Inversores volvieron a comprar dólares y en el primer trimestre la fuga llegó a u$s4.700 M

Un 70% más de personas salió a vender divisas




Las compras netas de divisas por parte de inversores institucionales llegó a u$s900 millones en marzo, en un contexto de deterioro de la situación financiera internacional para la Argentina, lo que llevó a que la fuga de capitales finalizara en u$s4.700 millones en el primer trimestre.

Los datos se desprenden del informe de "Evolución del mercado de cambios y balance cambiario" que elabora mensualmente el Banco Central, el cual arrojó que las personas humanas compraron un 60% menos de billetes verdes en relación al mismo mes del año pasado, ya que pasaron de adquirir u$s2.500 millones a u$s1.000 millones. Este descenso "puede explicarse por las menores compras para atesoramiento y para viajes al exterior", evaluó el BCRA en el reporte.

Para Martín Kalos, director de Epyca Consultores, esto refleja "la caída del poder adquisitivo", ya que "las familias que tenían un ahorro ya lo dolarizaron, o bien el ingreso mensual no alcanza", para hacerse de divisas. "La cantidad de personas que compran moneda extranjera se mantiene estable, en torno a las 900.000, pero compraron mucho menos", precisó.

En ese sentido, quienes salieron a desprenderse de sus billetes verdes totalizaron en marzo 695.000, un 70% más en relación a igual lapso de 2018: lo que acaso demuestre que las familias tuvieron que salir a liquidar sus ahorros para poder hacer frente a los gastos diarios.


Las empresas del sector real fueron vendedoras netas por u$s1.000 millones


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Kalos recordó que "la formación de activos externos cae de forma interanual desde hace ocho meses, después del trimestre altísimo de mayo, junio y julio". En marzo, fueron u$s1.771 millones de fuga, u$s807 millones más que en febrero. Así, el primer trimestre finalizó en u$s4.695 millones, por debajo de los casi u$s7.000 millones que se habían ido en el mismo período de 2018.

Sin embargo, los inversores institucionales continuaron con su salida del país. Realizaron compras netas por u$s900 millones, frente a los u$s100 millones de ventas netas de marzo del año pasado, justo cuando inició la corrida y empezaron a revertir las fuertes ofertas de divisas que realizaron durante todo el 2017.

La inversión de portafolio mostró un rojo de u$s243 millones después del saldo positivo de u$s175 millones que había dejado en febrero, en medio del "veranito" financiero del Gobierno durante el cual el Central compró dólares y redujo la tasa de interés 20 puntos porcentuales.

"A pesar de las elevadas tasas de interés, los inversores extranjeros perciben cierto riesgo que los lleva a desarmar sus posiciones en pesos para refugiarse fuera del país", consideró la consultora ACM.

La firma destacó que la cuenta corriente cambiaria arrojó un superávit de u$s245 millones y la financiera un déficit de u$s2.449 millones. Por la recesión, se contrajo un 40% el pago de importaciones y de esta manera la balanza de bienes aportó u$s1.124 millones en el mes. En tanto, la balanza de servicios mejoró 59% y totalizó un saldo negativo de u$s416 millones. En este punto, el sector del turismo redujo en un 40% su rojo, al llegar a u$s400 millones, por lo que explicó casi la totalidad.

Las empresas del sector real fueron vendedoras netas por u$s1.000 millones. Las del rubro oleaginoso aportaron u$s1.350 millones, 19% menos que en marzo del año pasado, "por cancelación de obligaciones y formación de activos en el exterior", explicó el BCRA.

Por su parte, el resto de los sectores realizaron compras netas por u$s30 millones. La diferencia respecto a las compras netas por u$s2.100 millones de un año atrás se explicó por las menores importaciones de los últimos meses, ante la menor actividad económica.

En medio del debate por los precios, las empresas remarcaron e hicieron subir la inflación



Productos Esenciales es una lista de más de 60 artículos dentro de Precios Cuidados


Los relevamientos de precios semanales están mostrando que en las primeras semanas de abril los empresarios remarcaron los precios de sus productos ante el rumor del programa de congelamiento de precios, que finalmente lanzó el Gobierno el miércoles de la semana pasada, durante la tercera semana del mes. El programa, que busca llevar un alivio a los consumidores, pero que tiene poca incidencia en el IPC, comenzó generando el efecto contrario.


Según Elypsis, la inflación núcleo -que no incluye ni precios de bienes estacionales ni regulados- se aceleró a 1,4% en la segunda semana de abrilrespecto de la primera. "En torno al inicio de abril hubo una inflación elevada quecorresponde a un mecanismo de defensa de las empresas ante el rumor de inicio del programa de Productos Esenciales, que es una medida paliativa dentro de un plan mayor de corrección de las cuentas públicas. No esperamos que tenga un muy alto impacto", afirmó Nicolás Crespo, economista de la consultora.



Según sus datos, la inflación núcleo se empezó a acelerar en la última semana de marzo (1%), trepó al 1,4% en la primera semana de abril, siguió alta en la segunda (1,1%) y recién se está desacelerando en la tercera, por debajo del 1%. "Los precios de los alimentos se aceleraron notoriamente, y ello impactó fuertemente en los registros de inflación núcleo", dijo Crespo.


Con esta dinámica, Elypsis, que mide la inflación a nivel nacional, espera ahora que la inflación mensual ronde el 4%, en niveles altos, aunque por debajo del 4,7% de marzo. Recién en mayo podría quedar por encima del 3 por ciento.

La aceleración de la tercera semana de abril es producto de un comportamiento preventivo ante el rumor de un acuerdo de precios que se estaba confirmando. Las empresas vinculadas decidieron adelantarse y remarcar los precios previamente (Paolicchi)


FIEL observó el comportamiento defensivo en la segunda semana de abril, con un salto de 1,2%, cuando en la segunda de marzo había registrado 0,5% y en la segunda de febrero, 0,3%. En cambio, durante la primera semana de abril, la inflación semanal (1,3%) resultó más baja que en los meses anteriores.


"La inflación en la segunda semana fue alta probablemente por el acuerdo de precios. Lo anunciaron cerca de la segunda semana, la primera semana estaba jugada. Históricamente, ante la expectativa de un control de precios, los precios suben", coincidió Nuria Susmel, economista de FIEL. Según su relevamiento, el aceite de girasol aumentó 8% en la segunda semana de abril. El arroz, 7%; el azúcar, 7%; la harina, 10%. En tanto, el yogurt y el pollo aumentaron 11%.


FIEL, que mide la inflación en la Ciudad de Buenos Aires, espera ahora un piso de 3,5% para este mes.
Los nuevos Productos Esenciales terminarán de llegar a las góndolas el mes que viene


Para EcoGo, el impacto del acuerdo de precios se verificó en la tercera semana, cuando relevó una inflación núcleo cercana al 1% contra la segunda. Ese comportamiento elevó la núcleo al 3,7% en las primeras tres semanas, cerca de la general, en 3,8%.


"La aceleración de precios en la tercera semana de abril es producto de un comportamiento preventivo ante el rumor de un acuerdo de precios que se estaba confirmando. Las empresas vinculadas decidieron adelantarse y remarcar los precios previamente al anuncio, dado que no podrán volver a subirlos en los próximos seis meses", dijo Juan Paolicchi, economista de la consultora.

En torno al inicio de abril hubo una inflación elevada que corresponde a un mecanismo de defensa de las empresas ante el rumor de inicio del programa de Productos Esenciales, que es una medida paliativa dentro de un plan mayor de corrección de las cuentas públicas. No esperamos que tenga un muy alto impacto (Crespo)


"Si se remarcó sólo lo que es parte de Precios Cuidados, la incidencia es poca. Pero si las empresas compensan el congelamiento de precios con la suba de otros productos de la misma marca o similares que no entran en el programa se ve en el nivel general", agregó.


De los precios que releva el Indec para confeccionar el IPC mensual, sólo 1,4% corresponde al programa Precios Cuidados. Por lo que la incidencia de los 64 precios congelados es aún menor. Pero desde fines de marzo que se comentaba la intención del Gobierno de impulsar un paquete de medidas para atenuar el impacto de la política económica sobre el consumo.


De todos modos, la inflación se mantiene alta por la suba de las tarifas, el salto cambiario y la inercia inflacionaria. Y la política monetaria, pese a ser tan dura, actúa con un rezago que impide ver sus efectos sobre la inflación. Y los índices anuales ya se acercan al 40%.

The Washington Post y The New York Times aseguran que la incertidumbre económica empuja a muchos argentinos a irse a vivir Europa


Un especialista de la UCA aseguró que se está viviendo “la fase inicial” del éxodo de argentinos a Europa en búsqueda de un futuro laboral (NA)


The Washington Post y The New York Times replicaron un artículo de la reconocida agencia internacional AP que planteó que "la incertidumbre económica" de Argentina empuja a los jóvenes a buscar oportunidades en Europa, y comparó la situación actual en el país con la hiperinflación que se registró entre 1989 y 1990 y el estallido social de finales de 2001 que terminó con el gobierno del radical Fernando de la Rúa.


Así, la publicación resaltó que "los argentinos están perdiendo poder de compra gracias a una inflación anual de casi el 50%, una de las peores del mundo" y que durante el 2018 el peso argentino "perdió más de la mitad de su valor frente al dólar estadounidense". También señala que otro aspecto que empuja esta decisión de emigrar de muchos jóvenes son las políticas del presidente Mauricio Macri de recortar subsidios, lo que llevó "a un aumento en los costos de los servicios públicos y el transporte".
El artículo en The New York Times


Consultado, Alejandro Servide, directivo de la sucursal de Randstad en Argentina, la segunda compañía de contratación de personal más grande del mundo, señaló que "como resultado de la crisis económica y la devaluación, cada vez más profesionales jóvenes están pensando en un futuro en Europa".


Y aseguró que en las 160 entrevistas diarias que se realiza la empresa una pregunta a los postulantes es "si tuvieran la oportunidad, estarían interesados ​​en vivir en el extranjero". "Alrededor del 80 por ciento te dice que sí", reconoció el directivo.
El artículo en The Washington Post


Se puntualizó, además, que "como parte de las medidas de austeridad destinadas a equilibrar el presupuesto, la administración de Macri ha despedido a miles de trabajadores gubernamentales y ha recortado los fondos para la danza, la ciencia y otros programas".


"Cuando Argentina atraviesa estas crisis profundas, la gente busca opciones, y tal como sucedió en 2001-2002 cuando casi 800 mil argentinos viajaron al extranjero, hoy estamos viviendo tal vez la fase inicial", afirmó Ariel González, secretario ejecutivo de Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica Argentina.
El presidente Mauricio Macri


"Eso significa que hay un sector de la sociedad, los profesionales de clase media y alta, que están considerando un Plan B, que es que si la crisis se agrava, una de las opciones sería ir al extranjero", agregó el profesional.


Por otro lado, a modo de contraste con la situación actual, se hace una mención a los millones de europeos llegaron al país en el siglo XIX para escapar de la guerra y la pobreza, y que en el siglo XX Argentina era uno de los países más ricos del mundo.


"Pero la mala gestión política y los precios más bajos para los productos agrícolas que forman la columna vertebral económica del país durante décadas han llevado a auge y crisis cíclicas", concluyó el periodista Luis Andrés Henao.


El artículo completo de AP
Tomas Ruiz (izquierda), uno de los argentinos que buscará su futuro en Europa. Viajó a Irlanda (AP Photo/Tomas F. Cuesta)


Tomás Ruiz abrazó a su padre por última vez en el aeropuerto de Buenos Aires antes de subirse a un avión para empezar una nueva vida en Irlanda. Su hermana hizo lo mismo hace poco al mudarse a España.


Como muchos otros jóvenes argentinos, los hermanos tienen pasaportes europeos por sus orígenes, y están regresando a los países de los que salieron sus abuelos, muy lejos de la sofocante inflación, el elevado desempleo y la fuerte depreciación del peso en Argentina.


"Lo que me llevó a hacer esto es un poco la situación general del país", manifestó Ruiz mientras terminaba de empacar para su viaje a Dublín rodeado de fotos de su familia y amigos colocadas en la pared. "Fue la frustración de estar viviendo constantemente al filo, arañando al final del mes".


Ruiz estudió gastronomía y trabajaba como encargado en un café en la capital argentina, Buenos Aires. Pero incluso trabajando turnos extra, no podía ahorrar dinero y llevaba meses viviendo con su madre para no tener que pagar un alquiler.


Fuera de su cuarto, sus familiares dejaron mensajes de despedida para él y su hermana en una pizarra. "Los quiero y Ios echaré de menos", escribió su madre. Otros decían: "Lo mejor está por llegar" y "Carpe diem".
A mediados de 2018, en España había 76.328 argentinos registrados oficialmente (AP Photo/Tomas F. Cuesta)


Esta no es la primera vez que los argentinos tienen que buscar refugio en Europa en momentos de incertidumbre económica. Cientos de miles emigraron al viejo continente para huir de la hiperinflación a principios de la década de 1990 y ante el colapso económico en 2001 y 2002.


Ahora, los argentinos están perdiendo poder adquisitivo ante una inflación anual de cerca del 50%, una de las peores del mundo. Muchos protestan también la decisión del presidente, Mauricio Macri, de recortar los subsidios, lo que provocó un aumento del costo de los servicios y el transporte público.


El año pasado, el peso argentino perdió más de la mitad de su valor frente al dólar estadounidense tras una fuga de capitales que afectó a la moneda local, por lo que el gobierno tuvo que pedir un rescate record de 56.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional para tratar de salir de la recesión.


"Producto de las crisis y de la devaluación económica, cada vez más los jóvenes profesionales piensan en un futuro en Europa", dijo Alejandro Servide, director recursos humanos y contratación en la filial argentina de Randstad, la segunda mayor empresa de colocación del mundo.


Como parte de las medidas de austeridad destinadas a equilibrar el presupuesto, el Gobierno de Macri despidió a miles de empleados gubernamentales y recortó el financiamiento de programas de danza o ciencia, entre otros. Recientemente, cientos de personas protestaron ante la sede del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, la principal agencia nacional de ciencia y tecnología.


"El sector de ciencia y técnica está sufriendo un ajuste, unos cortes de presupuesto con el gobierno del presidente Macri, que ponen en riesgo la continuidad de la actividad científica", apuntó Alberto Kornblihtt, un biólogo molecular. "Indudablemente contribuirá a una fuga de cerebros que ya hemos sufrido otras veces en nuestro país".


No hay estadísticas oficiales sobre el número de argentinos que se marcharon a Europa. La Dirección Nacional de Migraciones señaló que es casi imposible realizar un seguimiento porque quienes salen del país no proporcionan información sobre su destino o el tiempo que estarán fuera.


Pero académicos, grupos de investigación y consultoras están de acuerdo en que ha habido un incremento en el número de personas que salió país, especialmente entre los argentinos jóvenes y con estudios, como ocurrió en la peor crisis de la nación hace 17 años.


Entonces, millones de personas se sumieron en la pobreza, más del 20% de la población se quedó sin empleo y muchos pasaron hambre en un país que es uno de los mayores productores de carne de res, soja y trigo del mundo.


"Cuando suceden crisis tan profundas en la Argentina la gente busca otras opciones y, como sucedió el año 2001-2002 en la cual casi 800.000 argentinos se fueron al exterior, hoy estamos viviendo quizás una de las fases iniciales de este impacto", dijo Ariel González, secretario ejecutivo del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Argentina.


"Esto quiere decir que hay un sector (de la sociedad) _ profesionales de clase media y alta _ la cual está visualizando o pensando un plan B, que es que, ante la profundización de la crisis, una de las opciones sería irse al exterior", añadió González.


Servide explicó que Randstad Argentina realiza alrededor de 160 entrevistas diarias para encuestas. Una de las preguntas que realizan es si estarían interesados en vivir en el extranjero si tuviesen la oportunidad. "El 80% te dice que sí", agregó.


Manuel Miglioranza, un abogado de 26 años, se mudará el mes que viene a Toulouse, Francia. Aunque no tiene doble nacionalidad argentina y francesa, va a tomar lecciones de francés y a encontrar un trabajo con una visa de trabajo temporal que se concede en base a un tratado entre las dos naciones.


"La situación económica en Argentina no ayuda. No se puede progresar a menos que trabajes para el estado o tengas dólares", apuntó. "Tengo muchos conocidos que se está yendo".


Millones de europeos llegaron en masa a Argentina en el siglo XIX huyendo de la guerra y la pobreza, lo que ha sido una fuente de orgullo para la nación.


"A todos lo que venían escapando de la guerra, la Argentina le dio paz, a los que venían escapando de las persecuciones políticas, religiosas, étnicas, Argentina les dio libertad, y a los que venían escapando del hambre, Argentina les dio pan y trabajo", declaró Horacio García, director de la Dirección Nacional de Migraciones.


"De los últimos seis presidentes, cuatro de ellos fueron hijos de inmigrantes en primera generación", apuntó García. "Es decir, los padres de ellos venían a la Argentina con una valija de cartón y vieron que sus hijos en muy poco tiempo pudieron llegar a ser presidentes de la nación. Eso no creo que pase en ningún lugar del mundo".


En el siglo XX, una potente fuerza laboral junto a los ingresos por la exportación de productos agrícolas y carne ayudaron a convertir a Argentina en uno de los países más ricos del mundo.


Los argentinos se encontraban también entre "los más europeizados y formados de Latinoamérica", escribieron Gabriela Nouzeilles y Graciela Montaldo en su antología "The Argentina Reader: History, Culture and Politics".


"Su tasa de alfabetización (de aproximadamente el 90%) era la más alta con diferencia. Hasta 1945, el país tenía la renta per cápita más alta del continente, era el más urbanizado, tenía la clase media más extensa, además de los mejores diarios, universidades y editoriales", agregó el texto.


Pero la mala gestión política y la bajada de los precios de los productos agrícolas que forman la columna vertebral de la nación derivaron en décadas de auges y crisis cíclicas.


El gobierno de España lanzó recientemente una iniciativa que permite que un número limitado de descendientes de españoles que residen en Argentina sin pasaporte español soliciten una visa especial de trabajo por tres meses. Una vez encuentren trabajo, pueden solicitar la nacionalidad y traer a sus familias. A mediados de 2018, en España había 76.328 argentinos registrados oficialmente.



"Hay mucha, mucha gente (argentina aquí), estamos en todos lados. Somos como las palomas", bromeó Paz Pucheu, una argentina que reside en España.


Pucheu, una locutora de radio y televisión de 25 años, llegó a Barcelona en 2017 cuando "las cosas se complicaron mucho" en Argentina. Empezó a trabajar en un restaurante antes de encontrar un puesto en una emisora de radio local.


"Estamos recolonizando a nuestros colonizadores", dijo Pucheu en referencia al pasado de Argentina como colonia española.

Más del 55% de la población económica activa tiene problemas de empleo

De acuerdo a la Encuesta de la Deuda Social Argentina referidas al tercer trimestre de 2018, el 9,9% de la población esta desempleada, el 18,6% con subempleo inestable y el 27,2% con empleo precarizado.





De acuerdo a la Encuesta de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), referidas al tercer trimestre de 2018, muestran que el 55,7% de los ocupados del país está afectado por el desempleo, el subempleo y la precarización laboral.

Los resultados arrojaron que el 9,9% de esta población se encontraba abiertamente desempleado, el 18,6% sometida a un subempleo inestable y el 27,2% contaba con un empleo regular pero precario, siendo solo el 44,1% de la población económica activa mayor de 18 años la que logró acceder a un empleo pleno de derechos.

Según al estudio, en los últimos años siguió aumentando la proporción de ocupados en el sector micro informal de la estructura productiva. A finales de 2018, este sector reunía al 49,3% de los ocupados. En el mismo año, los ocupados en el sector público representaban el 14,9% y solamente el 35,8% de los ocupados realizaban actividades en el sector privado formal.

Del informe se observa además una fuerte asociación entre el sector de inserción de los trabajadores y la calidad del empleo. En 2018, el 81,7% de los trabajadores del sector micro-informal tenían un empleo precario o un subempleo inestable, mientras que este empleo de baja calidad solo lo presentaron el 24,8% de los trabajadores del sector formal y el 12,6% de los del sector público, brecha que se mantiene prácticamente constante en todo el período analizado.

Por otro lado, se resalta que el 26,4% de los trabajadores del sector micro-informal se declaran asalariados y que el componente no asalariado representa el 73,6% de estos puestos. Asimismo, se observa que el 74,8% de los ocupados del 25% de los hogares de más bajo nivel socioeconómico desarrolla actividades en el sector microinformal, mientras que en el 25% de los hogares de mayor nivel socioeconómico esto se reduce a sólo el 17,3%.

En 2018, el ingreso medio mensual de los trabajadores del sector micro-informal fue un 41% menor que el ingreso del total de ocupados. En ese período el ingreso medio mensual del total de los ocupados fue de $ 17.454, el de los trabajadores del sector micro-informal de $ 10.283, el de los ocupados del sector privado formal de $ 24.985 y el del sector público de $ 22.987.

El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina presentó el informe basado en datos generados por la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA-Bicentenario, 2010-2016 y EDSA-Agenda para la Equidad, 2017-2025) para el período 2010-2018, con registros relevados en el cuarto trimestre de 2010 a 2015 y en el tercer trimestre de 2016 y 2018.

Presidentes 4.0

Los debates a partir del rol que tienen las redes sociales en las sociedades son infinitos, pero ¿cómo son utilizadas por los presidentes y figuras políticas? ¿Son las estrategias de comunicación las bases de los planes políticos hoy en día? A esas cuestiones va a responder Adriana Amado, la analista política y periodista escritora del libro Política Pop: de líderes populistas a telepresidentes.



Volviendo a los años 60 y retomando las ideas principales del movimiento artístico promulgado por Andy Warhol, “Arte Pop”, tanto en las ideas principales del texto como en la portada del libro donde los ex mandatarios latinoamericanos se insertan en un cuadro de Warhol a lo Marilyn Monroe, la periodista y analista política, Adriana Amado, basa su investigación del libro Política Pop: de líderes populistas a telepresidentes en el concepto del presidente pop: el mandatario que toma los recursos del pop mediático y del espectáculo para generar cercanía y aprobación de la ciudadanía, en lugar de concentrarse en tomar las decisiones que hay que tomar.

Desde Cristina Kirchner (ex presidenta de Argentina), pasando por Evo Morales(actual presidente de Bolivia), hasta Rafael Correa(ex presidente de Ecuador), Amado realiza una profunda descripción de los gobiernos populistas de la primera década del siglo XXI cuyos principales objetivos estaban en “entretener y a partir de ahí construir ese carisma que tan seductor de políticos quienes fueron la última tanda de líderes pop de la televisión”, ya que hoy los mandatarios, a pesar de tener otro tipo de ideas, en su mayoría anti populistas, controlan el mundo del entretenimiento vía redes sociales.

“Hoy él es pop de las redes sociales: de Youtube, Memes Twitter y las últimamente tan mencionadas fake news o noticias falsas”, explica la autora para luego hundirse en una descripción en cuanto a los peligros y ventajas de hacer política mediante redes sociales.


En primer lugar, y en comparación con la época gloriosa de la televisión, la forma de conectarnos y de consumo de información hoy en día es diferente, es “más volátil y menos comprometida de alguna manera”. En el pasado el consumo era sinónimo de fidelidad a cierto medio o a cierto periodista, por ejemplo en 1970 lo más probable era ingresar a una casa y que la televisión este fijada en un mismo canal las 24 horas. Lo mismo sucedía con los periódicos cuando algunos hogares recibían Clarín y otros La Nación o Página 12.

Es por eso que la famosa burbuja informativa en la que muchos dicen que vivimos hoy, donde consumimos solo los mensajes que eligen por nosotros los algoritmos y que están relacionados con nuestros gustos, según la entrevistada, “era mucho más cerrada en el pasado”, porque es más probable que consultemos fuentes informativas diversas, no solo porque existen más ya que los productores de contenido son infinitos, pero también porque "a través de un link compartido por un amigo como mensaje irónico o mediante un meme se puede acceder a diferentes fuentes que tal vez son contrarias a nuestra ideología".

Aunque, Amado hace una salvación en cuanto a los grupos de influencia y es que al aceptar la información se hace dependiendo de la persona que lo dice, no del medio en sí ya que poseen un nivel mayor de relevancia que un medio, que a pesar de alcanzar a miles de personas, no tiene “el poder que tiene un amigo al que vos le crees mucho pero que a lo mejor no tiene más de 20 seguidores”.

Es por eso que de la misma forma que el sociólogo Paul Lazasfeld estudió en los años 20' con su teoría de 'los dos escalones', donde la figura de los líderes de opinión, alguien carismático y con autoridad intelectual, era el que filtraba la información mediática y la transmitía a sus seguidores, sucede hoy en los usuarios de las redes sociales confían en la persona que informa, ya sea un periodista, un amigo o un presidente, no en la red social en sí.

“Así como Rafael Correa tenía su propio programa al estilo Intratables, Sabatinas, donde increpaba a sus ministros, y Cristina Kirchner se cansaba de realizar cadenas nacionales, Donald Trump utiliza Twitter aprovechando el discurso antagónico con periodistas para que los mismos muerdan el anzuelo y empiecen a amplificar un debate que tal vez hubiera pasado sin pena ni gloria”, resume Adriana para después explicar que en el caso de Trump se presenta como el “brabucón del pueblo” para mostrar autoridad pero que en realidad no es una violencia concreta, en ese sentido es más violento Nicolás Maduro, "que directamente te cierra el medio".



Violencia política en Argentina

De acuerdo con Adriana Amado, el discurso gubernamental violento en Argentina y mismo en América Latina no solo se resume a lo que sucede en las redes sociales, ya que “nuestro debate político está dado porque pasamos años pensando que la forma era el insulto y la descalificación. Hay generaciones que no vieron un debate respetuoso”. De ahí que las acciones violentas son tomadas por los parlamentarios en el recinto, como por los mandatarios y los grupos de personas que toman las calles por diferentes causas.

“Me impresiono mucho que las feministas tomaran ese discurso aguerrido y agresivo como bandera y hablarán con palabras del campo conceptual de la guerra: lucha”, analiza la investigadora para luego concluir en que el escenario político y social argentino está condicionado por el nivel de violencia.

Elecciones 2019 en Argentina

Si bien el actual presidente Mauricio Macri utilizó las redes sociales y generó un diálogo con el concepto de “vamos a tu casa” durante su campaña política en 2015, según Amado en los últimos cuatro años las redes y el papel que tienen los usuarios en ellas cambiaron muchísimo. “Una cosa es ser un partido de la calle y otra cosa es ser el partido gobernante, el responsable de los destinos del país”.

En contrapartida, mientras el oficialismo propone integrar a la sociedad, no lo hace en el ámbito público. “El problema es que los argentinos siguen esperando que venga el mesías y que arregle lo que no arreglaron”, explica Amado dejando en claro que gran parte del pueblo no sabe ni entiende que la democracia es participación y no solo demanda, cuya enseñanza cultural tendría que ser una obligación del gobierno.

Cómo el humorista Zelenskiy venció al establishment de Ucrania


La aplastante victoria del comediante y productor de televisión Volodymyr Zelenskiy en las elecciones presidenciales del domingo en Ucrania plantea un problema tanto para los partidarios occidentales del país como quienes en el Kremlin que esperan ejercer nuevamente el control. El pueblo ucraniano no ha votado por un camino específico, o simplemente contra la política como de costumbre: votó en contra de que se le dijera qué hacer.


Zelenskiy será el sexto presidente del país en casi 28 años de independencia. Esto indica que Ucrania ha tenido más jefes de estado que ningún otro país postsoviético. Este hecho, en sí mismo, demuestra que los ucranianos son difíciles de complacer. Pero la forma de ganar de Zelenskiy dice una verdad más importante sobre ellos: los ucranianos son reacios a aceptar cualquier tipo de autoridad. Eso complica la posición de Ucrania como, quizás, la nación amortiguadora más importante del mundo, ubicada entre la fortaleza rusa y el flanco europeo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Es fácil para un optimista encontrar cosas bonitas que decir sobre la próxima transición de Ucrania. El presidente titular, Petro Poroshenko, quien empleó su mandato para consolidar el poder y tratar de vencer a sus rivales, deja su cargo pacíficamente, sin hacer ningún tipo de esfuerzo para manipular la elección, tal vez porque creyó erróneamente que los votantes lo amaban (el 73 por ciento eligió a su oponente) y quizá porque a los ucranianos les resulta fácil salir a la calle ante la primera señal de engaño.

Zelenskiy es judío, y habla mejor ruso que ucraniano, lo que significa que la mayoría de los votantes han demostrado ser poco sensibles al nacionalismo ucraniano, que tradicionalmente es antisemita e intolerante a todo lo que sea ruso. Zelenskiy solo tiene 41 años, y no es miembro de la élite política postsoviética, un grupo notoriamente corrupto y egoísta, y es un millonario que se forjó a sí mismo gracias a una exitosa productora.


Pero nada de esto es tan importante como por qué y cómo, ganó.

La estrategia de Poroshenko fue enfatizar su dedicación a la construcción de la nación: una alianza con Occidente, el fortalecimiento de los militares, la obtención de la independencia espiritual de la iglesia ortodoxa rusa y el fomento del idioma ucraniano. La asignación de recursos para los pobres también fueron parte de su campaña. Poroshenko pretendía encarnar la imagen del padre de la nación; incluso al presentarse a sí mismo como la única alternativa para que el presidente ruso, Vladimir Putin, se hiciera cargo de Ucrania, usó un eslogan que Putin adoptó en un momento: "Hay muchos candidatos, pero solo un presidente".

Zelenskiy golpeó a Poroshenko al ridiculizar su ambición paternalista, desacralizar su mandato y burlarse de su seriedad. Esto fue especialmente evidente en las tres semanas entre la primera y la segunda ronda de la elección. El presidente quería un debate serio en un estudio de televisión, pero Zelenskiy lo obligó a enfrentar un desafío sin precedentes en el estadio de fútbol más grande de Kiev. El espectáculo fue precedido por un examen público de drogas, que no dañó para nada a Zelenskiy (el público ucraniano ha visto cosas más violentas contra él), pero el acto degradó sutilmente a Poroshenko. Durante el debate en el estadio, Zelenskiy, quien interpretó a un improbable presidente de Ucrania en una serie de televisión llamada "Servidor del Pueblo", se puso de rodillas ante un público de miles de personas, lo que dejó a Poroshenko sin otra opción que seguir su ejemplo con torpeza.

"No soy tu oponente, soy tu veredicto", le dijo el comediante a Poroshenko durante el duelo. La frase fue más que un simple comentario ingenioso. Aparentemente, Poroshenko había olvidado que la Revolución de la Dignidad, que lo llevó a su elección en 2014, fue esencialmente sin líderes, una proeza de democracia directa y autoorganización. Zelenskiy resucitó a propósito ese recuerdo.

El comediante no ha hecho casi ninguna promesa de ningún tipo, ni siquiera a las personas que lo ayudaron a ganar. Aún no está claro quiénes serán nombrados para los puestos clave. El domingo por la noche, le pregunté al exministro de Economía, Aivaras Abromavicius, quien había organizado las reuniones de Zelenskiy con inversionistas para ayudarlo a lucir legítimo ante los partidarios occidentales de Ucrania, si estaba contento con la victoria de Zelenskiy y si seguiría trabajando con él en alguna medida. "¡Ciertamente estoy feliz!", me devolvió el mensaje junto a una foto suya con un brazo por encima del hombro de Zelenskiy sonriendo. No hubo respuesta a la otra pregunta.

Las opiniones de Zelenskiy, expresadas en algunas entrevistas y conferencias de prensa difusas, surgen como vagamente proeuropeas y económicamente libertarias, pero nada de lo que ha dicho lo ata de manos de ninguna manera, excepto la única promesa que ha hecho constantemente: consultar a la gente antes de tomar alguna decisión seria, a través de referendos o, para asuntos más pequeños, mediante algún tipo de mecanismo de convocatorias abiertas basado en la redes sociales. No es coincidencia que el único líder occidental con el que Zelenskiy se reunió antes de ganar la elección fuera el presidente francés, Emmanuel Macron, quien acaba de celebrar un "gran debate" a nivel nacional para solicitar las opiniones del público sobre los asuntos políticos más importantes.

El compromiso de Zelenskiy con la democracia directa aún debe comprobarse. Podría ser simplemente una estrategia inteligente por parte de sus asesores de campaña o una cortina de humo para una presidencia débil destinada a restaurar los activos e influir en el entusiasta patrocinador y socio comercial del comediante, el multimillonario Igor Kolomoisky. Pero esa es la promesa del "servidor del pueblo" con la que ganó Zelenskiy.

Zelenskiy es judío, y habla mejor ruso que ucraniano, lo que significa que la mayoría de los votantes han demostrado ser poco sensibles al nacionalismo ucraniano, que tradicionalmente es antisemita e intolerante a todo lo que sea ruso

Pareciera que Poroshenko y otros políticos ucranianos aún no toman esto en serio. Están haciendo planes para las elecciones parlamentarias de octubre (o antes, en caso que Zelenskiy encuentre una manera legal de disolver el parlamento cerca del término de su mandato), con la esperanza de evitar que el nuevo partido de Zelenskiy (llamado "Servidor del Pueblo", por supuesto) gane una mayoría. Pero si lo hacen bien y Zelenskiy es rechazado, no tendrá otra opción más que dirigirse directamente a la gente y a la poderosa sociedad civil de Ucrania, cada vez que se vea frustrado en el parlamento.

La alta probabilidad de que el gobierno de Zelenskiy sea un experimento de democracia directa plantea desafíos tanto para los occidentales que esperan que el país siga en el camino hacia la membresía de la OTAN y la Unión Europea, como para los aliados de Putin que esperan que Ucrania vuelva a caer en el rebaño ruso. Es probable que ninguno de los grupos tenga interlocutores confiables en la Ucrania de Zelenskiy. Ambos tendrán que ir directamente al pueblo ucraniano por cualquier medio que puedan encontrar.

Queda por verse si un país tan grande, complejo y asediado como Ucrania puede manejarse de esta manera. Sin embargo, las raíces de la democracia ucraniana están en el autogobierno cosaco de los siglos XVI al XVIII, y el país parece volver a ellas en momentos decisivos de su historia. Hoy en día, el progreso requiere, por ejemplo, una revisión completa del podrido poder judicial de Ucrania, y es posible que los referendos y la presión constante de la sociedad civil sean los únicos medios efectivos para lograr ese fin.

La victoria de Zelenskiy es otra oportunidad tentadora para que Ucrania encuentre una forma de gobierno adecuada a su peculiar carácter nacional anárquico. Al igual que el breve reinado de Poroshenko, podría ser una oportunidad desaprovechada, o podría finalmente liberar la energía creativa que Ucrania necesita para dar un salto hacia a adelante.



Sus amigos siempre dicen que no hay un Volodímir Zelenski, sino muchos. Todos aquellos a los que el actor ha dado vida en la ficción. Ucrania le identifica con uno, Vasil Holoborodko, el honrado maestro de historia de una escuela secundaria que, después de que uno de sus discursos en clase despotricando contra la corrupción se hiciese viral, da la campanada y gana las elecciones para presidir el país. Pero Zelenski, de 41 años, ha dado esa campanada en la vida real. Y, con un gigantesco e inédito apoyo en las urnas, se convertirá en el sexto presidente de Ucrania. Y lo hará con un guion todavía por escribir y en un país que se enfrenta a desafíos mayúsculos.

Zelenski nació en Krivyi Rih, una ciudad sudoriental del cinturón metalúrgico en la región de Dnipro, en una familia judía. Allí, saliendo de la adolescencia fundó con unos amigos un grupo de teatro. Y lo llamó Kvartal 95, como el distrito donde creció, en un enorme bloque de pisos bautizado como “el hormiguero”. Aquel grupo creció, se hizo famoso y se convirtió en una exitosa productora de entretenimiento. Con ella ha construido una fortuna. Otro personaje más en su registro: el de millonario hecho a sí mismo.

Hoy, el carismático comediante sigue rodeado de muchos de esos amigos de la infancia que han formado el núcleo duro de su partido Servidor del Pueblo, al que también bautizó como la serie de televisión que le ha encumbrado y que millones de personas pueden ver en Netflix. “Siempre tuvo un talento natural para el escenario, la televisión y ahora la política. Lo lleva dentro”, comentaba una de sus colaboradoras el domingo en su cuartel general en Kiev, un local más parecido a una start-up de Silicon Valley que a una sede electoral.


Con sus mesas de ping-pong, juegos de mesa y hasta un foto-call, el equipo de Zelenski —o Ze, como le llaman— proporcionó horas de gloria en Instagram, donde el actor cuenta con tres millones de seguidores. Las redes han sido un elemento central en su campaña. Y con las redes y ese tono de show televisivo, similar a sus entretenidos espectáculos, ha logrado captar al electorado.

Zelenski, que pasó durante su infancia un par de años en Mongolia, donde destinaron a su familia por trabajo, habla mejor ruso que ucranio. Y eso no le ha costado votos, pese a que su rival, Petro Poroshenko intentó hacer de ello una desventaja. El actor ha arrasado en todo el Este, pero ha obtenido una holgada mayoría en la totalidad del país. Poroshenko solo ganó en la nacionalista Lviv.

Poco se sabe de sus modelos políticos. El actor ha mencionado en alguna ocasión al presidente francés, Emmanuel Macron, como su modelo. Pero también al populista ultraconservador líder brasileño Jair Bolsonaro. Con el mandatario francés, dijo, tiene “una mentalidad común”. Y no fue casualidad que antes de las elecciones su equipo forjase una reunión en París con Macron. Algo que tranquilizó a muchos diplomáticos occidentales, que llevaban semanas rumiando sus dudas por la falta de datos del comediante, alérgico a las entrevistas y las comparecencias más serias.

Estaban inquietos por confirmar si mantendría el giro europeísta y prooccidental que el país ha mantenido país desde que en 2014 la llamada revolución de la dignidad derribase al Gobierno de Viktor Yanukóvich, aliado del Kremlin. Algunos comentaban la semana pasada que incluso habían empezado a analizar el serial Servidor del Pueblo en busca de pistas. Porque a Zelenski le gusta hacer paralelismos entre la realidad y la ficción.

El comediante apoyó esa revolución en su momento. Montó varios espectáculos para los soldados ucranios enviados al Este y donó miles de euros de su bolsillo para proyectos en el frente. Y fue procesado en Rusia por ello. Casado con Yelena Zelenskaya, una arquitecta que es guionista en Kvartal 95, y con dos hijos adolescentes, Zelenski ha tratado durante años de mantener su familia alejada de la vida pública.

Su entorno le define como un ganador. Estudió Leyes en la universidad. Y allí, también contra todo pronóstico, batió a dos duros rivales en las elecciones del campus. Entonces ya era una celebridad local. Se había hecho un nombre por participar en el llamado Club de la Gente Innovadora y Divertida, un concurso de improvisación y monólogos.

Su trayectoria en el mundo del espectáculo es lo que le llevó al entorno de Igor Kolomoiski, un oligarca acusado de desfalcar millones de uno de los mayores bancos de Ucrania. El actor, que mantiene un discurso contra las élites políticas y la oligarquía que lleva manejando el país años, siempre ha dicho que sus vínculos con Kolomoiski son puramente profesionales. Sin embargo, ambos comparten personal de seguridad, vehículos y hasta abogados. Además, varias investigaciones periodísticas revelan que, desde principios de 2017, el comediante viajó 13 veces a Ginebra y a Tel Aviv, donde el millonario ha vivido desde que se autoexilió.

Adidas compró a Reebok


Adidas compró a su competidor Reebok por u$s3.800 millones



Busca hacer frente a Nike, su inmediato competidor y líder mundial


  El fabricante alemán de ropa y calzado deportivo Adidas cerró la compra de su competidor estadounidense Reebok, con el fin de hacer frente a la dura competencia del líder del sector, Nike. La operación se cerró en u$s3.800 millones (3.100 millones de euros).

De esta manera, la primera marca de artículos deportivos de Europa se propone reforzar su posición en Estados Unidos y plantarle cara a su inmediato competidor y líder mundial, Nike.

El grupo alemán ofrecerá 59 dólares en efectivo por cada acción de Reebok. Se espera que el acuerdo esté finalizado en el primer semestre de 2006, aunque todavía tiene que dar luz verde la junta general de accionistas de la estadounidense y las autoridades competentes.

Paul Fireman, que posee junto a su esposa Phyllis el 17% de las acciones de Reebok, señaló estar de acuerdo en ceder sus títulos. "Adidas-Salomon es el mejor compañero para Reebok. Con Adidas ofreceremos una marca global que cubra las necesidades de nuestros clientes".

Mientras, el presidente de la alemana, Herbert Hainer, declaró en el comunicado que "el anuncio de hoy representa una etapa estratégica superior para nuestro grupo". Es la ocasión única para combinar dos de las sociedades más respetadas y más conocidas en la industria de los equipos deportivos ".

Hainer especificó que, tras la fusión, ambas compañías seguirán operando como marcas independientes, que serán capaces de dar respuesta "a todo el segmento de consumo del sector" y registrarán una facturación anual de 9.000 millones de euros (u$s10.980 millones).

Adidas-Salomon financiará la operación con capital propio y a través de créditos, y espera que la adquisición impulse sus acciones en el mercado de valores de Francfort.

Además, aclaró que la compra permitirá a ambas empresas reducir sus costos financieros y les permitirá alcanzar sus previsiones de crecimiento. La compañía espera obtener réditos de esta inversión a partir del tercer año después del cierre.

La compañía alemana, el segundo fabricante de artículos deportivos del mundo, lleva varios meses tratando de cimentar su participación en el mercado estadounidense, según aseguró el responsable de la firma en ese país, Erich Stamminger, en una entrevista realizada en junio.

Adidas vendió su marca de ropa deportiva de invierno Salomon a la finlandesa Amer Sports en una operación valorada en 485 millones de euros.

Por otro lado, la empresa presentó ayer sus resultados correspondientes al primer semestre del año, que mostraron una suba de su beneficio neto del 38%, hasta los 225 millones de euros (u$s274 millones).

El "socialismo millennial" seduce a jóvenes de Estados Unidos y Europa



Alexandria Ocasio-Cortez

Ocasio Cortez quiere subir el impuesto a las riquezas. La senadora Warren dispara artillería pesada contra Wall Street. Klobuchar, voz atronadora en favor del aborto. Las tres suenan para la presidencia.


El Partido Demócrata está en estado de efervescencia. Proliferan dirigentes que hablan de “socialismo”, usan la palabra “revolución” si titubear, apuntan a Wall Street sin que les tiemble el pulso y proponen grandes impuestos para las grandes fortunas.

Por cierto, el socialismo al que se refieren no tiene por referente a Cuba ni a la extinta Unión Soviética, sino al modelo escandinavo de Estado de Bienestar. Y la “revolución” referida no cambia la institucionalidad vigente en Estados Unidos, sino que plantea hacerla más real u efectiva librándola de los lobbies del capital financiero y de las grandes corporaciones.


 El Millennial Socialismo.  La búsqueda de una sociedad más justa por los que comenzaron la escuela en el siglo XXI, sin la lucha de clases que proclamaban sus abuelos setentistas. Pero no light. Tal vez, un poco descremado pero repleto de banderas por las que luchar, desde el feminismo y la lucha contra el cambio climático hasta la liberación total de Internet. Y como ocurrió con buena parte de las ideas nuevas que sacudieron al mundo, surge en Gran Bretaña –Marx estudió y trabajó en la British Library y sus restos se encuentran bajo una cabeza suya gigante de hierro en el legendario cementerio londinense de Highgate-. Y, ahora, se difunden desde Estados Unidos como compañeras de ruta de la revolución tecnológica y científica. Un socialismo democrático del siglo XXI que se está poniendo de moda y seduce a jóvenes de todo el mundo.


Fue Bernie Sanders, el candidato presidencial estadounidense de 77 años, quien aglutinó a su alrededor a muchos Millennial Socialistas. Y la congresista por Nueva York de origen puertorriqueña, Alexandria Ocasio-Cortéz, es su pasionaria. En Londres, confluyen en la izquierda laborista que lidera Jeremy Corbyn y quieren seguir perteneciendo a la Unión Europea. En Berlín conforman el ala moderada de Die Linke, el partido más votado en la zona Este alemana. Y se distinguen de otros grupos de izquierda populista europeos organizados también por jóvenes nacidos en el último tramo del siglo pasado como el Podemos español.
Bernie Sanders


El eslogan "Somos el 99 por ciento" define el socialismo milenario. Es la consigna gritada en las manifestaciones y la ocupación del Zuccotti Park de Nueva York tras la crisis de los bancos y Wall Street de 2008. Se refieren a que sólo el 1% de la población tiene más riqueza acumulada que todo el resto. Fue acuñado por el profesor David Graeber, estadounidense de Chicago que enseña antropología en la London School of Economics. "Fue una consigna para aglutinar a todos sin las divisiones típicas de la izquierda. Descubrimos que el mismo uno por ciento de la población que se estaba quedando con todos los beneficios del crecimiento económico era el mismo 1% que estaba haciendo casi todas las contribuciones de las campañas políticas. Así que los definimos como 'las personas que están convirtiendo el poder en riqueza y su riqueza en poder'", explicó Graeber. Lo novedoso de esta idea es que rompía con un siglo de pensamiento socialista asegurando que la clase media, la burguesía, siempre estaba del lado de los ricos y que la clase trabajadora era la única que podía luchar contra el capitalismo salvaje. "La clase media ya no era el aliado natural de los ricos; no estaba protegida por el 1 por ciento. Las personas que parecían de clase media, se consideraban de clase media y tenían 'trabajos de clase media', en realidad ahora se estaban ahogando en deudas hipotecarias, con sus hijos cargados de enormes deudas universitarias, sin seguro médico y sin posibilidad de acceder a casi ningún beneficio que hasta ese momento había garantizado 'el sueño americano'; también eran víctimas del 1 por ciento", continúa el profesor Graeber.


La prestigiosa revista liberal The Economist analizó el fenómeno hace unas semanas y destacaba que los jóvenes estadounidenses veían cada vez con más simpatía otras posiciones políticas diferentes a las expresadas hasta ahora por los dos grandes partidos, el Demócrata y el Republicano. Decía el artículo que ya en 2016 los encuestados menores de 30 calificaban al socialismo de manera más positiva que el capitalismo, 43% a 32%. Ahora, de acuerdo a una encuesta de Gallup, esa visión favorable ascendió al 51% en ese mismo segmento de la población.


"La vitalidad renovada del socialismo es notable. En la década de 1990, los partidos de izquierda se desplazaron hacia el centro. Como líderes de Gran Bretaña y Estados Unidos, Tony Blair y Bill Clinton afirmaron haber encontrado una "tercera vía", un camino entre el Estado y el Mercado. "Este es mi socialismo", declaró Blair en 1994 mientras abolía el compromiso del Labour Party con la propiedad estatal de las empresas. Nadie fue engañado, especialmente los socialistas", dice el artículo. "La izquierda de hoy ve la tercera vía como un callejón sin salida. Muchos de los nuevos socialistas son millennials. La mayoría de los estadounidenses de 18 a 29 años tienen una visión positiva del socialismo. En las primarias de 2016, más jóvenes votaron por Bernie Sanders que por Hillary Clinton y Donald Trump juntos. Casi un tercio de los votantes franceses menores de 24 años en las elecciones presidenciales de 2017 votaron por el candidato de la izquierda dura. Pero los socialistas milenarios no tienen que ser jóvenes. Muchos de los fans más entusiastas de Jeremy Corbyn (70 años) son tan viejos como él".


Montana sería, probablemente, el último de los estados norteamericanos que uno podría pensar que hay socialistas. Pero la ciudad de Bozeman, por ejemplo, tiene una asamblea gubernamental dominada por representantes de esa tendencia. Hay otros ejemplos en zonas más progresistas de California, Oregon o Vermont. Pero lo de esta tierra de cowboys es remarcable. No es que cantan la Internacional o exigen la propiedad pública de los medios de producción, pero el partido de los Socialistas Demócratas de América (DSA) imponen sus posturas e inspiran a otros alrededor de Estados Unidos. La última semana aumentaron el salario mínimo de los trabajadores de la ciudad a 13 dólares por hora y llegará a 15 en los próximos dos años. Los neoconservadores están más que preocupados por esta tendencia. El líder republicano Newt Gingrich, eternamente ansioso por presentar cualquier desacuerdo como un conflicto escatológico, advierte que los socialistas son "demonios a quienes los demócratas están desatando para ganar las elecciones". Alexandria Ocasio-Cortez, es una miembro de los DSA que llegó al Congreso en noviembre. El ala más dura de los republicanos la llama "la mini Maduro", a pesar de que la legisladora condenó pública y reiteradamente al régimen venezolano. Lo mismo sucede con la otra nueva congresista Rashida Tlaib de Detroit que es atacada no sólo por simpatizar con el DSA sino por su origen musulmán.
Alexandria Ocasio-Cortez

Y no es que el DSA esté a punto de tomar el poder ni mucho menos. Son todavía una ínfima minoría y gozan de enorme desconfianza dentro del Partido Demócrata que los alberga. Festejarán mucho si algún demócrata centrista logra vencer a Donald Trump en las elecciones del año próximo y obtienen alguna banca en los congresos estatales. El único candidato presidencial abiertamente socialista que tuvo Estados Unidos fue Eugene Debs en 1912 y obtuvo el 6% de los votos. Con este nuevo impulso de los menores de 30 el DSA tiene menos de 50.000 miembros en un país de 330 millones de habitantes. Por ahora, lo más izquierdista que haya llegado a la Casa Blanca es un centrista negro como Barack Obama. De todos modos, la aparente influencia del DSA en el partido Demócrata pone a muchos muy nerviosos. La Guerra Fría todavía está muy fresca en la memoria de los estadounidenses y muchos siguen convencidos de que un "socialista democrático" es tan extremo como un "comunista soviético" y que lo único que desea es "resucitar a Stalin". Y es en este punto donde se explica de alguna manera el giro de los jóvenes estadounidenses y británicos hacia esta tendencia. Nacieron después de la caída del Muro de Berlín en 1989. No están contaminados por la retórica anticomunista que creció tras la Segunda Guerra Mundial. No ven televisión abierta. Se informan a través de las redes sociales y los podcast. Jamás compraron un diario de papel. Se alimentan sólo de productos orgánicos. Pueden fumar marihuana pero muy poco tabaco. Toman cerveza artesanal y vino del Tercer Mundo. Viajan sólo en las Low Cost y paran en casas de amigos de amigos. Hablan todo el tiempo por celular de manos libres (van caminando por la calle hablando y gesticulando a nadie). Están siempre con los auriculares en sus orejas; escuchan Spotify o un audio-libro. Se vuelven locos con el último iPhone y no les importan los autos ni las casas lujosas y mucho menos las joyas. Cuando tienen tiempo, les gusta cocinar. Jamás tiran un papel en la calle. Cuidan el medio ambiente y demandan acciones inmediatas para detener el cambio climático. Si pueden, van a todos lados en bicicleta. Y no se aíslan. Son discutidores públicos. Los Millennials socialistas están acá y quieren ocupar su espacio.

En cuanto a las propuestas para fortalecer la educación y la salud públicas, además de volver a vigorizar a las clases medias, no hay nada sustancialmente diferente a lo que Estados Unidos tuvo desde los gobierno de Franklin Delano Roosevelt.

Aún así, la efervescencia que puso a la oposición en transe socialdemócrata intenso, es un momento novedoso en casi medio siglo. En el terreno socio-económico, los demócratas se cohíben de volver a sus fuentes desde que Ronald Reagan impuso la “revolución conservadora”. Pero el hecho de que la deriva extremista de los republicanos haya desembocado en Donald Trump, desinhibió ideológicamente al partido de los Kennedy.


Berny Sanders sacudió el tablero al competir vigorosamente en las primarias que terminó ganando Hillary Clinton, manteniéndose luego en el centro de la escena y conquistando el apoyo de los milenials, una juventud dispuesta a hablar de una educación universitaria que no los endeude y de una salud pública de excelencia para todos.Klobuchar, voz atronadora en favor del aborto.

El discurso “radical” de Sanders dejó de ser una rara avis entre los demócratas. La congresista más joven de la historia, Alexandria Ocasio Cortez, planteó debatir una “Green New Deal” financiada con un impuesto a las riquezas que a los archimillonarios les parece confiscatorio. La senadora por Massachusetts Elizabeth Warren dispara artillería pesada contra Wall Street. Pete Buttigieg, un joven alcalde de Indiana, quiere convertirse en el primer candidato presidencial abiertamente gay, mientras que Kamala Harris busca ser la primer presidenta negra de la historia norteamericana.

En la lista de aspirantes mujeres a la postulación demócrata, hay otros nombres vinculados a posicionamientos vigorosos en defensa de la agenda progresista; como Amy Klobuchar, senadora por Minnesota cuya voz se vuelve atronadora cuando se trata de defender derechos femeninos como el aborto y la necesidad de enfrentar de manera decidida el cambio climático.
Esta efervescencia demócrata es vista desde la vereda opuesta como una ola de radicalización y extremismo. Pero está claro que la radicalización y el extremismo ocurren desde hace décadas en el Partido Republicano.

Reagan dio los primeros pasos, impulsando el neoconservadurismo cuya marca fue, precisamente, imponer una visión binaria y maniquea para descalificar como izquierdista todo lo que implicara defender la sociedad de bienestar que surgió de la New Deal y que, lejos de debilitarlo, le dio al capitalismo un momento de esplendor inigualable.


El extremismo ultra-mercadista y partidario de desmantelar el Welfare State, resurgió en la década del ochenta con los “reaganomics” y engendró en su vientre un nuevo ultra-conservadurismo. Newt Gingrich fue el cruzado más combativo y, desde la presidencia de la Cámara de Representantes, hostigó y saboteó los gobiernos de Bill Clinton esgrimiendo su “Contrato con América” como una Biblia ideológica.

De aquellos linchamientos al demócrata de Arkansas surgió el “conservadurismo bíblico” que llevó a Bush hijo al Salón Oval. Pero el desvarío fundamentalista del presidente que lanzó “guerras santas” en Irak y Afganistán quedó a la izquierda de la siguiente ola recalcitrante: el Tea Party.

Ese movimiento ultraconservador gravitó sobre el Partido Republicano, empujándolo a posiciones extremas y a ejercer una oposición inescrupulosa y agresiva contra la administración Obama.

La deriva republicana abrió las puertas del viejo partido conservador al ideólogo anti-sistema Steve Bannon y su última creación: el magnate que llegó a la Casa Blanca elogiando el modelo político ruso y a su actual autócrata: Vladimir Putin.



Desde los tiempos de la oposición rabiosa de Newt Gingrich contra Clinton, fueron los republicanos los que dividieron la sociedad en bandos, inoculando odio político en esa “grieta”. Y fue Trump y los herederos de los “reaganomics” los que usaron la palabra “socialista” para referirse a las posiciones socialdemócratas, a los defensores del Estado de Bienestar y a todo lo que cuestione el poder desmesurado de Wall Street y la gravitación determinante de las grandes corporaciones sobre el Capitolio y la Casa Blanca.

En la vereda ultraconservadora nadie parece recordar que fue con la New Deal y con el vigoroso Welfare State que Estados Unidos llegó al liderazgo económico y tecnológico mundial. Con aquel “socialismo” rooseveltiano se multiplicaron los multimillonarios y el capitalismo estadounidense le ganó la competencia espacial, social y económica al comunismo de la URSS.

Siendo republicanos, ni Eisenhower, ni Nixon, ni Gerald Ford, cambiaron el modelo socio-económico que fortaleció el “sueño americano” desde mediados del siglo veinte. Por cierto, hubo resistencias a las políticas de Roosevelt, pero la contundencia de los resultados inició justamente una nueva era. El capitalismo con Welfare State resultaba insuperable. Los neocons se rebelaron contra esa forma de capitalismo, impulsando la ideologización que lo considera “socialismo”.


Ese ideologismo se expandió por Latinoamérica. Los llamados “neoliberales” oscilan entre la palabra socialista y la palabra populista para calificar a todo aquello que no repudie las políticas impositivas progresivas y las redes de protección social.
Con un archimillonario caricaturesco, racista y ultraconservador en la Casa Blanca, se despertó en el Partido Demócrata el sector en el que sólo se escuchaba la voz de Berny Sanders, y ahora resuena un coro con predominio de voces femeninas que también aspiran a pelear la presidencia.

Encuesta: Macri pierde con CFK, Massa y Lavagna y solo le gana a Urtubey en el ballottage

En un hipotético escenario ballottage, el actual presidente Mauricio Macri solo tiene chances de ganar ante uno de los posibles contrincantes: Juan Manuel Urtubey. Además, se lo considera el principal responsable de la actual situación económica y las expectativas económicas son cada vez menos alentadoras. Todo esto, de acuerdo a una encuesta privada hecha a nivel nacional.

De acuerdo al estudio hecho por Analía del Franco Consultores (una encuestadora que realiza informes, entre otros espacios, para el Frente Renovador), la ex presidenta Cristina Kirchner sería la candidata más votada, con el 35,4% de los votos. Mientras que el segundo lugar quedaría en manos del actual jefe de Estado, Mauricio Macri, con el 27,2%. Mientras que, en tercer lugar, quedaría el tigrense Sergio Massa, con 11,2%.

En tanto que, si se suman los otros dos candidatos del espacio Alternativa Federal, Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey, se mantiene en tercer lugar, pero pisándole los talones al Presidente, con el 26%.

El estudio, que tiene un margen de error del 2,1%, presenta un segundo escenario sin la actual senadora como candidata. En este caso, Macri encabezaría la elección, pero con una intención de voto inferior: 24,9%.

En tanto, el segundo lugar quedaría para Massa, prácticamente empatado con Lavagna. Y, si se suma la intención de voto de ambos, superan los 30 puntos.



La misma encuesta, hecha entre 16 al 17 de abril, plantea un escenario de ballottage en el que la ex presidenta sería la ganadora, con cerca de 10 puntos de diferencia respecto de Macri. Mientras que si el ballottage fuera entre el actual presidente y Massa, este último le ganaría por más de 11 puntos.



De los cuatro escenarios de ballottage que presenta el estudio, solo Macri ganaría ante el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, por 33,5 % versus 28,6%. Mientras que el actual jefe de Estado también sería derrotado contra el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, por 9 puntos (31,9 versus 40,9).
Responsabilidad

Dentro del capítulo que aborda el humor social, el estudio hecho por Analía del Franco Consultores, que fue hecho de manera teléfonica a nivel nacional, el principal responsable de la situación económica es el Gobierno actual, opción elegida por el 40% de los consultados. En cambio, un 30,5% se inclinó por la opción "ambos", mientras que un 27,3 optó por el gobierno de CFK.



Las expectativas sobre la situación económica de la situación personal y del país, que supo ser uno de los principales fuertes de Cambiemos, también vienen en caída. Mientras que un 56,9% se inclinó por una respuesta negativa al hablar de la situación país, apenas un 33,2% respondió de manera positiva.

Al hablar sobre las expectativas económicas a nivel personal, en el estudio que contó con una muestra de 2188 casos, un 52,5% se volcó por las opciones negativas, en tanto un 37,4% lo hizo por las positivas.

Encuesta: Cambiemos complicado en Córdoba Capital y La Plata

Sondeos de Gustavo Córdoba muestran un panorama desafiante para el oficialismo en las dos capitales provinciales.



Dos sondeos opinión realizados por Gustavo Córdoba & Asociados en La Plata y Córdoba capital dan cuenta de un escenario complicado para Cambiemos. En ambos trabajos Mauricio Macri cae ante Cristina Kirchner, pero en el caso de la capital bonaerense, la diferencia es de 14 puntos.


En Córdoba, la ex presidenta supera a Macri en intención de voto. Cristina alcanza el 24,2% mientras que el actual Jefe de Estado está por debajo con 23,8%.

Más abajo aparecen Sergio Massa (8,4%), Roberto Lavagna (6,2%), Juan Manuel Urtubey (1,9%), José Luis Espert (1,4%), Nicolás Del Caño (1,2%) y Miguel Ángel Pichetto (0,2%). En ese trabajo, el margen de indecisos es de 28,8%.

En la candidatura a gobernador, Juan Schiaretti arrasa con 56,7% y más abajo aparecen los dos candidatos de Cambiemos. Mario Negri logra el 7,10% y Ramón Mestre 6,3%.

En cuanto a la pulseada por la capital cordobesa, el candidato de Schiaretti, Martín Llaryora saca amplia ventaja con 34,4%. Más abajo aparecen los candidatos de Cambiemos, Luis Juez (con 15,6%) y el radical Rodrigo De Loredo (con 13,8%).


Tres escenarios en La Plata

En la capital bonaerense, Cristina Kirchner le saca unos 14 puntos a Macri. según el sondeo realizado el 15 de abril, la ex presidenta llega al 37,3% mientras que el líder de Cambiemos llega a 22,9. En tercer lugar se ubica Lavagna (13.1%) y más abajo Massa (10,6%).

En el caso de La Plata, la diferencia entre Cristina y Macri relevado por Gustavo Córdoba es aún mayor a la reflejada por Synopsis semanas atrás. LPO había adelantado ese sondeo encargado por Cambiemos donde la ex presidenta lograba 39,6 puntos contra los 31,8 del presidente.

La perfomance del presidente está muy lejos de los porcentajes alcanzados en 2015. En esa elección Macri se impuso en la Plata a Daniel Scioli por 41,1% frente a 29,8% del ex gobernador bonaerense.

Más profunda es la caída del Presidente es si se compara con la elección de Cambiemos de 2017. Allí, Esteban Bullrich sacó 50,1% en La Plata frente a 28% que alcanzó la ex presidenta. Respecto de esta última elección la caída -de acuerdo a los números de Córdoba- es de casi 23 puntos.



En la carrera por la gobernación bonaerense Vidal alcanza el 34%. El porcentaje sorprende por la cantidad de trabajadores estatales que tiene la capital provincial, históricamente refractaria a los gobernadores en funciones.

Atras queda Axel Kicillof con el 18% y Martín Insaurralde con 15,9%. En la misma categoría el sondeo incluye a Massa (7,1%), Verónica Magario (6,5%) y Néstor Pitrola (4,6%).



En el plano local, el trabajo plantea tres escenarios. En cada uno con candidatos del peronismo distintos. En el primer escenario, Florencia Saintout se impone a Julio Garro por 4,8%. En el segundo escenario, Victoria Tolosa Paz supera al intendente por 5,2 puntos. Y en el tercer escenario, Guillermo Escudero lo sobrepasa por 4,8%. En los tres casos lejos quedan Luis Arias, José Arteaga, Luana Simioni y Lorena Riesgo.

Lo llamativo del sondeo de Gustavo Córdoba es la paridad en los tres candidatos del peronismo y la sorpresa es la perfomance de Escudero, un diputado provincial cercano a la conducción del PJ bonaerense.




Desde ese espacio proponen avanzar en una interna entre el peronismo y Unidad Ciudadana. La idea que barajan desde el armado de Escudero es una lista del PJ donde el candidato sea Escudero y otra lista por el kirchnerismo. Allí tendrían que unificar entre Saintout y Tolosa Paz en una sola lista.



A mediados de marzo, en un plenario en del PJ bonaerense en La Plata, el presidente del partido, Fernando Gray, pidió a los candidatos que esquiven la confrontación mediática pero dejó abierta la posibilidad de internas para definir candidaturas.Desde el municipio aseguran que los números locales no se condicen con los que manejan desde Cambiemos en la capital bonaerense, donde tanto Vidal como Garro aparecen por encima de los candidatos provinciales y locales del peronismo.

Mourão: el hombre que quiere ser Bolsonaro: las ambiciones del vicepresidente de Brasil

No son pocos los que creen que el vicepresidente de Brasil quiere el puesto de Bolsonaro. El general Hamilton Mourão se muestra como un hombre componedor para diferenciarse del capitán Jair Bolsonaro. Sin embargo, el vicepresidente es un derechista confeso que reivindica la dictadura militar y la tortura. ¿Es posible que Mourão haga con Bolsonaro lo que Temer hizo con Dilma Rousseff?

Por Esther Solano Gallego




Uno de los pocos momentos de la historia brasileña en los que un capitán caminó delante de un general fue en la toma de posesión de Jair Bolsonaro. El 1º de enero de 2019, detrás del capitán iba su vicepresidente, el general Hamilton Mourão. Sin embargo, poco tiempo después, parece que esta imagen que subvierte la jerarquía militar está reformulándose. Las ausencias de Bolsonaro en las primeras semanas de gobierno -debido a la segunda cirugía a la que fue sometido a causa de la cuchillada sufrida en campaña- y el viaje al Foro Económico Mundial en Davos, así como sus evidentes carencias políticas, mediáticas y comunicativas, hicieron que los pasos del general ya no estén tan atrás de los del capitán.

¿Pero quién es Hamilton Mourão? Quien hoy se presenta como la cara amigable del gobierno, vicepresidente moderado, accesible, menos beligerante que Bolsonaro y mediador e interlocutor con la sociedad, no siempre asumió este rol simpático y sereno. Muchos piensan que esta moderación es una estrategia, un cálculo político para mantener una imagen positiva de la Fuerzas Armadas en el poder. Esto no es nada trivial. Actualmente, el gobierno de Bolsonaro cuenta con ocho ministros militares. carteras políticas tan importantes como la Secretaria de Gobierno, la Secretaria General o el Gabinete de Seguridad Institucional están en manos de miembros de las Fuerzas Armadas. Entre los ministros más próximos, solo hay un civil, Onyx Lorenzoni, justamente ministro de la Casa Civil. Ahora, muchos analistas coinciden en que el general podría estar limpiando el camino para un posible impeachment, presentándose como una figura razonable y negociadora frente a un Bolsonaro mediocre y autoritario.

El perfil de Mourão

Mourão ingresó en el ejército en 1972, permaneció en activo durante 46 años, formó parte de la Misión de Paz en Angola, trabajó en la embajada de Brasil en Venezuela y fue comandante militar del sur entre 2014 y 2016 e integró la cúpula de los generales brasileños de cuatro estrellas.Posteriormente fue jefe de la Secretaria de Economía y Finanzas del Ejército hasta 2017. En 2018 pasó a integrar la reserva y se afilió al insignificante Partido Renovador Laborista Brasileño (PRTB). Y recientemente Mourão fue la cuarta opción de Bolsonaro para completar la fórmula presidencial después de que todos los demás rechazaran la oferta.

Durante sus últimos años en el Ejército, Mourão protagonizó varias polémicas. En 2017 defendió una posible intervención de las Fuerzas Armadas caso las instituciones no consiguiesen resolver «el problema político» en que estaba inmerso Brasil. Sus declaraciones se produjeron en un acto en la masonería de Brasilia. Además, en su último discurso como general, pronunciado en 2018, calificó al torturador Carlos Bilhante Ustra como «un héroe». Se trataba del mismo represor que Bolsonaro había elogiado durante su voto el día del impeachment contra Dilma Rousseff. Igualmente, en el primer acto electoral de Bolsonaro, en agosto de 2018, Mourão dijo que el brasileño «había heredado la indolencia de los indígenas y la malandragen (astucia en sentido peyorativo) de los africanos». En septiembre del mismo año, en otro acto electoral, criticó la paga extra de Navidad y prometió acabar con ella.Fueron tantos los desmanes en el periodo de campaña que tuvo que ser relegado a la invisibilidad por los responsables del marketing de Bolsonaro. Este era Mourão antes de llegar a Brasilia y hacer su metamorfosis a persona razonable y cordial.



En una entrevista con el diario El País en febrero de 2019, Mourão elogió su relación con Bolsonaro. Reivindicó la intimidad política entre ambos y sostuvo que el presidente y él se complementaban en sus tareas. Además, advirtió que su función como vicepresidente es la de «ser un compañero, un amigo para que él divida sus ansiedades y aflicciones». Declaraciones muy tiernas, pero que contrastan mucho con la actualidad de la relación. Después de la traición del también vicepresidente Michel Temer a Dilma Rousseff, estas palabras ya no convencen a muchos.

Debido al rechazo continúo de Bolsonaro a hablar con la prensa, y a que Mourão habla con habilidad inglés y español, el vicepresidente ha asumido un activo rol como entrevistado en medios nacionales e internacionales y, en ellas, contradice y desautoriza decisiones de Bolsonaro y de los ministros no militares. Por ejemplo, en una entrevista al periódico O Globo, sorprendió al opinar sobre el aborto que se trata de una opción de la mujer. Estas declaraciones provocaron una intensa reacción de los grupos evangélicos que forman parte del gobierno. El diputado federal Sóstenes Cavalcante, principal portavoz del Frente Parlamentario Evangélico, llegó a decir: «Mourão es un poeta callado.Siempre que abre la boca crea un problema». En una entrevista con el Financial Times, el vicepresidente desautorizó declaraciones negativas de Bolsonaro sobre China (el presidente había tachado a China como un «predador que quiere dominar sectores cruciales de la economía»), diciendo que «a veces tiene una retórica que no coincide con la realidad». Del mismo modo, en una entrevista con el periódico Folha de São Paulo, Mourão menospreció la decisión del Ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, de trasladar la Embajada brasileña en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, como lo hizo Donald Trump con la representación de Estados Unidos, diciendo que podría llevar a animosidad con los países árabes.

Otro momento que también probó esta divergencia entre el presidente y su vice fue la reacción de este último ante la prohibición de que Lula asistiese al velatorio y entierro de su hermano, Genival Inácio da Silva (conocido como «Vavá»), fallecido el 29 de enero. Mourão defendió la presencia de Lula en los actos fúnebres diciendo que era una «cuestión humanitaria». Esta postura irritó a los sectores bolsonaristas pero agradó a sectores de centro e izquierda.Una paradoja: el ex general contentando al petismo.

Una de las cuestiones que con más fuerza problematiza esta pose amistosa de Mourão es su postura sobre la dictadura militar brasileña. En la misma entrevista con El País, Mourão dijo que no debe clasificarse el proceso que se extendió de 1964 a 1985 como una dictadura ya que los presidentes cambiaban cada cuatro años. Prefiere llamarlo «periodo autoritario». Continúa la entrevista exaltando el crecimiento económico del país en ese período y, en cuanto a la violencia estatal, la justifica porque, según su interpretación histórica, los grupos marxistas y leninistas querían imponer una dictadura comunista. Mourão define el momento como una «guerra muy pequeña». Pero la cosa no queda ahí. Según el vicepresidente la tortura era «una cuestión de guerra». Y afirma: «En la guerra la primera víctima es siempre la verdad.Hay mucha gente que dice que fue torturada y no lo fue».


¿Figura decorativa o actor central?


Mourão está lejos de ser la típica figura decorativa a cargo de la vicepresidencia. Y hay, al menos, dos ejemplos contundentes. El primero se vincula con Venezuela. Aunque Mourão reconoció a Guaidó como presidente interino junto con Bolsonaro, se posicionó claramente contra a una intervención militar en diversas entrevistas. En segundo lugar, el 29 de enero, el general asumió una fuerte centralidad al firmar el decreto que modifica la Ley de Acceso a la Información, ampliando el poder de los funcionarios públicos para catalogar como secretos y ultrasecretos diversos documentos del gobierno durante 25 años. Sin embargo, fue derrotado en el congreso el 19 de febrero. Se trató de la primera gran derrota del gobierno. Mourão reconoció la capitulación al declarar: «a la gente del congreso no les gusto. Si fuese el presidente habría pasado». Paralelamente, en una conferencia en la Asociación Comercial de San Pablo, delante de las cámaras discursaba favorablemente a la libertad de prensa. «Me importa mucho la libertad de prensa. Digo y repito siempre: la prensa es para fiscalizar a los gobernantes y no a los gobernados», dijo allí. ¿Hay dos Mourãos o solo uno con diferentes estrategias?


Por último y también contradiciendo su actual imagen de buena gente, a principios de enero el vicepresidente acaparó las portadas de los periódicos con la noticia de que su hijo, Antonio Hamilton Rossell Mourão, había ganado el puesto en la asesoría especial de la presidencia del Banco de Brasil, triplicándose el salario. Las críticas a este nepotismo tan descarado fueron enormes y el hijo tuvo que desistir del cargo.

El Mourão autoritario de la campaña versus el Mourão moderado del gobierno. Dos personajes y, desde luego, una certeza: el vice camina cada vez más cerca del presidente, midiendo bien sus pasos. Bolsonaro… que se cuide las espaldas.

Con Silvio empezó todo


Tony Servillo como Silvio Berlusconi en la película 'Silvio y los otros' de Paolo Sorrentino.


Berlusconi protagoniza la última película de Paolo Sorrentino. Lo echábamos de menos. Extrañábamos sus chistes facilones, las velinas y sus líos con el fisco. Silvio ha sido un visionario de su tiempo. Inventó el populismo, acuñó las mentiras verdaderas y trató a los votantes como clientes. Ahora vuelve para arreglar la Unión Europea



Tarde invernal de sábado en València. Caminamos por la avenida de Aragón en dirección a los Babel. A nuestras espaldas oímos el griterío de la afición de Mestalla celebrando otro gol inútil de Parejo. En la entrada del cine debemos guardar cola para comprar las entradas. Raro es el cliente que tiene menos de cincuenta años. La mayoría tiene un pie en la ancianidad. Las salas viven de nostálgicos como nosotros.

Para pasar la tarde hemos elegido Silvio (y los otros), la última película dirigida por Paolo Sorrentino, que cuenta la vida de Silvio Berlusconi en el inicio de su penúltima decadencia política, a finales de la década pasada.

La elección de la película obedece a dos razones. La primera es mi devoción por el cine de Sorrentino y su actor fetiche Toni Servillo, que encarna al empresario y político italiano como antes hizo con Giulio Andreotti en Il divo. La segunda, más poderosa que la primera, es la sincera admiración que profeso por Berlusconi desde que entró en política en los años noventa huyendo de la acción de los jueces progresistas.

Allá donde hay un visionario, un hombre o una mujer que anticipa el futuro, lo reconozco de inmediato. Silvio fue un adelantado de su tiempo. Deberíamos estarle agradecidos por ser el padre de la nueva política. Él, que presume de ser un hombre hecho a sí mismo, sin una sola idea original en la cabeza, añadimos nosotros, encarna como nadie la futilidad de la política actual, confundida con el espectáculo y convertida en un negocio para vividores sin escrúpulos.

¿A quién le importa la verdad?

En una memorable escena de esta película larga e irregular, Berlusconi, haciéndose pasar por un comercial inmobiliario, convence por teléfono a una mujer para que le compre un piso inexistente. El tres veces primer ministro italiano no vende ideología, vende sueños. No importa, como le confiesa a uno de sus nietos, que la mercancía que pretendas colocar a tus votantes sea falsa (las fake news) si al final te la compran. Por encima de la verdad está la eficacia del discurso. Visto así, Trump, Putin y el mastuerzo de Salvini son discípulos voluntariosos de Il Cavaliere.

Sin haber leído a Gonzalo Fernández de la Mora, un franquista sepultado en el olvido, el zorro de Berlusconi supo pronto que no hay espacio para las ideologías en el siglo XXI. Cuando un político, generalmente de izquierdas, las enarbola es para ocultar intereses personales o de partido. Con su zafiedad, con sus chistes facilones, con sus salidas de tono en las cumbres internacionales, frecuentadas por gente desalmada y exquisita, Silvio nos enseñó, sin embargo, a abandonar toda esperanza en la política como promesa de cambio; nos enseñó el aprendizaje de la decepción. Silvio Berlusconi en un mitin en Milán en noviembre de 2017.

La política, por muy bellas palabras que la revistan, no deja de ser una farsa, el arte de la simulación. Así se lo confiesa a su mujer Veronica Lario en una acalorada conversación antes de divorciarse. Basta con rascar un poco sobre los discursos de los grandes hombres para ver la podredumbre que los alimenta. Todos mienten, todos engañan, todos trafican con nuestras ilusiones.
La política es pactar con el diablo

Gracias a Berlusconi hemos aprendido que todo aquel que aspira a la cima del poder debe pactar con el diablo (Max Weber) y desayunar mierda, comer mierda y cenar mierda para ser alcanzado por la púrpura.


LA POLÍTICA, POR MUY BELLAS PALABRAS QUE LA REVISTAN, NO DEJA DE SER UNA FARSA, SEGÚN SILVIO BERLUSCONI. TODOS LOS GRANDES HOMBRES TRAFICAN CON NUESTRAS ILUSIONES

Sí; hemos sido injustos con el multimillonario milanés, muy injustos. Si lo hubiésemos interpretado a tiempo, la Unión Europa no estaría hecha unos zorros, jodida por los egoístas británicos. Hicimos una lectura superficial de Berlusconi centrándonos en asuntos menores como sus problemas con el fisco y la corrupción, las fiestas con velinas (a las que me hubiera gustado asistir) y su abuso de la pastillita azul. Él es mucho más que eso; inauguró una nueva forma de hacer política (el populismo) para el mundo del siglo XXI.

Uno siente ternura por este mujeriego de rostro indescriptible, obra de la cirugía estética más exigente (algo así como María Teresa Fernández de la Vega pero en masculino), con quien no dudaría en tomarme un lambrusco en una de sus villas de Nápoles, ciudad que tanto se asemeja a València en sus virtudes y sus defectos.

En una hora caería rendido bajo la seducción de este comerciante de sueños que conoce cómo darle cuerda a las ilusiones de los votantes. Ganada su confianza, y asegurándome de que ningún guardaespaldas nos oyese, le preguntaría por el secreto mejor guardado, la marca de su tinte, la misma que debe de utilizar su amigo, el adusto Aznar. Y le pediría un solo favor: que me incluyese en su lista a las elecciones del Parlamento Europeo, no importa si es en el último puesto.

Vuelve Silvio, vuelve la esperanza, vuelve la alegría de vivir.

El ocaso del periodismo soviéto-panglossiano


Pangloss


Pangloss es un personaje de Cándido, novela del escritor francés Voltaire. Es el tutor de Cándido durante su estancia en el castillo alemán de Thunder-ten-tronckh, en Westfalia, y posteriormente se une a Cándido en algunas de sus desventuras. Como la mayoría de los personajes de Cándido, Pangloss es un "personaje plano": posee sólo leves rasgos psicológicos que no evolucionan demasiado a lo largo de la historia.

Pangloss es un seguidor del filósofo Gottfried Leibniz, o como muchos han señalado, su caricatura o sencillamente su sátira, el cual en su Teodicea afirmó que vivimos en «el mejor de los mundos posibles». De ahí que Pangloss señale continuamente que "no existe efecto sin causa", o dicho de otro modo, que todo lo que existe, desde la nariz de nuestro rostro hasta las catástrofes naturales, responde a un propósito específico.

Grabado en cobre de 1755 que representa el terremoto de Lisboa de ese mismo año. Ese hecho, junto con la Guerra de los Siete Años, inspiró a Voltaire para escribir "Cándido".

Sin embargo, esta cosmovisión provoca que Pangloss no sólo mantenga el optimismo ante la terrible tragedia, sino que la justifique. Por ejemplo, cuando Cándido, Pangloss y Santiago el anabaptista se embarcan rumbo a Lisboa, una tormenta sacude la nave y Santiago cae por la borda. Pangloss detiene a Cándido cuando se dispone a saltar al mar para salvarlo, aduciendo que la bahía de Lisboa ha sido hecha expresamente para que Santiago se ahogara en ella.

A Pangloss se contrapone durante todo su periplo el personaje de Cacambo, que representa la sabiduría popular y práctica.

Pangloss reo de la Inquisición.

Aunque el propio Pangloss sufre una serie de desgracias, como una tentativa de ejecución por parte de la Inquisición o estar preso en una galera turca, sólo adopta una visión más práctica hacia el final de la novela, cuando confiesa que toda su vida ha sufrido horribles infortunios, pero como una vez había mantenido que todo sucedía para bien, sigue empeñado en sustentarlo a pesar de no creerlo ya. Esto viene a demostrar que Pangloss no cree en su propia filosofía, sin embargo, se aferra a sus principios para preservar su dignidad como filósofo. De hecho, pocas páginas después, aparece discutiendo su filosofía con Cándido, aunque esto no significa en absoluto que él mismo crea en sus argumentos.

El nombre Pangloss se construye a partir del prefijo y del sufijo griegos pan- (que significa totalidad) y -gloss, (que significa lengua). De esta forma, se bautiza como Dr. Pangloss a un personaje erudito para dar a entender que domina todas las lenguas; no obstante, otra posible traducción de "Pangloss" sería "todo lengua", es decir, alguien que habla locuazmente sin pensar. Voltaire habría mostrado con esta novela su particular retrato de lo que la gente común suele considerar digno de personas honorables y respetables.
Panglossianismo

El término "panglossianismo" se refiere al optimismo infundado como el que ejemplifican las creencias de Pangloss, que es el opuesto al pesimismo de su compañero de viaje Martín, quien pone su énfasis en el libre albedrío. La frase "pesimismo panglossiano" se ha usado para describir aquella posición pesimista en que, presuponiendo que este es el mejor de los mundos posibles, es imposible en una situación dada conseguir nada mejor.

El paradigma panglossiano es un término acuñado en el ámbito de la biología evolutiva por Stephen Jay Gould y Richard Lewontin para referirse a la idea de que todo se ha adaptado específicamente para ajustarse a unos propósitos concretos. En vez de eso, ellos argumentan que la ocurrencia de accidentes y exaptaciones (el uso de características viejas para propósitos nuevos), juega un importante papel en el proceso de evolución.