Salida a la uruguaya: "El principal desafío era convencer al mundo de que el problema era financiero y no económico" , reveló el ex ministro que negoció la deuda

 "Nos peleamos con el FMI"

No hubo quita ni cambios en los intereses. Se respetaron los contratos en la moneda en la que habían sido acordados. "El principal desafío era convencer al mundo de que el problema era financiero y no económico", señaló Isaac Alfie


Isaac Alfie, encargado de renegociar la deuda uruguaya

El candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, habló de una posible reestructuración de deuda a la "uruguaya" -sin quita-, y abrió el debate sobre el posible desarrollo de la deuda argentina. "No está mal, porque busca comprar tiempo para equilibrar las cosas", dijo el ex ministro de Economía uruguayo, Isaac Alfie, encargado de llevar a cabo la negociación en 2003, pero reveló: "Nos peleamos con el Fondo Monetario Internacional ( FMI)".

El Fondo planteaba que Uruguay atravesaba una crisis económica y financiera, mientras que los esfuerzos del gobierno se centraban en convencer a los tenedores de deuda que se trataba de un problema de plazos de vencimientos.

Con el apoyo de otros organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo ( BID) y el Banco Mundial (BM) Uruguay logró estirar sus compromisos, pero requirió de una serie de reformas estructurales a largo plazo. "No es sólo buscar extender el plazo de deuda, sino también tener un programa sólido económico-financiero", sentenció.

En esa línea, Alfie aseguró: "Nuestra reestructuración es cierto que compró tiempo pero a la vez se hicieron una gran cantidad de reformas estructurales. Se realizó una política de apertura comercial, firmamos acuerdos de inversiones con Estados Unidos y con México, políticas de cielos abiertos y una baja en la presión impositiva".

El canje uruguayo no tuvo quita ni tampoco cambio de intereses. Además, respetó a los contratos en la moneda que en los que habían sido acordados. Según indicó el economista, fue clave convencer al mundo de que el problema era financiero y no económico, algo que provocó un tensión en la relación con el FMI, que dirigía el alemán Horst Köhler. "Se realizó una política fiscal y monetaria muy ortodoxa. La inflación se redujo de 25% a 2% en dos años. El déficit fiscal, que era de más de 4% el PBI, se redujo, mientras que el gasto público se disminuyó entre 4% y 5% en tres años" agregó el encargado de la renegociación.

En 2003, la deuda pública del Uruguay llegó a casi 100% del producto bruto interno, impulsada por la devaluación del peso, aunque en términos "normales" llegaba al 55% del PBI. En números, significaba un total de poco más de US$11.000 millones.

"Este fue uno de los puntos de la negociación. Logramos convencer a los bonistas de que la deuda en términos históricos era menos que la mitad a la de aquel momento por el output gap -diferencia entre producto corriente y potencial de 18%- y por la tasa de interés de pánico, que se ubicaba entre el 10% y 15% anual. Cuando pudimos explicar que el problema era de plazos financieros y no económico, logramos el canje" destacó Alfie.