Acordaron bajar el voto electrónico, jugada que favorece a Ocaña y a Lousteau, y a cambio Rodríguez Larreta logra debilitar la candidatura de Michetti y se asegura el co-gobierno en la Legislatura porteña y en la Ciudad.
Atrás de ECO se esconde un pacto mucho más amplio y
escondido que tiene a Lousteau y a Ocaña como simples herramientas que
ponen la cara para hacerlo real. Los ex ministros kirchneristas
rompieron UNEN y presentaron un espacio nuevo para generar la ilusión de
que competirán con el macrismo.
Sin embargo, el acuerdo político los excede a ambos y se definió en otro
terreno. El sindicalista del juego y mecenas de Ocaña, Daniel Amoroso,
el histórico operador radical Enrique “Coti” Nosiglia y Cristian
Colombo, el verdadero poder tras el carismático Lousteau, fueron los que
se sentaron a negociar cara a cara con el macrismo.
Concretamente, Nosiglia y Amoroso acordaron armar un frente que aglutine
a todas las fuerzas políticas que más cerca del PRO se encuentran y que
funcione para disputar el mismo electorado que votaría a la senadora
nacional Gabriela Michetti.
Ese acuerdo es ampliamente ventajoso para Horacio Rodríguez Larreta,
quien aceptó la propuesta y dejó ir a Ocaña, a quien quería como
vicejefa.
A cambio, Rodríguez Larreta, movió todas sus influencias para bajar el
voto electrónico de las PASO. Desde que fue presentado, Lousteau y la
“hormiguita” se cansaron de despotricar contra el nuevo sistema de
elección aunque, sorpresivamente, se ausentaron el día en que se
discutió su constitucionalidad en la audiencia pública que convocó el
Tribunal Superior de Justicia.
Este acuerdo estratégico beneficia a todos, incluso tendría resonancia
en el futuro. Si bien Lousteau hace que compite con el
macrismo y exhibe sus diferencias, se está asegurando un futuro
co-gobierno con el PRO a partir de 2015.
El armdo que sostiene al ex ministro K tiene siete legisladores en el Parlamento porteño y
aspira a sumar otros siete en las próximas elecciones. De esa forma,
llegaría a tener un bloque de 14 diputados y podrían transformarse en
la segunda fuerza de la Capital Federal, desplazar al kirchnerismo y
reclamar espacios en la vicepresidencia de la Legislatura, en las
comisiones y en organismos autónomos como la Defensoría o la Auditoría.
El beneficio de Rodríguez Larreta es claro: con la presentación de Lousteau logró dispersar los votos de Michetti y contribuyó más a
disminuir y golpear su candidatura.
El acuerdo de Ocaña en la provincia de Buenos Aires
La amistad política de Ocaña con el PRO tiene su rebote también en la
provincia de Buenos Aires. Los favores legislativos que la ex ministra
de Salud concedió en la Legislatura porteña no fueron olvidados por el
macrismo y se consolidan con esta jugada electoral.
Entonces, Ocaña jugó de opositora en la PASO pero, su principal armador
y mano derecha, Santiago Nardelli, a quien se le vence el mandato como
diputado provincial, será candidato a diputado provincial y armador
de la fuerza en el sur de la provincia de Buenos Aires.
Si bien Nardelli es un actor desconocido e insignificante en las grandes
ligas de la política supo ser, en tiempos en que la hormiguita controló
el PAMI, el hombre fuerte de su armado político.
Desde ese lugar, se reservó para sí los cargos que el
micro-emprendimiento político de Ocaña conseguía, como, por ejemplo,
cargos en el directorio del Banco Nación, en la lista de diputados
nacionales K y en la de legisladores provinciales K.
El rol de Nardelli es clave por la amistad personal que lo une con
Martín Lousteau, a quien se los ha visto tomando algún refrigerio en el
barrio porteño de Palermo.
En la Ciudad, Ocaña y Lousteau funcionarán de “sparring” para distraer
el voto de los porteños en desmedro de la “rebelde” Gabriela Michetti y,
a cambio, el PRO le entregará la lapicera de la lista de los diputados
provinciales en la sexta sección electoral a Santiago Nardelli.
Además, el diputado provincial trabajará en la candidatura a intendente
del ex periodista Héctor Gay, ex hombre de Francisco de Narváez.