Zuckerberg vs Trump ?




Esto es lo que aprendió Mark Zuckerberg en su viaje a través de 30 estados de EU: hay una profunda polarización y el país padece de una crisis de identidad. Bueh...


¿Será Mark Zuckerberg el próximo presidente de Estados Unidos? Es la comidilla de Washington. Indicios hay: ha contratado a los asesores de Obama, se reúne con líderes mundiales, ha introducido una cláusula que le permitiría tener un cargo público sin perder el control de la compañía, incluso ha vuelto a abrazar el judaísmo…

Ya circulan encuestas sobre sus posibilidades en un hipotético enfrentamiento con Donald Trump -de momento, empate- y, aunque Zuckerberg niega que tenga aspiraciones presidenciales, sus simpatizantes han creado un Super PAC, una organización que recaudaría fondos con los que financiar su campaña.


Zuckerberg es uno de los generadores de ingresos más exitosos de nuestra era. Sin embargo, habla como si fuera un líder espiritual.


“Proteger a nuestra comunidad es más importante que maximizar nuestras ganancias”, dijo Zuckerberg este mes después de que Facebook publicara su primer resultado trimestral de ganancias de 10 mil millones de dólares, un incremento interanual de casi 50 por ciento.



Cuando un líder realiza una “gira de escucha” generalmente significa que está vendiendo algo.

En el caso de Hillary Clinton, se estaba vendiendo ella misma. En el caso de Zuckerberg, también se está vendiendo él mismo. Zuckerberg hasta hizo un anuncio sorpresa de que iba a cenar con una familia común -al estilo de un político en campaña- junto con su séquito de asesores personales que lo acompañaron en el viaje.


n las fotos que publica en su red social, Zuckerberg aparece en Texas, charlando con vaqueros; dándole el biberón a una vaca en Montana; rodeado de oficiales como un general en jefe; en una misa de góspel en Chicago; con los obreros de la industria del fracking o pescando salmones… Incluso en un bar de camioneros en Iowa, interesándose por sus opiniones sobre un futuro con vehículos sin conductor… Nadie sabe tanto como Zuckerberg de las intimidades de los 200 millones de usuarios de Facebook en Estados Unidos, y ahora se ha propuesto conocerlos en persona. O casi.

El analista político Nick Bilton afirma que el consenso en Silicon Valley es que Zuckerberg tiene potencial para ser presidente, siempre que sea capaz de superar sus problemas de sociabilidad. «Es tan retraído como lo era Howard Hughes (el excéntrico productor de cine). Pero es alguien a quien no le mueve el dinero […] . Quiere algo más grande. Algo que le dé más impacto e influencia en el planeta», escribe. Y asegura que lleva una década entrenándose para llegar a la Casa Blanca, rodeándose de estadistas, aunque duda de si se presentará en 2020 o 2024.

Por su parte, Nathan Hubbard, exjefe de comunicación de Twitter, tiene otra teoría: «Zuck se dio cuenta el 9 de noviembre (la noche electoral) de que Facebook había propiciado un cambio que él no había previsto ni entendía. Y eso es terrorífico para un fundador. Es el amo del producto. Así que ha salido al mundo, más allá de su burbuja, para hacer una investigación de campo y vislumbrar cómo Facebook puede evolucionar de nuevo». «Es una locura atribuirle aspiraciones presidenciales -concluye Hubbard-. No tiene aptitudes para ganar. Pero sí que tiene un despiadado instinto de supervivencia, combinado con su ilimitado deseo de aprender».

Sin embargo, Juan Francisco Delgado, con experiencia empresarial en Silicon Valley, señala otros factores que se deben tener en cuenta. «Ha prometido que donará el 99 por ciento de sus acciones de Facebook a lo largo de su vida. De momento, está donando acciones de clase B y C, sin capacidad de decisión. Zuckerberg mantiene el control, pase lo que pase. Puede pedirse una excedencia para ocupar un cargo político, pero volvería a la compañía como presidente. Y está utilizando su fundación benéfica (la Chan Zuckerberg Initiative) para hacer fichajes políticos, sobre todo del entorno del Partido Demócrata. El más sonado es David Plouffe, jefe de campaña de Obama. Pero también Joel Benenson, estratega de Hillary Clinton; Amy Dudley, secretaria de prensa del exvicepresidente Joe Biden, y otros».
Discurso generacional

A Zuckerberg se le relaciona con el Partido Demócrata no solo por los asesores que ha fichado, sino por su estrecha amistad con Obama, con el que incluso ha dado discursos. Está por ver si presentaría su candidatura como un outsider de los demócratas o iría por libre.

Tiene que superar sus problemas de sociabilidad, pero nadie duda de que quiere más influencia en el planeta y tiene “afán de trascendencia”

Algunos expertos señalan que el discurso que dio en mayo en Harvard tuvo ecos del Kennedy más inspirador. Y consideran que en él traza su ideario político. «Somos millennials. Nos sale instintivamente buscar un propósito (…). Nuestra generación tendrá que lidiar con decenas de millones de trabajos reemplazados por la automatización. Pero tenemos potencial para conseguirlo, y más si lo hacemos juntos. ¿A qué estamos esperando? ¿Qué tal si frenamos el cambio climático antes de que destruya el planeta y ponemos a millones de personas a trabajar en la fabricación e instalación de paneles solares? ¿Qué tal si curamos todas las enfermedades y les pedimos a voluntarios que hagan un seguimiento de sus datos de salud y compartan sus genomas? ¿Qué tal si modernizamos la democracia para que todos podamos votar online y personalizamos la educación para que todos podamos aprender?».

Zuckerberg no es el único CEO en esta carrera. El Chicago Tribune aventura que si Trump se presenta a un segundo mandato podría competir contra otro empresario. Y baraja las candidaturas de Jamie Dimon, del gigante bancario JP Morgan; Howard Schultz, antiguo consejero delegado de Starbucks; y Jeff Bezos, de Amazon. «Son los capitanes de la nueva economía. Y ya hemos visto que el modelo de empresario exitoso y que no pertenece al político de Washington tiene mucho tirón. Si alguien como Trump lo ha conseguido, por qué no ellos, que, además, tienen una visión sobre cómo puede ser el mundo en el futuro. Bezos es el único CEO de un gigante tecnológico que le está ‘dando caña’ a Trump, sobre todo a través de su diario, el Washington Post. Las trifulcas con Trump le cuestan a Amazon caídas en Bolsa», explica Delgado. Y añade otra clave. «Quizá hay algo de leyenda urbana en ese ‘mirarse’ en los héroes de la antigua Grecia, a los que Zuckerberg haría referencia cuando se dirige a sus empleados. Pero es alguien que quiere que su nombre perdure. En cuanto a riquezas está colmado, pero le impulsa el afán de trascendencia».

En Washington barajan otras candidaturas de empresarios como la de Bezos, de Amazon, y la de Schultz, de Starbucks

¿Hasta qué punto los intereses empresariales pueden estar detrás de sus aspiraciones políticas? «Sin duda, van a contaminar su candidatura. Pero la sociedad norteamericana eso no lo ve mal -responde Delgado-. Zuckerberg puede buscar a largo plazo cierta monopolización de la nueva economía digital. Su empresa está dando pasos en ese sentido, con sus adquisiciones, con su entrada en el negocio de la banca, de las telecomunicaciones, de la realidad virtual y aumentada… Ser presidente de Estados Unidos es una palanca política, económica y militar. Por algo dicen que quiere ser emperador».

Cambio de ‘look’


Zuckerberg tiene 33 años. En 2020 tendrá 36, justo la edad para poder presentarse a la Presidencia (hay que ser mayor de 35). Es el millonario más joven de la lista Forbes, con 63.300 millones de dólares. En los dos últimos años, aunque no ha abandonado su camiseta, es habitual verlo con traje y corbata.


Pero tiene un problema

Facebook se ha convertido en un producto tóxico desde que Trump fue elegido. Las grandes empresas tecnológicas han tomado el lugar de las grandes empresas tabacaleras en Washington. No se trata de si habrá una reacción regulatoria, sino de cuándo y cómo sucederá.

Zuckerberg tiene la culpa de todo esto. Después de haber negado que Facebook había desempeñado un papel en la victoria de Trump -o en el rol de Rusia en ayudar a asegurarlo- Zuckerberg es el principal blanco de la reacción demócrata. Ahora le está pidiendo a EU que crea que puede convertir las noticias de Facebook de una cámara de eco en una plaza pública. El crecimiento de los ingresos ya no es la prioridad. “Nada de eso importa si nuestros servicios se utilizan de una manera que no une a las personas”, dice.


La importancia de la religión

«Crecí judío y luego pasé por un periodo en el que me cuestioné las cosas, pero ahora creo que la religión es muy importante», escribió Zuckerberg en Navidad. Los analistas señalan que un candidato ateo no tendría posibilidades. En su gira ha procurado mantener equidistancia. ha ido a iglesias cristianas y ha departido con estudiantes musulmanes (en la foto) de la Universidad de Míchigan.
Porte de primera dama



Pediatra de profesión, Priscilla Chan -de 32 años- se casó con Zuckerberg en 2012 y tienen dos hijas; la más pequeña, nacida hace unos días. Se conocieron en 2003 en Harvard, donde ella estudiaba Biología. Hija de refugiados chinos, Chan habla su idioma materno y español.



Juventud y timidez

Es muy joven. Cumplirá 36 años durante la campaña electoral de 2020 (35 es la edad mínima legal para presentarse a presidente). Su juventud juega en su contra. Y también su timidez. No es Barack Obama.
La América profunda

«No será fácil superar los prejuicios del americano medio hacia la élite de Silicon Valley. La América profunda es muy profunda… Pero los ingenieros de Facebook tienen herramientas para lanzar los mensajes adecuados para superar esa desventaja. Ya están trabajando en inteligencia artificial y pueden predecir el comportamiento de los votantes. Zuckerberg solo se presentará si está razonablemente seguro de que va a ganar. A tres años vista ningún candidato muestra sus cartas. Pero se está posicionando. Es como un jugador de ajedrez».
Jugar con ventaja

¿Es legítimo que alguien como Zuckerberg, que maneja tantos datos personales a través de la galaxia Facebook -Instagram, WhatsApp, Oculus Rift…-, los use en beneficio propio? El dilema ético es de gran calado. Pero si Trump ha usado Facebook como trampolín, ¿por qué no él?.



Zuckerberg ya ha hablado de la implantación de la renta básica universal. No es el primero que lo hace. Pero, sin duda, es un gancho electoral. También la idea de Bill Gates de gravar con un impuesto a los robots que nos pueden quitar el empleo. De esta manera se ralentizaría la automatización y nos daría tiempo a prepararnos para hacer otros trabajos. Son propuestas que están sobre la mesa, atractivas para los votantes millennials. Y que tienen cada vez más sentido, porque nos aproximamos a una nueva era de la historia. Y son ideas que solo pueden proponer líderes que traten de predecir cómo va a evolucionar la sociedad


La posverdad pasará factura Seguramente el punto más incómodo para Zuckerberg es la influencia que ha tenido Facebook en las pasadas elecciones. La posverdad le pasará factura. Y, haga lo que haga, sus contrincantes también le van a criticar por utilizar Facebook en su favor. Ya sean sus datos y conocimientos sobre audiencias o que pueda promocionar noticias que lo favorezcan. Tanto si lo hace como si no.