La forma de afrontar la post pandemia definiría las presidenciales en EE.UU.

Con un Trump a la defensiva, el demócrata Biden habla de un plan de reconstrucción económica

A poco más de cien días para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el panorama pinta con más dudas que certezas para los dos candidatos que  protagonizarán el pleito: el actual presidente republicano, Donald Trump, quien va por su reelección, y el ex vicepresidente demócrata Joe Biden.

Lo único indubitable hasta ahora, es que la persistencia del Covid-19 a lo largo y a lo ancho del territorio estadounidense imprimirá en los comicios un toque inesperado y una impronta tal, que obligará a ambos contendientes a centrarse en algo en lo que nadie hubiera pensado a principios de este año: la reconstrucción del país.

Y aunque causó revuelo la semana pasada el anuncio de la candidatura presidencial del cantante Kanye West por una fuerza independiente, a poco más de tres meses de los comicios las encuestas sitúan la intención de voto a favor del candidato del partido Demócrata. Aunque la diferencia varía entre unos sondeos y otros, parece que la desventaja del presidente respecto de su rival estaría en torno a los diez puntos, una distancia nada desdeñable aunque no definitiva.

Pocos meses atrás, Trump parecía tener todo a su favor en el camino a un nuevo período en el Salón Oval. Había cumplido con los recortes tributarios que prometió en campaña, reduciendo el impuesto a las empresas del 35% al 21% para producir, contratar y consumir dentro del propio país bajo su lema ¡América primero!, y llevó a la economía a tener un histórico 3,9% de desempleo hasta la llegada del Covid19. También aplicó un recorte de USD1.000 para las personas que ganan entre USD50.000 y USD100.000 anuales.

No obstante no llegó a cumplir su promesa de un crecimiento económico al 4 por ciento. En 2017 el Producto Interior Bruto solo creció al 2,3%, en 2018 al 2,9% y en 2019 al 2,3 por ciento. Las previsiones para el 2020 estaban en una suba del PIB de apenas el 1,9%, que con la llegada de la pandemia también saltó por los aires. Y dado que los rebrotes del coronavirus han obligado a varios estados a volver atrás con su intención de reabrir sus economías, el rebote económico que podría darle más oxígeno político al empresario inmobiliario todavía está lejos de concretarse. Lo que aviva las esperanzas de su principal rival.

Para diferenciarse de Trump, el demócrata Biden propone ya un plan de reconstrucción post pandemia que crearía cinco millones de puestos de trabajo, con una inversión de USD300.000 millones en investigación y tecnología, como el desarrollo de la red 5G o la fabricación de vehículos eléctricos. Aparte, USD400.000 millones más en ayudas a los consumidores para comprar productos fabricados en Estados Unidos.

Junto con eso, el ex vicepresidente de Obama impulsa su propia reforma fiscal, con el objetivo de aumentar la recaudación en casi cuatro billones de dólares, desmontando las rebajas fiscales aprobadas por Trump, y aplicando su propia versión del trumpiano "America Primero". Biden "va a movilizar el talento, el coraje y la innovación del pueblo americano y todo el poder del Gobierno federal para reafirmar la fuerza industrial y tecnológica de Estados Unidos y asegurarse de que el futuro es hecho en América por trabajadores americanos", según sus propias palabras.

Biden presentó su programa de reconstrucción en una planta metalúrgica en Dunmore, Pensilvania. Y es que ese estado del noreste fue, junto con Michigan, la gran sorpresa de 2016, donde. Trump selló su victoria nacional por apenas unos miles de votos en ambos estados. La sorpresa se atribuyó al resentimiento de los trabajadores empobrecidos por la deslocalización de empresas, no detectado por las encuestas. Biden no quiere repetir errores del pasado, y dejó clara una idea central: Trump benefició a la Bolsa y a las grandes empresas, mientras les falló a las familias y los asalariados. "Es hora de dar la vuelta a las prioridades en este país", dijo. "Ya toca acabar con esta era de capitalismo de accionistas. La idea de que la única responsabilidad de una empresa es con sus accionistas es una farsa absoluta. Tienen una responsabilidad con sus trabajadores, su comunidad y su país", agregó.

La campaña de Biden no solo está atacando al presidente por su falta de plan post coronavirus. También refuta la idea de que estos años fueron tan buenos. La rebaja de impuestos animó la inversión en el exterior más que en el país, afirma. En 2019, el sector manufacturero de EE UU "estaba en recesión", y la guerra de aranceles con China "acabó contribuyendo al declive de las exportaciones".

Pero Biden debe luchar con una falta de carisma, imagen de acosador, con múltiples denuncias de mujeres que fueron acosadas por Biden, una personalidad que revela falta de inicitiva  y de liderazgo que Trump sin duda aprovechará a su favor, además de volver a machacar con "la responsabilidad de China por el Covid-19" y sus diatribas anti-inmigrantes. ¿Será suficiente para retener la presidencia? Falta menos para saber la respuesta.