Las PASO y el kirchnerismo revisado








ESTEBAN DE GORI*

Las elecciones primarias abiertas en Argentina. El triunfo de Scioli y el Frente para la Victoria. Los discursos, las imágenes, la pospolítica y el sello de una época. Los desafíos de la derecha que pretende revertir el resultado en octubre.

I.

Las elecciones primarias, por su misma lógica, dejan sobre la escena varias lecturas para el “consumidor” de análisis político. La primera considera la elección por candidato, donde Scioli obtiene (con el 97.84% de mesas escrutadas) 38.41%, Macri 24.00% y Massa 14.07%. La segunda agrupa los votos por lista o frente político, donde el Frente para la Victoria logra el 38.41%, Cambiemos el 30.07% y UNA 20.63%.

Scioli es el gran triunfador en estas elecciones, tanto al interior del FPV, como en términos generales. Con solo considerar que pertenece a un gobierno que lleva más de doce años en el poder, su elección toma mayor significancia. Su estrategia electoral que buscó “desmalezar” la hiperpolitización discursiva del kirchnerismo y representar esa “voz interna” de un peronismo municipal y de ciertos empresarios que ruegan moderar y contener el discurso, le ha traído buenos resultados. En este sentido, la incorporación a la campaña de Karina Rabolini no debe ser soslayada. Su condición anfibia le permite enlazar registros y gestos discursivos de las clases altas y medias sin perder el glamour cuando realiza la “V” de la Victoria o cuando defiende determinadas políticas oficialistas. Tiene la dosis justa de pospolítica y la defensa de ciertas medidas hace que se constituya en un mejor coequiper para Daniel Scioli que la figura adusta de Zannini. Si éste representa una supuesta “garantía ideológica”, es verdad que, incorporado a este trío, ha quedado un poco desdibujado.

La decisión de Cristina Fernández de Kirchner de apoyar a Daniel Scioli no sólo se fundamentó en las buenas encuestas, sino en aquello que el propio candidato representa. El gobernador de Buenos Aires y sus casi 39 puntos, es el “plus de época” que no puede concentrar o metabolizar el kirchnerismo duro. Mientras el kirchnerismo cree que desde el Estado puede formatearse subjetivamente la sociedad –ahuyentando el peso de la globalización-, Scioli cree que en ésta hay “cosas” que no pueden lograrse, ni pensarse desde el Estado. Por eso, el dirigente, “debe ir a buscarlas”. La sociedad no es el Estado, inclusive, este –muchas veces- no puede captar la complejidad de la vida cotidiana de los actores.


Mientras el kirchnerismo cree que desde el Estado puede formatearse subjetivamente la sociedad –ahuyentando el peso de la globalización-, Scioli cree que en ésta hay “cosas” que no pueden lograrse, ni pensarse desde el Estado.

Plus de época: Scioli es compinche de Clinton y Castro, lo que lo coloca en un excelente lugar en el futuro de las relaciones internacionales en América Latina y lo aleja de definirse sobre si finalmente se vinculará o no con Venezuela. Reivindica un desarrollismo incluyente a expensas de cualquier crítica por los estragos del extractivismo ya que entiende que ese modelo puede sostener las políticas públicas y permitir que clases medias no se “bajen” del consumo. Se presenta no como un líder justiciero –no tiene que perseguir ni juzgar genocidas, no tiene mártires a los cuales reivindicar-, sino como un self-made man que busca estimular las subjetividades con su propio ejemplo. En un reportaje con Alejandro Fantino, donde éste le preguntaba por las inversiones, sostenía “yo mismo voy a ir a buscarlas”. Si triunfa en las elecciones del mes de octubre, puede derrotar a la derecha e iniciar una reconfiguración del peronismo en clave moderada que logre persuadir y profesionalizar a los sectores juveniles. Los puede transformar, aunque suene disparatado, en una nueva clase política sólida y con perspectivas de futuro. Para Scioli, gobernar es gobernar y nada más.


Si triunfa en las elecciones del mes de octubre, puede derrotar a la derecha e iniciar una reconfiguración del peronismo en clave moderada que logre persuadir y profesionalizar a los sectores juveniles. Los puede transformar, aunque suene disparatado, en una nueva clase política sólida y con perspectivas de futuro. Para Scioli, gobernar es gobernar y nada más.

Scioli cambió de bunker para esperar los resultados. Dejó la tradición hotelera para hacerlo en el Luna Park. En su discurso, de boxeador victorioso y agitado y cerca de la chica rubia, hizo referencia al Papa Francisco, a Néstor y a Zannini. Todo eso, mientras un sector de la joven audiencia le cantaba sobre los desaparecidos y la épica guerrera del peronismo, el cual era observado desconcertadamente por una decena de otros jóvenes con gorritos naranjas. El camporismo y the new style conurban sciolista convivieron en un estadio festivo. Es muy posible que si el FPV triunfa, aquellos de la épica guerrera dirijan u obtengan en la administración estatal cargos de mayor relevancia y gravitación que los chicos y chicas de gorrita. Así es el peronismo; es sociológico, coloca a cada persona en su lugar (social).

II.

En referencia a los números para las elecciones generales de octubre, es necesario contemplar que hay dos meses por delante para hacer campaña. Scioli es un candidato que tiene pocas posibilidades de perder los votos obtenidos; cuestión que no puede asegurar ni el macrismo ni el massismo. Ambos tendrán que hacer un mayor esfuerzo por retener los votos de Elisa Carrió y Ernesto Sanz, como los logrados por Manuel de la Sota. La inexistencia de lealtades férreas, de relatos envolventes y de maquinarias que empujen a los votantes puede complicar –en términos generales- más a la oposición que al oficialismo. En términos sociológicos y por su condición actual, el oficialismo es dador de mayores seguridades que el conglomerado opositor para suscitar adhesiones. Inclusive, tiene mayor capacidad para movilizar el voto en blanco (4.27%), que el de aquel “kirchnerismo ético” que castigó a Scioli y, sobre todo, ampliar la participación electoral que llegó al 74%.


La inexistencia de lealtades férreas, de relatos envolventes y de maquinarias que empujen a los votantes puede complicar –en términos generales- más a la oposición que al oficialismo.

El FPV venció en 20 de los 24 distritos que existen en Argentina y esa imagen es fuerte para aquellos que se preguntan cómo se puede gobernar un país sin mayoría en diputados, en senadores y sin algunos gobernadores de provincias importantes. La ingeniería parlamentarista es muy frágil para un país tan complejo en actores y en tradiciones políticas. El Ejecutivo es el imaginario más potente en nuestro país para pensar la densidad del poder y orientar la acción política.

El FPV está cerca de ganar en primera vuelta y de no ir al balotaje. Los resultados obtenidos por Massa han bloqueado –momentáneamente- un escenario de polarización. Por su parte, el macrismo desembarcó con una importante elección en la provincia de Buenos Aires (28.99%). La figura de Macri, el apoyo de algunos dirigentes peronistas y la adquisición en “comodato” de la estructura del radicalismo fue significativa. El massismo también sorteó el atolladero y siente que se encuentra en competencia (20.70%). Estos números, colocan a Massa en un lugar preferencial ante un balotaje.

III.

La resolución de las internas en la Provincia de Buenos Aires, en las diversas provincias y en los municipios ordena al peronismo en pos de la elección. Saben que pueden ganar y eso empujará a los actores involucrados a realizar todas las concesiones discursivas que la hora imponga. El poder es el poder y nadie quiere perderlo. El sciolismo dejará poco espacio para un moralismo de campaña imaginada por discursos épicos de las militancias juveniles. No habrá nada de los años 70 y de ese pasado que pueda ponerse en juego como reservorio moral; Scioli es puro presente –como el “siempre es hoy” de Cerati- y está lejos de cualquier revisionismo histórico. Nada del paso dramático del peronismo le pertenece. Su recreación del pasado es su padre, su empresa, su destacado paso por el deporte y su esfuerzo por recuperarse y gobernar. Lo otro es distractivo, polémico. Nada debe distorsionar aquello de lo que hay que hablar: el futuro de las vidas cotidianas. Scioli no se imagina ser el gran actor de un peronismo de multitudes, sino de un peronismo de habitación, de salón. Doméstico.


El sciolismo dejará poco espacio para un moralismo de campaña imaginada por discursos épicos de las militancias juveniles (…). No habrá nada de los años 70 y de ese pasado que pueda ponerse en juego como reservorio moral; Scioli es puro presente (…) y está lejos de cualquier revisionismo histórico. Nada del paso dramático del peronismo le pertenece.

El libreto oficialista ha dado buenos resultados, pero tendrá que ampliar su estrategia de persuasión entre ciudadanos y ciudadanas poco atentos al desarrollo de la política. Scioli sabe que hay algo de la estrategia macrista que es potente y trata de acercarse a ella y Macri entiende que en el guión oficialista hay núcleos para ampliar su adhesión. Es una elección donde los contrincantes de manera plástica buscarán en el otro algo que los pueda beneficiar. Existe algo del orden de lo especular que viene funcionando. La ausencia de crisis económica y de proyectos radicales como horizonte empuja a una mirada “endogámica y pornográfica” entre los candidatos.

El escenario está abierto. Hay novedades culturales que merecen ser destacas. No sólo el “plus de época” que expresa Scioli y los aportes de Rabolini, sino el lugar que ha tomado en la cultura política de los últimos tiempos el lugar de los asesores. Jaime Durán Barba ha salido victorioso frente a los espacios tradicionales, sobre todo porque ha logrado hacer del PRO una derecha moderna que tiene una importante representación ciudadana y popular. Un espacio que ha logrado subordinar y desplazar a un radicalismo en crisis, pero con ganas de mantener cuotas de poder territorial, y a un regeneracionismo moral –como el de Carrió- que poco resultado político trajo consigo. La estrategia del “purismo” tuvo un primer éxito y mucha legitimidad (radicales de la provincia de Buenos Aires preferían repartir la boleta de Macri, que la del propio Sanz).

Veremos si hacia octubre el plasticismo, más que el pragmatismo, reconfigura esta estrategia en pos de una mayor cohesión de la oposición. Hoy todos esperan para saber qué hará el consultor ecuatoriano, el nuevo rock star de este mundo político en constante movimiento.

* Sociólogo, investigador del CONICET y del IEALC, edegori@sociales.uba.ar © Copyright 2015 Inés, All rights Reserved. Written For: Cuadernos de Coyuntura - See more at: http://coyuntura.sociales.uba.ar/las-paso-y-el-kirchnerismo-revisado/#sthash.k4IMIYkF.dpuf

Mal negocio para la UCR: también quedó con pocos puestos en las listas

No sólo Ernesto Sanz perdió la interna del frente, sino que el partido quedó relegado en el reparto de puestos en la boleta de diputados

Sanz se mostró con Macri la misma noche de la derrota Crédito: Nicolas Stulberg

Los argumentos dados por los dirigentes de la UCR para justificar la alianza con el PRO quedaron destrozados este domingo: Ernesto Sanz no pudo despertar al "votante radical dormido" con el que esperaba ganarle a Mauricio Macri y el frente Cambiemos no terminó de lograr la tan ansiada polarización con el Frente para la Victoria.



Pero lo que tal vez más fastidie en las filas radicales es los pocos lugares que el partido consiguió en las listas de Diputados, un refugio clave del partido de las boinas blancas en épocas en que está fuera del Gobierno.



La estrategia fue distinta según el territorio: en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, la UCR unificó listas con el PRO y se quedó con apenas dos lugares de los primeros diez de la nómina. Un reparto apenas mejor lograron en Mendoza, donde se quedaron con el segundo y tercer puesto.



En la Ciudad de Buenos Aires, la estrategia fue otra. Los radicales apostaron a presentar una boleta propia de Diputados para enfrentar al macrismo e intentar arrebatarle algunos puestos en la lista final a través del sistema D`Hondt acordado para las primarias. Pero nada de eso ocurrió: la nómina que encabezaba Mariano Genovesi sacó apenas 7,52% al interior de la interna, frente al contundente 84,05% de la boleta que lidera Patricia Bullrich. La UCR quedó sin lugares en la Ciudad de Buenos Aires, Corrientes, San Juan y Formosa

Algo similar ocurrió en San Juan, donde la UCR y el PRO tampoco acordaron. Allí el macrismo se quedó con todos los lugares para competir por las tres bancas que se repartirán en la provincia en los comicios de octubre. La lista "Amarilla: el equipo del cambio" se impuso por 71,51% en la interna de Cambiemos a sus rivales de "Celeste renovación" y "Renovación y futuro" y los dejó con las manos vacías.



El escenario se repitió en Corrientes y Formosa, según publica el diario Ámbito Financiero. En ambos distritos, el radicalismo no pudo cerrar con el PRO y apostó a desafiarlo en las urnas para arañar algún puesto en las listas. El intento salió mal: en ninguno de los casos la UCR alcanzó el porcentaje mínimo de votos para quedarse con algún lugar.

El escenario se corona con un dato: por primera vez desde el regreso de la democracia, el partido de Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen no tendrá un solo representante en las fórmulas presidenciales. El magro 3,45% cosechado por Sanz fue el segundo peor resultado radical desde 1983, apenas superado por el 2,34% que tuvo Leopoldo Moreau en 2003 tras la debacle de 2001.

¿El consuelo? La promesa macrista de tener un buen número de puestos en un hipotético gabinete. Pero para eso primero será necesario imponerse al Frente para la Victoria.

El magro 3,45% de Sanz fue el segundo peor resultado de la UCR desde 1983
DyN

La Plata: El Frente para la Victoria superó a Cambiemos

De acuerdo a conteo definitivo de votos realizado en la ciudad de La Plata, el Frente para la Victoria superó a Cambiemos en la categoría intendente. Las cifras definitivas hablan de un triunfo del FpV por el 33.4 por ciento de los votos, frente al 32.33 de la suma de los tres candidatos de Cambiemos (Julio Garro, Sergio Panella y Claudio Pérez Irigoyen). De esa manera, Pablo Bruera (Fpv) sigue siendo el candidato más votado, superando en la interna a la camporista Florencia Saintout, y además en la general al resto de los postulantes de formaciones opositoras.

No obstante, la diferencia podría ampliarse algo más con el conteo de las últimas mesas, la mayoría de las mismas provenientes de zonas favorables al FpV.

El FPV ganó cómodo en La Matanza

Verónica Magario, la candidata con más votos en todo Buenos Aires.

La diputada nacional del Frente Para La Victoria obtuvo más de 230 mil votos. Consiguió más sufragios que Julián Domínguez, su precandidato a gobernador, en el municipio más populoso del conurbano.




Aníbal Fernández se consagró como el candidato a gobernador bonaerense del FpV, para las elecciones generales de octubre. Sin embargo en La Matanza perdió contra la fórmula de Julián Domínguez y Fernando Espinoza, ex intendente matancero. El dato llamativo es que Domínguez consiguió 204.616 votos en el municipio con más votantes de todo Buenos Aires, pero su candidata a la intendencia obtuvo 30 mil sufragios más.

Verónica Magario se convirtió con la precandidata a intendenta más votada en toda la Provincia de Buenos Aires, con un total de 233.383 votos, con más del 97% del padrón escrutado. Esto posiciona a la ex concejala como clara favorita para las elecciones de octubre, ya que le sacó más de 100 mil votos de distancia a Miguel Saredi (CAMBIEMOS). Además obtuvo 130 mil votos más que Heraldo Cayuqueo, el candidato de Aníbal Fernández en la interna kirchnerista.

Una buena performance de Magario en las elecciones generales podría garantizarle a Aníbal Fernández la victoria en la Provincia de Buenos Aires.

Pereyra arrasó en Florencio Varela


Tras una contundente elección en el municipio de Florencio Varela, el actual intendente, Julio Pereyra, pidió que el peronismo se encolumne detrás de la formula Scioli – Zaninni.





“Estamos muy contentos por Daniel, quien sacó casi el 54%o de los votos en Florencio Varela”, apuntó el alcalde. Asimismo, remarcó que fue una muy buena elección con mucha participación de la gente y la verdad que ha sido una jornada inmejorable. Estoy muy contento con los resultados”.

Pereyra fue uno de los pocos Barones del Conurbano que obtuvo un triunfo cómodo en el distrito. Con el 27.03% superó la interna del Frente Para la Victoria y se especula que obtendrá su séptimo mandato en los comicios de octubre.

Ante esto, Pereyra señaló que “en la interna nos fue muy bien y ahora nuestro frente llega a Octubre para consolidar este modelo provincial que conduce Daniel Scioli”.

Por otra parte, el mandatario municipal, se refirió a las internas del FpV a nivel provincial y dijo que “dentro del peronismo “el que gana conduce y el que pierde acompaña y estoy convencido que tanto Julián Domínguez y Fernando Espinoza harán campaña para Aníbal Fernández”.

Katopodis ganó y levantó la elección de Scioli en San Martín


Tras los resultados de las PASO, el Intendente festejó su victoria y señaló: “Este voto nos da una responsabilidad mayor para convocar a todos a seguir transformando la ciudad”.





El intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, celebró el contundente triunfo del Frente Para la Victoria en el distrito durante las PASO y al respecto afirmó: “Estamos muy contentos, el FPV ha sido la fuerza más votada en San Martín, con una diferencia muy importante sobre el segundo”.

Para resaltar el contexto del resultado en San Martín, cabe destacar que con el 93% de las mesas escrutadas, el FpV sacó 95 mil votos contra 55 mil de Cambiemos, con Ivoskus a la cabeza. En ese punto hay que hacer un alto ya que a nivel local, el candidato macrista le restó algunos votos a Macri, mientras que Katopodis le hizo ganar votos a Scioli, donde el FpV cosechó unos 45 puntos en el distrito.

“Queremos agradecer enormemente a nuestros vecinos por el respaldo y la confianza que hemos recibido”, resaltó el jefe comunal. Además, celebró la gran participación de los ciudadanos durante las elecciones, tanto en San Martín como en todo el país.

Por último, Katopodis instó a todo el Frente Para la Victoria a continuar trabajando de cara a lo que viene: “Este voto nos da una responsabilidad mayor para convocar a todos a seguir transformando la ciudad. En octubre decidimos si el país y San Martín siguen avanzando o vuelven para atrás”, cerró.

El azar, la voluntad y los aparatos

Por Martín Granovsky

En la provincia de Buenos Aires no hay ballottage. Por eso, salvo en el escenario improbable de que María Eugenia Vidal (29,4 por ciento) pulverice a Felipe Solá (19,5 por ciento) o viceversa, la consagración de Aníbal Fernández como el candidato del Frente para la Victoria, que sumó 40 por ciento, puede convertirlo en gobernador electo el 25 de octubre. Si ya sobrevivió a una acusación furibunda y a la interna peronista más cruda desde 1988, solo un fenómeno muy extraño parecería capaz de sacarlo de en medio. Al menos en los papeles le bastaría con una campaña tradicional y sin fisuras internas y con un buen desempeño de Daniel Scioli como locomotora de la boleta oficialista.

La candidatura del jefe de Gabinete encierra como pocas cosas en los últimos tiempos las múltiples caras de la política, esa maravilla donde hay lugar para lo probable pero nunca para lo seguro.

Fue, en principio, un acto de la voluntad. Ya que no medía lo suficiente como candidato a Presidente, Aníbal se bajó y se anotó entre los precandidatos a gobernador para llegar a un cargo que ambicionó siempre y que, calculó, esta vez podría no serle esquivo.

Haber llegado a la competencia de ayer tuvo una enorme cuota de azar. Si Florencio Randazzo hubiera aceptado ser el candidato del FpV en Buenos Aires cuando se bajó de la postulación a la presidencia después de la nominación de Carlos Zannini, adiós PASO para definir candidato a gobernador. Todos atrás de Randazzo y a buscar un lugarcito en alguna lista. Pero no sucedió.

La ventaja de 153 mil votos por sobre Julián Domínguez y Fernando Espinoza desafió una vez más el estereotipo de que en Buenos Aires solo gana quien controla el grueso del aparato. Fernández no lo tuvo con él. La alianza entre el ex ministro de Agricultura y el jefe territorial de La Matanza hizo que la mayor parte del poderoso PJ matancero trabajara para la fórmula Domínguez-Espinoza. En un principio también lo hicieron casi todos los intendentes del conurbano.

Al mismo tiempo el resultado desafió la idea de que la palabra “aparato” en política debe entenderse solo como una constelación de punteros, gente siempre igual a sí misma y con virtudes patrimoniales sobre el voto popular.

El jefe de Gabinete fue construyendo también su dispositivo. Lo hizo con materiales disímiles. Muchos análisis previos sobre el carácter definitorio de La Matanza no tuvieron en cuenta, por ejemplo, la presencia de la Unión Obrera de la Construcción, que llevaba un candidato de oposición, Heraldo Cayuqueo, contra la fernandista Verónica Magario. Tampoco consideraron que el diputado Carlos Gdansky, secretario de la Confederación General del Trabajo del mayor distrito peronista del país, fue uno de los apoyos de Fernández. En un estilo que se repitió en los distritos con jefes más hostiles la maquinaria de propaganda y fiscalización de Fernández-Sabbatella incluyó militantes desgajados del grueso del aparato, miembros de la CGT y la CTA, de Nuevo Encuentro y del Movimiento Evita. Función de ellos resultó evitar, el domingo, la parálisis de los fiscales propios ante una psicosis del fraude y la reacción ante los casos de robo y rotura de boletas. Antes, como recordó el domingo el director electoral Alejandro Tullio, las cosas se arreglaban si el fiscal cumplía con el consejo que le dieron a él mismo en 1983 en el alfonsinismo: “Pibe, vos cada cinco electores entrá, fijate si hay boletas y reponé”. Tal vez la introducción del pago por fiscalizar le quitó a la función su impronta militante y fue degradando la preparación de los fiscales.

De todos modos, ninguna matufia fue tan masiva y sistemática como para cambiar el resultado ni de las PASO generales ni de la interna a gobernador. En el conurbano, Domínguez-Espinoza solo consiguieron ganar en dos distritos, Matanza y Ezeiza. También les jugó en contra el trabajo de La Cámpora, que puso todo su esfuerzo en el triunfo de sus propios candidatos en Lanús y Moreno y ayudó a la derrota de Raúl Othacehé en Merlo y de Darío Giustozzi en Almirante Brown. Othacehé y Giustozzi habían apostado a Domínguez.

Aun sin el grueso del aparato a su favor, Fernández y Sabbatella aprovecharon su conocimiento del Gran Buenos Aires. Aníbal tiene el pulso del territorio después de una carrera política que abarcó el Senado provincial, la intendencia de Quilmes, el Ministerio de Trabajo de Buenos Aires, el Senado nacional y su participación como ministro de Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Pero Sabbatella es otro conocedor de la zona. La historia más contada de los últimos tiempos fue su papel como opositor a la fórmula del kirchnerismo en las elecciones de 2009, cuando el propio Néstor Kirchner perdió ante Francisco de Narváez. Tuvo menos peso en las narraciones el hecho de que Sabbatella, como fenómeno político en Morón, surgió por oposición a dos jefes distritales. Uno era el antiguo simpatizante de la Triple A Juan Carlos Rousselot. El otro, nada menos que el senador provincial Horacio Román, empresario de farmacias y droguerías, presidente de la bicameral de Seguridad y figura decisiva entre los altos oficiales de la Maldita Policía, como quedó bautizada la Bonaerense durante la jefatura del comisario Pedro Klodzyck.

Una tendencia de las últimas dos semanas antes del domingo es que, atentos a las encuestas de intención de voto, muchos de los jefes peronistas del conurbano fueron variando de posición. Pasaron de un apoyo sin fisuras a Domínguez-Espinoza a la equidistancia y en algunos casos apostaron a las dos puntas, siempre teniendo en cuenta, claro, que en la cabeza de boletas que llegaron al metro de largo estaba Scioli. El más transparente resultó Julio Pereyra, de Florencio Varela, que fue a los dos actos de cierre, el de Domínguez y el de Fernández, y encima revalidó su mandato en el distrito contra tres fórmulas. Otros simbolizaron su posición giratoria desde Domínguez hacia Fernández mediante el reparto de boletas de una y otra fórmula. De paso: ¿no habrá que revisar de una vez por todas la verdad aparente según la cual siempre los votantes entran al cuarto oscuro con la boleta que recibieron en la calle o debajo de su puerta?

Es imposible calcular cuánto pudo desgastar a la fórmula Fernández-Sabbatella el ataque feroz que quiso convertir al jefe de Gabinete en un victimario tal como ya había sucedido con el Gobierno entero tras la muerte del fiscal Alberto Nisman en enero último. Lo cierto es que, a la vista de los números finales, si ejerció alguna influencia no fue letal, y hasta habría que ver si la sobreactuación posterior al programa de Canal 13 no pudo haber reforzado votos para Fernández.

Pero hay un elemento aún más interesante que medir el valor de las bombas de último momento sobre las PASO. A raíz de la posición de Fernández-Sabbatella favorable a combatir el narcotráfico sin hacer base en la criminalización del consumo, el tema se convirtió en un asunto de campaña. Polemizaron con él Felipe Solá desde el Frente Renovador y los propios Domínguez y Espinoza desde el Frente para la Victoria. Si en un punto tan complejo triunfó la candidatura con un enfoque no punitivista, también podría haber un indicador de que los candidatos no deberían seguir automáticamente como carta victoriosa al que, suponen, es el pensamiento dominante.

Malos resultados para los exmassistas que volvieron al FPV

Fueron casi todas derrotas para los intendentes que abandonaron a Massa. Giustozzi, Otacehé y Guzmán, los más perjudicados. Los resultados.



Zúccaro ganó con lo justo. En cambio Giustozzi y Guzmán perdieron sin atenuantes. | Foto: Dyn

Volver no aseguraba el triunfo. Lo sabían pero igualmente se arriesgaron. Y a casi todos les fue muy mal. Los intendentes del Frente Renovador que abandonaron a Sergio Massa para volver al kirchnerismo no obtuvieron los resultados esperados y en su mayoría perdieron la interna del Frente Para la Victoria (FPV).

Darío Giustozzi. Fue el primer candidato a gobernador de Sergio Massa. Sin embargo pegó el portazo y descalificó a su anterior aliado a menos de 24 horas de haber cambiado de bando. En la interna de Almirante Brown enfrentó a Mariano Cascallares, jefe del bloque de concejales del distrito. Cayó 61 a 38.

Sandro Guzmán. En Escobar, el intendente decidió volver al kirchnerismo y se batió en la interna electoral frente a Ariel Sujarchuk, que plasmó una alianza con Jorge "Acero" Cali. Aunque desistió poco antes de comenzar la contienda.

Raúl Othacehé. En Merlo, el intendente que gobierno el distrito desde 1991 perdió frente a Gustavo Menéndez que se había ido del massismo tras su llegada y, cuando Othacehé volvió a las filas K, decidió enfrentarlo en interna. Fue el batacazo de la jornada. ¿El resultado final? 56 a 47.

Gabriel Katopodis. En San Martín el exmassista volvió a las filas K y enfrentó a Hernán Letcher y Alejandro Phatourus. Podrá jugar en octubre en nombre de Daniel Scioli.

Húmberto Zúccaro. El intendente de Pilar fue uno de los últimos en volver al kirchnerismo con la intención de no tener interna frente a José Molina. En una campaña cargada de hechos violentos, todo parecía indicar que se le escapaba el triunfo, aunque al final de la contienda, logró dar vuelta el resultado y ganó por 152 votos.

Tras ganar en la PASO, Aníbal Fernández recibió a Domínguez y a Espinoza



Aníbal Fernández y Martín Sabbatella recibieron a Julián Domínguez y Fernando Espinoza luego de las elecciones 2015. "Vinimos a ponernos a disposición", aseguró el binomio perdedor de las primarias
Tras imponerse en la interna del Frente para la Victoria por cinco puntos, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández se reunió con sus rivales en la PASO Julián Domínguez y Fernando Espinoza.


Los ex postulantes expresaron su "gratitud" a quienes los votaron y se comprometieron a "trabajar" por el triunfo del oficialismo "nacional y provincial" en las elecciones de octubre.


"Como peronistas vinimos a ponernos a disposición de la fórmula Scioli-Carlos Zannini para presidente y de Aníbal Fernández a la gobernación, y a saludarlo como corresponde", señaló Domínguez.


Voceros del oficialismo señalaron que el encuentro entre ambos binomios se prolongó por media hora y que el objetivo fue "recuperar la relación política y personal que siempre fue muy buena", pese a los encontronazos previos a las primarias.

En Mar del Plata se impone el candidato de Macri, un ultraderechista vinculado a Seineldin y grupos antisemitas

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Carlos Fernando Arroyo obtuvo este domingo el mayor caudal de votos de toda su historia, lo que el permitió superar a Vilma Baragiola en la interna de Cambiemos y constituirse en el principal rival que tendrá Gustavo Pulti en las elecciones generales de octubre

Arroyo, cerca de cumplir los 70 años, es el dirigente político marplatense que más veces participó en elecciones desde el regreso de la democracia.

Inició su carrera como candidato en 1983, con 37 años, cuando se postuló por un partido denominado Alianza Federal, con el que consiguió apenas 1.411 votos, quedando ubicado en el 14º lugar, muy lejos de quien entonces fue elegido intendente, el radical Angel Roig.

Desde aquel momento ya participó de 13 campañas, postulándose para la intendencia en ocho ocasiones y para ser concejal en otras cinco.

Sólo no fue candidato en las elecciones de 1989, 1991, 1993 -año durante el cual se desempeñaba como director de Transporte y Tránsito de la gestión de Mario Russak- y 1997.

En los 13 procesos electorales en los que decidió dar pelea, siempre su nombre estuvo como cabeza de lista, ya sea postulándose como intendente o como primer concejal.

No obstante, durante mucho tiempo el electorado le fue esquivo. De hecho podría decirse que su primera gran victoria la protagonizó ayer, al superar a Baragiola en las internas de Cambiemos.

Desde sus comienzos hasta el año 2009 Arroyo siempre obtuvo un caudal de votos menor. Recién logró superar la barrera de los dos dígitos ese año, cuando al obtener el 11,23%, accedió por primera vez a un cargo público por la voluntad popular, convirtiéndose en concejal.

En nueve fuerzas políticas distintas

Durante más 30 años dedicados a competir en diferentes elecciones, Arroyo se postuló por 9 fuerzas políticas diferentes. Por la que más veces lo hizo fue por el Partido Popular de la Reconstrucción, cuya figura central es el ex militar carapintada vinculado a grupos nazis locales, Gustavo Breide Obeid.

En otras ocasiones, las listas que lo tuvieron como candidato tuvieron denominaciones siempre impregnadas de un carácter castrense como Alianza Patriótica, Partido Federal o Agrupación Atlántica.

Las cifras históricas muestran con claridad que Arroyo se convirtió en una figura competitiva dentro del escenario político local a partir de 2009. Ese año su figura inició un proceso de lento crecimiento, unida a Eduardo Duhalde.

Su peso electoral fue creciendo mientras desde el Concejo Deliberante consolidó su papel como opositor y a medida que fue haciendo menos explícita su adhesión a un discurso nacionalista y católico.

Mientras creció en la consideración del electorado, Arroyo fue dejando atrás su pasado ligado con Breide Obeid o Mohamed Alí Seineldín. Después de haber sido su candidato a concejal en 2007, también tomó prudente distancia del ex comisario de la Bonaerense, Luis Abelardo Patti, condenado por torturas y genocidio.

En el proceso electoral actualmente en marcha, Arroyo encontró en Cambiemos -la alianza entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica- un espacio para mantener su vigencia, renovar su impronta y dar un salto que, tras el resultado electoral de ayer, lo ubicó en el centro del escenario político local. No sólo es desde este domingo la figura central de la oposición. También podría ser, si los votantes así lo deciden, el nuevo oficialismo de Mar del Plata y Batán.

Scioli resaltó su triunfo ante Macri por más de 14 puntos y la victoria en 20 provincias

El candidato a presidente de la Nación por el FpV, Daniel Scioli, aseguró hoy que la elección ha sido “un voto con esperanza, con expectativa de que las cosas en este camino vayan mejor”, al brindar una conferencia de prensa junto a su compañero de fórmula, Carlos Zannini, donde también se refirió a la diferencia que obtuvo su partido en relación a las demás fuerzas.



“Digan lo que digan hay más de 12 puntos, y esta mañana con datos del escrutinio prácticamente finalizado, hay más de 14 puntos, más de tres millones cien mil votos (de diferencia) con el adversario político que quedó en el segundo lugar, en el caso de (Mauricio) Macri y también de quien ganó la interna de UNA, más de cinco millones de votos”, detalló.

Asimismo, destacó que “20 provincias de las 24 nos han dado su respaldo, su confianza para seguir llevando a la Argentina al próximo capítulo, como a mí me gusta llamarlo, de este proyecto que es el desarrollo argentino”.

Scioli subrayó que “confiamos en la gente, en lo que estamos haciendo y en que el pueblo argentino no quiere una marcha atrás, no quiere el ajuste, no quiere el endeudamiento, los recortes, no quiere que las variables de nuestra economía sean precisamente recurrir a las viejas recetas del pasado y quiere sobre estos logros seguir avanzando, seguir adelante. Lo mejor está por venir en este camino”.

En esa línea, sostuvo que se trató de un “voto con esperanza, con expectativa de que las cosas en este camino vayan mejor, avanzar en la segunda etapa de un proyecto político que ha puesto a la educación como un pilar fundamental y ahora es tiempo de la calidad educativa”.

FpV 37%, Cambiemos 30% y UNA 20% por la Presidencia, con el 73% de las mesas escrutadas

Con cerca de un 73% de las mesas escrutadas de las mesas escrutadas, en la mañana del lunes Scioli sigue liderando. La alianza Cambiemos está a casi seis puntos con un 30%.



En un recuento que viene lento a nivel nacional, recién con poco más del 70% de las mesas escrutadas, el Frente para la Victoria sigue liderando pero lejos de los 12 puntos que vaticinó Scioli ayer por la madrugada.

Primerea con un 37% de los votos, por delante del Frente Cambiemos que ostenta un 30%. Tercera aparece la fuerza UNA de Sergio Massa con un 20% de los votos. Cuarta Stolbizer con 3,5% y quinta la IZquierda con 3,3%.

Durante su diálogo con la prensa, el ministro Alak explicó que el escrutinio será más lento de lo previsto y anticipó que los datos que llegan, además de ser parciales, no tienen armonía demográfica, de manera que algunas regiones llegarán masivamente antes que otras.

Con un patético 4%, Sanz buscó destacar la performance de Macri

La UCR montó un búnker en un hotel céntrico que sólo fue utilizado para que el precandidato a vicepresidente, Lucas Llach, hiciera una declaración. Ernesto Sanz decidió no mostrarse allí e ir a Costa Salguero


La Unión Cívica Radical no tendrá candidato propio a presidente en las elecciones generales de octubre. Previsiblemente, la fórmula integrada por Ernesto Sanz y Lucas Llach obtuvo un muy magro resultado en la interna del frente Cambiemos y quedó muy lejos de la meta del 10% que muchos repetían al ser consultados sobre qué sería para el radicalismo una buena elección.


Inexplicablemente, los radicales montaron un búnker propio en el cuarto piso del hotel NH City, a metros de la Plaza de Mayo, que sólo fue utilizado para que Llach hiciera, a poco de cerrado el comicio, una breve declaración exigiendo una modernización del sistema electoral para que garantice comicios "limpios y eficaces". El compañero de fórmula de Sanz dijo que "el radicalismo va a salir muy fortalecido de esta elección" y que "hoy nació en las urnas la alternativa de poder que la mayoría de los argentinos demanda: se llama Cambiemos y esperamos que de ella salga en octubre el próximo presidente".


Sin embargo, prácticamente no hubo allí dirigentes que explicaran por qué el radicalismo saldría fortalecido con un resultado tan magro, más allá del argumento de la buena elección del frente Cambiemos.


En rigor, no hubo en el búnker radical mucho más que eso: la declaración de Llach. Nadie más hizo declaraciones a los medios, y pocos precandidatos y dirigentes de peso se mostraron en el cuarto piso: Karina Banfi, Mariano Genovesi -quien no alcanzó el 15% en Capital, por lo que no integrará la lista de diputados del frente-, Lilia Puig de Stubrin, Facundo Suárez Lastra y Jesús Rodríguez se dejaron ver, mientras que otros decidieron pasar directamente por el sexto piso, donde Sanz estuvo apostado con su familia luego de que llegara de Mendoza en un vuelo de Aerolíneas Argentinas.


Mientras el catering se acumulaba en las mesas, las miradas de todos estaban puestas sobre los monitores que sintonizaban las diferentes cadenas de noticias. Agustín Campero, vocero de la campaña, se mostró frente a las cámaras, pero no en el NH sino en Costa Salguero, junto a Horacio Rodríguez Larreta, donde dijo que "la gran noticia es que se está consolidando un cambio".



La lentitud en el recuento de votos les jugó una mala pasada. Estaba previsto que Banfi, candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires, y Sanz hablaran a los medios, pero cerca de las 10 de la noche, cuando los datos oficiales seguían sin aparecer, el mendocino decidió abandonar el hotel para dirigirse a la sede de Costa Salguero, donde finalmente se mostró junto a sus socios de Cambiemos. Allí, dijo que el frente le devolvió el equilibrio al sistema democrático y que en octubre le devolverá la alternancia.


La decisión de ir al búnker de Cambiemos dejó a los periodistas apostados en el hotel sin mucho más para hacer, luego de cuatro horas de espera. Pasado el comicio, los radicales prometieron que harán campaña por Macri. Además, deberán explicar -a propios y extraños- cómo fue que el radicalismo salió fortalecido de una elección en la que apenas alcanzó el 4%.

Perotti le gana a Reutemann y a Binner en Santa Fé


Por ahora, el Frente para la Victoria y Cambiemos se quedan con las bancas.




Santa Fe tiene tres bancas en juego para senadores nacionales. El diputado nacional Omar Perotti del Frente para la Victoria se impone en la provincia con el 34% de los votos, por lo que se quedaría con dos escaños; seguido por Carlos Reutemann, del Frente Cambiemos, con el 28,39%, que se alzaría con la última banca disponible.

En tercer lugar en los comicios, contra todos los pronósticos, quedaría en manos de Eduardo Romagnoli, candidato de la Alianza Unidos por una Nueva Alternativa (UNA), con el 18,65%.

Con estos resultados, el ex gobernador y candidato socialista Hermes Binner, quedaría en cuarto lugar, con el 12,64%.

Consultado por la prensa, Reutemann, afirmó que la de este domingo "es una elección preliminar, en octubre se van a ver realmente los garbanzos" y evocó sus tiempos de corredor de Fórmula Uno y afirmó: "me quedé sin combustible otra vez...salí segundo".

En declaraciones a la prensa en el local partidario del PRO en Rosario, acompañado por la candidata a senadora nacional Alejandra Vucasovich, "Lole" dijo que "siempre el justicialismo tiene un 30 o 35 por ciento en esta provincia, no me sorprende lo de Omar Perotti", en referencia al candidato a senador que se imponía -relegándolo al segundo lugar- en la carrera a la Cámara alta.

"No puedo decir nada porque tengo que esperar los resultados y se van a conocer recién mañana a la mañana. Siempre estuve despierto hasta el final, como a las 8 de la mañana, nunca pude disfrutar una elección", continuó.

Scioli: "le sacamos más de 12 puntos a Macri y más de 20 a Massa"

"Vamos a poner todo nuestro empeño para convencer a los que no nos votaron"

El candidato a presidente del Frente para la Victoria celebró la ventaja sobre el frente Cambiemos que le otorgaron los datos oficiales.





El gobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato a Presidente del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, expresó: "Estamos 12 puntos arriba de Mauricio Macri y 20 arriba de Sergio Massa", al cierre de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) desde el bunker de campaña situado en el Luna Park.

Al iniciar sus palabras, el mandatario provincial remarcó: "Quiero agradecer a Néstor. Esta victoria es para vos por tu lucha y por la confianza que me diste en su momento para tener las más altas responsabilidades dentro de este proyecto. Y en especial, quiero agradecer a nuestra querida compañera Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, que ha generado las condiciones políticas, económicas y sociales para el corazón de nuestro proyecto que son ustedes: la militancia y los trabajadores".


Tomemos este triunfo con mucha humildad

Además, pidió disculpas por la demora al señalar: "Disculpen que nos demoramos, pero siempre nos moviliza un gran sentido de la prudencia. Pero ahora, al tener la certeza, estando 12 puntos arriba de Mauricio Macri y 20 de Sergio Massa, es el momento en que queremos junto a Carlos Zannini agradecer por esta jornada democrática ejemplar".





"Quiero agradecer a quienes nos votaron y decirles a quienes no que vamos a poner todo nuestro empeño para convencer a todas esas voluntades para que estén seguros en octubre de que éste es el camino para llegar al progreso", agregó el candidato.

En tanto, Scioli aseguró: "La victoria es la inclusión", y destacó la figura de la mujer en el futuro del país. "Cuando se ataca a la mujer se ataca al corazón de la sociedad", subrayó.

"Yo quiero agradecer a la gente que a pesar de que han querido sembrar bronca, hoy el pueblo argentino ha demostrado que fue a votar a favor de estos sólidos cimientos y de seguir construyendo", sostuvo Scioli.

Además, el gobernador indicó: "Tomemos este triunfo con mucha humildad. Con mucha responsabilidad. Con mucha amplitud. Tendiendo una mano. Tenemos que tener capacidad de autocrítica. Es tanto lo que se ha hecho en la Argentina, pero a veces es difícil satisfacer a todos. Pero el país está preparado para que de ahora en más hagamos un extraordinario trabajo. Allí voy a poner todo el esfuerzo".

"Ahora hay que seguir avanzando hasta la gran victoria del mes de octubre", concluyó Scioli.

PASO: Lo que se juega hoy

La competencia por el territorio

Con el foco puesto en Buenos Aires, donde se dirime la interna del FpV entre Fernández y Domínguez, se definen postulantes al Ejecutivo local en Chubut, Catamarca, Entre Ríos, San Juan y San Luis.


Buenos Aires, Chubut, Catamarca, Entre Ríos, San Juan, y San Luis son las seis provincias que hoy elegirán, además de los candidatos a presidente, vice y legisladores nacionales, a quienes competirán por la gobernación el 25 de octubre, en paralelo a las elecciones generales. La importancia de estas primarias no es menor: el arrastre hacia arriba y hacia abajo de las boletas locales puede terminar influyendo en el resultado de la presidencial.

Particularmente, los ojos estarán puestos en lo que suceda en territorio bonaerense. En esa provincia, donde votan 37 de cada 100 argentinos, se talla una de las disputas más interesantes del día, entre los dos precandidatos del Frente para la Victoria, Julián Domínguez y Aníbal Fernández, la de Cambiemos, María Eugenia Vidal, y el de UNA, Felipe Solá. Ese resultado impactará de forma directa y decisiva en las expectativas de los principales aspirantes a llegar a la Casa Rosada.

En Buenos Aires, son 11.867.979 los electores habilitados para elegir entre diez alianzas partidarias que postulan 13 fórmulas a gobernador y vice. El peronismo tendrá la interna más atractiva, entre las fórmulas Domínguez-Espinoza y Fernández-Sabbatella, luego de una campaña que subió de temperatura en los últimos días, entre denuncias y acusaciones cruzadas, sin que la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ni el gobernador y candidato presidencial, Daniel Scioli, pudieran ordenar la situación.

Además de la definición entre el titular de la Cámara de Diputados y el jefe de Gabinete, habrá que prestar atención a lo que suceda con las fórmulas de Cambiemos y de UNA. El conglomerado de radicales, PRO y lilitos lleva una fórmula encabezada por Vidal, vicejefa de Gobierno porteño junto al dirigente radical Daniel Salvador, y disputará el grueso del voto opositor con el ex gobernador Solá, acompañado por el sociólogo Daniel Arroyo.

El frente Progresistas buscará hacerse fuerte de la mano de la precandidata presidencial Margarita Stolbizer, con dos fórmulas que compiten por la candidatura a gobernador: de un lado, el senador nacional Jaime Linares junto al dirigente radical Juan Carlos Pugliese (h); por el otro lado, Jorge Ceballos y María Victoria Vuoto. El Frente Popular de Víctor De Gennaro propone al referente de la CTA bonaerense, Adolfo “Fito” Aguirre y a la docente quilmeña Lidia Braceras; mientras que Alianza Compromiso Federal, de los hermanos Rodríguez Saá, inscribió a Eduardo D’Onofrio, actual ministro de Gobierno, Justicia y Culto de la provincia de San Luis, como postulante a la gobernación.

En el Frente de Izquierda también competirán dos listas. El PTS lleva a Christian Castillo como gobernador y como vice a Javier Hermosilla, delegado de Kraft Terrabusi; el Partido Obrero y la Izquierda Socialista van Néstor Pitrola como gobernador y el ferroviario Rubén Sobrero como precandidato a vice. Nueva Izquierda postula la fórmula Vilma Ripoll y Ricardo Giménez para gobernador y vice; Nuevo MAS a Héctor Heberling y Máximo Cisneros y el partido Patria Grande a Manuel Bertoldi y Marina Santandino.

En Catamarca, la actual gobernadora Lucía Corpacci (FpV) busca su reelección junto a Octavio Gutiérrez; y tendrá como principal rival al ex mandatario Eduardo Brizuela del Moral, que en el Frente Cívico y Social agrupa el apoyo de radicales, macristas y massistas, acompañado por Miryan Juárez. Además, el barrionuevista Frente Tercera Posición propone la fórmula Marcelo Rivera-Zuly Díaz; GEN a Julián Quintar y Beatriz Monllau; el Movimiento Socialista de los Trabajadores a Daniel Blanes y Ramón Morra y el Partido Obrero a Ariel López junto a Estela Moreno.

En Entre Ríos, el FpV quiere retener la gobernación con una fórmula integrada por el intendente de Concordia, Gustavo Bordet, y el ministro de Gobierno, Adán Bahl. Enfrente tendrá al frente Cambiemos con el ruralista Alfredo De Angeli y Lucio Godoy; al Partido Socialista con Lisandro Viale y Marina Simón; Nueva Izquierda con Gabriel Geist-Silvia Albarenga; y UNA con Adrián Fuertes-Jorge Busti.

En San Juan, son ocho las fórmulas que disputarán. En el Frente para la Victoria habrá una interna entre el vicegobernador Sergio Uñac (junto a Marcelo Lima) y el senador Ruperto Godoy, que comparte fórmula con Marita Benavente. El macrismo propone el binomio Martín Turcumán-Gustavo Costamagna; el izquierdista Frente Progresista Popular tiene dos opciones, Benjamin Kuchen-Conrado Suárez Jofré y Alberto Agüero-Edith Liquitay; el Frente Compromiso con San Juan lleva a Roberto Basualdo-Enrique Conti; Cruzada Renovadora a Alfredo Avelín Nollens-Carlos Navas y Nueva Izquierda va con Mary Garrido-Sergio Campos.

En San Luis, la única de las seis que van a las urnas hoy donde no gobierna el Frente para la Victoria, cuatro fuerzas políticas intentarán alcanzar la gobernación. El favorito es Compromiso Federal, que lleva al ex gobernador Alberto Rodríguez Saá junto a Carlos Ponce, buscando continuar una dinastía ininterrumpida desde 1983. El frente Cambiemos lleva a José Luis Riccardo y Carlos Belletini; el Frente para la Victoria presenta a Daniel González Espíndola y Sergio Guardia; y el Frente Progresista va con Germán “Chango” Arias y Roxana Lobos.

Además de esas seis provincias, el 25 de octubre elegirán gobernador sin la realización de primarias Jujuy, Formosa, Santa Cruz y Misiones; y La Pampa que ya realizó internas. En tanto, la provincia de Chaco elegirá gobernador el 20 de septiembre. Tucumán hará lo propio el 23 de agosto. Este año ya eligieron autoridades Tierra del Fuego, Salta, Santa Fe, Mendoza, Neuquén, Córdoba, Río Negro, La Rioja y la Ciudad de Buenos Aires.

La Matanza: la capital del peronismo

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La Matanza es uno de los 135 partidos de la provincia argentina de Buenos Aires. Forma parte del aglomerado urbano conocido como Gran Buenos Aires, siendo el partido más extenso del Conurbano bonaerense y el más poblado de toda la provincia. Su cabecera es la ciudad de San Justo.



“Los barrios”
La cartografía del partido de La Matanza es el resultado de los distintos modelos de ciudad que se fueron imponiendo a lo largo de la historia. A comienzos del siglo XX, La Matanza había abandonado parte de su fisonomía rural y el ferrocarril ya la recorría de punta a punta. Para ese entonces, el distrito había forjado su mapa de localidades, pero la historia de sus barrios recién comenzaba.
En las primeras cuatro décadas del siglo, los pequeños caseríos levantados en torno a las estaciones del tren se fueron transformando en partes de una ciudad que ya se perfilaba como industrial y populosa. Luego, los distintos gobiernos nacionales fueron dejando su impronta sobre el territorio matancero. El peronismo y su barrio obrero modelo en Ciudad Evita; las dictaduras y la creación de focos de hacinamiento en Núcleos Habitacionales Transitorios, y el modelo actual, marcado por el intento de urbanizar las villas e integrarlas al tejido urbano. Un recorrido por las transformaciones de los barrios que fueron cambiando la vida de los matanceros.

La Matanza encierra en su inmenso territorio grandes enclaves de poblaciones con los más diversos orígenes culturales. En este municipio la mayor colectividad boliviana del país convive con una fuerte herencia de las migraciones italianas y con quienes llegaron desde el noreste argentino; en este distrito el rock convive con la cumbia y con el rap; el obrero industrial, con el comerciante y con el trabajador rural, las casillas de Villa Las Antenas con el chalet de Ciudad Evita y las quintas de Ramos Mejía.
El encuentro de todos estos elementos y muchos más provoca tensiones y acuerdos en el territorio de La Matanza, negociaciones culturales. Miradas sobre cómo los matanceros se ven a sí mismos, sobre cómo y junto a quiénes construyen sus espacios de identidad, sobre qué pasa en las escuelas públicas, en la universidad y en los barrios cuando convergen las distintas tradiciones culturales que animan la vida de La Matanza.

La Matanza llegó a ser, a mediados del siglo XX, la gran capital industrial, no sólo del conurbano o de toda la provincia de Buenos Aires, sino de la Argentina entera. Ubicado estratégicamente en la periferia de la Capital Federal, el territorio matancero se ofreció durante los gobiernos peronista y desarrollista como un espacio ideal para el desarrollo de fábricas ligadas a la construcción, la metalmecánica, la indumentaria y la alimentación. Sin embargo, las políticas de desindustrialización de las décadas del 70 y del 90 le quitarían todo el esplendor a este municipio de trabajadores.
Desde los estudios económicos, desde la visión empresaria y desde el punto de vista de los sectores obreros, este episodio de la serie transita una historia que comienza en el momento en que La Matanza deja de ser un polo productivo rural, se detiene en las épocas de mayor impulso fabril municipio, analiza los años de depresión, para finalmente recalar en las posibilidades que las recientes políticas de reindustrialización le brindaron a los obreros para que recuperaran las fábricas y apostaran al futuro del distrito.



“El poder de los votos”
El partido bonaerense de La Matanza tiene un peso electoral ineludible: es el octavo distrito a nivel nacional en cantidad de electores, superando en cantidad de votos a diecinueve provincias argentinas y a todas las ciudades del país, exceptuando a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Rosario.
Su fuerte impronta peronista, el peso de la militancia, el surgimiento de líderes de proyección nacional y su lugar central en las estrategias proselitistas son algunos de los temas que circulan bajo la mirada de dirigentes de variada extracción partidaria, politólogos e historiadores. Por qué el territorio matancero es un bien electoral codiciado, pero también por qué hoy, luego del desinterés y la desconfianza hacia la política en los años 90, La Matanza es para muchos jóvenes comprometidos el lugar ideal para demostrar que la militancia es la mejor herramienta de transformación de la realidad.

En Laferrère, corazón del distrito, se da una disputa entre sindicatos que apoyan Aníbal para la campaña y el aparato del PJ local, una máquina perfecta de ganar elecciones; la interna Domínguez-Aníbal, en el centro de la pelea


Con paso eléctrico y desordenado, como si fueran hormigas, caminan con una pila de papeletas azules bajo el brazo. En grupos de a cuatro, dos por vereda, tocan timbre en las casas, entran en los comercios, encaran a cada persona con la que se cruzan. Partieron de la esquina de Piedrabuena y Marcos Paz, a 5 cuadras de la estación de Laferrère, y se pierden en el interior de los barrios , donde casas bajas se resguardan detrás de rejas mal terminadas y alambrados vencidos.

-¿Sabe quién es el candidato a intendente de Aníbal Fernández?-. Campera deportiva y gorra con visera, Andrés Escalante es el cabecilla del grupo. Con buenos modales interroga a una quiosquera, que hace una mueca con los labios y niega con la cabeza. -El candidato se llama Heraldo Cayuqueo, es el jefe de la Uocra de acá, de La Matanza- agrega él, antes de entregarle una boleta, agradecer con una rápida inclinación del cuerpo y seguir su ruta. No hay tiempo para distracciones. Cada minuto cuenta.

Como el resto del grupo, Escalante no tiene experiencia en las tareas de "rastrillaje", es decir la distribución de la boleta puerta a puerta. Con 34 años y 6 hijos, estaba desocupado hasta hace dos meses, cuando recibió una oferta para participar, en el último tramo de la campaña. Lo aceptó como un trabajo temporal.


En La Matanza se juega una batalla donde el Estado municipal y las cooperativas del programa Argentina Trabaja se ponen a disposición del aparato del PJ local, una máquina perfecta de ganar elecciones. Es una pelea en la que paredones y postes de luz son territorios en disputa, y las boletas, municiones de una guerra sin cuartel por el control de los votos. Es una lucha con dialecto propio, en el que términos como "etiquetado", "panal de abejas" y "blanqueado" se resignifican en clave de campaña. Es un enfrentamiento descarnado para adueñarse de la capital del peronismo.

Con casi 1.800.000 habitantes y una superficie de 325 kilómetros cuadrados, La Matanza es, en términos electorales, la octava "provincia" del país: tiene 889.901 votantes. Más de un tercio de ellos vive en Laferrere, la localidad más postergada del distrito. Así como La Matanza es la capital del peronismo,  San Justo es la capital del distrito y Laferrere es el corazón de La Matanza.

En sus calles se entrecruzan las dos peleas que capturan la atención del PJ bonaerense y desvelan a la Casa Rosada: la disputa entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez por ver quién será el candidato a gobernador por el Frente para la Victoria (FPV), y la primaria entre Cayuqueo y Verónica Magario, para definir el candidato a intendente. Las dos contiendas se unifican en un solo nombre: Fernando Espinoza, jefe comunal desde 2005 y compañero de fórmula de Domínguez.

"Fernando", como lo llaman en las pintadas que cubren la gran mayoría de los paredones de La Matanza, es también el conductor del PJ local. Con cuadros muy capacitados y una estructura que replica el formato militar, es una máquina aceitada que no conoce la derrota en las urnas. Ese cuerpo, que volverá a ponerse a prueba pasado mañana, está en plena ebullición y sus secretos quedan a la vista.

Los fiscales son enviados a la escuela donde están empadronados y tienen que ubicarse primeros en la fila de votantes para que, ante la eventual ausencia del presidente de mesa, puedan ser designados como reemplazantes. Qué mejor que tener un presidente de mesa propio.

Este domingo el PJ de Espinoza va a desplegar a 5800 fiscales para cubrir las 2931 mesas del distrito, repartidas en 317 escuelas. Además de un fiscal por mesa, dispone de un encargado y de tres fiscales generales por escuela. Junto con tres juegos de certificados de escrutinio, cada fiscal de mesa estará provisto de su credencial identificatoria y de un "panal de abejas". Así le llaman a una planilla que lleva impresos tantos números como votantes habilitados y que sirve para llevar un control en forma sencilla de los electores que van votando.

El operativo se define desde el comando central de campaña, que tiene a su cargo los diferentes subcomandos, como en el Ejército. Sólo en Laferrere hay siete subcomandos. Cada uno coordina las tareas de fiscalización, movilización, propaganda y organización.

La zona de la estación es un territorio clave en las horas finales de la campaña. Sede de un área comercial alborotada, con negocios que ofrecen su mercadería en las veredas, por ahí transita a diario buena parte de los trabajadores de Laferrère. En una plazoleta de cemento, Espinoza colocó dos gazebos azules, donde se reparte la boleta y un CD con los spot de campaña. Además del tren, las combis y los colectivos, de ahí salen "Los Pioneros", una flota de autos viejos, en su mayoría Ford Falcon, que funcionan como remises comunitarios para acercar a los vecinos a los barrios alejados.

Uno de ellos es "El 26", llamado así por su cercanía a ese kilómetro de la ruta 3. Escalante,  uno de los encargados de la campaña de Cayuqueo convoca a sus compañeros en una casa de la calle Zinny. El jardín delantero está repleto de chatarra y tiene un establo improvisado con tablones, en el que asoma un caballo. El hall de entrada de la vivienda, sólo iluminado por la luz que entra por la puerta, está ocupado casi por completo por montañas de boletas de Aníbal y Cayuqueo. "Él nos ayudó mucho -dice Escalante sobre el jefe de la Uocra local-. Nos dio trabajo y nosotros estamos apoyándolo a él."

Escalante cuenta que son un grupo de 30 personas y del barrio "El 26" salen para terminar las tareas de rastrillaje.
-¡Dos sí y un no!- dicta a los gritos Cristina Zárate, mientras surca a toda velocidad la calle Alagón, del barrio El Porvenir. La siguen dos chicas que anotan todo en una planilla. Cooperativista del programa Argentina Trabaja, casada, con cuatro hijos, Cristina tiene 25 personas a cargo y es la jefa del rastrillaje en 54 manzanas. A metros del arroyo Dupuy, es zona de calles de tierra, regadas de cascotes y zanjas a la vista.

Es el tercero y último rastrillaje que se practica en el barrio. Además del reparto de la boleta se hace el "etiquetado". Así se le dice a la distribución de un papel del tamaño de una tarjeta donde figura el nombre del votante, la dirección y el nombre de la escuela donde vota. La idea es facilitarle todo al vecino: que sólo tenga que ir y poner la boleta que se le entrega en mano.

-Buen día, cielo. Te molesto un segundo nada más- Cristina encara a una vecina que sale de su casa y le suelta las tres preguntas que figuran en la planilla: ¿Sabe que Daniel Scioli es nuestro candidato a presidente? ¿Sabe que Julián Domínguez y Fernando Espinoza son nuestra fórmula para la provincia? ¿Sabe que nuestra candidata a intendente es mujer y es Verónica Magario? -Es una señora linda, rubia- Cristina agrega información sobre Magario.

La planilla también tiene casillero para indicar el apellido de la familia y si la boleta fue "bien" o "mal" recibida. Antes de seguir con el rastrillaje, Cristina suelta una última pregunta: "¿Apoya a los candidatos del FPV?". Todo queda registrado en las planillas. En la esquina, Cristina estudia sus papeles, hace cuentas y arriesga un pronóstico: dice que el domingo van a tener el apoyo del 95% de los vecinos de El Porvenir.

La estrategia del PRO para fiscalizar: TN, Patricia Bullrich y Laura Alonso

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Atentos a su incapacidad para fiscalizar en provincia de Buenos Aires, en el macrismo armaron un esquema de alertas tempranas. El sistema es sencillo: cuando se denuncien problemas, rápidamente se enviarán cámaras de TV de TN, , acompañados de dirigentes mediáticos que puedan ir al lugar del hecho y denunciar.


En ese sentido, en el macrismo adelantaron que dos de las personas elegidas son las diputadas más aguerridas del Congreso: Patricia Bullrich (primera candidata por Capital Federal) y Laura Alonso, quienes tienen un alto perfil en las pantallas de TN.

La estrategia se completa con el trabajo del equipo de comunicación que se encargará de alertar a los a TN, Radio Mitre, a los diferentes periositas del grupo Clarín, sobre el presunto fraude en cuestión.

Murió Juan Carlos Mazzón, mito del peronismo

Falleció ayer a raíz de una dolencia cardíaca. Todo el arco peronista empezando por Daniel Scioli manifestó su dolor por el deceso.






El histórido dirigente y operador del Partido Justicialista, Juan Carlos Mazzo, falleció ayer a los 71 años,a raíz de una dolencia cardíaca. Todo el arco peronista, empezando por Daniel Scioli, expresó su dolor por la noticia a través de las redes sociales.

Mazzón fue apoderado del PJ Nacional durante la presidencia de Néstor Kirchner y se desempeño en el cargo de coordinador general de Asuntos Políticos Institucionales de la Unidad Presidente hasta hace pocos meses, cuando, tras la elección en Mendoza, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner determinó su alejamiento.



"El Chueco", como lo conocían todos en el peronismo, era un ex militante de Guardia de Hierro, que llegó a ser viceministro del Interior de José Luis Manzano pero destacó más como operador político en bambalinas de Carlos Menem, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.

En marzo de este año, descontenta con el cierre de las listas en Mendoza, Cristina Kirchner lo despidió del cargo en la Unidad Presidente y tuvo que dejar el despacho en la Casa Rosada que ocupó durante más de una década.

Sin embargo, desde entonces se había dedicado a continuar con su trabajo de armador electoral de Daniel Scioli.

Personaje mítico, reverenciado en el peronismo, Mazzón había nacido en Costa del Toba, al norte de Santa Fe, pero estudió y comenzó su carrera política en Mendoza, donde su influencia politica en el peronismo era determinante.



La mejor definición sobre este hombre experto en construir poder para otros, que amaba el fútbol y la política con la misma pasión, salía de su boca: "Siempre hice lo mismo, he cultivado una buena relación con el interior del país y por eso tengo amigos en todos lados. Soy una especie de rueda de auxilio para el que me convoque".



"Hemos logrado vencer la resistencia inicial de la dirigencia del PJ, que ahora está más entusiasmada con Kirchner. Si logramos convencer al peronismo de que se le puede ganar a Menem, Kirchner es el próximo presidente", explicaba.




En el 83 le dejó su lugar en la lista de diputados nacionales al joven médico en ascenso José Luis Manzano, discípulo suyo. Entonces, se revirtieron los términos de esa relación. Mazzón llegó a ser el viceministro de Manzano en Interior, en pleno gobierno de Carlos Menem.



Antes de Menem había pasado por la renovación cafierista. Eduardo Bauzá, su amigo entrañable de toda la vida, lo rescató luego de la derrota en la interna del 88 y se lo llevó a trabajar para Menem. Se fue de allí en plena guerra política con Domingo Cavallo. En los años de ostracismo menemista trabajó en el frustrado proyecto presidencial de Carlos Ruckauf.

A Mazzón le decían "El Chueco", cruel apodo de juventud, porque tenía un problema en una pierna. Desde chico sufrió osteomielitis, una infección aguda de los huesos que se le manifestó en un fémur.











Padrón nacional desagregado por edades


15 - 1920 - 2425 - 2930 - 3435 - 3940 - 4445 - 4950 - 5455 - 5960 - 6465 - 6970 - 7475 - 7980 - 8485 - 8990 - 9495 - 99100 y más012345678910
Total de votantes: 30.693.345

Brasil: “Dilma gobierna con el programa que fue derrotado en las urnas”

Entrevista a Guilherme Boulos coordinador del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (Mtst) de Brasil


El coordinador del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (Mtst) ha sacado a la calle a miles de personas para luchar contra la política de ajuste fiscal propuesta por Dilma Rousseff. Guilherme Boulos habla con Agnese Marra, periodista de Brecha, sobre la creación de una nueva plataforma de izquierda que ponga freno a la ola conservadora.


El Mtst comenzó como un movimiento de lucha por la vivienda, pero ahora sus objetivos van más lejos. ¿Cómo se definen dentro de la política y la sociedad brasileñas?


El Mtst nunca fue un movimiento estrictamente de lucha por la vivienda. Nuestros objetivos abarcan una propuesta más amplia de reforma urbana y de construcción de poder popular. En una sociedad como la brasileña el problema habitacional no se resuelve luchando sólo por vivienda. Simplemente construir casas en una ciudad que desaloja, excluye, segrega, aumenta el alquiler creando nuevos “sin techo”, no sirve. Las ciudades latinoamericanas son máquinas de construir sin techos, por eso tenemos que rescatar el derecho a la ciudad y eso se hace a través de la pulsión del poder popular. Los canales institucionales están agotados, confiar en la vía electoral o en el sistema político brasileño para obtener transformaciones es una ilusión, el Congreso lo demuestra todos los días. Nosotros luchamos por una reforma urbana que implique una dinámica mayor de reformas estructurales que cuestionen cómo se desarrolla el capitalismo en nuestro país.


Al asumir Dilma Rousseff su segundo mandato y anunciar sus primeros ministros, el Mtst advirtió que sería un año de movilizaciones. ¿Cuál es su postura frente al gobierno?


El gobierno ha optado por una ecuación explosiva: hacer un ajuste fiscal donde los grandes perjudicados son los trabajadores. Dilma ha comenzado su mandato recortando derechos sociales, laborales, ha dejado sin presupuesto al programa de vivienda Minha Casa Minha Vida. Todo eso unido a la elección de Joaquim Levy como ministro de Economía, ex director de uno de los mayores bancos privados, que tiene como política aumentar los intereses y reducir el gasto social, es decir, crear más recesión y aumentar el desempleo. Por otro lado, tenemos el Congreso más conservador desde la dictadura, que nos ataca con leyes como la tercerización laboral, que supone una vuelta a la prehistoria de los derechos laborales, pero el gobierno federal no hace nada. Por lo tanto nos encontramos ante una situación en la que Dilma gobierna con el programa que fue derrotado en las urnas, hace lo contrario de lo que prometió y se muestra incapaz de atender las demandas populares. No nos queda otra opción que salir a la calle. Y a medida que la recesión y el de-sempleo se profundicen, las movilizaciones aumentarán.


¿Por qué cree que Rousseff optó por gobernar hacia la derecha?


Para entender la situación de Dilma hay que mirar a 2003 y al programa de gobierno de Lula, que se basó en la construcción de un gran pacto social. Lula dirigió el crecimiento económico hacia la expansión del crédito, la creación de programas sociales y la inversión en grandes infraestructuras. Aparentemente todos se beneficiaban. El sector financiero ganó muchísimo, la industria también, especialmente la minería, la construcción civil pesada y el agronegocio. Los más pobres, por primera vez en años, ganaron alguna cosa. Ese “milagro” se consiguió gracias a un ciclo económico de crecimiento que no se veía desde 1970. Durante los primeros ocho años del gobierno de Lula el país creció a un 4 por ciento anual, lo que permitió un aumento de la recaudación para el presupuesto y un mayor margen de maniobra para invertir en políticas sociales. En realidad Lula no hizo ninguna reforma estructural, como la tributaria; no se metió con el problema de la deuda pública, que desangra la economía del país, ni tampoco intentó hacer alguna reforma política, lo que hizo fue un manejo del presupuesto orientado a las políticas sociales en una etapa en la que daba para todos. El PT no se metió con los mecanismos redistributivos, no se puede hablar de redistribución de la renta cuando los ricos ganaron más que nunca. En 2008, con la crisis económica mundial, Lula consiguió sostener una política anticíclica, manteniendo la inversión, el crédito elevado, y creó el programa de vivienda Minha Casa Minha Vida, con el que inyectaba mucho dinero a las constructoras para que siguieran dando trabajo y crecimiento. Pero las consecuencias de la crisis llegaron a Brasil, y cayó el precio del hierro, del petróleo, de los commodities, y en el gobierno de Dilma el crecimiento no superó el 2 por ciento anual, la mitad que antes. Cuando explico todo esto quiero decir que era evidente que Dilma iba a tener que hacer recortes, la situación era insostenible, el pacto social se había acabado. Lo que estuvo en juego en la campaña electoral pasada era saber dónde iba a recortar. Podía haberse apoyado en las clases populares, que fueron las que le dieron la victoria, y optar por ajustar a los que nunca han sido ajustados en este país, los ricos. Podía haber elegido gravar a las grandes fortunas, reducir los intereses, hacer una reforma tributaria menos desigual, pero optó por el ajuste neoliberal tradicional, hacer que los más pobres sean los que paguen por la crisis.


Sin embargo Lula insiste en que el gobierno de Dilma todavía no ha comenzado.


La apuesta de Lula, del PT y de Dilma es que van a pasar por un desierto, un período de recesión, pero creen que a partir del último trimestre habrá una recuperación de la economía y podrán volver a mantener la política de pacto social. Esa presunción es por lo menos temeraria. El agotamiento del ciclo del país es un hecho. Brasil depende absolutamente de la exportación de productos primarios, y la demanda extranjera disminuye. La coyuntura internacional indica que es poco probable que se produzca ese crecimiento. La idea de triunfo en 2016 es un error de análisis; el gobierno Dilma comenzó muy mal y si no da un giro va a acabar todavía peor.


¿Con un Congreso como el actual es posible hacer ese giro?


Si fuera por este Congreso no se podría hacer nada. Pero debemos empezar a cuestionar el concepto de política y dejar de pensar que sólo le pertenece al Ejecutivo o al Congreso. Las calles también son política, y la fuerza de las movilizaciones sociales inciden en ella. Los petistas nos plantean que en este momento no hay una relación de fuerzas para hacer cambios, pero esa relación, de fuerzas no cae del cielo, hay que construirla a través de la movilización social. Si Dilma manda al Congreso un proyecto para gravar a las grandes fortunas, está claro que no va a salir adelante, pero al hacerlo crea una agenda. Entonces el Congreso tendría que defenderse y explicar al pueblo por qué no quiere que los ricos paguen impuestos. En vez de seguir permitiendo que el Congreso imponga pautas como la tercerización laboral, la baja de la edad de imputabilidad penal o la autonomía del Banco Central, Dilma debería colocar las pautas progresistas y movilizar a los sectores sociales para defenderlas en las calles, así colocaría al Congreso a la defensiva. Si el gobierno no toma ninguna iniciativa y queda rehén de la derecha, es obvio que serán relaciones desfavorables.


¿La reforma política sería una de esas pautas fundamentales?


La reforma política es esencial, el sistema político brasileño es una porquería. Necesitamos dos reformas claras: la política y la democratización de los medios. Todos los días hay un escándalo nuevo de corrupción y nueve de cada diez casos tienen que ver con la financiación empresarial de las campañas electorales. Después la gente grita en la Avenida Paulista contra la corrupción, pero quejarse sin pensar en la necesidad de una reforma política no tiene sentido. Eso tiene que venir de la mano de una ley de medios, porque los mismos que financian ese sistema electoral financian a los grandes medios del país. Por lo tanto la gran prensa boicotea la reforma política y a su vez hace un discurso histérico contra la corrupción escondiendo sus verdaderas causas. Pero más allá del problema de la financiación electoral, esta reforma es necesaria para crear más organismos de democracia directa, mecanismos plebiscitarios, consejos deliberativos. No tenemos nada de eso, nuestra democracia está manca.


Desde junio de 2013 la movilización de la sociedad ha aumentado notablemente. ¿Cómo evalúa las manifestaciones que se han sucedido en estos dos años?


Junio de 2013 fue el primer gran síntoma de agotamiento del pacto social petista que duró casi 12 años. En junio reventó una olla a presión, y no es casual que comenzara por una cuestión urbana, de transporte público, porque las ciudades han sido las que más han sufrido los efectos colaterales del crecimiento económico y la especulación inmobiliaria. En un principio salió a la calle una clase media progresista que luchaba por mejorar los servicios públicos y por pautas de izquierda. Pero al mismo tiempo la derecha salió del armario, y en vez de hacer una crítica a las cosas que el PT dejó de hacer, se manifestó por lo que el PT había hecho. Avances como Bolsa Familia, las cuotas para negros o el hecho de que gente más humilde también viajara en avión era algo que les molestaba. Por lo tanto junio mostró a la sociedad polarizada en la que nos encontramos ahora. Las manifestaciones de 2014 contra el Mundial de fútbol vinieron de la izquierda, contra las dinámicas excluyentes de la ciudad y los gastos públicos impúdicos en temas no prioritarios. Las últimas movilizaciones que surgieron durante y después de las elecciones son fruto de la radicalización de 2013. Los propios resultados de las elecciones mostraron una sociedad muy polarizada, y la derecha no asumió la derrota electoral. Aunque ahora parece que hubiera reculado un poco, el nivel de rechazo hacia el PT sigue siendo fortísimo en todo el sur del país, y especialmente en San Pablo.


La derecha ha llegado a pedir la intervención militar.


Dentro de la derecha hay un sector que defiende la intervención militar y el exterminio de pobres en las periferias, pero es un sector minoritario. La clase media conservadora que salió a la calle es profundamente antipetista pero no defiende con tanta facilidad ese discurso de extrema derecha. Lo que pasa es que es un discurso que hace mucho ruido, por eso funciona.


Pero además de ruido se han producido situaciones de violencia real contra militantes del PT… El discurso de odio está siendo bastante duro.


Es cierto, ese aspecto tiene que ver con una particularidad de Brasil, que es la de tener una elite extremadamente intolerante. Tenemos una frase que dice “da el anillo para no perder el dedo”. La elite brasileña no acepta dar el anillo ni perder el dedo, no acepta ninguna concesión. Sabe que ha ganado mucho dinero durante los gobiernos petistas, pero no tolera que los más pobres también hayan ganado. Hay una cuestión de clase muy fuerte, y desde un punto de vista ideológico les interesa mantener esa tradición esclavista, intolerante, atrasada, y diseminar ese discurso de odio contra Bolsa Familia, contra los nordestinos, contra los derechos de las trabajadoras domésticas.


Pero de ese discurso también se han hecho eco las clases medias e incluso las populares.


Las clases medias también lo repiten, pero la que tiene la capacidad de emitirlo es la elite, ellos son los dueños de los medios que ven todos los brasileños. Por otro lado, el PT en esto también tiene su parcela de culpa porque despolitizó a la sociedad brasileña. Al crear ese pacto social y esa narrativa de consenso parecía que ascender socialmente era algo fácil. El joven de la periferia que hoy accede a la universidad se cree que eso es algo natural, incluso ese joven vota a Aécio Neves, porque no se ha explicado la lucha que hay detrás. El ascenso social en Brasil se dio exclusivamente a través del consumo, no se discutieron cuestiones distributivas o derechos sociales. De este modo creás personas que son consumidoras y por lo tanto tienen esa cabeza. Después de 12 años de una sociedad políticamente adormecida, de repente aparecen conflictos sociales y surgen todos los monstruos que estaban guardados en el armario.


El Mtst y otros movimientos sociales están planteando crear un frente amplio de izquierda que contrarreste estos discursos conservadores. ¿Cómo va eso?


El año pasado comenzamos a conversar con amplios sectores de los movimientos sociales para construir un frente de lucha que paute el debate de izquierda en el país. La idea es crear una plataforma que debata las reformas populares y que haga amplias movilizaciones sociales. Es un trabajo difícil porque la izquierda históricamente no sabe lidiar con la diferencia. Pero estamos en un momento en que debemos estar unidos, hacer una agenda de reformas populares y luchar por ellas. No podemos estar siempre a la defensiva, tenemos que construir una salida de la crisis por la izquierda; la derecha ya ha construido la suya y por ahora nos va ganando. No debemos tener miedo al conflicto, el consenso no funciona más, cualquier cambio en el país va a necesitar de este conflicto, sólo así obtendremos transformaciones.


Lula está haciendo un esfuerzo por recuperar la credibilidad de su electorado. ¿El PT entra en ese frente popular de izquierdas?


El PT ha sufrido un ataque brutal y sinceramente no creo que sea una fuerza capaz de liderar un proceso de cambios progresistas en este país. Eso no quiere decir que el PT no tenga un lugar importante en la sociedad, pero su desgaste es muy profundo. Es importante dejar claro que lo que estamos haciendo no es un frente electoral ni mucho menos, sino social. Entonces como sigla no está dentro, pero sí hay muchos movimientos sociales y sindicatos ligados al PT que forman parte del frente, y es importante que esté representado a través de ellos. Yo creo que el PT tiene que ser humilde y dar espacio a otras formaciones de izquierda en Brasil. No digo que ya haya surgido una fuerza de izquierda capaz de llevar a cabo ese liderazgo, en realidad nuestro drama es que la izquierda sigue siendo muy frágil, de ahí la importancia de estar unidos.


¿Fenómenos cómo Podemos, de España, o Syriza, en Grecia, les sirven de inspiración?


Hay similitudes importantes entre nosotros. En los últimos siete años Europa ha vivido un proceso de latinoamericanización con una política económica de ajustes regresivos antipopulares como la que vivimos nosotros en los años noventa. Podemos y Syriza surgen como resistencia a ese proceso.
Nuestro desafío también es construir un campo de resistencia a una política de ajuste económico y de austeridad fiscal. Parte de la izquierda brasileña insiste mucho en crear algo como Podemos, y yo creo que Podemos es para quien puede, no para quien quiere. Para que surgieran estos movimientos necesitaron miles de personas en las calles españolas movilizándose y pensando alternativas. En Grecia fueron las centenas de asambleas y huelgas generales las que fortalecieron a Syriza. Este tipo de fenómenos no se crean artificialmente, surgen en caliente y no en frío. La primera lección que debemos sacar de estos partidos es que lo primero que hay que hacer es retomar las movilizaciones y reconstruir un ascenso de masas en Brasil. Eso creará condiciones para que surja algo parecido.



Solamente las buenas ideas logran que las marcas políticas sean amadas

En comunicación política lo que establece la diferenciaa son las ideas.

Estamos en un contexto en el que es esencial despegar.  Estamos en un momento en que las marcas política pierden el control de los mensajes y el poder, el comando de la propia marca. En ese contexto se pierde el control de atributos claves como confianza y credibilidad.

Solamente una buena idea logra que las marcas sean amadas. Para ello, marcas, anunciantes y agencias deben redefinir cuál es la comunicación política que funciona en este contexto, poniendo al consumidor en el centro y hablando de la marca.

Para ello hay que redescubrir formatos y fórmulas de siempre de mano de la innovación tecnológica para crear ideas que generen una experiencia única con la marca. Además, hay que buscar ideas que lo que hagas es dar al votante, no pedir, con cosas útiles para la vida del votante más allá del producto y que generen amor para la marca.

Otra idea para afrontar el futuro de las marcas políticas, hay que pensar no sólo en lo que dice la marca política a tu target, sino en qué hace por ellos, porque los votantes esperan ver qué hacen las marcas por ellos.

Hay que crear buenas ideas que aporten valor emocional, que den algo único y que creen experiencias diferenciales. Éstas son las ideas que harán que la comunicación política tenga futuro, que sea relevante, y que sea algo que separe a unas marcas políticas de otras. Para que la comunicación influya y defina  tenemos que defender lo que ha sido, es y será el futuro de la comunicación política: las ideas.