La ultraderecha es la gran ganadora de las elecciones en España y el PSOE retrocede

Vox se convierte en tercera fuerza del Congreso con un resultado que supera los pronósticos. El PSOE retrocede.


Santiago Abascal, líder de Vox, festeja el resultado este domingo.


El partido de ultraderecha Vox sacudió este domingo el sistema político de España, al más que duplicar su representación parlamentaria y convertirse en la tercer fuerza de la península. El partido de Santiago Abascal pasa de los 24 diputados actuales a 53, pero el escenario de bloqueo político se mantiene para Pedro Sánchez, a quien no le funcionó la estrategia de repetición electoral: Lejos de sumar escaños pierde al menos dos y se quedaría en 120 diputados.

El gran derrotado de la elección es el centrista Ciudadanos, que se hunde y pierde el 80% de su representación, mientras el PSOE necesitaría acceder a una coalición con un Podemos y los partidos independentistas -opción que resiste- o buscar el apoyo de PP y Cs, una opción difícil ya que este domingo el secretario General del PP, Teodoro García Egea, advirtió que si el PSOE perdía votos respecto a las elecciones de abril, Sánchez debería dimitir.

De manera que Sánchez queda rehén de un pacto con Podemos, que continúa poniendo la fórmula de coalición como condición para darle el Gobierno, con el apoyo necesario de los independentistas catalanes de ERC.

Por otro lado, el bloque de la derecha -PP, Vox y Ciudadanos- se queda lejos de la mayoría absoluta y la posibilidad de formar gobierno. Y aunque el Partido Popular mejoraría sus resultados del 28A, quedaría en una posición mucho más baja que el centenar que adelantaban las encuestas, y se sitúa en 86 diputados. Ciudadanos sería el gran damnificado de la jornada electoral y perdería tres cuartas partes de su representación, pasando de los 57 a 10 diputados.

Podemos afrontaría una caída moderada y pasaría de los 42 diputados a 35, mientras que Más País, el nuevo partido de Iñigo Errejón, sólo obtiene de momento 2 diputados, lejos de su máxima de alcanzar grupo propio en el Congreso de los Diputados.


El bloque de izquierdas podría alcanzar la mayoría absoluta de los 176 diputados con el apoyo de los partidos independentistas para lograr una suma viable. ERC pasaría de 15 a 13, mientras JxCat subiría de 7 a 8 diputados y la CUP irrumpiría con 2 representantes.

Los nacionalistas vascos del PNV conseguirían 7 representantes en el Parlamento que podrían ser cruciales para la formación de Gobierno, mientras EH Bildu alcanzaría 5 escaños, uno más que en abril, e irrumpiría Teruel Existe con un representante. Los nacionalistas gallegos de BNG y los cántabros del PRC obtendrían un diputado mientras que Navarra Suma y Coalición Canaria consiguen dos.

Los resultados, aún provisionales, dejan un nuevo escenario de bloqueo que sitúa a Sánchez en las mismas condiciones que en abril. Para gobernar, el líder socialista tendría que acceder una coalición con Podemos -una fórmula que se vio frustrada en la investidura de julio- y buscar el apoyo de las fuerzas independentistas; una misión que se antoja difícil después de la durísima campaña emprendida por Sánchez desde el Gobierno contra el discurso secesionista. La otra opción para el presidente de Gobierno en funciones sería buscar la abstención de PP y Cs para un Gobierno en solitario.

Bolivia: la oposición pide que haya elecciones sin el partido de Evo Morales

Mesa salió a exigir que la fórmula del partido MAS no se presente en las nuevas elecciones. Camacho pidió la renuncia de los tres poderes del Estado

Mesa llamó a un "acuerdo nacional" que consensúe nuevas autoridades electorales que monitoreen las próximas votaciones en Bolivia


Tras el nuevo llamado a elecciones en Bolivia, líderes de la oposición salieron a confrontar al gobierno de Evo Morales: pidieron la renuncia de los tres poderes del Estado y que la fórmula del actual presidente no participe en los comicios convocados.

Carlos Mesa exigió a través de un comunicado que Morales y su aspirante a vice Álvaro García Linera no se presenten como candidatos en tanto que llamó a un "gran acuerdo nacional" que consensúe nuevas autoridades electorales para supervisar las votaciones próximas.

“Están inhabilitados para presidir el nuevo acto electoral y será inaceptable cualquier prórroga de su mandato”, afirmó "Comunidad Ciudadana" sobre los candidatos del oficialismo e indicó que Morales "no hizo referencia al informe de auditoría de la OEA a pesar de haberse comprometido a implementar sus recomendaciones de manera vinculante".

"Por lo tanto, Comunidad Ciudadana exige convocar mañana mismo a un acuerdo nacional, con participación de políticos y cívicos. En el próximo proceso electoral (el presidente) Evo Morales y (el vicepresidente) Álvaro García Linera no podrán ser candidatos”, subrayó.

El documento de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aseguró en su auditoría que las elecciones bolivianas del pasado 20 de octubre debían ser anuladas tras haber detectado irregularidades en el proceso electoral y consideró "improbable" que Morales cosechara una ventaja del 10% "necesario para evitar una segunda vuelta contra Mesa”. "Es mucho más amplío y contundente de lo que sabíamos”, consideró Mesa.

A la vez, el dirigente opositor Luis Fernando Camacho, quien encabeza las protestas contra el gobierno de Evo, acusó al MAS, el partido del presidente de Bolivia, de ser el responsable del fraude y advirtió: "(El Presidente) Debe renunciar y también tienen que renunciar los senadores, los diputados y los miembros de los tribunales electorales y de Justicia”.



Exigió así la dimisión de los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), y luego propuso la creación de una “junta de gobierno” interina para reemplazar a los actuales mandatarios, hasta la celebración de nuevos comicios en un plazo que ha estimado en 60 días.

Esta tarde entregará una carta en la que pedirá la renuncia de Morales en el nombre de “todos los movimientos cívicos” y también la dimisión de todos sus ministros y diputados. Además convocó a una gran caravana en La Paz a las 13, hora local, para acompañar a la oposición.


Camacho también se apoyó en la auditoría de la OEA y aseguró que los resultados“demuestran un claro fraude, que Evo Morales ha rotó el orden constitucional y debe renunciar”. “La OEA nos ha demostrado que el fraude fue tan obvio que no hubo forma de ocultarlo”, indicó.

El mandatario boliviano anunció esta mañana convocará a nuevas elecciones generales y que renovará la totalidad de los miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

El macrista Sáenz se impuso en Salta y será gobernador y la capital también quedó en manos del macrismo


El intendente macrista muy vinculado a Marcos Peña, Gustavo Sáenz, logró el 53% de los votos tras escrutarse 97% de las mesas y se consagra como nuevo gobernador.






El candidato a gobernador del Frente Sáenz Gobernador, el intendente de Salta, Gustavo Sáenz, obtiene el 54%% de los votos, con más del 97% de las mesas escrutadas, y se consagró como gobernador electo. Fue seguido por el diputado nacional Sergio Leavy, del Frente de Todos, que alcanza el 26%.


Así, Sáenz se convertirá en el gobernador de Salta, tras los doce años de gestión de Juan Manuel Urtubey en la Gobernación de la provincia, que asumió el 10 de diciembre de 2007.

Detrás de Sáenz y Leavy se posicionaba el diputado nacional Alfredo Olmedo, del Frente Olmedo Gobernador, que obtiene casi 16%.

En tanto, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad, con Pablo López como candidato, alcanzaba un 2,5%, mientras que Elia Fernández, del Frente Grande, llegaba al 2,2% de los votos.

Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia y denunció golpe de Estado

"Estoy renunciando para que mis hermanas y hermanos y dirigentes del Movimiento al Socialismo no sigan siendo perseguidos. Lamento mucho este golpe cívico y de algún sector de la Policía", dijo Morales. Horas antes, los comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y la Policía le habían exigido la dimisión.



El mandatario Evo Morales renunció este domingo a la presidencia de Bolivia y denunció un golpe de Estado cívico-policial luego de que tanto la oposición como las Fuerzas Armadas y la Policía le exigieran la dimisión. "Estoy renunciando para que mis hermanas y hermanos, dirigentes del Movimiento al Socialismo no continúen siendo perseguidos. Lamento mucho este golpe cívico y de algún sector de la Policía", sostuvo. La dimisión llega luego del incremento de la crisis a raíz de las protestas opositoras que comenzó en dicho país tras el resultado de las elecciones del 20 de octubre.


“He decidido esta renuncia para que (Carlos) Mesa y (Luis ) Camacho no sigan quemando la casa de gobernadores, de asambleístas, de concejales, para que Mesa y Camacho no sigan secuestrando y maltratando a familiares de nuestros dirigentes sindicales, ni sigan perjudicando a la gente más humilde”, agregó Morales.


Menos de una hora antes, el Comandante en Jefe de Bolivia, Willimans Kaliman había pedido la renuncia de Morales haciendo referencia a la necesidad de velar por la seguridad nacional. “Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial”, dijo.


"Luego de analizar la situación conflictiva interna, pedimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia", dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

"Nos sumamos al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales que presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia", había declarado por su parte el comandante general de la Policía, general Vladimir Yuri Calderón.

Asimismo, Kaliman anunció que ordenó "operaciones militares aéreas y terrestres para neutralizar a grupos armados que se encuentran actuando fuera de la ley", en aparente alusión a los violentos ataques a buses de manifestantes opositores que viajaban hacia La Paz.

Asimismo, los ministros de Minería, César Navarro, y de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, y el presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia, el oficialista Víctor Borda, también presentaron su renuncia en medio de la crisis.

"Hoy más que nunca necesitamos que el país regrese al camino de la paz social y de la unidad. Pensando en el bien nacional y el respeto a la vida, hago pública mi renuncia irrevocable al cargo de Ministro de Hidrocarburos", escribió Sánchez en Twitter.

El ahora exministro acompañó su mensaje con una fotografía de la carta enviada al presidente Evo Morales en la que señala que la situación actual, "marcada por la confrontación y la violencia entre hermanos bolivianos, no es el camino" que conduzca a hallar una solución para pacificar al país.



Willimans Kaliman junto a Evo Morales.

"En este sentido, el curso de los acontecimientos va en contra de mis principios personales, así como de mis valores espirituales y democráticos, y me impiden, por tanto, continuar a la cabeza de la cartera de Estado que dirijo", manifestó Sánchez.

Por ello, resolvió renunciar de forma irrevocable al cargo, agradeció a Morales por la confianza que le tuvo para dirigir ese ministerio y pidió a Dios que ilumine al mandatario y a todos los actores políticos y sociales para que la paz retorne al país.

Por su parte, Borda confirmó su renuncia en contactos telefónicos con diversos canales privados de televisión en los que lamentó que su hermano habría sido tomado como rehén por una turba en la ciudad andina de Potosí, donde en esta jornada fueron incendiadas su casa y la del ministro Navarro.

Precisamente, el ahora ex ministro de Minería fue el primer funcionario en dimitir en esta jornada tras denunciar la quema de su vivienda y el intento de toma de la de su madre en Potosí.

"Es un hecho que no tiene explicación, cómo el discurso general de bronca, de odio está derivando en estos actos de violencia incontrolables", cuestionó Navarro., citado por la agencia de noticias EFE.

En las últimas horas se han conocido también sendas renuncias de parlamentarios oficialistas, mayormente potosinos, mientras que ayer también dimitió un gobernador y dos alcaldes del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS). Asimismo, dirigentes del MAS denunciaron presión y amenazas de opositores para dimitir a sus cargos.

Los conflictos surgieron desde que el día después de los comicios comenzaron las sospechas de manipulación de votos para favorecer la reelección de Morales para un cuarto mandato hasta 2025.

El órgano electoral dio vencedor al mandatario, pero la oposición y comités cívicos denuncian fraude a su favor, exigen su renuncia y nuevos comicios.

La Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó este domingo celebrar "otro proceso electoral" en Bolivia al evidenciar "irregularidades" que le impidieron validar la votación del pasado 20 de octubre.
Informate más: Evo Morales convocó a nuevas elecciones en Bolivia tras informe negativo de OEA

Tras ese anuncio y previo a su renuncia, Morales convocó a nuevos comicios y adelantó cambios en los miembros del Tribunal Supremo Electoral.

Ayer hubo fuertes disturbios en regiones como Oruro, donde fueron quemadas las viviendas de la hermana del mandatario y del gobernador de ese departamento, Víctor Hugo Vázquez.

El mismo día resultaron heridas al menos 32 personas cuando fue atacada una caravana de mineros y universitarios, que desde las regiones de Potosí y Chuquisaca se dirígían a La Paz para sumarse a marchas de protesta contra Morales.

Las manifestaciones a favor y en contra del mandatario dejaron hasta el presente tres muertos y 384 heridos, según datos de la Defensoría del Pueblo de Bolivia.

A un año de las elecciones en Estados Unidos, cuáles son las apuestas de Trump y de los demócratas, y cómo están sus números


A la izquierda, Donald Trump. A la derecha, sus posibles rivales, Bernie Sanders, Joe BIden y Elizabeth Warren


“El pueblo estadounidense está harto de las mentiras, engaños, calumnias, difamaciones y estafas de los demócratas. Su vergonzosa conducta ha creado una mayoría enfurecida. Y eso es lo que somos”, dijo Donald Trump el miércoles a la noche en un sofocante estadio repleto de seguidores en la ciudad de Monroe, Luisiana. “Somos una mayoría, estamos enojados y en 2020 votaremos para sacar de sus cargos a los demócratas inoperantes”, agregó.


Con su presencia, el Presidente buscó apuntalar la candidatura de Eddie Rispone a la gobernación del estado, que se definirá el próximo sábado en una segunda vuelta contra el gobernador demócrata John Bel Edwards. Los republicanos necesitan un triunfo en los últimos comicios del año para compensar las derrotas en Kentucky —donde el gobernador Ralph Alvarado perdió contra Andy Beshear— y Virginia —donde los demócratas se quedaron con el control de las dos cámaras legislativas del estado—.
Trump dio un encendido discurso de campaña en Luisiana (REUTERS/Leah Millis)


El discurso marcó el tono de máxima tensión que tendrá la campaña de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2020. Trump apeló a las mismas herramientas dialécticas que utilizó en 2016, mostrándose como el líder de la mayoría silenciosa que se cansó de los abusos del establishment liberal, que encarnan el Partido Demócrata y los principales medios de comunicación.


Entre el 3 de febrero y el 16 de junio se realizarán las primarias que definirán al rival de Trump. El duelo será muy diferente si el ganador es el ex vicepresidente Joe Biden, un moderado que forma parte de la dirigencia demócrata más tradicional, o alguno de los dos outsiders: Elizabeth Warren y Bernie Sanders, que están en el extremo izquierdo de la política estadounidense y proponen cambios radicales.


Al mismo tiempo, crece la incertidumbre por el avance del juicio político contra Trump por la sospecha de que presionó al gobierno de Ucrania para que investigue a Biden y a su hijo Hunter por sus negocios en el país. La Cámara de Representantes, controlada por la oposición, aprobó hace diez días las normas que regularán el proceso.


La estrategia de Donald Trump


“En lugar construir una coalición amplia o centrista, Trump trabajará para movilizar a su base, apelando a sus resentimientos y prejuicios, y presentándose a sí mismo como blanco de una vasta conspiración. Señalará el proceso de impeachment que se está llevando a cabo como evidencia de una ‘caza de brujas partidista’ y de una conspiración anti-Trump por parte del ‘estado profundo’. Seguirá atacando a los medios de comunicación como proveedores de ‘noticias falsas’, incluso a medios normalmente republicanos como Fox News, siempre que lo retraten con una luz que no sea de adoración. Exigirá la lealtad total de los republicanos y atacará a sus oponentes con epítetos despectivos, como ‘soñoliento’ Biden y ‘Pocahontas’ Warren”, dijo a Infobae Richard S. Katz, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Johns Hopkins.


Trump es un presidente fuera de lo común. Entre otras cosas, por su peculiar relación con la opinión pública. El 54% de los estadounidenses reprueba su gobierno y el 41% lo respalda, según el promedio de encuestas que realiza el sitio FiveThirtyEight.


Que tenga un saldo negativo de 13 puntos no es una buena noticia para ningún mandatario, pero lo curioso es que se mantiene en esos niveles desde que asumió. A diferencia de la gran mayoría de los presidentes, que son muy populares cuando comienzan a gobernar y van perdiendo acompañamiento con el tiempo, el magnate inmobiliario tuvo siempre más rechazos que adhesiones, pero estas no cayeron casi nunca de los 40 puntos.
La precandidata presidencial demócrata Elizabeth Warren habla en un mitin político en Raleigh, Carolina del Norte, el 7 de noviembre de 2019 (REUTERS/Jonathan Drake)


“Las fortalezas de Trump son también sus debilidades. Muchos están disgustados por sus insultos y calumnias a los demás. No es empático y no tiene compasión por quienes sufren desastres naturales u otras crisis. Si bien puede jactarse de una baja tasa de desempleo, su Ley de Recortes de Impuestos de 2017 creó un enorme déficit presupuestario que nos afectará durante muchos años. Sus políticas comerciales y arancelarias han producido dificultades inmediatas para los agricultores y para los trabajadores de la industria automotriz, que son las mismas personas a las que dice representar”, sostuvo John S. Klemanski, profesor de ciencia política de la Universidad de Oakland, en diálogo con Infobae.


A esta altura de sus respectivos gobiernos, casi todos los últimos mandatarios estadounidenses se acercaban o superaban el 50% de apoyo. La gran excepción es Jimmy Carter, que a tres meses de haber asumido tenía el respaldo del 70% de la población, pero a los mil días apenas superaba el 30 por ciento. Es de los pocos que no consiguió la reelección.


No obstante, ser popular no la garantiza. George H.W. Bush terminó 1992 con un 57% de aprobación y al año siguiente fue derrotado por Bill Clinton. En cambio, Barack Obama estaba prácticamente en el mismo nivel que Trump, oscilando entre 42 y 45 por ciento, y fue reelecto con claridad en 2012.


Tener un techo electoral bajo podría condenarlo a la derrota en un país con un sistema electoral de doble vuelta, donde termina ganando el candidato que menos espanto despierta, no necesariamente el más querido. Pero no en el sistema estadounidense, donde hay colegio electoral y ni siquiera es necesario ser el candidato más votado para ganar. De hecho, Trump sacó 2,8 millones de votos menos que Hillary Clinton en 2016, pero ganó en más estados y la superó por 77 electores en el Colegio. Ahora apuesta a repetir la fórmula.
El candidato presidencial demócrata Bernie Sanders habla durante una cumbre sobre la crisis climática en la Universidad Drake, en Des Moines, Iowa, el 9 de noviembre de 2019 (REUTERS/Scott Morgan)


La incierta interna demócrata


La derrota de una figura muy desgastada como la de Hillary Clinton por su larga historia en las altas esferas de la política estadounidense parecía forzar una regeneración en el Partido Demócrata. La expresión más clara de ese movimiento es Elizabeth Warren.


Si bien tiene 70 años, es un rostro nuevo en la política. Es una académica especializada en derecho de quiebras, que se hizo conocida por su fuerte posicionamiento público contra los bancos en la crisis de 2008. Recién en 2013 llegó a su primer cargo electivo al conseguir una banca en el Senado por el estado de Massachusetts, y ahora es una de las favoritas a ganar la primaria. Con un discurso combativo y ambiciosos planes de reforma del sistema de salud y de la economía, que apuntan a una sociedad más igualitaria, tiene mucha llegada a los votantes jóvenes.


Sin embargo, es la precandidata que más rechazo genera entre los votantes conservadores que no se sienten representados por Trump. Muchos la ven como una dirigente radicalizada, que quiere hacer demasiados cambios.


El opuesto sería Joe Biden. El ex senador por Delaware es el postulante más moderado. Claramente es alguien más aceptable para los independientes que no quieren a Trump, pero el ala izquierda del Partido Demócrata lo mira con cierto desencanto. Además, hay dudas por su elevada edad: va a cumplir 77 años a fin de mes. Llegaría con 78 a las elecciones y cumpliría 82 al terminar un eventual primer mandato.


“Creo que Warren seguiría una estrategia basada en la movilización del ala progresista del partido —dijo Katz—. Esto presentará un dilema por su reclamo de un servicio público de salud para todos y el reemplazo de los seguros de salud privados, una política que es muy popular en la izquierda, pero que genera escepticismo entre aquellos a quienes les gusta su seguro. Biden, por el contrario, haría hincapié en su condición de moderado y experimentado, frente a un Trump extremista e irresponsable. Su principal objetivo serían los votantes que apoyaron a Obama en 2012, pero a Trump en 2016. Con respecto a la salud, enfatizaría expandir y mejorar el Obamacare en lugar de reemplazarlo”.


El tercero en disputa es Bernie Sanders, la gran irrupción de la interna demócrata de 2016. Si bien no pudo derrotar a Clinton, sí logró incomodarla, y mucho. Se define socialista y tiene propuestas disruptivas como las de Warren. Pero su figura ya no genera el mismo entusiasmo que hace cuatro años y también se pone en cuestión su edad, ya que tiene 78 años.
El ex presidente Joe Biden con los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren durante el debate presidencial demócrata (REUTERS/Shannon Stapleton)


“El sentido común indicaría que Biden tiene mayores posibilidades de vencer a Trump en 2020 —apuntó Klemanski—. Tiene mayor llegada que Warren a los votantes afroamericanos, y las minorías son parte importante de la base del partido. En 2016, la disminución de su participación fue suficiente para darle a Trump la elección. En segundo lugar, la moderación de Biden en comparación con Warren es más atractiva para los independientes, y presumiblemente no le impediría mantener el apoyo de la base demócrata”.


Biden comenzó la carrera como el gran favorito. En junio tenía 33% de intención de voto de acuerdo con el promedio de encuestas del sitio RealClearPolitics. Pero Warren, que en ese momento estaba en apenas 7%, empezó a crecer después de los debates, al punto de llegar a un empate técnico en octubre, con 26% frente a 27% del ex vicepresidente.


De todos modos, Warren tuvo un tropezón el último mes y perdió seis puntos. Biden sigue primero con 28%, ocho más que la senadora, y tercero está Sanders, con 17%, el mismo porcentaje que tenía en junio.


Si las elecciones fueran hoy, Trump perdería por mucho la competencia por el voto popular. Cualquiera sea su rival, su intención de voto no supera el 43 por ciento. En cambio, los demócratas se mueven entre 50 y 52 por ciento.


“Biden es visto como el candidato con más probabilidades de derrotar a Trump porque es muy conocido y atrae a los votantes moderados. Representa un regreso a la forma en que eran las cosas antes de Trump. Pero la pregunta es si puede generar una alta participación entre los votantes más jóvenes y progresistas, a quienes no les gusta Trump, pero son más liberales que Biden. Ellos apoyan a Warren por amplio margen. La cuestión es si las políticas de Warren no son demasiado liberales para el electorado estadounidense. Trump dirá que es socialista y hará de las elecciones una competencia entre el capitalismo y el socialismo con la esperanza de mantener el apoyo de los republicanos a quienes no les gusta su comportamiento, pero favorecen su política económica”, dijo a Infobae Anthony Corrado, profesor del Departamento de Gobierno del Colby College.
El ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg habla en Manhattan, el 30 de mayo de 2019 (REUTERS/Carlo Allegri/File Photo)


“Trump tiene dos grandes fortalezas —dijo Katz—. La primera es que parece tener la lealtad absoluta de aproximadamente el 35% del electorado. Aunque está lejos de ser una mayoría en el país, es una sólida mayoría dentro del Partido Republicano, y eso hace que otros republicanos teman desafiarlo. La segunda es que es un maestro en la manipulación de los medios de comunicación. Incluso cuando los ataca, estos informan de los ataques simplemente como declaraciones de la Presidencia y le permiten establecer la agenda noticiosa. Su tercera fortaleza es estructural: que el presidente sea elegido por el Colegio Electoral y no por el voto popular directo. Mientras pueda ganar en los estados decisivos motivando a los votantes blancos, hombres y de educación baja, puede permitirse el lujo de perder en los grandes estados y aún así ser reelecto”.


El objetivo de las elecciones en Estados Unidos es ganar en el Colegio Electoral, no en la suma total de votos a nivel nacional. Cada estado tiene un número fijo de electores, acordes con su población, y en casi todos basta con ganar por un voto para quedarse con todos los que se ponen un juego. En 2016, Trump se impuso por apenas 1,2% en Florida, pero se quedó con los 29 votos que le corresponden en el Colegio.


“La estrategia de Trump va a ser replicar su éxito ganando en los estados claves de Pensilvania, Michigan y Wisconsin o tratar de robarle uno o dos estados a los demócratas, tal vez Minnesota, por ejemplo. Aunque dado el resultado de las elecciones de medio término, en las que su figura fue un problema, parece poco probable que pueda hacerlo. ¿Cómo podría lograrlo? Empleando el mismo tipo de tácticas que usó contra Hillary Clinton. No es que Trump consiguió que más gente votara por él, sino que que convenció a los potenciales votantes de Hillary para que se quedaran en casa. Al pintar a tu oponente bajo una luz negativa, disminuyes la participación de sus electores”, explicó Sean Q Kelly, profesor de ciencia política de la Universidad Channel Islands, consultado por Infobae.
Trump en el escenario en Luisiana (REUTERS/Leah Millis)


Por eso, más importante que ver las encuestas a nivel país es mirar cómo están en los estados más disputados. En las elecciones pasadas hubo, aparte de Florida, otros cinco en los que Trump le ganó a Hillary por menos de 5 por ciento: Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Arizona y Carolina del Norte. Cuando se observan los sondeos en ellos se llega a la conclusión de que el Presidente no está tan mal encaminado para la reelección.


Trump ganó las elecciones con 304 votos en el Colegio, contra 227 de su contrincante. Como se necesitan 270 para vencer, podría perder hasta 34 y aún así ser reelecto. Asumiendo que vuelva a quedarse con los estados en los que ganó por mayor diferencia, si pierde Florida no podría ceder ninguno de los otros cinco. Pero si gana allí podría perder hasta dos, a menos que sean Pensilvania y Michigan, que suman 36 electores.


Si la candidata demócrata fuera Warren, Trump sería reelecto porque le ganaría en los seis estados, según encuestas de The New York Times y Siena. Si fuera Sanders, también, porque perdería solo en Michigan y en Wisconsin, que suman 26 electores.
Seguidores de Trump llenaron un estadio en Monroe (REUTERS/Leah Millis)


Pero Biden lo derrotaría, ya que Trump apenas lo supera en Carolina del Norte. En cualquier caso, el desenlace es absolutamente incierto, porque en los seis estados las diferencias están dentro del margen de error. En Michigan y Pensilvania, Biden lo aventaja por un punto; en Wisconsin y Florida, por dos; y en Arizona, por tres.


“Creo que el candidato más fuerte contra Trump sigue siendo Joe Biden. Los estados del norte del Medio Oeste, Michigan y Wisconsin, junto con Pensilvania, fueron responsables de la victoria de Trump en el Colegio Electoral en 2016. Biden es nativo de Pensilvania e históricamente ha tenido un fuerte apoyo de los demócratas de cuello azul, algunos de los cuales votaron por Trump. Dicho esto, creo que cualquiera de los principales candidatos demócratas puede vencer a Trump el próximo noviembre”, explicó Richard A Arenberg, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Brown, consultado por Infobae.
Donald Trump en el mitin de campaña en Monroe, Luisiana, el 6 de noviembre de 2019 (REUTERS/Leah Millis)


La sombra del juicio político


A medida que se conocen las declaraciones de los testigos citados por el Comité de Justicia de la Cámara de Representantes, Trump parece más complicado por el avance del proceso. Pero, como su nombre lo indica, el juicio es político, no jurídico. Más allá de si infringió o no alguna norma, lo decisivo es cuánto apoyo político tiene.


Trump puede mirar el impeachment con cierta tranquilidad. La media de sondeos de FiveThirtyEight revela que, entre el público en general, el 48% está a favor del proceso y el 44% está en contra. Antes de las revelaciones sobre Ucrania, los números eran inversos. En julio solo el 38% lo apoyaba y el 53% lo rechazaba.


Pero aunque la mayoría esté a favor de destituirlo, el juicio no se resolverá en las urnas, sino en el Senado. Se necesitan dos tercios de la cámara para desplazar a un presidente y los republicanos tienen mayoría. Así que los demócratas necesitarían que una porción importante de ellos vote contra el presidente.


“El impeachment está funcionando para fortalecer los sentimientos negativos hacia Trump entre los votantes independientes y moderados, pero está sirviendo principalmente para reforzar la oposición a los demócratas y el apoyo que Trump recibe de su base. Aunque es probable que la cámara demócrata vote a favor de enjuiciar a Trump, es muy poco probable que el Senado lo condene”, dijo Corrado.
El republicano fustigó a los demócratas en su discurso (REUTERS/Leah Millis)


Hay evidencias de que muchos senadores republicanos tiene profundas diferencias con Trump. Pero están en un dilema, porque comparten votantes, y estos están masivamente en contra del impeachment. Sólo el 10% está favor, frente al 82% de los demócratas y el 44% de los independientes.


Aunque crean que el mandatario es culpable, votar por la destitución sería un suicidio para muchos de ellos. El peligro de ser castigados por sus propios seguidores cuando quieran renovar sus bancas es demasiado grande.


“No tiene precedentes el caso de un presidente que se presente a la reelección habiendo sido enjuiciado por la Cámara de Representantes, pero absuelto por el Senado. Bill Clinton ya había sido reelecto cuando le sucedió. Si bien el juicio político no tuvo un efecto decisivo en las elecciones de medio término de 1998, tuvo un modesto impacto positivo a favor de los demócratas. El impeachment pesaría sobre la campaña de Trump, pero es probable que sus partidarios más bulliciosos se energicen. Algunos de los modelos actuales para predecir su desempeño en las elecciones, que se basan en indicadores económicos, sugieren que será reelecto porque la economía estadounidense es fuerte. En circunstancias normales, estas previsiones serían bastante fiables, pero en este caso la presencia de un juicio político podría confundir”, concluyó Kelly.

España vuelve a las urnas con el reto de romper el bloqueo político y formar gobierno

España vota presidente por cuarta vez en cuatro años sin garantías de gobernabilidad ante los sondeos que vuelven a reflejar un Parlamento fragmentado y dividido en dos bloques, el de izquierda y el de derecha, sin que ninguno sume mayoría absoluta.


El primer Ministro español Pedro Sanchez Saluda al líder del partido Podemos, Pablo Iglesias.

Más de 37 millones de españoles están llamados a votar este domingo en unas elecciones anticipadas con las que se busca romper el bloqueo político que impidió formar gobierno hace seis meses, en un escenario de gran polarización e inestabilidad por la escalada del conflicto de Cataluña.


Los 28.868 centros electorales repartidos por toda España abrieron sus puertas a las 9 hora local (5 en Argentina) con "total normalidad" y cerrarán a las 20 horas (16).

En Cataluña no se produjeron incidentes a pesar del temor a un boicot por parte del movimiento independentista, que anunció tres jornadas consecutivas de protestas sorpresas a partir de mañana.

España vota por cuarta vez en cuatro años sin garantías de gobernabilidad ante los sondeos que vuelven a reflejar un Parlamento fragmentado y dividido en dos bloques, el de izquierda y el de derecha, sin que ninguno sume mayoría absoluta.

La incertidumbre, no obstante, es total, ya que los resultados dependerán del nivel de abstención y de lo que decidan a último momento los 2 millones de indecisos que reflejan las encuestas, que son quienes pueden decantar la balanza en un clima político pensionado por el conflicto catalán y la amenaza de un fuerte ascenso de los ultraderechistas de Vox.

Los principales candidatos a la presidencia del gobierno de España ya votaron y alertaron de la importancia de una elevada participación para lograr un resultado que permita salir del bloqueo.

"El voto de hoy decidirá la España de mañana", aseguró el presidente del gobierno español y aspirante a la reelección, el socialista Pedro Sánchez, tras animar a los españoles a votar, luego de sufragar en un centro cultural de la madrileña localidad de Pozuelo de Alarcón.

Sánchez, favorito a ganar los comicios, apuesta por ampliar el respaldo a su Partido Socialista (PSOE) para tener más fuerza para negociar un gobierno en solitario, sin verse forzado a pactar con el partido de izquierda Unidas Podemos (UP), que exige gobernar en coalición.

En cambio, el líder de UP, Pablo Iglesias, deseó hoy "una participación amplia" para que España pueda formar un gobierno progresista, consciente de que el electorado de izquierda está menos movilizado que el de la derecha, ante la frustración que supuso el fracaso de las negociaciones entre su partido y el PSOE tras las elecciones del 28 de octubre.

Después de votar en un municipio cerca de Madrid, Iglesias prometió "dejar atrás los reproches" esta misma noche, y "tender la mano al Partido Socialista", ya que "combinar la valentía de Podemos y la experiencia del PSOE puede convertir a nuestro país en un referente de políticas sociales".

La mayoría progresista, sin embargo, está amenazada por el bloque de la derecha, que sube impulsado por Vox.

"Ahora es cuando podemos elegir entre continuidad y cambio. Y podemos enviar mensaje a los partidos sobre qué política económica o territorial queremos para España", afirmó, por su parte, el líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado, quien puede liderar un gobierno alternativo de derecha.

A su turno, el líder del partido liberal Ciudadanos, Albert Rivera, animó a participar a los moderados para "evitar que gane los extremos", y tras prometer que si la derecha suma un diputado más, habrá gobierno entre "PP y Ciudadanos", también garantizó que si su partido va a la oposición "desbloqueará el país".

En tanto, el presidente catalán, Quim Torra, votó en un barrio de Barcelona, desde donde reivindicó que "los votos son el terreno de juego de los catalanes", llamando de votar con determinación a los independentistas, luego de mostrarse convencido de que la jornada electoral será tranquila, sin sobresaltos.

Evo Morales volvió a convocar a elecciones en Bolivia en medio de las denuncias de fraude

Lo hizo después de un duro informe de la OEA. Alberto Fernández y el Grupo Puebla habían apoyado al presidente de Bolivia.



Evo Morales convocó a nuevas elecciones en Bolivia, ante la escalada de violencia en su país en medio de denuncias de fraude. La decisión la dio a conocer este domingo cuando se conoció un informe de la OEA que alerta sobre "fallas graves" en el proceso.

"Escuchando a la Central Obrera Boliviana, el Pacto de Unidad y otros sectores sociales, he decidido renovar la totalidad de los vocales del Tribunal Supremo Electoral y convocar a nuevas elecciones generales que, mediante el voto, permitan al pueblo boliviano elegir democráticamente a sus nuevas autoridades, incorporando a nuevos actores políticos", informó Morales en una conferencia de prensa el hangar de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB).

El presidente de Bolivia también anunció que renovará el Tribunal Supremo Electoral. Según explicó, la Asamblea Legislativa se reunirá con las fuerzas políticas para establecer los procedimientos de elección de los nuevos vocales, aunque todavía no se precisó la fecha para los nuevos comicios.

Junto a su vice, Álvaro García Linera, y representantes de movimientos sociales afines, el boliviano pidió "bajar la tensión" en su país y reclamó: "Todos tenemos la obligación de pacificar Bolivia".

Alberto Fernández al encabezar este sábado el encuentro del Grupo de Puebla en Buenos Aires, manifestó su "total respaldo" al presidente boliviano en lo que consideró un "intento de interrumpir el orden constitucional" de ese país. En rigor, en esa cumbre de dirigentes progresistas latinoamericanos se definió a Morales como "presidente legítimo" de Bolivia.

Riccardo Ehram, el periodista que derribó el Muro de Berlín con una pregunta


Riccardo Ehram, el periodista que tiró el muro de Berlín.


“Riccardo, ¿che cazzo hai fatto?” (Riccardo, ¿qué carajo hiciste?), gritaba al otro lado de ese teléfono negro el embajador de Italia en la RDA, Alberto Indelicatto. “Todos los periodistas me dijeron que has sido tú quien causó todo esto”, seguía el diplomático diciendo a Riccardo Ehrman, el corresponsal de la agencia estatal italiana ANSA en Berlín Este. “Riccardo, e un casino” (es un desastre). En el “reto” del embajador había una mezcla de enojo y orgullo.


No había pasado una hora desde que Riccardo Ehrman había realizado una pregunta al portavoz oficial del gobierno de la República Democrática de Alemania que derrumbó el muro que había dividido Berlín durante 28 años. Era el 9 de noviembre de 1989. Treinta años más tarde, Riccardo Ehrman, recuerda aquel episodio con nostalgia y los ojos aguados de sus nueve décadas de vida. Lo hace mientras riega sus plantas del balcón de su departamento en el barrio La Latina de Madrid, donde vive desde entonces con su esposa española, Margarita.


Esa tarde primaveral de noviembre del 89, los periodistas acreditados fueron convocados a una rutinaria conferencia de prensa de Günter Schabowski, vocero y primer secretario del Partido Comunista de la RDA. Riccardo tenía información de que “era posible” de que no se tratara de una rueda de prensa más. Tenía que estar atento a las palabras de Schabowski. Suponía que, como todo en la esfera de la Unión Soviética, se podría deslizar alguna palabra que pudiera ser interpretada por los “kremlinólogos” de entonces. Nada directo. Ese no era el estilo en ese Berlín oscuro y represivo en el que reinaba la Stasi, la policía secreta del régimen.


Cuando llegó, Riccardo ya no tenía butaca en la pequeña sala y se sentó a un costado del estado. “Schabowski, estuvo hablando dos horas sin decir nada, como siempre”, dice Ehrman. Cuando llegó el turno de preguntas, Ehrman levantó la mano varias veces, pero Schabowski lo ignoró. Casi al finalizar, el portavoz miró al italiano y lo dejó preguntar. Ehrman tenía la pregunta preparada y la soltó con un cierto temblor en su voz: “¿No cree que han cometido un error con su ley de permisos para viajar?”. Aparentemente, un asunto burocrático de los tantos que regían entonces en ese país. Pero no. Era una pregunta crucial.

Günter Schabowski, vocero y primer secretario del Partido Comunista de la RDA.


Era un momento muy crítico para la RDA. Miles de alemanes del Este estaban escapando por Hungría hacia Austria. Cada día había manifestaciones en diversas ciudades pidiendo libertad. Pero en lugar de facilitar las visas, el gobierno comunista había reaccionado endureciendo la política de permisos de viaje. Ese era el “error” al que se refería Ehrman.


Schabowski contestó enojado, con la cara roja. “¿Error? Nada de eso. De hecho, tengo aquí el borrador de una nueva ley de viajes”, dijo y sacó una hoja de papel membretada del partido. “Una ley que concede a los ciudadanos la decisión soberana de viajar adonde quieran”, dijo Schabowski. Y añadió: “Hemos decidido hoy que los ciudadanos de la RDA puedan viajar por los pasos fronterizos". Ehrman no podía creer lo que estaba escuchando y comenzó a lanzar una pregunta tras otra al portavoz.


Schabowski acercó el papel para ver mejor. Se produjo un silencio como si el recinto hubiera descendido, de pronto, a las profundidades del mar.


-Ehhh, con carné de identidad -respondió Schabowski.


-¿Cuándo? -gritaron varios periodistas a la vez.


Schabowski se rasca la cabeza y aclara.


-Los visados de salida se entregarán sin demora y quedan anulados los requisitos previos (demostrar la necesidad del viaje o vínculos familiares).


-¿Cuándo entra en vigor?.


El portavoz vuelve a mirar sus papeles


-Según la información de que dispongo, con efecto inmediato.


-¿Vale también para Berlín Occidental?


Schabowski vuelve a mirar los papeles. Vacila. Baja la vista. Se acomoda los anteojos.


-La salida puede realizarse a través de todos los pasos fronterizos de la RDA con la RFA y Berlín Occidental.


La sala, súbitamente, no solo subió a la superficie ebullente, sino que se prendió fuego. Los periodistas comenzaron a correr hacia los teléfonos.


El intercambio entre Riccardo Ehrman y sus colegas con Günter Schabowski ya era Historia. De hecho, lo que había sucedido en ese momento era la caída del Muro de Berlín.


La conferencia de prensa se estaba transmitiendo en directo por varias cadenas de televisión tanto del Este como del Oeste. Miles de berlineses del Este salieron corriendo a los puestos fronterizos exigiendo salir de inmediato. Los guardias no sabían qué hacer. ¿Dónde está la orden? ¿Dónde están los permisos? ¿Sus visas? “No hacen falta: lo dijeron en televisión”, respondía la gente. Y en lugar de disparar como hubieran hecho hasta un momento antes, los guardias levantaron las barreras. Las radios hicieron el resto cuando comenzaron a difundir la noticia. Con sed de libertad, los alemanes del Este se subieron a sus endebles autos soviéticos y salieron a dar un paseo prohibido hasta el momento. La alegría era inmensa.
Alemanes de uno y otro lado del muro festejan su caída el 9 de noviembre de 1989.


Después de mandar su despacho a Roma, Riccardo Ehrman se acercó al puesto de aduana de la Friedrichstrasse, en el Mitte de Berlín. La gente que estaba en la larga fila para pasar al lado occidental lo reconoció. “¡Miren, ese es el periodista que hizo la pregunta!”, contó Ehrman a un periodista español que lo entrevistó poco tiempo después. “Unos muchachos que vinieron a darme la mano, estaban tan felices que comenzaron a saltar a mi alrededor y terminaron levantándome en hombros”, cuenta.


Luego fue a la Postdamer Plazt, no muy lejos del Checkpoint Charlie (el cruce controlado por los estadounidenses) y vio que estaban derribando el Muro a martillazos. Ehrman recogió varios trozos. La mayoría los regaló. Sólo se quedó con uno muy pequeño que tiene en una repisa de su casa.


Lo que Riccardo no contó por mucho tiempo es que cuando hizo la pregunta que tiró ese muro, tenía una información obtenida gracias a la mano culinaria de su esposa Margarita. Los Ehrman habían llegado a Berlín del Este en 1976. Él era un periodista ya experimentado que había trabajado para ANSA en varios países. Hablaba alemán y en ese momento ser corresponsal detrás de la Cortina de Hierro era la ambición de muchos. Consiguieron un departamento bastante confortable y grande en el sector controlado por los soviéticos, que eran los verdaderos “patrones” de la ciudad y el país. Sus primeros amigos fueron diplomáticos occidentales, pero de a poco comenzaron a intimar con algunos funcionarios alemanes y rusos. “Los seducíamos por el estómago”, dice Ehrman entre risas. “Mi mujer cocina muy buenos platos italianos y teníamos acceso a productos italianos que no se conseguían en la órbita soviética. “Hacíamos cenas a las que íbamos invitando a personajes del gobierno y así nos enterábamos de lo que estaba sucediendo. De otra manera era muy difícil”, explica. Por la casa de los Ehrman pasaban regularmente Klaus Gysi, ministro de Cultura; Oskar Fischer, el canciller; Günter Pötschke, director de la agencia de noticias oficial, ADN. Y muchos otros. Incluso, algunos que pedían que no dijeran a nadie que habían estado allí.


Los atraían los raviolis, los fetuccini a la Alfredo o el ossobuco preparados por Margarita. Pero la clave era la grappa, el aguardiente italiano, que alemanes y rusos bebían como agua de manantial. “Empezaban con un aperitivo, después mucho vino rosso y terminaban con varias copas de grappa que me enviaban en cajas desde la agencia”, recuerda Ehrman. Cuando se emborrachaban, comenzaban a hablar. Y así el corresponsal italiano se convirtió en un uno de los periodistas mejor informados de la RDA. Comentaban intimidades de los jerarcas; de las visitas a la embajada soviética, frente a la Puerta de Brandemburgo, para recibir instrucciones; de la distribución de alimentos; los contactos secretos con funcionarios occidentales para coordinar intercambios de espías. Hasta que una noche de los primeros días de noviembre del 89, hablando de la crisis generada por la salida de miles de alemanes del Este por Hungría y Checoslovaquia, Günter Pötschke, el jefe de la agencia estatal de noticias, le dijo que la clave estaba en una ley de viajes. “Cuando vayas a la próxima rueda de prensa pregunta sobre la nueva legislación para salir del país. Creo que hay alguien que la está parando”, le dijo. Dos días más tarde, Ehrman tuvo la oportunidad.
Conferencia de prensa de Günter Schabowski, vocero y primer secretario del Partido Comunista de la RDA, el 9 de noviembre de 1989. Riccardo Ehrman está sentado en el escenario, en la esquina del podium.


Riccardo fue a la conferencia de prensa con dudas. No tenía muy en claro de qué se trataba la nueva ley, si era una flexibilización de los permisos de viajes, si era para facilitar los viajes dentro del bloque soviético o si se trataba de eliminar las restricciones para pasar a Alemania Occidental. Lanzó la pregunta y por la cara del portavoz Schabowski se dio cuenta de que había tocado una cuerda muy sensible. Le temblaban las manos cuando sacó la hoja de papel de su bolsillo. Era apenas un borrador de la ley, pero al decir que tenía efecto a partir de ese momento, provocó el derrumbe del muro que separaba las dos Alemanias y el propio. Al día siguiente fue destituido por el politburó del partido.


Schabowski pasó dos años en el ostracismo más absoluto hasta que reapareció convertido en diseñador y corrector de textos de la revista Heimat-Nachrichten (Noticias de la Patria), en Bebra, una pequeña localidad en el estado de Hesse. Una modesta ocupación para alguien que había tenido tanto poder en la República Democrática Alemana. Había sido director del periódico Neues Deutschland, responsable del partido en Berlín, miembro del Comité Central y, al final, del Politburó. Todos los periodistas sospechaban que semejante ascenso se debía a su mujer rusa, Irina, probablemente una agente de la KGB.


Riccardo Ehrman siguió unos años en Berlín. Ya tenía fama de ser buen periodista y mejor gourmet. Creó la filial alemana de la Accademia Italiana della Cucina, una organización mundial que promueve los restaurantes de auténtica comida italiana. Schabowski y Ehrman se siguieron viendo. Para el décimo aniversario de la caída del Muro se tomaron fotos juntos ante lo que quedaba de esos bloques de cemento. Schabowski escribió un libro de memorias, donde recordaba aquel 9 de noviembre, bajo el título de “Hicimos casi todo mal” (Wir haben fast alle falsch gemacht).


Según Schabowski, la hoja que le había entregado Egon Krenz, el nuevo secretario general del SED (el partido comunista) y jefe de Estado, no mencionaba una fecha concreta y, nervioso y acorralado por los periodistas, improvisó el fatídico “con efecto inmediato”. “Queríamos satisfacer las expectativas del pueblo y demostrar que se podía iniciar un nuevo camino bajo la égida del socialismo”, escribió. Krenz y Schabowski junto a Siegfried Lorenz, otro miembro del Politburó, habían forzado tres semanas antes la defenestración de Erich Honecker, el líder histórico que había dirigido el país durante 13 años con brutalidad soviética. Ocurrió después de una larga disputa dentro del SED entre la línea dura y los partidarios de emprender reformas y abrir las fronteras ante la fuerte presión popular.


El proyecto de modificación de la ley de los viajes al extranjero llevaba semanas dando vueltas entre el Consejo de Ministros y el Politburó, bloqueado entre marchas y contramarchas. Schabowski explicó en su libro que la nueva norma “fue el verdadero motivo de la ruptura con Honecker y de su caída". El antiguo líder salió al exilio en Moscú hasta que allí también cambiaron los vientos y se refugió en Santiago de Chile, donde vivía una de sus hijas. Allí murió en mayo de 1994.
El ex periodista y vocero de la RDA, Guenter Schabowski,. en una foto muchos años después de la caída del Muro, al presentar su libro "Hicimos casi todo mal"


El proceso había comenzado en agosto de 1989, cuando el gobierno reformista de Hungría suprimió las restricciones fronterizas con Austria que era la puerta de salida de la Cortina de Hierro. En septiembre, más de 13.000 alemanes orientales consiguieron escapar al Oeste a través de Hungría. Miles trataron también de alcanzar Occidente tomando las instalaciones diplomáticas en Praga, Checoslovaquia. La respuesta de la RDA fue poner a disposición de los refugiados trenes especiales hacia Alemania Occidental. Como excusa afirmaba que estaba expulsando a “criminales y traidores antisociales irresponsables”. Pero ya no podían ocultar nada. En ciudades alemanas del Este como Dresde y Leipzig se registraban enormes marchas reclamando las libertades democráticas, la disolución de la Stasi y reformas dentro del socialismo.


Ignorando las protestas, Honecker y el resto del Politburó celebraron el 40º aniversario de la RDA en Berlín Este el 7 de octubre con un tradicional desfile de enorme cantidad de soldados junto a tanques y misiles. Esa misma noche comenzaron las primeras manifestaciones multitudinarias en Berlín Oriental. Once días después caía Honecker y asumía Krenz. El nuevo gobierno no duró ni un mes. El 9 de noviembre la multitud forzaba la salida hacia el lado occidental mientras jóvenes de los dos lados golpeaban con picos y masas el muro de la vergüenza. Los alemanes occidentales estaban tan felices que recibían a sus hermanos orientales con fiestas en sus casas. El canciller Helmut Kohl decidió homenajear a todos los que cruzaban desde el Este y les entregó 100 marcos occidentales como regalo de bienvenida.

El ataque de los sensibles de Wall Street

Paul Krugman







Debido a la reciente atención que han recibido las políticas de salud, tal vez piensen que el complejo industrial médico estaría muy involucrado en la contienda de las primarias del Partido Demócrata, totalmente dispuesto a obstaculizar a Elizabeth Warren. Y, en efecto, una coalición de empresas farmacéuticas, aseguradoras y hospitales sacó al aire comerciales que atacan el programa de atención médica “Medicare para todos”.


Sin embargo, la función política de la industria de la salud ha sido moderada hasta ahora. En parte, esto puede reflejar realismo: incluso si Warren se convierte en presidenta, son pocas las posibilidades de que “Medicare para todos” se apruebe en el Congreso. También puede reflejar la sorprendente apertura de los médicos a la reforma. Aunque la Asociación Médica Estadounidense todavía se opone oficialmente al sistema del pagador único, en una reunión reciente, el 47 por ciento de los delegados votó por abandonar esa oposición.


No, la respuesta negativa verdaderamente intensa contra Warren y los demócratas progresistas en general proviene de Wall Street. Aunque, en parte, esa oposición refleja intereses personales, el odio a Warren en Wall Street tiene un grado de virulencia, que algunas veces raya en la histeria y va más allá del cálculo político normal.


¿Qué hay detrás de esa virulencia?


Primero, hablemos sobre los motivos racionales por los que a Wall Street le preocupa Warren. Por supuesto que ella está haciendo un llamado para aumentar de manera importante los impuestos a los más acaudalados, aquellos cuya riqueza exceda 50 millones de dólares, y la industria financiera tiene una fuerte representación en ese club de élite. Además, dado que aumentar los impuestos a los más ricos es bastante popular, es una idea que una presidenta progresista podría convertir en una política real.


Warren también cree firmemente en la regulación financiera más estricta; la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor, que era altamente eficaz hasta que el gobierno de Trump se propuso acabar con ella, fue su creación.


Entonces, si eres un multimillonario de Wall Street, el interés personal racional bien podría inducirte a no estar de acuerdo con Warren. Sin embargo, la racionalidad no explica por qué un administrador de fondos como Leon Cooperman —quien apenas hace dos años resolvió fuera de los tribunales una demanda por tráfico de información privilegiada con el pago de 5 millones de dólares, aunque no admitió haber actuado ilegalmente— haría circular una vergonzosa y autocompasiva carta abierta en la que denuncia a Warren por no valorar todas las cosas maravillosas que los multimillonarios como él hacen por la sociedad.


Tampoco explica por qué Cliff Asness, otro administrador de fondos, montaría en cólera contra el asesor de Warren, Gabriel Zucman, por usar el término “maximización de los ingresos” —un término estándar de la jerga económica— el cual describe como que es “repugnantemente inmoral”.


Me parece que la verdadera revelación aquí es que buena parte de los insultos que Wall Street ahora está dirigiendo a Warren anteriormente eran, de entre todas las personas posibles, para el presidente Barack Obama.


Objetivamente, Obama trató a Wall Street con guantes de seda. Después de una devastadora crisis financiera, su gobierno rescató a las instituciones afectadas bajo términos favorables. Él y los demócratas en el Congreso impusieron algunas regulaciones nuevas, pero fueron muy moderadas en comparación con las que entraron en vigor después de la crisis bancaria de la década de 1930.


Sin embargo, en varias ocasiones mencionó a los “peces gordos” de los banqueros y sugirió que los excesos de la industria financiera eran responsables de la crisis de 2008 porque, bueno, lo eran. El resultado, muy al principio de su gobierno, fue que Wall Street se dejó llevar por la “rabia contra Obama” y la industria financiera le dio todo su apoyo a Mitt Romney en 2012.


Por cierto, me pregunto si esta historia ayuda a explicar un aspecto extraordinario de la recaudación de fondos en la actual campaña de las elecciones primarias. No es de sorprender que Warren haya obtenido tan poco dinero del sector financiero. Sin embargo, sí sorprende que el principal beneficiario no sea Joe Biden sino Pete Buttigieg, quien se encuentra en un distante cuarto lugar en las encuestas. ¿Biden está padeciendo los efectos prolongados de aquella rabia de la era de Obama?


En todo caso, la cuestión es que los multimillonarios de Wall Street, incluso más que los megarricos en general, parecen ser muy susceptibles y emocionalmente incapaces de tolerar las críticas.


No estoy seguro de por qué ese debería ser el caso, pero tal vez lo que suceda es que para sus adentros sospechan que los críticos tienen razón.


Después de todo, ¿qué hacen realmente las finanzas modernas por la economía? A diferencia de los capitalistas ladrones de antaño, los magnates de Wall Street de nuestros días no construyen nada tangible. Ni siquiera financian a la gente que realmente está construyendo las industrias del futuro. La vasta expansión del crédito en Estados Unidos alrededor de 1980 básicamente se relacionaba con un auge en la deuda del consumidor en lugar de recursos nuevos para la inversión empresarial.


Además, cada vez existen más pruebas de que cuando el sector financiero se hace demasiado grande, en realidad actúa como un lastre para la economía y hace mucho que Estados Unidos ya no está para eso.


Ahora, siendo la naturaleza humana como es, la gente que se pregunta en secreto si en realidad merecen la riqueza que tienen se enfurece especialmente cuando otros expresan públicamente esa duda. Así que no es ninguna sorpresa que quienes no pudieron con las críticas moderadas y amables de Obama estén perdiendo el control por completo con Warren.


Lo que esto significa es que deberíamos tener cuidado con las declaraciones de Wall Street de que las políticas progresistas tendrían efectos funestos. Dichas afirmaciones no reflejan una profunda sapiencia económica; en gran medida provienen de gente con mucha riqueza, pero con un ego frágil, cuyas diatribas deberían descartarse oportunamente.

Incendios y saqueos en Santiago durante “la tercera marcha más grande de Chile”




Una multitudinaria marcha pacífica en Santiago terminó en incidentes que provocaron un incendio en una universidad y saqueos en una iglesia para quemar su mobiliario en una barricada, entre otros incidentes en Chile, que luce perplejo ante un descalabro social que cumplió tres semanas el viernes.


Decenas de miles de manifestantes asistieron a la llamada tercera “marcha más grande de Chile”, en la céntrica Plaza Italia de Santiago, donde a pocos metros y en medio de disturbios se quemó parte de una sede de la privada Universidad Pedro de Valdivia, que alberga las oficinas de la rectoría de la institución.


La casa patrimonial, construida en 1915, comenzó a arder por el techo cuando manifestantes encapuchados se enfrentaron con agentes antimotines que habían encendido barricadas en los alrededores, indicaron testigos a medios locales.


Lo primero que se vio arder fue el techo de madera de la edificación donde los carros de bomberos tuvieron problemas para desplegarse por la presencia de manifestantes, informaron fuentes de la Intendencia de Santiago.


Muy cerca de la universidad siniestrada, un grupo de encapuchados saqueó una iglesia histórica, la Parroquia de La Asunción construida en 1876, y utilizó parte del mobiliario para encender barricadas.
Encapuchados observan cómo se incendia una sede de la Universidad Pedro de Valdivia (Reuters)



Durante la concentración pacífica en Plaza Italia, los manifestantes habían desplegado un enorme lienzo llamándola “Plaza de la Dignidad”.


Una marea humana se reunió por tercer viernes seguido portando banderas chilenas, silbatos y máscaras de distintos personajes junto a carteles con mensajes contra el gobierno de Sebastián Piñera.


La tercera marcha, convocada en redes sociales, buscaba igualar una del 25 de octubre que reunió 1,2 millones de personas y que fue seguido por otra no tan masiva, el 1 de noviembre.


Pero los incidentes violentos, liderados por encapuchados que se suceden desde el 18 de octubre, también han opacado un poco el movimiento que sin embargo sigue activo día tras día.


“Desafortunadamente las necesidades de la gente están siendo el ‘Caballo de Troya’ para todo lo malo que está pasando en la calle”, dijo Hernán, un conserje de un edificio de Santiago, de 60 años.
Reuters


Desde aquel viernes 18 de octubre, cuando el aumento en la tarifa del metro destapó la ira en las calles de Santiago, los chilenos reclaman contra las desigualdades en un país con una economía próspera de libre mercado pero con un Estado ausente o laxo en educación, salud y pensiones.


Veinte muertos y más de mil heridos han dejado las manifestaciones con disturbios que han golpeado a pequeños y medianos empresarios de una de las economías más estables de América Latina.


Felipe Berríos, sacerdote jesuita y referente de opinión pública, dijo a la AFP que cree que el gobierno de Sebastián Piñera, uno de los hombres más ricos de la región, ha sido muy lento para reaccionar, porque justamente está tocando intereses de los más poderosos.


"Hay cosas urgentes como el tema de las pensiones, el sueldo mínimo (de 418 dólares). Eso es para calmar la fiebre, pero para terminar con la enfermedad se requiere hacer un cambio de Constitución, ya que tenemos una que protege el privilegio de algunos, entonces es un desafío mayor y por eso es que hay tanta tensión", indicó Berríos.


Una reforma a la carta magna, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), parece ser la clave para salir de una crisis que el gobierno se empeña en tratar como un tema de desorden público.



La activista Javiera Parada, exagregada cultural de Chile en Estados Unidos durante el gobierno de la socialista Michelle Bachelet (2014-2018), considera que "claramente ha habido una falla en el sistema político". "El descontento ciudadano es con una política que no está al servicio de la gente", dice.


Parada renunció al partido de izquierda Revolución Democrática tras rechazar el respaldo que esa agrupación le dio a una acusación constitucional para destituir a Piñera. En una carta pública, pidió a sus pares responsabilidad política y unidad.


"Cuidado con bajar los estándares democráticos cuando nos conviene", advirtió esta actriz y política, de 45 años, cuyo padre, José Manuel Parada, fue asesinado durante la dictadura.


Como promotora de cabildos ciudadanos, Parada cree que un proceso Constituyente podrá descomprimir la movilización.


Para Chile, que estuvo 17 años bajo una dictadura -que dejó 3.200 muertos y más de 1.000 desaparecidos-, significó un gran desafío unirse para sacar al dictador a través de un plebiscito, en 1988.


"El siguiente desafío fue terminar con un 40% de pobreza y un 20% de indigencia de extrema", recuerda Berríos, fundador de la ONG Techo.


A medida que el país crecía afrontó retos para instaurar derechos civiles, pero ahora "tenemos un desafío que es más complejo, porque tiene que ver con un mejor trato entre los chilenos, que no haya un chileno de primera ni de segunda clase", agrega.


La crisis se alarga, los reclamos de un movimiento sin líderes identificables suben y bajan al ritmo de likes y “trending topics” en las redes sociales, y Piñera luce desorientado para calmar la calle.

“Ostalgie”: de la añoranza por Alemania Oriental a la emergencia de la ultraderecha


Policía del Este vigilando a la gente mientras cruza el muro el 14 de noviembre de 1989 (


En Rusia existe la costumbre de sentarse algunos minutos en silencio antes de un viaje para pensar en los días buenos, los malos y prepararse para las incertidumbres en torno al futuro. Es posible que para los ciudadanos de la República Democrática de Alemania (RDA) los años posteriores a la caída del muro hayan sido bastante silenciosos. Cuando el último ladrillo cayó, la espuma bajó y la promesa de las libertades se cumplió -al menos formalmente-, los alemanes orientales comenzaron a experimentar una despedida particular: la de la promesa de que era posible vivir en una sociedad buena y bella, donde cada cual aportara lo que podía y recibiera lo que se merecía.


Aunque no es sencillo identificar en cada caso el objeto puntual de la nostalgia, los expertos afirman que la Ostalgie está presente en muchos de los aspectos de la realidad alemana actual, desde los souvenirs de viaje hasta los discursos políticos de ciertos partidos, como el ultraderechista Alternative für Deutschland (AfD).
Jóvenes en una Feria en Leipzig, cerca de 1982


“Hay varias generaciones del Este afectadas de forma distinta por la caída del Muro, y depende con quién hables dirá algo distinto sobre la Ostalgie. Entre los más ancianos será común encontrar a quienes extrañan el régimen en sí. Era una sociedad con un sistema, y todos tenían un lugar dentro de ese sistema. Sin embargo, entre la gente más joven que quizás apenas hizo la primaria en Alemania Oriental primará la idea de que las promesas de la reunificación no se cumplieron o que apenas se cumplieron en forma parcial. En ese sentido no es que se añora algo concreto, sino que lo que se extraña es el tiempo pasado, la idea de ‘entonces al menos éramos alguien’”, explicó desde Berlín para Infobae Franco Delle Donne, consultor en comunicación política y coautor del libro Epidemia Ultra. El libro sobre las ultraderechas europeas; aunque lo matizó: “Un análisis más racional diría que tenían las libertades coartadas, vivían en un estado policial, era permanentemente vigilados, no podían circular libremente, no podían salir del país, etcétera, etcétera, etcétera. Por eso, la Ostalgie ocurre en un nivel mucho más emocional”.

Ingenieros trabajando en la estación radial Kopenick, en Berlín Oriental


Por su parte, Anna Kiminsky, directora de la Bundesstiftung Aufarbeitung, una fundación oficial ocupada en el estudio de la realidad de Alemania Oriental, explicó: “La Ostalgie es un fenómeno surgido en los noventas como reacción de los ciudadanos del Este ante las esperanzas y expectativas creadas con la caída del Muro en 1989. Muchos fueron tomados por la decepción, sobre todo ante una serie de experiencias traumáticas experimentadas masivamente por los trabajadores de la ex RDA: el desempleo, la pérdida de perspectivas personales y profesionales, y las angustias del futuro. Así surgió entre muchos una especie de angustia por lo perdido, de la mano de una forma idealizada de la “vida buena y segura” que existía en la RDA —muchas veces basándose en un recuerdo distorsionado de lo que efectivamente había sido—”.
Fábrica de Pentacon en Dresden, Alemania Oriental


Una reunificación fallida


En la actualidad, apenas en torno a un 40% de los alemanes de los antiguos territorios de la RDA se ve a sí mismo del lado ganador. Esto tiene que ver con que los trabajadores de Alemania Oriental, que en el año 1990 eran nada menos que el 63% de la población, han sido definidos como los ‘grandes perdedores de la reunificación’. La mitad de esos trabajadores se han visto obligados a jubilarse anticipadamente, a acudir a programas de empleo, a trabajar en nuevas empresas de capitales occidentales y, en el peor de los casos, al desempleo. Muchas mujeres, mientras tanto, han tenido que abandonar sus carreras por completo. En suma, en el país que es actualmente el motor europeo, un cuarto de la población vive actualmente en circunstancias económicas poco favorables.
Manifestación por el Primero de Mayo en Berlín Oriental, en 1977 (Photo by Ag/Keystone USA/Shutterstock)


Esta información forma parte de un trabajo titulado ‘La República Democrática Recordada. Representaciones de Alemania Oriental desde 1989’, del investigador Thomas Ahbe, y publicado como parte del libro “Narrativas en competencia: la política en la historia y el discurso de identidad en tres sociedades alemanas” (Rochester, Suffolk, Camden House, 2011). Según Ahbe, el sentimiento de ser ‘ciudadanos de segunda clase’, extendido entre los alemanes orientales, se basa tanto en la sensación tangible de estar materialmente peor, como en el sentimiento de que los recuerdos, las interpretaciones y los valores específicos de la mayoría de la población de la antigua RDA no son parte de los discursos en los medios, en la educación o en la política; simplemente son ignorados o estigmatizados.


Detrás de este fenómeno el especialista destaca la ausencia de las élites locales, esenciales a la hora de ejercer una influencia independiente, articular la experiencia, las opiniones y los deseos del este de Alemania, y utilizar recursos económicos, sociales y culturales para facilitar una sociedad más independiente y ayudar a superar las diferencias entre el este y el oeste.
Línea de producción de la motocicleta Schwalbe, en Turingia, Alemania Oriental (Photo by Cci/Shutterstock)


Otros estudios han dado cuenta de este fenómeno: apenas el 10% de quienes son jueces en Alemania en la actualidad provienen del Este, y algo similar sucede en la administración pública. En el gabinete actual, salvo la canciller Angela Merkel —quien no nació pero sí se crió y vivió toda su juventud en el Este—, hay un solo ministro, de los 13, que viene del Este. En el ámbito científico sucede lo mismo, así como también en el plano económico: de las 500 empresas de más valor de la actualidad no hay ninguna radicada en el Este. El último dato es llamativo sobre todo en un país que es la primera potencia europea y que, en principio, posee los recursos para promover cierta igualdad entre sus regiones.


Hay otro aspecto del proceso que no tiene que ver con el plano exclusivamente económico, sino más bien con el simbólico. Los ciudadanos de Alemania Oriental tenían un lugar en la sociedad, y por lo tanto también un propósito.
El Muro frente a la Puerta de Branderburgo, en Berlín, en el año 1989 (Photo by Kfs/imageBROKER/Shutterstock)


“Uno podría pensar que no todos se sentían así; por ejemplo quienes debían informar para la Stasi (policía secreta) sobre sus colegas y compañeros. Era horrible sí, pero con todo, seguía siendo gente que tenía un propósito, seguía siendo una sociedad con un sistema. Fallido, disfuncional, pero un sistema con reglas y ciertos procedimientos. La reunificación reemplazó un sistema por otro, pero por aplastamiento. Como cuando en España ocurrió la reconquista y construyeron las iglesias donde antes estaban las mezquitas. Se intentó reemplazar la cultura y la política de un país de raíz. Hay que imaginarse vivir en un país en el que de pronto cambian absolutamente todas las leyes", explicó Delle Donne.


La ultraderecha alemana y el discurso de la identidad del Este


Las últimas elecciones regionales en Alemania revelaron un dato inquietante: uno de cada cuatro alemanes de los territorios en la extinta RDA votaron por la ultraderecha, lo que plantea la posibilidad de que las mismas personas que en algún momento fueron entusiastas de la Alemania Oriental, treinta años después y con varias frustraciones encima, sean votantes de Alternative für Deutschland, hoy segunda fuerza en el Bundestag o parlamento alemán.
Dos estudiantes leen frente a una librería en los alrededores de la Universidad de Leipzig (Photo by Michael Nitzschke Shutterstock)


El fenómeno, sin embargo, está vinculado con algo que no es exclusivo de la realidad alemana. Matteo Salvini, los españoles de Vox, Marine Le Pen, pero también Donald Trump y Jair Bolsonaro han conquistado a importantes franjas de votantes basándose en un discurso que apela, por un lado, a las frustraciones y, por el otro, a la identidad, con el objetivo de vehiculizar el descontento social.


Los números demuestran, además, que esas derechas lograron movilizar a un electorado que durante muchos años no acudió a las urnas: Mientras que en las primeras elecciones de la década del noventa la participación electoral era de en torno al 80%, ese índice se derrumbó brutalmente hasta el 2014, cuando hubo una participación del 49%. Como durante todo ese periodo la participación se mantuvo estable en el Oeste, muchos analistas atribuyeron el fenómeno a la falta de una historia democrática en los territorios del Este, pero Franco Delle Donne lo explica de otra manera: “Muchos ciudadanos del Este están efectivamente desilusionados, no sólo con las promesas de la reunificación, sino también con la Política con mayúsculas".
Primero de mayo de 1975, alemanes del Este sostienen una pancarta con la cara de Fidel Castro (Photo by Michael Nitzschke/Shutterstock)


“Lo cierto —continúa el experto basado en Berlín— es que en el Este de Alemania tienen problemas que en el Oeste no tienen, y los partidos políticos del Oeste no logran verlo ni vehiculizar una alternativa para representar a esos ciudadanos. Alternative für Deustchland sí entendió que si ellos dan el debate de la “identidad” pueden ganar apoyos. Die Linke (La Izquierda) que venía del Este y podría haber ocupado ese rol de partido regional, en algún momento decidió, por algún motivo estratégico, que le convenía occidentalizarse, europeizarse, y a partir de ese momento perdió la posibilidad de representar aquello que se entiende como intereses del Este”.


En términos de la composición sociológica de las regiones, también hay diferencias. La falta de oportunidades en el Este ha empujado a muchos ciudadanos a dejar sus ciudades natales con destino a ciudades como Frankfurt, Hamburgo, Munich o Stuttgart, lo que ha provocado un aumento del crecimiento vegetativo mucho más significativo en el Este que en el Oeste. Pero incluso emigrando, según establecen varios estudios sobre el tema, cargan con el peso de sus orígenes orientales debido a su acento.
Adolescentes en Alemania Oriental, el 1 de Mayo de 1977 (Photo by Ag/Keystone USA/Shutterstock)


“Las frustraciones las comparten los que se van y los que se quedan, y es la materia prima ideal para el discurso político ultraderechista que repite ‘te dejan solo, te abandonan, no te quiere nadie’. En las últimas elecciones regionales (celebradas entre agosto y fines de octubre) la AfD explotó tres ejes: que el cambio climático no existe; que el Este está olvidado -una idea que ejemplificaban por ejemplo con que no llega el transporte público, lo cual es sólo parcialmente cierto-; y que hay que ‘poner fin a la reunificación’”, detalló el Delle Donne. “’Terminemos este proceso en el que resultaste perdedor', sería la idea”, aclaró.
Una pareja en Leipzig, República Democrática Alemana, en 1975


Hay un problema extra, que plantea en la actualidad otro bloqueo a la integración del Este y que, por lo tanto, seguirá reforzando la añoranza por el tiempo pasado. En la Alemania unificada, los discursos sobre la identidad, la historia y la política se basan en la narrativa de las ‘dos dictaduras alemanas’. De acuerdo con la investigación de Thomas Ahbe, esta narrativa está ligada a la teoría totalitaria, según la cual la República Alemana unificada se posiciona de forma equidistante tanto del nazismo del Tercer Reich como del comunismo de la RDA. Al hablar de las “dos dictaduras alemanas”, se reduce la brecha entre los crímenes del nacionalsocialismo, con su ideología racista e imperialista y el darwinismo social, y los crímenes de la RDA, con su ideología anticapitalista y colectivista de la lucha de clases. Con esto, se otorga a los alemanes occidentales un sentido de identidad, en el mismo movimiento en el que se excluye a los alemanes orientales de tal narrativa. Aún hoy, treinta años después.

Lula:"Salí para seguir luchando por el pueblo brasileño"



Lula Da Silva está libre. Poco después de las 17.30, una hora después de la orden judicial, el ex presidente de Brasil salió de la cárcel de Curitiba tras 580 días de detención. "Olé, olé, olé, ¡Lula! !Libre¡", gritaron cientos de dirigentes políticos, sindicales y militantes que lo esperaron. "Salí para seguir luchando por el pueblo brasileño", celebró y advirtió que "las ideas no se matan".

"Mucho tiempo pensé en el día de hoy, en que no podría estar aquí con ustedes", confesó el ex presidenta ante los militantes que mantuvieron la campaña por la libertad del líder político frente a la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba.

"Ustedes fueron el alimento de la democracia", agradeció y aseguró que eso le permitió "resistir la canallada que el Estado brasileño hizo conmigo y con el pueblo brasileño".

El líder del PT apuntó contra el actual gobierno brasileño y el Ministerio Público por "buscar criminalizar a la izquierda, al Partido de los Trabajadores y a mí". El ex mandatario agradeció a los integrantes del PT, sindicalistas y militantes que día a día lo acompañaron durante sus 580 días de detención.

La histórica imagen de su liberación quedó retratada junto a la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hofman; el ex candidato presidencial del PT, Fernando Haddad, y sus abogados Cristiano Zanin Martins y Valeska Martins.



En un acto casi íntimo con quienes lo acompañaron y que contó con la presencia de sus familiares, Lula también se dio el lujo de presentar a su "futura compañera". Durante su detención había sostenido que al salir quería volver a casarse a sus 73 años.

"Orden de liberación Nº700007758894." Ese era el número de la resolución del juez federal Danilo Pereira Junior que aceptó el pedido de excarcelación del ex presidente Lula Da Silva, luego de que el Supremo Tribunal Federal considerara que no debe comenzar a ejecutarse la pena tras un fallo de segunda instancia.


En las afueras de la cárcel federal de Curitiba, el campamento de militantes que exigió "Lula Livre" desde el 7 de abril de 2018 comenzó a nutrirse de más militantes y seguidores del ex presidente a la espera de su salida después de 579 días de detención.

Minutos después de las 16.15, cuando fue publicada la orden judicial, Lula publicó en su cuenta oficial un video de él entrenando en un gimnasio, el mismo que publicó en la previa de la campaña presidencial 2018 , en la que era el candidato con mayor intención de voto hasta que fue excluido de la competencia electoral por la condena en segunda instancia a partir de la causa Lava Jato investigada por el juez Sergio Moro, actual ministro de Justicia de la gestión de Jair Bolsonaro.


El pedido de excarcelación había sido presentado pocas horas antes por el equipo de abogados de Lula. "Esperamos que pueda expedir de inmediato la orden de liberación, porque no hay ninguna razón para aguardar cualquier otro trámite", había adelantado Cristiano Zanin, letrado del ex presidente tras visitarlo en la sede de la Policía Federal de Curitiba.

El magnate Michael Bloomberg se prepara para entrar en la carrera presidencial

El ex alcalde de Nueva York planea inscribirse en las primarias demócratas en Alabama y mantener así abiertas las opciones
El exalcalde neyorquino Michael Bloomberg

Michael Bloomberg se posiciona para entrar eventualmente en la carrera a las presidenciales de 2020. El plan del magnate es recoger el número suficiente de firmas en Alabama para registrarse en las primarias demócratas, antes de que expire el plazo. Eso dejaría la puerta abierta al exalcalde de Nueva York para zambullirse más adelante en la campaña y plantarse ante Donald Trump si se hace con la nominación. Aunque de momento parece más una advertencia a los demócratas, que a un año de las elecciones están divididos.

La maniobra de último minuto de Bloomberg fue adelantada por el diario The New York Times, citando fuentes próximas al empresario y filántropo. El magnate, de 77 años de edad, ya había tanteado en anteriores convocatorias electorales postularse para presidente, pero nunca llegó a postularse. A comienzos de este año, sin embargo, dijo que no tenía intención de presentarse a las elecciones por la competencia que había en el Partido Demócrata.


Howard Wolfson, su principal asesor, emitió una declaración a los pocos minutos explicando que Michael Bloomberg cree que Donald Trump representa “una amenaza sin precedentes”. Recuerda que ya en la convención demócrata de 2016 advirtió del peligro que suponía que el republicano llegara a la Casa Blanca. Así mismo, hace referencia a los fondos que movilizó en las legislativas para recuperar la mayoría en el Congreso y recientemente en Virginia.

“Ahora necesitamos terminar el trabajo y asegurarnos de que Trump sea derrotado”, afirma Wolfson, al tiempo que asegura que no ve en este momento a los actuales candidatos demócratas “bien posicionados” para conseguirlo. “Si Mike se postula”, continúa, “ofrecería una nueva opción a los demócratas”. Cita su gestión como alcalde de Nueva York, su faceta de emprendedor y sus acciones en el ámbito de la filantropía.

El asesor de Bloomberg concluye destacando así su capacidad liderazgo y para “unir a las personas e impulsar el cambio”. “Mike será capaz de enfrentarse a Trump y ganar”, remacha. La maniobra, en cualquier caso, no significa necesariamente que vaya a poner en marcha una campaña, de acuerdo con fuentes citadas por la cadena NBC. Se trataría más bien, apuntan, de mantener abiertas las opciones.
Toque a los demócratas

“Todavía no está seguro”, insisten estas fuentes, al tiempo que reiteran que Bloomberg está muy preocupado por lo que está viendo también en el campo de los demócratas. Aunque el empresario había descartado la opción de presentarse a las presidenciales, en las últimas semanas se volvió a especular con esta posibilidad a la vista de que el exvicepresidente Joe Biden, considerado la opción más moderada de los demócratas, estaba perdiendo terreno frente a la senadora progresista Elizabeth Warren.


Michael Bloomberg jugó en el pasado la papeleta política como demócrata, republicano e independiente. Su punto débil es ser demasiado capitalista para el ala progresista entre los liberales y demasiado progresista entre los conservadores. Si las presidenciales se disputan en el voto de centro, tendría opciones. En una reciente entrevista con EL PAÍS lamentó que los dos partidos no tejieran relaciones.

Elizabeth Warren le dio la bienvenida con un tuit presentándole su plan para elevar los impuestos a los ricos y financiar así la expansión del programa de asistencia sanitaria. Joe Biden aventaja a la senadora por Massachusetts por solo ocho puntos de media en las encuestas. El tercero es el senador por Vermont Bernie Sanders, que se define como socialista democrático. También destaca, aunque rezagado, el alcalde Pete Buttigieg.
Trump se burla

El presidente estadounidense, Donald Trump, reaccionó al anuncio con una burla. Llamó al empresario "pequeño Michael" y auguró que "fracasará" si finalmente decide lanzarse a la carrera presidencial. "No tiene la magia para hacerlo bien", afirma, "no hay nadie con quien me gustaría competir más que con el pequeño Michael". Mirando a las primarias demócratas, el republicano cree "que realmente va a herir" a Joe Biden.

Alabama es uno de los Estados, junto a California y Texas, en los que hay primarias demócratas previstas para el primer martes de marzo. Iowa, Nevada, New Hampshire y Carolina del Sur, los cuatro Estados donde se prueban los candidatos, celebran las primarias en febrero. Bloomberg destinó 110 millones de su fortuna a apoyar candidatos demócratas en las elecciones legislativas de noviembre de 2018, en las que estos recuperaron el control de la Cámara de Representantes.

También respaldó iniciativas para regular la posesión de armas. Está a favor del aborto, financia de su propio bolsillo campañas contra el tabaco y es muy activo en el ámbito de la lucha contra el cambio climático. Michael Bloomberg tiene una fortuna estimada en 52.000 millones de dólares por la revista Forbes. Es el noveno en la lista de multimillonarios mundiales y el octavo entre las 400 mayores fortunas de Estados Unidos.

Si Bloomberg se decide, será la persona más rica en presentarse a la presidencia. La fortuna personal del empresario, además, supera en 17 veces la de Trump. Eso representa un activo casi ilimitado para financiar la campaña. Pero que sea multimillonario le plantea un problema en un partido donde el ala más progresista gana fuerza. “La democracia no es comprar unas elecciones”, declaró Warren, mientras que Sanders dice que esta maniobra prueba que “los ricos tiene miedo”.

Chile:la marea social sigue en la calle y suma nuevas demandas

Tercer viernes multitudinario en Plaza Italia.Piñera en silencio

Una nueva manifestación en Chile, las protestas no cesan
Un verdadero mar humano volvió a sobrepasar la Plaza Italia para hacer saber que no está conforme con las respuestas del gobierno frente a sus sentidas demandas sociales y de mayor igualdad. Aunque hubo diferentes puntos de convocatoria en la región Metropolitana y en distintas ciudades el país, la más multitudinaria se movilizó por la principal arteria capitalina, la Alameda Bernardo O'Higgins y Providencia. Absolutamente pacífica y de carácter familiar, un grupo procedió a rebautizar la emblemática Plaza Italia como Plaza de la Dignidad.

Mientras la gente se desplazaba al punto de reunión, los transportistas decidieron manifestarse en la autopista Costanera Norte, que pasa por debajo de Plaza Italia demandando No+Tag, el cobro que deben pagar por los diferentes pórticos. El nuevo intendente metropolitano, Felipe Guevara, subrayó hoy que el orden público es responsabilidad de Carabineros. Cerca de las 18.00 horas locales, el presidente Sebastián Piñera salió al Patio de Los Naranjos para tomarse la foto de una entrevista que saldrá el fin de semana en El Mercurio. Ante su presencia, los periodistas fueron a consultarle por la declaración de la Misión de Naciones Unidas que pidió cesar de inmediato el uso de perdigones y balines por parte de la policía en el control de las manifestaciones. Luego de un "buenas tardes, cómo están" el mandatario guardó completo silencio y se alejó. En la principal manifestación de Santiago, Carabineros impidió que bajara más gente por Providencia hasta Plaza Italia lanzando abundante gas lacrimógeno que muchos responden pateando de vuelta.

Ante el impedimento, la columna decidió dirigirse hacia el Costanera Center, el centro comercial de Horst Paulmann controlador del honding Cencosud en la acomodada comuna de Providencia, "donde más les duele", señaló un manifestante. Al avanzar la tarde se agudizaron los incidentes en Vicuña Mackenna con saqueo, entre ellos a una iglesia para sacar el mobiliario y realizar barricadas. Otro grupo de encapuchados se movió por Bustamante con Bilbao para sacar materia de un edificio en construcción, con la cual levantaron una gran fogata con riesgo de alcanzar los árboles del parque. La imagen de grupos pequeños realizando disturbios contrastaba con una inmensa mayoría de manifestantes que se concentraba pacífica y alegremente en Plaza Italia con banderas de la diversidad sexual, mapuche y banderas de diversos colores.
La principal demanda que se escucha ahora es asamblea constituyente y para una nueva Constitución, demanda que no quiere escuchar el Gobierno. El jueves los alcaldes decidieron efectuar consultas ciudadanas incluyendo la pregunta si apoya o no una nueva constitución.

Con esto puso en jaque los denominados diálogos a los que iba a convocar el Ejecutivo, y ya el ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel, dijo que quedarán pendientes para dar lugar a los encuentros comunales.

Monzó rompe con el sueño de “unidad” de Vidal y ordena a sus legisladores abandonar el bloque



La gobernadoraMaría Eugenia Vidal juntó a los diputados bonaerenses en el Museo Ferroviario y los arengó a mantener la unidad a sabiendas de que ésa será la principal carta para construir su poder y erigirse como la jefa de la oposición a Axel Kicillof. Pero no le será fácil: las fugas que comenzaron antes de las elecciones se continúan ahora con la salida de los legisladores que responden a Emilio Monzó, jefe de la Cámara de Diputados de la Nación.

Como ya había hecho con los intendentes de Cambiemos, Vidal los juntó para reforzar lazos y plantear la importancia de estar unidos para poder negociar -como lo hizo el massismo con ella en su momento- la aprobación de las leyes que Axel Kicillof necesitará para poder gobernar. Ese desafío comenzará apenas asuma ya que necesitará aprobar el presupuesto 2020.

Tras el recambio de diciembre, Cambiemos podría tener 44 escaños y el Frente de Todos 45 bancas en la Cámara de Diputados bonaerense. Además están los unibloques 17 de Noviembre (Mario Giacobbe), Consenso Federal (Fabio Britos) y el FIT (Guillermo Kane) con un escaño cada uno. En tanto, en el Senado, Juntos por el Cambio tendrá mayoría con 26 bancas, mientras que el peronismo tendrá un bloque de 20 escaños.

La unidad entre los legisladores de Cambiemos, sin embargo, comenzó a resquebrajarse tras la derrota de Vidal en las PASO. El primero en dar el portazo fue el diputado provincial Mario Giacobbe, quien armó un bloque propio llamado “17 de noviembre” en homenaje a la vuelta de Juan Domingo Perón del exilio. Y ahora, los legisladores que responden a Monzó -quien fue excluido de las listas por Vidal- también avisaron que no formarán parte del bloque: no concurrieron a la reunión con Vidal y además cuestionaron la falta de autocrítica tras la derrota de Cambiemos en las urnas. Se tata de Guillermo Bardón y Guillermo Sánchez Sterli.

A esto se le suma la situación de otro diputado que están fuera del bloque en la práctica desde antes de las PASO. Se trata, por un lado, de Fernando Pérez, quien compite por la intendencia de Quilmes por Consenso Federal y todavía no anunció qué hara. Tiene mandato hasta 2021.

La otra discusión que atraviesa hoy a los bloques de Cambiemos es la renovación de autoridades. Vidal y su jefe de Gabinete, Federico Salvai, pujan porque el actual subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell, sea quien conduzca la bancada en la Cámara baja, actualmente en manos del radical Maximiliano Abad. Campbell fue cabeza de lista por la primera sección electoral y era el elegido para presidir la cámara si Vidal era reelecta. Pero su nombre genera resistencia entre los intendentes y también entre sus propios pares, ya que, entre otras cosas, fue uno de los pocos que logró imponer candidatos propios en las listas.

En el Senado, el nombre propuesto es el del jefe comunal de Alsina, David Hirtz, quien asumirá como senador en diciembre. El PRO podría darle su bendición en un gesto de consenso hacia sus socios, pero para eso debería pedirle un paso al costado al actual titular de bancada, Roberto Costa. Las definiciones llegarán después del 10 de diciembre.