Tomás Abraham y la cultura política de alta peluquería

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Ayer haciendo zapping, me detuve unos escasos minutos en un programa conducido por María O’donell, en el que entrevistaba a Tomás Abraham.

En el brevísimo tiempo que la entrevista pudo sostener mi atención, escuché conceptos de altísima peluquería, legitimados, para concurrentes a la misma, por un emisor “validado” por el mainstream. Eso explica muchas cosas.


Primero Tomás Abraham señaló que es bueno que los gobernantes sean ricos, porque de esa manera, llegan “más tranquilos” al estado y roban menos.

Alguno de uds conoce algún rico que llegó a tener, digamos 10 millones de dólares, y dijo “ok, con esto me arreglo, ahora a viajar, a leer, a disfrutar”? No. Por eso son ricos. Nosotros quizás pensemos así, por eso no somos ricos. El que tiene 10 millones quiere 20, el que tiene 20, 40, y el que tiene 1000 millones quiere 100.000. Esa voracidad los hace ricos. Las probabilidades que un rico robe en el estado, son directamente proporcionales al nivel de su riqueza.



Luego señaló que le parecía una buena señal que CEOS lleguen a la política, por su experiencia y capacidad adquirida y desplegada en las empresas privadas.

Más allá de que este es un debate agotado y cerrado por la experiencia desastrosa del menemismo, que sostenía idénticos presupuestos y terminó casi y literalmente con el país, Abraham exhibe un desconocimiento curioso, acerca de que en esas empresas donde crecieron esos CEOS, que según Abraham van a reeditar la república de los gerentes que vivimos en los 90, todas las decisiones importantes se toman en casa matriz. Este detalle que seguramente para Abraham resulta insignificante, grafica de manera clara, la concepción estratégica de estos gerentes puestos a manejar la cosa pública.



Pensar que la articulación de un proyecto nacional, el comando de la propia realidad, y el pensamiento estratégico pueden ser gerenciados por un CEO, es lo que le impidió a esos CEOS en los 90, advertir que dotar a un país, de la misma moneda que otro que tiene 9 veces más productividad, llevaría a la hecatombe  a la que finalmente se llegó. Esa incapacidad es la que impidió poner sobre la mesa de debate en los fallidos 90 que todo país desarrollado es industrial, que no existe ningún país desarrollado agrario.



Tomás Abraham dice que es importante dar previsibilidad y restablecer el clima de negocios. Los 2 países que más inversión directa extranjera recibieron en la última década fueron: China e Irak. Que tipo de previsibilidad y clima de negocios hay en Irak? Donde la gente vuela por el aire, y los shiitas le ponen bombas a los sunitas y viceversa y donde no hay libertad de expresión ni garantía democrática? Que tipo de clima de negocios hay en una dictadura como la china, donde a los opositores lo matan, y donde el artículo séptimo de la constitución china dice que “todo lo que está sobre el suelo chino, le pertenece al pueblo chino” oséa que te pueden expropiar en cualquier momento, y andá discutirle a los chinos.



El capital no busca clima de negocios, amabilidad, buenas formas, el capital busca rentabilidad. Para conseguirla es capáz de invertir en la Alemania nazi, en Irán o en Bulgaria.



Tomás Abraham dice que estos CEOS, van a cuidar las cuentas porque así se hace en el sector privado. Las crisis terminales de 1930 y 2008 en los EE.UU. tuvieron en común por lo menos 3 cosas: 1) Fueron precedidas de 2 gobiernos republicanos, que planteaban la libertad de mercado como eje ordenador de la economía, el endeudamiento y la baja de impuestos a las corporaciones. 2) Esos gobiernos de derecha (cuando alguien te dice que no existe más ni derecha ni izquierda, es por que es de derecha) planteaban que venían a reducir el estado por el despilfarro en el gasto público. 3) De esas crisis se salió, gastando más, no ajustando el cinturón. En una empresa privada, cuando hay crisis, hay que ajustarse el cinturón, en los países es exactamente al revés. Cuando se ajustó como con Menem y de la Rúa, así terminamos, mientras que Roosveelt y Obama gastaron mucho más y salieron a flote exitosamente.



Tomás Abraham habla de los países de la región, de cómo aprovecharon para crecer, esta década de precios altos de materias primas. Sería bueno que Tomás Abraham le avise a los peruanos, paraguayos y colombianos, porque muchos vienen para acá y ningún argentino va para allá.



Finalmente, y no del reportaje ya que cambié de canal ante semejante aburrimiento, Tomás Abraham dijo que los verdaderos millonarios son los corruptos que estuvieron en el estado, por que allí se hacían las grandes fortunas.

Ahí discrepo, no es en el estado sino CON EL ESTADO, que se hacen las grandes fortunas. Siendo contratista del estado o cuando el estado te estatiza una deuda de miles de millones de dólares que vos adquiriste para tus negocios personales. Así hicieron la plata, por lo menos muchos multimillonarios en Argentina.


Seguramente en muchas peluquerías de barrio de EE.UU. o Italia pensarán que Donald Trump, Berlusconi o Bush hijo, podrían hacerlo bien porque son millonarios, o porque si supieron hacer plata ellos o sus padres, también van a gestionar bien el estado. En esas peluquerías seguramente el televisor muestre entrevistas como esta, que como en 1976 o 1991 nos señalen el camino para que por fin “las cosas funcionen” “no se ahogue a los empresarios” “se deje de mantener vago en el estado” “se puedan comprar dólares” se pueda comprar iphones” “no matemos a la gallina de los huevos de oro que es el campo” “terminemos con el odio y la división” y “seamos un país normal”..