un televisor", recordó Putin.


Sobre los acontecimientos más destacados de finales de la década de 1960 y de principios de 1970, el líder ruso reveló que uno de los que más le impresionaron fue "la aparición en los cielos del avión supersónicode pasajeros Tu-144". Según el mandatario, esta aeronave es percibida incluso en la actualidad como "algo fantástico", pero para aquella época "era aún más inconcebible".
Cómo cambiaron sus hábitos como persona pública

Respecto al evento deportivo que se le ha quedado grabado en la mente, el jefe del Kremlin mencionó la serie de partidos disputados en 1972 entre las selecciones de hockey sobre hielo de la Unión Soviética y Canadá, que siguió por televisión "junto a toda la familia".

Por otro lado, el presidente ha confesado que no tuvo que deshacerse de sus hábitos cuando empezó a aparecer ante las cámaras. "Siempre traté de no ser una persona pública (…) En el pasado, siempre trataba de comportarme de tal forma como si me estuvieran espiando, por lo que no tuve que cambiar nada de forma radical", comentó.

Joseph Stiglitz: "No podemos confiar en el sector financiero, si no lo regulamos, engañarán, se aprovecharán de la gente"

"Podemos tiene un entendimiento de por qué las cosas han salido mal y un compromiso para tratar de mejorarlas, a diferencia de lo que se llama el populismo de derechas, que utiliza el descontento para crear regímenes autoritarios o para enriquecerse"

"Cuando la gente está peor de lo que estaba hace diez años, decirle que están recuperados es un disparate"

Los directivos: "Tienen que ser responsables financieramente. Si te portas mal, tus bonificaciones se recortan.Esto podría implicar, además, penas de cárcel"

Trump: "¿Qué hará falta para que sus partidarios se convenzan de que se han enamorado de alguien que no es la persona que creen que es?"

"Puede que sea necesario dejar el euro para salvar a Europa"




Joseph Stiglitz durante la conversación

Joseph Stiglitz (Gary, Indiana, 1943) abandonó su carrera en física para dedicarse a la economía. Su tesis ya trataba sobre la desigualdad y, tras toda una carrera dedicada a la economía (un Nobel incluido en 2001), la brecha entre pobres y ricos todavía no parece ofrecerle tregua. Fue consejero de Bill Clinton durante su presidencia y economista jefe del Banco Mundial hasta el año 2000. Tras años predicando contra los excesos del Fondo Monetario Internacional y la desregularización del sector financiero, como una Casandra de la ciencia económica en un mundo dominado por las tesis neoliberales, la crisis financiera le dio buena parte de razón. Desde su despacho en la Universidad de Columbia, recibe a eldiario.es para hablar de los nuevos movimientos de oposición a la globalización, la regularización de Silicon Valley, el futuro del euro, la irrupción de Trump, la lucha contra el cambio climático y un sector financiero al que, según advierte, debemos seguir vigilando de cerca.

Hace 15 años escribió ‘El malestar de la globalización ’. Hoy estamos presenciando nuevas olas de descontento: desde el Brexit hasta la victoria de Donald Trump pasando por el auge de los populismos nacionalistas en Europa. ¿Se ha convertido el statu quo económico en una fuente de resultados políticos inesperados cada vez más frecuentes?

La razón por la que los problemas del malestar con la globalización se han extendido del Sur hacia al Norte es que los acuerdos comerciales se realizaron realmente en función de los intereses corporativos, así que acabas teniendo perdedores tanto en el Norte como en el Sur. ¿Y quiénes fueron los ganadores? Las corporaciones. Ganaron porque bajaron los sueldos en el Norte y consiguieron sueldos más baratos en el Sur. Lograron todas la ganancias y, al debilitar el poder negociador de los trabajadores, les robaron dinero, ya sea en el Norte o en el Sur.

¿Cómo espera que sus críticas a la globalización evolucionen en el futuro? ¿Cuáles serán las nuevas fuentes del malestar?

Ya está incluso afectando a algunas corporaciones, porque algunas ganan y otras pierden. Pero en este caso tengo menos simpatía. Mi nuevo libro, que va a salir ahora, se llama ‘El malestar de la globalización revisitado, con el subtítulo: Antiglobalización en la era de Trump’, se centra en cómo estamos viendo los viejos descontentos en los países en desarrollo más los nuevos descontentos en los países desarrollados.

¿Me puede adelantar algo?

Básicamente, el rompecabezas es: ¿cómo es posible que la globalización sea mala para los países en vías de desarrollo y mala también para los países desarrollados? Y la respuesta es: porque la definieron las corporaciones para ellas mismas. Trump dice que los acuerdos comerciales como Nafta son los peores de todos los tiempos y que desfavorecen a Estados Unidos. ¿Cómo pueden perjudicar a Estados Unidos y también a los países en vías de desarrollo? Y: ¿Es posible que perjudiquen a Estados Unidos cuando fue Estados Unidos quien los dictó? Mi respuesta es no, no es posible. Conseguimos lo que queríamos, pero era lo que las corporaciones querían, no lo que los trabajadores estadounidenses querían. Y Trump no lo arreglará porque representa a la plutocracia, a las corporaciones ricas. No está interesado en los trabajadores excepto para obtener votos. Si estuviera interesado en su bienestar, no habría propuesto un programa de seguro de salud que dejaría a 20 millones de personas sin seguro médico. No estaría proponiendo una reforma tributaria que daría todo el dinero a los más ricos. No está interesado en los trabajadores, excepto en la medida en que puede persuadirlos para que voten por él y darle más dinero.

Los movimientos de oposición son de naturaleza ideológica muy diversa, pero algunas voces los consideran el mismo tipo de respuesta contra las élites. ¿Es correcto equiparar a Podemos con Trump?

Son totalmente diferentes. El problema es que Trump está explotando este malestar. Y creo que Podemos tiene un entendimiento bastante sofisticado de por qué las cosas han salido mal y un compromiso para tratar de mejorarlas, a diferencia de lo que a menudo se llama el populismo de derechas, que utiliza el descontento para crear regímenes autoritarios o para enriquecerse. Está muy claro que Trump realmente no está preocupado por los estadounidenses comunes. Lo que ha hecho bien es persuadirlos de que se preocupa por ellos, de una forma deshonesta. Pero fue a esos lugares tan pobres, Kentucky y demás, a los que Hillary ni siquiera fue, y dijo: ‘Me preocupo por vosotros’. Pero era todo una farsa, porque ahora va y dice: ‘Voy a quitaros el seguro sanitario y voy a hacer que estéis peor’. Así que la pregunta ahora es: ¿se despertarán los estadounidenses o responderán al mensaje emocional, incluso cuando [Trump] les está robando? Y muchos demócratas están empezando a preocuparse porque, por malo que sea para esta gente, lo quieren (risas). Puede mentir, y no les molesta. ¿Qué hará falta para que sus partidarios se convenzan de que se han enamorado de alguien que no es la persona que creen que es?

Ha criticado que los acuerdos comerciales internacionales se firmen con estándares democráticos tan bajos y con tan poca transparencia. ¿Cuál sería una mejor manera de articularlos en el futuro?

Una mejor manera de llegar a acuerdos es obviamente que haya una mayor participación en la toma de decisiones: que trabajadores, ecologistas y otras personas con intereses en la sociedad participen en la negociación, en fijar los términos de referencia. Las disputas inversionista-Estado [cláusulas que permiten a compañías privadas pedir compensaciones si un país regula en contra de sus intereses] ilustran esto. Hay que tener principios claros y decir: 'mira, no tienes derecho a demandar por una regulación, eso depende del país. Solo puedes demandar por discriminación’.

¿Cómo podemos asegurar un futuro en el que los intereses económicos privados no pongan en compromiso la democracia?

Creo que la plena liberalización del mercado de capitales es particularmente peligrosa, especialmente para los países en vías de desarrollo, porque el capital entrando y saliendo a corto plazo es lo que más compromete a la democracia. En el caso de un país como Brasil, cuando a Wall Street no le gusta un candidato sacan su dinero, el tipo de cambio baja, la gente entra en pánico... puede tener un efecto muy grande en el papel de los mercados financieros en la política. Para mí eso es al menos una pieza importante. En Estados Unidos el principal tema son las contribuciones a las campañas. El dinero está influyendo muy directamente en nuestra política.

¿Cuánto puede crecer la brecha entre los pobres y los ricos sin que haya conflictos sociales?

Tenemos la sensación de que cuando hay más desigualdad, puede haber más conflicto, pero también sabemos que las cosas son más complicadas. Hay personas que dicen que, de hecho, el conflicto no se produce cuando las cosas están mal de verdad, sino cuando están mejorando, pero no mejoran lo suficientemente deprisa; cuando se le da a la gente la sensación de que las cosas podrían ir mejor, sus aspiraciones cambian, pero se decepcionan. Eso puede dar lugar a problemas. Muchos de estos estudios se hicieron en el pasado y hoy es muy diferente. La gente puede ver lo que está pasando en el resto del mundo mucho más fácilmente y su sentido de lo que es posible es diferente. Ahora todo el mundo ve y se pregunta: ‘¿por qué están viviendo mejor que yo?’




El mensaje que estamos recibiendo en Europa o en España es que la economía se ha recuperado, aunque las mejoras pueden ser imperceptibles en el día a día de las personas normales. ¿Cómo podrá defenderse la ciudadanía de un gobierno que le dice que está bien cuando en realidad no lo está?

Creo que es muy peligroso que los políticos digan cosas que son inconsistentes con la percepción de la gente, porque eso conduce a la desconfianza en el gobierno y en las élites. Obama dijo que nos habíamos recuperado en 2009, en 2010, en 2011, cuando el 91% de todas las ganancias fueron al 1% [más rico] y el 99% no se recuperó. El efecto que eso tuvo fue un aumento de la desconfianza en el gobierno. Y contribuyó, creo yo, al triunfo de Trump. Dio la sensación de que el gobierno estaba mintiendo, porque la gente sabía que no estaba mejor y aún así se estaba diciendo que la recesión había terminado. Es extraordinariamente peligroso que los líderes políticos tergiversen lo que está sucediendo en las vidas de individuos ordinarios. En el caso de lo que está sucediendo en España y en Europa la pregunta es: ¿Estás en el punto en el que estabas? Y la respuesta es no. Cuando el desempleo de los jóvenes es del 40%, claramente hay grandes grupos de la población que no lo están pasando bien. Cuando la gente está peor de lo que estaba hace diez años, decirle que están recuperados es un disparate.

La tecnología, la robotización, biotecnología... todos estos campos contienen una promesa de desarrollo económico y progreso democrático. ¿Cómo se distribuirá esta nueva riqueza en el futuro?

Siempre existe este tema de cómo distribuir los beneficios de la globalización, de los avances tecnológicos. El principio general dice que, si la sociedad es más rica, todo el mundo podría estar mejor. Pero depende de la naturaleza del cambio tecnológico. Si es lo que llamamos innovación de ahorro de trabajo, entonces se reduce la demanda de mano de obra y los trabajadores pueden estar peor. Creo que es imperativo en este contexto que tengamos políticas gubernamentales activas involucradas en la redistribución y que nos aseguremos de que, a medida que nos hacemos más ricos, los beneficios se comparten, al menos en parte, entre todos los grupos de la sociedad.

Mientras hablamos, hay industrias que se están transformando de forma irreversible en Silicon Valley. ¿Estamos prestando suficiente atención a este nuevo centro de poder?

Mucho de lo que está pasando tiene que ver con cambios en industria de la publicidad o en una nueva industria de redes sociales. ¿Es tan importante? Es interesante, pero eso no es tan fundamental como otros aspectos de cómo vivimos. Hay que tener cuidado de no comprarle el bombo publicitario a Silicon Valley. Han exagerado su disrupción. Han transformado los taxis, pero parte de lo que están haciendo es arbitraje regulatorio [práctica mediante la cual las empresas capitalizan las lagunas legales para eludir regulación desfavorable]. Airbnb ha transformado el mercado de los hoteles, pero probablemente es porque evita pagar impuestos. Si lo regulamos adecuadamente, con impuestos, no creo que vaya a ser tan rompedor. Las ventajas de Airbnb serían más pequeñas una vez pagaran impuestos y estuvieran regulados. La gente probablemente preferiría ir a un hotel regular que a un Airbnb, aunque todavía sería una industria activa. Esas son dos industrias relativamente pequeñas hasta ahora. A largo plazo habrá grandes problemas con la inteligencia artificial y cómo la manejamos. Se trata de un problema mayor que se remonta a la cuestión de las innovaciones de ahorro de mano de obra, que reducen la demanda y, por lo tanto, bajan los salarios. Si nuestra economía es más rica, podemos imponer impuestos que hagan que estemos todos mejor. Estos son temas más políticos que económicos. La pregunta es: ¿cómo podemos asegurarnos de que los frutos de estos avances se compartan equitativamente?

En la lógica de Trump, la lucha contra el cambio climático es incompatible con un buen desempeño económico. ¿Cuál es el argumento económico para reducir las emisiones de carbono?

Trump no sabe nada de economía, siempre ha hecho dinero con prácticas comerciales turbias, es el prototipo de la búsqueda de renta, de una persona que gana dinero aprovechándose de otras. No es un creador de riqueza, es un destructor de riqueza. No tiene autoridad para hablar de nada. Abordar el cambio climático crearía una economía más fuerte. Por ejemplo, Trump habla de la industria del carbón, pero se están creando más trabajos en los paneles solares que en el carbón. De hecho, hay más instaladores de paneles solares que mineros de carbón. Trump vive en el pasado. No sé si no piensa muy profundamente, si mira las estadísticas, si realmente ha pensado en ello, pero realmente creo que podemos tener una economía más fuerte tratando más efectivamente con el cambio climático.

Los flujos de inmigración podrían ser la solución a las amenazas demográficas que enfrentan los países occidentales: tasas bajas de fecundidad, envejecimiento de la población, preferencias en el empleo. ¿Cómo podría esta narrativa ganar fuerza en el momento antiinmigrante de Trump en EEUU y el de los refugiados en la UE?

En Occidente y el Norte tenemos que ver como nuestra responsabilidad parte de la migración. Hemos sido el principal contribuyente al calentamiento global y el calentamiento global está contribuyendo a la desertificación en el Sahel y creando una gran cantidad de refugiados económicos que, combinado con nuestros subsidios al algodón, están deprimiendo el nivel de su vida y dañándolos. Hemos tenido un efecto muy negativo en muchas poblaciones, así que tenemos la responsabilidad moral de ayudarles a resolver el problema que contribuimos a crear. Desde la perspectiva estadounidense, somos una sociedad que fue creada por los inmigrantes. Me parece intolerable decir que los inmigrantes son un problema, estamos donde estamos por los inmigrantes. La retórica anti-inmigrante es muy peculiar, porque Trump no estaría aquí si su familia no hubiera emigrado. Las únicas personas que tienen legitimidad para quejarse son los indios americanos a quienes los inmigrantes dañaron, y a quienes se les robó su tierra. Pero eso no es de lo que Trump está hablando.

¿Qué medidas cree que podrían ser lo suficientemente disuasivas para evitar que los bancos y el sector financiero vuelvan a causar el daño que ya hemos vivido?

Primero, debemos saber que no podemos confiar en ellos, que engañarán, que se aprovecharán de la gente. La idea de que pueden autorregularse es absurda, es un oxímoron. Tiene que haber regulaciones. Y tenemos que supervisarlos con mucho cuidado. Segundo, no es lo mismo responsabilizar a los individuos que a las corporaciones. Los bancos tuvieron que pagar decenas de miles de millones de dólares, pero los directores ejecutivos se marcharon con su dinero en efectivo. Y no son las corporaciones las que hacen las cosas, son los individuos. Nuestro nivel de rendición de cuentas se ha reducido. Tercero, [los CEOs] necesitan ser responsables financieramente. Si te portas mal, tus bonificaciones se recortan y tu salario debe ser provisional. Si te portas mal, pagas. Esto podría implicar más que responsabilidad financiera, prisión también. Son crímenes de cuello blanco: estaban robando dinero a otras personas de una forma u otra y no hemos hecho lo suficiente. Llegamos muy lejos en la eliminación de la responsabilidad individual y tenemos que traerla de vuelta.

El neoliberalismo o el "fundamentalismo del libre mercado", como usted le ha llamado, ha dominado las instituciones económicas internacionales desde hace décadas, pero ha fallado a los ciudadanos y ha costado a la sociedad mucho dolor. Como ideología económica, sin embargo, sigue siendo dominante. ¿Por qué y hasta cuándo?

Es una ideología que sirve a ciertos intereses que son muy influyentes. Tienes a personas de la comunidad financiera articulando una visión de la economía, tal y como la ven. Una parte de ella es ignorante, otra es interesada y otra está cegada por un problema de percepción: a ellos les va bien con el neoliberalismo y, por lo tanto, a todo el mundo le va bien. Creo que están empezando a entender que no es tan genial. Estoy esperanzado de que muchas personas del 1% están genuinamente preocupadas, están diciendo: ‘El sistema está roto, y tenemos que arreglarlo’. Mi verdadera preocupación es cómo la gente llega a entender qué no está funcionando bien. Está la historia de Trump, incipiente, una especie de populismo neoliberal: plutócratas tratando de aprovechar los fracasos para poder hacer aún más dinero. Cuentan una historia sobre los extranjeros, sobre haber sido robados... y ha engañado a un gran número de estadounidenses. Y lo mismo en Europa: Le Pen en Francia o muchas personas en España que creen que la austeridad ha funcionado y que la economía se está recuperando. Pero tengo que ser optimista: la democracia funcionará, la mayoría de la gente entenderá que este tipo de populismo trumpista no funciona, que la austeridad no está funcionando y tendrán una mente más abierta hacia políticas que puedan funcionar.

¿También en la Eurozona?

En el caso de Europa hay un aspecto que lo dificulta y es que las manos de los países europeos que son parte del euro están atadas por él. Y el resultado es que te encuentras a los partidos de centroizquierda proeuropeos defendiendo el euro. Pero domina Alemania y su austeridad. Esto ha debilitado al centroizquierda, que sería la fuente de crítica natural a este tipo de populismo neoliberal. Es un gran problema para Europa.

Usted ha defendido que la salida del euro podría tener sentido para algunos países, a modo de “divorcio amigable”.

Podrían irse, pero creo que sería mejor si consiguieran que Europa se reformara. Por ahora, Alemania ha demostrado una reticencia notable a hacer reformas, pero tal vez diga: ‘Si seguimos esta dirección, vamos a desmoronarnos, vamos a estancarnos, vamos a tener movimientos populistas trumpistas, es demasiado peligroso para el futuro’. Se trata de un juicio político sobre si Alemania podrá ser persuadida por el peligro real de la prolongación de su política.

¿Por qué estamos tan apegados al Euro?

Entiendo el caso de Grecia y también el de España. Son países que estaban en la periferia, que tuvieron gobiernos fascistas, así que quieren estar atados al proyecto europeo y han malinterpretado el euro: en vez de verlo como un medio para un fin, lo han visto como un fin en sí mismo. Yo diría: puede que sea necesario dejar el euro para salvar Europa. Han confundido estos trozos de papel con la identidad europea. Y no termino de entender por qué.

América Latina plebiscita su giro a la derecha con elecciones cruciales en 2018

Brasil y México, las dos principales economías de la región, elegirán nuevo jefe de Estado. Además, se votará en Venezuela, Colombia, Paraguay, Costa Rica y Cuba.

Leandro Dario

En el ultimo minuto. El líder del PT espera que la Justicia de segunda instancia anule la condena que dictó Moro para ser candidato.


Este año estará marcado por elecciones cruciales para la región, que pueden confirmar el giro a la derecha o frenar esa tendencia, inaugurada en 2015 con la elección de Mauricio Macri en la Argentina. Las dos principales economías latinoamericanas, Brasil y México, serán los platos fuertes de 2018. Allí, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y Andrés Manuel López Obrador buscan llegar al poder, desplazando al PMDB de Michel Temer y al PRI de Enrique Peña Nieto. Si lo logran, romperán el prácticamente uniforme mapa político de América Latina, dominado en gran parte por la centroderecha.

¿Adiós definitivo? La despedida del poder del líder cubano, Raúl Castro, aspira a ser la noticia internacional del año. El paso al costado del menor de los Castro será en abril, tras las parlamentarias, que definirán al futuro Consejo de Estado, que a su vez nombrará a su sucesor. Todas las miradas están puestas en su actual vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, un ingeniero de 57 años cercano al líder saliente. Sin embargo, es probable que Raúl retenga el cargo de primer secretario del Partido Comunista de Cuba, y que siga manejando los hilos en las sombras.

Otros comicios. Los paraguayos definirán al sucesor de Horacio Cartes. El favorito en las encuestas es Mario Abdo Benítez, hijo del ex secretario privado del dictador Alfredo Stroessner y postulante por el Partido Colorado. Costa Rica, en tanto, irá a las urnas en febrero. El resultado está abierto: hay un 40% de indecisos y ninguno de los candidatos ganaría en primera vuelta.

Pero también habrá otras presidenciales de alto voltaje político. En Venezuela, Nicolás Maduro irá por la reelección pese a la aguda crisis política, económica y social que afectó al país en los últimos años. El bolivariano adelantó que varios de los partidos políticos opositores no podrán competir, en “castigo” por boicotear las últimas elecciones regionales. Al otro lado del puente internacional Simón Bolívar, los colombianos también definirán su futuro político. Juan Manuel Santos dejará el poder con el Premio Nobel de la Paz de 2016 bajo el brazo, el acuerdo con las FARC en vigor y negociaciones en curso con el ELN. El uribismo acudirá a la cita sin la candidatura de su líder, Alvaro Uribe, pero envalentonado tras la victoria del No en el referéndum sobre las negociaciones de paz. Del otro lado de la trinchera, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, tendrá su bautismo electoral al frente de la lista de las FARC, devenidas en partido político.
Casi el 80% de la población latinoamericana tendrá un nuevo mandatario –o reelegirá al actual– en 2018. Si bien aún no se sabe si Lula será inhabilitado electoralmente por la Justicia, su victoria sería una bocanada de oxígeno no solo para el Partido de los Trabajadores (PT), sino también para sus aliados políticos regionales, muchos de los cuales están hoy en la oposición. La Casa Blanca, en tanto, tiene puesta su mirada en México, donde López Obrador critica la “sumisión” del gobierno de su país ante Donald Trump.

Para América Latina, 2018 será un año que definirá su rumbo político.