S&P: Argentina es, en lo fiscal, más vulnerable que Brasil


UN ESTUDIO EVALÚA LA DINÁMICA DE LA DEUDA PÚBLICA EN LOS PRÓXIMOS AÑOS
Los economistas de la calificadora analizaron qué país enfrenta los mayores retos fiscales. La conclusión, también los sorprendió.

A primera vista todo indicaría que Brasil afronta una situación fiscal más difícil que Argentina debido a que tiene un mayor déficit fiscal y una deuda pública bruta mayor con respecto al PBI. Sin embargo, al analizar las cifras y enfocarse en la dinámica más que estática, se llegaría a una conclusión diferente, advierten los economistas de S&P, Joaquin Cottani y Elijah Oliveros-Rosen. El hecho de que la deuda pública bruta de Argentina en términos del PBI es la mitad de la de Brasil sugiere que Argentina tiene más margen fiscal, pero esto no es necesariamente así. Porque lo que importa para la sustentabilidad de la deuda cuando un país tiene un tipo de cambio flexible no es la deuda bruta sino la deuda neta del sector público (netea la suma de los activos locales y extranjeros del sector público, principalmente las reservas del Banco Central), explican. Entonces, al utilizar el indicador de deuda neta, la diferencia entre Argentina y Brasil no es tan amplia en términos de la deuda pública. Este año, S&P espera que la deuda pública neta sea de 33% del PBI en el caso argentino y de 44% para el brasileño.

Cottani y Oliveros analizaron la dinámica de la deuda pública neta, o sea, a qué tasa crece en el tiempo como porcentaje del PBI, y consideraron como factores determinantes, el déficit primario (% PBI), el tamaño y moneda de la deuda pública neta, los costos reales del servicio de la deuda pública interna y externa, y el crecimiento del PBI real. La simulación consideró que en 2017 el déficit fiscal primario (en % PBI) de Brasil sería 2% y 4% para Argentina; y que el PBI crecería 1% y 2% respectivamente, entre otras variables.

Los resultados a los que arribaron dan un incremento de la deuda pública neta anual de 4,75% del PBI en Brasil y de 5,25% en Argentina, tomando el nivel del cierre de 2017 a 49% y 38% del PBI, respectivamente.

Luego hicieron un análisis de sensibilidad al tipo de cambio y al acceso al mercado de capitales.

En el primer caso, sobre la base de que el tipo de cambio real se incrementa un 25% en 2017 en ambos países, el aumento en la deuda neta sería de 2,25 puntos porcentuales más baja en Brasil y 8,25 puntos más alta en Argentina debido a las diferentes composiciones monetarias de sus activos y pasivos. Esto implicaría que ambos países cerrarían el 2017 con la misma proporción de deuda pública neta, en el 46% PBI.

"El análisis muestra cuan sensible es la deuda pública neta de Argentina a la volatilidad del tipo de cambio dada la preponderancia de deuda neta en moneda extranjera en la deuda neta total", señala el estudio. Si bien no contemplan una devaluación diferenciada este año o el siguiente en Argentina o Brasil, "la probabilidad de que esto ocurra no es insignificante y aumenta con el paso del tiempo ya que, a los niveles actuales, tanto el peso como el real parecen estar sobrevaluados frente al dólar", advierten los economistas.

Con respecto a la vulnerabilidad frente a los inversores extranjeros, el estudio hace hincapié en que al carecer Argentina de una base de mercado local institucional capaz de absorber la deuda soberana, como en el caso brasileño, es un factor influyente.

Tras décadas de desaciertos el resultado para Argentina es que ahora dos terceras partes de su deuda soberana están en manos de fondos de inversión extranjera o inversores individuales locales que no actúan de manera diferente a los fondos extranjeros cuando se trata de proteger su riqueza. "Esto significa que cualquier cambio adverso en el sentimiento provocado por circunstancias locales o internacionales podría incrementar considerablemente los spreads de bonos soberanos de Argentina y obligar al gobierno a elegir entre el financiamiento a tasas de interés mucho más altas para financiar las necesidades fiscales o solicitar apoyo del banco central, que se traduciría en una aceleración de la inflación seguida de una devaluación", alertan