El Enacom destacó que el mercado sigue regulado y exigirá inversiones a las empresas de 4Play.
Tras un año de fuerte lobby de Telefónica, el Gobierno autorizó que Clarín ingrese en el mercado de telefonía móvil mediante Nextel, la cuarta operadora del mercado, que hasta la fecha cuenta con el 1% del mercado de telefonía celular.
El Directorio del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) emitió este miércoles la autorización de la transferencia accionaria de las firmas Trixco S.A., Callbi S.A., Infotel S.A., Skyonline de Argentina S.A., Netizen S.A. y Eritown Corporation Argentina S.A. Servicio a favor de la empresa Nextel Communications Argentina, perteneciente al Grupo Clarín. Este es el paso previo a la autorización del uso de la banda ancha.
Estas seis empresas son proveedoras de banda ancha 2.5, y no solo costaron le costaron a Clarín cerca del doble que Nextel sino que exigen una mayor inversión en antenas que sus competidoras porque cubren un menor radio para el servicio de 4G y no todos los teléfonos celulares del mercado son multibanda y operan con esta tecnología.
Todo el proceso de inversión le llevará a Clarín al menos un año y medio por lo cual consideran que el lobby de Telefónica los dejó en desventaja para ingresar en el mercado oligopólico que controlan en tercios casi perfectos Claro, Movistar y Personal.
El cuarto competidor fue una política implementada en varios países para quebrar los oligopolios. En México, por ejemplo, el presidente Peña Nieto autorizó el ingreso de la estadounidense ATMT y en un año los precios bajaron sensiblemente acompañados de una mejora en la calidad del servicio. Por eso en Nextel cuestionan que el nuevo directorio del Enacom se tomara un año para el estudio de esta autorización.
De todos modos, la nueva Ley de Convergencia no estará lista hasta marzo para su presentación ante e al Poder Ejecutivo y luego el Congreso, confirmó el presidente del Enacom Miguel de Godoy. Con ella se dará el marco legal a una tecnología que ya existe y se denomina "cuádruple play" por reunir en un mismo proveedor los servicios de telefonía fija, móvil, banda ancha por fibra óptica y televisión por cable.
Respecto de la competencia, Miguel de Godoy aseguró que “como estaban repartidas las cosas, teníamos en casi 31, 32, 33% dividida la telefonía del país. El cable lo teníamos en 50 y pico a 60% por algún lado,o 30% por el otro. Ahora, al converger, todos van a tener que salir a buscar clientes. Y en algún momento, el mercado estará dividido en 4, 5 o en 6 porciones. Vamos a ver cuántos jugadores quedan, pero habrá más de 3, seguro. Lo que va a pasar es que al tener que ir a buscar clientes van a tener que disputar todos los clientes.Y aparte, existe la obligatoriedad del despliegue”.
El despliegue es el nombre técnico para la inversión en redes de fibra óptica que optimicen la calidad del servicio de internet por banda ancha que ofrecen las telefónicas.
“El Estado va a salir a controlar con mucho más rigor que ese despliegue se cumpla. Y eso va a ser en beneficio de la gente”, aseguró de Miguel desmintiendo las críticas de que la Ley de Convergencia es una ley de desregulación de las telecomunicaciones.
“No existe la desregulación. El mercado, librado al azar, no es una buena medida. Cada que vez que se ha hecho eso no se ha logrado ningún éxito. Lo que hace el Estado, yo siempre lo digo en términos futbolísticos, es marcar la cancha, poner los arcos y decir, señores, jueguen. Yo voy para el costado y si alguien la toca con la mano, yo entro y participo. Entonces estaré mirando que esto se cumpla tal cual debe ser. El Estado tiene que cumplir un rol regulador y no lo puede delegar”, aseguró el director del ente controlador.
La última batalla de Telefónica quedó “en stand by”. Aunque logró que el Gobierno le adelantara un año el plazo de ingreso al mercado, lo que haría que el plan de inversiones de Clarín llegue a dar fruto medio año tarde.
Su intención era que el Enacom la habilitara a participar del cuádruple play sin invertir en banda ancha de fibra óptica para brindar televisión y hacerlo mediante una asociación con alguna proveedora de televisión satelital, al menos en aquellos lugares en los que su precio lo hace viable, ya que en la Quiaca cuesta 10 veces más que en Buenos Aires.
“Después hay que estudiar si la televisión satelital podría competir con la telefonía fija o móvil. Ese es un capítulo que está por discutir por un impedimento que tiene la televisión satelital”, advirtió de Godoy.
