"Los chilenos no quieren cambiar el modelo económico, quieren ser parte de los beneficios, el gobierno de Piñera está acabado"

"Las protestas son por inclusión, no para que se vayan todos y se joda todo", afirmó a LPO el analista Patricio Navia. "El gobierno de Piñera está acabado", dice.


Por Leonardo Montero


Patricio Navia es uno de los analistas políticos más reconocidos de Chile. En tiempos de convulsión en su país, su voz es palabra autorizada para analizar el estallido social que desató un caos el último fin de semana. El profesor de la Universidad de Nueva York sostiene en una entrevista con LPO que la raíz del problema es la desigualdad social en la economía más desarrollada de Latinoamérica. "Los chilenos están frustrados porque están en las puertas de la tierra prometida pero no los dejan entrar", afirma.

¿Cuáles creen que son las causas del estallido social en Chile?


Hay algunas causas que son de corto plazo y otras que son de mediano y largo plazo. La causa de corto plazo tiene que ver con el aumento del precio del metro. Pero eso fue un aumento del 3,5 por ciento, o sea un aumento bastante menor y en un contexto de crecimiento económico, de paz social.


Entonces, tenemos que ver las causas de largo plazo. Y en mi juicio las causas de largo plazo tienen que ver con el hecho de que Chile se ha desarrollado mucho, ha crecido mucho, pero el crecimiento está desigualmente distribuido. Los chilenos están frustrados porque están en las puertas de la tierra prometida pero no los dejan entrar. Al país le ha ido bien, Chile es el país más desarrollado de América Latina, la pobreza ha disminuido, hay mayor acceso al consumo, mejores oportunidades para todos, pero la gente percibe que los niveles de desigualdad son muy altos y que la élite sigue cerrándole las puertas a esta clase media emergente que quiere ser también parte de la toma de decisiones y de los beneficios del progreso.


Una de las cuestiones que siempre se marca como contracara del considerado exitoso modelo económico chileno es la desigualdad. ¿Eso sigue siendo así? ¿Se percibe así en Chile?


Ambas cosas son ciertas. Chile está hoy mejor que nunca en su historia y los niveles de desigualdad están hoy más bajos que nunca antes en la historia de Chile. Pero Chile sigue siendo un país muy desigual. Y de hecho es precisamente el hecho de que la gente ve que hay progreso, ve que hay avances, y eso los pone nerviosos y los frustra. La gente está viendo que las cosas van mejorando, pero que esa mejora es muy lenta y que hay oportunidades para que haya una mejora más sustantiva, más significativa.

Y creo que lo que pasó en los últimos meses también es importante para explicar estas protestas. El gobierno de Piñera trató de promover una reducción de impuestos para la gente que más gana y eso llevó también al descontento social. La gente dice 'hemos crecido, nos ha ido bien, ahora toca que nos distribuyan a nosotros'. El presidente Piñera, que es un hombre muy rico, uno de los más ricos del país, dijo 'no, tenemos que bajarle los impuestos a los más ricos para que haya más crecimiento'. Entonces la gente dice '¿en qué momento nos va a tocar a nosotros? Si siempre van a estar bajándole los impuestos a los más ricos para que haya más crecimiento entonces nos están dejando fuera de la fiesta y nosotros queremos entrar a la fiesta'. Los chilenos no quieren cambiar el modelo económico, quieren ser parte de los beneficios, pero pasa siempre: si tú estás fuera de la fiesta y no te dejan entrar, y te dicen 'vas a entrar en un rato' pero no te dejan nunca, al final te da rabia y lo destruyes todo.


¿Esta frustración que usted describe habla de un agotamiento del modelo chileno?


Si tú le preguntas a los chilenos si quieren vivir en Argentina, en Brasil, en Venezuela o en Cuba, te van a decir 'no, queremos vivir en un país que sea más justo'. Los chilenos no quieren que la fiesta se acabe, quieren entrar a la fiesta. No quieren otra fiesta. Dicen 'llegamos a la Tierra Prometida, estamos viendo que fluyen leche y miel, déjennos entrar'. Las protestas son por inclusión, no son para que se vayan todos y que se joda todo. Quieren ser parte de los beneficios de crecimiento.


¿Cómo era, hasta antes del estallido, el clima social respecto a esta segunda gestión del presidente Piñera?


La situación del país es relativamente tranquila, este fin de semana las cosas se complicaron mucho. Va a haber un efecto de esto por bastante tiempo. Pero en general Chile es un país que vive en bastante calma. Por eso mismo creo que la gente estaba pidiendo que les toque a ellos alguna vez y creo que eso es lo que vimos el fin de semana.


Usted en una columna dice que el país está en una buena posición para realizar reformas inclusivas. ¿Hay alguna posibilidad de que el gobierno de Piñera vaya en ese sentido?


A diferencia de otras cosas que han ocurrido en la región, Chile no está en un programa del FMI de ayuda económica, no estamos en esa situación. Este aumento de boletos no se produjo porque el gobierno tenga que bajar sustancialmente el gasto para ajustarse a lo que pide el Fondo. El país está creciendo, tiene una capacidad de endeudarse bastante alta, o sea tiene las herramientas para solucionar estos problemas. Y por lo tanto son problemas que se pueden solucionar. Es una crisis de la que se puede salir, no es Venezuela, no es Ecuador, no es Argentina. Esta es una crisis mucho más manejable y por lo tanto es una oportunidad.

Si tú les preguntas a los chilenos si quieren vivir en Argentina, en Brasil, en Venezuela o en Cuba, te van a decir 'no, queremos vivir en un país que sea más justo'

Ahora, me da la impresión de que el presidente todavía no se da cuenta de lo que está pasando y está reaccionando de una mejor forma que no es la mejor. Salió a hacer unas declaraciones que a mí me parecen bastante preocupantes, diciendo que estamos en guerra. Cuando lo que tiene que hacer un gobierno es poner orden y controlar el país, no declararles la guerra a otros chilenos. Efectivamente hay que respetar la propiedad privada y pública, hay un estado de emergencia, hay militares en las calles que tienen que hacer su trabajo, pero mi sospecha es que el presidente está radicalizando el discurso y eso no es un buen camino a seguir. Piñera debería reconocer sus errores y decir que va a corregir algunas cosas porque claramente hay descontento. Estamos recién empezando esta situación, todavía hay posibilidades de que estas cosas se arreglen, entonces no hay que ser alarmistas. Vamos a ver cómo reacciona el presidente en los próximos días, pero efectivamente la mayoría de los chilenos lo que quieren es vivir mejor y distribuir mejor la riqueza. Es mucho más fácil solucionar problemas cuando puedes distribuir la riqueza que cuando tienes pobreza extrema y una crisis económica.

¿Cómo evalúa la declaración del estado de emergencia y el toque de queda?

Yo no sé qué información tenía el Gobierno que los llevó a tomar estas medidas. Pero sí me parece que si vas a declarar el estado de emergencia tienes que darle a las fuerzas armadas las herramientas para que puedan actuar y, por ejemplo, parar los saqueos. Y eso es peligroso porque significa que vas a tener que dispararle a la gente que está saqueando, o parar eso por la fuerza. Pero si declaras estado de emergencia tienes que estar dispuesto a vivir con las consecuencias. Me da la impresión de que el presidente declaró estado de emergencia pensando que con eso se iban a acabar los saqueos, pero los saqueos continuaron. Si no les das las herramientas para que puedan actuar, no tiene mucho sentido que las fuerzas armadas estén en las calles paseando. Si declaras estado de emergencia tienes que aceptar que usen la fuerza para imponer el orden. Hasta ahora las fuerzas han actuado bastante bien. Después de todo Chile tiene una historia de violaciones de derechos humanos por parte de los militares y eso obviamente genera preocupación. Pero hasta ahora las cosas se han mantenido de una forma relativamente razonable.

¿Qué lugar asumió la oposición a Piñera en este conflicto?







La oposición enfrenta siempre el desafío de si quieren ayudar a dar gobernabilidad o si quieren desestabilizar al gobierno. Da la impresión de que hay algunos en la centroizquierda que estarían muy felices desestabilizando al gobierno. Me parece que lo que la gente quiere son autoridades que se hagan cargo de los problemas y lo solucionen. Entonces la oposición corre riesgos de si aparece muy preocupada por criticar al gobierno en vez de hacer su trabajo y ayudar a dar gobernabilidad. Si la oposición prefiere estar en las calles gritando y criticando, probablemente en las próximas elecciones la gente va a elegir a otro para que sea gobierno porque el trabajo de los políticos es encontrar soluciones no salir a la calle a protestar.







Aunque todavía sea muy prematuro, ¿cuál cree que va a ser el impacto político y electoral de este estallido social?







Creo que el gobierno del presidente Piñera ya se acabó, después de esto va a ser muy difícil que logre articular y hacer avanzar su agenda. Va a tener que avanzar con la agenda que resulte de las negociaciones y de los diálogos que se están produciendo. Pero las elecciones presidenciales son a fines de 2021 y ahí los chilenos, como siempre lo han hecho, van a votar por alguien que dé gobernabilidad, que dé garantías, que dé seguridad. Entonces si se corren mucho a la izquierda, van a perder. Y lo mismo si se corren muy a la derecha. Los chilenos en general son moderados. Aquí si hay cosas que perder, la gente está mucho mejor ahora de lo que estuvo nunca antes en su historia y quieren estar todavía mejor. Entonces el argumento ganador electoralmente es cómo te mejoro la vida, no como nos peleamos entre todos.

Creo que el gobierno del presidente Piñera ya se acabó, después de esto va a ser muy difícil que logre articular y hacer avanzar su agenda

¿Por qué considera que el gobierno de Piñera está acabado?


Piñera llegó al poder prometiendo hacer algunas reformas que apuntaban a generar más crecimiento, quería hacer una reforma que bajara los impuestos a los más ricos para producir más crecimiento. Estuvo un año tratando de impulsar esa reforma, probablemente esa reforma ya se murió, no va a poder avanzar. Entonces, la razón de ser del gobierno que era avanzar con una reforma que promoviera el crecimiento, claramente no van a poder hacerlo. Ahora las prioridades cambiaron.


Piñera también quería hacer una reforma de pensiones. Bachelet había propuesto una reforma antes de irse, y Piñera planteó otra distinta. Parece que vamos a tener que terminar volviendo a la propuesta de Bachelet. Entonces creo que las iniciativas de Piñera van a terminar desapareciendo porque la situación política cambió radicalmente.