DIALOGO CON EL BIOLOGO FRANCES ROBERT BARBAULT

Por Eduardo Febbro

“La destrucción de la biodiversidad tiene las mismas causas que la degradación social”

Barbault es un reconocido especialista de la biología de las poblaciones humanas y, a partir de los años ’80, uno de los primeros que reflexionó sobre el concepto de “biodiversidad”. En su reflexión se aúnan dos fuentes disociadas: la ecología naturalista y la ecología política. El resultado resalta una evidencia no siempre destacada: “Nuestra existencia se funda sobre los sistemas vivientes”. De allí su cruzada científica contra el crecimiento del PIB como única variable del desarrollo y su defensa de una “cooperación” con el tejido viviente del planeta.

¿Qué es la vida? Un paseo a través de las pasarelas de la Galería de la Gran Evolución del Museo de Historia Natural de París bosqueja una respuesta singular: los elefantes, los dinosaurios, las jirafas, las cebras, los monos, los tigres, los rinocerontes, las focas, los incontables pájaros y mariposas componen un retrato alucinante de la diversidad de la vida terrestre. Del silencio atomizado de esos animales, de su eterna inmovilidad científica ofrecida a la observación, se desprende una sensación de admiración, de extrañeza y de hermandad sustancial con aquel laberinto de especies. La terminología moderna define esa variedad de seres vivos que pueblan la Tierra con un término no siempre comprendido en su exacta profundidad: la biodiversidad, eso que el biólogo francés Robert Barbault llama “el tejido viviente del planeta”. Tejido, red, malla, entrelazado, entramado, la relación entre las especies es una interconexión permanente que no excluye al ser humano. Barbault es un reconocido especialista de la biología de las poblaciones humanas y, a partir de los años ’80, uno de los primeros que reflexionó sobre el concepto de “biodiversidad” que el entomólogo Edward Wilson puso de moda cuando advirtió sobre la acelerada desaparición de las especies. Biólogo, profesor en la Universidad de París VI y director del Departamento Ecología y Gestión de la Biodiversidad en el Museo Nacional de Historia Natural, Barbault ha explorado ese “tejido viviente” pero no como una curiosidad científica sino en su relación más directa y peligrosa con las sociedades humanas. En su libro más célebre, El elefante en la cacharrería (Editorial Laetoli, 2009), el biólogo francés analizó la “destrucción programada de la biodiversidad” bajo la presión del crecimiento de las sociedades humanas. La Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) calcula que una tercera parte de las especies animales o vegetales están amenazadas de extinción y que la velocidad de esa extinción es mil veces más elevada que el ritmo natural. Barbault aúna en su reflexión dos fuentes disociadas: la ecología naturalista y la ecología política. El resultado es un trabajo riguroso y claro que resalta una evidencia no siempre destacada por la ecología política: “nuestra existencia se funda sobre los sistemas vivientes”, todo lo que consumimos “proviene de los seres vivos”. De allí su cruzada científica contra el crecimiento del PIB como única variable del desarrollo y su defensa de una “cooperación” con el tejido viviente del planeta, es decir, con los seres vivos. Robert Barbault observa a menudo que de la biodiversidad sólo percibimos la palabra, que Occidente vive tan alejado de la biodiversidad que hasta perdió la conciencia de que la aventura del ser humano en el planeta es posible gracias a ella, incluso cuando consumimos gas o petróleo. ¿Qué es la vida? Pues precisamente eso: un tejido de diversidades que la especie humana se ha empeñado en destruir.

Los sentidos de la biodiversidad

–La biodiversidad es una palabra de moda cuyo sentido profundo, sin embargo, escapa a la comprensión completa. Los medios la resumen a la relación que puede haber entre una araña y una mosca, pero la biodiversidad es algo más complejo e incluso más estratégico que el cambio climático.

–Si se inventó la palabra biodiversidad no fue sólo para afirmar que la vida es diversificada. No, fue para introducir algo nuevo y radicalmente diferente: se trata de tomar conciencia de nuestras implicaciones en la biodiversidad, a la que yo defino como el tejido viviente del planeta. Existen redes, mallas, tejidos e interacciones entre las especies, entre nosotros y las especies. Y es ese tejido el que hoy se está deconstruyendo, destejiendo. La biodiversidad es un fenómeno geopolítico que plantea muchos problemas. Cuando nos referimos a la biodiversidad estamos aprendiendo muchas cosas sobre nosotros, los seres humanos. La biodiversidad es un espejo, es un problema de la sociedad humana y no sólo de los seres vivos, que pueden prescindir de nosotros. El sistema de lobbies que está detrás del desarrollo actual tiene una potencia financiera tal, una capacidad de comunicación y de manipulación de la opinión tan grande que llega a sembrar la duda en la sociedad sobre los problemas derivados de la biodiversidad o del cambio climático. Tenemos una visión limitada de la biodiversidad, como si sólo se tratara de un catálogo de especies o de una colección de estampillas. No se llega a entender que una especie es semejante a la población humana, es un conjunto de individuos que depende de recursos, de un territorio.

–Usted señala en sus trabajos una paradoja terrible: nuestra relación con el sistema de los seres vivos es destructora cuando, en realidad, el ser humano depende enteramente de la integridad de ese sistema.

–El modo de desarrollo económico está gobernado por una especie, la humana, que se ha desarrollado a un paso acelerado y que, para vivir, requiere constantes recursos. El sistema económico dominante hizo perder de vista la noción según la cual nuestra existencia se funda sobre los sistemas vivientes. Las energías fósiles, carbón o petróleo, son el resultado de los seres vivos. Todo lo que comemos proviene de los seres vivos, de la diversidad. La ropa con la que nos vestimos, incluso cuando es sintética, proviene de la diversidad porque sale del petróleo y el petróleo es el trabajo de la vida durante millones y millones de años. Todo parte de las estructuras de los seres vivos, estamos rodeados de ellos. La razón de ser de la diversidad es la estrategia de adaptación a los cambios, a las catástrofes. Ello explica por qué los seres vivos son tan diversificados y por qué hay mucho más que tres especies en la Tierra. Para durar en un mundo que cambia todo el tiempo sólo la diversidad tiene esa capacidad de adaptación.

El papel de la cooperación

–Usted también pone de relieve otra de las carencias de la visión contemporánea de la naturaleza. Se ahonda mucho en los principios de preservación, de protección, pero se aborda muy poco la noción de cooperación entre las especies, concretamente, entre el ser humano y su entorno natural. Se erigió la competición y el desarrollo como norma, o sea, como abuso.

–Consumimos en exceso lo que nos da la vida y olvidamos con ello la noción de cooperación con las especies. Se ha trabajado muy poco sobre la cooperación entre las especies. Hasta los años ’80 se hablaba mucho acerca de la relación entre el predador y la presa pero muy poco sobre la interacción, la cooperación. Eso me llevó a interesarme en la historia del pensamiento ecológico. En esos textos encontré un reflejo de la sociedad industrial, es decir, el concepto de competencia por encima de todo, la relación comedor/comido. Nada había sobre la importancia de las relaciones basadas en la cooperación. Sin embargo, en la historia de los seres vivos, la cooperación y las interacciones positivas entre individuos de la misma especie y de especies diferentes son fundamentales, tanto más cuanto que constituyen la fuente de la diversidad y de la vida en la Tierra. No niego la existencia de la competencia entre las especies, pero también encontramos los mismos niveles de cooperación. Por ejemplo, si reflexionamos un poco, enseguida nos damos cuenta de que la agricultura no es otra cosa que una relación de cooperación entre el Homo Sapiens, las plantas y los animales que hemos domesticado. Las sociedades humanas también funcionan en torno de la confianza y la cooperación. Como lo vimos con la crisis financiera, cuando se produce una ruptura en la confianza se fractura la sociedad y nada funciona. La misma ley que rige las sociedades humanas vale para los seres vivos.

–Sin embargo, el modelo de desarrollo es totalmente destructor, a la vez de la biodiversidad y de la idea de cooperación.

–Este sistema se construyó según la hipótesis de que la naturaleza era una cuestión de recursos infinitos, ilimitados. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII esa hipótesis podía ser válida porque el impacto del ser humano sobre la naturaleza era moderado. Pero con la aceleración del tiempo, gracias a los desarrollos técnicos y científicos y a la irrupción de la sociedad industrial, la población humana creció enormemente, y con ello sus necesidades. Esa hipótesis es entonces inaplicable. El cambio se produjo con la Segunda Guerra Mundial. A partir de allí se aceleró la depredación de los recursos. Desde entonces nada detuvo el movimiento. Hoy sabemos que esa política no puede continuar. Se inventó el concepto de desarrollo sostenible, pero tengo la impresión que esa idea feliz se limita a una suerte de marca, de etiqueta, de sello carente de beneficios. De hecho, por más desarrollo sostenible que se quiera impulsar, si no se reflexiona sobre la falsedad en que se basó nuestro modo de funcionar, no sirve de mucho. Si se quiere cambiar el rumbo de la situación es imprescindible llevar a cabo esa reflexión, encontrar en qué nos equivocamos a fin de reincorporarnos al tejido de lo viviente planetario y tomar conciencia de que dependemos de él. Es preciso cambiar muchas cosas de forma radical. Esto no se hará de un día para el otro. Pasar de un sistema de desarrollo como el nuestro, totalmente depredador, a otro más racional, necesitará tiempo. Desarrollo sostenible también quiere decir desarrollar la calidad de vida. Pero claro, si se habla de desarrollar el crecimiento del PIB entonces caemos en un sin sentido. Lamentablemente ése es el riesgo que corremos hoy.

La dictadura del PBI

–La idea de crecimiento es intrínseca al concepto de desarrollo. Resulta filosófica y políticamente imposible hacer entender que la dictadura del crecimiento del PIB como única medida del desarrollo humano y del progreso es un suicidio programado.

–La realidad es la siguiente: si pasamos a un modo de crecimiento más económico y eficaz apenas esto nos permitirá ganar un poco de tiempo para intentar, al menos, cambiar de dirección. Pero el problema que se plantea es que es casi imposible hablar de decrecimiento. No se acepta la idea de que el crecimiento no puede ser eterno, es imposible hablar de ello o analizar qué estamos poniendo dentro de la palabra crecimiento, qué es lo que sí puede crecer y lo que no. Ese ha sido uno de los límites que encontré en el desarrollo sostenible. No se trata de discutir sobre lo sostenible sino sobre qué es exactamente el desarrollo, eso que concierne a las sociedades humanas y que debería permitirles durar el mayor tiempo posible. La crisis de la biodiversidad nos obliga hoy a reflexionar en esos términos. Lamentablemente, la biodiversidad sigue limitada a las reservas, a la idea simple de preservación. Y todo sigue igual porque las referencias son estrictamente económicas y ese modo de desarrollo económico no toma en cuenta los estragos que se ocasionan. ¡Muy por el contrario, los estragos están incluidos en el crecimiento! Cuanto más se destruye, más se aumenta el PIB. ¡Con un indicador semejante hemos empezado muy mal!

–Se ha llegado a una velocidad de destrucción de la biodiversidad mil veces superior a la velocidad natural.

–La velocidad de destrucción de la biodiversidad es considerablemente mayor que la natural y, sobre todo, si no se cambia nada esa destrucción continuará acelerándose. Esa es la principal preocupación, que muy pocos toman en serio.

–Incluso si hay un debate al respecto, muchos científicos sostienen que hemos llegado a la sexta etapa de la extinción.

–Depende de cómo se digan las cosas porque si no esto puede tener un aspecto más negativo que constructivo. Se dice: estamos en la sexta crisis de extinción y se hace la analogía con las cinco precedentes, que se produjeron cuando el ser humano no estaba aquí y en escalas de tiempo que nada tienen que ver con las escalas con las que vivimos hoy. La última extinción duró millones de años. Dicho esto, debemos comprender que estamos en un proceso, en una fase de aceleración de la tasa de extinción. En nuestra calidad de especie humana tenemos la capacidad de reaccionar. Si somos capaces de hacer la guerra de un día para otro, incluso cuando no hay dinero, pienso que podemos resolver el problema. No creo que vayamos a erradicar por completo la amplificación de la erosión de la biodiversidad, pero podemos tender hacia una estabilización, a una coexistencia pacífica con la biodiversidad. Prefiero decir que estamos en una fase de incremento de la extinción, conocemos la causa y tenemos los medios de corregir la tendencia. Necesitamos la riqueza de los seres vivos para seguir teniendo una calidad de vida humana en la Tierra. No es la supervivencia biológica del hombre lo que está amenazado, es su supervivencia como ser humano con una gran H lo que está en la cuerda floja, es decir, su dimensión de ser humano. Las causas de la destrucción de la biodiversidad son las mismas que desencadenan la degradación social. Hacer como si fueran cosas distintas, como si los problemas de las especies fuesen secundarios y los problemas del desempleo una cosa de primer plano, no es pertinente: en realidad, la misma aplanadora que degrada la sociedad humana degrada el marco de vida de las sociedades humanas en todo el mundo.

–¿Cómo explicar la indiferencia y hasta la irresponsabilidad planetaria de la población humana, especialmente en Occidente, frente a la degradación de la biodiversidad, a la desaparición de las especies?

–Creo que es ante todo un problema de impotencia. Además, la población humana es cada vez más humana y Yalta un elemento central: la desaparición de la transmisión de la información sobre las especies. Ya casi no quedan abuelos para contar cómo era antes la naturaleza. Pero lo más fundamental que ha ocurrido es que el ser humano se cortó del resto de los seres vivos. Se descompuso la trilogía judeo cristiana: Dios, el hombre y la naturaleza. Cuando uno se baña en la visión dinámica de la biodiversidad, en el tejido de lo viviente en el planeta, en sus interacciones, en las relaciones de parentesco que hay entre las especies, lo que se llama el árbol de la vida, ello nos lleva a tomar conciencia de que estamos arraigados muy profundamente en lo viviente. En nuestros genes tenemos herencias que remontan a millones y millones de años. Por consiguiente, sentirse un primo cercano de los otros seres vivos en una época de profunda desestabilización equivale a una forma saludable de arraigamiento. A partir de ahí podemos redescubrir nuestra relación parental con las otras especies, nuestra dependencia con el resto de los seres vivos y ver así la riqueza que hay en todo esto. Nuestra relación de dependencia con los seres vivos también nos da nuestra libertad de seres humanos para desarrollar nuevas cosas. Hay una paradoja en la toma de conciencia de la dependencia, que es a la vez la base de una auténtica libertad.

Los caminos de la humanidad

–¿Cómo transmitir ese saber, esa conciencia, a las nuevas generaciones? La educación, que es una base decisiva, ha fracasado hasta ahora. ¿No habría que refundar el sistema educativo para desarrollar las nociones de biodiversidad, cooperación, interacción?

–La educación sigue siendo esencial. La educación debe ser un instrumento de formación al espíritu crítico.

–La ecología política tiene un lugar sobresaliente en el discurso y en la sociedad. ¿Acaso los ecologistas no pecaron por falta de amplitud, por una incapacidad de explicar con más generosidad la relación del ser humano con la naturaleza?

–Esa crítica es válida tanto para la ecología política como para la ecología científica. Si miramos la historia, la ecología nació poco después de la explosión de la Revolución Industrial con la influencia de Thomas Malthus y los problemas que planteó en torno del equilibrio entre el crecimiento de la población y los recursos. De inmediato, los científicos se pusieron a mirar cómo funcionaba la naturaleza, en qué se basa la regulación de los efectivos de las plantas y los animales. En ese entonces la ecología se hacía preguntas que hoy se hace el desarrollo sustentable. Era el problema de fondo. Pero después, de forma progresiva, la ecología fue monopolizada por los naturalistas. Se empezó a hablar de las poblaciones animales y vegetales, de los ecosistemas, como si el hombre no tuviera nada que ver. De hecho, se puso al ser humano de costado. La ecología política hizo lo mismo, con el condicionante negativo de que la ecología política no se apoyó en la ecología científica. No estoy seguro de que un solo partido político pueda responder a los problemas que nos plantea el mundo de los seres vivos. Para mí, lo importante es lo que yo llamo tener una visión ecológica del mundo. Debemos pasar de un mundo en donde se ven las cosas parcelarias a otro donde se perciben las interacciones entre el todo y el todo, tanto entre las mismas sociedades humanas entre sí como entre las sociedades humanas y el resto del mundo. Esa visión permite comprender las interacciones y los efectos colaterales. Con ese enfoque estamos seguros de que somos conscientes de que pertenecemos a la biosfera. La gente ni siquiera es consciente de que la atmósfera es un recurso natural y que también es el resultado del trabajo de los seres vivos. Si no hubiese habido vida en la tierra no tendríamos atmósfera.

–Finalmente, la idea individual de desarrollo, o sea, de crecimiento, aplastó a todas las demás.

–El acento que se puso en la individualización ha sido nefasto, pero esa idea es también una de las riquezas de las sociedades occidentales. Si no se la controla como es debido o si no tenemos conciencia de ella sólo cosechamos lo negativo. La libertad para cada individuo no excluye la responsabilidad y la interacción. Fíjese si no en la historia de Estados Unidos, llena de páginas oscuras. Estados Unidos es hoy uno de los grandes, grandes problemas, es uno de los responsables más decisivos de la situación actual. Hay algo muy perverso en el sistema norteamericano: por un lado está la imagen de libertad total, de imperio del bien. Pero no es así. Cuando analizamos el resultado de la cumbre de Copenhague, la culpa del fracaso no la tienen ni China ni la India. La situación a la que llegamos hoy la produjo la sociedad occidental. Hemos, por ejemplo, depredado muchos países. Pero el éxito de la sociedad occidental se forjó con el tributo oscuro que pagaron los esclavos, la trata de seres humanos, la expoliación. El saqueo de los recursos del mundo entero hizo nuestra riqueza pero hoy nos conduce a constatar que hasta el clima se degrada. Los responsables somos entonces nosotros. Si fuésemos responsables no diríamos que la culpa la tienen los chinos o la India porque quieren imitarnos. Habría que decir: pecamos en exceso y, ahora, debemos sanear la situación. Lamentablemente no se procedió así y vamos a perder 30 años. Occidente perdió una oportunidad. Todo esto es consecuencia del culto al individualismo que nos lleva a perder de vista una noción esencial: en las sociedades humanas, lo más importante es lo social, incluso en la economía. Sin la dimensión social el hombre no existiría.

Experiencia de Marca e Investigación Online

LAS MARCAS Y LA EXPERIENCIA.

La investigación de mercados ha pasado por diferentes etapas hasta llegar a un momento en que se le exige ir más allá del análisis y la interpretación de los datos.

Yo creo que esto tiene que ver fundamentalmente con la cadena de valor, el proceso que tú señalás tiene que ver básicamente con que el investigador ha ido escalando distintos peldaños de la cadena de valor. Cuando sólo era un proveedor de información y esta información no existía podía pasarla a precio; hoy en cambio la gente tiene más datos de lo que puede procesar, con lo cual pasó a tener un rol muy importante su análisis. Cuando nos llenamos de análisis, llegamos al momento decisivo de la consultoría.

Ahora bien, el punto más importante para entender el rol que tendrá el investigador es que la estrategia de las marcas ha cambiado de habitación. Antes las estrategias de marca se manejaban en las gerencias de marketing y ahora es tarea de los CEOs. ¿Por qué? porque es lo único que produce diferenciación, con lo cual el investigador que estaba acostumbrado a trabajar con el Gerente de Marketing o el de Producto, si quiere seguir en la línea de valor va a tener que trabajar con quien dirige la compañía. Eso genera mucha oportunidad y mucha complejidad. Por eso veo en el futuro próximo gente mucho más integrada, con mucho más manejo de negocio, más imbricada con la estrategia de la compañía para asesorar al número uno. Y veo también mucha necesidad de equipos más complejos porque la realidad para el número uno siempre es más compleja y tiene que resolver distintas preguntas. Con todo el conjunto de métricas y metodologías disponibles, el investigador tendrá que ser capaz de decirle al número uno: “De todo esto que tenemos, creo que tenemos que ir por acá”.

¿Qué ejes para las estrategias de diferenciación crees que van a predominar en mercados emergentes como el peruano?

La primera cuestión es que el mundo ya es global, esto es un dato. 60 o 70% de una marca hoy es global, el punto es cómo manejar el 40 o 30% restante. Y aquí se necesita, primero, mucha capacidad para articular la especificidad de un universo cultural tan vasto y distinto con la estrategia global de la marca. Perú, por ejemplo, es pura identidad. Toda esta potencia hay que articularla con la estrategia global. Entonces, los ejes dependerán de si hacés o no una buena articulación. Las marcas chilenas, por ejemplo, que avanzaron sobre Perú no lo pudieron hacer como chilenas, y esto no es un tema menor. Perú no es un país conflictivo pero guarda una memoria y eso no se puede desatender.

Entonces, gran parte de la tarea de las marcas es percibir las múltiples dimensiones que una misma persona puede tener. Por decir, hay marcas que nos resultan más ajenas que otras, cuando vas a un McDonald’s vas a sentirte un ciudadano del mundo, en cambio cuando vas a un chifa, respirás peruanidad. Una misma persona puede tener momentos y dimensiones. El tema es cómo articulás estas dimensiones, yo no las he visto del todo bien articuladas en Perú, veo que hay propuestas muy cosmopolitas por un lado y otras muy locales.

Un escenario algo desalentador para el marketing que mencionabas en tu exposición es la fatiga del consumidor frente a la sobreoferta de marcas. ¿Cómo crear experiencias únicas para consumidores sobreexpuestos a tantas marcas?

La clave es crear mundos. Hay muchas marcas que han logrado construir mundos y territorios. Cuando vos entrás a Disney, entrás a un mundo de olores y colores característicos. Hace diez años había una teoría de un francés que hablaba de los “no lugares”, sitios en que uno no sabía de dónde eran, algo así como espacios completamente neutrales, sin identidad: un casino, un aeropuerto. Hoy en cambio vemos más aeropuertos donde uno sí identifica el país, la ciudad, la cultura del lugar. Con un sector importantísimo como el retail, la idea es transformar lo que podría ser un “no lugar” en un lugar único, identificable, con identidad.

Señalabas también en tu presentación que la gente está buscando desesperadamente experiencias. ¿No está buscando, en última instancia, recibir más valor por su dinero?, ¿no es la experiencia más bien un producto de la necesidad de diferenciación que proviene de la oferta?

El tema es qué es valor, tu ecuación de valor no es la misma que para mí. Y sí, creo que lo que la gente está buscando en el fondo no es ni valor, ni experiencia, ni precio; es identidad. Las identidades en el siglo XX venían dadas, tú nacías en tal lugar y eras eso, respetabas las normas de la familia y funcionaba. Hoy estamos asistiendo a una etapa en donde la identidad ya no viene dada, tú puedes nacer en ese mismo lugar pero tienes que ir adquiriendo identidad todo el tiempo. Mirá el esfuerzo de la gente por diferenciarse con un par de anteojos o personalizando su celular. Los modelos y valores de nuestros padres ya no aplican y estamos construyendo constantemente identidad.

Y la elección de una marca formaría parte de ese esfuerzo…

Si saben operar bien, las marcas te sirven para construir identidad. Antes yo me ponía una remera con un logo enorme, ahora aunque nadie vea el logo yo tengo identidad porque uso esa marca. Te ponés determinada ropa y eso lo sabés sólo vos, pero el punto es que te construís. Hoy tenemos como una suerte de imperativo social: la gente debe cambiar. Para entender bien esta necesidad hay que saber escuchar, el marketing no está siendo eficaz, por eso está en problemas, y bienvenido sea el problema. Lo que está faltando es entender a la gente en serio, que es algo totalmente distinto de entenderla para mi conveniencia. La cosa es entrar a un diálogo, ir de la mano con la gente. Hoy hay cada vez más productos y yo insisto en esto: la gente está cada vez más angustiada y sola, entender esto y caminar en consecuencia es amigarse con la gente.



 LA APUESTA POR LA INVESTIGACIÓN ONLINE.

¿Cuáles son las diferencias más importantes entre la investigación online que ustedes practican y la investigación tradicional?

Lo primero es que nosotros trabajamos con agencias de investigación de mercados, de hecho nuestros mayores clientes son las agencias. No tenemos muchas marcas finales que atender directamente, y esto porque nosotros no somos una agencia de investigación sino especialistas en trabajo de campo online. El investigador sigue siendo esencial para armar la encuesta, para analizar los resultados, para crear los informes. Nosotros en lo único que nos enfocamos es en levantar los datos online, encontrar a esa gente que complete la encuesta. Ahora, en términos generales hay ventajas de la investigación online respecto de la investigación tradicional. La más grande tiene que ver con la velocidad. Un trabajo de campo online se puede hacer, literalmente, en veinticuatro horas desde el momento en que sale la encuesta hasta que obtenemos los resultados. Y ojo que estamos hablando de entrevistar alrededor de mil quinientas personas. Además tenés la capacidad de mostrar estímulos, algo que no podés hacer mediante la investigación por teléfono. Si vos necesitás que el encuestado vea una imagen, una publicidad, la foto de un producto, incluso un video, hoy sólo se puede hacer organizando un focus group que es difícil de organizar, toma tiempo, es costoso y con una muestra muy baja. Podés, en cambio, hacer lo mismo online y recoger la impresión de quinientas personas.

Otro tema importante, y en particular para Latinoamérica, es la seguridad. Hoy quién te abre la puerta de su casa a una encuestadora, y no sólo eso, aunque te llamen por teléfono qué le vas a decir a un extraño. Si te pregunta qué coche tenés, cuántos coches, si tenés celular o no; yo a un extraño no le respondo eso. En cambio, online se dan dos cosas: uno, que el encuestado tiene que haberse registrado en el panel. Entonces, cuando Livra los contacta no es un extraño, es alguien que ya conocen. Y lo segundo es que están online, es él o ella solos frente a su computadora. Nadie me está observando, nosotros además cuidamos mucho el generar un entorno de privacidad donde se garantice que las respuestas son anónimas y totalmente privadas.

Decías en tu ponencia que hay más honestidad en las respuestas de los entrevistados a través del medio online. ¿No se confía demasiado en el lenguaje escrito aquí? En un focus group tienes la posibilidad de observar las reacciones de la gente…

Más allá de lo que yo crea o no, está comprobado que la gente suele ser más honesta online que offline. Y esto es fácil de entender cuando lo pensás de esta manera: cuando vos hablás con alguien por teléfono o en persona, hay un sesgo por la presencia de ese entrevistador. Si, por ejemplo, te para por la calle una chica y te empieza a hacer preguntas por ahí que la querés impresionar y le mentís. En Livra hacemos un montón de encuestas sobre temas sensibles que tienen que ver con salud y sexualidad, y en estos temas en particular es donde la gente se suelta mucho más online.

¿Hay divergencia de resultados entre las metodologías online y offline?, ¿han podido observar el impacto de sus encuestas para la toma de decisiones de negocio?

A nivel de las metodologías se compara mucho, hemos hecho un mismo estudio con una metodología y con otra para ver si hay un sesgo o no, y los resultados en general convergen. Hay temas en los que aparece algún sesgo, como cuando se trata de tecnología o informática, aquí quien contesta online puede entender más de unos temas; pero en general te diría que los resultados son muy similares. Ahora, a tu pregunta sobre el impacto de nuestra metodología en las decisiones de negocio, como no trabajamos con las marcas finales muchas veces no sabemos qué hace el cliente con esos resultados que les ofrecemos. Tenemos por ahí el feedback de la agencia de investigación con la que trabajamos, pero no del cliente final. Pero un hecho es que Livra no para de crecer, nuestra demanda sigue creciendo.

Algunos consideran que los medios interactivos aún no son propiamente masivos y que, por tanto, no es nada extraño que la inversión publicitaria siga siendo baja en este sector. ¿Qué piensas al respecto?

Creo que hay mucha inercia de lo que se hacía en el pasado y sobre todo miedo, pero no de los anunciantes o investigadores, sino de los intermediarios, los medios tradicionales. La maravilla del online es que lo podés medir todo. El miedo es de los demás medios, no de las grandes marcas. A muchos se les va a acabar el negocio. Yo creo que es inevitable el cambio, en Latinoamérica podemos anticipar lo que va a venir. En muchos países de Europa y en EE.UU. muchos presupuestos de marketing ya tienen su mayor parte en medios online. Esto en algún momento va a pasar, el que esté preparado para hacerlo le va a ir mejor. Decir hoy que Internet no es masivo es un error grave, es ceguera absoluta.

¿Qué gran lección dirías que deja la investigación online a la investigación tradicional?

Yo diría que hay que recibir el cambio con los brazos abiertos. Aún hay cierto temor en la investigación tradicional de hacer online, esto está evitando que la industria vea los beneficios. Los investigadores siguen siendo esenciales, no hay ningún robot que lo pueda reemplazar, pero creo que es una realidad innegable que el pulso del consumidor ya no lo podés recoger sólo en el mundo offline, hay toda una realidad alternativa que pasa por las redes sociales. Y ojo que algunos de estos fenómenos son realmente decisivos para la vida de las marcas, son cosas que destruyen compañías o
las hacen crecer. No podés ignorar esta realidad.

Fuente: www.andaperu.org

La pequeña empresa no llega a la universidad

Maite Gutiérrez

La relación universidad-empresa mejora, pero son las grandes compañías las que más se han acercado a la educación superior. La pequeña y mediana empresa, con fuerte presencia en Catalunya, todavía no ha llegado a los campus.

El segundo informe La universidad y la empresa española,de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), analiza la percepción que las compañías tienen de la educación superior y la evolución de sus relaciones a través de una encuesta a 200 firmas. Según admiten, los contactos aumentan. El 54% de las compañías encuestadas ha tenido algún tipo de relación con la universidad en el 2009, siete puntos más que en la encuesta del 2004. Pero el porcentaje cambia si se mira el tamaño de la empresa: en las firmas de más de 200 trabajadores sube al 82%, mientras que en las de entre 50 y 200 empleados la cifra se reduce a un 51%. El peor resultado lo tienen las compañías de menos de 50 asalariados, sólo el 37% ha mantenido contacto con la educación superior. Aunque la situación mejora, en CYD preocupa que un 46% de las compañías aún no se hayan aliado de alguna manera con las universidades.

La búsqueda de becarios supone el principal vínculo. "Permiten a las compañías obtener ventajas económicas en términos de contratación laboral", explican. Los otros tipos de relación más importantes son la prestación de servicios de investigación, formación o asesoramiento y la destino de recursos (mecenazgo, patrocinio...), aunque este último en menor medida.

Las críticas a la "escasa" relación universidad-empresa son históricas. En los últimos años, sin embargo, la educación superior ha fomentado estos contactos. Por una parte, les ayudaría a aumentar los ingresos y por otra, a cumplir con su misión social a través de la transferencia del conocimiento que generan sus investigadores. A las empresas a menudo también se le reprocha su "escaso interés" en la universidad, aunque las grandes compañías hace tiempo que cambiaron el chip. El escollo siguen siendo las pymes. En estas empresas los esfuerzos en innovación suelen ser menores - con la excepción del sector biotecnológico-y además el mundo universitario es un extraño para ellas. El informe recalca que el principal motivo por el que las empresas no acuden a la universidad en busca de proyectos de I+ D, consultoría o soporte técnico es, sencillamente, el desconocimiento. No saben que existen esos servicios. "En el fondo es un problema de marketing, de no saber vender sus servicios a las empresas", explica Jordi Arcarons, uno de los responsables del estudio de CYD. De hecho, las compañías se quejan de las "dificultades" a las que se enfrentan las pymes para colaborar con la educación superior.

Si los contactos mejoran, no lo hace la percepción que tienen los empresarios sobre el papel que desempeña la universidad para contribuir a la salida de la crisis. El 38% de los encuestados considera que la universidad no actúa como motor de desarrollo económico, un porcentaje algo superior al de hace cinco años. El 22%, en cambio, sí cree que ejerce este papel y el resto se muestra indiferente. En este sentido, dos tercios de los encuestados no se considera comprometido "con el actual modelo de universidad", que consideran rígido. Los políticos no paran de insistir en que la universidad es una de las claves para salir de la crisis. Los rectores, por su parte, reclaman más apoyo para hacerlo posible.

En las universidades discrepan de la visión que muestra la encuesta de CYD. El vicerrector de Investigación e Innovación de la UPC, Xavier Gil, que además es el representante de las universidades catalanas en esta área dentro de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), destaca que las universidades en España "han dado un salto inmenso, siempre mejorable" en sus relaciones con la empresa. Según un estudio realizado por él mismo para la CRUE, el 75% de la transferencia de conocimiento que se realiza en el país lo llevan a cabo las universidades. Además, dice, "los campus se afanan para que sus investigadores creen empresas de base que fomenten el desarrollo económico". El caso de la UPC es paradigmático - al ser una universidad politécnica cuenta con ventaja-.Se trata de la primera universidad española en número de patentes (74) y creación de empresas de base tecnológica (25). La UPC ha ingresado 74,3 millones de euros en convenios con empresas.

Compromiso con el territorio

Las universidades territoriales - Girona, Lleida, Tarragona-desempeñan un papel primordial en el desarrollo de su área de influencia. La rectora de la Universitat de Girona (UdG), Anna Maria Geli, reconoce que la transferencia de conocimiento y la relación con la empresa "debe mejorar". Sin embargo, reivindica el "esfuerzo" hecho por la educación superior por acercarse al mundo empresarial. Esta universidad está a punto de dar luz verde a una comisión universidad-empresa en la que estarán representados profesores de la UdG y empresarios de Girona. A partir de enero, se reunirán cada tres meses para conocer las necesidades y oportunidades comunes entre los dos sectores.

En cuanto a transferencia de conocimiento, la UdG concentra el 12% de toda la universidad catalana, mientras que representa el 6% de estudiantes. El principal fallo que ve Geli en la colaboración universidad-empresa es la comunicación. "A veces no sabemos explicar los servicios que tenemos".

El filtro de los cinco

Por Eduardo Febbro

Desde París

Las condiciones en que cinco de los grandes diarios del mundo publicaron los telegramas provenientes de la diplomacia norteamericana y facilitados por el portal Internet WikiLeaks parecen inaugurar una nueva práctica de difusión de la información. Según se desprende de los relatos ofrecidos por periodistas de The New York Times, El País, Le Monde, Der Spiegel y The Guardian, las cinco publicaciones se pusieron de acuerdo entre ellas antes de hacer público el contenido de la información, llegaron a una suerte de pacto con el portal WikiLeaks y, antes de publicar los documentos, advirtieron al Departamento de Estado. En suma, contrariamente a lo que ha ocurrido en otras ocasiones con este portal de informaciones confidenciales, esta vez el contenido difundido ha sido prefiltrado por los cinco diarios e incluso remitido a la administración estadounidense. En un chat con sus lectores, Javier Moreno, director de El País, dice: “No hemos llegado a ningún tipo de acuerdo con el gobierno de EE.UU., a quien, sin embargo, sí se le informó con carácter previo. También a la Embajada de Estados Unidos en España”.

Sylvie Kauffmann, directora de la redacción de Le Monde, adelantó que los cinco diarios intercambiaron “muchas informaciones, análisis y peritajes” y se pusieron “de acuerdo en torno de un programa de publicación”. La misma fuente explicó que el grupo de los cinco llegó a un acuerdo sobre la publicación de los memorandos y que “son esos memos, corregidos por nosotros, los que WikiLeaks puso en Internet”. Marcel Rosenbach, periodista en el Der Spiegel, aporta algunos detalles suplementarios sobre esta curiosa aventura de periodismo de refritos entregados por una fuente y difundidos por otros luego de un estricto control. Rosenbach contó que “todos los diarios concernidos analizaron el material independientemente unos de otros”. No obstante, Sylvie Kauffmann, del vespertino Le Monde, dio cuenta de reuniones entre los rotativos, la mayoría de las cuales tuvieron lugar en Londres para un trabajo que, y así lo precisa el periodista de Der Spiegel, se llevó a cabo “durante varios meses”.

La directora de la redacción de Le Monde aclaró que “unas 120 personas” trabajaron en esos documentos de manera protegida”. En un editorial firmado por Sylvie Kauffmann, la periodista escribe: “En común, los cinco diarios editaron cuidadosamente los textos brutos utilizados para retirar todos los nombres e indicios cuya divulgación podía acarrear riesgos para las personas físicas. Le Monde también ofreció a los responsables norteamericanos expresar sus puntos de vista en nuestras columnas”.

De estas justificaciones se desprende otra evidencia: los cinco periódicos actuaron como verdaderos agentes de comunicación del Departamento de Estado. Hicieron el trabajo de limpieza en lugar de los servicios de Hillary Clinton. En suma, en nombre de la libertad de expresión y todos los bellos argumentos, The New York Times, Der Spiegel, El País, Le Monde y The Guardian publicaron lo que sólo ellos juzgaron conveniente, borraron los nombres que ellos consideraron oportunos y, antes de hacer todo el asunto público, consultaron con los representantes del Departamento de Estado. La responsable de la redacción de Le Monde cuenta por ejemplo que “tuvimos entrevistas corteses y civilizadas” con las respectivas embajadas norteamericanas. Luego, en el editorial, escribe: “The New York Times informó a las autoridades norteamericanas sobre los telegramas que contaba utilizar y les propuso que le presentaran las preocupaciones que podrían tener en materia de seguridad”.

Al parecer, WikiLeaks sólo tiene confianza en los grandes medios de comunicación de un puñado de países. El resto del planeta, concernido por su material, quedó excluido. Resulta, no obstante, un poco hipócrita constatar que estos cinco representantes de la libertad de expresión y de la democracia trabajaron estrechamente con los poderes frente a los cuales, por naturaleza, tienen otra misión: acosarlos allí donde la mentira pone el peligro la vida humana, allí donde la mentira y la manipulación van en contra del bien común. El último en enterarse fue, al final, el lector, que paga por el diario. Le Monde relata por ejemplo que “los representantes del Departamento de Estado tomaron contacto en los últimos días con numerosos gobiernos extranjeros para prevenirlos de las revelaciones y alertarlos ante cualquier impacto negativo”. En respuesta a una pregunta que le hace un lector sobre si se tomó en cuenta la “razón de Estado” antes de publicar los documentos, Javier Moreno, el director de El País, responde así: “Sí. Pero ha primado el derecho de los ciudadanos a disponer de información veraz y relevante sobre asuntos públicos de interés general. Los periódicos tenemos muchas obligaciones. Entre ellas no se encuentra la de proteger a los gobiernos, y al poder en general, de situaciones embarazosas”. Sin embargo, todo el operativo de la banda informativa de los cinco y su asociado de las sombras, WikiLeaks, tiende a demostrar lo contrario.

"Brasil es mucho más rico que la Argentina, pero también mucho más desigual"


Entrevista a Marco Aurelio García


Si Lula es, por el peso de su influencia política y por los efectos del desarrollo económico y social de su país, una especie de presidente de toda América latina, Marco Aurelio García vendría a ser una suerte de canciller de la región. Aunque aquí y ahora, sentado con sus modales sencillos y amables, sus gafas redondas y una barba prolijamente recortada, no parece un funcionario ensoberbecido ni un típico político que ostenta poder. Y nadie podría quejarse si diera esa imagen: es nada menos que el principal asesor del mandatario brasileño en materia de política exterior.

En rigor, es mucho más: además de haber sido uno de los fundadores e ideólogos del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, en el que se desempeñó como secretario de Relaciones Internacionales por más de una década, también fue el coordinador de los programas de gobierno de la presidenta electa, Dilma Rousseff.

Parece difícil que Dilma se desprenda de este licenciado en Derecho y Filosofía que nació en Porto Alegre en 1941, también conocido en su país por las siglas de su nombre, MAG, y por ser un reconocido hombre de izquierda que se exilió en Chile y en Francia durante la dictadura militar brasileña. Al regresar a su país, a fines de los años 70, conoció a Lula durante las huelgas metalúrgicas de la región industrial de San Pablo y ya no se separó de él. En el medio, fue concejal de la ciudad de Porto Alegre en 1967 y secretario de Cultura de las ciudades de Campiñas (1989-90) y San Pablo (2001-2002). Además de haber redactado el acta fundacional del PT, presidió esta agrupación desde octubre de 2006 hasta enero de 2007.

A MAG se le atribuye la verdadera inspiración de una política exterior que pudo construir una buena relación con los Estados Unidos y, al mismo tiempo, mantener vínculos con Cuba, Venezuela e Irán, en un equilibrio en el que hubo muchos roces, pero que no le restaron autoridad a Lula para cimentar su fama de gran negociador.

Tras haber coordinado los programas de gobierno de Dilma, MAG imagina que la gestión de la presidenta brasileña tendrá "facilidades que Lula no tuvo, como una economía arreglada, proyectos que están caminando", pero, al mismo tiempo, habrá "retos que no existían".

Lector empedernido, amante del tango (tiene más de 100 CD) y del cine, Marco Aurelio elogia al peronismo por la "transformación social" que provocó en la Argentina, aunque señala que pueden discutirse "sus métodos, sus ideas". Y compara: "El caso brasileño es así. Lula pasará a la historia como el que por primera vez puso el dedo en la cuestión clave del país, la desigualdad".

-Usted habla de una "nueva integración productiva" para potenciar las ventajas de la Argentina y de Brasil. ¿Qué significa?

-Está muy vinculada a la comprensión de que la integración puramente comercial tiene sus límites. No tanto en el caso de la Argentina y Brasil donde pueden aparecer roces, como es normal, sino sobre todo en el caso de países de economías muy desiguales en donde las asimetrías, lejos de resolverse, se profundizan. La posibilidad de una integración productiva está muy vinculada a la necesidad que tenemos de organizar cadenas de valor en nuestros países, sobre todo en el caso de grandes sectores industriales. Puede ser en el rubro de los fármacos, por ejemplo, en el que la Argentina tendría el rol mucho más importante del que tiene Brasil, o en el sector automotriz, donde tenemos algunas cuestiones que resolver, como aumentar la nacionalización de sector de autopartes, o puede ser en el sector naval. Ahora, con la explotación de petróleo, sobre todo en Brasil se abre una gran posibilidad para que podamos tener una presencia no sólo argentina sino de todos los países de la región que tengan capacidad e interés en fabricar barcos, plataformas. En realidad, una explotación de petróleo de este porte es un gran proyecto industrial. Son algunos ejemplos de complementación, de cooperación.

-¿Cómo podrá afrontar Dilma Rousseff su gestión de gobierno si se considera que Brasil parece un país "luladependiente"?

-Es ella quien ganó la elección, con el apoyo de Lula. Justamente el intento de la oposición fue separarla de Lula. Pero muy pronto ella logrará afirmarse como una gran presidenta.

-¿Y cómo imagina su gobierno?

-Algunos rasgos se pueden establecer. En primer lugar, facilidades que Lula no tuvo. Porque encontrará una economía más arreglada, proyectos que están caminando, muchos de los cuales ella generó y coordinó. En segundo lugar, retos que Lula no tenía, como la situación internacional, aunque su incidencia sobre la economía brasileña será relativamente menor que sobre otras economías del mundo. La gente se pregunta: ¿cómo será la política exterior? Habrá continuidad, pero también presiones desde afuera que van a exigir respuestas que sólo cuando aparezcan vamos a tener la capacidad de determinar.

-Usted suele decir que habrá continuidad pero profundización del modelo de Lula. Algo justamente complicado a partir del éxito de la gestión de Lula. Quizá una de las cosas pendientes y difíciles de imaginar es cómo resolver el tema de la desigualdad.

-Esa es la preocupación central. Ella hizo su campaña así: "Yo quiero terminar con la pobreza absoluta en el país", dijo. Los instrumentos los tenemos. Hay que continuar aplicándolos. Como una política de transferencia de ingresos por parte del Estado, iniciativas como Bolsa Familia (N. de la R.: programa que sacó del hambre a millones de brasileños), la política de financiación de la agricultura familiar, que tuvo un éxito muy grande porque los alimentos que se consumen hoy en Brasil son provenientes de allí. Una política de aumento del salario mínimo por encima de la inflación, que fue, según los economistas, el gran factor de inclusión social. Creamos 15 millones de empleos formales y tenemos hoy un desempleo de 6,2%, que es casi una situación de pleno empleo en el país. Hay que profundizar esa línea. Esto exigirá una sofisticación más grande de la política industrial y exigirá algunos ajustes en comercio exterior y toda una serie de cosas.

-Algunos piensan que Dilma pertenece al sector más duro del PT y que esto puede reflejarse en su gestión de gobierno.

-Ese es un cliché. Dilma fue elegida por unanimidad en el PT. Era la mejor solución. No estoy entre los duros del PT y desde siempre me pareció la mejor alternativa.

-¿Por qué? ¿Qué condiciones tiene?

-En primer lugar, es una persona de gran integridad política, muy centrada en el proyecto del PT. En segundo lugar, porque tiene una gran capacidad ejecutiva, una extraordinaria fuerza de trabajo. Y en tercer lugar, porque hay aspectos distintos: una mujer presidenta es una cosa que representa una novedad en mi país. La política sufre un proceso de desvalorización muy fuerte en todo el mundo. Entonces esa idea de la renovación es un elemento muy importante.

-La duda es qué hará Lula, un hombre acostumbrado al poder...

-No está acostumbrado, estuvo sólo ocho años. Como él dice, para quien está en el poder, ocho años no es nada, pero para quien está en la oposición es una eternidad. (Risas.) El hará lo que le guste. Porque ejerció la presidencia de una forma sui géneris, en la calle, conversando con la gente. Eso explica, en gran medida, su éxito político. La gente vio a uno de los suyos en el poder.

-¿Le parece factible que vuelva al gobierno después de un mandato de Dilma?

-El no lo quiere porque cree que eso sería debilitar el gobierno de Dilma. El cree que ella debe hacer su gobierno, que hará un buen gobierno y que tendrá derecho a su reelección.

-¿A Lula lo ve ocupando cargos en la Unasur, en las Naciones Unidas?

-No, no quiere ningún puesto formal. Quiere ayudar en cuestiones latinoamericanas, sudamericanas en especial, y quiere moverse mucho en Africa. Quedó muy impactado por las visitas que hizo a veintitantos países africanos y quiere trasladar allí algunas de sus experiencias.

-Usted dijo que las relaciones de Brasil con los Estados Unidos podrían mejorar. ¿Podrían realmente mejorar cuando asuma Dilma?

-Siempre pueden mejorar. Nuestras relaciones con los Estados Unidos son correctas y pasaron por dificultades naturales en determinados momentos. Cito tres casos. Primero, cuando Lula comenzó el gobierno se produjo la crisis de Irak y nosotros nos opusimos fuertemente a la invasión de Estados Unidos. No fue sólo una postura retórica: Lula trató de articular con otros sectores, con países latinoamericanos, estuvo en Francia, en Alemania, en contacto con [Vladimir] Putin. Después tuvimos un segundo problema en Mar del Plata, cuando [Néstor] Kirchner y Lula se opusieron al ALCA, que era un proyecto caro a Estados Unidos. Y finalmente hubo un cierto problema cuando firmamos con Turquía el acuerdo de Teherán, que proponía la transferencia de uranio hacia otros países para enriquecerlo allí, con el compromiso de que los iraníes renunciaran a la aplicación de armamento nuclear y dejaran que se hicieran los controles necesarios. En este caso, sobre todo, lo que ocurrió fue un cierto celo de Estados Unidos, como quien dice: "Esto es una cosa de perros grandes, no se metan acá". Esa no es nuestra percepción. Creemos que los temas de Medio Oriente, Irán, Palestina, amenazan al conjunto de la seguridad colectiva y, por lo tanto, debemos tomar posición. Podría citar también el caso de Honduras, donde, en un primer momento, la posición de Estados Unidos fue buena, pero no hizo la presión que podía para que se diera una solución distinta. Nada impidió que las relaciones continuaran siendo normales. Los países latinoamericanos y Estados Unidos estamos condenados a vivir juntos. Vivimos en la misma región, tenemos una larguísima tradición de relaciones y eso hay que mantenerlo. Hay que relacionarse muy bien con los Estados Unidos.

-"Todos los países tienen problemas de derechos humanos", dijo usted al intentar explicar la postura brasileña, a veces polémica, respecto de Venezuela, Cuba o Irán. ¿Brasil tiene que dar demasiadas explicaciones?"

-Cuando dije eso, algunos interpretaron que era una manifestación cínica. No lo es...

-Es realista...

-Exacto. Y no quiere decir que tengamos una posición conformista en relación con la situación de los derechos humanos. En el caso de Irán, conseguimos la liberación de personas que estaban detenidas. En el caso de Cuba, igual. Y en otros casos, también. Todos los días aparecen denuncias por violaciones a los derechos humanos en Estados Unidos, Irak, China, Arabia Saudita, etc. Nosotros mismos tenemos problemas de derechos humanos. Uno va a las cárceles y se da cuenta de que es así, y hay grupos de exterminio que todavía no conseguimos controlar. Brasil no quiere ser una agencia de certificación internacional, que diga que tal país es bueno o que tal país es malo. Esa es una cosa hipócrita porque ningún país tiene una conducta homogénea respecto de los otros. No quiero entrar en muchos detalles porque tengo funciones de gobierno. No somos indiferentes a esas cuestiones, pero hacemos una diplomacia discreta, silenciosa, que a veces incluso es más efectiva que una diplomacia muy ruidosa.

-Otra definición suya: "Brasil tuvo un enorme cambio social. Sin querer trazar analogías se puede decir que es comparable, en algunas cosas, con el peronismo". ¿Es así? ¿El peronismo llegó a Brasil, podría decirse?

-(Risas.) No, no... [Fernando Henrique] Cardoso dijo que Lula era un "subperonista". El peronismo realizó una gran transformación social en su país, más allá de su naturaleza política, ideológica. Una gran transformación social que permitió que los "cabecitas negras" tuvieran una presencia en la sociedad argentina que no tenían antes. Además, sería la única explicación para la vigencia del peronismo. Hay otros fenómenos que podrían tener una cierta analogía, como Velasco Ibarra en Ecuador, el APRA en Perú, el battlismo en Uruguay, el cardenismo en México, el varguismo en Brasil, pero ninguno tuvo la perdurabilidad del peronismo. Insisto: se pueden discutir los métodos, las ideas, pero es indiscutible que esto ocurrió. El caso brasileño también es así. Lula pasará a la historia como el que por primera vez puso el dedo en la cuestión clave del país, que es la desigualdad. Llegamos a ser la octava economía del mundo, pero estábamos en el peor lugar desde el punto de vista de la distribución de ingresos. Entonces, ¿para qué sirve? Un país rico lleno de gente con hambre. Es más: en determinado momento nos conformamos con eso. Algunos dirigentes dijeron que había gente que no tenía posibilidades, que era "inempleable".

-A Dilma la han demonizando por su pasado como guerrillera. Pepe Mujica tiene un pasado parecido y los años de prisión lo cambiaron. ¿Qué le aporta a Dilma haber sido guerrillera y haber estado detenida?

-Ella es igual que Mujica, pero la saga de él es impresionante: doce años preso, conversando con las hormigas... En el fondo, [Nelson] Mandela es así. Los grandes líderes, gente con capacidad para conducir grandes proyectos políticos, tienen que tener esa concepción. Siempre que conversé con ella de esos temas, y lo hice muchas veces porque somos más o menos de la misma generación, la vi muy tranquila. En los que estuvieron presos hay cierta nostalgia de la prisión en un aspecto: es un lugar en el que se puede leer. (Risas.)

-¿Y tienen más tolerancia, quizá?

-Seguro. Entiendo que alguien en determinado momento pueda estar insoportablemente resentido, pero no creo que con ese resentimiento alguien pueda dedicarse a una tarea tan grande como es gobernar un país.

OTRO MALENTENDIDO PERONISTA

(Columna de Mario Moldovan en Ruido de Medios 27 de noviembre de 2010)

Por obra y gracia de las miserias políticas, las obras sociales sindicales están en el ojo de la tormenta. Varios jueces federales hasta se pelean para allanar sindicatos, obras sociales y droguerías. Ayer hubo casi 50 allanamientos.

Está en juego el tema de los medicamentos truchos pero en el camino saltaron los enjuagues de dinero, las malas o inexistentes prestaciones y las defraudaciones varias. Para no hablar del enriquecimiento ilícito.

Lo que hoy se investiga se conoce desde siempre en los mentideros políticos. Secreto a voces, dice el lugar común. Ese secreto está cubierto por un viejo malentendido según el cual las obras sociales son la quintaesencia de la doctrina peronista y de la lucha de la clase trabajadora.


Sin embargo, las obras sociales tal como hoy existen no son un invento peronista sino el fruto de un acuerdo entre una dictadura militar y los sindicalistas que quisieron reemplazar a Perón cuando el viejo general ni soñaba con volver y ser presidente por tercera vez.

Este año se cumple un aniversario redondo de la ley 18610 que promulgó el general Juan Carlos Onganía, en 1970, para los muchachos de la patria sindical. Cuentan que uno de ellos al recibir el preciado negocio dijo: “me parece que con esto nos hacemos ricos pero se acabó la resistencia peronista”.

Hagamos un poco de historia. Antes de 1946 prácticamente no existía la Salud Pública; la medicina era una función privada y si eras pobre te arreglabas con la curandera.

Por eso algunos pocos y poderosos gremios empezaron con la noble acción mutualista para cubrir los requerimientos de sus afiliados.

La Unión Ferroviaria, la misma (pero distinta) que ahora sostiene matones y asesinos para garantizar los negocios privados de sus dirigentes, fue pionera en la materia. En 1919 abrió su propia Caja de Jubilaciones y unos años después el Hogar Ferroviario. En 1940 llegaron a tener su propio Hospital, clausurado en el fatídico año 1999. Pero era una excepción.

El cambio llegó con Perón. El tipo vio la luz en el horizonte y fue hacia allá. Por decreto, en el 45, organizó las Asociaciones Profesionales de Trabajadores que, con apoyo estatal, permitieron profundizar el proceso iniciado por la Unión Ferroviaria y otras entidades gremiales.

Pero la revolución vino después, cuando en el 46 se desarrolla el concepto de Sistema de Salud Asistencialista. En este sistema había lugar y mucho para las obras sociales, pero el principio era que el Estado Nacional financiara a todo el sistema de salud con rentas generales.

Vaya a saber por qué, pero este Perón no repartía subsidios para obras sociales sindicales, prefería hacer hospitales públicos. Este Perón no inauguraba sanatorios truchos de sindicalistas-gerentes, prefería tener a Ramón Carrillo frente al Ministerio de Salud.

Y hay más de Perón, porque en 1974 –a cuatro añitos del negocio entre Onganía, Francisco Manrique y Vandor- hizo aprobar la ley 20.748 conocida como Sistema Nacional Integrado de Salud, resistida por todo el sindicalismo peronista.

Esa ley no llegó a implementarse y finalmente en 1980 fue anulada por el Proceso Militar.

Todos los intentos posteriores para crear un sistema nacional de salud y desregular el poder sindical, a manos por ejemplo del radicalismo, se estrellaron en la impotencia. Y el sistema engordó de la mano de los Gordos y también con la ayudita del menemismo, que con el cuento de desregular le abrió la puerta del gallinero al zorro de la medicina pre-paga privada.

Lo que está saltando hoy en los juzgados tiene que ver con delitos concretos pero también es la punta de un iceberg, la de un sistema de negocios y control político creado hace cincuenta años. Y ahí están todos, hasta los que pelearon contra Menem y se quedaron con la CGT, los que después de denunciar la Banelco se miraron al espejo y se preguntaron ¿Por qué yo no, si somos todos peronistas?

Mientras los juzgados amenazan con un mani pulite de las obras sociales, el Senado introdujo algunas modificaciones al sistema privado de pre pagas. El tema vuelve ahora a Diputados.

Se trata de un negocio multimillanorio donde un grupo de empresarios son socios, cómplices o cafishios de sindicalistas. Los privados se quedaron con la crema sin olvidarse de la masa de la torta. Porque las obras sociales les ceden afiliados a cambio de jugosas comisiones. También hay que mirar y mucho para ese lado. Y a ver si sale otro tiro para el lado de la justicia

Entre la construcción mediática y la construcción territorial

Rubén Weinsteiner para Bloomberg

Dos modelos primarios de construcción y acumulación electoral, se ponen en juego y contraponen en el escenario político actual.
Por un lado la construcción mediática y por el otro la construcción territorial. Estos dos modelos tienen como objetivo principal primario, la acumulación electoral inmediata, y como objetivo secundario la construcción de sujetos políticos que defiendan y difundan la propuesta y que puedan elaborar, articular y ejecutar nuevas respuestas a nuevos problemas, dentro de un proceso de aprendizaje de conductas políticas.
El objetivo principal apunta a una construcción blanda y efímera, el objetivo secundario a la conformación de flujos de pertenencia y pertinencia duros para convertir a los objetos targets en sujetos políticos.
La telepolítica como forma de construcción y acumulación mediática, si bien aparece en los sesenta explota en los noventa, donde la política no necesitaba de la construcción de sujetos políticos que sostuvieran el modelo, este era sostenido por alianzas lábiles entre sectores definidos por variables blandas.
En los 90 en política ser era aparecer, el debate político se daba en lo de Grondona, nadie llenaba una plaza, y para los ciudadanos ser era parecerse a los que aparecían en la TV.
Esa forma de hacer política despojada del debate profundo, priva a la política de los sujetos políticos, del marco intelectual, de contenidos, de la observación crítica y del aprendizaje, por eso Chacho y Meijide sentados en Hora Clave, terminaban estableciendo como conclusión que el problema del menemismo era la corrupción no la convertibilidad, un esquema de anclaje en una moneda de un país como EE.UU. que tiene una productividad 10 veces superior a la propia, y que mandó a la pobreza a 20 millones de personas. La Alianza una construcción absolutamente mediática, decidió que había que hacer menemismo pero sin corrupción, eligió como slogan “conmigo un peso un dólar” y puso al padre de la convertibilidad como ministro de economía.
Y el periodismo dentro de esa construcción puramente mediática de la política, también despojó a la política del debate, de todo proceso intelectual y por ende de rigor. Así Lanata analizaba la problemática de la coyuntura con las declaraciones juradas de los políticos en la mano como único insumo discursivo.

Esta forma de construir poder sin sujetos políticos, sin militantes, sin debate, sin enamorar, voló por el aire junto con el helicóptero de De la Rúa, pero no solo en la Argentina ocurrió esto, sino en todo el mundo, al principio de los 2000 con la explosión de la sociedad civil. Cuando la gente recupera el espacio público es difícil manejarlos con un control remoto.
Entre estas dos variantes de construcción y acumulación electoral se ubica la construcción y acumulación en la Web 2.0, con mas espacio para las ideas, para el debate, y para la construcción de sujetos políticos.

Esa construcción y acumulación en la Web 2.0 revela una eficacia creciente en tres ejes de acción política fundamentales:

a) La política como acción instrumental, que pone en la mira un objetivo y establece propuestas racionales de fines y medios, donde la Web 2.0 da espacio para el debate sin interrupciones, ya que hay tiempo, y se puede proponer y discutir, saliendo de la trampa presencial-emocional de querer ganar una discusión, aun con la agresión y la puja, existe un delay y la posibilidad de una retirada honorable, que el debate en el mundo real o en los medios no da. En la Web 2.0 las declaraciones juradas de Lanata, o los gritos ¡Corrupción! De Meijide, Carrió o Juan Pablo Baylac, no se emiten ante receptores mudos, sino ante millones de receptores-emisores que piensan y dicen.

b) La política como expresión simbólica, de la vida en común, como mecanismo de reconocimiento de pertenencia a un grupo, a una entidad, barrio, ciudad, país. En la Web 2.0 se potencia la ritualización de los símbolos, los flujos de intercambio formadores de lazos, las complicidades, la identificación con el otro y con referencias externas aglutinadoras, que determinan en la identidad digital de cada uno la filiación y pertenencia en mayor o menor nivel de ligazón a diferentes grupos.Ya no esta la pantalla hablándole a millones de mudos y a cada uno por separado. En la Web 2.0 dialogan millones y todos pueden participar del diálogo multidireccional.

c) La política como formalizadora de las vínculos sociales, donde se recuperan relaciones, se preservan, relanzan, se redefinen y se cruzan capitales relacionales y “amistades” facebokeras o twitteras, En esta formalización y expansión de los vínculos, se redefinen la interacción y el debate permitiendo la diferenciación, favoreciéndola, y preservando al sujeto en su rol rebelde que se ubica en un lugar de disenso.
En el mundo real la fuerza omnipresente de los liderazgos presenciales verticaliza el debate lo dogmatiza, acabando por eliminar el debate de ideas, acotando los márgenes de la crítica y estableciendo mecanismos de suspicacia y de ocultamiento de las verdaderas opiniones, desembocando en cierto cinismo, bloqueador de cambios. En la Web 2.0 esos liderazgos pierden fuerza y poder ante la masividad de opiniones, la atomización de la oferta en términos de relato, la igualación de los emisores, y la horizontalización de las plataformas desde donde se emite.

La construcción territorial en la Web 2.0 requiere a diferencia de la construcción puramente mediática de los 90, ideas, discurso, relato y compromiso. Pero fundamentalmente requiere de la voluntad de construir sujetos políticos independientes tácticamente, a los cuales poder inspirar, guiar y direccionar estratégicamente.

La Ideología “de que las cosas funcionen” en el branding político

La UCD fue un partido, dicho esto en pasado porque la expresión residual que hoy lidera Pereyra de Olazábal, solo encarna a mi juicio un vestigio arqueológico, creado "a medida" de Álvaro Alsogaray, quien capitalizó y bien, la experiencia fallida de los setentas con la campaña más cara de la historia argentina, la de la Nueva Fuerza, que postulaba la fórmula Chamizo-Ondarts, para la presidencia de la nación y que orientó publicitariamente Juan Cosín.

La UCD hizo una campaña digna en el 83, creció hacia el 85 con las figuras de María Julia y Adelina, se contrajo en las elecciones del 87, y finalmente sacó 2 millones de votos en el 89, constituyéndose en el soporte ideológico de Carlos Menem, quien además de convocar al Ing. Alsogaray como consejero y cara visible, integró a la cúpula entera de la UCD a su gobierno, Así María Julia privatizó, Adelina presidió Bancos, y Albamonte y Kamerath fueron pasando de una secretaría a la otra.
El fenómeno de la fusión UCD-Peronismo menemista, resulta un interesante objeto de análisis en términos de branding político, mientras el menemismo hizo suya la prédica liberal, la doctrina en materia de relaciones exteriores, y algunas concepciones liberales en materia política, los inmigrantes liberales al espacio pejotista, no solo cantaron la marchita sino que adquirieron un visión mas integral, un tanto mas corporativista, de alianza de clases, no a favor de un proyecto nacional en términos peronistas, pero si a favor de “un país integrado al mundo” “un país donde las cosas funcionen” o simplemente “un país que ya es parte del primer mundo” .

Esta fusión se constituyó en el certificado de defunción de la UCD, más allá de algún sello de goma que ande dando vueltas en algún cajón desvencijado, y determinó también un cisma en el peronismo.
¿Cuando murió la UCD? Cuando relego su ideología a favor del pragmatismo, y no solo desapareció su espacio, sino que ningún partido, ni aquellos que se los podría considerar, herederos en términos de marketing político de la UCD, promueven en forma abierta las ideas del viejo partido de Alsogaray.
En ese punto quisiera detenerme y plantear que la UCD, antes de rematar su equipaje ideológico, tuvo una agenda ideológica clara, no planteaba el fin de las ideologías, era liberal, en un contexto de guerra fría es cierto, pero le permitía a su militancia construir cuadros, acercar intelectuales, discutir ideas con ideología, e instalar una agenda estratégica en el debate político.

El relato de Alsogaray era dogmático pero interesante, se podía estar en contra o a favor del mismo, que hablaba de libertad política y económica, de la pasión, impulso y creatividad de los privados, de la ineficiencia del estado, de la preservación del individuo frente al avance de ese estado, de la complementariedad en materia de comercio internacional, de apertura y de derrame. Insisto uno puedo oponerse a las ideas, pero estaban planteadas, estaban ahí y enamoraron a mucha gente.

Los herederos naturales de la UCD, el PRO y De Narváez, han construido un discurso a mi juicio, fatalmente cortoplacista en términos de branding político, que puede convencer pero nunca apasionar, emocionar o enamorar. Construir un voto blando y lábil que le puede dar victorias parciales, pero al no poder sostener el debate e impide obtener victorias intelectuales, generadoras de un voto mas duro.

La Diputada Nacional por el PRO, Soledad Martínez dijo en una entrevista concedida al diario La Nación: "Creo que la política no pasa ya por las batallas ideológicas y pasa más por el hacer", y añade: "No creo que haya soluciones de izquierda y de derecha, hay soluciones de sentido común”
Hace pocas semanas en Facebook, leía en la página de una asesora muy cercana a De Narváez algo así como: "No tengo ideología política, me basta con que las cosas funcionen” semejante definición abierta, no permite dilucidar si se refería a las instituciones, a la justicia social, o a los cajeros automáticos de los bancos.

Pero en todo caso, la matriz discursiva a partir de “hacer las cosas bien, que funcionen”, sin ideología, no ha tenido éxito más allá de construcciones de corto plazo, en los diferentes escenarios donde se ha planteado como “discurso de poder” en términos de Foucault. Ya que como discurso de poder solo se enfoca en resolver y aliviar algunos recortes del presente, pero no enamora, no emociona, no moviliza, no asegura cambios drásticos, fundamentalmente priva al relato del "reason why", del "para qué", y por lo tanto no puede constituir nunca un “discurso de poder”.
Cuando uno construye marca en el mercado político, debe ser abierto en las propuestas, es de manual, cuanto menos precisión y sintonía fina, mejor, por eso siempre se plantean los “que” y jamás los “como ”. Esto es hacer campaña con el preámbulo de la constitución como lo hizo Alfonsín, “constituir la unión nacional, promover a la defensa común, asegurar el bienestar general” etc. Alfonsín jamás explicaba como lo haría.
Nadie puede estar en contra de estas propuestas, por eso son inclusivas y suman. Pero lo que no se puede hacer a mi juicio, es esa apertura trasladarla a la organicidad constitutiva ideológica del espacio, no se puede decir no tengo ideología, solo quiero que los semáforos funcionen, porque de esa manera, será imposible debatir ideas más allá de la coyuntura, y en ese contexto todo plan estratégico resulta inabordable y cuando solo el escalafón táctico opera, indefectiblemente los semáforos en algún momento dejan de funcionar.

Que las cosas funcionen es un medio no un fin. La ideología es el rumbo de un barco, el destino final, si no hay ideología, el barco puede andar derechito y sin sobresaltos, pero ¿adonde va?.
Sin ideología no hay estrategia y sin estrategia es imposible asumir la iniciativa, y cuando un espacio no puede asumir la iniciativa ni desde las políticas ni desde el relato, si es gobierno pasa a la política del bombero, es decir correr a apagar incendios, a echar funcionarios, a desmentir, a explicar, a aclarar lo que oscurece. Y en la oposición se limita a comentar la realidad, a denunciar algún hecho de corrupción o oponerse per se, y luego a desaparecer como la UCD.

- A mediados de 2008 todo estaba resuelto: Cristina Fernández de Kirchner terminaría maltrecha su mandato presidencial. O, quién sabe, renunciaría antes. El vicepresidente no positivo, Julio Cobos, emergía como la gran esperanza blanca para relevarla.

- En junio de 2009 todo seguía resuelto, con ampliación del elenco de vedettes opositoras. El senador Carlos Reutemann se sumaba a la lista de presidenciables, en base a su triunfo electoral y a la potencialidad que tenía para conducir al peronismo alternativo. La sangría de intendentes, gobernadores y dirigentes justicialistas que se auguraba como irrefrenable, engordaría su espacio. Cobos seguía firme. Las encuestas confirmaban: el Frente para la Victoria (ajustada primera minoría en las urnas y en el Congreso) estaba en mengua, jamás podía ganar en segunda vuelta.

- El Congreso sería el ariete opositor, agregaba la narrativa dominante. “La oposición” era un macizo conjunto que expresaba al 65 por ciento de los argentinos. El Grupo A tuvo dos bautismos simultáneos: el que le dio nombre y el de fuego entrando de prepo a las comisiones del Congreso. Se vaticinaba una seguidilla de leyes republicanas, redondas, implacables con el oficialismo. Las sesiones inaugurales excitaban a las corporaciones empresarias, a dirigentes y hasta a periodistas. Lidia Elsa “Pinky” Satragno, quien condujo vacilante la primera en Diputados, fue exaltada por periodistas independientes como una gran legisladora. Desde entonces, nada se supo de ella. Del Grupo A y sus componentes sí se supo. Tanto, que su implosión en la última semana sorprendió por su estridencia y magnitud pero no por su sesgo, que se edificó en años.

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El Grupo A, ¿es o existe? El Grupo A, pregona la líder cívica Elisa Carrió, existe. La diputada explica que ella lo dirigió hasta hace unos meses, que luego se apartó de ese rol. Y que volvió el miércoles pasado para frenar primero un Pacto de Olivos y luego “la Banelco de Cristina”. Esa acusación apunta al oficialismo pero también (mejor dicho, especialmente) al radicalismo. Dos puntas tiene el camino de la corrupción, Carrió coloca en una de ellas a sus ex correligionarios, ex aliados en el Acuerdo Cívico y Social, ex socios A.

- El Grupo A existe pero Proyecto Sur es una tercera posición, alternativa al mismo y al FpV, alega el diputado Fernando “Pino” Solanas, que acompañó mucho más a una opción que a la otra y no pudo generar una confluencia (menos una agenda) parlamentaria de centroizquierda, más allá de sus filas.

- El Grupo A es una expresión inventada por los periodistas oficialistas, pinta un relevante dirigente radical. Es cierto que hay una conjunción de fuerzas opositoras, pero sólo nosotros –agrega– somos un partido orgánico; los otros son grupos inconexos. Nos ha costado mucho tener una estrategia común. El peronismo federal es el “movimiento del odio y del rencor”, todos están peleados con todos. No trabajamos bien este año, comenta, porque hemos plasmado proyectos incoherentes, dado que cada uno agregaba su aporte, formando un horrible collage. En aras de la unidad armamos mamarrachos, como la propuesta de Consejo de la Magistratura, que es invotable. Diputados la aprobó, los radicales (con pudor) la cajonean en el Senado.

- El Acuerdo Cívico y Social, que aunó como opción electoral a radicales, socialistas, la Coalición Cívica (CC) y el juecismo, desaparecieron del mapa.

- Unión-Pro, la promisoria entente entre Mauricio Macri, Francisco de Narváez y Felipe Solá, que ganó en Capital y provincia de Buenos Aires, no puede organizar una cena para tres. Una vez los juntó Héctor Magnetto, CEO de Clarín, en su domicilio particular.

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Una sesión de miércoles: Al tratarse el Presupuesto, una sesión tensa por demás, todos parecieron conjurarse por la negativa, para mostrar sus escisiones.

Lo cierto es que “la oposición” fue una hábil sumatoria electoral, de muchas fracciones, que capitalizó la oportunidad de un comicio legislativo, distrital. Pero no tiene un proyecto común, ni una clara identidad programática. Y sus integrantes compiten de cara al 2011, la hipótesis de un triunfo seguro aceleró esa puja en especial desde el año pasado.

Las corporaciones que la conducen (cuya vanguardia son las mediáticas, desde la Ley de servicios de comunicación audiovisual) le reclaman algo imposible, que es deponer sus intereses sectoriales. Mucho le dio la dirigencia opositora, jamás tamaña renuncia.

De eso se trata, en buena medida. La ausencia de liderazgos claros, en los dos colectivos más potentes (UCR y Peronismo federal), agrava el intríngulis.

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El otro lado: Para colmo, el oficialismo repuntó, trastrocando el escenario. Las cifras de la economía son llamativamente buenas, máxime si se las compara con los anuncios apocalípticos de los A y sus suburbios. Hubo crecimiento, las reservas aumentaron, el default quedó en fantasía, las commodities suben.

La trágica y súbita desaparición de Néstor Kirchner no debilitó, en el corto plazo transcurrido, al oficialismo. Al contrario. Las encuestas que manejan en Olivos muestran cifras muy satisfactorias de la aprobación a la gestión gubernamental, de la imagen de Cristina Kirchner, de su intención de voto. Un sondeo muy amplio, menos divulgado, ya que fue preparado por el consultor Julio Aurelio a pedido de los federales, da a la Presidenta como ganadora en primera vuelta con el 45 por ciento de los votos. Es su mejor estadio desde 2008, lejos.

Lo interesante es que esos indicadores propicios a la Casa Rosada mejoraron a partir del 27 de octubre, pero la tendencia venía desde bastante antes.

Datos impresionistas como el festejo del Bicentenario y la movilización en homenaje a Kirchner remachan los números.

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Siempre fuimos compañeros: Lole 2009 era para el establishment económico y para la jerarquía católica mejor prospecto que Cleto 2008, básicamente por un motivo: ambas corporaciones atribuyen al peronismo mayores dotes para conservar la gobernabilidad. Dos presidentes radicales terminaron ante tempus sus mandatos, Fernando de la Rúa con enorme antelación y en condiciones tremendas.

Reutemann dilapidó su chance, suele quedarse sin nafta cuando está cerca de la bandera a cuadros.

Reutemann, además, verticalizaba a la dirigencia federal, era largamente el primus inter pares. Con su dilución, el PF fue un haz de caciques, acaso más numeroso que las tribus. Los presidenciables jamás levantaron en las encuestas, tanto es así que Eduardo Duhalde, piantavotos consabido, emparejó la media y se creyó con la pinta de Carlos Gardel.

Cuando las retenciones móviles, los disidentes fueron centrales para herir al oficialismo. Pero, con el devenir de 2010, los números y la sensación térmica les dan mal. El peronismo, yendo dividido en lemas, alcanzó cifras siderales en las urnas desde 2003. Con agregados surtidos, que sin duda tuvo, el heteróclito conjunto llegó a sumar, números redondos y aproximativos, el 60 por ciento del padrón. Ese capital estimula triunfalismos, que menguan cuando el FpV se afinca en el 35 por ciento, yendo a más. El sistema electoral alienta la polarización en primera vuelta, los federales pierden volumen como opción ganadora.

Las cúpulas empresarias, a las que son tan sensibles los nuevos popes “nacionales y populares”, le han señalado falencias no remendadas. Despotricar contra Hugo Moyano es bienvenido, pero tener de laderos al Tío Tom Gerónimo Momo Venegas y al polivalente Luis Barrionuevo no es una imagen encantadora. No deja la impresión de complacer a sectores medios ni de asegurar paz social. Los gestos recientes del empresariado en Seúl, acercamiento a la Presidenta lógico de cara a un año de bonanza, son también un mensaje deprimente para los compañeros federales.

La muerte de Néstor Kirchner, que impide la (de por sí improbable) hipótesis de una larga seguidilla “presidente pingüino, presidenta pingüino”, es un disuasivo y un aliciente para gobernadores ambiciosos. Si se conserva la respectiva provincia, cabe jugar a más en 2015. En ese plan, constelar en torno del FpV es lo más seguro. Así parecen haberlo asumido el gobernador Daniel Scioli y el cordobés José Manuel de la Sota. El mandatario chubutense, Mario Das Neves (que jamás movió el amperímetro), parece estar siguiendo su derrotero.

Adolfo Rodríguez Saá, que no se siente menos que ninguno de sus pares, también hace cuentas. El diputado Felipe Solá emitió señales contradictorias en estos días pero, sin Reutemann, se torna más esquiva su táctica de evitar salir en las fotos al lado de un impresentable. El joven gobernador salteño Juan Manuel Urtubey que soñó ser el candidato de recambio, seguramente privilegiará defender el redil de una eventual acometida de Juan Carlos Romero.

Los federales son, en rigor, confederales. Y uno de los peligros básicos de las confederaciones es la secesión.

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Segundos, pero unidos: El radicalismo tuvo varios sinsabores esta semana, en parte autoinfligidos, pero conserva su segundo lugar. Contra lo que reza su adagio, en estos años se dobló bastante ante las corporaciones pero, sagazmente, no se rompió. Tiene dos candidatos que, eventualmente, adelantan sin garbo la interna pero no hay dispersión.

El bloque de diputados crujió después de que Alfonsín delegara en Gil Lavedra la presidencia para 2011. El cordobés Oscar Aguad amagó resistir la movida, votaron y perdió por un pelito. Hubo otro ademán de desconocimiento sobre el que difieren los relatos. Alfonsinistas empinados atribuyen la maniobra al propio “milico” Aguad. Otros dirigentes, ligeramente más piadosos, dicen que la mentora fue “la segunda línea”, un modo elusivo de nombrar a Silvana Giudici, secretaria parlamentaria a la vera de Aguad.

La escaramuza resonó el mismo miércoles, lo que, reconoce toda la dirigencia radical que no revista en Diputados, fue una pésima opción. En definitiva, el agua no llegó al río. Aguad asumió en el Consejo de la Magistratura, ya que sus adversarios le habían alertado que revocarían esa designación si persistía en su contumacia. Giudici deberá conformarse con proseguir en la presidencia de la Comisión de Libertad de expresión donde representa promiscuamente a Clarín y a la UCR.

Como fuera, la UCR queda segunda en las encuestas, un sitial expectable. Tiene enormes posibilidades de recuperar la gobernación de Mendoza y está competitiva en Córdoba, contra Luis Juez. En Jujuy, lucubran, una paradoja podría mejorar sus perspectivas. Si la dirigente social Milagro Sala armara un partido propio, Gerardo Morales, archienemigo de la popular Sala, sacaría partido y podría arrebatar la provincia al peronismo. Ese porvenir dichoso, virtual, choca con un presente complicado para el titular del bloque de senadores. Sus correligionarios alfonsinistas van a por él, hastiados de su personalismo, de sus acciones inconsultas y acusándolo de ser conducido por Carrió.

Es un reproche de fuste, hoy día. Carrió es el karma de los boinas blancas, que incluso le opera por líneas internas: alabanzas para Aguad, ninguneo a “Ricardito”, diatribas contra Sanz. Los radicales confían en su superioridad electoral. Dos tácticas chocan entre ex correligionarios. Carrió apuesta a galvanizar votantes siendo la dirigente más antikirchnerista. Los radicales, siendo la alternativa con más perspectivas de llegar al ballottage. El diseño de la Constitución del ’94 parece darles razón a los que militan en la UCR, aunque el veredicto de las urnas sólo se sabe en el recuento final. En el ínterin, los operadores radicales trajinan para restarle diputados a Carrió, que afronta discrepancias silenciadas, pero fuertes, en su bloque. Algunos legisladores están fatigados de su unicato, de su favoritismo por el recién llegado Alfonso Prat Gay. Una diputada está muy dolida por desaires personales de Carrió. Esta historia continuará.

Amantes de las internas, el juego que mejor saben y más les gusta, los radicales esperan el momento de elegir entre Cobos y Alfonsín. Carrió los mortificará más que al kirchnerismo, no hay peor astilla que la del mismo palo. Pero a falta de pole position, el segundo puesto consuela.

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Mauricio, en su laberinto: Mauricio Macri se sentiría un personaje borgeano, si conociera la excelsa obra del escritor. Está en un laberinto o, mejor dicho, en una encrucijada que puede llevarlo a la gloria o a Devoto (es un decir). En 2009 parecía tener la vaca atada: la Ciudad Autónoma bajo control lo autorizaba a probar suerte en la compulsa nacional. Los resultados de las parlamentarias encendieron una luz amarilla: la ahora diputada Gabriela Michetti ganó pero con una sangría de votos. Su trajinar (¿trajinar?) en la Cámara de diputados desdibujó su imagen. Encabezar el Peronismo federal es el deseo perenne de Macri, que se aja pari passu con la pérdida de consistencia del potencial aliado. Podría apostar a más y perder todo. Su consultor fetiche, Jaime Durán Barba, ya dictaminó: quedarse en rodeo propio.

La sesión del Presupuesto reveló fisuras enormes en su bloque, no saldadas aún. Varios diputados se retiraron, entre ellos Laura Alonso (ex cuadro de Poder Ciudadano), quien explicó que su conciencia le mandaba votar el proyecto oficial y no deseaba ser indisciplinada. El jefe de bloque, Federico Pinedo, lucía estupefacto. De ordinario, a diferencia de sus compañeros de partido, habla castellano de corrido y con precisión. Esta vez, no encontraba las palabras. “Hay ausencias –expresó y calló por significativos segundos– raras.” La “rareza” finca en divergencias internas muy potentes, que se exorbitan a falta de conducción, en proporción directa a los papelones del Gobierno de la Ciudad.

Los federales lo esperan, desolados, con los brazos abiertos. Los medios lo presionarán. Otro protagonista deberá elegir entre pensar en su interés político propio y seguir consejos de quienes expresan otros. Más sólidos, más perdurables acaso. Pero diferentes.

Francisco de Narváez se desinfla en la provincia de Buenos Aires, aunque todavía cosecha una intención de voto pasable. Su hipótesis presidencialista no encuentra cobijo en ningún partido y tiene una pequeña dificultad legal: la Constitución. Su mejor escenario es ayudar desde la provincia a una coalición nacional. Hoy día depende de otros. Cobos lo mantiene en su radar, los correligionarios porfían en que jamás le permitirán esa jugada, así gane la interna. Está historia, si se concretan ciertas variables, continuará con redoblado vigor.

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El arte de recobrarse: El kirchnerismo se recobró tras situaciones difíciles, causadas en buena medida por errores propios. En sus peores trances, supo cambiar, incorporando medidas fundamentales que no integraban “el modelo”. Jugadas arriesgadas y novedosas, como la ley de medios y el matrimonio igualitario generaron adhesiones que se hicieron cuerpo en la Plaza de Mayo días atrás.

La fecha de las elecciones de 2009, obtenida merced a una discutible picardía, terminó perjudicando al oficialismo. Plena crisis internacional, las heridas abiertas del conflicto con “el campo”, inflación, incertidumbre... Los resultados en el Conurbano significaron un alerta. Un intendente kirchnerista sinceró entonces que “acá el modelo no llegó”. Cristina Kirchner revisó sus resquemores contra la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la puso en vigencia, con impacto enorme en los sectores sociales más desguarnecidos. Ya es hora de retocarla, de quitarle condicionalidades que excluyen a chicos que deben ser titulares de ese derecho pero que no son reconocidos como beneficiarios. El ejemplo es ilustrativo para la coyuntura. El kirchnerismo debe sostenerse y mejorar, no cambiar. Dispone de recursos ajenos a sus contrincantes. La gestión de gobierno, el principal. Una candidata legitimada e indiscutida en el espacio, el segundo. Mística y organización militante, el tercero. Con ese bagaje, sus objetivos son nítidos: mantener el rumbo, mejorar la gestión, corregir errores. Acaso remozar la composición del gabinete. Hoy domina el escenario a un año de las elecciones, lo que ya es una hazaña.

En la vereda de enfrente, disperso, el Frente del Rechazo se centrifuga por la ausencia un proyecto sugestivo, por la carencia de liderazgo en lo colectivo, tanto como en sus facciones más numerosas. La hoguera de vanidades, el nerviosismo y el efecto contradictorio de la presión mediática redondean el cuadro opositor, cuyas internas crepitan y se redoblarán a medida que se acerquen las elecciones.

La breve reseña realizada en esta nota revela que en un año mucho puede cambiar o desbaratarse. Sin ir más lejos, en 2010, y contra todos los vaticinios, el oficialismo se ranqueó en una posición envidiable.

Diez estrategias de manipulación mediática

Noam Chomsky

1. La estrategia de la distracción

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.



2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.



3. La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.



4. La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.



5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.



6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…



7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.



8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…



9. Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!



10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.





El conductor y los hijos pródigos

Por Mario Wainfeld

El cartero de la historia lo llamó dos veces, pero el senador Carlos Reutemann estaba detenido en boxes. No se animó a ser candidato a presidente en 2003, se le chispoteó el liderazgo del Peronismo Federal en 2009. Ahora recobró vigencia con una renuncia parcial a un espacio virtual: abandona la mesa de conducción de los federales, aunque no a su bloque. Jamás es fácil descifrar a las esfinges, sobre todo si son lacónicas. Pero es evidente que el principal efecto de su movida es destartalar aún más al PJ antikirchnerista. La fuga es contagiosa entre compañeros, cuando el fueguito calienta en otro lado.

Aliados de Reutemann e integrantes del Frente para la Victoria (FpV) que dialogaron con él aseguran que su mira es recuperar Santa Fe, sin exponerse personalmente a una campaña ni a gobernar. Tiene mandato como senador hasta 2015, diz que permanecerá en su curul. Su afán es construir una coalición con el FpV llevando como candidato a Jorge Obeid. El gobernador socialista Hermes Binner no puede reelegir; los comicios santafesinos suelen ser reñidos; el espacio panjusticialista puede volver a ganar. La compulsa está separada de la nacional, Lole exige conducir la entente y no ir con la bandera del FpV. En la Casa Rosada ven con buenos ojos la jugada porque levantaría mucho el bajo piso logrado en 2009.

Un acuerdo similar podría plasmarse en La Pampa, con el senador Carlos Verna como postulante. “Verna jugó bien”, comentan sus pares en el Senado aludiendo a su astuto manejo de dos bancas, que deslizó entre el oficialismo y el Grupo A, obteniendo un peso importante y beneficios para su provincia. Verna también se arrima al oficialismo nacional, quizá con menos recelos y exigencias que Lole.

En Santa Fe y La Pampa se reconstruyen alianzas para ganar. En Córdoba, el objetivo es superar el patético desempeño del año pasado. Confluir con Juan Schiaretti y José Manuel de la Sota puede dar para un tercer puesto digno, mientras Luis Juez y los radicales dirimirán la gobernación. Pero se podrían doblar los votos de 2009, en una provincia poblada. No es poco.

Con un rostro muy pejotista, el FpV se esmera en sumar. Hay tranqueras abiertas para compañeros pródigos. La propia Presidenta avala, explican a metros de su despacho.

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Cristina Fernández de Kirchner no se olvidó de la política doméstica en Seúl. Fatigó su celular, dando directivas a los presidentes de los dos bloques del Congreso, designando a los dos nuevos integrantes del Consejo de la Magistratura. También, cuentan en torno de Daniel Scioli, llamó al gobernador bonaerense. La consigna principal, chimentan, fue armar un acto masivo de fin de año, el 20 de diciembre quizá en el ahora techado estadio único de La Plata.

Scioli dio muestras de aceptar su próximo destino bonaerense y dejar de lado fantasías presidencialistas. Sería consistente con su trayectoria previa: se alejó del menemismo y del duhaldismo sin pelearse con nadie, a la hora de la decadencia. Con el mismo patrón de conducta, no topar de frente ni buscar aventuras, es clavado que permanezca en La Plata. Las encuestas le dan bien, aseguran sus fieles y los lectores de sondeos cercanos a la Presidenta.

El miércoles a la noche, comentan dirigentes empinados que lo quieren bien, pero que no comen vidrio, hizo otro test de popularidad. Fue a River, a ver el recital del enorme Paul McCartney. Refieren que sólo recibió gestos de respeto y de afecto. Iba a los palcos VIP, que costaban 1600 dólares, pero transitó antes por la calle. “Es de amianto”, comentan. Francamente.

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El oficialismo, en 2009, tuvo magro favor de las clases medias y de una amplia extensión territorial de provincias bien pobladas: Capital, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza. Su cosecha fue muy floja, repetirla el año próximo sería letal. Los realineamientos que se vienen comentando buscan corregir el relativo fracaso previo.

En Entre Ríos la hipótesis de trabajo es reunificar al gobernador Sergio Urribarri y a Jorge Busti, quien fuera mandatario en tres ocasiones no sucesivas. Astilla del mismo palo, se detestan. En el gobierno nacional valoran mejor a Urribarri. Pero las encuestas dan, en el mejor de los casos, paridad y, en otros, ventajas para el Chino Busti. Cultor del peronismo itinerante, Busti abandonó al FpV en el conflicto con “el campo”. Ahora, dicen baqueanos entrerrianos, el compañero amaga volver. Anda un poco perdido, Alfredo De Angeli contó que le había ofertado ser compañero de fórmula o colocarlo en las listas con el cargo que quisiera. Pero el crecimiento de la imagen y la intención de voto de la Presidenta lo han vuelto querendón.

Busti formó un partido propio y sólo conserva como aliado de fuste al intendente de Paraná, José Carlos Halle. Tras la muerte de Néstor Kirchner declaró al diario digital Junio, que dirige el periodista Claudio Gastaldi, que “si hubiera a nivel nacional una convocatoria amplia (del FpV) no tendría problema en sentarme a la mesa”. Urribarri replicó que todos pueden regresar, si piden disculpas. Operadores de la Rosada piensan en reconciliarlos o algo así, la historia continuará.

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Tucumán, San Juan y Chaco tienen gobernadores con enormes chances de ganar que querrán “armar” en la provincia y acompañar a la Presidenta, calculan los operadores VIP de Olivos.

Hay provincias que, todo indica, se perderán; la más ostensible es Mendoza. Celso Jaque tiene paupérrima intención de voto, aunque seguramente es más de lo que merece. Es el distrito de mayor alternancia entre peronistas y radicales que se relevan casi siempre; da la impresión de que será el turno de los boinas blancas.

Rejuntar, dejar espacio a los “gobernas” para que amurallen y organicen la tropa provincial, la lapicera (agregados o tachaduras finales) a Cristina, su ruta. Tal el itinerario más lógico para mantener alianzas y “sumar”. La consigna “que florezcan cien flores” será, cuanto menos, frizada durante meses. Habrá desobediencias, dirigentes que traten de interferir en el juego. Nada es lineal ni sosegado en las internas, pero la perspectiva de éxito sofrena y modera.

“Casi todos vendrán para acá”, dicen líderes parlamentarios y operadores territoriales kirchneristas. “Acá” es el FpV. “Casi todos” son los compañeros federales, desde gobernadores patagónicos hasta diputados de gran autoestima, hasta dirigentes y cuadros técnicos duhaldistas. Hay contados vetos presidenciales, muy contados.

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El senador Adolfo Rodríguez Saá seguramente no uncirá su figura detrás de Eduardo Duhalde, a quien aborrece, entre otras razones menos precisas, por un estratégico corte de luz en Chapadmalal. El sanluiseño posiblemente reincida en su candidatura propia, que ya es costumbre. La provincia, cuyos indicadores sociales son muy estimables, la tiene asegurada.

El Peronismo Federal, desvencijado, ve alejarse a Lole y sólo le queda esperar que otra esperanza blanca le trasfunda energía. Podría ser, claro, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Vendría en yunta Francisco de Narváez en Buenos Aires, aunque el Colorado está bajando a buena velocidad en las encuestas. Para los pejotistas sería una tabla de salvación; para Macri, una apuesta enorme. Los riesgos son proporcionales. Gabriela Michetti se ha desdibujado notablemente como prospecto electoral; su desempeño como diputada bascula entre el gris y lo inexistente. Macri podría ganar todo o quedarse en un opaco tercer puesto, rodeado de un tren fantasma peronista y ser abandonado por el casquivano electorado porteño. Su consultor fetiche, Jaime Durán Barba, le aconsejó no cambiar de querencia, ir a por la reelección como gobernador.

Rara la situación de la Capital con dos presidenciables, Macri y el diputado Fernando Solanas, que cavilan entre disputar el gobierno local o lanzarse a lo nacional, donde sus perspectivas son más escasas.

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“¿Qué le pasa al Peronismo Federal, profesor?: Mándeme un paper, ya”, intima el decano de Sociales de Estocolmo a su ex protegido, el politólogo sueco que hace su tesis de posgrado sobre la Argentina. Nuestro cientista social es muy vagoneta, pero sabe que debe cumplir para mantener activa la caja de la universidad. Así que consulta a su terapeuta, el psicólogo setentista de Villa Freud. El sueco se analiza por directiva de la pelirroja progre, quien exige que ponga en orden su cabeza y elabore por qué no quiere casarse con ella.

El terapeuta le explica el síndrome pejotista. “La historia, a veces, tiene parentesco con la psicología individual. En la historia se ha observado, por ejemplo, que un enemigo externo o interno puede unir a toda una sociedad en su contra y relegar sus conflictos. En el orden subjetivo, el caos interno se puede organizar a partir de un otro que dé sentido a todo, planteando salidas más sanas o más patológicas.”

“Kirchner –añade el politólogo– fue tan gravitante que ordenaba a sus adversarios, quienes (en su paranoia) lo explicaban como la cifra de todos los males o dificultades de la sociedad.” Y, conocedor de la Doctrina, añade: “Además, profesor, está la mística peronista. Esa que exige siempre correr presuroso en ayuda del vencedor. O de quien, coyunturalmente, parece serlo”.

Pulsa enter y reserva mesa en un buen restaurante, para una cena memorable con la pelirroja. No piensa platicar sobre Reutemann, precisamente.

¿Obama seguirá la lección de Bill Clinton?

Por Eduardo Kragelund


A 24 meses de haber llegado a la Casa Blanca tras arrasar a los republicanos con el 65% de los votos, el electorado le quitó a Barack Obama el control de la Cámara de Representantes y lo dejó al borde de perder la mayoría en el Senado, infligiéndole una paliza difícil de comprender para los que vivimos fuera de los Estados Unidos.
Las reformas que permitieron que millones de estadounidenses estén amparados por un seguro de salud o que redujo el margen de Wall Street para estafar a los inversionistas no se tradujeron en sufragios. Tampoco importó que Obama haya frenado la caída en picada de la economía, la más profunda desde la gran recesión del ’29, que había generado el republicano George W. Bush. Los resultados de los comicios de mitad de mandato muestran a las claras que los logros no llegaron a compensar la creciente frustración y el descontento alimentado por motivos tan básicos como que uno de cada diez estadounidenses esté sin empleo –o sea, más de 20 millones de personas que integran la población económicamente activa– o que más de 2 millones de familias estén al borde de perder sus viviendas por no poder pagar las hipotecas.
Para la fantasía del estadounidense medio, los dos años transcurridos desde el triunfo demócrata deberían haber sido suficientes no sólo para frenar la debacle económica, sino para reanudar el crecimiento. En un análisis simplista que prende con llamativa facilidad, se pregunta por qué, en medio de la crisis, el Estado invierte miles de millones de dólares en salvar empresas, bancos e hipotecas o en promover programas sociales, como el de la salud, y aumenta los impuestos en lugar de reducirlos.
Para los sectores más progresistas, las críticas contra Obama son inversas. El gran error del presidente fue no haber defendido a capa y espada su programa de corte keynesiano, semejante al New Deal con el que su correligionario Franklin D. Roossevelt sacó a los Estados Unidos del crack de hace ocho décadas. Cuestionan que en lugar de hacer del gasto público un motor para que la economía se recupere, mediante inversiones en infraestructura y programas que permitan a la población soportar la crisis, recortó su plan a la medida de las negociaciones con los grupos financieros y políticos responsables de la crisis.
Sea cual sea el ángulo de análisis, el resultado es el mismo. Como pronosticó el premio Nobel de Economía Paul Krugman poco antes de los comicios, “la tragedia es que si los votantes castigan a los demócratas en realidad estarán votando para empeorar todavía más las cosas. Los resurgentes republicanos no han aprendido nada de la crisis, salvo que hacer todo lo que puedan para desautorizar a Obama es una estrategia política ganadora. Las reducciones impositivas y la desregulación siguen siendo el alfa y la omega de su visión económica”.
Con los resultados electorales a la vista, Obama quedó en una situación muy semejante a la que enfrentó Bill Clinton al perder también los comicios de la mitad de su primer mandato. Y todo hace pensar que adoptará la misma política del ex presidente. Es decir, se atrincherará en las reformas logradas, tratará de conceder lo menos posible en el recorte del déficit público y dejará que los republicanos aparezcan como los responsables de la parálisis que traerá aparejada el choque entre el Ejecutivo y el Parlamento. Llegado el caso, tendrá como recurso la débil mayoría que logró mantener en el Senado y, en última instancia, el veto.
Los republicanos, quienes ya no podrán mostrarse como las víctimas de un Parlamento con mayoría demócrata, deberán enfrentar a la vez a la novedosa estrella de estas elecciones: el Tea Party. El movimiento ultraderechista, que obtuvo resonantes victorias enarbolando los sentimientos más conservadores e individualistas de los estadounidenses, se convirtió en una suerte de Caballo de Troya dentro del Partido Republicano. Los líderes conservadores tradicionales temen que sus nuevos socios, verdaderos fanáticos del racismo, luchadores incansables contra todo lo que huela a homosexual y defensores a ultranza del libre mercado, polaricen el espectro político a tal extremo que terminen espantando a los sectores medios y más moderados que le arrebataron a Obama.
En suma, el presidente enfrenta un panorama incierto con miras a 2012. Para lograr su reelección tiene a favor, como lo tuvo Clinton, el desgaste que seguramente sufrirán los republicanos al intentar de satisfacer a una población harta de la crisis y que demanda hechos. También es probable que pueda contar con la lucha intestina que se desatará en el bando contrario cuando los fanáticos del Tea Party, respaldado por millones de votos, reclamen puestos y políticas. Pero aun así, los republicanos tratarán de mantenerlo contra las cuerdas. La pregunta es si, con los conservadores y la economía en contra, Obama tendrá la misma cintura política que Clinton para mantenerse en la Casa Blanca.<

Comunicación, percepción y realidad en la Web 2.0

Por Rubén Weinsteiner
Para Bloomberg


Comunicar en la Web 2.0 impone asumir la disruptividad del medio, el salto de interactividad y la forma particular en la cual interactúan las personas en el mundo 2.0.
Los segmentos-objetivo ya no reaccionan ante las estrategias que funcionaron en el formato de comunicación asimétrico. Hay demasiados emisores, demasiadas propuestas, demasiados ruidos comunicacionales en el mercado.
¿Por qué se necesita un nuevo enfoque en comunicación?
La gente en la Web no lee, escanea, va pasando desde el extremo superior izquierdo de la pantalla, describiendo una letra F, es decir hace un barrido horizontal de izquierda a derecha, luego baja, hace más abajo otro barrido horizontal más corto y luego baja. Lo que está a la derecha no lo ve, por eso lo más importante siempre debe ir a la izquierda arriba.
La gente prioriza texto por sobre fotos, y enfoca la atención hacia las dos primeras palabras del título, si esas palabras no lo atraen se va. La persona que entra a un sitio en la Web está dando crédito, si le interesa se queda 10 segundos más, si lo que vio en esos 10 segundos le interesa y mucho, otorga 20 segundos más de crédito y así sigue con refinanciaciones sucesivas, porque en realidad el se quiere ir, hay tanto para ver, que recién entró pero se quiere ir.
Para otorgar los créditos la persona realiza una evaluación costo-beneficio. El costo es el tiempo que estima que va a usar para leer la nota, y el beneficio la satisfacción que va a obtener. Esta evaluación la hace con la información que obtiene escaneando con la vista la página, con lo que ve tiene que decidir si se queda o se va. En realidad solo quieren saber si vale la pena leer una historia.
No se puede titular como en la gráfica, hay que titular muy corto, lo más importante debe estar al principio, no más de 5 palabras en el título y cada palabra debe luchar por su supervivencia. Si no es estrictamente necesario que esté, se va.
Lo que sigue al título, ya sea copete o la nota, no puede repetir como en la gráfica, debe continuar y ser corto, si hay mucho para decir conviene desguazar la nota en 4 o 5 y poner esas notas como notas relacionadas.
Fundamental usar palabras cortas, conocidas y precisas, hay que escribir fin en lugar de propósito, porque es más corto; trabajo en lugar de rol, porque es más conocido, y jilguero en lugar de ave, porque es más preciso.
Todas estas consideraciones técnicas imponen cambios radicales en la forma de comunicar, y es que en una sociedad sobrecomunicada, hay que sobresimplificar el mensaje.
Las personas, cada día de nuestras vidas escuchamos radio, hacemos zapping entre 100 canales de TV, leemos diarios, revistas, chateamos, vemos películas en DVD o en Blue Ray, navegamos en la Web, blogs, diarios, wikipedia, podcasts, interactuamos en Facebook, Twitter, recibimos e-mails, mensajes de texto, hablamos por celular, leemos libros, nos imprimimos textos para leer después, leemos informes en el trabajo, de la escuela de los chicos, del administrador del consorcio, resúmenes del banco, promociones de la tarjeta, cada producto que compramos en el súper tiene por lo menos una carilla de información para leer, recibimos mensajes publicitarios en el celular, en la vía pública, en el tren, en la fila de caja de la farmacia, y el volumen de la información que se nos comunica aumenta constantemente y en forma geométrica si pensamos en el escenario de hace 20 años, comparado con el de ahora.
La única defensa que la persona tiene en la sociedad sobrecomunicada es la sobresimplificación.
El día tiene 24 horas, y solo agregándole más horas al día se podrá atiborrar a la gente de mas información
Como vemos la mente de las personas está expuesta a toneladas de información. Sin embargo, seguimos enviando más información a esa esponja sobresaturada y nos decepcionamos cuando no logramos que nuestros mensajes se abran camino.
En comunicación, menos es más. Para penetrar en la mente, hay que angostar el foco del mensaje, simplificarlo...y luego simplificarlo más. El principal escollo para impactar en la mente de las personas es el volumen y la complejidad del formato del mensaje.
Para comunicar en la Web hay que hacer ingeniería reversa, pensar al revés, hay que buscar la solución del problema no dentro del emisor, hay que buscarla dentro de la mente del receptor, ya que sólo una parte mínima del mensaje logrará abrirse camino,
Cada día, miles de mensajes compiten por lograr un lugar en la mente de las personas, la mente es el campo de batalla.
Hay enfocarse en y concentrarse en el extremo receptor, en la manera de percibir que tiene la otra persona, no en la realidad, porque en comunicación la percepción es la realidad.