Impuesto al WhatsApp desató la furia popular en El Líbano

Mientras en Argentina se discute una reforma tributaria en los equipos económicos de los principales candidatos a presidente, llegan ideas polémicas desde el exterior. El gobierno de coalición no tuvo mejor idea que aplicar un impuesto a los usuarios de WhatsApp, desatando la furia popular y obligando a bancos a cerrar  por temor a desmanes.


El Líbano. Foto: Reuters





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La Asociación de Bancos Libaneses anunciaron en las últimas horas que sus "establecimientos permanecerán cerrados este lunes 21/10 para garantizar la seguridad de los empleados".

Es que un impuesto al WhatsApp que lanzó el gobierno, presidente de El Líbano, desató una serie de protestas simultáneas.


"Los movimientos populares continúan en varias regiones del país y para garantizar la seguridad de los empleados y limpiar los daños causados en ciertas sucursales, se decidió mantener los bancos cerrados el lunes", afirmó la asociación en un comunicado.

Según fuentes locales, manifestaciones continuaban ayer (20/10) en Beirut, Trípoli (norte), Nabatieh y Tiro (sur) así como en otras regiones libanesas por tercer día, después de que el Gobierno anunciara una tasa a las llamadas por servicios de mensajería en internet como WhatsApp, una decisión que ya retiró.

La "Revolución del WhatsApp" se denominó a la iniciativa que se llevó a cabo en forma pacífica, aunque se registraron algunos enfrentamientos con la policía.

El temor es tal que en el centro de Beirut se instalaron protecciones a los bancos con mallas metálicas para evitar destrozos similares a los daños contra cajeros y entidades en las protestas del jueves y viernes.

Fuentes de la Cruz Roja Libanesa afirmaron que solo en la capital al menos 23 personas fueron trasladadas a los hospitales mientras que otras 70 fueron tratadas en el lugar, con lo que el número de víctimas desde el jueves asciende a dos muertos y más de un centenar de heridos.

Recordemos que esto le estaría costando el puesto al primer ministro, Saad Hariri, quien desafió que estaba dispuesto a dimitir si no lograba hacer aprobar sus reformas económicas en un plazo de 72 horas que concluía ayer, pero su debilitado y fragmentando gobierno quedó aún más endeble tras la dimisión de los cuatro ministros del partido cristiano Fuerzas Libanesas. Otros socios clave en la coalición como el partido milicia chií Hizbolá, sin embargo, se oponen a la dimisión y mantienen su apoyo al primer ministro.

Esta manotazo de ahogado que dio el gobierno tiene que ver con su fuerte endeudamiento. El Líbano es uno de los países más endeudados del mundo, con alrededor de 86.000 millones de dólares de deuda.