Una recesión manufacturera global

Michael Roberts




Comienza octubre y la recesión mundial del sector manufacturero se hace realidad. Los índices PMI de actividad manufacturera de la mayoría de las principales economías están por debajo de 50, el umbral para la expansión o la contracción. Son solo encuestas a directivos empresariales a los que se pregunta sobre producción, ventas, empleo, etc. Pero los PMI han sido indicadores razonablemente precisos de la producción industrial y manufacturera reales, cuyos datos estadísticos suelen llegar algo más tarde.


En septiembre, el PMI manufacturero de la Eurozona cayó a su nivel más bajo desde la crisis de la deuda del euro de 2012, liderado por Alemania pero seguido por los demás. En eso ha quedado el éxito del reinado de Mario Draghi como presidente del BCE.





En Japón, la historia es similar. El “espíritu” de los grandes fabricantes de Japón cayó a su nivel más bajo en más de seis años en el tercer trimestre, según una encuesta clave realizada por el Banco de Japón. Y el PMI manufacturero de Japón ha vuelto al nivel de contracción del sector visto por última vez en la mini recesión de 2016.


PMI manufacturero de Japón





Incluso los Estados Unidos ya están en una recesión manufacturera. El PMI manufacturero de Markit está por encima de los 50, pero es un nivel más bajo que en 2016. Y el PMI manufacturero del ISM de EEUU cayó en septiembre a su nivel más bajo desde la Gran Recesión en 2009.





Y, por supuesto, el sector manufacturero británico pre-Brexit ya se ha “hundido”, para usar la frase del primer ministro Boris Johnson los últimos meses.





Para completar el G7, el PMI de Canadá también está por debajo de 50.


Y no solo se contrae el sector manufacturero del G7. Los siguientes países están registrando contracciones en su actividad manufacturera: Malasia, México, Nueva Zelanda, Polonia, Rusia, Singapur, Sudáfrica, Corea del Sur, Suecia, Suiza, Turquía, Taiwán


Y los siguientes países tienen una caída anual en la producción manufacturera: Australia, Brasil, Canadá, Chile, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Japón, Países Bajos, Portugal, Corea del Sur, Turquía, el Reino Unido y también los EEUU.


Y en cuanto a las principales economías de más rápido crecimiento del mundo, China e India, ambas están experimentando sus tasas de crecimiento del PIB real más lentas de más de una década, mientras que sus sectores manufactureros están justo por encima de la línea de flotación.


La crisis en el sector manufacturero es en parte el resultado de la desaceleración general de la inversión en las economías capitalistas y en parte el resultado de la intensificación de la guerra comercial entre las dos economías manufactureras más grandes del mundo: China y los Estados Unidos. La guerra comercial está actuando como un desencadenante de una recesión manufactuera en todo el mundo. El comercio mundial ya se estaba desacelerando antes de que estallara la guerra comercial y ya había provocado victimas a nivel mundial: por ejemplo, Argentina y Turquía.





Ambos han sufrido un colapso catastrófico en la producción, la inversión extranjera y el valor de sus monedas. Turquía está sumida en una profunda recesión general. Argentina se ha visto obligada a incumplir sus enormes pagos de deuda externa. A medida que el país se dirige a las elecciones generales este mes, los tenedores de bonos están tratando desesperadamente de encontrar formas de evitar una 'reducción' sustancial de sus activos.


Pero hasta ahora, la recesión se limita al sector manufacturero. Y la fabricación constituye no más del 10-40% de la mayoría de las economías. El llamado sector de servicios -que incluye servicios minoristas, servicios financieros, servicios comerciales, bienes raíces, turismo, 'industrias creativas', etc.-, continúa manteniendo la cabeza por encima del agua en la mayoría de las economías del G20. No hay una economía del G20 con un PMI de servicios inferior a 50.


Por eso una economía como Grecia, que fue devastada por la recesión mundial y la crisis de la deuda del euro, ahora puede experimentar un modesto crecimiento anual del PIB del 2%. Los servicios de turismo y ocio, un componente clave de la economía griega, continúan expandiéndose. Pero una tasa de crecimiento del 2% no es mucho después de una contracción del 25% durante la crisis. La recuperación griega ha sido débil. Cinco años después del climax de la depresión de 1933, el PIB per cápita de los Estados Unidos había aumentado en un 35 por ciento. Cinco años después del colapso argentino de 1998-2002, el PIB per cápita aumentó en un 45 por ciento. Pero de 2013 a 2018, el PIB per cápita de Grecia aumentó en menos del 6 por ciento. De hecho, Oxford Economics predice que Grecia no recuperará sus niveles de PIB anteriores a la crisis hasta 2033. Si no hay una crisis global mientras tanto. Y si el sector de servicios globales entra en crisis, Grecia volverá a caer en recesión.


La pregunta es si el sector de servicios será arrastrado por las manufacturas a una depresión. Algunos dicen que no, porque la fabricación manufacturera es un sector mucho más pequeño.





Pero ese argumento no reconoce que muchos sectores de servicios dependen de las manufacturas para su propia expansión. El contagio de las crisis manufacturas generalmente ha sido significativo en recesiones anteriores. Si el crecimiento del empleo mundial se debilita o se frena, el poder adquisitivo de los trabajadores disminuirá y el sector servicios comenzará a sufrir también. El empleo depende de la disposición de las empresas capitalistas a invertir y expandirse. Y la inversión y la expansión dependen de la rentabilidad esperada de la inversión. Los capitalistas la calculan a partir de la rentabilidad actual, a menos que se arriesguen.


Por lo tanto, ¿qué está pasando con los beneficios a nivel global? Bueno, los economistas de JP Morgan acaban de publicar un análisis completo de los beneficios globales (desafortunadamente este informe no está disponible al público). Y creen que los beneficios globales en el segundo trimestre de 2019 se han estancado.


Cada uno de los 10 sectores que componen el mercado total muestra una fuerte desaceleración en el crecimiento de los beneficios, y la mitad experimentó contracciones directas de los beneficios durante el año pasado (particularmente materias primas y telecomunicaciones). Incluso en aquellos sectores que aún tienen un crecimiento positivo de los beneficios: minorista, IT, finanzas y servicios públicos, el crecimiento de los beneficios está cayendo rápidamente.


JPM ha llegado a la ‘sorprendente' conclusión (que la teoría marxista y la evidencia empírica previa podría haberles facilitado) de que "el descenso en el crecimiento global durante el año pasado ha coincidido con una desaceleración igualmente impresionante de los beneficios empresariales".





El estancamiento de los beneficios empresariales a nivel mundial todavía no es tan malo como en la mini recesión de 2016, o por supuesto en la Gran Recesión o la caída anterior de 2001-2, pero está acercándose. En particular, JPM señala que el crecimiento de los beneficios ha disminuido a cero porque los márgenes de ganancias se están reduciendo; en otras palabras, los costes de la mano de obra (más trabajadores y salarios más altos) no están siendo compensados por un mayor valor, la tasa de plusvalía está disminuyendo. un resultado que JPM cree que "ha precedido históricamente el comienzo de la dinámica de una recesión".





JPM señala la guerra comercial como el desencadenante y señala que el sentimiento empresarial (los PMI) está cayendo en el sector manufacturero debido a la reducción de los beneficios, y no al revés. Pero la guerra comercial "también podría ser un presagio ominoso de ganancias más débiles por venir".


Como predice la teoría marxista, la desaceleración o caída de los beneficios eventualmente significará una disminución de la inversión empresarial, y JP Morgan está de acuerdo. “La caída de los beneficios y el sentimiento empresarial están afectando a las inversiones de capital. El crecimiento global de la inversión de capital se ha desacelerado sustancialmente desde un máximo de seis años en 2017 hasta casi un estancamiento a partir del 2T de 2019. Es probable que también sea un factor que contribuya en el retroceso más reciente del crecimiento del empleo. El riesgo es que la desaceleración del crecimiento de los salarios laborales pesa negativamente sobre el gasto del consumidor, que luego se refleja en los beneficios y la contratación de las empresas ” . Exactamente.





JPM sigue siendo optimista, en el sentido de que el crecimiento de la productividad cambiará las cosas. Pero eso parece una ilusión si la inversión sigue cayendo.


En el pasado, he resaltado algunos otros indicadores clave (además de los beneficios) que pueden predecir una recesión. El más famoso es la llamada curva de rendimiento invertida en bonos. He explicado cómo funciona en un artículo anterior. Baste decir ahora que cuando la curva de rendimiento de los bonos se invierte (y el rendimiento de los bonos con vencimiento más largo cae por debajo de los rendimientos de los bonos a corto plazo) y se mantiene invertido, se produce una recesión en el plazo de un año. La curva estadounidense se ha mantenido invertida desde mayo.





Otro indicador es el precio de los metales industriales, particularmente el cobre, un metal que se usa en todos los ámbitos de producción. Una caída en su precio indicaría una desaceleración en la inversión y la producción en muchas industrias. En la mini recesión de 2016, el precio del cobre cayó a alrededor de $ 200 / lb. En la Gran Recesión, cayó a $ 150 / lb. Habiendo aumentado a $ 320 / lb a principios de 2018, ahora ha vuelto a caer a $ 250 / lb.





La economía capitalista mundial ha entrado ya en una recesión manufacturera, pero hay indicadores importantes de que el resto de la economía se verá arrastrada pronto.

Consumidores no llegan a fin de mes y crece el endeudamiento con tarjetas de crédito

La suba del uso de "plásticos" subió un 28,3% anual en septiembre pasado. Los datos se desprenden de un informe privado. Llegar a fin de mes el objetivo de los consumidores.


La operatoria en pesos con tarjetas de crédito registró un saldo de 456.283 millones pesos a fines de septiembre, lo que significó un incremento récord del 5,9% respecto al cierre de agosto pasado.

Con la inflación arriba del 55% y los salarios perdiendo terreno de forma acelerada por paritarias congeladas, los consumidores argentinos se están endeudando cada vez más y en niveles récord con las tarjetas de crédito para poder cubrir necesidades básicas.


La operatoria en pesos con tarjetas de crédito registró un saldo de 456.283 millones pesos a fines de septiembre, lo que significó un incremento récord del 5,9% respecto al cierre de agosto pasado.

A pesar de la recesión y la caída del consumo minorista en torno al 15% anual, el crecimiento interanual del uso de las tarjetas de crédito para consumidor alcanzó el 28,3% anual en septiembre pasado.

"Producto de la recesión y del ajuste de precios, los consumidores han usado los plásticos mayoritariamente para financiar sus compras, impulsado por el programa `Ahora 12` y en muchos casos para poder llegar a fin de mes", analizó la consultora financiero First Capital Group.

Este tipo de operaciones mantuvo su tendencia alcista por quinto mes consecutivo en septiembre, y los guarismos se van agravando a medida que pasan los meses.

El uso de tarjetas de crédito había crecido 3,4% mensual en agosto; 3,7% en julio; 1,4% en junio; 2,5% en mayo; en septiembre el incremento marcó un nuevo récord alcanzando un crecimiento del 5,9% respecto del mes pasado.

"Este segmento del mercado es el que explica prácticamente la mitad de la variación trimestral del total de préstamos, ya que durante los últimos tres meses notamos un alza de los saldos en cada uno de los mismos, con un total acumulado del orden de los 54.769 millones de pesos equivalentes al 13,6%", explicó Guillermo Barbero, socio de First.

El Banco Central precisó que el monto promedio por transacción bajó un 14%, más del triple que el global.

Esto indicaría un mayor uso de instrumentos de pago electrónicos para más operaciones y de menor monto.

"La generalización del programa Ahora 12 a una más amplia gama de productos y la extensión de la oferta a prácticamente todos los días del mes, da como resultado un incremento de los saldos financiados con esta operatoria", aseguró Barbero.

En lo que refiere a compras en moneda extranjera, las operaciones en dólares con tarjetas de crédito tuvieron una disminución en relación al mes anterior del 13,3%, como consecuencia que la demanda de viajes al exterior y las compras en el extranjero se limitan ante la suba del tipo de cambio.

Las familias argentinas ya usan menos el auto y comen menos carne y leche




Con el dato de que ya se usa menos el automóvil por el aumento de las naftas, también se agrega que casi todos los indicadores en el consumo caen: los servicios, gas y luz, sobre todo, pero también alimentos esenciales, como la carne y la leche.



La caída de la venta de combustible en el país no sería el único indicador para medir la crisis. A la par, se registran caídas en el consumo de elementos fundamentales: como la carne y la leche. Aunque también, la dura situación económica también hace caer el consumo de energía eléctrica y de gas.

Según un estudio de la consultora internacional GIPA, el conductor argentino ya utiliza menos el automóvil y hay números alarmantes respecto a años anteriores. Desde 2012 se contabiliza una pérdida de más de 2.500 kilómetros promedio al año, algo que según los especialistas en el tema responde a los tarifazos en el precio de los combustibles y también, sobre la existencia de más de un vehículo en un mismo hogar.

"Hay una tendencia desde el 2012 a la baja en la cantidad de kilómetros, marcada especialmente en los últimos años", sostuvo para Télam la directora general para la región de GIPA, Florencia Delucchi.

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HOGARES SIN CARNE NI LECHE

En septiembre de este año, los indicadores sobre el consumo de carne fueron alarmantes. De acuerdo a las estimaciones surgidas de IPCVA y el CICCRA, ya se advierte que el consumo de carne podría incluso superar la caída histórica registrada en 2016, cuando se calculó 55,3 kilos anuales por habitante

A su vez, en junio de este año también se hacía alarma sobre la crisis del sector lácteo y de la merma en el consumo de leche, dando cuenta que en la actualidad ya se toma un 21% menos que en 2016. A su vez, la ingesta de lácteos cayó a niveles récords, las más bajas en 1 6 años.

MENOS GAS Y LUZ

Al mismo tiempo, la crisis económica que se agudizó durante el gobierno de Mauricio Macri impactó tanto en usuarios comunes como en Pymes e industrias.

En enero de 2019, se advertía que la demanda eléctrica había caído un 10 por ciento en relación a lo ocurrido el año anterior y que los motivos apuntaban principalmente a los sucesivos tarifazos aplicados por el Ejecutivo, así como también a temperaturas menores a la de otros años, que llevó a menor consumo por parte de ventiladores y aires acondicionados.





Pero al mismo tiempo, el invierno de 2019 registró una baja en el consumo de gas: el uso cayó 10,5% en marzo respecto al año anterior y demostró una vez más la profundización del malestar económico a lo largo y ancho del país.

Elecciones en Viedma: otra derrota radical en una capital provincial


El vicegobernador Pedro Pesatti será el nuevo intendente

Después de perder las intendencias de Neuquén, Santa Rosa, Santa Fe, Paraná y Córdoba, la UCR se quedó sin la capital de Río Negro.



El actual vicegobernador de Río Negro, Pedro Pesatti, se impuso en las elecciones municipales de Viedma y será el nuevo intendente. Derrotó al postulante radical Mario De Rege.

Con esta derrota, la UCR pierde la sexta capital provincial de las 10 que tenía hasta este año: antes fue derrotado en Neuquén, Santa Rosa, Santa Fe, Paraná y Córdoba. Hasta ahora solo pudo revalidar la intendencia en Mendoza.


Pesatti, candidato de Juntos Somos Río Negro (JSRN) y hombre del gobernador Alberto Weretilneck, obtuvo el 36 por ciento de los votos contra el 27 de De Rege, que ya reconoció la derrota.

En tercer lugar quedó Evelyn Rousiot, del Frente de Todos, con el 20,9 por ciento. Luego aparecen el candidato del partido Alternativa y Recuperación Mario Sabbatella (9,66%); Matías Chironi, de Encuentro Progresista (3.48%) y Unión Patria de Roy Rowe (2%).

El gobernador Alberto Weretilneck mostró su satisfacción en las redes sociales.

Se profundiza la crisis en la industria de la indumentaria textil

La CIAI dio a conocer su "semáforo" sobre la actividad en el país. Advierte que el sector se encuentra afectado por la disminución del poder adquisitivo de la sociedad, además de los costos financieros e impositivos que atentan contra el desarrollo de la industria de la indumentaria textil.


La Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), dio a conocer su "semáforo" sobre la actividad en el país del mes de octubre, donde advierte que “la disminución del poder adquisitivo de la sociedad argentina explicó la fuerte contracción de las ventas minoristas de indumentaria durante el mes de agosto de 2019, que retrocedieron 17,6% según la CAME”.

Tomando la información del INDEC, en shoppings y supermercados, la disminución de las ventas de ropa se ubicó en 6,4 y 12,1%, respectivamente, comparando julio de 2019 contra el mismo mes del año anterior.

La caída en las cantidades vendidas se dio a pesar del esfuerzo de la cadena de valor por no aumentar los precios de las prendas (+47,8% en agosto) al mismo ritmo que la inflación general (+54,5%,) según INDEC.

La CIAI advierte que la caída en la demanda de ropa afectó nuevamente a la producción nacional, que se contrajo 12,8% interanual en agosto según datos recientes del INDEC, acumulando así 15 meses consecutivos de caídas.

En el mismo mes, la producción textil tuvo una mejora de 1,4% interanual, explicada fundamentalmente por el sub-rubro "preparación de fibras de uso textil".

Sin embargo, los altos costos financieros e impositivos, continúan afectando la rentabilidad operativa de las empresas del sector.



Semáforo de la indumentaria argentina - Octubre 2019
Fuene: CIAI

Por otra parte, en relación al comercio exterior del sector, el informe da cuenta que la caída de las ventas de ropa y la suba del dólar golpearon a las importaciones, que cayeron 35,8% interanual durante agosto según registros aduaneros. Medido en términos de cantidades, la reducción fue 31,8%: la diferencia se explica por los menores precios promedio de las prendas importadas (-5,9%).

Esta dinámica tuvo lugar en el contexto de apreciación real del peso argentino de 5,5% interanual en septiembre frente a la moneda de China, país de origen de las dos terceras partes de la ropa importada en Argentina. “Una de las pocas noticias positivas para el sector fue que, en el mismo mes, las exportaciones argentinas de ropa tuvieron un aumento de 26,5% comparado con agosto de 2018”, afirma el informe.

En ese marco, se verificaron algunos casos de talleres de confección que han vuelto a recibir órdenes de producción por parte de las marcas, para las cuales la alternativa importadora dejó de ser tan favorable como hace dos años.

Arroyo: "El Gobierno nunca entendió la gravedad de la situación"

El diputado se refirió a la crisis que atraviesa el país y sostuvo que uno de los problemas de la gestión actual es que "cree en el derrame".
Daniel Arroyo fustigó al gobierno de Macri por su gestión

El diputado nacional Daniel Arroyo se refirió a la coyuntura económica del país y dijo que el Gobierno “nunca entendió la gravedad de la situación”. “Si alguien quiere crear pobreza en Argentina tiene que subir los alimentos, subir el transporte, hacer caer la construcción y el textil. Eso es lo que hicieron”, lanzó.


En diálogo con Radio Con Vos, el exfuncionario bonaerense analizó: “Dos cosas le pasan al gobierno, nunca entendieron la gravedad de la situación y cree en el derrame. Creen que van a venir inversiones y van a derramar sobre el empleo, no cree en una política activa”.

En ese sentido, Arroyo afirmó que “la tarea del ministro de Desarrollo Social es que haya menos pobreza y que haya movilidad social ascendente, en Uganda, en Suiza, en Bolivia y en donde fuera. La gente para que le vaya bien tiene que estudiar y trabajar”.

Consultado por las personas de la población que se encuentran en pobreza extrema, el legislador sostuvo: “Se rompió una línea que nunca había pasado, el hambre. No es lo mismo comer que no comer, por eso hay que armar una gran política que incluya la canasta básica de alimentos.

“La Argentina tuvo crisis peores, 2001, pero no pasaba que todos los días aumentaban los alimentos”. Si alguien quiere crear pobreza en Argentina tiene que subir los alimentos, subir el transporte, hacer caer la construcción y el textil. Eso es lo que hizo el gobierno”, opinó.

En relación a por qué los movimientos sociales son intermediarios entre el Estado y las personas que cobran los planes sociales, dijo: “Lo que hay que hacer es que el Estado oriente y vaya vinculando planes sociales con trabajo, el desafío es ese. La Argentina en esencia tiene 25% de pobreza estructural, si mañana la economía vuela y la soja sube a 900, la pobreza baja a 25% y se traba”.

Elecciones Salta: Sáenz en primer lugar y Leavy gana la interna en el Frente de Todos

Antes de lo previsto, ya están los primeros datos oficiales de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. \
Con alrededor del 94% de las mesas escrutadas, el candidato afín a Cambiemos, Gustavo Sáenz, se posiciona en primer lugar con 43% de votos mientras que en segundo lugar, se encuentra el Frente de Todos, con el 31%.

Dentro de la interna del FDT, el precandidato y diputado nacional, Sergio “Oso” Leavy estaría ganando la elección interna con el 73% mientras que el otro precandidato a gobernador, Miguel Ángel Isa, se posiciona con 26 puntos. En total el Frente de Todos, se colocó en segundo lugar con el 32%.

En tercer lugar, se encuentra el diputado Alfredo Olmedo con el 19% de votos.

Alrededor de las 19, ya estaban cargados los primeros resultados oficiales que marcaron una diferencia de 10 puntos entre el Frente Sáenz Gobernador y el Frente de Todos, que se mantuvo inamovible



 

Vidal con mayoría de imagen negativa en su provincia





Axel Kicillof-Verónica Magario se impondrían el 27 de octubre con la misma amplitud que en las Paso, consiguiendo guarismos que los ponen nítidamente por encima del 50 por ciento y con chances de llegar al 55. Muy lejos quedaría María Eugenia Vidal. La intención de voto refleja no sólo que el 72 por ciento opina mal o muy mal de la gestión de Mauricio Macri, sino que también el 57 por ciento es muy crítico de lo hecho por Vidal. La gobernadora dejó de ser una especie de intocable en las encuestas y entró en la debacle general de Cambiemos.

Trespuntozero, la consultora de Shila Vilker, entrevistó un total de mil bonaerenses, a través de su panel online, respetando las proporciones por edad, sexo y nivel económico social, además de la distribución por lugar de residencia. En las distintas categorías, para presidente y para gobernador, el Frente de Todos mejora respecto de las Paso, mientras que Vidal había mejorado algo, pero en la última medición ya se volvió a los mismos porcentajes de las Paso, con leve aumento a favor de Kicillof-Magario.

En territorio bonaerense, la fórmula Fernández-Fernández puede sacarle 25 y hasta 27 puntos de distancia a Macri-Pichetto. Con semejante ventaja, el corte de boleta para que Vidal se acerque a Kicillof-Magario tiene que ser monumental y la propia encuesta indica que es escaso. Sólo un seis por ciento dice que probablemente corte boleta, un porcentaje que luego en el cuarto oscuro se reduce.



Si se tienen en cuenta los núcleos duros de cada fuerza, el FdT puede llegar y a traspasar por poco el 55 por ciento, una cifra descomunal. Juntos por el Cambio parece tener un núcleo duro, en territorio provincial, de alrededor del 30 por ciento. Esto hace que, a tres semanas de las elecciones, haya poco suspenso, más teniendo en cuenta que en la provincia no hay ballotage y se gana por un voto.


Escenario electoral provincial

Suspender el acceso a la web se ha convertido en una de las herramientas de la represión gubernamental en el siglo XXI

La vida en un bloqueo de internet: cruzar fronteras para enviar un correo

Suspender el acceso a la web se ha convertido en una de las herramientas de la represión gubernamental en el siglo XXI y ocurre cada vez más en países que buscan sofocar a los disidentes.


Un cibercafé en Harare, Zimbabue, en enero. El gobierno recientemente suspendió el acceso a internet para frenar las protestas de la oposición.CreditEPA vía Shutterstock


Cuando Zimbabue bloqueó el internet durante una represión reciente, Obert Masaraure, un prominente crítico del gobierno, no tenía manera de saber cuándo era seguro salir de su escondite.


Esperó un día y después otro. Al tercer día salió con la esperanza de que la ola de arrestos hubiera terminado.

Los soldados lo arrestaron en su casa doce horas más tarde.

“Si hubiera estado conectado, quizá habría sabido que no era seguro salir”, dijo Masaraure.


Los bloqueos de internet se han convertido en una de las herramientas definitorias de la represión gubernamental en el siglo XXI, no solo en Zimbabue, sino en cada vez más países que buscan sofocar a los disidentes, especialmente en Asia y África.

Los bloqueos hacen más que socavar el proceso democrático. Pueden afectar economías enteras y negocios individuales, así como trastornar drásticamente la vida cotidiana de los ciudadanos ordinarios, al convertir la búsqueda de servicios móviles en un juego del gato y el ratón con la policía, una situación por la que muchos se ven obligados a cruzar la frontera solo con el propósito de enviar correos electrónicos para el trabajo, por ejemplo.

El gobierno indio lleva a cabo esta práctica con más frecuencia que cualquier otro país —hace poco lo hizo en Cachemira—, pero no es el único: en 2018, hubo por lo menos 196 bloqueos en veinticinco países, en comparación con los 75 que hubo en veinticuatro países en 2016, de acuerdo con investigaciones de Access Now, un organismo independiente que defiende los derechos en internet. Tan solo en la primera mitad de este año, hubo 114 bloqueos en veintitrés países.

Manifestantes llenaron las calles de Harare en enero para protestar por el deterioro de la economía.CreditTsvangirayi Mukwazhi/Associated Press


En total, más de un cuarto de los países del mundo han utilizado la táctica en un momento u otro a lo largo de los últimos cuatros años.


Generalmente utilizado durante momentos de agitación civil o inestabilidad política, un bloqueo permite que los funcionarios detengan el flujo de información sobre los actos indebidos del gobierno o frenen la comunicación entre activistas; en esos casos, les ordena a los proveedores de servicios que suspendan o lentifiquen el acceso a internet de sus clientes.

Aunque países autoritarios como China e Irán han bloqueado desde hace mucho algunos sitios web internacionales que consideran subversivos, como Facebook, un bloqueo del internet generalmente es una medida temporal, a menudo utilizada por gobiernos que históricamente han tenido un enfoque menos sistemático respecto a la censura de internet.

“La gente siempre tenía la opinión simplista de que la tecnología solo podría usarse de una sola manera y que era una gran herramienta para la democracia”, dijo Kuda Hove, investigador de derechos digitales en el Instituto de Medios en África del Sur (MISA). Sin embargo, después del surgimiento del bloqueo, dijo, “las personas entendieron que el gobierno podía usar la tecnología en contra de la gente”.

Las investigaciones sugieren que la economía a menudo paga el precio. En países con un nivel medio de penetración de internet —es decir, donde entre el 49 y el 79 por ciento de la población tiene acceso a internet— una suspensión podría arrebatarles 6,6 millones de dólares a las actividades económicas diarias por cada diez millones de personas, de acuerdo con analistas de Deloitte, una firma internacional de contaduría.

Afuera de un cibercafé en Harare. Los bloqueos pueden afectar a negocios y economías completas, así como la vida cotidiana de ciudadanos comunes.CreditPhilimon Bulawayo/Reuters


De julio de 2015 a junio de 2016, los bloqueos provocaron pérdidas mundiales de más de 2400 millones de dólares, de acuerdo con la Institución Brookings, un grupo de investigación.

El bloqueo de seis días en enero en Zimbabue tenía como propósito frenar las manifestaciones de la oposición, pero también terminó afectando gravemente a empresarios como Peter Makichi, distribuidor de combustible.


Como agente de una empresa sudafricana de combustible, Makichi debía transferirles a sus proveedores más de 100.000 dólares cada tres días. El bloqueo no solo le impidió transferir el dinero durante varios días, sino también enviarles correos electrónicos a sus clientes, que después cancelaron su contrato.

La cancelación lo obligó a cerrar tres de sus cuatro sucursales y despedir a 27 de sus 35 trabajadores, lo cual redujo sus ganancias más de un 90 por ciento todos los meses, comentó Makichi.

En las afueras de Harare, la capital de Zimbabue, la mayoría de los clientes de la tienda de abarrotes de Wisdom Fore sí tenía dinero para comprar alimentos, pero no tenía acceso a sus cuentas bancarias.

Debido a una escasez de billetes, muchas transacciones en Zimbabue se hacen a través de sistemas móviles de pago, incluso las compras pequeñas. Sin embargo, el sistema necesita internet para funcionar, así que Fore terminó desechando gran parte de la comida perecedera y perdió casi la mitad de sus ventas diarias.

El bloqueo incluso afectó la industria musical. Ameen Jaleel Matanga, un popular cantante que se presenta como Poptain, tenía la intención de lanzar su video musical más reciente el primer día de la suspensión de internet. El bloqueo evitó que lo subiera a la red y ese retraso alteró su plan de negocios para todo el año.

Fuerzas de seguridad en las calles de Srinagar, Cachemira. El gobierno indio suspendió el acceso a internet en la región en agosto.CreditAtul Loke para The New York Times


“La economía se suspende por un bloqueo en la red”, dijo Fore. “El flujo de todo se lentifica”.

En algunos países, eso además ha incluido el suministro de medicamentos esenciales y el despliegue de profesionales médicos.


En Sudán, el gobierno interino suspendió el servicio de internet durante un mes, principalmente para obstruir las actividades de la oposición después de que fuera derrocado el presidente Omar al Bashir. Sin embargo, también evitó que los médicos sudaneses ordenaran nuevos medicamentos, lo cual provocó una escasez de tratamientos para la diabetes y evitó que los líderes de las manifestaciones usaran WhatsApp para pedir asistencia médica, de acuerdo con Sara Abdelgalil, que a través del internet coordina la llegada de suministros a Sudán desde su casa en el extranjero.

“Teníamos un grupo de WhatsApp donde decíamos: ‘Necesitamos un cirujano en Omdurmán; necesitamos un anestesista en Buri’”, dijo Abdelgalil, presidenta de la sección británica del Sindicato Sudanés de Médicos, el cual apoya la transición de Sudán a un gobierno civil. “Todo eso se volvió muy difícil”.

En algunos países en vías de desarrollo, las ganancias de la mayoría de los vendedores dependen de publicitar sus productos en grupos públicos de WhatsApp, donde se pueden enviar anuncios a cientos de destinatarios a la vez. Durante un bloqueo, estos grupos se convierten en ciudades fantasmas en línea.




Estudiantes usando su celular en un café en Jartum, Sudán, en junio después de una suspensión de internet en todo el país.CreditYasuyoshi Chiba/Agence France-Presse — Getty Images


En Camerún, se bloqueó el acceso a internet de manera intermitente en las intranquilas regiones anglohablantes al oeste del país durante 240 días en 2017 y 2018.

Para mantener el flujo de las comunicaciones, los residentes escribían borradores de correos electrónicos en sus celulares y se los daban a amigos y colegas que viajarían a regiones francohablantes, dijo Rebecca Enonchong, emprendedora de internet en Camerún.

En cuanto los celulares atravesaban la frontera invisible entre las provincias anglohablantes y francohablantes, los correos electrónicos se enviaban.


“Todos lo estaban haciendo”, dijo Enonchong. “Le dabas a alguien el dispositivo y después regresaba con él al término del día”.

Sin embargo, esta solución alternativa no fue suficiente para rescatar a muchas de las firmas digitales en las regiones afectadas, las cuales eran el epicentro de los negocios tecnológicos cameruneses. “Imaginen qué pasaría si el internet se suspendiera en Silicon Valley”, dijo Enonchong, quien dirige centros de innovación digital en zonas anglo y francohablantes. “Ese es el equivalente de lo que sucedió en Camerún”.




Residentes afuera de tiendas cerradas en Srinagar, Cachemira, en agosto. Una suspensión de internet en la región también frenó las transacciones cotidianas.CreditAtul Loke para The New York Times


En Zimbabue, un número creciente de personas han descargado redes privadas virtuales (VPN), sistemas que permiten que los usuarios evadan algunas restricciones de internet. Sin embargo, las VPN a menudo son bloqueadas por el gobierno y las que funcionan con frecuencia son demasiado lentas para ser útiles, dijo Hove, el investigador de derechos digitales.

Además, las VPN quizá no sean suficientes si los gobiernos adoptan formas más sofisticadas de censura en internet.

Al parecer el gobierno de Zimbabue ya está sacando partido de internet, pues usa programas para vigilar a sus oponentes y envía ejércitos de troles en contra de sus detractores, comentó Hove.

“En mi opinión, la siguiente batalla será en contra de que el gobierno suspenda el internet; eso quizá es demasiado evidente, y con el nivel de repudio internacional que recibieron, quizá no lo hagan de nuevo”, añadió. “Sin embargo, tal vez aumenten sus intentos de sofocar el discurso democrático en línea”.

Guterres alerta sobre el riesgo de que el mundo se fracture en dos bloques




El secretario general de la ONU, António Guterres, presenta su informe anual sobre la labor de la Organización antes de la apertura del 74 Debate General de la Asamblea General. Crédito: Cia Pak/ONU

- “Temo la posibilidad de una Gran Fractura: un mundo dividido en dos, con las dos economías más grandes de la tierra creando dos mundos separados y compitiendo el uno con el otro, cada uno con su propia moneda, reglas comerciales y financieras, su propia infraestructura de Internet y de inteligencia artificial, y sus propias estrategias geopolíticas y militares de suma cero”, ha declarado el secretario general de la ONU, António Guterres, este martes 24.

Al presentar su Memoria Anual, que precede todos los años al debate de los líderes mundiales en la Asamblea General, Guterres destacó que para evitar esta “Gran Fractura” es necesario mantener un sistema de poderes de ámbito universal basado en una economía mundial que respete al derecho internacional, en un mundo multipolar con fuertes instituciones multilaterales.

Preocupación por el Golfo

En el apartado dedicado a la política internacional mencionó que persisten los conflictos, se extiende el terrorismo y se incrementa el riesgo de una nueva carrera armamentística.

Denunció que todavía hay una multitud de situaciones sin resolverse “desde Yemen hasta Libia, pasando por Afganistán y más allá”.

“Una sucesión de acciones unilaterales amenaza con torpedear una solución de dos Estados entre Israel y Palestina. En Venezuela, cuatro millones de personas han huido del país, uno de los mayores desplazamientos del mundo”, afirmó la máxima autoridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Pero en especial mostró su preocupación por la “alarmante posibilidad” de que se produzca un conflicto en el Golfo “cuyas consecuencias el mundo no puede permitirse” y alertó que un pequeño ‘error de cálculo’ puede provocar una gran confrontación, por lo que es necesario ejercer la razón y la moderación”.

Del mismo, modo alertó sobre la incerteza que vive la península de Corea y se mostró favorable a la celebración de una nueva cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su contraparte en Corea del Norte, Kim Jong-un.

El aumento de las desigualdades

A continuación, destacó el aumento de la desigualdad, pese a la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos, de los que recordó que no se puede “elegir favorecer unos desdeñando otros”, ya que las personas merecen su derecho al bienestar y a un nivel de vida digno.

“La economía global genera grandes flujos de ingresos, pero esta prosperidad es absorbida por un pequeño puñado de élites. Es triste constatar que en el mundo actual las posibilidades de llevar una vida sin miseria y en plena dignidad humana dependen más de las circunstancias de donde nacemos que de nuestras capacidades innatas”.

Guterres también dedicó un breve apartado al cambio climático, donde recordó que estamos perdiendo la carrera para derrotarlo pero que aún podemos vencerlo si cambiamos de rumbo, tal y como demostró la Cumbre sobre Acción Climática de ayer.

“Incluso el lenguaje tiene que adaptarse: lo que antes se llamaba ‘cambio climático’ es ya en realidad una ‘crisis climática’… y lo que antes se llamaba ‘calentamiento global’ se ha convertido más bien en ‘recalentamiento global (…) debemos aprovechar el impulso (de la Cumbre) y hacer mucho más”, argumentó.

Igualdad de género

Tras destacar que la marginación y la desconfianza están cada vez más instrumentalizadas a nivel mundial, advirtió a los que buscan la opresión o la división que la diversidad es una riqueza y nunca una amenaza, y que es “inaceptable” que en pleno siglo XXI las mujeres y los hombres sean perseguidos por su identidad, creencias u orientación sexual.


Apertura del debate general del 74 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU. Crédito: Cia Pak/ONU

Acto seguido recordó que la forma de discriminación más generalizada es la que padecen las mujeres y las niñas.

“No olvidemos que la igualdad de género es una cuestión de poder. Y el poder recae abrumadoramente en los hombres, como vemos desde los parlamentos hasta las salas de juntas (de las empresas), e incluso esta semana en los pasillos y salas de reuniones de las Naciones Unidas”, destacó.

Por ese motivo, aseguró que no descansará hasta alcanzar la paridad de género en todos los niveles de las Naciones Unidas y lograr la plena igualdad para las mujeres y las niñas en todo el mundo.

“Según las tendencias actuales, se necesitarán dos siglos para cerrar la brecha en el empoderamiento económico. No podemos aceptar un mundo que diga a mis nietas que la igualdad debe esperar a las nietas de sus nietas”.

Necesitamos una ONU fuerte

Por último, resaltó que todas las ambiciosas reformas que ha emprendido en la Organización han sido para lograr unas Naciones Unidas más eficaces y que cuenta con el apoyo de los Estados miembros para dotar a la Organización de una base financiera sólida.

“En un mundo cada vez más dividido, necesitamos unas Naciones Unidas fuertes. El próximo año celebraremos el 75 aniversario de la ONU, será un momento crítico para renovar nuestro proyecto común. Los problemas a los que nos enfrentamos son reales. Pero también lo es la esperanza”.

Una esperanza que en un momento de división como el que vivimos ha de servir para reencontrarnos en la difusión del bien común y, al mismo tiempo, en la defensa de nuestra humanidad y valores compartidos.

“Restablezcamos la confianza, reconstruyamos la esperanza y avancemos juntos”, finalizó Guterres.


El presidente del 74 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas,Tijjani Muhammad-Bande (centro), durante la sesión de apertura. Crédito: Cia Pak/ONU

Presidente de la Asamblea General

Por su parte, el presidente de la Asamblea General, el nigeriano Tijjani Muhammad-Bande, señaló los enormes desafíos que tiene la comunidad internacional, entre los que destacó especialmente la pobreza.

“La erradicación de la pobreza sigue siendo un gran desafío a nivel mundial. Mientras que muchos países alrededor del mundo han tenido éxito en sacar a millones de la pobreza, tenemos que hacer más para ayudar a salir de ella a cientos de millones de la pobreza, la miseria y la existencia miserable”.

También mencionó como retos internacionales la educación, el cambio climático y el desarrollo sostenible, para los que dijo que la cooperación internacional, a través de las Naciones Unidas, es la mejor forma de afrontarlos.

Un mensaje de esperanza

Muhammad-Bande mandó un mensaje optimista ante la magnitud de esos desafíos cuando dijo que la esperanza nunca se pierde y citó a figuras históricas que han luchado y están luchando e iluminando el camino.

“Desde Mahatma Ghandi, que dirigió una exitosa campaña por la independencia de la India, hasta la joven Greta Thunberg, que lidera la demanda de acción sobre el clima; de Nelson Mandela, que se mantuvo firme y se ocupó del desmantelamiento del apartheid a Malala Yousafzai, quien, contra todo pronóstico, insistió en sus derechos a la educación; de Martin Luther King Jr., un ministro bautista y líder del movimiento de derechos civiles a Abubakar Abdullahi, un imán nigeriano, que salvó la vida de más de 250 cristianos cuando huyeron a su comunidad durante un ataque contra una comunidad en Nigeria, a los diversos actos de coraje y generosidad de la gente común en todos los países, todos nos recuerdan que la esperanza no se pierde”, afirmó.

En el último año se perdió un trabajo cada 90 segundos

Según un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) en el último año se perdieron 233 mil puestos de trabajo. El ranking de la debacle a nivel provincial la lideran Tierra de Fuego, Catamarca y Formosa. En valores absolutos, los territorios gobernados por María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, la provincia de Buenos Aires y CABA, respectivamente.


El Observatorio de Política Públicas de la UNDAV publicó un informe sobre la problemática de empleo en Argentina. Entre las definiciones, se establece que la misma” ha resurgido en nuestro país, producto del cambio en la matriz macroeconómica desde fines de 2015 que decantó en la pérdida de puestos de trabajo deterioro salarial y pérdida de derechos laborales”.


Se señaló a su vez que la desocupación alcanzó los dos dígitos (10,6 por ciento), cifra que a la que no se llegaba desde 2006. Durante el gobierno de Mauricio Macri el desempleo creció casi 5 puntos. La sub-ocupación se ubicó en el 13,1 por ciento. En este marco, se estima que hay 2,2 millones de desocupados.


Desde diciembre de 2017 se acumula una pérdida de 233 mil puestos de trabajo. Lo que equivale a 14.347 empleos por mes, 3.347 por semana, 478 por día, 40 por hora y 1 cada 90 segundos.


Las que más cayeron en porcentaje fueron Tierra del Fuego, Catamarca, Formosa y Chaco. En variaciones absolutas, provincia de Buenos Aires y CABA.


El salario promedio de los trabajadores registrados cayó un 12 por ciento con respecto a diciembre de 2017. En lo que respecta al sector pyme e industrial, cerraron más 10 mil empresas cerraron en los último 18 meses.

Las PASO constituyen una herramienta para conocer cómo votan aquellos que no responden encuestas


¿Son las PASO una "gran encuesta"?




Se ha instalado bastante la idea de que las elecciones primarias, simultáneas y obligatorias son “una gran encuesta”. En las recientes PASO presidenciales participaron 25.861.050 electores, un 76,35% del total empadronado, lo que indica que, si se la toma como encuesta, el margen de error fue de 0,0197%, algo impensado para cualquier encuesta ad hoc. Si bien podemos decir que las PASO son una medición sumamente precisa de las intenciones de voto de cara a las generales, no podemos, sin embargo, afirmar del mismo modo que sea exacta. Recordemos ambas definiciones: la exactitud es qué tan centrada es la medición con respecto al valor “verdadero”, la precisión es qué tan disperso puede ser el resultado de una medición cuando se mide repetidas veces la misma cantidad. Dicho de otra manera, las PASO son una excelente medición pero de algo que no es exactamente lo que necesitamos medir para predecir el resultado de las Generales.


Decir que las PASO no es una encuesta exacta en este sentido es reconocer que muy probablemente no sucederá exactamente lo mismo en las Generales. El resultado del 27 de octubre no será una mera proyección de los votantes que no participaron o que votaron a algunas de las cuatro listas que no pasaron el filtro del 1.5%. El mero hecho de que no estén presentes estas cuatro listas y que, además, el resultado de la misma sea, ahora sí, “vinculante”, en el sentido de definitorio de los cargos a elegir, hacen a las Elecciones Generales de naturaleza diferente. Esto lo sabemos también a fuerza de experiencia: entre las PASO 2011 y las Generales 2011 se movieron 21 puntos (CFK creció 6 puntos, Binner 7 puntos y Duhalde decreció 6 puntos), y entre las PASO 2015 y las generales 2015 se movieron 8 puntos (Macri creció 4 puntos, Scioli decreció 1 punto y Massa creció 1 punto). Pero fueron tan pocas las ocasiones hasta el momento que las especulaciones acerca de cuánto se moverán los guarismos el 27O en relación a las PASO difícilmente puedan basarse únicamente en resultados anteriores.


Algunos investigadores, generalmente afines a las ciencias de los datos, argumentan esta inexactitud reforzando la idea de volatilidad en las intenciones de voto, como si hubiera una suerte de inconmensurabilidad en las preferencias electorales. Para ellos, el resultado de las Generales es diferente al de las PASO sobre todo porque la postura de la gente cambia semana a semana, incluso día a día. Esto conlleva una concepción fragmentaria del comportamiento electoral sesgada al plano de las decisiones, como si se tratara de una mera sumatoria de individuos, excluyendo o relativizando la noción de ideología en el análisis. De todas maneras, consideramos cierto que es importante comprender que el electorado es dinámico y que esa dinámica se explica mejor en términos de un rango de resultados posibles que de números cerrados.


Pero, además, esa dinámica también se explica mejor si se piensa más en un sujeto colectivo que en una sumatoria de individuos, o en un contexto más que en un cúmulo de preferencias. Las Generales arrojan resultados diferentes a las PASO porque el contexto se modifica de una elección a otra, y no sólo porque los candidatos que pierden protagonismo empiezan a generar posiciones favorables en uno u otro sentido, lo que facilita la migración de electores en busca del “voto útil”, sino también porque se suman nuevas variables a considerar en el momento del voto. La búsqueda de consensos tiene para las Generales una mayor incidencia. Aquí es importante destacar que si no logramos discernir con precisión cuáles son las variables que inducen estos procesos y transformaciones es porque las herramientas disponibles para estudiarlos son, justamente, inexactas.


En este sentido, la sistematización de mediciones hechas con la misma metodología que arrojen, mas allá del margen de error, un rango de resultados con su evolución en el tiempo a medida que se acercan las Generales, es de alguna manera la mejor de las estrategias para entender esta dinámica. A eso, es importante sumar la interpretación del contexto que hacen los diferentes sectores del electorado, para lo cual el complemento con mediciones cualitativas es imprescindible, no sólo porque nos permite atribuirle un sentido más eficiente en términos analíticos que simplemente decir que son los “caprichos” (estado de ánimo, preferencias, etc.) de los electores, sino también porque nos permiten acercarnos a la opinión de sectores usualmente deficientemente alcanzados por las encuestas.


Respecto a este último punto es importante destacar que el alcance deficitario que tienen las encuestas, sobre todo en lo que refiere a alcanzar a perfiles sociales y económicos ubicados en los extremos de la pirámide social, en parte responden a la naturaleza obligatoria del voto. Siendo entonces este un problema que mengua en los lugares donde el voto no es obligatorio. En esos casos (ejemplos clásicos son Chile y EEUU) la capacidad predictiva de las herramientas de medición, incluyendo las mediciones en redes sociales, suele ser bastante más aceptable porque votan “los politizados”. No como sucede aquí, donde también participan los supuestos desinteresados en la política.


Es por todo eso que las PASO tienen una enorme utilidad para la trazabilidad electoral, constituyen una herramienta para conocer cómo votan aquellos que no responden encuestas. Pero, como discutimos en los párrafos anteriores, esto no quiere decir que podamos anticiparnos al resultado de las Generales sólo con un análisis de las mismas. Es necesario un complemento cualitativo y seguimientos cuantitativos acotados pero constantes para desentrañar información sobre segmentos clave del electorado, y así construir un panorama sólido sobre qué resultados esperar en las Generales y, sobre todo, encontrar los puntos estratégicos en los cuales concentrar esfuerzos de campaña.

PASO Salta:en cifras

Más de un millón eligen 445 cargos
En la votación que se desarrolla desde las 8 y hasta las 18 en la provincia de Salta hay más de 16 mil candidatos.


Se usa el sistema de voto electrónico Imagen: Gobierno de Salta


En estas Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias se definen los postulantes que competirán en los comicios generales del 10 de noviembre próximo para elegir gobernador y vicegobernador, once senadores, 30 diputados, 60 intendentes y 343 concejales, según datos aportados por el Tribunal Electoral de Salta.
Este domingo compiten cuatro alianzas, 84 fuerzas políticas y 332 listas que postulan a 15.887 precandidatos. Se vota con Boleta Única Electrónica.
En total, están habilitadas para votar 1.032.851 personas. En la provincia esta la primera elección con un padrón que supera el millón de electores registrados. En 2013, la primera la primaria se hizo con un padrón de 892.049 electores. En 2015 el padrón incluyó a 937.124 ciudadanos y en 2017, a 997.364 electores.

En el padrón, el departamento Capital es el más numeroso, con 436.907 ciudadanos habilitados para votar, de los cuales 416.161 corresponden al municipio Salta.

Esto se traduce en una mayor cantidad de establecimientos escolares habilitados para votar. Este año abrieron sus 453 escuelas, tres más que en 2017. En 2017 se habilitaron 3047 mesas para recibir los votos, mientras que hoy son 3151 mesas, de las cuales 1279 corresponden al departamento Capital.

Este total incluye las mesas de extranjeros, 34 donde pueden votar las personas de nacionalidad distinta a la argentina, que sólo podrán elegir cargos municipales. En total, hay 7090 empadronados que pueden ir a sufragar.
Otro grupo que se destaca en el padrón de electores es el de los menores de 18 años, un total de 36.466.
Los resultados de la elección podrán seguirse en el portal www.electoralsalta.gob.ar desde las 18. Para el periodismo el Tribunal Electoral de la Provincia habilitó un Centro de Prensa en la Ciudad Judicial.
A lomo de mula

La geografía salteña, con localidades de difícil acceso, obligó a que el traslado de los elementos para votar este domingo comenzara el 1 de octubre, cuando el Tribunal Electoral envió el primer bolsín con las máquinas de votación electrónica, las urnas, planillas y otros útiles electorales.

La primera partida fue al circuito electoral Norte, que comprende a Orán, Tartagal, Iruya y Santa Victoria Oeste.

Los materiales fueron enviados en vehículos equipados con seguimiento satelital, para asegurarse de que llegarían a destino. En circuito hay lugares inaccesibles con automotores, por lo que el último tramo del traslado debió hacerse a lomo de mula o caballos.
Seguridad a cargo de 5.000 policías

La Policía de Salta desplegó un operativo de seguridad en todo el territorio provincial con la afectación de alrededor de 5000 efectivos que encargados de cuidar fuera de los establecimientos y harán patrullajes.

La diagramación del operativo de seguridad comprende distintas fases, con “tareas de prevención, durante y después de los comicios”. El antes comenzó ayer a las 20, cuando comenzó a regir la veda electoral.



Hoy desde las 7 las dependencias policiales de todo el territorio provincial comenzaron a emitir las constancias de permanencia a los electores que están a más de 100 kilómetros de su domicilio y no pueden ir a votar.

En septiembre, las ventas minoristas cayeron en picada y acumulan 12 meses de baja consecutiva

Se acumulan 12 meses en baja, en términos interanuales, según un informe de CAME


El 38,7% de los comercios esperan que sus ventas aumenten

Durante septiembre, las ventas minoristas cayeron 14,5% a comparación del mismo período del año pasado, y se acumulan 12 meses de caídas interanuales consecutivas. Los datos surgen del último relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa ( CAME), difundido este domingo.

Si bien en septiembre las ventas minoristas crecieron 2,1% en relación a agosto, CAME remarcó en su informe que algunos sectores registraron fuerte contracción de actividad. Tal es el caso de Alimentos y bebidas, que sufrió una baja de -12,5%. Se trata del rubro más importante de los observados, ya que representa 23,5% del total analizado.

Otros rubros afectados fueron Electrodomésticos, electrónicos y celulares, cuyas ventas cayeron 18,4%; Farmacia, perfumería y cosmética con una retracción de 13,7%; Indumentaria (-10%), Muebles, decoración y textiles para el hogar (-14%) y Calzado y marroquinería (-15,9%).

En el resto de los rubros, el informe indicó que Bazar y regalos se retrajo 20,4%; Ropa y artículos deportivos, 16,9%; Ferretería, materiales eléctricos y para la construcción, 17,7%; Joyería, relojería y bijouterie, 18,5%; Juguetería y artículos escolares, 16,1% y Neumáticos y repuestos de autos y motos, 12,8%.

Las ventas "acumulan en el año una baja de 12,8%, cuando se compara enero-septiembre de 2019 con iguales meses de 2018", informó la entidad. La medición anual también destacó que las ventas en locales al público cayeron 15,3% y en la modalidad online, bajaron 9%.

"Un dato positivo del mes, fue la mejora en las expectativas para los próximos tres meses: el 38,7% de los comercios esperan que sus ventas aumenten (en agosto sólo el 27,5% esperaba aumento), el 44,2% espera que se mantengan sin cambios y 17% que continúen cayendo (25% en agosto)", agregaron.

Durante el relevamiento se cubrió un universo de 1.100 comercios Pymes de Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, y el interior del país, en los principales rubros que concentran la venta minorista familiar y tanto con modalidad de venta física como online.

¿Quién inventó la tele?

Martín Caparrós Dos mujeres estadounidenses, ante un receptor de señal televisiva de 1939. CHRIS HUNTER Getty Images

 
Todo gran adelanto tiene su creador. Menos el televisor, sobre cuya autoría planean grandes dudas.

NOS HAN LLAMADO Homo videns. El Homo sapiens, el hombre que sabe, ya no sabe; somos, ahora, hombres y mujeres que miramos —entre otras cosas, para tratar de no saber. Es, se diría, lo que más hacemos.

La media de los 7.500 millones de habitantes del mundo mira casi 4 horas de televisión cada día. Eso quiere decir que hay bastantes que miran 7 u 8 horas, 10 —porque hay otros que no miran nada o casi nada, por pobres, orgullosos, distraídos. Eso quiere decir que cualquier persona, a sus 70, se habrá pasado unos 10 años —120 meses, 3.650 días— enteros mirando la tele. Las dos únicas cosas que habremos hecho más en nuestras vidas son dormir y trabajar; que ya no haya tanta televisión abierta, que ahora sean sobre todo canales de series o fútbol o youtubers, da lo mismo: la tele es una de las tres actividades —la única ¿voluntaria?— a las que dedicamos la mayoría de nuestro tiempo. Y, sin embargo, no sabemos de dónde viene, quién la inventó, cómo, cuándo, por qué. El Homo sapiens se ríe en un rincón.

Cuando era chico aprendí que Franklin había creado el pararrayos, Edison la bombilla, Bell el teléfono, los Lumière el cine, los Wright el avión, Marconi la radio, Fleming la penicilina y así; podía ser cierto o no, pero les daba historias a las cosas. Ahora vivimos rodeados de inventos que no parecen tener inventores, que no parecen tener un origen —y el primero, se diría, fue la televisión: como si la falta de historicidad contemporánea hubiera empezado con el objeto que nos sirve para crear un presente perpetuo. O quizá sea porque, con más y más información, cada vez se hace más difícil disimular que aquellas historias eran cuentos de hadas.

En general, esos grandes inventores no habían inventado nada solos: recordamos a los que consiguieron, de algún modo, aprovechar y sintetizar el trabajo de tantos, los que dieron el último paso del camino que muchos habían empezado a recorrer —pero nos gustan los héroes y nos quedábamos con uno. En este caso no fue posible: la televisión no tiene una historia registrada.

Para empezar, el candidato principal —en esta saga supuestamente americana— era un maldito ruso. Se llamaba Vladímir Kosmich Zworykin, había nacido en 1888 cerca de San Petersburgo y allí se fue a estudiar a sus 17, mientras el bebé de Potemkin rodaba por las escaleras. Y allí se encontró con Borís Lvóvich Rosing, un profesor que intentaba hacer funcionar su “telescopio eléctrico”, una forma de transmitir imágenes de una máquina a otra, y ya empezaba a conseguirlo. Pero después vino la revolución soviética: Zworykin se alistó con los anticomunistas, huyó a Estados Unidos a través de Siberia, consiguió trabajo en una eléctrica llamada Westinghouse, siguió investigando, mejoró el invento y llegó, en 1923, a presentar la patente de un aparato que no terminaba de funcionar.

Mientras, en muchos lugares, otros muchos lo intentaban. Variaban los sistemas y los nombres: la llamaron también iconoscopio, televista, telefoto, emitrón; había intentos, pequeñas emisiones punto a punto, fracasos repetidos; los datos son confusos, las historias se mezclan. Algunos libros insisten en que el primer programa de televisión fue en 1939, hace justo 80 años, en la Feria Mundial de Nueva York, con la presencia estelar de Franklin Delano Roosevelt, poliomielítico de armario —­pero Alemania ya llevaba cuatro años usando el sistema de Zworykin para hacer emisiones regulares a cargo del Estado. El problema es que el Estado alemán, en esos días, estaba a cargo de un señor de bigotitos que nadie quiere asumir de precursor. Así que preferimos olvidarlo: entonces, el invento más poderoso de estas décadas, el que nos reinventó las vidas, no tiene un inventor. Es, quizás, un signo de los tiempos.

Most Americans are wary of industry-funded research


A majority of Americans are skeptical of the impact that industry funding has on scientific research and on the recommendations made by practitioners, according to a recent Pew Research Center survey. The public is somewhat more positive – though still ambivalent – about the effects of government funding on research and practitioner recommendations.

Most U.S. adults (58%) say they trust scientific research findings less if they hear that the research was funded by an industry group. About a third (32%) say industry funding makes no difference in whether they trust research, while only 10% say they trust industry-funded research findings more.

The pattern is similar when it comes to trusting science practitioners’ recommendations. Around six-in-ten Americans (62%) say they trust practitioner recommendations less when they hear the practitioner received financial incentives from an industry group. Around a quarter (27%) say such incentives make no difference; 10% say they trust practitioner recommendations more under these circumstances.



When it comes to the effects of government funding on science research and practitioner recommendations, the public is divided. About half of Americans (48%) say knowing that research received federal government funding makes no difference in whether they trust its findings. About a quarter (28%) say it makes them trust the findings less, and 23% say it makes them trust the findings more.

Similarly, 48% of U.S. adults say knowing that a science practitioner’s recommendation received financial incentives from the government makes no difference in their trust. Around four-in-ten (37%) say such incentives make them trust the recommendation less, while 14% say it makes them trust the recommendation more.

Americans are much more positive about the effects of two other factors included in the survey – open data and independent review – on the trustworthiness of research. A majority of adults (57%) say they trust research findings more when they hear the data is openly available to public, and about half (52%) say the same about research that has been reviewed by an independent committee. The pattern is similar when it comes to the trustworthiness of practitioner recommendations: A majority (68%) trusts recommendations more when the practitioner gets a second opinion, and 43% trust recommendations more if they’re based on an independent committee review.

Public skepticism about industry funding is consistent with past Pew Research Center findings. For example, a 2016 survey found Americans trusted scientists more than food industry leaders to provide full and accurate information about the health effects of eating genetically modified foods. The same survey also found that about a quarter or more of adults thought medical scientists’ research on the effects of GM foods (30%), childhood vaccines (27%) and climate change (26%) was influenced most of the time by the researchers’ desires to help the industries they work for.

Industry-funded research has been controversial in recent decades. For instance, research funded by the tobacco industry in the 1950s sought to discredit emerging science that suggested cigarette smoking caused lung disease. More recently, some scientists have been critical of industry-funded research in food science, arguing it has understated the potentially harmful effects of some food additives.

Science knowledge is strongly related to people’s views of how industry funding affects the reliability of research findings. Those with higher levels of science knowledge are less trusting of research that has received funding from industry groups than are people with medium or low knowledge levels (80% with high science knowledge trust this research less vs. 55% and 30%, respectively).

Men are slightly more likely than women to distrust industry-funded research (61% vs. 54%, respectively), as are white Americans (65%) compared with black (41%) or Hispanic (49%) Americans. People ages 50 and older are more likely than younger adults to distrust industry-funded research findings.

Modest differences emerge between partisans. Democrats and independents who lean Democratic are more likely to distrust industry-funded research than Republicans and Republican leaners (62% vs. 53%, respectively). This difference is largely driven by the opinions of liberal Democrats, who are the most wary of industry-funded research: Nearly three-quarters (73%) say they trust research less if they know it was funded by an industry group. This compares with 52% of moderate and conservative Democrats, 55% of conservative Republicans and half of moderate and liberal Republicans.

Grindetti: "No estamos pidiendo que corten a Mauricio"

"No estamos pidiendo que corten a Mauricio", dijo Grindetti en un acto masivo en el estadio de El Porvenir en Gerli.


Néstor Grindetti relanzó su campaña de cara a los comicios del próximo 27 de octubre: "Estamos mas fuertes que nunca, todos los días recorremos los barrios y recibimos el apoyo de cada uno de los vecinos que nos alientan a no aflojar", dijo ante más de 4 mil vecinos que colmaron el micro estadio del club El Porvenir, en Gerli.


"El triunfo depende de nosotros, tenemos que tocar todos los timbres y hablar con todos los vecinos, somos creíbles porque cumplimos lo que prometimos"., agregó en un acto multitudinario con la presencia de concejales, consejeros escolares, militantes y referentes del espacio que lidera Grindetti en Lanús.

"Les pedimos a los vecinos que al momento de emitir su voto se tomen un momento para pensar en Lanús, no estamos pidiendo que corten a Mauricio (Macri), estamos pidiendo que corten a Depetri que no conoce el municipio y no tiene ninguna propuesta, solo habla de Venezuela o del precio del dolar, pero de proyectos e ideas no escuchamos nada", aseguró el intendente.

Desde hace semanas, Grindetti despliega una campaña muy territorial centrada en reuniones con vecinos, caminatas por los centros comerciales y visitas a barrios humildes mostrando el antes y después de la gestión donde se resalta lo hecho en materia de obra pública y mejoras en los servicios que el Estado municipal brinda a los vecinos.

Desde su equipo, destacan que durante su gestión hubo 1600 cuadras re pavimentadas, 25 mil nuevas luces led , y se incorporó el SAME. Adempas subrayan las obras de mejoras en 13 unidades sanitarias del partido, la nueva clínica veterinaria municipal, la construcción del Puente Olímpico y el Polo Educativo en Villa Jardín, la extensión de la red cloacal para más de 100 mil vecinos nuevos, 700 cámaras de videovigilancia, 500 policías locales nuevos, la lucha contra el narcomenudeo, la nueva sede de licencias de conducir, obras de remodelación en 207 escuelas del distrito, entre otras mejoras.

Estuvieron presentes el diputado provincial, Adrian Urreli, el jefe de Gabinete y 1er candidato a concejal, Diego Kravetz, la presidente de la Corporación del Sur, Karina Spalla y la senadora provincial, Lorena Petrovich, entre otros dirigentes.

Un intendente de Cambiemos va a la Justicia para que le saquen a Macri de la boleta

El jefe comunal de Las Heras dice que "Macri ya se va" y que lo quieren pegar a la lista de un diputado "pedorro".
Un intendente de Cambiemos aseguró que irá a la Justicia el lunes para que despeguen su lista de la boleta de Mauricio Macri.


Se trata de José María Carambia, jefe comunal de Las Heras, la sede del mayor polo petrolero de Santa Cruz. Carambia proviene de un partido vecinal que se plegó em 2015 al frente Unión Para Vivir Mejor (UPVM), la expresión de Cambiemos en la provincia.

Carambia adelantó que el lunes pedirá a la Justicia Electoral que baje su candidatura intendente o "en su defecto que dejen cambiar por otro en mi espacio porque su apoderado Evaristo Ruiz, a quién calificó de "vendido", firmó un acuerdo para que su sublema llevara pegado en la boleta a Macri y a Omar Zeidán, el candidato a diputado nacional de Cambiemos en Santa Cruz.


"Yo en mi boleta no pienso llevar a Zeidan ni a Macri!!!!! A ningún presidente y diputado nacional porque somos un partido Vecinal! Y no pueden obligar a llevar candidaturas que no participamos. Es una elección", disparó Carambia en Facebook.

El intendente de Las Heras denunció la "ilegalidad manifiesta de la justicia electoral al no respetar la voluntad del lema" y dijo que la decisión "es funcional al poder de turno y sabiendo que ya Macri se va, la justicia electoral sigue funcional a los K".

En otro posteo se había referido a Zeidán como "el candidato pedorro".

Can Canada Ward Off a far-right waves Surge?





So far, it’s been immune to the far-right waves that swept Europe and America. Maxime Bernier is trying to change that.

 On a hot day in early September, Maxime Bernier stood in line at a Booster Juice waiting for a smoothie. Bernier, who is 56 years old, looks tall in person. He has graying brown hair that flops to the right across his forehead, in an aging prep-school kind of way. In the student union building, at Ontario’s Western University, he didn’t look out of place. He might have been a business professor. He might have been someone’s dad. He didn’t, in other words, look much like what he is: Canada’s patient zero for the kind of right-wing populism—shouty, nativist and outside the mainstream—that has remade politics all over the Western world.

Bernier was on campus that day drumming up support for his upstart populist movement, the People’s Party of Canada, ahead of Canada’s federal election, scheduled for October 21. Bernier, the party’s founder, leader and only member of Parliament, was a senior Cabinet minister in Stephen Harper’s Conservative government in the 2000s. He came within a hair of leading that party in 2017, before breaking away last year following months of public friction with the party brass over a very Canadian mix of issues, including dairy quotas and multiculturalism.

Since founding the People’s Party, Bernier has been denounced as xenophobic, racist, egomaniacal and doomed. His chief strategist has deliberately positioned him in line with the anti-immigrant and climate-skeptic European new right. At an event over the summer, Bernier vowed to “build a fence” on Canada’s southern border to keep out migrants. Unlike every other federal leader, he downplayed recently revealed photos and videos of Justin Trudeau in black- and brownface, calling the Canadian prime minister a hypocrite but not a racist. Online, Bernier has crafted a Twitter voice that apes, in two languages, the scream-’till-someone-pays-attention style of early Donald Trump. A week before the Western University event, he had launched a Twitter attack on the teenage climate activist Greta Thunberg, calling her, among other things, “mentally unstable.”

But in person, Bernier is much less incendiary. In the sunny quad, he fidgeted as students streamed past, mostly ignoring him and his tiny crew. A young woman wearing a hijab approached with a pamphlet. Bernier’s team visibly tensed. Within seconds, it was clear the woman had little idea Bernier was anyone other than a generic politician. She asked him about higher education grants. He answered with something about federal jurisdiction. They spoke for a few seconds, and then she walked away. Bernier’s team relaxed. “Where are our juices?” one of them asked.

For years, as anti-establishment and anti-outsider politicians have grown in prominence across Europe and in the United States, Canada has been held up as the Great Exception—the one country that’s immune, somehow, to that populist wave. Trudeau, young and progressive, was elected prime minister three months before Trump won the New Hampshire primary. Unblemished at the time by scandal or compromise, Trudeau seemed to stand for everything Trump did not. He played into a sense, around the world, that Canada is somehow different—that, owing to a mix of cultural attitudes, immigration patterns and electoral realities, anti-outsider politics just can’t thrive here.

It would be easy enough, watching Bernier campaign and looking at his numbers, to assume that still holds true. Most polls have his People’s Party tracking below 3 percent of the national vote. His “star” candidates include the reclusive widow of a former mayor most famous for smoking crack on tape (twice) and a Conservative castoff who made headlines last year for tweeting about (and at) his “hottest” middle school teacher. The party’s best-case scenario this campaign might be winning a single seat.

But interviews with pollsters, party insiders and experts on populism suggest that’s only half the story. Bernier remains a marginal figure on the national stage, yet his top-line numbers obscure a change afoot in Canadian political attitudes. Over the past decade, Canadians have become increasingly polarized on immigration. And while immigration itself has not yet been a ballot issue in a federal election, polls and studies show that attitudes toward immigrants have become a key indicator in this country of where any individual voter leans.
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That dramatic development might not make a huge difference in this election. But if the European pattern holds true, it could presage a major shift to come in the way politics are done in this country.

“This populist right phenomenon is in Canada, too,” says Eric Kaufmann, a Canadian political scientist and author of White Shift: Populism, Immigration and the Future of White Majority. “It’s just that it hasn’t got control of a major party yet.”


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To understand why that shift would matter, you first have to understand why it hasn’t already happened. And to understand that, you need to dig a bit into the nitty-gritty of Canadian politics.

If you ask Canadian political scientists or strategists why this country has never had a Trump, they’ll usually laugh and say, “We have. His name was Rob Ford.”

Ford—the populist, right-wing mayor of Toronto for a single, chaotic term—was Trump before Trump: loud, crude, unqualified and uninterested in any existing political norms. Also like Trump, Ford was dismissed by political elites and much of the media as a joke for most of his career. And he was, in many ways, a joke—a serial liar who couldn’t keep his foot out of his mouth, who had little to no grasp of policy nuance, who was able, nonetheless, to forge an unshakable bond with his mass of politically alienated supporters.

Ford, who died in 2016, was no one-off. Not even in his own family. His widow, Renata, is now running for the People’s Party. His brother, Doug, is the premier of Ontario, Canada’s largest province.

The Fords have never been anti-immigrant to the same degree as Trump is; it isn’t the core of their political brand. But nativist sentiment did play a significant, underreported role in Doug Ford’s election in 2018. One studyof that campaign found that having a negative opinion of immigrants and refugees was more likely than any other factor studied, including the economy and the environment, to predict a Ford vote. During that campaign, Ontario Proud, a third-party advertising group, flooded Facebook with messages that attacked a sanctuary city pledge made by the rival New Democratic Party, a tactic NDP strategists said hurt them badly in several key electoral districts.

European-style nativist politics also have been thriving for years in Quebec, where political norms on immigration, multiculturalism and diversity are much closer to those in Europe than they are to English Canada. The governing party in the province, Coalition Avenir Quebec, “is essentially a populist right party where it matters on this issue of immigration and Islam,” says Kaufmann. In June, the CAQ government passed a law banning civil servants, including teachers and university employees, from wearing “religious” garments, like headscarves and turbans, while at work.

If nativist populism is thriving in Quebec and is viable in Ontario, why has it never been a significant factor in a national campaign? One reason is that it’s difficult for fringe parties to break through under Canada’s “first-past-the-post” electoral system. Unlike in many European parliaments, which assign multiple seats proportionally based on each party’s share of the vote, Canada elects MPs individually in each district. That makes it hard for parties with broad national support but no regional base to get a toehold in Parliament.

Another big factor is that it’s just very hard to win federal elections in Canada without support from first- and second-generation immigrants, who, combined, made up almost 40 percent of the Canadian population as of 2011. Jason Kenney, a Conservative former Cabinet minister who is now premier of Alberta, built his career on outreach to immigrant communities, earning the nickname “minister of curry in a hurry” for his relentless organizing in immigrant communities, particularly in the vote-rich suburbs of Toronto. This strategy helped to deliver Harper three consecutive elections between 2006 and 2011. “If you look at Stephen Harper’s approach to building a winning coalition, it would have gone nowhere without immigrant communities and new Canadian communities,” says Andrew MacDougall, Harper’s former director of communications.

Kaufmann also believes there “is a more intact, stronger kind of political correctness” in Canada than in the United States or Europe. He points to a recent controversy in British Columbia. In September, the Vancouver Sun, a traditionally conservative paper, published an opinion article by a university lecturer that called for Canada to reconsider its commitment to diversity. The reaction online was swift and severe. The Sun pulled the column from its website. The paper’s editor issued a public apology. Sunreporters openly rebelled on Twitter and in the newsroom. The column was sloppy and unabashedly nativist. But Kaufmann believes a similar article would not have made a ripple in Denmark or Sweden, or even the United Kingdom.

There are other factors, too. Thanks to geography, history and a complicated points system for selecting immigrants, Canada has long been able to be more selective about which newcomers it takes in than has the United States or Europe. “Because we don’t have a large, open border and because we’re protected by seas on all three sides of our country … we’ve been able to cherry-pick,” says pollster Frank Graves, president of Ekos Research Associates in Ottawa. If reelected, the Trudeau government plans to admit 350,000 new immigrants to Canada annually by 2021, up from about 260,000 in 2014, the last full year of the Harper administration. That represents a significant per capita increase, but it hasn’t been a particularly controversial one: For decades and across governments in Canada, there has been a cross-party consensus that immigration, on the whole, is a good thing.

Perhaps the biggest difference, right now, between Canada and Europe on populism is that the former has not experienced anything like the influx of refugees that entered Europe beginning in 2015. A significant body of scholarship now points to that influx as the main reason for the spike in populist, nativist attitudes on the continent in recent years. Canada did see a significant—for this country—increase in the number of asylum-seekers coming over the border from the United States beginning in 2016; thousands of migrants, many of them Haitians facing the end of temporary protected status in America, crossed over a single ditch in upstate New York into rural Quebec in the summer of 2017 alone. (It is there that Bernier has vowed to “build a fence” to block the crossing, at Roxham Road.) But the numbers of people coming over never went beyond a bare fraction of the millions who sought refuge in Germany, Sweden and the rest of the Europe.

Even so, there are signs the Canadian consensus on immigration is beginning to shift. Graves has been tracking attitudes toward immigrants and minorities for decades. To him, the great undertold story in Canadian politics right now is how much the base of the Conservative Party has moved on these issues over the past several years. In 2013, according to his data, 47 percent of self-identified Conservative voters thought too many immigrants were “visible minorities,” a term used in Canada to refer to non-aboriginal, non-white people. In 2019, that number had spiked to 69 percent. Liberal voters have gone the opposite direction, from 34 to 15 percent.

Graves says that the number of people expressing anti-visible minority sentiments hasn’t actually increased. Instead, he believes those voters, who were once spread out among the parties, have begun to coalesce on a single end of the spectrum—the right. “Immigration,” he says, “has become the new fault line.”


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If that’s true, why can’t Bernier, Canada’s unabashed champion of cutting immigration and fighting multiculturalism, crack 3 percent in the polls?

Many who have followed Bernier’s political career find his recent populist turn something of a mystery—and few are baffled by his failure so far to connect with voters. Bernier made his name in political circles in Canada as a free-market, consumer-issues capitalist. He was first elected in his home region of Beauce, outside Quebec City, in 2006 and served as industry minister under Harper for 18 months. Conservatives who worked with Bernier at that time mostly describe him as distant but affable. “He didn’t have a strong ideology or philosophy,” one senior Harper-era staffer told me. “He certainly didn’t raise any issues around immigration or climate change or environmental policy.”

After leaving Harper’s Cabinet following a scandal (he had left confidential documents at his girlfriend’s house), Bernier became a minor iconoclast in Conservative circles, speaking out on issues that were popular with the party’s libertarian wing, like telecom monopolies and deregulation. The real firebrand persona, however, didn’t emerge until the 2017 Conservative Party leadership race, after Bernier lost to Andrew Scheer.

Bernier wasn’t the nativist candidate in that race. That was former Cabinet Minister Kellie Leitch. In fact, when she proposed a “values test” for Canadian immigrants, Bernier accused her of being a “karaoke” Donald Trump. Bernier, meanwhile, staked out a position on the libertarian right of the party and established himself as one of few candidates willing to go outside what one senior Conservative called “the Harper box.” He went into the leadership convention, in May, with a sizable lead in almost every poll. One close associate from the campaign said his team was already in transition mode, so sure were they of victory. For hours that day it seemed like that confidence was well placed. Only on the 13th and final ballot did Scheer pull ahead and win, by less than a percent.

To this day, there are those around Bernier who believe he was unfairly denied the leadership, that there were irregularities surrounding the vote and that the party brain trust, dominated by Harper loyalists, never wanted him to win. His relationship with the party soon deteriorated, before exploding for good in the summer of 2018, when Bernier unleashed a series of tweets attacking “extreme multiculturalism” and “cultural Balkanism” in Canada. Scheer publicly distanced himself from that message. He told his former rival by phone that Bernier didn’t speak for the party. Less than a month later, Bernier resigned from the Conservatives and launched his own party.

The People’s Party today remains a work in progress. In many ways, it’s not much more than Bernier, a Twitter account and the biggest slice of the radical fringe this country has ever seen. Still, Bernier’s chief strategist, Martin Masse, believes his candidate is speaking to a suite of issues that many Canadians care about but no other party will address, just like populist parties are in Europe. “There is, in all of these countries, a profound disconnect between a part of the population that doesn’t see its concerns reflected in what the elites are talking about or what is acceptable speech or what can be raised in debates,” he says.

At least so far, that message isn’t resonating widely. One Conservative pollster put Bernier’s ceiling in this election at about 11 percent of the popular vote. He’s nowhere near that now. His best chance to win any seat is his own, in Beauce, but even that is far from guaranteed. (His second-best hope is probably Renata Ford.) Bernier could play spoiler for the Conservatives in several ridings, where even 3 percent of the vote could be enough to swing a seat. But that wouldn’t make the People’s Party a factor in Parliament.

Nick Kouvalis, who ran Rob Ford’s first mayoral campaign and helped manage Leitch’s, believes Bernier’s struggles are a matter of his sincerity. “Maxime Bernier is not Canada’s Trump, because Maxime Bernier doesn’t believe a thing that he says,” Kouvalis says. “It’s inauthentic.” (Michael Diamond, a rival conservative strategist, told me he thinks the online personality Bernier developed during the 2017 leadership race was largely the creation of his chief digital strategist, Emrys Graefe, who is now in the private sector and did not respond to an interview request. Masse told me he co-writes Bernier’s tweets today but wouldn’t comment on the specifics of the process.)

Kaufmann thinks the bigger problem for Bernier is that, for a populist, he has his policy mix wrong. Outside immigration and culture, Bernier is a classic small-government, low-tax conservative—not someone trying to appeal to the working class by promising restrictive trade. (One close associate described him as being closer to Barry Goldwater and Ronald Reagan than to Trump.)

But the main reason cited for Bernier’s trapped-in-amber polling numbers, one that came up again and again in interviews for this story, is Trudeau. Beating Trudeau—“kind of the poster child for globalist elitism,” in Graves’ words—is a priority for many voters who might otherwise lean toward Bernier. And the only way to do that in this election is to vote for Scheer, the Conservative candidate, who is polling close to the prime minister.

That’s why Kaufmann thinks the next election, not this one, will be the true test of populist support in this country. “That’s when I would expect the People’s Party to make a bigger impact,” he says. “Not this cycle, because Trudeau helps the Conservatives keep that vote.”


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Two weeks after the London event, Bernier walked, from one interview to another, across a hotel lobby in Hamilton, Ontario, an old steel town just outside Toronto. He wore a light gray suit over a blue checkered shirt. He was in town for an event with Dave Rubin, a conservative American YouTube host. Hours later, outside the event, Bernier’s supporters would clash with protesters, leading to four arrests. But in the hotel lobby, with TV cameras all around, Bernier gave off an air that was less raving insurgent than corporate casual.

It had been, as it tends to be for Bernier, a mixed couple of weeks. On September 16, the commission organizing the English-language leadership debate reversed a previous decision barring Bernier from the stage. The debate promised Bernier and his party the biggest national platform they’d ever had. Then, on September 23, the network Global News reported that three of the founding members of Bernier’s movement, part of a group of about 400 that signed the paperwork creating the party, had close ties to extreme far-right organizations, including Canadian offshoots of the German group Pegida and the Finnish Soldiers of Odin. “We’ve lost track of the number of [the People’s Party’s] most vocal supporters who have the most odious views in Canada,” Evan Balgord, executive director of the Canadian Anti-Hate Network, told Global News.

Leaning forward in the kind of circular half-chair that seems to exist only in hotel lobbies, Bernier said it wasn’t fair to judge his party based on a handful of fringe members. Asked why people who were attracted to those kinds of extreme ideas were also drawn to him, Bernier replied, “You must ask them. I said regularly that these people are not welcome in our party. They do not share our values.”

Bernier’s platform calls for a massive reduction in immigration to Canada, down to between 150,000 and 200,000 new immigrants per year. He also wants the government to cut off all funding for official multiculturalism, to leave the United Nations Global Compact for Migration and to prioritize refugees who, among other things, “reject political Islam.” Bernier’s party also wants to impose a cultural values test on prospective immigrants, the same idea Bernier himself once laughed off the stage.

“We don’t want to have ghettos,” Bernier said in Hamilton. “There are some cities that you cannot speak English and French in this country, and you can be able to do your day-to-day life.” He cited Richmond, British Columbia, an oceanside suburb of Vancouver, where more than half the population is ethnically Chinese. But the city is also wealthy, safe and well educated. If it’s a ghetto, it’s probably the nicest ghetto in the world.

Bernier says his goal this election is to win enough seats to hold the balance of power in Parliament if no one party gains enough support to govern on its own. It’s an unlikely, but not impossible idea. More plausible, for now, is that he will win enough support to start tugging the Conservatives to the right on immigration and refugees. Of course, there’s another possibility: Bernier could lose his own seat, and every other seat, too. He could carry on shouting, after the election, outside Parliament, to an ever-shrinking fringe.

It would be easy enough to assume that’s what’s going to happen, to dismiss Bernier and his supporters as a joke, or to ignore them entirely. But that’s the thing about populists: They always seem like a joke right up until the moment they’re not. “There’s a tendency in countries, before it actually expresses itself politically in a Brexit or a Donald Trump, for a lot of the institutional elite to not see it,” Graves says. “It’s a blind spot.”

Carrió sigue con su gira de stand up:"Frigerio nos entregó"




 Elisa Carrió sigue con sus shows de stand up. Esta vez fue junto a Horacio Rodríguez Larreta en un acto en la ciudad. Allí, la diputada volvió a atacar al ministro del Interior Rogelio Frigerio, al que desde las primarias acusa de haber jugado en contra del oficialismo en las elecciones.

"Nosotros vamos a decir ganamos, aunque no sabemos si ganamos"
Carrió les pidió a los candidatos de Juntos por el Cambio que salgan a anunciar una victoria oficialista a las 6 de la tarde del 27 de octubre. Apuntó contra integrantes de Cambiemos: sostuvo que Frigerio “esconde muchas cosas” y a Peña le dijo que tire "a la miércoles los formatos”. A Rodríguez Larreta le advirtió: "Es la única vez que te lo digo Horacito, porque sino te cago a patadas".
“Frigerio esconde muchas cosas, total a mí no me importa Frigerio. Además nos entregó en toda la Nación, así que no me importa“, dijo Carrió ante las risas y el aplauso de sus seguidores
“Porque hizo de los candidatos del PJ candidatos del Gobierno. Porque las obras acá en Buenos Aires pertenecen al gobierno de Rodríguez Larreta y al Gobierno nacional, pero en todo el país pertenecen al Gobierno nacional de Macri a través del Fondo de Infraestructura. Y todos los gobernadores convencieron a sus pueblos con ayuda de algunos de Cambiemos que esas obras no eran de Cambiemos, eran del PJ. ¡Qué se hagan cargo de la entrega que hicieron de esta coalición!“, disparó.
“Algunos me miran espantados, no me preocupa. Yo no estoy en la elección. ¿Pueden decir que soy incorrecta? Sí, ¡digo la verdad!. ¡Que se vayan todos a la mierda!“, completó Carrió.
También le habló a Rodríguez Larreta enfrente de todos los presentes en el boliche Club Araoz: “Escúchenme, es la única vez que te lo digo Horacito porque sino te cago a patadas, porque ya no hay mas tiempo para nada, a Marquitos los formatos, a la miércoles los formatos”.
Los dichos de Lilita sobre Frigerio causaron impacto en el gobierno, al punto que el propio Macri tuvo que salir en defensa de Frigerio.
En una entrevista con una radio de Bahía Blanca, el presidente dijo que no tiene “las mismas opiniones sobre todos los temas” con Carrió. “Ella tiene una visión pero yo confío en Rogelio, todo lo que ha hecho ha sido bajo mi conducción y liderazgo, por lo tanto estoy tranquilo“, afirmó Macri, dejando claro que en la Casa Rosada no hay sospechas sobre el ministro
“Debería preguntárselo a ella, no tengo esa interpretación“, respondió Macri cuando el periodista insistió sobre por qué Carrió dice que Frigerio “entregó” a Juntos por el Cambio.