Con más del 76% de los votos afirmativos, Putin consigue una reforma que le abre el camino para gobernar hasta 2036



 El presidente Vladimir Putin logró una victoria rotunda en su intento de mantenerse en el poder hasta mediados de la próxima década, ya que los rusos votaron abrumadoramente a favor de respaldar el statu quo político del país a través de un referéndum que le permitiría aspirar a dos períodos más de gobierno luego de 2024, según los resultados preliminares de la consulta.

Los rusos acudieron a las urnas el miércoles para votar en un referéndum nacional sobre enmiendas constitucionales. La votación allana el camino para que Putin, quien ha gobernado durante dos décadas, siga siendo presidente hasta 2036.

La estrategia de la campaña hizo poca mención al verdadero propósito del referéndum, enmarcándolo como un retorno a los valores de familia tradicionales, con mensajes diseñados para apelar a los votantes conservadores.

“Nuestro país, nuestra Constitución, nuestra decisión” fue el eslogan del boletín informativo que explicaba la reforma constitucional a los votantes. El folleto detalla una serie de enmiendas, incluida una disposición que define el matrimonio estrictamente como una “unión de un hombre y una mujer”. 

Pero el folleto pasa por alto un punto clave: los cambios en la Constitución reajustan los posibles límites temporales del mandato de Putin, permitiéndole aspirar a dos períodos más de seis años de gobierno cuando su presidencia termine en 2024.

No es de extrañar, entonces, que el gobierno haya hecho un gran esfuerzo para alentar la votación con un objetivo muy claro: asegurar que el público diera un respaldo rotundo al cambio constitucional.
 

Los resultados preliminares lo dejaron claro. La Comisión Electoral Central de Rusia emitió el miércoles por la noche un recuento después de procesar el 50% de las papeletas en el que afirma que el 76,24% de los ciudadanos que votaron apoyó las enmiendas.

Más temprano, en una práctica alejada de lo que sucede en las elecciones presidenciales, la Comisión publicó resultados iniciales de la consulta en Twitter cerca de las 3.00 p.m. de Moscú, cinco horas antes del cierre de las urnas en la capital. La declaración no dio detalles sobre dónde se había contado esos votos. En ese momento las urnas ya habían cerrado en el extremo oriente del país.

El gobierno ruso habilitó la votación anticipada la semana pasada en lo que se describió oficialmente como una medida para alentar el distanciamiento social en medio del coronavirus, pero los críticos han dicho que el gobierno ha alargado la votación y declaró el miércoles feriado nacional para alentar la participación de los votantes.

En un comunicado el miércoles, la directora de la Comisión Electoral Central, Ella Pamfilova, defendió el proceso a través de la siguiente declaración: “Durante todo el período de votación no se encontraron violaciones graves que hubieran requerido procedimientos de la Comisión Electoral Central”.

Los primeros resultados recuerdan a las elecciones presidenciales de 2018, en las que Putin ganó la reelección de manera aplastante con tres cuartos de los votos emitidos. En ese entonces, como ahora, Putin tenía la ventaja de estar en el cargo, además de medios estatales serviles que permitieron poco debate abierto sobre la política interna, así como un gran sector estatal que alienta a los funcionarios a votar para mantener el status quo.

La popularidad de Putin es genuina, a pesar de que se vio afectada durante el confinamiento por coronavirus. El día antes de la votación, el presidente ruso apareció en un mensaje grabado en video frente a un nuevo y conmovedor monumento en honor a los soldados soviéticos asesinados en la Segunda Guerra Mundial.
 

“Ellos lucharon para que pudiéramos vivir en paz, trabajar, amar, crear valor y sentirnos orgullosos de Rusia, un país con una civilización única y una gran cultura que une los destinos, esperanzas y aspiraciones de muchas generaciones de nuestros antepasados”, dijo.

“Vamos a votar por el país en el que queremos vivir, con educación y atención médica de vanguardia, un sistema confiable de protección social y un gobierno efectivo responsable ante la población. Vamos a votar por un país en cuyo beneficio hemos estado trabajando y que nos gustaría pasar a nuestros hijos y nietos”, agregó.

Esos pueden ser sentimientos agradables, sin duda. Pero eso no significa que el referéndum complazca a todos los rusos, muchos de los cuales están cansados del gobierno de Putin.

Alexey Navalny, figura de la oposición rusa y destacado crítico del Kremlin, desestimó los resultados oficiales de la votación sobre las enmiendas constitucionales como “falsos” y “una gran mentira”.

“En este momento, un gran número de personas está frustrado por el resultado. Voté ‘no’, todo el mundo alrededor votó ‘no’, y el resultado es un sólido ‘sí'”, escribió Navalny en un blog. “Esto no tiene nada que ver con la opinión de los ciudadanos rusos”, agregó.

“Putin perdió esta ‘votación’ antes de que comenzara. Después de todo, se negó a celebrar un referéndum real de acuerdo con todas las reglas y con observadores presentes. Porque entendió: si hay reglas, perderá. Solo puede ganar donde dibuja los números”, agregó Navalny. ¿Por qué protestan los rusos en medio de la pandemia? 2:16

Organizaciones independientes han manifestado dudas sobre los números y el referéndum recibió críticas de grupos de monitoreo por la falta de regulación.

Un grupo de activistas se acostó en la Plaza Roja formando los números 2036, informó el canal de noticias independiente ruso TV Rain. El video publicado por la corresponsal de TV Rain Maria Borzunova mostró a los manifestantes acostados en los adoquines frente a la tumba de Lenin.

TV Rain informó que los activistas incluían a la diputada municipal de Moscú Lucy Shteyn. El sitio web OVD-Info, que monitorea las detenciones, citó a abogados que dijeron que los involucrados en la protesta fueron detenidos y posteriormente liberados sin cargos.

Según el grupo, 14 personas fueron detenidas en Moscú, cuatro en San Petersburgo, dos en Nizhny Novgorod y una en cada una de las siguientes ciudades: Novosibirsk, Blagoveshchensk, Khanty-Mansiysk y Penza.

Otros rusos publicaron fotos en las redes sociales desde los colegios electorales con las boletas con el NYET (no) marcado. Unos cientos de personas se reunieron para una pequeña manifestación en la Plaza Pushkin en el centro de Moscú, un punto de reunión preferido para las protestas de la oposición. Un manifestante tenía un cartel que decía “¿Putin Forever?” (¿Putin para siempre?) Rusia niega supuesto plan para matar soldados estadounidenses 2:06

En una publicación en Instagram, Lola Nordic, una DJ y activista feminista de San Petersburgo, fue contundente. “Hoy voy a votar en contra de las enmiendas constitucionales de Putin que él creó para poder reinar aquí por otros 16 años”, escribió. “Estoy muuuy cansada de esta m*****”.

Pero el mensaje de la votación del miércoles es claro: Putin no se va a ninguna parte. En un video publicado en Telegram, Ramzan Kadyrov, el líder de la República Chechena, dijo abiertamente que Putin debería ser “presidente de por vida”.

Por ahora, es probable que la presidencia de Putin termine en 2036, cuando cumpla 84 años.

Cambios estructurales. La reforma no es simplemente cosmética. Supone cambios estructurales que impulsan el papel del Parlamento y dan al presidente más poder sobre el trabajo de los tribunales y los fiscales. También impulsan el papel del Consejo de Estado, un cuerpo asesor que Putin ya dirige, consagrándolo en la Constitución como una herramienta del poder ejecutivo de Rusia. Esto, de hecho, podría darle otra salida para mantener el control incluso si descarta repetir en el Kremlin. La modificación también da prevalencia a la ley rusa sobre cualquier otra, lo que podría dificultar los recursos ante organismos como el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

La patria, la familia y la fe en Dios. La Constitución enmendada dibuja un país más conservador y nacionalista. Consagra la “fe en Dios” de los rusos, blinda en Rusia el matrimonio igualitario, al introducir en la Constitución que el matrimonio es la “unión entre un hombre y una mujer”. Remarca que los niños deben ser la máxima prioridad del Gobierno y que los jóvenes del país reciben una educación “patriótica”. El idioma ruso también estará permanentemente anclado en la Constitución como el “idioma del pueblo constitutivo del Estado”, lo que en un país diverso y multiétnico como Rusia puede conllevar tensiones con otras comunidades.

Hacia un ‘reinado’ eterno. Según la ley actual, Putin, de 67 años, tendría que renunciar en 2024, después de completar su segundo mandato de seis años. Sin embargo, una enmienda de la Constitución borra su contador presidencial y lo pone a cero, con lo que le permitiría volver a presentarse otras dos veces. Podría permanecer en el poder hasta 2036.

Edulcorante constitucional. Las enmiendas incluyen ganchos jugosos e importantes para un país que ha recibido el impacto de la crisis, como la mención a que las pensiones deben subir conforme a la inflación y que el salario mínimo debe establecerse por encima de la línea de pobreza. Además se ha establecido un paquete social que puede animar al voto, porque la reforma se vota completa. Si se vota sí a la indexación de las pensiones se votará que sí, por ejemplo, a la enmienda que dicta que la ley rusa prevalece ante la internacional.

Consulta no vinculante pero decisiva. La votación no es un referéndum, Putin se ha cuidado muy mucho de enunciar esa palabra. Es una consulta popular no vinculante y en la que por tanto no hace falta un mínimo de participación. Además, el Parlamento ruso y el Tribunal Constitucional ya respaldaron los cambios constitucionales propuestos. Sin embargo, el líder ruso ha insistido en que las enmiendas solo se aprobarán si la ciudadanía las apoya. De hecho, la votación que finaliza este miércoles es más sobre la participación que sobre el resultado, que ya se espera abrumadoramente positivo. El Kremlin necesita una alta participación para dar legitimidad a la reforma, que se ha convertido fundamentalmente en un plebiscito sobre Putin.

Premios e incentivos para votar. La votación estaba originalmente prevista para el 22 de abril, pero fue aplazada debido al coronavirus. Ahora, que los rusos voten es tan importante para el Kremlin que la comisión electoral diseñó una votación extendida. Los colegios abrieron oficialmente el pasado jueves, pero el gran día es este miércoles, que ha sido designado festivo para alentar una mayor participación. Los ciudadanos pueden votar por Internet e incluso a domicilio con un servicio especial para gente que no puede salir de casa. Mientras tanto, los gobernadores locales se están empleando a fondo para atraer a la ciudadanía a las urnas. Y lo hacen regalando a quienes voten vales con jugosos descuentos para usar en supermercados y restaurantes, y hasta papeletas para participar en el sorteo de coches o apartamentos; el premio gordo. La oposición ha denunciado, además, que muchos funcionarios –como profesores o trabajadores de empresas estatales— están recibiendo presiones para votar.

Oposición maniatada. Con los actos multitudinarios prohibidos debido a la pandemia de coronavirus, la oposición ha tenido pocas cartas que jugar. Las campañas sobre la reforma constitucional se han hecho sobre todo online. Ni en este tema, la fragmentada y dividida oposición rusa se pone de acuerdo. El bloguero anticorrupción Alexéi Navalni, una de las voces más conocidas en Occidente, ha llamado a no votar. Igual que Yábloko o Parnas, que ven esta consulta y la propia reforma como un fraude total contrario a la ley. Varios políticos de otras fuerzas independientes y el movimiento Rusia Unida han pedido votar en contra. También el Partido Comunista, en la oposición pero que suele apoyar al partido del Gobierno, ha pedido votar en contra, pero solo a sus afiliados, insisten.

Votar en medio de una pandemia. Con unos 6.000 casos de nuevos infectados de coronavirus diarios, el Kremlin se ha resistido a volver a posponer la consulta. A principios de junio, casi 200 miembros de los comités electorales de distintas regiones firmaron una carta que pedía a la comisión electoral que no organizase la votación, aludiendo un gran riesgo para la salud pública. Su petición quedó en un cajón. Las regiones se han ido abriendo poco a poco de las medidas de confinamiento para el colofón de este miércoles. Con la popularidad de Vladímir Putin en mínimos desde que llegó al poder hace dos décadas y el miedo a una segunda ola de infecciones, las autoridades hacen como si la batalla a la covid-19 se hubiese ganado. La semana pasada, pese a las críticas constantes de los médicos por la falta de material y el caos en algunas regiones, Putin afirmó que el sistema de salud se ha manejado bien, gracias al trabajo del Gobierno para mejorar y equipar mejor a los hospitales. El líder ruso aseguró que los rusos han “forzado a la epidemia a retroceder”, aunque dijo que el peligro no ha desaparecido y pidió tomar precauciones.