Espert proyectó una inflación de 40% para este año


El economista sostuvo que el Gobierno se equivocó al cerrar una meta de inflación con el FMI y que ahora se deberá sentar a renegociar el acuerdo Stand By con el organismo. Asimismo, advirtió sobre otro posible salto del dólar y puso en duda la capacidad de pago de la deuda externa, aunque descartó una crisis como la del 2001 e incluso una hiperinflación.

El salto del dólar tras la corrida cambiaria que se desató a partir del 25 de abril y que se extiende hasta estos días sigue siendo una preocupación para el Gobierno y una advertencia por parte de los economistas tanto ortodoxos como heterodoxos. Sobre todo por el impacto inmediato que tiene la escalada de la divisa en los precios de productos de consumo masivo y que hace indomable la inflación, algo por lo que el presidente Mauricio Macri pidió ser juzgado al término de sus cuatro años de gestión.

En el marco de la apertura del 10° Congreso de Desarrollo e Inversiones Inmobiliarias que se llevó a cabo en el Hotel Hilton y del cual participó ámbito.com, el economista José Luis Espert, volvió a cuestionar la política económica del Gobierno al considerar que continúa con un sistema con un fuerte gasto público. En ese sentido, dijo que hay un "Estado impagable" que termina encerrado en lo que él denomina un triángulo vicioso: "ajuste por crisis" en uno de sus aristas, "rebote" en otra y "leyes laborales inviables" en la tercera.

Ante un auditorio colmado de inversores, desarrollistas, constructores, arquitectos, compradores y referentes del sector empresario, Espert dio a conocer sus proyecciones económicas para 2018: estimó una inflación con un piso del 35% y de hasta 40%, un dólar entre $ 32 y $ 34 para fin de año, una caída de la actividad económica de 1,2%, y un déficit fiscal primario de 2,4%.

"En 2018, año de gran devaluación, no descartaría que la inflación llegue a tocar el 40% que alcanzó en 2016 y 2014, con un piso en 35%", señaló. Y agregó que la meta del 32% de inflación anual acumulada a agosto de este año, que cerró el Gobierno con el FMI en el marco del acuerdo Stand By por u$s 50.000 millones, "va a haber que discutirla" porque implica un incumplimiento de lo previamente acordado.

"Mi sensación es que cuando el INDEC informe la inflación de agosto acumulada en los últimos doce meses, la misma va a estar arriba del 32%. De manera que el Gobierno va a necesitar ir al Fondo a negociar cómo corregir esa desviación del acuerdo", afirmó.

En otro orden, Espert remarcó que 2018 es un año de fuerte devaluación y que de no ocurrir una nueva disparada del dólar como la que se vivió en mayo y junio, el billete verde va a finalizar el año en un promedio entre $ 32 y $ 34, "lo cual arroja un aumento del 80% respecto al 2017".

A pesar de que dio cuenta de una crisis económica latente, Espert descartó de plano la posibilidad de que exista un descalabro económico como el que se vivió en 2001 cuando Fernando De la Rúa era Presidente. "¿Hay probabilidades de ir a un 2001? De ninguna manera. En 2001 hubo un contexto de muertos en Plaza de Mayo, robo de depósitos, un default payasesco de la deuda pública con el Congreso aplaudiendo, y la ruptura de todos los contratos con los privados. Ese conjunto de cosas no tienen la mínima chance de repetirse", subrayó.

Asimismo, desechó la chance de que Argentina vuelva a padecer una hiperinflación como la que se registró durante el mandato del entonces presidente Raúl Alfonsín, ya que consideró que para que eso suceda habría que tener una tasa de inflación del 4% diaria. No obstante, el economista y profesor de Finanzas Públicas en la Universidad del CEMA, no descartó que Argentina entre en default, aunque reconoció que "la posibilidad de reestructurar la deuda es muy baja".

En ese sentido, cuestionó la decisión de Macri de viajar a Estados Unidos para comprometerse ante los principales banqueros y fondos de inversión respecto a que no hay posibilidad de caer en default durante su gobierno. "Si los países ´defaultean´ o no, no son cosas que decide un político. Es una cuestión técnica y política pero no sólo política. Me parece un gran error del Gobierno que su Presidente vaya a EEUU a decir que no va a haber default", enfatizó.

"Lo que se discutirá en los próximos 15 meses no es ni la hiperinflación, ni un 2001. Pero sí Argentina puede tener una corrida como la de mayo donde el dólar subió muy fuerte. De todas las calamidades de las que se habla, yo no descartaría un suceso donde el dólar pueda pegar otro salto", advirtió ante los empresarios que se reunieron para escuchar su análisis coyuntural.

En relación al panorama económico del próximo año, Espert dijo que "el 2019 va a ser un año con dificultades para crecer". "No veo una recuperación que vaya a cambiar significativamente la economía. La obra pública está prácticamente paralizada", analizó. Consideró que el dólar, en un año electoral, no crecería otra vez un 80% interanual como en 2018 y añadió que el Gobierno se va a ver tentado en volver a atrasar el tipo de cambio.

Promediando su presentación, dijo que Argentina necesita tener un superávit de 3,5% para congelar la deuda pública en los 75 puntos del PBI en los que se encuentra hoy, al tiempo que agregó que es algo que no va a suceder este año, ya que la proyección para 2018 es que haya un 2,4% de déficit fiscal primario. "Para que no crezca la deuda necesitamos un superávit de 3,5%. Hay motivos para que haya dudas sobre si Argentina va a necesitar una reestructuración de la deuda", manifestó.

"Se habla de que al Gobierno le faltan 7.500 millones de dólares para financiarse hasta fines de 2019 y en realidad lo que necesita son 35.000 millones de dólares, en un contexto en el que los mercados están cerrados. Argentina tiene un desafío formidable hacia delante. Más allá de las necesidades de equilibrar las cuentas y salir de la crisis deficitaria, además de reducir el gasto público tiene que bajar impuestos para darle algo de aire al sector privado. Pero con esta situación fiscal va a ser difícil que bajen los impuestos", destacó.

Para Espert, la decadencia en el país viene desde hace 70 años. "Es el sistema populista que genera pobreza, miseria, narcotráfico e inseguridad. Argentina se viene debatiendo en un triángulo vicioso en los últimos 70 años de ajuste-crisis, un rebote que no se sostiene y un deterioro para volver a experimentar una nueva crisis. Hay que pensar en la hiperinflación de 1989, el rebote de 1992-1998, el deterioro 1999-2000, la crisis 2001-2002, el rebote 2003-2011, el deterioro 2011-2015, el ajuste de Macri en 2015, el rebotecito de 2017 y otra vez el ajuste que ha hecho el Gobierno con el FMI este año", describió.

"Argentina en lugar de convertirse en un proyecto vendedor de cosas al mundo, se ha convertido en un acomplejado a nivel planetario preocupado por protegerse solo de lo que viene de afuera. Tenemos un Estado impagable y deficitario, leyes laborales inviables. No puede ser que una empresa esté al borde de la quiebra por despedir una persona. Estamos equivocados en nuestro concepto de injusticia social. La injusticia social son estas leyes laborales que han transformado la economía en negro en la única manera de sobrevivir. La injusticia social es el tercio de pobres que tiene el país de la mano de este sistema. La solución y el futuro para Argentina pasa por una economía de libre comercio, con un Estado pagable y sin déficit y con flexibilidad laboral. Nada de esto se puede hacer de golpe. No podemos ir a competir con el mundo desde ahora. Hay que hacer las cosas que han hecho los países emergentes a los que les ha ido bien", concluyó.