Alberto Fernández lanza el Plan Estratégico Automotor 2030 para reactivar la industria argentina

Rodeado de sindicalistas y empresarios, el acto que encabezará el Presidente será en la sede de SMATA.

“Es la hora de la industria argentina”, promete, con entusiasmo, un funcionario de primera línea del gobierno nacional. El primer paso concreto en esa dirección se dará mañana por la mañana, cuando el presidente Alberto Fernández encabece el acto de presentación del Plan Estratégico Automotor 2030, rodeado de sindicalistas y empresarios en la sede de SMATA, el gremio que nuclea a los trabajadores metalmecánicos. El proyecto propone declarar a la industria automotriz como un sector estratégico para la economía argentina y crear un Instituto de la Movilidad que diseñe programas que tiendan a la modernización y la sustentibilidad de esa actividad, que resulta clave para la economía argentina.

El objetivo es salir de la trampa que condena desde hace décadas al sector: por un lado, constituye una de las principales fuentes de empleo altamente calificado; por el otro, genera déficit en la balanza comercial porque utiliza insumos importados y no exporta lo suficiente para equilibrar esa sangría. Por eso, se apunta a conseguir inversiones agresivas en materia de investigación, desarrollo e innovación que pongan en algunos años a la Argentina a competir en segmentos donde hoy no hay un circuito local desarrollado, como software o fuentes alternativas de energía. “Hoy la electrónica, la conectividad y el software son tan o más relevantes que el hardware y la mecánica”, aseguran los autores del Plan.

Los nuevos métodos de movilidad, la problemática del tránsito en las grandes ciudades y la preocupación por la sustentabilidad medioambiental también son variables contempladas en el proyecto, que apunta a que lo que hoy conocemos como “industria automotriz” se transforme, en pocos años, en una “industria de la movilidad”. Ese será el desafío a nivel global para el futuro inmediato y Argentina comienza esa carrera desde una posición rezagada. “No se trata solamente de hacer crecer al sector, es una cuestión de supervivencia”, coinciden fuentes gremiales y empresas del rubro. Para paliar ese déficit, es necesaria una intervención decidida y vigorosa del Estado.