Entrevista al nuevo director del MALBA: "Un museo puede cambiarte la vida"

El español Agustín Pérez Rubio habló con Infobae sobre su flamante trabajo, su relación con el arte latinoamericano y sus planes para la institución presidida por el empresario Eduardo Constantini. "En Argentina se confunde ser creativo con ser artista", aseguró

-Para los que no lo conocen, ¿cuál fue su trayectoria en el mundo del arte y de los museos?

Mi carrera profesional comienza a principios de los años 90, cuando me licencio en Historia. Toda mi trayectoria fue a través de la curaduría y de la crítica de arte en diferentes medios españoles e internacionales. De a poco, hice una carrera de 10 años de curador hasta que entré dentro del proyecto llamado MUSAC. Querían hacer un museo en Castilla y León que fuera como el buque insignia, así como Cataluña tenía el MACBA, Madrid el Museo Reina Sofía y Valencia el IVAM. Lo que hicimos fue el último gran museo que hubo en España, el último momento en donde en España hubo presupuesto y ambición de querer apostar a la cultura contemporánea. Fue realmente exitoso. El museo estaba en un sitio muy alejado. Es como si aquí pones un museo en Salta o en Jujuy. Lo significativo era que tenía proyección internacional, la gente venía de todas partes del mundo a verlo. Eso hizo que tuviera una repercusión importante. Contaba con una colección de más de 2 mil piezas de arte contemporáneo.



-¿Cómo impactó la crisis española en su trabajo?

Los últimos años fueron complicados, no sólo por la crisis económica sino por la injerencia política. Los políticos están dejando cualquier tipo de conciencia social sobre la cultura, sólo les interesan sus ideas. Ellos empezaron a decidir lo que le hacía falta al museo y entonces decidí irme, porque no me dejaban trabajar. Era raro porque había sido inaugurado por el mismo presidente autonómico, y por el mismo partido político, que era un partido conservador, pero siempre habíamos tenido absoluta libertad de actuación y nunca se habían metido en cuestiones de programa y de gestión a nivel directo, pero las cosas van cambiando.



-¿Qué lugar debe ocupar un museo en la vida de las personas?

Yo creo que un museo puede cambiar la vida de alguien, porque en mi caso fue así. Si yo no llego a tener el IVAM, una biblioteca maravillosa y exposiciones como las que vi... si no llego a tener ese nexo, me imagino que hubiera hecho publicidad o diseño, pero nunca me hubiese interesado por los museos y por el arte contemporáneo.



-Antes de su designación como director artístico del MALBA, ¿cuál era su relación con el arte latinoamericano?

Es una escena con la que vengo trabajando desde los años 90. Visité Argentina por primera vez en 1996 y luego en 2011. En el último tiempo, incluso cuando yo dejo de trabajar en el MUSAC y me voy a vivir a Nueva York y a Toronto, he seguido mirando mucho y realizando proyectos vinculados a la región, como una exposición en San Pablo. Es decir, esa practica de lo latinoamericano siempre estuvo.

"En la Argentina se confunde ser creativo con ser artista"


-¿Qué cree que puede aportar con su llegada al MALBA?

Lo que puedo aportar son años de experiencia. Conocer otros contextos es importante, permite contar con la riqueza de realidades diferentes. He vivido en distintos sitios del mundo como Japón, Budapest, Nueva York, Canadá, Italia y España y eso es vital para tener una mirada más amplia. Creo que en el contexto de Buenos Aires, y no lo digo por MALBA, las líneas son demasiado borrosas. Hay que hacer un verdadero trabajo de fondo que no corresponde sólo a los museos sino a todos los profesionales. Es decir, a los coleccionistas, a las galerías, curadores, críticos, etc. Hay que empezar a construir estructuras desde lo público y lo privado. Un país no puede crecer si hay cuestiones de fondo como leyes, protocolos de actuación y estructuras que no se llevan a cabo. Pienso que en Argentina no ha habido demasiados proyectos o instituciones que puedan seguir protocolos internacionales para que grandes muestras y grandes artistas internacionales puedan desembarcar o acercarse hasta acá. La relación que yo puedo hacer de artistas influyentes de lugares como Estados Unidos, Canadá, Japón, China, África, que no han pasado, está en proceso

-¿En nuestro país se valora correctamente lo artístico?

En la Argentina se confunden varias cosas, como por ejemplo, creatividad con ser un artista. Creo que tiene que ver mucho con el contexto económico pero también hay que ser respetuoso y saber qué es arte y lo que es un trabajo de rigor serio. Debemos preguntarnos qué constituye América latina hoy y de que manera es inclusiva. Del mismo modo en que debemos ver cómo asumimos la modernidad, lo interesante es saber mirar a la región.



-¿Cómo proyecta el futuro del MALBA?

MALBA llegó al décimo aniversario. A partir de ahí, comienza una nueva etapa, que va a tardar un poco, dos o tres años más, y que consiste en que la institución deje de ser vista como un museo familiar y pase a ser vista como un museo privado institucional. Lo que se busca es que Eduardo Constantini pueda aportar un porcentaje pero que también haya otras familias y privados que puedan y quieran colaborar con el museo. Como institución privada, está regida por una serie de protocolos de actuación y de estructuras internas. Con mi nombramiento, también viene el nombramiento de un director ejecutivo, un comité asesor científico- artístico y a partir de ahí toda una serie de cambios.



-¿Por último, qué nos puede adelantar de la programación del museo para el próximo año?

A principios de diciembre se hará una rueda de prensa para hablar del programa del año próximo, pero te puedo decir que vamos a hacer proyectos conjuntamente con otras instituciones, como universidades, y no sólo en el ámbito argentino sino también en Latinoamérica. Buscamos una propuesta de museo que sea más real, como un órgano vivo. En ese sentido, necesita de todo para poder vivir, es decir, el museo no son sólo las muestras o la colección MALBA. El museo son las visitas de los niños, los programas sociales, el cine, los cursos de literatura, arte y pensamiento. Para mí es importante cómo y de qué manera. Yo estoy intentando armar grupos de investigación y colaboración dentro del museo. Son diferentes métodos de trabajo que complementan el todo. La idea es que la gente tenga la experiencia, pero que también se lleve contenido al irse de aquí.