¿Quiénes están votando por Donald Trump?

Tras su victoria en el "Súper Martes II", el empresario está cada vez más cerca de la nominación republicana. Sus votantes son en su mayoría hombres blancos y de clase trabajadora, y apoyan al magnate impulsados por la crisis económica y los cambios sociales bruscos de la sociedad estadounidense.



E l éxito electoral de Donald Trump es ya indudable. Luego del “Súper Martes II”, en donde el empresario ganó las primarias en los estados de Illinois, Missouri, Carolina del Norte y Florida, su nominación por el Partido Republicano, lo quieran los sectores tradicionales o no, está cada vez más cerca de hacerse realidad.

¿Pero quiénes son las personas que están apoyando a un candidato sin experiencia política y que está siendo apuntado como el culpable de la desintegración del Partido Republicano?

La mayoría son hombres. Según un análisis del diario The Washington Post, un 47% de sus partidarios pertenecen al género masculino y sólo un 28% son mujeres. Entre ellos, hay una mayoría clara de hombres blancos que no tiene un título universitario, un sector que los republicanos en el pasado no ha conquistado con facilidad. Según la revista The Atlantic, en 2012 Mitt Romney luchó para consolidar el apoyo de este segmento, ya que a pesar de ser popular entre quienes tenían educación universitaria, el candidato no tenía llegada entre quienes no tenían estudios superiores. El apoyo que el empresario recibe de este segmento es abrumador.

Pero Trump también posee seguidores fuera de ese segmento, como jóvenes egresados universitarios y personas con ingresos altos. Muchos de estos millennials tienen deudas universitarias y no se diferencian tanto del votante promedio del senador socialista demócrata Bernie Sanders.

El apoyo fuerte hacia Trump viene de la clase trabajadora. En especial de los llamados “votantes de cuello azul” en referencia a los overoles que en Estados Unidos utilizan los trabajadores de clase media y baja y que no tienen educación universitaria.

Según las encuestas, el empresario ha ganado algunos de los estados en donde ya se han celebrado primarias gracias al apoyo de este segmento. Según el sitio web Politico, Trump ganó el 47% de los votos de este grupo en New Hampshire, 51% en Tennessee, 55% en Alabama y 39% en Oklahoma, donde Trump perdió contra el senador por Texas, Ted Cruz.

Este segmento de la población tiene algo en común con la retórica de Trump: el 81% cree que la inmigración daña la economía y mira con recelo el libre comercio, según el The Wall Street Journal. Es justamente el libre comercio a lo que Trump ha hecho alusión en sus últimos debates. Sobre todo en el de la Universidad de Miami, el más moderado hasta la fecha, donde el precandidato republicano puso el tema sobre la mesa en varias ocasiones.

“Hasta este momento le ha ido muy bien con los votantes estadounidenses de cuello azul. Claramente está jugando con la ansiedad en la economía y lo que está pasando con la clase media. Lo ha hecho aludiendo a su ira y teniendo un comportamiento en contra del comercio”, explicó a La Tercera el analista político de la Universidad de Princeton, Julian E. Zelizer.

En ese sentido, tanto Trump como Sanders atraen a un público que comparte una misma aprehensión: la sensación de angustia por el futuro de la economía y también haber sido relegados del 1% más rico de la sociedad. Ambos han prometido subir los impuestos a los más ricos y bajarlos a la clase media.

“Lo que Trump está haciendo es tomando esta ansiedad sobre la economía y le está agregando la sensación de que los problemas de las personas tienen que ver particularmente con grupos étnicos o raciales, y que al tomar control de la inmigración y del comercio con China, estas personas se puedan sentir seguras y participar en la conversación política nuevamente”, aseguró a La Tercera la cientista política de la Universidad de Syracuse, Shana Gadarian, quien estudió el fenómeno que la ansiedad causa en la política y que escribió su libro Anxious Politics , que fue publicado en septiembre, en pleno auge de Trump pero cuando aún se creía que su popularidad, era un fenómeno momentáneo.

Otro punto en común con Sanders es que más de la mitad de sus votantes dice estar indignado con Washington y, en este caso, también está decepcionado del Partido Republicano.

Pero los votantes de Trump, a diferencia de los de Sanders, no tienen definido un segmento ideológico. Trump logra conquistar a distintos espectros, desde ultraconservadores hasta más moderados. De hecho, incluso un grupo de latinos votó por él en Nevada y un grupo de evangélicos hizo lo mismo en Oklahoma.

Estas personas también sienten que no tienen una voz en la sociedad. Según un sondeo de Rand Corporation, los ciudadanos que se identificaban con la frase “las personas como yo no tienen opinión sobre lo que haga el gobierno”, tenían un 85% más de probabilidades de preferir a Trump.

Un país irreconocible

Los ciudadanos norteamericanos estarían apoyando a Trump básicamente por dos situaciones explicó Gadarian a este diario (ver entrevista).

Primero, la inseguridad económica, para aquellas personas especialmente de clase media y trabajadora, a quienes hace cuestionarse su seguridad económica futura. Y segundo, los cambios demográficos y culturales que han ocurrido a un ritmo acelerado en los últimos años.

“Algunos de los cambios en Estados Unidos incluyen una diversidad racial creciente y poder político para grupos minoritarios, potenciado por un Presidente negro, junto con una creciente aceptación de los derechos homosexuales y de las mujeres en el lugar de trabajo indican para muchos que el país en donde crecieron y con el que contaban ya no es el mismo lugar que antes”, dijo la académica.