El candidato de Trump, elegido como nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo




Mauricio Claver-Carone ha sido elegido este sábado presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para un periodo de cinco años. El asesor de Donald Trump tendrá en sus manos una entidad crucial para la recuperación de América Latina tras la crisis del coronavirus. Su postulación y nombramiento han generado tensiones entre los países accionistas de la institución, ya que rompe con la tradición —no escrita— de que el líder del banco deber ser un latinoamericano. Su candidatura levantó desconfianza entre varios países de América Latina por tratarse de un personaje conservador que abiertamente se ha declarado antichavista y anticastrista.

La asamblea para elegirlo se ha celebrado en Washington a través de videoconferencia y ha reunido a los 48 países que integran el capital del BID. “Esta victoria es para Latinoamérica y el Caribe. Quiero agradecer a todos nuestros socios en la región por mantener la integridad de este proceso electoral y por compartir nuestra visión común de un BID más fuerte”, ha expresado Claver-Carone en un mensaje enviado a la prensa tras la elección. El asesor de Trump para América Latina obtuvo el respaldo de 30 países, incluido el voto de 23 de la región, y sumó entre ellos un 66,8% de los apoyos. Asumirá la presidencia el próximo 1 de octubre por un periodo de cinco años.

Claver-Carone fue el único candidato que se presentó a la votación de este sábado. La postulación de un estadounidense al frente del BID generó en los últimos dos meses tensiones entre los países. Trump ignoró los reclamos por parte de diversos países y presentó al abogado de ascendencia cubana como su hombre fuerte en Latinoamérica.

Estados Unidos nominó en junio a Claver-Carone para presidir el organismo. El anuncio levantó suspicacia en toda América y también en Europa: el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, envió una carta en julio a los miembros europeos del banco para advertir de que el candidato estadounidense rompería con la armonía en Latinoamérica. Entonces, Argentina comenzó un esfuerzo por aplazar la votación para marzo de 2021, al mismo tiempo que promovía a su propio candidato: Gustavo Béliz. Claver-Carone acusó a la Casa Rosada de “intentar secuestrar la elección” del nuevo presidente.

La clave en la estrategia propuesta por Argentina estaba en los números. En un primer momento se buscó evitar el quórum de la sesión de este sábado, que debía alcanzar un 75% para celebrar la votación. Chile, México y Costa Rica se sumaron al plan argentino y buscaban que otros países latinoamericanos se ausentaran de la asamblea. Sin embargo, en los últimos días, los apoyos fueron mermando hasta que México reconoció el jueves que acudiría a la votación. Argentina anunció el viernes que no postularía a Béliz a la presidencia del BID, que se abstendría de votar en protesta por la presentación del candidato estadounidense y que animaba a otros países a hacer lo mismo. Fuentes del Gobierno argentino cercanas a las negociaciones aseguran que 16 países se abstuvieron de votar este sábado —11 de ellos, países no latinoamericanos— y sumaron el 31,23% de la votación, informa Federico Rivas.

Claver-Carone ha mostrado su ventaja desde el anuncio de su candidatura. Estados Unidos contaba con el 30% del voto y su postulación fue respaldada por países con generosas participaciones en el BID como Brasil (11,3%) y Colombia (3,1%), además de que se había presentado como representante de El Salvador, Guyana, Haití, Israel y Paraguay. Para ganar, el candidato solo debía tener el apoyo de 15 de los 28 países americanos. Claver-Carone relevará al colombiano Luis Alberto Moreno que estuvo al frente de la entidad desde 2005.

El candidato de Trump cuenta con un historial en la Casa Blanca como la mano dura ante el chavismo y el castrismo. Una de las preocupaciones entre los países latinoamericanos ante su elección es que previsiblemente tendrá en sus manos la recuperación económica de Venezuela en los próximos años. Además, Claver-Carone ha dejado ver en una entrevista con este diario que uno de los principales intereses de EE UU es influir a través del banco en los huecos que China ha ocupado como prestamista en América Latina.

La postulación de Claver-Carone tampoco ha convencido del todo en Washington, principalmente entre los demócratas y los republicanos que se han distanciado de la Administración de Trump. Por lo que una de las incógnitas que prevalecerá hasta el 3 de noviembre, que se celebran las elecciones presidenciales en EE UU, es si tendrá el respaldo del demócrata Joe Biden, en caso de que llegue a la presidencia. Biden considera que el candidato de Trump es “demasiado ideológico, poco calificado y está buscando un nuevo trabajo para después de noviembre”, según dijo un portavoz de la campaña demócrata a Politico.

El BID, fundado en 1959, tiene un capital de más de 100.000 millones de dólares. Es el mayor banco regional y tiene a Estados Unidos como principal aportador. Con créditos por 12.000 millones, lidera la lista de ayudas al desarrollo en el continente. La operación del BID depende en buena parte de las aportaciones de Estados Unidos que son autorizadas por el Congreso.

Trump, pese al Covid y por la economía

Es el tema en el que Donald Trump aventaja a Joe Biden
 A menos de dos meses de las elecciones presidenciales, y con Donald Trump detrás de Joe Biden en la mayoría de las encuestas nacionales, los demócratas temen por la persistente ventaja que tiene el mandatario sobre el exvicepresidente en un tema tan crucial para los ciudadanos como es la economía.
Algunos de los aliados de Biden temen que su mensaje económico no se haya difundido como debe y lo están instando a hacer más para neutralizar el liderazgo del republicano sobre ese tema en los estados todavía indecisos.
Los estadounidenses en los estados de batalla todavía confían en Trump sobre Biden en la economía, que a menudo encabeza la lista de temas decisivos para los votantes.
Dejando de lado la economía, un tema para nada menor en Estados Unidos, el presidente está detrás de Biden a nivel nacional y en la mayoría de los estados indecisos.
Hay temas en los cuales el magnate es observado de reojo según las encuestas: política internacional, coronavirus, atención médica e incluso el crimen y las protestas nacionales.
Pero la ventaja que muestra el presidente en la economía ha comenzado a preocupar a algunos aliados de Biden, quienes dicen que necesita hacer más para neutralizarla o bien Trump podría usarla para atrapar a los votantes indecisos a medida que se acerca el día de las elecciones, el 3 de noviembre.
Esa ventaja se mantiene inclusive con un 8,4% de desempleo y durante una recesión que, según los demócratas, ha sido impulsada por el mal manejo de la pandemia por parte de Trump.
"Creo que hay trabajo por hacer aquí", dijo Hari Sevugan, un veterano de la campaña demócrata que trabajó para la campaña 2020 de Pete Buttigieg y para Barack Obama en 2008.
Trump disfruta de un índice de aprobación neta de 3.5 puntos en su manejo de la economía, según RealClearPolitics, mientras que obtiene una calificación de desaprobación de 15 puntos en su manejo del coronavirus.
Si bien la ventaja económica de Trump se ha reducido en las encuestas nacionales, sigue siendo significativa en los estados clave que probablemente decidan las elecciones.
"Hemos hecho un muy buen trabajo al decir que Trump es incompetente en el manejo de casi todos los demás problemas", agregó Sevugan. "Lo único que es su vía de escape es su manejo de la economía. Cerrar ese carril para Trump hará mucho del trabajo de las elecciones", acotó.
Biden ha pronunciado dos discursos en la última semana destinados a disminuir la ventaja de Trump en la economía.
En Wilmington, Delaware, el 4 de septiembre, afirmó que los trabajadores estadounidenses seguían sufriendo porque Trump había "manejado mal la crisis de Covid".
El miércoles en Warren, Michigan, atacó al presidente por no cumplir con su promesa de volver a crear empleos en el país.
Trump promocionó los 1,4 millones de empleos agregados en Estados Unidos en agosto como evidencia de que la economía está en plena recuperación.

El trabajo no remunerado en Argentina equivale al 15,9% del PIB


Una mujer sirve alimentos en Quilmes, Argentina, durante la pandemia de la covid-19.


“Eso que llaman amor es trabajo no pago”, podía leerse en pancartas de la gran movilización del 8 de marzo en Buenos Aires por el Día Internacional de la Mujer, dos semanas antes de que el Gobierno decretase la cuarentena obligatoria por la pandemia de la covid-19. En Argentina, de cuantificarse, el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado representaría el 15,9% del PIB. El cálculo lo convierte en el sector con mayor peso en la economía nacional, seguido por la industria (13,2%) y comercio (13%), según el primer informe del Gobierno argentino sobre trabajo no remunerado.

El documento se basa en estimaciones a partir de los últimos datos oficiales disponibles, de 2013, que revelan que las mujeres realizan el 75% de las tareas como cuidar, limpiar y cocinar, frente al 25% de los hombres. En total, ellas dedican 96 millones de horas por día a trabajar en casa sin recibir pago alguno. Si se remunerase, el valor ascendería a 3.027.433 millones de pesos al año (38.813 millones de dólares).

“Esta distribución asimétrica contribuye a explicar que su participación en el mercado laboral sea más baja que la de los varones. También incide en que tengan trabajos más precarios, que implican a su vez una mayor desprotección social, por ejemplo no tener acceso a una obra social y, en un futuro, tener una mayor dificultad para acceder a una jubilación por no tener aportes. Las mujeres presentan mayores niveles de desocupación, ganan menos y, por consiguiente, son más pobres. En este sentido, es imprescindible entender que las condiciones del trabajo remunerado están estrechamente ligadas a cómo se resuelven las tareas no remuneradas”, advierte el informe.

Durante la pandemia, esas tareas que se realizan de manera invisible entre las cuatro paredes del hogar “quedaron expuestas, dejando en evidencia las repercusiones de una nueva normalidad difícil de sostener en el tiempo sin transformaciones sustanciales”. Mientras casi todas las actividades económicas cayeron por el aislamiento obligatorio, el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado se disparó hasta equivaler el 21,8% del PIB.

“Estas tareas se vieron incrementadas debido a que las escuelas permanecen cerradas para no seguir desparramando el virus, así como los espacios de cuidado y de sociabilización de niños y niñas, clubes, lugares donde van a jugar o encontrarse, e incluso es más baja la movilización de abuelas, tías, primas, amigas que vienen a facilitar las tareas de cuidado también en los hogares”, detalla en un encuentro con corresponsales extranjeros Mercedes D’Alessandro, titular de la Dirección de Economía, Igualdad y Género, a cargo de la elaboración del informe. La sobrecarga laboral femenina ha aumentado con nuevas demandas, como la ayuda a los hijos con sus clases virtuales y los deberes.

Con las cifras en la mano, el Ejecutivo presidido por Alberto Fernández planea llevar adelante políticas públicas que permitan reducir el reparto inequitativo de estas tareas y su impacto en otros ámbitos, señala Lucía Cirmi, directora nacional de políticas de cuidado del Ministerio de Mujeres, géneros y diversidad. Entre las prioridades está ampliar y mejorar la red de servicios públicos de cuidado, tanto de personas mayores como de niños y niñas. Hoy, quienes cuidan a personas mayores en residencias de la seguridad social argentina (PAMI), reciben 86 pesos la hora (poco más de un dólar). En el caso de los centros públicos de primera infancia, para la edad de dos años, la cobertura es de tan solo el 11%.
Presupuesto con perspectiva de género

El presupuesto de 2021, que se presentará la semana que viene, incluirá por primera vez la perspectiva de género. Esto supone la inclusión de partidas que ayudan a reducir la brecha entre hombres y mujeres, como la construcción de nuevos jardines de infantes o el énfasis en la urbanización para brindar acceso a servicios básicos como agua corriente, anticipa D’Alessandro. La falta de conexión a la red de agua —que afecta al 14% de los hogares urbanos— complica las tareas domésticas y aumenta el tiempo que dedican las mujeres a ellas.

“Como respuesta al pedido de los movimientos sociales, populares y feministas en las calles, el Gobierno puso mucho foco en la desigualdad en los cuidados porque entendía que otros temas con más prensa, como la violencia o la brecha salarial, en el fondo se terminan explicando por estas desigualdades”, afirma Cirmi. La campaña Cuidar en igualdad, el derecho a interrumpir el teletrabajo para dedicarse a tareas de cuidados y la presencia récord de mujeres en altos cargos gubernamentales están orientadas también a reducir la brecha de género, agrandada aun así durante la pandemia.

La principal medida del Gobierno para contrarrestar el impacto del aislamiento obligatorio en la población más pobre ha sido el Ingreso Familiar de Emergencia, que reciben casi nueve millones de personas, de las que el 55,7% son mujeres. Este subsidio está dirigido a trabajadores sin empleo formal, pero incluye como única excepción a las empleadas domésticas registradas porque además de tener los salarios más bajos del sistema productivo, muchas han visto cómo se los reducían aún más y se han quedado también sin otros pequeños trabajos complementarios en negro.

La emergencia sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2 ha tenido otro efecto adverso para el avance de la agenda feminista en Argentina: ha dejado en suspenso el envío al Congreso de un proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo. La asesora presidencial Cecilia Nicolini evita responder cuándo se debatirá la iniciativa, pero asegura que el compromiso de Fernández se mantiene intacto. “La agenda de igualdad del Gobierno no es circunstancial sino que es una política para transformar Argentina”, subraya Nicolini. La pandemia y la grave crisis económica complican ese ambicioso objetivo.

Salta se convirtió en una de las provincias en peor situación sanitaria y sumó casi 5000 contagios en un mes.

Sáenz echó a su ministra de Salud tras registrar casi 1000 contagios en cuatro días




El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz.



Gustavo Sáenz echó a su ministra de Salud luego de que Salta registrara casi 1000 contagios en solo cuatro días, con el sistema de salud provincial al borde del colapso.

Josefina Medrano anunció por redes sociales que el gobernador le pidió la renuncia. El nuevo ministro es Juan José Esteban que fue quien, hace más de dos meses, denunció que en la provincia ya había circulación comunitaria y Sáenz se negaba a reconocer.

El sistema de salud privado de Salta tiene sólo 42 camas de terapia intensiva disponibles y 53 respiradores, unos números irrisorios si se tiene en cuenta que la provincia sumó casi 5000 contagios en un mes.


La capital salteña es la más perjudicada, con más de 2 mil contagios, pero hay otras localidades complicadas, como Tartagal, con más de 1100 casos y Orán con más de 800.

La destituida ministra de Salud de Salta, Josefina Medrano.

Con estos números, el gobierno de Sáenz ordenó esta semana retroceder a fase 2 y tomó medidas drásticas para frenar el significativo número de casos.

Coronavirus: ¿Qué es más riesgoso, jugar al fútbol, cargar nafta o ir a un bar?

Epidemiólogos de Texas midieron las posibilidades de contagio en las distintas actividades cotidianas


I

Un estudio realizado por la Asociación Médica de Texas (TMA) en Estados Unidos estableció el nivel de riesgo de infección de coronavirus que poseen las distintas actividades cotidianas y elaboró un cuadro con sus conclusiones finales.


La investigación publicada en julio contó con un panel de 14 especialistas en salud pública, epidemiología y enfermedades infecciosas que elaboraron una clasificación de acuerdo al riesgo que implica llevar adelante actividades como salir a caminar, ir de compras o tomar un trago en un bar.

Las acciones fueron clasificadas en una escala del 1 (menos arriesgada) al 10 (más arriesgada) teniendo en cuenta los siguientes parámetros: si son realizadas en el interior o en el exterior; la proximidad con otras personas; el tiempo de exposición al virus; la posibilidad de seguir las prácticas de prevención y el riesgo de que una persona se contamine realizando la acción.


De esta manera, se llegó a la conclusión de que las actividades más arriesgadas son: comer en un restaurant buffet, ejercitarse en un gimnasio, asistir a reuniones de culto de más de 500 personas, así como concurrir a bares, recitales y estadios deportivos.

En tanto, acciones que son de un nivel moderadamente alto incluyen darse la mano o abrazarse con un amigo; asistir a la peluquería o a un funeral; realizar deportes como el fútbol o el Básquetbol; y viajar en avión.

Actividades de un nivel moderado de riesgo abarcan visitar a un amigo; asistir a un asado al aire libre; llevar los chicos al colegio; ir a la playa, al shopping o a una pileta.

En cuanto a las actividades de un nivel moderadamente bajo, se mencionan salir a caminar, correr o andar en bicicleta; quedarse en un hotel durante dos noches; permanecer en una sala de espera; ir a una biblioteca o museo; y comer en el exterior de un restaurante.

Finalmente, las actividades menos riesgosas son: retirar un pedido de un local de comidas; cargar nafta; jugar al tenis; e ir de camping.

“Es un gráfico hecho para Texas pero sirve para otros países. Hay que considerar las diferencias de cada lugar, pero también hay muchas semejanzas”, explicó a la BBC Mundo el médico John Carlo, miembro de TMA que participó en el estudio.

A su vez, Ogechika Alozie, médica miembro de TMA, señaló al portal The Monitor que las personas tienen que tener en cuenta que “un riesgo, no importa que tan bajo sea, sigue siendo un riesgo”.

“Una vez que abandonas tu hogar, un lugar donde puedes controlar tu ambiente, siempre va a haber un riesgo”, agregó.


Asimismo, aclaró que por más que una actividad esté clasificada como baja, realizarla de forma frecuente aumenta las posibilidades de contraer el Covid-19. “Cuanto más salgas de tu hogar, más se incrementan los niveles de riesgo”, concluyó.