Trump suspendió las visas de turismo y negocios para ciudadanos rusos




El gobierno de Estados Unidos decidió suspender la tramitación de visados a los ciudadanos rusos a partir de ayer. La medida  afectará a los que se proponían realizar un viaje de negocios, de estudios o de simple turismo.

Distintos responsables rusos han advertido que habrá represalias por esta medida

En la web consular estadounidense de Rusia se asegura que la normalidad en los trámites se restablecerá el 1º de septiembre, pero sólo en Moscú y con un volumen mucho menor. Los consulados norteamericanos en las ciudades rusas de San Petersburgo, Ekaterimburgo y Vladivostok continuarán sin atender demandas de visado hasta nueva orden.

"En virtud de las medidas adoptadas por Moscú para reducir el número de miembros de la misión diplomática de EE.UU. en Rusia, a partir del 23 de agosto de 2017, suspendemos la tramitación de visados de no inmigrante en toda Rusia", informó el Departamento de Estado por medio de un comunicado diplomático.

El nuevo embajador ruso Anatoli Antonov tendrá que lidiar con estos y otros problemas

El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, reaccionó a la medida lamentando que "los autores de esas decisiones vuelven a intentar provocar descontento entre los ciudadanos rusos hacia la política de sus dirigentes". Distintos responsables rusos han advertido que habrá represalias.

Pero lo cierto es que Putin ordenó el mes pasado reducir en 755 personas, a partir del 1º de septiembre, el número de diplomáticos y colaboradores estadounidenses que trabajan en Rusia cuando tan sólo fueron 35 los diplomáticos rusos expulsados de EE.UU. el pasado diciembre. Fue el todavía entonces presidente Barack Obama quien lo ordenó. "Hemos procedido a organizar la salida del país de los empleados que no podrán seguir desempeñando sus funciones en Rusia", subraya también la nota publicada en la web consular norteamericana.

Putin decidió diezmar a finales de julio la legación diplomática de EE.UU. en Rusia como respuesta a la reciente ampliación de sanciones aprobada por el Congreso y Senado norteamericanos, firmada finalmente por Trump, para castigar una vez más a Moscú por su destacado papel en la génesis y desarrollo de la crisis ucraniana, anexión de Crimea incluida, y por sus esfuerzos por influir en el resultado de los comicios presidenciales celebrados el año pasado en Estados Unidos.

El nuevo embajador ruso en Washington, Anatoli Antonov tendrá que bregar no sólo con todos estos problemas. También con las permanentes discrepancias entre los dos países a propósito de Siria y de lo que hay que hacer con el dictador Bashar al Assad, entre otros puntos que hoy por hoy complican la relación bilateral.

Los expertos del Centro Carnegie de Moscú catalogan al nuevo embajador ruso en Washington como "un partidario de la línea dura". "Nos espera un gran trabajo: salir de este atolladero. Pero eso no significa ceder" ante Estados Unidos, afirmó Antónov hace tres meses.