La impericia de Monzó le provocó una dura derrota a Cambiemos en el Congreso

Ley de participación público-privada

Al titular de la Cámara de Diputados le faltó muñeca y llevó a Cambiemos a una derrota inesperada en una ley que Macri considera clave, y que permite el ingreso de multinacionales al negocio de la obra pública.




El proyecto, que ya cuenta con el aval del Senado, prevé el desembarco de multinacionales en el negocio de la obra pública y es objeto de numerosas críticas por parte de la oposición, que lo comparan con el tristemente célebre pacto Roca-Runciman. Entre los puntos más objetados, incluye la posibilidad de que las multinacionales interrumpan unilateralmente los contratos e inicien juicios contra el Estado en tribunales extranjeros.


El gobierno de Mauricio Macri sufrió un duro e innecesario traspié en la Cámara de Diputados, donde se votaba la sanción de la ley de participación público privada, considerada esencial para atraer inversiones por su administración. Observadores de la Cámara Baja apuntaron a la figura del presidente del cuerpo, Emilio Monzó, que con suma impericia llevó al oficialismo a la derrota.

El proyecto, que ya cuenta con el aval del Senado, prevé el desembarco de multinacionales en el negocio de la obra pública y es objeto de numerosas críticas por parte de la oposición, que lo comparan con el tristemente célebre pacto Roca-Runciman. Entre los puntos más objetados, incluye la posibilidad de que las multinacionales interrumpan unilateralmente los contratos e inicien juicios contra el Estado en tribunales extranjeros.

A la hora de votar, Monzó sacó mal las cuentas y la oposición se impuso por dos votos, con lo cual le dio destino de comisiones a la iniciativa. Fue el Frente Renovador de Sergio Massa el que en esta oportunidad se opuso a los designios del hombre de Carlos Tejedor, que quería que los cambios que proponía la oposición se negocien en el recinto.

Claro que el FpV acumuló méritos para la caída del proyecto cuando pidió que la votación sea nominal, un pedido al que, confiado, el Presidente de la Cámara accedió, para darse de bruces contra un 107 a 105 en su contra que seguramente le provocará un dolor de cabeza a Mauricio Macri.