A la carga contra ISIS y los tratados comerciales

Disolución de tratados comerciales, escalada contra Estado Islámico
 
Donald Trump en sus primeras tareas en el Salón Oval de la Casa Blanca, reacondicionado a su estilo, con cortinados dorados.
1 Disolución de las negociaciones comerciales a partir del TTP y del TCL; plan de relanzamiento de la economía con el objetivo de un crecimiento anual del 4% y la creación de 25 millones de nuevos puestos de trabajo en 10 años; escalada de la ofensiva contra el Estado Islámico; escudo espacial para defender al país de eventuales amenazas de países como Irán y Corea del Norte.
Donald Trump, tras dejar las escalinatas del Capitol Hill donde acaba de jurar como 45 presidente de Estados Unidos, se dirigió a la Casa Blanca para indicar los pilares del programa con el cual el nuevo Comandante en Jefe quiere cambiar el rostro de Estados Unidos.
Durante su discurso inaugural, afirmó claramente: "Basta de hablar, es el momento de actuar". Y sin perder tiempo, firmó las primeras medidas luego de la ceremonia. Pequeñas cosas, pero ya en los próximos días se esperan las primeras medidas significativas, a partir del cierre de los ingresos a Estados Unidos que podría producirse el lunes próximo, hasta un paquete de medidas para reforzar la seguridad de las fronteras nacionales.
Por el momento nada referido al muro con México, sino restricciones en el frente de las visas que -como explicó el mismo Trump hace algunos días- podría alcanzar inclusive a los europeos, teniendo en cuenta que el objetivo es "extremar los controles" sobre todos aquellos que lleguen desde "países donde está presente el terrorismo islámico".
Inclusive Francia, Bélgica, Alemania y posiblemente Italia.
Pero en el escritorio del Salón Oval hay al menos otros seis expedientes considerados en esta primera fase como prioritarios: entre ellos, la derogación y la sustitución del Obamacare, la apertura de negociaciones para un nuevo acuerdo comercial con Londres post-Brexit, el plan del Pentágono para el envío de más soldados a Siria para la conquista de Raqqa, un plan de relanzamiento de las infraestructura de mil millones de dólares, y el nombramiento en suspenso del nuevo juez de la Corte Suprema.
En resumen, no es suficiente para provocar un cambio radical de la política de Estados Unidos, tanto en política exterior como en clave interna. Una serie de cambios luego de ocho años de Barack Obama que se acelerarán con el paso del tiempo.
En los primeros 100 días de gobierno, Trump tiene intenciones de avanzar con la prometida "revolución de los impuestos, con fuertes beneficios para las empresas y sobre todo para todos aquellos que inviertan y creen trabajo en Estados Unidos.
"Dos son las reglas -enfatizó en su primer discurso como presidente- comprar americano y contratar americanos".
Luego será el turno de la ofensiva contra las excesivas reglas que para el nuevo presidente sofocan el desarrollo de las compañías, a partir de las ambientales.
Se espera entonces una fuerte desregulación que amenaza con erosionar la herencia verde de Obama, a partir de las medidas lanzadas en los últimos años para reducir las emisiones contaminantes de las industrias.
Un primer paso que podría llevar a Trump a pedir una renegociación de los compromisos en el marco de los acuerdos sobre clima.