Por Rubén Weinsteiner para
ADN
Los medios de comunicación suelen transitar tres ejes de acción en términos de modificación de la realidad política.
a) la orientación del voto
b) la construcción de climas y opiniones
c) el armado de la agenda
Estamos en un momento de transición en lo que hace a los factores que
determinan la agenda y el spin mediático, definido este a través de la
orientación de la atención e interés público, la conformación de una
escala de temas predominantes, la jerarquización de la relevancia de
dichos temas y el entendimiento de los mecanismos de priorización y
discriminación temática que manifiestan los individuos cada día, a cada
hora.
En la Web 3.0 se ve muy claro analizando las búsquedas más populares en
Google. Hoy a la mañana la gente quiere saber todos acerca de
Britney Spears, a la tarde está detrás de
Lindsay Lohan y mañana a la mañana Google arde detrás de información sobre
Tiger Woods.
Hasta la explosión de la Web, si bien la TV y la radio eran los medios
más consumidos, y la lectura de diarios en papel se encontraba en franco
retroceso, la prensa escrita mantenía el monopolio de la capacidad de
instalar los temas, que durante el día se ampliarían y reciclarían por
la radio y la TV. La TV aún con toda la importancia que cobró en los 90
con la explosión del cable, era más importante en la exhibición visual
de los hechos y en la circulación de determinados argumentos, que en la
instalación de noticias o temáticas nuevas.
Con la explosión de la Web, el diario impreso a las 11 am ya empezó a
quedar viejo, pero seguía reteniendo el poder de instalar los temas. Una
investigación que nada tenía que ver con lo que venía pasando, se
instalaba causal o naturalmente en las radios, en la TV, y en la Web
1.0.
Hoy el diario impreso sigue reteniendo el poder de instalar temas, pero
la Web 3.0 instala climas, viraliza rumores, chistes, ponderación de
verdad de las noticias, factores constitutivos de los estados de ánimo y
climas emocionales.
La reproductibilidad que brinda
You Tube,
la facilidad para viralizar enviando un link, la masividad de Twitter y
Facebook , determinan un escenario donde la Web social no puede imponer
todavía la agenda pero la puede condicionar fuertemente,
recontextualizar y resignificar, al grado de destruir lo planteado desde
el diario impreso, potenciarlo, o darle otra dirección al
spin mediático.
El proceso de recontextualización y resignificación, ocurre porque la
Web 3.0 es conversación, de a dos de a millones, pero conversación, y
cuando uno conversa, no es como estar declamando desde la tribuna o
detrás de las cámaras, sino que uno habla a la altura de los ojos, sin
impostar, y está siendo escuchado-leído por millones. Esa conversación
es “desgrabada” y dejada al alcance de cualquiera vía Google para
siempre.
La Web social le impone al político sus reglas nuevas y disruptivas, y a
la vez le permite entrar en el eje de la mirada que vincula a lo
público con la cotidianeidad, lo coloquial, un lenguaje más
descontracturado, con un intercambio de información que se puede hacer
en un bar, en una casa, mucho más que en la TV o en la Radio.
Un político en la Web 3.0 puede entrar en el circuito de confiabilidad y
credibilidad de la gente. Por eso en la Web social, el político habla
de otra manera, tira data más sensible, opina, adjetiva, habla desde el
ring side, desde el llano, manifiesta gestos de familiaridad, llama a la
gente por su nombre de pila, como si fueran amigos, y hasta le está
permitido como a todos en el llano, “zarparse” de vez en cuando.
La Web social es conversación, construcción, armado, por eso tanto el
“hablarles” como el “escucharlos” constituyen alternativas parciales,
que no definen el dispositivo 3.0. Acá no se trata de hablar desde una
tribuna que llega a millones o de escuchar a millones, sino de construir
un vínculo de compromiso horizontal y simétricamente condicionado con
millones. Por eso la Web social es una gran oportunidad, que sin
estrategia puede ser un problema. Problema u oportunidad esa es la
elección hoy.
La Web 3.0 es una herramienta fantástica para desintermediar. Cuando los
medios que dominan la agenda establecen un filtro a todo lo que pasa,
se puede llegar a la gente saltando por arriba de ese filtro,
destabicando la construcción de los medios, y estableciendo canales que
en tiempo real, pueden generar flujos de información sólidos y potentes,
que cada día más, van a condicionar la agenda.