Piñera está dispuesto a terminar con la Constitución impuesta por Pinochet

Empujado por la crisis social y política, el conservador Sebastián Piñera se abre a la posibilidad de un Congreso constituyente
Policías chilenos custodian el sábado un supermercado cerrado por las protestas en Santiago.

Después de 24 días de crisis política y social, la mayor desde que finalizara la dictadura militar en 1990, el Gobierno chileno de Sebastián Piñera se ha abierto a cambiar la Constitución de 1980 heredada de Augusto Pinochet, un paso inédito para la derecha en los últimos 30 años. Lo anunció la noche del domingo el ministro de Interior, Gonzalo Blumel, después de una reunión encabezada por el presidente y en la que participaron altos representantes del conglomerado oficialista. No existen mayores detalles sobre cómo será el mecanismo, aunque el Ejecutivo apuesta por un Congreso constituyente, una amplia participación ciudadana y un plebiscito ratificatorio. De hacerse realidad, será la primera vez en la historia que Chile tendrá una Constitución discutida en democracia.

“Es un hecho histórico. El fin de la transición a la democracia en lo que respecta al aspecto constitucional, una gran deuda. El reventón social que se vive en Chile desde el 18 de octubre la puso en evidencia”, indica Javier Couso, académico de la Universidad Diego Portales y catedrático de la Universidad de Utrecht. Para Tomás Jordán, que coordinó el proceso constituyente del segundo Gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018), “es la primera vez desde 1990 que la derecha se abre a una nueva Constitución, por lo que existe un consenso político desde la derecha y la izquierda por una nueva carta fundamental”. Se trata, a su juicio, de “un cambio en la línea de la historia chilena”, porque será discutida en democracia: “Todas las constituciones —la de 1833, 1925 y 1980— estuvieron precedidas por guerra civil, ruido de sables o golpes de Estado”.


Las protestas de 2011

El cambio de la Constitución comenzó poco a poco a tomar fuerza en la sociedad chilena desde las protestas estudiantiles de 2011. Fue entonces cuando quedaron en evidencia las dificultades para cambiar ciertas leyes por los altos quórum requeridos, como la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE). “Muchos de los derechos sociales que se han discutido en la esfera pública en los últimos años —el aborto, la salud, la titularidad sindical, los derechos de agua— se topan con la Constitución”, explica Claudio Fuentes, profesor de la Universidad Diego Portales.

Couso pone un ejemplo: “La Constitución de 1980 establece asuntos que serían considerados exagerados en otros países, como que la seguridad social debe ser prestada por instituciones públicas o privadas, con lo que se les da un estatus constitucional a las administradoras de fondos de pensiones (AFP)”. “Si una ley terminara con ese sistema [de capitalización individual vigente desde 1981, pionero en el mundo] y permitiera uno similar al de Inglaterra, Alemania o España, alguien podría recurrir al Tribunal Constitucional (TC)”. Para al académico, el TC chileno actúa como una tercera Cámara y ha posibilitado durante 30 años la capacidad de veto de la derecha: “Es de los de mayor poder del planeta”, explica Couso.

En estos días de crisis marcados por la masiva protesta pacífica y por la actuación de grupos de violentos, el presidente Piñera y el grueso de su conglomerado se habían mostrado a favor de reformas constitucionales. Fue en una entrevista con EL PAÍS cuando el mandatario habló por primera vez de un cambio de la Constitución, aunque no fue hasta la noche del domingo cuando su ministro del Interior reveló la decisión del Gobierno, en medio de una situación política y social compleja que ha dejado 20 muertos —12 por incendios, tres por atropellos de coches y cinco por la actuación de uniformados, que está siendo investigada—.

Empujado por las protestas, que lo han dejado con un 13% de popularidad, y por voces que desde su propio sector clamaban por superar la Constitución de 1980 —como la del presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes—, Piñera tomó la decisión de abrirse al mayor cambio político de las últimas décadas.
Resistencias a una Asamblea Constituyente

El nudo se encuentra ahora en la fórmula: una buena parte del oficialismo se resiste a una Asamblea Constituyente, la fórmula que busca la oposición y movimientos de ciudadanos. Hasta ahora, el Gobierno de Piñera no ha aclarado si será este Congreso o el elegido en 2021 el que tendría en sus manos el trabajo de cambiar la Constitución y si será el Ejecutivo el que enviará un texto que, luego de pasar por la discusión parlamentaria, será ratificado por un plebiscito.

Para algunos expertos, como Sergio Verdugo, profesor asociado de la Universidad del Desarrollo (UDD), se debe tener cuidado con las altas expectativas que generan las asambleas constituyentes: “Las constituciones no pueden corregir los problemas de salud o de pensiones si no van acompañadas por políticas públicas bien diseñadas que sean estables en el tiempo”, advierte. Lo que hasta hace algunos años se trataba de una discusión académica y de la élite política se ha transformado en una demanda social.

Actualmente, diversas encuestas han desvelado la importancia que ha adquirido el cambio de la Constitución. El reciente estudio del Núcleo Milenio en Desarrollo Social (Desoc), el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile y el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) mostró que ocho de cada 10 chilenos están a favor de una nueva carta fundamental. La edición impresa de la Constitución de 1980, por otra parte, se ha colado entre los libros más vendidos en el país en estas últimas semanas. “Es sorprendente lo que ha crecido el interés de la ciudadanía por una nueva Constitución”, analiza Fuentes, autor del libro El fraude: el plebiscito de la Constitución de 1980.

“Fue el fraude más grande de la historia que se haya cometido en Chile: un proceso convocado en septiembre de 1980 por Pinochet con un mes de anticipación, donde no había padrón electoral y no se permitió a la oposición dar su visión”, explica el académico. Pero no se trata solo de un problema de legitimidad de origen. A juicio de Verdugo, “existen distintas Constituciones en el mundo cuyos orígenes no han sido democráticos –como la de Japón o de EE UU– que han ganado legitimidad sobre la marcha”. “Pero en el caso de Chile, se trata de una Constitución que divide y no une a los chilenos, por lo que tiene un problema de legitimidad que no solamente se relaciona a su origen”.

La de 1980 fue una Carta Fundamental que comenzó a regir solo cuando se inició el primer Gobierno democrático, el 11 de marzo de 1990. Couso recuerda que su ideólogo, Jaime Guzmán –asesinado en 1991– señalaba: “Si llegan a gobernar los adversarios, se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo anhelaría, porque –valga la metáfora– el margen de alternativas que la cancha imponga de hecho a quienes juegan en ella, sea lo suficientemente reducido para hacer extremadamente difícil lo contrario”.

Un día antes del cambio de régimen, la dictadura decretó una decena de leyes orgánicas constitucionales que requerirían de un quórum de tres quintos o dos tercios, cuando la mayoría de las iniciativas legales requieren de cuatro séptimos. Fueron las llamadas leyes de amarre. El centroizquierda quedó con las manos atadas y liderando una transición compleja: con Pinochet como comandante en jefe del Ejército hasta 1998 y con las figuras de los senadores designados como indicaba la Constitución, que no le posibilitaba ejercer su mayoría política.

Fue en 2005, en el Gobierno del socialista Ricardo Lagos (2000-2006), cuando se eliminaron algunos de los enclaves autoritarios de la carta fundamental, como la inamovilidad de los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas o los propios senadores designados. En el segundo mandato de Michelle Bachelet (2014-2018) unas 200.000 personas participaron en discusiones para una nueva Constitución que fueron recogidas por un proyecto presentado al Congreso pocos días antes del cambio de Gobierno, en marzo de 2018. El ministro del Interior de Piñera adelantó que el trabajo de la anterior Administración será considerado en el proceso que arranca en Chile.

El vacío de poder sume a Bolivia en el caos

La policía sigue amotinada y la oposición busca reunir a la Asamblea para desencallar la actividad política
Miles de personas protestan en La Paz este domingo. En vídeo, la crisis que ha provocado su dimisión.

La renuncia del presidente boliviano, Evo Morales, presionado por el Ejército, ha sumido a Bolivia en un inédito vacío de poder. Casi todas las autoridades de la cadena sucesoria, comenzando por el vicepresidente Álvaro García Linera, y siguiendo con la presidenta y los dos primeros vicepresidentes del Senado renunciaron también. La sucesión le correspondería a la opositora Jeanine Añez, la tercera vicepresidenta del Senado. Ella lo manifestó así ayer, pero este lunes apareció llorando ante las cámaras y señalando que su intención solo es darle una salida al país y no apropiarse de la protesta que condujo a la caída del Gobierno.

El líder de los llamados comités cívicos, Luis Fernando Camacho, había pedido que renuncien todos los parlamentarios del Movimiento al Socialismo (MAS), que constituyen dos tercios de la Asamblea Legislativa. Si su demanda se concretara, la Asamblea no podría reunirse, con lo cual no habría una salida institucional. No obstante, este lunes, Camacho habló en la televisión “para la comunidad internacional”, asegurando que en Bolivia no se produjo un golpe de Estado, como, dijo, habían afirmado algunos medios, sino una “resistencia civil pacífica” frente al mando de un presidente que rompió la Constitución y que fue autoritario durante 14 años. Dijo que la movilización fue pacífica todo el tiempo y que, si pidió la renuncia de Morales, fue porque este había prometido que dimitiría en caso de que su gobierno causara la muerte de algún boliviano, lo que pasó con tres manifestantes opositores en medio del conflicto que terminó en la renuncia del presidente. Camacho evitó repetir su sugerencia de formar una “junta de gobierno” y, en cambio, aseguró que la transición a un nuevo gobierno sería “democrática y constitucional”.


Se sabe que parlamentarios de todo el país viajan hacia La Paz para poder reunir la Asamblea Legislativa, el órgano que debe aceptar la renuncia del expresidente y elegir un mandatario interino.

La oposición política, encabezada por el candidato Carlos Mesa, está trabajando intensamente para lograr reunir a la Asamblea, explorando diferentes opciones para darle una salida legal a la crisis. Mesa compareció ante la prensa para pedir que no se hostigara a los parlamentarios del MAS, puesto que su presencia en la Asamblea debe dar una “salida democrática del país”. También señaló que lo ocurrido en estos días en Bolivia “no constituye un golpe de Estado, como dicen los medios internacionales. Morales dejó el gobierno porque ya no podía conducir el país, porque la población le había negado su apoyo. Los militares se limitaron a no enfrentarse con el pueblo”.

Evo Morales, quien ha denunciado que un grupo de policías amotinados quiso apresarlo, todavía se encuentra en el país, en tierras cocaleras, presuntamente porque no encontró la forma de abandonarlo la noche pasada. El comandante de la Policía, Yuri Calderón, rechazó tal persecución policial, aunque la Policía sigue amotinada y reunida en sus cuarteles. El exmandatario ha denunciado a través de Twitter que los agentes sublevados están reprimiendo "con balas" a la población de la ciudad indígena de El Alto.

Muchos otros mandatarios, que fueron hostigados por la población antes y después de la renuncia del presidente, están también escondidos o huyendo del país. Se sabe que unos 20 están asilados en la Embajada de México en la capital boliviana, mientras que el ministro de Gobierno, Carlos Romero, está en la sede diplomática argentina.

Las tropas policiales continúan en actitud de desobediencia y exigen la renuncia del comandante Calderón, designado por el gobierno saliente. Un grupo de oficiales anunció que este ya renunció, que volverán a trabajar, que ya no serán dirigidos de forma política, que elegirán al nuevo comandante por voto y pidieron que Mesa se disculpara con la Policía por las críticas que le hizo durante la pasada campaña electoral. Otros policías, en cambio, dijeron que no suspenderían su huelga mientras no llegue un nuevo gobierno y puedan recuperar viejas atribuciones (identificaciones y licencias de conducir) e igualación salarial con el Ejército.

Anoche, La Paz fue sacudida por actos de vandalismo y el ataque al domicilio del rector de la universidad estatal, Waldo Albarracín, uno de los líderes de la protesta contra Morales. La casa de Albarracín fue rodeada por una turba e incendiada, sin que hubiera daños personales. Varias fuentes atribuyeron esta acción y otras, como la quema de decenas de buses municipales y los saqueos a fábricas y comercios que ocurrieron en distintos barrios paceños, a seguidores del Movimiento al Socialismo.

Santa Cruz de la Sierra, el bastión de la oposición, amaneció ayer en un ambiente fantasmal después de 20 días de bloqueos de carreteras bautizados como “paros cívicos”. La ciudad, la segunda más poblada de Bolivia, está paralizada por las movilizaciones de los comités que llevan desde la noche de las elecciones reclamando la renuncia incondicional de Evo Morales. El líder de uno de esos grupos, representante del sector más radical de los manifestantes, es Luis Fernando Camacho. Este activista político y antiguo líder estudiantil se convirtió en los últimos días en el máximo exponente de la oleada de protestas pese a no ser un cargo electo y actuar de espaldas al expresidente Carlos Mesa. Este, en cambio, compitió con Morales en las urnas y su presión fue determinante para que la Organización de los Estados Americanos (OEA) realizara una auditoría del escrutinio y detectara varias irregularidades en el proceso.

En la ciudad, que en las últimas semanas fue escenario de episodios de violencia y duros enfrentamientos entre simpatizantes opositores y militantes del partido gubernamental, apenas circulan vehículos, salvo los que tienen un permiso especial de las autoridades locales. El trayecto entre el aeropuerto y el jardín zoológico es una carrera de obstáculos de una docena de kilómetros llenos de barricadas y algunos camiones atravesados impidiendo el paso y, sin embargo, sin presencia de militares. En nueve puestos de bloqueos los manifestantes antioficialistas exigen saber a los pasajeros de dónde vienen y hacia dónde se dirigen. Inspeccionan los vehículos y a veces también los equipajes. Preguntan, con educación, y en definitiva pretenden exhibir su presencia mientras el país espera en vilo un desenlace tras la dimisión de Morales.

Para Bannon, Bolsonaro va tener como rival a un "rockstar de la izquierda internacional", pero se verá beneficiado


Lula con sus partidarios
Lula con sus partidarios
El publicista norteamericano Steve Bannon, exasesor de Donald Trump, impulsor de una internacional de la ultraderecha, afirmó que la excarcelación del expresidente brasileño, el "cínico" Luiz Inácio Lula da Silva, fortalecerá al mandatario Jair Bolsonaro y su gobierno de orientación "populista".
    "Creo que Lula va a fortalecer a las fuerzas populistas de Jair Bolsonaro" para que sean aprobadas "cuanto antes" las reformas impulsadas por el gobierno brasileño, señaló Bannon.

    La puesta en libertad Lula da Silva, ocurrida el viernes pasado, es "un tiro que ayuda a consolidar el control de Bolsonaro" sobre el escenario político nacional.
    Los "seguidores" de Bolsonaro deben tomar conciencia de que deben "ayudar con urgencia" al gobierno, aseveró Bannon.
    Lula, líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), fue puesto en libertad tras un año y medio de prisión por una condena de corrupción y lavado de dinero.
    Los diarios de este lunes informaron que el político petista retomará su agenda política con un viaje al estado de Pernambuco, donde posiblemente lanzará duras críticas a Bolsonaro, como ya lo hizo este sábado al hablar en el Sindicato de Metalúrgicos en San Bernardo do Campo, periferia de San Pablo.

    Bannon opinó, en entrevista a la BBC, que de ahora en más Bolsonaro va tener como rival a "un rockstar de la izquierda internacional, el cuadro (político) no va a ser tranquilo".
    El norteamericano Bannon impulsa el Movimiento, un grupo de ultraderecha de alcance mundial, en el que están líderes como Bolsonaro, Trump y el exministro del Interior italiano Matteo Salvini.
    Lula es uno de los "individuos más cínicos y corruptos del mundo (culpable de que Brasil) haya entrado en el reino del terror financiero", dijo Bannon.

Lipovetzky condenó el golpe en Bolivia y Alberto Fernández lo elogió


El diputado nacional Daniel Lipovetzky viene marcando diferencias con la conducción nacional de Cambiemos desde el último cierre de listas, que lo dejó sin la posibilidad de renovar su banca este año, relegado a la lista de la gobernadora María Eugenia Vidal. En las últimas semanas, el legislador —que el año pasado tuvo una militancia abierta a favor del fallido proyecto de despenalización del aborto— coincide en varias de sus posturas con el Frente de Todos. Esta semana, el dirigente se expresó a favor de la liberación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (una bandera del kirchnerismo), y este lunes 11 de noviembre recibió un guiño de Alberto Fernández luego de haber denunciado un "golpe de Estado" en Bolivia, una postura que choca con la de sus pares del macrismo.

"Me tranquiliza ver que en el oficialismo hay gente con la dignidad democrática de la que otros carecen", expresó Fernández en su cuenta de Twitter. Lo hizo en respuesta a la publicación anterior de Lipovetzky: "Si mueve la cola y ladra es un perro! Si las Fuerzas Armadas "recomiendan" (léase obligan,exigen) la renuncia d un presidente elegido democráticamente esto es un Golpe d Estado. Es necesario q se aplique la Carta Democrática Interamericana d OEA y que dicho organismo intervenga ya!".

No es la primera vez que se expresa en la misma línea de pesamiento que el kirchnerismo, en disidencia con su espacio. En una entrevista, Lipovetzky opinó respecto de la libertad que el Tribunal Supremo de Brasil le concedió este viernes al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva y aseguró que "el criterio de la Justicia fue correcto", y agregó: "Creo que el criterio de la Corte fue el correcto, las prisiones preventivas tienen que ser excepcionales", consideró el legislador, aunque advirtió que "es un fallo de un tribunal de otro país y no se puede trasladar con los casos de la Argentina".

Además, en otra de las entrevistas que brindó a este medio, resaltó: "Yo vengo del peronismo, nunca renegué de mi pasado". Será por esa historia que, luego de las PASO, el legislador macrista recibió una propuesta que lo descolocó.

Durante una entrevista que compartió con el exembajador en el Vaticano Eduardo Valdés, en TN, el referente peronista le expresó: "Sueño con Lipovetzky siendo funcionario de Alberto Fernández. Él siempre me ha enseñado cosas, lo digo de verdad".

El plan económico de Vox: más cerca de Bolsonaro que de Trump y Le Pen

A diferencia de otras expresiones de la extrema derecha internacional, las ideas económicas de Vox están más cerca del ultraliberalismo que del nacionalismo.



En su campaña del 2016, Santiago Abascal imitó el lema de Donald Trump y llamó a "hacer a España grande otra vez". Sin embargo, el programa económico de Vox está más ligado al ultraliberalismo que al nacionalismo que pregona el presidente de Estados Unidos. La ideología económica del nuevo fenómeno de la política española está más cerca del brasileño Jair Bolsonaro y su todopoderoso ministro Paulo Guedes, un Chicago Boy, que del proteccionismo de Trump o la francesa Marine Le Pen. O del antieuropeismo de Matteo Salvini.

"Desconfíen siempre del Gobierno", es la máxima de Rubén Manso, el cerebro económico de Vox. Es también el título de un libro de artículos de Manso, un liberal convencido fichado tras varias tentativas por Iván Espinosa de los Monteros.

Manso puede presumir de CV: doctor en Economía, licenciado en derecho, inspector del Banco de España en excedencia; con larga trayectoria en despachos legales de prestigio y con su propia consultora. Además, es militar en la reserva, pero todos los años va de campamento con las milicias. También es ferviente religioso: esta noche agradeció especialmente a Dios y al Rey por el resultado electoral.

Vox apela en forma permanente a la identidad española y a la protección de las fronteras frente a la inmigración ilegal. También a la defensa de los valores cristianos y occidentales, así como de la familia y la vida. Pero su postura ultraconservadora, a diferencia de otras fuerzas cercanas a nivel internacional, se combina con el ultraliberalismo económico. De hecho, gran parte de sus primeros votantes provienen de aquellos decepcionados con el Partido Popular por la subida de impuestos aplicada por Mariano Rajoy y por la deriva al centro del 'marianismo'.


El programa económico de Vox

Su programa contempla una bajada de impuestos general ("la mejor política es meterle el dinero en el bolsillo al ciudadano", afirman), con dos tramos de tipos impositivos (22% para rentas inferiores a 65.000 euros anuales y 30% a partir de ahí), así como supresión de otros como sucesiones.

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En su plan presentado para las elecciones autonómicas de este año, Vox plantea además una "reestructuración y privatización de empresas públicas" y una reducción de la carga fiscal que implica la supresión del impuesto sobre Patrimonio y del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. La mayor guerra de Vox, sin embargo, es contra las autonomías, a las que propone suprimir por completo.

En cuanto a la relación con la Unión Europea, Vox plantea una postura algo ambigua. La fuerza de Abascal evita etiquetarse como euroescéptica aunque tiene una postura muy crítica de la deriva de Bruselas y llama a recuperar los valores tradicionales del continente.

Posturas que ahora tendrán una voz mucho más fuerte en el Congreso de los Diputados, donde Vox pasará de 24 hasta 52 diputados. El partido de Abascal ha sido el gran beneficiado de la repetición electoral. "Es la gesta política más fulgurante y más rápida de la democracia española", celebró este domingo el líder del partido.

La disparada de la ultraderecha

El 28 de abril, la ultraderecha conseguía 24 diputados tras obtener 2,677 millones y el 10,26% de los votos e ingresaba así por primera vez al Congreso de los Diputados. Este domingo, Vox obtiene un millón de votos más en un contexto de menor participación y más que dobla la cantidad de diputados para convertirse en la tercera fuerza por detrás del Partido Socialista y el Partido Popular. Además, se convierte en la primera fuerza en Murcia y Ceuta y la segunda en Andalucía.

Inflamado por los disturbios en Cataluña tras la sentencia del procés y la exhumación de Franco, Vox ha aprovechado la repetición electoral para confirmarse como el gran fenómeno de la política española. El partido, fundado a fines de 2013, está viviendo un crecimiento espectacular y de esta manera imita el auge de las formaciones de ultraderecha en el resto de Europa.

El subidón es notable: hace apenas tres años, Vox obtenía apenas el 0,2% y no llegaba ni a los 50.000 votos tras una campaña en la que Abascal acabó detenido en Gibraltar por desplegar una bandera española en el Peñón.

El resultado de este domingo no le alcanza a Vox para conformar Gobierno con el Partido Popular y Ciudadanos pero los escaños obtenidos permitirán a los de Abascal incrementar de forma notable su influencia en un escenario polarizado. Además, el resultado dificultará aún más una posible abstención del PP a una investidura al Partido Socialista, ya que le regalaría un importante espacio a la derecha. "Estamos consolidando una alternativa patriótica y social", celebró el portavoz del Comité de Campaña de Vox, el eurodiputado Jorge Buxadé, en la noche más feliz de la ultraderecha.

España: Un Sánchez debilitado vuelve a quedar en manos de Podemos y los independentistas

Pedro Sánchez y su equipo plantearon la repetición electoral como un plebiscito para poder gobernar en solitario y lo han perdido.



Pedro Sánchez y su equipo de confianza plantearon la repetición electoral como un plebiscito para poder gobernar en solitario y lo han perdido. En la Moncloa, el jefe de gabinete del presidente, Iván Redondo y el responsable del CIS, José Félix Tezanos alimentaron durante meses el sueño de lograr el 35% de los votos y más de 140 diputados y al final, el PSOE sale del 10N más débil. Han perdido 3 escaños, 800.000 votos y la mayoría absoluta que tenían en el Senado.

Los peores augurios de muchos de los dirigentes territoriales del partido se cumplieron. Repetir las elecciones tras el fracaso del gobierno de izquierdas y con Cataluña incendiada por la sentencia del procés era una ruleta rusa que no podía acabar bien. Los grandes vencedores de la noche han sido el PP que sube más de 20 escaños y sobre todo la extrema derecha de Vox que se ha disparado hasta los 52 diputados.

A pesar del fracaso, nada se moverá en el PSOE porque tampoco nadie cuestionó en público estos meses la errática estrategia negociadora con Podemos ni la decisión de forzar las nuevas elecciones.

Sánchez tiene ahora tres opciones: una, buscar la gran coalición para gobernar con el PP; algo que en España sigue siendo una quimera; la segunda, intentar un nuevo gobierno "Frankenstein" con Podemos, Errejón, PNV y ERC. Un pacto con el que no podía dormir tranquilo hasta hace unas semanas pero que ahora se presenta como el más probable porque la tercera opción, las terceras elecciones si que se descartan en Ferraz ante el riesgo de que el voto de castigo aumente.

Durante la noche electoral se alimentaron otras posibilidades para no depender de los independentistas juntando en el mismo saco a Ciudadanos, Podemos, PNV y los regionalistas. No parecen realistas.

Los de Abascal se frotan las manos ante un gobierno que dependa de los partidos catalanes porque seguirán incendiando la situación.

Así que seis meses después, volvemos a empezar, pero con un escenario todavía más complejo. El PP mejoró notablemente los resultados, pero no tuvo mucho que celebrar porque tiene a la ultraderecha en los talones, marcándole el terreno a un Casado que intentaba moderarse. Los de Abascal se frotan las manos ante un gobierno que dependa de los partidos catalanes porque seguirán incendiando la situación.

El drama lo vivió Ciudadanos. Rivera no confirmó su dimisión, pero su discurso sonó a despedida. Hace año y medio, encabezaba las encuestas, hace seis meses estuvo a punto de sobrepasar al PP y hoy el partido naranja parece al borde de la desaparición.

Tampoco hubo fiesta en la sede de Unidas Podemos que también pagó la incapacidad de formar gobierno. Hace tiempo que Pablo Iglesias se tiene que conformar con salvar los muebles. Vuelve a exigir la coalición al PSOE, pero también sale debilitado. La división de la izquierda fue de nuevo un mal negocio porque Errejón solo consiguió tres diputados pero sus votos en otras 16 provincias se fueron directamente a la papelera.

Tras cuatro años de bloqueo, el panorama no mejora y crece la sensación de que, aunque se logre formar gobierno, será tan precario que en un par de años habría que volver a votar.

La devaluación y la crisis tiñeron de rojo los resultados de las empresas

La caída del consumo impactó en las ventas y el salto del dólar post PASO afectó costos y deuda
YPF, una de las que perdió por el dólar y el congelamiento

La abrupta devaluación post PASO y la crisis económica resultaron un combo explosivo para las empresas argentinas. De acuerdo a los balances presentados por las firmas que cotizan en la Bolsa porteña, el tercer trimestre del año sólo dejó pérdidas para la mayoría de ellas.

Las compañías recibieron un doble impacto. Por un lado, la contracción del consumo, de la mano de un poder adquisitivo cada vez más deteriorado por la inflación, afectó sus resultados por ventas. El golpe más duro fue para las empresas dedicadas al consumo masivo, que en septiembre registró una caída récord, según consultoras privadas, del orden del 13% interanual.

Por el otro, la fuerte devaluación que se produjo luego del resultado de las PASO del 11 de agosto -sólo en el día posterior a las primarias el dólar saltó un 22,8%- generó un incremento de costos y un deterioro de la situación financiera de aquellas compañías que se habían endeudado en moneda estadounidense.

"La exponencial suba de costos, asociada a la muy fuerte devaluación de la moneda y la inflación, ha sido determinante en los resultados negativos de Molinos, que no ha podido trasladar a los precios de su cartera de productos dichos efectos", señaló la empresa alimenticia en un comunicado el jueves pasado, luego de dar a conocer una pérdida acumulada en los primeros 9 meses del año de $1.356 millones.

Otra de las que sufrió este doble impacto fue Arcor. Aunque la empresa logró compensar la caída de ventas en nuestro país con exportaciones y ventas en sus filiales extranjeras, su deuda se incrementó notablemente por la devaluación, lo que le significó una pérdida de $2.610 millones entre enero y septiembre pasados.

"La rentabilidad de la compañía se ha visto afectada principalmente por la diferencia de cambio sobre la deuda en dólares, producida por la devaluación del peso argentino", indicó la compañía en un comunicado difundido el viernes.

Y agregó: "La caída de volúmenes de ventas del Grupo en Argentina originada en la baja del consumo, se ve parcialmente compensada por el incremento de las exportaciones y el incremento en el volumen de ventas operado en las filiales del exterior".

En la misma línea, Aluar reportó un resultado negativo de $2.963 millones, de acuerdo al balance con cierre el 30 de septiembre que presentó a Byma. La compañía indicó que el resultado se debe a la pérdida ocasionada por el impacto de la devaluación sobre su deuda, los menores ingresos por ventas producto de la caída del precio del aluminio; y los mayores costos de distribución.

El jueves, en tanto, YPF había dado a conocer una pérdida acumulada en los primeros nueve meses de $23.023 millones, generada por el impacto de la devaluación sobre su deuda en dólares y el congelamiento de precios aplicado por el Gobierno.

El viernes también informaron pérdidas Longvie, Albanesi, Telecom, Grimoldi, Clisa, Camuzzi y Telecom, entre otras.

La UCR se despegó de Macri y calificó de golpe de Estado lo ocurrido en Bolivia

Diversos referentes de la UCR se manifestaron en contra del Golpe de Estado en Bolivia en Bolivia.




Diversos referentes de la Unión Cívica Radical manifestaron su oposición en contra del golpe de estado en Bolivia, despegándose, de esta manera, de Mauricio Macri, que no realizó ninguna declaración al respecto.

Uno de los principales socios de Cambiemos, la Unión Cívica Radical lanzó un comunicado donde expresó: "Cuidar la democracia en el continente implica un esfuerzo por calificarla. No a las trampas! No a las injerencias externas! No al Golpe de Estado! Si al pluralismo, la democracia y la convivencia pacífica". Reconociendo el asalto institucional que se vive en el país vecino. Previamente, el mismo domingo la Unión Cívica Radical de Capital Federal repudió el acontecimiento.

Esta postura los separa de la posición oficial del Poder Ejecutivo, que salió a hablar, en un comunicado de Cancillería, de un "período de transición que se abrió por las vías institucionales". El embajador argentino en Bolivia, Normando Álvarez García, advirtió que en ese país hubo una "interrupción del orden constitucional" y un "vacío de poder" tras la renuncia del presidente Evo Morales, pero aclaró que "para el gobierno argentino, no hay golpe de Estado" luego de que las Fuerzas Armadas empujaran a la salida del mandatario legítimo y permitieran la toma del palacio de gobierno por parte del ultraderechista Luis Fernando Camacho.

"En Bolivia hay una interrupción del orden constitucional que seguramente va a tener consecuencias, espero que no graves", expresó el funcionario. Álvarez García, en diálogo con el canal TN, sostuvo que en el país vecino "hay un vacío de poder" que se traduce en informaciones cruzadas como las referidas a la supuesta orden de detención contra Morales.
También históricos dirigentes se expresaron: entre ellos el jefe de bancada de Cambiemos en la Cámara de Diputados de la Nación, Mario Raúl Negri y el jurista Ricardo Gil Lavedra.

Mauricio Macri le aseguró a Alberto Fernández que la embajada argentina no entregará a un ministro de Evo Morales

El presidente electo llamó al mandatario para coordinar una postura común frente al golpe pero Macri se negó a condenar el atentado contra la democracia boliviana.




Tras el golpe de Estado consumado en Bolivia, el presidente electo Alberto Fernández llamó a Mauricio Macri para hablar sobre la situación de Evo Morales Ayma y saber qué posición adoptaría el Gobierno nacional sobre el ataque a la democracia boliviana.

Según revelaron fuentes cercanas al próximo jefe de Estado, Fernández se comunicó por teléfono con Macri para saber si iba a tomar alguna posición sobre lo que ocurre en el país vecino.

El Presidente no tomó una definición al respecto pero le contó a Alberto que en la Embajada de Argentina en Bolivia se encuentra un ministro boliviano, a lo cual, el próximo mandatario le pidió a Macri que no se le ocurra “entregarlo” porque corría peligro su seguridad.

“No se lo voy a entregar a ese loco de Camacho”, sentenció Macri.

Por el momento, el gobierno de Cambiemos no condenó el golpe de Estado y el canciller Jorge Faurie, no definió si le darán asilo político a Morales. En cambio, el gobierno de México, a cargo de Andrés Manuel López Obrador, sí aseguró que Morales podría ser recibido en su país.

La ultraderecha es la gran ganadora de las elecciones en España y el PSOE retrocede

Vox se convierte en tercera fuerza del Congreso con un resultado que supera los pronósticos. El PSOE retrocede.


Santiago Abascal, líder de Vox, festeja el resultado este domingo.


El partido de ultraderecha Vox sacudió este domingo el sistema político de España, al más que duplicar su representación parlamentaria y convertirse en la tercer fuerza de la península. El partido de Santiago Abascal pasa de los 24 diputados actuales a 53, pero el escenario de bloqueo político se mantiene para Pedro Sánchez, a quien no le funcionó la estrategia de repetición electoral: Lejos de sumar escaños pierde al menos dos y se quedaría en 120 diputados.

El gran derrotado de la elección es el centrista Ciudadanos, que se hunde y pierde el 80% de su representación, mientras el PSOE necesitaría acceder a una coalición con un Podemos y los partidos independentistas -opción que resiste- o buscar el apoyo de PP y Cs, una opción difícil ya que este domingo el secretario General del PP, Teodoro García Egea, advirtió que si el PSOE perdía votos respecto a las elecciones de abril, Sánchez debería dimitir.

De manera que Sánchez queda rehén de un pacto con Podemos, que continúa poniendo la fórmula de coalición como condición para darle el Gobierno, con el apoyo necesario de los independentistas catalanes de ERC.

Por otro lado, el bloque de la derecha -PP, Vox y Ciudadanos- se queda lejos de la mayoría absoluta y la posibilidad de formar gobierno. Y aunque el Partido Popular mejoraría sus resultados del 28A, quedaría en una posición mucho más baja que el centenar que adelantaban las encuestas, y se sitúa en 86 diputados. Ciudadanos sería el gran damnificado de la jornada electoral y perdería tres cuartas partes de su representación, pasando de los 57 a 10 diputados.

Podemos afrontaría una caída moderada y pasaría de los 42 diputados a 35, mientras que Más País, el nuevo partido de Iñigo Errejón, sólo obtiene de momento 2 diputados, lejos de su máxima de alcanzar grupo propio en el Congreso de los Diputados.


El bloque de izquierdas podría alcanzar la mayoría absoluta de los 176 diputados con el apoyo de los partidos independentistas para lograr una suma viable. ERC pasaría de 15 a 13, mientras JxCat subiría de 7 a 8 diputados y la CUP irrumpiría con 2 representantes.

Los nacionalistas vascos del PNV conseguirían 7 representantes en el Parlamento que podrían ser cruciales para la formación de Gobierno, mientras EH Bildu alcanzaría 5 escaños, uno más que en abril, e irrumpiría Teruel Existe con un representante. Los nacionalistas gallegos de BNG y los cántabros del PRC obtendrían un diputado mientras que Navarra Suma y Coalición Canaria consiguen dos.

Los resultados, aún provisionales, dejan un nuevo escenario de bloqueo que sitúa a Sánchez en las mismas condiciones que en abril. Para gobernar, el líder socialista tendría que acceder una coalición con Podemos -una fórmula que se vio frustrada en la investidura de julio- y buscar el apoyo de las fuerzas independentistas; una misión que se antoja difícil después de la durísima campaña emprendida por Sánchez desde el Gobierno contra el discurso secesionista. La otra opción para el presidente de Gobierno en funciones sería buscar la abstención de PP y Cs para un Gobierno en solitario.

Bolivia: la oposición pide que haya elecciones sin el partido de Evo Morales

Mesa salió a exigir que la fórmula del partido MAS no se presente en las nuevas elecciones. Camacho pidió la renuncia de los tres poderes del Estado

Mesa llamó a un "acuerdo nacional" que consensúe nuevas autoridades electorales que monitoreen las próximas votaciones en Bolivia


Tras el nuevo llamado a elecciones en Bolivia, líderes de la oposición salieron a confrontar al gobierno de Evo Morales: pidieron la renuncia de los tres poderes del Estado y que la fórmula del actual presidente no participe en los comicios convocados.

Carlos Mesa exigió a través de un comunicado que Morales y su aspirante a vice Álvaro García Linera no se presenten como candidatos en tanto que llamó a un "gran acuerdo nacional" que consensúe nuevas autoridades electorales para supervisar las votaciones próximas.

“Están inhabilitados para presidir el nuevo acto electoral y será inaceptable cualquier prórroga de su mandato”, afirmó "Comunidad Ciudadana" sobre los candidatos del oficialismo e indicó que Morales "no hizo referencia al informe de auditoría de la OEA a pesar de haberse comprometido a implementar sus recomendaciones de manera vinculante".

"Por lo tanto, Comunidad Ciudadana exige convocar mañana mismo a un acuerdo nacional, con participación de políticos y cívicos. En el próximo proceso electoral (el presidente) Evo Morales y (el vicepresidente) Álvaro García Linera no podrán ser candidatos”, subrayó.

El documento de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aseguró en su auditoría que las elecciones bolivianas del pasado 20 de octubre debían ser anuladas tras haber detectado irregularidades en el proceso electoral y consideró "improbable" que Morales cosechara una ventaja del 10% "necesario para evitar una segunda vuelta contra Mesa”. "Es mucho más amplío y contundente de lo que sabíamos”, consideró Mesa.

A la vez, el dirigente opositor Luis Fernando Camacho, quien encabeza las protestas contra el gobierno de Evo, acusó al MAS, el partido del presidente de Bolivia, de ser el responsable del fraude y advirtió: "(El Presidente) Debe renunciar y también tienen que renunciar los senadores, los diputados y los miembros de los tribunales electorales y de Justicia”.



Exigió así la dimisión de los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), y luego propuso la creación de una “junta de gobierno” interina para reemplazar a los actuales mandatarios, hasta la celebración de nuevos comicios en un plazo que ha estimado en 60 días.

Esta tarde entregará una carta en la que pedirá la renuncia de Morales en el nombre de “todos los movimientos cívicos” y también la dimisión de todos sus ministros y diputados. Además convocó a una gran caravana en La Paz a las 13, hora local, para acompañar a la oposición.


Camacho también se apoyó en la auditoría de la OEA y aseguró que los resultados“demuestran un claro fraude, que Evo Morales ha rotó el orden constitucional y debe renunciar”. “La OEA nos ha demostrado que el fraude fue tan obvio que no hubo forma de ocultarlo”, indicó.

El mandatario boliviano anunció esta mañana convocará a nuevas elecciones generales y que renovará la totalidad de los miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

El macrista Sáenz se impuso en Salta y será gobernador y la capital también quedó en manos del macrismo


El intendente macrista muy vinculado a Marcos Peña, Gustavo Sáenz, logró el 53% de los votos tras escrutarse 97% de las mesas y se consagra como nuevo gobernador.






El candidato a gobernador del Frente Sáenz Gobernador, el intendente de Salta, Gustavo Sáenz, obtiene el 54%% de los votos, con más del 97% de las mesas escrutadas, y se consagró como gobernador electo. Fue seguido por el diputado nacional Sergio Leavy, del Frente de Todos, que alcanza el 26%.


Así, Sáenz se convertirá en el gobernador de Salta, tras los doce años de gestión de Juan Manuel Urtubey en la Gobernación de la provincia, que asumió el 10 de diciembre de 2007.

Detrás de Sáenz y Leavy se posicionaba el diputado nacional Alfredo Olmedo, del Frente Olmedo Gobernador, que obtiene casi 16%.

En tanto, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad, con Pablo López como candidato, alcanzaba un 2,5%, mientras que Elia Fernández, del Frente Grande, llegaba al 2,2% de los votos.

Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia y denunció golpe de Estado

"Estoy renunciando para que mis hermanas y hermanos y dirigentes del Movimiento al Socialismo no sigan siendo perseguidos. Lamento mucho este golpe cívico y de algún sector de la Policía", dijo Morales. Horas antes, los comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y la Policía le habían exigido la dimisión.



El mandatario Evo Morales renunció este domingo a la presidencia de Bolivia y denunció un golpe de Estado cívico-policial luego de que tanto la oposición como las Fuerzas Armadas y la Policía le exigieran la dimisión. "Estoy renunciando para que mis hermanas y hermanos, dirigentes del Movimiento al Socialismo no continúen siendo perseguidos. Lamento mucho este golpe cívico y de algún sector de la Policía", sostuvo. La dimisión llega luego del incremento de la crisis a raíz de las protestas opositoras que comenzó en dicho país tras el resultado de las elecciones del 20 de octubre.


“He decidido esta renuncia para que (Carlos) Mesa y (Luis ) Camacho no sigan quemando la casa de gobernadores, de asambleístas, de concejales, para que Mesa y Camacho no sigan secuestrando y maltratando a familiares de nuestros dirigentes sindicales, ni sigan perjudicando a la gente más humilde”, agregó Morales.


Menos de una hora antes, el Comandante en Jefe de Bolivia, Willimans Kaliman había pedido la renuncia de Morales haciendo referencia a la necesidad de velar por la seguridad nacional. “Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial”, dijo.


"Luego de analizar la situación conflictiva interna, pedimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia", dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

"Nos sumamos al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales que presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia", había declarado por su parte el comandante general de la Policía, general Vladimir Yuri Calderón.

Asimismo, Kaliman anunció que ordenó "operaciones militares aéreas y terrestres para neutralizar a grupos armados que se encuentran actuando fuera de la ley", en aparente alusión a los violentos ataques a buses de manifestantes opositores que viajaban hacia La Paz.

Asimismo, los ministros de Minería, César Navarro, y de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, y el presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia, el oficialista Víctor Borda, también presentaron su renuncia en medio de la crisis.

"Hoy más que nunca necesitamos que el país regrese al camino de la paz social y de la unidad. Pensando en el bien nacional y el respeto a la vida, hago pública mi renuncia irrevocable al cargo de Ministro de Hidrocarburos", escribió Sánchez en Twitter.

El ahora exministro acompañó su mensaje con una fotografía de la carta enviada al presidente Evo Morales en la que señala que la situación actual, "marcada por la confrontación y la violencia entre hermanos bolivianos, no es el camino" que conduzca a hallar una solución para pacificar al país.



Willimans Kaliman junto a Evo Morales.

"En este sentido, el curso de los acontecimientos va en contra de mis principios personales, así como de mis valores espirituales y democráticos, y me impiden, por tanto, continuar a la cabeza de la cartera de Estado que dirijo", manifestó Sánchez.

Por ello, resolvió renunciar de forma irrevocable al cargo, agradeció a Morales por la confianza que le tuvo para dirigir ese ministerio y pidió a Dios que ilumine al mandatario y a todos los actores políticos y sociales para que la paz retorne al país.

Por su parte, Borda confirmó su renuncia en contactos telefónicos con diversos canales privados de televisión en los que lamentó que su hermano habría sido tomado como rehén por una turba en la ciudad andina de Potosí, donde en esta jornada fueron incendiadas su casa y la del ministro Navarro.

Precisamente, el ahora ex ministro de Minería fue el primer funcionario en dimitir en esta jornada tras denunciar la quema de su vivienda y el intento de toma de la de su madre en Potosí.

"Es un hecho que no tiene explicación, cómo el discurso general de bronca, de odio está derivando en estos actos de violencia incontrolables", cuestionó Navarro., citado por la agencia de noticias EFE.

En las últimas horas se han conocido también sendas renuncias de parlamentarios oficialistas, mayormente potosinos, mientras que ayer también dimitió un gobernador y dos alcaldes del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS). Asimismo, dirigentes del MAS denunciaron presión y amenazas de opositores para dimitir a sus cargos.

Los conflictos surgieron desde que el día después de los comicios comenzaron las sospechas de manipulación de votos para favorecer la reelección de Morales para un cuarto mandato hasta 2025.

El órgano electoral dio vencedor al mandatario, pero la oposición y comités cívicos denuncian fraude a su favor, exigen su renuncia y nuevos comicios.

La Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó este domingo celebrar "otro proceso electoral" en Bolivia al evidenciar "irregularidades" que le impidieron validar la votación del pasado 20 de octubre.
Informate más: Evo Morales convocó a nuevas elecciones en Bolivia tras informe negativo de OEA

Tras ese anuncio y previo a su renuncia, Morales convocó a nuevos comicios y adelantó cambios en los miembros del Tribunal Supremo Electoral.

Ayer hubo fuertes disturbios en regiones como Oruro, donde fueron quemadas las viviendas de la hermana del mandatario y del gobernador de ese departamento, Víctor Hugo Vázquez.

El mismo día resultaron heridas al menos 32 personas cuando fue atacada una caravana de mineros y universitarios, que desde las regiones de Potosí y Chuquisaca se dirígían a La Paz para sumarse a marchas de protesta contra Morales.

Las manifestaciones a favor y en contra del mandatario dejaron hasta el presente tres muertos y 384 heridos, según datos de la Defensoría del Pueblo de Bolivia.

A un año de las elecciones en Estados Unidos, cuáles son las apuestas de Trump y de los demócratas, y cómo están sus números


A la izquierda, Donald Trump. A la derecha, sus posibles rivales, Bernie Sanders, Joe BIden y Elizabeth Warren


“El pueblo estadounidense está harto de las mentiras, engaños, calumnias, difamaciones y estafas de los demócratas. Su vergonzosa conducta ha creado una mayoría enfurecida. Y eso es lo que somos”, dijo Donald Trump el miércoles a la noche en un sofocante estadio repleto de seguidores en la ciudad de Monroe, Luisiana. “Somos una mayoría, estamos enojados y en 2020 votaremos para sacar de sus cargos a los demócratas inoperantes”, agregó.


Con su presencia, el Presidente buscó apuntalar la candidatura de Eddie Rispone a la gobernación del estado, que se definirá el próximo sábado en una segunda vuelta contra el gobernador demócrata John Bel Edwards. Los republicanos necesitan un triunfo en los últimos comicios del año para compensar las derrotas en Kentucky —donde el gobernador Ralph Alvarado perdió contra Andy Beshear— y Virginia —donde los demócratas se quedaron con el control de las dos cámaras legislativas del estado—.
Trump dio un encendido discurso de campaña en Luisiana (REUTERS/Leah Millis)


El discurso marcó el tono de máxima tensión que tendrá la campaña de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2020. Trump apeló a las mismas herramientas dialécticas que utilizó en 2016, mostrándose como el líder de la mayoría silenciosa que se cansó de los abusos del establishment liberal, que encarnan el Partido Demócrata y los principales medios de comunicación.


Entre el 3 de febrero y el 16 de junio se realizarán las primarias que definirán al rival de Trump. El duelo será muy diferente si el ganador es el ex vicepresidente Joe Biden, un moderado que forma parte de la dirigencia demócrata más tradicional, o alguno de los dos outsiders: Elizabeth Warren y Bernie Sanders, que están en el extremo izquierdo de la política estadounidense y proponen cambios radicales.


Al mismo tiempo, crece la incertidumbre por el avance del juicio político contra Trump por la sospecha de que presionó al gobierno de Ucrania para que investigue a Biden y a su hijo Hunter por sus negocios en el país. La Cámara de Representantes, controlada por la oposición, aprobó hace diez días las normas que regularán el proceso.


La estrategia de Donald Trump


“En lugar construir una coalición amplia o centrista, Trump trabajará para movilizar a su base, apelando a sus resentimientos y prejuicios, y presentándose a sí mismo como blanco de una vasta conspiración. Señalará el proceso de impeachment que se está llevando a cabo como evidencia de una ‘caza de brujas partidista’ y de una conspiración anti-Trump por parte del ‘estado profundo’. Seguirá atacando a los medios de comunicación como proveedores de ‘noticias falsas’, incluso a medios normalmente republicanos como Fox News, siempre que lo retraten con una luz que no sea de adoración. Exigirá la lealtad total de los republicanos y atacará a sus oponentes con epítetos despectivos, como ‘soñoliento’ Biden y ‘Pocahontas’ Warren”, dijo a Infobae Richard S. Katz, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Johns Hopkins.


Trump es un presidente fuera de lo común. Entre otras cosas, por su peculiar relación con la opinión pública. El 54% de los estadounidenses reprueba su gobierno y el 41% lo respalda, según el promedio de encuestas que realiza el sitio FiveThirtyEight.


Que tenga un saldo negativo de 13 puntos no es una buena noticia para ningún mandatario, pero lo curioso es que se mantiene en esos niveles desde que asumió. A diferencia de la gran mayoría de los presidentes, que son muy populares cuando comienzan a gobernar y van perdiendo acompañamiento con el tiempo, el magnate inmobiliario tuvo siempre más rechazos que adhesiones, pero estas no cayeron casi nunca de los 40 puntos.
La precandidata presidencial demócrata Elizabeth Warren habla en un mitin político en Raleigh, Carolina del Norte, el 7 de noviembre de 2019 (REUTERS/Jonathan Drake)


“Las fortalezas de Trump son también sus debilidades. Muchos están disgustados por sus insultos y calumnias a los demás. No es empático y no tiene compasión por quienes sufren desastres naturales u otras crisis. Si bien puede jactarse de una baja tasa de desempleo, su Ley de Recortes de Impuestos de 2017 creó un enorme déficit presupuestario que nos afectará durante muchos años. Sus políticas comerciales y arancelarias han producido dificultades inmediatas para los agricultores y para los trabajadores de la industria automotriz, que son las mismas personas a las que dice representar”, sostuvo John S. Klemanski, profesor de ciencia política de la Universidad de Oakland, en diálogo con Infobae.


A esta altura de sus respectivos gobiernos, casi todos los últimos mandatarios estadounidenses se acercaban o superaban el 50% de apoyo. La gran excepción es Jimmy Carter, que a tres meses de haber asumido tenía el respaldo del 70% de la población, pero a los mil días apenas superaba el 30 por ciento. Es de los pocos que no consiguió la reelección.


No obstante, ser popular no la garantiza. George H.W. Bush terminó 1992 con un 57% de aprobación y al año siguiente fue derrotado por Bill Clinton. En cambio, Barack Obama estaba prácticamente en el mismo nivel que Trump, oscilando entre 42 y 45 por ciento, y fue reelecto con claridad en 2012.


Tener un techo electoral bajo podría condenarlo a la derrota en un país con un sistema electoral de doble vuelta, donde termina ganando el candidato que menos espanto despierta, no necesariamente el más querido. Pero no en el sistema estadounidense, donde hay colegio electoral y ni siquiera es necesario ser el candidato más votado para ganar. De hecho, Trump sacó 2,8 millones de votos menos que Hillary Clinton en 2016, pero ganó en más estados y la superó por 77 electores en el Colegio. Ahora apuesta a repetir la fórmula.
El candidato presidencial demócrata Bernie Sanders habla durante una cumbre sobre la crisis climática en la Universidad Drake, en Des Moines, Iowa, el 9 de noviembre de 2019 (REUTERS/Scott Morgan)


La incierta interna demócrata


La derrota de una figura muy desgastada como la de Hillary Clinton por su larga historia en las altas esferas de la política estadounidense parecía forzar una regeneración en el Partido Demócrata. La expresión más clara de ese movimiento es Elizabeth Warren.


Si bien tiene 70 años, es un rostro nuevo en la política. Es una académica especializada en derecho de quiebras, que se hizo conocida por su fuerte posicionamiento público contra los bancos en la crisis de 2008. Recién en 2013 llegó a su primer cargo electivo al conseguir una banca en el Senado por el estado de Massachusetts, y ahora es una de las favoritas a ganar la primaria. Con un discurso combativo y ambiciosos planes de reforma del sistema de salud y de la economía, que apuntan a una sociedad más igualitaria, tiene mucha llegada a los votantes jóvenes.


Sin embargo, es la precandidata que más rechazo genera entre los votantes conservadores que no se sienten representados por Trump. Muchos la ven como una dirigente radicalizada, que quiere hacer demasiados cambios.


El opuesto sería Joe Biden. El ex senador por Delaware es el postulante más moderado. Claramente es alguien más aceptable para los independientes que no quieren a Trump, pero el ala izquierda del Partido Demócrata lo mira con cierto desencanto. Además, hay dudas por su elevada edad: va a cumplir 77 años a fin de mes. Llegaría con 78 a las elecciones y cumpliría 82 al terminar un eventual primer mandato.


“Creo que Warren seguiría una estrategia basada en la movilización del ala progresista del partido —dijo Katz—. Esto presentará un dilema por su reclamo de un servicio público de salud para todos y el reemplazo de los seguros de salud privados, una política que es muy popular en la izquierda, pero que genera escepticismo entre aquellos a quienes les gusta su seguro. Biden, por el contrario, haría hincapié en su condición de moderado y experimentado, frente a un Trump extremista e irresponsable. Su principal objetivo serían los votantes que apoyaron a Obama en 2012, pero a Trump en 2016. Con respecto a la salud, enfatizaría expandir y mejorar el Obamacare en lugar de reemplazarlo”.


El tercero en disputa es Bernie Sanders, la gran irrupción de la interna demócrata de 2016. Si bien no pudo derrotar a Clinton, sí logró incomodarla, y mucho. Se define socialista y tiene propuestas disruptivas como las de Warren. Pero su figura ya no genera el mismo entusiasmo que hace cuatro años y también se pone en cuestión su edad, ya que tiene 78 años.
El ex presidente Joe Biden con los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren durante el debate presidencial demócrata (REUTERS/Shannon Stapleton)


“El sentido común indicaría que Biden tiene mayores posibilidades de vencer a Trump en 2020 —apuntó Klemanski—. Tiene mayor llegada que Warren a los votantes afroamericanos, y las minorías son parte importante de la base del partido. En 2016, la disminución de su participación fue suficiente para darle a Trump la elección. En segundo lugar, la moderación de Biden en comparación con Warren es más atractiva para los independientes, y presumiblemente no le impediría mantener el apoyo de la base demócrata”.


Biden comenzó la carrera como el gran favorito. En junio tenía 33% de intención de voto de acuerdo con el promedio de encuestas del sitio RealClearPolitics. Pero Warren, que en ese momento estaba en apenas 7%, empezó a crecer después de los debates, al punto de llegar a un empate técnico en octubre, con 26% frente a 27% del ex vicepresidente.


De todos modos, Warren tuvo un tropezón el último mes y perdió seis puntos. Biden sigue primero con 28%, ocho más que la senadora, y tercero está Sanders, con 17%, el mismo porcentaje que tenía en junio.


Si las elecciones fueran hoy, Trump perdería por mucho la competencia por el voto popular. Cualquiera sea su rival, su intención de voto no supera el 43 por ciento. En cambio, los demócratas se mueven entre 50 y 52 por ciento.


“Biden es visto como el candidato con más probabilidades de derrotar a Trump porque es muy conocido y atrae a los votantes moderados. Representa un regreso a la forma en que eran las cosas antes de Trump. Pero la pregunta es si puede generar una alta participación entre los votantes más jóvenes y progresistas, a quienes no les gusta Trump, pero son más liberales que Biden. Ellos apoyan a Warren por amplio margen. La cuestión es si las políticas de Warren no son demasiado liberales para el electorado estadounidense. Trump dirá que es socialista y hará de las elecciones una competencia entre el capitalismo y el socialismo con la esperanza de mantener el apoyo de los republicanos a quienes no les gusta su comportamiento, pero favorecen su política económica”, dijo a Infobae Anthony Corrado, profesor del Departamento de Gobierno del Colby College.
El ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg habla en Manhattan, el 30 de mayo de 2019 (REUTERS/Carlo Allegri/File Photo)


“Trump tiene dos grandes fortalezas —dijo Katz—. La primera es que parece tener la lealtad absoluta de aproximadamente el 35% del electorado. Aunque está lejos de ser una mayoría en el país, es una sólida mayoría dentro del Partido Republicano, y eso hace que otros republicanos teman desafiarlo. La segunda es que es un maestro en la manipulación de los medios de comunicación. Incluso cuando los ataca, estos informan de los ataques simplemente como declaraciones de la Presidencia y le permiten establecer la agenda noticiosa. Su tercera fortaleza es estructural: que el presidente sea elegido por el Colegio Electoral y no por el voto popular directo. Mientras pueda ganar en los estados decisivos motivando a los votantes blancos, hombres y de educación baja, puede permitirse el lujo de perder en los grandes estados y aún así ser reelecto”.


El objetivo de las elecciones en Estados Unidos es ganar en el Colegio Electoral, no en la suma total de votos a nivel nacional. Cada estado tiene un número fijo de electores, acordes con su población, y en casi todos basta con ganar por un voto para quedarse con todos los que se ponen un juego. En 2016, Trump se impuso por apenas 1,2% en Florida, pero se quedó con los 29 votos que le corresponden en el Colegio.


“La estrategia de Trump va a ser replicar su éxito ganando en los estados claves de Pensilvania, Michigan y Wisconsin o tratar de robarle uno o dos estados a los demócratas, tal vez Minnesota, por ejemplo. Aunque dado el resultado de las elecciones de medio término, en las que su figura fue un problema, parece poco probable que pueda hacerlo. ¿Cómo podría lograrlo? Empleando el mismo tipo de tácticas que usó contra Hillary Clinton. No es que Trump consiguió que más gente votara por él, sino que que convenció a los potenciales votantes de Hillary para que se quedaran en casa. Al pintar a tu oponente bajo una luz negativa, disminuyes la participación de sus electores”, explicó Sean Q Kelly, profesor de ciencia política de la Universidad Channel Islands, consultado por Infobae.
Trump en el escenario en Luisiana (REUTERS/Leah Millis)


Por eso, más importante que ver las encuestas a nivel país es mirar cómo están en los estados más disputados. En las elecciones pasadas hubo, aparte de Florida, otros cinco en los que Trump le ganó a Hillary por menos de 5 por ciento: Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Arizona y Carolina del Norte. Cuando se observan los sondeos en ellos se llega a la conclusión de que el Presidente no está tan mal encaminado para la reelección.


Trump ganó las elecciones con 304 votos en el Colegio, contra 227 de su contrincante. Como se necesitan 270 para vencer, podría perder hasta 34 y aún así ser reelecto. Asumiendo que vuelva a quedarse con los estados en los que ganó por mayor diferencia, si pierde Florida no podría ceder ninguno de los otros cinco. Pero si gana allí podría perder hasta dos, a menos que sean Pensilvania y Michigan, que suman 36 electores.


Si la candidata demócrata fuera Warren, Trump sería reelecto porque le ganaría en los seis estados, según encuestas de The New York Times y Siena. Si fuera Sanders, también, porque perdería solo en Michigan y en Wisconsin, que suman 26 electores.
Seguidores de Trump llenaron un estadio en Monroe (REUTERS/Leah Millis)


Pero Biden lo derrotaría, ya que Trump apenas lo supera en Carolina del Norte. En cualquier caso, el desenlace es absolutamente incierto, porque en los seis estados las diferencias están dentro del margen de error. En Michigan y Pensilvania, Biden lo aventaja por un punto; en Wisconsin y Florida, por dos; y en Arizona, por tres.


“Creo que el candidato más fuerte contra Trump sigue siendo Joe Biden. Los estados del norte del Medio Oeste, Michigan y Wisconsin, junto con Pensilvania, fueron responsables de la victoria de Trump en el Colegio Electoral en 2016. Biden es nativo de Pensilvania e históricamente ha tenido un fuerte apoyo de los demócratas de cuello azul, algunos de los cuales votaron por Trump. Dicho esto, creo que cualquiera de los principales candidatos demócratas puede vencer a Trump el próximo noviembre”, explicó Richard A Arenberg, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Brown, consultado por Infobae.
Donald Trump en el mitin de campaña en Monroe, Luisiana, el 6 de noviembre de 2019 (REUTERS/Leah Millis)


La sombra del juicio político


A medida que se conocen las declaraciones de los testigos citados por el Comité de Justicia de la Cámara de Representantes, Trump parece más complicado por el avance del proceso. Pero, como su nombre lo indica, el juicio es político, no jurídico. Más allá de si infringió o no alguna norma, lo decisivo es cuánto apoyo político tiene.


Trump puede mirar el impeachment con cierta tranquilidad. La media de sondeos de FiveThirtyEight revela que, entre el público en general, el 48% está a favor del proceso y el 44% está en contra. Antes de las revelaciones sobre Ucrania, los números eran inversos. En julio solo el 38% lo apoyaba y el 53% lo rechazaba.


Pero aunque la mayoría esté a favor de destituirlo, el juicio no se resolverá en las urnas, sino en el Senado. Se necesitan dos tercios de la cámara para desplazar a un presidente y los republicanos tienen mayoría. Así que los demócratas necesitarían que una porción importante de ellos vote contra el presidente.


“El impeachment está funcionando para fortalecer los sentimientos negativos hacia Trump entre los votantes independientes y moderados, pero está sirviendo principalmente para reforzar la oposición a los demócratas y el apoyo que Trump recibe de su base. Aunque es probable que la cámara demócrata vote a favor de enjuiciar a Trump, es muy poco probable que el Senado lo condene”, dijo Corrado.
El republicano fustigó a los demócratas en su discurso (REUTERS/Leah Millis)


Hay evidencias de que muchos senadores republicanos tiene profundas diferencias con Trump. Pero están en un dilema, porque comparten votantes, y estos están masivamente en contra del impeachment. Sólo el 10% está favor, frente al 82% de los demócratas y el 44% de los independientes.


Aunque crean que el mandatario es culpable, votar por la destitución sería un suicidio para muchos de ellos. El peligro de ser castigados por sus propios seguidores cuando quieran renovar sus bancas es demasiado grande.


“No tiene precedentes el caso de un presidente que se presente a la reelección habiendo sido enjuiciado por la Cámara de Representantes, pero absuelto por el Senado. Bill Clinton ya había sido reelecto cuando le sucedió. Si bien el juicio político no tuvo un efecto decisivo en las elecciones de medio término de 1998, tuvo un modesto impacto positivo a favor de los demócratas. El impeachment pesaría sobre la campaña de Trump, pero es probable que sus partidarios más bulliciosos se energicen. Algunos de los modelos actuales para predecir su desempeño en las elecciones, que se basan en indicadores económicos, sugieren que será reelecto porque la economía estadounidense es fuerte. En circunstancias normales, estas previsiones serían bastante fiables, pero en este caso la presencia de un juicio político podría confundir”, concluyó Kelly.

España vuelve a las urnas con el reto de romper el bloqueo político y formar gobierno

España vota presidente por cuarta vez en cuatro años sin garantías de gobernabilidad ante los sondeos que vuelven a reflejar un Parlamento fragmentado y dividido en dos bloques, el de izquierda y el de derecha, sin que ninguno sume mayoría absoluta.


El primer Ministro español Pedro Sanchez Saluda al líder del partido Podemos, Pablo Iglesias.

Más de 37 millones de españoles están llamados a votar este domingo en unas elecciones anticipadas con las que se busca romper el bloqueo político que impidió formar gobierno hace seis meses, en un escenario de gran polarización e inestabilidad por la escalada del conflicto de Cataluña.


Los 28.868 centros electorales repartidos por toda España abrieron sus puertas a las 9 hora local (5 en Argentina) con "total normalidad" y cerrarán a las 20 horas (16).

En Cataluña no se produjeron incidentes a pesar del temor a un boicot por parte del movimiento independentista, que anunció tres jornadas consecutivas de protestas sorpresas a partir de mañana.

España vota por cuarta vez en cuatro años sin garantías de gobernabilidad ante los sondeos que vuelven a reflejar un Parlamento fragmentado y dividido en dos bloques, el de izquierda y el de derecha, sin que ninguno sume mayoría absoluta.

La incertidumbre, no obstante, es total, ya que los resultados dependerán del nivel de abstención y de lo que decidan a último momento los 2 millones de indecisos que reflejan las encuestas, que son quienes pueden decantar la balanza en un clima político pensionado por el conflicto catalán y la amenaza de un fuerte ascenso de los ultraderechistas de Vox.

Los principales candidatos a la presidencia del gobierno de España ya votaron y alertaron de la importancia de una elevada participación para lograr un resultado que permita salir del bloqueo.

"El voto de hoy decidirá la España de mañana", aseguró el presidente del gobierno español y aspirante a la reelección, el socialista Pedro Sánchez, tras animar a los españoles a votar, luego de sufragar en un centro cultural de la madrileña localidad de Pozuelo de Alarcón.

Sánchez, favorito a ganar los comicios, apuesta por ampliar el respaldo a su Partido Socialista (PSOE) para tener más fuerza para negociar un gobierno en solitario, sin verse forzado a pactar con el partido de izquierda Unidas Podemos (UP), que exige gobernar en coalición.

En cambio, el líder de UP, Pablo Iglesias, deseó hoy "una participación amplia" para que España pueda formar un gobierno progresista, consciente de que el electorado de izquierda está menos movilizado que el de la derecha, ante la frustración que supuso el fracaso de las negociaciones entre su partido y el PSOE tras las elecciones del 28 de octubre.

Después de votar en un municipio cerca de Madrid, Iglesias prometió "dejar atrás los reproches" esta misma noche, y "tender la mano al Partido Socialista", ya que "combinar la valentía de Podemos y la experiencia del PSOE puede convertir a nuestro país en un referente de políticas sociales".

La mayoría progresista, sin embargo, está amenazada por el bloque de la derecha, que sube impulsado por Vox.

"Ahora es cuando podemos elegir entre continuidad y cambio. Y podemos enviar mensaje a los partidos sobre qué política económica o territorial queremos para España", afirmó, por su parte, el líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado, quien puede liderar un gobierno alternativo de derecha.

A su turno, el líder del partido liberal Ciudadanos, Albert Rivera, animó a participar a los moderados para "evitar que gane los extremos", y tras prometer que si la derecha suma un diputado más, habrá gobierno entre "PP y Ciudadanos", también garantizó que si su partido va a la oposición "desbloqueará el país".

En tanto, el presidente catalán, Quim Torra, votó en un barrio de Barcelona, desde donde reivindicó que "los votos son el terreno de juego de los catalanes", llamando de votar con determinación a los independentistas, luego de mostrarse convencido de que la jornada electoral será tranquila, sin sobresaltos.

Evo Morales volvió a convocar a elecciones en Bolivia en medio de las denuncias de fraude

Lo hizo después de un duro informe de la OEA. Alberto Fernández y el Grupo Puebla habían apoyado al presidente de Bolivia.



Evo Morales convocó a nuevas elecciones en Bolivia, ante la escalada de violencia en su país en medio de denuncias de fraude. La decisión la dio a conocer este domingo cuando se conoció un informe de la OEA que alerta sobre "fallas graves" en el proceso.

"Escuchando a la Central Obrera Boliviana, el Pacto de Unidad y otros sectores sociales, he decidido renovar la totalidad de los vocales del Tribunal Supremo Electoral y convocar a nuevas elecciones generales que, mediante el voto, permitan al pueblo boliviano elegir democráticamente a sus nuevas autoridades, incorporando a nuevos actores políticos", informó Morales en una conferencia de prensa el hangar de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB).

El presidente de Bolivia también anunció que renovará el Tribunal Supremo Electoral. Según explicó, la Asamblea Legislativa se reunirá con las fuerzas políticas para establecer los procedimientos de elección de los nuevos vocales, aunque todavía no se precisó la fecha para los nuevos comicios.

Junto a su vice, Álvaro García Linera, y representantes de movimientos sociales afines, el boliviano pidió "bajar la tensión" en su país y reclamó: "Todos tenemos la obligación de pacificar Bolivia".

Alberto Fernández al encabezar este sábado el encuentro del Grupo de Puebla en Buenos Aires, manifestó su "total respaldo" al presidente boliviano en lo que consideró un "intento de interrumpir el orden constitucional" de ese país. En rigor, en esa cumbre de dirigentes progresistas latinoamericanos se definió a Morales como "presidente legítimo" de Bolivia.

Riccardo Ehram, el periodista que derribó el Muro de Berlín con una pregunta


Riccardo Ehram, el periodista que tiró el muro de Berlín.


“Riccardo, ¿che cazzo hai fatto?” (Riccardo, ¿qué carajo hiciste?), gritaba al otro lado de ese teléfono negro el embajador de Italia en la RDA, Alberto Indelicatto. “Todos los periodistas me dijeron que has sido tú quien causó todo esto”, seguía el diplomático diciendo a Riccardo Ehrman, el corresponsal de la agencia estatal italiana ANSA en Berlín Este. “Riccardo, e un casino” (es un desastre). En el “reto” del embajador había una mezcla de enojo y orgullo.


No había pasado una hora desde que Riccardo Ehrman había realizado una pregunta al portavoz oficial del gobierno de la República Democrática de Alemania que derrumbó el muro que había dividido Berlín durante 28 años. Era el 9 de noviembre de 1989. Treinta años más tarde, Riccardo Ehrman, recuerda aquel episodio con nostalgia y los ojos aguados de sus nueve décadas de vida. Lo hace mientras riega sus plantas del balcón de su departamento en el barrio La Latina de Madrid, donde vive desde entonces con su esposa española, Margarita.


Esa tarde primaveral de noviembre del 89, los periodistas acreditados fueron convocados a una rutinaria conferencia de prensa de Günter Schabowski, vocero y primer secretario del Partido Comunista de la RDA. Riccardo tenía información de que “era posible” de que no se tratara de una rueda de prensa más. Tenía que estar atento a las palabras de Schabowski. Suponía que, como todo en la esfera de la Unión Soviética, se podría deslizar alguna palabra que pudiera ser interpretada por los “kremlinólogos” de entonces. Nada directo. Ese no era el estilo en ese Berlín oscuro y represivo en el que reinaba la Stasi, la policía secreta del régimen.


Cuando llegó, Riccardo ya no tenía butaca en la pequeña sala y se sentó a un costado del estado. “Schabowski, estuvo hablando dos horas sin decir nada, como siempre”, dice Ehrman. Cuando llegó el turno de preguntas, Ehrman levantó la mano varias veces, pero Schabowski lo ignoró. Casi al finalizar, el portavoz miró al italiano y lo dejó preguntar. Ehrman tenía la pregunta preparada y la soltó con un cierto temblor en su voz: “¿No cree que han cometido un error con su ley de permisos para viajar?”. Aparentemente, un asunto burocrático de los tantos que regían entonces en ese país. Pero no. Era una pregunta crucial.

Günter Schabowski, vocero y primer secretario del Partido Comunista de la RDA.


Era un momento muy crítico para la RDA. Miles de alemanes del Este estaban escapando por Hungría hacia Austria. Cada día había manifestaciones en diversas ciudades pidiendo libertad. Pero en lugar de facilitar las visas, el gobierno comunista había reaccionado endureciendo la política de permisos de viaje. Ese era el “error” al que se refería Ehrman.


Schabowski contestó enojado, con la cara roja. “¿Error? Nada de eso. De hecho, tengo aquí el borrador de una nueva ley de viajes”, dijo y sacó una hoja de papel membretada del partido. “Una ley que concede a los ciudadanos la decisión soberana de viajar adonde quieran”, dijo Schabowski. Y añadió: “Hemos decidido hoy que los ciudadanos de la RDA puedan viajar por los pasos fronterizos". Ehrman no podía creer lo que estaba escuchando y comenzó a lanzar una pregunta tras otra al portavoz.


Schabowski acercó el papel para ver mejor. Se produjo un silencio como si el recinto hubiera descendido, de pronto, a las profundidades del mar.


-Ehhh, con carné de identidad -respondió Schabowski.


-¿Cuándo? -gritaron varios periodistas a la vez.


Schabowski se rasca la cabeza y aclara.


-Los visados de salida se entregarán sin demora y quedan anulados los requisitos previos (demostrar la necesidad del viaje o vínculos familiares).


-¿Cuándo entra en vigor?.


El portavoz vuelve a mirar sus papeles


-Según la información de que dispongo, con efecto inmediato.


-¿Vale también para Berlín Occidental?


Schabowski vuelve a mirar los papeles. Vacila. Baja la vista. Se acomoda los anteojos.


-La salida puede realizarse a través de todos los pasos fronterizos de la RDA con la RFA y Berlín Occidental.


La sala, súbitamente, no solo subió a la superficie ebullente, sino que se prendió fuego. Los periodistas comenzaron a correr hacia los teléfonos.


El intercambio entre Riccardo Ehrman y sus colegas con Günter Schabowski ya era Historia. De hecho, lo que había sucedido en ese momento era la caída del Muro de Berlín.


La conferencia de prensa se estaba transmitiendo en directo por varias cadenas de televisión tanto del Este como del Oeste. Miles de berlineses del Este salieron corriendo a los puestos fronterizos exigiendo salir de inmediato. Los guardias no sabían qué hacer. ¿Dónde está la orden? ¿Dónde están los permisos? ¿Sus visas? “No hacen falta: lo dijeron en televisión”, respondía la gente. Y en lugar de disparar como hubieran hecho hasta un momento antes, los guardias levantaron las barreras. Las radios hicieron el resto cuando comenzaron a difundir la noticia. Con sed de libertad, los alemanes del Este se subieron a sus endebles autos soviéticos y salieron a dar un paseo prohibido hasta el momento. La alegría era inmensa.
Alemanes de uno y otro lado del muro festejan su caída el 9 de noviembre de 1989.


Después de mandar su despacho a Roma, Riccardo Ehrman se acercó al puesto de aduana de la Friedrichstrasse, en el Mitte de Berlín. La gente que estaba en la larga fila para pasar al lado occidental lo reconoció. “¡Miren, ese es el periodista que hizo la pregunta!”, contó Ehrman a un periodista español que lo entrevistó poco tiempo después. “Unos muchachos que vinieron a darme la mano, estaban tan felices que comenzaron a saltar a mi alrededor y terminaron levantándome en hombros”, cuenta.


Luego fue a la Postdamer Plazt, no muy lejos del Checkpoint Charlie (el cruce controlado por los estadounidenses) y vio que estaban derribando el Muro a martillazos. Ehrman recogió varios trozos. La mayoría los regaló. Sólo se quedó con uno muy pequeño que tiene en una repisa de su casa.


Lo que Riccardo no contó por mucho tiempo es que cuando hizo la pregunta que tiró ese muro, tenía una información obtenida gracias a la mano culinaria de su esposa Margarita. Los Ehrman habían llegado a Berlín del Este en 1976. Él era un periodista ya experimentado que había trabajado para ANSA en varios países. Hablaba alemán y en ese momento ser corresponsal detrás de la Cortina de Hierro era la ambición de muchos. Consiguieron un departamento bastante confortable y grande en el sector controlado por los soviéticos, que eran los verdaderos “patrones” de la ciudad y el país. Sus primeros amigos fueron diplomáticos occidentales, pero de a poco comenzaron a intimar con algunos funcionarios alemanes y rusos. “Los seducíamos por el estómago”, dice Ehrman entre risas. “Mi mujer cocina muy buenos platos italianos y teníamos acceso a productos italianos que no se conseguían en la órbita soviética. “Hacíamos cenas a las que íbamos invitando a personajes del gobierno y así nos enterábamos de lo que estaba sucediendo. De otra manera era muy difícil”, explica. Por la casa de los Ehrman pasaban regularmente Klaus Gysi, ministro de Cultura; Oskar Fischer, el canciller; Günter Pötschke, director de la agencia de noticias oficial, ADN. Y muchos otros. Incluso, algunos que pedían que no dijeran a nadie que habían estado allí.


Los atraían los raviolis, los fetuccini a la Alfredo o el ossobuco preparados por Margarita. Pero la clave era la grappa, el aguardiente italiano, que alemanes y rusos bebían como agua de manantial. “Empezaban con un aperitivo, después mucho vino rosso y terminaban con varias copas de grappa que me enviaban en cajas desde la agencia”, recuerda Ehrman. Cuando se emborrachaban, comenzaban a hablar. Y así el corresponsal italiano se convirtió en un uno de los periodistas mejor informados de la RDA. Comentaban intimidades de los jerarcas; de las visitas a la embajada soviética, frente a la Puerta de Brandemburgo, para recibir instrucciones; de la distribución de alimentos; los contactos secretos con funcionarios occidentales para coordinar intercambios de espías. Hasta que una noche de los primeros días de noviembre del 89, hablando de la crisis generada por la salida de miles de alemanes del Este por Hungría y Checoslovaquia, Günter Pötschke, el jefe de la agencia estatal de noticias, le dijo que la clave estaba en una ley de viajes. “Cuando vayas a la próxima rueda de prensa pregunta sobre la nueva legislación para salir del país. Creo que hay alguien que la está parando”, le dijo. Dos días más tarde, Ehrman tuvo la oportunidad.
Conferencia de prensa de Günter Schabowski, vocero y primer secretario del Partido Comunista de la RDA, el 9 de noviembre de 1989. Riccardo Ehrman está sentado en el escenario, en la esquina del podium.


Riccardo fue a la conferencia de prensa con dudas. No tenía muy en claro de qué se trataba la nueva ley, si era una flexibilización de los permisos de viajes, si era para facilitar los viajes dentro del bloque soviético o si se trataba de eliminar las restricciones para pasar a Alemania Occidental. Lanzó la pregunta y por la cara del portavoz Schabowski se dio cuenta de que había tocado una cuerda muy sensible. Le temblaban las manos cuando sacó la hoja de papel de su bolsillo. Era apenas un borrador de la ley, pero al decir que tenía efecto a partir de ese momento, provocó el derrumbe del muro que separaba las dos Alemanias y el propio. Al día siguiente fue destituido por el politburó del partido.


Schabowski pasó dos años en el ostracismo más absoluto hasta que reapareció convertido en diseñador y corrector de textos de la revista Heimat-Nachrichten (Noticias de la Patria), en Bebra, una pequeña localidad en el estado de Hesse. Una modesta ocupación para alguien que había tenido tanto poder en la República Democrática Alemana. Había sido director del periódico Neues Deutschland, responsable del partido en Berlín, miembro del Comité Central y, al final, del Politburó. Todos los periodistas sospechaban que semejante ascenso se debía a su mujer rusa, Irina, probablemente una agente de la KGB.


Riccardo Ehrman siguió unos años en Berlín. Ya tenía fama de ser buen periodista y mejor gourmet. Creó la filial alemana de la Accademia Italiana della Cucina, una organización mundial que promueve los restaurantes de auténtica comida italiana. Schabowski y Ehrman se siguieron viendo. Para el décimo aniversario de la caída del Muro se tomaron fotos juntos ante lo que quedaba de esos bloques de cemento. Schabowski escribió un libro de memorias, donde recordaba aquel 9 de noviembre, bajo el título de “Hicimos casi todo mal” (Wir haben fast alle falsch gemacht).


Según Schabowski, la hoja que le había entregado Egon Krenz, el nuevo secretario general del SED (el partido comunista) y jefe de Estado, no mencionaba una fecha concreta y, nervioso y acorralado por los periodistas, improvisó el fatídico “con efecto inmediato”. “Queríamos satisfacer las expectativas del pueblo y demostrar que se podía iniciar un nuevo camino bajo la égida del socialismo”, escribió. Krenz y Schabowski junto a Siegfried Lorenz, otro miembro del Politburó, habían forzado tres semanas antes la defenestración de Erich Honecker, el líder histórico que había dirigido el país durante 13 años con brutalidad soviética. Ocurrió después de una larga disputa dentro del SED entre la línea dura y los partidarios de emprender reformas y abrir las fronteras ante la fuerte presión popular.


El proyecto de modificación de la ley de los viajes al extranjero llevaba semanas dando vueltas entre el Consejo de Ministros y el Politburó, bloqueado entre marchas y contramarchas. Schabowski explicó en su libro que la nueva norma “fue el verdadero motivo de la ruptura con Honecker y de su caída". El antiguo líder salió al exilio en Moscú hasta que allí también cambiaron los vientos y se refugió en Santiago de Chile, donde vivía una de sus hijas. Allí murió en mayo de 1994.
El ex periodista y vocero de la RDA, Guenter Schabowski,. en una foto muchos años después de la caída del Muro, al presentar su libro "Hicimos casi todo mal"


El proceso había comenzado en agosto de 1989, cuando el gobierno reformista de Hungría suprimió las restricciones fronterizas con Austria que era la puerta de salida de la Cortina de Hierro. En septiembre, más de 13.000 alemanes orientales consiguieron escapar al Oeste a través de Hungría. Miles trataron también de alcanzar Occidente tomando las instalaciones diplomáticas en Praga, Checoslovaquia. La respuesta de la RDA fue poner a disposición de los refugiados trenes especiales hacia Alemania Occidental. Como excusa afirmaba que estaba expulsando a “criminales y traidores antisociales irresponsables”. Pero ya no podían ocultar nada. En ciudades alemanas del Este como Dresde y Leipzig se registraban enormes marchas reclamando las libertades democráticas, la disolución de la Stasi y reformas dentro del socialismo.


Ignorando las protestas, Honecker y el resto del Politburó celebraron el 40º aniversario de la RDA en Berlín Este el 7 de octubre con un tradicional desfile de enorme cantidad de soldados junto a tanques y misiles. Esa misma noche comenzaron las primeras manifestaciones multitudinarias en Berlín Oriental. Once días después caía Honecker y asumía Krenz. El nuevo gobierno no duró ni un mes. El 9 de noviembre la multitud forzaba la salida hacia el lado occidental mientras jóvenes de los dos lados golpeaban con picos y masas el muro de la vergüenza. Los alemanes occidentales estaban tan felices que recibían a sus hermanos orientales con fiestas en sus casas. El canciller Helmut Kohl decidió homenajear a todos los que cruzaban desde el Este y les entregó 100 marcos occidentales como regalo de bienvenida.

El ataque de los sensibles de Wall Street

Paul Krugman







Debido a la reciente atención que han recibido las políticas de salud, tal vez piensen que el complejo industrial médico estaría muy involucrado en la contienda de las primarias del Partido Demócrata, totalmente dispuesto a obstaculizar a Elizabeth Warren. Y, en efecto, una coalición de empresas farmacéuticas, aseguradoras y hospitales sacó al aire comerciales que atacan el programa de atención médica “Medicare para todos”.


Sin embargo, la función política de la industria de la salud ha sido moderada hasta ahora. En parte, esto puede reflejar realismo: incluso si Warren se convierte en presidenta, son pocas las posibilidades de que “Medicare para todos” se apruebe en el Congreso. También puede reflejar la sorprendente apertura de los médicos a la reforma. Aunque la Asociación Médica Estadounidense todavía se opone oficialmente al sistema del pagador único, en una reunión reciente, el 47 por ciento de los delegados votó por abandonar esa oposición.


No, la respuesta negativa verdaderamente intensa contra Warren y los demócratas progresistas en general proviene de Wall Street. Aunque, en parte, esa oposición refleja intereses personales, el odio a Warren en Wall Street tiene un grado de virulencia, que algunas veces raya en la histeria y va más allá del cálculo político normal.


¿Qué hay detrás de esa virulencia?


Primero, hablemos sobre los motivos racionales por los que a Wall Street le preocupa Warren. Por supuesto que ella está haciendo un llamado para aumentar de manera importante los impuestos a los más acaudalados, aquellos cuya riqueza exceda 50 millones de dólares, y la industria financiera tiene una fuerte representación en ese club de élite. Además, dado que aumentar los impuestos a los más ricos es bastante popular, es una idea que una presidenta progresista podría convertir en una política real.


Warren también cree firmemente en la regulación financiera más estricta; la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor, que era altamente eficaz hasta que el gobierno de Trump se propuso acabar con ella, fue su creación.


Entonces, si eres un multimillonario de Wall Street, el interés personal racional bien podría inducirte a no estar de acuerdo con Warren. Sin embargo, la racionalidad no explica por qué un administrador de fondos como Leon Cooperman —quien apenas hace dos años resolvió fuera de los tribunales una demanda por tráfico de información privilegiada con el pago de 5 millones de dólares, aunque no admitió haber actuado ilegalmente— haría circular una vergonzosa y autocompasiva carta abierta en la que denuncia a Warren por no valorar todas las cosas maravillosas que los multimillonarios como él hacen por la sociedad.


Tampoco explica por qué Cliff Asness, otro administrador de fondos, montaría en cólera contra el asesor de Warren, Gabriel Zucman, por usar el término “maximización de los ingresos” —un término estándar de la jerga económica— el cual describe como que es “repugnantemente inmoral”.


Me parece que la verdadera revelación aquí es que buena parte de los insultos que Wall Street ahora está dirigiendo a Warren anteriormente eran, de entre todas las personas posibles, para el presidente Barack Obama.


Objetivamente, Obama trató a Wall Street con guantes de seda. Después de una devastadora crisis financiera, su gobierno rescató a las instituciones afectadas bajo términos favorables. Él y los demócratas en el Congreso impusieron algunas regulaciones nuevas, pero fueron muy moderadas en comparación con las que entraron en vigor después de la crisis bancaria de la década de 1930.


Sin embargo, en varias ocasiones mencionó a los “peces gordos” de los banqueros y sugirió que los excesos de la industria financiera eran responsables de la crisis de 2008 porque, bueno, lo eran. El resultado, muy al principio de su gobierno, fue que Wall Street se dejó llevar por la “rabia contra Obama” y la industria financiera le dio todo su apoyo a Mitt Romney en 2012.


Por cierto, me pregunto si esta historia ayuda a explicar un aspecto extraordinario de la recaudación de fondos en la actual campaña de las elecciones primarias. No es de sorprender que Warren haya obtenido tan poco dinero del sector financiero. Sin embargo, sí sorprende que el principal beneficiario no sea Joe Biden sino Pete Buttigieg, quien se encuentra en un distante cuarto lugar en las encuestas. ¿Biden está padeciendo los efectos prolongados de aquella rabia de la era de Obama?


En todo caso, la cuestión es que los multimillonarios de Wall Street, incluso más que los megarricos en general, parecen ser muy susceptibles y emocionalmente incapaces de tolerar las críticas.


No estoy seguro de por qué ese debería ser el caso, pero tal vez lo que suceda es que para sus adentros sospechan que los críticos tienen razón.


Después de todo, ¿qué hacen realmente las finanzas modernas por la economía? A diferencia de los capitalistas ladrones de antaño, los magnates de Wall Street de nuestros días no construyen nada tangible. Ni siquiera financian a la gente que realmente está construyendo las industrias del futuro. La vasta expansión del crédito en Estados Unidos alrededor de 1980 básicamente se relacionaba con un auge en la deuda del consumidor en lugar de recursos nuevos para la inversión empresarial.


Además, cada vez existen más pruebas de que cuando el sector financiero se hace demasiado grande, en realidad actúa como un lastre para la economía y hace mucho que Estados Unidos ya no está para eso.


Ahora, siendo la naturaleza humana como es, la gente que se pregunta en secreto si en realidad merecen la riqueza que tienen se enfurece especialmente cuando otros expresan públicamente esa duda. Así que no es ninguna sorpresa que quienes no pudieron con las críticas moderadas y amables de Obama estén perdiendo el control por completo con Warren.


Lo que esto significa es que deberíamos tener cuidado con las declaraciones de Wall Street de que las políticas progresistas tendrían efectos funestos. Dichas afirmaciones no reflejan una profunda sapiencia económica; en gran medida provienen de gente con mucha riqueza, pero con un ego frágil, cuyas diatribas deberían descartarse oportunamente.