Byung-Chul Han:“Zizek se equivoca, el virus no vencerá al capitalismo ”

 

La emergencia viral y el mundo de mañana. Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano que piensa desde Berlín

Los países asiáticos están gestionando mejor esta crisis que Occidente. Mientras allí se trabaja con datos y mascarillas, aquí se llega tarde y se levantan fronteras



El coronavirus está poniendo a prueba nuestro sistema. Al parecer Asia tiene mejor controlada la pandemia que Europa. En Hong Kong, Taiwán y Singapur hay muy pocos infectados. En Taiwán se registran 108 casos y en Hong Kong 193. En Alemania, por el contrario, tras un período de tiempo mucho más breve hay ya 15.320 casos confirmados, y en España 19.980 (datos del 20 de marzo). También Corea del Sur ha superado ya la peor fase, lo mismo que Japón. Incluso China, el país de origen de la pandemia, la tiene ya bastante controlada. Pero ni en Taiwán ni en Corea se ha decretado la prohibición de salir de casa ni se han cerrado las tiendas y los restaurantes. Entre tanto ha comenzado un éxodo de asiáticos que salen de Europa. Chinos y coreanos quieren regresar a sus países, porque ahí se sienten más seguros. Los precios de los vuelos se han multiplicado. Ya apenas se pueden conseguir billetes de vuelo para China o Corea.

Europa está fracasando. Las cifras de infectados aumentan exponencialmente. Parece que Europa no puede controlar la pandemia. En Italia mueren a diario cientos de personas. Quitan los respiradores a los pacientes ancianos para ayudar a los jóvenes. Pero también cabe observar sobreactuaciones inútiles. Los cierres de fronteras son evidentemente una expresión desesperada de soberanía. Nos sentimos de vuelta en la época de la soberanía. El soberano es quien decide sobre el estado de excepción. Es soberano quien cierra fronteras. Pero eso es una huera exhibición de soberanía que no sirve de nada. Serviría de mucha más ayuda cooperar intensamente dentro de la Eurozona que cerrar fronteras a lo loco. Entre tanto también Europa ha decretado la prohibición de entrada a extranjeros: un acto totalmente absurdo en vista del hecho de que Europa es precisamente adonde nadie quiere venir. Como mucho, sería más sensato decretar la prohibición de salidas de europeos, para proteger al mundo de Europa. Después de todo, Europa es en estos momentos el epicentro de la pandemia.


Las ventajas de Asia

En comparación con Europa, ¿qué ventajas ofrece el sistema de Asia que resulten eficientes para combatir la pandemia? Estados asiáticos como Japón, Corea, China, Hong Kong, Taiwán o Singapur tienen una mentalidad autoritaria, que les viene de su tradición cultural (confucianismo). Las personas son menos renuentes y más obedientes que en Europa. También confían más en el Estado. Y no solo en China, sino también en Corea o en Japón la vida cotidiana está organizada mucho más estrictamente que en Europa. Sobre todo, para enfrentarse al virus los asiáticos apuestan fuertemente por la vigilancia digital. Sospechan que en el big data podría encerrarse un potencial enorme para defenderse de la pandemia. Se podría decir que en Asia las epidemias no las combaten solo los virólogos y epidemiólogos, sino sobre todo también los informáticos y los especialistas en macrodatos. Un cambio de paradigma del que Europa todavía no se ha enterado. Los apologetas de la vigilancia digital proclamarían que el big data salva vidas humanas.

La conciencia crítica ante la vigilancia digital es en Asia prácticamente inexistente. Apenas se habla ya de protección de datos, incluso en Estados liberales como Japón y Corea. Nadie se enoja por el frenesí de las autoridades para recopilar datos. Entre tanto China ha introducido un sistema de crédito social inimaginable para los europeos, que permite una valoración o una evaluación exhaustiva de los ciudadanos. Cada ciudadano debe ser evaluado consecuentemente en su conducta social. En China no hay ningún momento de la vida cotidiana que no esté sometido a observación. Se controla cada clic, cada compra, cada contacto, cada actividad en las redes sociales. A quien cruza con el semáforo en rojo, a quien tiene trato con críticos del régimen o a quien pone comentarios críticos en las redes sociales le quitan puntos. Entonces la vida puede llegar a ser muy peligrosa. Por el contrario, a quien compra por Internet alimentos sanos o lee periódicos afines al régimen le dan puntos. Quien tiene suficientes puntos obtiene un visado de viaje o créditos baratos. Por el contrario, quien cae por debajo de un determinado número de puntos podría perder su trabajo. En China es posible esta vigilancia social porque se produce un irrestricto intercambio de datos entre los proveedores de Internet y de telefonía móvil y las autoridades. Prácticamente no existe la protección de datos. En el vocabulario de los chinos no aparece el término “esfera privada”.

En China hay 200 millones de cámaras de vigilancia, muchas de ellas provistas de una técnica muy eficiente de reconocimiento facial. Captan incluso los lunares en el rostro. No es posible escapar de la cámara de vigilancia. Estas cámaras dotadas de inteligencia artificial pueden observar y evaluar a todo ciudadano en los espacios públicos, en las tiendas, en las calles, en las estaciones y en los aeropuertos.

Toda la infraestructura para la vigilancia digital ha resultado ser ahora sumamente eficaz para contener la epidemia. Cuando alguien sale de la estación de Pekín es captado automáticamente por una cámara que mide su temperatura corporal. Si la temperatura es preocupante todas las personas que iban sentadas en el mismo vagón reciben una notificación en sus teléfonos móviles. No en vano el sistema sabe quién iba sentado dónde en el tren. Las redes sociales cuentan que incluso se están usando drones para controlar las cuarentenas. Si uno rompe clandestinamente la cuarentena un dron se dirige volando a él y le ordena regresar a su vivienda. Quizá incluso le imprima una multa y se la deje caer volando, quién sabe. Una situación que para los europeos sería distópica, pero a la que, por lo visto, no se ofrece resistencia en China.
Los Estados asiáticos tienen una mentalidad autoritaria. Y los ciudadanos son más obedientes

Ni en China ni en otros Estados asiáticos como Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, Taiwán o Japón existe una conciencia crítica ante la vigilancia digital o el big data. La digitalización directamente los embriaga. Eso obedece también a un motivo cultural. En Asia impera el colectivismo. No hay un individualismo acentuado. No es lo mismo el individualismo que el egoísmo, que por supuesto también está muy propagado en Asia.

Al parecer el big data resulta más eficaz para combatir el virus que los absurdos cierres de fronteras que en estos momentos se están efectuando en Europa. Sin embargo, a causa de la protección de datos no es posible en Europa un combate digital del virus comparable al asiático. Los proveedores chinos de telefonía móvil y de Internet comparten los datos sensibles de sus clientes con los servicios de seguridad y con los ministerios de salud. El Estado sabe por tanto dónde estoy, con quién me encuentro, qué hago, qué busco, en qué pienso, qué como, qué compro, adónde me dirijo. Es posible que en el futuro el Estado controle también la temperatura corporal, el peso, el nivel de azúcar en la sangre, etc. Una biopolítica digital que acompaña a la psicopolítica digital que controla activamente a las personas.

En Wuhan se han formado miles de equipos de investigación digitales que buscan posibles infectados basándose solo en datos técnicos. Basándose únicamente en análisis de macrodatos averiguan quiénes son potenciales infectados, quiénes tienen que seguir siendo observados y eventualmente ser aislados en cuarentena. También por cuanto respecta a la pandemia el futuro está en la digitalización. A la vista de la epidemia quizá deberíamos redefinir incluso la soberanía. Es soberano quien dispone de datos. Cuando Europa proclama el estado de alarma o cierra fronteras sigue aferrada a viejos modelos de soberanía.
La lección de la epidemia debería devolver la fabricación de ciertos productos médicos y farmacéuticos a Europa

No solo en China, sino también en otros países asiáticos la vigilancia digital se emplea a fondo para contener la epidemia. En Taiwán el Estado envía simultáneamente a todos los ciudadanos un SMS para localizar a las personas que han tenido contacto con infectados o para informar acerca de los lugares y edificios donde ha habido personas contagiadas. Ya en una fase muy temprana, Taiwán empleó una conexión de diversos datos para localizar a posibles infectados en función de los viajes que hubieran hecho. Quien se aproxima en Corea a un edificio en el que ha estado un infectado recibe a través de la “Corona-app” una señal de alarma. Todos los lugares donde ha habido infectados están registrados en la aplicación. No se tiene muy en cuenta la protección de datos ni la esfera privada. En todos los edificios de Corea hay instaladas cámaras de vigilancia en cada piso, en cada oficina o en cada tienda. Es prácticamente imposible moverse en espacios públicos sin ser filmado por una cámara de vídeo. Con los datos del teléfono móvil y del material filmado por vídeo se puede crear el perfil de movimiento completo de un infectado. Se publican los movimientos de todos los infectados. Puede suceder que se destapen amoríos secretos. En las oficinas del ministerio de salud coreano hay unas personas llamadas “tracker” que día y noche no hacen otra cosa que mirar el material filmado por vídeo para completar el perfil del movimiento de los infectados y localizar a las personas que han tenido contacto con ellos.
Ha comenzado un éxodo de asiáticos en Europa. Quieren regresar a sus países porque ahí se sienten más seguros

Una diferencia llamativa entre Asia y Europa son sobre todo las mascarillas protectoras. En Corea no hay prácticamente nadie que vaya por ahí sin mascarillas respiratorias especiales capaces de filtrar el aire de virus. No son las habituales mascarillas quirúrgicas, sino unas mascarillas protectoras especiales con filtros, que también llevan los médicos que tratan a los infectados. Durante las últimas semanas, el tema prioritario en Corea era el suministro de mascarillas para la población. Delante de las farmacias se formaban colas enormes. Los políticos eran valorados en función de la rapidez con la que las suministraban a toda la población. Se construyeron a toda prisa nuevas máquinas para su fabricación. De momento parece que el suministro funciona bien. Hay incluso una aplicación que informa de en qué farmacia cercana se pueden conseguir aún mascarillas. Creo que las mascarillas protectoras, de las que se ha suministrado en Asia a toda la población, han contribuido de forma decisiva a contener la epidemia.

Hasta los políticos hacen sus apariciones públicas solo con mascarillas protectoras. También el presidente coreano la lleva para dar ejemplo, incluso en las conferencias de prensa. En Corea lo ponen verde a uno si no lleva mascarilla. Por el contrario, en Europa se dice a menudo que no sirven de mucho, lo cual es un disparate. ¿Por qué llevan entonces los médicos las mascarillas protectoras? Pero hay que cambiarse de mascarilla con suficiente frecuencia, porque cuando se humedecen pierden su función filtrante. No obstante, los coreanos ya han desarrollado una “mascarilla para el coronavirus” hecha de nano-filtros que incluso se puede lavar. Se dice que puede proteger a las personas del virus durante un mes. En realidad es muy buena solución mientras no haya vacunas ni medicamentos. En Europa, por el contrario, incluso los médicos tienen que viajar a Rusia para conseguirlas. Macron ha mandado confiscar mascarillas para distribuirlas entre el personal sanitario. Pero lo que recibieron luego fueron mascarillas normales sin filtro con la indicación de que bastarían para proteger del coronavirus, lo cual es una mentira. Europa está fracasando. ¿De qué sirve cerrar tiendas y restaurantes si las personas se siguen aglomerando en el metro o en el autobús durante las horas punta? ¿Cómo guardar ahí la distancia necesaria? Hasta en los supermercados resulta casi imposible. En una situación así, las mascarillas protectoras salvarían realmente vidas humanas. Está surgiendo una sociedad de dos clases. Quien tiene coche propio se expone a menos riesgo. Incluso las mascarillas normales servirían de mucho si las llevaran los infectados, porque entonces no lanzarían los virus afuera.
En la época de las ‘fake news’, surge una apatía hacia la realidad. Aquí, un virus real, no informático, causa conmoción

En los países europeos casi nadie lleva mascarilla. Hay algunos que las llevan, pero son asiáticos. Mis paisanos residentes en Europa se quejan de que los miran con extrañeza cuando las llevan. Tras esto hay una diferencia cultural. En Europa impera un individualismo que trae aparejada la costumbre de llevar la cara descubierta. Los únicos que van enmascarados son los criminales. Pero ahora, viendo imágenes de Corea, me he acostumbrado tanto a ver personas enmascaradas que la faz descubierta de mis conciudadanos europeos me resulta casi obscena. También a mí me gustaría llevar mascarilla protectora, pero aquí ya no se encuentran.

En el pasado, la fabricación de mascarillas, igual que la de tantos otros productos, se externalizó a China. Por eso ahora en Europa no se consiguen mascarillas. Los Estados asiáticos están tratando de proveer a toda la población de mascarillas protectoras. En China, cuando también ahí empezaron a ser escasas, incluso reequiparon fábricas para producir mascarillas. En Europa ni siquiera el personal sanitario las consigue. Mientras las personas se sigan aglomerando en los autobuses o en los metros para ir al trabajo sin mascarillas protectoras, la prohibición de salir de casa lógicamente no servirá de mucho. ¿Cómo se puede guardar la distancia necesaria en los autobuses o en el metro en las horas punta? Y una enseñanza que deberíamos sacar de la pandemia debería ser la conveniencia de volver a traer a Europa la producción de determinados productos, como mascarillas protectoras o productos medicinales y farmacéuticos.El presidente de Corea del sur, el tercero por la izquierda, el pasado 25 de febrero en el Ayuntamiento de Daegu.South Korean Presidential Blue House/

A pesar de todo el riesgo, que no se debe minimizar, el pánico que ha desatado la pandemia de coronavirus es desproporcionado. Ni siquiera la “gripe española”, que fue mucho más letal, tuvo efectos tan devastadores sobre la economía. ¿A qué se debe en realidad esto? ¿Por qué el mundo reacciona con un pánico tan desmesurado a un virus? Emmanuel Macron habla incluso de guerra y del enemigo invisible que tenemos que derrotar. ¿Nos hallamos ante un regreso del enemigo? La “gripe española” se desencadenó en plena Primera Guerra Mundial. En aquel momento todo el mundo estaba rodeado de enemigos. Nadie habría asociado la epidemia con una guerra o con un enemigo. Pero hoy vivimos en una sociedad totalmente distinta.

En realidad hemos estado viviendo durante mucho tiempo sin enemigos. La guerra fría terminó hace mucho. Últimamente incluso el terrorismo islámico parecía haberse desplazado a zonas lejanas. Hace exactamente diez años sostuve en mi ensayo La sociedad del cansancio la tesis de que vivimos en una época en la que ha perdido su vigencia el paradigma inmunológico, que se basa en la negatividad del enemigo. Como en los tiempos de la guerra fría, la sociedad organizada inmunológicamente se caracteriza por vivir rodeada de fronteras y de vallas, que impiden la circulación acelerada de mercancías y de capital. La globalización suprime todos estos umbrales inmunitarios para dar vía libre al capital. Incluso la promiscuidad y la permisividad generalizadas, que hoy se propagan por todos los ámbitos vitales, eliminan la negatividad del desconocido o del enemigo. Los peligros no acechan hoy desde la negatividad del enemigo, sino desde el exceso de positividad, que se expresa como exceso de rendimiento, exceso de producción y exceso de comunicación. La negatividad del enemigo no tiene cabida en nuestra sociedad ilimitadamente permisiva. La represión a cargo de otros deja paso a la depresión, la explotación por otros deja paso a la autoexplotación voluntaria y a la autooptimización. En la sociedad del rendimiento uno guerrea sobre todo contra sí mismo.
Umbrales inmunológicos y cierre de fronteras.

Pues bien, en medio de esta sociedad tan debilitada inmunológicamente a causa del capitalismo global irrumpe de pronto el virus. Llenos de pánico, volvemos a erigir umbrales inmunológicos y a cerrar fronteras. El enemigo ha vuelto. Ya no guerreamos contra nosotros mismos, sino contra el enemigo invisible que viene de fuera. El pánico desmedido en vista del virus es una reacción inmunitaria social, e incluso global, al nuevo enemigo. La reacción inmunitaria es tan violenta porque hemos vivido durante mucho tiempo en una sociedad sin enemigos, en una sociedad de la positividad, y ahora el virus se percibe como un terror permanente.

Pero hay otro motivo para el tremendo pánico. De nuevo tiene que ver con la digitalización. La digitalización elimina la realidad. La realidad se experimenta gracias a la resistencia que ofrece, y que también puede resultar dolorosa. La digitalización, toda la cultura del “me gusta”, suprime la negatividad de la resistencia. Y en la época posfáctica de las fake news y los deepfakes surge una apatía hacia la realidad. Así pues, aquí es un virus real, y no un virus de ordenador, el que causa una conmoción. La realidad, la resistencia, vuelve a hacerse notar en forma de un virus enemigo. La violenta y exagerada reacción de pánico al virus se explica en función de esta conmoción por la realidad.

La reacción pánica de los mercados financieros a la epidemia es además la expresión de aquel pánico que ya es inherente a ellos. Las convulsiones extremas en la economía mundial hacen que esta sea muy vulnerable. A pesar de la curva constantemente creciente del índice bursátil, la arriesgada política monetaria de los bancos emisores ha generado en los últimos años un pánico reprimido que estaba aguardando al estallido. Probablemente el virus no sea más que la pequeña gota que ha colmado el vaso. Lo que se refleja en el pánico del mercado financiero no es tanto el miedo al virus cuanto el miedo a sí mismo. El crash se podría haber producido también sin el virus. Quizá el virus solo sea el preludio de un crash mucho mayor.

Zizek afirma que el virus asesta un golpe mortal al capitalismo, y evoca un oscuro comunismo. Se equivoca

Žižek afirma que el virus ha asestado al capitalismo un golpe mortal, y evoca un oscuro comunismo. Cree incluso que el virus podría hacer caer el régimen chino. Žižek se equivoca. Nada de eso sucederá. China podrá vender ahora su Estado policial digital como un modelo de éxito contra la pandemia. China exhibirá la superioridad de su sistema aún con más orgullo. Y tras la pandemia, el capitalismo continuará aún con más pujanza. Y los turistas seguirán pisoteando el planeta. El virus no puede reemplazar a la razón. Es posible que incluso nos llegue además a Occidente el Estado policial digital al estilo chino. Como ya ha dicho Naomi Klein, la conmoción es un momento propicio que permite establecer un nuevo sistema de gobierno. También la instauración del neoliberalismo vino precedida a menudo de crisis que causaron conmociones. Es lo que sucedió en Corea o en Grecia. Ojalá que tras la conmoción que ha causado este virus no llegue a Europa un régimen policial digital como el chino. Si llegara a suceder eso, como teme Giorgio Agamben, el estado de excepción pasaría a ser la situación normal. Entonces el virus habría logrado lo que ni siquiera el terrorismo islámico consiguió del todo.

El virus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte. De algún modo, cada uno se preocupa solo de su propia supervivencia. La solidaridad consistente en guardar distancias mutuas no es una solidaridad que permita soñar con una sociedad distinta, más pacífica, más justa. No podemos dejar la revolución en manos del virus. Confiemos en que tras el virus venga una revolución humana. Somos NOSOTROS, PERSONAS dotadas de RAZÓN, quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar el clima y nuestro bello planeta.

Byung-Chul Han es un filósofo y ensayista surcoreano que imparte clases en la Universidad de las Artes de Berlín. Autor, entre otras obras, de ‘La sociedad del cansancio’, publicó hace un año ‘Loa a la tierra’, en la editorial Herder.

Las profesiones que mas matchs generan en Tinder






Para los que tienen Tinder: Estas profesiones que generan macth Si te descargaste Tinder y aún no logras hacer "macth" acá te decimos cuáles son las profesiones más llamativas para los usuarios de la popular red social. Un estudio reveló que las carreras "creativas" son las preferidas. Diseñadores gráficos, ningún abogado y mucha salud, estas son las preferencias de los usuarios y usuarias de Tinder.


¿Qué profesiones triunfan en Tinder?

Tinder se ha convertido en algo más que una red social para mejorar la relación entre personas, ya sea en modo amistad o para relaciones de cualquier tipo. Es, a grandes rasgos, una suerte de estudio sociológico continuo que estudia los patrones de los usuarios de cualquier parte del mundo. Si hace unos meses, con motivo del mundial de fútbol de Rusia, se confirmaba que eventos de ese calibre tenían la capacidad para congregar a miles de usuarios dentro de las redes de Tinder.




Ahora, la app de citas más popular ha elaborado un ranking que pone sobre la mesa qué profesiones son las más valoradas por los usuarios. Entre sus resultados, algunas sorpresas. Una profesión ha perdido el interés para ambos sexos.




Si en 2017, los abogados hacían las delicias de ambas partes, este año han pasado a un segundo plano y se han caído de la lista tanto para los hombres, como para las mujeres. En su lugar, se ha dado paso a otro tipo de carreras en las que la creatividad es el punto fuerte.




Sin precedente alguno, los diseñadores gráficos forman parte de los primeros puestos an ambas listas; muchos de ellos relacionados con el universo de los emprendedores, según los encuestados. Lo cual contrasta con la ausencia total de profesiones vinculadas a las nuevas necesidades del mercado; el Big Data o programadores no gustan en el mundo Tinder.




La realidad es esta. Después de las artes gráficas, el sector de la salud en su amplio espectro cuenta con buenas valoraciones para ambos lados. Especialmente para los hombres, donde incluso la veterinaria se considera positiva. Por el lado de las mujeres, el marketing y la ingeniería se cuelan como las opciones más viables.




Para no salir de la norma, las azafatas de vuelo están entre el sector femenino. Lo que llama la atención es la inclusión de los azafatos como las profesiones más buscadas en Tinder.



En Alemania la cuarentena esta dañando el tejido social, generando desconfianza en la otredad


Uno de los efectos invisibles pero graves de la cuarentena: el creciente nivel de desconfianza y sospecha que se da entre vecinos por las denuncias de violaciones a las normas de confinamiento así como por el miedo al contagio. En Alemania, país que ha experimentado el nazismo y el comunismo, la Policía de Berlín tuvo que pedir a la población que cesara de denunciar. "El fenómeno es universal, pero con diferentes características regionales", explicó Rafael Behr, profesor de criminología y sociología en la Academia de Policías de Hamburgo, a AFP. "Cuanto más se prolongue la emergencia, la gente se volverá más antisocial, desconfiará y sospechará más de su vecino; sobre si, por ejemplo, es contagioso."


La situación inédita que están atravesando practicamente todos los países del mundo, tendrá consecuencias que aún no podemos ver ni medir. ¿Cómo afectará al tejido social el incentivo a denunciar al violador de la cuarentena?

En Alemania, por ejemplo, un país que conoce lo que es la vigilancia por haber experimentado el nazismo y el comunismo, la policía de Berlín tuvo que pedirle a la gente que cesara de llamar al número de emergencia para hacer denuncias de violación de cuarentena, aclarando que no está diseñado para eso. En Munich, llaman entre 100 y 200 ciudadanos para denunciar violaciones a la cuarentena.

Por su pasado, el regreso a las denuncias y a tan alto estado de vigilancia suscitó un debate caliente en Alemania. ¿Legitima la crisis actual retornar a esta práctica?

El término "denunziant" (podría traducirse como "soplón") se ha vuelto trending topic en Twitter, acompañado de referencias al Tercer Reich y a la policía secreta Stasi, reporta la agencia AFP.

"Todo esto parece confirmar un prejuicio bien asentado en los alemanes respecto de sí mismos: que cuando hay duda, una parte de la población está dispuesta a convertirse en una extensión del poder del estado", explicó el profesor de psicología Christian Stoecker a Der Spiegel.

Pero Alemania no es una excepción: otros países, quizás con un pasado menos cruento, experimentan lo mismo.

"El fenómeno es universal, pero con diferentes características regionales", explicó Rafael Behr, profesor de criminología y sociología en la Academia de Policías de Hamburgo. "Cuanto más se prolongue la emergencia, la gente se volverá más antisocial y desconfiará y sospechará más de su vecino; sobre si, por ejemplo, es contagioso."

Lo más peligroso del estado de vigilancia social es que puede haber casos en que la denuncia de violación de cuarentena se use para vengar cuestiones personales.

"Cualquiera que esté celoso de su vecino, ahora tiene la oportunidad de denunciarlo por la mínima violación a las reglas del coronavirus", dijo Behr. "Esto envenena las relaciones sociales."

Trump y una puesta en escena con un mensaje optimista pensando en las elecciones

En una entrevista con la cadena Fox, su favorita, el presidente buscó disminuir el enorme nivel de incertidumbre que se vive en el país y, como es habitual, se jactó de su gestión.


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el Memorial Abraham Lincoln, durante la entrevista.

El escenario estaba impecablemente montado en uno de los sitios más emblemáticos de Washington y a los pies del prócer más respetado por los estadounidenses. Allí, en el imponente monumento a Abraham Lincoln, el presidente Donald Trump se instaló para ofrecer una entrevista con su cadena de televisión favorita y enviar un mensaje optimista a los estadounidenses: a fin de año habrá una vacuna para el coronavirus​ y el año que viene será “increíble” en el plano económico.

En tiempos en los que la imagen es crucial, nada fue librado al azar. Trump apareció el domingo en un coloquio virtual de la cadena Fox al atardecer al lado de Lincoln, el presidente que abolió la esclavitud, en busca de lograr cierto aire de estadista, justo seis meses antes de los comicios presidenciales del 3 de noviembre, cuando busca su reelección. Mientras tanto, su rival demócrata, Joe Biden, brinda conferencias a sus seguidores por Zoom desde su casa, con una biblioteca blanca de fondo.

El jefe de la Casa Blanca fue respondiendo preguntas de los ciudadanos en medio de una crisis sanitaria sin precedentes, con casi 70.000 muertos en el país por el Covid-19, y una debacle económica profunda. Pero el presidente buscó disminuir el enorme nivel de incertidumbre que se vive en el país y, como es habitual, se jactó de su gestión.


“Creo que hemos salvado millones de vidas”, dijo, aunque admitió que Estados Unidos va a “perder a unas 70.000, 80.00 o 100.000 personas” por el virus.

En realidad, la estimación de muertos parece ser demasiado baja, incluso sin tener en cuenta una segunda oleada de contagios en Estados Unidos, donde se ha registrado un tercio de los casos de coronavirus mundiales. Un informe interno de los Centros para la Prevención y la Lucha contra las Enfermedades (CDC), al que tuvo acceso el diario The New York Times, anticipa incluso un rebrote a partir de mediados de mayo, con la casi duplicación del número diario de fallecidos antes del 1 de junio, que pasaría a 3.000 muertos en lugar de los 1.500 actuales por lo cual la cifra sería mucho mayor a la calculada por Trump.

Pero el presidente no mencionó estos informes e inmediatamente pasó a un mensaje optimista: “Creemos que tendremos una vacuna antes de fin de año”. “Los médicos dirían 'bueno, no deberías decir eso'. Diré lo que pienso”, afirmó. Expertos como el doctor Anthony Fauci han dicho que quizás la vacuna esté lista para el 2021, pero no este año, porque hacen falta pruebas clínicas.

Actualmente se están desarrollando cien proyectos de vacunas contra la covid-19 en todo el mundo, diez de ellos ya están haciendo ensayos clínicos. Trump insistió en que no le molestaría que otro país desarrollara la vacuna antes que los investigadores de Estados Unidos. “Si es otro país, me quitaré el sombrero. No me importa, solo quiero recibir una vacuna que funcione”, añadió.

Trump insistió en que quiere que las actividades del país se reanuden de manera prudente, pero “lo más rápido posible” y se mostró optimista sobre las perspectivas económicas para el año que viene. En el 2021 la economía será “increíble”, dijo, y agregó que la transición comenzará a sentirse desde septiembre. “Realmente creo eso. Tengo buenas sensaciones”, dijo, aunque el desempleo crece en forma rampante y en el primer trimestre la economía cayó casi un 5%.

Después de que recomendara a los ciudadanos tomar o inyectarse desinfectante (algo que puede ser letal), Trump decidió cancelar sus conferencias de prensa, pero igualmente se presenta todos los días en ámbitos que la Casa Blanca puede controlar mejor. Suele ahora aparecer en actos cortos con gobernadores o empresarios y contesta algunas pocas preguntas. La estrategia le dio resultado porque esta última semana volvió a subir en las encuestas y alcanzó el 49% que tenía antes, el máximo de su presidencia.

Las preguntas incómodas igual llegan, pero puede esquivarlas mejor. Una mujer le preguntó a Trump por qué se negaba a adoptar una postura más presidencial. El jefe de la Casa Blanca hizo lo habitual: culpó a los medios. Dijo que la prensa era “hostil” y denunció “un nivel de ira y odio” sin precedentes. Incluso dijo que los periodistas lo trataban peor que a Abraham Lincoln y señaló la imponente estatua a su lado. La pregunta fue virtual, la cadena de TV era amiga. Enseguida se pasó a otro tema.

‘Érase una vez un virus’: China se burla de EE UU en una animación hecha con piezas como las de Lego





La agencia oficial de noticias china difunde un vídeo en el que la Estatua de la Libertad conversa con un guerrero de Xian.


China ha publicado una breve animación titulada Once Upon a Virus (Érase una vez un virus) burlándose de la respuesta de Estados Unidos al coronavirus y para ello ha utilizado figuras parecidas a las de Lego para representar a los dos países: un guerrero de Xian y la Estatua de la Libertad. Y ambos con mascarilla. El vídeo, subido el 29 de abril al canal de YouTube de Xinhua, la agencia oficial de noticias china, se ha reproducido millones de veces y ha sido compartido en miles de perfiles de Twitter, entre ellos los de diplomáticos chinos y legaciones como la de París.

Se abre el telón, mientras empiezan a sonar los acordes de The Entertainer, la tonada que popularizó la película El Golpe. En el escenario, de un lado, una figura similar a las de Lego representando uno de los célebres guerreros de terracota de Xian, cubierto con una mascarilla. Del otro, la Estatua de la Libertad con el rostro descubierto. Va a empezar una sátira sobre cómo China percibe la estrategia de Estados Unidos —y las críticas del presidente Donald Trump— contra el coronavirus.

Los dos países, cuya relación se ha ido deteriorando a pasos agigantados durante el mandato de Trump, se han enzarzado en una guerra de recriminaciones sobre el origen y la gestión de la pandemia. El presidente estadounidense cree que el nuevo coronavirus se originó en un laboratorio de Wuhan, el foco original de la pandemia que ya ha infectado a más de tres millones de personas en el mundo. También acusa a China de haber ocultado información en las primeras semanas, impidiendo así que el resto del mundo pudiera responder a la pandemia de manera adecuada, y ha planteado que podría exigir el pago de reparaciones al país asiático. La semana pasada, el republicano llegó a insistir en que la gestión china de la pandemia era prueba de que China haría “todo lo posible” por conseguir que él perdiera la reelección en las elecciones estadounidenses del próximo noviembre.

Diplomáticos chinos, por contra, han planteado que el virus pudo entrar en su país traído por soldados de EE UU que participaron en los VII Juegos Mundiales Militares celebrados en esa ciudad en octubre pasado. Pekín también ha negado rotundamente tener ningún interés en interferir en las elecciones estadounidenses. A pesar de que en China no se puede acceder a YouTube ni a Twitter, sus diplomáticos utilizan estas herramientas para difundir sus mensajes.

Ahora, en el vídeo de animación de menos de dos minutos difundido por Xinhua, se burla de los comentarios en los que Trump ha restado importancia a la crisis desde que Pekín anunció el descubrimiento de una nueva enfermedad a finales de diciembre. “Hemos descubierto un nuevo virus”, anuncia el guerrero de terracota. “¿Y qué?” -le contesta la Estatua de la Libertad- “Solo es una gripe”.

El guerrero continúa enumerando una serie de recomendaciones e hitos de la lucha de China contra la pandemia y la estatua le responde con frases trumpianas mientras enrojece progresivamente, víctima de la fiebre, y queda conectada a una vía de goteo intravenoso. “El virus no es peligroso. Pero millones de chinos han muerto. Pero el virus no es peligroso. Tenemos razón. Aunque nos contradigamos”, sostiene la figurilla que representa a Estados Unidos. El monumento acusa constantemente al guerrero de haber mentido y ocultado información.

“¿Os estáis oyendo a vosotros mismos?”, pregunta el guerrero. “Nosotros siempre tenemos razón, aunque nos contradigamos”, insiste la estatua, ahora ya cubierta con mascarilla. “Eso es lo que me gusta de vosotros, estadounidenses: vuestra consistencia”, concluye el guerrero chino.

China en la mira del mundo



China en la mira de todo el mundo por el coronavirus

Y en el centro de un fuego cruzado cada vez mayor se encuentra el Estado chino, acusado -¿injustamente o con toda razón?- de causar la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, en realidad no es el único en apuntar el dedo contra Pekín, acusándolo de haber encubierto un trágico error, la fuga del Covid-19 de un laboratorio de Wuhan. Una versión desmentida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según la cual "por todas las pruebas vistas, más de 15 mil secuencias genéticas, se considera que este virus es de origen animal, existe un vínculo con los murciélagos, debemos limitarnos a la ciencia".
Pero crece la fila de los Estados que albergan más de una sospecha sobre el modo en el que Xi Jinping y los suyos administraron la crisis, encubriendo y no advirtiendo a tiempo sobre los riesgos del coronavirus que ya estaba azotando al gigante asiático.
Así Australia pide una investigación sobre el origen del Covid-19, mientras en Europa Berlín y Londres -como escribió el diario New York Times- ahora dudarían en abrir las puertas al gigante chino de telecomunicaciones Huawei, a quien en tiempos no sospechosos se le confiaron las tareas de realizar las redes 5G de nueva generación.
Incluso en Africa, el continente donde China centró muchas de sus masivas inversiones, muchos gobiernos estarían listos para demandar a Pekín y pedir resarcimientos por daños.
En resumen, una Guerra Fría que podría redimensionar e infligir un duro golpe a las ambiciones chinas de llenar el vacío de liderazgo global dejado por el Estados Unidos de Donald Trump en los últimos años, cada vez más inspirado por la doctrina de "América Primero" ("America First").
Y mientras los mercados reaccionan negativamente a las crecientes tensiones, el magnate insiste en anunciar un informe en el que dará detalles de todas las acusaciones contra China, a pesar de algunos reportes de inteligencia estadounidenses que también afirman la ausencia de evidencia de que el Covid-19 fue creado por el hombre o nacido de una manipulación genética.

Pero de todos modos, la administración Trump está lista para evaluar represalias, a partir de la reanudación de una ofensiva sobre los aranceles.
"Pura locura" para Pekín, que estigmatizó fuertemente la versión de Washington ilustrada durante el fin de semana por el secretario de Estado, Mike Pompeo.
En tanto Estados Unidos está lidiando con la partida de la "fase 2" en un momento en el que aún es elevado el número de nuevos casos y de las nuevas muertes. Las últimas proyecciones de las autoridades sanitarias federales, según algunas versiones, hablan de una duplicación diaria de muertos tras la reapertura de las actividades en varios estados norteamericanos (para muchos demasiado apresurada): al menos 3.000 víctimas por día contra los cerca de 1.700 de los últimos días.

Después de todo, el mismo Trump admitió que en Estados Unidos al final pasarán de 75 mil a 100 mil los muertos a causa del virus, mientras las esperanzas están todas puestas en una vacuna a más tardar para fin de año.
El epicentro de la pandemia en Estados Unidos sigue siempre en Nueva York, donde los más de 500 muertos del fin de semana enfriaron el tibio entusiasmo de los últimos tiempos.
Y la tormenta aumentó por las imágenes, que dieron la vuelta al mundo, de un Central Park superpoblado el fin de semana. En conferencia de prensa el gobernador Andrew Cuomo apenas contuvo la ira: "Quien no usa una máscara no tiene respeto por los demás. ¡No usarla significa que puedes matar a cualquiera!", tronó el gobernador.

Como será viajar en transporte público después de la cuarentena

El 2 de marzo la Argentina cambió . El día que se confirmó el primer caso positivo de coronavirus en el país representó un quiebre y obligó a reformular los hábitos de la sociedad, desde los más complejos hasta los más simples, desde poner en pausa los vínculos personales estrechos hasta viajar en el transporte público . La pandemia acecha y lo hace con mayor virulencia en ámbitos populosos donde sostener el distanciamiento social se convierte en un reto. Y el subte porteño, que suele viajar con vagones llenos, es uno de los mayores desafíos a resolver en la nueva normalidad que se intenta construir.

Los países europeos más golpeados por la epidemia que comienzan a ver un descenso en la cantidad de muertos e infectados a diario ya se preparan para la salida paulatina de una extensa cuarentena . Lo hacen a paso lento y con recelo hacia el transporte subterráneo que en las últimas semanas fue objeto de un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas inglés) que sugirió que en Nueva York actuó como principal diseminador del coronavirus.

La utilización de barbijos , cabinas rociadoras de desinfectantes , un regreso escalonado de la actividad laboral , controles estrictos en las estaciones para respetar el distanciamiento social, la recomendación de utilizar los vehículos particulares y hasta incentivos para comprar bicicletas o monopatines eléctricos son parte de las acciones que se adoptarán en las próximas semanas en las principales ciudades del mundo. Pero, ¿cuáles de esas medidas podrían implementarse en el subte porteño? El subte porteño opera con una baja histórica; garantizar el distanciamiento social dentro de las formaciones es uno de los desafíos Fuente: LA NACION - Crédito: Tomás Cuesta

Hoy la red transporta un 84% menos de pasajeros y, aunque en la ciudad se ve lejana la salida del aislamiento, la mirada ya está puesta en una articulación global que contiene varios puntos, pero que se sostiene en la estrategia ya vigente: todos los pasajeros deberán viajar sentados; al menos por un largo tiempo, se tendrá que respetar el distanciamiento social en las estaciones (hay marcas en piso para separar a las personas); se intentará distribuir la demanda de transporte durante todo el día para evitar aglomeraciones; y se promoverán alternativas de movilidad más sustentables, sobre todo para los viajes más cortos, como bicicletas y caminatas.

"Solo pasajeros sentados no es una sugerencia, es un requerimiento legal", avisó el secretario de Transporte y Obras Públicas de la ciudad, Juan José Méndez . "En el escenario actual hay lugar en el subte y en el espacio público; en el futuro, cuando se abran más actividades, se buscarán otras vías. Si los pasajeros se vuelcan masivamente al transporte público, no podrán entrar todos juntos a las estaciones, tendrán que esperar , hacer cola manteniendo las distancias establecidas porque los controles en la estaciones se mantendrán", adelantó. Un informe del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) sugirió que el subte de Nueva York fue el principal diseminador del coronavirus Fuente: AFP - Crédito: Tomás Cuesta

Antes de la aparición del coronavirus en la ciudad se realizaban ocho millones de viajes al día de los cuales el 60% se hacían en colectivo, el 17% en subte, el 13% en autos particulares y el resto se dividía entre taxis, bicicletas, tren y a pie. Los porcentajes cambiaron drásticamente durante la pandemia y el subte pasó a representar solo el 3% de los viajes, mientras que el de los vehículos particulares subió al 45% (en trenes, el 6%; en colectivos, el 15%). El resultado del aislamiento preventivo fue evidente en el transporte público que nunca dejó de funcionar, aunque con una reducción de pasajeros de hasta el 99% en el subte (una baja histórica) y superior al 80% en trenes y colectivos.

"En una formación de subte donde pueden viajar entre 2500 y 3000 personas hoy hay un máximo de 250 a 280, todas sentadas. El subte está transportando un 4% de lo que transporta habitualmente", explicó Méndez. "Cuando se abran nuevas actividades los medios masivos hay que preservarlos para los viajes más largos y para los trabajadores esenciales . Para un trayecto corto, menor a cinco kilómetros, hay otras opciones", agregó. Según el funcionario los recorridos de hasta 50 cuadras representan el 40% del total muchos de los cuales se realizan en bicicleta ( 300.000 viajes diarios con un crecimiento potencial de hasta 900.000).

Días después del inicio de la cuarentena la red de subte comenzó operar con un servicio limitado . Primero lo hizo con las formaciones deteniéndose en las cabeceras, pero luego se fueron agregando estaciones, principalmente, aquellas que sirven de conexión entre las líneas . Además del cronograma especial se tomaron otras medidas para prevenir los contagios como la intervención del piso de las estaciones con marcas para respetar la distancia mínima de 1,5 metros entre las personas (en total fueron 500 espacios de espera entre boleterías, molinetes, andenes, paradas en refugios y en metrobuses), se incorporaron procedimientos de higiene utilizando nuevos productos (como una solución con armonio cuaternario ) para desinfectar las formaciones y las instalaciones, y se agregaron medidas de seguridad e higiene para los trabajadores. La Estación Grand Central en Manhattan es uno de los puntos que conecta líneas de subte y trenes en la Gran Manzana y luce vacía Fuente: AFP - Crédito: Tomás Cuesta

"¿Después de la cuarentena? Dependerá de cómo se ponga en marcha la actividad y si los horarios se manejarán de una forma más escalonada. Una salida progresiva del aislamiento combinado con el teletrabajo para que no se concentre tanta gente en horarios picos puede ser una alternativa viable", opinó Andrés Borthagaray , director para América Latina del Instituto para la Ciudad en Movimiento .
Medidas en el mundo

Horarios de entrada y salida laboral en forma escalonada es una variante que se analiza en el Ministerio de Transporte de la Nación , a cargo de Mario Meoni , aunque para implementarse debe existir consenso entre el sector privado, los gremios y otros actores involucrados. Un plan similar tiene en mente el gobierno de España a partir del 11 de mayo cuando comience a flexibilizarse la cuarentena en dicho país. Los trenes interurbanos españoles están operando con un 98% menos de pasajeros y estableciendo un cronograma se busca evitar la aglomeración en el metro y el resto del transporte público. Entre otras medidas aparecen la distribución de diez millones de barbijos , que los vagones estén completos en un tercio de su capacidad y la estimulación del uso de vehículos particulares y bicicletas .

Italia , por ejemplo, se prepara para que desde el lunes cuatro millones de personas vuelvan a sus puestos de trabajo y el gran miedo es cómo repercutirá en el transporte. En los días previos se realizan pruebas en ciudades como Roma, Milán y Napoles con señalamiento en el piso de las estaciones para que la gente respete el distanciamiento. Habrá controles para evitar la concentración de personas y se pondrán más vagones en las formaciones. También se busca potenciar a circulación de bicicletas y el gobierno estudia otorgar un bono de 200 euros para comprarlas.

El plan de desconfinamiento de Francia , también desde el 11 de mayo, contempla el uso obligatorio de tapabocas en todo el transporte público con la intención de que haya menos gente en los colectivos y trenes, aunque aún no hay medidas concretas de cómo se implementará. Una opción es que para viajes de 100 kilómetros o más se obtengan boletos en forma anticipada, aunque no sería viable para viajar en la red de subte de 220 kilómetros donde viajan más de cuatro millones de personas por día.

En Estados Unidos , principalmente en Nueva York, el subte debió bajar la frecuencia a un 40% por los 6000 trabajadores contagiados y los fallecidos, aunque no hay medidas concretas para garantizar el distanciamiento social más allá de la recomendación de evitar el transporte público.

En la región, Santiago de Chile mantiene una rutina de higiene de las instalaciones y mensajes sonoros que promueven el lavado de manos y el uso de alcohol en gel, pero tampoco hay medidas extremas en una red que transporta un 87% menos de pasajeros. Mientras que en Brasil, en San Pablo , se anunció que las personas sin tapabocas no podrán viajar en subte (ya es obligatorio en Río de Janeiro ) y se instalaron estaciones de higiniezación con rociadores para desinfectar la ropa y las pertenencias de los pasajeros. La reducción de personas transportadas en ambas ciudades fue de entre 70% y 80% en la cuarentena.

Con la colaboración de Elisabetta Piqué, Luisa Corradini, Laura Ventura, Domitila Dellacha, Marcelo Silva De Sousa y Víctor García

Servirá la cuarentena para terminar con la escuela pensada por Bismarck para hacer mejores soldados?


Servirá la cuarentena para desestructurar la escuela prusiana pensada por Bismarck que los chicos sufren hoy?

En Finlandia entre otros paises, determinaron que es antinatural e insano que un chico se levante a las 6 de la mañana para entrar a la escuela a las 7 y media, que los ciclos vitales naturales van contra semenjante despropósito.
Esta claro que es antiantural para un chico de 6 años desembarcar en la escuela primaria actual y quedarse 45 minutos inmovil en un banco so pena de ser castigado, sin hablar sin moverse, como si no fuera un chico, sino un republicano de saco, corbata y pelo corto y peinado con raya.


Es absolutamente contrario a lo natural levantar a un chico a las 6 y sentarlo 5 u 8 horas en un banco, en silencio e inmovil, copiando pizarrones, y repitiendo nombres y fechas.



El curriculum escolar presenta el conocimiento de manera fragmentada, privilegia la transmisión de la información sobre el desarrollo de la creatividad.- Se tiene poco en cuenta el interés de los alumnos, por lo tanto la escuela suele generar tedio y aburrimiento en niños y adolescentes.- La currícula privilegia contenidos formales, racionales y abstractos, que además suelen encontrarse desactualizados.- La metodología utilizada de modo predominante por los docentes es el dictado de clases frente al pizarrón. - La enseñanza se plantea de manera muy directiva, con poco espacio para la autonomía, la voluntad y la expresión personal.- El sistema de calificación tiene en cuenta los aspectos observables y medibles del desempeño de los alumnos, pero desconsidera muchas otras capacidades. Asimismo, no se valora el papel del error en la construcción del aprendizaje.- El sistema educativo privilegia los resultados sobre el propio proceso de aprendizaje.- La disciplina escolar resulta un acto de imposición de poder que tiende a generar miedo y no a construir las reglas colectivamente y a regular el comportamiento en base al respeto por el otro. - Faltan espacios de reflexión y trabajo colectivo entre los docentes.- La gradualidad plantea la organización de grupos de aprendizaje en función de la edad como único criterio. - La perspectiva homogeneizante de la escuela obtura el respeto a las diferencias.


Este modelo caduco, obsoleto e ineficaz surgio de la concepción de Otto Von Bismarck.

La escuela prusiana es el modelo en el que se basa el modelo tradicional educativo.
En Prusia, actual Alemania del este, a finales del S. XVIII y principios del XIX, Federico I establece la obligatoriedad de la educación y Federico II perfecciona el modelo de la escuela prusiana.
Otto Von Bismarck entendía que soldados que supieran escribir y tuvieran conocimientos de matemáticas, se convertían en mejores soldados, pero además,  el objetivo era crear soldados disciplinados y obedientes.
El modelo  se aplica a la educación con el fin de que, al igual que con el ejército, se pudiera formar ciudadanos útiles, obedientes al sistema.
Así que,  este modelo fue muy bien recibido  en casi todo el mundo, pues la inminente revolución industrial demandaba empleados dóciles, disciplinados y productivos.
Este fue el origen de la educación pública y obligatoria.

Una escuela donde predomina la mediocridad, el premio a la repetición, el castigo al pensamiento crítico, a la transgresión, a salir de la caja, consolida individuos chatos, sin creatividad que no podrán aportar ni agregar valor al esquema productivo.
Una escuela donde se legitima la burla al diferente, se propende al silencio y se castiga la risa(cuentenos de que se ríe Pérez, así nos reímos todos), donde lo importante es llegar temprano, tener el cuaderno prolijo, tener buena letra, repetir sin pensar, memorizar fechas y nombres de istmos y batallas

Algunas de las características de la escuela prusiana que aún tienen reminiscencia en la escuela de nuestros días:
  • Grupos numerosos de individuos
  • El encierro
  • Las pruebas estandarizadas
  • La división por edades
  • El sistema de calificaciones
  • El sistema de premio y castigo
  • Los horarios estrictos
  • El tener que permanecer quieto, sentado en un pupitre durante toda la jornada escolar (la productividad)
  • La disciplina estricta
  • La obediencia ciega.
Aunque se ha demostrado que  estas acciones generan un ambiente adverso y contrario para el aprendizaje, la realidad es que hoy en día muchas escuelas públicas y privadas siguen con estas prácticas.
Por otro lado, muchas de éstas prácticas son hasta cierto grado comprensibles. Un docente encerrado en un aula con 50 individuos necesita mantener al grupo y un ambiente lo más controlado posible.
Parece que, se trata de un círculo vicioso, del que es casi imposible salir sin un cambio drástico en el modelo.


Tenemos una escuela del siglo 19, con docentes del siglo 20 y alumnos del siglo 21

El viejo modelo de la sociedad disciplinaria, con un docente que se cree poseedor del saber está en crisis: hoy cualquier estudiante tiene alcance a contenidos ilimitados. La sensación que hay es que hay una institucionalidad vigente, que sigue pensando en términos de un aula tradicional, y que no puede todavía hacerse cargo de las transformaciones que se dan no solo a nivel tecnológico, sino también en los tipos de conocimientos con los que un alumno llega al aula.

Un aula, no debe obturar el conflicto, la crítica, el pensamiento disruptivo. No podemos seguir con docentes que dicen lo que quieren decir y que todo el mundo recibe pasivamente lo que el docente dice. La valorización del conflicto es clave Un docente debe ser alguien que inspire a que otro se transforme.

Transformr la educación pública es fundamental para pensar un país que agregue valor, que transforme crecimiento en desarrollo y que incluya.

Biden con el silencio del las me too y el blindaje de los medios, sale a negar las acusaciones de abuso sexual




Biden niega las acusaciones de abuso sexual a una antigua empleada en el Senado

Biden no hace pie en el voto negro, tampoco en el voto joven, pero si se hace fuerte en el voto blanco que apoyó a Trump en 2016.

Grupos como Me Too o grupos feministas que usualmente salen fuerte, en este caso callan fuerte.

El partido demócrata y los medios, mayoritariamente demócratas blindan a Biden


Su actitud no era furtiva, ni siquiera un secreto a voces. Sucedía a plena luz, está en los archivos gráficos, en la memoria colectiva. El senador de Delaware (1973-2009) y vicepresidente durante la administración de Obama ha sido, en sus propias palabras, un “político táctil” aficionado a tocar para conectar con compañeros de partido o interlocutores. Su comportamiento —que dio lugar al término bidening (“bidenear”)— no solo no era considerado inapropiado, sino que se tenía por un activo político.

en la era MeToo, sus bromas, abrazos y besos se ven hoy bajo otra luz. “No insinúo que violara la ley, pero las transgresiones que la sociedad contempla como menores (o que ni siquiera ve como transgresiones) a menudo son notables para la persona en el extremo receptor”, escribía Lucy Flores, excongresista del Estado de Nevada, que acusó a Biden de haberse aproximado a ella por la espalda y besado levemente la cabeza, antes de salir al escenario para apoyarla en un acto electoral de 2014, de una manera que la hizo sentirse incómoda.
“Biden debe comprender que en el mundo de hoy, el espacio físico es importante para la gente y la clave es cómo lo reciben, no tu intención”, resumió la veterana Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes y una de las figuras más poderosas del partido, antes de decir que no cree que todo esto le descalifique como candidato.

A Flores se sumó el lunes Amy Lappos, asistente de un congresista, que aclaró que la forma en que en 2009 el entonces vicepresidente rozó su nariz con la suya “no era sexual”, pero la incomodó. Dos mujeres más han dicho que la conducta del político les hizo sentirse mal.

Biden insiste en que ha aprendido la lección para controlar su efusividad. “Las normas sociales están cambiando”, reconoció en un vídeo el miércoles. “Lo entiendo y he escuchado a estas mujeres. La política para mí ha sido siempre cuestión de conectar, pero seré más consciente de respetar el espacio personal en el futuro”

Joe Biden ha roto su silencio este viernes para negar tajantemente que abusara sexualmente de una antigua empleada del Senado en 1993. “No, nunca sucedió”, declaró. Las presiones dentro y fuera del partido acabaron forzando al virtual candidato a la Casa Blanca a dar un paso al frente para refutar la acusación de Tara Reade y solicitó que los Archivos Nacionales sacasen a la luz la queja que, según la mujer, hizo en su momento contra el entonces senador de Delaware.


El exvicepresidente de Barack Obama se manifestó a través de un comunicado y una entrevista en televisión. Biden escogió el programa político de la mañana de MSNBC Morning Joe para impugnar la denuncia de Reade. Pero no fue Joe Scarborough, el conductor principal, quien entrevistó a este respecto al exvicepresidente. Lo hizo Mika Brzezinski, copresentadora, quién manejó la difícil conversación con el antiguo senador. “Luego se sumará Joe” para tratar la actualidad de la pandemia, le dijo Brzezinski, pero “ahora somos usted y yo y quiero ir directa a las acusaciones hechas contra usted por Tara Reade”.

Brzezinski pidió entonces disculpas a los espectadores por el lenguaje tan explícito que iba a utilizar, pero afirmó que lo consideraba necesario para que no quedara lugar a dudas de lo que se estaba hablando. La presentadora leyó a continuación la acusación que Reade mantiene contra Biden: “[Ella] dice que en 1993 el exvicepresidente la acorraló contra la pared, le metió la mano por debajo de su ropa y le penetró con sus dedos”. Tras una estudiada pausa, Brzezinski preguntó: “Por favor, ¿puede decir al pueblo americano si abusó sexualmente de Tara Reade?".

“No, no es cierto, es absolutamente falso, nunca sucedió, nunca”, declaró Biden. El exvicepresidente dijo que reconocía su responsabilidad de ser “una voz, un defensor y un líder del cambio de una cultura que ha comenzado, pero que está lejos de haber concluido”, por lo que había decidido abordar las acusaciones de la antigua empleada. Lo cierto es que distintas organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres llevaban tiempo reclamando que el político se enfrentara a tan delicado asunto. Algunos republicanos han aprovechado la omisión de Biden para describir a los demócratas como hipócritas que mantienen un doble rasero, recordando el escrutinio político y mediático al que se sometió al hoy juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh durante su proceso de confirmación por acusaciones de abuso sexual.

Biden aprovechó su comparecencia ante las cámaras de MSNBC —desde el sótano de su casa, donde está recluido debido a la crisis del coronavirus— para decir que mientras era cierto que todas las mujeres que hacen este tipo de acusaciones “merecen ser tratadas con dignidad y respeto y deben ser escuchadas” no era menos verdad que también deben de ser objeto de “investigación y escrutinio”.

Tara Reade fue empleada en la oficina del Senado de Biden entre diciembre de 1992 y agosto de 1993. El año pasado sumó su voz a la de otras mujeres que acusaban a Biden de tocamientos, besos o abrazos que consideraban inapropiados. Pero este pasado mes de marzo, Reade fue más allá en diversas entrevistas con distintos medios estadounidenses y acusó al candidato demócrata de abuso sexual. Biden, 77 años, que aún debe ser declarado candidato oficialmente por el Partido Demócrata, aseguró este viernes que los medios de comunicación deberían “examinar y evaluar el historial completo” de inconsistencias en la historia de Reade, que esta ha cambiado “de manera repetida”.

Biden señaló que no sabía por qué ahora Reade le acusaba de algo semejante. “No voy a cuestionar sus motivos”, dijo. “No sé por qué dice lo que dice. No sé por qué después de 27 años, de repente, surge esto. No lo entiendo”, prosiguió el político. “Ella tiene todo el derecho a decir lo que quiera, pero yo tengo todo el derecho a decir que se miren los hechos”.

Reade ha declarado que en su momento —1993— habló con algunos compañeros de que el comportamiento de Biden le hacía sentir incómoda, pero no mencionó el supuesto abuso sexual. La mujer, que hoy vive en California, también ha afirmado que presentó una queja en la oficina de personal del Capitolio, pero que no guarda una copia de ella. Este fue el punto que este viernes Biden tomó para su defensa al solicitar a la secretaría del Senado que pida a los Archivos Nacionales que publiquen cualquier registro de personal de la institución que recoja alguna queja que hubiera formulado uno de sus empleados en aquella época.

Reade, a su vez, ha solicitado que Biden acceda a que se hagan públicos los registros del Senado que se guardan en la Universidad de Delaware sobre el político. A este respecto, Mika Brzezinski protagonizó en directo un vaivén de preguntas de por qué Biden no accedía a ello. El exvicepresidente acabó zanjando el interrogatorio diciendo que allí “no estaban”, que no había “papeles de carácter personal”. Esta documentación está sellada y no será accesible al público hasta dos años después de que Biden abandone todo cargo político.

Biden es consciente de que el equipo de Donald Trump hará de este caso un asunto de campaña, a pesar de que el propio presidente ha enfrentado numerosas acusaciones de acoso y abuso sexual y fue grabado en cámara alardeando de que las mujeres, “cuando eres una estrella, te dejan hacerles cualquier cosa. Agarrarlas por el coño”. “Como candidato presidencial, debo rendir cuentas al pueblo estadounidense. Ya hemos vivido demasiado tiempo con un presidente que se cree que no es responsable ante nadie, que no asume responsabilidades por nada”. “Yo no soy así", finalizó Biden.