Los buenos y los malos según el gobierno

Desde hace poco más de un año se ha establecido en nuestro país, o lo que va quedando de él, un nuevo criterio para definir lo correcto o incorrecto. O, si se prefiere, lo que es justo o injusto. Este nuevo criterio para medir los comportamientos de la gente no se basa en el principio consagrado de igualdad ante la ley, sino en que las cosas están bien o están mal, son justas o injustas, correctas o incorrectas, dependiendo de quién realice el acto.

Como veremos enseguida, para un mismo acto, una persona puede cometer una falta o no según al grupo que pertenezca. Veamos algunos ejemplos:


1) Si el gobernador de Santa Cruz se niega a traer nuevamente los fondos provinciales que giró al exterior el actual presidente, antes de la devaluación y el corralito, es un acto de defensa de los intereses de la población. Si un exportador no quiere liquidar sus divisas según lo establece la normativa del Banco Central (BCRA), está infringiendo la ley y es un antipatria que quiere mantener su capital en el exterior. 2) Si Gonzalo Alsogaray supuestamente envía un e-mail amenazante a un diputado, es detenido inmediatamente. Si un encapuchado le parte la cabeza a un taxista por querer ejercer su derecho a circular libremente, al encapuchado no le pasa nada porque está ejerciendo su derecho a la protesta social.
3) Si el gobierno no paga la deuda pública, está defendiendo los intereses de la población. Si un contribuyente se atrasa en el pago de los impuestos, lo matan con intereses punitorios.
4) Si Alfonsín dice que hay que reestablecer el orden público, lo que quiere es ver sangre y muerte en la calle. Si Hebe de Bonafini dice que hay que salir a incendiar las comisarías, todos tenemos que sentirnos hijos de las madres de Plaza de Mayo.
5) Si hay un robo en una determinada zona de la Capital Federal o del Gran Buenos Aires, la policía declaró zona liberada para que actúen los delincuentes. Si los piqueteros quieren tomar edificios privados, extorsionar a las empresas o impedir que se cobre el peaje en las autopistas, la policía no debe actuar porque eso implicaría reprimir la protesta social.
6) Si Menem proponía a determinadas personas para ocupar la Corte Suprema de Justicia, quería establecer la mayoría automática. Si Kirchner insiste en nombrar a determinadas personas en la Corte a pesar de todas las objeciones que formularon ONGs, está transparentando la Corte.
7) Si Duhalde lo apoya en la campaña para presidente, es su aliado político. Una vez alcanzado el objetivo, Duhalde pasa a representar la vieja política.
8) Si los empresarios invertían en la Argentina en los ’90, eran unos torpes que estaban mal asesorados. Si los empresarios no invierten hoy en Argentina a pesar del caos social, el desorden público, la incertidumbre política y económica, no acompañan el esfuerzo que está haciendo el gobierno.
9) Si Roger Noriega, el secretario de Estado para América Latina de EE.UU., opina sobre la situación política Argentina, se está metiendo en los problemas internos del país. Si Kirchner se junta con la oposición en Uruguay o Bolivia, está ejerciendo un diálogo amplio con todos los sectores.
10) Si los militares reprimieron la guerrilla en los ’70, hicieron terrorismo de Estado. Si Fidel Castro encarcela y fusila a los opositores, es un estadista de primer nivel que tiene que ser recibido con bombos y platillos.
11) Si el gobierno da una opinión sobre un determinado tema, lo hace en defensa del interés común. Si alguien no está de acuerdo con la postura del gobierno, seguro que está pagado por intereses oscuros.
12) Si Daniel Artana, José Luis Espert, Jorge Ávila, Ricardo López Murphy o Mauricio Macri opinan sobre el gobierno, lo que pretenden es hacerlo inviable porque añoran los ’90 de Menem (destaquemos que ninguno de ellos fue funcionario del gobierno menemista). Alberto Fernández y Gustavo Béliz, que sí fueron funcionarios del menemismo en los ’90, son en cambio leales colaboradores a quienes no les cabe el mote de noventistas.
13) Si en los ’90 el Estado se endeudaba, estaba hipotecando el país. Si el actual gobierno hace que el BCRA aumente un 140% su deuda en un año, está haciendo una política financiera disciplinada.
14) Si en los ’90 había convertibilidad, el tipo de cambio fijo destruía la industria nacional. Si ahora el gobierno mantiene fijo el tipo de cambio desde hace un año con inflación creciente, está en la senda de un tipo de cambio competitivo. En fin, seguramente este listado de ejemplos puede ser más amplio y, quizás, a algún lector se le ocurran otros ejemplos para enriquecerlo. Pero creo que con estos casos es suficiente para comprender el nuevo criterio de justicia que rige en Argentina. Las cosas no están mal o bien por sí mismas, sino por quién las haga. La regla es muy sencilla: los buenos son los que piensan igual que el gobierno. Los malos los que piensan diferente. Así de fácil

Las 10 reglas de oro de Google


“En Google pensamos que el gurú Peter Drucker entendió muy bien cómo manejar los nuevos “trabajadores del conocimiento”. Después de todo, Drucker inventó ese término en 1959. El dijo que los “trabajadores del conocimiento” creen que se les paga por ser efectivos, no por trabajar de 9 a 17”.



Con esas palabras, el CEO de Google, Eric Schimdt, comenzó un artículo en la revista Newsweek en donde explica cuáles son las reglas de oro de la empresa para administrar de manera efectiva a sus “trabajadores del conocimiento”.“En Google buscamos la ventaja. El debate acerca de que las grandes compañías están manejando mal a los “trabajadores del conocimiento” nosotros lo tomamos muy en serio porque los que no lo hagan desaparecerán”, indica Schmidt.Y de inmediato, el CEO de Google enumera las 10 reglas:


- Contratar en grupo: los candidatos que entran en proceso de selección en Google son entrevistados al menos por seis personas del equipo directivo y sus posibles futuros compañeros. Toda opinión es tomada en cuenta; aunque el proceso se alargue, vale la pena porque incluyes a los trabajadores.


- Atender todas sus necesidades: según dijo Drucker, el objetivo es "sacar del camino de los empleados cualquier cosa que les pueda molestar". Google les proporciona a cada uno un paquete estándar de beneficios. Al tope de ellos encontramos: comedores de primera clase, gimnasios, lavanderías, salas de masajes, peluquerías, micros... todo lo que ellos pueden querer. "Los programadores quieren programar y no limpiar su ropa. Nosotros lo hacemos fácil para él”, dice Schmidt.


- Agrúpalos: los trabajadores de Google que desarrollan un mismo proyecto están todos en el mismo lugar, a pocos metros uno del otro. Así, cuando tienen una duda no deben enviar un e-mail o llamar por teléfono. De acuerdo a google.dirson, Schmidt reconoce que cuando fue contratado en el 2001 como CEO compartió oficina durante varios meses con empleados. Allí aprendió mucho de ellos.


- Haga la coordinación sencilla: pese a que los compañeros de proyecto estén cerca uno del otro, cada semana deben enviar un e-mail relatando qué estuvo haciendo en los últimos días. Con ello se conseguirá no sólo un buen seguimiento sino además sincronizar mejor las tareas.


- Come tu propia “comida de perro”: los trabajadores de Google usan las herramientas de la empresa de manera intensa.

No sólo las públicas sino también muchas desarrolladas para manejar información interna. Algunas de ellas terminan convirtiéndose en productos Google. Por ejemplo, Gmail fue usado durante muchos meses como correo interno. Gmail está desarrollado para satisfacer las necesidades de los consumidores más demandantes: los trabajadores del conocimiento de Google.


- Impulsa la creatividad: los ingenieros de Google pueden dedicar más de un 20% de la jornada laboral a crear y desarrollar cualquier proyecto previa autorización. Además, existe una herramienta interna a través de la cual los trabajadores envían cualquier idea que se les ocurra para que sea debatida y puntuada: desde un nuevo procedimiento para el estacionamiento hasta el producto más revolucionario.


- Trata de llegar a un consenso: en Google, el papel de un dirigente es el de un agregador de puntos de vista y no el de aquel que sólo dicta decisiones. Dentro del megabuscador se está convencido de que "muchos son más inteligentes que unos pocos". Por ello es que se intenta tener diversas opiniones antes de tomar cualquier decisión.


- No seas malvado: mucho se escribió sobre el slogan de Google “Don´t be evil”, pero realmente tratamos de vivir bajo él, sobre todo en el nivel directivo y de gestión. Como en todas las organizaciones, los trabajadores defienden con pasión sus puntos de vista, pero en Google se busca crear un ambiente de tolerancia y respeto y que no se tiren sillas como en otras reconocidas empresas de tecnología. (Esas palabras hacen referencia a una supuesta pelea en Microsoft.Steve Ballmer, director de esa empresa, habría arrojado una silla por el aire cuando se enteró que uno de los principales desarrolladores de la compañía se pasaba a Google. En el mismo momento gritó: “Voy a acabar con el puto de Google”)


- Tus decisiones deben estar basadas en datos: En Google, casi todas las decisiones se basan en datos cuantitativos. Por ese motivo se desarrollaron sistemas capaces de gestionar la información interna. En la empresa existen docenas de analistas dedicados a procesar todos los datos de las diversas áreas de negocio de Google.


- Comunica de manera efectiva: cada viernes en Google se celebra una reunión directiva. Allí se hacen anuncios, se comparten presentaciones y se hacen preguntas y respuestas. Esto permite a los directivos estar en contacto con sus trabajadores del conocimiento y saber qué piensan ellos y viceversa.


En Google existe un importante caudal de información interna que se comparte y poca que ha salido hacia el exterior sin consentimiento. Contrariamente a los que muchos piensan, creemos que el primer hecho causa el segundo: una fuerza de trabajo que confía es una fuerza de trabajo leal.

Rubén Hernán Weinsteiner