Muhammad Yunus, economista y banquero de Bangladésh.
Lograr compañías autosostenibles, con prácticas enfocadas a resolver problemas sociales, es la filosofía que ha venido impartiendo Yunus Social Business-Global Initiatives en el mundo.
En Colombia ese primer paso se dio a mediados del 2009, en unión con el Grupo Aval, a través del otorgamiento de microcréditos a familias de muy escasos recursos y, desde el 2013, lo hace con el proyecto agrícola Campo Vivo, de la mano de la multinacional McCain, que apoya en todas sus fases a un grupo de cultivadores de papa.
Muhammad Yunus, reconocido economista y banqueros de Bangladés, ganador del premio Nobel de Paz en el 2006, y gestor del modelo de negocios sociales, estuvo en el país la semana pasada y habló sobre la importancia que este esquema jugaría tras la firma del acuerdo de paz en Colombia.
¿Qué tanto se ha avanzado con el modelo en Colombia?
Es solo el principio. Acabamos de empezar con algunos proyectos en Manizales y Bogotá.
Uno de estos es Campo Vivo, donde tomamos trabajadores del campo y les aportamos nueva tecnología de la mano de multinacionales de muy alto nivel, para mejorar su producción y su calidad de vida.
¿Cómo encajaría ese modelo de negocios en la etapa del posconflicto Colombiano?
Será muy importante porque hoy todos estamos preocupados en cómo ponerle fin a este y traer la paz.
En el momento en que esta se firme tenemos que cambiar las vidas de las personas que lo han perdido todo y allí los negocios sociales recobran importancia.
De lo contrario, vamos a tener que traer dinero de la caridad del Gobierno cada mes y eso no soluciona nada. La solución es traer a la persona y ajustarla para que sea creativa y contribuya, y ahí es donde llega la idea de negocios sociales.
¿Cuál podría ser un modelo específico?
Un ejemplo es Campo Vivo (proyecto de cultivo y producción de papa). Ese programa les aporta todo a personas que no tienen nada, les brinda tecnología, finanzas y conocimiento, para que se vuelvan individuos de negocios, haciendo parte de este con un rol específico.
Este es solo un ejemplo, pero se puede aplicar en muchas áreas, vinculando a aquellos que vienen del conflicto, que no tienen empleo, para que creen unidades de negocios y contribuyan a la economía del país. Esto es posible si salimos de la idea de las ganancias personales.
¿Qué obstáculos habría para ello?
Yo no veo grandes problemas. Es una cuestión de tiempo para comprender a la gente. Es un nuevo concepto, entonces, necesitan instancias, ejemplos, que cuando se hacen visibles la gente percibe que son ideas buenas y quieren replicarlas o desarrollarlas.
Necesitamos crear ejemplos de esto y ese es nuestro trabajo, ayudar a las personas a crear y desarrollar esas ideas. No necesitamos tampoco que alguien de afuera venga y lo haga; no es ciencia que necesite expertos, esto es muy simple.
¿Cómo se debe dar el proceso de transformación de los emprendedores?
Los emprendedores tienen que conocer qué es un negocio social, entonces, el primer negocio genera entusiasmo, lo quieren promocionar y crear más de esto.
Debemos dar una orientación a esos jóvenes que buscan ser emprendedores de negocios sociales y por eso estamos creando en las escuelas de negocios de las universidades cursos para que lleguen a la práctica con ideas y que, cuando salgan, ya estén listos y puedan implementarlos.
¿Cómo se pueden escalar los negocios sociales a otras áreas?
Esto es muy dinámico, se puede expandir en cualquier dirección que queramos. Se trata del poder creativo de los seres humanos que no tiene límite. La creación de los negocios sociales no tiene ningún límite, hoy en día es algo muy elemental y la siguiente generación de negocios sociales será mucho más poderosa en cualquier dirección que vayamos.
¿Han pensado en otra alianza para apoyar comunidades con microcrédito?
Depende. Si hay entidades interesadas y nos invitan a participar estaremos muy contentos de ayudar a cualquier persona que quiera hacer un programa de microcréditos.
Esta es apenas un área en la que podemos trabajar y apoyar.
