Donald Trump: “Vamos a cerrar nuestras fronteras”

Trump, que quiere deportar entre dos y tres millones de inmigrantes sin papeles y construir un muro en los 3200 km de frontera con México, también enumeró en su discurso "dos reglas simples: compre estadounidense y contrate estadounidenses".



El multimillonario Donald Trump prestó juramento este viernes como 45º presidente de Estados Unidos y anunció que blindará las fronteras del país a los inmigrantes y lo protegerá de "los estragos" provocados por el libre comercio. La ex estrella televisiva de gran jopo dorado y sin ninguna experiencia política, que sucedió en las riendas de la primera potencia mundial al demócrata Barack Obama, prometió poner siempre a "Estados Unidos en primer lugar" en su discurso inaugural, cuyo inicio coincidió con una llovizna.

Trump, que quiere deportar entre dos y tres millones de inmigrantes sin papeles y construir un muro en los 3200 km de frontera con México, también enumeró en su discurso "dos reglas simples: compre estadounidense y contrate estadounidenses". Fue aplaudido a rabiar varias veces por miles de simpatizantes llegados de todo el país.

Antes y después de la investidura, centenares de manifestantes anti-Trump chocaron con la policía en el centro de Washington. Lanzaron proyectiles, rompieron vitrinas y fueron dispersados con gases lacrimógenos.

"Estamos transfiriendo el poder de Washington DC y devolviéndoselos a ustedes, la gente", dijo Trump, de 70 años, quien fijó como prioridad "erradicar el terrorismo islámico radical". Lamentó que Estados Unidos "enriquezca a industrias extranjeras" y "subsidie ejércitos extranjeros".

"Hemos defendido las fronteras de otros países mientras nos hemos negado a defender las nuestras (...) Debemos proteger nuestras fronteras de los estragos de otros países que fabrican nuestros productos, roban a nuestras empresas y destruyen nuestros empleos", sostuvo.

La victoria de Trump, que dejó atónito al mundo entero, está anclada sobre todo en los votos de una clase trabajadora blanca que desconfía de los políticos tradicionales y que siente que la globalización le ha perjudicado, trasladando empleos a México o a China.

En un documento puesto en la página web de la Casa Blanca, el presidente Trump anunció que se retirará de la Alianza Transpacífica (TPP por sus siglas en inglés, integrado por 12 países, entre ellos Chile, México y Perú, que representan el 40 por ciento de la economía mundial) y que fue firmado en febrero, pero aún no ha sido ratificado.

También amenazó con abandonar el acuerdo de libre comercio con México y Canadá (TLCAN). "Si nuestros socios se rehúsan a una renegociación que ofrezca a los estadounidenses un trato justo, entonces el Presidente comunicará la decisión de Estados Unidos de retirarse del TLCAN", sostiene el documento.

México observa al magnate inmobiliario neoyorquino con inquietud. Sus políticas ya le han costado millones en inversiones empresariales no concretadas y podrían arrastrar al país a una recesión en 2017.

El gabinete de Trump, el más blanco y el más rico de su historia, incluye a un solo negro y por primera vez en casi 30 años, a ningún hispano, lo cual le ha valido fuertes críticas de la primera minoría del país, con más de 55 millones de personas (17 por ciento de la población).

La ausencia de hispanos en el gabinete no es sorprendente para un presidente que promete deportar a entre dos y tres millones de inmigrantes sin papeles, construir un muro frente a México y cobrárselo a los mexicanos, quizás a través de impuestos a las remesas de inmigrantes.

Trump también podría dar marcha atrás en el acercamiento con La Habana impulsado por Obama y todo indica que será más agresivo con Venezuela.

Miles de manifestantes protestaron pacíficamente, pero también hubo choques violentos con la policía, constató la agencia AFP. Tras la investidura, entre 400 y 500 manifestantes lanzaron proyectiles contra la policía antidisturbios, que respondió con gases lacrimógenas.

Poco antes, varias decenas de manifestantes, muchos vestidos de negro y encapuchados, lanzaron piedras, quebraron vidrios de varios comercios, de un banco y de una limusina. "¡No a las deportaciones, no al Ku Klux Klan, no a un EEUU fascista!", coreaban.

"Hemos arrestado a unas 95 personas" por los delitos de "vandalismo y destrucción de propiedad", dijo un portavoz policial, Sean Conboy, quien agregó que dos policías resultaron heridos en los enfrentamientos.

El nuevo presidente promete unificar al polarizado electorado, pero esto se contradice con sus constantes ataques a detractores, generalmente por Twitter: de la prensa a la actriz Meryl Streep o al héroe de los derechos civiles John Lewis, de las agencias de inteligencia a la canciller alemana Angela Merkel o a Europa.

Trump y su tercera esposa Melania, una ex modelo de 46 años nacida en Eslovenia, llegaron al Capitolio para la ceremonia de investidura desde la Casa Blanca, en una limusina junto a Obama y su esposa Michelle.

Michelle vestía un elegante vestido largo rojo oscuro, mientras Melania optó por un vestido y una torera de cachemira celeste cielo de Ralph Lauren, muy en el estilo de la ex primera dama Jackie Kennedy Onassis.

En las escalinatas del Congreso Trump prestó juramento sobre dos biblias sostenidas por Melania: una que le regaló su madre en 1955, y la de Abraham Lincoln, que luchó por la abolición de la esclavitud, también utilizada por Obama hace cuatro años.

Obama y tres expresidentes, Jimmy Carter, Bill Clinton y George W. Bush, le observaron atentamente, así como su derrotada rival demócrata Hillary Clinton, a quien Trump arrebató la oportunidad de ser la primera mujer presidente de Estados Unidos.

Tras el discurso de Trump, Obama, el primer presidente negro en la historia del país, dejó Washington luego de ocho años en la Casa Blanca, con destino a Palm Springs, California, donde pasará unas vacaciones familiares.

Pasajes destacados del discurso de asunción:
El establishment se protegió, pero no a los ciudadanos de nuestro país. Sus victorias no han sido tus victorias; sus triunfos no han sido tus triunfos. Y mientras celebraban en la capital de nuestra nación, había poco que celebrar para las familias que luchaban en toda nuestra tierra.
El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en que la gente volvió a gobernar esta nación.
Los estadounidenses quieren grandes escuelas para sus hijos, vecindarios seguros para sus familias y buenos trabajos para ellos mismos.
Para muchos de nuestros ciudadanos, existe una realidad diferente: madres y niños atrapados en la pobreza en nuestras ciudades del interior. Fábricas oxidadas, dispersas como lápidas en el paisaje de nuestra nación. Un sistema de educación, repleto de dinero en efectivo, pero que deja a nuestros jóvenes y hermosos estudiantes privados de conocimiento. Y el crimen, las pandillas y las drogas que han robado demasiadas vidas.
Durante muchas décadas, hemos enriquecido la industria extranjera a expensas de la industria estadounidense;
Subvencionamos a los ejércitos de otros países, permitiendo al mismo tiempo el muy triste agotamiento de nuestros militares.
Hemos defendido las fronteras de otras naciones al negarnos a defender las nuestras. Y gastamos billones de dólares en el extranjero, mientras que la infraestructura de Estados Unidos ha caído en deterioro y decadencia.
Hemos hecho a otros países ricos, mientras que la riqueza, la fuerza y la confianza de nuestro país ha desaparecido en el horizonte.
Una por una, las fábricas se cerraron y abandonaron nuestras costas, sin siquiera pensar en los millones y millones de trabajadores estadounidenses que quedaban atrás.
La riqueza de nuestra clase media ha sido arrancada de sus hogares y luego redistribuida por todo el mundo.
A partir de este momento, será America First.
Todas las decisiones sobre el comercio, los impuestos, la inmigración y los asuntos exteriores se harán en beneficio de los trabajadores estadounidenses y de las familias estadounidenses.
Construiremos nuevos caminos, carreteras, puentes, aeropuertos, túneles y ferrocarriles en toda nuestra maravillosa nación.
Sacaremos a nuestra gente del bienestar social y volveremos a trabajar reconstruyendo nuestro país con manos americanas y trabajo americano.
Seguiremos dos reglas sencillas: Compre American y Hire American.
Reforzaremos antiguas alianzas y formaremos nuevas - y uniremos al mundo civilizado contra el Terrorismo Radical Islámico, que erradicaremos completamente de la faz de la Tierra.
Es hora de recordar la vieja sabiduría que nuestros soldados nunca olvidarán: que si somos negros o marrones o blancos, todos sangramos la misma sangre roja de los patriotas.